Historia General Veracruz
Historia General Veracruz
Historia General Veracruz
de Veracruz
s
Historia general
de Veracruz
s
Presentacin
En este sentido, esta nueva serie de obras, que busca fungir como
un elemento de identificacin y cohesin entre los veracruzanos, representar un instrumento indispensable para la formacin de los
jvenes universitarios y del pblico lector en general. Significa un
ejercicio de recapitulacin y anlisis crtico, emprendido en una coyuntura histrica de especial importancia, que contribuir a generar
una conciencia de lo obtenido hasta el presente y de los escenarios
previstos para el futuro prximo. El conjunto de esta obra podr
reforzar y alentar nuevos empeos por consolidar el conocimiento,
con el rigor y solidez de la nueva dcada del siglo xxi que ya hemos comenzado.
Dr. Javier Duarte de Ochoa
Gobernador del Estado de Veracruz
Prlogo
Historia general de Veracruz cumple con uno de los objetivos primordiales del gobierno del estado, preservar la memoria y acercar a sus
habitantes con su pasado y su presente. Desde 1950, cuando fue publicada la Historia de Veracruz, escrita por Manuel B. Trens y Jos
Luis Melgarejo Vivanco, bajo el sello de la Secretara de Educacin
y Cultura, slo cincuenta aos despus Carmen Blzquez Domnguez dio a la estampa la Breve historia de Veracruz, coeditada por El
Colegio de Mxico y el Fondo de Cultura Econmica. De all la
perentoria necesidad de explicar a los veracruzanos del siglo xxi
el proceso de construccin y conformacin del estado desde una
perspectiva lo ms completa posible, es decir, la que tiene presente
la geografa, la poltica, las instituciones, los movimientos sociales y
los conflictos blicos tanto nacionales como internacionales, la demografa, la economa, el uso y aprovechamiento de los recursos naturales y la cultura.
La historia aqu narrada inicia con una explicacin de los testimonios ms remotos de las culturas mesoamericanas registrados por
la arqueologa, sigue de cerca las consecuencias de la guerra de la
Conquista, que inici precisamente en las costas veracruzanas con
el establecimiento del orden colonial; se detiene en la guerra civil de
1810 que promovi la instauracin de un nuevo rgimen, al tiempo
que deriv en una nueva guerra, ahora por la independencia de M9
una de las ocho secciones. Enrique Florescano, impulsor de esta empresa, solicit a los autores la utilizacin de un lenguaje asequible
que no descuidara el rigor y la solidez de las fuentes. Confiamos en
que aqu se encuentran los estudios ms actualizados narrados de
una manera muy didctica. Hace ms de cincuenta aos de la primera historia veracruzana y once de la ltima y breve relacin
sobre nuestro estado. Los historiadores tenamos una deuda con
las nuevas generaciones de estudiantes y lectores, para ellos son
estas pginas que a continuacin se despliegan.
Finalmente, deseamos expresar nuestra gratitud, a nombre de los
autores, al doctor Enrique Florescano por su invaluable apoyo para
la publicacin de la obra; a Nelly Palafox por el cuidado de la edicin, a Hctor Lpez por su trabajo en el diseo, a Beatriz Morn
por la correccin, y a los asistentes de investigacin Edwin Alberto
Morales y Marcela Valdivieso.
15
En cada uno de sus rasgos fundamentales, nuestro paisaje rural [en general,
nuestra geografa], data de pocas sumamente lejanas. Pero, para interpretar los escasos documentos que nos
permiten penetrar en esa brumosa gnesis, para plantear correctamente los
problemas, incluso para tener idea de
ellos, hubo que cumplir con una primera condicin: observar, analizar el
paisaje actual.
Marc Bloch, Apologa para la historia,
2001, p. 73.
Introduccin
Cundo comienza a perfilarse una geografa estrictamente veracruzana? A diferencia de otras entidades que conforman la Repblica mexicana, Veracruz surge como unidad territorial jurdica de
manera un tanto tarda. Esa vertiente del Golfo cuyo lmite norte
corre por debajo de la lnea del Trpico de Cncer, prolongndose hacia el sureste, hasta los ahualulcos del actual Tabasco fue
separada de las antiguas provincias de Mxico y Puebla cuando en
1786 se cre la Intendencia de Veracruz, gracias a los afanes reformistas de Carlos III. El territorio en ese entonces estaba fragmentado. Parte de la vertiente norte estaba compartida por la Intendencia
y, ms tarde, Estado de Puebla, entre la actual Misantla-Martnez
de la Torre y los municipios huastecos de Cerro Azul, Temapache
y parte de Tamiahua haca la sierra de Otontepec, en los lmites del
actual estado de Hidalgo, para al norte de estos municipios dar de
nuevo continuidad a la entidad veracruzana hasta sus lmites con
19
Tamaulipas. En 1824 la Intendencia se transform en Entidad Federativa con esa misma conformacin hasta que en 1853 se integr
la parte poblana para darle al estado la fisonoma que, mutatis mutandis, tiene en la actualidad.
Es tal vez por esta razn que el estado se presente an dependiente de las regiones del centro de las cuales alguna vez form parte.
Una integracin este-oeste bastante evidente en las rutas que unen
a estas regiones del Golfo de Mxico con la altiplanicie mexicana,
situacin que en las ltimas dcadas comienza a recomponerse en
un eje norte-sur-norte, siguiendo los principios de integracin econmica con Amrica del Norte y la Cuenca del Golfo de Mxico y el
Caribe, rea en la que nuestra entidad se inserta. A reserva de retomar esta cuestin al final de este captulo, aproximmonos a la geografa veracruzana en sus aspectos generales tocantes a sus aspectos
fsicos, regionales, poblacionales y econmicos, mismos que sern
abordados en otros captulos de manera ms puntual en esta obra.
Aspectos geogrficos generales
La geografa del estado de Veracruz actual, a lo largo y ancho de
casi 71 820 km2 de extensin territorial, sus 17 000 km de carreteras
y 556 km de autopistas, se caracteriza por una gran y compleja heterogeneidad fsica y sociocultural. Su diversidad se traduce en continuidades territoriales por sobre diferencias naturales y por rupturas
culturales a pesar de la homogeneidad de los ambientes naturales.
Los contrastes fsico geogrficos son evidentes en sus puntos extremos. Desde las nieves eternas del Pico de Orizaba (Citlatpetl)
hasta las clidas tierras bajas y llanuras costeras existen sociedades
muy contrastantes, cuyos ritmos de dinmica histrica son tambin
distintos. La tradicionalmente indgena tierra alta con sus lenguas
vernculas y concepciones del mundo y de la vida, que en los aos
recientes ha resentido los efectos de la globalizacin, hasta la socie20
y social lo constituyen el macizo volcnico de Los Tuxtlas y la Sierra de Santa Marta, pertenecientes al Eje Volcnico Transversal,
aunque entre ste y Los Tuxtlas-Santa Marta, estn separados por
las tierras de inundacin ya antes mencionadas. Hacia el oriente, y
colindando con Tabasco y Chiapas, el Istmo veracruzano concentra
buena parte de la petroqumica as como una reciente actividad ganadera, producto de la tala de las antiguas selvas tropicales.
Finalmente est el litoral de 720 km, en que se destacan el complejo lagunar de Alvarado-Tlacotalpan al sur y el de Tamiahua al
norte; a estas grandes unidades habra que aadir las mltiples islas
e islotes que se localizan a lo largo de la plataforma continental del
Golfo de Mxico.
La accin humana est presente en cada palmo del territorio veracruzano. La tala de las selvas de tierra baja (ceibas, bano, jobo,
etc.) ha dado lugar, como va dicho, a las sabanas dedicadas a la caa
y al ganado. De los antiguos pueblos y congregaciones indgenas se
ha pasado a procesos de urbanizacin que aniquilan los bosques de
tierra alta y en especial en el centro del estado. Los efectos de la actividad petrolera en la Huasteca baja provocaron un deterioro ecolgico notable y el abandono de muchos pueblos y la consecuente
emigracin a los centros urbanos, de la Altiplanicie primero y de los
estados del norte de la Repblica, en la actualidad.
Producto de lo anterior es la proliferacin de construcciones nuevas. Muchas de ellas en obra negra, con castillos al aire de varilla
corrugada, que anuncian los intentos de un segundo piso, evidentes en las cabeceras municipales y pueblos situados a lo largo de las
carreteras. En muchos casos, de forma harto surrealista, las antenas parablicas dan fe de los procesos globalizadores a los que las
personas que viven en estas construcciones estn sujetas. Una que
otra mansin se deja ver en las pequeas congregaciones o bien,
surgiendo en los claros de los bosques ms alejados, denunciando
un incierto origen de financiamiento. Aunque las trazas ortogonales de los antiguos pueblos y pequeas cabeceras municipales se han
24
para aligerar la densidad del primer camino, pero sobre todo, con
la finalidad de conectar estas ciudades directamente con Veracruz y
Mxico; con esto se tuvo un acceso mayor a las regiones montaosas
y costeras del sur veracruzano.
Tres son las cuencas hidrolgicas que recorren de oeste a este el
Veracruz central, la del ro Actopan, al norte; la del ro Pescados-La
Antigua, al centro; y, haca el sur, la del Jamapa.
El ro Actopan tiene sus fuentes en el Cofre de Perote, en donde
se le denomina ro Sedeo; recibe los aportes de los ros Naolinco,
Tepetln, Capitn, Topiltepec y Paso de la Milpa o dolos, desembocando en la Barra de Chachalacas.
A su vez el ro de Los Pescados abarca una cuenca de 2 827 km2.
Tiene sus fuentes en el cerro de la Cumbre, al norte del Pico de Orizaba, a una altura de 3 750 msnm donde se le conoce como ro Huitzilapan. Al juntarse con el Magueyitos, se forma el ro de Los Pescados y, al unirse con el Santa Mara toma el nombre de La Antigua,
antes de su desembocadura en la playa de Chalchihuecan recibe el
aporte del San Juan.
En cambio el ro Jamapa drena una cuenca de 3 658 km2 y tiene
sus fuentes en el Pico de Orizaba, en la regin conocida como Altas
Montaas. Sigue su curso al noreste regando las vegas de los municipios de Orizaba y Crdoba para internarse en Huatusco y seguir
su carrera en direccin a Boca del Ro baando las tierras bajas de
Jamapa, Soledad de Doblado y municipios aledaos, permitiendo
una agricultura de huertas y de cra de ganado.
El tercer elemento que sealamos y que comparte con las zonas
montaosas del estado en su conjunto, es el llamado fenmeno Foen.
Esto significa que los vientos alisios, clidos y hmedos que proceden del mar chocan con las vertientes orientales de las montaas
provocando un efecto de pantalla, de tal manera que slo una parte de tales vientos saltan a los valles occidentales interiores; las masas de aire caliente que quedan en la vertiente martima, se deslizan
entre los bosques en direccin a la costa, aumentando su tempera27
tos tiene una concentracin mayor a los 5 000 habitantes, lo que representa 54% de la poblacin total regional, mientras que 43.3% de
los asentamientos concentra 8% poblacional. Esto es una de las manifestaciones de la emigracin, fenmeno que se ha agudizado en
los ltimos diez aos.
La dinmica poblacional de esta zona de Veracruz central gira en
torno a Xalapa y su zona metropolitana con una densidad de poblacin en su ncleo central de 700 hab/km2. La ciudad, capital del estado, ofrece servicios administrativos, comerciales y de manera muy
significativa, educativos y culturales; en este ltimo rubro Xalapa
ofrece condiciones an excepcionales para una eventual transformacin en ciudad universitaria a escala incluso mundial. La industria
se reduce al procesamiento del caf y los frutales. El aumento poblacional y la carga de vehculos han provocado un deterioro en la
calidad de vida, apenas atenuado por la ausencia de industrias contaminantes, ms extendidas en el puerto de Veracruz.
Altas Montaas de Oriente
Al igual que la subregin anterior, posee una gran diversidad ecolgica y cultural por los grupos indgenas de lengua nhuatl que la
habitan. Si bien la construccin de la carretera facilit su conexin,
en especial, con Puebla y el Distrito Federal, la regin en s fue de
antiguo poblamiento. Sus valores climticos y naturales permitieron
en sus partes medias (entre los 1 000 y 1 400 msnm de altitud) una
especializacin en caa de azcar basada en un principio en mano
de obra esclava que no tard en sustraerse a dicha condicin, con
una primera sublevacin de africanos que deriv en la ereccin de
San Lorenzo de los Negros (hoy Yanga) y el fortalecimiento de la Villa de Crdoba como punto de dominio sobre estas partes de montaa baja. Ya en el siglo xix, el proyecto industrializador dirigido
por Lucas Alamn llev a crear las primeras fbricas textiles en Ro
32
asentamientos rurales de este sector se muestran un poco ms equilibrados en cuanto a su distribucin, aunque el predominio es rural,
la tercera parte de la poblacin reside en comunidades menores a
100 personas (3.8%), mientras que 27.3% vive en las ciudades con
un nmero mayor a 5 000 personas, tal es el caso de Huatusco y Coscomatepec. El resto, a lo que se ve, se distribuye en congregaciones
entre 100 y 4 999 habitantes tendiendo a decrecer los rangos conforme los asentamientos se hacen mayores.
A los declives exteriores del conjunto del Veracruz central montaoso, es decir, los que sobresalen en una concepcin del paisaje visto
desde los puntos ms altos, o bien, en la perspectiva de los dos ejes
carreteros, se aaden los interiores, es decir, las barrancas, aparentemente abandonadas pero con una riqueza paisajstica y vitalidad social poco visible al observador forneo. stas fueron originadas por
la accin combinada de la actividad volcnica y la erosin de los ros.
Las grandes paredes de 600 a 800 metros estn compuestas principalmente de conglomerado y roca caliza, permeable a la accin del agua,
de tal forma que en las mesas superiores crece una raqutica flora secundaria de pastos y matorrales que sirven de forraje al ganado. En
la medida en que se desciende a las barrancas, por antiguas veredas
o, en el mejor de los casos, caminos de terracera, aparecen de nuevo las huertas de mango y cafetales, los plantos de maz, la cra de
ganado criollo y aves de corral; por lo comn, en las simas encontramos aldeas campesinas que a la fecha, adems de los frutos sealados,
producen maz, cran ganado y animales domsticos. Los habitantes de
las barrancas son posibles descendientes de soldados y rebeldes de las
virulentas guerras civiles del siglo xix y xx, ms tarde asentados en
las rancheras de las haciendas. A la fecha, muchos campesinos que
habitan de manera cotidiana estos declives interiores acuden a las ciudades cercanas para emplearse en los servicios urbanos y domsticos.
34
El paisaje de playa y palmeras inclinadas por el viento, tan caracterstico hace an 30 aos, ha sido sustituido por fraccionamientos, caminos, zonas industriales y un aeropuerto internacional que enlaza
con las ciudades mexicanas, de Estados Unidos y el Caribe insular.
En su conjunto, las llanuras costeras del Veracruz central agrupan para el ao 2010, 13.2% de la poblacin total veracruzana y su
extensin es 1.5% totalizando 16 municipios. Si tomamos como eje
la conurbacin Veracruz-Boca del Ro, podemos distinguir dos sectores bastante diferenciados. Uno hacia el norte, a Cardel y otro al
sureste, en direccin a los municipios situados en el curso inferior
del ro Jamapa extendindose al oriente, a la llamada Mixtequilla en
los confines occidentales de la Cuenca del Papaloapan.
Llanura costera Central-Norte
En sta incluimos los municipios de tierra baja cuyos lmites seran
la cuenca del ro Actopan al norte y la del ro de Los Pescados al sur.
Su poblacin, tomando como eje siempre a Veracruz-Boca del Ro, se
concentra en Cardel, punto intermedio entre el puerto de Veracruz y
Xalapa. 61.8% de los asentamientos rurales tiene menos de 99 habitantes los que representan apenas 0.5% del total regional. El resto se
distribuye en congregaciones dedicadas al cultivo de la caa de azcar procesada en el ingenio La Gloria, situado en el vecino municipio
de rsulo Galvn, y la cra de ganado principalmente. Si bien predomina la tierra baja, esta parte se caracteriza por ser la transicin de
los contrafuertes de la montaa (la llamada por los lugareos, la parte
seca) y las barrancas, mismas que desaparecen conforme nos acercamos a la zona hmeda, en direccin al mar. Es en esta parte de la costa
en donde se encuentran las playas de Chachalacas y Chalchihuecan,
principales atractivos recreativos no slo de la regin sino de las ciudades del interior de esta parte del Veracruz central.
36
37
Hernn Corts en esas tierras que formaron parte de sus dominios, la pesca, ahora circunscrita a las zonas lagunares del Alvarado y Tlacotalpan y, hacia los lmites con Oaxaca y con cada vez
ms intensidad conforme avanzamos al oeste, las huertas y cultivos
de pia, mango, sanda, maz, pltano y otros frutos tropicales, cuya
demanda trasciende las fronteras regionales. Un ciclo productivo de
origen prehispnico, el algodn, se mantuvo hasta finales del siglo
xix, siendo desplazado por el auge de la Cuenca Lagunera en el norte del pas.
Un elemento en la realidad cuenquea actual, que en las ltimas
dcadas alter los ritmos ecolgicos del Bajo Papaloapan, fue la
construccin de las presas de Temascal y Cerro de Oro. El gobierno
federal cre en 1946 la Comisin Hidrolgica que construy ambos
embalses en el bajo Papaloapan oaxaqueo. Los resultados de estas
obras, si bien han incrementado la produccin agrcola y ganadera,
han provocado otros efectos con el uso de pesticidas e insecticidas y
fertilizantes qumicos, aumentando los costos y calidad de la produccin agropecuaria. Por otra parte, la reduccin de las inundaciones del Papaloapan ha disminuido el nivel, incluso secado, muchas
lagunas, con lo que la pesca se ha visto afectada. Si a esto le agregamos los efectos de la industria de Tuxtepec y la de los ingenios caeros de la regin (el Carlos A. Carrillo es el ms grande del pas) en la
contaminacin del agua, el paisaje ecolgico muestra gran deterioro. En las ltimas dos dcadas podemos documentar una cada de
la pesca riberea (principalmente de marisco) y, en forma paralela,
del incremento del hato ganadero y por tanto del pastizal a costa del
mangle, alterando con ello el sistema ecolgico.
El Bajo Papaloapan veracruzano representa 7.8% del total del estado, en una extensin de 16% del territorio, repartidos en 22 municipios. Una caracterstica de la regin lo constituye su alto grado
de dispersin de los asentamientos en la Cuenca del Papaloapan.
40% de los habitantes se concentran en localidades mayores a 5 000
almas, por el contrario, 4.6% controla 74.3% de las localidades me40
ran cada vez en mayor intensidad. Caa, potrero y huerta son compartidas, el paisaje industrial del Istmo se contrapone, en cambio, al
caero del Papaloapan en donde el toque industrial lo dan los ingenios azucareros que ah funcionan. Otro contrapunto lo constituye
la zona popoluca y nhuatl del occidente istmeo, sujeta a grandes
presiones modernizadoras, por los efectos de la citada industrializacin y por las tendencias migratorias debido a las crisis actuales.
Los Tuxtlas y la Sierra de Santa Marta
En el extremo de la llanura costera se erige el macizo volcnico, conocido como Los Tuxtlas. Dos elementos geomorfolgicos se detectan en su formacin. Uno inicial al oriente que constituye la Sierra
de Santa Marta, habitada por poblaciones de lengua nhuatl, sujetas
a un ritmo de transformaciones que se agudizaron en la segunda
mitad del siglo xx con la introduccin de la ganadera extensiva y de
los citados procesos de industrializacin del tringulo Coatzacoalcos, Minatitln, Cosoloeacaque, y el otro al occidente, en torno al
volcn San Martn (1 700 m) y el Cerro del Viga (800 m), en donde
se sitan las tres ciudades tuxtlecas por excelencia: Santiago Tuxtla,
San Andrs Tuxtla y Catemaco.
Por su vertiente oriental, la Sierra de Santa Marta tiene una solucin de continuidad social con la regin stmica, lo que no se hace
tan evidente por el sur y el occidente. Por la vertiente norte del macizo se desciende al mar en cuyo litoral, la laguna de Sontecomapan
es un atractivo natural con valores tursticos potenciales.
Los municipios mayormente serranos son San Andrs Tuxtla,
Santiago Tuxtla Hueyapan de Ocampo, Catemaco, Soteapan, Mecayapan y Pajapan. A excepcin de Catemaco, Mecayapan y Soteapan,
montaosos en su casi totalidad, el resto comparte sus territorios con
zonas pertenecientes al Bajo Papaloapan (San Andrs y Santiago
Tuxtla) y el Istmo (Pajapan, Hueyapan); algunos municipios de la
43
sabana colindan con esta sierra en declives suaves (en especial hacia
el oeste y el sur) dando solucin de continuidad entre la montaa y
la sabana. Tal es el caso de los municipios de ngel R. Cabada, al
oeste y Acayucan, Chinameca y Soconusco, al oriente.
El paisaje montaoso predominante es de tipo volcnico. Al oriente
hay dos conos importantes, tales son el Santa Marta (1 650 msnm) y el
San Martn Pajapan (1 145 msnm); en la parte occidental se levanta el ya
citado volcn San Martn que con sus 1 700 msnm se presenta como
la mayor altura del macizo volcnico. Hasta hace poco se caracteriz
por la abundancia de selva, predominando la vegetacin mesfila, que
tiende a alterarse con un cultivo intensivo del suelo. En los ltimos
diez aos se ha incrementado el cultivo de la caa de azcar en detrimento del bosque tropical, historia que a final de cuentas, se ha venido repitiendo, con diverso ritmo, desde hace casi 500 aos. La regin
est compuesta por suelos aptos para la actividad agrcola y un muy
moderado pastoreo. Las selvas intrincadas, la irregularidad del terreno y, sobre todo, los depsitos acuferos en los conos volcnicos le dan
al paisaje un atractivo que, dadas las cotas de altitud en la zona del
bosque de niebla, han creado una concepcin natural cargada de misticismo y religiosidad. La laguna de Catemaco es uno de los elementos
paisajsticos de mayor relevancia en la regin, sta constituye una cuenca endorreica formada por rocas producidas por la accin volcnica. El
paisaje ganadero y hortelano se mantuvo estable hasta la primera mitad del siglo xx, con una poblacin mestiza enmarcada en torno a los
principales centros urbanos de Santiago y San Andrs.
En esta diversidad montaosa alternan ciertas especialidades econmicas. Santiago Tuxtla es eminentemente ganadero y agricultor,
San Andrs (cuya cabecera es la capital regional por excelencia) tiene adems el cultivo del tabaco, mientras que Catemaco aprovecha
los valores tursticos derivados de la laguna del mismo nombre. La
religiosidad, el chamanismo y la brujera de sus habitantes, han hecho de esta regin un foco de atraccin de una poblacin visitante
vida de experiencias esotricas y supuestamente paranormales.
44
lago de Texcoco (salitroso) y que en dicho cerro el manantial de Pocitos es de agua salada. Por el contrario, un indicio del predominio
masculino sobre las aguas dulces se muestra con una leyenda contada en Otatitln que trata de una bruja, la Llorona que camina
sola, condenada, por las aguas dulces del ro. Tal vez si sta se apareciera en la partes saladas, en su mundo femenino, ya se le hubiera consagrado su santuario; lamentablemente flota por el rumbo
equivocado, el dulce y varonil por excelencia.
Regiones del norte
El norte veracruzano, al igual que el Istmo, fue integrado tardamente al conjunto estatal. Los ritmos variaron en cada unidad territorial. No obstante tres son los conjuntos mayores base para el
anlisis, por un lado la cuenca del Nautla-Filo Bobos (en donde se
sita en parte del actual Totonacapan) y ms al norte, las cuencas
de los ros Tuxpan-Tecolutla y la del Pnuco que drenan la Huasteca veracruzana.
Misantla-Martnez de la Torre y el Totonacapan
Al norte del Eje Volcnico Transversal, el sistema hidrolgico Filo
Bobos-Nautla moldea a este conjunto regional, desde las tierras altas de la Sierra de Puebla hasta la Barra de Nautla en el Golfo de
Mxico. Los bosques de conferas y encino de la parte alta es el hbitat de los totonacas de la sierra mientras que, conforme se desciende
al mar, hacia la Barra de Nautla, se extienden una serie de valles
y colinas, dominio de una poblacin ms bien mestiza, de antiguo
integrada a la Sierra Norte de Puebla y ahora tambin con fuertes
relaciones con el Veracruz central; al norte, en cambio, Papantla, en
la faja costera predominan los totonacos de la costa en torno al Tajn
48
54
Hemos hecho ya mencin a la conurbacin de las llamadas Altas Montaas, cuyo auge data desde la primera mitad del siglo xix
gracias al fomento industrial. Por otra parte, en los ltimos 20 aos
se ha manifestado el crecimiento de Xalapa-Banderilla-CoatepecTlalnehuayocan, quizs no con la misma dinmica de otras regiones
conurbadas, ya que el detonante del sector industrial aqu no existe.
Finalmente, el eje Poza Rica-Tuxpan se ha visto beneficiado por la
actividad petrolera de la primera ciudad y la actividad comercial de
la segunda.
Por principio, las conurbaciones resienten en diversa medida los
efectos de las veleidades petroleras. La crisis de energticos, as como
la exploracin y aprovechamiento de nuevos yacimientos en otras
regiones, han incidido en la economa tanto de Poza Rica-Tuxpan
como de Coatzacoalcos-Minatitln. Esto ya ha provocado el incremento migratorio a las fronteras del norte. Crdoba-Orizaba no escapa a tales tendencias, con la particularidad de que aqu tenemos
un fenmeno muy atpico en lo que son los procesos de formacin
industrial. Gran parte de la regin se ha sustrado a los efectos modernizadores de la industrializacin con la pervivencia y vigor de
una poblacin indgena que ha resistido los avatares polticos, econmicos, climticos y naturales de un hbitat proceloso y que, al parecer no estaran dispuestos a abandonar. No as la poblacin urbana
joven que busca nuevos horizontes fuera de estas zonas industriales
que tan pocas expectativas ofrecen al desarrollo equilibrado y la estabilidad laboral.
La conurbacin Veracruz-Boca del Ro se desarrolla a lo largo del
litoral, hacia Alvarado, con fines ms bien tursticos a pesar de su vitalidad portuaria e industrial. Finalmente, Xalapa se muestra como
una ciudad prestadora de servicios y, de alguna forma, como zona
residencial en sus alrededores, dados sus valores naturales, siempre
dependiendo de su vida universitaria y oferta cultural que, a nuestro
juicio, no est debidamente aprovechada.
56
57
Bibliografa comentada
61
Los Olmecas
a
Enrique Florescano
un libro al que llam Americas First Civilization: Discovering the Olmec, y ms tarde realiz un estudio minucioso sobre el reino ms
antiguo de esa regin (Coe, 1968).
As, de 1940 al ao 2000 decenas de expertos contribuyeron a esclarecer el origen y desarrollo de una de las raras culturas del mundo que cre civilizacin. En esos aos los mesoamericanistas dispusieron de mejores instrumentos analticos y compararon los rasgos
de esa regin con los del brote de la civilizacin en Mesopotamia,
Egipto, el Valle del Indo, China y Per. Con todo, no se lleg entonces a un consenso sobre el concepto de civilizacin y se opt por la
mera enumeracin de sus caractersticas: agricultura, ciudades, estratificacin social, Estado, escritura, etctera (Childe, 1950; Adams,
1966; Niederberger, 1996). De esos rasgos la agricultura y el Estado son cruciales para comprender el desarrollo de la civilizacin en
Mesoamrica. Los estudios sobre la evolucin de esta regin muestran que el paso del maz silvestre teosinte a la planta cultivada,
o del cultivo de tumba y roza al regado, o del trabajo individual y
familiar al colectivo, fueron pasajes decisivos en el crecimiento de
la produccin agrcola, los poblados, las ciudades y los intercambios
comerciales (Sanders y Price, 1968).
Las organizaciones polticas desarrolladas por los olmecas son
frutos del maz, un resultado de la multiplicacin prodigiosa de
ese grano en un territorio frtil, irrigado por ros caudalosos que
ao con ao depositaban sus limos germinales en las riberas. Los
estudios de Rust y Sharer (1988), Rust y Leyden (1994), y Pope et
al., (2001) as como el de Philip J. Arnold III (2000) mostraron la
relacin directa entre el cultivo del maz y el desarrollo de la civilizacin en esta rea: y que en el inicio del periodo Formativo no
fue fuerte la presencia de tal cultivo. Sin embargo, a mediados y
finales de ese periodo 800-500 a. C., el maz se convirti en el alimento principal de los poblados. Las imgenes del paraso agrcola
que ms tarde reprodujeron los teotihuacanos en sus pinturas murales, o los aztecas en sus cantos (Sahagn, 2006; Florescano, 2002),
68
son una representacin idealizada de la tierra prdiga de los olmecas, pues describen escenarios donde abundaba el algodn, el hule,
las frutas tropicales, animales suntuosos como el jaguar y las aves
exticas de plumas multicolores. Los datos arqueolgicos muestran
que los olmecas fueron los primeros agricultores especializados en
los cultivos necesarios para la sobrevivencia de los grupos humanos, como el maz, la calabaza, el frijol, el chile y diversos tipos de
legumbres. Son los promotores iniciales de la hortaliza y el cultivo
de las plantas tiles, y los herederos de grupos an ms antiguos, a
quienes debemos el arte de la seleccin de las plantas y los principios
de su domesticacin.
Las indagaciones dedicadas a conocer la evolucin de los olmecas
registran un proceso largo, marcado por asentamientos primarios que
los arquelogos sitan hacia 1600-1500 a. C. en San Lorenzo, una meseta rodeada por los ros Chiquito y Coatzacoalcos, cerca de la costa
sur de Veracruz. De esta fecha hasta 1200 a. C., San Lorenzo fue la cabecera de aldeas dispersas que pagaban tributo al centro poltico que
dominaba el trnsito fluvial y los cultos religiosos. Sabemos ahora que
la organizacin social de San Lorenzo haba rebasado el estadio de las
sociedades igualitarias, el trmino no se refiere que stas carezcan
de diferencias de posicin. Quiere decir que las diferencias de posicin se adquieren no se heredan.(Marcus y Flannery, 2001; Leach,
2004). La organizacin social estaba compuesta por grupos de campesinos, artesanos, comerciantes, chamanes, guerreros y jefes polticos
que se transmitan sus oficios y posiciones de manera hereditaria.
Quiz este nivel de desarrollo corresponda al que los estudiosos
de los sistemas polticos llaman cacicazgo (chiefdom). El paso de la
sociedad igualitaria a los primeros cacicazgos o seoros se ha registrado en distintas regiones de Mesoamrica: San Lorenzo en el rea
olmeca, San Jos Mogote en el valle de Oaxaca, La Blanca en la costa
del Pacfico en Guatemala o Chalcatzingo en el centro de Mxico
(Grove, 2000). Aqu me limitar a citar el ejemplo de San Jos Mogote, bien estudiado por Joyce Marcus y Kent Flannery.
69
iban a morir para luego renacer. Por ltimo, arriba de la tierra estaba la regin celeste, el reino del sol, la luna, los planetas y las estrellas. En cada una de las esquinas de este espacio haba cuatro atlantes
que representaban los cuatro puntos cardinales y los cuatro vientos y
sostenan el inmenso edificio del cosmos (Joralemon, 1996; Reilly III,
1955; Broda, 1982, 1991, 2001).
El el plano urbano de La Venta reproduca con fidelidad el orden
csmico. La superficie de la tierra era el punto donde convergan
las fuerzas celestes con las del inframundo, el centro equilibrador
donde se unan los flujos positivos y negativos que en la concepcin
mesoamericana ponan en movimiento la mquina universal. En la
mitad del centro urbano de La Venta se levantaba la montaa que
resuma los tres niveles del cosmos: el inframundo, la superficie terrestre y el cielo, mientras que sus cuatro costados la comunicaban
con los cuatro rumbos espaciales. Esta elevada pirmide que naca
en el corazn de la ciudad era una representacin de la Montaa
Primordial, la colina que en el da inaugural del mundo surgi de
las aguas y form la superficie terrestre. Los mitos de creacin dicen
que los dioses depositaron en el interior de esa montaa las aguas
fertilizadoras y las semillas nutricias y por eso la colina ocupaba un
lugar central en el mapa terrestre (Schele, 1995; Gonzlez Lauck,
1997). En el Popol Vuh, edicin de Recinos, se describe as el primer
da de la creacin: Luego la tierra fue creada por [los dioses] Tierra, dijeron, y al instante fue hecha [] Como la neblina, como la
nube y como una polvareda fue la creacin, cuando surgieron del
agua las montaas; y al instante crecieron las montaas [] (Recinos, 1947, pp. 24-25).
La gran pirmide de La Venta divida la parte norte consagrada a
los ancestros de la parte sur, dedicada al despliegue de los smbolos
del poder real y a las reas pblicas de la ciudad. As como el diseo y los monumentos del rea urbana son una expresin del orden
csmico definido en los mitos de creacin, as tambin los espacios y
monumentos de la parte sur son una representacin del orden pol80
la izquierda el cetro del poder. Las tres partes de su cuerpo estn vinculadas a los tres niveles del cosmos y l es, en s mismo, una representacin virtual del cosmos y de las fuerzas que lo nutren, un axis mundi.
La idea de eje csmico est relacionada en este periodo de Mesoamrica con la concepcin chamnica que divide el cosmos en tres niveles
a los que slo pueden acceder los seres dotados de poderes especiales,
como los chamanes y los jefes que ejercen el mando supremo. Los individuos capaces de transitar por estos distintos niveles y comunicar
a los seres humanos con el mundo sobrenatural ocupaban el papel de
conductores y dirigentes. El chamn tena tambin el poder de transmutar su ser humano en animal, y viceversa, una cualidad que comparta con el gobernante (Reilly III, 1994b; Joralemon, 1996; Reilly III
y Garber, 2003; Pool, 2007).
En el apogeo de La Venta se observa un proceso de maduracin
de la ideologa del poder. En numerosos monumentos el gobernante es presentado como axis mundi y es la encarnacin del dios
del maz. Una escultura encontrada en la cspide del cerro de Pajapan, en las montaas de Los Tuxtlas, muestra a un personaje,
cuyo tocado es una imagen del dios olmeca del maz, en el acto de
levantar un rbol csmico, es decir, en el momento de dar principio y orden al mundo, una de las funciones reclamadas como propias por la realeza. En otra estatuilla de jade se retrata a un gobernante sentado, cuya banda real se compone de pequeas hachas de
jade que semejan granos de maz y en su cabeza porta un tocado
con una representacin del dios olmeca del maz. Otra hacha de
jade tiene grabada la figura ricamente ataviada de un personaje
que sostiene en su mano izquierda un punzn para el sacrificio de
la sangre. Como en los casos anteriores su tocado es la efigie del
dios del maz. Estas esculturas muestran que el dios del maz era
el numen privilegiado del panten y el emblema ms valorado, de
modo que el gobernante, al incorporarlo en su tocado, adquira
sus poderes sustentadores y regeneradores, se tornaba una representacin viva del dios (Fields, Reents-Budet and Agurcia, 2005;
84
los centros ceremoniales, los palacios y las formas de vida de los grupos nobles, pues esa inclinacin apenas ha dejado traslucir el rostro y
las actividades de los sectores populares que con sus manos construyeron el entorno urbano. A pesar de ello, no podemos olvidar que
el primer asombro del visitante de estas ciudades lo suscitaban los
cientos de chozas y caseros que rodeaban el centro urbano, visibles
desde lejos por las columnas de humo que desprendan los hogares encendidos y los olores primordiales del maz cocinndose en los
comales de arcilla. Con todo, la curiosidad que despertaron las antigedades mesoamericanas en coleccionistas oriundos de la regin
donde se levantaron esas ciudades, y el trabajo realizado bajo una
nueva concepcin de la exploracin arqueolgica, nos ha deparado
la presencia de miles de rostros, hbitos y costumbres populares.
En estas variadas representaciones de la humanidad se advierte la
predisposicin por captar la peculiar fisonoma del otro, sea ste mujer, nio, anciano, chamn, contorsionista, bufn, jugador de pelota,
guerrero o ancestro venerado. De pronto, la aglomeracin urbana
puso ante los ojos del alfarero, el pintor o el escultor la rica panoplia
de la diversidad social y sus contrastes. Es decir, al confrontarse los
pobladores de la ciudad entre s, al cobrar conciencia de sus diferencias, al vivir da con da la heterogeneidad de sus actividades, al
conocer las predisposiciones y animosidades entre los sexos, los grupos, los linajes, los barrios o los oficios, los habitantes de La Venta
tambin adquirieron conciencia de que ms all de esas diferencias
compartan una identidad comn. La lengua y la comunin con el
territorio, el vestido, la comida, los ritos y ceremonias colectivas, las
tareas cotidianas y los usos y costumbres locales, los hicieron copartcipes de una empresa comn, los identificaron con la ciudad, el reino, los gobernantes y sus dioses protectores. As, entre los aos 1000
y 400 a. C., en la regin de La Venta varios millares de pobladores
vivieron la experiencia de compartir identidades originadas en el
reino, procreadas por la convivencia poltica. Se trata de un proceso
comn a la formacin poltica del reino, como lo ha mostrado Mann
86
establece las relaciones entre los dioses y los seres humanos, entre stos y sus semejantes y entre los seres humanos y la naturaleza (Joralemon, 1976).
Adems de desarrollar un lenguaje simblico, plstico, arquitectnico, ritual, escenogrfico y corporal que reuna la msica, la
danza y la teatralizacin de las acciones en el espacio, los fundadores de La Venta fueron los primeros en resumir esos lenguajes en la
cpsula del mito de la creacin del cosmos. La presencia de la colina
primordial la montaa de los mantenimientos en el centro de La
Venta, la vinculacin de la ciudad con los tres niveles y los cuatro
rumbos del cosmos, el nacimiento de los seres humanos de la cueva
germinal, la invencin del cultivo del maz y su transformacin en
dios protector, y el culto a los ancestros fundadores del reino, son
acontecimientos que remiten a los episodios definitorios del mito de
la creacin del cosmos que domina el imaginario colectivo de Mesoamrica. En otra parte he sostenido que los mitos de creacin se
concentraron en narrar tres momentos capitales en la formacin
de esos pueblos. Primero, la creacin del cosmos y el surgimiento de
la superficie terrestre. Segundo, el origen de los seres humanos, el
sol y las plantas cultivadas, y, por ltimo, la fundacin del reino y
el nacimiento de la vida civilizada seguidos por el relato de las hazaas de los gobernantes. No sabemos si los pueblos que construyeron
San Lorenzo, La Venta, Chalcatzingo y otros centros asentados en
la tradicin olmeca narraron esos episodios sustantivos en cdices
jeroglficos o pintados, pero de lo que no cabe duda es que los grabaron indeleblemente en el trazo y los monumentos de su ciudad,
transformndola en un cdice de piedra.
La luz que emana de la arquitectura y el simbolismo de La Venta
da idea del tremendo efecto que produjo la fundacin del reino en el
imaginario colectivo de los pueblos mesoamericanos. La posesin de
un territorio por un grupo tnico que comparta ancestros y orgenes
88
89
Cuando la cultura europea estableci contacto con los pueblos asentados en el actual territorio nacional, encontr a una de las ms
avanzadas civilizaciones del mundo antiguo, la cual tuvo su cuna
en una gran rea geogrfica que abarca gran parte de Mxico y se
extiende hasta Guatemala, Belice, Nicaragua, parte de Honduras y
El Salvador.
Los pueblos indgenas de esta superrea cultural que hoy llamamos Mesoamrica eran poseedores de tradiciones milenarias y, al
igual que otras antiguas civilizaciones prstinas como Mesopotamia,
Egipto, China o el Valle del Indo, basaban su existencia en una economa de produccin, encabezada por un gobierno centralizado que
regulaba las relaciones sociales cada vez ms complejas y diferenciadas. El notable desarrollo que alcanzaron estas sociedades antiguas implicaba la existencia de especialistas en milicia, religin, arte
y distintas ramas del conocimiento; todas ellas interactuaron con la
naturaleza y lograron domesticar mltiples especies de plantas y
animales e inventar sistemas calendricos y de escritura.
Fue en la segunda dcada del siglo xvi, en el auge del renacentismo europeo, cuando los primeros expedicionarios del Viejo Mundo
arribaron a las costas del actual estado de Veracruz y se sorprendieron del paisaje que vislumbraron tierra adentro. En sus exploraciones pioneras sortearon numerosas desembocaduras de ros, bordeados
93
de frtil vegetacin, y descubrieron a la distancia la silueta del Citlaltpetl o Pico de Orizaba, coronado con sus nieves eternas. Los recursos de sus nuevas tierras representaban una oportunidad de encontrar
prosperidad y riqueza, pues la franja comprendida entre la playa y la
cadena montaosa comprenda gran variedad de ecosistemas: dunas
costeras, manglares, selvas, bosques, planicies y profundas barrancas,
donde lo mismo imperan los calores del trpico, que las heladas temperaturas de las altas montaas.
Las numerosas evidencias arqueolgicas constituyen pequeos
fragmentos de un pasado apenas conocido. Hasta ahora, se han registrado o reportado cerca de ocho mil sitios arqueolgicos, nmero
que se incrementar a medida que se amplen los reconocimientos
sistemticos en el territorio veracruzano. Los numerosos testimonios del antiguo asentamiento humano incluyen, desde los restos de
efmeros campamentos estacionales hasta grandes centros cvicos y
ceremoniales, comprendiendo cuevas y frentes rocosos, campos irrigados de cultivo, bancos para la extraccin de materiales ptreos, talleres de manufactura y recnditos lugares de culto a las montaas,
grutas o cuerpos de agua. En conjunto, todos esos sitios, monumentales y pequeos, efmeros o milenarios, forman parte de un legado
relevante que merece ser difundido, pues constituye una de las races ms notables de la identidad mexicana.
Los testimonios ms antiguos indican que hace ms de ocho mil
aos, pequeos grupos humanos ya haban alcanzado las costas del
Golfo de Mxico; eran nmadas que sobrevivan de la caza, de la
pesca o de la recoleccin de moluscos o distintos frutos y vegetales.
Las imgenes ms estereotipadas de estos antiguos hombres y mujeres suelen mostrarlos como cazadores de grandes presas, como el
mamut, pero hoy sabemos que la apropiacin o colecta de recursos
alimenticios, incluso de tubrculos e insectos, jug un papel ms cotidiano. Adems la mega fauna se encontraba en vas de extincin,
debido a la transformacin climtica, de manera que muchas especies pleistocnicas ya haban desaparecido haca siete milenios.
94
la civilizacin mesoamericana. Por ello, los olmecas suelen ser llamados la Cultura Madre, como lo ha explicado el doctor Enrique
Florescano.
El legado civilizatorio de la Cultura Madre se incorpor a la
evolucin de los pueblos mesoamericanos, pero su descendencia directa an permanece entre las etnias mixe, zoque y popoluca, que
pueden considerarse herederas directas de los olmecas. Por otra parte, los antiguos artistas de las monumentales esculturas de piedra no
fueron los nicos que moraban en el territorio de la costa del Golfo
durante los tiempos preclsicos. En el centro de Veracruz tambin se desarrollaron otros grupos sociales, de origen an incierto
pero identidad propia, poseedores de una madura tradicin alfarera, cuya tipologa y estilo se conoce como Complejo Remojadas.
El nombre se retom de la pequea localidad del municipio de Soledad de Doblado, donde se detect este utillaje prehispnico por
primera vez.
Los estudios actuales demuestran que la cultura de Remojadas
se extendi ampliamente hasta alcanzar el territorio que hoy forma parte de la jurisdiccin de ms de 20 municipios, entre los cuales destacan Soledad de Doblado, Paso de Ovejas, Puente Nacional,
Jamapa o Cotaxtla, entre otros. A diferencia de los olmecas, estas
sociedades formativas no habitaron en reas donde el agua abundaba, pero a pesar de vivir en ecosistemas con difciles condiciones
ambientales, tambin desarrollaron una economa eficaz, acorde a
una estructura social bien organizada, probablemente integrada en
torno a un sistema de creencias religiosas.
Las excavaciones en algunos sitios de la zona semirida central,
como Remojadas, Buenavista, Carrizal, Puente Nacional o Jamapa,
han permitido recuperar gran nmero de piezas decoradas al pastillaje o por medio de incisiones, entre las cuales destacan personajes
antropomorfos, vasijas efigie y elaboradas piezas con asa y vertedera, que demuestran la maestra de los ceramistas y que recuerdan a los complejos cermicos andinos. Gracias a la plasticidad del
96
expresiones. Con estos indicios se ha tratado de reconstruir la configuracin histrica y cultural del antiguo territorio costero, pero este
esbozo an presenta grandes vacos.
La mayor parte del acervo arqueolgico rescatado procede de sitios ubicados en la regin que los arquelogos llaman centro de Veracruz, delimitada por los ros Cazones y Papaloapan, contiguos al
rea metropolitana olmeca y a la zona Huasteca.
En el centro de Veracruz destaca la cultura totonaca, que a la
llegada de los espaoles tena importantes asentamientos como
Zempoala y Quiahuiztlan, dominados militarmente por la alianza
mexica del Altiplano. Fue en estas ciudades donde el conquistador
europeo obtuvo informacin sobre el frreo control tributario que el
imperio mexica impona sobre la poblacin local y, aprovechando
el descontento de los tributarios, supo ganarse su alianza y emprender el camino hacia Tenochtitlan.
Hasta hoy, los totonacos constituyen una de las etnias ms numerosas y, en consecuencia, uno de los referentes autctonos de Veracruz. Su identidad se menciona desde las primeras crnicas de los
conquistadores hispanos.
La regin del Totonacapan era considerada la tierra de los bastimentos y esta designacin es justa en muchos sentidos, pues cuando las sequas asolaban otras reas mesoamericanas, la costa del Golfo sola proveer los productos agrcolas necesarios. La biodiversidad
fue igualmente manifiesta en distintas maneras: petroglifos, escultura, pintura mural o rupestre, figurillas y vasijas cermicas. Destacan
piezas que representan a especies vegetales como el maz, el cacao
o la calabaza, o animales como jaguares, aves, serpientes, peces, coyotes o lagartos, aunque muchas caractersticas zoomorfas no slo
aluden a la especie, sino a atributos simblicos relacionados con la
conducta humana o divina.
Los totonacas no fueron los nicos pobladores de un vasto territorio con ecosistemas tan diversos; la prodigalidad natural de esa
regin atrajo sociedades de distinta filiacin tnica. Por ello, las in98
vestigaciones arqueolgicas han podido reconocer complejos regionales de clara individualidad estilstica, como las llamadas culturas
Remojadas, El Tajn y La Mixtequilla.
La aportacin de las culturas del centro de Veracruz se reconoce hasta hoy como uno de los legados culturales ms relevantes del
mundo mesoamericano. Por ejemplo, en 1992 la ciudad sagrada
de El Tajn fue declarada Patrimonio mundial por la Unesco y se
sabe que la ceremonia conocida como Palo volador que desde 2009
tambin pertenece a la selecta lista de bienes patrimoniales de la humanidad, formaba parte de complicados rituales de culto al sol que
se remontan hasta la poca prehispnica.
En El Tajn se identifica con plenitud la preocupacin por identificar y mantener el orden universal: su traza urbana y arquitectura
muestran reiteradamente el intento por conciliar el tiempo y el espacio, y los planos mortales y divinos. En la ciudad del Trueno el
hombre propiciaba la intervencin de los dioses, invocados en sus
numerosos templos, en sus plazas abiertas o en los juegos de pelota. Las abundantes escenas plasmadas en bajorrelieve o sus coloridas pinturas murales muestran la convergencia entre lo mortal y lo
sagrado.
La arquitectura vanguardista de El Tajn recurri a la cornisa y el
nicho para evocar el movimiento y utiliz los nichos, albardas y escalinatas para plasmar su nocin espacial del universo y representar numricamente su conocimiento astronmico y sus calendarios solar,
lunar, y ritual (de 260 das).
El auge de este centro urbano se ha calculado entre 800 y 1150 d. C.,
y a la llegada de los espaoles la ciudad tena casi tres siglos de haber
sido abandonada. En la actualidad se han restaurado sus principales
edificios pblicos y se han detectado 17 canchas para la prctica del
juego de pelota.
El tlachtli o juego de pelota era un ritual religioso que recreaba
el universo y la lucha eterna de los dioses y los elementos vitales.
Cuando el pueblo lo consideraba de vital importancia, el juego se
99
que se extiende hasta alcanzar gran parte de los estados de Tamaulipas, San Luis Potos e Hidalgo. El nombre procede de la forma
como los mexicas designaban a este territorio: Cuextlan. Aunque
an no existe consenso sobre la expansin de estas culturas, se ha
propuesto que el ro Cazones sea una referencia geogrfica til para
sealar la mxima extensin meridional de los huastecos.
La lingstica ha demostrado que los teenek como se llaman a s
mismos los miembros de esta etnia hablan una lengua mayance,
histrica y geogrficamente distanciada de los idiomas emparentados que a la fecha se utiliza en el sureste de Mxico y Guatemala.
El vnculo de los teenek y los otros pueblos mayas ha sido el motivo de acaloradas discusiones, sin que an exista consenso sobre la
poca, las causas y la direccin que sigui la lejana separacin de
unos y otros.
En la Huasteca tambin existieron grandes asentamientos con
caractersticas peculiares. Sin embargo, esta zona ha sido poco estudiada y por ello el conocimiento de su historia prehispnica an
adolece de enormes lagunas. No obstante, manifestaciones como las
esculturas en piedra caliza, la cermica, las figurillas, los utensilios
de concha y la metalurgia delatan el alto nivel tecnolgico alcanzado por las antiguas sociedades del noreste de Mesoamrica. En esas
evidencias se infieren las continuas relaciones culturales que los teenek mantuvieron con otros grupos mesoamericanos, al mostrar que
compartieron creencias, tecnologas y estilos artsticos. Los contactos
entre estos grupos quizs alcanzaron a los lejanos asentamientos precolombinos del suroeste de Estados Unidos. Sin embargo, la cultura
Huasteca conserv una clara singularidad, como se aprecia en las
sobrias esculturas femeninas que representan a la deidad que los nahuas llamaron Tlazolteotl, a la Luna, al Sol o a Venus, o en las mltiples figurillas de barro asociadas a la fertilidad.
La gran calidad esttica de las esculturas est asociada a manifestaciones religiosas, como se observa en los elementos reiterados
de sacrificio y de fertilidad, o en alusiones al maz, a la serpiente, al
103
105
Bibliografa comentada
recomendable y de gran utilidad para entender las dinmicas poblacionales prehispnicas en una larga secuencia cronolgica, hasta
el contacto con la cultura hispnica. Los editores tuvieron el mrito
de compilar fundamentadas colaboraciones de varios directores de
proyectos arqueolgicos recientes y subrayan el relevante papel que
el rea costera jug en la historia mesoamericana.
Hay algunos recuentos tiles sobre la produccin bibliogrfica en
esta temtica. Por ejemplo el Corpus Bibliogrfico de la Cultura Olmeca de Nelly Gutirrez Solana y Daniel Schavelson (1980) y Bibliografa Olmeca de Francisco Beverido (1986).
Entre los textos que abordan una panormica general del origen, dispersin e influencia de la cultura olmeca, en trminos
artsticos, comerciales y polticos, debe verse Los Olmecas en Mesoamrica, editado por John Clark (1994), quien junto con Mary
E. Pye tambin coordin el volumen Olmec Art and Archaeology
in Mesoamerica (2000). Ambos abordan la evidencia reconocida en
un amplio territorio, que documenta la esfera que los Olmecas alcanzaron desde momentos muy tempranos, como se ha registrado en sitios ubicados en distintos estados de Mxico y otros pases
centroamericanos.
Un ttulo imprescindible para todo interesado en el desarrollo de
la primera civilizacin del Nuevo Mundo es Olmec Art of Ancient
Mexico (1996). En esta obra las editoras Elizabeth P. Benson y Beatriz de la Fuente incluyen una buena sntesis de la historia de la arqueologa olmeca, adems de un documentado conjunto de ensayos
sobre esttica e iconografa, que enmarcan una seleccin de obras
maestras de distinta procedencia, pero todas identificadas con esta
cultura.
En los aos ochenta del siglo xx se desarroll un proyecto conjunto entre la Universidad de New Mexico y la Universidad Veracruzana, cuyo principal objetivo era documentar la historia y economa
del sitio Matacapan, considerado un enclave teotihuacano en las frtiles laderas de Los Tuxtlas. Entre los resultados puede citarse el ar110
La iconografa asociada a algunos de los monumentos que forman parte del corpus documental de la escritura Epi-olmeca puede encontrarse en tallas ptreas recuperadas en sitios cercanos a la
cuenca del Papaloapan. Uno de los estudios sistemticos mas logrados sobre este vasto territorio puede encontrarse en Patarata Pottery: Classic Period Ceramics of the South-central Gulf Coast, Veracruz,
Mexico (1989), de Barbara L. Stark, destacada investigadora que ha
estudiado varios sitios en la cuenca y en la regin de La Mixtequilla.
La misma autora edit el volumen Settlement Archaeology of Cerro
de las Mesas, Veracruz, Mexico (1991), que resea las investigaciones
ms recientes que se han practicado en ese centro, famoso por las
estelas de piedra que muestran personajes tallados en bajorrelieve,
acompaados de fechamientos en el sistema de cuenta larga.
Entre la amplia produccin bibliogrfica que ha producido el
proyecto que Ann Cyphers dirige en San Lorenzo Tenochtitlan destacan dos volmenes publicados por el Instituto de Investigaciones
Antropolgicas de la unam: Poblacin, Subsistencia, y Medio Ambiente en San Lorenzo Tenochtitln (1997) y Escultura olmeca de San
Lorenzo Tenochtitln (2004). En el primero, adems de describir el
crecimiento y desarrollo de centro capital olmeca, la editora aborda
varios tpicos para entender la esfera social y poltica del sitio, quiz
el primer centro urbano de Mesoamrica. La autora realiza una acuciosa revisin de la arquitectura, el arte y el patrn de asentamiento,
y los vincula con un anlisis sobre el contexto, el control y el manejo
de los monumentos del sitio, como base para entender la trasmisin
del poder en la lite del sitio.
Por su parte, el segundo libro es un estudio detallado y profusamente ilustrado de 159 esculturas monolticas recuperadas en San
Lorenzo y cuatro sitios contiguos, enfatizando su importancia en
la dinmica poltica de este centro. Ms que un catlogo, la obra
es una fuente de consulta para entender el arte, la iconografa y
los emblemas de poder que habran de caracterizar a esta cultura
formativa.
112
cultural hacia el momento del contacto; vase por ejemplo The Tajin
Totonac (1952). En el mismo sentido, varios estudios dirigidos a la
caracterizacin de las culturas establecidas en el centro y norte del
rea Costa del Golfo se presentaron en la mesa redonda de la Sociedad Mexicana de Antropologa titulada Huaxtecos, totonacos y sus
vecinos, cuya memoria homnima fue editada por Bernal, Ignacio
y Eusebio Dvalos en 1953, integrando varios estudios fundamentales sobre estas culturas.
Desde entonces, se multiplicaron los estudios arqueolgicos en
el estado, sobre todo debido a la fundacin del Instituto y Escuela
de Antropologa de la Universidad Veracruzana (1957) y a la inmediata creacin del Museo en la ciudad de Xalapa. Pero es necesario
subrayar que las investigaciones emprendidas en el actual territorio
veracruzano han tenido una cobertura desigual; mientras algunas
regiones han sido un foco de atraccin constante para diversas generaciones de arquelogos, otros vastos territorios permanecen prcticamente ignotos. Por ello todava existen fuertes limitantes en la
difusin de los resultados de proyectos recientes y en el acceso a la informacin de primera mano. A la escasez y dispersin de las fuentes
de consulta, se suma la dificultad de consultar algunos acervos especializados, donde se resguardan numerosos informes no publicados.
Por ello, en esta breve revisin bibliografa se ha privilegiado la posibilidad de que el lector nacional o extranjero pueda encontrar la
referencia deseada.
Una de las obras que ms efecto caus en la investigacin del pasado prehispnico en el Centro de Veracruz ha sido Los Totonaca,
contribucin a la etnografa histrica de la Amrica Central, de Walter Krickeberg. La traduccin al espaol de esta obra (publicada en
1933) de inmediato se convirti en fuente obligada de consulta para
el pequeo grupo de investigadores mexicanos que aos despus
sentaran las bases de la investigacin institucionalizada en el estado. Dos libros de Jos Luis Melgarejo Vivanco desarrollan la idea
de la prominencia tnica de esta cultura en un amplio territorio del
114
Centro de Veracruz y parte del actual estado de Puebla: Totonacapan (1943) y Los Totonaca y su cultura (1985).
