Ensayo Sobre La Digndad Humana.

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 7

UNIVERSIDAD ESPAÑA.

DERECHO.
Segundo Cuatrimestre.
Catedrático: Jesús Alberto Luna Cuevas.
Alumno: Miriam del Roció Rodriguez Aparicio.
Ensayo sobre la dignidad humana.

Vicente Guerrero, Durango, agosto- 2023.


¿QUÉ ES LA DIGNIDAD HUMANA?, ¿POR QUÉ ES TAN
IMPORTANTE?

La dignidad humana me parece un concepto fundamental y de vital importancia en


el tema de la ética y de los derechos humanos, este se refiere al valor e igualdad
de todas las personas, sin importar su raza, genero, religión o condición social ya
que todos merecemos ser tratados con dignidad y respeto. La dignidad humana se
deriva del hecho de que todos los seres humanos somos conscientes y capaces
de tomar decisiones con el fin de buscar nuestro propio bienestar.
La dignidad humana implica que todas las personas deben ser tratadas de manera
justa y equitativamente, sin importar su posición social o económica, no se puede
violar la dignidad de una persona a través de la discriminación, la violencia o el
trato inhumano. La dignidad también implica el derecho a la autonomía y la libre
determinación, todos tenemos la capacidad de tomar decisiones sobre nuestras
vidas, y los demás deben respetar esas decisiones, siempre y cuando no vayan en
contra de los derechos ni afecte a ninguno de los demás.
Sin embargo, esta debe ser puesta en practica en todos los ámbitos de la vida,
como puede ser un claro ejemplo los gobiernos y las instituciones que deben
garantizar que se respeten los derechos humanos y se promueva la justicia social.
Por otra parte, en el ámbito laboral, la dignidad humana implica que todas las
personas deben tener acceso a un trabajo digno, con condiciones justas y salarios
adecuados y nadie debe ser explotado o sufrir abusos en el trabajo. Podemos
encontrarlo también en el ámbito de la salud y de la educación.
No cabe duda que el sentido que le otorgamos en la actualidad a la dignidad de
las personas es uno de los mas importantes y complejos que existen en el tema
de la ética y de la filosofía, pero sobre todo en la ciencia jurídica, desde el
reconocimiento de las personas como como seres autónomos y libres. Como
seres humanos vivimos con el miedo constante de ser humillados esto tiende a
volvernos más precavidos y atentos a cualquier tipo de desprecios.
A lo largo de la historia, las personas han necesitado del reconocimiento del otro
para formar su identidad. En este contexto, uno de los principales exponentes del
multiculturalismo ha desarrollado la tesis sobre la política del reconocimiento. Esta
idea consiste en la formación de nuestra propia identidad a partir del
reconocimiento de los otros, o por falta de este, a menudo también, por el falso
reconocimiento de otros, sufriendo, cuando sucede, la diferencia, discriminación y
rechazo de la propia ciudadanía.
Por consiguiente, me parece que la dignidad humana se encuentra condicionada a
la posibilidad de aparecer ante otros y de ser reconocidos como seres únicos y
singulares, mediante el habla y la actuación. Así, el respeto por la dignidad
humana implica el reconocimiento de mis semejantes o de las naciones
semejantes a la mía, como constructores de mundos o como codificadores de un
mundo común. La idea de reconocimiento es un elemento común en el proceso de
comprensión sobre la singularidad y pluralidad de nosotros los sujetos.
Fichte fue uno de los primeros en introducir la idea del reconocimiento mutuo en
torno a la construcción de la singularidad. Asimismo, Hegel implantó más adelante
la idea del reconocimiento intersubjetivo como condición de realización de la
integridad, dignidad y libertad. Ahora bien, reconocimiento e identidad son dos
elementos indispensables para comprender el sentido y el significado asignado a
la persona y a la dignidad de la misma, la dignidad humana es un horizonte, un
deber ser que se puede realizar en el dinamismo de la vida humana, siempre
limitadamente y condicionado históricamente y temporalmente en el plazo de
nuestra existencia.
La dignidad humana tiene sus orígenes en el pensamiento clásico, principalmente
en las ideas del estoicismo, que formulan la idea de humanidad. Existen cuatro
elementos indispensables que se trasladan a la modernidad para entender este
concepto: “el Cuidado de sí”. Otro de los filósofos, Platón, la dignidad debe ser
conseguida mediante el conocimiento verdadero, para ello, es necesario el
dominio de nosotros mismos a través de las virtudes, como enseñaba su maestro
Sócrates.
Por otra parte, Aristóteles defiende una visión antropocéntrica del hombre
destinado a luchar para establecerse en el mundo, incluso, sin importarle que la
naturaleza humana sea viciada o no, pugnando así por encontrar un método para
alcanzar mejor su esencia, en tal sentido, las virtudes éticas (valentía, moderación,
mansedumbre, magnificencia) son necesarias para dominar la parte irracional del
hombre, y son adquiridas a través de la costumbre o el hábito. Ante los distintos
sentidos que puede adquirir la dignidad humana en el plano ontológico, ético y
teológico, considero imprescindible formularnos algunas interrogantes.
La incorporación de la dignidad humana en las Constituciones modernas ocurre en
un periodo histórico de reivindicación ética y moral de la persona humana. La
positivación en los ordenamientos nacionales e internacionales se encuentra
inspirada en la idea de una libertad autónoma. Sin embargo, considero que esta
construcción conceptual debe quedar abierta a los nuevos desafíos que plantea la
realidad social, tal y como sucedió a partir de mitades del siglo pasado con los
