Tres Meses
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Tres Meses
PROPUESTAS DE OCEANA
PARA EL PERIODO 2021-2026
MEJORAR LA PROTECCIÓN
DE LA BIODIVERSIDAD
MARINA Y SUS HÁBITATS
PRIORITARIOS
SITUACIÓN DE LA PROTECCIÓN DE LA
BIODIVERSIDAD MARINA Y SUS HÁBITATS
PRIORITARIOS
Los océanos del mundo son una fuente invalorable de bienes y servicios para la humanidad:
nos proveen de alimentos, materias primas y energía; son importantes para las actividades
de recreación y turismo; regulan el clima mundial, producen la mitad del oxígeno que
respiramos y absorben casi el 30 % de las emisiones de CO2 que producimos los humanos.
Los hábitats costeros protegen las ciudades y comunidades costeras de las tormentas y la
erosión.
La línea costera tiene una longitud de alrededor de 3080 kilómetros. Cortada por 53 valles,
la costa peruana, que representa el 11,7 % del territorio nacional, es habitada por casi el
55 % de la población de nuestro país, y en ella se desarrollan una serie de actividades de
gran importancia económica, para la seguridad alimentaria, el comercio internacional y el
bienestar de las poblaciones. Así mismo, la diversidad de hábitats y ecosistemas presentes,
que van desde los manglares y bosques tropicales hasta los bosques de algas y fondos
submareales, brindan un sinnúmero de servicios ecosistémicos.
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LAS ÁREAS NATURALES PROTEGIDAS
Una de las estrategias de conservación de biodiversidad más efectiva son las áreas
protegidas. Cuando una persona quiere visitar un lugar natural, visita un área natural
protegida (ANP); cuando quiere ver ciertas especies de fauna, va a un área protegida. Así,
las ANP se están convirtiendo en lugares importantes no solo para la conservación de la
biodiversidad, sino también como destinos naturales de millones de turistas del mundo.
En el Perú, los principales destinos turísticos son áreas naturales protegidas: el Santuario
Histórico de Machu Picchu, la Reserva Nacional Tambopata, la Reserva Nacional de Paracas,
entre otras. Sin embargo, las áreas protegidas no solo conservan biodiversidad, sino que
proveen recursos a las poblaciones locales y son fuente importante para el bienestar de los
pobladores y la economía local. Muchas personas dependen directamente de los recursos
que se encuentran en áreas protegidas: las comunidades nativas de Tayacome y Yomibato
en el Parque Nacional del Manu, los pescadores artesanales en la Reserva Nacional de
Paracas, los castañeros de la Reserva Nacional Tambopata, entre otros. El 50 % de nuestra
economía y más del 80 % de nuestras exportaciones dependen de las ANP, cuyo aporte a
la economía nacional es de US$10 mil millones. Más aún: los servicios ecosistémicos que
proveen las áreas naturales protegidas son vitales no solo para las poblaciones locales,
sino que sus beneficios van más allá de sus límites; es el caso de aquellos que brinda la
Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca como principal reserva de agua de la ciudad
de Arequipa. Además, previenen y mitigan los efectos de cambio climático, así como los
desastres naturales.
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Aunque sabemos que varias especies deberían estar listadas en alguna categoría de
amenaza (pensemos en algunas de tiburones y mantas), el hecho de que no se las considere
“fauna silvestre” impide clasificar el estado de conservación de los peces. Esto ha llevado
a que, como país, no se manejen las especies acuáticas (marinas o de agua dulce) de la
misma forma y con los mismos criterios que la flora y fauna silvestre.
El Estado realiza esfuerzos para lograr políticas articuladas y con una visión integral
del manejo de vida silvestre. La Estrategia Nacional de Diversidad Biológica integra y
aterriza lo estipulado en la Ley sobre la conservación y aprovechamiento sostenible de la
diversidad biológica (Ley N.° 26839) y su respectivo Reglamento (DS N.° 068-2001-PCM).
Mientras que el Plan de Acción de la Ley Orgánica para el aprovechamiento sostenible de
los recursos naturales (Ley N.° 26821) trata la diversidad biológica de manera integral. Así
mismo, en la “Estrategia nacional para reducir el tráfico ilegal de fauna silvestre en el Perú”
se incluyen algunas especies acuáticas.
Sin embargo, las acciones planificadas no se han realizado, la fauna marina se maneja
de manera diferente que la terrestre y no hay una categorización de amenaza para las
especies marinas.
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La conservación del 10 % de las áreas marinas y costeras, ya sea a través del
establecimiento de ANP o de otras modalidades de conservación, no solo debe
cubrirse en extensión sino en representatividad y consistencia de las mismas para que
ayuden a asegurar los resultados más grandes y sólidos para la biodiversidad, seguridad
alimentaria y bienestar humano. Para esto, se debería hacer un análisis espacial marino
costero para identificar y priorizar las áreas importantes para la conservación de los
ecosistemas y hábitats marinos.
El Perú posee 75 áreas naturales protegidas que cubren el 17,62 % del territorio
nacional. Sin embargo, el área marina cubierta por las ANP es menor del 0,5 % del
territorio peruano. Más aún, recién se están implementando en el Perú una serie de
herramientas para evaluar el manejo efectivo de las ANP,1 como los lineamientos para
la elaboración de planes maestros y los lineamientos para el monitoreo biológico, que
incluyen indicadores para los objetivos de conservación, económicos y socioculturales
del ANP, e indicadores del estado de conservación a nivel del SINANPE (Sistema Nacional
de Áreas Naturales Protegidas del Perú) que están pensados para áreas boscosas.
Para conservar la productividad del ámbito marino de las ANP es necesario manejar la
pesquería efectivamente, y esto solo se podrá lograr cuando el SERNANP y el sector
competente en temas pesqueros –PRODUCE– trabajen juntos y ordenen las pesquerías
en las ANP. Un elemento crucial en ese camino es la aprobación e implementación de
1 La efectividad de la gestión es el grado en que las medidas de gestión van logrando las metas y objetivos
de un área protegida. Ella permite mejorar el manejo de áreas protegidas a través del aprendizaje, la
adaptación y el diagnóstico de temas específicos que influyen para determinar si se han logrado las metas
y los objetivos. También brinda una forma de demostrar responsabilidad al gestionar un área marina
protegida – AMP (Pomeroy, R. S., Parks, J. E. y Watson, L. M. [2004]. Cómo evaluar un AMP. Manual de
indicadores naturales y sociales para evaluar la efectividad de la gestión de áreas marinas protegidas. Gland,
Suiza y Cambridge, Reino Unido; UICN. xvi + 216 pp.)
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planes de manejo pesqueros, los cuales deben ser aprobados por PRODUCE y tener
el visto bueno del SERNANP.
Más allá de ello, el manejo de los recursos pesqueros en un ANP es un tema que
merece especial atención. Hasta el momento, PRODUCE no ha reglamentado el uso
de los recursos hidrobiológicos en ANP, por lo que existe un vacío legal en la regulación
referente a los Planes de Manejo Pesquero y su aplicación por parte del SERNANP
para el ámbito de las ANP.
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