Otro de los precursores, el arquelogo y arquitecto Jos Garca
Payn, escribi varios ensayos sobre sus exploraciones en diversos
sitios comprendidos entre el ro Cazones y el ro de Actopan, principalmente en ciudades y centros prehispnicos como El Tajn, Paxil,
Cempoala y Oceloapan. Tambin realiz estudios pioneros sobre las
culturas formativas del centro de Veracruz, que present en su libro
llamado Prehistoria de Mesoamrica (1966), donde asienta la posibilidad de que en esta regin hayan existido dos culturas tempranas con
distintas tradiciones cermicas, como indica la coleccin de tiestos
y figurillas antropomorfas de barro. Garca Payn tambin escribi
un breve ensayo sobre el Centro de Veracruz (Salvat, 1974) que
resea, para el gran pblico, los avances que hasta ese momento se
haban alcanzado en la reconstruccin de la historia prehispnica.
Entre las mltiples publicaciones del arquelogo Alfonso Medelln Zenil, Cermicas del Totonacapan, Exploraciones en el Centro de
Veracruz (1960) sigue siendo la referencia ms utilizada por los investigadores del tema y ofrece un marco cronolgico general caracterizado por la produccin alfarera. Del mismo autor, Obras maestras del Museo de Xalapa, (1983) es una muestra del rico acervo de
colecciones de las obras relevantes producidas por los mltiples grupos que habitaron en el estado de Veracruz, pero enfocadas en las
culturas olmeca, totonaca y huasteca. Sobre el legado resguardado
en el Museo de Antropologa de Xalapa puede consultarse la Gua
oficial (ediciones 1992 y 2004), o el nmero especial que la revista
Arqueologa Mexicana dedic a esta institucin que alberga la coleccin ms importante de obras prehispnicas recuperadas en el
estado de Veracruz.
La mayor parte de las investigaciones se han centrado a la exploracin intensiva de sitios o pequeas regiones y por ello, existen algunos casos de reas bien documentadas. Entre las obras ms ilustrativas de la arqueologa regional deben citarse los resultados del
115
proyecto Historia de los asentamientos humanos en la Costa Central de Veracruz, que se integraron en el volumen titulado Zempoala: el estudio de una ciudad prehispnica, que fue publicado en la
coleccin cientfica del inah, en 1991. En esta obra se insert tambin una sntesis que Jos Garca Payn elabor sobre sus estudios
en la zona arqueolgica, la capital meridional del Totonacapan al
momento del contacto con la cultura hispana.
Una de las secuencias culturales ms importantes para la arqueologa veracruzana fue construida por Jeffrey Wilkerson en la Cuenca del Tecolutla: Ethnogenesis of the Huastecs and Totonacs: Early
Cultures of North-Central Veracruz at Santa Luisa, Mexico (1972).
Este investigador tambin escribi un anlisis de las culturas formativas en The northern Olmec and pre-Olmec frontier on the Gulf
Coast, que forma parte del volumen The Olmec and Their Neighbors, editado por Elizabeth Benson (1981).
Tambin existen varios ttulos bibliogrficos relativos a la ciudad
prehispnica de El Tajn. Entre ellos pueden citarse Los enigmas
de El Tajn de Jos Garca Payn (1973), la Gua Oficial de Jurgen
Breggemann (1992), Tajn la ciudad del Dios Huracn de Romn
Pia Chn y Patricia Castillo Pea (1999), Imagen y Pensamiento en
El Tajn de Sara Ladrn de Guevara (2005) y el artculo Iconographic Interaction between El Tajin and South Central Veracruz de
Rex Koontz (2008).
Existen varios textos sobre las extraordinarias producciones escultricas y cermicas. Destaca el ensayo de Tatiana ProsKourakoff,
Classic Art of Central Veracruz, que desde su publicacin en el
Handbook of Middle American Indians (1971), identific el complejo
de los yugos, palmas y hachas como la escultrica ritual ms distintiva de la Costa del Golfo. Tambin son recomendables los textos
Ancient Art of Veracruz (1972) y Ceremonial Sculpture of Ancient Veracruz, editado por Marilyn Goldstein (1988). En el mismo sentido
es recomendable leer Magia de la risa (1971) que incluye ensayos de
Octavio Paz y Alfonso Medelln Zenil, sobre el complejo de figuri116
el territorio menos estudiado por parte de los arquelogos. En consecuencia, las referencias bibliogrficas se reducen notablemente en
comparacin con las dems culturas costeras. Entre las referencias
hoy consideradas clsicas es imprescindible citar a La Huasteca:
poca Antigua de Joaqun Meade (1942) y los ensayos de las exploraciones pioneras de Gordon F. Ekholm, especialmente Excavations
at Tampico and Pnuco in the Huasteca, Mexico publicado por el
American Museum of Natural History en 1944.
Las referencias etnohistricas ms importantes de este enorme territorio han sido cuidadosamente enlistadas por Guy Stresser Pan,
en su artculo Ancient sources on the Huasteca, que en 1972 public el Handbook of Middle American Indians, donde se reitera que
la fuente obligada sobre la poblacin antigua es el libro x del Cdice Florentino, de Fray Bernandino de Sahagn, que proporciona el
panorama mas completo hasta los primeros aos de colonizacin.
Otro texto clave para entender los momentos formativos del norte del estado es el informe de Richard S. MacNeish An early archaeological site near Panuco, Veracruz, publicado en 1954.
Hay, por supuesto, valiosos intentos para sistematizar la informacin
etnohistrica y arqueolgica. Destaca la Historia Prehispnica de la Huasteca, de Lorenzo Ochoa (1979) quien presenta un notable compendio
de las investigaciones arqueolgicas que se han practicado en la subrea
norte de la Costa del Golfo. El mismo investigador realiz la compilacin intitulada Huaxtecos y Totonacos: Una antologa histrica-cultural
(1989), que rene textos indispensables sobre ambas culturas.
En la arqueologa que se ha practicado en el territorio veracruzano, la mayor parte de los proyectos se han dirigido a estudios de
sitios y solo hasta las ltimas dcadas se ha intentado la cobertura
sistemtica de reas. En consecuencia, los resultados derivados de
estas investigaciones suelen ser anlisis monogrficos sobre casos
particulares. Por ello, resulta conveniente mencionar los casos donde algunos autores han intentado realizar una sntesis general de los
avances que ha alcanzado la arqueologa regional.
118
120
La conquista
Es bien sabido que el periodo posclsico tardo (1200-1521 d. C.) se
caracteriz por la hegemona del imperio mexica sobre una amplia
superficie del territorio mesoamericano. Desde la ciudad de MxicoTenochtitlan se ejerca un control militar sobre los seoros sometidos a su autoridad, se fijaban las tasas de tributos y se controlaban
los caminos y las redes de comercio y abastecimiento. Entre los siglos xv y xvi, los mexicas se haban expandido por lo que hoy es la
sierra norte de Puebla, las tierras totonacas y el litoral veracruzano
con el propsito de asegurarse el abasto de maz, algodn, vainilla y
telas. Para este fin se establecieron puntos estratgicos de recaudacin sobre la ruta que una al altiplano central con la costa del Golfo
de Mxico: Papantla, Tlapacoyan, Atzalan-Mexicalcingo y Xalacingo. La exaccin de riquezas materiales y hombres que el imperio
mexica demandaba anualmente, aunado a la opresin militar, despertaron un profundo malestar e impotencia entre de los seoros
sometidos por no tener la fuerza suficiente para liberarse del avasallamiento mexica. Con este escenario se encontraron Hernn Corts
y sus huestes cuando desembarcaron en las costas veracruzanas el
viernes santo de 1519.
123
La primera gran impresin que tuvieron los conquistadores espaoles fue cuando visitaron la ciudad totonaca de Cempoala. Se dieron
cuenta que en estas tierras existan culturas altamente desarrolladas,
a diferencia de los habitantes de las islas del Mar Caribe. Bernal
Daz del Castillo no ocult su regocijo al narrar que Vimos tan
grande pueblo, y no habamos visto otro mayor, nos admiramos
mucho de ello, y cmo estaba tan vicioso y hecho un vergel, y tan poblado de hombres y mujeres, las calles llenas, que nos salan a ver, dbamos muchos loores a Dios que tales tierras habamos descubierto.
En Cempoala, Hernn Corts tuvo conocimiento del dominio que
el emperador mexica ejerca sobre pueblos y ciudades, y del profundo
descontento de los seoros sometidos. Corts capitaliz esta situacin
y logr que las aldeas totonacas se convirtieran en sus aliados y juraran obediencia al rey de Espaa, bajo la promesa de liberarlos del dominio mexica y de sus pesadas cargas tributarias. Las calurosas costas
veracruzanas fueron el escenario donde se gest una verdadera revolucin que dej al mundo mesoamericano sin solucin de continuidad, y marc el comienzo de una nueva poca cuyas caractersticas
fundamentales persisten hasta el da de hoy. Dicha revolucin dio
sus primeros pasos con la fundacin de un asentamiento de espaoles
en tierra firme bajo el nombre de Villa Rica de la Vera Cruz; la improvisacin de un puerto en el pen que se encuentra frente a Quiahuixtlan, con el propsito de salvaguardar a las embarcaciones de los
fuertes vientos del norte que caracterizan a la costa del Golfo de Mxico; el rompimiento del dominio mexica sobre los pueblos totonacos
a travs de la abolicin del pago de tributo a cambio del juramento de
lealtad al emperador Carlos V. Tambin se impuso la doctrina cristiana entre los indios mesoamericanos por medio del culto a la virgen
Mara, la prohibicin de los sacrificios humanos, la destruccin de los
antiguos dioses y el bautismo de los primeros indgenas.
Los religiosos franciscanos fueron los primeros en encargarse de
la evangelizacin de los territorios recin adheridos a la corona espaola. Su penetracin se desarroll desde la regin del Veracruz
124
Las principales instituciones polticas en el Veracruz colonial fueron: las encomiendas, una institucin de encargo para atraer al indio
a la fe catlica; los corregimientos, que establecieron la autoridad real
en las comunidades indgenas y sus congregaciones; las repblicas
de indios, destinadas al control y administracin de las poblaciones
donde no haba habitantes europeos; y los ayuntamientos, en poblaciones de espaoles. Estas figuras jurdicas gobernaban e impartan
justicia en las poblaciones que les fueron asignadas. Cabe mencionar
que durante la colonia no se tena la nocin territorial que tenemos
hoy en da donde una institucin poltica tiene potestad sobre un
territorio perfectamente delimitado. En esa poca, sobre un mismo territorio solan confluir las jurisdicciones de diferentes cuerpos
polticos (iglesias, ayuntamientos, repblicas de indios) cuyas cabeceras se encontraban en distintas localidades. Este mecanismo de pesos
y contrapesos evit la excesiva acumulacin de poder en manos de
alguna institucin o capital provincial, y permiti mantener la gobernabilidad en un Veracruz caracterizado por profundos contrastes regionales y diferencias tnicas y sociales (tabla 1 y mapa 1, pp. 103-110).
A lo largo de la poca virreinal la Iglesia, que tena una considerable influencia poltica y econmica, mantuvo su propio aparato
judicial. El rey de Espaa nombraba a los dignatarios ms altos de la
Iglesia (como los arzobispos), mientras que los virreyes y gobernadores nombraban a los curas parroquiales. En Nueva Espaa existieron
dos jerarquas eclesisticas: la secular y la regular. La primera estaba
encabezada por el arzobispo y los obispos, y la segunda la componan las rdenes monsticas mendicantes (franciscanos, agustinos,
dominicos, etc.). El territorio del actual estado de Veracruz estaba
cortado por tres jurisdicciones eclesisticas del clero secular: la
arquidicesis de Mxico que tena a su cargo la Huasteca veracruzana; la dicesis de Tlaxcala, con sede en la ciudad de Puebla,
velaba por la salvacin de las almas de los habitantes del Veracruz
central y el bajo Papaloapan; y la dicesis de Oaxaca administraba
las regiones del Istmo veracruzano y los Tuxtlas (mapa 2, p. 111).
126
El reparto de las encomiendas inici quiz hacia 1522. La caracterstica fundamental de la encomienda fue la asignacin de un seor
indgena con sus vasallos a cada uno de los conquistadores quienes
tenan derecho a recibir tributo y trabajo de los indgenas a cambio
de instruirlos en la religin catlica y proporcionarles alimentacin
y proteccin. Legalmente los encomenderos nunca fueron propietarios de los indgenas ni de la tierra, pues aqullos eran libres y sta
inalienable y no heredable; por lo tanto, si una encomienda quedaba
vacante pasaba a la jurisdiccin del rey o se volva a otorgar a un
nuevo encomendero.
En la primera asignacin de encomiendas, en las regiones del
norte, Hernn Corts distribuy las comunidades entre sus tropas,
pero en 1527 Nuo de Guzmn las revoc y las entreg a sus hombres. En el Totonacapan, Papantla fue encomendada al conquistador Andrs de Tapia y se mantuvo en manos de sus herederos hasta
1610, y Misantla fue adjudicada en 1527 a Luis de Saavedra. Para
1534 estas propiedades ya estaban en posesin de la corona. En el
Veracruz central Corts se reserv para s todos los tributos de las
poblaciones de Cempoala, Rinconada y Cotaxtla. Estas tierras, con
excepcin de Cempoala, formaron parte de la posesin seorial del
Marquesado del Valle. Xalapa se entreg a Diego de Salamanca en
la dcada de 1520, aunque en 1537 fue reservada como monopolio
real por su abundante produccin de una tinta azul conocida como
pastel. Cerca de Xalapa tambin fueron asignadas en encomienda las poblaciones de Coatepec, Chiltoyac, Almolonga, Xalcomulco, Jilotepec, Coacoatzintla, Chiconquiaco, Miahuatln, Ixhuacn,
Xalacingo, Atzalan y Tlapacoyan. En las proximidades de Crdoba
sobresalieron las encomiendas de Huatusco e Ixhuatln, que pasaron a dominio del rey en 1535, y al Marquesado de Salinas en 1617,
respectivamente. La encomienda de Orizaba correspondi a Juan
Coronel y a su hijo Matas hasta el ao de 1604, cuando pas a jurisdiccin real. En las regiones del Sur de Veracruz se instituyeron
encomiendas en Cosamaloapan, Otatitln, Acayucan, Chinameca,
127
Coatzalcoalcos y Soteapan, que perduraron, en la mayora de los casos, hasta el trmino del siglo xvi.
La gran cantidad de encomiendas que se repartieron entre los
conquistadores da una idea del elevado nmero de tributarios y del
nivel de densidad de poblacin que haba tanto en la costa como en
las montaas en el tiempo del contacto entre espaoles e indgenas.
Poblacin que prcticamente desapareci durante el primer siglo de
la colonizacin espaola. Las encomiendas repartidas en Veracruz
iniciaron su transicin a jurisdiccin real a partir de la dcada de 1530
y se prolong hasta las primeras dcadas del siglo xvii, como en los
casos de la encomienda de Atzalan y un par de encomiendas en la
Huasteca. El trnsito de las encomiendas a jurisdiccin real respondi
a una poltica de la corona espaola orientada a limitar el poder de
los encomenderos y a cortar de tajo sus aspiraciones feudales. Para
este fin prohibi la esclavitud de indgenas, se estableci una tasacin oficial de tributos que los indios deban pagar al encomendero
y se introdujo la figura del corregimiento en aquellas encomiendas
que quedaban vacantes o pasaban a jurisdiccin real.
Para 1570, todas las encomiendas de Veracruz ya estaban asignadas a un corregimiento. De esta manera la corona ejerca un control directo sobre la poblacin indgena, mientras que los tributos
que sta aportaba ingresaban directamente a la Real Hacienda. Los
corregimientos indgenas ms importantes fueron los de Cempoala,
Misantla, Zongolica, Huatusco, Jalacingo, Tlapacoyan, Chapultepec, Ayutla, Quimixtln, Maltrata, Tlalixcoyan, Tlacotalpan, Zaoyaltepec y Guaspaltepec, las dos ltimas actualmente pertenecientes
al estado de Oaxaca.
Al frente de cada corregimiento haba un corregidor subordinado
a un alcalde mayor encargado de administrar justicia. El alcalde o
justicia mayor por lo general radicaba en una villa o pueblo cabecera de la alcalda, donde tambin residan las autoridades eclesisticas. Entre los siglos xvi y xviii las alcaldas mayores que ejercieron
jurisdiccin sobre el territorio que comprende el actual estado de
128
pueblos localizados en estos ecosistemas. Con una parte de la madera cortada construan edificios, vigas para los techos, y elaboraban
carbn, muebles y utensilios de cocina. En lo que toca a las maderas
finas, stas se remitan a los mercados europeos, donde eran sumamente apreciadas por su utilidad para la fabricacin de embarcaciones y muebles finos.
La ganadera fue una actividad econmica de gran relevancia. La
crianza de ganado mayor (reses) y menor (cabras) se llev a cabo
en las poblaciones habitadas por espaoles, en numerosos ranchos
localizados en el curso de los caminos, y en las grandes haciendas
situadas en las llanuras costeras, desde la Huasteca hasta el Istmo.
Tambin es importante destacar la crianza de mulas de carga para
cubrir las necesidades de la arriera y el transporte, y la talabartera
que desde tempranas pocas caracteriz a algunos pueblos como es
el caso de Naolinco.
La transformacin de materia prima y la produccin de bienes
manufacturados, tambin form parte de la estructura econmica
de Veracruz. Los ejemplos ms claros de esta economa fueron los
ingenios y trapiches dedicados a la produccin de azcar, aguardiente, piloncillo, melcocha, panela, miel, aguardiente y vinagre. Alrededor de estos establecimientos solan vivir, adems de esclavos y
operarios, hombres dedicados a la elaboracin de enseres necesarios
para la industria azucarera y para la poblacin que en ella trabajaba, tales como: cuerdas de yute, hilados de pita, sillas de montar,
huaraches, artculos de madera, loza comn, etctera.La amplia
gama de productos derivados de las actividades econmicas no se
qued estancada en sus lugares de origen sino que se intercambiaba
de una localidad a otra, dando lugar a una importante vocacin: el
comercio. Actividad que hubiera sido ms difcil de practicar sin la
presencia de las vas de comunicacin que permitieran a los arrieros,
comerciantes y viajeros aprovechar y disfrutar plenamente los beneficios otorgados por arterias ms eficientes y seguras. Los arrieros,
comerciantes, oficiales reales, y clrigos que transitaban por los ca133
minos reales o que llegaban a las poblaciones que servan como puntos de conexin interregional, demandaron la presencia de prestadores de servicios de hospedaje (hostales, albergues, estancias y ventas),
alimentacin y transporte. Esta condicin favoreci el surgimiento
de ventas a lo largo de las vas de comunicacin ms concurridas,
y dio sustento a las familias que en poblaciones como Veracruz,
Xalapa, Perote, Crdoba y Orizaba se dedicaban a atender las necesidades de albergue y alimentacin de forasteros que pasaban
por el territorio veracruzano.
Para comprender el mbito comercial hay que tener en cuenta los
perfiles culturales y las necesidades materiales de los grupos sociales asentados en las poblaciones veracruzanas. Todas las localidades
buscaron entablar relaciones comerciales entre ellas, pese a las diferencias de objetivos. La principal meta del comercio practicado por
la poblacin espaola y europea fue muchas veces el lucro para conseguir estamentos altos mediante ttulos nobiliarios. Mientras tanto,
las comunidades indgenas buscaron comercializar lo que producan para asegurar la subsistencia de sus comunidades y el pago de
sus tributos. El contraste de intereses entre espaoles e indgenas no
necesariamente signific la subordinacin de un estamento social a
otro, sino ms bien implic el desarrollo de una red de interdependencia comercial que garantiz el bienestar y la supervivencia de las
antiguas familias y sociedades.
La poblacin y sus formas de vida
La conquista y colonizacin de Nueva Espaa trajo consigo un catastrfico declive demogrfico, sin precedente en la historia de la
humanidad. De los 25 millones de habitantes que haba en el Mxico central, entre el istmo de Tehuantepec y la frontera chichimeca,
para 1630 tan slo sobrevivan 750000 indios equivalentes a 3% de la
poblacin. En Veracruz, el ritmo del descenso demogrfico present
134
En el tiempo de la conquista Xalapa era un casero disperso, localizado al sur del volcn Macuiltepec. Conform una traza muy
peculiar llena de pendientes y callejones, que satisficieron las necesidades de los habitantes originales y de los que llegaron con las
congregaciones. Los principales barrios que la constituan eran
conocidos como Techacapa (fundado por la congregacin de los
indios de Chiltoyac), Tecuanapa y Xallitic (poblado por indgenas
congregados de la sierra de Naolinco). La poblacin contaba con
ricos manantiales que surtan de agua muy apreciada. Si bien la
mayor parte del periodo virreinal Xalapa tuvo el estatus jurdico
de pueblo, lo cierto es que fue uno de los centros urbanos de mayor
importancia. A lo largo de la colonia su economa estuvo vinculada con las actividades de los comerciantes puerto de Veracruz e
ntimamente interrelacionada con los pueblos circunvecinos. Estas condiciones, aunadas al buen clima apreciado por los viajeros
y trajinantes, incidieron en la decisin de la corona espaola de
celebrar en Xalapa las ferias comerciales. Cada cuatro aos, desde
1718 y hasta 1786, las calles del pueblo se llenaban de comerciantes, arrieros, contratistas y prestadores de servicios procedentes de
diversas partes del reino.
El desarrollo del pueblo de Orizaba discurri en paralelo al de
Xalapa. Al estar situado en un apreciado valle, fue escogido como
punto estratgico para el trnsito de mercancas entre Mxico y Veracruz. Si los comerciantes del puerto tenan sus intereses fincados
en Xalapa, los comerciantes de la ciudad de Mxico mantuvieron
un inters muy especial por Orizaba. Esta poblacin creci de manera considerable durante el siglo xviii y rivaliz con Xalapa por la
sede de las ferias de flota y por otros privilegios como la obtencin
de la obtencin de un ayuntamiento, el monopolio del tabaco y el
rango de villa. Prerrogativas que consigui primero la pluviosilla
en 1764, 1767 y 1774, respectivamente. La traza urbana de Orizaba
estaba conformada casonas de considerable dimensin que servan
lo mismo de habitacin que como almacenes destinados a los comer137
etctera. Cabe mencionar que hubo regiones donde fue ms notorio este fenmeno, principalmente en el puerto de Veracruz y en
sus costas adyacentes donde la principal actividad econmica era
la movilizacin de carga y la pesca; en las plantaciones azucareras
de Crdoba; en la regin ganadera del Bajo Papaloapan; as como
en la regin en la regin de Xalapa, donde tambin se establecieron haciendas agrcolas.
Identidad y procesos culturales
La formacin de identidades y culturas regionales no fue un proceso de menor trascendencia. Durante toda la poca virreinal veracruzana la religin, las prcticas de justicia y el comercio, fueron
elementos dinamizadores de ideas, de adhesiones y de encuentros.
Las afinidades surgidas en cada espacio giraron en torno a prcticas,
percepciones y referencias comunes que fueron generando sentimientos de pertenencia de un territorio el cual poda ser identificado
con una ciudad, un pueblo o incluso una hacienda. El resultado: la
cohesin de una poblacin pluritnica y desigual en torno a una regin especfica.
Los das de mercado, las fiestas patronales y los santuarios se convirtieron en acontecimientos capaces de reunir grandes cantidades de
personas procedentes de pueblos circunvecinos y de poblaciones ms
distantes, quienes acudan para intercambiar sus productos y participar en las celebraciones litrgicas y populares que caracterizaban a las
festividades de los santos patronos e imgenes milagrosas, como eran
las procesiones, la misa, los cantos, la comida comunitaria, el juego, la
bebida, la fiesta y el baile. Por su parte, los tianguis, montados sobre
las plazas pblicas o en el atrio de la iglesia principal, se instalaban
cada tercer da en las principales poblaciones como Tuxpan, Papantla,
Xalapa, Orizaba, Crdoba, Veracruz, Tlacotalpan, San Andrs Tuxtla y Acayucan; y semanalmente en las localidades menores.
139
141
V001
V002
V003
V004
V005
Principales
cabeceras
Jurisdiccin
Gobiernos
Pnuco
Gobierno militar
de Pnuco
(1522-1534)
Cabildo de San
Esteban
(1523-1537)
Alcalda mayor
de Pnuco
(1537-1787)
Villa de San
Esteban
de Pnuco
(1522-1600)
Tantoyuca
(1600-1787)
Arquidicesis
de Mxico
Huejutla
(actualmente
en los estados
de Veracruz y
Puebla)
Alcalda mayor
de Pnuco
(1537-1550)
Alcalda mayor
de Huayacocotla
(1676-1700)
Alcalda mayor
de Huejutla
(1600-1787)
Huejutla
(1537-1787)
Xaltocan
(1770)
Arquidicesis
de Mxico
Curato en:
Huejutla
Monasterio
Agustino
Huejutla
Ixcatlan
Macustepetla
Diez barrios de
indios cercanos
a la cabecera
Huayacocotla
(alternando)
Chicontepec
(alternando)
Arquidicesis de
Mxico
Dicesis de Tlaxcala
(con sede en Puebla)
Curatos:
Huayacocotla
Tlachichilco
Zontecomatlan
Convento agustino
en Huayacocotla
(1558-1569)
Huayacocotla
Tlachichilco
Zontecomatlan
Ixhuatlan
Chicontepec
Llamatlan
Guachinango
(1583-1786)
Arquidicesis de
Mxico
Dicesis de
Tlaxcala
(con sede en
Puebla)
Curatos en:
Chicontepec
Pantepec
Tamiahua
Tuxpan
Amatlan
Doctrina Agustina
en Huachinango
Guachinango
Chiconcuautla
Xicotepec
Paguatlan
Naupan
Pantepec
Xalpantepec
Tihuatlan
Tuxpan
Temapache
Amatlan
Tamiahua
Cetusco
(1544-1570)
Papantla
(1570-1787)
Dicesis de
Tlaxcala
(con sede en Puebla)
Curatos en:
Zozocolco
Xonotla
Papantla
Chumatlan
Mecatlan
Papantla
Mecatlan
Chumatlan
Espinal
Tecolutla
Nautla
Zozocolco
Huayacocotla
(actualmente
en los estados
de Veracruz y
Puebla)
Gobierno de
Meztitln
(1519-1580)
Alcalde
Mayor de
Huayacocotla
(1600-1787)
Huachinango
(actualmente
en los estados
de Veracruz y
Puebla)
Corregimiento
Xicotepec
(1531-1550)
Corregimiento
de Meztitlan
(1565-1570)
Alcalda mayor
de Tulancingo
(1575-1583)
Alcalda mayor
de Guachinango
(1583-1786)
Ducado de
Atlixco
(1708-1786)
Papantla
Corregimiento
de Cetusco
Alcalda mayor
de Hueytlapa
(1550-1556)
Alcalda mayor
de Papantla
(1570-1787)
Iglesia
142
Villas
Villa de San
Esteban
de Pnuco
Pueblos
Tampico
Ozuluama
Tempoal
Tantima
Contina...
Continuacin
Clave
V006
V007
V008
V009
Jurisdiccin
Gobiernos
Xalapa
Corregimiento
de Tlapacoyan
(1534-1551)
Corregimiento
de Chapultepec
(1534-1551)
Corregimiento
de Xalacingo
(1553-1787)
Alcalda mayor
de Xalapa
(1553-1787)
Crdoba
Corregimiento de
Huatusco -1535
Corregimiento de
Ayutla (1580-1581)
Corregimiento de
Quimixtlan -1575
Alcalda mayor
de Crdoba
(1618-1787)
Orizaba
Corregimiento
de Maltrata
(1534-1550)
Alcalda mayor de
Tehuacan -1550
Corregimiento
de Huatusco (1550)
Alcalda mayor
de Orizaba
(1575-1787)
La Antigua
Ayuntamiento
de la Villa Rica
de la Veracruz
(1519-1600)
Corregimiento de
Cempoala (1530)
Corregimiento
de Mizantla
(1530-1545)
Corregimiento
de Zongolica
(1530-1787)
Alcalda mayor
de Veracruz
(1529-1787)
Principales
cabeceras
Iglesia
Villas
Pueblos
Tlapacoyan
Chapultepec
(1534-1551)
Jalacingo
(1553-1787)
Xalapa
(1553-1787)
Dicesis de Tlaxcala
(con sede en Puebla)
Doctrina Franciscana
en Xalapa
Jalacingo
Xico
Ixhuacan
Curatos en: Jalacingo
Atzalan
Tlacolulan
Naolinco
Tlapacoyan
Coatepec
Xico
Perote
Tonayan
Jilotepec
Xalapa
Jalacingo
Atzalan
Altotonga
Perote
Tlapacoyan
Nautla
Ixhuacan
Jalcomulco
Xico
Coatepec
Chiltoyac
Jilotepec
Coacoatzintla
Tlacolulan
Chapultepec
Tonayan
Naolinco
Tepetlan
Almolonga
Chiconquiaco
Huatusco
(1535-1618)
Villa de
Crdoba
-1618
Dicesis
de Tlaxcala
(con sede en Puebla)
Curatos en: Huatusco
Quimixtlan
Coscomatepec
Crdoba Ixhuatlan
Amatlan
Totutla
Villa
de Crdoba
Totutla
San AntonioHuatusco
Coscomatepec
Ixhuatlan
Chocaman
Amatlan
San Juan
de la Punta
SantiagoHuatusco
Tequila
(1530-1575)
Orizaba
(1575)
Dicesis
de Tlaxcala
(con sede en Puebla)
Curatos en: Maltrata
Orizaba
Zongolica
Nogales
Tequila
Necoxtla
Tilapa
Ixtazoquitlan
Tomatlan
Ixhuatlan
Villa
de Orizaba
Tomatlan
Ixtazoquitlan
El Naranjal
Tilapa
Maltrata
Nogales
Necoxtla
Tequila
Acultzingo
Villa Rica
de la
Veracruz
Misantla
Colipa
Chicuasen
Actopan
Cempoala
La Rinconada
La Antigua
Tlatetela
Tenampa
Tlacotepec
Zongolica
Tehuipango
Villa Rica de
la Veracruz
(1519-1525)
La Antigua
(1525-1600)
Veracruz
Nueva
(1600-1787)
143
Dicesis de Tlaxcala
Curatos:
Antigua Veracruz
Nueva Veracruz
Misantla
Zongolica
Actopan
Tehuipango
Contina...
Continuacin
Clave
V010
V011
V012
V013
Jurisdiccin
Gobiernos
Tuxtla y
Cotaxtla
Marquesado
del Valleherederos de
Hernn Cortes
(1530-1570;
1594-1709;
1726-1787)
Alcalda mayor
de Tlacotalpan
(1570-1580)
Alcalda mayor
de Veracruz
(1570-1580)
Alcalda mayor
de Tuxtla
(s. xviii)
Veracruz
Ayuntamiento
de la Villa Rica
de la Veracruz
(1519-1600)
Corregimiento
de Tlalixcoyan
(1534)
Corregimiento
de Tlacotalpan
(1570-1595)
Alcalda mayor
de Veracruz
Nueva
(1600-1629)
Gobierno de
Veracruz
(1629-1787)
Cosamaloapan
Coatzacoalcos
Principales
cabeceras
Villa de
Santiago
Tuxtla
Villa rica de
la Veracruz
(1519-1525)
La Antigua
(1525-1600)
Veracruz
Nueva
(1600-1787)
Iglesia
Ciudades
Dicesis
de Antequera
(con sede en
Oaxaca)
Dicesis
de Tlaxcala
(con sede en
Puebla)
Curatos en:
San Juan de
Ula
Cotaxtla
Apazapan
San Andrs
Tuxtla
Dicesis de
Tlaxcala
Las principales
rdenes del clero
regular tuvieron
convento en
la ciudad de
Veracruz
Curatos en:
Medelln
Tlalixcoyan
Tlacotalpan
Cosamaloapan
Alvarado
Corregimiento
de Zaoyaltepec
(Actualmente
en el Estado
de Oaxaca)
(1530-1560)
Corregimiento
de
Guaspaltepec
(Oaxaca)
(1530-s. xvii)
Alcalda
mayor de
Cozamaloapan
(s. xvii-1787)
Guaspaltepec
Cozamaloapan
Dicesis de
Antequera
(con sede en
Oaxaca)
Dicesis de
Tlaxcala
(con sede en
Puebla)
Curatos en:
Cosamalopan
Chacaltianguis
Amatlan
Otatitlan
Ayuntamiento
de la Villa del
Espritu Santo
(1522-1525)
Alcalda
mayor de
Coatzacoalcos
(1525-1787)
Villa del
Espritu Santo
(1522-1587)
Acayucan
(1587-1787)
Dicesis de
Antequera
(con sede en
Oaxaca)
Curatos en:
Acayucan
Chinameca
Soteapan
Villas
Santiago
Tuxtla
San AndrsTuxtla
Catemaco
La Rinconada
Cotaxtla
Ixcalpan
Apazapan
Medelln
Tlalixcoyan
Alvarado
Tlacotalpan
Veracruz
Nueva y
San Juan
de Ula
Acula
Amatln
Ixtlamahuacn
Cosamaloapan
Chacaltianguis
Tlacojalpan
Otatitln
Tesechoacan
Villa del
Espritu
Santo
(abandonada
en 1587)
Fuente: A partir de Ren Acua, 1981; Peter Gerhard, 1992; Jos de Villaseor y Snchez, 1986.
144
Pueblos
Acayucan
Soteapan
Chinameca
Moloacan
Ocuapan
Minzapan
Huimanguillo
Fuente: A partir de Peter Gerhard, 1992; Dorothy Tanck de Estrada, 2006; inegi 2010, conteo de
poblacin y vivienda, 2005.
145
Fuente: A partir de Peter Gerhard, 1992; Dorothy Tanck de Estrada, 2006; inegi 2010, conteo de
poblacin y vivienda, 2005.
146
Fuente: A partir de Peter Gerhard, 1992; Dorothy Tanck de Estrada, 2006; inegi 2010, conteo de
poblacin y vivienda, 2005.
147
148
149
Jurisdiccin
Antes de 1519
1532
1548
1570
1610
1643
1668
1701
1743
V001
Pnuco
1 000 000
11 700
5 140
1 220
600
338
V002
Huejutla
1 400
609
814
372
251
196
V003
Huayacocotla
4 350
2 700
1 300
3 558
4 289
V004
Huachinango
7 800
1 900
3 900
V005
Papantla
1 750
835
942
1 543
V006
Xalapa
33 000
7 270
1434
3 008
4 275
V007
Crdoba
2 000
200
440
1 391
2 423
V008
Orizaba
1300
1 140
500
1740
3 392
V009
La Antigua
30 000
820
700
1701
308
820
1 200
V010
Tuxtla y Cotaxtla
50 000
2 000
760
629
735
1 046
2 080
V011
Veracruz
443
134
189
347
V012
Cosamaloapan
80 000
60
350
537
312
1 800
V013
Coatzacoalcos
50 000
3 200
572
1 638
Totales
1245 000
18270
1969
33 507
7493
7254
8417
4604 26 887
Notas: Hay que considerar que muchos indios evadan el pago de tributos. El nmero corresponde a tributarios (indio casado).
Los cuadros vacos indican ausencia de datos.
Fuente: A partir de Ren Acua, 1981; Peter Gerhard, 1992; Jos de Villaseor y Snchez, 1986.
150
1 245 000
1 000 000
800 000
600 000
400 000
200 000
0
Antes
de 1519
18 270
1532
1 969
33 507
7 493
7 254
8 417
4 604
1548
1570
1610
1643
1668
1701
26 887
1743
Fuente: A partir de Ren Acua, 1981; Peter Gerhard, 1992; Jos de Villaseor y Snchez, 1986.
151
Fuente: A partir de Ren Acua, 1981; Peter Gerhard, 1992; Jos de Villaseor y Snchez, 1986.
152
Nombre de la jurisdiccin
Pnuco
Huejutla
Huayacocotla
Huachinango
Papantla
Xalapa
Crdoba
Orizaba
La Antigua
Tuxtla y Cotaxtla
Veracruz
Cosamaloapan
Coatzacoalcos
1530
60
1579
26
1610
200
20
200
200
50
130
40
1743
481
3500
500
1550
150
1791
685
239
200
15
5943
1220
35
20
6
354
1500
2200
240
182
266
246
774
7681
10979
totales
Nota: El nmero corresponde al nmero de vecinos (padre de familia). Los cuadros vacos indican
ausencia de datos.
Fuente: A partir de Ren Acua, 1981; Peter Gerhard, 1992; Jos de Villaseor y Snchez, 1986.
Poblacin
en las jurisdicciones
virreinales
Grficaespaola
3. Tendencias
de poblacin espaola
del antiguo
Veracruz
en las jurisdicciones
coloniales
de Veracruz, 1530-1791
12 000
10 979
10 000
7 681
8 000
6 000
4 000
2 000
266
0
1530
774
246
1579
1610
1743
1791
Fuente: A partir de Ren Acua, 1981; Peter Gerhard, 1992; Jos de Villaseor y Snchez, 1986.
153
Bibliografa comentada
156
Michael Ducey
Juan Ortiz Escamilla
Silvia Mndez Man
El proceso modernizador de las provincias de ultramar fue resultado de un cambio de mentalidad de las cortes europeas, motivado por
lo que se ha dado en llamar la Ilustracin, una visin del mundo
basada en el racionalismo y no en la teologa, en el sentido prctico
del conocimiento por el cual el individuo pudiera desarrollar sus habilidades, e incluso ocupar empleos pblicos, los cuales estaban reservados a la nobleza independientemente de sus conocimientos y
capacidades para desempearlos.
A partir de 1759, con la coronacin de Carlos III, Nueva Espaa
experiment su primer encanto con el concepto de la modernidad.
Como las dems potencias imperiales, los funcionarios ilustrados de
Carlos III y IV impulsaron una serie de reformas en la economa, en
la administracin y en la sociedad novohispana con el fin de mejorar
el rendimiento fiscal de las posesiones americanas de la corona.
Para el caso de Amrica, el ministro de la Corte, Conde de Aranda, propuso expresamente que a los indios y a las castas se les recompensara con cargos pblicos siempre y cuando contaran con el
talento y mritos para ocuparlos. En pocas palabras, se intentaba dar
un golpe mortal al modelo corporativo en que el sistema colonial
basaba su razn de ser. Ahora se haca nfasis en la conformacin
de una sociedad en la que slo el talento y la moral marcaran las
diferencias sociales. Desde entonces ya se pensaba en el principio de
161
ltica, de sistemas de produccin y de actividades econmicas, determinados por el medio geofsico. El extendido territorio sobre el
litoral del Golfo de Mxico, accidentado, con infinidad de climas,
de ros y pantanos que representaba un verdadero obstculo para
las comunicaciones, no haba favorecido el fortalecimiento de redes
sociales, culturales, polticas y econmicas que posibilitaran la integracin de las distintas regiones a partir de un centro rector como
las del altiplano central, el Bajo, Guadalajara o Zacatecas. Desde
una perspectiva econmico-social, las relaciones entre las diversas
regiones de la provincia estuvieron condicionadas por la ya mencionada multitnica, escasa y dispersa poblacin, congregada en pocos y
no muy populosos centros urbanos, muchos pueblos y un sin nmero
de haciendas y ranchos, lo que dificultaba a las autoridades reales tener una relacin ms cercana con estos sbditos, que en este caso era
fundamental cuando se intentaba establecer, precisamente en estos
territorios, el sistema de defensa colonial. Ello explica que la corona
cediera a cuanta condicin y peticin le hicieron estos habitantes a
cambio de su servicio en el ejercicio de las armas.
Si bien, en el pasado las condiciones geofsicas haban representado una verdadera muralla natural que haba limitado el libre trnsito de personas ajenas a la monarqua, los cambios tecnolgicos y
estratgicos militares de las potencias europeas, como Inglaterra
y Francia, obligaron a la corona espaola a actuar en consecuencia y
a sacarle mayor provecho a los recursos naturales y humanos de las
franjas costeras. As, pues, los patrones de asentamientos y las relaciones sociales dominantes, sobre todo de las tierras bajas, representaron para los ingenieros el principal reto a vencer al poner en
marcha los planes de defensa.
Los territorios estaban prcticamente deshabitados debido a las
enfermedades endmicas, a las condiciones climticas y al rgimen
de propiedad de la tierra. Los militares aseguraban que las costas no
estaban habitadas debido al acaparamiento de tierras heredado desde tiempos de la conquista, lo que tambin limitaba la creacin de
164
165
La reforma administrativa
El periodo de las reformas borbnicas fue crucial para la creacin
de lo que lleg a ser la intendencia, en 1789, y luego el estado de Veracruz en 1825. De hecho no se puede imaginar la existencia de un
estado en el litoral del Golfo de Mxico sin las acciones que tomaron
los reformistas del siglo xviii. Fue en esta poca cuando el pequeo
puerto de Veracruz, las villas y los pueblos localizados a la vera de
los caminos reales cambiaron de fisonoma al convertirse en centros
de poder regionales. La capital de la nueva intendencia fue el puerto de Veracruz, y a ella se sumaron las antiguas alcaldas mayores
y menores del litoral. Con la nueva divisin territorial se buscaba
mejorar la administrativa fiscal, la defensa de sus posesiones, la imparticin de justicia y el bienestar social.
En lo poltico-administrativo la intendencia qued dividida en 12
partidos, con la excepcin de Veracruz, gobernados por subdelegados: Crdoba, Orizaba, Xalapa, Xalacingo, La Antigua, Misantla,
Papantla, Tampico, Cosamaloapan, Tuxtla y Acayucan. Tambin
dependan del gobierno porteo cinco pueblos: Tlacotalpan, Alvarado, Tlalixcoyan, Medelln y Boca del Ro. Los asuntos jurisdiccionales en el partido de Tuxpan eran ms complicados: los ramos de
justicia y polica dependan de Puebla, y el militar y el de hacienda
de la plaza de Veracruz. En lo eclesistico la provincia estaba repartida entre los obispados de Puebla (en el centro), Mxico (en el
norte) y Oaxaca (en el sur). Adems, el clero tena mayor presencia
en centros urbanos y pueblos indios, y no tanto en la tierra caliente
donde la poblacin escaseaba y estaba dispersa.
Aunque hoy en da estamos acostumbrados a pensar en la costa
del Golfo como territorio veracruzano, en el siglo xviii la mayora
de las regiones que hoy conforman el estado tenan relaciones muy
efmeras con el centro de la entidad. El comercio y las relaciones
polticas se orientaban en ejes que iban de este a oeste, o de la costa
al altiplano, no hacia un centro en el puerto de Veracruz. Viajar por
166
la Ordenanza usaba para referirse a fomento de obras pblicas y servicios. Los intendentes nunca pudieron arrancarlas por completo
del aparato institucional. Los ilustrados no pudieron empezar desde
una tabula rasa ya que los individuos poderosos que las manejaban por costumbre se convirtieron en sus ms firmes oponentes. El
resultado final fue un sistema hbrido con muchos vacos legales.
Al hacerse nueva la divisin territorial, los reformistas definieron las nuevas jurisdicciones con base en las antiguas alcaldas mayores y los corregimientos. En el reglamento de intendencias se
reemplaz a los alcaldes mayores con los nuevos funcionarios llamados subdelegados y nombrados directamente por el intendente. No
obstante las amplias facultades que ejercan los subdelegados como
representantes de la mxima autoridad de la provincia, se les prohibi realizar la antigua prctica de repartimientos de mercancas por
considerarse un trabajo que frenaba el libre comercio en los pueblos
de indios. Sin embargo, cualquier beneficio que pudiera haber representado el fin de los repartimientos, fue ms que sobrepasado por
la constante intervencin en asuntos comunitarios emprendida por
las polticas ilustradas.
Tras la Reforma, tanto la corona como la Iglesia buscaban intervenir en las instituciones de los pueblos: el subdelegado redoblaba su
control sobre las cajas de comunidad de los pueblos, mientras que
los obispos pretendan regular la administracin de las cofradas y
subordinarlas a la autoridad de los prrocos. Las cajas y las cofradas eran las instituciones que manejaban la riqueza de los pueblos
y en especial las lites indgenas haban defendido celosamente su
derecho a hacer uso de sus ahorros. La Ordenanza dio facultades
plenas a los subdelegados para intervenir en los asuntos de las repblicas de indios relacionados con los bienes de las comunidades, el
manejo de las cuentas de los pueblos y el cobro de los tributos. Como
premio a su desempeo, los subdelegados reciban 5% del monto total recaudado.
168
infructuosas en Europa. La llegada de estos actores econmicos represent una de las primeras indicaciones de las transformaciones
que sufrira el comercio mexicano en el nuevo siglo xix: el intercambio se orient cada vez ms hacia Inglaterra, dejando atrs sus viejos
socios de la pennsula hispnica.
El desarrollo econmico
Al aflojar los amarres que restringan el comercio, la provincia de
Veracruz experiment, hasta cierto punto, la expansin de sus relaciones comerciales y un incremento notable en su actividad econmica. El fin del sistema de flotas permiti ms fcil acceso al mercado novohispano por parte de los mercaderes espaoles. Todos los
observadores contemporneos y los historiadores econmicos concuerdan en que Veracruz vio un aumento en la actividad comercial
y en su poblacin. El trabajo de Juan Carlos Grosso, relativo a la
economa poblana, demuestra que esa regin se orientaba an ms
hacia Veracruz que a Mxico. Sin embargo, no todo march bien;
el libre comercio se implement justo antes de la poca de las intensas guerras napolenicas, y las hostilidades existentes socavaron
en mucho los beneficios que hubieran podido surgir de las nuevas
polticas. Debido a la guerra, Espaa permaneca incomunicada por
largos periodos en los que el puerto reciba pocos barcos, dejando as
sus muelles vacos.
Adems, no debemos confundir este nuevo sistema con el libre
comercio tal y como lo entendemos hoy en da, ya que en aquel entonces todava seguan en vigor fuertes controles sobre el comercio
ultramarino de Nueva Espaa, sobre todo del puerto de Veracruz
que mantuvo su monopolio como la nica entrada al centro de Mxico para los barcos procedentes de Europa y el Caribe. El gobierno habilit a Campeche como puerto en 1778, el cual naturalmente
surti slo a la pennsula de Yucatn, y el intento de abrir Soto la
171
Marina al trfico martimo no prosper por la oposicin del consulado de Mxico. Podemos decir que en trminos comerciales la provincia experiment un fortalecimiento de los grupos de mercaderes
del centro de la intendencia de Veracruz, sobre todo del eje Puerto-Xalapa, frente a sus competidores tradicionales en la ciudad de
Mxico. Situacin que, cabe mencionar, no permiti el desarrollo
de puertos alternativos en la provincia.
Las reformas tambin produjeron cambios en la economa colonial y, en algunos casos, un crecimiento notable en la actividad productiva y comercial. Al mismo tiempo, la expansin trajo consigo
algunas consecuencias poco afortunadas, como el favorecer los monopolios y no la competitividad entre productores, siendo un caso
el del tabaco en la regin de Orizaba, Huatusco, Xalapa, Crdoba
y Zongolica. Aunque el monopolio real de este producto cre un
gran auge, su xito se dio a expensas del empobrecimiento de otras
regiones veracruzanas que perdieron el derecho de producir tabaco
y, desde luego, perjudic a los consumidores de todo el pas que debieron pagar precios elevados para fumar esta hoja tan deseada.
La poblacin
Las reformas tambin incidieron en el conocimiento de la poblacin y los recursos de la Nueva Espaa. Los Borbones mostraron
especial inters en cuantificar a los sbditos por medio de padrones de almas y de censos de poblacin. En el primer caso ubicamos el de 1777 y en el segundo el de 1790, mejor conocido como el
censo de Revillagigedo. En los albores del siglo xix, la sociedad
novohispana an estaba organizada con criterios sociotnicos, lo
que defina la forma de identificar a la poblacin y cuyas caractersticas determinaban tanto el acceso a bienes y condiciones de
vida y, por supuesto, a su esperanza de vida. Haba un padrn para
espaoles, otro para indios y uno ms para las castas. Hacia finales
172
del siglo xviii, los indgenas ocupaban el primer lugar en nmero de habitantes, seguidos de las castas, los criollos y los europeos
o peninsulares.
Los padrones de tributarios realizados entre 1785-1794, en la
provincia de Veracruz revelan que tan slo representaban 5.90%
del total de la Nueva Espaa (520 608) con 30 694 tributarios, de
los cuales 95.82% eran indios y 4.18% mulatos. Se trataba de varones entre 15 y 70 aos. Para 1803, la poblacin censada en la intendencia de Veracruz alcanz la cifra de 156 000 almas.
Jurisdicciones
Tributarios Mulatos
Total de
%
Indios
Tributarios
Acayucan
3068
3068
10.00
Cosamaloapan
899
4
903
2.94
Misantla
677
667
2.17
Pnuco
3490
3490
11.37
Papantla
2197
2197
7.16
Tuxtla
2323
2323
7.57
Veracruz
611
18
629
2.05
Villa de Crdoba
2956
97
3053
9.95
Villa de Orizaba
7028
748
7777
25.34
Xalapa de la Feria
4232
372
4605
15.00
Xalacingo
1939
43
1982
6.46
Total
29420
1282
30694
100.00
Fuente: Padrn de tributario, microfilm, Biblioteca Berkeley, Bancroft, Universidad de
California y agn, Tributos, utt. exp. 43.
173
Grfica
1. Veracruz:
estructura
sociodemogrfica
los tributarios
Veracruz:
estructura
sociodemogrfica
de losdetributarios
en
en la
la provincia
provincia de
de Veracruz,
Veracruz, 1785-1794
1785-1794
60 000
53 705
50 000
40 000
27 869
30 000
20 000
10 760
10 000
0
7 177
716
Nios y nias
Casados
con iguales
Casados
con otras castas
Viudas
y solteras
Viudos
y solteros
3 418
Prximos
a tributar
Los tributarios
Las personas que pagaban el tributo eran: indios de pueblo, Negros y mulatos libres, laboros
y vagos. A todos ellos se les clasifica en: caciques, gobernadores, reservados, ausentes, viudas y
solteras, nios y nias, casados con sus iguales, casada sin edad, casados con otros, viudos y solteros,
mujeres de los casados con otra casta, prximos a tributar.
paldo a la construccin del camino por la ruta orizabea, que iniciaron en 1796, mientras que el consulado veracruzano decidi costear
y dar marcha a su propio plan en la ruta de su preferencia. Es notable que el esfuerzo de realizar la construccin de un camino moderno fuera financiado por los propios usuarios del mismo por medio
de los peajes, sistema que produjo retrasos cuando los recursos no
fueron suficientes ante las necesidades de la construccin. Algo que
los promotores de caminos buscaban con frecuencia era el fortalecer sus redes de mercados regionales, por ejemplo el consulado de
Mxico, termin el tramo de Mxico-Puebla en escasos 18 meses, y
despus el avance hacia Orizaba y el puerto fue muy lento. De hecho no concluyeron el camino de Orizaba al puerto antes de que
estallara la guerra de Independencia. Una historiadora ha comentado que realmente funcion como una carretera Mxico-Crdoba,
integrando los territorios agrcolas ricos de la regin con sus mercados del altiplano. En comparacin, el proyecto del camino a Mxico,
va Xalapa, se concluy en 1806, reflejando quizs el gran inters
de los porteos y sus aliados xalapeos de fortalecer su manejo del
comercio internacional. A diferencia de las administraciones ilustradas en Europa donde los gobiernos invirtieron en las mejoras
portuarias, en los caminos y en los canales, en Nueva Espaa la
corona jug un papel menor en el financiamiento de las obras ms
importantes en comunicaciones. Aunque hubo un gran aumento
de la recaudacin fiscal, ste no se tradujo en mayores inversiones
o en proyectos de beneficio comn.
El programa cultural
A pesar de su inconsistencia, la aplicacin de las ideas polticas de la
Ilustracin desat una serie de debates sobre la sociedad que se reflej en un cambio cultural. Los ilustrados promovieron programas
educativos y religiosos que a la larga tuvieron ms influencia que las
175
Lugar
San Andrs Tuxtla
Ilmatlan
Papantla
Papantla
Acayucan
Crdoba
Papantla
Tenampulco
Huimanguillo
Tlacotalpan
Huayacocotla
Acula (Cosamaloapan)
Papantla
Tecciztepec
El Potrero
Chacaltianguis
Misantla
Clase de revuelta
Tumulto indgena
Tumulto indgena
Tumulto indgena
Tumulto indgena
Tumulto indgena
Sublevacin de esclavos
Tumulto indgena
Tumulto indgena
Tumulto indgena
Tumulto indgena
Tumulto indgena
Tumulto indgena
Tumulto indgena
Tumulto indgena
Sublevacin de esclavos
Tumulto indgena
Tumulto indgena
Fuente: Willimam B. Taylor, 1979; Michael T. Ducey, 2004; Antonio Garca de Len, 2010.
Otro elemento que se palpa en las revueltas del periodo es que comnmente estaban involucrados grupos sociales no indgenas. Para
el siglo xviii existan amplios contactos entre los indgenas y los de180
cedente preocupante: se hicieron dependientes del estado para imponer sus deseos.
Por otro lado, las flaquezas de la economa ilustrada se hicieron
evidentes en las primeras dcadas del siglo xix, sobre todo a partir
de 1804 con la consolidacin de los llamados vales reales por los
cuales la corona obligaba a la Iglesia a hacer efectivos los pagars e
hipotecas de las clases medias veracruzanas. Muchas familias perdieron sus bienes y capitales por esta causa. Adems, la poltica fiscal ayud a descapitalizar al virreinato. Los costos del sistema, los
impuestos y la prdida de autonoma, fueron pagados por los que
menos tenan: los indgenas y otros grupos rurales. Para finalizar,
como sealamos arriba, la poltica de favorecer la produccin de
plata cre distorsiones en la economa que tuvieron repercusiones
negativas en aos posteriores.
182
Veracruz en armas
a
Michael Ducey
Juan Ortiz Escamilla
no estaba dispuesta a defender al gobierno y en cada lugar los sublevados encontraron suficientes colaboradores para establecer su control sobre los pueblos rurales de la intendencia. Tambin revelaba la
debilidad del sistema virreinal que apenas logr mantenerse en las
villas y puertos donde concentraba guarniciones fuertes de tropas y
milicianos. De igual forma, los rebeldes locales no fueron capaces de
reunir suficientes soldados disciplinados para desalojar a las fuerzas
del gobierno de las plazas principales de la intendencia y slo pudieron hacerlo en dos ocasiones en Orizaba, una bajo el mando de los
curas de Maltrata y de Zongolica, y otra con la llegada de Morelos y
sus 1 200 hombres.
Un buen ejemplo de cmo se experiment el comienzo de la insurreccin en los pueblos rurales se puede encontrar en Chicontepec
donde lleg va el pueblo de Tianguistengo, en el actual estado de
Hidalgo, cuando el comandante insurgente de aquel lugar, Jos Manuel Cisneros, envi una serie de cartas al gobernador indgena de
Chicontepec, Diego Hernndez. Lo invit a unirse al movimiento
y le pidi que arrestara al subdelegado, Juan Gonzlez de Burgos,
que embargara sus bienes y lo remitiera al campamento insurgente.
Asimismo, le ofreci una comisin como oficial en el ejrcito insurgente con el nombramiento de capitn de las rdenes reales de la
nacin americana. Cisneros incitaba a la repblica de indios a sublevarse con acusaciones de que Gonzlez actuaba en contra de la
Nacin y la patria y que su administracin era ilegtima. El lder
rebelde contaba con varios aliados entre los rancheros criollos del
distrito, tales como Jos y Lorenzo Espinoza, su madre Ana Villegas, y el suegro de Lorenzo, Vicente Ortega, ste ltimo un comerciante viandero, todos presionaron a Hernndez para que se uniera
a la insurreccin. Los Espinoza y Ortega, aunque eran vecinos de
Chicontepec, haban nacido en Tianguistengo.
A nombre del rey y de la Virgen de Guadalupe, el comandante
rebelde en Tianguistengo enviaba instrucciones como representante del superior gobierno insurgente pidiendo a la repblica detener
188
rarlos de las gabelas abusivas del estado colonial, y por ello, imponerles nuevos impuestos habra sido un asunto muy delicado. Entonces decidieron recurrir al cobro de impuestos a los comerciantes
y al embargo de bienes y haciendas de los oficiales realistas como
sus principales fuentes de recursos durante la guerra. Por otro lado,
los rebeldes ofrecan plena autonoma a los pueblos, cada uno tena
sus compaas de milicias y sus propios comandantes surgidos de las
mismas comunidades, de aqu que fueran reacios a aceptar la subordinacin a cualquiera autoridad externa.
