Identidad Cultural y Territorio Una Refl

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REGIÓN Y SOCIEDAD / VOL. IX / NO. 1 5 .

1 9 9 8

Derechos reservados de El Colegio de Sonora, ISSN 0 1 8 8 -7 4 0 8

Identidad cultural y territorio:


una reflexión en torno a las com unidades
trasnacionales entre México y Estados Unidos

M. Laura Velasco Ortiz *

Resum en: Este ensayo reflexiona sobre el reto que im plica la recon-
ceptualización de la relación entre cultura y territorio, bajo la
experiencia de la m igración trasnacional de oaxaqueños ha-
cia Estados Unidos. Las tesis posm odernistas sobre la frag-
m entación y discontinuidad de la experiencia del tiem po y el
espacio en los procesos m igratorios son recuperadas com o
supuestos que im plican procesos por com prender, antes que
una explicación de los procesos de reconstitución de la iden-
tidad de los m igrantes. La hipótesis que guía esta reflexión es
que existen ciertos procesos o m ecanism os que rearticulan tal
fragm entación y discontinuidad, y que su dilucidación nos
perm itirá com prender la recreación de identidades culturales
en contextos de aparente desarraigo territorial y desintegra-
ción social.

Abstract:This essay discusses the challenge posed by the reconcep-


tualization of the relationship betw een culture and territory,
taking into account the experience of the transnational
m igration of natives from Oaxaca, in Mexico , to the United
States. The po st- m o de rnist theses about the frag m e n tation and
disco n tinuity of the tim e and space experience in the m igra-
tory processes are recovered as assum ptions to understand
processes rather than an explanation of the reconstitution of
the m igrants identity. The hypothesis underlying this think-

* Investigadora del Departam ento de Estudios Culturales de El Colegio de la Fron-


tera Norte. Se le puede enviar correspondencia a El Colegio de la Frontera Norte, P. O.
Box L, Chula Vista, CA 9 1 9 1 2 , tel: 0 1 ( 6 6 ) 3 1 -3 5 -3 5 ext.1 2 0 8 , fax: ( 6 6 ) 3 1 -3 0 -6 5 ,
e-m ail: lvelasco@ colef.m x.
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ing is that there are certain processes or m echanism s w hich


rejoin such fragm entation and discontinuity and their eluci-
dation w ill allow us to understand the recreation of cultural
identities w ithin a context of apparent territorial uprooting
and social desintegration.

Introducción

Actualm ente, dom ina una im agen am bigua de las fronteras nacio-
nales com o espacios de fragm entación a la vez que de continuidad
cultural. Ello parece resultado, principalm ente, de procesos de
globalización com o las m igraciones, la internacionalización del
capital y la difusión de los m edios de com unicación. Estos proce-
sos cuestionan la capacidad de contención de las identidades cul-
turales, que los discursos nacionalistas le atribuyen a las fronteras
territoriales de las naciones m odernas.
Com o otros dispositivos globalizadores que están m odificando
la im agen de las fronteras nacionales, las m igraciones transnacio -
nales destacan por su capacidad de constituir nuevas configuracio-
nes culturales que, difícilm ente, pueden ser asim iladas a un sólo
territorio nacional. Después de décadas de m igració n hacia Esta-
dos Unidos, existe un gran núm e ro de co munidades m exicanas
que ha desarrollado víncu los econó m ico s, sociales y culturale s,
tanto en terri to rio m ex icano co m o estado unidense. Existen ev i-
dencias acerca de có m o e stas po blacione s han m odificado las
pautas de co nstrucció n del sentido de pe rtene ncia terri t o ri al
s o b re el que se fundam enta las identidades lo cale s, reg i o n al e s
y nacio nales.
Este ensayo reflexiona sobre algunas líneas de análisis en la re-
conceptualización de la relación entre cultura y territorio, bajo la
experiencia de la m igración transnacional de oaxaqueños hacia
Estados Unidos. 1 Si bien considero que las nociones de fragm en-

1 Mi experiencia en investigación sobre la m igración m ixteca hacia la frontera


norte de México y Estados Unidos data aproxim adam ente de diez años. Específica-
m ente, esta reflexión se nutre del trabajo de cam po bajo el proyecto de investigación
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tación y discontinuidad espacio-tem poral contenidas en las tesis


p o sm o d e rnistas para analizar los pro ceso s m igrato ri o s , si rve n
p ara ilum inar los procesos de reconstitución de la identidad de
m ig ran te s, las introduzco como un proceso por comprender antes
com o que una explicació n a priori. La hipó tesis que guía esta re-
flexió n e s que existen cierto s procesos o m e canism os que re ar-
ticulan tal frag m e n tac i ón y discontinuidad, y que su dilucidación
nos perm itirá comprender la re creación de identidades culturales en
contextos de aparente desarraigo territo rial y desintegración social.

Migración internacional
y com unidades transnacionales

Las co munidades transnacio nales son uno de los resultados de l


flujo m igrato rio desarrollado en el siglo ve inte entre Mé xico y
Estados Unidos. Las políticas m igratorias que definieron los térm i-
nos de la estancia y residencia legal de los m igrantes, así com o su
m ovilidad a través de las fronteras, fueron determ inantes para la
definición de la actual configuración de esas com unidades trans-
nacionales. En 1 9 4 2 ,el Program a de Braceros constituyó el prim er
m arco legal para la entrada de trabajadores m exicanos a los Esta-
dos Unidos. Este Tratado prom ovido por el gobierno de Estados
Unidos abrió una fuente de trabajo en el suroeste del país para m i-
les de m exicanos, principalm ente en la agricultura y en los estados
fronterizos con México .
Históricam ente, la m igración legal ( tem poral y perm anente)
hacia Estados Unidos se acom pañó del flujo continuo de m igran-
tes m exicanos indocum entados. Am bas form as de m igración im-
pactaron el crecim iento de la población de origen m exicana en los
Estados Unidos. En 1 9 9 0 , la población de origen m exicano en Es-
tados Unidos fue de 1 3 .3 9 m illones, de los cuales 4 .4 4 m illones

