Marcial Giovanni Gutierrez Lucar
Marcial Giovanni Gutierrez Lucar
Marcial Giovanni Gutierrez Lucar
Escuela de Posgrado
Maestría en Derecho Empresarial
Lima – Perú
Octubre de 2021
ii
LA DOCTRINA DE LAS MANOS LIMPIAS O
CLEAN HANDS EN EL ARBITRAJE DE
INVERSIÓN: UNA HERRAMIENTA PARA
COMBATIR LA CORRUPCIÓN Y SU
APLICACIÓN A UNA DISPUTA PERUANA
iii
TABLA DE CONTENIDO
RESUMEN ...............................................................................................................VI
ABSTRACT ..............................................................................................................VII
INTRODUCCIÓN ...................................................................................................1
CAPÍTULO I: SISTEMA DE PROTECCIÓN DE INVERSIONES..................4
1.1. Orígenes del Sistema de Protección de las Inversiones. ................................4
1.2 Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y
Nacionales de otros Estados (Convenio CIADI). ..........................................6
1.3 Tratados Bilaterales y Multilaterales de Inversión. .......................................7
1.4 Reglas de arbitraje y de administración. ........................................................9
CAPÍTULO II: EL ORIGEN DE LOS TÉRMINOS EQUITY Y MANOS
LIMPIAS (CLEAN HANDS) ..................................................................................10
CAPÍTULO III: EL ARBITRAJE DE INVERSIÓN: CONCEPTOS PREVIOS
PARA LA APLICACIÓN DE LA DOCTRINA DE LAS MANOS LIMPIAS ..23
3.1 Sobre la regulación para someter controversias al CIADI. ............................23
3.2 Requisitos para acceder a la jurisdicción del CIADI. ....................................24
3.2.1 Requisito Ratione Temporis: .........................................................................24
3.2.2 Requisito Ratione Voluntatis: ........................................................................25
3.2.3 Requisito rationae personae. ..........................................................................26
3.2.4 Requisito rationae materiae:...........................................................................26
CAPÍTULO IV: LA DOCTRINA DE LAS MANOS LIMPIAS Y SU
APLICACIÓN EN EL ARBITRAJE DE INVERSIÓN ......................................30
4.1 El planteamiento de la doctrina de las manos limpias en el arbitraje de inversión,
como mecanismo de cuestionamiento de la competencia del tribunal arbitral.
........................................................................................................................30
4.2 Las implicancias de que la inversión debió ser ejecutada conforme a la
normativa interna del Estado anfitrión. ..........................................................31
iv
4.3 La denegación de jurisdicción en aplicación de la doctrina de las manos limpias,
así como sus repercusiones en la emisión de un lado que resuelve la
controversia. ...................................................................................................33
4.4 Las defensas que podrá emplear el inversionista ante la invocación de la doctrina
de las manos limpias. .....................................................................................39
4.5 Estándar probatorio sobre la corrupción y en pedido de aplicación de la doctrina
de las manos limpias en el arbitraje de inversión. ..........................................40
CAPÍTULO V: CONTROVERSIA ENTRE OLI Y LA REPÚBLICA DEL PERÚ
ANTE EL CIADI .....................................................................................................43
5.1 Antecedentes del Gasoducto del Sur Peruano (GSP).....................................43
5.2 Sobre la aplicación de la doctrina de manos limpias a la disputa entre la
República del Perú y OLI: .............................................................................44
5.2.1 Sobre la asunción de responsabilidad penal por parte de Odebrecht. ............44
5.2.2 Tratado bilateral de inversión suscrito entre la República del Perú y la Unión
Económica Belgo – Luxemburguesa. ............................................................45
5.2.3 Actuaciones adoptadas por la República del Perú para combatir la corrupción
vinculada al conglomerado económico Odebrecht. .......................................46
CONCLUSIONES ...................................................................................................48
RECOMENDACIONES .........................................................................................51
REFERENCIAS .......................................................................................................53
BIBLIOGRAFÍA .....................................................................................................54
v
RESUMEN
Palabras clave:
vi
ABSTRACT
The purpose of this research is to analyze the origine, development and current aplication
of the Clean Hands doctrine in investment arbitration, as well as repercussions this
doctrine would generate on an international dispute amongst the Peruvian State and the
company Odebrecht Latinvest, which is vinculated to the company Odebrecht Brasil.
Likewise, we will propose improvement proposals to be taken into consideration for the
singning of future international investment treaties, generating guarantees for the
application of the Clean Hands doctrine or the existing logic through said institution.
Key words:
Investment – corruption – arbitration – State – arbitral jurisdiction
vii
INTRODUCCIÓN
Hace poco más de 5 años se destapó un escándalo de corrupción que vinculaba a una
importante empresa brasilera, Odebrecht, a quien se le imputó haber sobornado a
autoridades estatales de diversos países latinoamericanos. Ello, con la finalidad de que
obtengan la adjudicación de determinados proyectos de construcción, prefiriéndosele de
manera indebida por encima de los demás postores.
Esa demanda es una pretensión que va a seguir el camino del fracaso, porque
ellos han admitido corrupción en el caso Gasoducto, tienen un acta de
culpabilidad firmada. […] Son todo un cúmulo de pruebas que va a servir para
que el Estado tenga una posición sólida en su defensa ante el CIADI. Además,
no olvidemos que hay un precedente. En el caso peruano tenemos uno bien
controvertido que es el caso Lucchetti que el Estado ganó y porque existe la
doctrina de las manos limpias. Tienen que haber evidencias de corrupción, no se
2
piden sentencias. (Jorge Ramírez: denuncia de Odebrecht ante el CIADI “va a
seguir el camino al fracaso, 2020”).
El marco planteado generó nuestro interés por comprender los alcances de las
aseveraciones realizadas por el procurador peruano, el señor Jorge Ramírez, respecto de
la aplicación de la doctrina de las manos limpias o clean hands al arbitraje de inversión
iniciado por OLI contra el Estado Peruano. Para ello, consideramos necesario tomar en
cuenta los alcances de la institución inglesa del equity, de donde se origina la doctrina
bajo comentario, así como las figuras jurídicas vinculadas que provienen de la rama
romano-germánica; los pronunciamientos emitidos por tribunales arbitrales
internacionales en casos similares en materia de inversión; la regulación internacional
actual y, finalmente, plantear las conclusiones y recomendaciones que estimemos sean
de utilidad para la doctrina, para la resolución del caso que nos interesa y para quienes se
encuentran interesados en esta rama del derecho.