Al no contar con una burocracia profesional, un sistema fiscal, ni
una tradicin de legitimidad que los respaldara, los gobiernos insurgentes tuvieron que luchar para lograr un reconocimiento entre la
poblacin y el derecho a gobernar. Los esfuerzos por construir un
nuevo estado se idearon en los centros de actividad rebelde, entre
los seguidores de Ignacio Rayn en la Sierra de Puebla y entre los de
Jos Mara Morelos en el sur. Los Rayn y el Supremo Congreso enviaron a varios funcionarios a la costa del Barlovento para unificar a
los mandos insurgentes y establecer una administracin regular en
la regin. Morelos despach a Nicols Bravo y luego a Guadalupe
Victoria para encargarse de la provincia, y sobre todo para organizar la resistencia en torno al camino real. En diferentes momentos
los dirigentes buscaron crear una base poltica para respaldar su administracin, por ejemplo, organizando elecciones para seleccionar
a los diputados que participaran en el Congreso Constituyente de
Chilpancingo. Los pueblos votaron por sus representantes y enviaron a sus electores a Coscomatepec, que entonces funga como capital de la rebelin en la provincia.
A lo largo de la insurreccin, los objetivos y la ideologa de sus
seguidores evolucionaron. Como ya lo hemos visto, en los primeros aos este grupo oper dentro de los parmetros de un monarquismo ingenuo, pero con un contenido social y poltico expresado
a travs de un rechazo violento a los espaoles y a los funcionarios
del gobierno colonial. Sin embargo, los revolucionarios no se que200
de La Gazeta de Mxico. Guadalupe Victoria emiti mltiples declaraciones de sus principios, defendiendo el concepto de una repblica
independiente y denunciando la institucin de la esclavitud. Incluso
comandantes menos exaltados, como Mariano Olarte, el coronel insurgente de Coyusquihui, hizo pasquines abogando por su causa y
los clav en los rboles a lo largo de los caminos de su regin.
A pesar de los esfuerzos de Victoria y la tenacidad de muchos de
los insurgentes locales, las fuerzas realistas lentamente extendieron
su control sobre la provincia. Con la destruccin del ejrcito de Morelos, pudieron dedicar ms recursos a la guerra contrainsurgente
en Veracruz. La corona trat de pacificar a los pueblos de la costa
con una combinacin de fuerza militar y un programa generoso de
amnistas. En muchos casos, el gobierno permiti a los comandantes
rebeldes que aceptaron el indulto real mantener sus armas y la autoridad sobre sus subordinados a cambio de la promesa de defender
al gobierno. En la zona de la costa, por el camino real, los realistas
establecieron nuevos pueblos con rebeldes indultados aprovechando las tierras de las haciendas abandonadas. El retorno del orden
constitucional en 1820 tambin hizo posible que el virrey Apodaca
convenciera a los insurgentes de que las libertades por las cuales haban luchado, triunfaron. La combinacin de esta poltica de pan o
palo dio resultado, ya que para enero de 1821 los ltimos reductos
de rebeldes negociaron su rendicin.
202
En 1820 mediante el golpe militar del general Riego en la pennsula, se reestableci la Constitucin de 1812 en toda la monarqua, y
se autorizaba a las intendencias crear su propia diputacin provincial y ayuntamientos en las poblaciones con ms de 1 000 almas. A
ello se sumaron los movimientos armados republicanos encabezados
por Guadalupe Victoria, y el pronunciamiento militar de Agustn de
Iturbide, en el pueblo de Iguala. De hecho los dos movimientos se fusionaron en uno solo. Su aceptacin en amplios sectores de las poblaciones urbanas y de toda la tierra caliente, modific la correlacin de
fuerzas existentes en la intendencia: en primer lugar atrajo a su causa
las milicias provinciales y cvicas y a los partidarios de la Constitucin
espaola. En poco tiempo la mayor parte de las poblaciones se decidieron por el Plan, con la excepcin del puerto de Veracruz que permaneci leal a Espaa y a las poblaciones de la tierra caliente en poder
de Guadalupe Victoria. stas, aun cuando defendan la Independencia, no reconocieron a Iturbide ni a su gobierno emanado del Plan de
Iguala, que en esencia dejaba abierta la puerta al sistema monrquico;
su proyecto se inclinaba ms hacia el republicanismo.
En medio del gran desconcierto por el caos que dominaba al bando realista, llegaba a Veracruz el tan esperado nuevo jefe superior
poltico y capitn general de Nueva Espaa, el teniente general Juan
de ODonoj. Despus de un penoso viaje de 61 das desde Cdiz,
205
pitn general nombrado por el emperador, los comerciantes (mexicanos, espaoles, estadounidenses, ingleses y franceses) y, sobre todo,
el gobernador espaol del castillo de Ula, Francisco Lemaur. Todos, sin excepcin, se comunicaban entre s, hacan poltica y buscaban alianzas con el fin de asegurar sus posiciones. Esta situacin fue
la que marc el rumbo de los acontecimientos y prolong por varios
aos el desenlace final.
En el bando imperial, las rdenes dadas por Iturbide de acabar
con Santa Anna y atacar el castillo de San Juan de Ula tampoco
se cumplieron. Su jefe de operaciones, Echvarri, opt por la negociacin y posterg el ataque hasta la supuesta expulsin de Santa Anna de la ciudad y la habilitacin de los barcos de la escuadra
mexicana cuyas condiciones eran en realidad lamentables, sin tripulacin y sin recursos para su reparacin. Lo cierto era que Echvarri
ya no estaba tan de acuerdo con la poltica exterior de Iturbide.
Durante los dos meses siguientes, en vez de enfrentamientos armados, las partes continuaron negociando hasta conseguir los acuerdos plasmados en el Plan de Casamata. En las discusiones sobre la
elaboracin del Plan se expresaron los puntos de vista de la mayora de ellos hasta alcanzar el acuerdo de convocar a un congreso
cuyos miembros destacaran por sus ideas liberales. Segn Lemaur,
Echvarri sostuvo la posicin menos ofensiva al emperador. Santa Anna ya se haba lanzado en contra de Iturbide y a Guadalupe
Victoria lo que ms le repugnaba era la figura de emperador que
Iturbide representaba. Para l lo nico vlido era el sistema republicano como forma de gobierno.
Un aspecto que no debemos perder de vista es que el plan se arm
en el contexto de las mayores bajas en el bando imperial, vctimas de
las enfermedades propias de la tierra caliente y de las inclemencias
de los fuertes vientos del norte, pues se encontraban en campo raso.
Los daos que afectaron a las tropas fueron ms funestos que las exiguas acciones de guerra libradas. En la misma situacin se encontraban los espaoles del castillo de San Juan de Ula, quienes sufran
208
una vez confirmada la noticia de que la Santa Alianza haba declarado la guerra al gobierno liberal de Espaa y apoyaba la restitucin
de Fernando VII como rey absoluto, al tiempo que el gobierno nacional de Mxico y todo los ayuntamientos de la provincia de Veracruz se declaraban abiertamente liberales. De la poblacin de la
ciudad, dos terceras partes se refugi en las haciendas y rancheras
circunvecinas, las cuales se hallaban atestadas de gentes infelices
que han corrido a buscar asilo en aquellos parajes, huyendo de la
muerte. Pero en esos lugares se encontraron con un enemigo peor:
el de la peste maligna y destructora que las conduce con la mayor
brevedad al sepulcro. Segn el ministro de Hacienda, Ignacio Esteva, por esta causa muri una tercera parte de la poblacin portea.
Por otro lado la guerra oblig al gobierno mexicano a cerrar el puerto de Veracruz y a trasladar las aduanas y el comercio a las poblaciones costeas de Alvarado y Antn Lizardo. Al primero tambin se
movi el departamento de Marina. Fue entonces cuando los puertos
de Tuxpan y Tampico cobraron importancia.
Desde el inicio de las hostilidades quienes ms se beneficiaron
de la situacin fueron los comerciantes estadounidenses de Nueva
Orleans. De abril de 1824 a enero de 1825, de manera regular cada
mes surtan a la fortaleza de vveres frescos, ganado y zacate; por
lo general esto se haca por la parte posterior del castillo, desde La
Blanquilla, fuera del alcance de las bateras de la ciudad y de la isla
de Sacrificios. Los buques mercantes ingleses tambin les vendan
algunos productos, o llevaban y traan correspondencia de Cuba.
Pero las mayores deserciones por motivos ideolgicos se dieron
cuando corri la noticia de que la Santa Alianza dominaba en la Pennsula. En el mismo ao de 1824 las deserciones se multiplicaron,
pero ya no fueron por motivos ideolgicos sino por temor a la epidemia de escorbuto, a la enfermedad de llagas y a la de pujos y
calenturas. Como informara despus Lemaur sobre las condiciones del sitio, no fueron las 3000 bombas mexicanas que cayeron en
Ula las que diezmaron a las tropas espaolas, sino las enfermeda210
des que agotaron sus fuerzas. Los auxilios de Cuba no llegaban por
la sencilla razn de que la isla estaba siendo hostilizada por buques
colombianos. Este hecho por fuerza limitaba los envos a San Juan
de Ula. La situacin de los fortificados en esta zona se complic
an ms a partir de junio de 1824, cuando los buques britnicos bloquearon las actividades comerciales que de manera irregular se realizaban en el castillo.
A partir del 4 de octubre de 1825 los mexicanos incrementaron el
bloqueo sobre Ula. Con una flotilla de barcos se posesionaron de
Isla Verde e impidieron toda comunicacin con los sitiados. Los refuerzos procedentes de Cuba, que en ese mes intentaron llegar hasta
San Juan de Ula, prefirieron regresar en vez de presentar combate.
Para el primero de noviembre, dos semanas antes de la capitulacin,
slo 70 soldados se encontraban en activo, 341 haban muerto y el
resto se encontraba postrado en el lecho de muerte. Mientras tanto, los mexicanos, que no estaban dispuestos a perder ms hombres
para tomar la plaza, simplemente esperaron hasta que los espaoles
capitularan, como ocurri. En la plaza de Veracruz se conoca la situacin del castillo por los desertores que todo el tiempo se echaban
al mar, con peligro de ser devorados por los tiburones. Las reuniones para una posible capitulacin comenzaron el 22 de septiembre y
se prolongaron hasta el 18 de noviembre de 1825. Con ello terminaba un episodio ms de la historia de Veracruz y de Mxico.
211
Bibliografa comentada
Para entender las transiciones del siglo xviii vale la pena empezar
con algunos de los estudios fundamentales de las reformas borbnicas
tales como el libro de Horst Piestchmann, Las reformas borbnicas y el
sistema de intendencias en Nueva Espaa: un estudio poltico administrativo (1996), y la coleccin de ensayos editada por Josefina Zoraida
Vzquez, Interpretaciones del siglo xviii mexicano: el impacto de las reformas borbnicas (1992). Estos trabajos nos dan las herramientas
para desentraar los objetivos de este proceso de cambio instigado
desde las ms altas esferas como parte integral de una estrategia
imperial. La historiografa de Veracruz en el siglo de las luces se
ha enfocado en cuatro temas en especial: el comercio internacional,
el estanco de tabaco, los caminos y la creacin de mercados. Hay una
gran tradicin de estudios del comercio colonial, y para los lectores interesados en ello, recientemente se han publicado tres libros
que son de gran utilidad, Matilde Souto Mantecn, Mar abierto: la
poltica y el comercio del consulado de Veracruz en el ocaso del sistema
imperial (2001), que da una visin de los altibajos del comercio del
puerto de Veracruz; Abel Jurez Martnez, Veracruz y el nuevo orden
econmico, 1720-1820 (2005) que describe los cambios polticos y su
impacto sobre el comercio, y los ensayos reunidos por Guillermina
del Valle Pavn en la coleccin Mercaderes, comercio y consulados de
Nueva Espaa en el siglo xviii (2003), los cuales reconstruyen el papel
213
y los ritos funerarios del periodo en Alone before God: the religious
origins of modernity in Mexico (2002).
Al estudiar la insurreccin en el estado de Veracruz, afortunadamente los veracruzanos ahora cuentan con una excelente coleccin
de fuentes primarias publicadas por el gobierno del estado en el texto editado por Juan Ortiz Escamilla, Veracruz 1810-1825: antologa,
documentos y ensayos (2008), junto con los documentos publicados
en diferentes volmenes del Boletn del Archivo General de la Nacin
como el de Jos R. Guzmn, Boquilla de Piedra, Misantla y Nautla en la guerra de independencia, Boletn del Archivo General de la
Nacin, vol. xiii, 1972-1976; los editados por Virginia Guedea, Prontuario de insurgentes (1995), y el fascinante texto recientemente reeditado por la Universidad Veracruzana con una introduccin y notas
de Adriana Naveda Chvez, La guerra de independencia en Crdoba, Veracruz: narracin de un testigo (2007), los cuales hacen posible
nuestro acercamiento a la insurreccin utilizando los documentos
originales.
Sin embargo, el lector interesado en el tema no tiene que depender nicamente de las fuentes primarias debido al trabajo de varios
historiadores y la consecuente publicacin de textos recientes, entre
los cuales cabe destacar el de Juan Ortiz Escamilla, El teatro de la
guerra: Veracruz, 1750-1825 (2008). Este texto tiene la virtud de abarcar todo el estado de una manera comprehensiva, poniendo la lucha
en el contexto de las transformaciones institucionales de finales del siglo
y terminando con el papel de la regin en la consolidacin del proyecto
nacional. Johanna Von Grafenstein, por su parte sita a la insurgencia de la costa en en Insurgencia y contrainsurgencia en el golfo
de Mxico 1812-1820, captulo en Virginia Guedea, La independencia de Mxico y el proceso autonomista novohispano1808-1824 (2001).
Michael T. Ducey se acerca a la insurreccin como un movimiento
social entre los pueblos indgenas del norte del estado en A Nation
of Villages: Riot and Rebellion in the Mexican Huasteca, 1750-1850,
(2004), lo que hace tambin Antonio Escobar Ohmstede en su estu216
217
El gobierno de Veracruz
El modelo de estado y de sociedad esbozados desde la primera Constitucin poltica de 1825 estuvo determinado por la preexistencia de
una sociedad marcada por la desigualdad en cuanto a derechos y
obligaciones de sus habitantes. A buena parte de la poblacin se le
arrebat la ciudadana que la Constitucin de 1812 ya le haba otorgado y le impuso una serie de requisitos censitarios para adquirirla
de nuevo, y para aspirar a las vacantes como electores de municipios
y de cantones. Tambin se toler la esclavitud, se redujeron los rganos ciudadanos de representacin poltica, como los ayuntamientos,
al exigir un mnimo de 2 000 almas para su formacin y se suspendi
el libre trnsito de personas. El complejo sistema electoral limitaba
toda posibilidad de representacin de las clases populares. Para que
una municipalidad tuviera representacin en la junta final, deba
elegir a los propietarios de mayor ingreso, quienes a su vez competiran con los propietarios de los otros cantones. De esta manera, a la
junta final de Xalapa llegaban los representantes de las oligarquas
regionales de cada cantn quienes elegan a los miembros del poder
legislativo, mximo rgano de gobierno. La ley electoral pona mayor nfasis en el perfil de quienes elegan a los representantes y no
en los representantes mismos. La reforma a la Constitucin polti223
Cantones
Ayuntamientos
Municipalidades
Veracruz
Alvarado
Veracruz
Tlacotalpan
Tlalixcoyan
Actopan
Tampico
Pnuco
Ozuluama
Tampico
Tantima
Chontla
Tantoyuca
Choconamal
Papantla
Cuatzintla
Veracruz
Tecolutla
Estero
Chicualoque
Espinal
Zozocolco
Papantla
Cosquihui
Chumatln
Mistitln
Mecatln
Coyutla
Coahuixtln
Colipa
Misantla
Misantla
Nautla
Yecoatla
Contina...
225
Continuacin
Departamentos
Cantones
Ayuntamientos
Municipalidades
Xalapa
Coatepec
Xicochimalco
Xalapa
Teocelo
Ixhuacn
Jilotepec
Xalapa
Naolinco
Xalacingo
Perote
Xalacingo
Tlapacoyan
Zomelahuacan
Atzalan
Altotonga
Aculcingo
Atlata
Atlahuilco
Astacingo
Aquila
Orizaba
Orizaba
Orizaba
Zongolica
Atzacan
Zoquitln
El Ingenio
Tequila
San Miguel de la
Asuncin del Barrio
Cuesala
Ixhuatlancillo
Mixtla
Maltrata
Santa Mara
Magdalena
Naranjal
Necoxtla
La Perla
Contina...
226
Continuacin
Departamentos
Cantones
Ayuntamientos
Municipalidades
Coscatln
Orizaba
Orizaba
Zongolica
Atzacn
Zoquitln
El Ingenio
y Tequila
La Soledad
San Juan del Ro
Tenejapan
Tlaquilpan
Tehuipango
Teshuacn
Tilapan
Alpatlahua
Asocoapa
Calcahualco
Comapa
Chocamn
Orizaba
Crdoba
Crdoba,
Coscomatepec,
San Antonio
Huatusco y
Amatln.
Cuichapa
Santiago Huatusco
Ixhuatln
San Juan de la
Punta
Lorenzo Serralvo
Totutla
Tomatln
Tepatlasco
Temascal
Acula
San Pedro Amlatln
Chacaltianguis
Cosamaloapan
Cosamaloapan
Otatitln
Sochiapan
Tesechoacn
Tlacojalpan
Contina...
227
Continuacin
Departamentos
Cantones
Ayuntamientos
Municipalidades
Acayucan
Chinameca
Acayucan
Soteapan
Socnusco
Jicaltepec
Acayucan
Tejistepec
Tuxtla
Huimanguillo
San Andrs
Santiago
Huimanguillo
El estanco operaba desde 1764 y el monopolio del cultivo, la manufactura y la distribucin del tabaco en rama y labrado, estaba
reservado exclusivamente a los partidos de Orizaba y Crdoba. El
monopolio sufri severos daos con la guerra de 1810, debido a la
quema de cosechas, al auge del contrabando, a la desarticulacin de
las redes comerciales y a la enorme deuda que contrajo el gobierno
virreinal con los cosecheros. Por estas razones, durante la guerra, el
gobierno autoriz la siembra de este cultivo en el partido de Xalapa.
En cuanto a la Iglesia (Patronato Real, administracin de los bienes eclesisticos, cobro de diezmos, obvenciones parroquiales, y la
situacin jurdica de los clrigos en la nueva organizacin del Estado), los diputados se abstuvieron de legislar en tanto el Congreso General no emitiera una ley al respecto. Luego, sin el consentimiento del gobierno federal, el Congreso de Veracruz concedi al
gobernador la facultad de ejercer el patronato, es decir, la exclusiva
en la provisin de todos los curatos, vicaras fijas llamadas antes regalas de los obispos, coadjutoras, interinatos, juzgados eclesisticos
y permuta de estos beneficios. Ahora los obispos de Mxico, Puebla y
Oaxaca, antes de hacer cualquier nombramiento deban enviar se228
cretamente al gobernador una lista circunstanciada de todos los individuos en quienes piensan proveerlos con expresin del beneficio
o empleo a que intentan destinarlo. El gobierno tena especial inters en no permitir la entrada al territorio de clrigos peligrosos a
la tranquilidad pblica del Estado. Los candidatos deban mostrar
lealtad a la Independencia, al gobierno republicano federal y respeto
a la Constitucin poltica de Estados Unidos Mexicanos. Los clrigos terminaron siendo asalariados del gobierno estatal y los encargados de cubrir las mensualidades fueron los propios ayuntamientos.
El Congreso Constituyente de Veracruz no acept por ejemplo
la intervencin del clero poblano en el cobro de diezmos a los cosecheros de tabaco de Zongolica, pero s dispuso la creacin de una
Contadura de Diezmos de la Mitra de Puebla, a la que perteneca
la mayor parte del territorio, con el fin de que interviniera en la designacin de la gruesa decimal y dems rentas eclesisticas que pertenecieran a Veracruz. Tambin determin que con los obispados de
Mxico y Oaxaca se celebrara un convenio con el contador de diezmos para determinar la parte proporcional correspondiente al estado. En lo referente al rgimen de propiedad de la tierra, la poltica
estatal centr su atencin en la eliminacin de cualquier traba legal
que impidiera la explotacin de los campos. Las primeras iniciativas
afectaron a los extranjeros propietarios de fincas urbanas y rsticas,
a quienes se les exigi que en el plazo de un ao pusieran a trabajar
sus tierras. De no hacerlo, el gobierno quedaba autorizado para rematarlas. A esta iniciativa le sigui la ley de 1826 sobre la disolucin
del rgimen de propiedad comunal de los pueblos indgenas.
A partir de las leyes, rdenes y disposiciones dictadas por los rganos superiores de gobierno y de las respuestas que dieron tanto las
autoridades locales como los habitantes, se puede apreciar la poca y
a veces nula habilidad de los funcionarios menores para hacer cumplir la ley y, al mismo tiempo, la apata de los habitantes para acatar
dichas disposiciones, como las relacionadas para modificar el rgimen de propiedad de la tierra; las dispuestas para la seguridad p229
blica, la tributacin, la imparticin de justicia y la eleccin de representantes para ocupar cargos pblicos; las que limitaban la siembra
de ciertos cultivos, y las relacionadas con los contingentes de sangre
para la organizacin de fuerzas armadas y la defensa militar. Despus de la guerra civil de 1810, la sociedad se relaj de tal manera que el gobierno de Veracruz no pudo hacer cumplir la ley. Esta
situacin en gran medida repercuti en la relacin que ste mantuvo con el gobierno federal, sobre todo en lo relacionado con el pago
del contingente fiscal y el de reclutas para el ejrcito y la milicia activa.
Todo lo anterior, tambin fren al mximo el desarrollo econmico,
el que supuestamente iba a mejorar con la Independencia y, en consecuencia, hubo una dramtica cada en la recaudacin fiscal tanto
estatal como federal.
No debemos perder de vista la importancia estratgica de Veracruz para los intereses econmicos, polticos y militares del gobierno
federal. En territorio veracruzano se ubicaban los rubros que ms
dividendos proporcionaban a las rentas nacionales, como eran las
principales aduanas martimas comerciales, el monopolio del tabaco
y el palo del tinte, por citar algunos.
Otro factor a considerar fue el estado de guerra que vivi Veracruz despus de la consumacin de Independencia. De hecho, su
Constitucin Poltica se elabor y jur al tiempo en que los espaoles destruan la ciudad capital. Desde la poca virreinal, la verdadera
defensa militar de Mxico se ubic en las poblaciones costeras donde
los propios habitantes hacan este servicio al pas. As ocurri en el ao
de 1829 cuando se hizo frente al intento de reconquista espaola; en
1838 cuando el pueblo de Veracruz se arm como pudo para defender su ciudad contra los franceses; en 1847 las guerrillas veracruzanas dificultaron el avance estadounidense hacia Mxico y en 1863
los guerrilleros derrotaron a las tropas de Napolen III en la clebre
batalla de Camarn.
Si la debilidad del gobierno de Veracruz se reflejaba en la psima
administracin que afectaba a todos los niveles de gobierno, es decir,
230
al gobierno estatal (ejecutivo, legislativo y judicial) a las gubernaturas de departamento, a los catones y a los municipios, a ello se sum
la sobreposicin de las estructuras de las dependencias federales,
como las de Hacienda (por las aduanas y los monopolios del tabaco y
del palo de tinte) y la de Guerra ante la permanente amenaza de una
agresin extranjera. En consecuencia, quien gobernara la Repblica
necesitaba del apoyo del gobierno de Veracruz. Pero no sucedi as,
desde el primer gobierno encabezado por Miguel Barragn se mostr antagnico al presidente de la Repblica, Guadalupe Victoria y,
en 1827, particip en el intento de golpe de Estado para derrocarlo.
El establecimiento del rgimen federal no resolvi las contradicciones vigentes en la sociedad veracruzana ni tampoco cre un gobierno fuerte, capaz de garantizar la seguridad interna, de establecer un sistema fiscal eficiente, de promover el desarrollo econmico
y de dar credibilidad a los procesos de seleccin de autoridades, que
constantemente fueron impugnados. Pareca que las prcticas propias del antiguo rgimen, an impregnadas de modernidad, fueron
ms fuertes que los intentos modernizadores del Estado mexicano.
Las finanzas federales y estatales tambin se vieron seriamente
afectadas por la gran cantidad de contrabando que circulaba por
el territorio veracruzano y que ninguna autoridad pudo controlar.
Ello se deba a la infinidad de caminos y veredas que los arrieros
conocan muy bien y utilizaban para evitar el paso por las garitas
y los centros urbanos. Cuando el gobierno federal conmin al municipal de Xalapa atender este asunto y destruir todas las veredas
circundantes para obligar a los arrieros a pasar por las aduanas, ste se
declar imposibilitado porque sera necesario fosear toda la circunferencia y de nada servira porque la mayor parte del contrabando
se haca con el conocimiento del mayor nmero de los guardas.
Cabe destacar, que a lo largo del siglo xix se aplicaron dos modelos
para el cobro de impuestos: el sistema de alcabalas, heredado desde
la Colonia y la contribucin directa, cuyo antecedente se remontaba
a la poca de la guerra de 1810. Para el gobierno era ms fcil uti231
ocupados por las clases propietarias. Para el caso de Veracruz, a diferencia de la Constitucin de 1825 y de la reforma de 1830, que
condicionaban los derechos polticos de ciudadanos y de electores a
poseer rentas de acuerdo con el nombramiento, el centralismo fij
una renta nica para el ciudadano y en cambio estableci elevadsimos ingresos para los funcionarios, los cuales variaban de acuerdo
con el cargo que iban a ocupar.
Desde el centro se nombraba a los gobernadores a partir de una
terna. El gobernador deba rendir cuentas al gobierno central y no
a la junta departamental. Los gobernadores nombraban al prefecto
de distrito y ste era ratificado por el gobierno nacional. En cada
cabecera de partido haba una subprefectura. Ya no hubo impuestos
estatales sino generales; no hubo libertad de imprenta y se toler la
confiscacin de bienes bajo indemnizacin sin que importara que
el propietario fuera eclesistico, secular o particular. Como veremos
en el siguiente apartado, con el centralismo inici un proceso de militarizacin de los gobiernos regionales y locales, sobre todo en las
prefecturas. Los militares se encargaran de hacer cumplir las disposiciones de las autoridades superiores, tanto del gobierno central
como del departamental.
En agosto de 1846, en medio de la guerra internacional contra
Estados Unidos, se reestableci la Constitucin de 1824, y con ello
los estados de la Repblica mexicana recuperaban su autonoma y
volvan al poder los civiles desplazados por los militares. Sin embargo, fue la Constitucin de 1857 la que garantiz los derechos del
hombre (libertad, igualdad, propiedad y seguridad), y otorg la ciudadana y los derechos polticos a todas las personas que tuvieran
un modo honesto de vivir; tambin permiti la libre asociacin con
fines polticos y mantuvo el voto indirecto hasta 1911, en que se estableci el voto universal para varones.
El 31 de octubre de 1861 mediante la Convencin de Londres se
firm el acuerdo y, dos meses despus, el capitn general de Cuba se
apoderaba de la aduana de Veracruz, sin que el gobierno mexicano
234
Ciudadana
Modo honesto de vivir
1824
1830
Electores primarios
Modo honesto de
vivir
Electores secundarios
Modo honesto de vivir
$4000 propietarios de
cantn o de pueblo
1837*
1843*
1857*
237
Constitucin de
1837
Presidente de la
Repblica
Miembro del S.
Poder Conservador
Senador
Consejero de
gobierno
Gobernador
Diputado
Vocal de la Junta
Departamental
Prefecto
Subprefecto
Miembro de
Ayuntamiento
Ciudadano
Bases Orgnicas de
1843
Constitucin de 1857
$4,000
Sin requisito
$3,000
Desaparece
$2,500
$2,000
$1,500
Sin requisito
$2,000
$2,000
$1,500
$1,200
$1,500
$1,200
$1,000
$500
$500
Sin especificacin
de cargo
Sin especificacin
de cargo
Sin especificacin
de cargo
$100
$200
yendo a los civiles en los cargos polticos, lo que les allan el camino
hasta imponer la dictadura militar a partir de 1843. Al asumir el
ejrcito el control poltico-militar de la Repblica, incluyendo las
gubernaturas, las jefaturas polticas y las prefecturas, tambin se adjudicaba el monopolio de la representacin nacional por medio de
los pronunciamientos.
En las hojas de servicio de los jefes y oficiales militares de Veracruz destacan cuatro aspectos importantes: su capacidad de movilizacin y de organizacin (buena o mala) para defender a Mxico
ante una agresin del exterior; garantes del orden interior, como polticos y como empresarios. Despus de la Independencia la inseguridad pblica mantuvo un alto ndice por todos los caminos de Veracruz, adems de la amenaza externa, en especial de Espaa que se
negaba a reconocer la Independencia, no fue posible desmovilizar a
las fuerzas locales y regionales formadas durante la guerra de 1810.
Qu factores influyeron para que los oficiales mantuvieran el
control de las milicias locales por un largo periodo? Cul era su
relacin con la tropa, con altos mandos del ejrcito permanente y
con la poblacin en general? Ante la ausencia de un Estado de derecho, la poca claridad en cuanto a las funciones y atribuciones de los
rganos de los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal)
y el continuo uso de las armas con fines polticos, los jefes militares
regionales se convirtieron en los eslabones que articulaban las relaciones entre la sociedad y los gobiernos estatal y federal. Eran una
especie de operadores poltico-militares.
Entre los militares de Veracruz que ms destacaron en la vida nacional, una vez alcanzada la Independencia, estn: de los antiguos
realistas y miembros del ejrcito, Antonio Lpez de Santa Anna y
Jos Joaqun de Herrera. De la milicia provincial, Miguel Barragn.
ste represent al grupo ms conservador de Veracruz y fue uno de
los principales enemigos polticos de Santa Anna y de los presidentes Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero. De los exinsurgentes
sobresalieron Guadalupe Victoria, el primer presidente de Mxico,
239
y Jos Mara Tornel. Los dos fueron muy cercanos a Santa Anna.
Otros jefes de primer nivel relacionados con Veracruz fueron los antiguos realistas Manuel Rincn, Jos Mara Cervantes Osta y Jos
Antonio Facio.
Adems del carisma que pudieran tener estos generales, tambin
contaban con una amplia red de relaciones polticas y sociales y de
un capital del que podan disponer para movilizar tropas regionales
o locales mientras se hacan de recursos procedentes de los gobiernos local, estatal o nacional. Se trataba de redes que partan desde
los caudillos y se iban articulando con otros actores intermedios, es
decir, los operadores militares de primero y segundo nivel que movilizaban a sus fuerzas, a las autoridades locales y a la poblacin en
general para adoptar una postura frente a los acontecimientos nacionales y de defensa de la nacin. Si analizamos las actas de adhesin,
peticin o representacin de corporaciones como los ayuntamientos
o pueblos de indios y mestizos, veremos la mano de estos operadores militares, lo que no significaba necesariamente que dichos militares fueran populares. Por servicios prestados a la patria, estos
oficiales obtenan nuevos ascensos y grados con lo que garantizaban el goce del fuero, la permanencia bajo su mando de tropa miliciana (activa o cvica) y por lo general no salan a campaa fuera de
su provincia o localidad.
En la estructura militar de Veracruz exista un segundo grupo
de operadores militares, los que controlaban la vida en las localidades, organizaban las elecciones, tenan injerencia en los ayuntamientos, reclutaban hombres para el ejrcito e imponan contribuciones y prstamos forzosos. La mayora de ellos se formaron
en las milicias provinciales y cvicas. Por cada servicio prestado a
la nacin, el gobierno tena que recompensarlos con nuevos ascensos, ya no como oficiales milicianos sino como supuestos oficiales
del ejrcito. As por ejemplo, en 1857, ascendieron a Mariano Cenovio a general por su participacin en la guerra contra los estadounidenses, es decir, diez aos despus de este acontecimiento.
240
Una vez difundidas las bases del 23 de octubre de 1835 para la nueva constitucin, todas las autoridades, empleados y funcionarios de
ciudades, villas, pueblos y rancheras protestaron obedecer y hacer
obedecer las bases constitucionales sancionadas por el actual Congreso. En escasos dos meses todas las autoridades de los tres niveles
de gobierno enviaron representaciones en adhesin al Congreso. Los
protocolos del juramento fueron desde los ms discretos, a puerta cerrada principalmente en los centros urbanos, hasta los ms festivos,
sobre todo en los pueblos donde las autoridades lo hicieron en las plazas pblicas con cuetes, procesiones y repique de campanas.
El pronunciamiento militar del 9 de septiembre de 1841, que
desde Perote lanzara el general Santa Anna en adhesin a los ocurridos en Guadalajara y Mxico en los que se solicitaba la renuncia del
vicepresidente Anastasio Bustamante y la convocatoria a un nuevo
Congreso constituyente, entre otros puntos, por iniciativa de las
guarniciones militares fue secundado por las autoridades locales veracruzanas. Slo el gobierno local y jueces de paz de Acayucan se
negaron a firmar la proclama y fueron destituidos. Un ao despus,
los mismos militares obligaran a las autoridades regionales y locales
a desconocer los trabajos del congreso constituyente por considerarlos contrarios a la voluntad general de los ciudadanos. A diferencia
de las actas de representacin de 1841, sancionadas slo por las autoridades locales, las de 1842-1843 en contra del Congreso constituyente, tambin se incorporaron y las firmaron los hombres notables
de cada localidad, no as el resto de los habitantes. Con la anuencia de
los distinguidos hombres de bien, los militares se apoderaron de los
gobiernos federal, estatal, regional y local. Cuatro aos despus, en
medio de la guerra internacional contra Estados Unidos, se reestableci la Constitucin de 1824, y con ello los estados de la Repblica
mexicana recuperaban su autonoma y volvan al poder los civiles
desplazados por los militares.
Despus de la derrota mexicana en la guerra contra Estados Unidos, la mentalidad de los veracruzanos comenz a cambiar. De he243
cho, podramos afirmar que fue esta guerra la que destruy los residuos de las antiguas estructuras militares coloniales y en su lugar
se formaron dos fuerzas armadas antagnicas: las guardias nacionales identificadas con los intereses estatales y el ejrcito educado en
el Colegio militar ms afn con el ideario de los conservadores del
centro del pas. Despus de la firma de los tratados, en Veracruz no
cesaron los movimientos guerrilleros en contra del gobierno por haber reconocido dichos tratados. En este contexto se impuso una vez
ms la dictadura del general Antonio Lpez de Santa Anna y, como
reacciones en su contra, una serie de levantamientos revolucionarios
que demandaban la elaboracin de un nuevo marco jurdico para la
Repblica y los estados. El resultado final fue la jura de la Constitucin de 1857, ya abordada con anterioridad.
Tanto partidarios como detractores de la nueva Carta magna radicalizaron sus posiciones a tal punto que terminaron dirimiendo
sus diferencias en la llamada guerra de reforma. Mientras que los
opositores, los conservadores, mediante un golpe de Estado se apoderaron de la capital mexicana y de varias regiones de la Repblica,
los constitucionalistas encabezados por Benito Jurez trasladaban su
gobierno al puerto de Veracruz. En este lugar permanecieron desde el
4 de mayo de 1858 hasta el final de la guerra en enero de 1861, una vez
conseguida la derrota de los gobiernos conservadores. Durante este
tiempo en Veracruz se dictaron la mayor parte de las llamadas leyes
de reforma, sobre la nacionalizacin de los bienes del clero, el matrimonio y el registro civil, panteones y cementerios y libertad de cultos.
En la segunda mitad del siglo xix los movimientos sociales cambiaron de perfil. Adems su participacin en algunos pronunciamientos
militares, las comunidades indgenas, rancheras y campesinas se opusieron terminantemente a la aplicacin de la ley de 1826 que ordenaba
la abolicin del rgimen de propiedad comunal para convertirlas en
privadas. La liberalizacin de la propiedad rural y urbana, as como
de la mano de obra, gener gran descontento social el cual fue reprimido por medio del ejrcito y las guardias nacionales.
244
En 1830 los ingleses hicieron un detallado estudio sobre dicha plaza y sobre el estado de las guarniciones costeras con los pueblos y
pobladores que provean de vveres a la plaza. Lo mismo hicieron
los franceses. Los europeos tenan planes militares para actuar en
caso de que el gobierno mexicano no garantizara las vidas e inversiones de sus respectivos connacionales; tal fue el caso de Francia.
En medio del caos provocado por la guerra civil entre federalistas
y centralistas, el 31 de marzo de 1838, el gobierno francs puso un
ultimtum al mexicano para que indemnizara a sus connacionales
por las prdidas sufridas durante los combates, entre las que se encontraba una pastelera de Tacubaya. Por eso se le llam la guerra
de los pasteles. Adems del monto exigido que sumaba 600 000 pesos, los franceses exigan la exencin de prstamos forzosos y que se
les permitiera comerciar al menudeo. El bloqueo a Veracruz fue la
primera accin francesa contra Mxico. Acto seguido, el gobierno
mexicano autoriz el comercio internacional en los puertos de Alvarado, Tuxpan, Cabo Rojo, Soto la Marina, Isla del Carmen, Manzanillo y Huatulco. Con esta accin los franceses fracasaron en el escarmiento que pensaban aplicar a Mxico, lo que no impidi que la
ciudad de Veracruz fuera destruida por segunda vez.
Los bombardeos y los enfrentamientos cuerpo a cuerpo cubrieron de sangre las calles del puerto. En las acciones la poblacin civil
se sum al ejrcito mexicano y como pudo enfrent a los invasores.
En uno de ellos el general Santa Anna perdi una de sus piernas.
Como los daos tambin se extendieron a los comerciantes de otras
nacionalidades y el gobierno mexicano no se pona de acuerdo en la
forma de resolver el conflicto, las partes aceptaron la intermediacin
britnica. Adems de las exigencias anteriores, ahora los franceses
reclamaban 200 000 pesos ms por gastos de guerra. Las tropas francesas salieron de Veracruz en 1839 con el acuerdo de someterse al
fallo que diera la reina de Inglaterra, quien en 1844 declar improcedentes las demandas francesas y Mxico no pag nada. sta sera
la primera derrota francesa en territorio veracruzano.
246
El expansionismo estadounidense sobre unos territorios en el norte que desde el siglo xviii se disputaban los indios nativos con los
espaoles, con los angloamericanos, con los franceses y con los ingleses, continu en el xix, ahora entre Mxico y Estados Unidos. Para
obligar a su vecino a firmar un tratado en que ceda la mitad
de su territorio, en 1846 el gobierno estadounidense desplegaba
todo su ejrcito y fuerza naval sobre Mxico. Obviamente, desde
el mes de mayo el puerto de Veracruz fue de los primeros en sufrir los estragos del bloqueo naval. Dos meses despus, el gobierno
federal habilitaba los puertos de Alvarado, Tuxpan, Coatzacoalcos,
Soto la Marina y Tecolutla. En todo el litoral se organiz la guardia
nacional, es decir, civiles que empuaban sus armas en defensa de su
tierra. Aparecieron grupos guerrilleros en todos los frentes por donde pasaban los invasores. Carmen Blzquez seala que el odio al
invasor se mezclaba con rivalidades personales, diferencias polticas
e intereses de los grupos sociales a los cuales se hallaban vinculados.
La poblacin civil abandon Veracruz y se refugi en localidades
del interior. En el puerto slo quedaron sus defensores y la autoridad civil. Los estadounidenses, adems de bloquear el recinto portuario, se apostaron en Mocambo y en Antn Lizardo y desde all
comenzaron las hostilidades contra la ciudad y San Juan de Ula;
tambin hicieron una serie de incursiones hacia el interior en busca
de alimentos frescos. Veracruz capitul el 27 de marzo de 1847. Las
fortificaciones ubicadas a la vera del camino real, es decir, La Antigua, Puente Nacional, Plan del Ro, Cerro Gordo, Xalapa y Perote,
fueron cayendo una a una ante la fuerza de los invasores. Orizaba
y Crdoba fueron ocupadas un ao despus aunque por muy poco
tiempo. Todas estas plazas fueron desalojadas una vez firmados los
Tratados de Guadalupe Hidalgo entre los gobiernos mexicano y estadounidense el 5 de marzo de 1848.
Otro de los episodios militares ms relevantes en Veracruz est relacionado con la decisin del presidente de la Repblica, Benito Jurez, de suspender por dos aos los pagos de la deuda contrada con
247
249
Michael Ducey
de un estado con regiones tan diversas, cada zona tuvo sus propios
procesos e historias econmicas. El reto de esta seccin es relacionar
algunas de estas historias regionales a las grandes tendencias observadas en la economa nacional.
Los estudios clsicos de John Coatsworth se esforzaron en cuantificar el colapso de la actividad productiva y demuestran el gran
desastre econmico de los primeros aos de la vida independiente.
l estim que entre 1800 y 1860 la economa mexicana se contrajo
en un tercio, y calcul que el producto nacional per cpita cay de
73 pesos en 1800 a 49 pesos en 1860. Las cifras que l proporciona
apuntan hacia una terrible contraccin econmica y aunque recientemente Margaret Chowning y otros han rebatido, hasta cierto
punto, esa visin pesimista, argumentando que con base en datos
de transacciones notariales hubo una recuperacin para la dcada de
los aos cuarenta, la tesis de Coatsworth ha perdurado en cuanto a
que la posicin relativa entre Mxico y las dems potencias econmicas del mundo se deterior en las primeras siete dcadas del
siglo xix.
De qu manera afect al estado de Veracruz la gran depresin
del siglo xix? Veracruz pudo haber sido uno de los lugares beneficiados con el fin de las arbitrariedades del sistema colonial, puesto que el costo de las restricciones y las interrupciones sobre el comercio causados por las guerras internacionales de la monarqua
espaola se eliminaron con la Independencia. Sin embargo, Mxico tardo muchas dcadas en recuperarse de la guerra de 1810 y en
aprovechar las muchas ventajas que la libertad le haba planteado.
Comercio
En algunos sentidos el sector comercial tena mucho que ganar
con la Independencia. La liberacin de Mxico de los compromisos internacionales de Espaa prometa el comienzo de relaciones
254
Guy Thomson argumenta que los adinerados de Puebla se refugiaron en la industria por las perspectivas poco alentadoras en los sectores tradicionales del comercio y la agricultura. No es hasta despus
de la cada del imperio de Maximiliano que se logran establecer un
sistema bancario en Mxico, en parte porque fue en 1884 que se instaur un cdigo mercantil moderno. El papel sobresaliente de la
Iglesia a lo largo de la poca colonial y el siglo xix, se debi al hecho
de que era la nica institucin crediticia en el pas que tena presencia en todos los rincones de la nacin y una burocracia capacitada
para supervisar prstamos dirigidos al campo.
La cuestin del crdito fue parte de una problemtica ms profunda en el orden econmico-jurdico heredado de los tiempos coloniales. El gran impedimento que cualquier empresario debi enfrentar, sea industrial, ranchero o mercader, fue la debilidad de la
infraestructura legal del pas. Como ya mencionamos, no fue hasta
muy tarde que el Estado mexicano pudo legislar un cdigo mercantil moderno para superar las complicadas y contradictorias Leyes de
Indias heredadas de la monarqua espaola. Los juzgados nunca funcionaron de manera apropiada por falta de personal, dinero e infraestructura. Basta revisar cualquier archivo local para darse cuenta de que
con frecuencia las actividades judiciales se frenaban por la simple falta
de papel. Las leyes arcaicas, como los fueros militares y clericales,
fueron defendidas por sus beneficiarios hasta las ltimas consecuencias. El resultado fue un sistema hbrido, parte republicano de corte
moderno pero con gran trasfondo colonial, en el cual era muy difcil
emprender cualquier accin jurdica para defender los derechos de
propiedad o hacer efectivo cualquier contrato comercial. Para rematar la situacin, la inestabilidad poltica del pas a partir de la dcada
de los treinta y llegando a los setenta, cre un ambiente todava ms
riesgoso para la actividad productiva. Cualquier individuo, desde
un pequeo productor de maz, hasta un minero acaudalado, estaba expuesto a contribuciones arbitrarias. Como dijo un observador
estadounidense, Waddy Thompson, en 1847, Mientras nosotros
262
hemos estado haciendo ferrocarriles, los mexicanos han estado haciendo revoluciones.
Algunos empresarios aprovecharon los apuros financieros del gobierno ofreciendo prstamos con altos intereses, o a cambio de recolectar derechos aduanales. Esto tambin cre sus dilemas para la
economa permitiendo el surgimiento de un grupo de comerciantes
privilegiados, entre ellos muchos veracruzanos, que pudieron sobrevivir los aos difciles pero a costa de sus competidores que no haban recibido tales beneficios. Lo anterior cre condiciones monopolsticas en el comercio y, a la vez, el estado, al hipotecar sus ingresos
futuros, profundiz sus problemas fiscales.
No debemos dejar al lector con la idea de que los primeros 50
aos de la vida independiente carecieron de progreso. Como lo menciona la historiadora Carmen Blzquez, an durante los momentos
ms desesperados de la guerra de tres aos (1858-1860), el municipio de Veracruz se esforz por hacer mejoras materiales, tales como
la introduccin de un sistema moderno de alumbrado pblico en el
puerto. De la misma manera se pens en los transportes; fue precisamente en esta poca que Manuel Escandn empez el servicio de
diligencias entre la costa y la capital, reconocido por su regularidad
ms que por su comodidad. Estos casos nos ayudan a recordar que
todava en los tiempos ms difciles hubo actores econmicos que supieron aprovechar las nuevas oportunidades que se les presentaron.
Tierras comunales y las polticas econmicas del siglo xix
Los observadores de la poca estaban conscientes de las muchas
razones que influan en el pobre desempeo de la economa, tales
como el transporte, la falta de capital, el desorden y los servicios insuficientes del estado, sin embargo, llama la atencin que una de
las tendencias ms comunes de los contemporneos fue asignar la
culpa a las prcticas de la agricultura tradicional. Los gobernantes
263
El informe expresaba una manera predominante de pensar: la pobreza de la nacin se deba a que la riqueza estaba en manos de los
indgenas que no tenan ni incentivos ni la iniciativa para ponerla a
trabajar. Tres dcadas ms tarde, el gobernador liberal Juan de la Luz
Enrquez declar, Mxico no debe su situacin difcil, de la Indepen264
de que los propietarios podran mejorar sus tierras, conseguir crditos hipotecarios y venderlas o comprarlas cuando tuvieran ttulos
individuales y bien definidos. La Colonia tena una larga tradicin
de titular la tierra, pero no estaba asentada sobre bases cientficas
con planos hechos por agrimensores profesionales. La manera vaga
y subjetiva de describir los lmites de los terrenos daba cabida a conflictos frecuentes entre propietarios particulares y pueblos. Los liberales aspiraban a eliminar tales trabas por medio de los repartos
de tierras comunales y la expedicin de ttulos con limtrofes trazadas bajo estndares rigurosos. Sin embargo, dividir la tierra en
un estado como Veracruz constitua una labor muy compleja por su
geografa tan abrupta y cubierta, en muchos casos, de selva virgen.
Simplemente medir el territorio y dividirlo en lotes individuales represent un esfuerzo casi sobre humano.
El reparto buscaba reemplazar los derechos de propiedad fundados en los usos y costumbres locales conocido slo por los mismos
habitantes de cada lugar, con un sistema universal basado en el levantamiento de planos aceptados y entendibles en todo el mundo.
Desde luego, tal sistema no poda acomodar las maneras tradicionales de utilizar las tierras comunales. Era muy comn en los pueblos que los agricultores sembraran productos variados en diferentes lugares para aprovechar los tipos de suelo existentes. As que un
comunero poda tener un terreno sembrado con caf, mientras en
otra parte sembraba su milpa. En la tierra caliente, donde muchos
pueblos posean abundantes tierras, los agricultores practicaban la
tumba y roza para hacer sus milpas, abandonando sus terrenos en
un ciclo de dos o tres aos para abrir nuevos espacios en otra porcin
de las tierras comunales. Los ingenieros, pretendiendo dividir las
parcelas en tamaos iguales, trazaron lneas rectas que ocasionaron
que algunas propiedades quedaran en tierra montaosa e infrtil
mientras que otras estuvieron en las ricas vegas. Con frecuencia las
parcelas eran repartidas por una lotera donde, desde luego, algunos resultaban muy beneficiados y otros, empobrecidos. Los repar268
miembros de los consejos directivos. Por el contrario, Antonio Escobar Ohmstede y otros estudiosos han encontrado casos donde estas
instituciones constituyeron un verdadero baluarte para defender la
identidad comunal. Mucho tiene que ver hasta qu punto los intereses comerciales jugaron un papel sobresaliente en la vida interna
de estos pueblos: Papantla, estudiado por Kour, experiment una
explosin de actividad comercial debido a la demanda de la vainilla
producida en tierras de los condueazgos indgenas en la dcada de
los setenta. De aqu que los comerciantes buscaran con rapidez maneras de involucrarse en la administracin de las sociedades agrarias.
El Porfiriato: 1876-1911
Las condiciones econmicas cambiaron inmediatamente despus
de 1880. El Veracruz de finales del siglo xix vio una expansin econmica impresionante debido a una serie de factores que podemos
resumir en tres grandes rubros: modernizacin del transporte, cambios en los mercados internacionales y la creacin de un marco jurdico y un orden poltico ms confiables. Sera injusto darle todo el
crdito por la expansin econmica al gobierno del general Porfirio
Daz; gran parte de los cambios tiene sus races en las polticas instituidas durante el periodo anterior a su gobierno como, por ejemplo,
la promulgacin de un nuevo cdigo civil (1870) y la terminacin del
Ferrocarril Mexicano entre el puerto y la ciudad de Mxico (1873).
El Porfiriato fue capaz de superar una de las limitaciones que
haba plagado a los empresarios veracruzanos durante el siglo: el
transporte y las trabas que la falta de infraestructura imponan para
la creacin de un verdadero mercado nacional. La expansin del
mercado nacional estimul la produccin masiva, tanto en la industria como en la agricultura. El estado por fin tuvo los recursos para
invertir en las mejoras, postergadas por muchos aos, necesarias
para agilizar las actividades portuarias. Debido a ellas, los produc271
Mxico super el gran desafo del lento crecimiento para experimentar despus una impresionante expansin a finales del siglo. Los
cambios en los mercados internacionales, la modernizacin de la red
de transportes y la creacin de un marco institucional que permiti transacciones confiables, dieron cabida a esa transformacin. Sin
embargo, no fue un proceso fcil, y en muchos casos los que menos
tenan pagaron los costos de dicha modernizacin.
277
la esperanza de vida est muy influenciada por la mortalidad, en especial la infantil. El panorama veracruzano emulaba al nacional. En
1871 la poblacin se estim en 462 111 habitantes y para 1885 alcanz la cifra de 621 476 habitantes, llegando a 866 355 pobladores en
el censo de 1895. El crecimiento de la poblacin continuaba y a fines
del siglo xix, en 1900, haba una poblacin de 981 030 veracruzanos.
Dos hechos pueden marcar el crecimiento a fines de siglo. Por un
lado, la poltica econmica y de salud del periodo trajo aparejado
un crecimiento econmico, as como una preocupacin por el mejoramiento de las condiciones higinicas de los centros urbanos, aunadas a las campaas de salud, sobre todo contra la viruela. El cuadro
1 y la grfica 1 muestran el crecimiento de la poblacin veracruzana
durante el siglo xix.
Poblacin total
Crecimiento absoluto
Tasa de crecimiento
1810
185935
1826
242622
56687
1.68
1830
244547
1925
0.20
1839
259705
15158
0.67
1853
338859
79154
1.92
1868
437507
98648
1.72
1870
454133
16626
1.88
1871
462111
7978
1.71
1873
504970
42859
4.56
1878
542918
37948
1.46
1882
597755
54837
2.43
1884
603734
5979
0.50
1885
621476
17742
2.94
1895
866355
244879
3.38
1900
981030
114675
2.51
Fuente: Elaboracin con base en Octavio Ochoa Contreras y Flora Velsquez, Dinmica y
estructura de la poblacin total del estado de Veracruz, 1793-1980, Instituto de Investigaciones
y Estudios Superiores Econmicos y Sociales, uv, Xalapa, p. 21.
284
Poblacin
Grfica 1. Poblacin
total deTotal
Veracruz, 1810-1900
1 000 000
800 000
600 000
400 000
200 000
00
19
95
18
85
18
84
18
82
18
73
78
18
18
71
18
70
18
68
18
53
18
39
18
30
18
26
18
18
10
el periodo 1830-1836 hubo un crecimiento de la poblacin para luego descender durante los aos 1868-1870, volviendo a elevarse durante el periodo 1870-1885. Orizaba sale de la tendencia en el lapso
que va de 1826 a 1870, sin embargo, ms adelante reporta un crecimiento significativo. Como se ver ms adelante, la lucha contra las
epidemias fue un factor importante en el crecimiento de la poblacin, as como despus los cambios en materia econmica presentados durante los periodos de estabilidad poltica. Es necesario apuntar que en 1857 la divisin territorial se formaliz en 18 cantones,
pasando el de Huimanguillo al estado de Tabasco y es ratificada la
anexin del antiguo departamento de Tuxpan que estaba formado
por los partidos de Tuxpan y Chicontepec y que pertenecan con
anterioridad a la entidad de Puebla; de ah las posibles variaciones
en el nmero de la poblacin total.
En 1826, el cantn de Orizaba representaba el ncleo de poblacin
ms importante, seguida de los cantones de Xalapa, Veracruz y Crdoba, los cuales concentraban alrededor de 50% de la poblacin estatal. Entre 1831 y 1867 tuvieron lugar tres conflictos internacionales: la
guerra de los Pasteles con Francia (1838-1839), la guerra Mxico-Estados Unidos en 1846-1848 y la intervencin francesa en 1861, desconocindose el nmero de prdidas humanas, donde el mayor nmero de
bajas se dio, sobre todo en el cantn de Veracruz, por ser ste la puerta
de acceso de los invasores. La promulgacin de leyes de corte liberal
entre los aos de 1857 y 1859 y la guerra de Reforma tuvo a Veracruz
como uno de los escenarios ms importantes, afectando la vida cotidiana de los principales asentamientos veracruzanos. Por su parte, la
poblacin estatal sumaba 274 686 habitantes en 1857.
286
287
Estado de Veracruz
Cantn de Acayucan
Cantn de Tuxtla
Cantn de Xalapa
Cantn de Jalacingo
Cantn de Orizaba
Cantn de Crdoba
Cantn de Cosamaloapan
Cantn de Veracruz
Cantn de Ozuluama
Cantn de Papantla
Cantn de Misantla
242622
19506
16530
38882
14179
48475
25779
9894
29987
20785
7981
4353
236351
1826
244270
20421
18019
42704
15862
46636
24521
9823
24556
23377
8504
5109
239532
1830
437507
16559
21,345
46735
30266
41601
31983
15557
41914
23468
15609
6912
291949
1868
434988
15305
26938
48563
32285
36675
32549
16551
46892
24274
20272
6912
307216
1870
621476
23119
29942
57128
41992
53128
41877
21693
67373
31254
29012
11789
408307
1885
1895
Crecimiento
absoluto 1826-1895
606270
13473
24580
33795
46016
21865
44264
18391
61353
16724
36301
12831
329593
Trnsito comercial
Veracruz, cantonal,
1888-19101826-1895
(millones de pesos)
Grfica de
2. Poblacin
1826-1830
1830-1868
1868-1870
1870-1885
1885-895
20
15
10
5
0
-5
la
nt
isa
M
pa
nt
la
a
lu
zu
O
Pa
am
z
ru
ac
an
ap
sa
alo
rd
Co
Ve
r
a
ob
riz
ab
go
in
lac
Ja
lap
Xa
tla
Tu
x
de
Ve Est
ra ad
cr o
uz
A
ca
yu
ca
n
-10
30 000
25 000
20 000
15 000
10 000
5 000
80
18
82
18
84
18
90
19
00
78
18
70
18
69
18
62
18
56
18
52
18
44
18
42
18
24
18
20
18
05
18
04
18
18
18
03
al mismo tiempo la peste bubnica, el vmito negro y la viruela atacaron a la poblacin, causando cientos de vctimas. Al enfrentarse el
gobierno en esta tercera dcada con la viruela y el clera morbus, intensific las medidas de salubridad que hasta entonces se haban implementado slo con motivo de la viruela. Algunas de las medidas
preventivas adicionales establecidas fueron desde la carne que se
venda hasta las dietas forzadas, as como la suspensin de las iglesias para impedir el terror y la consternacin pblica. Los primeros
casos de clera se presentaron en Xalapa durante el mes de septiembre de 1832. En esta localidad, al igual que en otras, entre las medidas
adoptadas ante la epidemia se asign un espacio para el depsito de
cadveres y la prohibicin de que los difuntos permanecieran 24 horas en sus casas para ser velados.
Con los problemas blicos en Veracruz, se agudizaron los problemas de salud pblica e higiene. El vmito negro reapareci en el mismo ao de la invasin estadounidense de 1847, contndose 3 217 enfermos entre Veracruz, Xalapa, Perote y Puebla.
Por su parte, el clera volvi a invadir el territorio veracruzano en
los aos de 1849 a 1850 lo que provoc ms de 14 000 decesos, estimndose al menos en el cantn de Xalapa la prdida de 2 287 vidas.
En esta ocasin ingres por la frontera norte y afect varios pueblos.
