Avril Ashton - Los Pecadores de Brooklyn - 01. Amar Al Pecador
Avril Ashton - Los Pecadores de Brooklyn - 01. Amar Al Pecador
Avril Ashton - Los Pecadores de Brooklyn - 01. Amar Al Pecador
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[Traducción NO OFICIAL. Todos los derechos reservados a Avril Ashton]
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AMAR AL PECADOR
Avril Ashton
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Sinopsis
1
Son las siglas que se le da al Departamento de Policía de Nueva York.
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Capítulo Uno
—Ya era la maldita hora que uno de ustedes se
presentara.
6
Su fuerte acento de Brooklyn, áspero y con un
toque de español, tiró de algo dentro de Gabe.
Frunció el ceño, apretando los dedos en el borde de
la carpeta que sostenía. —No nos han presentado como
es debido, Sr. Pagan —Le tendió una mano—. Gabriel
Ashby. Quítese las gafas de sol.
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Todas las palabras que se encuentren en cursiva, son dichas en español originalmente por los personajes.
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El hombre era duro. Su cuerpo y rostro mejoraba
con su estructura ósea afilada en ángulo. El grosor
de su mandíbula le hacía parecer el hombre peligroso
que el NYPD sabía que era, pero no lo podía
demostrar. El jersey negro que llevaba se moldeaba a
un sólido pecho y hombros anchos. Su cabello brillaba
en un azul-negro vibrante por la iluminación
deliberadamente tenue.
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probablemente quería decirla para denigrar, calentó
la piel de Gabe y endureció su polla.
9
Mantuvo su tono tranquilo, pero Gabe detectó la
ira sobre fuego lento controlado por debajo, y
deliberadamente ignoró la pregunta. —La fiesta de
cumpleaños fue hecha por usted, ¿no? ¿Cómo una
sorpresa para su hermana?
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polla, deseando que se comportase para recordar que
era todo sobre coños, nunca pollas. Dios, no podía
sentirse atraído por esta... persona. Pagan era del
sexo equivocado y un maldito criminal. Si él no
estuviera perdiendo poco a poco la cabeza, se reiría
de la ironía. Su polla estaba haciéndose la muerta
para Trish las últimas semanas, pero se despertó por
una palabra ronca de un hombre de ojos dorados.
Un criminal.
Un hombre.
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Pagan rió, bajo y grave. —Soy la última persona
que consigue estar en el lado malo de alguien,
policía. Soy una persona encantadora —le guiñó un
ojo—, lo sabrás muy pronto.
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Gabe se moría por darle un puñetazo en la
mandíbula, meter algo de sentido en él. Alguna moral.
La mayor parte de todo lo que ansiaba era tocar al
hombre, probar la textura de sus labios, ¿y no era
eso lo más jodido de todo? Antes de que él entrara en
la sala, su preocupación más urgente era el cómo
reaccionaría si Trish resucitaba la idea del
matrimonio otra vez, y ahora esto.
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Pagan se detuvo y lo miró con una ceja levantada.
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—¿Todo el mundo está en su posición?
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hermano era gay por el amor de Cristo, pero Gabe
tenía una novia, que quería un compromiso. No podía
solo decirle a Trish que la razón de su vida sexual
inexistente, era debida a sus fantasías sobre otro
hombre.
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Gabe subió las escaleras, pisando suavemente. —
NYPD, sal con las manos en alto.
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El sonido de los disparos se apagó. Pies
corriendo y gritos resonaron desde abajo. Se deslizó
detrás de su escondite, arma en alto. Satisfecho de
que la zona era clara, dio un paso adelante y se
congeló.
—Pagan.
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Seis semanas después.
—Gracias, mamá.
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mujer hermosa, pero el tiempo y el dolor a su edad
llegaron rápidamente. Tenía líneas diminutas entre
los ojos y la boca, y su tez que era generalmente
vibrante estaba pálida y manchada.
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Angelo cogió las llaves de la mesa, subiéndose el
cuello de su chaqueta mientras salía de la casa.
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había dicho a su gente que le disparó.
Un policía.
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El sexo era siempre una rápida conexión, y lo más
lejos posible del Sunset Park. El líder de Los
Pescadores no podía ser gay.
23
Unos ojos grises brillaron en su mente.
Gabe.
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con un sistema de arranque remoto.
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—Esto es una mierda, hombre —la voz de Manny se
sacudió—. ¿Qué estás haciendo?
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Manny tragó saliva.
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Eso Angelo lo sabía. Había presenciado el odio de
su tío de primera mano a los diecisiete años.
—¿Qué?
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Manny retrocedió. Su mandíbula cayó tan
rápidamente y el disgusto llenó sus ojos. —Maricón.
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el frío y su estúpida decisión de ayudar a Trish en
empacar.
Miedo a la intimidad.
Alcohólico.
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No es una opción. Nunca lo será.
Maldita sea.
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—Has tardado bastante tiempo.
32
duro de olvidar estaba en sus brazos. Quitó el gorro
de lana negro que cubría la cabeza de Pagan y observó
fascinado —hambriento— como el pelo largo y oscuro
cayó sobre sus anchos hombros.
—Policía.
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4
Gabe parpadeó. ¿Ama-quién? —No.
—Gabe.
34
sumergidos bajo el cuello de Gabe, y estos rozaron su
nuca.
Se estremeció.
—Mírame.
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—¡Idiota! —Los dedos en el cuello de Gabe
apretaron—. Si quisiera matarte, no estarías
respirando en este momento —él hizo un gesto con la
barbilla hacia el hombro herido de Gabe—. Esa bala
salvó tu vida. He salvado tu vida.
36
Gabe siguió el movimiento lento de su mano,
mientras bajaba el arma. La metió en la parte baja de
su espalda antes de encontrarse con los ojos de
Pagan. El aire frío desapareció, reemplazado con
llamas lamiendo su piel.
37
Solo.
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—Maldita sea, Gabe —Pagan tiró de su agarre y
agarró sus hombros—. Dime lo que quieres.
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abajo. Sus labios chocaron, duro y caliente. Él metió
la lengua dentro cuando Pagan se abrió. No podía
describir el sabor único del hombre, y la necesidad,
cuando Pagan gruñó en su boca. No había nada femenino
en su lengua, o los dedos agarrando su culo.
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volviendo loco, y nada se sentía tan natural como el
tobogán de la lengua de Pagan por encima, o la
sensación de sus dedos hundiéndose en sus nalgas.
Todo el dolor y la traición de las últimas seis
semanas se desvanecieron a un recuerdo sordo en el
fondo.
Por un beso.
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olvidarme, amante? —Besos suaves rozaron la frente,
la nariz y los ojos—. Yo no puedo. Te reto a que lo
intentes —Pagan se alejó, llevando su calor con él.
42
Capítulo Dos
Una semana.
Su polla se sacudió.
43
Un criminal.
44
toalla alrededor de su cuello, y se puso un par de
pantalones vaqueros, dejándolos desabrochados
mientras el agua en su piel estuviera fría. El
resplandor rojo anaranjado de la puesta del sol se
filtraba a través de las persianas de su ventana, el
cielo claro dando la impresión de un cálido día de
verano, en lugar de estar en mediados de enero con
todo congelado.
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—¿Qué te dije sobre la cerveza?
46
—Mi Madre te ha hecho enchiladas.
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Piel de gallina cubrió su piel.
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seguros agarraron su erección y la apretaron.
—Pagan.
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—Policía —se lamió los labios.
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Dedos fríos ahuecaron las bolas, acariciándolas
en cuanto la boca de Pagan desapareció.
—Policía.
51
En respuesta, su amante movió su lengua por la
zona comprendida entre las bolas y el culo.
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se hundieron profundamente, estirando, ardiendo. El
dolor provocaba placer y él le dio la bienvenida,
contrayéndose alrededor de los dedos con un gemido
gutural.
—Mierda. Joder.
53
Pagan no se detuvo, siguió masajeando y
presionando el punto ideal, mientras corrientes de
esperma tiraron de Gabe.
54
con su culo desnudo. Los azulejos fríos sorprendieron
su piel por un rápido segundo, pero pronto se
calentaron por el calor de su cuerpo. Él solo había
conseguido el mejor orgasmo, de un hombre. De Angelo
Pagan. Quería más. Quería tocar y probar y hacer
todas las cosas que los labios y los ojos de Angelo
prometían.
—Aquí.
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—Sí. Mi mamá, ella las hace más frescas. —Angelo
lo miró a los ojos, su mirada de oro sonriendo.
Caliente.
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ahora sólo una lo hace —la amargura se mezclaba con
esas palabras. Se refería a su hermana—. Vamos a
hablar de ti. —Pagan dio todo el calor de su mirada a
Gabe— ¿Qué pasó con la mujer con la que estabas
viviendo?
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—Yo...yo... —Tiempo de confesión. Él quería
decirlo en voz alta, lo puso ahí— Quería hacer planes
para el futuro. Niños. Matrimonio. Todo el conjunto.
—A ti.
58
Deslizó la mano por delante de Angelo, trazó el
borde de la camiseta y luego la levantó, los nudillos
deslizándose por la piel firme de su estómago.
59
Agarró a Angelo de la camiseta y tiró de ella
hacia arriba—. Deja que te vea. Quiero tocarte.
60
Cualquier otra cosa hubiera hecho que él sonara como
una mujer, una mujer que brotaba. El calor de un
rubor en su rostro brilló cuando Angelo sonrió.
61
—¿Cuándo fue la última vez que tuviste esto?
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bajo el agarre de Gabe—. Sí, me follarás.
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—Gabe.
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Angelo tomaba. Se retorcían el uno con el otro,
mientras Angelo lo mantuvo firme, sacudiendo las
caderas.
Su clímax.
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—Vente por mí.
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restante de la nevera. Se encogió de hombros ante las
cejas levantadas de Angelo, volvió a sentarse con las
piernas cruzadas. —Pensé que podríamos usar un poco
de coraje líquido. —Por lo menos lo hacía.
—Gabe.
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y levantó su cabeza.
Angelo asintió.
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Gabe frunció el ceño. —¿Cómo? Explícamelo. Haz
que lo entienda —porque ahora él se hundía, tratando
de captar la lógica de Angelo.
69
La emoción desnuda quemaba en la mirada de
Angelo. Gabe se acercó, agarró su hombro y apretó
—Angelo.
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un idiota.
Bueno.
71
Angelo sonrió. —Ahora contesta algo por mí. ¿Por
qué no me entregaste?
72
La sonrisa se desvaneció del rostro de Angelo. —
Lo dije en serio. Esto va a ser duro, amado. Tú y
yo... —Él negó con la cabeza—. No sé cómo lo haremos.
—Necesitamos reglas.
73
con una sonrisa de disculpa a Gabe.
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lengua contra lengua. Angelo lo abrazó con fuerza,
empujándose profundamente en su boca, los dientes
mordiéndole. Gabe pasó sus dedos por el cabello,
meciendo su erección contra Angelo hasta que el otro
hombre rompió el beso y se alejó.
75
El calor en la mirada de Angelo se enfrió
instantáneamente. —¿No quieres salir conmigo?
76
—Ah, y dame tu número —Angelo sacó un teléfono
del bolsillo de su chaqueta, diferente al que él
había contestado antes. El último fue negro, éste era
azul.