3
CAPÍTULO I: SISTEMA DE PROTECCIÓN DE
INVERSIONES
La presente sección cumplirá una finalidad introductoria, por la cual analizaremos los
aspectos generales vinculados con el sistema de protección de inversiones, delimitando
el sistema jurídico en el que será desarrollada la presente investigación, al igual que su
importancia para el ámbito jurídico de las inversiones realizadas por sujetos de diversas
nacionales.
4
En contraposición, en relación con las relaciones comerciales entre Estados de
distinto nivel de desarrollo económico, comenzaron a celebrarse tratados internacionales
de Amistad, Comercio y Navegación que originalmente fueron suscritos por los Estados
Unidos de América con pequeños Estados y, posteriormente, entre países europeos. En
estos casos, las partes comenzaron a regular el derecho a la propiedad, con el ánimo de
proteger a los inversionistas en los países perceptores de la inversión, concediendo
beneficios como la indemnización justa, pronta y eficaz ante un supuesto de
expropiación.
5
como una oferta abierta para litigar contra el Estado en cuestión ante foros o cortes
internacionales.
Es importante anotar que, antes de la creación del Convenio CIADI, cuando existía
alguna controversia respecto de la violación a la inversión de un extranjero en el Estado
receptor, la única medida que podía adoptar el inversionista – a fin de excluirse de la
competencia de los tribunales nacionales del Estado receptor – era solicitar al Estado de
origen del inversionista que formule una reclamación internacionalmente contra el Estado
receptor, imputándole la comisión de una ilegalidad. Así, no era posible que el
inversionista formule una reclamación directa contra el Estado receptor, encontrándonos
ante una limitación para que los inversionistas ejerzan directamente las medidas legales
para tutelar sus intereses.
Tomando en cuenta la complejidad para que los inversionistas formulen sus
reclamaciones ante los Estados receptores, el Banco Mundial planteó una iniciativa
multilateral para que los Estados suscriban un tratado internacional, con el objetivo de
facilitar no solo que el inversionista formule reclamaciones contra el Estado receptor de
la inversión, sino que dicho Estado también pueda demandar al inversionista si no
respetase sus obligaciones en el marco de la inversión.
Es así como el 14 de octubre de 1966, la referida iniciativa del Banco Mundial
entra en vigencia, a través del denominado Convenio CIADI, también conocido como el
Convenio de Washington, por el que se crea un mecanismo compuesto por una corte
internacional de arbitraje que administra casos de arbitraje entre inversionistas y Estados.
Ello se encuentra respaldado por lo dispuesto en el artículo 25° del Convenio CIADI, por
el que se determina la jurisdicción del centro de arbitraje o CIADI:
6
Complementariamente, dado que el Convenio CIADI es de auto contenido, y tiene
por finalidad desvincularse de cualquier otra competencia, los únicos medios
impugnativos que pueden ser planteados contra el laudo son los de aclaración, revisión y
anulación, los que están regulados en los artículos 50°, 51° y 52° del Convenio CIADI.
Asimismo, uno de los beneficios del Convenio CIADI es que el laudo emitido en este
circuito se entiende como un pronunciamiento firme y como si hubiese sido expedido por
un tribunal nacional del Estado donde será ejecutado, tal como lo prevé su artículo 54°,
por lo que no es necesario seguir algún procedimiento adicional para su reconocimiento,
como un exequátur.
Actualmente, el Convenio CIADI ha sido firmado por 163 Estados, mientras que
155 de estos han realizado el depósito del instrumento de ratificación, por lo que les
resulta aplicable los términos del referido tratado internacional (Banco Mundial, 2021).
7
Es así como los esfuerzos de los actores internacionales – entre ellos el Banco
Mundial – generaron la creación de un régimen jurídico de protección regulado mediante
los tratados bilaterales de inversión (TBI) suscritos entre los Estados intervinientes.
La finalidad de estos tratados es el otorgamiento, al inversionista extranjero, de
estándares mínimos de protección como (Reinisch, 2008):
Asimismo, para acceder a los beneficios del Convenio CIADI no solo es necesario
la suscripción de un TBI entre 2 o más Estados sino que, además, por el mismo
documento se haya determinado que las controversias vinculadas a la inversión realizada
al amparo de su cuerpo normativo serán sometidos a la referida jurisdicción internacional,
lo que debe ser realizado de manera clara e indubitable. Claro está, dicha cláusula arbitral
surtirá efectos respecto de los Estados e inversionistas siempre y cuando los Estados
involucrados en la controversia hayan suscrito el Convenio CIADI. Es decir, no es
suficiente que los Estados vinculados con el TBI declaren que se someterán a la
jurisdicción del CIADI sino que, además, deben ser parte del Convenio CIADI.
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1.4 Reglas de arbitraje y de administración.
Es importante precisar que con la suscripción de los TBI no solo se pactan que las
controversias entre los Estados y los inversionistas sean resueltas por el CIADI, sino que
también pueden ser empleadas otras alternativas como la Corte Permanente de Arbitraje
(CPA), donde se aplican disposiciones procedimentales específicas. Asimismo, también
es posible que las controversias sean resueltas mediante tribunales Ad Hoc, empleando
las reglas procedimentales de la Cámara de Comercio Internacional de Arbitraje (CCI) y
de la Comisión de las Naciones Unidades para el Derecho Mercantil Internacional
(UNCITRAL).
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CAPÍTULO II: EL ORIGEN DE LOS TÉRMINOS EQUITY
Y MANOS LIMPIAS (CLEAN HANDS)
Porque, lo equitativo si bien es mejor que una cierta clase de justicia, es justo, y
no es mejor que lo justo, como si se tratara de otro género. Así, lo justo y lo
equitativo son lo mismo, y aunque ambos son buenos, es mejor lo equitativo. Lo
que ocasiona la dificultad es que lo equitativo, si bien es justo, no lo es de acuerdo
con la ley, sino como una corrección de la justicia legal. La causa de ello es que
toda ley es universal y que hay casos en los que no es posible tratar las cosas
rectamente de un modo universal.
El término del equity o equidad reaparecería siglos después cuando era aplicado
en el Reino Unido de Gran Bretaña, país en el que, si bien impera el sistema del common
law, el equity se abrió paso en un régimen paralelo al del law, contraviniendo el que la
herramienta para solucionar las controversias, en sí, eran las leyes. Como era de
esperarse, y en una clara contraposición, el equity buscaba que a las disputas se aplique
una solución equitativa, por lo que el elemento predominante era la discreción de quien
resolviese. Esta situación era contraria a la estricta y clara aplicación de la ley, pese a
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ello, contaba con un respaldo constante en la historia jurídica anglosajona (Le Moullec,
2018).