Durante el ao 1853 en Orizaba se contabilizan 1 000 defunciones a
causa del clera y tambin se present durante ese ao y hasta el ao
de 1854 en el puerto de Veracruz. En cuanto al sarampin, los brotes
surgan en general en los municipios que concentraban ms poblacin, por ejemplo, en 1878 el sarampin atac a Veracruz y Orizaba.
Se despidi un siglo y se inici otro con la fiebre amarilla que se
present en Veracruz, Crdoba y Orizaba entre 1899 y 1900. Mientras
tanto, los brotes de viruela se hicieron cada vez menos frecuentes, gracias a las medidas implementadas.
Con objeto de abatir el nmero de decesos que dejaban tras de s las
epidemias y enfermedades, se iniciaron de manera ms contundente las campaas de salud. La salubridad en el territorio veracruzano
298
Ao
1826, 1830
1826
1831
1832
1833
1833
Lugar
Crdoba, Xalapa y su regin
Tuxpan y Veracruz
1833
1833
1833
1833
1837
1837
1842
1843
1847
1847-1848
1849-1850
1850-1852
1850
1853
1854
1853-1856
1853
1863
1867
1874
1875
1878
1878
1885-86
1885-86
1886-88
1899-1900
Orizaba
Crdoba
Xalapa (Perote no tuvo ni un solo caso de clera)
Veracruz
Xalapa
Xalapa y la regin
Cantn de Misantla
Papantla, Veracruz, Xalapa, Crdoba, Orizaba
Estado de Veracruz
Tampico
Veracruz
Fuente: Secretara de Salud del Estado de Veracruz. Fuentes para el Estudio de la Atencin
Mdica en el Estado de Veracruz, aos 1500-1943, vol. i. Veracruz, s.p.i.
299
iba de la mano con el clima y con las luchas internas e internacionales en defensa de la soberana, recrudecindose la insalubridad de
ciudades como la de Veracruz, durante la guerra de Independencia.
A partir del primer gobierno federal, se propusieron medidas de salud pblica. stas fueron formuladas por los diferentes gobiernos
estatales, muchas de ellas seguramente no se llevaron a cabo, o si lo
hicieron, tanto los decretos y leyes que las formulaban eran derogados por el siguiente gobierno, dada la inconsistencia poltica del periodo comprendido entre los aos 1824 y 1875. Sin embargo, todos
los gobiernos que estuvieron en el poder se preocuparon por la poblacin desde diferentes puntos de vista. Mucho se escribi y aunque
hubo acciones que no se llevaron a cabo, las medidas implementadas
hablan de una preocupacin por mejorar el estado de salud de la
poblacin y disminuir la mortalidad.
En general, las medidas higinicas que se tomaban en las ciudades y villas principales eran la construccin de lazaretos y el aislamiento de los enfermos al interior de los hospitales; se procuraba el
saneamiento de la ciudad mediante el manejo de excretas y la desinfeccin de letrinas, la limitacin a la velacin de los difuntos y la
construccin de cementerios, como las principales acciones. En el
caso de los hospitales, stos se encontraban en el centro de los principales ncleos urbanos, sin embargo, a partir de los aos treinta,
fueron trasladados fuera de la zona como medida higinica y preventiva ante la presencia del clera, tal como sucedi con el hospital
de caridad y militar de Xalapa.
Desde las primeras administraciones gubernamentales y hasta el
Porfiriato, uno de los mayores problemas de salud pblica fueron las
epidemias, y de stas la de viruela tom mayor importancia. El arma
principal del gobierno para combatirla fue, primero la variolizacin,
que consista en el paso de brazo a brazo del pus de una viruela, y
despus con la vacunacin, aunque en algunos casos en que llegaba
a escasear la vacuna, se recurra de nuevo a la variolizacin. La des300
Veracruz formaba parte de la estrategia colonizadora ofertando territorios seleccionados ubicados en las regiones especializadas
en caf, tabaco, azcar y ganado sobre todo. Si bien el crecimiento
natural de la poblacin se vea limitado por la mortalidad, el crecimiento social se vera afectado por las condiciones de los territorios
a colonizar. La baja densidad demogrfica de Veracruz, con territorios prcticamente despoblados ofreca un espacio para construir un
Mxico prspero, un nuevo mexicano, de acuerdo con las compaas colonizadoras.
Es as que el primer intento de colonizacin proveniente de Francia
lleg a territorio veracruzano en la dcada de 1830 para instalarse en
Coatzacoalcos y en Jicaltepec. En el primer caso, este fallido intento
termin en una tragedia con la muerte de casi todos los colonos, la
insalubridad y el alejamiento de Coatzacoalcos hicieron estragos en la
poblacin y el sueo de los colonos se convirti en una pesadilla. Sin
embargo, la colonia Jicaltepec y San Rafael, situadas fuera del Istmo y
en otras condiciones climticas tuvieron mayor xito.
A pesar del fracaso de la colonia Coatzacoalcos se mantuvo ese
espritu de colonizar zonas de Veracruz, y fue a partir de la construccin del ferrocarril que renaci el inters por colonizar de nuevo
a Coatzacoalcos. Las primeras familias de colonos llegaron en 1871
y se instalaron en Jltipan, Chinameca y Minatitln.
La otra cara de la colonizacin se dio en un espacio reducido, y
fue conducida por un francs, Stphane Gunot, quien fund una
sociedad que reuni a cerca de 200 miembros que se instalaron en
Jicaltepec, a orillas del ro Bobos, en el actual San Rafael. Estas colonias se fundaron en 1833 y a partir del 6 de abril de 1835 llegaron
los primeros 120 colonos que ms tarde recibiran a otros ms hasta
sumar 423 en 1883. Provenan de diversos lugares de Francia como
Frane-Comt, Dijon, Pars, Champlite, Haute-Sane. La comunidad aument con el arribo de nuevos habitantes, franceses de otras
regiones unos, espaoles e italianos otros. La mayora vivan de la
agricultura y del comercio gracias al vecino puerto de Nautla, desde
304
Lugar de procedencia
Lugar de arribo
Nm. de
inmigrantes
80
19 de
septiembre de
1883
6 de abril de
1835
Dcada 1840
1853 a 1862
Franche-Comt y Dijon,
Francia
Jicaltepec, Veracruz
Francia
Jicaltepec, Veracruz
120
Pars, Francia
Champlitte, Haute-Sane,
Francia
1858
Gnova y Lombarda,
19 de octubre de Trentinos, Mantua, Miln,
1881
Belluno y Valdobbiadene,
Italia
Jicaltepec, Veracruz
Jicaltepec, Veracruz
140
183
Tecolutla, Veracruz
Manuel Gonzlez, Huatusco
232
431
Fuente: David Skerritt, 1998; Jos B. Zilli y Renzo Tommasi, ponencia indita.
Para el ao de 1881 eran cuatro las colonias que existan en el estado, la de Jicaltepec, San Rafael y Zopilote, francesas y la recin
creada de Huatusco. Casi 30 aos despus de su fundacin las colonias francesas albergaban 700 almas y 200 casas, que producan
vainilla, tabaco, caf, maz y aguardiente, tenan 2 000 bueyes. Igual305
La educacin
El camino que debi transitar la conformacin del sistema educativo en el estado se efectu a partir de importantes obras llevadas a
cabo por destacados liberales veracruzanos. A travs de leyes, decretos, conformacin de Juntas de Instruccin, designacin de responsabilidades estatales y municipales, as como la creacin de impuestos especficos, constituyeron aspectos del proyecto de impulso
a la educacin, emprendido por los gobiernos liberales del siglo xix.
Fue a travs del sistema lancasteriano que trat de resolverse el gran
rezago educativo que exista en el estado.
El sistema lancasteriano consiste en que el maestro debe instruir
a un grupo de alumnos destacados, quienes a su vez tendrn a su
cargo a otro grupo de alumnos de menor rendimiento escolar. Este
sistema se estableci a partir de 1822 y los veracruzanos que con este
mtodo aprendieron, o mal aprendieron, fueron numerosos y el resultado se vio reflejado en una disminucin en el ndice de analfabetismo, al aprender a medio leer y escribir.
En el estado, la I Legislatura plante la creacin de escuelas pblicas al menos en la cabecera de cada cantn, por lo que se propuso
la fundacin de la Sociedad Lancasteriana en 1826; su tarea consisti
en fundar escuelas de carcter gratuito en todo el estado y adems se
propuso que se estableciera la escuela normal para la formacin de
profesores, basado tambin en el mtodo lancasteriano.
En 1828 se estableci que cada cantn deba contar con tres
escuelas, la primera en la cabecera y las otras en localidades que
pasaran de 2 000 almas, sin embargo, la falta de presupuesto
neg la posibilidad de que la educacin llegara a todas partes, no
haba forma de costear la construccin de escuelas y los salarios
para los maestros, a pesar de que las leyes y decretos eran claros.
Los recursos fueron escasos a pesar de que la sociedad lancasteriana financiaba la educacin mediante un esquema solidario
sumado por fondos del estado, el Ayuntamiento y el fondo de
307
Nios
14
12
2
10
23
4
27
3
3
4
3
115
Nias
10
4
21
35
Total
14
22
2
10
27
4
48
3
3
4
3
150
% del total
9.3
14.7
1.3
6.7
18.0
2.7
32.0
2.0
2.0
2.7
2.0
100.0
Fuente: Estadstica del Estado de Veracruz, 1831, en Jos Velasco Toro, 1988.
1870
1871
1873
3 500
3 000
2 500
2 000
1 500
1 000
500
riz
a
Ve ba
ra
cr
uz
Ja
l
Co apa
at
U epec
zu
lu
am
Ja
a
lac
Ta into
nt
Ch oyu
ico ca
nt
ep
e
Tu c
xp
C an
rd
o
H ba
u
a
Co tu
sa sc
m o
alo
a
M pa
isa
nt
Tu la
xt
l
Pa as
pa
Zo ntla
ng
o
A lica
ca
yu
M can
in
at
itl
n
Fuente: Estadstica del Estado de Veracruz, 1831, en Jos Velasco Toro, 1988.
La grfica 5 presenta la distribucin del alumnado por tipo de escuela y sexo en 1873, donde se revela la mayor participacin del sexo
masculino en todos los niveles, aunque resalta que tanto en planteles
particulares como en estudios superiores, la participacin femenina
alcanza porcentajes de 46.7% y 39% respectivamente.
Entre 1878 y 1902, la matrcula creci a ms de 14 000 alumnos
que fueron albergados en 130 centros escolares creados durante ese
mismo periodo, adems de que cada vez albergaban a ms escolares por plantel, tal como se ve en el cuadro 6. Entre 1878 y 1884 el
incremento en el nmero de alumnos fue importante, siendo Crdoba el cantn que ms aument, seguido de Tuxpan, Tantoyuca,
Los Tuxtlas, Orizaba y Veracruz. La importancia que se le dio a la
educacin durante esta poca se refleja en estos hechos.
311
Nmero de escuelas en
las municipalidades
8
18
26
14
8
13
29
25
10
9
42
12
10
19
23
7
14
12
299
Total de alumnos
en el cantn
294
729
1093
786
288
372
1104
1276
217
275
1381
730
249
876
738
420
1489
224
12541
% de alumnos respecto
al estado
2.34
5.81
8.72
6.27
2.30
2.97
8.80
10.17
1.73
2.19
11.01
5.82
1.99
6.99
5.88
3.35
11.87
1.79
100.00
312
46.66
Particulares
Varones
53.34
Estudios
superiores
39.03
60.97
17.95
Primeras
letras
82.05
20
40
60
80
100
Fuente: Elaboracin propia con datos del Informe del gobernador Francisco de Landero y Coss.
Resumen de las noticias de instruccin pblica, septiembre de 1873.
Nmero de
establecimientos
Alumnos de
ambos sexos
Alumnos por
establecimiento
% de alumnos
respecto a la
poblacin total
4.149
4.729
4.953
1878
623
22 523
36.15
1882
690
27 734
40.19
1884
643
29 901
46.50
1885
742
1886
724
29 857
41.24
4.649
1889
549
28 887
52.62
4.483
1892
686
32 827
47.85
4.197
1896
558
29 322
52.55
3.397
1897
615
33 495
54.46
3.687
1900
677
1902
752
38 970
51.82
3.860
Fuente: Estadstica del Estado de Veracruz, 1831, en Jos Velasco Toro, 1988.
313
A lo largo del siglo xix la tendencia fue crear escuelas principalmente en las cabeceras de los cantones. Conforme avanz el siglo, la
descentralizacin de actividades econmicas y el poblamiento hacia
cantones como Tuxpan, Papantla y Chicontepec, determinaron la
construccin de escuelas en otros lugares ms apartados del centro
del estado, lo que benefici a gran escala esas poblaciones.
Cuadro 8. Distribucin porcentual de escuelas primarias en los cantones
con mayor nmero de establecimientos, 1831-1902
Orizaba
Xalapa
Crdoba
Jalacingo
Veracruz
Coatepec
Chicontepec
1831
18.00
15.30
8.00
6.70
1868
13.20
13.20
11.02
7.90
9.20
Fuente: Estadstica del Estado de Veracruz, 1831, en Jos Velasco Toro, 1988.
Durante los ltimos 25 aos del siglo xix, todava se libraban importantes obstculos para poder incrementar el nmero de escuelas
en el estado. Entre 1884 y 1885 el nmero de establecimientos de enseanza aument 15% en el lapso de un ao y posibilit la creacin
de la Escuela Normal Veracruzana. Sin embargo, de 1885 a 1886
el nmero de planteles se redujo de 742 a 724 y tres aos ms tarde
baj a 549. Tiempo despus, en la ltima dcada de la centuria, el
nmero de escuelas aument entre 3 y 10% (vase la grfica 7).
Por otra parte, puede afirmarse que durante el siglo xix la educacin fue uno de los motores que impulsaron el desarrollo, decretando su carcter obligatorio y gratuito durante los diferentes periodos
polticos. De igual manera la educacin orientada a los adultos y a
los indgenas tena las mismas particularidades, tal parece que no
se omiti a nadie, al menos en papel, ya que el objetivo de todos los
gobiernos se centr en erradicar el analfabetismo. En la grfica 8
314
15
10
10.21%
8.31%
8.20%
5.53%
4.66%
3.36%
2.44%
0
-2.42%
-3.40%
-5
2
-1
90
0
00
19
18
97
-1
90
7
89
-1
89
6
96
18
-1
18
92
-1
89
9
89
18
86
-1
88
6
18
85
-1
88
5
18
-1
88
4
84
18
18
82
-1
88
2
88
-1
87
8
78
18
-1
75
18
-8.05%
-10
Fuente: Estadstica del Estado de Veracruz, 1831, en Jos Velasco Toro, 1988.
742
690
700
623
600
487
500
400
752
724
686
643
615
549
528
677
558
453
363
300
200
150
100
0
1831 1868 1870 1871 1873 1878 1882 1884 1885 1886 1889 1892 1896 1897 1900 1902
Fuente: Estadstica del Estado de Veracruz, 1831, en Jos Velasco Toro, 1988.
315
Reflexiones finales
La heterogeneidad de los paisajes del estado de Veracruz se ve reflejada tambin en las caractersticas que se imprimen en el crecimiento de los centros urbanos y de su poblacin, que a su vez refleja los
niveles de bienestar.
Durante el siglo xix se dieron grandes cambios, la mortalidad de
la poca fue el factor que afect de manera ms contundente la dinmica de la poblacin, ya que como vimos las epidemias estuvieron
presentes durante todo el siglo xix. Otro aspecto que influy en el
crecimiento de la poblacin en determinados poblados fue la situacin derivada de las luchas internas y las invasiones extranjeras, por
lo que la movilidad de las personas se vio afectada; por lo tanto la
migracin fue el otro factor que afect la dinmica demogrfica de
la poca. La introduccin del ferrocarril vino a revolucionar las comunicaciones y por supuesto la movilidad de los habitantes y de los
productos. En cuanto a la natalidad, sta permaneci elevada aunque se redujo en las pocas de epidemias. En cuanto a la mortalidad,
seguramente es el factor que determin de manera ms contundente la dinmica de la poblacin, ya que las enfermedades y epidemias
estuvieron presentes durante todo el siglo xix, lo que llev a polticas de salud tan importantes como la vacunacin contra la viruela.
En cuanto a la educacin deben reconocerse los esfuerzos de cada
uno de los gobiernos que intentaron de una u otra forma erradicar
el analfabetismo y cambiar el nivel educativo de los veracruzanos a
partir de la creacin de escuelas de primeras letras, adems de las de
secundaria, preparatorias y de estudios avanzados. Por otra parte,
no podemos negar la importancia que se le dio a la colonizacin; sin
embargo, el impulso que sta deba dar al aumento de poblacin en
diversas regiones, no rindi lo esperado.
Las mejoras urbanas durante el siglo xix estuvieron presentes en
las principales villas y ciudades del estado. Por una parte, el empedrado y embanquetado de calles, la creacin de plazoletas, jardines
316
317
Michael Ducey
novohispano con las formas y discursos de la nueva tradicin liberal. La convivencia de ambos conceptos trajo como resultado una
confusa relacin entre el Estado y los ciudadanos organizados en sus
repblicas, y una multiplicidad de identidades que se hizo presente
en la accin poltica del siglo.
Sin duda los miembros de los congresos constituyentes, tanto nacionales como estatales, dieron extensos poderes a los cabildos por
considerarlos la materia prima para la construccin del Estado. En
la Constitucin de Cdiz de 1812, estos gobiernos locales fueron
pensados como unidades administrativas para canalizar las iniciativas del supremo gobierno, pero adems funcionaron como los
conductos ms bsicos para la accin ciudadana. Los ayuntamientos
tenan amplias facultades, administraban la justicia, dictaban normas de polica, regulaban el comercio local, se encargaban de la educacin, y sobre todo eran el sitio central para hacer poltica. Las elecciones se organizaban desde los municipios. En el sistema electoral
de la primera mitad del siglo, los legisladores eran seleccionados por
electores y stos se elegan por juntas electorales en los pueblos.
Por consiguiente, los diputados eran representantes de los pueblos, y
para los individuos su primera lealtad y campo de accin para ejercer sus nuevos derechos lo constitua su municipio.
Las municipalidades actuaron con frecuencia como cuerpos corporativos, lo cual se hizo muy evidente en las cuestiones de tierras.
Podemos encontrar numerosos ejemplos en donde los ayuntamientos tomaron acciones poco liberales, como el comprar tierras de particulares para formar fondos legales y tierras de comn repartimiento. Asimismo, en 1842 San Andrs Tuxtla adquiri cuatro sitios de
ganado mayor para que sirviera como fondo legal. El ayuntamiento
de Misantla se exalt cuando una gran extensin de tierra que colindaba con sus terrenos comunales fue vendida por los herederos del
general Guadalupe Victoria a un particular. Exigieron el derecho de
comprar la propiedad, y lo consiguieron en trminos muy favorables. Tales compras concordaban ms con la mentalidad tradicional:
323
palabra indio del lxico del nuevo orden, sin embargo, la realidad
social e incluso poltica de las distinciones tnicas sigui vigente. Por
un lado, las desigualdades sociales entre los indgenas y el resto de
la poblacin no se esfumaron con la Independencia, y por el otro,
las administraciones locales continuaron dndole un trato diferente a los grupos. Si los principios liberales extendieron el derecho de
ciudadana sin tomar en cuenta ni raza ni etnia, tambin aspiraban
a eliminar las instituciones corporativas fundamentadas en los privilegios, tales como el pueblo corporativo con su propiedad comunal
y su autonoma poltica. La desaparicin de la repblica de indios
no fue un proceso ni simple ni rpido, y durante gran parte del siglo xix los miembros de las comunidades de indgenas trataron de
conservar sus identidades tradicionales, a la vez que ejercieron sus
nuevos derechos y privilegios de ser ciudadanos.
Cules eran los retos para aquellos que queran eliminar las antiguas identidades dentro de las nuevas sociedades municipales? Un
ejemplo de Misantla en 1826 nos puede ilustrar la problemtica que
enfrent el ayuntamiento constitucional al momento de celebrar la
fiesta patronal del pueblo:
El Sndico manifest que el quince es la funcin titular de este
Pueblo en que ha estado dividida hace inmemorable tiempo
entre los vecinos de razn y los llamados indgenas a forma que
el da 16 que celebra en la iglesia de la Asuncin de Mara Santsima hace la funcin el vecindario de Indgenas, y el siguiente
da de razn, y como a Yltre. Ayuntamiento debe ocurrir a las
vsperas y a la misa, lo hace presente para que se declare si la
asistencia ha de ser en los dos das o en uno solo, cual ha de ser
tomado en consideracin por los SS. presentes acordaron
que por ahora se asistiera los dos das, nterin que el tiempo y
las luces del Siglo borran tan aeja costumbre.
325
Las partes ms importantes para la conformacin de la identidad indgena y las ms golpeadas por las Leyes de Reforma, fueron las instituciones religiosas de los pueblos: las cofradas y el
culto de los santos. La investigadora Guadalupe Vargas ha demostrado cmo las comunidades nahuas de Los Tuxtlas reorganizaron
su devocin al culto del Cristo Negro de Otatitlan para continuar
haciendo sus peregrinaciones ante la desaparicin legal de sus hermandades. Por lo que en lugar de organizaciones relacionadas con
la Iglesia, los nahuas formaban ahora asociaciones laicas en los
pueblos donde cada uno de ellos nombraba a un jefe de peregrinaciones. Ya para 1897 se llev a cabo la reconstitucin de una asociacin compuesta por los distintos grupos de peregrinos y liderada
por un jefe general de todas las peregrinaciones. Con ello se renov una identidad religiosa comunitaria que, a la vez que acataba
al pie de la letra las leyes liberales, no se conformaba a su espritu
individualista y anticlerical. Es decir, idearon un sistema de identidades religiosas colectivas en el cual sus integrantes todava se
vean como un grupo de individuos libres.
Otro ejemplo de la fuerza con que los indgenas mantuvieron una
identidad sacra asociada con su pueblo, se puede observar en Naolinco, lugar donde el culto al santo patrn del pueblo perdur a pesar de la privatizacin de los bienes de la cofrada y de la exrepblica
de indios en 1862. El caso es un tanto difcil de desenredar (como
suele ocurrir con asuntos de tierras), pero para resumirlo: a partir de
1880 el ayuntamiento del pueblo denunci unos terrenos que haban
pertenecido a la antigua comunidad de indios como propiedad de
la cofrada y por lo tanto, sujeto a la Ley Lerdo de desamortizacin.
De inmediato, un grupo de indgenas rechaz el intento declarando que la tierra se haba repartido en parcelas individuales entre los
miembros de la comunidad, quienes la disfrutaban como propiedad
particular. El ayuntamiento qued frustrado en su intento, sin embargo, contamos con varios documentos y declaraciones que indicaban que los mayordomos de la cofrada de San Mateo, Juan Guti330
el puerto, ya para los aos entre 1820 y 1868 haba por lo menos 95
diferentes peridicos, y aunque la mayora se centraba en las ciudades del centro (84 del total), se han encontrado proyectos editoriales en todas las regiones del estado veracruzano. La aparicin de
publicaciones independientes represent un foro propicio para la
creacin de nuevas identidades sociales y polticas. La produccin
periodstica indicaba la presencia de una poblacin lectora, ansiosa
por enterarse de los eventos que conmovan al pas durante aquella
poca turbulenta. La prensa tom su papel como el rgano de formacin del espacio pblico, en el cual una comunidad de lectores
disputaba los temas del momento. Salieron a la luz los peridicos
partidistas y electorales: de hecho muchas de las publicaciones fueron producidas por cortos periodos debido a sus objetivos polticos,
transformando de esta forma a la prensa en un medio de comunicacin dedicado al debate poltico.
Este medio sigui su crecimiento en la segunda mitad del siglo
xix cuando se extendi su presencia ms all de las ciudades de
Veracruz, Xalapa, Orizaba y Crdoba. A partir de 1850 se diversificaron sus caractersticas al aparecer revistas literarias y cientficas, indicacin de su cada vez mayor importancia e influencia en la
formacin de los valores culturales de la sociedad lectora. Mientras
que en el antiguo rgimen era la Iglesia quien tena la funcin de
difundir los valores culturales, preocupndose por mantener una
conducta y forma de pensar homognea entre sus fieles, es con la
Independencia que las publicaciones tomaron el papel de promover
los proyectos que definiran a la nacin; la gran diferencia era que
ya no haba una institucin capaz de imponer una lnea nica a seguir. A pesar de las discrepancias entre las posiciones polticas en la
prensa, la expansin de la cultura de lectura basada en la difusin de
los impresos y la lenta pero segura extensin de la educacin pblica, permiti la formacin de una nueva mentalidad. Esta difcil formacin de una sociedad de lectores, compuesta de individuos que
participaban en una vida intelectual ms all de las fronteras de sus
333
Aunque el gobierno estatal giraba rdenes para realizar los festejos, stos eran organizados por los ayuntamientos, los cuales establecieron juntas patriticas para reunir fondos. En las municipalidades menos pobladas del estado, parece que los gastos para los
festejos formaban parte importante de su presupuesto e incluso los capitulares se quejaban de que en ocasiones recaan sobre sus bolsillos.
Los miembros de los cabildos tomaban un papel sobresaliente, como
en los juramentos, desfilaban desde la casa municipal y asistan en
cuerpo a una misa Te Deum. An en 1856, el ayuntamiento de Xalapa incluy una funcin religiosa entre las actividades patriticas. Sin
embargo, con la llegada del liberalismo doctrinario tales prcticas
desaparecieron para 1861, cuando ya ni hubo mencin de la Iglesia. Con el tiempo se hizo costumbre dar un discurso patritico, y
en algunas de las ciudades principales se sola publicarlo; decorar el
pueblo con arcos, iluminarlo en la noche y el uso de cohetes, fueron
elementos casi universales en los pueblos y reflejaba la costumbre
catlica de celebrar a los santos patrones con la iluminacin de las
casas y calles. En Misantla se tomaban el tiempo de recordar a los
hijos del pueblo cados en la guerra, terminando el desfile en la iglesia del Calvario, un lugar en que la maldad [o sea las autoridades
realistas] quit la vida injustamente a nuestros hijos en este pueblo.
A veces tenan un contenido poltico, como en Xalapa en 1846,
cuando en vsperas de la guerra contra Estados Unidos se reestableci la constitucin federal. Durante las celebraciones patrias de
aquel ao, la constitucin fue exhibida:
En un carro adornado sali por la tarde colocada la constitucin de 1824, acompaada de cuatro nias adornadas con los
colores nacionales, y recorri las calles principales seguido por
una compaa de nacionales. En la noche se iluminaron las casas consistoriales, exponindose en ellas bajo un dosel la citada
carta de 1824, custodiada por los mismos soldados, tocando la
msica hasta las once.
337
En el mismo ao se volvi a erigir el 4 de octubre como da festivo, por ser la fecha en que se adopt la constitucin federalista.
En aquel momento de crisis, las autoridades quisieron movilizar las
fuerzas de las sociedades locales en defensa de la nacin y recurrieron a la constitucin federalista para hacerlo. En 1854, bajo el ltimo
gobierno de Santa Anna, se reestableci la celebracin de la entrada
de las tropas de Iturbide en la ciudad de Mxico el 27 de septiembre,
para recordar al hroe conservador de la Independencia. En 1861
el municipio de Xalapa sorte cuatro casas entre las viudas y hurfanos de los cados en la recin terminada guerra de tres aos, por
considerar que la mejor manera de celebrar el aniversario del gran
da nacional, es la de hacer ver que la Patria no olvida a sus hijos
muertos por darles Libertad.
Las celebraciones tuvieron la intencin de crear una nueva cultura nacional al introducir tradiciones nuevas, aunque tomaron tambin elementos prestados de las costumbres coloniales para hacerlo.
Los mexicanos celebraban a su patria de modo muy parecido en los
pueblos chicos o ciudades grandes, con la obvia diferencia de que
en las ciudades se llevaban a cabo con ms gastos y lujo. Festejar
a la patria y recordar los eventos casi mticos de la Independencia,
llegaron a ser parte del ciclo anual de las actividades de los pueblos,
estableciendo as una tradicin, aunque fuera inventada, en la configuracin de la identidad mexicana. Hubo elementos del antiguo
rgimen insertados en las celebraciones, los cuales subvertan los
propsitos nacionalistas de las fiestas. La Iglesia tena un papel prominente, los desfiles tenan formatos muy tradicionalistas y los ciudadanos marchaban en orden corporativo: Iglesia, ayuntamiento y
ejrcito. Para finales del siglo, ya se puede observar que mucha de la
legitimidad sacra de la que haban disfrutado los rganos del antiguo orden colonial, se centraba en la idea de la nacin.
La transformacin de las identidades de los veracruzanos a lo
largo del siglo, la destruccin de las corporaciones religiosas y el
338
empobrecimiento de las celebraciones que sostenan, fueron factores que crearon un campo propicio para el fomento de nuevas
personalidades de ciudadano. Por otro lado, las luchas polticas,
las iniciativas liberales y el surgimiento de nuevas formas de sociabilidad, debilitaron inevitablemente las antiguas lealtades de
pueblo, gremio e Iglesia. Sin embargo, nunca desaparecieron en
su totalidad: las identidades locales y la presencia de los indgenas sobrevivieron al siglo y a las transformaciones econmicas del
Porfiriato. Los veracruzanos resultaron muy aptos y hbiles para
recrear identidades que fueran en conformidad a la visin de los
reformistas, sin abandonar por completo las antiguas races provenientes de la historia de sus pueblos.
339
Bibliografa comentada
La obra de Carmen Blzquez Domnguez, Breve Historia de Veracruz, 2000, nos presenta un panorama general de la historia. De la
misma autora, tenemos la compilacin Estado de Veracruz: Informes
de sus gobernadores 1826-1986 (1986), obra que constituye una de las
fuentes de informacin valiosa para el estudio del siglo xix. Por otro
lado, tenemos las Memorias e informes de jefes polticos y autoridades
del rgimen porfirista, 1883-1911: Estado de Veracruz, coordinado por
Soledad Garca Morales y Jos Velasco Toro (1997). Esta obra para
el estudio del Porfiriato, fuente principal de esta poca, nos muestra
a travs de estas memorias cmo fue el proceso porfirista en la entidad veracruzana y cmo se reflej en los diversos aspectos de la
sociedad veracruzana y en sus diferentes regiones.
Dentro de los estudios sobre la poblacin se encuentra el de Silvia
Mndez Man y Filiberta Gmez Cruz, Dinmica demogrfica en
la provincia de Veracruz en el siglo xix (2009), en el que las autores presentan por un lado el anlisis histrico aunado a la dinmica
demogrfica de esta poca para as tener un estudio de largo aliento
sobre el comportamiento de la poblacin, en particular durante el
siglo xix. En el artculo de Silvia Mndez Man, Las Constituciones
de 1857 y 1917: economa y poblacin (2009), se establece el panorama demogrfico del Mxico independiente, durante 1857 y 1917, as
como las polticas poblacionales que se manifestaron en las dos car341
tas magnas, centro de estudio de esta obra. Sobre este tema es pertinente revisar el artculo de Davies Keith, Tendencias demogrficas
urbanas durante el siglo xix en Mxico (1972).
En el estudio de la educacin en Veracruz, una obra fundamental es la de Soledad Garca Mrquez y Jos Velasco Toro, La educacin en el estado de Veracruz: informes y memorias: 1877-1891 (1989),
compuesta por dos volmenes en los que a travs de fuentes de primera mano nos brindan un amplio panorama del proceso educativo
de la entidad veracruzana de fines del siglo xix y principios del xx.
Por su parte, el libro de Jos Velasco Toro, La educacin primaria en
Veracruz, 1810-1910. Cien aos de educacin en Veracruz (1988), nos
permite conocer el desarrollo de la educacin primaria durante la
primera centuria del Mxico independiente.
Otro estudio que nos revela la situacin de la salud de los veracruzanos del siglo xix es tambin de Silvia Mndez Man, Un siglo de
viruela en territorio veracruzano: Xalapa, 1821-1921. Para un conocimiento de las instituciones hospitalarias del territorio veracruzano colonial, y de todo el territorio novohispano es imprescindible
consultar la obra de Josefina Muriel, Hospitales de la Nueva Espaa
(1960), compuesta por dos tomos que nos adentran en el funcionamiento de los hospitales novohispanos.
El paso y establecimiento de los extranjeros en el Veracruz decimonnico est ampliamente referido en varias obras importantes.
El libro de Carl Christian Sartorius, Mxico hacia 1850 (1990), fuente primaria para el estudio de la colonizacin francesa en Veracruz,
adems nos da a conocer las impresiones que los extranjeros tenan
del territorio mexicano y de sus habitantes, as como una vasta informacin geogrfica e histrica. Otra de las obras de importancia para
conocer cmo se dio la colonizacin en este territorio es la de David
Skerritt, Los colonos de Jicaltepec, un grupo tnico? (1998), en
esta obra se da una visin interesante de la colonizacin de la costa del Golfo de Mxico durante el siglo xix, especficamente de la
llegada de colonos franceses a Jicaltepec, proceso que result de las
342
regin de la Huasteca tenemos los trabajos de Antonio Escobar Ohmstede, varios de los cuales se encuentran en su libro Ciento cincuenta aos de historia de La Huasteca (1998), y que son primordiales para
entender los condueazgos. Igualmente, Michael Ducey tiene estudios sobre las prcticas adoptadas por las comunidades ante los
cambios del siglo xix, Liberal Theory and Peasant Practice: Land
and Power in Northern Veracruz, Mexico, 1826-1900, en Robert
Jackson (ed.), Liberals, the Church and Indian Peasants: Corporate Lands
and the Challenge of Reform in Nineteenth century Spanish America
(1997) y La comunidad liberal: Estrategias campesinas y la poltica
liberal durante la Repblica Restaurada y el Porfiriato en Veracruz ,
en Brian Connaughton (ed.), Prcticas populares, cultura poltica y poder en Mxico: Continuidades y contrastes entre los siglos xviii y xix (2008).
Para el Sotavento ahora contamos con dos estudios monogrficos muy
importantes que no solamente describen el destino de la propiedad
comunal, sino que lo ubican en su relacin con el poder estatal y el
crecimiento de las haciendas particulares: Jos Velasco Toro, Tierra
y conflicto social en los pueblos del Papaloapan veracruzano, 1521-1917
(2003) y Emilia Velzquez Hernndez, Territorios fragmentados. Estado y comunidad indgena en el Istmo veracruzano (2008). El trabajo de
Eric Lonard, Avatares y descarrilamiento del proyecto agrario liberal. Disolucin de la propiedad comunal y modernizacin agrcola en
Los Tuxtlas, 1880-1910 (2007), hace una contribucin importante al
profundizar en la relacin estado y comunidad en Los Tuxtlas. Finalmente, no se puede pasar por alto el novedoso anlisis de Raymond
Craib, Cartographic Mexico: A history of state fixations and fugitive landscapes (2004), que demuestra los nexos entre la poltica de privatizacin
y la construccin del estado nacional en el siglo xix.
Veracruz fue uno de los centros del desarrollo precoz de la industria
en Mxico, un fenmeno que naturalmente ha llamado la atencin de
los historiadores. Hay dos trabajos clsicos sobre la poltica industrial
y las condiciones de la misma en el siglo xix que siguen siendo de gran
actualidad: Dawn Keremitsis, La industria textil mexicana en el siglo xix
345
348
356
Uno de los estados con mayor produccin de tabaco a finales del siglo xix y principios del
siglo xx fue Veracruz; la imagen es de 1895 y corresponde a la Fbrica de puros La Rica
Hoja, fundada en 1874, perteneci al Seor Manuel P. Garca de origen cubano, ubicada
en San Andrs Tuxtla, centro de la regin tabacalera, cuya produccin era transportada a
lomo de bestia por arrieros hacia los diferentes puntos de distribucin.
sur frente al expansionismo hacendario, que amparado en inaceptables privilegios haba acosado a las comunidades indgenas y a campesinos desposedos de la sierra de Soteapan; algunos de los lideres
ms visibles de tal alzamiento sobrevivieron a la represin y se convertiran en exponentes de gestas posteriores. En enero de 1907 se
produjo el dramtico alzamiento de los obreros textiles de la regin
de Orizaba; algunos de los participantes tambin sobrevivieron a la
represin feroz que trajo consigo y con el tiempo pasaran a ocupar
destacado protagonismo en las etapas revolucionarias posteriores.
En el transcurso de la primera dcada del siglo el rgimen de
Daz se fue adentrando poco a poco en su fase terminal. No slo
debido a los retos, desesperados si se quiere, que obreros sobreexplotados y campesinos sumidos en la miseria comenzaron a plantearle
de manera cada vez ms radical y frecuente, sino tambin debido
a las fracturas que su coalicin de gobierno comenz a experimentar; sobre todo despus de su famosa entrevista con Creelman, en la
que el senecto dictador afirm que Mxico ya estaba capacitado por
completo para una vida democrtica. Tal declaracin se convirti en
el banderazo de salida para las mltiples ambiciones de poder que se
generaron entre la clase poltica del Porfiriato. A partir de entonces
la bola de nieve no hizo sino crecer en su impetuoso descenso cuesta
abajo.
En Veracruz, la hasta entonces inmutable estabilidad poltica tambin comenz a cimbrarse en el segundo lustro del siglo. El
gobernador Dehesa se incorpor a la lucha por aparecer como candidato a vicepresidente en las prximas elecciones y as poder convertirse en la carta de recambio del declinante Daz. Sin embargo,
slo era uno ms de los mltiples tiradores a ese puesto y tuvo que
competir con personajes relevantes como Limantour o Bernardo
Reyes. Esa situacin conmovi a la clase poltica estatal y en cierta
medida contribuy a opacar los problemas de fondo que se venan
gestando de tiempo atrs: las inconformidades sociales y los vientos de rebelin. Al momento de aparecer y circular profusamente el
359
La ocupacin estadounidense de Veracruz dur seis meses; inici con la toma del puerto
el 21 de abril de 1914 y culmin con la salida de las tropas extranjeras en noviembre del
mismo ao, fue desencadenada por el constante deterioro en las relaciones diplomticas
entre ambos pases producto de la Revolucin mexicana, el ataque al puerto comenz
el 21 de abril de 1914, ocupando los edificios principales como lo muestra esta imagen:
campamento de soldados norteamericanos asentado frente a la Estacin Terminal.
362
procesos productivos y respetaban los derechos mnimos de sus trabajadores. Esos aos fueron testigos de un gran impulso al reparto
de tierras a los campesinos solicitantes, slo igualado al que se producira con posterioridad durante el cardenismo.
En lo que atae a los trabajadores industriales se produjeron tambin transformaciones de fondo. De la etapa aquella en que los activistas de la Casa del Obrero Mundial llegaron a Veracruz luego de
su alianza con Carranza y se convirtieron en fervorosos promotores
de sindicatos, se pas a otra subsecuente que consisti en construir
paso a paso el marco institucional de las relaciones obrero-patronales que quedaron establecidas en el artculo 123 constitucional.
Ya en 1918 se cre la ley veracruzana del trabajo y se establecieron
los fundamentos de la estructura de conciliacin y arbitraje de los
conflictos; para ello incluso se comision a ilustres personajes para
que in situ conocieran las instituciones laborales europeas, belgas y
francesas, para poder aprovechar y adaptar tales experiencias. Poco
a poco se logr imponer a los empresarios la nueva normatividad y
la intervencin estatal en la materia.
Del mismo modo, se transit de una incipiente organizacin gremial a la constitucin de la primera gran central obrera mexicana:
la crom, la que experiment un geomtrico desarrollo durante ese
periodo, siempre con el decidido apoyo, tanto de los gobiernos de
Obregn y Calles, como de los locales de Tejeda y Jara. El enclave
textil de la regin de Orizaba se convirti, junto con el de Atlixco,
en uno de los principales bastiones de la crom, organismo que utiliz todo el apoyo oficial para monopolizar la representacin obrera;
fue tal su poder que su dirigente, Luis N. Morones, lleg a ser secretario de Industria, Comercio y Trabajo durante el periodo presidencial de Calles. Por otra parte, se diluy la presencia e influencia en
el seno de la clase obrera de las corrientes comunista y anarquista,
quedando sentadas las bases de lo que aos despus sera el poderoso
sector obrero del partido hegemnico de los gobiernos de la revolucin mexicana.
366
368
Despus del movimiento revolucionario de 1910 y con la institucionalizacin a la que ms tarde lleg el sistema poltico veracruzano,
con frecuencia se considera que los movimientos y luchas sociales
han tenido un papel secundario en la transformacin del sistema social poltico en Veracruz. Sin embargo, es posible sealar que a lo
largo de su historia, los innumerables movimientos veracruzanos han
influido de manera determinante en las transformaciones sociales y
polticas de nuestro estado. El inters de este captulo es dar cuenta de
cmo los movimientos sociales influyeron en la conformacin tanto
de los principales procesos histricos como en sus diversas manifestaciones de la vida social, econmica y poltica.
Para ello, daremos un panorama general del periodo que va desde 1906 hasta 2000. Estos aos dibujaron un largo periodo que inicia
con la rebelin de Acayucan en el crepsculo del Porfiriato, y finaliza
cuando el sistema poltico mexicano arriba a la alternancia poltica.
Del Porfiriato a la Revolucin
El largo periodo conocido como Porfiriato (1876-1910) ha sido caracterizado desde diversos ngulos. Para algunos estudiosos fue un
proceso que logr estabilidad poltica y econmica, despus de las
371
Los trabajadores ferrocarrileros representaron un sector importante en las luchas obreras que sacudieron el estado de Veracruz a lo largo del siglo xx; por ejemplo: la huelga
de trabajadores mecnicos de Orizaba en 1920. Trabajadores ferrocarrileros de Tierra
Blanca, Veracruz, en 1950.
Divisin del Ferrocarril Mexicano en Veracruz, y la Unin de Estibadores y Jornaleros, tambin del puerto. Pero el apoyo fundamental lo
brindaron los obreros textiles de Orizaba quienes se fueron a la huelga hasta que se solucion el conflicto. Por dicho apoyo, los mecnicos
ampliaron sus demandas pidiendo la sustitucin de los obreros que
continuaron trabajando durante la huelga. La huelga fue solucionada
a favor de los trabajadores, sin embargo, esta solucin se debi a que
el gobierno federal apoy a los mecnicos, por el carcter privado de
la empresa. La huelga de 1921, desde sus inicios (25 de febrero), tuvo
una dimensin nacional. La demanda principal fue el reconocimiento
de la Confederacin de Sociedades Ferrocarrileras que agrupaba 13
sociedades gremiales. El conflicto que se desarroll en las lneas nacionales signific la culminacin de un largo recorrido por parte de las
diferentes organizaciones ferrocarrileras para lograr mejores condiciones de trabajo. Durante la huelga, el gobierno de Obregn auspici
la participacin de la crom con el objetivo de terminar el predominio
de la organizacin mayoritaria, Confederacin de Sociedades Ferrocarrileras de la Repblica Mexicana por lo que la crom no dej pasar
esta oportunidad para aumentar su membresa, sobre todo en un gremio que hasta entonces le haba cerrado las puertas. lvaro Obregn,
en representacin de la empresa Ferrocarriles Nacionales, enfrent el
conflicto. Una de las primeras medidas adoptadas fue la sustitucin
de huelguistas por ferrocarrileros mexicanos que se encontraban en
Estados Unidos. La Unin de Conductores, Maquinistas, Garroteros
y Fogoneros fue el gremio utilizado para tratar de romper la huelga.
El ejrcito intervino para apoyar a los ferrocarrileros que se oponan a
la huelga y para hostigar a los confederados; as mismo, la prensa fue
utilizada por Obregn para desacreditar el movimiento huelguista.
En respuesta, los ferrocarrileros confederados organizaron grandes manifestaciones de protesta en unin de otras organizaciones
obreras del pas y se llev a cabo la huelga por solidaridad, el apoyo
internacional y el sabotaje. Al no contar con un apoyo total, la huelga general convocada para el 16 de marzo de 1921 fue suspendida,
379
ya que una parte de las organizaciones obreras esperaban que ciertos sectores del gobierno los apoyaran, y al no darse esta situacin,
desistieron del paro de labores.
En el estado de Veracruz, los confederados contaron con el apoyo de los obreros textiles de Orizaba y Xalapa, pero el grupo de
obreros que sell el rumbo y la fuerza del conflicto en Veracruz
fueron los confederados del Ferrocarril Mexicano. Cuando es declarada la huelga por parte de las lneas nacionales, la empresa de
El Ferrocarril Mexicano ya haba reconocido a la Confederacin,
situacin que les impeda secundar la huelga, sin embargo, el 1 de
marzo, se van a la huelga. La empresa desconoci a la Confederacin, sustituyendo a sus miembros por elementos de la Unin
de Conductores y Obreros Libres. La empresa adems, reinstal
a los maestros y obreros que fueron destituidos en la huelga de
1920; estos hechos significaron un duro golpe para los huelguistas.
La solidaridad de los obreros textiles de nuevo qued manifiesta y
marc un viraje en el curso del movimiento. El 19 de marzo 8 000
obreros orizabeos se fueron a huelga en apoyo de los ferrocarrileros confederados. La algidez de las protestas aceler la respuesta
del gobierno, as, el 19 de marzo de 1921, el gobierno federal firm
un convenio con la Confederacin de Sociedades Ferrocarrileras,
reconocindola legalmente y aceptando a todos los confederados
en sus trabajos. Sin embargo, los confederados de El Ferrocarril
Mexicano manifestaron que ellos no podan levantar la huelga,
puesto que ese acuerdo ya haba sido reconocido por la empresa
El Mexicano y que demandaban la remocin de los ferrocarrileros
que entraron a sustituirlos.
Resalta en este conflicto la presencia de los ferrocarrileros de la
Segunda Divisin de la lnea de El Mexicano quienes mantuvieron
constancia en los diferentes conflictos que hemos reseado. Tampoco
podemos pasar por alto la movilizacin obrera en Orizaba, determinante para la solucin del conflicto. De igual manera, podemos observar en los dos conflictos la diferente posicin del gobierno federal.
380
Otro sector obrero con importante presencia fue el tabaquero, integrado por varias empresas durante finales del siglo xix y mediados
del siglo xx. Las condiciones geogrficas del territorio y la llegada
de tabaqueros expertos al estado permitieron una produccin significativa. Las fbricas de puros y cigarrillos se multiplicaron, como el
Buen Tono, fundada por Ernesto Pugibet que en 1894 se transforma
en sociedad.
Durante el Porfiriato predominaban los propietarios extranjeros
que tenan tanto grandes establecimientos como pequeos talleres cigarreros y pureros que colocaban su produccin en el mercado local.
Las grandes fbricas contaban con sus propios talleres y las pequeas
contrataban los servicios de establecimientos especializados que operaban como subsidiarios en la fase de empaque (Gonzlez Martnez,
1987). Las fbricas empleaban a ms de 100 operarios, y por su parte,
los talleres artesanales funcionaban con 10 o 12 trabajadores de ambos
sexos. Haba fbricas en Huatusco, Orizaba, Crdoba, San Andrs
Tuxtla, Xalapa y Tuxpan.
Los tabacaleros fueron trabajadores con una larga historia organizativa. En Orizaba comienzan a organizarse bajo la influencia de la
Casa del Obrero Mundial, en una de las fbricas ms grandes de entonces, como fue La Violeta. En la ciudad de Xalapa existi la fbrica
de tabacos El Valle Nacional, de propiedad inglesa, donde se registraron protestas de trabajadores desde 1904 hasta 1922, y cuyas demandas van desde la reduccin de la jornada laboral, hasta quejas por
maltrato de los supervisores.
En julio de 1927 se fund en el puerto de Veracruz la Federacin de Sindicatos Tabaqueros a nivel nacional, donde participaban
sindicatos de tabaqueros de Puebla, Orizaba, Crdoba, el estado de
Tabasco, Tlacotalpan y San Andrs Tuxtla. Dos aos despus, la industria del tabaco se vio afectada por la crisis de 1929; la necesidad
de actualizar su tecnologa y la lucha contra el contrabando, entre
otros factores, provoc el cierre de varias fbricas que no pudieron
sostener el ritmo de produccin.
381
Un movimiento que trascendi el estado de Veracruz fue el inquilinario, en especial el organizado en 1922 en la ciudad de Veracruz. Conocido en la historiografa fue su dirigente Hern Proal
quien form en la segunda dcada del siglo xx el grupo Antorcha
Libertaria con rsulo Galvn y Manuel Almanza entre otros, de
orientacin anarquista.
La ciudad de Veracruz haba crecido de manera significativa: desde
1900 hasta 1910 la poblacin haba aumentado de 29 164 a 48 633 habitantes (Garca Mundo, 1976). Concentraba un centro obrero enorme,
en especial por las actividades portuarias y ferrocarrileras: estibadores,
cargadores, mecnicos, paileros, maquinistas, veladores, as como trabajadores del sector servicio. La concentracin de la riqueza recaa en
los dueos de comercios, viviendas, hoteles, panaderas y tiendas. En
ese momento la poblacin femenina era ms numerosa y la mayora
de las mujeres mantenan su hogar, pero ante los problemas de empleo comenz a proliferar la prostitucin. Asimismo, en la ciudad de
Veracruz existan innumerables patios de vecindad donde vivan las
y los trabajadores, las rentas eran muy altas y las condiciones de los
lugares, de gran insalubridad y sin mantenimiento.
Dicha problemtica se arrastraba desde 1916, por lo cual hubo un intento de formar el Sindicato de Inquilinos. Sin embargo, fue en 1922
cuando estall un conflicto abierto entre inquilinos y propietarios
y cuando stos ltimos se niegan a disminuir el precio del alquiler y
mejorar las condiciones de la vivienda. Entonces se forma el Sindicato de Inquilinos Revolucionario, y como primera medida deciden no
pagar la renta. El sindicato logr que ms de 100 patios de vecindad se
adhirieran a la huelga de pagos. En apoyo a los inquilinos, el 11 de junio
de ese mismo ao estall una huelga general en el puerto, secundada
entre otros, por los Sindicatos de Panaderos, la Unin Sindicalista de
Veladores, la Liga Industrial de Electricistas, y el Sindicato de Obreros
Sastres, que termin el 15 de junio.
382
Como actividad de gran peso en la economa mexicana ha figurado, sin lugar a dudas, la produccin petrolera. Desde el inicio del
siglo xx y con el descubrimiento de yacimientos en el sur veracruzano, as como la construccin de refineras en la ciudad de Veracruz,
Tampico y Minatitln, comenz la historia por el control del petrleo y las luchas obreras por mejorar sus condiciones de vida. Como
es de todos sabido, hasta 1938 en que se llev a cabo la expropiacin
petrolera ya que hasta la explotacin del petrleo se llevaba a cabo
por empresas extranjeras las condiciones laborales no eran buenas,
los trabajadores durante muchos aos demandaron mejores salarios, buenos tratos y la reduccin de la jornada laboral. Uno de los
primeros movimientos lo llevaron a cabo los obreros de la refinera
El guila, en Tampico, con una huelga que inici el 20 de marzo
de 1918 y termin el 13 de abril de ese mismo ao. En Minatitln,
con la construccin del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, la empresa de Weetman Pearson localiz nuevos yacimientos petroleros
por lo que en 1908 se construy la refinera. Con ello Minatitln va
conformndose como una comunidad petrolera, a ella arriban los
campesinos de la regin, venidos de comunidades cercanas en busca de oportunidades para mejorar sus condiciones de vida; ingleses,
austriacos y estadounidenses por su parte, ocupaban los cargos en
la direccin o supervisin en la refinera, as como los trabajadores
con experiencia en otras industrias, ocupaban los puestos ms calificados; campesinos e indgenas de diversas comunidades del Istmo
oaxaqueo, chinos y japoneses se empleaban en los departamentos
que manejaban cajas y latas.
A inicios de 1938 el personal extranjero administraba y supervisaba el trabajo en la refinera y el personal obrero lo componan los
trabajadores mexicanos. La formacin de una cultura sindical inicia entre 1908 y 1919, en respuesta a las duras condiciones laborales,
pues la jornada era de 12 horas, no exista el salario mnimo y tampoco se respaldaban los accidentes de trabajo. Comienza as la poca de lucha de las organizaciones por cambiar su situacin laboral
384
logrando que en 1919 se redujera la jornada laboral a 8 horas diarias con un salario de 2.25 pesos por jornada. En 1921, la Unin de
Obreros de Minatitln se va a huelga y logra que el salario fuera
de 2.50 pesos por jornada. Para 1934 los trabajadores de esa refinera haban logrado que se pagara a 3 pesos. Estas mejoras no fueron
inmediatas, son resultado de un largo historial de conflictos entre
empresa y trabajadores que fueron reprimidos, llegando incluso a
morir algunos, en especial dirigentes obreros.
En los aos treinta surgieron nuevas condiciones y una coyuntura
poltica propicia para los afanes organizativos de los obreros petroleros. En 1932 la industria petrolera entr en una gran depresin
por la sobreproduccin de crudo en el mbito internacional que baj
de manera alarmante los precios y provoc que la mayora de las
empresas petroleras en Mxico, dejaran de invertir, a excepcin de
la compaa El guila, filial de la Royal Dutch Shell, la cual tena
sus principales campos y reservas petroleras en el Medio Oriente,
as como yacimientos en Mxico. A Inglaterra, sobre todo por razones de estrategia militar, no le convena depender slo del petrleo
del Medio Oriente, por lo cual sigui explotando en Mxico nuevos campos petrolferos; se explot intensamente el campo petrolero
El Plan hoy Las Choapas para seguir abasteciendo la refinera de
Minatitln, ante el agotamiento de los pozos petroleros de la regin.
As mismo, en 1923 se inici la explotacin petrolera en Poza Rica,
que rpidamente se convirti en el campo petrolero ms importante
del pas. El guila controlaba 54% de la produccin total en el pas.
En 1931 en Minatitln haba constituidas tres organizaciones: la
Alianza Mexicana de Trabajadores El guila, la Unin de Obreros y el Partido Laborista. Estas organizaciones entablaron fuertes
disputas entre s por el control del trabajo. Fue en el ao de 1934
cuando una circunstancia externa a las organizaciones obreras permiti la creacin de una nueva organizacin y un convenio regional
con las otras secciones petroleras: la llegada de Lzaro Crdenas a
Minatitln en abril de dicho ao, con motivo de su campaa para
385
presidente de la Repblica. Crdenas hizo un llamado a la unificacin de las organizaciones petroleras, para que pudieran contrarrestar las excesivas ganancias que las compaas extranjeras obtenan
a sus expensas. El llamado hizo eco en la regin y el 26 de abril de
1934 se firm el Convenio de Unificacin entre las secciones de trabajadores de Minatitln, Nanchital, Las Choapas, y Agua Dulce.
As naci el Sindicato de Trabajadores de Minatitln.
Durante sus primeros 20 aos, el sindicalismo petrolero minatitleco se enfrent a los salvajes mtodos utilizados por la compaa El guila para evitar que prosperaran las demandas sindicales
y organizativas de los trabajadores. Estos procedimientos fueron
mltiples, desde el simple soborno hasta el asesinato, como sucedi
con los lderes Juan B. Platas, Bernardo Simoneen y Jos Arenas.
La compaa El guila, gracias a su poder econmico, siempre
encontr aliados en todas partes, lo mismo en el interior de la refinera propiciando divisionismo, que entre militares como Cstulo Prez. La aplicacin de una poltica antisindical en el sur no
fue algo excepcional, pues las compaas petroleras la desarrollaron
a lo largo del estado de Veracruz. Lo mismo transgreda las reglamentaciones jurdicas que protegan las condiciones laborales de los
trabajadores, como la ley expedida en 1914, que la Constitucin de
1917 y la ley de 1918.
Pero en general, los sindicalistas mostraron grandes limitaciones
para actuar de manera organizada en torno a un objetivo comn
que les permitiera construir una identidad colectiva, que los vulnerara menos a las constantes violaciones a sus derechos por parte de
las empresas, as como para avanzar de manera ms gil hacia mejores condiciones de trabajo y de vida.
386
390
En el crecimiento y desarrollo de la Liga jug un papel significativo la alianza mantenida con el gobernador Adalberto Tejeda. Dicha
alianza fue muy cuestionada por la burguesa veracruzana y por los terratenientes, quienes para protegerse del reparto agrario formaron La
Junta Directiva de las Uniones de Propietarios y Agricultores del Estado de Veracruz. En 1923, durante la rebelin delahuertista, tanto el
gobierno de Tejada como la Liga apoyaron a Obregn, coyuntura que
les favoreci pues el gobierno federal se pronunci por el reparto agrario en 1924, as como por la creacin de cooperativas de produccin.
Los lderes agrarios pedan la disolucin de los latifundios y la entrega de tierras a los
campesinos que carecan de ellas. En la imagen aparecen los lderes regionales de la Liga
de Comunidades Agrarias: Jos Guadalupe Osorio de Chicontepec; Higinio Melgoza de
Santa Mara Ixcatepec, y Basilio R. Miguel de Tepetzintla durante el Primer Congreso
Agrario el 15 de mayo de 1928 en Tuxpan.