movimientos de lucha y reivindicación de los derechos de minorías, como las
mujeres, los afroamericanos, los homosexuales, los discapacitados, entre otros.
Por ello, considero pertinente revaluar propuestas como la de Haberle, quien la
considera una premisa antropológica cultural de las Constituciones, “el cómo es
que el ser humano llega a ser persona nos ofrece indicios de lo que es la dignidad
humana, cómo se forma la identidad humana en una sociedad, y en qué medida
puede partirse de un concepto válido entre culturas.
Siguiendo con esta idea, la dignidad, entendida como una categoría dialógica,
inclusiva, plural y siempre perfectible, debe atender a los procesos discursivos en
una sociedad multicultural, que exigen la reivindicación de su singularidad, así
como la conformación de su identidad, como los pueblos originarios, y todas las
minorías que reclaman su reconocimiento en Latinoamérica. En el caso mexicano,
este valor ha sido elevado a un nivel superior en el ordenamiento jurídico, y
fundante del resto de los derechos fundamentales, por ello, es necesario evaluar
la pertinencia de ese discurso con los argumentos que los propios tribunales han
invocado para considerar a este importante valor como tal.
El concepto de dignidad es objeto de múltiples interpretaciones en relación con el
principio de igualdad y no discriminación, debemos incluir, como una especie de
cajón, la interpretación del principio de igualdad formal y sustantiva en el derecho
constitucional mexicano. Tan es así lo anterior, que la mayor parte de las
resoluciones del Poder Judicial que hacen alusión a la dignidad de la persona se
deben a la inclusión.
El empleo de la dignidad de la persona humana como pauta hermenéutica para la
comprensión de los derechos humanos en México tiene su origen en 2007, al
declarar y reconocer a la dignidad humana y el libre desarrollo de la personalidad,
junto a la igualdad, como los valores superiores del ordenamiento jurídico.
Considero que las decisiones más emblemáticas que han orientado
hermenéuticamente el concepto de dignidad humana se relacionan con los
derechos de minorías, especialmente el caso de cambio de sexo y los matrimonios
homosexuales.
En la primera decisión cambio de sexo, la SCJN orienta su interpretación en torno
a la igualdad y autonomía de la persona, considerándola como un derecho
fundamental y base de todos los demás derechos, haciendo una lista exhaustiva
de los derechos no reconocidos, pero que derivan de ella, tales como el derecho a
la vida, a la integridad física y psíquica, al honor, a la privacidad, al nombre, a la
propia imagen, al libre desarrollo de la personalidad, al estado civil y el propio
derecho a la dignidad personal.
Este criterio es empleado en otras decisiones relevantes sobre el matrimonio
homosexual, en aquellas entidades federativas que no está reconocido como tal.
La orientación y el sentido que se le otorga a estos principios son a partir de la
igualdad y autonomía de la persona, invocando incluso precedentes de algunas
cortes estatales de Estados Unidos, donde se razona con base en la idea de
igualdad y no exclusión. Por otro lado, se encuentra la aplicación del principio de
la dignidad, en relación con la procura existencial o vida digna. El sentido que se le
otorga es un poco más claro en esta decisión, ya que lo relaciona con el valor de
la solidaridad, configurada como el requerimiento de que los individuos tengan
como punto de partida condiciones tales que les permitan desarrollar un plan de
vida autónomo, a fin de facilitar que los gobernados participen activamente en la
vida democrática.
Este mismo criterio interpretativo sobre la dignidad humana será recurrente en
asuntos similares, donde se trata de definir dogmáticamente a partir de conflictos
de naturaleza civil por el Poder Judicial de la Federación, como el origen, la
esencia y el fin de todos los derechos humanos, o como una calidad única y
excepcional a todo ser humano por el simple hecho de serlo. En principio, se ha
determinado que esta cualidad es inherente y exclusiva de las personas físicas.
Dicho lo anterior, la jurisprudencia mexicana ha incorporado tardíamente el
principio de dignidad de la persona al sistema jurídico mexicano, a pesar de no
estar inicialmente contemplado en la Constitución de 1917. En la materia penal
existe un empleo reiterado de la fórmula de no instrumentalización a favor del
inculpado y las víctimas del proceso penal. En el derecho civil se emplea como un
principio expansor de los derechos inicialmente contemplados, tales como la
imagen, el honor, la sexualidad. En el ámbito social, se incorpora el principio de
procura existencial en relación con el de vida digna. Igualmente, desde el plano
ontológico, se recurre en asuntos relacionados con los derechos de las personas
con discapacidad y los relativos a la procura existencial derivados de la
interpretación del artículo 25 de la Constitución federal.
CONCLUSIÓN.
La dignidad humana debe actuar como una premisa hermenéutica para la
comprensión de los derechos fundamentales y dar sentido a los distintos fines del
Estado constitucional, tales como la realización de la libertad y el desarrollo
armónico de la persona. También es importante advertir el carácter multidisciplinar
de este valor superior del ordenamiento, cuya comprensión no es suficiente
mediante una visión reduccionista de las normas jurídicas. Por ello, algunos
tribunales como el alemán han reconstruido la dignidad a partir de tres vertientes
principales: fórmula de no instrumentalización, orden objetivo de valores e imagen
del hombre, esta última puede ser una interesante propuesta para la
jurisprudencia mexicana.