(i) De 1066 a 1307: Debe considerarse como el período de origen y formación del
common law, sin ser posible hablar del equity como un sistema de justicia. Sin
embargo, nos permite entender cómo se originó debido a una limitación impuesta
en términos reales, por mandato de la realeza.
11
(ii) De 1307 a 1485: Dado que la Cancillería no podía generar nuevos writs, se la ideó
para promover un nuevo poder jurisdiccional, distinto al del sistema del common
law. Debemos recordar que el Canciller se desempeñaba como el primer ministro
del rey, por lo que podía solucionar las solicitudes de los particulares, pero ya no
resolviendo en aplicación o concesorio de los writs sino de su equidad o equity,
otorgando nuevos derechos distintos a los writs.
(iv) De 1673 a 1683 (Lord Nottingham): En esta época se generan las principales
reformas al sistema de administración de justicia inglés; así como el de la
sistematización de las reglas del equity. Como parte de este proceso es que Lord
12
Hardwicke (Canciller desde 1737 a 1760), incorporó la regla de que las decisiones
del Tribunal de Cancillería se basaban en principios provenientes de las
decisiones anteriores – rule of precedent –.
Aunado a lo expuesto, las decisiones adoptadas por el Tribunal de
Cancillería comenzaron a ser publicadas a través de las colecciones de Reports,
promoviendo que sean conocidos por todos. Por otro lado, debido a la alta
demanda para acudir al sistema del equity, se registraron los primeros retrasos en
este sistema de impartición de justicia, los que trataron de ser reducidos mediante
la creación de la vicecancillería, que inició como un tribunal unipersonal para
transformarse en uno constituido por cuatro magistrados – el Master of Rolls y los
tres vicecancilleres –.
(v) De 1873 a 1875: En este último período inicia un procedimiento de reforma del
sistema de justicia inglés, mediante la suscripción de los Judicature Acts de 1873
y 1875, por los que se simplificó la tramitación ante las cortes del Common Law
y del Equity, pero respetando la existencia de ambos sistemas en paralelo. Estos
acuerdos son de utilidad para consolidar el reconocimiento del sistema del equity
y entendiendo que no depende del law como norma imperativa y positiva, sino
del criterio de quien imparte justicia.
Como parte del desarrollo del equity y al ser parte de un sistema de justicia, fueron
emitidas una relación de máximas o rules of equity, desde un intento doctrinal no
exhaustivo para identificar una serie de reglas generales aplicables por los Tribunales de
la Cancillería durante su máxima etapa de extensión, identificando las siguientes (Falcón
y Tella, 98-99):
(i) “Equity will not suffer a wrong to be without a remedy”: El equity no tolera
agravio sin reparación.
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(iii) “Where there is equal equity, the law shall prevail”. Cuando el equity favorece
por igual a las dos partes, se confía la colusion del conflicto al Derecho estricto.
(iv) “Where the equities are equal, the first in time shall prevail”: Cuando el equity
favorece por igual a las dos partes, debe prevalecer el derecho de quien es anterior
en el tiempo.
(v) “He who seeks equity must do equity”: El que busca equity debe proceder con
equity.
(vi) “He who comes into equity must come with clean hands”: El que acude a la
jurisdicción de equity debe tener las manos limpias.
(ix) “Equity looks to the intent rather than to be form”: La equity mira a la intención
más que a la forma.
(x) “Equity looks on that as done which ought to be done”: La equity considera
realizado lo que debería ser realizado.
Así, entre las máximas del equity encontramos uno de los principios más
importantes y el que resulta ser la herramienta para la presente investigación, y es el de
clean hands o manos limpias, el mismo que se sustenta en la sexta máxima, cuya cita
reiteramos: “he who comes to equity must come with clean hands – El que acude a la
jurisdicción de equity debe hacerlo con las manos limpias. Cabe resaltar que este
14
concepto también se encuentra recogido en instituciones latinas propias del sistema
romano-germánico: Ex turpi causa non oritur actio y nullus commodum capere potest de
sua inuria propia.
Conforme al decurso del tiempo la doctrina de las manos limpias o clean hands
fue ganando adeptos y siendo asimilada por sistemas judiciales, como el norteamericano.
Ello, con la finalidad de proteger la integridad del aparato de impartición de justicia
“porque permitir que un demandante con manos sucias se recupere en una acción genera
dudas sobre la justicia que brinda el sistema judicial” (Traducción libre) (Sentencia
emitida el 20 de agosto de 1947, Corte de Apelaciones de Estados Unidos, Cuarto
Circuito).
Así como el principio del clean hands devino en aplicable en las cortes
jurisdiccionales a nivel internacional, lo mismo ocurrió con los tribunales arbitrales que
iniciaron sus actividades en la resolución de disputas en materia de inversión. Sin
embargo, dado que no existe unanimidad en los criterios aplicables para determinar su
real contenido, se puede concluir que dicho concepto jurídico se encuentra actualmente
en construcción, tal como lo demostraremos en los siguientes párrafos.
El que acude a la jurisdicción del equity debe tener las manos limpias. Así, un
Estado culpable de una conducta ilegal puede ser privado de la locus stand in
judicio necesaria para cuestionar las conductas ilegales de otros Estados,
especialmente si fueron adoptadas o emprendidas como consecuencia para
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contrarrestar su propia ilegalidad – en corto porque fueron provocados por ella.
(p. 119)
(Traducción libre)
418. La doctrina del clean hands, en la medida en que ha sido adoptada por cortes
y tribunales internacionales, no se aplica al presente caso. No se ha elaborado en
el derecho internacional una definición generalmente aceptada de la doctrina del
clean hands. De hecho, en los Comentarios al Borrador de Artículos de la
International Law Commission sobre Responsabilidad del Estado, se reconoce
que raras veces y, cuando se ha invocado, su expresión se ha presentado de
muchas formas. La Corte Internacional de Justicia en numerosas ocasiones se
negó a considerar la aplicación de la doctrina, y nunca se ha basado en ella para
rechazar la admisión de una reclamación o recuperación. Sin embargo, se puede
encontrar cierto apoyo a la doctrina en opiniones disidentes.