392
En esos periodos la industria petrolera y petroqumica vivi importantes acontecimientos. El gobierno de Miguel de la Madrid haba
planteado reestructurar la industria. Aunque el sindicato petrolero
se opona a la medida, los dirigentes se destacaron por su manera de
conducir el sindicato a travs de mecanismos de corrupcin y de polticas clientelares, que la opinin pblica reconoca y desaprobaba. El
gobierno de Salinas de Gortari se apoy en este hecho y unos meses
despus del inicio de su gobierno los principales dirigentes petroleros
fueron encarcelados, y el gobierno inici una serie de reformas dentro
del sindicato y de la industria petrolera. Los despidos de los trabajadores afectaron la zona sur, en particular Coatzacoalcos, y otras ciudades petroleras de la regin. Se estima que 50 000 empleos directos
fueron suprimidos en 1993-1994 del sector (Aguilar, 2009). Por otra
parte, en la regin CoatzacoalcosMinatitln, a mediados de los aos
noventa se form la Coordinadora por la Defensa de pemex, que tuvo
como objetivo oponerse a la privatizacin de la mencionada industria;
la particularidad de esta organizacin es que sus miembros fueron
trabajadores tcnicos y de confianza de esta industria. A diferencia de
los trabajadores sindicalizados, mantuvieron su posicin contra la privatizacin, proponiendo un proyecto alternativo para dicha industria.
De 1995 a 1998 lograron mantener un nmero importante de afiliados 4 000 en su mejor momento, y enfrentaron una serie de represalias que fueron desde la falta de promocin laboral hasta el despido
de varios de sus dirigentes.
Otro sector que fue impactado por la crisis fue el de los trabajadores del inmecafe, al plantear el gobierno federal que esta institucin ya no cumpla su funcin de organizadora y reguladora de
la comercializacin del producto. Fueron intensas y prolongadas las
luchas de los trabajadores por resistirse a los despidos, sin embargo,
cualquier perspectiva se cerr ante la desaparicin de dicha institucin con sede en la ciudad de Xalapa, en 1992.
Por otra parte, tambin desde finales de los aos ochenta se asiste a
una aguda crisis de la industria textil en el corredor Orizaba-Ciudad
395
400
Las mujeres irrumpieron en el proceso laboral de diversas fbricas como por ejemplo
la textil o en la elaboracin de puros, percibiendo un salario equivalente a la mitad de
lo que los hombres reciban. Mujeres laborando en la Fbrica de puros La Prueba en el
puerto de Veracruz, 1905.
da que la prensa fue el rgano de difusin de la cultura por excelencia y para las mujeres fue muchas veces libro de texto, manual, y el
lugar en donde otras pudieron realizarse como sujetos, escribiendo.
Si bien la prensa proporcion a las mujeres representaciones ideales
reforzando roles tradicionales, tambin puede ser testimonio de cmo
la imagen de las mujeres fue cambiando, de ser el bello sexo al cual
estaban dedicados los poemas de amor o los consejos para ser buenas
madres, a tomar conciencia de las desigualdades sociales y genricas,
hasta permitir que algunas pudieran convertirse en autnticas periodistas y, a otras incluso, fundar y dirigir peridicos. En 1906, El Dictamen ya solicitaba reporteras para incorporarlas a las tareas del diario. Aparecen tambin en ese diario anuncios de mujeres ejerciendo
otras profesiones y ofreciendo sus servicios como mdicas, adems de
los ms clsicos como parteras, costureras, maestras.
Por primera vez en la historia del periodismo veracruzano, aparece en Xalapa un peridico dirigido y propiedad de una mujer,
Lucila Rodrguez, con la colaboracin de otras como, Robustiana
Armio de Cuesta o Elodia Romo viuda de Adalid: La Mujer Intelectual Mexicana. Peridico mensual dedicado exclusivamente a la
mujer, la defensa de sus intereses, prerrogativas y derechos. El nico
ejemplar que conocemos es el de 1907, sin embargo, en el Archivo
Municipal de Xalapa encontramos que en 1902 una Escuela de Nias informaba que haba recibido dos ejemplares de dicho peridico. Notemos que an se habla ah de la mujer, como si slo existiera una posibilidad de serlo, tal vez por ello sus reflexiones morales
acerca de su papel en la sociedad siguen estando muy apegadas a la
imagen tradicional y catlica, ya que si bien consideraba necesaria la
educacin femenina, como se pensaba desde finales del siglo xviii, el
peridico insista en tener presentes las enseanzas de la madre naturaleza que han destinado a la mujer como la dulce compaera del
hombre, razn por la cual no se debera atiborrar a las mujeres de
conocimientos que no entiende y que no le servirn para nada. La
palabra intelectual del ttulo, podra salir sobrando. La mujer que
405
no poda pensar en el matrimonio o que soaba con ttulos profesionales, deba limitarse a la educacin de prvulos y obtener el ttulo
de institutriz, ya que, segn el peridico, los adolescentes necesitaban de la voz imperiosa del hombre para ser domeados, estaba
de acuerdo con la idea comn en su tiempo, de que no haba que
hacerle competencia al hombre por el trabajo, ni mucho menos, por
el salario.
A pesar de que la publicacin tambin estaba en contra de que se
le hubieran abierto las puertas de la Normal Primaria del Estado de
Veracruz a las mujeres, en 1907, la matrcula de dicha institucin
estaba ya ocupada por un 80% de mujeres, que encontraron en el
magisterio uno de los caminos ms viables y dignos para ellas.
Sern muchas las maestras y periodistas que fundaron o participaron en los clubes antirreleccionistas que a lo largo de la Repblica difundieron las ideas democrticas y combatieron a la dictadura porfirista, al mismo tiempo que lucharon por la emancipacin femenina.
La mayora de esos clubes colaboran con el Partido Liberal Mexicano
(plm) que tendra tanta influencia en las primeras huelgas del siglo
xx, como la de Ro Blanco en el Valle de Orizaba, resuelta en medio
de una tremenda violencia. Es ya legendaria la valiente participacin
de las mujeres en apoyo a los obreros sublevados contra el maltrato y
violencia, as como por mejores condiciones laborales y de vida; como
paradigmtica la figura de Margarita Martnez, quien encabez con
una bandera a las hambrientas mujeres resentidas contra el comerciante Garcn, que sera el detonador de los motines, y quien terminara herida de bayoneta en la crcel, junto con otras muchas mujeres y
hombres. Pero tambin han pasado a la historia otros nombres, como
el de Lucrecia Toriz, Dolores Larios, Carmen Cruz, Isabel Daz de
Pensamiento, Anselma Sierra, quien dispar su revolver ayudando a
dispersar a un grupo de militares que persegua a algunos trabajadores y gracias a lo cual lograron escapar.
Como en el resto del pas, tambin en el estado de Veracruz se
fundan clubes femeniles de accin poltica en apoyo a la Revolucin,
406
La nota ms radical en sus escritos es su anticlericalismo, caracterstica comn entre esas primeras feministas, ya que la Iglesia catlica se identific con el rgimen porfirista. En todos los textos de
Salom Carranza son constantes sus alusiones al fanatismo y a la
supersticin alimentadas por la Iglesia romana, contra la cual diriga sus diatribas y era el tema capital que guiaba sus propsitos.
Algunas autoras piensan que ellas tuvieron una decisiva influencia
en el feminismo de Carranza.
Sabemos que tanto l como sus seguidores, se instalan en Veracruz desde finales de 1914 hasta junio de 1916, y que ah radicaliza
sus propuestas sociales. Un buen nmero de profesoras se sube al
tren del constitucionalismo y se traslada a Veracruz sumndose a
las misiones de propaganda que orquesta el carrancismo para buscar adhesiones internacionales. Fue en Veracruz, donde Carranza
promulg el decreto para legalizar el divorcio, que en 1917 se incorporara a la Ley de Relaciones Familiares, que por fin reformaba radicalmente el Cdigo Civil de 1884, ya que hasta entonces, no
exista la disolucin del vnculo conyugal. Esta ley reconoca, por
fin, la igualdad de derechos y la autoridad de ambos cnyuges en el
hogar, aunque se mantuvo la desigualdad entre los hijos legtimos e
ilegtimos. Reconoca el derecho de las casadas a administrar y disponer de sus bienes, a ser tutoras de sus hijos, a extender contratos y
a participar en demandas legales, a comparecer y a defenderse en un
juicio y a establecer un domicilio diferente al del marido en caso de
separacin. Aunque las mujeres an no podan trabajar sin la autorizacin expresa del marido, y las solteras tampoco podan abandonar la casa paterna hasta los 30 aos. Se estableci la edad mnima
para el matrimonio en 14 aos para las mujeres, y 16 para los hombres, ambos obtenan la mayora de edad a los 21.
Si bien se dieron importantes pasos hacia la igualdad entre los gneros, y la Constitucin del 17 fue muy avanzada, el proceso revolucionario ha pasado a la historia como un proceso viril y eminentemente machista que elimin del relato, las avanzadas propuestas de
410
las mujeres que participaron en ella. A pesar de que Hermila reclam el voto para las mujeres, el Constituyente se los neg afirmando
que las mujeres se desarrollaban dentro del hogar y que no queran
intervenir en asuntos polticos.
Sin embargo, la creciente presencia femenina en la escena pblica
fue subversiva y amenazadora porque era irreversible, form parte
de la emergencia de la sociedad de masas. Tal vez por ello, muchos
volvieron los ojos atrs y el arquetipo tradicional de mujer permear
la obra de artistas e intelectuales posrevolucionaros que las pintan
en las novelas, en los murales, en las canciones, con los mismos aejos colores. Incapaces de encajar a la mujer moderna en ese viejo
repertorio de gnero, la prensa denunciaba a las pelonas que se
atrevan a cortarse el pelo y a cambiar el cors por vestidos sueltos.
Lo que seguramente se tuvo en cuenta cuando por primera vez en
Mxico se celebra el Da de las Madres, el 10 de mayo de 1922, con
el propsito inicial de hacer un contrapeso al conjunto de ideas modernas y feministas revolucionarias, como la informacin contraceptiva divulgada a travs del folleto La brjula del Hogar de Margaret Sanger, entre los matrimonios obreros, en algunos centros de
salud de Yucatn, seguramente esas ideas tambin se difundieron en
Veracruz entre grupos radicales.
Cuando las utopas estuvieron cerca de volverse realidad
En sus dos gestiones como gobernador de Veracruz, Adalberto Tejeda supo auspiciar el fermento que exista en los escaos ms bajos
de la sociedad. Pretendiendo instaurar una sociedad ms libre y ms
justa, dio libertad para que radicales propuestas sociales extendieran
su influencia a los movimientos sociales tanto urbanos como campesinos que surgieron a lo largo de su mandato. Muy poco sabemos de
tantas veracruzanas que a lo largo del estado se comprometieron
de lleno, en esas primeras dcadas del siglo xx, con esas causas so411
414
La Fbrica textil de San Bruno en Xalapa represent uno de los centros donde la mujer
poda desempear actividades, y que ms tarde les permitira ser miembros del Club
Rosa Luxemburgo; Victoria Gonzlez sentada; de izquierda a derecha Mara Luisa
Gonzlez Jardn y Esther Arcana.
415
Otro sector que concentr mano de obra femenina en la regin central del estado, fue el de la agroindustria exportadora de caf, ya que
la etapa final del proceso de seleccin del grano, el trabajo de limpia
o desmanche, fue realizada siempre a mano por mujeres y nios. A
diferencia de Orizaba, en donde el sindicato Emancipacin Escogedoras de Caf, dependi del liderazgo de los obreros textiles, y lejana
tambin de los anarquistas de Veracruz, la regin de Crdoba reuni
las condiciones ideales para que brotara ah un cacicazgo femenino
y que ste tomara fuerza y relativa autonoma. Los caciques haban
dominado los sindicatos de trabajadores y trabajadoras domsticas,
de tortilleras, de tabacaleras y tabacaleros, costureras y a los vendedores ambulantes, siempre marginando y excluyendo a las mujeres de
los puestos de liderazgo. El sindicato femenino de trabajadoras domsticas de Veracruz, por ejemplo, fue dirigido por un cacique desde
su fundacin en 1934 hasta 1951, apoyndose en dos mujeres como
lugartenientes. Un artculo, aparecido el 5 de marzo de 1925 en El
Dictmen, denunciaba que las molineras del puerto se haban separado de los molineros y, cambiaron su denominacin por Sindicato
de Molineras de Nixtamal, para conservarse libres de la accin de los
hombres, porque nunca tuvieron ventajas con ellos.
Heather Fowler-Salamini nos recuerda la figura carismtica de las
lderes, dirigentes orgnicas, que controlaron el Sindicato de Desmanchadoras de Crdoba, Veracruz, desde la dcada de los treintahasta los
aos setenta del siglo xx. Luz Vera, Luz Romero, Sofa Castro, pero
sobre todo, Eufrosina, La Negra Moya, respetadas y queridas por sus
agremiadas para quienes ganaron muy pronto un ventajoso contrato
colectivo de trabajo, e inauguraron estilos femeninos de dirigir y de
pelear por sus derechos. En Coatepec, tambin una mujer, Amparo Ortz, lleg a dominar el Sindicato de Desmanchadoras, pero al revs de
La Negra, quien fue honrada y comprometida, Ortz las control por
medio de la corrupcin y amenaza. Mientras que en Xalapa, su lder
varn, cabecilla asimismo de la ctm, obligaba a sus agremiadas a participar en manifestaciones polticas a favor de ciertos candidatos del pnr.
416
En general, cuando las opciones radicales posrevolucionarias socialismo, democracia partidista, sindicalismo independiente se fueron desvaneciendo, aquel discurso radical de las primeras feministas, tambin se somete a la disciplina del partido emergente que
las fue integrando en puestos clave, y que las hace emitir discursos
maternalistas para justificar su entrada a la esfera pblica. Los gobiernos sucesivos se preocuparon por mostrar a los conservadores
que las reformas sociales y la educacin laica no atentaba contra los
valores de la moral y la familia tradicional. Una vez ms se fomenta una poltica de exclusin de las obreras del mercado laboral y de
reforzamiento de la ideologa de la masculinidad que legitimaba esa
exclusin y el ya bien conocido culto al rol femenino en la esfera domstica. Si bien que con Crdenas el papel de la mujer pasar a ser
el de la compaera del hombre; aunque su rol dentro del hogar
seguir siendo reforzado y se le dificultar mucho su acceso a puestos de poder, miles de trabajadoras y madres solteras pudieron por
fin quitarse el estigma que pesaba sobre ellas por trabajar. Fue dentro del mbito de los partidos y de las organizaciones sindicales que
fueron institucionalizndose, donde las mujeres pudieron adquirir
prctica poltica, y, muchas de ellas, protagonismo. Una vez ms,
faltan estudios que muestren la manera en que el gnero influy y
marc ese ejercicio de poder.
No podemos concluir, lo que no hace ms que comenzar, puesto
que las veracruzanas siguen siendo minora en todos los puestos de
direccin. Este pequeo apartado tan slo quiso mostrar el arduo
camino recorrido para lograr la visibilidad de las mujeres en el relato de la Historia. Enfrentndose a prejuicios ancestrales, incursionando en los espacios prohibidos, las veracruzanas lucharon por
la educacin, por el trabajo, por un salario igual al de los hombres,
por la anticoncepcin, por el derecho a votar y ser electas, y todo
ello logr sin duda mejorar sustancialmente sus vidas. Hoy, muchas
son sujetos visibles, pueden incluso ser dueas de su propio destino;
sin embargo, el hecho de ser mujer sigue siendo condicin de sub418
419
Introduccin
El objetivo de este apartado es analizar las circunstancias que dieron
lugar a la configuracin del escenario poltico del Veracruz contemporneo. Para esto es preciso revisar tres momentos fundamentales
del siglo xx: la reconfiguracin de la poltica nacional a partir del fin
de la fase armada de la Revolucin mexicana; la formacin y consolidacin del actual sistema de partidos; y las reformas legislativas
orientadas a lograr una ordenada transicin a la democracia.
A raz de la Revolucin el poder poltico en Mxico se dispers en
beneficio de los actores locales y regionales. Sin embargo, tan pronto
como las facciones victoriosas se hicieron del control de las estructuras del gobierno nacional, dio inicio un proceso de centralizacin
poltica que permiti contrarrestar la autonoma que las regiones
haban adquirido durante la lucha armada, mediante la institucionalizacin de un partido de Estado y el fortalecimiento de la figura
del ejecutivo federal. Estos factores permitieron, durante dcadas, la
hegemona de un sistema poltico presidencialista cuya legitimidad
provena de la pluralidad de actores sociales representados en el seno
del partido oficial, el Partido Revolucionario Institucional (pri).
Precisamente, en torno al pri (antes pnr y despus prm) inici la
delineacin del moderno sistema de partidos, siendo su eje rector el
autoritarismo justificado en el discurso de la Revolucin mexicana.
423
La configuracin del escenario poltico de Veracruz fue parte de un proceso que tuvo su
inici con la Revolucin mexicana, y que permiti a las agrupaciones obreras adherirse a
la causa con la intencin de encontrar apoyo a sus demandas; en la imagen la agrupacin
obrera maderista en 1912 en Xalapa.
En estudios sectoriales industriales se han mostrado experiencias sobre el carcter de los movimientos sindicales o populares de
diferente factura, que se articularon en los procesos revolucionarios localizados y dispersos regionalmente, y con grandes problemas de comunicacin. El escenario de los movimientos laborales
se fortaleci con la bandera que enarbolaron campesinos sin tierra
o grupos sociales demandantes de servicios, pero tambin participaron comunidades que giraban en torno de acciones polticas
contra dominios despticos.
425
Los proyectos que se impusieron a las fuerzas constitucionalistas locales presentaron una ideologa que buscaba polticas de justicia social
y de beneficio a los trabajadores veracruzanos propugnando la extensin de los derechos laborales y agrarios y la educacin laica y gratuita.
Con la investigacin histrica se revelan diversas maneras de asumir
la poltica de justicia social, aun en las posiciones conservadoras, representadas por Venustiano Carranza. Es un hecho que los gobiernos
de la Revolucin apoyaron y dieron su respaldo a los trabajadores en
la industria petrolera, o en algunos casos a trabajadores textiles, o a
los obreros de los ingenios azucareros. Tambin surgieron organizaciones sociales de carcter socialista que encontraron el apoyo estatal
para fortalecer la organizacin campesina, un aporte de este estudio
muestra que a medida que se incrementa la intervencin del estado
en la promocin de la organizacin social de los trabajadores, stos
se van alejando de la idea revolucionaria inicial. En esa relacin con
la intervencin gubernamental, el movimiento social campesino y de
trabajadores sirvi tambin para fortalecer los distintos regmenes gubernamentales locales. As fue que surgieron contradicciones entre
esos movimientos sociales y aquellos que no se vincularon a las esferas
institucionales estatales, y que fueron derrotados en los primeros aos
de la dcada de los treinta (Hernndez Garca, 2010).
En esta investigacin se establece que grupos ligados al ejecutivo local
y tambin al congreso del estado se articularon formando dos facciones:
una cuya cabeza ms visible fue Cndido Aguilar, l y sus correligionarios tuvieron un origen comn, ya que participaron en la lucha armada
de la Revolucin; el otro bando, cuyo liderazgo correspondi al grupo
formado por Miguel Alemn y colaboradores, que proceda de la capital
del pas. Este ltimo grupo daba cabida a los altamiranistas, sus aliados
en pos de la gubernatura. El grupo de Cndido Aguilar logr imponerse al triunfar en la campaa poltica para gobernador del estado de 1940
a 1944 con la candidatura de Jorge Cerdn, a pesar de las posiciones tan
importantes que el grupo alemanista vena ocupando en la Secretara de
Gobernacin en el periodo de gobierno de vila Camacho.
426
Personaje importante fue Cndido Aguilar, gobernador del estado (1916-1920), cuya trayectoria poltica comienza durante la candidatura maderista siendo militante del Partido
Antirreeleccionista, desde el inicio de su gestin toma el control directo del ejecutivo
estatal sobre los asuntos ms indispensables; Cndido Aguilar en Los Tuxtlas, 1934.
La pugna entre estas dos facciones se escenific en distintos espacios del estado, en algunos hechos adquiri momentos lgidos al
interior de las organizaciones sociales veracruzanas y las administraciones municipales, se enfrentaron la ctm renovada contra ctm
vidalista, la Liga de Comunidades Agrarias del Estado de Veracruz
(lcaev) de Cerdn contra lcaev genuina. Tales diferendos concluyeron con la derrota de la faccin de Cerdn. Este proceso, an sin una
investigacin concluyente revela cmo los regmenes surgidos de la
Revolucin mexicana que haban logrado establecerse en el centro
del pas, impusieron polticas centralistas que permitieron unificarse
427
Por eso resulta muy interesante reconstruir esas formas de relacin entre los poderes centrales nacionales y los distintos poderes
regionales. Responder a lo anterior implica observar con ms detalle qu ocurre en la dinmica local de las estructuras de poder
cuando se presenta el proceso de institucionalizacin del Estado
nacional; su preocupacin mayor es cerrar espacios a quien intentaba salir del control. El poder revolucionario entra en un ejercicio
poltico donde muy pronto va a predominar la negociacin poltica por encima de las instituciones.
El proceso poltico que tuvo el pas y Veracruz no fue uniforme.
Aunque se fund en un partido que domin la escena durante todas esas dcadas, que el gobierno institucionaliz y logr una nueva
centralizacin con dinmicas, proyectos y resultados nuevos y distintos; atrs de la aparente armona que presentaba este sistema de
dominio del partido oficial, se encuentra una dinmica de enfrentamientos y negociaciones basadas en la fuerza. En ellas no slo participaban las lites, sino tambin las dirigencias y los grupos sociales,
cada uno tras solucin de sus propios intereses y obteniendo distintos resultados. Sin duda lo sealado con anterioridad dio larga vida
al sistema poltico posrevolucionario. Al concluir el gobierno cardenista, las instituciones de las burocracias sociales ya se haban impuesto a los personalismos regionales.
En un estudio sobre pocas ms recientes, Enrique de la Garza
Toledo fija su atencin en la relacin entre sindicatos y lites gubernamentales, cuya colaboracin posibilit un proceso de industrializacin acelerado despus de los aos cuarenta y hasta la dcada de
los sesenta, y que signific una merma en las condiciones laborales
y salariales. Tal afn de colaboracin de las organizaciones sindicales fue compensado tambin con el ingreso a un sistema de privilegios que brindaba la clase poltica veracruzana, de modo que no
slo se favoreci la industrializacin sino que tambin se desarroll
una estructura poltica que estableca un intercambio de beneficios a
los trabajadores, por apoyo a las polticas pblicas y al sistema elec430
toral. Los lderes se constituyeron entonces en dirigentes partidarios, recibiendo puestos de eleccin popular y de la administracin
gubernamental.
De las armas a las ideas: el moderno sistema de partidos
Los veracruzanos fuimos objeto de rigurosos registros de investigacin a travs de estudios histrico-sociales donde, de alguna manera,
se mencionaban aspectos del desarrollo de la vida poltica de la entidad. Sin embargo, el siglo xx, y sobre todo los dos ltimos tercios,
han sido por completo soslayados por interpretarse en particular
como riesgoso para los intereses locales caciquiles.
Sin duda uno de los sucesos polticos ms trascendentes de
la historia contempornea del pas, y del estado de Veracruz, fue la
fundacin del Partido Revolucionario Institucional (pri) partido poltico que surgi en 1929 bajo el nombre de Partido Nacional Revolucionario (pnr). Aos ms tarde cambiara de nombre a Partido de
la Revolucin Mexicana (prm) debido a una reinterpretacin posterior sobre su papel y proyecto poltico como instrumento del nuevo
gobierno y que arroja una redefinicin ideolgica encuadrada en
la perspectiva cardenista de la Revolucin mexicana. Corresponder
a Miguel Alemn sentar las bases del pri, en 1952, para adecuar al
partido a la realidad social.
La trascendencia del pri, desde su fundacin en 1929 y hasta entrado el siglo xxi, radica en el poder ejercido tanto en el gobierno
federal como en cada uno de los municipios dentro de la amplia y
contradictoria gama histrica de la realidad nacional. Agrup, en
tan dilatado espacio temporal, a los ms diversos actores polticos de
todas las regiones y clases sociales, as como de dismiles identidades
culturales. Sus miembros no obedecieron a los postulados de pertenencia clasista; cupieron de manera aparentemente incompatible,
patrones y representantes sindicales, tambin casi todos los obreros y
431
campesinos del pas. Con el tiempo fue tan ancho su espectro ideolgico que alberg de igual forma a las clases medias de todas las provincias y regiones o entidades federativas de la geografa nacional.
Despus de la lucha armada de 1910 el poder poltico se esparci en beneficio de los actores locales y regionales. Tiempo despus inicia el proceso de centralizacin poltica. Las
manifestaciones mostraban ahora el descontento de la poblacin: protesta del pueblo de
San Juan Evangelista, en la regin de Acayucan, exigiendo justicia y la destitucin del
diputado Arcadio C. Patraca el 23 de enero de 1930.
Debe suponerse, tambin, que una organizacin poltica con caractersticas tan incluyentes, gest innumerables contradicciones, tanto
entre los distintos sectores que lo integraron como entre sus propios
agentes polticos; pero no slo se vivieron paradojas internas sino que
existieron oposiciones subordinadas propias de un sistema autoritario y aun realidades de carcter externo, como lo establece Loaeza al
enmarcar el podero del pri en el contexto de la Guerra Fra.
432
registro nacional de partidos polticos el pan conserva el ms antiguo, ya que desde su fundacin desarroll una larga historia de oposicin a los gobiernos pristas durante 60 aos de historia poltica nacional. A la par, las distintas organizaciones polticas de la izquierda
de Mxico representaron fuerzas paralelas que contribuyeron al
rompimiento de la monoltica estructura poltica del autoritarismo
posterior a la Revolucin mexicana.
La izquierda mexicana es a la fecha la tercera fuerza poltica nacional, su experiencia organizativa ha representado mltiples esfuerzos que en distintos momentos lograron instituirse en partidos
polticos, hasta concretar el Partido de la Revolucin Democrtica
(prd) despus de las elecciones presidenciales de 1988. Es el partido
de ms reciente creacin en el pas, fundado en 1989 y se ha convertido en otra opcin para los ciudadanos frente a la diversidad de
organizaciones polticas de la izquierda. Es protagonista entonces
de la otra va de la alternancia, tanto para la representacin poltica,
como en los gobiernos estatales y municipales, sobre todo de la regin centro sur del pas.
Los movimientos sociales en Mxico no nacieron en 1968, pero
este ao fue el punto del desbordamiento de una sociedad unidireccional como lo fue el de la Revolucin mexicana en el rgimen de
partido dominante. El agotamiento econmico y poltico, que no
ideolgico de la Revolucin mexicana es hoy, y desde hace varias
dcadas un evento lejano, muy importante pero de hace un siglo; en
el que muchos sectores sociales, los ms amplios de la sociedad, no
tuvieron cabida o la que llegaron a tener se arruin, como fue el caso
del movimiento por la tenencia de la tierra. Ese es el escenario de
un modelo agotado que reclama y permite el surgimiento de ofertas
polticas ms all de ese seno ideolgico.
El prd no es un partido gestado desde una sola visin poltica de
izquierda. Es un partido que se origin desde varias miradas polticas de izquierda. Agrupa a numerosos movimientos y organismos
polticos surgidos en su mayora durante la segunda mitad del siglo
435
xx. El prd y antes otros partidos, confluyen en 1989 luego de la experiencia cardenista, enfilando no a la confrontacin violenta sino
como una va poltica dentro del Estado y por la democracia. Los
diversos moldes de cada origen polticos crearon una composicin y
poltica de diferente extraccin; es decir, no generan y proponen los
mismos planteamientos quienes provienen del marxismo leninismo,
que los de procedencia maosta, los de origen prista, aquellos sin filiacin precisa, o quienes tienen un origen guerrillero, u origen intelectual, etctera. Pero los esfuerzos de conformar una organizacin
partidaria orgnica han sido muy reconocidos. Lo que no deja de ser
cierto es que la discusin sobre si han logrado constituir un partido
poltico, no est resuelta. De lo que no hay duda alguna, es que esta
organizacin poltica, o de los organismos que le precedieron, han
protagonizado las dos movilizaciones de mayor envergadura en la
historia contempornea de Mxico: la de 1988, y la del ao 2006.
Los partidos polticos a que nos hemos referido, son las tres principales fuerzas polticas nacionales y de igual forma representan a
esas mismas corrientes en el estado de Veracruz, en donde, de alguna manera, ha destacado tambin el partido Convergencia que
surge de una escisin del pri con un grupo de alguna importancia,
encabezado por el exgobernador interino Dante Delgado R. Esta
fuerza poltica que se ha desarrollado en los estados de Veracruz y
Oaxaca, a nivel nacional no tiene una fuerza del mismo rango que
los antes mencionados.
Transicin y pluralidad poltica en Veracruz
Sobre la vida poltica, una vez que se iniciaron las reformas correspondientes a nivel federal, en el estado de Veracruz se coordinaron
trabajos de reformas locales enmarcados en un amplio proceso de liberalizacin poltica, en donde se establecieron los procesos locales,
guardando distancia con lo que ocurri en el mbito federal. Invita436
2001
45
113
20
2004
88
71
43
2007
31
155
15
Diferencia
2004-2007
Pierde 57
Gana 84
Pierde 28
437
445
Bibliografa comentada
Esta bibliografa es una invitacin a profundizar en alguna o algunas de las partes que contienen los captulos: El primer tercio de
un corto siglo xx; Las luchas sociales en el estado de Veracruz;
La irrupcin de las mujeres en la escena pblica veracruzana (19001953); y por ltimo, pero no menos importante la Historia poltica
del Veracruz contemporneo. Razn por la cual es imprescindible este breve recuento de las principales obras consultadas para su
elaboracin.
Para hablar de los primeros 30 aos del siglo xx se recurri a diversos trabajos que brindan un panorama general del Porfiriato al
Mxico moderno en el marco de la historia de nuestro estado. Destacan los trabajos de John R. Southworth, Veracruz Ilustrado (2005).
Esta obra presenta una imagen con base en la impresin que
nuestro pas caus al editorialista estadounidense, autor de este
libro. Una de las publicaciones importantes es la de Manuel B.
Trens, Historia de Veracruz, t. vii, De la Restauracin de la Repblica
a las fiestas del centenario 1867-1910 (1950), en la que por medio de
una vasta informacin nos narra y describe cmo se percibieron los
procesos histricos ms relevantes en Veracruz. Una obra clsica de
corte neopositivista cuyo valor radica en la amplia cantidad de datos
estadsticos respecto al comercio y sus repercusiones en el estado es la
de Daniel Coso Villegas, El Porfiriato: vida social y econmica (1959).
447
tructura social que al paso del tiempo, fue tejiendo sus redes de poder
que dieron pie al descontento en los diversos sectores de la poblacin,
en especial en los marginados de la modernizacin porfiriana.
Para el tema de Las luchas sociales a lo largo del estado de Veracruz
recurrimos a los siguientes textos: Alfredo Delgado Caldern, Acayucan. Cuna de la Revolucin. 100 Aniversario 1906-2006, t. i, La Historia,
Acayucan (2006); Bernardo Garca Daz, Un pueblo fabril del Porfiriato: Santa Rosa, Veracruz (1997); Jos Gonzlez Sierra, Monopolio
del humo (1987); Octavio Garca Mundo, El Movimiento Inquilinario
de Veracruz 1922 (1976); Romana Falcn, El agrarismo en Veracruz: la
etapa radical, 1928-1935 (1977). Los textos que acabamos de nombrar
son extraordinarias investigaciones donde se plasman la historia de la
clase trabajadora, el funcionamiento de las compaas industriales y la
compleja y conflictiva relacin entre la clase trabajadora y empresas.
Los textos referentes a la situacin poltica y los movimientos sociales que han sido importantes para la historiografa veracruzana
son los de Olivia Prez Domnguez, Poltica y movimientos sociales
en el Tejedismo (1986); Ricardo Corzo Ramrez, et al., Nunca un desleal: Cndido Aguilar, 1889-1960 (2007); importante ha sido la aportacin que David Skerritt hace en Una historia agraria del centro de
Veracruz: 1850-1940 (2003); asimismo resulta interesante consultar
su tesis de doctorado Peasant organisation in the State of Veracruz:
1920 to the present (1996). Otro texto de inters es la tesis de licenciatura en Antropologa social de Manuel Uribe Cruz, El movimiento
obrero-petrolero en Minatitln, Veracruz. 1908-1924 (1980); despus surgieron otros trabajos que al igual que stos tienen por objetivo dar a conocer las caractersticas de los sistemas de produccin y
la clase obrera, encontramos entonces, algunos como: el artculo que
en 1999, Martn Aguilar Snchez redacta para la revista Sotavento
La organizacin petrolera y la formacin de la cultura sindical en
Minatitln 1920-1945.
Tambin fueron revisadas las apreciaciones de Juana Martnez
Alarcn en su libro San Cristbal: un ingenio y sus trabajadores, 1896449
1934 (1986), una investigacin que manifiesta las condiciones de trabajo y relaciones obrero-patronales que se daban en el trabajo del
campo. Un trabajo reciente que estudia los Movimientos sociales y
democracia en Mxico 1982-1998: una perspectiva regional, tambin de
la autora de Martn Aguilar Snchez (2009), que mediante el estudio de tres movimientos sociales se ocupa de las complicadas relaciones entre el sistema poltico y los movimientos sociales.
Es necesario tener en cuenta que hay periodos en los que falta
cubrir el vaco historiogrfico de nuestro estado; tal es el caso de los
aos 1930-1980. Algunos trabajos han tratado de ligar procesos histricos pretendiendo llenar los huecos no estudiados, un trabajo que
resulta sugerente es el libro Historia grfica de la industria petrolera
y sus trabajadores (1900-1938) (1988) en donde escriben Mirna Bentez Jurez, Las primeras luchas de los trabajadores petroleros y la
formacin de sindicatos; y Leopoldo Alafita Mndez junto con Alberto Olvera Rivera, Industria, Estado y Trabajadores en los aos
treinta. Otro texto utilizado fue el de Manuel Reyna Muoz Modernizacin y sindicalismo en Veracruz, Taller de Anlisis de Coyuntura de Veracruz (tacover) (1991). Otra tesis interesante es la tesis
de licenciatura en sociologa que en 1994 presenta Mariano Daz
Vzquez, Modernizacin en la compaa exploradora del Istmo
S.A., 1989-1993 (1994), que nos muestra los cambios en la mencionada compaa de acuerdo al contexto de la poca.
Para entender cmo la historia ha logrado invisibilizar a las mujeres en su relato, es imprescindible comenzar con el artculo, escrito hace ya ms de 20 aos, por la estadounidense Joan W. Scott,
intitulado: El gnero una categora til para el anlisis histrico.
El Fondo de Cultura Econmica y la Universidad Autnoma de la
Ciudad de Mxico, publicaron en 2009 una seleccin de los mejores
y ms conocidos artculos de esta reconocida pionera en los estudios
de gnero, Gnero e Historia.
La historia de las mujeres en Veracruz comienza apenas a escribirse, las historiadoras Rosa Ma. Spinoso y Fernanda Nez han
450
compilado las ms recientes investigaciones realizadas en ese campo por cientficas sociales, en dos volmenes intitulados: Mujeres en
Veracruz: fragmentos de una historia (2008, el volumen dos est en
prensa).
Para entender mejor el nacimiento de ese movimiento en pro de
la igualdad entre los sexos, hay que leer a Marta Lamas, Miradas feministas sobre las mexicanas del siglo xx (2007), as como el clsico de
Enriqueta Tun: Por fin ya podemos elegir y ser electas! El sufragio
femenino en Mxico, 1935-1953 (2002).
La Revolucin mexicana implic una profunda ruptura de lo social
que permiti que las mujeres pudieran emerger como sujetos. Primero, logrando que el estigma que pesaba sobre las que tenan que salir
de sus casas a trabajar, fuera disminuyendo, para que despus, pudieran muchas mujeres luchar por la ciudadana plena. Las historiadoras
Ana Lau y Carmen Ramos muestran el papel activo que las mujeres
jugaron desde antes de ese estallido social, en Mujeres y Revolucin,
1900-1917 (1993).
Los movimientos sociales que brotan por todo el estado de Veracruz a partir de la dcada de los veinte, permiten que las mujeres accedan a la burocracia, as como a puestos de liderazgo en las organizaciones sindicales. Las mujeres de los patios de vecindad del puerto
de Veracruz, organizadas en un original sindicato, son analizadas por
Behrens Benedikt, en su artculo El movimiento inquilinario de Veracruz, Mxico, 1922-1927: una rebelin de mujeres, Journal of Iberian and Latin American Studies (2000). Heather Fowler-Salamini estudia a las desmanchadoras de caf orizabeas y a las lderes que
durante dcadas regentearn su sindicato, en el libro que coordin con Mary Kay Vaughan, Mujeres del campo mexicano, 1850-1990
(2003). Mary Goldsmith, trabaja el mismo proceso en su artculo:
Poltica, trabajo y gnero: la sindicalizacin de las y los trabajadores
domsticos y el Estado mexicano, en el libro que coordinaron Mara
Teresa Fernndez, Carmen Ramos y Susie Porter, Orden social e identidad de gnero Mxico, siglos xix y xx (2006).
451
452
Centro
1890
97
1907
270
+178%
Sur
1890
1907
48
111
+131%
Cantn
Haciendas en 1890 Haciendas en 1907
Ozuluama
25
24
Tantoyuca
31
37
Chicontepec
27
28
Tuxpan
19
24
Papantla
4
36
Veracruz
22
119
Crdoba
18
23
Jalacingo
14
18
Misantla
9
37
Xalapa
11
26
Coatepec
6
10
Orizaba
9
13
Huatusco
2
5
Zongolica
6
19
Cosamaloapan
18
48
Minatitln
4
27
Acayucan
16
17
Los Tuxtlas
10
19
A pesar de las dificultades inherentes al manejo de datos al respecto, la tabla anterior seala algunos aspectos interesantes para el
periodo de 1890 a 1907, de los aos de la culminacin de la desamortizacin de las tierras. En el norte, las cantidades anotadas no varan
tanto como sera en otros casos.
En el centro del estado, sin embargo, se reportaba un escenario
diferente, como se puede apreciar en la tabla. A lo largo del siglo
459
Vista de la hacienda La Ordua hacia 1908. Antigua hacienda que lleg a poseer grandes
extensiones de tierra dedicada a la produccin azucarera y posteriormente al cultivo de
caf, ubicada en Coatepec, Veracruz.
Nm. de
resoluciones
Total ha
dotadas
Total ha
entregadas
Total
beneficiarios
Cndido Aguilar
1914-1920
69
89819
2000
10695
Adalberto Tejeda
1920-1924
131
123239
111201
19334
Heriberto Jara
1924-1928
141
62771
69919
12348
Adalberto Tejeda
1928-1932
493
334493
240251
45989
328
211342
256721
20310
Miguel Alemn
1936-1940
385
247156
94862
19969
Total
1 547
1068820
Fuente: Seminario de Historia Contempornea, 1961.
774954
128645
Para la dcada de los aos cuarenta, el ritmo de solicitudes y resoluciones disminuy. Hubo dos razones: por un lado, podramos
decir que la demanda inicial de tierras en las zonas organizadas haba sido satisfecha, y as pues, haba ya una considerable proporcin
463
Resolucin
positiva
42
55
49
55
81
282
Resolucin
negativa
9
25
13
22
25
94
Resolucin
no ejercida
12
22
13
15
16
78
Sin resolucin
3
2
2
8
18
33
Total
66
104
77
100
140
487
De estos datos se desprende que hasta 1960, casi dos tercios de las
solicitudes se toparon con obstculos: una respuesta negativa absoluta, la no ejecucin de una resolucin favorable, o el simple trmite
empantanado en el tortuguismo del aparato burocrtico, mediado
464
El cultivo de caf y caa de azcar son los que ms han prevalecido en el estado; actividad que requera mano de obra barata y abundante abastecida por un gran nmero de
campesinos de diversas regiones. La regin de Coatepec se ha distinguido por el cultivo
de caf empleando a grupos de campesinos como vemos aqu.
nales de la administracin de Miguel Alemn Valds, para los setenta (aos del Instituto Mexicano del Caf, inmecafe) este cultivo se haba extendido sobre gran parte de tierras veracruzanas. Es
menester mencionar dos cosas al respecto y que ataen a nuestro
tema. En primer lugar, la acelerada expansin de la cafeticultura impactaba en los sectores de medianos y pequeos productores,
en gran parte en tierras bajo el rgimen ejidal, pero tambin por
medio de asociaciones socioeconmicas mixtas promovidas por el
Estado. En segundo lugar, esta expansin a menudo se efectu en
tierras no con las cualidades ms aptas para el cultivo del caf, en
especial por no cumplir con los requerimientos de cultivo de altura necesaria para un producto de calidad. Cuando se acab el boom
de esta dcada, el nicho que haba sido abierto entr en crisis por
sus bajos rendimientos as como por los precios sustancialmente
ms bajos.
Algunos ejidos encontraban salida en la conversin de cafetales
en caales, pero esa agroindustria tambin viva una situacin financiera muy difcil, en especial por la iniciacin de la apertura del comercio internacional y por el incremento en el uso de edulcorantes
sintticos y de fructuosa obtenida del maz (en particular, maz producido en Estados Unidos).
Desde los aos cuarenta varios proyectos para la introduccin
de frutales tuvieron impacto; por ejemplo, creci y se especializ
la siembra del mango, y la papaya tuvo mucha aceptacin en zonas cercanas a Puente Nacional. Con financiamientos externos, la
produccin de pia aument en la Cuenca del Papaloapan, en particular alrededor de Isla; pero los problemas de comercializacin
han hecho que esta rama de produccin agrcola haya sido difcil
para los pequeos y medianos agricultores, ejidatarios o no. Despus
de un brote de la mosca prieta hacia finales de la dcada de los cincuenta, los ctricos del centro del estado casi desaparecieron; de
all en adelante, aument su cultivo en las zonas de Tlapacoyan y
Martnez de la Torre, y luego por Gutirrez Zamora y Tihuatln.
468
Estos cambios de uso del suelo fueron operados en terrenos ejidales ya que si contaban con tierras adecuadas, haba tambin una
unidad de organizacin que permita el avance de proyectos productivos promovidos por el gobierno. De nuevo, la dcada de los
cuarenta fue clave para la creacin de la Compaa Exportadora e
Importadora Mexicana S.A. (ceimsa) que buscaba estimular los sistemas de abasto popular. En el centro de Veracruz, por ejemplo,
como parte de la revolucin verde, la compaa, junto con la Secretara de Recursos Hidrulicos, impuls la siembra de jitomate con
paquetes tecnolgicos nuevos: crdito, semillas, asistencia tcnica y
la comercializacin final hacia el centro de abastos en el Distrito Federal. Se esperaba que este cultivo ocupara parte del nuevo Distrito
de Riego de La Antigua. Sin embargo, muchos ejidatarios no entraron al esquema, o si lo hicieron fue de manera parcial, prefiriendo
mantener cierto margen de diversidad y seguridad ante las posibilidades de inundaciones sorpresivas o la prdida de las semillas mejoradas (o ms que nada, del trabajo ya hecho).
Al lado del ejido, la pequea propiedad tuvo algunas modificaciones. En muchos casos, el trmino ocultaba la continuidad de grandes
propiedades, sobre todo ganaderas, sin uso muy intensivo. No obstante, algunos proyectos de colonizacin agrcola y ganadera, bajo los
auspicios del gobierno federal, fructificaron en el sur de la entidad,
en la zona de Los Tuxtlas y luego en municipios como Jess Carranza y otras partes de Istmo veracruzano. A menudo estas unidades de
tenencia participaron de la ganaderizacin del estado, pero tambin
actuaron en algunos de los cambios del uso agrcola del suelo.
Un aspecto final que debe mencionarse respecto del ejido en la entidad
y se refiere al cruce de un elemento jurdico de su constitucin, por un
lado, y por otro, el proceso de crecimiento de su poblacin. En principio
el ejido se crea para beneficio de una cantidad especfica de vecinos del
asentamiento solicitante. En el caso de obtener una ampliacin de la
dotacin debido al aumento de la poblacin (entre los hijos y los avecindados), de nuevo, el nmero de beneficiados se fija en la resolucin.
469
Ejidal
Total
64 180
60 000
50 000
37 111
40 000
30 000
24 460
20 000
10 000
0
10 259
9 125
12 596
11 570
12 305
13 390
805
1930
1940
1950
1960
1970
471
evento en el caso del pas en general, hecho que resalta la importancia del sector rural y en especial de los ejidos que fue tratada en la
seccin anterior.
Cuadro 4. Poblacin urbana y rural en el estado de Veracruz, 1900-2005
Ao
1900
1910
1921
1930
1940
1950
1960
1970
1980
1990
1995
2000
2005
Poblacin total
981 030
1 132 859
1 159 935
1 377 293
1 619 338
2 040 231
2 727 899
3 815 422
5 387 680
6 228 239
6 732 653
6 877 295
7 055 023
Poblacin urbana
202 881
317 989
305 098
392 926
466 654
679 380
1 079 341
1 797 785
2 743 286
3 501 726
3 929 619
4 056 596
4 261 234
Poblacin rural
778 149
814 870
854 837
984 367
1 152 684
1 360 851
1 648 558
2 017 637
2 644 394
2 726 513
2 803 034
2 820 699
2 793 789
A continuacin se presenta un cuadro de la evolucin de la poblacin en una seleccin de ciudades de la entidad. Aunque se podra extender la lista de casos, son suficientes para dar una idea de la fluidez
de la poblacin en y entre las ciudades veracruzanas. De particular inters es la rapidez con que se cambia la situacin poblacional en los espacios de la industria petrolera: en particular, el ascenso de Poza Rica
fue espectacular a la vez que su descenso absoluto pronto se registr.
Pero, por igual, con la reestructuracin de Pemex, hubo un reflejo inmediato hacia la baja en la poblacin de Minatitln.
473
Ciudad
1900
Minatitln 1 216
Orizaba
32 393
Poza Rica
Tuxpan
5 426
Veracruz
29 164
Xalapa
20 388
Fuente: inegi, 2010.
1921
6 204
39 563
7 677
54 225
27 623
1930
11 766
42 904
11 468
67 801
36 812
1940
18 539
47 910
13 381
71 720
39 530
1950
1960
22 455
35 350
55 531
69 706
19 564
16 096
23 262
101 221 144 681
51 169 66 269
1970
68 397
92 517
120 462
33 901
214 072
122 377
1980
106 765
114 848
166 799
56 037
284 822
204 594
1990
142 060
114 216
151 739
69 224
303 152
279 451
2000
109 193
118 552
151 441
74 527
411 582
373 076
474
475
1900
8 054
4.81
1910
9 055
1.17
1921
9 291
0.23
1930
10 259
1.10
1940
12 596
2.05
1950
24 460
6.40
1960
37 111
4.11
1970
64 180
5.34
1980
93 796
3.75
1990
103 089
0.94
2000
118 815
1.42
Fuente: David Skerritt, 2008.
Aparte del pico registrado en 1900, que tiene que ver con el proceso del establecimiento del municipio en 1882, hay un periodo consistente con la inmigracin, con tasas de crecimiento anuales altas,
de las dcadas de 1940 hasta 1980, cuando se experimenta un descenso estrepitoso, y una normalizacin de la forma que asumen las
pirmides de edades.
Una sociedad de migrantes
Como se habr visto antes, a menudo se menciona la migracin como
elemento coadyuvante a algn proceso social y productivo. Desde el
siglo xix, los migrantes han sido actores fundamentales en el devenir demogrfico del estado. Para empezar, la poltica de colonizacin de varias administraciones de esa centuria atrajo migrantes
extranjeros: los casos ms notables fueron de italianos en los alrededores de Gutirrez Zamora y cerca de Huatusco y, de franceses
en los municipios de Nautla y Martnez de la Torre. La llegada
de migrantes extranjeros de por s, no constituye un elemento su476
477
Pero, ser el reparto agrario y la formacin de los ejidos los procesos fundamentales para comprender gran parte del devenir demogrfico del medio rural del siglo xx, ms all de los momentos
de elevadas tasas de fecundidad que se registraron a partir de 1940
y hasta la dcada de los ochenta. Ya se ha dicho que los ejidos propiciaron dos formas de inmigracin: por un lado, atrajeron campesinos para engrosar la solicitud de dotacin que cumpliera con los
requisitos mnimos de vecinos; y por otro, la expansin de las agroindustrias impulsaron la migracin temporal que con el tiempo y en muchos
casos, se convirti en la inmigracin permanente, quedndose los trabajadores en condicin de avecindados, viviendo en un pedazo de solar prestado por algn ejidatario y laborando como asalariados en las parcelas o en
alguna ocupacin ocasional como albailes.
Si bien muchos de los ejidos empezaron sus vidas vacos poca
gente con abundantes tierras, el proceso de inmigracin eventual
permanente llen ese espacio. Se daban casos de sobreoferta de
mano de obra para los recursos naturales disponibles, entre los hijos
adultos de los ejidatarios y los avecindados-jornaleros: en otras palabras, los ejidos se consolidaban aun cuando en muchos casos nunca
lograron traspasar la barrera de la pobreza. Se abrieron dos posibles
caminos para que luego reiniciara la migracin en el estado. Ya para
la dcada de 1940, algunos ejidos estaban solicitando una ampliacin de la dotacin de tierras recibida; cuando no se encontraban
espacios afectables en los entornos de la comunidad, se ofrecan terrenos en reas alejadas, sin infraestructura. Por ejemplo, a partir
de los trabajos de la Comisin del Papaloapan, durante los aos cincuenta, se ofrecan tierras; tambin la poltica de colonizacin lleg a
la zona de Los Tuxtlas; luego, para la dcada de los setenta, el Valle
del Uxpanapa se abri como el espacio de acomodo para los desplazados de las obras de las presas Miguel Alemn y Cerro de Oro en
Oaxaca y tambin para la formacin de Nuevos Centros de Poblacin
Ejidal (ncpe) para la poblacin excedente en los ejidos ya formados
o de agrupaciones de solicitantes que no avanzaban en sus preten478
2005
2010
2015
2020
2025
7 110 214 7 294 895 7 357 560 7 393 506 7 399 027
14 426
18 660
23 295
28 096
33 014
19 313
20 873
22 154
23 308
24 310
413 136
423 471
424 924
422 795
417 357
14 813
14 571
13 984
13 346
12 663
151 983
150 877
146 446
141 479
136 036
117 289
116 151
112 479
108 403
103 971
181 438
206 795
230 752
252 477
271 638
134 394
143 277
149 769
155 043
159 012
512 310
558 207
595 677
626 940
651 653
15 547
12 051
9 140
7 155
5 805
2030
7 362 776
37 946
25 107
408 416
11 928
130 022
99 119
287 611
161 419
668 788
4 886
tuvo un crecimiento muy lento, apenas cubriendo la tasa de reposicin, y hacia finales del periodo, se registr un descenso absoluto.
Pero, hay casos que se sitan en los extremos. Poza Rica, segn los
pronsticos, experimentar un renacimiento muy pronunciado en
los prximos aos. La tabla indica, en los municipios del norte del
estado, una tendencia hacia el crecimiento, aun en las zonas serranas y menos comunicadas, como Huayacocotla. En el otro extremo
se halla Orizaba, por ejemplo, que demuestra un descenso sensible
durante esos 25 aos de futurologa demogrfica. Minatitln reviste un proceso muy similar. Y como el absoluto, citamos el caso de
Yanga, municipio predilecto de migrantes a Estados Unidos, aun en
los tiempos de los braceros (1942-1964), cuya poblacin, de seguir la
tendencia, tendra que desaparecer. Para terminar el anlisis de
la tabla, es menester sealar el caso de Veracruz. A lo largo de la
historia ha sido el eje rector de la economa de la entidad (y en gran
parte del pas), y segn los pronsticos, seguir siendo un espacio de
crecimiento, incluso en detrimento de la ciudad capital, Xalapa, que
no ha logrado superar su condicin de centro administrativo y educativo, carente de un espacio dinmico en produccin y comercio.
Con esto, se sugiere una nueva reordenacin de la poblacin en
torno a distintos polos urbanos que constituirn los espacios de crecimiento demogrfico y econmico de la entidad. No se puede abordar el panorama completo de estas reordenaciones; no obstante, lo
que s se puede decir es que en el pasado ha habido una fuerte dinmica mvil de la poblacin en el estado y que es probable que estas
fuerzas de movilizacin continuarn como elementos sustanciales
para el devenir de la entidad.
De alguna manera, en esta seccin se han revisado los vaivenes de
la poblacin segn sus dimensiones y distribucin. Lo que se ha dibujado como un proceso dinmico a travs de la historia, aparentemente, seguir siendo un signo del estado de Veracruz. Elementos
viejos se reconfiguran; otros emergen. La distribucin y carcter de
las actividades econmicas han sido fundamentales para que hayan
482
483
Las aejas transacciones comerciales, junto a actividades agropecuarias, forestales y pesqueras de larga data, perfilaron el rgimen de
propiedad de la tierra, as como determinadas zonas de explotacin
agropecuarias y poblamiento urbano. Pero las novedosas actividades
industriales ligadas a la petroqumica y generacin de energa elctrica transformaron el campo veracruzano, hicieron surgir centros
urbanos donde no existan, demandando vas y formas de comunicacin modernas. stas se anudaron a las martimas que desde el siglo
xvi tenan en Veracruz el principal de los puertos, a los ferrocarriles y
despus a vehculos que fueron asfaltando caminos.
Estas incontrovertibles realidades que modelaron la vida durante
cien aos estuvieron influenciadas por acontecimientos nacionales,
regionales e internacionales. Algunas de ellas afectaran el desarrollo veracruzano, otorgndole rasgos singulares. Otros transformaron las maneras de hacer negocios y otros ms, mostraran resistencias sin modificarse a lo largo de varias generaciones.
Entre todos los acontecimientos destacados se encuentra sin lugar
a dudas la Revolucin mexicana de 1910, que condujo a la aprobacin de la Constitucin de 1917. Otros, como la invasin estadounidense al puerto de Veracruz de 1914 y la crisis econmica de 1929,
ejercieron su influencia. Sin embargo, los acontecimientos que marcaran el rumbo de la economa veracruzana durante los siguientes
aos, fueron la expropiacin petrolera, efectuada por el presidente
de la Repblica mexicana, el general Lzaro Crdenas del Ro en
1938, en el contexto de la segunda guerra mundial y la imposicin
del modelo neoliberal en el pas durante las tres ltimas dcadas del
siglo, continuando hasta el presente.
En este proceso transformador en el que se vieron envueltos los
veracruzanos durante el siglo xx, los grandes cambios crearon tensiones sociales a escala regional al poner en jaque las aspiraciones y
proyectos con los que se impuls la modernidad desde las esferas del
poder poltico y econmico. Para entender dichas transformaciones
usaremos como referentes la Revolucin mexicana y sus anteceden488
tes, la expropiacin petrolera y la implementacin del neoliberalismo marcas indelebles de nuestra experiencia. Todas ellas momentos
histricos importantes por sus efectos en la construccin de la vida
republicana y su contribucin a la transformacin del sistema energtico dominante, motor de la economa local, regional y nacional.
Concentraremos nuestra mirada en lo que ha perdurado de la economa veracruzana adaptndose a las modificaciones histricas antes sealadas, sus transformaciones y por qu no decirlo tambin, en
sus fallidos intentos de desarrollo.
Los lectores habrn de encontrar por eso una exposicin divida
tcitamente en dos grandes periodos que podrn subdividirse para
efectos de mayor claridad. As mismo encontrarn referencias a los
ciclos de acumulacin, concepto tcnico, que sirve para describir
cuando un proceso inicia y termina o se transforma, alusiones que
haremos al final cuando se avance en pos de una interpretacin global. Los sectores y ramas de la economa aparecern en la medida
que cubren parte de los escenarios veracruzanos. Por ejemplo, durante el periodo en el cual las actividades agropecuarias, pesqueras y
forestales fueron las dominantes, ellas ocuparn el primer plano, pero
en la medida en que estas cedan su sitio a otras como las agroindustriales, comerciales, textiles o la generacin de energa petroleras,
elctrica, etctera, stas ocuparn lugar preponderante en nuestra
exposicin.
Los primeros aos
En 1900 el estado de Veracruz era una entidad geogrfica con la forma que le conocemos. Un territorio integrado con sus propias leyes
y formas administrativas para direccionar recursos y promover actividades en casi todos los aspectos de la vida. Fruto de cuatro siglos
de vida colonial y decimonnica, centros urbanos pequeos en el
centro, vinculados por una red de intercambios seculares.
