La Pintura en Latinoamérica
La Pintura en Latinoamérica
La Pintura en Latinoamérica
Con veinte años, Berni llegó a Madrid y dedicó tres meses a recorrer
España: Segovia, Toledo, Córdoba, Granada y Sevilla, llegando a conocer
las obras de los maestros españoles como: El Greco, Francisco de
Zurbarán, Velázquez o Goya. En 1926 llegó a París, donde descubrió las
vanguardias iniciándose en algunas de las técnicas (grabado y collage) y
los estilos (Fauvismo y Surrealismo). Recibió clases de pintura del
neocubista francés André Lothe y del fauvista Othon Friesz, y aprendió la
técnica del grabado con Max Jacob. En 1929 tomó contacto con el círculo
de los surrealistas a través del escritor Louis Aragón, amigo suyo y que
ejerció una gran influencia en el pintor. En 1933 fundó el grupo Nuevo
Realismo, desde el cual se realizaron proyectos artísticos cargados de
intención política que convertían lo cotidiano en objeto de la obra de
arte. 1936 se instaló definitivamente en Buenos Aires, donde comenzó a
dar clases de dibujo en la Escuela Nacional de Bellas Artes.
En 1958 surgió en él un gran personaje, Juanito Laguna, y poco tiempo
después Ramona Montiel. La historia de estos dos seres se cotizó en el
mercado exterior a precios incalculables. Para estas obras Berni utilizó: el
collage, que consiste en agregar a la pintura objetos reales pegados
sobre el cuadro. Utilizaba latas, plásticos, hierros, maderas, telas,
zapatos, juguetes, papeles, señales de tránsito, entre otros, que
recolectaba de las calles de Buenos Aires, donde, tranquilamente, podrían
haber vivido muchos Juanitos y muchas Ramonas. Hoy se le considera
como uno de los primeros artistas latinoamericanos de estilo
surrealista. En sus últimos años realizó una serie de esculturas. Antonio
Berni murió el 13 de octubre de 1981 en Buenos Aires.
Obra donde retratan con gran agudeza episodios de la vida cotidiana con
gran calidad plástica y un estilo muy personal en el que retomó la estética
surrealista. Berni había manifestado "Juanito Laguna es un símbolo que
yo agito para sacudir la conciencia de la gente...", "Quiero que para nadie
sea un pobre chico sino un chico pobre...". En 1962 recibió el Premio
Internacional de Grabado y Dibujo de la Bienal de Venecia.
Todas sus obras han nacido siempre de un quiebre, de una ruptura, del
caos. En palabras del artista: " cuando pienso en el mundo, pinto, y
cuando pienso en la pintura, escribo.", también dijo: “Creo en el caos
como valor".
Entre 1980 y 1984 publicó algunos libros de dibujos y collages, entre ellos
Imagens y Homens. En 1985 inicia una serie de obras con estiércol de
aves, y expone en el MAM de San Pablo una jaula con dos palomas que
defecan sobre el Juicio Final de Miguel Ángel. La repite con jilgueros y
canarios en Buenos Aires, donde también exhibe La Justicia, una gallina
que defeca sobre una balanza. Publica La Basílica y en 1986 Parahereges.
En 1987 presenta obras similares en Franklin Furnace y en Exit Gallery de
Nueva York. A partir de 1991 radica en Buenos Aires. En 1995 obtuvo la
beca Guggenheim. En 2006 fue invitado especial en el Bienal San Pablo.
En 2010 Ferrari fue distinguido con el Premio al Mejor Artista
Internacional vivo por el conjunto de obras presentadas en la feria de arte
contemporáneo de Madrid ARCO. En 2007 fue elegido mejor artista de la
52 Bienal Internacional de Arte de Venecia, donde participó, entre otros
trabajos, con la polémica La civilización occidental y cristiana.
A nivel internacional, participó de la muestra itinerante Principio Potosí en
el Museo Nacional de Arte Reina Sofía; en la exposición Re-encontres,
realizada en la Iglesia de Santa Ana, Arles, Francia, mientras que en
Fundación Iberé Camargo, Puerto Alegre, Brasil, exhibió Alfabeto
Enfurecido, muestra itinerante junto a Mira Schendel.
Fallece el jueves 25 de julio de 2013 en Buenos Aires a los 92 años.
Brailles y Relecturas de la Biblia
En 1955 reanudó sus estudios de bellas artes, llegando a ser miembro del
Concejo Directivo de la Escuela Nacional de Bellas Artes. En 1958 es
becado por el gobierno francés y se instala en París. En 1960, en
colaboración con otros artistas fundó, el GRAV, grupo dedicado a la
investigación del arte visual. Su obra, compuesta sobre todo por relieves
que integran la luz y el movimiento, recurre a líquidos fosforescentes, a
hilos de nylon y a bandas metálicas movidas de forma mecánica. En 1964,
Le Parc comenzó a incorporar micromotores en sus obras, con lo cual
comienzan a aparecer botones que el espectador puede pulsar para
hacerlas “funcionar”. A partir de 1969, tras volver a la pintura sobre tela,
ha trabajado en una gama de catorce colores estrictamente definidos.
Entre sus obras, cabe citar: La inestabilidad (1964), El movimiento (1965),
Ocho artistas cinéticos (1969), Arte eléctrico (1973) e Imágenes-mensajes
de América Latina (1978).