(Traducción libre)
16
de Justicia, el 28 de junio de 1937, en el caso de Diversion of Water from the Meuse, mas
no en el pronunciamiento decisorio sino en uno de los pronunciamientos disidentes. Sin
embargo, ello es de utilidad para advertir que en el derecho internacional no existía – ni
existe – claridad respecto a si procede la aplicación de las máximas del equity o si solo
deben ser tomados como referencia para evaluar la conducta de las partes contractuales
en materia de inversión.
Finalmente, no se puede negar que existe un principio general del derecho según
el cual los contratos que violen gravemente las buenas costumbres o el orden
público internacional son inválidos o al menos inaplicables y que no puede ser
sancionados por tribunales o árbitros (…) Este principio es especialmente apto
para ser usado ante tribunales arbitrales que carecen de foro en el sentido
ordinario del término.
(Traducción libre)
240. Este Tribunal resuelve, además, que la inversión realizada por Inceysa
viola el principio Nemo Auditar Propiam Turpitudinem Allegans y que se ha
enunciado en español como que nadie puede beneficiarse de su propia torpeza
17
o dolo. En relación con este principio, existen diversas máximas que, resultan
claramente aplicables al caso que nos ocupa:
a) "Ex dolo malo non oritur actio" (ningún derecho a accionar puede tener su
origen en el dolo).
e) "Unusquique doli sui poenam sufferat" (cada uno debe soportar la pena por
su propio dolo).
(Traducción libre)
18
143. Demandante, en el presente caso, está requiriendo al Tribunal que conceda
a su inversión en Bulgaria las protecciones proveídas por el TCE. Sin embargo,
el Tribunal ha decidido que la inversión fue obtenida por una conducta engañosa
que viola la legislación búlgara. El Tribunal tiene el punto de vista que conceder
las protecciones del TCE a la inversión del demandante podría ser contrario con
el principio nemo auditur propiam turpitudinem allegans invocado antes. Eso
sería también contrario con la noción básica de la política pública internacional
– que un contrato obtenido por un ilícito (falsa declaración) no debe ser ejecutado
por un tribunal.
(Traducción libre)
19
1363. El Tribunal por consiguiente concluye que “unclean hands” no existe como
un principio general del derecho internacional que operaría como un obstáculo a
la reclamación de un inversor, como los demandantes en este caso.”
(Traducción libre)
Como se aprecia del laudo bajo comentario, para el tribunal arbitral a cargo de
resolver esta controversia, la discusión sobre la existencia del principio del clean hands
no contaría con respaldo jurisprudencial, siendo, probablemente, uno de los
pronunciamientos que ha desconocido su existencia de una forma tan tajante. Ahora,
consideramos relevante mencionar que la decisión del tribunal arbitral no implica, de
manera alguna, un consentimiento a la conducta ilegal por parte del inversionista, dado
que ello fue materia de análisis en la resolución de mérito de la controversia.
Recientemente fue emitido un laudo que podemos considerar como tan drástico
como el del caso Yukos Universal Limited c. Federación Rusa, y es el correspondiente al
arbitraje sostenido entre South American Silver Limited c. Bolivia, CPA, emitido el 22
de noviembre de 2018, por el que fue dispuesto que:
20
Sin perjuicio de lo expuesto, existe un caso que brinda mayores luces a la
aplicación del principio de clean hands al arbitraje de inversión, siendo el
pronunciamiento correspondiente al arbitraje iniciado por Niko Resources Ltd. c.
Bangladesh, CIADI, laudo emitido el 19 de agosto de 2013, por el cual fue dispuesto:
(Traducción libre)
En ese sentido, lo que establece este tribunal arbitral es que para la aplicación de
la teoría de las manos limpias será necesario que el inversionista se encuentre en un estado
de incumplimiento permanente, que los hechos materia de discusión estén vinculados con
las medidas adoptadas por el Estado anfitrión para revertir la situación de incumplimiento
y, finalmente, debe existir una clara vinculación entre las medidas con el incumplimiento.
21
El caso bajo análisis desestimó la aplicación de las manos limpias o el clean hands dado
que los hechos en los que incurrió el inversionista no fueron continuados, habían
concluido años atrás y, adicionalmente, las medidas adoptadas por el Estado anfitrión no
estuvieron vinculadas con los incumplimientos en cuestión Así, si bien en el caso bajo
comentario se determinó que no procedía la aplicación del clean hands, también
advertimos que existió una clara intención por parte del tribunal arbitral para definir un
criterio que permita, en futuros casos, determinar si su aplicación es procedente, así como
una vía sencilla para ejecutarla.
22
CAPÍTULO III: EL ARBITRAJE DE INVERSIÓN:
CONCEPTOS PREVIOS PARA LA APLICACIÓN DE LA
DOCTRINA DE LAS MANOS LIMPIAS
Artículo 25°. -
(a) toda persona natural que tenga, en la fecha en que las partes consintieron
someter la diferencia a conciliación o arbitraje y en la fecha en que fue registrada
la solicitud prevista en el apartado (3) del Artículo 28 o en el apartado (3) del
Artículo 36, la nacionalidad de un Estado Contratante distinto del Estado parte
en la diferencia; pero en ningún caso comprenderá las personas que, en
cualquiera de ambas fechas, también tenían la nacionalidad del Estado parte en
la diferencia; y
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(b) toda persona jurídica que, en la fecha en que las partes prestaron su
consentimiento a la jurisdicción del Centro para la diferencia en cuestión, tenga
la nacionalidad de un Estado Contratante distinto del Estado parte en la
diferencia, y las personas jurídicas que, teniendo en la referida fecha la
nacionalidad del Estado parte en la diferencia, las partes hubieren acordado
atribuirle tal carácter, a los efectos de este Convenio, por estar sometidas a
control extranjero.
(4) Los Estados Contratantes podrán, al ratificar, aceptar o aprobar este Convenio
o en cualquier momento ulterior, notificar al Centro la clase o clases de
diferencias que aceptarían someter, o no, a su jurisdicción. El Secretario General
transmitirá inmediatamente dicha notificación a todos los Estados Contratantes.
Esta notificación no se entenderá que constituye el consentimiento a que se
refiere el apartado (1) anterior.
Las disposiciones del artículo 25° del Convenio CIADI nos permiten identificar
a los requisitos necesarios para que las partes de un contrato de inversión accedan a la
jurisdicción del CIADI y son: (i) ratione temporis, (ii) ratione personae, (iii) ratione
materiae y (iv) ratione voluntatis. Procederemos a desarrollar cada uno de los elementos
mencionados.