—¿Dos teléfonos?
—Y ahora yo.
—Y ahora tú.
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Gabe sonrió. —Lo mismo.
78
Capítulo Tres
Angelo se frotó los ojos arenosos con los
nudillos y miró a través del vidrio el cuerpo tendido
sobre una losa en la sala estéril.
¿De qué?
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territorio, en sus calles. Una regla que nunca haría
doblarse, así que ¿por qué sucedió esto? Él se apartó
del cuerpo, la cabeza llena de preguntas, y salió de
la habitación. Tenía que decirle a la madre de
Auggie, Sonia. Él era su hijo más joven, pero llevó a
casa la mayor parte del dinero, Angelo lo sabía. Al
igual que sabía todo acerca de sus soldados.
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Su teléfono de negocios vibró en su bolsillo. Lo
sacó mientras caminaba hacia la oficina, y de regreso
del juez de instrucción con el sol cegador y el
viento amargo y frío. —Sí.
81
La culpa recaía sobre sus hombros, porque aunque
no había proporcionado las drogas, puso a Auggie en
las calles, en sus calles.
82
que su hijo ha muerto, Pablo. Esta mierda no puede
continuar. Quiero saber de dónde carajos salen esas
drogas, cualesquiera que sean, necesito saberlo ya.
Pon a todo el mundo a trabajar.
83
mientras caminaba por la sala de estar. Su madre no
estaba en casa en la mitad del día, por lo que ella
no le debía regañar por ese acto. Se dirigió a la
sala de estar, el estómago le gruñó, pero no le hizo
caso, hurgó en los armarios hasta que encontró el
premio que buscaba.
84
de espionaje detrás de su tío Carlos. En sus
entrañas, Angelo sabía que su tío estaba detrás de la
repentina aparición de las drogas en el territorio de
Los Pescadores. Cualquier cosa para crear disensión y
pánico, que todo el mundo se volviese contra Angelo.
85
hombre.
Marcación G.
86
Unas voces silenciadas y pasos llegaron a los
oídos de Angelo. Se recostó en las almohadas,
contemplando el techo mientras luchaba por controlar
su temperamento. Podría no ser nada en absoluto, pero
no le gustaba que otra persona contestara el teléfono
de Gabe. Y mientras esos pensamientos giraban en su
cabeza, se dio cuenta que no le gustaba la sensación
que lo recorría.
Celos.
87
—Um... —Gabe se aclaró la garganta—. Estoy en
terapia física. Ese fue Desmond, mi terapeuta.
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está mal?
—Sí.
89
Angelo resopló. —Ya es bastante malo.
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suavizó—. Yo no te culpo, Angelo.
Pero él se culpaba.
—Ya veo.
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—Bien ¿Dónde estás?
—Uh-huh.
92
—¿Muy mal, entonces?
93
Angelo durmió profundamente hasta que su teléfono
vibrando lo despertó. Gruñendo, se dio la vuelta y
buscó alrededor por la maldita cosa con los ojos
cerrados. Lo encontró debajo de la almohada y
restregó sus párpados para ver el identificador de
llamadas.
94
—Estoy bien con eso —Poniendo una pierna sobre el
borde de la cama, se pasó los dedos por el pelo—. Voy
a saltar a la ducha, Mami te dejará entrar.
—Cool.
95
Las dos últimas muertes fueron personales,
dirigidos a ponerlo de rodillas, y sólo podía pensar
en una sola persona que salivaba ante la sola idea de
la destrucción de Angelo.
96
Si Angelo no le importaba cómo Carlos muriese,
habría llamado a los muchos que le debían favores y
Carlos se habría retirado, pero ese era su trabajo.
Tenía que ser él quien enviara al monstruo de vuelta
de dónde diablos venía.
97
Arriba, encontró a su madre con el ceño fruncido
en la cocina, y Pablo y Piper Espinoza sentados en el
sofá de la sala de estar.
98
—Mami, estoy abajo.
—¿Quién?
99
—Gordo. Habían sido inseparables últimamente.
100
de Auggie lo mataría.
101
quiero otra distracción en la mezcla. Mantén fuera a
los brasileños dándoles una respuesta definitiva.
Pregunta alrededor primero. Más vale prevenir que
lamentar.
—Sí.
102
—¿Qué? No —La cara de Pablo se enrojeció—. Pero
sabía que ha estado pasando tiempo con ella
últimamente —Se encogió de hombros—. Pensé que
estaba, ya sabe, en una mierda.
103
cumpleaños?
—Piper.
104
—Por favor, baja los pies de la mesa de café de
mi madre, ponte tus zapatos de nuevo, y vete.
105
aclaró la garganta y ella lo miró con una expresión
feroz.
106
Ella respiró hondo y luego retiró la mano de él,
dibujando rápidamente la señal de la cruz. —Santa
Madre, perdóname —respiró, miró hacia otro lado y
luego llevó la mirada hacia él—. Nunca quise esta
vida para ti, Sal tampoco lo quiso, pero aquí, hoy,
voy a decir algo que no voy a repetir.
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—Ven —ella lo atrajo a la mesa de la cocina donde
ambos estaban.
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—Mami, por favor —él le cogió la mano—. Él es...
diferente.
109
piel, nadie te ha afectado de esta manera —Sus ojos
se suavizaron—. Si te preocupas por él, entonces debe
ser especial. Quiero conocerlo.
110
Ella se echó a reír, ahuecando la cara con ambas
manos. —Tengo fe en mi hijo —ella besó su frente y se
puso de pie—. Muy bien, vamos. Vamos a hacer algo con
tu pelo.
111
Capítulo Cuatro
Gabe dejó las sábanas y edredón en la secadora
mientras miraba el reloj en la pared. La anticipación
revolvió su estómago. Nunca se había preocupado por
ver a alguien como ahora lo estaba por Angelo Pagan.
112
presencia. Ahora comprendía todas las cosas que ella
hizo por él y que le debía una disculpa por ser tan
como el culo en los días siguientes a su accidente.
113
de si estaba listo para estar en el extremo receptor.
La sensación de la boca y los dedos sobre él se
sintió malditamente increíble, pero el acto parecía
algo desalentador.
114
—¿Qué pasa, hermano? —La profunda voz de su
hermano se hizo eco en su cabeza.
115
—Muy bien. Iré por la mañana después de llegar a
Brooklyn. Podríamos hacer el desayuno o algo así.
116
—Tú también, mantente a salvo.
117
¿Por qué diablos estaba reaccionando de esta manera
solo porque el hombre llegaba un par de minutos
tarde? La secadora sonó en apagado y se giró,
metiéndose en el medio del baño para salpicarse agua
en la cara.
118
Cogió el teléfono y subió corriendo las escaleras
de dos en dos a la vez. Estaba muerto de miedo,
forcejeó en el agua profunda que intencionadamente
había nadado, pero no le estaba impidiendo estar con
ese hombre.
119
Se inclinó sobre la consola central, tiró de
Angelo cerca, susurrando; —Llegas tarde —Antes de
tomar sus labios.
120
más de lo mismo.
121
Gabe le tendió la mano, hundiendo los dedos en
los cabellos oscuros cuando Angelo salió de la acera.
—Me encanta tu cabello.
122
Gabe trazó la curva de los labios de Angelo con
un dedo y luego trajo sus manos unidas, dejando que
descansen en la consola central. —¿A dónde nos
llevas? —Mirando a través del parabrisas, se dio
cuenta de las señales de tráfico y quedó asombrado
con Angelo— ¿Estás yendo de nuevo a Brooklyn?
123
llevó allí el año pasado durante el verano. Comimos
como cerdos —una triste sonrisa arrugó su rostro.
124
Gabe asintió. —Lo haré.
125
Rodando los ojos por el tono burlón, Gabe dijo: —
¿Así que no vives con tu madre? ¿Te importaría dejar
las cosas claras?
126
violencia. Todo —Angelo se encogió en sus hombros
anchos—. Es lugar privado.
—Quiero verlo.
127
—Si vamos a hacer esto —dijo—, me refiero a realmente
hacer esto, tengo que conocerte. Completamente. No
los diminutos trozos y piezas que me das de comer con
cuchara.
128
¿Estaba Angelo renunciando antes de que
empezaran? Con ese pensamiento se obligó a apartar el
pánico de él. Miró sin observar por la ventana, el
paisaje sombrío intermitente por lo que Angelo ordenó
su comida a través de los auriculares Bluetooth. Gabe
no prestó atención a las palabras que Angelo habló,
solo la cadencia y el timbre de su voz. El profundo
acento de Brooklyn era sexy con un toque español y a
Gabe le encantó cómo ambos idiomas fluían sin
esfuerzo de Angelo.
—Policía.
129
La expresión de Angelo se mantuvo escéptica. —
Está en Coney Island.
—¿Eh?
130
acechaba en los ojos de Angelo. —Vernos uno al otro
en mi casa es diferente de lo que tú dices o me
muestras —él miró a Angelo—. Si los papeles se
invirtieran estaría indeciso acerca de revelar eso.
Tu vida y tu seguridad están en juego.
—Pero es diferente.
131
hombre se negó a siquiera mirarlo.
—Ahí está.
—Sí.
132
Angelo tomaría todas las precauciones necesarias. Era
un hombre naturalmente cuidadoso y allí estaba él,
abriéndose a Gabe. Compartiendo sus secretos. Esto no
era algo para tomar a la ligera, Gabe entendía eso,
pero ¿qué le tendría que dar a Angelo a cambio? Su
vida era aburrida y un libro abierto hasta que lo
conoció. No tenía nada que dar a Angelo, nada más que
a sí mismo.
133
Gabe entró en el lugar y suspiró. El calor lo
saludó como el polvo le hacía cosquillas en la nariz.
Angelo encendió una luz y Gabe parpadeó. Se
encontraban en un pasillo, las respiraciones
haciéndose ecos en el silencio. Un ascensor se abrió
a su izquierda, el interior pintado de oro brillante
y negro, al igual que las paredes de los pasillos.
—Un gimnasio.
134
lo que era —él ahuecó la mandíbula desaliñada de
Angelo—. Yo... quiero conocerte. No al líder de Los
Pescadores. A ti.
135
encontrándose con los ojos del otro mientras se
reían.
136
Tomando de la mano con Angelo, él dijo: —Sé lo
que significa este momento. —Entonces lo soltó,
inclinó la cabeza en alto y entró. Una luz se
encendió y la puerta se cerró detrás de él cuando
Angelo lo siguió. A medio camino en el apartamento,
se detuvo.
137
Sin soltar su comida, Gabe se acercó a la pared
más cercana a él decorada con fotos de marco negro.
Su mirada se deslizó sobre las imágenes de Angelo en
sus años de juventud con su madre y su hermana, se
estableció en el rostro de Salvatore Pagan. El padre
de Angelo era una figura imponente, incluso en
fotografías, con una expresión feroz y bigotudo. Sus
ojos, al igual que su hijo, eran cálidos y
brillantes.
138
Gabe puso su cabeza en el pecho de Angelo y se
rió. —Sí, estamos muy en lo personal.
139
para ti.