“Conciencia étnica y agencia social: com unidades indígenas transnacionales en la


frontera México-Estados Unidos”, en el program a de doctorado en Ciencias Sociales
de El Colegio de México .
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nacieron en México ( Corona, 1 9 9 2 :2 2 7 ) . Esta población se con-


centra principalm ente en el suroeste, especialm ente en California
y Texas, donde constituyen la prim era gran m inoría étnica. Vernez
y Ronfeldt ( 1 9 9 0 :1 1 9 0 ) consideran que con las actuales tasas de
crecim iento, la población de origen m exicano pronto constituirá
el principal com ponente de residentes en un núm ero im portante
de distritos, especialm ente en California. La m ayoría de estos in-
m igrantes proceden de la región central de México, de estados co-
m o Jalisco , Michoacán y Guanajuato, aunque durante las últim as
décadas es significativo el núm ero de inm igrantes procedentes de
estados fronterizos com o Chihuahua y Baja California ( Corona,
1 9 9 2 :2 2 6 ) .
Las m ás reciente ola de m igración m exicana puede ser asocia-
da con tres grandes factores. El prim ero es la am plia disparidad de
ingresos entre México y Estados Unidos; el segundo es la dism i-
nución de oportunidades de em pleo en México para una pobla-
ción que creció m ás del tres por ciento anual desde 1 9 6 0 y, final-
m ente, el desarrollo y fortalecim iento de las redes de m igrantes,
que involucran tanto a los lugares de origen en México com o de
destino en Estados Unidos, dism inuyendo los costos y la incerti-
dum bre de la m igración a través de diferentes tipos de apoyo en el
hospedaje y búsqueda de trabajo, así com o a través de préstam os
y respaldo social ( Vernez y Rondfelt, 1 9 9 1 :1 9 9 0 ) . No obstante
que estos factores son im portantes para entender la persistencia
de lo s flujo s m igrato ri o s , tam bién existen o tro s , tales co m o las
p o l íticas m igratorias de los estado s invo l u c rad o s , que afectan la
duració n de la estancia o re s i d e ncia de los m igrantes. Especial-
m ente después de la puesta en m archa por e l g obierno estadou-
nidense del pro gram a de re u n i ficación fam i l i ar, n o rm ado po r el
Acta de Control y Reform a de Inm igración ( IRCA) de 1 9 8 6 , es po -
sible docum entar un cam bio significativo en las estrategias de re-
p ro ducción de lo s ho gare s m igrantes, ante la posibilidad de
m antener una vida com unitaria dual com o resultado del cam bio
en su estatus legal y su m ovilidad geográfica. Por ejem plo , con el
IRCA m ás de 2 .3 m illones de inm igrantes m exicanos lograron un

estatus legal que les brindó la oportunidad no solam ente de estan-


cias m ás largas en Estados Unidos, sino tam bién de regresar a sus
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pueblos, cruzando la frontera internacional en form a legal y con


m enor riesgo . 2
Según Goldring ( 1 9 9 7 :5 ) a partir de 1 9 8 8 el gobierno m exi-
cano desarrolló una política hacia los m exicanos en el exterior que
representa un cam bio dram ático en las relaciones Estado-sociedad
y Estado-transm igrantes, ya que se basa en una nueva definición
de la nación que incluye a los paisanos m ás allá del territorio na-
cional.Algunos ejem plos de esta política son el Program a Paisano
de 1 9 8 9 , cuyo objetivo fundam ental es dar un trato digno y justo
a los connacionales que entran y salen del país, m ediante la agili-
zación y facilitación de los trám ites de ingreso de personas, vehí-
culos y m ercancías, así com o de la difusión de sus obligaciones y
derechos a efecto de que cuenten con los conocim ientos necesa-
rios que les perm itan exigir su cum plim iento por parte de las au-
toridades federales ( Bustam ante, 1 9 9 4 :2 6 0 ) . En este m ism o senti-
do está el Program a para las Com unidades Mexicanas en el Extran-
jero ( PCME) que se propone establecer o m antener vínculos con
personas de origen m exicano en los Estados Unidos, con progra-
m as dirigidos a varios estratos sociales, incluyendo cam pesinos y
em presarios, trabajadores y académ icos, ricos y pobres ( Goldring,
1 9 9 7 :7 ) . Pero sin duda el cam bio m ás significativo en este contex-
to es la reform a constitucional de 1 9 9 5 que aprueba la doble na-
cionalidad, perm itiendo la libertad de tránsito por territorio m e -
xicano, derechos laborales, incorporación al régim en fiscal, segu-
ridad social, servicio m ilitar y derecho patrim onial para las perso -
nas de origen m exicano con otra nacionalidad.3 Este conjunto de
acciones plantea algunas novedades, com o respuesta estatal a la

2 Según Runsten y Kearney ( 1 9 9 4 :3 6 ) , el im pacto del IRCA fue diferente para la


población m igrante m estiza de los pueblos del oeste central de México ( Zacatecas,
Michoacán y Jalisco) que para la población indígena m igrante, especificam ente para
el caso de los m ixtecos. Mientras los prim eros desencadenaron un proceso de “resi-
dencia perm anente”,para los m ixtecos se dio m ás bien una legalización de la c i rc u-
lació n de ho m bre s m ig rante s, facilitando la entrada y salida del país segú n la épo-
ca del cultivo, lo que les dio m ayor m ovilidad transnacional,antes que una “residen-
cia m ás estable”.
3 La Jornada, 6 de julio de 1 9 9 5 , p. 1 8 .
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realidad m igrato ri a,e n tre las que se distinguen la asignación de re-


cursos del ap arato estatal a la atención de los transm igrantes, m o-
d i ficando el principio de pertenencia a la nación atado al terri to ri o,
y la po lítica estatal hacia ellos transita de una atenció n al retorno
hacia su incorporación desde lejos ( Goldring, 1 9 9 7 :7 ) .
Estos cam bios en las políticas federales m exicanas durante las
últim as dos décadas, pueden observarse asociados con cam bios en
las pautas de m ovilidad geográfica y en general de reproducción
cultural y social de las poblaciones m igrantes. A través de los años,
los m igrantes m exicanos "establecidos" en los nuevos territorios
desarrollaron una diversidad de relaciones con sus respectivos lu-
gares de origen. El m antenim iento de esas relaciones sociales a tra-
vés de las fronteras se dio en gran m edida gracias al surgim iento
de las redes de m igrantes, las cuales fueron dibujando una geogra-
fía diferenciada de la m igración según los lugares de origen.
La literatura de dife ren tes disciplinas registra cada vez co n
m ayor fre c u e n c i a, la presencia de poblacio nes de m igrantes en
Estados U nidos que se ag rupan po r su perten encia a su co mu n i-
d ad - territorial de origen. Dicha pertenencia se expresa en prácti-
cas tales com o el envio de dinero, el m antenim iento de casas y tie-
rras, retornos constantes para trabajar la tierra y visitar fam iliares, 4
así com o la reproducción de rituales de diferente orden en los lu-
gares de destino .
La naturaleza de los vínculos sociales y culturales entre las co-
m unidades de origen y las com unidades m igrantes en los lugares
de llegada, puede ser observada en la participación de los m igran-
tes en las festividades cívico-religiosas y en la elección de autori-
dades locales en México . Esos vínculos se han institucionalizado a

