Busco Novia
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- Compadre búscate una tía que te de casa y comida, solo así podrás tener tranquilidad para
estudiar no tienes que preocuparte por el alquiler ni mucho menos por encontrar un flaca y al final,
lo que se quiere es terminar la carrera no?
- No, no pasa nada, ya encontrare chamba y poco a poco avanzare.
Era una tarde de verano, los estudiantes Alemanes solían, en días como ese, salir al parque y estudiar
o leer ahí, pero él no, él se detuvo frente a una maquina donde se podía meter las botellas vacías de
coca-cola y esta te daba dinero por cada botella, saco de su mochila unas diez botellas que había
encontrado por ahí y las metió, pues ya eran casi las doce y de alguna manera el hambre castiga, al
meter la ultima botella se le vino a la mente lo que su amigo esa noche de cerveza le dijo, en ese
tiempo pensaba que el pata estaba medio loco, pero poco a poco, comprendía que el consejo dado,
no era un simple delirio, pensaba que también él podría haber vivido esas cosas, pasado por esos
días en que sin alguna ayuda económica tenias que buscar algún trabajo y si tenias mala suerte un
trabajo mal pagado, o si eras demás piña ningún trabajo. Él ya era un caso especial, pues por más que
buscaba trabajo solo encontraba negativas, ya no tenía cabeza para el estudio, se dejo deprimir
mucho y sin dinero no tenía ni chance de buscar consuelo en algún alcohol, así caminaba pensando
en que es lo que podría hacer, su zapato ya con un hueco que le hacía recordar su realidad, le daba
un matiz más trágico a su situación y cada día resonaba con más fuerza esas palabras disparadas a
quema ropa de su amigo y se preguntaba si es que los principios comprendían de pena o de hambre.
- Acabo de llegar, estoy como Au-Pair pero estoy buscando alguna forma de quedarme acá, pues en
el Perú no pasa nada, la cosa esta cada día más terrible.
- Si pues, pero se come rico no? Jajaja yo vivo ya 15 años acá y aun no he vuelto al Perú, ya estoy
acostumbrado a estos lares y no creo que me vuelva a acostumbrar al Perú
- eres ya Alemán?
Era un grupo de seis chicas, dos de ellas habían venido por alguna empresa que oferta la mano de
obra en forma de intercambio cultural, ellas tuvieron que escribir una carta describiendo sus
atributos de chicas perfectas, amantes de los niños, alegres, hogareñas que sepan cocinar, o sea, algo
así como la cenicienta moderna, con un par de fotos y alguna recomendación se inscribieron en la
oficina virtual de alguna esquina de la red. Floro o no floro llegaron interesados en contar con sus
servicios, les mandaron la carta de invitación y ellas tenían que pagarse el pasaje, la condición,
„ayudar“ en los haberes de la casa y de vez en vez cuidar a los niños cuando los padres tenían que
trabajar o asistir a algún evento social, a cambio de eso recibían una propina, aprendían el idioma y
no pagaban alimentos ni mucho menos casa, el motivo principal, como dije antes, intercambio
cultural, cosa que muy pocas veces se daba, pues de cenicienta moderna pasaban a lo tradicional,
una contaba que sus anfitriones no querían que asistiera a la escuela de idioma, pues esta le quitaba
mucho tiempo, tiempo que podría ser empleado en hacer cosas en la casa o en cuidar a los niños, la
otra decía que le gritaban mucho. Fue un sábado, sábado en que este peruano que casi nunca sale,
se le ocurre salir a socializar un poco, viendo que este grupo son de peruanas se les acerca y les
habla, una de ellas se queda hablando horas con él, las demás bailando como queriendo hipnotizar a
los presentes se conocen con otro grupo de peruanos, una de ellas llama a su amiga con cierta
emoción, esta que hablaba muy amena con el peruano espera a que su amiga le diga las nuevas
buenas, muy rápida y sin mayor miedo le dice en voz comprensible -Ven, que allá está un chico que
es peruano-alemán, te lo presentare- y las dos salen sin mayor atención al veterano de 15 anos.
- Pues sí, a mi me gustaría mucho quedarme, o sea las cosas en Venezuela no van muy bien, y pues
acá podría trabajar más.
- Bueno, comprendo, pero vamos a una fiesta, esta fiesta es de algunos amigos que conozco, la
mayoría de estos son latino-alemanes, así que ellos de alguna manera podrían ayudarte.