140
—Sí —Gabe tiró de los dos anillos a la vez,
viendo como la manzana de Adán de Angelo se
balanceaba. Su polla presionaba contra su cremallera—
. Podemos hacer esto toda la noche o puedes
entregarme el arroz satisfactoriamente y lento.
141
miró a los ojos somnolientos. —Quiero probarte,
sentirte en mi boca.
142
suelo entre los muslos entreabiertos de Angelo. Gabe
apretó la cara contra la entrepierna de Angelo,
inhalando el calor y almizcle estimulado. Su polla
goteaba y empujó la mitad inferior de su cuerpo en el
suelo, meciendo sus caderas, follando la superficie
plana.
143
—Quiero… —Angelo se humedeció los labios— llévame
a tu boca. Quiero tu lengua, tus dientes y tus
labios.
144
podía esperar. Actuando exclusivamente por instinto,
abrió su boca y tomó la cabeza en el interior,
cerrando sus labios alrededor de ella mientras
chupaba como si fuera un helado.
145
pero diferente a la de Gabe. Aspiró la excitación a
su alrededor y le lamió la cara inferior de las
bolas. Se movió aún más bajo, moviéndose sobre el
área entre las bolas y el culo que nunca había
prestado atención a la de su propio cuerpo hasta que
Angelo le besó allí.
146
nalgas con las dos manos y extenderlas.
147
movimiento conduciendo los dígitos de Gabe más
profundo dentro de él.
Oh ese es el billete.
148
Angelo se arqueó, con la boca abierta y los ojos
brillantes mientras sus músculos trabajaban los dedos
de Gabe.
Duro.
149
llenando la boca de Gabe con su semen. Con los ojos
abiertos, Gabe farfulló alrededor de la carga en su
boca, tirando de su pene por la expresión en el
rostro de Angelo. Sus bolas se prepararon y liberó a
Angelo con una sacudida, tambaleándose en posición
vertical y se arrastró sobre el cuerpo de Angelo.
150
—Me encanta —dijo Gabe suavemente—, la forma en
que me chupas —su mano en la garganta de Angelo se
flexionó—, la forma de entregarte, tan jodidamente
dulce.
151
deslizó a la cresta en la parte inferior de la
corona.
152
devolvió el beso, hambriento e insistente, robandole
el aliento a Gabe.
153
Gabe sonrió lobunamente y se quitó los
pantalones, buscando en sus bolsillos su cartera
antes de subir por las escaleras detrás de Angelo
solo en calzoncillos. Alcanzó a Angelo en la entrada
de la habitación y pasó un brazo alrededor de él
desde atrás, mordisqueando su cuello y hombros.
154
Gabe trabajó la polla pulida en la punta de
Angelo, consiguiendo sus dedos lubricados antes de
que los quitase. Colocando la palma de la mano en la
parte posterior de la cabeza de Angelo, escupió en
sus dedos lubricados y los llevó al agujero de
Angelo.
155
espalda—. Quiero joderte toda la noche, bebé. Te
necesito mucho, pero no quiero hacerte daño —retorció
sus dedos y Angelo se resistió.
—En la habitación.
156
Entraron en la habitación y Angelo hizo lo
ordenado, quitándose los pantalones, los calcetines y
sacando la camiseta sobre su cabeza antes de subir a
la enorme cama con dosel. La cama y la mesita de
noche era todo lo que Gabe notó en la habitación. Fue
en línea recta a la mesita de noche y abrió el
segundo cajón, allí encontró un tubo de lubricante a
base de agua.
157
—Veo que empezaste sin mí —Gabe se arrastró hasta
la cama y entre las piernas.
158
—Sí, amado. Al igual que tú —Angelo se arqueó
fuera de la cama, con los anillos de los pezones
brillando a la luz.
159
El calor le inundó.
La opresión lo estranguló.
160
Gabe se empujó, hundiéndose más y más en todo ese
calor. Todo su cuerpo se calentó, sudor goteaba en
sus ojos y por esa hendidura se hundió hasta las
pelotas contra el culo de Angelo, tocando fondo.
161
—Joder, sí —Gabe salió hasta que solo la punta
quedó en Angelo y luego embistió volviendo a entra—.
¡Joder!
—¡Mierda!
162
Siguió empujando hasta que sus piernas se
derrumbaron debajo de él y cayó boca abajo sobre
Angelo. Unos brazos lo mantuvieron cerca, firmes
labios presionaron unos besos en su sien y en su
frente. Permanecieron tranquilos, los pechos
jadeantes hasta que sus cuerpos se enfriaron.
163
Angelo buscó con la mirada y luego tiró de la
manta hacia arriba y por encima de ellos.
164
Capítulo Cinco
El sonido de su teléfono lo despertó. Angelo dio
la vuelta e hizo una mueca. Le dolía el culo y el
pesado brazo colgando sobre su pecho lo mantuvo
atrapado en la cama. Gabe lo cubría con la cabeza en
el hueco del cuello de Angelo y una pierna alrededor
de su cadera.
165
—Vuelve a dormir, tengo que hacer una llamada —él
salió de la habitación mientras marcaba de nuevo a
Pablo.
—Hey, jefe.
—Encontramos a Gordo.
166
—Sin embargo —se olvidó del agua, Angelo se
dirigió al piso de arriba para vestirse—. ¿Dónde lo
tienes?
167
todo y Gabe lo sabía también. Lo sabía al igual que
él sabía que estaba enamorado del policía en su cama.
168
llamarme más tarde.
—Pagan.
169
En veinte minutos, entraba a zancadas por las
puertas fuertemente custodiadas del edificio en la
avenida Williams. Los chicos de la puerta estaban
sombríos, asintiendo con la cabeza hacia él en
silencio al pasar. Angelo sintió sus preocupaciones y
confusión. Ellos esperaban que hiciera las cosas
bien, que llegara hasta el fondo de la muerte de
Auggie, y él lo haría.
170
Yo iba a visitar a mi hermana.
—Déjanos, Pablo.
171
—Jefe, por favor. Yo no he hecho nada —Gordo
sollozó. Las lágrimas llenaron sus ojos, pero no se
vertieron.
—Mi hermana...
172
—Tengo muchas más balas y un lugar donde
ponerlas, Gordo. Podemos hacer este baile de puta
madre toda la noche.
173
Lo más coherente que había oído de Gordo desde
que entró, Angelo asintió. —Es lo que hace mi tío.
Advertí a mi gente de él hace años, Gordo. Tú sabías
cómo operaba desde el primer día, así que no entiendo
cómo quedaste atrapado en su trampa.
174
—Él quería que yo probara unas pastillas en uno
de mis amigos para ver si trabajaban —Gordo se
encogió de hombros—. Yo no sabía lo que eran, pero
sabía que eran de Carlos y sabía que las píldoras
eran un mal asunto. Auggie estaba colgado durante
todo el año, así que lo emborraché una noche y lo
convencí de tomar algunas. Al día siguiente vino por
más, sobrio. Y al siguiente.
175
—¿Qué sabe mi tío de mi operación?
176
de Gordo se movían, raspando en el suelo mientras
luchaba. Angelo apretó los dientes, apretando su
agarre hasta que el alambre cortó la garganta de
Gordo. Siguió tirando hasta que el cuerpo se relajó y
el olor de la orina caliente llenó su nariz.
177
presentaban, se enfrentaban sin expresión al cuerpo
en el suelo. Ellos comprendian la naturaleza de la
bestia.
178
ojos en la tripulación de Carlos, vean sus
movimientos e infórmenmelo a mí. No les hagan caso,
entre menos derramamiento de sangre para Los P, mejor
—él hizo un gesto con la mano al cuerpo en el suelo—.
Gordo permitió ser tomado. Créanme cuando les digo,
que había sido advertido. Si decides que quieres
joder con Carlos, traicionar a Los P y todo lo que
representamos, pues esto se verá misericordioso
comparado con lo que voy a repartir la siguiente vez.
179
El teléfono de Gabe sonó al entrar en el recinto.
Lo sacó de su chaqueta, curvó los labios al ver el
nombre de su interlocutor. En serio, ¿se suponía que
debía sentirse tan bien? Haciendo su camino a la
oficina de su capitán, respondió al llamado de
Angelo.
—Hey.
180
mucho. —No estoy bien, y no lo estaré por un largo
tiempo.
—Oh.
181
mayor parte de sus compras habían sido online. Había
salivado por la cantidad de mierda que tenían
disponible. Las cosas que quería probar con Angelo,
hacerle gemir y rogar.
—Muy bien.
182
y la boca con una toalla de papel.
—No tengo nada más que hacer hoy, así que pensé
en venir inmediatamente —su corazón había dejado de
latir momentáneamente cuando le llegó el correo de
voz de Kowalski esta mañana, ladrandole para que
fuera a la comisaría. Su primer pensamiento, mierda,
su único pensamiento era que había sido descubierto.
Todo el mundo sabria lo de él y Angelo, pero a pesar
de su temor al venir aquí, nadie lo miró divertido.
Todo el mundo lo recibió con aplausos y palmadas en
la espalda.
183
—Hmm —Kowalski cogió una carpeta de la pila en su
escritorio, lo abrió, y la empujó hacia Gabe—. ¿Lo
reconoces?
184
Spring Creek.
185
sintió un tic muscular en la mandíbula mientras le
preguntó: —¿Cuál es la causa de la muerte?
186
gran error. Dios, tenía que vomitar.
187
Gabe sonrió débilmente. —Yo también —se puso de
pie y se acercó a la puerta—. Con suerte, estaré de
vuelta a tiempo.
—Hey, Ashby.
188
—Sí, hombre —Asintió Phelps—. Parece que Pagan
trató con el tipo que te disparó, pero tenemos una
sorpresa para su culo.
189
—no se sentía tan raro como antes al decir eso.
190
paso atrás. ¿Tenía que perder algo? ¿Por qué Phelps
le preguntaría sobre esto ahora? —Uh, no, hombre.
Todavía no puedo recordar mucho.
Pero, ¿A quién?
191
—Escucha, tengo que irme. Gracias por la charla.
192
Capítulo Seis
—¿Cuánto estás buscando para descargar? —Angelo
dio un golpecito en su portátil, ejecutando una
búsqueda de las mismas armas que estaba negociando
para comprar. Él era un hombre de negocios y como tal
tenía que saber el origen de sus productos. Si las
armas de los brasileños que estaban descargando no
estaban limpias, él pasaría.
193
la desesperación de Faro, si el otro hombre empujaba
demasiado duro o demasiado blando, Angelo se alejaría
de la negociación.
—Lo he hecho.
—Tal vez.
194
mercancía en el peor de los casos a la mitad del
precio, pero me las están vendiendo con el costo —O
Faro se olvidó con quien estaba hablando, o
deliberadamente dejó la parte sobre el fabricante.
Esto último sin duda, pero que que pondrían a Angelo
—el comprador— en una posición mejor que la del
vendedor. ¿Por qué sería?
195
estiró las piernas sobre la mesa, el teléfono entre
la oreja y su hombro. Frente a él, Pablo trabajaba en
otro ordenador portátil, enviando una llamada a todos
los compradores que tenían más existencias. La rápida
repartición del trabajo siempre fue lo mejor en su
línea de trabajo.
196
borde de su punto de partida.