El acceso a la jurisdicción del CIADI requiere que las partes del arbitraje cumplan con
los siguientes 4 requisitos:
24
La cuestión de la Ratione Temporis está vinculada con la aplicabilidad de un tratado en
el momento correspondiente que así lo hayan determinado las partes. En general, dichos
acuerdos parten de la premisa de la irretroactividad del tratado, siendo imposible que sea
aplicable a situaciones jurídicas que se hayan configurado con anterioridad a su
suscripción.
Ahora, es posible que las partes decidan apartarse de la regla general, para lo que
deberán expresar su voluntad en dicho sentido, admitiendo la aplicación retroactiva del
documento internacional que determine la solución de controversias en materia de
inversión a través del CIADI. Tal como se desprende del laudo UNCITRAL emitido en
el caso Société Générale c. República Dominicana, emitido el 19 de setiembre de 2008:
79. El Tribunal conforme a las primeras notas determina que el principio básico
es que los tratados son no retroactivos, respecto de sus derechos y obligaciones.
(…) Salvo que una intención diferente aparezca del tratado o si de otra manera
ha sido establecido (…).
Así, sobre este punto, concluimos que los tratados bilaterales, como ejemplo,
serán aplicables exclusivamente en el marco temporal establecido por las partes, siendo
una de las verificaciones necesarias para validar si el CIADI contará con competencia
para la resolución de una controversia en materia de inversión.
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La referida promesa puede estar contenida en Leyes en materia de Inversión
Extranjera (Southern Pacific Propoerties [Middle Este] Limited c. República Árabe de
Egipto, CIADI, laudo emitido el 14 de abril de 1988) o Tratados en Materia de Inversión
(Asian Agricultural Products, Ltd. C. República Democrática Socialista de Sri Lanka,
CIADI, laudo emitido el 27 de junio de 1990).
Sin perjuicio de ello, existe una regla de excepción que se desprende del numeral
25 (2)(b) del Convenio CIADI, por el cual se establece que un inversionista nacional
puede ser considerado como extranjero si así lo hubiesen pactado las partes, ya que se
encuentra sujeto a control foráneo. Este va de la mano con el concepto de nacionalidad
corporativa, la que generalmente es determinada por el Estado donde se encuentra
registrada u opera la sede social.
26
Este requisito implica, claro está, que ante el CIADI solo se ventilarán
controversias de naturaleza jurídica, quedando totalmente excluidas las
diferencias de naturaleza política, económica, financiera, etc.
27
(iii) Riesgo: En sí, considerando que el riesgo es un elemento inherente a los
contratos comerciales a largo plazo, se debe tomar en cuento los alcances
del riesgo asumido por el supuesto inversionista, puesto que ello
determina indicios para identificarlo o no como una inversión.
28
legales concedidas por el TBI aplicable. Este punto será abordado a mayor profundidad
en el siguiente capítulo; sin embargo, dejamos constancia de que es la vía por la que se
canaliza la aplicación de la teoría del clean hands en disputas de derecho internacional de
inversión.
29
CAPÍTULO IV: LA DOCTRINA DE LAS MANOS
LIMPIAS Y SU APLICACIÓN EN EL ARBITRAJE DE
INVERSIÓN
Como hemos mencionado en la introducción del presente trabajo, en los últimos años se
han identificado actos de corrupción en los que estuvieron inmersos diversos países, lo
que no ha sido ajeno al Perú, ello generó que los Estados receptores hayan adoptado
decisiones – así como ejecutado – que impactaron directamente en las inversiones
realizadas por aquellos extranjeros cuyo Estado de origen y el receptor cuentan con un
medio que canalice las inversiones como, por ejemplo, un TBI.
Así, no cabe duda de que las situaciones descritas culminarán en una controversia
internacional de inversión, por lo que la doctrina y la práctica arbitral dirigen su mirada
a una defensa procesal que será invocada sin lugar a duda: el clean hands, materia de
análisis en la presente sección.
30
Así, el inversionista extranjero no puede exigir la tutela de las garantías otorgadas
por el TBI aplicable, como la resolución de los conflictos en la vía arbitral, ya que la
inversión ha sido ejecutada contrariamente al TBI, lo que suele comprender al respeto al
ordenamiento jurídico interno del Estado receptor de la inversión. Así, lo que se busca es
la sanción del inversionista mediante los remedios legales y procesos domésticos
correspondientes al Estado anfitrión, tal como se advierte de la disertación del árbitro B.
Cremades al expedir el laudo en el arbitraje seguido por Fraport AF Frankfurt Airport
Services Worldwide c. República de Filipinas, CIADI, emitido el 10 de diciembre de
2014.
Como premisa previa debemos tomar en cuenta que la doctrina de las manos limpias o
clean hands, en el arbitraje de inversión, se sustenta en que el inversionista actuó en contra
del ordenamiento jurídico del Estado receptor, en ese escenario, la primera pregunta que
debemos formularnos es: ¿qué entendemos por la normativa interna del Estado receptor
y cómo llegamos a ella? Así, debemos tener presente que los TBI no son acuerdos cuya
finalidad es regular todos los supuestos normativos para que la inversión se ejecute
conforme a la normativa del Estado receptor, por lo que su técnica de redacción suele
comprender una cláusula de reenvío a la legislación local los Estados suscriptores.
[Está] claro que los Estados pueden expresamente condicionar el acceso de los
inversores a un mecanismo de solución de diferencias, o la disponibilidad de una
31
protección sustantiva. Una de aquellas condiciones más comunes en un
requerimiento expreso de que la inversión cumpla con la legislación interna del
Estado anfitrión. Esta condición aparece típicamente en el TBI que es el
instrumento que contiene el consentimiento del Estado para el arbitraje del
CIADI.
32
de Marruecos, CIADI, decisión de jurisdicción, emitida el 23 de julio de 2001). Por ello,
podemos concluir que se podrá aplicar la doctrina de las manos limpias, a criterio del
tribunal arbitral, ante cualquier tipo de incumplimiento a cargo del inversionista, respecto
de las normas del ordenamiento jurídico del Estado foráneo.
Consideramos que la situación descrita, claro está, genera una falsa inseguridad
ante los inversionistas, dado que existen contravenciones que pueden ser calificadas
como involuntarias o que, en algunos casos, han sido convalidados por el ahora Estado
demandado; sin embargo, esto último es irrelevante dado que una supuesta convalidación
– por no actuación del Estado receptor– no puede implicar una convalidación cuando nos
encontramos ante obligaciones legales de obligatorio cumplimiento.