4 La im portancia de las rem esas producto de la m igración internacional para la


econom ía m exicana es un tem a viejo. En 1 9 8 4 ,las rem esas de m igrantes representa-
ron una im portante fuente de divisas para México de aproxim adam ente 2 ,0 0 0 m illo-
nes de dólares ( Durand and Masse y, 1 9 9 2 :1 2 ) . En 1 9 9 2 , Bustam ante ( 1 9 9 4 :2 6 8 ) re-
porta que la aportación de los m igrantes por vía de las rem esas sum aba 3 ,5 0 0 m illo-
nes de doláres, lo que representa la cuarta o quinta fuente de divisas m ás im portante
para la econom ía nacional. En 1 9 9 6 ,de acuerdo con el diario La Jornada, esas rem esas
llegaron a ser de 4 ,5 0 0 m illones de dólares y com o fuente de divisas solam ente fue-
ron superadas por el petróleo y el turism o ( La Jornada, 1 9 9 7 , p. 5 8 ) .
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través de la creación de asociaciones de m igrantes pro-pue blos de


origen en los lugares de destino de la m igración. En form a para-
lela, estas poblaciones m igrantes han establecido com prom isos,en
diferentes grados, con los lugares de destino: el trabajo , la casa y
la escuela de los hijos. La vida com unitaria en los nuevos territo-
rios com bina en sus prácticas las necesidades, norm atividad y re-
cursos tanto de los lugares de origen, com o de los lugares de des-
tino en suelo estadounidense .
La sim ultaneidad del com prom iso con los lugares de origen y
los de destino ha producido form as de vida com unitaria con con -
figuraciones territoriales y culturales novedosas. Esa nueva confi-
guración social transnacional ha sido analizada, en la literatura es-
pecializada,a través de conceptos tales com o “redes de m igrantes”
( Mas s ey, 1 9 8 7 ) , “circuito m igrato rio in tern ac i o n al ” ( Ro u s e,
1 9 8 9 ) y “com unidad transnacional” ( Kearney, 1 9 9 6 ; Goldring,
1 9 9 2 ; Sm ith, 1 9 9 5 ; Besserer, 1 9 9 6 ) . No obstante que en el uso de
los dos prim eros conceptos hay cierta alusión al plano cultural,no
es un elem ento explícito del análisis. A dife re n c i a, la noció n de
“ c o m unidad transnacional” c o n sti tu ye una perspectiva analítica
que enfatiza el plano de la identidad cultural de esta nueva enti -
dad analítica. Sin em bargo, los trabajos que abordan la co m u n idad
transnacional de migrantes ( Ke arn ey, 1 9 9 6 ; Sm ith , 1 9 9 5 ; Besserer,
1 9 9 6 ) apenas tocan los m ecanism os que m edian entre la cons-
trucción del sentido de pertenencia en una com unidad local y uni-
territorial y el paso a un sentido de pertenencia a una com unidad
transnacional m ultiterritorial. A m i parecer, estos m ecanism os de
reconstitución identitaria no son tan distintos de los que Carm ag-
nani ( 1 9 9 1 ) obser va en el siglo XVI durante la relocalización de
com unidades indígenas durante la colonia y que funcionan para
reconstituir el espacio social de la com unidad, a través del “trasla-
do” de sím bolos fundam entales de los territorios originales ( la
cam pana de la iglesia, el santo patrono) , así com o otros m ecanis-
m os de apropiación territorial que im plicaba procesos de agencia
social de las com unidades a través de la elección de autoridades y
control de los nuevos territorios. Lo que sí es im portante es que
estos m ecanism os aparecen en un escenario donde la com unidad
se dispersa geográficam ente m ás allá de las fronteras nacion ale s,
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en un co ntexto histórico de intensa globalización eco nóm ica


( p ro cesos de trab ajo, flujo de capitales) y cultural ( extensió n de
m edios de co mu n i c ac i ó n ) , así com o de innovació n tecno lóg ica
y cam bio del papel de los Estados- nacion ales al interior de lo s
p aí s e s.

Territorio, com unidad e identidad cultural

La com unidad transnacional de m igrantes, a diferencia de otras


com unidades com o las de consum idores, religiosas u otras catego-
rías sociales, em píricam ente tiene un referente territorial e histó-
rico. Existe una literatura abundante que toca la im portancia de la
territorialidad en la identidad de las com unidades m igrantes, pro-
blem atizando la relación entre territorio y cultura.
Es significativo que el territo rio aparezca en la literatura posm o-
de rna anglosajona, e spe cíficam ente entre los antropólogos ( Gru pta
y Fe rg u so n , 1 9 9 2 ;Cl i f fo rd ,1 9 9 2 ;Ap p ad u rai ,1 9 9 1 ;Ro sal d o, 1 9 9 2 )
y algunos autores latio n am e ricanos ( García Canclini, 1 9 9 2 ) para ser
cuestionado com o un referente de la definición de lo s pro c e so s
c u ltu rale s. Este cuestio nam iento parece provenir de la observa-
ció n de una gran dive rsidad de fe n ó m e n o s, que pueden ser ag ru-
pados en tres grandes proceso s globales: la intern ac i o n ali z ac i ó n
del cap ital,la difusión de m edios de com unicació n y el incre m e n-
to de la intensidad y fo rm as de m ovilidad ge ográfica de la po-
blac i ó n . La diversidad de esto s pro ceso s exige la distinció n ana-
lítica de l papel del terri to rio en cada uno de ello s, sin o lvidar su
i n te rrelación em píri c a, ya que sería difícil pensar en las m igra-
ciones actuales sin tener presente su relación co n la intern ac i o-
n alizació n de capital y el im pacto de la difusión de los m edios de
com unicación, com o nuevas form as de m ovilidad geográfica y
nuevos m edios de inform ación. 5

5 Según Bell ( 1 9 9 0 :5 7 -5 8 ) , lo que hace diferente al hom bre m oderno del siglo
XIX, respecto de sus antecesores,es la experiencia del m ovim iento y la altura.Los m o -
dernos m edios de locom oción com o el avión o el autom óvil m odificaron la sensación
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Específicam ente, en el estudio de las m igraciones transnaciona-


les, el supuesto generalizado acerca de la pérdida de i m p o rtan c i a
del terri to rio en la cultura es re lati v i z ad o. Esto se debe al re c o-
no cim iento de que la m igración transnacional es una experi e n-
cia vital individual y colectiva que articula en form a directa — no
m ediada— los diferentes territorios, bajo un ho rizonte cultural
e s p e c í fi c o. En e ste sentido Gupta ( 1 9 9 2 :6 3 ) propo ne estudiar la
experiencia m igratoria a través de una posición analítica bifocal
para explicar la oscilación entre la desterritorialización y la reterri-
torialización. Este proceso de desocupación y ocupación territorial
no se restringe a la idea de desplazam iento físico de un territorio
a otro, sino alude tam bién a la reproducción de espacios y produc-
ción de otros a través de la resignificacion del territorio. 6
Se puede ejem plificar este proceso con las prácticas colectivas
que realizan los m igrantes oaxaqueños en la frontera México-Esta-
dos Unidos y las cuales sustentan la reproducción de las festivida-
des cívico-religiosas com o la fiesta de la Guelaguetza en Los Ange-
les y en Vista, California, y en las festividades de los Muertos en Ti-
juana. O bien a través de la representación pública de la Danza de
los Viejitos en la fiesta com unitaria de Cobden, al sur de Illinois
por parte de inm igrantes m ichoacanos procedentes de Cherán
( Anderson, 1 9 9 7 :7 -9 ) , así com o del traslado de objetos que están
sim bólicam ente territorializados en los pueblos de origen en Gue-
rrero, com o son enseres dom ésticos, ropa, fotografías y videos, a
Chicago com o lo reporta Boruchoff ( 1 9 9 7 :1 1 -1 3 )
Así, la territorialidad fragm entada es rearticulada a través de la
experiencia individual y colectiva de los m igrantes en un espacio
de significación m ás am plio, el espacio social de la com unidad lo-
cal o regional. Esta idea de fragm entación del territorio, en opi-
nión de Carm agnani ( 1 9 9 3 :7 0 ) perm ite pensar al territorio com o