197
particular debía encender un fuego en el jefe de
Faro. Los brasileños y los rusos habían estado en una
dura competencia para el comercio de armas en EE.UU.
durante años.
—Hecho.
198
Faro gruñó. —Con todo el dinero que sacaste de
nosotros hoy, mejor que sea algo mucho más potente...
y caro.
199
Pablo maniobró el SUV a través de la ventanilla
para conductores de un restaurante de comida rápida,
mientras Angelo mantenia los ojos bien abiertos. Él
vio el Toyota verde y abrió el SUV. Una figura
encapuchada saltó del Toyota y fue hacia ellos,
abriendo la puerta del coopiloto y saltando adentro.
200
confirmación. —Usted dijo que tenía noticias, Phelps.
201
—¡Maldita sea! —Angelo golpeó en el salpicadero.
Todo lo que podía pensar era en que Gabe sabía que él
mató a Manny y quizás… ¿Pensaria que Angelo había
comenzado a introducir drogas en su propio barrio
también?
—No te preocupes —Pablo lanzó a Phelps una mirada
de suficiencia—. No van a encontrar nada, no importa
lo duro que busquen.
202
Angelo estacionó su SUV a tres cuadras de la casa
de Gabe y saltó a la acera con una caja de pizza en
la mano. Se apresuró a enviar un mensaje de texto a
Gabe.
203
Desenganchando el pestillo de la puerta principal
de Gabe, dio un paso hacia la propiedad y la cerró
tras él, rodeó la casa hasta que llego a la puerta
trasera. Él la abrió y entró en la cocina.
204
ojos implacables como él, se negaron a encontrarse
con la mirada de Angelo. —Sin ti... mírame, ¿por
favor?
—No soy...
205
posición —el aliento de Gabe se quedó atrapado en su
garganta—. No puedo creer que te dejé hacerlo —se dio
la vuelta y Angelo lo agarró del brazo.
206
razón. Lo siento —rozó un beso sobre los labios
rígidos de Gabe y señaló el sofá—. Siéntate y te
explicaré.
207
estaba con otra persona, así que cuando mi tío le
pidió salir ella dijo que sí.
208
—¡Mierda!
209
ahora juntos y mi padre estaba haciendo grandes cosas
con la banda en ese momento. Entonces, un día, cuando
tenía tres años, desaparecí.
—¿Qué pasó?
210
Seattle a vivir con un amigo de un amigo de la
familia. Crecí seguro para ser un niño feliz, pero
perdí a mis padres, hablar con ellos no era
suficiente, así que escapé. Me dirigí a Nueva York
cuando tenía diecisiete años.
—Jesús.
—Dios.
211
Angelo se quedó mirando a la nada. —Podía tomar
el dolor del castigo, pero no de la manera enferma,
retorcida, que buscaba para recompensarme cuando
hacía algo que le gustaba.
—¿Qué hizo?
212
—Fue entonces cuando mi padre murió. Herido de
bala en la parte posterior de la cabeza y acuchillado
por mi tío.
213
hombre que perdiste.
214
sintió el latido constante del corazón de Gabe con su
amante presionándose con tanta fuerza contra él. Pasó
los dedos por el cabello de Gabe, acariciando el
cuero cabelludo. Gabe le correspondió, retorciendo
los hilos del cabello de Angelo en un dedo mientras
este se estremeció y suspiró.
215
¿Supongo que las reglas que establecimos
anteriormente se están quedando en el camino?
216
—Hmm —los dedos de Gabe en el cabello de Angelo
apretaron dolorosamente—. Tengo alrededor de un mes
de suministro de gomas y toda una variedad de
lubricantes.
217
querer usar esos juguetes y tapones en mí, amado?
218
de la palma de Gabe en su mejilla o los labios de
Gabe en él. No tenía que preocuparse por no tener
nada en el culo de Gabe, sin embargo, él realmente
amaria tocar fondo en estos momentos.
Basando a Gabe.
219
debía de tener barreras, físicas o de otro tipo.
220
Angelo se echó a reír. —¿Sucios? ¿En serio?
221
Capítulo Siete
Angelo se sentó en el suelo junto a la bañera
donde Gabe estaba sumergido en el agua caliente. Sus
tobillos y la cabeza eran las únicas cosas visibles.
222
Angelo negó con la cabeza y fingió fulminarlo con
la mirada. —Tal vez estoy siendo una mala influencia
para ti, jovencito.
223
—Sí que lo eres, viejo —Angelo se rió con la
mirada de muerte que Gabe le dedicó con la mirada.
—¿Cómo lo has...?
—Tu archivo.
—Ah.
224
Angelo se quedó mirando sus dedos, las emociones
quemando en la garganta. Levantó la mirada hacia la
mirada vacilante de Gabe. —Eres algo más que un pobre
sustituto. Yo no quiero estar con nadie más.
Los ojos de Gabe se iluminaron.
225
Angelo se inclinó y lo abrazó con fuerza. —Ella
te amará —besó la frente de Gabe—. Gracias. —Él no se
había dado cuenta de lo mucho que quería que los dos
cumplieran hasta ahora. Quería que su madre supiera
de Gabe y viera que el policía era un buen hombre.
Uno que Angelo no se merecía, pero lo mantendría de
todos modos.
226
—Trae ese precioso culo aqui —dijo Gabe en voz
alta—. Necesito ayuda con mi um... ¿espalda?
Angelo no pudo evitar carcajearce mientras se
acercaba a un lado de la puerta de cristal y entró en
la ducha.
227
El aliento de Gabe se quedó atrapado. —Oh, sí.
—Para.
228
sabiendo lo que haría. Las frías, duras baldosas del
piso de la ducha dolían en su carne, pero él lo
ignoró, mirando a la mirada de adoración en los ojos
de Gabe.
229
—Las manos apoyadas en los muslos —Instruyó Gabe.
Angelo obedeció y Gabe deslizó los dedos por el pelo,
acariciándolo—. Chupame.
230
—Lo amas, ¿verdad? ¿Chupar mi polla?
231
de venirse. Él amaba eso, el camino que Gabe
naturalmente se hizo cargo, tomando la toma de
decisiones de las manos de Angelo. Ordenándole
alrededor. A él le encantaba.
232
moviéndose mientras vaciaba su semilla en el suelo de
la ducha. Él gimió mientras Gabe se metia en su boca
de nuevo.
233
—Ven aquí.
234
Angelo se sentó en el borde de la cama y esperó a
Gabe para salir del baño. Su pelo mojado se aferró a
sus hombros, haciéndole cosquillas en la piel tensada
con anticipación. Acariciando su polla
tranquilamente, cerró los ojos y recordó la mirada en
los ojos de Gabe cuando Angelo le chupó,la ardiente
adoración, todo por él.
235
Esa mirada gris brillaba con un millón de
hogueras, barriendo el rostro de Angelo en una
caricia caliente. Angelo envolvió con sus brazos
alrededor de la cintura delgada de Gabe y presionó su
frente en su torso. Se quedaron así, con los dedos de
Gabe pasando a través de su pelo.
236
mientras besaba su camino por el cuerpo de su amante,
siguiendo el rastro del tesoro oscuro para el premio
final. Él lamió el líquido translúcido de la punta
bulbosa enrojecida y luego metió la lengua en la
ranura, sondeando cuando el agarre de Gabe en el pelo
apretó y él se arqueó. Angelo se retiró, chupó la
cabeza una vez, dos veces, y luego volvió a la
ranura.
237
Las caderas de Gabe se movieron hacia adelante,
empujando su polla más profundo, los dientes de
Angelo rasparon. Gabe gritó. Angelo rodó su lengua
sobre él, y luego a la cresta en la parte inferior de
la cabeza. Como lo anticipó, Gabe empezó a moverse
salvajemente.
Trojans.3
Comprobado.
238
Hola, lubricante.
-Date la vuelta.
239
inclinó hacia delante, la cara baja en los tobillos
de Gabe cuando puso el culo más alto.
240
bolas apretadas. Apretó los músculos alrededor de los
dedos.
-No lo hagas.
Hacia abajo.
Oh la jodida quemaba.
241
-Aahh.
242
tormentosos.
Su dedo.
243
-Sí.
244
aire alrededor de ellos, envolviéndolos en suavidad.
Tal vez él se estaba poniendo blando, pero a Angelo
no le importaba en ese momento.
245
-¿Puedo pasar la noche? -Le preguntó.
246
Capítulo Ocho
Un fuerte golpe arrancó a Gabe del sueño. Él se
irguió, parpadeando al sol que entraba por las
ventanas y miró a su alrededor por Angelo.
-¡Jodidamente no te muevas!
247
-No me jodas, Gabe. -La voz de su hermano vino de
la cocina, sonando más enojado.
248
Los ojos de Kane se estrecharon. -Puedo matarte
ahora mismo, Pagan, y me gustaría tener una jodida
medalla. -Sus dedos apretaron el gatillo, los
músculos abultados.
Kane tragó.
249
-¿Estás jodidamente bromeando? -Kane atacó. -¿Tú
y él, Gabe? ¿Desde cuándo eres...?
-Desde él.
250
Angelo se inclinó hacia Gabe. -¿Debo dejaros
solos?
251
creció más pronunciada. Su boca se abrió y se cerró
rápidamente. Gabe juró que si miraba lo suficiente,
vería el humo salir de las orejas de su hermano.
Aunque contuvo una sonrisa. Su hermano tenía todas
las razones para estar confundido, todos los motivos
para cuestionar la cordura de Gabe.
252
Kane volvió la mirada hacia arriba.
253
-¿Recuerdas la primera vez que viste a Bailey?
254
bloquea aquellos que se acercan demasiado?
-No lo soy.
255
Los labios de Kane se crisparon. Los hermanos se
sentaron en un silencio pesado hasta que Gabe lo
rompió.
-No lo vi.
-Huh. Ya lo veo.
256
-¿Él habla contigo? -Los ojos de Kane se
abrieron. -¿Eso es lo que se conoce como hablar con
la almohada hoy en día?
257
-¿Estás bien? -Su mirada se desvió de Gabe a Kane
y su espalda.
Kane gruñó.
Angelo sonrió.
258
hombros. -¿Resulta que tienes la prueba, Mariscal? No
lo creo. Sin embargo, la captura de Reynarde hizo mi
vida un poco ... difícil. -Él hizo un guiño a Kane.
259
descaro para aclararse la garganta.
260
La risa burbujeó y se derramó de los labios de
Gabe. -Vamos, hermano mayor. Llévame a desayunar.
261
de Carlos, ventanas cerradas mientras observaba a los
hombres de pie en la entrada. Su postura casual y
bromas ligeras no le engañaban. Eran los
guardaespaldas, el bulto en las pretinas de sus
pantalones vaqueros holgados haciéndole saber lo que
eran. Apagó la 99 Problems de Jay-Z y se echó hacia
atrás, respirando hondo para calmar los nudos en el
estómago.
262
leal de Carlos. Más de una vez Angelo deseó haber
cortado la garganta de Hugo cuando tuvo el bastardo
de rodillas y lloriqueando. -Hugo, mucho tiempo sin
verte. Espero que te hayan crecido un par desde
entonces.