489
Una de las piezas clave de la actividad econmica fue el comercio, sobre todo ultramarino, que influenci lenta y acotadamente los
mercados regionales alrededor de las ciudades centrales de la entidad. Los comerciantes fueron desde antao promotores de polticas
pblicas y tuvieron ascendencia poltica varia. En el puerto de Veracruz, por ejemplo, controlaron el Ayuntamiento y la construccin
urbana. Cuando la acumulacin por la va comercial logr algn
grado de afianzamiento, el grupo comercial se movi hacia otras ramas productivas como el trnsito de diligencias y el ferrocarril.
Los ferrocarriles facilitaron los intercambios comerciales y humanos, ampliando los espacios econmicos en Veracruz. Ferrocarril cargado de caf en la estacin de la hacienda
Zimpizahua, en 1905.
490
90 000
80 000
70 000
60 000
50 000
40 000
30 000
20 000
10 000
Exportaciones (xs)
493
10
09
19
08
19
07
19
06
19
05
19
04
19
03
19
02
19
01
19
00
Importaciones (ms)
19
99
19
98
18
97
18
96
18
95
18
94
18
93
18
92
18
91
18
90
18
89
18
18
18
88
0
Aos
En un medio como ste las actividades agropecuarias veracruzanas contribuyeron a la despensa nacional con diversos productos,
entre los que sobresalen, desde luego, caa de azcar, caf, vainilla,
pltanos y diversas frutas endmicas.
La ganadera de vacunos fue dominante aunque al final del siglo, la introduccin de caprinos adaptables a las presiones de la tierra caliente, otorg matices al paisaje y otra fuente de ingresos a los
ganaderos. La obtencin de maderas preciosas de prosapia como el
cedro, la caoba, el palo de rosa, chijol, bano, las diferentes variedades de conferas, despoblaron extensas reas de bosques como resultado de la tala inmoderada, a la vez que enriquecieron a diversas
familias. La tala ampli la frontera agrcola y con ello la ganadera
extensiva aceleraba su marcha.
Las actividades agropecuarias como muchas otras de las realizadas en el estado son de difcil estimacin para todo el siglo. Los registros de la produccin, productos, volmenes de las transacciones
y sus destino, fue algo que cada uno de los productores resolvi a su
real saber y entender, y no fue sino hasta bien entrado el siglo que se
pudieron realizar estimaciones ms o menos fiables. Haba que crear
asociaciones de productores e instituciones dedicadas a la elaboracin
de registros estadsticos para disponer de informacin que reflejara su
comportamiento. Con la finalidad de proporcionar a los lectores alguna imagen de la importancia histrica de las actividades agrcolas,
insertamos en seguida un cuadro estadstico que es en realidad una
rareza autntica en el cual se consignan algunas las producciones.
En la informacin es posible apreciar el aumento general de los
rendimientos durante los primeros siete aos del siglo. Las razones
sin duda tienen que ver con el aumento de las superficies dedicadas al
cultivo, pues las tecnologas se basaban en la explotacin intensiva de
la fuerza de trabajo, puesto que la mecanizacin y uso de agroqumicos fueron introducidos y usados ms extensamente hacia el ltimo
cuarto del siglo. Antes de esto lo usual era rotar tierras, usar abonos
orgnicos de origen animal y aumentar el tamao de la explotacin.
494
495
Aos Azcar
Cacao
Caf
1877
1552
1470
1878
2
1091
1889
340
5
1985
1892
56
2
1134
1894
369
2
6252
1895
369
2
2938
1896
530
0.72
2764
1897
314
16
4416
1898
237
0.72
1648
1899
1108
1
8919
1900
1316
0.15
4050
1901
2134
3
5880
1903
3104
11
7825
1904
6469
20
10492
1905
3912
32
12492
1906
2778
39
9482
1907
3968
54
13162
Fuente: M. Nettel, 1976, pp. 241-246.
Frijol
504
146
246
390
518
325
748
575
3619
1202
1141
1334
1290
1960
2213
1523
1464
Maz
8079
1102
2246
3092
5908
4696
8455
4387
8922
7260
9717
6052
6942
14728
8613
5797
7553
Papa
5
1
21
2
184
2
30
12
16
45
67
19
27
97
100
94
124
Tabaco
884
96
639
1033
282
1061
1518
462
564
1048
1535
1740
2142
3245
4447
2229
4
Trigo
44
21
17
37
137
40
10
28
180
136
140
128
93
328
28
192
213
Vainilla
Total
346
11332
91
2548
399
7787
8
7646
164
15710
606
11934
480 16431.7
191
12298
1617 18701.7
614
22232
382 20248.2
1349
20540
328
23665
0
39243
4612
38354
3591
27631
3630
32079
497
Textiles y textileros
En una economa predominantemente agraria, los intentos de industrializacin en las ciudades del centro de la entidad fraguaron
sus empeos ms importantes alrededor de las ciudades de Orizaba y Crdoba. Las nuevas formas productivas en general importaron todo, desde la tecnologa, la organizacin empresarial y en algunos casos hasta la materia prima. Esto lo podemos observar en
la industria textil, pero tambin en los ferrocarriles, el telgrafo, la
construccin de infraestructura e incluso en la composicin del material empleado.
El valle de Orizaba fue un sitio como pocos. Hizo las veces de
enlace, punto de descanso de largas travesas ultramarinas, rea
de confluencia de mercaderes, todo ello anudaba intereses a la
par que creaba condiciones materiales y redes para la ampliacin
de los negocios, tanto institucionales como medios de transporte
apropiados.
El desarrollo de las actividades industriales en el valle orizabeo
obedeca a un conjunto de razones: clima benvolo, buena provisin
de agua, acceso a mano de obra con alguna experiencia en actividades textiles artesanas, al lado de su ubicacin entre el puerto de
Veracruz y la ciudad de Mxico, vnculo que el ferrocarril valoriz.
En los ltimos aos del siglo xix el panorama en el valle de Orizaba mostraba sus potencialidades despus que Cocolapan abriera sus
puertas. La importancia adquirida por estas fbricas textiles a nivel
nacional, coloc a Veracruz en el tercer lugar entre los productores
textiles del pas, despus de Puebla y Mxico, produciendo 20% de
la produccin nacional. En el siguiente concentrado se aprecian las
fechas en las que dichas empresas iniciaron sus actividades, mismas
que fueron sostenidas hasta bien entrado en siglo xx.
Un caso ilustrativo por diferente del desarrollo industrial y textil
veracruzano fue Santa Gertrudis. Una empresa que se estableci
en el valle de Orizaba en 1896 y empez su funcionamiento un ao
498
ms tarde. El capital invertido, de procedencia inglesa, se comprometi a establecer por lo menos dos fbricas ms para dedicarlas al
tejido de fibras duras principalmente yute. En realidad la empresa,
filial de otra inglesa, se organiz para producir embalajes costalera, y alfombras, con una inversin que super los 200 mil pesos,
ostentando el nombre de The Santa Gertrudis Yute Mil Company
Limited, cuyo apoderado fue Guillermo de Landa y Escandn.
Cuadro 3. Textiles veracruzanos al final del siglo xix
Produccin
Ao
Empresa
(miles de
pesos)
Producto
Personal
Hombres Mujeres Nios
832
Hilados y tejidos
de algodn
500
1882 Cerritos
600
Hilados y tejidos
de algodn
690
1892 Ro Blanco
1893 Sta. Gertrudis
2 000
615
1 300
1900 La Claudina
110
Hilados y tejidos
de algodn y lino
importado
Embalajes y
alfombras
Hilados y
tejidos de
algodn
blanqueado y
estampado
Hilados y tejidos
de algodn
34
77
30
Energa
utilizada
Hidrulica,
vapor y
elctrica
Hidrulica,
vapor y
elctrica
Hidrulica,
vapor y
elctrica
2 000
230
120
444
120
93
Elctrica
975
75
50
Hidrulica
110
Vapor
La materia prima que utilizaba era trada de Calcuta, va Liverpool, en buques ingleses que atracaban en Veracruz para de ah
continuar el viaje en ferrocarril hasta Orizaba, puesto que la fbrica
se localizaba al pie de la va El Mexicano. La empresa instal una
hidroelctrica, un tranva interno y todo el equipo necesario para
499
la produccin. La exencin de impuestos le permiti traer desde Inglaterra todo lo necesario para la construccin de sus edificios, incluso puertas, ventanas, techos y clavos. La mano de obra
la tomaba de la que migraba hacia el valle procedente de Tlaxcala,
Puebla y Oaxaca, dirigida por ingleses principalmente (agn, ramo
Industrias Nuevas, cajas 1-50, expedientes 4, 5, 7, 8, 9, 10, 11, 13 y 15,
finales del siglo xix, Archivo Municipal de Orizaba).
Enviaba su produccin a los centros de consumo nacional ms
importantes que estaban comunicados por vas frreas, aunque el
estudio econmico que prepar la compaa justificando su establecimiento, reportaba que la demanda nacional requera de por
lo menos ocho millones de sacos anuales, de los cuales slo lleg a
producir la cuarta parte. Sin embargo, conociendo la demanda potencial de su producto en Europa, se propona exportar parte de su
produccin, sabedores los administradores que el bajo precio de la
mano de obra mexicana permitira abatir costos e ingresar en ese
mercado con cierta holgura. La empresa continu funcionado hasta
la cuarta dcada del siglo xx sin cumplir a cabalidad sus iniciales
propsitos. Para compensar las mermas de la materia prima constantemente estuvo presionando para que se le redujeran los impuestos. sta, a diferencia de las otras textileras de algodn careca de
una red de contactos privilegiados en el pas. Este caso es interesante
debido a que en la dcada de 1870 su ejemplo lleg a formar parte
de la poltica de desarrollo industrial nacional.
Al inicio de las actividades de la industria textil de algodn la
materia prima se obtena en tierras veracruzanas, del rea de Tlalixcoyan. La posicin de Veracruz, como productor importante de
algodn, haba iniciado su descenso desde 1870. A finales del siglo
xix y principios del siglo xx las reas costeras cedieron lugar a la
produccin proveniente del norte del pas, que dispuso de reas ms
apropiadas para el cultivo, medios de transportacin y tecnificacin
eficaz de la produccin. A ello se le agreg la presin estadounidense para colocar sus excedentes y desde los tiempos de la guerra civil
500
La regin de Orizaba se convirti desde finales del siglo xix en la zona industrial textil
ms importante del estado, y en escenario de fervientes luchas obreras, fundada en 1882
contaba con tecnologa moderna y dividida en departamentos, como se escenifica en esta
fotografa de 1913, el departamento de hilados y caoneros de la Fbrica Cerritos.
La alianza regional agricultor, especulador, fabricante se deshizo, prefiriendo estos ltimos los beneficios que dejaba una fibra
ms delgada y limpia, ms apta para el procesamiento tecnolgico
empleado, en tanto que los comerciantes no repararon en importar
telas. La preferencia por los productos forneos volvi a tener sus
efectos regionales: la depresin de los precios del algodn local y la
501
504
Veracruz, con menos fbricas, husos, telares e inversiones, era capaz de obtener una produccin mayor si se le compara con dos de
las reas productoras ms importantes. Econmicamente hablando
era ms eficiente, incluso despus de haberse instaurado las organizaciones obreras y de haber padecido la fuerte represin porfirista
en Ro Blanco. La resistencia y huelga obrera de Ro Blanco, reprimida brutalmente por los gobernantes porfiristas es ahora un smbolo en muchos sentidos con la que se inici la inconformidad de los
trabajadores, frente a empresarios y gobierno aliado.
Las posiciones de los sujetos sociales revela la forma en que se solucionaron los conflictos entre en capital y el trabajo. Las demandas
de los trabajadores eran: disminucin de la jornada laboral de 12 a 8
horas, mejoras salariales y condiciones de trabajo ms humanas. Los
empresarios pedan regreso a las labores y aceptacin de sus condiciones en cuanto a respetar horarios de trabajo, salarios, das de
asueto, formas de pago y conducta sumisa de los trabajadores, para
ello contaba con el respaldo irrestricto del gobierno y fuerzas armadas. El gobierno reprima verbal, legal y fsicamente a los inconformes huelguistas. El saldo del desacuerdo: hombres, mujeres y nios
despedidos, suplantados y en su caso asesinados. Los informes oficiales declararon 200 trabajadores muertos, 25 soldados y 3 040 heridos. El Imparcial y El Diario, peridicos de la poca, coincidieron:
[...] La huelga de la industria textil tuvo su origen en el hecho
de que los capitalistas pagaban 2 millones y medio de pesos
anuales de contribuciones, cantidad que juzgaban excesiva.
Daz orden al general Rosalino Martnez, Secretario de Guerra, y al coronel Ruiz exbandido y su verdugo oficial que dispararan a los obreros cuando entraran a la fbrica [...] el nmero de muertos fluctu entre 650 y 700; en Veracruz arrojaron
los cadveres al mar (Gonzlez Navarro, 1957, pp. 510-533).
505
rial; para otros represent la expropiacin definitiva de las posesiones de los recursos naturales que garantizaban su sobrevivencia.
Los mecanismos iban desde la redistribucin territorial creando
legislaciones exprofeso, hasta el deslinde de territorios considerados
baldos; pero hubo quienes compartieron beneficios ms que costos,
al crear las condiciones polticas, legales justificativas que tornaban a
cada paso irreversible el establecimiento del capitalismo sin importar las consecuencias ni las formas en que el grueso de la poblacin
se agregaba o exclua: la historia de las formas capitalistas vividas en
la regin habra de mostrar su carcter dependiente y decididamente excluyente al paso del siglo.
Entre esos renglones destacan por su importancia, adems de los
textiles, el ferrocarrilero, la extraccin de petrleo, la produccin de
azcar, cerveza, caf, tabaco, la construccin de infraestructura, a las
que se sumaron ms tarde la siderurgia, la fabricacin de cemento,
electricidad y papel, como las formas ms influyentes que contribuyeron a implantar el capitalismo y ampliar las relaciones monetario
mercantiles, pero no a cimentar independencia y libertad, objetivo
muchas veces esgrimido por los polticos que vieron en la construccin del capitalismo la va segura para arribar a la tierra prometida
de la modernidad.
Petrleo y petroleros
La produccin petrolera suele dividirse para su estudio en las siguientes fases generales: localizacin y perforacin de mantos,
transportacin del crudo, refinacin, almacenamiento, distribucin y consumo, fases ligadas desde su origen a los intereses extranjeros en tecnologa y mercados. Por lo menos tres dcadas de
vida de la industria transcurrieron en poder del capital extranjero, lo que atrajo trabajadores y oficios de todo tipo, cre ciudades
en donde no las haba, especializ una fuerza de trabajo que dio
507
508
na de Tampico, sin afectar los intereses de la Casa Pearson, con la finalidad de conservar cierto equilibrio, lo cual le permiti establecer
el cobro de derecho de barra, impuesto que exiga diez centavos por
cada tonelada de petrleo exportado (Meyer, 1981).
En 1912 se obtuvieron 193 millones de barriles de crudo, ubicando
al pas en segundo lugar a nivel mundial. Esta elevada produccin
se debi principalmente al descubrimiento de la Faja de Oro localizada bajo la planicie costera del Golfo, Papantla, hasta Tampico,
Tamaulipas; pero tambin alentada por las expectativas que creaba
la industria automotriz en el mundo. Entre 1908 y 1928 hubo en Veracruz un verdadero alud de perforaciones y descubrimientos a baja
profundidad, contndose entonces 21 campos petroleros. Esta fue la
llamada poca de oro de la explotacin petrolera, que habra de superarse en la medida que la tecnologa de perforacin se perfeccionaba
y la barrera de los 500 metros de profundidad era franqueada.
Fueron famosos los pozos petroleros que rindieron una produccin asombrosa. Juan Casiano fue uno de ellos; otro Casiano nm.
7 perforado en 1910 produjo durante su vida ms de 71 millones
de barriles; Potrero del Llano nm. 4, con slo 587 metros de profundidad, de diciembre de 1910 a mayo de 1911 perdi cerca de dos
millones de barriles al salrsele de control a la compaa El guila,
no obstante lleg a producir 117 millones de barriles de petrleo.
Otro caso similar fue el del pozo los Naranjos que lleg a perder 40
mil barriles diarios durante 15 das hasta que se le control. La lista
es impresionante: Amatln produjo 50 mil barriles diarios, Zurita
nm. 3. 21 millones de barriles, Cerro Azul nm. 4 produjo 57.
La danza de los millones fue efmera. En un solo ao, entre 1921
y 1922, la produccin nacional descendi de 193 a 182 millones de
barriles y 10 aos ms tarde en 1932 la tendencia se anclaba en 32
millones. Ochenta y siete por ciento de la produccin se exportaba.
La voracidad irracional, la destreza tcnica que se haba creado in
situ no impeda descontroles, accidentes ni que los mantos fueran invadidos por agua salada. Los daos ecolgicos fueron en algunos ca513
promedios, durante esos 17 aos, cerca de los 15 mil barriles anuales. Dicho consumo en 1932 era realizado en su gran mayora por el
Distrito Federal (46.66%) y Veracruz solo utilizaba 2.96%, el resto se
distribua regionalmente en distintas reas del pas, destacando los
estados del norte y centro, con consumos cercanos a 5% (Secretara
de Economa Nacional, 1940).
Las ventas internas entre 1938 y 1940 se acercaron a los 200 millones de pesos, cuando la industria aportaba cerca de 5% al pnb (Prez,
1965). No obstante los datos fraccionados de esta rama mostraba su
importancia pues en 1938, a pesar del sabotaje de las compaas petroleras, se consideraba que las reservas petroleras eran de 1 276.41
millones de barriles. Las reas hasta 1937 amparaban 2 319 ttulos
de propiedad, lo cual representaban alrededor de siete millones de
hectreas de tierra.
La refinacin del petrleo que se efectuaba en Veracruz era primaria, dedicada principalmente a la separacin de asfalto, aceite y
gasolina. Esta evolucion en funcin de la extraccin y de la disponibilidad de tecnologas apropiadas igualmente importadas. En
1908 las refineras de Minatitln y Mata Redonda no procesaban
ms de cinco mil metros cbicos al da, pero 25 aos despus, la capacidad de refinacin en el Golfo superaba los cinco millones de
metros cbicos, claro est que la mayor parte se refinaba en Tamaulipas, o sea, del otro lado del ro Pnuco. Ya en 1937 se refinaban 6.4
millones m3, de los cuales 19.5% era petrleo crudo, 17.1% de gasolina, 48.35% de combustleo y el resto era keroseno. La situacin se
mantuvo as hasta la dcada de los aos cuarenta, cuando se crearon
los grandes complejos petroqumicos de Cosoleacaque y Pajaritos.
La refinacin de materia prima se realiz a partir de 1908 y sin espectaculares resultados para la economa nacional, pues durante los
aos que transcurrieron entre 1921 y 1934, las aportaciones al pnb
fueron de -0.3 y -0.4%. Aos difciles para la acumulacin de capital
mundial en los que estuvieron implicados procesos de gran envergadura como la primera Guerra Mundial, la crisis estadounidense
515
Respecto al financiamiento de la inversin nacional, son distinguibles dos periodos sustancialmente distintos, el pre y posrevolucionario, marcados por los aos 1900-1901 y 1925-1940, respectivamente.
Durante el primero, el crecimiento econmico se intensific, sustentado en la inversin extranjera directa. En el ao fiscal 1902 y 1903
dicha inversin fue de 49% y estuvo orientada a la construccin de
las lneas de ferrocarril y a la explotacin de recursos no renovables
como la minera y el petrleo. El resto de la inversin estuvo orientada sobre todo al comercio y la construccin, en un momento en
que la mayor parte de los recursos que ingresaban al pas provenan
de las exportaciones agropecuarias y de los prstamos externos. Dicha inversin se encontraba distribuida sectorialmente, al final del
Porfiriato, de la siguiente manera: el desarrollo bsico (agricultura
y manufacturas) absorba 26%, los transportes y el comercio 21% y
la administracin y defensa 32%. En ninguno de estos renglones al
petrleo se le ve como rama econmica de importancia.
El periodo posrevolucionario adquira matices muy distintos. Para
evitar la especulacin financiera y la dependencia de los crditos de
corto plazo, con altas tasas de inters, en 1925 se crearon instituciones
fundamentales para orientar la economa nacional, como el Banco de
Mxico (Banco Central) y la Comisin Nacional Bancaria. A estas
creaciones le siguieron la fundacin del Banco Nacional de Crdito
Agrcola en 1926 y Nacional Financiera en 1934, instrumentos para
financiar el desarrollo agropecuario e industrial. Dicha organizacin institucional adquira eficacia despus de la reforma monetaria
que condujo al abandono del patrn oro entre 1931 y 1932. Sin embargo, entre 1936 y 1937 la inversin de las compaas petroleras fue
de 1.3 millones de pesos, la Huasteca Petroleum Company invirti
190 milpesos, la Mexican Gulf 372 mil y la Sinclair 202 mil. En 1936
se haban perforado 2 687 pozos.
517
El puerto de Veracruz conocido desde siglos atrs como puerta de entrada y salida fue el
lugar ideal para el intercambio comercial, ya fuese por mar o por tierra, se convirti en
centro de distribucin y concentracin de diversos productos para la importacin y exportacin. Julio de 1938, primer barco con carga de miel de caa para exportacin.
Momentos de reacomodo
En 1930 el estado tena 3 808 establecimientos industriales, los que
representaban 7.8% de los existentes en el pas. Las inversiones efectuadas en dicho sector representaron 12.4% y el valor de la produccin 11.2% del total nacional, situndolo entre las reas industriales
ms importantes del pas.
En la dcada de los cuarenta la composicin de la produccin veracruzana estaba distribuida de la siguiente manera: 30.59% lo generaban las actividades primarias, 39.98% las secundarias y 29.34%
restante los servicios. Habra que destacar que tan slo la actividad
petrolera gener 22.74% del sector secundario, buena parte de esa
produccin era extraccin destinada a la exportacin como suceda con algunos productos agrcolas como el caf o la vainilla. Su
importancia relativa se refleja en la participacin nacional del producto interno bruto: las actividades primarias 13.44%, las secundarias 13.19% y las terciarias 9.92%. De las secundarias 90% lo aportaba el petrleo, 16.65% electricidad y slo 7.67% la industria de
transformacin.
Al margen de las advertencias relacionadas con la calidad de la informacin disponible, el padrn industrial de 1944 refleja un entorno manufacturero diversificado. En l encontramos un nmero importante de empresas dedicadas a la fabricacin de hilados y tejidos
(15), azcar (19), cerveza (3), alcohol (17), beneficios de caf (117),
hilados, tejidos y torcidos de ixtle, palma y lechuguilla (3), acabados
de telas (3), aguas gaseosas y refrescos (117), puros (19), beneficios de
vainilla (14), jabn (6), beneficio y molienda de arroz (3), curtiduras
(35), hielo (32), talleres mecnicos (65), vinos y licores (9), talabarteras (49), despepite de algodn (4), conservas alimenticias (5), velas y
veladoras (14), piloncillo, panela y panocha (78), productos qumicos
(3), aguardiente de caa (25), aceites vegetales (4), ladrillo, teja y tubos de arcilla (37), mosaico, granito artificial (7), ropa (31), molinos
tostadores de caf (10), chocolate (4), galletas y pastas alimenticias (3)
522
pib nacional
4 983 517.7
1 678 834.8
1 127 584.1
390 451.3
47 391.7
4 276.5
1 100.1
444.3
pib estatal
198 245.7
80 251.4
55 655.7
22 183.4
2 698.0
248.6
66.0
28.7
% del pibn
3.98
4.78
4.93
5.68
5.69
5.81
6.00
6.46
la entidad y otra con las potencialidades del Paleocanal de Chicontepec, en donde se pensaba podran perforarse ms de 16 mil pozos,
casi tantos o ms que los que se haban perforado en la historia del
petrleo en Mxico.
La regin ahora identificada como zona promisoria para ampliar
la frontera petrolera, ya conocida desde los aos setenta, se ubica
justo al noreste de lo que fue la Faja de Oro. Las reservas probadas
de crudo y gas fluctan dependiendo de la fuente evaluadora, as,
por ejemplo, de petrleo en 1977 se afirmaba que existan 10 900 millones de barriles, pero en 1992 la empresa Crs/Backer & Asociates
sostuvo que slo eran 2 500. En todo caso la realidad dir cules son
sus potencialidades.
La derrama econmica en el sur de Veracruz atrajo enormes
contingentes de trabajadores y familias enteras de todo el pas hacia tierras veracruzanas. Muchas de ellas tratando de aprovechar
las posibilidades que ofrecan negocios rpidos, se emplearon ofreciendo servicios a Pemex lo mismo que a la poblacin que los demandaba. Coatzacoalcos, Minatitln, Las Choapas, Agua Dulce y
lugares circunvecinos recibieron un empuje poblacional para el cual
no estaban preparados. Dos de los sectores que ms rpidamente se
beneficiaron fueron el de los comerciantes y el de los prestadores de
servicios, la especulacin urbana alcanz niveles inimaginables diez
aos antes, el rentismo fue uno de los mecanismos ms usado por los
propietarios de terrenos y casatenientes. En general la bsqueda de
concesiones y contratos de diversa ndole fueron un medio de enriquecimiento veloz al que ms apostaron sindicalistas, clase media y
el empresariado en general.
Minatitln refinaba hacia 1970, 31.3% de la produccin nacional
que junto con Poza Rica sumaban 34.4% Hacia el final de la dcada
ambos representaron ms de 40% de la produccin nacional. El personal que pemex contrataba en todas sus formas haba pasado de 1938
a 1988 de 17 600 personas a 171 000. Buena parte de stos se movieron
en el sur de la entidad y sureste de Mxico, lo cual permite imaginar el
526
527
Tabasco Veracruz
562.8
96.1
577.3
96.9
570.3
85.7
548.8
81.5
515.4
81.3
516.5
78.6
559.2
78.2
556.2
78.3
549.0
76.5
519.5
66.6
489.1
63.6
453.5
60.0
447.8
57.2
439.0
57.1
433.6
60.3
459.9
62.3
454.5
59.3
428.5
62.5
419.4
58.4
Chiapas Tamaulipas
69.6
13.3
69.3
14.2
66.1
14.9
59.9
15.4
55.1
16.0
54.3
15.9
57.5
16.1
56.7
16.6
55.9
16.2
52.6
15.9
47.1
15.0
44.9
15.0
41.7
13.4
36.4
11.4
31.5
11.0
29.7
10.9
30.5
10.1
30.8
9.3
33.5
8.6
Puebla
1.0
3.6
6.8
8.0
5.9
4.6
4.5
4.7
5.4
4.0
2.7
2.4
2.1
2.2
6.6
5.6
7.2
4.9
5.9
San Luis
0.1
0.1
0.1
0.1
0.1
0.3
0.7
0.8
0.8
0.7
0.8
0.8
0.6
0.5
0.5
0.4
0.4
0.3
0.2
Total
742.9
761.4
743.9
713.7
673.8
670.2
716.2
713.3
703.8
659.3
618.3
576.6
562.8
546.6
543.5
568.8
562.0
536.3
526.0
haca por medio de combustin interna. El monto total de inversiones recibidas por dichas empresas fue de 16.6 millones de pesos,
distribuidos 70% en maquinaria, herramientas y refacciones. En
terrenos, edificios, construcciones fijas 28%. En dichas plantas se
daba empleo a 281 trabajadores, cuyos salarios sumaron 484 mil
pesos, equivalentes a 13% del valor total de la energa distribuida,
en tanto que 98 empleados, burcratas y cuerpos directivos, recibieron 233 mil pesos.
En 1939 las plantas productoras de energa elctrica generaron
165 515 millares de kwh, de los cuales 49.5% se entreg a otras
plantas localizadas fuera de la entidad, sobre todo al sistema que
abasteca a Puebla, Tlaxcala y al Distrito Federal. La energa distribuida en 1940 tuvo un valor cercano a los cuatro millones de pesos.
En el estado se vendieron 79 399 millares de kwh, de los cuales 16%
fue consumido por alumbrado pblico y los servicios domsticos,
las actividades industriales absorbieron 15%, el comercio 23%,
14% se vendi a otras compaas para su reventa y el resto (28%)
lo emple la propia industria elctrica, servicios gratuitos, consumo de empresas de servicio pblico y prdida de transmisin. Esta
estructura se modificara de manera importante despus de la nacionalizacin de la industria que tuvo lugar en 1960, la creacin de parques industriales, el auge del comercio e introduccin
de nuevas tecnologas en la generacin, distribucin y consumo de
electricidad.
Como se puede apreciar, las actividades industriales destacaban
como consumidoras importantes a pesar de que el consumo de energa elctrica del estado era superado por diez entidades federativas,
sobre todo por las que posean explotaciones mineras. Sin embargo,
la produccin no era suficiente para abastecer la demanda local, algunas empresas ms importantes producan la energa elctrica que
necesitan sus procesos productivos. Entre ellas estn la Cervecera
Moctezuma, con dos plantas hidroelctricas de dos mil kilowatts
cada una; la Compaa Industrial veracruzana con una planta de
529
una empresa como aluminios de Veracruz en su momento o una poblacin de cuatro millones de habitantes. En el cuadro seis se aprecia
la continua expansin de la produccin de energa elctrica en el estado y su importancia nacional.
Cuadro 6. Generacin bruta de energa elctrica
en el estado de Veracruz 1985-2000
Periodo
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
Total
nacional
85 352.4
89 383.0
96 310.0
101 905.0
110 101.0
114 324.8
118 412.0
121 697.0
126 565.8
137 522.2
142 344.2
151 888.7
161 385.1
170 982.1
180 917.3
188 165.5
Veracruz
2 577.0
2 919.0
2 773.0
2 768.0
2 555.0
6 999.0
11 607.0
11 029.0
12 744.8
14 630.9
19 928.8
22 566.6
27 478.5
27 013.6
27 738.3
27 636.1
% estatal
3.02
3.26
2.88
2.72
2.32
6.12
9.80
9.06
10.07
10.64
14.0
14.86
17.03
15.80
15.33
14.69
La participacin de cfe en Veracruz supone avances en varios aspectos de la vida de los veracruzanos. Las derramas efectuadas a consecuencia de la construccin de sus obras y tendido de redes en casi
todas direcciones han sido las que han generado fuentes permanentes
o eventuales de empleo. Empresas como pemex influenciaron fuertemente los lugares en donde se asentaron, por ejemplo al iniciarse las
obras de construccin de Laguna Verde la poblacin de Jos Cardel
era la tpica de una zona que se mantena a expensas del comercio y la
derrama del ingenio El Modelo. Una vez concluidas las obras se haba
531
transformado en una pequea rea urbana que ofreca mltiples servicios en la regin. La transportacin de personal para dicha planta se
haca cada da desde Xalapa y el puerto de Veracruz, lo que evidencia
el impacto en un rea de por lo menos 100 km a la redonda.
La energa elctrica a finales del siglo llegaba a ms de 85% de la
poblacin, con lo cual se ampliaba la frontera del consumo popular de electrodomsticos. El nivel medio de consumo se haba elevado persistentemente, absorbiendo los ms altos niveles la gran
industria, seguida del comercio y servicios. El consumo familiar
ocupaba uno de los niveles ms bajos. En lo que a esto respecta la
ampliacin del mercado parece lgico, pero no necesariamente ha
mejorado la calidad de vida; al mismo tiempo los incrementos de
la produccin de energticos no han conducido a la sustitucin
del uso de biomasa, pues en casi todas las reas rurales y suburbanas de la entidad se sigue usando lea y carbn vegetal como
medios de combustin.
Conclusiones
Una valoracin general de las actividades econmicas de Veracruz a
lo largo del siglo xx como se ha podido apreciar ofrece ciertas complicaciones. No obstante, si pensramos en las formas en las que el
rendimiento econmico se evala en la actualidad tendramos que
poner atencin en el crecimiento del producto social generado en
primer lugar. En seguida, tendramos que ver si dicho crecimiento
iguala, por lo menos, el crecimiento de la poblacin; despus habra
que saber en qu rama o ramas de la produccin se localizan las actividades ms enrgicas y cmo funcionan, de dnde obtienen sus insumos, qu tecnologa usan, en dnde venden su produccin, cmo
obtienen su financiamiento y quin o quines se benefician con ellas.
Cules son sus relaciones con su entrono socioambiental y si stas
resultan desfavorables para una regin o pas.
532
Los escenarios de crisis y reacomodo fueron intensamente vividos en Veracruz, con adecuaciones, permanencias y mudanzas. El
agro veracruzano ha sufrido una severa contraccin, aunque contina aportando importantes cantidades de alimentos. El puerto
de Veracruz, aunque sigue siendo el ms importante del pas, est
muy mal comunicado, pues los medios de transporte son ineficientes desde donde se les evale: tiempos de recorridos, direccin de
las redes carreteras, puentes mal diseados, drenajes inapropiados,
etctera. Las actividades comerciales siguen siendo las que ms empleo ofrecen. La industria es cada vez ms dependiente del exterior
tecnolgicamente, pero ahora tambin como mercado de sus productos terminados. pemex importa buena parte de los combustibles
y sus refineras perdieron impulso hacia finales de los aos setenta,
cuando los proyectos de ampliacin y extraccin tuvieron un impase.
La Comisin Federal de Electricidad produce energa elctrica con
derivados del petrleo y el uso de energa nuclear revela la altsima dependencia, tanto de la tecnologa como en el de los desechos
radioactivos que produce. No existe hasta la fecha el desarrollo propio y apropiado de tecnologas alternativas, pues continan existiendo en un medio social en el cual el consumo de lea es una realidad
normalizada en muchas zonas.
Las valoraciones del rendimiento de diez dcadas de actividad
econmica y el esfuerzo de varias generaciones se expresan con claridad en los niveles de pobreza, en la concentracin de la riqueza
y en la miseria endmica que recorren buena parte del territorio veracruzano tanto como en los daos ambientales. Ni el proyecto porfirista, ni el posrevolucionario dejaron de abrir espacios al capital.
Despus de 1960 el capital preponderantemente invertido era de
procedencia estadounidense, la produccin exportable tuvo y mantiene el mismo destino. Veracruz contina clasificndose entre las
entidades ms pobres del pas, la ms contaminada de Amrica y
a pesar de sus logros en materia de educacin, salud y vivienda, su
dotacin climtica, su laboriosa poblacin, no ha podido distribuir
537
los beneficios de la riqueza a toda la poblacin. Muchos lugares conservan un enorme parecido con escenas del siglo xix lo que es una
expresiva paradoja, sin embargo, cuando las elites locales ofrecen al
turismo las cualidades propias, todos aquellos que nos hace singulares, se promueve y ofrecen las culturas indgenas.
Veracruz pas a ser de receptor de corrientes migratorias a expulsor de poblacin justo a partir de los aos ochenta cuando se
unieron dos procesos coincidentes: la crisis cafetalera y la econmica internacional. Como la mayor parte de los migrantes son paterfamilias, las mujeres que se quedaron se encargaron, adems
del cuidado familiar, de las actividades productivas y provisin de
ingresos dinerarios. Las remesas de los migrantes llenaron en parte el vaco econmico inducido por una economa insolvente. De
hecho, la crecida poblacin vive ms, ha tenido acceso a una dieta ms variada, artculos diversos, medios de comunicacin veloz,
pero curiosamente eso no la ha vuelto ms educada, ms solidaria,
ni mejor alimentada. Una vez ms, los efectos de las actividades
econmicas deben valorarse con los indicadores propios del desarrollo social comparado.
El siglo xx ofrece la posibilidad de valorar las asimetras dejadas por
las dinmicas econmicas a que fuera sometida una de las regiones ms
promisorias del pas: trabajadores domeados, expuestos a una alta rotacin e inseguridad en el trabajo; empresarios lejanos a toda innovacin, sobre todo rentistas y especuladores; importacin continua de tecnologas en casi todas las ramas de la economa; las tecnologas propias
estuvieron vinculadas a la actividad cafetalera, fabricacin de tortillas y
materiales tradicionales de construccin; las empresas medianas y pequeas, distribuidas en todo el territorio, se convirtieron en el sostn
principal de la economa popular; sectores privilegiados de la economa
con condiciones laborales que no lograron generalizarse; un parque vehicular todava hasta ahora obsoleto, a pesar del tlcan la importacin
de vehculos de desecho de Estados Unidos contina; la migracin sigui ampliando su espectro incorporando mujeres y nios; las jornadas
538
Bibliografa comentada
Dos de las fuentes fundamentales para el estudio general de la tenencia de la tierra y la lucha revolucionaria para las reivindicaciones
populares se hizo ya hace unos ochenta aos, Frank Tannenbaum,
Peace by Revolution (1933) y The Mexican Agrarian Revolution,
(1930). A nivel nacional, no hay que desconocer la influencia que
han ejercido sobre nuestras formas de contemplar los procesos agrarios y la cuestin de la tierra las obras de Eyler Simpson The Ejido:
Mexicos Way Out (1937), y Sergio Reyes Osorio et al. Estructura agraria y desarrollo agrcola en Mxico (1974).
El siglo xx en Veracruz recibira atencin a partir de la dcada de
1960 por investigadores como David Ramrez Lavoignet, y luego
de un grupo de jvenes tesistas en la Universidad Veracruzana; por
nombrar uno tenemos a Nelly Len Fuentes, Conformacin de un
capital en torno a la cafeticultura en la regin de Xalapa-Coatepec
1890-1940 (1983), que se dedicaban al estudio del desarrollo de la hacienda a travs de los siglos en el marco de un seminario sobre el capitalismo en el campo. Estos avances fueron apuntalados por la creciente consulta a dos fuentes documentales: el Ramo Tierras del Archivo
General de la Nacin, as como los expedientes del Archivo de la Comisin Agraria Mixta (hoy resguardado en los acervos del Archivo
General del estado de Veracruz, Xalapa). Del estudio de las estructuras agrarias se comenzaba un lento desliz hacia la contemplacin de
541
les, en algunos casos incluso, como cuando se trata de registros comerciales es indispensable acudir a fuentes de informacin extranjeras o anlisis realizados por especialistas de otros pases.
Los estudios sobre la economa veracruzana son escassimos y notables para el periodo descrito. Esto puede parecer un tanto paradjico debido a que si bien la proliferacin de anlisis cuantitativos es
reciente es debido a que despus de la dcada de los setenta los especialistas dispusimos de la informacin censal sistematizada cada dcada. No obstante y pese a que existen registros censales anteriores,
stos cambiaron sus criterios en la captacin de informacin lo cual
torna difcil el seguimiento del comportamiento de casi cualquier
actividad econmica. Por ejemplo en algunos casos la actividad petrolera apareca vinculada a la explotacin minera y en otros, separada como si se tratase de una rama econmica independiente. Lo
mismo suceda con otras actividades econmicas importantes.
Los estudiosos de la economa veracruzana del siglo xx enfrentamos el reto de llenar vacos de informacin para comprender los
primeros setenta aos del siglo pasado. Es imposible detallar las caractersticas de todas y cada una de las obras en las que es necesario abrevar. Debido a la importancia de las obras de Moiss T. de la
Pea, de Lus Prez Milicua y J. R. Southworth, dedicaremos a ellos
un breve comentario tratando de englobarlas. Estas obras fueron
confeccionadas con un doble objetivo: promover las potencialidades
naturales de Veracruz a nivel internacional tornndolo atractivo a
los capitalistas extranjeros. Dichas obras son compendios de informacin generalmente sin anlisis de fondo, su importancia radica en
que en buena medida ofrecen una panormica como si se tratase de
una postal o conjunto de fotografas carentes de precisiones al pie;
obedeca a una necesidad de carcter ms bien poltico.
Sus exposiciones iniciaron con una descripcin del medio natural
para de ah pasar a describir las actividades productivas, en todas
ellas la importancia de la poblacin resida en su densidad geogrfica. Su papel como fuerza productiva era minimizado casi siempre.
544
545
Arrasar.
Segn el Diccionario de la Real
Academia Espaola, tiene
los siguientes significados.
1. Allanar la superficie de algo.
2. Echar por tierra, destruir.
3. Igualar con el rasero.
4. Llenar de lquido una vasija
hasta el borde.
5. Llenar o cubrir los ojos de lgrimas.
6. Rasurar.
7. Dicho del cielo: Quedar despejado
de nubes.
Introduccin
Al empezar el siglo xx Veracruz contaba con algunos de los paisajes naturales ms ricos de Mxico. La enorme variedad de los
recursos presentes en su territorio haca posible que en sus regiones
se desarrollara una notable multiplicidad de actividades econmicas. En el curso del tiempo, sin embargo, no todas esas actividades
supieron desarrollarse preservando la base natural de la cual obtenan sus recursos, y si bien todas alteraron el entorno, algunas
fueron muy destructivas, generando el deterioro de los ecosistemas en
los cuales prosperaron.
Los cambios en el entorno natural que abastece y soporta a las
actividades humanas, son cambios que tienen consecuencias de muy
larga duracin. Las huellas que deja la sociedad en la naturaleza
son perdurables y condicionan las actividades que la misma puede
plantearse en otro momento. En el curso de la historia, no slo se
modifica el ambiente sino que tambin la propia sociedad cambia
y transforma la percepcin que posee de la naturaleza. Este proceso se exhibe de mltiples maneras: en nuestra cambiante forma de
549
acceder al agua, en la mutacin de las enfermedades que nos aquejan, en las variaciones en el uso del suelo, en la prdida de bosques,
en el agotamiento de las fuentes de la energa que utilizamos, en los
cambios del paisaje, en la composicin y origen de los alimentos que
diariamente consumimos.
En el siglo xx se han producido transformaciones ambientales
de enorme calado, tal vez las ms grandes que haya experimentado
el territorio de Veracruz desde que empez a estar poblado por grupos humanos. Precisar la ndole de ellas es lo que exploramos en las
siguientes pginas. Para hacerlo, ha sido preciso escoger los procesos
que mayor impacto han tenido, considerando tanto sus repercusiones en la calidad de vida de los grandes conjuntos humanos como
sus consecuencias para la propia historia del medio natural.
Bajo esta perspectiva, indagamos en primer trmino cmo se pobl el territorio y qu factores contribuyeron a que la poblacin creciera ms en algunas regiones que en otras. Qu impacto tiene el
incremento de las actividades productivas y de las necesidades de los
grupos humanos sobre los recursos naturales, es un aspecto fundamental para entender la historia social y ambiental del estado.
La dinmica econmica ha configurado de modo singular a los diversos territorios que componen a Veracruz. A lo largo de los aos,
como veremos, las actividades productivas han transformado de
modo notable algunos espacios regionales, y su expansin ha contribuido a retener e incluso atraer a grandes grupos de poblacin, pero
esto a veces ha ocurrido sacrificando valiosos recursos naturales. En
algunas regiones, por falta de comunicaciones, la actividad econmica no ha conseguido prosperar y por tanto tampoco ha logrado
incrementar el nmero de personas que habitan en ellas. Hay regiones donde, gracias a la tecnologa, las transformaciones han alterado
de tal manera el paisaje que hoy nos resulta difcil imaginar los ecosistemas que antes existieron en ellas. La historia regional revela, en
fin, patrones compartidos pero tambin contrastes importantes en
relacin a los cambios del medio natural.
550
El desarrollo econmico, el aprovechamiento de los recursos naturales y el poblamiento del territorio se hallan ntimamente asociados a la historia social y poltica de Veracruz. Los movimientos
de poblacin y la apropiacin de los recursos la tierra, los bosques,
el agua ocurren no sin conflictos. Las disputas para acceder a las
grandes riquezas naturales tienen que ver no slo con la distribucin de los beneficios, sino tambin con el reparto de los impactos
negativos que, a veces, genera el desarrollo econmico.
Regiones y poblamiento
Hace cien aos los municipios se hallaban agrupados de acuerdo con
una organizacin cantonal. En Veracruz se reconocan 18 cantones y
los de mayor tamao se localizaban en el norte y en el sur de la entidad. Muchos de ellos tenan una vasta extensin cubierta de bosques y
selvas y se encontraban relativamente despoblados por su lejana.
Aunque en aquel entonces se estimaba que la superficie de Veracruz rebasaba los 75 000 km2, en realidad el estado posee una extensin un poco menor (72 815 km2), el equivalente a 7 millones de
hectreas. En 1917 la divisin cantonal se abandon y, al cabo de diversos ajustes donde algunos municipios desaparecieron, cambiaron
de nombre o se dividieron, en la actualidad los 212 con que cuenta
la entidad se organizan en diez regiones. Como antao, el sur y el
norte poseen las regiones con mayores superficies: en el sur la regin
Olmeca es la ms grande, con cerca de 25% del territorio estatal, seguida por la Huasteca Alta, en el norte, con casi 17%. En este sentido cabe afirmar que la enorme extensin del territorio veracruzano
ha dado pie a que en sus extremos la introduccin de vas de comunicacin se realizara tardamente.
551
Cantn
Acayucan
Chicontepec
Coatepec
Crdoba
Cosamaloapan
Huatusco
Jalacingo
Los Tuxtlas
Misantla
Minatitln
Ozuluama
Orizaba
Papantla
Tuxpan
Tantoyuca
Veracruz
Xalapa
Zongolica
Estado de Veracruz
% Superficie
7.85
5.45
0.93
2.32
8.12
1.39
3.41
3.02
3.48
14.8
10.21
2.32
5.92
6.27
3.95
13.27
4.13
3.16
100.00
Poblacin
33242
53243
47837
70904
28711
31077
60593
41354
17319
28349
37715
76181
44647
47976
52169
92222
74105
25576
863220
Hab/Km2
5.60
12.91
68.12
40.39
4.67
29.50
23.48
18.12
6.58
2.53
4.88
43.39
9.97
10.12
17.48
9.18
23.71
10.71
11.41
porde
regin
GrficaSuperficie
1. Superficie
las regiones
Superficie por regin
Huasteca alta
Huasteca
alta
Guasteca baja
Guasteca
baja
Totonaca
Totonaca
Nautla
Nautla
Capital
Capital
Montaas
Montaas
Sotavento
Sotavento
Papaloapan
Papaloapan
Los Tuxtlas
Tuxtlas
Olmeca
Olmeca 0
0
16.8
16.8
9.9
6
4.3
9.9
6
7.4
4.3
7.4 8.4
5.5
8.4
14
5.5
14
4.1
23.5
4.1
10
15
20
10Porcentajes 15
20
25
Porcentajes
Fuente: Clculos propios a partir de J. R. Southworth,
1900; la regionalizacin establecida en el
23.525
5
5
552
1970
25.87
52.61
97.31
70.57
83.25
110.75
103.16
34.05
53.14
28.00
53.12
1990
37.12
72.59
138.43
104.16
148.66
176.34
178.10
52.88
86.51
59.08
86.72
2005
37.59
74.82
149.36
112.57
193.43
212.38
228.86
51.62
97.80
65.57
99.00
Si al comienzo del siglo xx Veracruz contaba con 11.4 habitantes por km2, al concluir el siglo esta cifra se elev hasta casi 100 habitantes por km2. En lo que sigue, veremos qu factores explican
este notable incremento en la densidad demogrfica y su peculiar
forma de repartirse en el espacio regional, pero ya podemos advertir que en los ltimos aos del siglo xx la entidad vio duplicarse la densidad demogrfica: del ao 1970 al ao 2000 pas de
53 a 99 personas por km2. Las regiones ms pobladas al terminar
la centuria son Sotavento, Montaas y la ciudad capital. Mientras
que en la primera la densidad equivale a 230 habitantes por km2,
en las segunda es de 212 y en la ltima de 193. Las regiones con
menor densidad son la Huasteca Alta, con 38 habitantes por km2,
y Papaloapan, con 52. Como veremos, esto se explica por el peso
tan distinto que tienen las ciudades (grandes aglomeraciones de
poblacin) en cada mbito regional.
553
1990
2005
250
200
150
100
do
ta
Es
ec
lm
O
Tu
x
tla
an
ap
lo
pa
ve
nt
Pa
Lo
s
s
So
ta
on
ta
M
Ca
pi
ta
tla
au
N
aja
ac
on
To
t
ua
H
ua
ste
ste
c
ab
ca
a
lta
50
El crecimiento demogrfico
El incremento de la poblacin en Veracruz en el siglo xx se debi
principalmente a dos factores: la cada en las tasas de mortalidad
y la continuidad de las tasas de natalidad que prevalecan antes de
esa cada.
554
Para abatir la mortalidad era necesario atacar las diversas enfermedades que agobiaban a la poblacin. Esto se logr, a lo largo
de los aos, mediante tres acciones: manipular el medio ambiente
(crear condiciones de salubridad, erradicar insectos, roedores y otros
agentes patgenos), fabricar y difundir el uso de antibiticos, y vacunar y aislar a los enfermos contagiosos. En su conjunto se trataba
de medidas de salud pblica orientadas a modificar la ecologa y el
comportamiento humano, a fin de inhibir la difusin de las enfermedades. Estas medidas incidieron en la organizacin de la ciudad
(sobre todo en el acceso al agua limpia), en la calidad de las viviendas
y en la eliminacin de los insectos trasmisores de las enfermedades.
Cuando los cientficos descubrieron la funcin central de los mosquitos como portadores de patgenos, no tardaron en idearse medidas,
como mosquiteros y desecacin de pantanos, para limitar la circulacin de las infecciones.
Es preciso recordar que el Golfo de Mxico, como parte del Caribe, era una regin que desde el siglo xvi haba sido escenario propicio para el desarrollo y proliferacin de diversas epidemias. Algunas enfermedades consideradas de carcter tropical como la fiebre
amarilla y la disentera afectaron de manera recurrente a las poblaciones situadas cerca de las costas, en tierra caliente, convirtindose
en causas de desastres no slo demogrficos sino tambin econmicos. Los habitantes de los puertos situados a lo largo de la lnea costera de Veracruz llevaban aos demandando la bsqueda de medidas
que contribuyeran al saneamiento de la regin y, al empezar el siglo
xx, la exigencia de abatir la mortalidad coincidi con la necesidad
de apuntalar la prosperidad del comercio regional e internacional.
Las exportaciones de caf, azcar, petrleo y tabaco venan creciendo
de forma sostenida desde el ltimo tercio del siglo xix, y la amenaza de
la fiebre amarilla y de otras enfermedades contagiosas, como el sarampin, la malaria, la viruela y el clera, minaba la posibilidad de
incrementar sus beneficios. El verano era el lapso de mayor peligro:
en ese periodo el nmero de vctimas ocasionado por estas enferme555
Veracruz empez a observar, merced a la industrializacin y la expansin del comercio y los servicios, un fenmeno de concentracin
demogrfica donde el desarrollo de las zonas urbanas y la expansin de
las reas dedicadas a la explotacin y procesamiento de hidrocarburos
jugaron un papel importante. Ambos procesos dispersin y concentracin discurrieron de manera singular en las distintas regiones geogrficas.
Cuadro 3. Veracruz: crecimiento demogrfico, 1900-2005
Ao
1900
1910
1920
1930
1940
1950
1960
1970
1980
1990
2000
2005
Poblacin
981 030
1 132 859
1 159 935
1 377 293
1 619 338
2 040 231
2 727 899
3 815 422
5 387 680
6 228 239
6 908 975
7 110 214
Tasa de crecimiento
1.4
0.2
1.7
1.6
2.3
2.9
3.4
3.5
1.5
1.0
0.5
Nmero de localidades
6 483
3 330
4 017
7 991
7 999
7 872
9 918
5 770
9 101
17 390
22 032
20 578
Hay que recordar que en la primera mitad del siglo xx, la poblacin que resida en localidades pequeas sola encontrarse bajo
una situacin de relativo aislamiento ya que entonces stas no tenan acceso a buenos caminos ni a ms medios de transporte que
las mulas y los caballos. Un elemento que contribuy a modificar
el paisaje y a incorporar nuevas tierras a la produccin fue precisamente la ampliacin de las redes de comunicacin y el acceso a
nuevos medios de transporte.
559
Con la generalizacin del uso de la electricidad en las ltimas dcadas del siglo xix, la
industria elctrica adquiri gran importancia en los procesos econmicos y sociales del
estado, para la explotacin de los recursos naturales como el caso de la planta hidroelctrica de Texolo que funciona desde 1908 en Xico.
Desde 1873, Veracruz contaba con la primera lnea de comunicacin ferroviaria que hubo en el pas: la que ligaba al puerto
con la ciudad de Mxico. Pero hacia el final del siglo xix, los ferrocarriles conocieron una notable expansin. Su desarrollo no
estuvo exento de conflictos. Para los propietarios de tierras, principalmente dueos de haciendas, el ferrocarril representaba una
oportunidad excepcional para incrementar sus dominios. Cuando
el ferrocarril llegaba a zonas de produccin antes aisladas o con
escasas comunicaciones con los mercados, los valores de la tierra
se incrementaban de modo extraordinario. Sabiendo eso, los hacendados buscaron apropiarse de los terrenos antes de que se diera
560
contribuyeron a que creciera la demanda de tierra? Cuando el pas logr superar el conflicto armado y las actividades comerciales volvieron
a animarse, la consecuencia fue que algunos productos comenzaron a
experimentar mayor demanda por parte de una poblacin en aumento.
De esta forma, la agricultura se vio solicitada a ampliar sus superficies;
las actividades que requeran de ms suelo eran principalmente los cultivos de caa de azcar, los cultivos comerciales (caf, ctricos, frutas), la
ganadera y, sobre todo, los cultivos bsicos (maz, frijol, arroz).
En Veracruz, durante muchos aos, los terratenientes haban controlado grandes cantidades de tierra, y una parte de esas tierras las
haban rentado a campesinos que cultivaban en ellas pastos o maz.
Sin embargo, a medida que el mercado aumentaba la demanda de
ganado y caa de azcar, empezaron a expulsar a sus arrendatarios
o a subir el precio de arrendamiento de las tierras. Esta situacin
poco a poco gener malestar y fue percibida por los afectados como
una injusticia. Los arrendatarios y los jornaleros sin tierra comenzaron a ver que los terratenientes abusaban, que la tierra acaparada
slo contribua a excluirlos socialmente y se rebelaron con el propsito de acceder (o recuperar el acceso) a las tierras.
El crecimiento de la poblacin en algunas regiones se haba acelerado con la introduccin del ferrocarril, que facilit las migraciones. De alguna manera, con el paso del tiempo, empez a agotarse
la disponibilidad de tierra, la cual haba sido relativamente abundante aos atrs, durante la bonanza de la frontera de colonizacin.
El xito de las agroindustrias, como el azcar, contribuy asimismo a incrementar la demanda de tierra. Lo que estaba ocurriendo
en Veracruz, ocurra en todo el pas. Los campesinos organizados
empezaron a competir por el recurso y solicitaron tierras con el apoyo y la influencia del movimiento obrero que comenzaba a cobrar
fuerza en las ciudades de Veracruz y Orizaba, contagiando a toda
la regin con sus iniciativas de organizacin y sus propuestas de
cambio social.
562
Los terratenientes no pudieron ms que oponerse y la confrontacin dio pie a mltiples conflictos. En el curso de la contienda,
que implic el uso de las armas, el gobierno estatal apoy a los
agraristas, aun en contra del gobierno federal, y procedi a repartir una porcin considerable de las tierras en disputa. En slo dos
dcadas, en un proceso progresivo, ms de un milln de hectreas
fueron distribuidas modificando las reglas de acceso a un bien fundamental. Las tierras de los haciendas, en todas las regiones, cambiaron de dueo.
La distribucin de la tierra fue un problema que prevaleci durante el siglo xix y parte
del siglo xx, se concentraba en manos de latifundistas, tal es el caso de las haciendas e ingenios que acaparaban grandes extensiones de tierra utilizada para cultivo; en la imagen,
Ingenio La Concepcin ubicado en el valle de Actopan, en las cercanas de Xalapa.
563
Acciones presidenciales
Hectreas
ejecutadas
Beneficiarios
131 397
28 276
104 746
21 813
358 435
48 188
594 578
98 277
inversiones que los agentes econmicos locales con dificultad podan sufragar. Al finalizar el siglo xix, el rgimen de Porfirio Daz,
a travs de la deuda pblica y la inversin extranjera, haba logrado
comunicar a una parte del sur de Veracruz con el rea central del
estado y con el resto del pas mediante la introduccin del ferrocarril. De modo inesperado, las obras necesarias para instalar las lneas ferroviarias suscitaron el hallazgo de yacimientos de petrleo
en el sur de la entidad. A partir de 1906, el motivo principal de la
compra de tierras no slo fue la especulacin que sola acompaar
al negocio ferrocarrilero, sino la existencia de petrleo en la regin.
De este modo, la apertura de pozos para la extraccin del petrleo
y la expansin de las reas de plantacin se dieron al mismo tiempo
que ocurra la destruccin del paisaje original compuesto de selvas
y bosques. Slo en el sur de Veracruz, en la zona istmea, Weetman
Pearson, el capitalista britnico responsable de las obras ferroviarias,
haba adquirido tierras en grandes cantidades: casi 200 mil hectreas
de propiedades rsticas.
Desde la poca colonial exista el principio de que cualquiera de
las riquezas que el subsuelo guardaba perteneca al Estado. En el
siglo xix, Benito Jurez haba refrendado ese principio, pero Porfirio Daz lo abandon y, a lo largo de su mandato, reform las leyes
para hacer posible que los propietarios de la superficie de la tierra tambin lo fueran de lo que haba debajo de ella. Al principio
(1884) esta medida haba sido pensada para impulsar la minera,
pero aos despus (1908) se ampli para beneficiar a los empresarios del petrleo.