Tal como hemos previsto, la aplicación de la doctrina de las manos limpias o clean hands
implica, entre otros casos, que la inversión sea realizada en contra de la legislación del
Estado receptor, dicha contravención conlleva a que el tribunal arbitral carezca de
jurisdicción para conocer la controversia, ya que la protección del TBI comprende de
manera exclusiva a las inversiones ejecutadas legalmente, sanción que también será
aplicable cuando nos encontramos ante un inversor corrupto.
33
Lo importante de este caso es que el tribunal arbitral no analizó la legislación de
El Salvador para concluir si la inversión fue ejecutada conforme a su ordenamiento
jurídico. En sí, analizó el TBI, el mismo que se refería a las “reglas generalmente
aceptadas” y “principios del derecho internacional”. Siendo ello suficiente para concluir
que el demandante infringió el principio de buena fe, el principio que nadie puede
beneficiarse de su propio dolo, consecuentemente el orden público internacional y la
prohibición de enriquecimiento injusto o indebido.
Ahora bien, como ha sido expuesto en el caso World Duty Free Company c.
Kenia, CIADI, emitido el 4 de octubre de 2006, existen estándares menores para que se
rechace la competencia del CIADI, principalmente cuando nos encontramos ante
conductas que no solo violan la normativa interna del Estado anfitrión o se contraviene
al propio TBI, sino también cuando existen convenciones internacionales relacionadas a
la corrupción y que son de obligatorio cumplimiento a los Estados involucrados:
34
importantes para la inversión. En este caso, el tribunal arbitral analizó
explícitamente la legislación filipina y determinó que la tergiversación
fraudulenta provocaba que su inversión no cumpliera con la legislación interna
del país, cuya consecuencia fue la declaración de incompetencia del tribunal.
(Cervantes Valarezo, 2018, p.75).
Cabe precisar que el no contar con una invocación unánime de una institución
jurídica para rechazar la competencia del CIADI genera que no exista predictibilidad ni
uniformidad en términos jurisprudenciales, siendo altamente complejo para quien deduce
esta defensa procesal identificar el nivel de éxito de sus alegaciones. Ello se encuentra
respaldado por la doctrina (Cervantes Valarezo, 2017, pp. 92 – 93), al resaltar que:
35
La coherencia y la previsibilidad de las decisiones no se encuentra garantizada
—no existe consenso, ni siquiera entre los árbitros, sobre este tema. Así en el
laudo de Vivendi v. Argentina incluyeron otras dieciocho decisiones en las que
se había rechazado la misma objeción estatal, para realzar la consistencia de la
decisión en cuestión. De otro lado en SGS v. Filipinas, el tribunal arbitral señaló
que “no debían seguirse precedentes, ya que por definición todos los TBI son
distintos. Además, sostuvo que no hay razón para que el tribunal que interviene
en un caso anterior decida la suerte de los subsiguientes casos. De otro lado en
Machala Power v. Ecuador, el tribunal arbitral dijo que las decisiones “deben
buscar adoptar un desarrollo armonioso del derecho de inversiones y por tanto
llenar las legítimas expectativas de la comunidad de Estados e inversionistas de
certeza del imperio el derecho.
Sin embargo, tomando en cuenta la estructura organizativa del CIADI y que los
tribunales arbitrales son independientes entre sí, encontramos pronunciamientos por los
cuales se rechaza la aplicación de la doctrina de las manos limpias o clean hands y,
además, no se reconoce su naturaleza como un principio del derecho público
internacional. Ello ocurrió en el caso Yukos Universal Limited c. Federación Rusa,
cuando el tribunal arbitral rechazó las alegaciones del demandado en atención a:
Hasta este punto, el lector podrá advertir que en ninguno de los pronunciamientos
se ha empleado de forma expresa el concepto de clean hands, cuando los tribunales
arbitrales han rechazado su competencia para resolver una controversia en materia de
inversión, lo que implica para un sector de la doctrina una falta de claridad sobre los
36
alcances y la aplicación de dicha teoría en la jurisprudencia internacional en materia de
inversión.
En ese sentido, podemos concluir que si un TBI exige que la inversión sea
ejecutada conforme al ordenamiento jurídico interno del Estado receptor – u de otras
disposiciones – para ser considerada como tal, dicho requisito constituirá un elemento de
jurisdicción y, al comprobarse la ilegalidad de la inversión, consideramos, corresponderá
que el tribunal arbitral declare que carece de competencia y deniegue la jurisdicción al
inversionista. Claro está, como hemos adelantado, no nos encontramos ante una posición
unánime en la jurisprudencia por lo que el resultado esperable no puede concretarse con
total certeza.
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Por otro lado, en la jurisprudencia hemos encontrado una posición en la que se
postula que el declarar la carencia de competencia por parte del tribunal arbitral – en
aplicación de la doctrina del clean hands – generaría un incentivo perverso para la lucha
contra la corrupción en alguno de los polos intervinientes, dado que negar el acceso al
inversionista a un tribunal arbitral podría ser beneficioso para el Estado que también
participó del acto de corrupción.
[Cuando] tanto el estado como el inversionista tenían las manos impuras, los
tribunales del CIADI pueden ordenar una distribución compartida de los costos,
como en el caso Metal-Tech. También pueden considerar disminuir la cantidad
de daños otorgados a los inversores, como en el caso de Yukos, o pueden
encontrar orientación en el caso de Spentex, para ordenar a los estados
demandados que paguen los costos del arbitraje a una organización
anticorrupción específica, en lugar asignarlos a los inversionistas.
Hemos advertido que el análisis de las medidas adoptadas por los Estados
receptores, a fin de erradicar la corrupción, han sido tomados en cuenta al momento de
emitir los laudos, dado que ello permite verificar si la declaración de incompetencia
genera un beneficio para el Estado demandado. Ello lo advertimos en el caso World Duty
Free Co. v. República de Kenia:
38
Sigue siendo sin embargo una característica muy preocupante de este caso el
hecho de que el destinatario corrupto del soborno de la demandante era más que
un oficial del Estado, dado que era su oficial de más rango, el propio presidente
de Kenia; y que sea Kenia quien presente las ilegalidades de su propio
expresidente como una defensa completa frente a las reclamaciones de la
demandante. Adicionalmente, en las pruebas que se han presentado al Tribunal,
el soborno fue aparentemente solicitado por el Presidente de Kenia y no iniciado
por completo por la demandante. Aunque el presidente de Kenia ha dejado el
cargo y ya no goza de inmunidad jurisdiccional en virtud de la Constitución de
Kenia, parece que Kenia no ha realizado ningún intento de procesarlo por
corrupción o de recuperar la cuantía del soborno ante la jurisdicción civil.