263
Hugo se quedó inmóvil, sólo por un segundo
rápido, antes de dirigirse a la parte trasera del
garaje, pero Angelo lo cogió. Ese comentario dio en
el blanco. Hugo se había cabreado a sí mismo cuando
Angelo le metió el cañón de su .9 mm en la boca.
Sonrió ante el recuerdo.
Bonito.
264
Su tiempo estaba casi abajo sin embargo, Angelo
se encargaría de ello.
-Registrenlo.
265
Hugo lo condujo a una habitación pequeña,
polvorienta y con mala iluminación. Carlos estaba
sentado en un sofá raído, una mujer vestida sólo con
un tanga rojo dormida en su regazo. Otra mujer, la
mitad de la cabeza afeitada, yacía en la alfombra
oscura al lado del sofá, desnuda, el culo al aire.
266
Se parecía mucho a su hermano.
267
Angelo rodó los ojos. ¿Por qué me siento como que
estoy en una mala película de gángster en este
momento?
268
puños en los bolsillos de la chaqueta y se mordió el
interior de la mejilla, extrayendo sangre. No daría
señales. No daría señales. Él no le daría al bastardo
la satisfacción de una expresión. No le haría hacerle
saber lo crudo que eran esas heridas. En su lugar,
Angelo imaginó la mirada en los ojos de Gabe de esa
mañana.
269
diferencia de ti, yo pongo mis manos sucias. -Él miró
a los oscuros charcos de odio que eran los ojos de su
tío y sonrió. -Siempre has sido un cobarde, atacando
por detrás, yendo tras las mujeres y niños. No tienes
las pelotas para las grandes ligas. Nunca lo has
hecho.
270
-Vas a tener que hacerlo mejor. No me asustas.
271
El miedo se abrió paso a través de las entrañas
de Angelo. Su mente le gritaba que se alejara, pero
él optó por no escuchar. Era Angelo Pagan, el líder
de Los P. Podía lidiar con las palabras de su tío.
Podía tratar con...
Y se reía.
272
Angelo agarró a Carlos por el cuello, tirando de
él en su cuerpo mientras retrocedía hacia la pared.
Los hombres de Carlos le gritaban, apuntando con sus
armas, pero Angelo se centró en su tío, volteándolo
alrededor y usando su cuerpo como un escudo.
273
-Jefe, ¿estás bien? -Uno de los hombres de su tío
lo mantuvo en posición vertical, mientras que los
otros dos agarraron los brazos de Angelo y lo
estrellaron contra la pared.
274
escolten a mi sobrino fuera, Por Favor.
275
Abrió su boca en el saludo de Gabe, pero no salió
nada. Tenía la garganta cerrada. Sus ojos ardían. El
nudo en su pecho se hizo más y más fuerte.
-¿Angelo? ¿Bebé?
276
mojado.
277
Sus labios se curvaron en una sonrisa amarga. -Es
exactamente como si fuera hace tantos años, un
monstruo, y se concentró en ese chico de diecisiete
años, asustado como un tiburón olfateando sangre en
el agua.
278
conseguirlo. Los compradores estaban ya alineados.
279
-Gracias por la charla. -Dijo Angelo. -Y por
escuchar. -Le asombraba lo natural que era hablar con
Gabe, como el sonido de la voz de su amante lo
calmaba rápido, como nada ni nadie más podría
hacerlo.
-Más tarde.
280
-Hola, Gabe. -Se puso de pie, cuerpo esbelto
cubierto con pantalones oscuros y abrigo ajustado
desenvolviendo gracia. Sus ojos castaños eran
vacilantes mientras hablaba. -Yo he venido para la
caja que dejé en el sótano.
-Así que …
281
-¿Cómo has estado? -Le preguntó en voz baja.
La nostalgia lo golpeó.
282
hombro?
283
-Trish...
284
Capturando las muñecas, la llevó a la mesa. Se sentó
y sacó una silla a su lado e hizo lo mismo. -No
deberíamos tener que trabajar tan duro para mantener
nuestra relación, Trish. Dejó de funcionar y es
necesario un fin. Fuiste la fuerte, caminando fuera.
-Agarrando la barbilla, la obligó a mirarlo a los
ojos. -Yo ya no quería estar en nuestra relación,
pero era un cobarde, no quería caminar lejos tampoco.
285
-He estado viviendo en el sótano de mis padres, a
la espera para que llamases. Esperando a que te
presentaras, esperando que lucharas. -Sus ojos
brillaron. -¿Fue tan fácil de tirar tres años por el
desagüe y seguir adelante? ¿No significaba nada? -Sus
hombros temblaban y su rostro se arrugó.
286
Joder. -Yo...uh...- Ella. Por supuesto Trish no
sospecharía que estaría con un hombre. ¿Por qué iba a
hacerlo?
-¿La quieres?
287
-Ven aquí. -Extendió sus brazos y ella se sentó
en su regazo, serpenteando sus brazos alrededor de
sus hombros. Su respiración calentaba un lado de su
cuello y él deslizó sus palmas hacia arriba y abajo
de su espalda, presionando sus labios en su pelo.
Mierda.
288
-Um, voy a ir a buscar esa caja. -Trish se puso
de pie y se secó los ojos.
289
una caja de cosas en el sótano, regresó por ella.
290
-Lo amas.
291
Él esperó a que ella se metiera en su coche y se
marchó. ¿Qué demonios ha pasado?
292
Capítulo Nueve
Él no encontró señales de Angelo cuando abrió la
puerta de atrás y miró afuera. Gabe se encogió de
hombros y se fue para hacer la salsa para su pasta.
Quién perdía era Angelo si decidió irse sin decir una
palabra. Gabe aún necesitaba procesar toda la
situación de Trish.
293
cabeza. Trish se merecía a alguien mucho mejor que
él. Mucho mejor de lo que él le había dado en los
últimos años.
294
ha estado esperando por mí para que cambiase de
opinión y volviera con ella.
Gabe avanzó.
295
que vuelva?
296
pensando en mí, y yo me lo pasé pensando en ti,
necesitándote. Queriéndote.
297
Inclinó la barbilla y Angelo lo besó suavemente.
Gabe se aferró a él, separando sus labios, tocando la
lengua de Angelo. Su amante profundizó el beso,
tomando su boca hambrienta. Gabe igualó su fervor,
saboreando el sabor adictivo de su amante antes de
alejarse con un gemido.
298
-Los Knicks están jugando en Miami esta noche,
por lo que la sala de estar.
299
por la parte inferior.
5
Símbolo de una receta médica.
300
Angelo sonrió. -Sabía que te gustaría. -Inclinado
sobre el sofá, cogió el vino y levantó la botella. -
Hay un poco más, ¿quieres terminarlo? -Tomó un trago.
301
dolor sordo que podía tolerar ahora.
-¿Dónde creciste?
302
Poconos. Una cabaña. -Si la estructura bureada-
fuera-de dos pisos con todas las comodidades
disponibles conocidos por el hombre, se podría llamar
una cabaña.
-Bonito.
-¿Qué pasó?
303
Los brazos de Angelo apretaron a su alrededor. -
Lo siento.
304
-Hmm. -Gabe clavó los talones en el sofá y se
arqueó.
305
-Aah. -Gabe se resistió en el calor de los dedos
ásperos de Angelo, la cabeza dando vueltas con una
sobrecarga de placer. Y vino. El aliento de Angelo
chamuscó su corona antes de que su polla estuviera
rodeada por succión caliente y húmeda.
306
-Ungh. -Gabe retorció los dedos en el pelo de
Angelo y tiró, balanceó sus caderas, enviando su
polla más profundamente en la garganta de su amante.
La saliva se deslizó hacia abajo en su polla,
goteando en su pubis. El olor del sexo y la
excitación llenó su nariz y se fundió en la lengua.
307
sumergiéndose en su entrada, Angelo lo ayudó, tirando
hasta que el artículo en cuestión de la ropa se movió
más abajo.
-Dios.
308
-Follame. -Gabe le instó. -Follame más, Ángel.
Duro.
Decadente.
309
Gabe tragó, esperando que todo su cuerpo le
doliera, mordiéndose el grito de mandar a Angelo
seguir adelante con ello ya. Que hiciera algo. Que le
hiciera venir. Él siguió los movimientos lentos de
Angelo con los ojos entrecerrados. Su amante,
finalmente remontó a su agujero con un dedo antes de
deslizarse dentro de él.
Tres dedos.
Más.
-Aah.
310
más profundo y luego se detuvo. Gabe se apretó
alrededor de él.
311
sofá y levantó su cuerpo fuera y luego se deslizó
hacia abajo en los dígitos de su amante.
312
movimientos descoordinados ásperos.
-Jodidamente caliente.
313
amargo y dulce y tengo tu semen pegado a mi pubis.
314
Gruñendo, se sentó en cuclillas y quitó las botas
y los pantalones vaqueros de Angelo, dejándolo en
apretados pantalones negros con la camiseta blanca.
Gabe se permitió una mirada indulgente a la espalda
de su amante, todo tatuado para arriba, y sonrió.
Él lo amaba. Amo a Angelo. Se inclinó sobre el
cuerpo de su hombre, trasladó el pelo de la cara de
Angelo y rozó con los nudillos sobre la frente.
Angelo se movió, una pequeña sonrisa en sus labios.
315
Una polla dura, la punta mojada y resbaladiza,
empujó en la grieta de Angelo, tirando de él de su
sueño. Su erección se agitó como el aliento caliente
de Gabe estaba en su nuca. Empujó su mitad inferior a
la dureza de lo follaba por detrás, la mano
remontando a tomar el flanco de Gabe.
316
-Aahh. -Angelo se arqueó, los dedos clavándose en
el flanco de Gabe. -Eres un sádico hijo de puta, ¿no
es así?
317
la molía en el culo. La alegría simple lo inundó y el
deseó de nunca tener que dejar el mundo, nunca tener
que volver a un mundo invadido por la violencia y la
muerte, la mayoría de los cuales era su propio hacer.
318
Había sabido por mucho tiempo que esto no sería
ningún asunto de una noche y estaba en lo cierto.
Amaba a Gabe y él se iba más allá del miedo por lo
que podría sucederle.
A ellos.
-Policía.
Esperando.
319
dirigió a la cómoda donde se puso un par de
pantalones cortos, los ojos en todas partes, pero no
sobre Angelo.
-Policía.
320
El dolor cruzó el rostro de Gabe y Angelo se
maldijo a sí mismo.
321
-Joder mírame. -Angelo cogió la barbilla y obligó
a su atención de nuevo a él. Esos ojos grises le
quemaban, lo señalaban. -Tú eres mi amante, pero
también eres un policía. Esas dos mezclas juntas hace
algo difícil y ahora eres el hombre que simplemente
no puedo vivir sin él. Me niego a vivir sin ti.
322
Cartel Delatorre era notorio por la trata de
seres humanos, armas, drogas, sexo, niños. Cualquier
cosa ilegal, ellos estaban sobre Delatorres y hasta
la cintura en el mismo.
323
-No empieces con esa mierda críptica conmigo.
Dímelo o no lo hagas. -Gabe dio la espalda a Angelo.
324
Ojos cautelosos buscaron su rostro. -¿Qué otra
cosa consiste el plan?