Despus de pronunciarse la ley de 1908, que conceda al superficiario derechos de propiedad del subsuelo, los inversionistas estadounidense comenzaron a desarrollar los campos petroleros y fue
entonces cuando empez a delinearse, en el norte de Veracruz, la
zona conocida como Faja de Oro, una estructura subterrnea que
contena petrleo en cantidades increbles y que se extenda a lo largo de la Huasteca, en una lnea paralela a la costa y la sierra madre.
565
En muy poco tiempo los cuerpos de agua se convirtieron en receptculos del petrleo derramado. El Pnuco, hasta entonces un
ro limpio, se llen de chapopote porque tanto los buques cisterna como las refineras descargaban directamente en l sus desechos
grasosos. Las aguas azules de la Laguna de Tamiahua se tornaron
iridiscentes por la contaminacin. A medida que la industria llenaba de oleoductos a la regin, el nmero de casos de tuberas rotas
tambin aumentaba. Al empezar los aos veinte, el lecho de la laguna estaba ocupado por 24 lneas de oleoductos y gran parte de la
vida silvestre haba desaparecido. La produccin de ostin casi se
extingui por la misma causa. Una gran capa de asfalto cubri el
fondo de las masas de agua y los pescadores casi perdieron su modo
de vida por el dao ambiental generado por la industria petrolera.
Las aves desaparecieron del cielo.
Entre todos los cambios que vivi la regin, uno destaca por su
carcter emblemtico. En 1908 la explosin del pozo Dos Bocas, situado en San Diego de la Mar, frente a la Laguna de Tamiahua, no
slo fue devastador sino prolongado. Su estallido fue el desastre ambiental ms espectacular asociado al petrleo durante el boom de la
explotacin extranjera (1900-1921). La explosin dio aviso a los in568
Muchos aos despus, en 1940, todava se vea agua salada y gas brotando del crter. El flujo continuo de estas sustancias impidi durante dcadas cualquier recuperacin del ambiente por mnima que
569
fuera. En los 13 aos transcurridos entre Dos Bocas en 1908 y el colapso del boom petrolero en 1921, la industria gener no slo millones de barriles de petrleo y dlares, sino la degradacin ambiental
de uno de los paisajes ms importantes del pas.
Cabe recordar que las empresas petroleras no fueron las nicas que
cambiaron el paisaje: necesitaron de grandes contingentes de fuerza de trabajo para hacerlo. Sin embargo, uno de los problemas que
haban perturbado por muchos aos a los hacendados de la Huasteca haba sido precisamente la baja densidad demogrfica y, por consiguiente, la ausencia de mano de obra. Los petroleros tuvieron que
resolver ese problema. Era preciso cambiar la composicin social de
la Huasteca y se busc incrementar el peso de la poblacin trabajadora asalariada. Las relaciones jerrquicas entre patrones y trabajadores
modelaron la forma en que ambos se relacionaron con el paisaje.
Para extraer el petrleo se importaron trabajadores, es decir, la
migracin devino un factor esencial para las empresas. Las compaas petroleras britnicas y estadounidenses reservaron los mejores
puestos para los trabajadores que provenan de sus pases, y los puestos manuales, mal pagados, fueron para los trabajadores mexicanos.
La capa de tcnicos, gelogos, ingenieros, perforadores y trabajadores calificados, estaba integrada por extranjeros y as permaneci
hasta la expropiacin del recurso en 1938. En cambio, la capa de trabajadores manuales estaba formada, en su mayora, por mexicanos.
Su lugar en la industria exiga que tuvieran fuerza fsica para el trabajo rudo: deforestacin, construccin, limpieza. Su actividad slo
requera fuerza y maa para manejar el machete. El reclutamiento
de trabajadores se haca cada vez que se abra un campo y este proceso se repeta de manera cclica. Al principio, haba sido muy difcil
conseguir trabajadores. La poblacin indgena local se resista a involucrarse con empresas a las que vean con hostilidad. Luego del
desastre de Dos Bocas, las empresas petroleras enfrentaron nuevos
riesgos (incendios, derrames y fugas) que exigieron de muchos ms
trabajadores para su control. Su escasez entonces se revel como una
570
abusiva del recurso. La Faja de Oro, un yacimiento que era estimado en aquel tiempo como el ms grande del mundo, fue vaciado de
manera torpe, pues no se aprovech ms que una quinta parte de la
riqueza que contena, quedando en el subsuelo una inmensa cantidad
inutilizada. La desenfrenada explotacin haba provocado la invasin de agua salada, y muchos pozos quedaron abandonados y sin
taponar, lo que origin que miles de ellos siguieran emitiendo gases
a la atmsfera, gases que no slo afectaron la vida animal y vegetal
sino que tambin se dilapidaron, ya que pudieron haberse utilizado
de manera productiva; si se hubiera cuidado el ritmo de extraccin,
los pozos habran tenido ms vida puesto que el gas contribuye a
mantener la presin del yacimiento.
De 1923 a 1928 la industria petrolera entr en una fase de decadencia; gran parte de los pozos de la Faja de Oro se taparon o se
abandonaron. Las cifras de produccin muestran a lo largo de los
aos una etapa de auge y luego una de decadencia. En 1901 se extrajeron 251 mil barriles; en 1910, ms de tres millones; en 1915, casi
33 millones; y en 1920 se alcanza el mximo nivel, con 157 millones;
pero en 1925 la produccin se redujo a 115 millones; y en 1930, la produccin disminuy a casi 40 millones.
Poco antes de agotarse los yacimientos de la Huasteca, la produccin empez a desplazarse hacia la regin de Papantla. Un antiguo campamento, ubicado en Coatzintla, conocido como Poza
Rica, se convertira en pocos aos en un nuevo eje de extraccin.
Para 1937, ah se produca 45% del volumen nacional de petrleo.
Con la nacionalizacin del petrleo en 1938, la regin se convirti
en un espacio estratgico para el abasto energtico del nuevo proceso de industrializacin que se abra en el pas. Su importancia
dur 20 aos, hasta 1958, ao en que sus yacimientos empezaron
a agotarse. Durante dos dcadas gener gran parte del petrleo
que aliment a las industrias que se desarrollaban en el Valle de
Mxico y en la zona del Bajo. A partir de 1968 Poza Rica dej de
tener peso y poco a poco la produccin se desplaz hacia el sureste
572
chos muertos, es mentira que slo perecieron cuatro, haba gente en el rea en los momentos de la explosin, haba mujeres
barriendo, a muchos les cayeron pedazos de fierro ardiendo encima y a otros la fuerza de la explosin los avent, hasta carros y
camionetas fueron aplastados, entre ellos haba gente.
El cultivo del tabaco en las mejores tierras de San Andrs Tuxtla es un ejemplo de las diversas agroindustrias que se han establecido en el estado; sin embargo cuando buscan una
mayor y rpida productividad emplean semillas mejoradas, sustancias qumicas, maquinaria y sistemas de irrigacin artificial que resultan perjudiciales para el ambiente.
579
Acayucan), la presin sobre los recursos naturales que an sobrevivan en la zona aument, convirtindose en objeto de una fuerte sobreexplotacin. De esta forma los manglares y el cangrejo azul de la
Laguna del Ostin y las palmas y pjaros de la Sierra, empezaron a
incorporarse de modo creciente a un circuito de comercializacin que
los coloc en peligro.
Cunta superficie se perdi a lo largo de esos aos? En 1972 la
sierra de Santa Marta posea un rea de selvas y bosques equivalente
a 97 000 ha, la cual disminuy en casi 21 500 ha hacia 1986. Tres aos
ms tarde se perdieron otras 6 400 ha, aunque se reforestaron, gracias al abandono, unas tres mil. Luego, de 1990 a 1993, se deforestaron
casi 21 mil hectreas. En el primer periodo, de catorce aos, se perdi
una superficie similar a la del ltimo periodo, de slo cuatro aos.
Poco a poco, la selva fue recortada hasta quedar fragmentada en
mltiples islas cuyo abandono permita, a veces, cierta regeneracin.
En los aos noventa, la deforestacin continu, aunque con un
carcter menos masivo. La tala clandestina por falta de alternativas
econmicas y el alto consumo de lea, utilizada como combustible en
los hogares campesinos, siguieron suscitando una deforestacin en pequea escala.
Algo semejante ocurri en el centro del estado, en la regin de
Perote. En el siglo xix, esta regin haba surtido grandes cantidades
de madera a las ciudades de Xalapa, Coatepec y Xico, y en las primeras dcadas del siglo xx el reparto agrario contribuy al desmonte de grandes extensiones que se emplearon para sembrar cultivos
bsicos y pastos para el ganado. Adems, en el caso de Perote, los
aserraderos aprovecharon la situacin abierta por el reparto agrario para cortar la mayor cantidad de madera en el menor tiempo
posible. Aunque un decreto presidencial de 1937 lo declar Parque
Nacional (una figura que buscaba proteger el bosque), en la prctica la regin experiment en esos aos una fuerte deforestacin. Al
comienzo de los aos cincuenta trat de refrenarse este proceso y se
declar una veda forestal como medida de detencin. Sin embargo,
582
conocida con el nombre de Miguel Alemn. Su objetivo era modificar un fenmeno recurrente: ao tras ao, las grandes precipitaciones pluviales en la parte alta de la cuenca hacen que durante los
meses de verano y otoo el caudal de los ros aumente de modo considerable, ocasionando inundaciones en las tierras de la planicie. Al
cabo de aos, los habitantes de la cuenca haban aprendido a convivir con estas inundaciones y tanto su vida econmica como sus construcciones reflejaban este aprendizaje. Sin embargo, a lo largo de
las primeras dcadas del siglo xx, las inundaciones alcanzaron altos
niveles de destruccin afectando no slo las plantaciones y cultivos
bsicos de la regin, sino tambin a sus habitantes.
El crecimiento demogrfico haba impulsado la formacin y
crecimiento de asentamientos humanos en las reas ms vulnerables, y el impacto de las inundaciones sobre estas poblaciones demand enormes cambios. Una de las ms grandes inundaciones de la zona
fue la de 1944, la que logr que la voz de los habitantes de la cuenca
fuera escuchada por el gobierno y ste formara la Comisin del
Papaloapan para reducir las consecuencias que generaba el desbordamiento de los ros. En la administracin del presidente vila
Camacho se haba hecho pblica la intencin de aprovechar las grandes posibilidades que ofrecan las tierras bajas de la planicie costera
para incrementar la produccin de alimentos y albergar el crecimiento demogrfico del altiplano central.
Replicando el famoso proyecto estadounidense del Valle del
Tennessee, la construccin de la presa dio inicio en 1947. El proyecto era gigantesco por las dimensiones del rea que abarcaba y
por la magnitud de las obras previstas. Se propona controlar los
ros del sistema por medio de vasos de retencin, bordos y rectificacin de cursos, a fin de evitar las inundaciones de la cuenca;
adems, su propsito era generar energa para las nuevas industrias y facilitar el riego de amplias zonas. Para llevar a efecto este
proyecto, miles de personas fueron removidas de sus asentamientos.
El vaso de la presa, de casi 50 mil hectareas, estaba habitado por
587
592
1976
22.50
0.20
5.24
44.30
21.90
2.43
3.43
100.00
1984
27.80
0.50
4.70
47.70
16.60
1.06
1.64
100.00
2000
29.70
1.00
4.40
47.80
13.10
0.97
3.03
100.00
Fuente: M. Agustn Arellano Reyes, Oscar F. Jurado Gutirrez, Alejandro Velsquez Montes,
Programa Mesorregional de Ordenamiento Territorial, Caracterizacin y Diagnstico de la
Mesorregin Sur-Sureste, 2005. Capital Natural de Mxico, 2009. Y Programa de Ordenamiento
Territorial de Veracruz, 2007.
593
594
1970
32 960
11 761
160 550
858 754
17 735
1 081 760
1990
22 681
5 163
28 997
474 830
18 166
549 837
1995
23 824
4 831
43 209
613 645
14 180
699 689
2002
11 156
4 313
40 062
473 781
8 993
538 305
2003
12 054
3 485
34 570
470 753
7 753
528 615
96.1
200.9
18.0
3160.2
682.6
69.4
4227.2
1984
1995
(miles de hectreas)
96.9
147.5
195
189.6
18.0
33.3
3349.1 3359.5
389.4
613.3
95.9
137
4144.3 4480.2
2007
1976
151.9
228.1
19.7
3359.5
439.5
193.2
4391.9
2.27
4.75
0.43
74.76
16.15
1.64
100.00
1984
1995
(porcentajes)
2.34
3.29
4.71
4.23
0.43
0.74
80.81
74.99
9.40
13.69
2.31
3.06
100.00 100.00
Fuente: inegi. Censo Agropecuario 2007, viii Censo Agrcola, Ganadero y Forestal.
Aguascalientes, 2009; y Fernandez Ortiz, L., Tarrio Garca, M, Villafuerte Solis, 1993.
595
2007
3.46
5.19
0.45
76.49
10.01
4.40
100.00
Cabezas
de ganado bovino
% nacional
1930
472105
7.4
1940
864685
7.5
1950
1824958
13.4
1960
2833958
17.7
1970
3797008
14.9
1983
4265693
11.2
1993
4800000
29.0
2001
4065506
28.5
Pero no slo los bovinos se incrementaron. Tambin otras especies de animales recibieron un impulso notable a lo largo del periodo. La produccin de cerdos y aves (pollos y huevo) experiment
una mutacin importante: dej de hacerse en pequeas empresas
y se industrializ, proliferando sobre el paisaje de la entidad granjas industriales donde el hacinamiento de puercos y gallinas alcanz cifras millonarias. En el Valle de Perote, por ejemplo, una sola
empresa poda producir ms de un milln de cerdos al ao. La
generacin de residuos se increment en la misma magnitud, poniendo en riesgo a los cuerpos de agua que rodeaban a las granjas
industriales. Al mismo tiempo la superficie silvcola del estado experiment una severa reduccin: las reas de bosques, en millones
de hectreas, pasaron de 2.45 en 1900, a 2.13 en 1960 a 0.54 en 1970,
segn estimaciones de la Secretaria de Agricultura y Ganadera.
596
1950
1270363
567157
148952
165328
6378417
1960
2000400
609201
156260
143929
6706160
1970
2924511
1015895
185601
177071
10403000
1975
3660196
1403008
203616
198393
13613882
1980
4580946
1937634
223380
222282
17801234
Tasa
4.6
6.7
1.9
2.3
5.5
Bovinos
66 749
398 315
378 672
72 129
66 603
80 450
319 037
202 673
505 631
487 100
725 857
762 290
4 065 506
Hectreas
67 828
265 898
343 851
111 259
78 707
162 545
305 009
210 436
332 980
323 557
524 645
916 957
3 643 672
Bovinos/ha
0.98
1.50
1.10
0.65
0.85
0.49
1.05
0.96
1.52
1.51
1.38
0.83
1.12
597
602
Poblacin total
Regiones
en pobreza
Huasteca
443 986
Papantla
240 681
Altotonga
240 880
Zongolica
180 457
Centro
98 433
Acayucan
387 417
Mixtequilla
30 035
Total
1 621 889
Poblacin
rural total
345 841
165 967
207 601
150 024
90 453
268 150
19 192
1247228
pea total
111 393
60 850
62 417
49 261
25 103
96 484
8 047
413 555
%
Poblacin
Habitantes con bajos %Poblacin
ingresos
rural
x km2
41.30
83.70
77.90
72.90
75.00
69.00
60.60
80.90
86.20
71.20
83.70
83.10
39.80
79.10
91.90
26.90
74.80
69.20
25.50
77.10
63.90
% pea
agrcola
81.60
70.90
79.90
80.50
75.40
71.90
75.80
%
Poblacin habitantes
analfabeta x mdico
39.70
10 571
36.10
4 376
35.30
8 029
54.90
16 405
31.40
8 948
40.60
4 211
41.30
5 006
Cuadro 11. Pobreza en las zonas marginadas de Veracruz segn Coplamar, 1970
603
41
207
Muy alto
Total
100.00
7.63
32.93
100.00
36.25
42.02
14.01
6.9
0.81
% pob. mayor
a 15 aos
analfabeta
100.00
28.91
47.92
14.46
7.93
0.78
% de ocupantes
en viviendas s/
agua entubada
100.00
25.17
49.50
18.96
6.29
0.08
100.00
22.14
45.23
18.85
11.52
2.25
100.00
9.90
51.30
21.30
16.50
1.03
% de pob.
Ocupada
con ingresos
menores a dos
2 s. m.
Sup. km2
Fuente: Consejo Nacional de Poblacin, Desigualdad regional y marginacin municipal en Mxico, 1990.
89
Alto
16.50
25.40
29
41
Bajo
17.53
Medio
Muy bajo
Grado de
Poblacin
marginacin Municipios Total
% de pob. En
localidades de
menos de 5000
habitantes
Cuadro 12. Poblacin y municipios segn grado de marginacin en Veracruz. Conapo, 1990
85.54
65.93
54.88
66.38
131.88
1457.58
Densidad
de Pob. km2
Nmero de
municipios
8
Poblacin
Porcentaje
1 588 959
23.00
Bajo
17
956 992
13.85
Medio
39
1 327 856
19.22
Alto
97
2 288 824
33.13
Muy alto
Total
49
746 344
10.80
210
6 908 975
100.00
al empezar el siglo xxi, pues para el ao 2005, tanto la pobreza alimentaria como la patrimonial redujeron su importancia. Con todo,
todava un tercio de los hogares careca de los ingresos necesarios
para atender la alimentacin de sus integrantes. Una revisin de 10
aos (1994-2005) permite apreciar los logros alcanzados tanto a nivel nacional como estatal. Mientras que en Mxico la pobreza patrimonial disminuy en 5.4 puntos porcentuales, en Veracruz sta
slo se redujo 2.5 puntos.
Cuadro 14. Evolucin de la pobreza segn Coneval
1994
2000
2005
Pobreza
Mxico Veracruz Mxico Veracruz Mxico Veracruz
alimentaria
21.2
32.5
24.1
37.8
18.2
28.00
capacidades 30.00
41.9
31.8
45.7
24.7
36.3
patrimonial
52.4
61.8
53.6
65.7
47.00
59.3
Fuente: Consejo Nacional de Evaluacin de la Poltica de Desarrollo Social
(Coneval), Pobreza por Ingresos, 1992- 2008.
En trminos histricos, en las tres ltimas dcadas del siglo xx las condiciones de pobreza no han dejado de afectar a un tercio de los veracruzanos. El desarrollo econmico no ha logrado distribuir sus beneficios
en forma equitativa. Slo en las ciudades, y aun ah con serios contrastes, se advierten muy bajos niveles de marginacin. Las sierras
de Veracruz, habitadas principalmente por poblaciones indgenas,
siguen siendo reas con altos grados de marginacin. La paradoja
es que en los territorios donde esas poblaciones residen, nacen los
ros y se encuentra la mayor parte de la biodiversidad que distintos
grupos humanos han logrado salvar para enfrentar el futuro. Ah
donde es ms fuerte la necesidad, se halla el porvenir.
605
Bibliografa comentada
Una introduccin a los planteamientos bsicos de la historia ambiental se encuentra en los trabajos de David Arnold, La naturaleza como
problema histrico (2000) y de Manuel Gonzlez de Molina, Historia y
medio ambiente (1993). Para una visin panormica en nuestro continente, puede consultarse a Pedro Cunill Grau, Las transformaciones del
espacio neohistrico latinoamericano, 1930-1990 (1995), donde se examinan los cambios ambientales para el conjunto del Latinoamrica.
La historia ambiental constituye una nueva manera de analizar la
historia. En Mxico, algunos historiadores nacionales y extranjeros, han
empezado a cultivar esta perspectiva; Alba Gonzlez Jcome, en 1988,
public Poblacin, ambiente y economa en Veracruz central durante la
Colonia. Su texto examina cmo la ubicacin de vas de acceso a la
capital del pas hizo del rea central de Veracruz una zona donde se
experimentaron grandes influencias biolgicas y culturales desde muy
temprano, en contraste con el aislamiento de muchos aos de otras
zonas del Golfo de Mxico. Otra obra importante en este sentido es
la de Alfred H. Siemens, Between the Summit and the Sea, Central Veracruz in the Nineteenth Century (1990), quien explora la forma en que
el paisaje del rea central de Veracruz fue descrito en los relatos de los
viajeros que visitaron la regin a lo largo del siglo xix.
Ellinor Melville, en Plaga de ovejas, consecuencias ambientales de
la conquista de Mxico (1994), present una de las primeras historias
607
En torno a los cambios introducidos por el crecimiento de las ciudades y el desarrollo industrial, pueden citarse las siguientes obras:
en 1991, Hiplito Rodrguez public en Desarrollo y medio ambiente en
Veracruz, obra compilada por Eckart Boege y el mismo autor, el ensayo
Notas en torno a la ecologa urbana de las ciudades del centro de
Veracruz; en el mismo libro, Rogelio Loera y Marco Young, presentan anlisis relevantes para comprender el impacto de las agroindustrias, particularmente las del caf y el azcar, en los cuerpos de
agua de la regin. Aos ms tarde, en 1994, Hiplito Rodrguez, Rafael Palma y Helio Garca publicaron los resultados de su investigacin sobre los impactos ambientales de la urbanizacin en el centro
de Veracruz. En 1993, en el libro Ecologa urbana aplicada a la ciudad
de Xalapa, editado por Ismael Lpez Moreno, los mismos autores
mostraron los cambios ambientales provocados por la expansin de
las reas urbanas en la capital del estado.
Respecto a la principal fuente de contaminacin industrial, la industria petrolera, los trabajos ms sobresalientes son sin duda: Ivonne Carrillo, Industria petrolera y desarrollo capitalista en el norte de
Veracruz, 1900-1990 (1993); la obra colectiva editada por Alfonso
Botello, Rendn Osten, G. Gold y C. Agraz, Golfo de Mxico, Contaminacin e impacto ambiental, Diagnstico y tendencias. En esta obra
figura un ensayo clave, Caracterizacin ambiental del Golfo de
Mxico, escrito por Alejandro Toledo. Otro libro clave para conocer los impactos ambientales de la industria petrolera es Desarrollo
sustentable en el Golfo y Caribe de Mxico, obra coordinada por Ivn
Restrepo (1995).
Asimismo, en relacin a la problemtica petrolera, es fundamental acudir a los ensayos de Marie France Prevot Schapira, quien ha
reconstrudo la evolucin de la industria en ensayos como El desarrollo petrolero en el Sureste mexicano, recogido en Impactos regionales de la poltica petrolera en Mxico, obra compilada por Leopoldo
Allub y Marco A. Michel, Centro de Investigacin para la Integracin Social, 1982. La obra de Prevot Schapira se concentra en el sur
612
veracruzano, pero para conocer los impactos de la industria petrolera en el norte veracruzano, es fundamental consultar la obra de
Myrna Santiago. De esta historiadora, contamos, en espaol, con el
estudio intitulado De paraso a tierra balda: ambiente y extraccin
petrolera en la Huasteca veracruzana, 1908-1921, ensayo publicado
en El siglo xix en las Huastecas, conjunto de estudios coordinado por
Antonio Escobar y Luz Carregha Lamadrid (2002).
En relacin a los problemtica de la pobreza y la marginacin,
el primer anlisis dedicado a examinar la distribucin territorial de
la pobreza en nuestro pas, es La geografa de la marginacin (1982).
Con base en los datos del Censo de Poblacin y Vivienda del ao
1970, esta obra identifica los municipios y las regiones donde se concentra la pobreza en nuestro pas. Para Veracruz, se estudian las zonas donde se ubican los principales indicadores de marginacin. En
el ao 2005, Hiplito Rodrguez edit Los barrios pobres de las ciudades de Mxico, un conjunto de estudios sobre la forma en que se distribuye la pobreza en las principales urbes de nuestro pas. La obra
presenta un captulo sobre los problemas ambientales que aquejan a
una de nuestras ciudades petroleras: Coatzacoalcos.
En el ao 2004, Margarita Caso, Irene Pisanty y Exequiel Ezcurra publicaron Diagnstico Ambiental del Golfo de Mxico. En esta
obra figura el ensayo Ambivalencias y asimetras en el proceso de
urbanizacin en el Golfo de Mxico: presin ambiental y concentracin demogrfica, producto de la colaboracin de Cuauhtemoc
Len e Hiplito Rodrguez. Para un conocimiento ms preciso de
la forma en que ha evolucionado la pobreza en nuestra regin, es
necesario acudir a las mediciones que han hecho Conapo y Coneval,
sobre la marginacin, la pobreza y el rezago social. Sus estadsticas
e informes se encuentran disponibles en las pginas de internet de
ambas instituciones.
613
dad de minoras nacionales. Por todo ello es difcil definir qu caracteriza a los veracruzanos o cul es su cultura. Sera ms preciso decir que
Veracruz es diverso tanto en su geografa como en su cultura.
De manera general se divide al estado en tres regiones: norte, centro y sur, las cuales se definen por su pasado prehispnico, su historia particular y su etnografa visible, de manera que se identifica
al norte de Veracruz con la regin huasteca, al centro con la regin
totonaca y al sur con la regin olmeca. Esto no implica que estas tres
grandes culturas ancestrales sean las nicas que poblaron esas regiones, pues en su interior hay subregiones, grupos tnicos y culturas
diversas. Adems, la divisin de norte a sur, que separa al estado
en tres grandes secciones es limitada; puesto que si nos referimos al
norte es muy distinto, por ejemplo, el mundo cultural de las comunidades serranas al de las planicies ganaderas de la Huasteca. Con
relacin a la regin central sucede algo parecido puesto que al viajar
por ella en direccin de este a oeste, se puede percibir cmo va cambiando todo: el paisaje, la gente, la comida, etc., conforme asciende
el territorio desde las dunas calientes hasta las estribaciones de las
nieves perpetuas.
Nuestras pretensiones frente a la riqueza, exuberancia y complejidad de las culturas veracruzanas en el siglo xx son bastante modestas. Lo que intentamos es a grandes rasgos sealar cules fueron,
durante el pasado siglo, las caractersticas de algunos de sus principales complejos culturales; al mismo tiempo que bocetar las identidades culturales que se han dado alrededor de algunas de sus ciudades y
regiones. Hacer una revisin de mayor calado en un ensayo de esta
dimensin sera imposible. El criterio de seleccin prioriza, en
esta ocasin, proporcionar una idea aproximada de la pluralidad, el
desarrollo y la vitalidad que en el pasado y en el presente han demostrado los veracruzanos en su quehacer cultural.
618
fueron Veracruz, Orizaba, Xalapa y Crdoba. Tres de ellas se fundaron en tierras arriba de los 800 metros sobre el nivel del mar, en
alturas consideradas por los conquistadores menos insalubres que el
resto del estado. El Veracruz caliente y mortfero era la excepcin a
la regla pues la nacin necesitaba imprescindiblemente de un puerto
prximo a la capital, para el intercambio ultramarino.
Alrededor de las cuatro principales urbes se desarroll una red
de ciudades y poblaciones medias que venan desde Misantla hasta
la cuenca baja del Papaloapan. Aqu se podran mencionar, viniendo
de norte a sur, concentraciones urbanas de relevancia como Misantla,
Jalacingo, Perote, Coatepec, Huatusco, Coscomatepec y Zongolica. Y
como extensin del gran comercio de Veracruz debemos agregar los
puertos de Alvarado y Tlacotalpan que histricamente se disputaban
la supremaca del comercio de los productos del Papaloapan.
Fue en el centro del estado, por la riqueza concentrada en las poblaciones, las mejores comunicaciones, su ubicacin prxima a las
grandes rutas de intercambio, cuando a inicios del periodo que nos
interesa se desarrollaron con mayor rapidez, ms firmemente y con
mayor intensidad los procesos y las manifestaciones educativas y
culturales de carcter urbano occidental. En l se establecieron los
primeros cinco centros de educacin superior del estado los colegios preparatorios en las cuatro principales ciudades mencionadas
anteriormente, a los que sumara el de Tlacotalpan en 1869, con su
ilustre pedagogo Miguel Z. Chzaro. Aqu tambin se haban fundado los principales teatros: el Francisco Javier Clavijero en el puerto de
Veracruz, Ignacio de la Llave en Orizaba, Pedro Daz en Crdoba,
Solleiro en Huatusco y Netzahualcoyotl en Tlacotalpan. La primera
Normal Superior se estableci en Xalapa en 1886. La prensa regional ms perdurable encontr tambin aqu sus sedes y, por ende, el
mayor nmero de imprentas se encontraba en la zona central: 13 en
Veracruz, 12 en Orizaba, 5 en Xalapa, y el mismo nmero en Crdoba. Incluso en el mismo centro del estado se desarrollaron escuelas de pintura importantes en Orizaba, Xalapa y Tlacotalpan.
620
En cambio las regiones sur y norte del estado tendran un escaso desarrollo urbano en el siglo xix. Pocas ciudades tenan calles empedradas, los adelantos tecnolgicos llegaban tarde, las pocas
escuelas cantonales existentes eran casas particulares inadecuadas,
lo mismo que las oficinas pblicas, y las artes estaban casi ausentes. Sin embargo, en lugares como San Andrs Tuxtla, Tuxpan y
Papantla se lograron fundar algunos peridicos, se fomentaron los
experimentos pedaggicos y se desarroll cierto grupo intelectual.
Ello de ninguna manera significaba pobreza cultural, pues en ambos extremos del estado de Veracruz la cultura tradicional era ms
expresiva y exuberante a travs de fiestas, msica, danza y dems
manifestaciones.
Encrucijada de pueblos
La conformacin demogrfica, tnica y cultural que se vena
construyendo desde el siglo de la conquista en que Veracruz
empieza a adquirir el perfil de su jurisdiccin poltica e inicia
un proceso de mestizaje entre los secuestrados de frica, los invasores europeos y, por supuesto, los habitantes originarios de la
costa se enriquece an ms a partir de la modernizacin que
vivira el estado de Veracruz. Esto ocurre precisamente, y sobre
todo, en el ltimo tercio del siglo xix y en las primeras dcadas
de la siguiente centuria, cuando nacionalmente asistimos a una
mayor integracin de Mxico a la economa mundial con todas
las consecuencias que ello implica. Veracruz dispar su crecimiento econmico y demogrfico a partir de estos aos, en que
la entidad entera se volvi un territorio de frontera ocupado por
cuantiosas inversiones que vienen a explotar los recursos naturales y la infraestructura ofrecidos por el estado, lo cual conlleva al
arribo de flujos migratorios que lo mismo vienen del extranjero,
los menos, que provienen del interior del pas: miles de inmi621
Los diversos grupos de extranjeros que llegaron a nuestro pas y al estado de Veracruz
contribuyeron al desarrollo social y econmico; grupo de inmigrantes italianos que se
asentaron en el centro del estado, en la colonia Manuel Gonzlez.
624
Migraciones internas
Por lo que se refiere a los desplazamientos internos, ocurri el nacimiento de un nuevo grupo de veracruzanos que fueron marcados
en diferentes casos por su adscripcin a determinada industria, as
fueron apareciendo grupos de obreros petroleros, de los ingenios
del azcar, de las factoras textiles y de otros ramos y servicios. No
todos estos contingentes fueron hijos de la migracin, pero s un
porcentaje significativo de ellos. Esto provoc la aparicin de nuevas identidades culturales a partir del notable y variado desarrollo
industrial que experiment el estado, de una complejidad y un vigor casi nico en el pas. Entre 1880 y 1910 empresarios britnicos,
estadounidenses, franceses, espaoles y mexicanos montaron ah
grandes empresas con la tecnologa ms adelantada de la poca
en las industrias del transporte, de la construccin, elctrica, textil,
azucarera, destiladoras, cervecera, cafetalera, del vestido, harinera,
tabacalera y petrolera. De las subculturas que nacieron seleccionamos dos casos representativos: el de los textiles del valle de Orizaba
y el de los petroleros del sur del estado.
La cultura sindical textil
En el estrecho y lluvioso valle orizabeo ocurri un desarrollo espectacular de la industria textil. Fueron varias las fbricas textiles de algodn que se establecieron ah, pero las que encabezaron este proceso seran la Ro Blanco y la Santa Rosa. Su puesta en marcha provoc
movimientos migratorios provenientes de una amplia rea que comprenda tanto los estados de Mxico, Puebla y Tlaxcala, como el sureo
estado de Oaxaca y otras entidades muy distantes, como Guanajuato,
Michoacn y Quertaro. Estas corrientes migratorias se hallaban
compuestas por hombres de distintos oficios y condiciones sociales.
Arribaran, por ejemplo, indgenas de la Mixteca oaxaquea, obre628
Hubo que esperar hasta el estallido de la Revolucin, la formacin de los sindicatos en 1915, y la consolidacin de las comunidades
en la tercera dcada para asistir a la aparicin de una cultura obrera textil que marc Orizaba al menos hasta los aos setenta del siglo
xx. Esta cultura no fue la nica en el valle, pero s la que ms se hizo
notar por varios decenios. En ese periodo en los trabajadores recay la organizacin de la colectividad en que vivan y la comunidad
surgida entonces fue producto sobre todo de iniciativas especficamente obreras. Si en el Porfiriato les toc vivir en un territorio social
poco organizado, despus de 1920 los textiles buscaran transformar
los pueblos de compaa Company town en autnticas comunidades obreras, con sus propias instituciones, costumbres e intenciones. Las villas fabriles se transformaron en comunidades sindicales:
union town. Desarrollando uno de los experimentos sociales ms originales del periodo, el sindicato devino en organizador de la vida de
los pueblos fabriles.
Sobre esta experiencia valdra la pena citar el testimonio del destacado dirigente e intelectual Vicente Lombardo Toledano: Vase, por ejemplo, lo que ocurre en Orizaba [ah] el sindicato es, ante
todo, el eje de la vida obrera en sus diversas manifestaciones. De l
dependen muchas instituciones organizadas para beneficio material
y moral de los trabajadores: la cooperativa de consumo, la comisin
encargada de los alojamientos, el club deportivo, la guerrilla, el
Kindergarten para los hijos de sus miembros, la escuela primaria, la
escuela para adultos, las orquestas y las bandas de msica. Existen,
adems, otras instituciones de carcter colectivo que sobrepasan las
posibilidades econmicas de un slo sindicato y que mantienen entre todos, como el Centro Cultural o la imprenta dependientes de la
Cmara del Trabajo.
630
Esta experiencia cultural regional vivi sus momentos ms intensos durante la primera parte de xx, despus fue disminuyendo
paulatinamente pero de ninguna manera se agot del todo. En efecto, el eje de la vida comunitaria continu siendo el sindicato que se
apoder del poder municipal y que no lo solt sino hasta el ltimo
cuarto del siglo. Fue tal la fuerza obrerista que no dej de incurrir
en excesos y de hecho se convirti, hacia mediados de la centuria, en
un cacicazgo, e incluso se teji una leyenda negra acerca de ser la
principal responsable del escaso mpetu industrial del valle en la segunda mitad del siglo xx, y en particular del cierre del ciclo textil
en el valle. Este modelo entr en declive en los aos ochenta con la
631
establecieron en las selvas del alto Coatzacoalcos, pero el clima malsano, los rigores del trpico y los malos manejos administrativos de
las partes involucradas llevaron al fracaso a este proyecto.
tierra y los afanes regionales, pero s estuvieron conscientes de la defensa de sus derechos. Cuando la inflacin y la hambruna golpearon
la regin en abril de 1915 los obreros petroleros y del puerto se fueron a la huelga, logrando un aumento del 50% a su salario. Desde
entonces, las huelgas menudearon y se formaron dos agrupaciones
sindicales que crecieron y se fortalecieron a partir de 1920. A instancias de Lzaro Crdenas las dos organizaciones de obreros petroleros se fundieron en una sola en 1934.
Los petroleros fueron mayora y lograron imponer diputados y
presidentes municipales en su distrito, convirtindose en un factor
real de poder. La mayora de obras pblicas, eventos cvicos, sociales
y deportivos, lo mismo que las grandes inversiones de la industria
eran controladas o supervisadas por las diferentes secciones del sindicato petrolero y sus lderes decidan conjuntamente con las autoridades municipales la planeacin de los presupuestos. Pero los aos
de bonanza terminaron a fines de la dcada de los ochenta. Debido
a la crisis nacional e internacional Pemex cancel obras, restringi
inversiones, contrat a otras empresas y limit el poder del sindicato petrolero. Aunque actualmente los petroleros son un factor de
peso en la poltica regional, la presencia de diferentes industrias, del
comercio internacional y la privatizacin de los puertos, aeropuertos, ferrocarriles y autopistas, as como la poltica de Pemex de subcontratar empresas, les ha restado presencia poltica y capacidad de
gestin.
Tanto en el sindicato petrolero como en los ayuntamientos de Minatitln, Coatzacoalcos, Ixhuatln del Sureste y Las Choapas, los
zapotecos del Istmo lograron imponerse, adems de acaparar puestos en los sindicatos de maestros. La cultura local se vio fuertemente
influida por la cultura zapoteca. Los vistosos trajes istmeos, la msica y parte de la gastronoma fueron adoptados por los veracruzanos del sur. Pero los zapotecos, lejos de integrarse al mbito local,
como lo hicieron otras minoras, fueron creando colonias y reservndose espacios polticos, sindicales y de convivencia, recreando su
635
Hay entonces una veta creativa que no cesa sino que se nutre y
se ampla con la participacin de las nuevas generaciones, como lo
confirman los galardones alcanzados en certmenes nacionales por
Jos Alcntara Hernndez, con sus fantsticas miniaturas en madera, o Julio Csar Corro Lara, con las excepcionales jaranas que
manufactura.
La peculiaridad tlacotalpea deriva de un tipo de vida teido por
el buen gusto cotidiano en la cocina lo mismo en los guisos bien
sazonados que su fantstica dulcera de aldea, en el mobiliario domstico, en la policroma de las fachadas de sus casas, en los primores de sus bordados, y en la belleza y frescura de su lrica popular. Si
de las mujeres se dice que bailan tan primorosamente como bordan, de
los hombres se puede afirmar que tallan las nobles maderas tropicales
con la misma habilidad con que rasgan las cuerdas de sus jaranas
o improvisaban dcimas. En fin, a finales del siglo xx Tlacotalpan
vivi uno de los momentos ms altos de cristalizacin de la cultura
jarocha en sus ms variadas y vigorosas expresiones.
La cultura popular del puerto de Veracruz
El puerto primado del Golfo de Mxico ha sido la sede de la cultura popular urbana ms palpitante y vital del estado costero, que
incluso destaca por su vigor y gracia a lo largo de toda la repblica.
Esto no es gratuito pues precisamente en ella dara inicio uno de los
procesos de afromestizaje ms singulares en el nuevo mundo. Antonio Garca de Len advierte que si hay algo que define al puerto de
principio a fin fue la intensa variedad y florido abigarramiento de su
vida cotidiana. La acumulacin de influencias que es visible desde
la poca colonial no se interrumpe con el proceso de la independencia de Mxico, pues el xix fue un crisol y un fermento para el impacto de lo extranjero. Si a la presencia de forasteros se agregan las
mezclas raciales que en el puerto se dieron puede uno imaginar lo
641
pues fue con la perla de las Antillas con la que siempre se tuvieron
las relaciones ms estrechas; especialmente fuertes, quiz ms que
nunca lo fueron durante la ltima parte de siglo xix y en las primeras dcadas de la siguiente centuria. En el origen de este fenmeno estaban las guerras de independencia de Cuba. Esto provoc el
agrupamiento de una nutrida colonia de isleos en el estado de Veracruz. Y el principal punto de concentracin en la entidad costera
fue el puerto de Veracruz, donde el grupo cubano establecido en el
puerto constitua la segunda comunidad extranjera de la ciudad,
despus de la espaola.
La existencia de esta colonia cubana y el vnculo permanente con
La Habana contribuira sin duda al recibimiento entraable, y para
siempre, que se le brindara al primer ritmo propiamente cubano que
llegara y se adoptara totalmente en poca moderna: el danzn. Lo
mismo sucedera con el arribo del son montuno que lleg en 1928
casi medio siglo despus que el danzn y la historia ms tarde se
repetira con otros ritmos. Enrique Arredondo, un reconocido comediante cubano que visit el puerto en una gira artstica en el carnaval
de 1944 escribira en sus memorias: ...Partimos para Veracruz qu
semejanza tiene esa gente con los cubanos! Estbamos en Mxico y nos
encontramos en un rincn de Cuba. Llegamos en plenos carnavales y
hasta el sbado no debutbamos en el Teatro Variedades, y pudimos
apreciar sus comparsas, exactas a las nuestras. Bailan rumbas, congas,
danzones y sones como nosotros, entonaban hasta guaguanc.
En este periodo de la historia de la ciudad se ubica la consolidacin
de una cultura musical que en Veracruz recibira el nombre de criolla.
De este mundo saldran dinastas musicales como la de los Peregrino, de la cual se formara el Tro Caribe y ms tarde el Tro
Peregrino, y lo que es ms importante, surgira Mara Antonia Peregrino Toa la Negra. Ella sera la mxima intrprete femenina
en Mxico de la msica antillana.
El compositor Agustn Lara personifica en una vertiente de su
vasta obra, quizs ms que ningn otro, el impacto de la vigorosa
643
Mara Antonia del Carmen Peregrino, Toa La Negra fue una cantante de msica popular que lleg a ser famosa en todo Mxico, Centro y Sudamrica, as como en los Estados
Unidos en la poca de Oro de la radio y el cine mexicanos (1930-1950).
645
En general, en estos aos, asistimos a la cristalizacin de una cultura muy particular, como lo ha demostrado el historiador Ricardo
Prez Montfort y a la cual el imprescindible Paco Pldora llamara
la jarocha contextura, que lo mismo se manifestara en la msica y en el baile, como en la forma de hablar, la comida, la bebida, e incluso en la manera de caminar y de salir a dar la vuelta. La
frase: talle que se mueve con vaivn de hamaca no fue una simple
ocurrencia del Flaco de Oro. En 1936 Agustn Lara compuso Veracruz el himno sentimental del puerto, y en esa misma cuarta
dcada escribi: Lamento jarocho, La clave azul, Noche criolla,
Palmeras, La cumbacha y Oracin Caribe, las canciones de su
llamada Suite tropical. La intrprete principal sera una portea y
jarocha al cien por ciento, Antonia Peregrino, Toa la Negra, con
su voz grave de poderosas inflexiones erticas, acompaada, adems del clebre Son Clave de Oro.
estrenar en los aos siguientes una nueva y acogedora sede y desde entonces no deja de realizar a lo largo de todo el ao, ininterrumpidamente, actividades artsticas, la mayor parte de ellas de
excelente nivel. Un proyecto pionero, fue tambin el de El Patio
Muoz ubicado en el casco histrico de la ciudad. A diferencia de
numerosas ciudades del estado en donde bajo el impulso del ivec
se fundaron casas de cultura en los aos ochenta, en la capital no se
estableci ninguna, pero el mencionado patio fungira como tal con el
apoyo del Ayuntamiento. Aqu fue fundamental el trabajo del artista y promotor cultural xalapeo Luis Rechy, quien ya desde La
Tasca haba iniciado la labor de activismo cultural con la sociedad.
En la ltima dcada del siglo, El Patio Muoz recibira la energa del trashumante son jarocho, que lleg a conquistar Xalapa, y
en l se celebraron importantes encuentros de son y dcima, y se
transform en la cabeza de playa del son, no slo con la instalacin
de talleres de msica y laudera sino con el permanente arribo de
acreditados grupos jarochos, entre los que destaca Son de Madera,
que hizo del espacio su casa.
En suma, si hay una ciudad que tenga un florecimiento de proyectos y actividades culturales, sin parangn, en el estado es precisamente Xalapa. Tantas que a veces por la proliferacin de estas
compiten unas con otras para conseguir pblico. Una investigadora como Atziri Molina ha calculado que en los aos recientes son
ms de 600 las personas comprometidas permanentemente en las
labores de difusin cultural. Sin embargo, ella misma ha advertido que las actividades culturales se concentran, sobre todo, en el
centro de la ciudad y para un pblico muy estrecho respecto a los
nmeros que ha alcanzado la poblacin. Ciertamente, a la gran
mayora de la sus habitantes le son ajenas las ofertas culturales de
la llamada, Atenas Veracruzana. Debe decirse que este no es un
problema exclusivo de la capital, sino que en muchas de las ciudades grandes y medias de Veracruz ocurre el mismo fenmeno, en
donde el consumo cultural se vuelve notablemente minoritario.
651
msica tropical, la radio y la televisin, fueron borrando a los fandangos y al son tradicional, quedando slo algunos reductos de jaraneros que se resistan a olvidar sus races.
A fines de los aos setenta, desde Tlacotalpan inici un movimiento por recuperar el son tradicional. Una de las estrategias
fue impulsar encuentros de jaraneros en el marco de las fiestas de
La Candelaria y transmitirlos en vivo por la radio. Poco a poco el
evento se fue consolidando y se convirti en el detonante para que
otras regiones se preocuparan por recuperar su msica. Soteapan
retom el esquema de encuentros jaraneros y de all los encuentros cundieron por todo el sur de Veracruz y en la parte jarocha
de Oaxaca. Adems se establecieron talleres de laudera para hacer jaranas, se ense a nios y jvenes a tocar, versar y zapatear
y numerosos grupos de viejos jaraneros resurgieron despus de
dcadas de haber colgado sus jaranas. Lauderos destacados como
Asuncin Cobos, Julio Corro y Ramn Gutirrez han ganado diversos premios nacionales con sus jaranas. Algunos viejos msicos,
bailadores y versadores se han vuelto casi mticos, como Benito
Rueda, Andrs Ramrez, Arcadio Hidalgo, Guillermo Chzaro
Lagos, Isidro Nieves, Higinio Tadeo, Constantino Blanco, Francisco Hernndez, Luis Zapata y Daro Anastasio, entre otros cuya
enumeracin sera muy larga.
Hoy los grupos de jaraneros estn presentes prcticamente en
todos los municipios sotaventinos y casi todas las fiestas patronales
incluyen un encuentro de jaraneros o un fandango, los cuales tomaron carta de naturalizacin inclusive en ciudades donde el son haba
sido poco significativo. Este proceso de recuperacin del son jarocho se le ha llamado movimiento jaranero y est presente en todo
el Sotavento y en numerosas regiones del pas. Cada ao se graban
decenas de disco y videos, se editan libros sobre la cultura jarocha y
proliferan los encuentros de jaraneros y fandangos.
Las jaranas jarochas son instrumentos de cuerdas; las hay de distintos tamaos, encordaduras y entrastaduras. Normalmente las
653
jaranas se excavan y labran en una sola pieza de madera. La instrumentacin bsica es el requinto y la jarana tercera, a los cuales
se pueden agregar otras jaranas de diversos tamaos con sonidos
graves o agudos, entre las que destacan los mosquitos, leonas, jaranas segundas, bandolas y otras. Segn la regin, se pueden agregar
arpa, violn, contrabajo, marimbol o incluso armnica. Hay sones
de pareja, que bailan un hombre y una mujer, o sones de a montn,
que slo son para mujeres. Se baila sobre una tarima de madera colocada en el piso. En general las reglas son que se zapatea cuando
se canta el estribillo y se valsea o cepillea cuando se versa. Se canta
en cuartetas, quintillas, sextetas y dcimas espinelas formadas por
versos octoslabos. Los jaraneros acompaan bodas, veladas de santos, sepelios y otros eventos significativos para las comunidades. Cada
regin tiene un estilo propio de tocar, bailar y cantar, aunque en los
ltimos aos esas diferencias se han ido perdiendo.
En diciembre son tpicas las ramas, llamadas tambin pascuas,
aguinaldos o naranjas y limas, por el estribillo que acompaa a
los cantos. Las ramas salen por la noche acompaadas por jaraneros para pedir aguinaldo de casa en casa. Se cantan cuartetas en
forma de pregn con versos hexaslabos que aluden al nacimiento del
Nio Dios. Es frecuente que al terminar de cantar las pascuas se declamen las justicias, dcimas espinelas que aluden a algunos pasajes de la vida de Jesucristo. Tambin se puede incluir alguna fuga,
es decir un son jarocho, como despedida. Algunas ramas pueden
incluir una instrumentacin musical distinta al son jarocho e incluso
prescindir de las justicias y fugas.
El pensamiento mgico tambin est presente en el son. Ciertos
sones como El buscapis forzosamente tienen que incluir versos religiosos, pues de otra manera el fandango puede terminar mal, ya
que se considera que este son atrae al diablo. Entre los indgenas de
la sierra las jaranas y tarimas se bautizan en una ceremonia especial. En general se considera que los fandangos son propicios para que
hagan su aparicin los chaneques, espritus chocarreros que cuidan la
654
ritual y por lo comn se usa para las bodas. Para tal fin se forja un
juego de aretes, una gargantilla y dos pares de anillos, entre otras joyas elaboradas con oro amarillo fundido y filigrana. Estos objetos se
hacen por encargo, previo a la ceremonia nupcial.
Las fiestas tradicionales totonacas son fastuosas y destacan por
el derroche de elementos rituales, sobre todo en la sierra. En cada
fiesta se consumen cientos de vistosas velas labradas, usadas en las
procesiones y mayordomas. Los cirios y velas se adornan con figuras moldeadas en cera de abeja a las que se agrega polvo brillante y
papeles de colores. Tambin se elaboran complicados y multicolores
arcos de flores metlicas o de oropel y se adornan profusamente las
iglesias y calles con papel picado de colores.
Sin duda las danzas tradicionales son las que mejor caracterizan al
Totonacapan; las ms conocidas y llamativas son la de los Quetzales
o Quetzalines, y la de los Guaguas. Ambas, junto con la danza del
Volador, pertenecen al grupo de danzas de vuelo. Para volar, cuatro
danzantes se colocan en las aspas de un molinete hecho de madera
rolliza que da vueltas de manera vertical. Hay muchas otras danzas
propias del Totonacapan, como son la de los Sanmiguelitos, la de los
Tejoneros, la de los Negritos, la de los Santiagueros, la de los Toreadores y la del Matarichn. Tambin es posible encontrar versiones regionales de las danzas de Moros y Cristianos y de la Malinche.
Las danzas implican la confeccin de trajes vistosos con bordados o
agregados especiales; diversos tipos de penachos, algunos de ellos muy
complicados; sombreros especiales; diferentes tipos de mscaras de
madera; cintas, collares, pauelos, espadas y otros objetos. Adems,
cada danza se acompaa de msicos huapangueros o de ciertos instrumentos musicales como la flauta, el tambor y el giro.
La lengua totonaca an sigue vigorosa y es conservada por varios
miles de hablantes. Aunque se est perdiendo entre las nuevas generaciones urbanas, en las comunidades los nios y jvenes todava
hablan totonaco, participan activamente en las danzas y aprenden a
tocar huapango.
661
Aunque en el vecino valle de Tehuacn se dieron procesos civilizatorios milenarios, de los cuales result la domesticacin del maz,
la agreste sierra de Zongolica se empez a poblar hasta el siglo ix
de la Era. A esa poblacin originaria de habla popoloca se impuso una migracin de nonoalcas chichimecas que arribaron entre los
siglos xii y xiii, quienes se aliaron a los conquistadores aztecas. No
consta que Zongolica tributara a la Triple Alianza, como s lo hizo
Ahuilizapa (la poblacin indgena que dio origen a Orizaba), segn
consigna el Cdice Mendocino. Ya en tiempos coloniales Zongolica sigui siendo un espacio con cierta influencia poltica y eclesistica
que perteneci en distintos momentos a las jurisdicciones de Veracruz
vieja y a Orizaba.
En las luchas por la independencia destac el liderazgo del cura
Juan Moctezuma y Corts, quien apoy con sus huestes a las tropas de Jos Mara Morelos cuando tomaron la ciudad de Orizaba
en 1812. De esa poca data la bandera tricolor llamada siera, que
supuestamente se tom como modelo para elaborar el lbaro patrio. Hoy, tanto el hecho histrico como la bandera, son smbolos de
identidad regional.
El traje tpico de la regin de Zongolica an se conserva entre
las mujeres como sello de identidad. El ms conocido es el traje
blanco de la zona clida, que consiste en un enredo de popelina
o manta de unos cuatro metros de largo amarrado con una faja
de colores tejida en telar de cintura. Se acompaa con una blusa
blanca de algodn que lleva olanes tejidos a mano. El traje negro
es propio de la zona fra y es similar al anterior, slo vara el color
del enredo y el uso del rebozo.
En la zona templada las mujeres usan un enredo de color azul
rey. La blusa es similar a los trajes anteriores, slo se le agrega un
cuello hecho de chaquira o petatillo. El peinado se adorna con una
serie de remates de bolitas de estambre que adornan las trenzas.
En cambio, el calzn blanco de manta o algodn de los hombres
casi se ha perdido.
663
escala. A pesar de los mltiples programas de desarrollo social implementados, en la actualidad en Zongolica se concentran algunos
de los municipios con mayores ndices de marginalidad del estado
y del pas.
Las mltiples races
Como se advierte, definir a Veracruz y a los veracruzanos es difcil,
al ser hijos de mltiples races y resultado de diversos procesos de
larga duracin. Pocas regiones del pas tienen un pasado tan profundo, de ms de 30 siglos, y pocos estados pueden presumir de tal
diversidad cultural. En Veracruz se traslapan los tiempos idos con
la modernidad, conviven reminiscencias prehispnicas, an vivas en
las culturas indgenas, con remanentes de los tiempos coloniales y
porfirianos que siguen vigentes en el campo, en la cultura y en la
memoria colectiva, pero tambin hay un cambio acelerado, resultado de las nuevas tecnologas y los procesos de globalizacin. No
poda ser de otra manera, la cultura es dinmica y cambiante, no es
una pieza de museo, sino el latir constante de los pueblos que vibran
con una vitalidad que les viene de lejos y encuentra en la cultura el
motor de su historia.
En suma, lo que hemos tratado de mostrar es que la cultura veracruzana del siglo xx contiene en su seno, en realidad, una frondosa
variedad cultural y que es muy difcil hablar de una identidad veracruzana en singular. Por el contrario, la inmensa creatividad cultural veracruzana del pasado siglo se caracteriza por ser el resultado
de una amalgama de mltiples races tnicas y culturales. En el estado han venido conviviendo, desde hace varios siglos, y en particular
en el siglo xx, gran nmero de grupos tnicos y nacionales que han
aportado, de diferente manera, distintos elementos a la identidad o
ms bien identidades veracruzanas. La cultura veracruzana no es
una sola, sino es tantas cosas a la vez y en eso, en ser un vrtice de
665
influencias y de mezclas, estriba su riqueza. Junto al Veracruz mestizo y urbano coexisten los varios veracruces indgenas, que en su
conjunto alcanzan casi un milln de habitantes, y a ellos habra que
sumar los pequeos grupos de descendientes de los inmigrantes extranjeros que tienen ms de un siglo de estar llegando a la entidad.
Todos son igualmente veracruzanos y la riqueza cultural que han
aportado se encuentra lo mismo en el campo que en las ciudades, en
los sectores letrados y urbanos, o en las aisladas comunidades agrarias, entre los campesinos y pescadores, que entre los universitarios y
creadores urbanos. De toda esta mezcolanza estuvo hecha la vigorosa y plural realidad cultural del siglo xx veracruzano.
666
Bibliografa comentada
La diversidad cultural de Veracruz hace necesario estudiar el estado por partes para concebir a sus regiones en toda su complejidad y
profundidad histrica. Aunque las obras acadmicas y de divulgacin son numerosas, varias de ellas son fundamentales para entender a las regiones.
Entre las historias generales de Veracruz destacan las escritas por
Manuel B. Trens y Jos Luis Melgarejo Vivanco, Historia de Veracruz,
Xalapa, Gobierno del Estado de Veracruz, Secretara de Educacin y
Cultura, 1992; y Carmen Blzquez, Breve historia de Veracruz (2000);
aunque tambin hay numerosos cronistas municipales y regionales.
De igual forma son fundamentales las compilaciones de los informes de los gobernadores y de documentos histricos realizados por
Carmen Blzquez. Del periodo revolucionario destacan los libros
colectivos sobre la Revolucin en Veracruz y sobre personajes como
el de Ricardo Corzo, et al., Nunca un desleal: Cndido Aguilar, 18891960 (1986); Romana Falcn y Soledad Garca Morales, La semilla en el surco: Adalberto Tejeda y el radicalismo en Veracruz, 18831960 (1986); como La Revolucin mexicana en Veracruz. Antologa,
Bernardo Garca Daz y David A. Skerrit Gadner (coords.), 2009,
entre otros. As tambin como la prolfica obra de Leonardo Pasquel, La Revolucin en el estado de Veracruz (1971), y Veracruzanos
en la Revolucin (1985). Del agrarismo radical son importantes los
667
libros de Heather Fowler-Salamini, Movilizacin campesina en Veracruz, 1920-1938 (1979); Romana Falcn, El agrarismo en Veracruz. La
Etapa radical (1928-1935),1977; y Elena Azaola Garrido, Rebelin y
derrota del magonismo agrario (1982).