de un paisaje fijo, ligado indisolublem ente a la biografía de los individuos; la suce-


sión de im ágenes se aceleró y el acervo de experiencias potenciales se m ultiplicó.
6 La literatura sobre m igración ha sido influenciada por esta corriente de pensa-
m iento. Para el caso de la m igración m exicana ver especialm ente Kearney ( 1 9 9 6 ) ;
Besserer ( 1 9 9 7 ) ; Rouse ( 1 9 8 9 ) ; Goldring ( 1 9 9 2 ) y Sm ith ( 1 9 9 5 ) .
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un concepto parcial susceptible de ser fragm entado y re co m p u e sto,


a dife rencia del espacio que tiene un m arcado carácter de perte n e n-
cia cultural. Al pare ce r, este énfasis en la “ fragm entación terri to ri al” ,
con efectos sim ilares en la identidad cultural de los migrantes, lle-
va a Giménez ( 19 9 6) a atri buir a la literatura posm o dernista anglo-
sajona sobre el tema, un uso parcial del concepto de terri to rio y
p ropone distinguir entre el uso del término y del concepto.

[ ...] Com o térm ino [ el territorio] rem ite a cualquier exten-


sión de la superficie terrestre habitada por grupos hum anos y
delim itada en diferentes escalas: local, m unicipal, regional, na-
cional o supranacional... y com o concepto es siem pre un espa-
cio valorizado sea instrum entalm ente, sea culturalm ente[ ...]
( 1 9 9 6 :1 0 ) .

Desde este punto de vista,el territorio puede ser visto com o es-
pacio de inscripción de la cultura, m arco o área de distribución de
prácticas e instituciones culturales, com o objeto de representación
y apego afectivo y un sím bolo de pertenencia socioterritorial.
Conceptualizado com o tal, el territorio se acerca a la definición de
espacio social de Harvey ( 1 9 8 9 ) y de lugar de Sack ( 1 9 8 8 ) . Har-
vey considera el espacio social com o producto de la experiencia,
la percepción y la im aginación. En sentido sim ilar, Sack considera
el lugar m ás allá de su dim ensión física, com o una experiencia vi-
tal que integra naturaleza, significado y relaciones sociales.
Adicionalm ente a esta coincidencia conceptual del territorio
con el espacio y el lugar, hay un aspecto distintivo en la concep-
tualización de territorio de Gim énez ( 1 9 9 6 ) : la diferenciación de
sus escalas local, municipal, regional, nacional o supranacional.
Dicha diferenciación m odifica el concepto m ism o de territorio,
porque nos perm ite pensar las diversas vías de construcción social
del territorio y sus fronteras, en el contexto de las políticas guber-
nam entales del Estado y de los agentes sociales en esos territorios.
Si bien estas escalas no necesariam ente corresponden con la deli-
m itación adm inistrativo-política, si son cruzadas por este criterio.
En el estudio de la relación territorio-cultura, existe una m arcada
preocupación por no reducir el propio terri to rio a su com ponen-
VELASCO / IDENTIDAD CULTURALY TERRITORIO 115

te adm inistrati vo -político ( Gim enez, 1 9 9 5 ; Carm ag n an i, 1 9 8 8 ;


Spo re s, 1 9 7 7 ) . Por ejem plo, Sp o res ( 1 9 7 7 ) habla de terri to rio s lin-
güísticos y fronteras lingüísticas, que exceden lo s lím ites adm inis-
trativo-políticos. 7 Aunque la crítica actual se centra en no asum ir
las fronteras adm inistrativo-políticas nacionales com o fronteras
culturales, ello no im plica negar el papel de las fronteras adm inis-
trativo-políticas de los territorios nacionales, regionale s y lo cales,
en la co ntenció n de fo rm as de organizació n so cial y po lítica que
c o h e s i o n an , i n c l u yen y excluyen ide ntidades. Es decir a trav é s
de la histo ria estas fronteras cre aro n un sentido de perte n e n c i a
c o m u n i tari a, que pe rm itió distinguir espacio s político econó -
m ico s dife renciado s co m o sitio s de pro ducción cultural ( ve r
Lo m nitz, 1 9 9 5 ) .
Las prácticas gubernam entales en los estados m odernos no só-
lo producen diferencias sociales, sino tam bién las instituye en for-
m as de identidades, contribuyendo a la organizacion social de las
diferencias culturales ( Verdery, 1 9 9 4 :4 5 ) . Las identidades cultura-
les suponen un sentido de pertenencia com unitaria que se cons-
truye por autoadscripción sim ultáneam ente que por heteroads-
cripción. Bajo la ideología nacionalista, el sentido de pertenencia
territorial fue fom entado alrededor de los m itos del origen com -
partido y la m etáfora de la fam i l i a. Am bo s elem ento s sirv i e ro n
de base a la co nstruc ció n del sen tido de co m u nidad im ag i n a-
da de nación . 9
Llegam os así a una segunda definición de territorio que inte-
gra estos últim os elem entos:

7 Claude Bataillon ( 1 9 9 7 :2 0 ) ,considera que introducir una alternancia de pers-


pectivas al explorar la relevancia del problem a de la escala territorial,puede ayudar a
atender la diversidad, validez y legitim ación de las unidades territoriales. Esta alter-
nancia puede ayudar a observar lógicas m últiples en la delim itación territorial com o
el hecho de que en México la lógica adm inistrativa dió origen a arreglos territoriales
específicos que no coinciden estrictam ente con los de la burocracia eclesiástica, con
los tejidos em presariales o con las redes de intercam bio com ercial.
8 Según Enrique Florescano ( 1 9 9 7 :1 7 ) , el nacionalism o — com o deseo de for-
m ar o sostener un estado nacional— es anterior al surgim iento de la nación, en tér-
m inos m odernos.
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[ ...] La definición del concepto de [ territorio] , [ ...] no es


única... aunque se com parte generalm ente la noción de un es-
pacio apropiado m ítica, social,política y m aterialm ente por un
grupo social que se “distingue”de sus vecinos por prácticas es-
paciales propias[ ...] 9

[ ...] hablar de territorio im plica elucidar los m ecanism os de


la territorialidad, que a su vez se asocian a procesos de recono-
cim iento, invención o reinterpretación de identidades, sean
endógenos o atribuidos[ ...] ( Bonneim aison, 1 9 8 6 , citado por
Bataillon, 1 9 9 7 :2 3 ) .