Asimismo, es importante advertir que la jurisprudencia generada sobre dignidad


humana en México se traduce en un primer plano, en la idea de igualdad y no
discriminación, pregonando el valor de la autonomía de la persona. Esto es así, ya
que el origen de la dignidad humana como premisa hermenéutica para expandir o
ampliar el contenido esencial de los derechos humanos en la jurisprudencia
mexicana data del 2007. Destacan igualmente en un segundo plano las decisiones
del máximo tribunal mexicano, donde se invoca la dignidad humana en un plano
ontológico en relación con el derecho al mínimo vital o procura existencial, desde
asuntos de carácter fiscal y laboral, principalmente enfocados a proteger el salario
mínimo. Finalmente, cabe concluir que todo proceso de construcción de una
categoría como la dignidad e imagen de la persona humana desde la Constitución
debe ser realizado bajo distintos horizontes de comprensión del fenómeno jurídico,
tal y como he explicado en líneas anteriores.
REFERENCIAS.
Donnelly, J., "Human Dignity and Human Rights", Universal Human Rights in the
Theory and Practice, Princeton, Cornell University, 2013, pp. 120-160
Pascual Lagunas, Eulalia, Configuración jurídica de la dignidad humana en la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional, Barcelona, Bosch Editor, 2009.
Carvajal Sánchez, Bernardo, El principio de dignidad de la persona humana en la
jurisprudencia constitucional colombiana y francesa, Bogotá, Universidad del
Externado de Colombia, 2005.
Jonás, Hans, El principio de responsabilidad (ensayo de una ética para una
civilización tecnológica), Barcelona, Herder, 1995, p. 65.
Capps, Patrick, Human Dignity and the Foundations of International Law, Portland,
Hart Publishing, 2009, p. 273
Glover, Jonathan, Humanity (A Moral History of the Twentieth Century), New
Haven, Yale University Press, 2001, pág. 207.
"A Brief History of Human Dignity: Idea and Application", en Lickiss, Norelle y
Malpas Jeff (eds.), Perspectives on Human Dignity: A Conversation, Países Bajos,
Springer, 2007, p. 93.
Kretzmer, D. y Klein, E. (eds.), The Concept of Human Dignity in Human Rights
Discourse, Londres, The Hague-Kluwer Law International, 2002, págs. 9 a 17.

También podría gustarte