Chileno-Alemán, Mexicano-Alemán, Argentino-Alemán, todos tenían algo de alemán, si no era el
padre era el abuelo del abuelo de no sé quien, el venezolano se encontraba ahí, en medio de una
fiesta a lo Latino-Alemán, este que lo había llevado a esa, quería que se desenvuelva un poco más y
lo dejo solo, a la media hora escuchaba como alguien criticaba muy fuerte a su amigo, luego ya no
era solo uno, eran algo de tres voces que criticaban a este, sin saber porque este amigo se asoma e
intenta escuchar el motivo de las criticas, ya lo habían arrinconado al venezolano y este solo atinaba
a decir, -pero es que si quiero casarme para poder quedarme acá-.
- Salud loquito, oye pero y por qué no hablas alemán? Tus padres son alemanes no?
- Mi papá es alemán y mi mamá es venezolana, así que en casa siempre hablábamos solo
castellano.
- Oye y tú?
- No, yo soy más venezolano que Chávez, mis padres son venezolanos y bueno, me vine acá a ver
qué pasa
- Oye pero ese día la cagaste, como les vas a decir a todos que quieres casarte solo por papeles
jajaja eso se tiene que manejar con cuidado pues
- Uy, pero yo no pensaba que era algo malo, aunque cuando todos empezaron a atacarme me sentí
muy perro jajaja
Estaban los tres latinos en una casa de estudiantes, tomando algunas cervezas para olvidar la semana
pesada, un peruano, dos venezolanos, perdón, un venezolano y un alemán que no hablaba alemán,
ya habían pasado casi tres meses desde la llegada de estos dos aventureros, el uno podía quedarse
cuanto más él quisiera, al otro ya se le terminaba la visa y era el más interesado en poder quedarse y
trabajar en Baviera, pues había gastado los pocos ahorros que tenía en costearse el pasaje de avión y
si volvía sin pena ni gloria habría sido en vano haber cruzado los mares, el venezolano-alemán, que
era muy buen amigo de este, muy preocupado buscaba también alguna posibilidad para que su
amigo se pueda quedar, el peruano les cuenta que no hay muchas formas, pero que una seria como
estudiante, que alguien le pueda garantizar, o sea hacer responsable de él ante el estado alemán,
pero este tendría que tener las posibilidades económicas, en pocas palabras, tener un buen trabajo,
la otra pues seria, el que se case con alguna alemana o alguna integrante de la comunidad europea,
esto le atraía más al venezolano, pues si fuera así, podría trabajar sin ningún problema, pero la
cuestión era, con quien se podría casar, pues decirlo es fácil, pero encontrar alguien que te haga el
„favor“ es otra cosa, y lo más seguro era que si encontrara a alguien que le hiciera el „favor“ seguro
querría alguna retribución a cambio, en pocas palabras, una cierta cantidad que llegaba a un numero
de cuatro dígitos. Después de un salud y sin encontrar alguna solución, se le ocurre al peruano
comentar que el matrimonio entre homosexuales ya es legal en Alemania, que estos dos podrían
casarse y así podría quedarse el amigo, comentario que fue tomado con mucha seriedad por estos
dos viajeros, hasta que el peruano, con voz burlona, les dice, pero tendrían que besarse en la boda,
pues si no, no les creerán, cosa que les hizo reaccionar y mirándose con cierta cara de crédulos,
atinaron a decir juntos, NO.
- Si compadre, encontré alguien que puede casarse conmigo, pero quiere siete
- Ya pues, no te queda otra, pues así la tendrás más fácil
- Si, esta nota de querer estudiar y no contar con ayuda económica me resulta algo difícil, así que
pienso en ponerme a trabajar, ahorrar y luego retomar mis estudios
- Con tal que no te guste el billete y prefieras solo trabajar a estudiar
En medio hora ya habían recorrido todo el pueblo, este se encontraba muy cerca a Hamburgo y le
dijeron que ahí podrían casarse sin mucho trámite burocrático, este pequeño pueblo quedaba en
Dinamarca, y la jueza hablaba bien alemán, esta ya había casado a muchos extranjeros y el día que
llamaron para hacer una cita para la boda, esta les dijo que tenían que estar mínimo tres días en
Dinamarca, solo así podrían casarse en ese país, llegaron un lunes y la ceremonia tendría que ser un
jueves, no eran los únicos que esperaban ese día, en el hotel recomendado por la jueza, habían ya
dos parejas más que también esperaban el jueves, estas dos parejas venían de Berlín y también eran
extranjeros. Los días pasaron sin mucho que hacer, y cuando ya el almanaque dio jueves, estos
esperan su turno para poder casarse, no tenían testigos así que en la municipalidad de este pequeño
pueblo, les brindaron también testigos, en último minuto se dan cuenta que tampoco tenían anillos,
así que la chica se saca el que ya tenía y se lo da al futuro esposo, -si, acepto- fueron las últimas
palabras antes de darse el piquito que sellaba el negocio, digo el matrimonio, se despidieron de la
jueza y se fueron en dirección a la estación de trenes.