39
(i) El tribunal arbitral no se encuentra ante una infracción del ordenamiento jurídico
que pueda ser considerada como grave;
(ii) Dicho actuar ha sido permitido– expresa o tácitamente – por el Estado foráneo; y,
Como hemos señalado previamente, si bien puede ocurrir que los Estados
receptores de la inversión conocieron y permitieron la contravención a su normativa, por
parte de los inversionistas, el que no hayan adoptado medidas al respecto por ningún
motivo puede implicar una validación de tal proceder, dado que, usualmente, nos
encontramos ante una clara contravención a normativa de obligatorio cumplimiento, los
que por su propia naturaleza devienen en insubsanables o inconvalidables.
(i) Tribunales que exigen un estándar de prueba alto, más allá de la duda razonable,
lo que podría respaldarse con un pronunciamiento judicial en el ámbito penal;
(ii) Tribunales que exigen un estándar de prueba medio, pudiendo asimilar dicho
requerimiento con investigaciones fiscales o dictámenes acusatorios; y,
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(iii) Tribunales cuyo estándar de prueba es bajo, pudiendo concluir que la existencia
de la corrupción sobre evidencia circunstancial e inferencia, fundamentándose en
la sana crítica (valoración directa por parte de los miembros del tribunal arbitral,
respecto de los medios de prueba proporcionados por los interesados).
41
Ello puede resultar del todo peligroso e inclusive cuestionable, dado que los
tribunales arbitrales, en principio, carecen de competencia para calificar determinadas
actuaciones como delictivas.
Hemos culminado con analizar los elementos básicos de la doctrina de las manos
limpias y su vinculación con el arbitraje de inversión, pudiendo adentrarnos en la sección
casi final de nuestra investigación. Eso es, si en el arbitraje iniciado por OLI contra la
República del Perú procede la aplicación de la doctrina en cuestión y, claro está, la
declaración de incompetencia del tribunal arbitral del CIADI.
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CAPÍTULO V: CONTROVERSIA ENTRE OLI Y LA
REPÚBLICA DEL PERÚ ANTE EL CIADI
(i) El contrato de concesión del GSP se firmó en 2014, con la participación del
Ministerio de Energía y Minas y el consorcio liderado por OLI, con la
participación de las empresas Enágas y Graña & Montero. El período de dicho
contrato sería de 34 años y el monto de inversión estimado era de 7 mil 329
millones de dólares. Cabe recalcar que la inversión se encontraba a cargo de los
concesionarios, mas no del Perú.
(ii) Tiempo después estalló el escándalo Lava Jato en el Perú, generando así que la
matriz de OLI, Odebrecht se vea inmersa en uno de los escándalos de corrupción
más grandes del país. En enero de 2017, el gobierno de Pedro Pablo Kuczynki
decidió dar por terminado el contrato de concesión. Ello debido a que, en términos
del Ministerio de Energía y Minas, el consorcio no había demostrado tener
financiamiento para concluir con la concesión, incumpliendo con el cierre
financiero pactado.
(iv) En lo que respecta al ámbito penal, es conocido que los actos de corrupción
admitidos por Odebrecht, en su convenio de colaboración con la justicia peruana,
no comprende al GSP ni a OLI. Sin embargo, también es de público conocimiento
que la adquisición del proyecto GSP se concretó mediante un régimen de
43
espionaje industrial y sobornos, por los cuales Odebrecht – en esta oportunidad,
OLI – habría pagado a abogados y competidores para asegurarse la adjudicación.
El primer punto que debemos tomar en cuenta es que Odebrecht – matriz de OLI – ha
reconocido la comisión de actos de corrupción en actos distintos a la adjudicación del
GSP, con lo cual no nos parece cuestionable que dicha declaración pueda ser extendida a
la controversia bajo análisis. Ello, debido a la vinculación irrefutable que existe entre
Odebrecht y OLI, por lo que el Tribunal Arbitral las considerará como empresas
vinculadas, sin lugar a dudas, con la comisión de actos de corrupción en la configuración
y ejecución de sus inversiones.
44
Este es el primer elemento con el que cuenta el Perú para que el tribunal arbitral
competente en este caso determine su incompetencia para la resolución del arbitraje
iniciado por OLI. Ahora bien, como lo hemos visto en otros casos expuestos previamente,
una salida que puede ser adoptada por el Tribunal Arbitral es que declare se declare
competente para resolver la controversia y tome en cuenta los actos de corrupción
cometidos por OLI-ODEBRECTH para reducir la indemnización que podría ser impuesta
al Perú.
5.2.2 Tratado bilateral de inversión suscrito entre la República del Perú y la Unión
Económica Belgo – Luxemburguesa.
Adicionalmente, del texto del artículo 2° del TBI, advertimos que se establece
como obligación de los inversionistas de ambos Estados que la inversión debe llevarse a
cabo conforme a la regulación interna, por lo que los actos de corrupción cometidos
generarían que el inversionista y la inversión en sí se encuentren en una situación
contraria al ordenamiento jurídico del Estado receptor.
45
o fiscal por el cual se determine que OLI cometió actos de corrupción para adscribirse la
titularidad del GSP, por lo que el Perú deberá activar una etapa probatoria inicial para
que la doctrina de manos limpias sea acogida por el tribunal arbitral CIADI.
Así, la siguiente valla que deberá saltar la República del Perú es si cuenta con
medios de prueba suficientes o los indicios para que el tribunal arbitral CIADI advierta
la comisión de ilícitos vinculados a la corrupción, sin dejar de lado que queda a discreción
del tribunal arbitral declarar fundada la aplicación de la doctrina de las manos limpias.
Como hemos adelantado, el problema respecto a este punto será que la defensa
pública del Perú acredite o brinde los indicios para que el tribunal arbitral CIADI decida
aplicar la doctrina de las manos limpias.