Esta definición presenta una im agen de la identidad territorial


o residencial, com o le llam a Bartolom é ( 1 9 9 7 :1 2 5 ) sim ultánea-
m ente construida por do s conjuntos de m ecanism o s: los con tras-
ti vos m arcados por las fronteras com unales o étnicas, y los de
identificación entre los m iem bros del grupo o categoría y que
puede descansar en la invención de un pasado com ún com partido
( m itos de origen) y vínculo s pro fundo s aso ciados po r la idea de
la fam ilia original. En form a general este conjunto de m ecanism os
puede tener una base norm ativa o bien sim bólica-expresiva ( Gi-
m énez, 1 9 9 6 ) .
Ahora bien, estos m ecanism os a través de los cuales se constru-
ye el sentido de pertenencia a un territorio ( territorialidad o sen-
tido de co m unidad terri to ri al ) , pueden dife renciarse según la

9 Este énfasis en la “apropiación”se acerca al análisis de Vázquez ( 1 9 9 7 ) .La au-


tora estudia la apropiación de los espacios entre grupos indígenas de Veracruz, co nsi-
derando que la config uración terri to rial es un hecho po lítico, f ruto del ejercicio e
im pug nació n del poder. Tam bién desde esta perspectiva,al interior de un espacio, de
un territorio, existen al lado de form as de apropiación hegem ónicas,espacios vividos
desde la subalternidad. Por ello habrá que analizar el territorio por su delim itación
adm inistrativa que proviene regularm ente de leyes y decretos formulados por los gru-
pos gobernantes,y que generalm ente se ha expresado en m odalidades de tenencia de
la tierra, sino tam bien por el acceso inform al del espacio, que tiene que ver con el
m anejo que se hace del m ism o territorio, a partir de las necesidades locales, del co -
nocim iento del m edio que tienen sus usufructuarios directos y que tiene com o base
las norm as propias del gr rupo a partir de sus valores culturales,pp. 1 1 3 -1 1 4 .
VELASCO / IDENTIDAD CULTURALY TERRITORIO 117

escala geo gráfica del terri to ri o. En la co m unidad lo cal, p e n s ad a


c o m o una pequeña población, pueblo o ranchería, existe entre los
integrantes, lo que Sack ( 1 9 8 8 :2 2 8 ) llam a la “seguridad de com -
partir la experiencia del lugar a través de la interacción personal”,
en los ritos o prácticas cotidianas. La clásica com unidad centrípe-
ta y co rpo rada de m ediado s de este siglo en México de la que
h abla Wolf ( 1 9 5 6 ) definía su estado corporado por los m ism os
elem entos que m arcaron sus identidad desde el siglo XVI: la pro-
piedad colectiva sobre el territorio , un santo patrono del pueblo y
las fiestas locales. En conjunto, ellos sirvieron com o ejes alre d e d o r
de los cuales se tejiero n las solidaridade s internas que perm i ti e-
ron reinventar las identidades locales y com unitarias ( Florescano,
1 9 9 7 : 1 8 3 -1 9 2 ) .
Mientras tanto , la com unidad nacional es una “... com unidad
política im aginada com o inherentem ente limitada y so bera-
na...”( Anderson, 1 9 8 3 :2 3 ) donde el sentido de pertenencia se fo-
m entó alrededor de un territorio, una soberanía y una construida
unicidad cultural. En la m ism a lógica de Sack ( 1 9 8 8 ) ante la difi-
cultad de colectivizar la experiencia del lugar de la nación a través
de las interacciones pers o n al e s , hubo que re c u rrir a o tro s m eca-
n i s m o s. U no de eso s m ecanism os fue la im prenta escrita, com o
m edio eficiente para m ediar las interacciones sociales y crear vín-
culos de pertenencia entre los sujetos que constituyen la nación.
En México, el papel de las élites criollas, los ritos nacionalistas, los
sím bolos patrios y los lugares de recuerdo ( m onum entos, m u-
seos) fueron fundam entales para construir el sentido de pertenen-
cia a la com unidad nacion al . La nació n m o derna m exicana sen -
tó sus bases so bre una pretendida com unidad culturalm ente ho -
m ógenea, con un ciudadano m estizo y hablante del español.
En síntesis, las identidades sociales que se derivan de la ads-
cripción a una de estas unidades socioterritoriales ( local, regional
o nacional) suponen el desarrollo de una conciencia histórica, que
no se construye sólo a través de los m ecanism os contrastivos del
nosotros y otros,sino tam bien m ediante la construcción de un pa-
sado com ún que se com parte. La conciencia histórica de una co-
m unidad local, regional o nacional tiene una im portante base ri-
tual, que sintetiza el esquem a de significaciones derivados de la
118 REGIÓN Y SOCIEDAD / VOL. IX / NO. 15. 1998

m ism a experiencia histórica de la colectividad. Ahora bien, estos


sentidos no necesariam ente están rem em orados en form a explíci-
ta en la práctica ritual. La com unidad ritual puede ser una com u-
nidad de prácticas, que experim enta estados continuos de “en-
cuentro”com unitario y de recreación de vínculos colectivos en un
contexto com plejo de relaciones interétnicas. 1 0 Me parece que es-
te señalam iento es válido tanto para la construcción de la identi-
dad com unitaria local com o nacional.
Este énfasis en la ritualidad com o un m ecanism o de perte n e ncia
territorial, obedece a su im portancia observada em píricam ente en
el proceso de reconstitución de la identidad com unitaria de las po-
blaciones m igrantes. Específicam ente, los m igrantes procedentes
de Oaxaca poseen una identidad com unitaria o residencial local
que tiene una im portante vía de alim entación y expresión ritual
sobre todo de orden festivo que los hace visibles en la fro n te ra
e n tre México y Estado s Un ido s. Sin em barg o, eso s rituales tienen
que ser observados co m o puntos de traye c to rias procesales m ás
larg as, com o lo recom ienda Rosaldo ( 1 9 8 9 :3 1 ) porque ri tu ale s
com o las fiestas patro n ale s, o bien los rituales públicos com o el
tequio o las cerem onias de m uertos, son realizados en los nuevos
lugares de la m igración reproduciendo esquem as de significación
que aluden a relaciones interétnicas de un contexto nacional ex-
pecífico, pero a su vez incorporando una visión crítica de los ele-
m entos de la ritualidad desde los nuevos lugares.
En entrevistas con líderes de asociaciones m ixtecas en la fron-
tera m éxico-estadounidense , he detectado una constante preocu-
pación por la “originalidad” de los elem entos de los rituales. Se
observa desde lejos una “contam inación” de la prácticas rituales,
sobre todo por parte de las instituciones gubernam entales. Sucede
un especie de “exageración” de l apego a la ritualidad y a la bús-
queda de los se ntido s o rig inales de lo s ri tu ale s. No m e atrevo a