325
en el crimen es un civil y sin escrúpulos como yo.
Angelo gruñó.
-Mañana.
-Tu cumpleaños.
326
Angelo asintió. -Podría costarme llegar por lo
que no te asustes si llamas y no contesto.
327
-Ah, está bien.
328
la mierda golpeara el ventilador.
329
También necesitaba decirle a Gabe cómo se sentía.
Su amante sentía lo mismo, podría decirlo por la
mirada en los ojos de Gabe. Por la forma en que su
amante le tocaba, lo besaba.
Amor.
Ultimas noticias.
330
recogiendo las golosinas.
331
-Hmph. -Se dio la vuelta en la oscuridad,
encendió la lámpara de noche y agarró los teléfonos
al lado.
332
El envío no debía llegar dentro de una hora, pero
él pasó por encima el lugar de todos modos,
quedándose en el interior del vehículo mientras
miraba la zona vacía. Un mensajero estaría trayendo
las armas de fuego en la calle, pero por el lugar de
reunión era por el agua. Utilizaron este método antes
y entonces, como ahora, no tenía ni idea de por qué
Faro y Delatorres optaron por trabajar así.
333
pero no confiaba en ellos.
334
más intenso miedo mezclado con el alivio en el
espacio cerrado.
Por Gabe.
Por Catarina.
Y por mí.
Necesitandolo.
335
Él volvió a su motel después de la recolección.
Después de aparcar en un lugar apartado, arrastró las
bolsas ofensivas pesadas llenas de armas en la
habitación de una en una. Cuando terminó, le dolían
los hombros como una madre y estaba bañado en sudor.
Cambio de planes.
¿Qué ha cambiado?
Mis planes.
336
Él esperó, casi sin prestar ninguna atención a la
demostración de la realidad en la televisión. Cuando
los dos hicieron sus planes, era todo depende de su
ser y seguir siendo dónde estaba exactamente. La
mayor parte de las transacciones y ofertas que hizo
fueron todos orientados a derribar Delatorres y si
Angelo Pagan no estaba alrededor como el líder de Los
P, el plan sería ir línea recta al retrete.
Su teléfono sonó.
¿Deseas salir?
337
Capítulo Díez
-Sí, señor. Gracias. -Gabe colgó el teléfono a su
capitán y se volvió hacia su hermano que lo miraba
con las cejas levantadas.
338
-¿Cómo está funcionando para ti? -Kane se inclinó
hacia adelante, la mirada intensa cerrada en la cara
de Gabe. -Estás decidiendo enterrar tu cara en la
arena, hermano. Es un criminal, un gángster para
todos los intentos y propósitos, y tarde o temprano,
la vida se pondrá al día con él. Y a ti.
339
-No puedo.
340
Gabe se atragantó, los labios separados cuando se
reunió con los ojos brillantes de su hermano. La risa
brotó en su pecho y se derramó de sus labios. Kane se
unió y pronto estaban gritando de risa. Los clientes
dispersos en la hamburguesería tomaron nota de ellos,
entonces, deteniéndose y mirando como Gabe se
desplomó en su silla, los hombros temblando.
341
-La negación.
-Sí.
342
-Haz lo que quieras. -Kane sacó sus llaves
mientras subían a su coche en el estacionamiento. -Me
he estado preguntando si, ¿cómo es el sexo?
343
Le soltó, dio un paso atrás. -Tú cocinaste.
Rió tontamente.
344
-Si. -Se dirigió al sótano. -Voy a tomar una
ducha y luego nos dirigiremos hacia fuera. -Quería
visitar la tumba de Catarina, poner unas flores. -Me
encontraré con Gabe más tarde.
345
-¿Estás seguro de esto, hijo? -Se volvió con los
ojos muy abiertos a él. -Este plan tuyo, seguramente
va a hacer que te maten.
346
-Pero de eso se trata, Mami. -Se obligó a
pronunciar las palabras. -No estoy seguro de que ni
siquiera tenemos un futuro.
347
Su madre salió del coche con un movimiento de
cabeza. Sí, sabía que estaba tomando decisiones por
Gabe, pero con la idea plantada en la cabeza, tenía
que poner las cosas en marcha. Una vez que todo
estaba en marcha le diría a Gabe.
No contengas la respiración.
348
-Y tomar a ese hombre tuyo contigo. Darle una
opción.
349
-¡Necesitas conseguir pasar por aquí ahora mismo!
-La voz frenética de Pablo se levantó por encima del
ruido en su extremo.
-Ten cuidado.
350
-Siempre, Mami. Siempre.
351
entreabierta.
-¡Sorpresa!
352
Dio un paso atrás y le guiñó un ojo, los labios
de color rojo brillante hicieron pucheros
perfectamente. Hubo un tiempo en que habían estado
envueltos alrededor de su polla, ahora le disgustaba.
353
-¿Quieres algo de comer? -Pablo asintió con la
cabeza hacia el lugar donde la comida fue presentada
en forma de bufé. -Tu madre hizo todos tus favoritos.
Esa mujer. -Así que por eso ella cocinó toda esa
comida. -Él negó con la cabeza. No puedo creer que
Mami consiguió mantener esto de mí.
354
ojos, Angelo vio algo allí que realmente deseó no
haberlo hecho. Algo suave y casi tierno, una mirada
no del todo reservada para la relación que siempre
había tenido con Pablo-el de los amigos, el jefe y el
empleado.
355
cabeza. -De nada.
-¿Estamos de acuerdo?
356
-Mierda. -Él se pasó una mano por la cara y se
dirigió a las escaleras. Tenía que hacer pis.
Él gimió.
357
Se dirigió a uno de los baños en el segundo piso,
tomando una meada mientras. Después se lavó las
manos, se dirigió a la habitación más cercana, pateó
la puerta, la cerró y cayó de espaldas sobre la cama.
Con los aplausos y gritos y la música que venía de
abajo, en silencio, él podría conseguir unos minutos
de descanso antes de ir con Gabe. Había pasado la
mitad de la noche anterior y la planificación del
día, para conseguir su mierda junta, trabajando con
su socio en el crimen para llegar a una ruta viable
de escape.
358
Pero su madre no merecía morir en las calles de
Brooklyn porque se negaba a dar media vuelta.
Y yo no lo culparía.
359
¿He bajado yo la guardia?
360
Los labios y la piel suave y cálida le
despertaron. La excitación fuerte nubló su nariz
antes de que él parpadeó con los ojos abiertos. Dedos
ahuecaban su polla dando sacudidas mientras alguien
chupaba su cuello.
Qué...
-Oh Ángel.
-¿Qué. Carajo?
361
grandes ojos, los pezones duros y le apuntó. Angelo
se revolvió en la cama y se acercó a ella.
362
pego un tiro.
-Mierda.
363
de nuevo. Los pitidos se produjeron muy seguidos,
diciéndole que tenía tres llamadas perdidas y cinco
textos perdidos, todos de Gabe.
Nada.
364
Veintitrés minutos más tarde, saltó del SUV en el
estacionamiento subterráneo de su edificio de Coney
Island y corrió hacia la puerta, golpeando el código
con los dedos congelados.
365
-Gabe. -Se arrodilló junto al sofá, una mano en
el hombro de Gabe para despertarlo hasta que vio que
su amante estaba despierto, con los ojos brillantes.
Vigilantes. -Lo siento, llego tarde.
366
magdalena con una sola vela en la parte superior.
-Lo siento.
-Gabe…
367
-No es lo que piensas. -Angelo dio un paso
adelante.
Y el miedo.
368
Capítulo Once
Todo el cuerpo de Gabe se sacudió con miedo. La
idea de compartir a Angelo con cualquier persona,
hombre o mujer, sabía a ceniza sobre la lengua. Se
había pasado toda la noche pensando y preocupándose,
navegando por Internet, viendo las noticias locales
para cualquier información. Miedo en la cabeza,
sabiendo que si algo le sucedía él sería el último
absolutamente en saberlo, y aquí su amante estaba,
con lápiz labial de color rojo oscuro en el cuello y
el cuello de su camisa blanca, bañado con el hedor de
un coño de las chicas de usar y tirar.
-P-policía.
369
-¿Era yo tan ingenuo pensando que podía confiar
en ti, Pagan? -Agarró el hombro de Angelo y volvió a
su amante de cara a la pared. -¿Y pensar que yo sería
el único?
-Joder, lo eres.
Su amante gimió.
370
Angelo arqueó la espalda, empujándose en el
agarre de Gabe en su polla húmeda en la punta.
371
directamente sobre esa mancha de color rojo oscuro, y
lo chupó.
372
toda la ira y el dolor y el miedo.
Y el amor.
373
labios de Angelo, ronca y sexy, empujando a Gabe
sobre el borde.
374
Ahogando un gemido por la pérdida de todo el
calor y la suavidad, él se apartó. Miró a su amante,
con las piernas débiles mientras se apoyaba en la
pared, los pantalones vaqueros alrededor de sus
rodillas como la semilla de Gabe corría por el
interior de sus muslos.
-Policía.
-Te amo.
375
Sin decirle esas tres palabras.
Todo el temor.
376
alejándose, sin siquiera molestarse en mirarlo a los
ojos.
A quemarropa.
No pudo.
377
estaba en la casa o si la había dejado, pero no oyó
ningún sonido.
No escuchaba la televisión.
378
-¿Dónde estás?
-Policía.
379
Angelo lo bloqueó en la puerta, apagando su
teléfono cuando su mirada inescrutable miró a Gabe
inmóvil.
380
-Dijo Angelo suavemente. -Mi cuello y culo están
heridos, por lo que mi pregunta es, ¿Cuándo voy a
obtener mi reclamo?
381
La mirada de Angelo lo tenía sin aliento, sin
habla. Tan intenso y caliente, lleno de toda esa
emoción que Gabe nunca había creído capaz. Todo
centrado en él, todo por él.
-Ven a mí.
382
Angelo lo levantó y terminó con sus piernas
alrededor de la cintura de Angelo, dedos hurgando
todo ese espesor y sedoso cabello.
-Ángel.
383
las piernas de Gabe. -Yo te di mi corazón en ese
maldito cuarto de interrogatorios, policía, pero lo
he estado guardando como rehén tuyo por mí.
384
su polla cuando él la besó y lamió, acariciando y
apretando hasta que Gabe gritó, los músculos de su
estómago contrayéndose, la espalda arqueada.
Jodiendolo.
Sondeándolo.
385
-Gabe.
386
-Oh Dios. -Las palabras estallaron de Angelo,
tanto una oración y un grito.
387
-Amado. -Angelo se estremeció por encima de él. -
Te amo. Tan bueno. -Él comenzó a moverse con
movimientos circulares, con los dedos agarrando el
culo de Gabe dolorosamente. -Eres mío. Mío.
-Jodidamente bueno.
388
-Te amo, policía. -Murmuró Angelo en su boca. -
Vente por mí, vente en mi polla. -Doblando las
piernas de Gabe atrás hasta que sus rodillas casi
tocaban el pecho, Angelo se hundió dentro.
-Mierda.
389
Ellos se aferraron el uno al otro, los cuerpos
calientes se pegaban entre sí por el sudor y semen,
los latidos del corazón sincronizados.