46
Actualmente, la República del Perú es uno de los principales países
sudamericanos que no solo se ha encargado de encarar la lucha contra la corrupción,
directamente contra los partícipes del escándalo Lava Jato y la empresa Odebrecht, sino
que, además, ha arremetido contra las autoridades públicas y políticas que estuvieron
vinculadas con la empresa brasilera y que, hasta cierto punto, intentaron encubrirla a fin
de que no se devele la realidad de los hechos.
Esta información será de utilidad para el tribunal arbitral, a fin de validar que la
República del Perú está batallando en contra de la corrupción y que la aplicación de la
doctrina de las manos limpias no sea empleada como un incentivo perverso para que no
asuma responsabilidad por los actos cometidos por sus principales funcionarios.
47
CONCLUSIONES
▪ El primer punto a tomar en cuenta es que, si bien la doctrina del clean hands no ha
sido aplicada directa y expresamente como tal en los laudos internacionales
analizados, no se debe perder de vista que la lógica existente detrás de ella – el
venir al sistema de justicia con las manos limpias – sí ha sido invocada a través de
diversas instituciones que son propias al derecho romano-germánico, lo que puede
ser calificado como un símil jurídico pese a la diferencia de su sistema jurídico de
origen. Asimismo, independientemente de cuándo un tribunal arbitral decida
implementar de forma expresa la teoría de las manos limpias, no cabe duda de que
dicha teoría, así como sus símiles jurídicos, tiene por finalidad que sea empelada
para resolver controversias vinculadas a actos de corrupción.
▪ Por otro lado, la situación descrita también nos permite advertir que existe un claro
problema respecto a los alcances de la doctrina del clean hands, dado que no existe
un concepto unívoco respecto a qué debemos entender por ella, por lo que hasta
que no se desarrolle su contenido de manera unánime, dependeremos de que cada
tribunal arbitral determine si procede o no su aplicación, generando que cada
Estado se encuentre, literalmente, en una suerte de ruleta rusa dado que no sabrá si
su defensa procesal será aceptada o no, lo que se ve reflejado en una clara falta de
predictibilidad.
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sino como uno que reduzca la indemnización que sea impuesta al Estado receptor
de la inversión.
(i) Pese a que no se cuenta con una declaración realizada por OLI a fin de auto
incriminarse por la comisión de un delito, ni con un pronunciamiento emitido
por el Poder Judicial o el Ministerio Público de su país, ello no resta valor a
que Odebrecht, la matriz de OLI, sí lo ha hecho a través de sus principales
directivos. Lo que sería de utilidad suficiente para acreditar que OLI se
encontró no solo inmersa en actos de corrupción, sino que estaba dirigida por
personas que también habían procedido en el mismo sentido.
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comisión de un acto de corrupción para obtener o hacer viable una inversión,
lo que no puede ser pasado por alto por el TBI.
▪ Sin perjuicio de la posible solidez de los argumentos con los que contaría el Estado
peruano, no se puede perder de vista que la procedencia de su argumento de clean
hands o manos limpias dependerá de la forma en la que es plantada dicha defensa,
si como un cuestionamiento al elemento de ratione materiae o la aplicación de un
principio general del derecho. Ya que, como hemos advertido de diversos
pronunciamientos, el éxito en la aplicación del segundo de estos deviene en muy
improbable.
50
RECOMENDACIONES
▪ En los futuros TBI, no solo los suscritos por el Perú sino por cualquier Estado, es
necesario que se incluya de manera explícita un requisito de legalidad,
determinando que solo las inversiones efectuadas conforme a derecho del Estado
recepctor de la inversión serán protegidas por el TBI. Asimismo, que cualquier
inversión realizada mediante actos de corrupción o fraude se encontrarán
expresamente excluidas(?) de los alcances del TBI. Esta limitación contará con un
efecto procesal, evitando que los tribunales arbitrales conozcan de las controversias
y, en tal sentido, no emitan un pronunciamiento de fondo.
1
Para los fines de este Acuerdo:
1. El término "inversión" significa cualquier tipo de activo relacionado con actividades comerciales.
adquiridos con el objetivo de establecer relaciones económicas duraderas en el territorio de una Parte
Contratante, de acuerdo con sus leyes y reglamentos, y que tengan las características de una inversión,
incluyendo características tales como el compromiso de capital u otros recursos, la expectativa de un
ganancia o ganancia regular, la asunción de riesgo. contribución al desarrollo económico durante un
cierto período de tiempo, e incluye, sobre todo, pero no se limita a:
51
Unidos de América (2016), (iii) el TBI suscrito entre la República del Congo y
Marruecos (2018), (iv) Acuerdo de Protección de Inversión entre Singapur y
Estados Unidos de América (2018), (v) Acuerdo de Protección de Inversión entre
Vietnam y Estados Unidos de América (2019)2, (vi) el TBI suscrito entre la
República Islámica de Irán y Nicaragua (2019), (vii) el TBI suscrito entre Japón y
Jordán (2018), (viii) el TBI suscrito entre Marruecos y Nigeria (2016) y, (ix) el TBI
suscrito entre los Emiratos Árabes Unidos y Paragua (2018).
(a) bienes muebles e inmuebles, así como todos los demás derechos, tales como hipotecas,
gravámenes, pignoraciones y otros derechos similares, definidos de conformidad con las leyes
y reglamentos de la Parte Contratante en cuyo territorio se encuentren dichos bienes;
(c) reclamaciones u otros derechos que tengan valor financiero en relación con la inversión;
(d) acciones, valores u otras formas de participación en empresas; (e) derechos de propiedad
intelectual e industrial, incluyendo, en particular, patentes, diseños industriales, procesos
técnicos, marcas, fondo de comercio y know-how;
(f) franquicias de empresas otorgadas por ley o por contrato, incluidas las concesiones
relacionadas con los recursos naturales,
siempre que dichas inversiones no constituyan una adquisición de acciones o una adquisición de
valores. número de votos igual o inferior al diez (10) por ciento del capital social de una empresa a
través de bolsas de valores.
2
1. El término “inversiones” se refiere a cualquier tipo de activos y propiedad, incluyendo los
siguientes, por el inversionista de una Parte en el territorio de la otra Parte de acuerdo con las leyes y
regulaciones de la otra Parte (de aquí en adelante referido como la Parta Anfitriona):
(d) Derechos sobre propiedad intelectual e industrial tales como patentes; modelos de utilidad,
diseños o modelos industriales, marcas, nombres comerciales y conocimientos;
52
REFERENCIAS
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arbitraje en vigor a partir de abril de 2006, 123 Boletín Mexicano de Derecho
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