1 0 Rosaldo ( 1 9 8 9 :3 0 ) en su estudio sobre la cacería de cabezas ilongote en Fili-


pinas,plantea que los rituales no siem pre encierran una sabiduría cultural profunda,
algunos acercan a la gente y proporcionan trivialidades que les perm iten seguir con
su vida.
VELASCO / IDENTIDAD CULTURALY TERRITORIO 119

decir que esto suceda en toda la co munidad que participa en los


rituales, pero es una constante entre los hom bres y m ujeres que
tienen un papel protagónico en la reproducción de los rituales o
de acción com unitaria en los lugares de la m igración sobre todo
alrededor de las fiestas patronales, las fiestas públicas y los rituales
de m uertos.
Para com prender la construcción de las com unidades transna-
cionales de m igrantes, es m enester tener presente la historia de la
relación entre las com unidades locales y la com unidad nacional en
México. Una gran parte de las culturas locales en México tienen
una im portante herencia indígena prehispánica, con una vida co-
m unitaria intensa alrededor de festividades cívico-religiosas, elec-
ción de autoridades locales y trabajo com unitario. Estas antiguas
lealtades locales no siem pre han sido bien vistas en el m arco de la
construcción del estado m exicano m oderno. Según Florescano
( 1 9 9 7 :3 1 4 ) el reform ism o ilustrado del siglo XVIII atacó el funda-
m ento que sostenía la econom ía y la solidaridad de los pueblos in-
dígenas: las cajas de com unidad y las cofradías religiosas. Am bas
instituciones indígenas cohesionaban a los pueblos indígenas, ya
que constituían instrum entos de protección social por constituir
los ahorro s y el trabajo co lectivo de los pueblo s. A m ediados del
siglo XIX, la disolució n de las com unidade s indíge nas era un ob-
je ti vo explícito, porque el m odelo de Estado exigía la supre si ó n
de las lealtades locales y la unifo rm idad de la auto ridad estatal.
El nu evo estado necesitaba fundar su dom inio so bre una socie-
dad de in dividuo s, no po día negociar co n cuerpo s y co mu n i d a-
des ( Escalante, 1 9 9 3 :6 5 ) .
Esta relación tensa entre las culturas lo cales y lo que a trav é s
de los siglos fue definiéndose com o el proyecto hom ogenizador
del Estado-nación m exicano tuvo varias arenas de expresión, una
de ellas fue el de las políticas terri to riales ( ag rarias y de re c u rso s
h i d ráu li c o s) . La identidad co m u n i taria lo cal se desarrolló a tra-
vés de una larga historia de conflictos con las gobiernos regiona-
les y federal alrededor de sus territorios político-adm inistrativo s
( Ver Flore scan o, 1 9 9 7 :2 4 3 - 2 9 0 ) .Actu alm e n te, esa histórica re lació n
co n flictiva es constitutiva de las comunidades locales de donde pro-
vienen los m igrantes y por lo tanto está presente en las nu evas con-
120 REGIÓN Y SOCIEDAD / VOL. IX / NO. 15. 1998

figuraciones comu n itarias transnacionales, que com o espacio social


involucran dife rentes territo rios en escala nacional y local.
El proceso de articulación territorial en el espacio de la comu-
nidad transnacional, se acom paña de una jerarquización de los
viejos y nuevos territorios que puede diferir según el plano de
análisis que se enfoque. 1 1 En el plano de la reconstitución de la
identidad com unitaria, esta nueva jerarquización territorial, pare-
ce privilegiar a las localidades de o ri g e n . 1 2 Ello lo puede ilustrar
el gran núm ero de aso ciacio nes pro - p u eblos así com o las m ás re-
cie ntes co alicio nes, co o rdinadoras y frentes org an i z ati vo s cuya
base social so n colectivos pro - p u eblos o com unidades lo cales oa-
x aq u e ñ as, que han ap arecido desde la década de los ochenta en
te rri to rio estado unidense, en la frontera norte de México y en
c i udades com o el Distrito Federal. Com o lo señalan Gupta y Fer-
gurson ( 1 9 9 2 :1 2 ) irónicam ente en el proceso de desterritorializa-
ción las ide as de los “ lu g are s” que distinguen las culturas o las
etnias cobran m ayor im po rtan c i a. El recue rdo de la tierra de
o rige n sirve co m o una ancla sim bólica que re te rri to rializa la
i d e n ti d ad . En el caso de lo s m igrantes, la e xaltació n de los luga-
res de re cuerdo o de o rigen sirve en la re c o n s trucción de la co -
m unidad étnico - nacio nal.
Cuando h ablam o s de com unidades transnacionales de m i-
grantes estamo s aludiendo a entram ado s de relaciones so ciales
c o h esionadas por un sentido de pertenencia colectiva. Estas comu-
nidades se delinean, antes que com o entidades em píricam ente
bien delim itadas y claram ente redondeadas, com o configuracio-
nes culturales com plejas sustentadas en m últiples territorios. Entre

1 1 Un enfoque económ ico podría otorgar m ayor prioridad a los lugares de m i-


gración, ya que son los lugares de las fuentes de em pleo y por lo tanto una fuente im-
portante de generación de ingresos para los pueblos m igrantes.
1 2 Com o sucede con otras poblaciones m igrantes en el m undo, la intensidad de
la relación con el lugar de origen cam bia en el curso del tiem po. Los m igrantes m e -
xicanos de prim era generación en Estados Unidos m antienen una interacción m ás in-
tensa, en térm inos norm ativos y sim bólicos, que los de segunda generación para
quienes la relación con el origen cobra una m ayor fuerza sim bólica y expresiva ( Gi-
m énez, 1 9 9 6 ; Ro o sens,1 9 9 4 , Velasco, 1 9 9 5 ) .
VELASCO/ IDENTIDAD CULTURALY TERRITORIO 121

los m uchos elem entos que m arcan la experiencia del cam bio en
estas com unidades, sobresalen los m ecanism os colectivos que es-
tán operando en la reconstitución de la identidad com unitaria. Si
bien antes señalam os la im portancia de la reproducción y recrea-
ción de la ritualidad com unitaria en los nuevos lugares de m igra-
ción, este trabajo indaga la im portancia de los m ecanism os em er-
gentes de agencia social, que no han estado ausentes en la historia
de conflictos interétnicos y regionales de com unidades, com o an-
tes lo reseñam os. En esta línea de observación, se destaca el papel
de las redes de m igrantes y los agentes trasnacionales en la articu -
lación de la experiencia fragm entada de los territorios que atravie-
san la frontera internacional.