390
Gabe levantó una ceja. -¿Qué hiciste?
391
-Después de la primera vez que nos vimos. Estaba
tan de quicio, no tuvo gran importancia y ningún
alivio. -No parecía orgulloso de sí mismo en
absoluto.
392
-Pero se supone que volviste a verla. -Gabe
señaló. -Esa noche en el almacén.
-¿Qué?
-Feliz cumpleaños.
393
Valía la pena ver esa gran sonrisa tonta
extendida por el rostro de Angelo.
394
-¿Qué? -Angelo puso la magdalena abajo, los dedos
ocupados desgarrando el envoltorio de su regalo.
-Gabe.
395
-Es un placer.
396
Algo a lo que podría acostumbrarse. Algo que él
pensó que podría tener cada mañana para toda la vida
sin quejarse.
-Buenos días.
397
-Me encanta el sexo de despertar, muy caliente. -
Gabe pellizcó la barbilla de Angelo, estremeciéndose
como Angelo se deslizó fuera de él. -Hmm, joder.
398
-Uh, sí, ¿pero no se llama almuerzo ya? -Gabe
cogió el cuaderno de dibujo, una ceja en aumento por
el boceto de él durmiendo. -Esto es bonito. -Pasó la
página y se quedó mirando el plano de algún tipo de
estructura. -¿Qué es esto?
-No, no puedes.
399
-Aww. -Gabe se pellizcó la nariz. -Yo no sabía
que podías cocinar.
400
de Angelo. -Promesas. Promesas.
Felicidad.
401
-Hay una razón por la que te pago la cantidad de
dinero que te doy, Phelps. Dime qué mierda está en
esa orden judicial.
402
-¿Qué pasa? -Preguntó Gabe.
403
Era curioso cómo Gabe podía oír su corazón
desgarrarse dentro de su pecho, cómo podía doler
tanto que se hundiría hasta las rodillas, se pondría
en un ovillo y lloraría, sin embargo, permaneció de
pie en medio de todo. Un sonido escapó de sus labios,
muy parecido al de un animal herido.
Sostenerlo.
-Gabe.
404
Él levantó la cabeza, se reunió con la
preocupación en la mirada de Angelo y él se rompió.
Sus rodillas cedieron y se desplomó.
-Mierda, ¡Gabe!
-¿Qué pasa?
405
acuerdo. -Con tono plano, palabras dolorosamente
suaves, él sostuvo la mirada de Gabe.
406
-La máscara cayó y el miedo brillaba en esos ojos
dorados.
407
que estaba de acuerdo, era una situación imposible y
estaban mejor sin el otro.
408
Tras el envío de una orden a Pablo para que
pusiera las cosas en orden, Angelo entró en la
comisaría 72nd con su abogado. Todo el mundo lo
miraba, algunos incluso se burlaban, pero él no les
prestó atención.
409
Pero esos planes estaban lejos de ser
solidificados y aún así, no había garantía de que
viviría con él después de eso. Así que tuvo que dejar
ir a Gabe.
410
bolsillo de su chaqueta.
411
-Lo he oído. -Angelo se encogió de hombros.
412
-A mi me gusta estar en la cima. -Se rió Angelo.
-Además, ¿por qué iba yo a matar a mi gente?
413
una demanda en su contra y de la NYPD por su
enjuiciamiento exagerado de un inocente.
414
Gabe no salió de la casa una vez que llegó desde
Coney Island. Ignorando el paquete de juguetes
sexuales que FedEx trajo, él estuvo alrededor de la
casa, limpiando, pasando la aspiradora y lavando la
ropa mientras trataba de no mirar la detención de
Angelo en la televisión local.
415
no podía cambiar por lo que se centró en lo que pudo,
al igual que en su ropa de cama y los platos en el
fregadero.
-¿Puedo ayudarla?
416
Apenas llegando a los hombros, la mujer levantó
la cabeza. Los ojos oscuros se centraron en él, su
cara infinitamente familiar.
417
Capítulo Doce
-Uh, ¿vamos adentro? -Gabe cerró la puerta detrás
de él, entonces se enfrentó a la mujer que estaba en
su sala de estar. Su pelo era tan lujoso como el de
su hijo, brillante negro con hebras de plata
llevándolas con orgullo.
418
Gabe se aclaró la garganta y dio un paso atrás.
Acompañándola para un asiento en el sofá, se sentó a
su lado. -¿Cómo has llegado hasta aquí?
419
-Me envió una nota desde la cárcel. -Dijo
Liliana. -Tu nombre y dirección.
420
hablar.
421
-Porque lo amas.
-Ahora lo haces.
422
Gabe frunció el ceño. -¿Usted no va a tratar de
convencerme de hacerlo volver?
423
balanceó hacia atrás y hacia adelante. -Yo no hice
nada más que amarlo. Era egoísta en eso.
-Él lo hizo.
424
un hombre leal. -Y mucho más.
425
hermano y su trabajo. A su vez ella le contó
historias hilarantes de la juventud de Angelo antes
de ser secuestrado, con los ojos brillando mientras
hablaba de las travesuras entre él y su hermana.
426
Ella recitó su número y lo programó en su
teléfono, entonces le dio el suyo y ella hizo lo
mismo. Cuando terminó, ella lo abrazó.
-Muy bien.
427
estuviera cerca de Angelo, algo que él no creía que
alguna vez sentiría de nuevo.
-Hey, Capitan.
428
Gabe oyó la palabra no dicha. Una vez más.
429
No puedo volver.
No quería volver.
430
La pasión que una vez tuvo se fue, al igual que
un impulso. A pesar de la agitación de sus
extremidades, la comprensión no le asustaba de la
forma en que probablemente debería hacerlo.
431
Angelo sonrió. -¿Y el señor S?
432
-Muy bien. -Asintió Peter. -Te veré mañana.
433
Los hombres salieron sin lugar a dudas,
deteniéndose sólo para darle una palmadita en la
espalda, o darle un abrazo con un solo brazo. Estaban
orgullosos de él, lo vio en sus expresiones,
orgullosos que una vez más su jefe había balanceado y
tejido su salida de prisión.
434
La confusión oscureció la mirada de Pablo, pero
asintió. -Está bien.
435
Un músculo palpitó bajo el ojo izquierdo de
Pablo. -Esto se trata de él, ¿no es así?
-Lo estaba.
436
acusadora a Angelo, la boca de Pablo se retorció. -No
esperaba que te fueras con él, ver como lo besabas a
través de la ventana.
437
cabeza. -Pero yo sabía mejor. En el instante en que
lo besaste, yo sabía mejor.
-Lo amo.
438
El cuerpo de Pablo se sacudió como si hubiera
recibido un golpe físico y Angelo se acercó a él,
tirando de él en sus brazos.
439
Pablo se quedó inmóvil en el umbral.
440
movimiento.
441
¿Es por eso que usted pidió hablar conmigo en el
momento que su culo fue arrestado esta mañana?
442
El que había grabado a Carlo confesando los
asesinatos de Catarina y Auggie.
443
Otra cosa que has tratado con su tío personalmente.
444
Y Gabe seguía viviendo el enfrentamiento con su
visitante desde el día anterior. La aparición de
Liliana Pagan le ayudó a entender mejor cómo se había
enamorado de su hijo. Con una madre como ella, a
pesar de todo lo malo, había cosas buenas todavía que
residía en el núcleo de lo que era Angelo.
445
Todas esas malditas etiquetas. Ahora no era el
momento de decidir nada, no cuando él todavía sentía
la huella del contacto de Angelo en su piel. Dentro
de él.
Su capitán.
446
-¡Ya lo tenemos!
447
Angelo llegó al Coney Island un poco después de
las ocho de p.m. No tenía ninguna expectativa de ver
a Gabe allí esperando desde que su ex amante no había
respondido a su texto, pero lo esperaba.
448
-¿Qué has hecho? -Gritó Gabe. -¿Qué mierda
hiciste?
449
tembloroso. -Tienes que dejar de hacer eso.
-Amado.
450
-Gabe, por favor. -Angelo llegó a él y Gabe se
echó hacia atrás. Se tragó el dolor. -Lo siento, por
favor.
-Sí.
-Gabe-
451
fuerza. -Lo siento.
452
-¿No confías en mí lo suficiente como para
decirme esto? -Gabe lo dejó ir y se movió fuera de su
regazo. -Has estado planeando esto, ¿no es así? Y sin
embargo, aun cuando te acostaste conmigo y me dijiste
que me amabas, ni una vez me mencionaste esto. -El
dolor era muy evidente en su voz.
453
-Todavía me amas. -¿Por qué demonios dijo eso?
454
Las manos de Gabe se fueron al cinturón de
Angelo, y tirando de él para desabrochar sus
pantalones y calzoncillos abajo, liberando su
erección que se meneó. Escupió en la palma y luego
acarició a Angelo, tirando duro e insistente sobre su
polla.
455
boca abierta, la mandíbula floja como Gabe se hundió
dentro y fuera, saqueando su boca con empujes
fuertes.
-Joder.
456
embestida, cada trazo en la memoria. Catalogó el olor
de Gabe, sus sonidos, y el roce áspero de su piel
contra Angelo.
457
líquido.
458
Hacer sus vidas buenas.
Duro.
459
las decisiones que había hecho, los que se lo
llevaban lejor de Gabe durante lo que parecía una
eternidad en este punto. Ser noble, ir directamente,
nada de eso significaba nada si no tenía a Gabe.
460
Apretó alrededor de Angelo y luego lo liberó.
-Gabe.
461
-Nnng. -El sonido brotó de la garganta de Gabe,
su culo contrayéndose salvajemente. Chorros calientes
de esperma manchaban en el estómago de Angelo como
Gabe disparó sobre él, lo que provocó su clímax.
462
-¡Gabe! -Angelo se puso en pie sólo para tropezar
con los pantalones vaqueros agrupados alrededor de
sus tobillos. Se dejó caer contra la escalera como el
culo desnudo de Gabe desapareció por la puerta. -
Gabe.
463
Capítulo Trece
Gabe se puso su ropa en el ascensor, sus dientes
castañeando por el frío. O tal vez por la sobrecarga
de emociones. Él no lo sabía. Todo lo que sabía era
que necesitaba salir del lugar, lejos de Angelo.
464
Gabe tomó un profundo y tembloroso suspiro. Un
intento de despejar su mente de la picadura de la
traición definitiva. El aire frío no ayudaba, lo
único que hizo fue recordarle lo caliente de la piel
de Angelo se sintió junto a él.
¿Por qué?
-Todo ha cambiado.
465
envueltos alrededor de su cintura, temblando. Sin
pensar, Gabe se acercó y tiró de Angelo cerca,
frotándose las manos por los lados de Angelo.
-Va a tomar más que esto. -Él hizo una mueca ante
la mordedura en sus palabras, pero se negó a
retirarlo.
466
-Lo sé.
467
te apetezca?
468
haciendo girar los pulgares hasta que salgas? -Él se
apartó. -Si sales.
469
-Me enamoré de ti en una habitación fría y
estéril. -Habló a Angelo sin mirarlo. -Y desde
aquella noche en la sala de mi casa, después del
tiroteo, cuando te rompiste, me conecté a ti de
alguna manera. Podría llamarte o enviarte un texto y
con tu respuesta más breve, todo estaría bien.
