Tema 8 Protección Al Paciente
Tema 8 Protección Al Paciente
Tema 8 Protección Al Paciente
TEMA 8
PROTECCIÓN AL PACIENTE
Contenido
1. INTRODUCCIÓN ................................................................................................................. 3
1. Justificación ........................................................................................................................ 4
1.3. Justificación de las prácticas de medicina nuclear más allá del paciente.................... 5
2. Optimización ...................................................................................................................... 6
1. INTRODUCCIÓN
Por otra parte, para las aplicaciones terapéuticas, veremos cuál es el procedimiento para la
optimización de las mismas.
1. JUSTIFICACIÓN
El principio de justificación indica que no se debe realizar ninguna práctica que no implique
un beneficio para los individuos expuestos o para la sociedad, que no sea suficiente como
para compensar el detrimento causado.
Una práctica médica estará justificada si el beneficio para los pacientes obtenido de su
diagnóstico o tratamiento es mayor que los perjuicios inducidos, teniendo en cuenta la
gravedad de estos perjuicios. Desde este punto de vista las prácticas médicas están
justificadas porque han demostrado ampliamente las claras ventajas que suponen para el
paciente frente a los riesgos de la radiación.
Aún así, el hecho de que la contribución de las prácticas médicas a la dosis colectiva siga en
aumento en los países desarrollados hace que nos debamos plantear la justificación de cada
exploración que se realiza. Las pruebas de medicina nuclear, como pruebas
complementarias, resultan de utilidad cuando el resultado de las mismas contribuye a
modificar la conducta diagnóstico-terapéutica del médico o a confirmar su diagnóstico. Las
pruebas que no cumplen con la condición anterior someten a los pacientes de manera
innecesaria a los riesgos de la radiación, y no están justificadas. Entre las causas de estas
injustificaciones están:
Examinando estas causas queda claro que el origen de estas exploraciones injustificadas
puede estar en el médico prescriptor, pero en las unidades de medicina nuclear la legislación
española responsabiliza al médico nuclear de valorar la correcta indicación del
procedimiento y definir alternativas al mismo sin riesgo radiológico o con el menor riesgo
radiológico.
1.3. Justificación de las prácticas de medicina nuclear más allá del paciente
• Impacto sobre el medio ambiente: en medicina nuclear los pacientes eliminan parte
de la actividad que se les ha suministrado, y es necesario valorar qué efectos puede
llegar a producir la circulación de estas actividades liberadas.
También es necesario valorar el detrimento sobre las personas que ayudan a otras que
deban someterse a exposiciones médicas. En este caso la introducción de restricciones de
dosis, de nuevo para situarlas en condiciones aceptables de seguridad, y el que se les
proporcione una información adecuada sobre los efectos de la radiación y los modos de
protegerse, minimiza el detrimento al que se pueden ver sometidas.
Por último la justificación de las prácticas de medicina nuclear obliga a tener una valoración
de los efectos sobre el medio ambiente. La elección de radionucleidos adecuados y la
correcta gestión de los residuos generados son factores que contribuyen a la justificación de
las prácticas.
IR_OP_MN_TX_T08 5/8 © CSN-2015
Curso de OPERADORES DE INSTALACIONES RADIACTIVAS. MODULO MEDICINA NUCLEAR (IR_OP_MN)
TEXTOS
2. OPTIMIZACIÓN
2.1. Definición
En los procedimientos diagnósticos las actividades que se administran a los pacientes dan
lugar a dosis que se encuentran muy por debajo de los umbrales de aparición de efectos
deterministas, por lo que el detrimento para el paciente está asociado a la probabilidad de
producción de efectos estocásticos. Esta probabilidad está directamente relacionada con la
dosis efectiva derivada de una exploración y a su vez esta con las actividades administradas.
Si nuestro objetivo es optimizar la práctica, es decir, hacer las dosis todo lo bajas que sea
razonable alcanzar, en términos prácticos tendremos que minimizar las actividades que se
administran. En este proceso resulta útil realizar comparaciones entre distintos servicios, por
medio de niveles de referencia (ver siguiente apartado) que en medicina nuclear diagnóstica
se fijan en unidades de actividad.
3. NIVELES DE REFERENCIA
El hecho de que la mayoría de los procedimientos que producen exposiciones médicas estén
claramente justificados, que éstos suelen beneficiar directamente al individuo expuesto
(salvo aquellos voluntarios que se someten a programas de investigación), y que no se
apliquen límites de dosis, hace que la optimización de las prácticas médicas sea fundamental
y que haya importantes oportunidades de reducir las dosis en medicina nuclear.
En el caso concreto de una gammacámara, en tanto las tasas de recuento sean tales que la
influencia del tiempo muerto de la propia cámara sea despreciable, las imágenes se
obtendrán con la misma calidad diagnóstica, si bien a medida que se aumente la dosis en los
pacientes, menor será el tiempo para adquirir la imagen. Junto a esto también sucede que el
mal funcionamiento de una gammacámara se puede compensar con un aumento de las
actividades administradas a los pacientes. Las actividades administradas también están
influenciadas por la calibración del activímetro.
Todo ello indica lo útil que sería contar con un nivel de referencia de actividad administrada
necesaria para realizar un estudio con una buena calidad diagnóstica en el marco de un
procedimiento estándar.
La Guía sobre los niveles de referencia para diagnóstico (NRD) en las exploraciones médicas,
elaborada por la Comisión Europea, define los NRD en medicina nuclear como:
Como ya hemos indicado los niveles de referencia no se deben entender como límites y no
representan una separación entre prácticas justificadas y no justificadas. Ayudan a localizar
situaciones anómalas, optimizando la protección de los pacientes y evitando que sean
sometidos a dosis innecesariamente altas. Para que esto sea posible es necesario incluir los
controles dosimétricos de los pacientes en el marco del programa de garantía de calidad,
que nuestra legislación prevé que desarrollen las unidades asistenciales de medicina nuclear.
Los NRD para pacientes pediátricos se toman como una fracción de los NRD para adultos.
Existen recomendaciones del porcentaje a considerar en función del área de la superficie de
los pacientes o en función de la edad. En cualquier caso no se deben tomar valores inferiores
a un décimo del NRD para adultos, porque llevarían a tiempos de adquisición excesivamente
elevados para mantener inmóviles a los niños.