La experiencia articulada de los territorios:


redes de m igrantes y agentes transnacionales

Son m uchos los cam bios sociales y culturales que trajeron las m i-
graciones a nivel local y nacional. Específicam ente en el proceso
de construcción de las com unidades transnacionales de m igrantes,
esos cam bios pueden ser vistos en tres niveles. El prim ero, en las
relaciones estructurales de la “com unidad-territorio” local con el
sistem a social am plio, con la sociedad nacional y supranacional.
Ello puede ser observado en el plano económ ico, vía la nueva re-
lación de los m igrantes con los m ercados locales, nacionales e in-
ternacionales de trabajo, y en el plano político en la nueva relación
con los gobiernos regionales y nacionales, no sólo de su lugar de ori-
gen sino de los lugares de destino. El segundo, en el sistem a de
prácticas de la propia com unidad. En especial, las prácticas asocia-
das con la cohesión,prestigio y solidaridad que rearticulan a la co -
m unidad en los territorios originales y de m igración, y que pue -
den ser observadas en la dinám ica de las redes de m igrantes. Y un
tercer nivel, en la conciencia com unitaria que expresa un sentido
de pertenencia com o proyecto cultural que desborda el territorio
local y nacional, y que puede ser estudiado en las asociaciones
pro-pueblos y otras form as m ás com plejas de organización que
han surgido en diferentes lugares de destino.
122 REGIÓN Y SOCIEDAD / VOL. IX / NO. 15. 1998

Este conjunto de cambios permiten pensar a estas comu n idade s


tran sn ac i o n ale s, co mo producto del proceso de des-re te rri to ria-
lizacion de la identidad com unitaria. En esta nueva configuración
cultural, la historia y el territorio del grupo siguen siendo funda-
m entales, pero ahora bajo la óptica de la experiencia m igratoria y
los nuevos lugares de destino de la m igració n. El cruce de fro n te-
ras lo cales y nacion ales deri va en una re si g n i ficació n del te rri to -
rio o riginal y una identidad so cioterri to rial cada vez m ás com -
pleja y m últiple.
Es difícil pensar a la com unidad transnacional sin m ecanism os
y agentes que perm itan la cohesión y solidaridad en territorios tan
distantes geográfica y políticam ente.
A partir de la experiencia de investigación em pírica con m i-
grantes transnacionales procedentes del estado de Oaxaca y asen-
tados en la frontera m exicana en Tijuana,Ensenada y el Valle de San
Quintín, en Baja California, y en Vista, Valle de San Joaquín y Los
Angeles, en California, del lado de la frontera estadounidense, es
posible distinguir dos nuevos m ecanism os presentes en estas co -
m unidades transnacionales: las redes de m igrantes y los agentes
transnacionales. Las redes pueden ser vistas com o entram ados de
relaciones sociales relativam ente invisibles, pero al m ism o tiem po
reales, en la que están insertos individuos, fam ilias o grupos de
otro tipo , que funcionan com o un cam po relacional con una re-
presentación espacio-tem poral. Las asociaciones de m igrantes
pueden ser analizadas com o agentes transnacionales de la com u-
nidad dispersa en varios territorios. En térm inos culturales, las re-
des de m igrantes se distinguen de las asociaciones de m igrantes,
porque las prim eras son construidas com o un conjunto de prácti -
cas con sentidos im plícitos, en tanto que las segundas son cons-
truidas por el uso explícito de los sentidos de las prácticas. Desde
el punto de vista de la relación territorio-identidad, las redes de
m igrantes pueden ser vistas como un m ecanism o articu lado r, m ás
que integrador, en la m edida que resultan de la agencia social de
los m igrantes en su reproducción y producción de la sociedad. En
tanto, las asociaciones, que son una especie de red politizada, sur-
gen com o un m ecanism o “integrador” en la m edida que constitu-
yen un co njunto de prácticas concertadas en búsqueda de fi n e s
VELASCO / IDENTIDAD CULTURALY TERRITORIO 123

e s p e c í ficos y pueden desarro llar fo rm as de so lidaridad co n fi n e s


explícitam e nte político s.
Es posible afirm ar que tanto las redes com o las asociaciones de
m igrantes estudiadas están estructuradas y funcionan con referen-
cia a los m itos de origen y la m etáfora fam iliar. Esto últim o , m ás
que una herencia es una construcción recurrente que sirve com o
recurso para enfrentar el presente y el futuro, al tiem po que se re-
construye el pasado anclado en los lugares de origen.Los vínculos
de parentesco, los com prom isos del sistem a cívico-religioso ( par-
ticipación en trabajos com unitarios y en el sistem a de cargos cívi -
co-religiosos) , la relación con la tierra y la participación en las
elecciones de autoridades locales están presentes en la lógica de la
práctica de las redes de m igrantes e im plican una visión ética y po-
lítica de la com unidad. En el lugar de llegada, las redes expresan la
fuerza del paisanaje com o origen común, tanto local com o re g io n al,
y se m anifiesta en prácticas tales como la hospitalidad y asistencia a
m igrantes en la búsqueda de empleo y vivienda.
En la década de los och e n ta, su rgió en territo rio estadounidense
una serie de asociaciones pro - pu eblos de Oaxaca, que funciona co-
m o espacio de autoayuda entre los m igrantes y apoyo a los pueblo s
de orig e n . En el transcurso de las dos últim as décadas, se diversifi-
caron com o asociaciones de trabajadores, residentes urbanos, cul-
turales y de defensa de los derechos hum anos e iniciaron un pro-
ceso de institucionalización bajo una estructura de organización
m ás com pleja, incluyendo asociaciones de diferentes pueblos, con
diferentes objetivos ( laborales, culturales o de residentes) , así co -
m o de diferentes grupos indígenas. Este es el caso del Frente Indí-
gena Oaxaqueño Binacional,el cual apo ya proyectos que im pulsan
el desarrollo com unitario, derechos hum anos, prom oción cultural
y representación política tanto en territorio m exicano com o esta-
dounidense. El estudio de las diferentes asociaciones de m igrantes
en la frontera México-Estados Unidos m uestra la im portancia de
las m últiples fronteras territoriales — local, regional y nacional—
en la construcción de la com unidad transnacional. Estas fronteras
adquieren particular relevancia en la relación de las asociaciones
con los gobiernos locales y centrales tanto en el lugar de origen
com o de llegada.
124 REGIÓN Y SOCIEDAD / VOL. IX / NO. 15. 1998