Para abordar al Veracruz contemporneo, especialmente la regin
sur, tres obras de suma importancia son Guido Mnch Galindo, Etnologa del Istmo Veracruzano (1983); otro ms es el coordinado por
Emilia Velzquez, Eric Lonard, Odile Hoffmann y Marie-France
Prvt-Schapira, El Istmo mexicano: una regin inasequible. Estado,
poderes locales y dinmicas espaciales (siglos xvi-xxi), 2009; as como
la compilacin de ponencias presentadas en el seminario El Sur de
Veracruz realizado en 1998 y que fueron publicadas bajo la coordinacin Emilia Velzquez y Eric Lonard, El Sotavento veracruzano,
procesos sociales y dinmicas territoriales (2000). De Alfredo Delgado
destacan sus obras sobre el sur veracruzano Historia, cultura e identidad en el Sotavento (2004), y Acayucan, cuna de la Revolucin, 100
aniversario 1906-2006 (2006). Sobre la tan conocida tradicin de los
brujos tuxtecos es preciso conocer el libro de Marcela Olavarrieta,
Magia en Los Tuxtlas (1989); mientras que sobre los popolucas y nahuas escriben Flix Bez-Jorge, Los Zoque-popolucas, estructura social (1990); y Antonio Garca de Len, Pajapan, un dialecto mexicano
del Golfo (1976). Una obra que podramos considerar pionera, por
el tema tan llamativo y trabajado del son jarocho, es la de Humberto Aguirre Tinoco, Sones de la tierra y cantares jarochos (1991), que
por fortuna lleva varias reediciones. En el mismo sentido podramos
mencionar las obras recientes de Antonio Garca de Len, El mar
de los deseos: el Caribe hispano musical: historia y contrapunto (2002); y
Fandango. El ritual del mundo jarocho a travs de los siglos (2006).
Pasando a otras regiones, sobre la cuenca del Papaloapan y sobre
la sierra de Zongolica son de suma importancia las obras del destacado antroplogo Gonzalo Aguirre Beltrn, Pobladores del Papaloapan. Biografa de una hoya (1992), y Zongolica, encuentro de dioses
y santos patronos (1986); as como las obras del cronista Octaviano
668
Veracruz, fiesta viva (2010), donde colaboran, entre otros Lorena Acosta Vzquez, Romn Gemes Jimnez y Alfredo Delgado Caldern, y
sin duda que el libro Los pueblos indgenas de Veracruz. Atlas etnogrfico, Enrique Hugo Garca Valencia e Ivn Romero (coords), 2009, no
debe faltar en ninguna biblioteca veracruzana.
Debido el gran florecimiento de las culturas veracruzanas en el siglo xx, la bibliografa sobre ellas es igualmente amplia, variada y de
gran riqueza. Aqu slo nos limitaremos a mencionar algunos de los
libros utilizados y otros que, aunque no vienen citados, son indispensables para entender la profusa cultura del pasado siglo en Veracruz.
Para la cultura de las ciudades veracruzanas utilizamos en mayor o
menor medida los ocho volmenes de la coleccin Veracruz. Imgenes
de su Historia publicada entre los aos 1988 a 1992 por el Archivo General del Estado de Veracruz: Coatepec (1989), Papantla (1990), Orizaba (1989), Tuxpan (1991), Los Tuxtlas (1991), Santa Rosa y Ro Blanco
(1989), Puerto de Veracruz (1992) y Xalapa (1992). Para una ciudad que
no apareci en la coleccin arriba mencionada, nos fue til consultar
la obra de Bernardo Garca Daz, Tlacotalpan. Patrimonio de la humanidad (2001), que contiene una panormica del desarrollo econmico
y cultural de La Perla del Papaloapan en los dos ltimos siglos. Tambin es bastante informado el libro Vicente Guzmn Ros, Permetros
del encuentro. Plazas y calles tlacotalpeas (2001).
Para las migraciones internacionales se cuenta con el volumen colectivo de Sara Sefchovich et al., Veracruz, puerto de llegada (2000),
coordinado por Carlos Martnez Assad que repasa el arribo de inmigrantes procedentes de Cuba, Alemania, Francia, Italia y China.
Para el caso especfico de la migracin francesa es bastante completo
el volumen Ro Bobos. Cuenca baja. Historia de una integracin francesa
(2006). Por supuesto para la migracin italiana fue indispensable la
consulta de las informadas investigaciones de Benigno Zilli Manica,
en especial Llegan los colonos! La prensa de Italia y de Mxico sobre la
migracin del siglo xix (1989), y del mismo autor Braceros italianos para
Mxico. La historia olvidada de la huelga de 1900 (1986).
670
Bibliografa general
a
Fuentes
Archivo General de la Nacin (agn)
Fondo Tributos
Ramo Industrias Nuevas
Biblioteca Bancroft, Universidad de California
Biblioteca Nacional def Madrid
Tablas Geogrfico Polticas de N.E, que manifiestan su superficie y Poblacin
Presentadas al Exmo. Sor. Virrey de Mxico y dedicadas, ms. 12968-31
Archivo Municipal de Orizaba (amo)
Archivo General del Estado de Veracruz (agev), Ramo Comisin Agraria Mixta
(cam), Cardex, Xalapa
Fuentes estadsticas
Conapo, http://www.conapo.gob.mx/00cifras/proy/municipales.xls, consultada 6
julio, 2010.
inegi, http://mapserver.inegi.gob.mx/dsist/ahl2003/AHL_consulta.cfm?c=424,
consultada 7 julio, 2010.
inegi, Mxico en cifras, informacin nacional por entidad federativa y municipios 2011, http://www.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/ (consultado en
marzo de 2011).
Direccin General de Estadstica/Instituto Nacional de Estadstica, Geografa e
Informtica (1900-2005) Censos generales de poblacin y Conteos de Poblacin,
inegi, Aguascalientes.
Secretara de Energa, Compendio Estadstico del sector energa.
675
Bibliografa general
Acosta Bez, Francisco, et al., Entre los hombres y las deidades: las danzas del Totonacapan, Conaculta, Mxico, 2005.
Acua, Ren, Relaciones geogrficas del s. xvi: Tlaxcala, t. ii, unam, Mxico, 1981.
Adams, Robert, The Evolution of Urban Society: Early Mesopotamia and Prehispanic Mexico, Aldine, Chicago, 1966.
Aguilar Snchez, Martn Gerardo, La organizacin petrolera y la formacin
de la cultura sindical en Minatitln 1920-1945, en Sotavento nm. 6, verano,
1999, pp. 59-90.
, Movimientos sociales y democracia en Mxico 1982-1998: una perspectiva
regional, Porra-uv, Mxico, 2009.
Aguilera Meja, Mara de la Luz, Veracruz: cifras y perfiles, 1970-1990, uv, Xalapa,
1995.
Aguirre Beltrn, Gonzalo, Zongolica, encuentro de dioses y santos patronos, uv, Xalapa, 1986.
, Zongolica, Encuentro de Dioses y Santos Patronos, Obras completas t. xiv,
uv-ini-gev-fce, Mxico, 1992.
, Los Pobladores del Papaloapan: biografa de una hoya, ciesas, Mxico, 1992.
Aguirre, Pedro, Sistemas polticos, partidos y elecciones: estudios comparados, Nuevo
Horizonte, Mxico, 1997.
, Australia, ife, Mxico, 1999.
Aguirre Tinoco, Humberto, Sones de la tierra y cantares jarochos, pdcs, Mxico,
1991.
Alafita Mndez, Leopoldo, La administracin privada de las empresas petroleras, 1880-1937, Anuario v, Centro de Investigaciones Histricas, uv, Xalapa,
1988, pp. 35-44.
y Filiberta Gmez Cruz, Tuxpan, Serie: Veracruz imgenes de su historia, v. 5, Archivo General del Estado de Veracruz, Mxico, 1991.
lvarez Santiago, Hctor, El Xochitlali en San Andrs Mixtla: ritual e intercambio
ecolgico entre los nahuas de Zongolica, gev, Xalapa, 1991.
Andrade Snchez, Eduardo, La reforma poltica de 1996 en Mxico, unam, Mxico, 1997.
676
Arteaga Garca, Arnulfo, Work and Citizenship in Mxico the Era of Globalization,
Relations Industrielles/Industrial Relations, v. 60, nm. 4, Universit Laval,
Qubec, 2005.
Avenel, Jean, La campagne du Mexique (1862-1867). La fin de la hgmonie europenne en Amrique du Nord, Econmica, Pars, 1996.
Azaola, Elena, Rebelin y derrota del magonismo, fce, Mxico, 1982.
Aziz Nassif, Alberto, Reformar al Estado. Modernizacin sin modernidad, en
Memoria del Coloquio Internacional Transiciones a la Democracia en Europa y
Amrica Latina, UdeG-flacso, Mxico, 1991.
Azuara, Csar, Huapango: el son huasteco y sus instrumentos en los siglos xix y xx,
ciesas-El colegio de San Luis, Mxico, 2003.
Bez-Jorge, Flix, Los zoque-popolucas: estructura social, ini, Mxico, 1990.
, Pensamiento religioso y espacio de poder, gev, Xalapa, 2009.
Barkin, David (comp.), Los beneficiarios del desarrollo regional, sep, Mxico, 1972.
Barrera Bassols, Narciso, et al., Vacas, Pastos y Bosques en Veracruz, 1950-1990,
en Desarrollo y medio ambiente en Veracruz, Impactos econmicos, ecolgicos y
culturales de la Ganadera en Veracruz, ciesas-inecol-F. Ebert, 1993.
, e Hiplito Rodrguez, Impactos econmicos, ecolgicos y culturales de la
Ganadera en Veracruz, Fundacin F. Ebert-ciesas-inecol, Mxico, 1993.
Barthel, Thomas S. y Hasso von Winning, La Mojarra Stela I revisited, en Tribus, nm. 40, 1991, pp. 43-82.
, Some observations of Stela I, La Mojarra, Veracruz, en Tribus, nm.
38, 1989, pp. 91-120.
Bartolom, Miguel, y Alicia Barabs, La Presa Cerro de Oro y El Ingeniero El Gran
Dios, ini-Conaculta, Mxico, 1990.
Bassols, Batalla, ngel, et al., Las Huastecas en el desarrollo general de Mxico, Trillas, Mxico, 1977.
Becerra Ricardo, Pedro Salazar, Jos Woldenberg, La mecnica del cambio poltico
en Mxico: elecciones, partidos y reformas, Cal y Arena, Mxico, 2000.
Behrens, Benedikt, El movimiento inquilinario de Veracruz, Mxico, 1922-1927:
una rebelin de mujeres, en Journal of Iberian and Latin American Studies, 6
(1), julio, 2000.
678
Bentez, Fernando y Jos Emilio Pacheco, Crnica del puerto de Veracruz, gev,
Xalapa, 1986.
Bentez Jurez, Mirna, Las primeras luchas de los trabajadores petroleros y la
formacin de sindicatos, en Leopoldo Alafita Mndez et al., Historia grfica
de la industria petrolera y sus trabajadores (1900-1938), Mxico, cih-iih-uv, 1988,
pp. 67-116.
Benson, Elizabeth (ed.), Dumbarton Oaks Conference on the Olmec, v. 2, Dumbarton Oaks, Washington, 1968.
(ed.), The Olmec and Their Neighbors, Dumbarton Oaks, Whashington,
1980.
Benson, Elizabeth y Beatriz de la Fuente, Olmec Art of Ancient Mexico, National
Galery of Art-Harry N. Abrams, Washington, 1996.
Bernal, Ignacio, El Mundo Olmeca, Porra, Mxico, 1968.
y Eusebio Dvalos Hurtado (eds.), Huastecos, Totonacos y sus Vecinos,
sma, Mxico, 1953.
Bernecker, Walter L., De agiotistas y empresarios. En torno a la temprana industrializacin mexicana Siglo xix, ui, Mxico, 1992.
Beverido, Francisco, Breve historia de la arqueologa olmeca, en La Palabra y el
Hombre, nm. 64, octubre-diciembre, 1987, pp. 161-194.
, Bibliografa olmeca, uv, Xalapa, 1986.
Binford, Leigh (ed.), La economa poltica de la migracin internacional en Puebla y
Veracruz: siete estudios de caso, buap, Puebla, 2004.
Blzquez Domnguez, Carmen, Estado de Veracruz. Informes de sus gobernadores:
1826-1986, tt. I-IX, Gobierno del Estado de Veracruz, Xalapa, 1986.
, Polticos y comerciantes en Veracruz y Xalapa: 1827-1829, gev, Xalapa,
1992.
, Xalapa, agev, Mxico, 1992.
, Empresarios financieros en el puerto de Veracruz y Xalapa: 1870-1890,
en Clara E. Lida, Una migracin privilegiada. Comerciantes, empresarios y profesionales espaoles en Mxico, siglo xix, Alianza, Madrid, 1994, pp. 121-141.
y Ricardo Corzo Ramrez, Coleccin de leyes y decretos de Veracruz. 18241919. 12 tt. uv, Xalapa, 1997.
679
680
681
682
Pye (eds.), Olmec Art and Archaeology in Mesoamerica, National Gallery of Art,
Washington, 2000, pp. 217-251.
Coatsworth, John, El impacto de los ferrocarriles en el Porfiriato, Era, Mxico, 1978.
Cohen, Ronald, State Origins: A Reappraisal, en Claessen Henry y Peter Skalnk (eds.), The Early State, Mouton, La Haya, 1978, pp. 31-76.
Coe, Michael, Archaeological synthesis of southern Veracruz and Tabasco, en
Archaeology of Southern Mesoamerica, 2, Handbook of Middle American Indians,
R. Wauchope (ed.), University of Texas Press, Austin, 1965.
, Americas First Civilization: Discovering the Olmec, Nostrand, Princeton,
1968.
y Richard Diehl, In the Land of the Olmec. The Archaelogy of San Lorenzo
Tenochtitlan, 2 vols., University of Texas Press, Austin, 1980.
Colmenares, Francisco, Petrleo y lucha de clases en Mxico, El Caballito, Mxico,
1982.
Conabio, Capital natural de Mxico, t. ii, Conabio, Mxico, 2009.
Conapo-unam, Atlas de la migracin interna, Mxico 1988.
Connolly, Priscilla, El contratista de don Porfirio, Obras pblicas, deuda y desarrollo
regional, uam-colmich-fce, Mxico, 1997.
Coso Villegas, Daniel, El Porfiriato: vida social y econmica, Hermes, Mxico,
1959.
Crdova Plaza, Roso, Cristina Nez Madrazo y David Skerritt Gardner, Migracin Internacional, crisis agrcola y transformaciones culturales en la regin central de Veracruz, uv-cemca-Embajada Francesa-Conacyt-Plaza y Valds, Mxico, 2008.
Crdova Santamara, Susana, Caf y sociedad en Huatusco, Veracruz, Mxico, Conaculta, 2005.
Corro Ramos, Octaviano, El cantn de Cosamaloapan: noticias de geografa y de historia, Imprenta Comercial, Cosamaloapan, 1951.
, Los cimarrones en Veracruz y la fundacin de Amapa, Imprenta Comercial,
Mxico, 1951.
Corts, Hernn, Cartas de relacin, Castaglia, Madrid, 1993.
Corzo Ramrez, Ricardo, y Carmen Blzquez Domnguez, La iglesia en Vera-
683
cruz: inicios de la restauracin republicana, 1867-69, en La Palabra y el Hombre, nm. 72, octubre-diciembre, 1989, pp. 20-50.
Corzo Ramrez, Ricardo, et al., ...Nunca un desleal: Cndido Aguilar (1889-1960),
El Colegio de Mxico-Gobierno del Estado de Veracruz, Mxico, 2007.
Covarrubias, Miguel, El arte olmeca o de La Venta, en Cuadernos Americanos, v.
xxvii, nm. 4, julio-agosto, 1946, pp. 153-179.
Covarrubias Dueas, Jos de Jess, La democracia como proceso social, en Elecciones y transicin democrtica en Mxico, Ramos Corts Vctor Manuel (comp.),
Amate, Guadalajara, 2000.
Crespo, Jos Antonio, Elecciones y democracia, ife, Mxico, 1995.
Croda, Rubn, Entre los hombres y las deidades. las danzas del Totonacapan, Conaculta-Direccin General de Culturas Populares e Indgenas, Mxico, 2005.
Cruz Romn, ngel, Merinismo y movimiento social en Poza Rica, Veracruz, 19391960, tesis de licenciatura, uv, Xalapa, 1997.
Cruz Velzquez, Romeo, Un proyecto urbano en la poca borbnica. El acueducto del ro Jamapa, 1798-1804, en Carlos Contreras Cruz y Carmen Blzquez Domnguez (coords.), De costas y Valles. Ciudades de la provincia mexicana
a finales de la Colonia, buap-uv-Instituto Mora-Conacyt, Puebla, 2003, pp. 19-44.
Cunill Grau, Pedro, Las transformaciones del espacio neohistrico latinoamericano,
1930-1990, fce-El Colegio de Mxico, Mxico, 1995.
Cyphers, Ann, Escultura olmeca de San Lorenzo Tenochtitlan, iia- unam, Mxico,
2004.
(coord.), Poblacin, subsistencia y medio ambiente en San Lorenzo Tenochtitlan, iia-unam, 1997.
Daneels, Annick, Ballcourts and Politics in the Lower Cotaxtla Valley: A Model
to Understand Classic Central Veracruz, en Philip J. Arnold III y Christopher A. Pool (eds.), Classic Period Cultural Currents in Southern and Central Veracruz, Dumbarton Oaks, Washington, 2008, pp. 197-224.
, Mscaras de piedra de estilo Teotihuacanos en las costa de Golfo, en
Mara Elena Ruiz Gallut y Arturo Pascual Soto (eds.), La costa del Golfo en
tiempos Teotihuacanos: propuestas y perspectivas, inah, Mxico, 2004, pp. 393-426.
Davies, Keith A., Tendencias Demogrficas Urbanas durante el siglo xix en Mxico, en Historia Mexicana, v. xxi, nm. 3, enero-marzo, 1972, pp. 421-524.
684
Dawn Keremitsis, La industria textil mexicana en el siglo xix, sep, Mxico, 1973.
Deans-Smith, Susan, Bureaucrats, planters and workers: the making of the tobacco
monopoly in Bourbon Mexico, University of Texas Press, Austin, 1992.
Dehouve, Danile, Essai sur la royaut sacre en Rpublique mexicaine, cnrs, Pars,
2006.
Delgado Caldern, Alfredo, Acayucan. Cuna de la Revolucin. 100 Aniversario
1906-2006. La Historia, t. i, Publicom, Acayucan, 2006.
, Historia, cultura e identidad en el Sotavento, Conaculta, Mxico, 2004.
, Viento sobre el potrero. Revolucin y agrarismo en el sur de Veracruz, tesis
de doctorado, cidehm, 2009.
Delgado, Ana Laura (coord.), Cien viajeros en Veracruz crnicas y relatos, 12 tt.,
Gobierno del Estado de Veracruz, Mxico, 1992.
Demard, Jean Christophe, Ro Bobos cuenca baja: historia de una integracin francesa, Arturo Snchez y Gandara, Mxico, 2006.
Daz del Castillo, Bernal, Historia verdadera de la conquista de la Nueva Espaa,
Plaza y Jans, Barcelona, 1998.
Dihel, Richard, The Olmecs. Americas First Civilization, Thames & Hudson, Londres, 2004.
Daz Vzquez, Mariano, Modernizacin en la compaa exploradora del Istmo S. A.
1989-1993, tesis de licenciatura, uv, Xalapa, 1994.
Domnguez Prez Olivia, Poltica y movimientos sociales en el Tejedismo, Xalapa,
cih-uv, 1986.
Drucker, Philip, La Venta, Tabasco. A study of Olmec ceramics and Art, en
Bulletin, nm. 153, Bureau of American Ethnology, Smithsonian Institution,
Washington, 1952.
, On the Nature of the Olmec Polity, en Elizabeth Benson (ed.), The Olmec and Their Neighbors, Dumbarton Oaks Research Library and Collection,
Whashington, 1980, pp. 29-47.
, Robert Heizer and Robert Squier, Excavations at La Venta, Tabasco, Reprint Services, Washington, 1955.
Ducey, Michael, Liberal Theory and Peasant Practice: Land and Power in Northern Veracruz, Mexico, 1826-1900, en Robert Jackson (ed.), Liberals, the
Church and Indian Peasants: Corporate Lands and the Challenge of Reform in Ni685
neteenth century Spanish America, University of New Mexico Press, Albuquerque, 1997, pp. 65-94.
, Hijos del pueblo y ciudadanos: identidades polticas entre los rebeldes indios del Siglo xix, en Brian Connaughton, Carlos Illades y Sonia Prez
Toledo, (eds.), Construccin de la legitimidad poltica en Mxico en el siglo xix,
Colmex-unam-Colmich, Mxico, 1999 pp. 127-52.
, A Nation of Villages: Riot and Rebellion in the Mexican Huasteca, 17501850, University of Arizona Press, Tucson, 2004.
, La comunidad liberal: Estrategias campesinas y la poltica liberal durante la Repblica Restaurada y el Porfiriato en Veracruz , en Brian Connaughton (ed.), Prcticas populares, cultura poltica y poder en Mxico: Continuidades y contrastes entre los siglos xviii y xix, uam-i, Mxico, 2008, pp. 302-332.
Durand Ponte, Vctor Manuel, Ciudadana y cultura poltica: Mxico 1993-2001,
Siglo XXI, Mxico, 2004.
Duverger, Maurice, Instituciones polticas y derecho constitucional, Ariel, Mxico, 1984.
Ekholm F., Gordon, Excavations at Tampico and Pnuco in the Huasteca, Mexico, v.
38, American Museum of Natural History, 1944.
El arte de ser totonaca, Gobierno del Estado de Veracruz, Xalapa, 2009.
Elizondo Mayer-Serra, Carlos y Benito Nacif Hernndez (comps.), Lecturas sobre
el cambio poltico en Mxico, fce, Mxico, 2002.
Escalante Gonzalbo, Fernando, Ciudadanos imaginarios: memorial de los afanes y
desventuras de la virtud y apologa del vicio triunfante en la Repblica Mexicana:
tratado de moral pblica, El Colegio de Mxico, Mxico, 1992.
Escobar Ohmstede, Antonio, Ciento cincuenta aos de historia de La Huasteca,
Conculta-gev, Veracruz, 1998.
, De la costa a la sierra: las Huastecas, 1750-1900, ini, Mxico, 1998.
, La insurgencia Huasteca: Origen y Desarrollo, en Jean Meyer (ed.),
Tres Levantamientos Populares: Pugachv, Tpac Amaru, Hidalgo, cemca-Conaculta, Mxico, 1992, pp. 133-149.
y Luz Carregha (coords.), El siglo xix en las Huastecas, ciesas-El Colegio
de San Luis, Mxico, 2002.
Espejo, Alberto, et al., Diccionario mtico-mgico del estado de Veracruz, gev, Xalapa, 1994.
686
Esquivel, Diego del, Relacin de la Chinantla, en Francisco del Paso y Troncoso, Papeles de la Nueva Espaa. Relaciones geogrficas de la dicesis de Oaxaca,
Innovacin, Mxico, 1981.
Estrada, Alejandro, y Rosamond Coates, Las selvas tropicales de Mxico: recurso
poderoso pero vulnerable, fce-sep, Mxico, 1995.
Falcn, Romana, El agrarismo en Veracruz: la etapa radical (1928- 1935), El Colegio de Mxico, Mxico, 1977.
y Garca, Soledad, La semilla en el surco: Adalberto Tejeda y el radicalismo
en Veracruz, 1883-1960, El Colegio de Mxico-Gobierno del Estado de Veracruz, Mxico, 1986.
Fernndez Christlieb, Federico y Pedro Sergio Urquijo Torres, Los espacios del
pueblo de indios tras el proceso de congregacin, 1550-1625, en Investigaciones
Geogrficas, agosto, nm. 60, unam, Mxico, 2006, pp. 145-158.
Fernndez Ortiz, Luis M., et al., La expansin ganadera en Veracruz, sus impactos en la economa y en la produccin de alimentos, en Desarrollo y medio
ambiente en Veracruz, Impactos econmicos, ecolgicos y culturales de la Ganadera en Veracruz, ciesas-Inecol-F. Ebert, Mxico, 1993, pp. 31-43.
Fields, Virginia, The Iconographic Heritage of the Maya Jester God, en Merle
Greene Robertson y Virgian Fields (eds.), Sixth Palenque Round Table, 1986,
University of Oklahoma Press, Norman, 1991, pp. 167-174..
, Dorie Reents-Budet y Ricardo Agurcia, Lords of Creation. The Origins of
Sacred Maya Kingship, Scala, Londres, 2005.
Flannery, Kent (ed.), The Early Mesoamerican Village, Academic Press, Nueva
York, 1976.
Flores Martos, Juan Antonio, Portales de Mcara: una etnografa del puerto de Veracruz, uv, Xalapa, 2004.
Florescano, Enrique e Isabel Gil (comps.), Descripciones econmicas regionales de
Nueva Espaa. Provincias del Centro, Sureste y Sur, sep-inah, Mxico, 1977.
, Memoria mexicana, fce, Mxico, 2002.
Florescano, Sergio, El camino Mxico-Veracruz en la poca colonial: su importancia
econmica, social y estratgica, uv, Xalapa, 1987.
Fossey, Mathieu de, Viaje a Mxico, Conaculta, Mxico, 1994.
Fowler-Salamini, Heather, Agrarian Radicalism in Veracruz, 1920-1938, Univer687
688
, Veracruz. Primer puerto del continente, Fundacin Miguel Alemn, Mxico, 1996.
, y David Skerritt Gardner (eds.), La Revolucin Mexicana en Veracruz,
cebicrm-gev, Xalapa, Mxico, 2009.
Garca Canclini, Nstor, Culturas hbridas: estrategias para entrar y salir de la modernidad, Grijalbo-Conaculta, Mxico, 1990.
Garca de Len, Antonio, Pajapan, un dialecto mexicano del Golfo, sep-inah-dl,
Mxico, 1976.
, El mar de los deseos: el Caribe hispano musical: historia y contrapunto, Siglo
XXI, Mxico, 2002.
, Fandango: el ritual del mundo jarocho a travs de los siglos, Conaculta-ivec,
Mxico, 2006.
Garca Marquez, Agustn, Los aztecas en el centro de Veracruz, iia-unam, Mxico,
2005.
Garca Martnez, Bernardo, Los pueblos de la sierra: El poder y el espacio entre los
indios del norte de Puebla hasta 1700, El Colegio de Mxico, Mxico, 2005.
, Regiones y paisajes de la geografa mexicana, en Daniel Coso Villegas
(coord.), Historia General de Mxico, El Colegio de Mxico, Mxico, 2007, pp. 25-91.
y Mara del Rosario Prieto (comps.), Estudios sobre Historia y ambiente en
Amrica, Colmex-ipgh, Mxico, 2002.
Garca Morales, Soledad, Anlisis de la estadstica de 1907. Haciendas y hacendados, en Mirna Bentez, et al. (coords.), Veracruz, un tiempo para contar...,
inah-uv, Mxico, 1989, pp. 131-179.
, Anlisis de la estadstica de 1907, haciendas y hacendados, uv, Xalapa, 1984.
, Coatepec, agev, Mxico, 1989.
y Jos Velasco Toro, La Educacin en el Estado de Veracruz: informes y memorias: 1877-1911, 2 v., gev, Xalapa, 1989.
, Memorias e Informes de los Jefes Polticos y Autoridades del Rgimen Porfirista 1883-1911, t. vi, uv, Xalapa, 1997.
Garca Martnez, Bernardo, y Mara del Rosario Prieto (comps.), Estudios sobre
Historia y ambiente en Amrica, El Colegio de Mxico-Instituto Panamericano
de Geografa e Historia, Mxico, 2002.
689
y Silvia Mndez Man, Dinmica demogrfica en la provincia de Veracruz en el siglo xix, en Carlos Contreras Cruz y Claudia Patricia Pardo
Hernndez (eds.), La modernizacin urbana en Mxico y Espaa, siglos xix y xx,
buap-Universidad del Pas Vasco, Puebla, 2009, pp. 79-99.
Gmez-Galvarriato, Aurora (coord.), La industria textil en Mxico, de la serie Lecturas de historia econmica mexicana, v. 6, Instituto Mora-Colmich-Colmexunam, Mxico, 1999.
Gmez Luna, Liliana, Identidad y medio ambiente, Enfoques para la sustentabilidad
de un bien comn, Siglo XXI-uqroo-Unesco, Mxico, 2003.
Gmez Martnez, Arturo, Tlaneltokilli. La espiritualidad de los nahuas chicontepecanos, Conaculta, Mxico, 2003.
Gonzlez de Molina, Manuel, Historia y medio ambiente, eudema, Madrid, 1993.
Gonzlez Jcome, Alba, Poblacin, ambiente y economa en Veracruz central durante la Colonia, uia, Mxico, 1988.
Gonzlez Lauck, Rebeca, Acerca de pirmides de tierra y seres sobrenaturales:
observaciones preliminares en torno al edifico C1 en La Venta, Tabasco, en
Arqueologa, 2 poca, nm. 17, Mxico, 1997, pp. 79-97.
Gonzlez Lpez Gemi, Jos, El sistema electoral mexicano. Bases constitucionales y
consecuencias en el sistema de partidos polticos, Porra, Mxico, 2004.
Gonzlez Martnez, Joaqun, Aspectos socioeconmicos de la regin Huasteca,
en Actas Latinoamericanas de Varsovia, t. 3, Varsovia, 1987, pp. 29-54.
, Peregrinares de abril y mayo a travs del Papaloapan. Aproximacin
geoetnogrfica al culto del Cristo Negro, en Jos Velasco Toro (coord.), Santuario y regin. Imgenes del Cristo Negro de Otatitln, uv, Xalapa, 1997, pp.
405-500.
, Las tierras bajas del Veracruz central. Entornos municipales, Cuadernos de
trabajo 11, Xalapa, 2002.
y B. Lisocka-Jaegermann. Cambios de comportamientos socioeconmicos de la poblacin rural de la huasteca 1985-2001, en Actas Latinoamericanas
de Varsovia, t. 25, Varosvia, 2002, pp. 29-45.
y A. Zarzycka, Estructura y funcin de los asentamientos huastecos
contemporneos, en Actas Latinoamericanas de Varsovia, t. 25, Varsovia, 2002,
pp. 47-80.
691
, Alvarado y el mundo del agua, Editora del Gobierno del Estado, Xalapa,
2006.
Gonzlez Navarro, Moiss, La huelga de Ro Blanco, en Historia mexicana, v.
VI, nm. 4, El Colegio de Mxico, Mxico, 1957, pp. 510-533.
Gonzlez Sierra, Jos, Los Tuxtlas, Archivo General del Estado de Veracruz, Mxico, 1991.
, Monopolio del humo, Xalapa, cih-uv, Xalapa, 1987.
Gouttman, Alain, La Guerre du Mexique 1862-1867. Le mirage amricain de Napolen III, Pour lhistoire Perrin, Pars, 2008.
Grafenstein, Johanna von, Insurgencia y contrainsurgencia en el golfo de Mxico 1812-1820, en Virginia Guedea, La independencia de Mxico y el proceso
autonomista novohispano, 1808-1824, unam, Mxico, 2001, pp. 185-227.
Grant Wood, Andrew, Revolution in the Street: Women, Workers and Urban protest
in Veracruz, 1870-1927, Scholarly Resources Books Wilmington, 2001.
Grosso, Juan Carlos, El Comercio interregional entre Puebla y Veracruz: de la
etapa borbnica al Mxico independiente, en La Palabra y el Hombre, nm.
83, julio-septiembre, 1992, pp. 59-92.
, La regin de Puebla y la economa novohispana: las alcabalas en la Nueva
Espaa 1776-1821, Instituto Mora-buap Puebla, 1996.
Grove, David, The Olmec Paintings of Oxtotitlan Cave, Guerrero, Mxico,
en Studies Pre-Columbian Art and Archeology, nm. 6, Washington, 1970, pp.
178-188.
, Olmec Altars and Myths, en Archeology, nm. 26, 1973, pp. 128-135.
y Robert Sharer (eds.), Regional Perspectives on the Olmec, Cambridge,
Londres, 1989.
, The Olmec Legacy: Updating Olmec Prehistory, en National Geographic Research and Exploration, nm. 8, 1992, pp. 166-179.
,Faces of the Earth at Chalcatzingo, Mexico: Serpents, Caves and Mountains in Middle Formative Period Iconography, en John Clark y Mary Pye
(eds.), Olmec Art and Archaeology in Mesoamerica, National Gallery of Art,
Washington, 2000, pp. 277-295.
Guedea, Virginia, La insurgencia en el departamento del Norte: los llanos de Apan y
la sierra de Puebla 1810-1860, unam, Mxico, 1996.
692
1910, en IVEncuentroInternacional de Historiadores de la Prensa en Iberoamrica1792-1970, Universidad Autnoma de Chiapas-UdeG, Mxico, 2009.
Jimnez Garca, Agustn Dany (ed.), Veracruz: fiesta viva, Xalapa, gev, Xalapa,
2010.
Joralemon, Peter, In Search of the Olmec Cosmos: Reconstructing the World
View of Mexicos First Civilization, en E. P. Benson y B. de la Fuente (eds.),
Olmec Art of Ancient Mexico, National Gallery of Art, Washington, 1996, pp.
51-60.
, The Olmec Dragon: A Study in Pre-Columbian Iconography, en H.
B. Nicolson (ed.), Origins of religious art and iconography in Preclassic Mesoamerica, Latin American Center-The Ethnic Arts council of Los Angeles, Los
ngeles, 1976, pp. 27-71.
Jurez Martnez, Abel, Veracruz y el nuevo orden econmico, 1720-1820, ivec,
Veracruz, 2005.
Justeson, John y Terrence Kaufman, A Decipherment of Epi-Olmec Hieroglyphic Writing, en Science, nm. 259, 1993, pp. 703-711.
Katz, Friedrich, La servidumbre agraria en Mxico en la poca porfiriana, Era, Mxico, 1982.
Keith, Davies, Tendencias demogrficas urbanas durante el siglo xix en Mxico, en Historia Mexicana, v. xxi, nm. 83, enero-marzo, 1972. pp. 481-524.
Kelley, Isabel y Angel Palerm, The Tajin Totonac. I. History, Subsistence, Shelter,
and Technology, Washington, 1952.
Koontz, Rex, Iconographic Interaction between El Tajin and South Central
Veracruz, en Philip Arnold III y Christopher A. Pool (eds.), Classic Period
Cultural Currents in Southern and Central Veracruz, Dumbarton Oaks, Washington, 2008, pp. 323-359.
Kour, Emilio, A Pueblo Divided: Business, Property, and Community in Papantla,
Mexico, Stanford University Press, Stanford, 2004.
Krickeberg, Walter, Los Totonaca, contribucin a la etnografa histrica de la Amrica Central, sep, Mxico, 1933.
Laborde, Javier, Los habitantes, en S. J. Guevara Laborde y G. Snchez-Ros
(eds.) Los Tuxtla, El paisaje de la Sierra, Instituto de Ecologa-Unin Europea,
Xalapa, 2006.
695
Ladrn de Guevara, Sara y Sergio Vsquez Zrate (coords.), Memoria del coloquio
Arqueologa del centro y sur de Veracruz, uv, Xalapa, 1997.
, Imagen y Pensamiento en El Tajn, uv, Conaculta-inah, Mxico, 2005.
, Hombres y Dioses de El Tajn, Secretara de Educacin de Veracruz, Xalapa, 2006.
, Museo de Antropologa de Xalapa, en Arqueologa Mexicana, ed. especial, nm. 22, 2007.
Landa Ortega, Mara Rosa, Los primeros aos de organizacin y luchas de los electricistas y tranviarios en Veracruz (1915-1928), tesis de licenciatura, uv, Xalapa,
1989.
Langston, Joy K., Sobrevivir y prosperar: una bsqueda de las causas de las facciones polticas intrarrgimen en Mxico, en Poltica y Gobierno, v. ii, nm. 2,
julio-diciembre, cide, Mxico, 1995.
Lamas, Martha (coord.), Miradas feministas sobre las mexicanas del siglo xx, fceConaculta, Mxico, 2007.
Lau, Ana y Carmen Ramos, Mujeres y Revolucin, 1900-1917, inehrm-inah, Mxico, 1993.
Lazos Chavero, Elena, Ciclos y rupturas: dinmica ecolgica de la ganadera en
el sur de Veracruz, en Lucina Hernndez (comp.), Historia ambiental de la
Ganadera en Mxico, inecol-ird, Mxico, 2001, pp. 133-153.
, Miradas indgenas sobre una naturaleza entristecida: percepciones del deterioro ambiental entre nahuas del sur de Veracruz, Plaza y Valds-iis-unam, Mxico, 2000.
Leach, E. R., Political Systems of Highland Burma: A Study of Kachin Social Structure, Berg, Londres, 2004.
Lemprire, Annick, Nacin moderna o repblica barroca? Mxico 18231857, en Cuadernos de la Asociacin de Historiadores Latinoamericanistas Europeos, nm. 2, pp. 95-126.
Len, Cuauhtemoc e Hiplito Rodrguez, Ambivalencias y asimetras en el proceso de urbanizacin en el Golfo de Mxico: presin ambiental y concentracin
demogrfica, en Margarita Caso, Irene Pisanty y Exequiel Ezcurra, Diagnstico Ambiental del Golfo de Mxico, v. 2, Semarnat-inecol-ine-Harte Institute,
2004, pp. 1043-1082.
696
rruti y Carlos Marichal (coord.), La banca regional en Mxico (1870-1920), Colmex-fce, Mxico, 2003, pp. 134-67.
Lujambio, Alonso e Ignacio Marvn Laborde, La formacin de un sistema netamente mexicano. La reforma de los diputados de partido 1962-1963, Dilogo y debate de cultura poltica, nm. 1 (abril-junio), Mxico, 1997.
, Gobiernos divididos en once estados de la Federacin Mexicana, 19891997, en Mara Amparo Casar e Ignacio Marvn (coords.), Gobernar sin mayora. Mxico, 1867-1997, Mxico, Taurus, 2002.
Mac Masters, Merry, Recuerdos del son, Conaculta, Mxico, 1995.
MacNeish, Richard S., An early archaeological site near Panuco, Veracruz, Mexico, en Transaction of the American Philosophical Society, v. 44, 1954, pp. 539-561.
Malvido, Elsa, La poblacin, siglos xvi al xx, Coleccin Historia Econmica de Mxico, nm. 7, Enrique Semo (coord.), unam-Ocano, Mxico, 2006.
Malvido, Elsa y Miguel ngel Cuenya, Demografa histrica de Mxico: siglos xvixix, Instituto Mora-uam, Mxico, 1993.
Mancisidor Ortiz, Anselmo, Jarochilandia. Contrapuntos de una identidad festiva,
gev, Xalapa, 2007.
Manero, Vicente, La industrializacin de Mxico, Ateneo de Ciencias y Artes de
Mxico, Mxico, 1945.
, Noticias histricas sobre el comercio exterior de Mxico desde la conquista
hasta el ao 1878, Tipografa de Gonzalo Esteva, Mxico, 1979.
Mann, Michael, The Sources of Social Power, v. I, Cambridge University Press,
United Kingdom, 1986.
Martnez Alarcn, Juana, De la hacienda azucarera al modelo de ingenios centrales:
la transicin de la industria azucarera en Crdoba, Veracruz, en el siglo xix, tesis de
doctorado, Xalapa, uv, 2008.
Marchal, Jean-Yves y Rafael Palma, Anlisis grfico de un espacio regional, inireborstom, Xalapa, 1983.
Marcus, Joyce y Kent Flannery, La civilizacin zapoteca: cmo evolucion la sociedad urbana en el valle de Oaxaca, fce, Mxico, 2001.
Marquina, Ignacio, Arquitectura prehispnica, inah-sep, Mxico, 1952.
Martnez Alarcn, Juana, San Cristbal: Un ingenio y sus trabajadores 1896-1934,
cih-uv, Xalapa, 1986.
698
Paz, Octavio y Alfonso Medelln Zenil, Magia de la risa, Col. Sep-Setentas, sep,
Mxico, 1971.
Prez Domnguez, Olivia, Poltica y movimientos sociales en el Tejedismo, Mxico,
cih-uv, Xalapa, 1986.
Prez Lpez, Enrique, The national product of Mexico. 1895-1964, en Hardy W. Callacot, Liberalism in Mexico 1857-1929, Archon, Hamden, 1965, pp.
28-32.
, El Producto Nacional. Mxico 50 aos de Revolucin, nafinsa, Mxico, 1960.
pemex, El petrleo, pemex, Mxico, 1988.
Pea, Moiss T. de la, Veracruz econmico, t. ii, gev, Mxico, 1946.
Peredo Fernndez, Roberto, et al., Diccionario enciclopdico veracruzano, uv,
Xalapa, 1993.
Prez Milicua, Lus, Veracruz, resea geogrfica y estadstica, Librera de la Vda. de
C. Bouret, Mxico, 1912.
Prez Monterosas, Mario, Las redes sociales y migratorias en los procesos de movilidad e interaccin de los habitantes del Veracruz rural central. El caso de Paso
Mariano, 1920-2002, tesis de doctorado, uv, Xalapa, 28 noviembre 2008.
, Las redes sociales de la migracin emergente de Veracruz a los Estados
Unidos, en Migraciones Internacionales, El Colegio de la Frontera Norte, v. 2,
nm. 1, enero-junio, 2003, pp. 106-136.
Philip J., Arnold III, Sociopolitical Complexity and the Gulf Olmecs: A View
from the Tuxtla Mountains, Veracruz, Mxico, en John Clark y Mary Pye
(eds.), Olmec Art and Archaeology in Mesoamerica, National Gallery of Art,
Washington, 2000, pp. 117-135.
Piestchmann, Horst, Las reformas borbnicas y el sistema de intendencias en Nueva
Espaa: un estudio poltico administrativo, fce, Mxico, 1996.
Pldora vila, Francisco, Estampillas jarochas, ivec, Mxico, 1988.
Pia Chan, Romn, The Olmec: Mother Culture of Mesoamerica, Nick Bikoff Book
Seller, Nueva Jersey, 1989.
, y Patricia Castillo Pea, Tajn la ciudad del dios Huracn, fce, Mxico,
1999.
Pool, Christopher A., Olmec Archaeology and Early Mesoamerica, University Cambridge Press, Cambridge, 2007.
704
Recinos, Adrin (ed.), Popol Vu. Las antiguas historias del quich, fce, Mxico,
1947.
Reilly III, Kent, Art, Ritual and Rulership in the Olmec World, en Michael
Coe et al., The Olmec World: Ritual and Rulership, The Art Museum-Princeton
University, Princeton, 1995, pp. 27-45.
, Enclosed Ritual Spaces and the Watery Underworld in Formative Period
Architecture: New Observations on the Function of La Venta Complex A, en
Merle Greene Robertson y Virginia Fields (ed.), Sevent Palenque Round Table,
1989, Pre-Columbian Art Research Instiute, San Francisco, 1994, pp. 125-135.
, Olmec Iconographic Influences on the Symbols of Maya Rulership:
An Examination of Possible Sources, en Merle Greene Robertson y Virginia
Fields (ed.), Sevent Palenque Round Table, 1989, Pre-Columbian Art Research
Instiute, San Francisco, 1994, pp. 151-166.
y James Garber, The Symbolic Representation of Warfare in Formative
Period Mesoamerica, en Kathryn Brown and Travis Stanton (eds.), Ancient
Mesoamerican Warfare, Altamira Press, 2003, pp. 127-148.
Renfrew, Colin, The Emergence of Civilization: The Cyclades and the Aegean in the
Third Millenniun B.C., Methuen, Londres, 1972.
Restrepo, Ivn (coord.), Desarrollo sustentable en el Golfo y Caribe de Mxico, Centro de Ecologa y Desarrollo, Mxico, 1995.
Revel-Mouroz, Jean, Aprovechamiento y colonizacin del trpico hmedo. La vertientes del Golfo y del Caribe, fce, Mxico, 1980.
Reyes Osorio, Sergio, et al., Estructura agraria y desarrollo agrcola en Mxico, fce,
Mxico, 1974.
Reyes Hernndez, Joel, Burocracia y democracia sindical. Sindicato Kimberly Clark
(1968-1980), tesis de licenciatura, uv, Xalapa, 1991.
Reyna Muoz, Manuel, Modernizacin y sindicalismo en Veracruz, Taller de Anlisis de Coyuntura de Veracruz, tacover, Xalapa, 1991.
(coord.), Actores sociales en un proceso de transformacin: Veracruz en los
aos veinte, uv, Xalapa, 1996.
Richards, John, The unending frontier, An environmental history of the early modern
World, University of California Press, Los ngeles, 2003.
Rionda Ramrez, Jorge Isauro, Historia demogrfica de Guanajuato.Periodo precolom706
708
Sharer, Robert J. y Loa P. Traxler, The Ancient Maya, Stanford University Press,
Stanford, 1994.
Siemens, Alfred H, Between the Summit and the Sea, Central Veracruz in the Nineteenth century, University of British Columbia Press, Vancouver, 1990.
, A Favored Place. San Juan River Wetlands, Central Veracruz A.D. 500 to
the Present, University of Texas Press, Austin, 1998.
y Lutz Brinckmann, El Sur de Veracruz a finales del siglo xviii. Un
anlisis de la relacin de Corral, Miguel de Corral y Joachim de Aranda, en
Historia Mexicana, v. xxvi, nm. 2, octubre-diciembre, 1976, pp. 263-324.
, Los paisajes, en S. J. Laborde Guevara y G. Snchez-Ros (eds)
Los Tuxtlas. El paisaje de la Sierra, Instituto de Ecologa -Unin Europea,
Xalapa, 2006.
, Tierra configurada. Investigaciones de los vestigios de agricultura precolombina en tierras inundables costeras desde el Norte de Veracruz hasta Belice, Conaculta, Mxico, 1989.
Silva-Lpez, Gilberto, Guadalupe Vargas y Jos Velasco Toro (coords.), De padre
ro y madre mar: reflejos de la cuenca baja del Papaloapan, gev, Xalapa, 1998.
Silva Riquer, Jorge, Mercados indgenas en Mxico, Chile y Argentina, siglos xviii-xix,
ciesas-im, Mxico, 2000.
Simpson, Eyler, The Ejido: Mexicos Way Out, University of North Carolina Press,
Chapel Hill, 1937.
Skerritt Gardner, David Alan, Una historia agraria en el centro de Veracruz, 18501940, uv, Xalapa, 1989.
, Rancheros sobre tierra frtil, uv, Xalapa, 1993.
, Tres culturas: Un nuevo espacio regional (el caso de la colonia francesa
de Jicaltepec-San Rafael), en Odile Hoffmann y Emilia Velzquez (coords.),
Las llanuras costeras de Veracruz, uv-orstrom, Xalapa, 1994, pp. 161-192.
, Colonos franceses y modernizacin en el golfo de Mxico, col. Historias veracruzanas, nm. 8, uv, Xalapa, 1995.
, Peasant Organisation in the State of Veracruz: 1920 to the Present, tesis de
doctorado, Universidad de Oxford, Oxford, 1996.
, Los colonos de Jicaltepec Un grupo tnico?, en Javier Prez Siller y
709
Cramaussel Chantal (coords.), Mxico, Francia: Memoria de una sensibilidad comn, siglos xix-xx, buap-El Colegio de San Luis-cemca, 1998, pp. 23-38.
, Una historia agraria del centro de Veracruz, 1850-1940, uv, Xalapa, 2003.
, Una dinmica rural: movilidad, cultura y regin en Veracruz, uv, Xalapa, 2008.
, Una tomografa de la migracin internacional: tres momentos en una
regin veracruzana, Estudios de Historia Moderna y Contempornea de Mxico,
unam, Mxico, nm. 35, enero-junio, 2008, pp. 145-179.
Sluyter, Andrew, Ganadera espaola y cambio ambiental en las tierras bajas
tropicales de Veracruz, Mxico, siglo xvi, en Lucina Hernndez (comp.), Historia ambiental de la Ganadera en Mxico, inecol-ird, Mxico, 2001, pp. 25-40.
, The Ecological Origins and Consequences of Cattle Ranching in SixteenthCentury New Spain, en Geographical Review, v. 86, nm. 2, 1996, pp. 161-178.
Soustelle, Jacques, The Olmecs: The Oldest Civilization in Mexico, Doubleday,
Nueva York, 1984.
Southworth, John R., Veracruz Ilustrado (facs. 1900), Mxico, Editora del Gobierno del Estado de Veracruz, 2005.
Souto Mantecn, Matilde, Mar abierto: la poltica y el comercio del consulado de Veracruz en el ocaso del sistema imperial, Colmex-im, Mxico, 2001.
Spinoso, Rosa Ma., Salom Carranza, una mujer moderna en Tlacotalpan, Fernanda Nez, Rosa Ma. Spinoso (coords.), Mujeres en Veracruz: fragmentos de
una historia, v. 2, Gobierno del Estado de Veracruz, Xalapa (en prensa).
Staples, Anne, et al., El dominio de las minoras. Repblica restaurada y Porfiriato,
El Colegio de Mxico, Mxico, 1989.
Stark, Barbara, Archaeology and ethnicity in Mesoamerica, en Ethnic Identity
in nahua Mesoamerica: the view from archaeology, University of Utah Press,
Salt Lake City, 2007, pp. 38-63.
, Patarata Pottery: Classic Period Ceramics of the South-central Gulf Coast,
Veracruz, Mexico, University of Arizona Press, Tucson, 1989.
(ed.), Settlement Archaeology of Cerro de las Mesas, Veracruz, Mexico, Institute of Archeology-University of California, Los ngeles, 1991.
Stark, Barbara y Philip Arnold III (eds.), Olmec to Aztec, settlement patterns in the
ancient Gulf Lowlands, University of Arizona Press, Tucson, 1997.
Stirling, Matthew, Great Stone Faces of the Mexican Jungle, en National Geo710
Taylor, William B., Ministros de lo sagrado: sacerdotes y feligreses en el Mxico del siglo
xviii, v. ii, El Colegio de Michoacn-Secretara de Gobernacin, Mxico, 1999.
Tijerina, Mentor, et al., Anuario electoral 2007: Anlisis descriptivo de los resultados
de las elecciones celebradas en 14 estados del pas, Publicom Estrategias, Monterrey, 2007.
Toledo, Alejandro, Caracterizacin ambiental del Golfo de Mxico, en Alfonso Botello, Rendn Osten, G. Gold y C. Agraz (eds.), Golfo de Mxico, Contaminacin e impacto ambiental, Diagnstico y tendencias, unam-UdeC, Mxico,
1996, pp. 1-24.
, Ros, costas y mares. Hacia un anlisis integrado de las regiones hidrolgicas
de Mxico, semarnat-ine-El Colegio de Michoacn, Mxico, 2003.
Toledo, Vctor Manuel, Ecocidio, etnocidio y capitalismo en el Trpico: el caso de
Uxpanapa, en Naturaleza, produccin, cultura, uv, Xalapa, 1989, pp. 104-132.
, Ecologa y ganadera: reses, cerdos, pollos y ecosistemas, en Naturaleza, produccin, cultura, uv, Xalapa, 1989, 39-65 pp.
Tortolero, Alejandro, El agua y su historia, Mxico y sus desafos hacia el siglo xxi,
Siglo XXI, Mxico, 2000.
Trens, Manuel, B. Historia de Veracruz. Tomo VII. De la Restauracin de la Repblica a las fiestas del centenario 1867-1910, Secretara de Educacin y Cultura,
Mxico, 1950.
Tun, Enriqueta, Por fin ya podemos elegir y ser electas! El sufragio femenino en
Mxico, 1935-1953, inah-Plaza y Valds, Mxico, 2002.
Uribe Cruz, Manuel, El movimiento obrero-petrolero en Minatitln, Veracruz. 19081924, tesis de licenciatura, uv, Xalapa, 1980.
, Fiesta y mayordomas en el Istmo veracruzano, Editora de Gobierno Estado de Veracruz-Llave, Xalapa, 2008.
Valenzuela, Juan, Las Exploraciones Efectuadas en los Tuxtlas, Veracruz, en
Anales del Museo Nacional de Arqueologa, Historia y Etnologa, mnahe, Mxico,
1945, pp. 83-108.
Valle Pavn, Guillermina del, El camino Mxico-Puebla-Veracruz: Comercio poblano y pugnas entre mercaderes a fines de la poca colonial, Segob, Mxico, 1992.
, El cultivo de tabaco en la transformacin de la jurisdiccin de Orizaba
a fines del siglo xviii, en Jorge Silva Riquer (ed.), Los mercados regionales de
712
Mxico en los siglos xvii y xix, Conaculta-im, Mxico, 2003, pp. 152-190.
, Mercaderes, comercio y consulados de Nueva Espaa en el siglo xviii, im,
Mxico, 2003.
Valds Garca, Alejandrina y Hctor Hernndez Ruiz, Recetario nahua de Zongolica, Col. Cocina Indgena y Popular, nm. 31, Mxico, Conaculta, 2000.
Vanderwarker, Amber, Farming, Hunting and Fishing in the Olmec World, University of Texas Press, Austin, 2006.
Vargas Montero, Guadalupe, Expresiones religiosas pblicas en las constituciones de 1857 y 1917, en Carmen Blzquez Domnguez, coord., Entre los derechos individuales y los derechos sociales, gev, Xalapa, 2009, pp. 221-249.
Vzquez, Josefina (ed.), Interpretaciones del siglo xviii mexicano: el impacto de las
reformas borbnicas, Nuevo Imagen, Mxico, 1992.
Vzquez Valle, Irene, La Huasteca: su geografa, su gente, su historia, en Regiones de Mxico. Dilogo entre Culturas, nm. 1, Conaculta, Mxico, 2000.
Velasco Toro, Jos, La educacin primaria en Veracruz, 1810-1910.Cien aos de educacin en Veracruz, uv, Xalapa, 1988.
y Guadalupe Vargas Montero, De padre ro y madre mar: reflejos de la
cuenca baja del Papaloapan, Editora de Gobierno, Xalapa, 1998.
, De la historia al mito: mentalidad y culto en el Santuario de Otatitln, ivec,
Veracruz, 2000.
, Tierra y conflicto social en los pueblos del Papaloapan veracruzano (15211917), uv, Mxico, 2003.
y David Skerrit (coords.), De las marismas de Guadalquidir a la costa de
Veracruz: Cinco perspectivas sobre cultura ganadera, ivec, Veracruz, 2004
y Flix Bez-Jorge (coords.), Ensayos sobre la cultura de Veracruz: arqueologa, etnologa, cultura popular, educacin, historiografa, arquitectura, plstica,
dramaturgia, literatura, ciencias, uv, Mxico, 2009.
Velzquez, Emilia y Odile Hoffmann (coords.), Las llanuras costeras de Veracruz:
la lenta construccin de regiones, uv, Xalapa, 1994.
Velzquez, Emilia, Intercambios econmicos y organizacin regional en el totonacapan, en Odile Hoffmann y Emilia Velzquez (coords.), Las llanuras
costeras de Veracruz, uv-orstrom, Xalapa, 1994, pp. 103-128.
, Cuando los arrieros perdieron sus caminos: La conformacin regional del
713
715
Crditos fotogrficos
718
ndice
Presentacin..................................................................................................... 7
Javier Duarte de Ochoa
Prlogo................................................................................................................ 9
Martn Aguilar Snchez y Juan Ortiz Escamilla
Bibliografa comentada........................................................................... 59
719
163
166
169
171
172
251
253
254
256
258
263
271
El crecimiento cantonal......................................................................................
Equipamiento urbano: las ciudades y villas veracruzanas.................................
Salud de la poblacin..........................................................................................
La colonizacin...................................................................................................
La educacin.......................................................................................................
Reflexiones finales................................................................................................
285
289
297
303
307
316
322
324
327
332
334
722
371
373
375
377
387
391
393
399
401
403
408
411
457
462
472
476
723
492
498
502
507
514
516
520
522
524
528
532
724
617
619
621
622
628
628
632
637
641
647
652
655
659
662
665
725
Lminas
x
Cartografa: Rafael Palma Grayeb
Veracruz central
Sotavento-Istmo
Huasteca-Totonacapan-Martinez de la Torre
Lminas
x
Pginas anteriores
Uniformes de las compaas
militares de las costas de Veracruz
Annimo del siglo xviii
Fuente: Archivo General de Indias
Lancero de Veracruz
Annimo del siglo xviii
Fuente: Archivo General de Indias
Siguientes pginas
Descripcin de la plaza de Veracruz, del castillo
de San Juan de Ula y del camino de Veracruz
a Orizaba, realizado por el ingeniero Antonio
Mara Palun de Camarena, 1857
Fuente: Archivo Histrico Militar de Madrid