470
juntos, Angelo no podía negar eso. No podía negar su
intensidad y la profundidad de sus sentimientos.
471
Con las cortinas tiradas hacia atrás para dejar
que el claro de luna entrara, se desnudaron
mutuamente en silencio y luego se arrastraron hasta
el centro de la cama, Gabe en la parte superior.
472
calor, necesidad y sudor.
473
en la polla de Angelo unas cuantas veces más antes de
que él se levantó y se sentó a horcajadas sobre
Angelo, de espaldas a él.
474
vibrante a lo largo de su eje. Gabe giró sus caderas,
lo que facilitaba en la cara de Angelo y golpeó hacia
abajo, en esa boca.
475
La lengua de Angelo.
476
dedos más profundo, curvandolos, y los movimientos de
Angelo vacilaron.
477
Angelo y se dio la vuelta, acostado con las cabezas
juntas en la almohada, mirándose el uno al otro, las
respiraciones mezclándose.
478
Cuando volvió a abrir los ojos, ya era de día.
Oscuro y gris y lúgubre. Angelo estaba a su lado,
apoyado en las almohadas, la mirada fija en él.
479
palabras en español, fluyendo sobre Gabe como el
agua. Sonaban como promesas, esas palabras. Al igual
que su amante estaba prometiendo una vida que no
podía permitirse esperar. Sacudió la cabeza y
envolvió el puño alrededor del cabello de Angelo,
señalando con la cabeza hacia abajo y lo besó,
parando esas palabras.
Lo que necesitaban.
480
su alrededor.
A quién él necesitaba.
481
boca de Gabe, se rodó y desapareció en el cuarto de
baño.
482
los suyos. -Te amo, Angelo Pagan. Y no me arrepiento
de ello. No me arrepiento de nosotros.
483
cabo, lo único que necesitaban era que el juez
estuviera de acuerdo con los términos y condenarle en
consecuencia.
484
podía hacer excepto sonreír y aguantar?
¡Mierda!
485
Angelo se volvió desconcentrado, furtivamente dio
una mirada por encima del hombro. Su madre se secó
los ojos y Gabe se inclinó hacia delante, con la mano
justo por encima del hombro, apretando la parte
posterior de su banco. Angelo vio lo difícil que era
para su amante ver a su madre llorando. Los ojos de
Gabe también estaban enrojecidos, los labios
hinchados, la barba de Angelo le quemaba en la cara y
el cuello.
486
Gabe se sacudió y llevó el puño cerrado a la
boca. Angelo sabía que se movía, sabía que su amante
estaba mordiendo los nudillos para ahogar los gritos.
Los brillantes ojos de Gabe devolvieron sus palabras,
y Angelo se aferró a ello como el alguacil abrió paso
entre la puerta y la cerró de golpe.
487
Finalmente Kane lo llevó a casa, sin decir nada
más sobre el viaje en taxi y simplemente abrazándolo
firmemente en su puerta.
488
ese día en el tribunal y no había noticias de su
madre tampoco. Cuando Gabe intentó llamar al número
que le había dado, él recibió un mensaje de
desconectado.
Amado,
Comencé esta carta tantas veces y tantas veces me
detuve. No hay palabras lo suficientemente poderosas
para transmitir lo mucho que me gustaría poder
mirarte a los ojos. O tocarte, tocar tu mejilla y ver
489
tus párpados revolotear.
¿Sabías que lo hacías?
Estoy rodeado de ruido extremo y extremo silencio
y sueño contigo. Permanecí despierto preocupado por y
sobre ti. Por favor, no desaparezcas dentro de ti
mismo. No te condenes a ti mismo por estar este
tiempo conmigo. No es tu culpa, no es tu crimen.
Los dos sabíamos lo que era esto, lo que es, y
nosotros somos demasiado tercos para hablar lo que
deberíamos haber dicho en nuestra última noche
juntos.
Se acabó. Listo. No hay nada a lo que aferrarse,
ya que, como tú dices, no estamos seguros de si voy a
salir. Estoy manteniendo mis dedos cruzados para que
cuando llegue a mis dos años no hayan aumentado,
pero, policía, nosotros no podemos seguir.
No es justo. No hay derecho a que tú te sientes
en la noche en tu casa después de noches esperando
por mí, poniendo tu vida en suspenso. No es justo
para ti y tanto como me jode pensarte con alguien
más, he sido lo suficientemente egoísta. He tomado
suficiente de ti y te pedí demasiado.
No estoy siendo generoso, simplemente realista.
Tal vez egoísta en esta acción también, ya que una
vez más estoy tomando decisiones sin decírtelo. Sin
preguntar lo que tú piensas o deseas. Pero, amado, te
conozco y sé que estarías en tu cama, sin vivir.
Sin sonreír.
490
Haciendo tiempo como yo, y conmigo.
Esta será mi única carta. No escribas, por favor.
No lo hagas. Vive. Sigue adelante. No, no espero ni
quiero que me olvides. Quiero que estés conmigo,
siempre y para siempre, pero no es realista. Ahora
no. Y no es algo que yo escriba con tanta facilidad.
Me está matando escribir esto, pero tiene que ser
dicho.
Enfoca tu energía en tu trabajo, haciendo lo que
amas. Tal vez un día, pueda verte de nuevo. Tocar tu
cara de nuevo y ver que te derrites.
Tal vez algún día.
No voy a pedir disculpas por esto, porque una vez
que consigas sobrepasar la ira y el dolor, una vez
que estés más allá de la traición y maldiciendo mi
nombre, verás la verdad.
Tú me amas y yo te amo. Mucho, policía. Mucho,
pero esto termina aquí.
Termines ahora.
491
-¿Estás seguro de esto? -Kane apoyó una cadera
contra la puerta del coche y levantó una ceja.
492
-Necesito un cambio de escenario. -Gabe inició el
contacto. -Y un cambio de ritmo. - lugar que no me
inundada de recuerdos de Angelo. No habló las
palabras en voz alta, pero Kane parecía oírlo de
todos modos.
493
Seis meses de condena de dos años.
Prisión Dannemora Clinton.
494
Angelo hizo el empuje.
495
-Hola, tío.
496
Cuando los dos hombres se enfriaron, sus
respectivas bandas se habían reunido en torno a la
violencia y se arremolinaban en el calor polvoriento
de la tarde.
497
Angelo estaba a un lado mientras la banda de
Ricky se puso en pie, haciendo un gesto bruscamente a
la banda de los Bloods una mesa más allá. Carlos y
algunos prisioneros más viejos sentados en la mesa en
el medio, observando el intercambio en voz alta
mientras comían.
Excepto Carlos.
498
Angelo se levantó una vez que los guardias
señalaron el visto bueno, deslizándose hacia el
centro de la lucha. Pasos corriendo alcanzaron su
cabeza, los guardias corriendo junto a él y cayeron
al suelo. Angelo vio los pies de su tío y luego su
cuerpo, con espasmos, sangrando por el corte fatal en
la garganta.
Angelo sonrió.
499
Quince meses de condena.
500
El viejo Bodine le dio el control de su tienda a
su hijo. Trevor, lo que leyó en la etiqueta con su
nombre. Trevor quien sostuvo la mirada de Gabe un
poco demasiado largo y se quedó mirando su boca
cuando hablaba. Trevor de los ojos marrones
sonrientes y pelo oscuro rebelde bajo la gorra sucia.
501
Trevor no era Angelo.
Y otra.
502
Capítulo Catorce
-Pagan.
503
para saber quien en realidad habían ejercido la
cuchilla.
504
El hombre era hermoso, sus altos pómulos, nariz
pequeña y labios carnosos que le daban un aspecto
casi juvenil. Pero sus ojos hablaban de dolor y
tácito, de oscuridad y un hombre mayor más allá de lo
que su edad era.
505
Pagan. Yo hago lo que hay que hacer.
506
Era Gabe besando a otro hombre. Con los ojos
cerrados, los puños cerrados en la camisa de otro
hombre, besándolo.
507
Su libertad se retrasó dos meses, pero fue
finalmente libre. Angelo salió de la prisión con la
promesa de que no buscaría a Gabe.
508
Su madre había limpiado el lugar. Era una
cáscara, anduvo por las habitaciones por última vez
antes de ir sobre la fase final de su plan. Se duchó
y se afeitó, abriendo la puerta de atrás para dejar a
Pablo y a su amigo de la morgue.
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-Buena suerte, amigo.
510
-Hey, soy yo.
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-Tengo que ir allí. Tengo que verlo.
Ahora a esperar.
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boca como papel de lija.
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Gabe retiró la mano y golpeó a Angelo en la
nariz. Los huesos crujieron, la sangre voló y Angelo
gritó.
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muerto, al menos Angelo Pagan lo está.
515
sorprendía? Angelo le gustaba estar en control.
¡Cristo!
516
trenes muy rápido.
-No.
-¿Lo quieres?
-Respóndeme, policía.
517
Los labios de Angelo se curvaron. Se movió cerca,
muy cerca. Lo suficientemente cerca de Gabe para
inhalar su calor y gemir.
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vaqueros como Angelo con la punta se quitó sus botas.
Moviendo una mano entre la piel caliente y los
boxers, Gabe rodeó la erección de Angelo. -¿Cómo te
llamas?
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Rafe se sacudió, el aliento corriendo de él y
Gabe gimió por esa fusión de especias familiarizadas
con la lengua. Ahuecando sus mejillas, él bajó la
cabeza, arrastrando sus labios a lo largo de la
longitud. Rafe palpitaba y goteaba. Gabe trabajó con
la boca y las manos, chupando mientras acariciaba
desde la base hasta la corona, apretando la raíz de
Rafe, la lengua deslizándose por esa cresta sensible.
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cabalgaba el dedo en el culo.
-Habitación.
Rafe se corcoveó.
521
Rafe apretó las sábanas, arqueándose,
retorciéndose en Gabe.
522
echó hacia atrás, las palmas de las manos en la
garganta de Rafe mientras miraba hacia él. -Nadie.
523
Gabe levantó la cabeza. -¿Ese es el plan de
escape? ¿Construir una casa y vivir en Carolina del
Norte como Rafe Soto?
-O secretario, es tu elección.
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-Sí.
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-A mi hermano no. -Gabe se pellizcó la barbilla.
-¿Dónde está tu madre de todos modos? Hemos estado
enviándonos correos electrónicos de ida y vuelta,
pero ella no me dice dónde está.
526
Epílogo
Su casa.
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Miró más allá del ministro sonriendo amablemente
a su amante de pie junto a él, con los ojos llorosos,
sonrisa temblorosa, y Rafe se sintió a punto de
estallar.
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Gabe entrelazó sus dedos, acariciando el anillo
de oro en el dedo anular de Rafe. Gabe llevaba uno a
juego en su dedo anular, anillos que habían
intercambiado la noche en que se mudaron a su casa.
Rafe le apretó.
Fin.
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Sobre el Autor.
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Coordinación del Proyecto
Elonoe
Traducción
Elonoe
Corrección/Revisión
JoCora
Diseño/Edición y Formato
Miriam
Limpieza de Portada
Miriam
http://estoesloquedeseo.blogspot.com.es/
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