El futuro de estas com unidades está signado no sólo por su


propia vitalidad histórica, que incluye su relación con los m erca-
dos regionales de trabajo, sino tam bién por las políticas m igrato-
rias y de control de fronteras de los Estado s-nacio nales. U n indi-
cado r de la relación desigual de México y Estados Unidos es la
d iferencia de significado que tiene la frontera territorial para cada
Estado nacional. Por un lado , las políticas estadounidenses se diri-
gen al control m ilitar de la frontera m exicana para evitar el cruce
indocum entado, así com o a castigar con m ultas a los em pleadores
de m igrantes indocum entados. Por el otro, las políticas m exicanas
tienden hacia la apertura, en vista de la gran influencia económ i-
ca y política de los m igrantes en los pueblos de origen.
En su co njunto, las políticas de am bos Estados nacio nales han
c reado un a im agen am bigua de lo s m igrantes que h a tenido
e fecto en el pro ceso de la co nstrucció n de la ide ntidad de los m i-
g ran te s. En Mé xico, lo s m igrantes han te nido u n pape l crucial en
la urbanización y en proyectos com unitarios para crear trabajo y
m ejorar la calidad de vida en sus com unidades. Ellos tam bién se
han convertido en im portantes actores en las elecciones locales.
Por lo que en México y en las com unidades de origen de los m i-
grantes, ellos son vistos com o agentes económ icos y políticos pa-
ra sus hogares y com unidades. En tanto en Estados Unidos, no
obstante que la presencia de los trabajadores m exicanos es cada
vez m ás visible por su rol en los m ercados de trabajo regionales,
ellos son percibidos y tratados com o extranjeros peligrosos, que
roban em pleo a los ciudadanos am ericanos, dem andan servicios
sociales y no pagan im puestos.
En m edio de este contexto internacional conflictivo, todo pa-
rece indicar que las com unidades transnacionales de m igrantes,
com o configuraciones culturales m ultiterritoriales, son una de las
novedades de las relaciones entre México y Estados Unidos.

Algunas conclusiones

A lo largo del ensayo hay un supuesto, no siem pre suficientem en-


te explícito, sobre la existencia de m ecanism os que soportan la re-
VELASCO/ IDENTIDAD CULTURALY TERRITORIO 125

constitución del sentido de pertenencia com unitaria m ás allá del


territorio original. En la búsqueda de tales m ecanism os, al inicio
del trabajo se desarrolla una breve revisión del concepto de terri-
torio , acercando su conceptualización a la de espacio social y lu-
gar, subrayando la im portancia de distinguir las diferentes escalas
o unidades territoriales. Esta últim a distinción plantea la definiti-
va articulación del “territorio local” con otras unidades territoria-
les m ás am plias, haciendo m ás com plejo el proceso de construc-
ción de las identidades territoriales. En este punto hay, en efecto,
un gran núm ero de procesos y m ecanism os involucrados en la
constitución de esas identidades com unitarias ligadas a la territo-
rialidad. Su distinción en sí m ism a es una tarea ardua, no persigue
su estudio exhaustivo, sino sólo hacer una especie de inventario
que ayude a precisar las ideas que van em ergiendo de esa labor, a
veces caótica, de recortar un proceso .
Pensar a la te rri to rialidad co m o una fo rm a de experiencia y
ap ropiació n so cio cultural del terri to rio a través del tiem po, p e r-
m ite dife renciar alguno s m ecanism o s y procesos que son cons-
ti tu ti vo s de la histo ricidad de las com unidade s de m igrante s
transnacionales en estudio. Un prim er proceso es la co nstru c c i ó n
p o lí ti c o - ad m i n i strati va de las fronteras terri to riales en sus dife-
rentes escalas, con atención al papel de las políticas del Estado re-
gional o nacional. Esta m ism a idea nos conduce a tener presente la
construcción de la ideología com unitaria en el contexto del nacio-
nalism o, y que tiene com o base los m itos de o rigen y la m e táfo -
ra fam i l i ar, vinculando la existencia terrenal co n la existencia
d ivina de la co munidad terri to ri al . Así , m ientras el prim er pro -
ceso resulta ser un m ecanism o de dife re n c i ac i ó n , por co m para-
ción y com petencia con los “ otro s”c o n te m p o rán e o s, el segundo es
un m ecanism o tam bién de dife renciación pero por com paración y
encuentro con los antepasados, con el “nosotros” de antes. Por úl-
tim o, las com unidades territoriales locales en México poseen una
m atriz cultural caracterizada por una fuerte ritualidad en la vida
pública. De tal form a que la ritualidad, ya sea profunda o artificial,
funciona com o un m ecanism o de fortalecim iento del sentido de
pertenencia com unitaria.
126 REGIÓN Y SOCIEDAD / VOL. IX / NO. 15. 1998

En co njunto, esto s m e canism o s y pro c e s o s , e s q u e m áti c a-


m ente pre s e n tad o s , pueden ayudar a observar la re c o n s ti tu c i ó n
de identidade s co mu n i tarias que experim entan el proce so de la
m igración transnacional. Ello s sirven co m o antecedente para
exam inar o tro s m ecanism o s que em ergen en el curso m ism o de
la m igració n, tanto en la dispersión de lo s m iem bro s de la co -
m unidad co m o en su asentam iento en los nu evos te rri to ri o s ,
sean nacio nale s o extranjero s.
La reflexión analítica apunta hacia dos m ecanism os rearticula-
dores de la experiencia fragm entada del territorio , que surgen co-
m o efecto m ism o de la m igración: las redes de m igrantes y los
agentes transnacionales. Am bos m ecanism os son parte del proceso
de agencia social que los m igrantes experim entan desde la salida
de sus pueblos de origen, haciendo uso de una m ultiplicidad de
recursos en los que se com bina la experiencia de la m igración a
los nuevos territorios, con aquella adquirida en el lugar de origen.
En esta m edida se arriba a una conceptualización de identidad co-
m unitaria que no sólo se caracteriza por la existencia de fronteras
territorialm ente delim itada y por la construcción m ítica de pasa-
do y los ancestros, y por una intensa ritualidad festiva com unita-
ria, sino tam bién por la capacidad de transform ación y control de
su propio proyecto de existencia. Esta capacidad de agencia tam -
poco es nueva, ni resultado de la m igración, pues la historia de
m ovilizaciones locales y regionales de estas com unidades es anti-
g u a. Lo que si es nu evo es que se ejerce bajo la experiencia de nu e-
vos terri to rios que presentan nu evas necesidades, nu evos re cu rso s
y nu evas relaciones conflictivas, ya que existe un nu evo co ntexto de
relaciones interétnicas y de clase, a la vez que presenta un nuevo es-
cenario de actores sociales y estatales. Los agentes transnacionales
son observados em píricam ente com o form as asociativas orienta-
das a la ayuda de los pueblos de origen, defensa de m igrantes y
m ejora en condiciones de vida en los nuevos lugares de asenta-
m iento. Estos agentes constituyen no sólo un m ecanism o de rear-
ticulación de la experiencia de viejos y nuevos territorios, sino
tam bién son la “voz” de estas com unidades en el sentido de que
en su conjunto explicitan el proyecto cultural que sobre territorios
locales discontinuos va construyéndose paulatinam ente .
VELASCO / IDENTIDAD CULTURALY TERRITORIO 127

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