CONVIVENCIA DE MES Notas de Kiko

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CONVIVENCIA DE MES

La convivencia, ¿por qué es importante? Porque el niño tiene el peligro de pensar


que los Laudes que reza en su casa, eso es una excepción; necesita saber que
también otros niños rezan los Laudes, y cómo reaccionan ante los Laudes. Y
escuchar a ese otro niño que a lo mejor su padre es un autoritario que no le deja
moverse, y que ya no es su padre solamente el autoritario en ese sentido. Esto
siempre es positivo, saber que estamos en un pueblo.

Dentro de poco viene la preparación a la Pascua. Entonces, después de la Pascua


tenéis que pensar en una convivencia donde los chicos den su experiencia de la
Pascua; preguntarles también cómo van los Laudes en su casa. Y yo os diría de
darles una orientación en esta convivencia de apostolado en la escuela. ¿Cómo
se podría hacer la escuela más cristiana? ¿Qué cosas podríamos hacer en la
escuela? Porque mucho se puede hacer en la clase, muchísimo; mucho más que
los profesores influyen los compañeros.

Yo en Bellas Artes he aprendido, más que de los profesores, de mis mismos


compañeros; estuve en un curso donde había pintores magníficos y de ellos he
aprendido muchísimo. A mí lo que más me ha formado como artista ha sido el
medio, mi clase de la academia. Yo estuve en una clase donde hoy son pintores
de fama casi todos; si hubiera estado en una clase con un término medio muy
bajo, yo hubiera sido otra persona como artista. Quiero decir que se influye
muchísimo en una clase, nos influyen también mucho los chicos. Podernos
nosotros dar a nuestros hijos una misión. Ya a un chico con 12 o 13 años le
podernos mandar al colegio con una misión de este tipo.

Ya hemos dicho que os poneis de acuerdo todos los maestros de la parroquia y


hacéis la convivencia con todos los niños de las comunidades. Con otros niños de
la parroquia que no estén en comunidad no es bueno porque los mismos chicos
lo rechazan, no están en el grupo, hay unas leyes sociológicas. Si queremos
nosotros hacer un servicio a la parroquia. podernos un día tener un encuentro
con los niños de la parroquia. Y si creernos más adelante que es positivo hacer
una convivencia para toda la parroquia, habría que decírselo a los niños de la
comunidad: vamos a tener un encuentro con los niños de la parroquia. Como una
cosa excepcional. Y ya tendría que prepararse completamente distinta esta
convivencia, de una convivencia del "camino" que es de revisión, de crítica, de
ayudarles.

A través de estas convivencias, ¿qué pretendernos? Pues pretendemos una cosa


muy simple. Que el chico necesita un maestro, necesita ver una figura distinta

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del padre. ¿Por qué? porque el chico un día puede decir al maestro: yo es que
con mi padre no me entiendo, porque mi padre tal ... y el maestro le pueda decir:
no te preocupes, yo hablaré con tu padre… O sea, el maestro tiene que ser un
amigo del chico, tenéis que haceros amigos de los chicos. Que cuando el chico
tiene una crisis sepa que puede hablar con el maestro de su comunidad; un poco
en este sentido.

Después, otra cosa es la convivencia de los adultos. Hemos visto que


dejábamos 40 chicos sueltos todo el día a la buena de Dios. Ya hemos comenzado
nosotros a hacer otra cosa, y es que los Laudes vienen con nosotros; después de
los Salmos y la lectura breve se hace una oración y un Padre Nuestro, reciben la
bendición y los maestros normalmente les dan un tema, les hablan de alguna
cosa, están con ellos, y después se hace una lectura al azar o una palabra que
hayan preparado los maestros. Después, por la tarde que están jugando los
niños, hay que recogerlos que no se debe terminar la convivencia sudando o
como sea, sino que tienen que hacer una oración final. Este encuentro final lo
pueden hacer otros hermanos de la comunidad, para que los maestros puedan
también participar en la convivencia.

Se puede hacer un plan con los chicos. De las 11 a la 1 son los Laudes. De 1 a
2:30 partido de fútbol; a las 2: 30 comida. Después de la comida tiempo libre y
luego tenéis un encuentro con ellos y durante media hora les dais una catequesis.
Otro tiempo libre de dos horas, organizándoles juegos, y tenéis otra reunión para
rezar Vísperas.

Si a mí me hacen responsable de 40 niños en una convivencia, bueno pues tengo


que organizar el día con estos niños de forma que debo tener la mayor parte del
tiempo con juegos, me busco otro que me ayude, y a intervalos les paramos y
les damos una palabra. El responsable de la comunidad al comenzar los Laudes
tiene que nombrar dos hermanos que lleven la segunda parte del día con los
niños. Dos maestros llevan la parte de los Laudes, la catequesis con los niños
(mientras los mayores terminan sus Laudes) y por la tarde, después de comer,
otros hermanos se encargan de ellos. Los hermanos que se encargan por la tarde
pueden rotar; vosotros veréis.

Los hijos son muy importantes; no se les puede dejar como caballos locos que
rompan todo. Se presenta en la comunidad este problema y se sacrifican dos
hermanos que se encarguen de darles una palabra, y de jugar con ellos y de
rezar con ellos. Cada día pienso que se podrían encargar dos hermanos distintos.

Una cosa que no es educativa es dejar a los niños solos todo el día en casa.
Segundo, nosotros tenemos una convivencia al mes para revisar nuestra vida de

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fe; usemos esta convivencia para que nuestros hijos, que ya han hecho la Primera
Comunión, revisen también su fe. Hacen Laudes con nosotros (la primera parte)
y después los maestros se los llevan. Los pequeños se van con la cuidadora, y
los mayores que ya han hecho la Primera Comunión se reúnen en una sala y los
maestros preguntan a cada uno su experiencia. ¿Que no han hablado todos? se
continúa después de comer. y cuando han terminado se les organiza un juego,
“el pañuelo” o lo que sea; hay muchísimos juegos para hacer con los chicos.
Después, cuando ya están cansados y tal, se les recoge: chicos. Vamos a rezar.
Y obedecen. Y se corrige al que haga el tonto; además te querrán muchísimo si
corriges al que haga el tonto. Se les reúne al final, se hace una lectura al azar.
se les dice una palabra de esta lectura. Se les invita a rezar a cada uno. Al final
se reza el Padre Nuestro, se dan la Paz, pides una bendición al Señor para ellos
y hemos acabado. Una convivencia genial. Y están todos deseando venir.

Lo importante es mentalizar a la comunidad de que todo lo que hagamos nosotros


por pasar la fe a los hijos es fundamental y que lo recibiremos centuplicado. Y
todo lo que sea abandonar a los niños porque nos cansan, porque nos molestan,
etc., luego lo pagamos, eso se paga después. A los niños no se les puede dejar
solos.

- (Algún maestro propone que la oración del final de la tarde la hagan con los
mayores, en Vísperas con la comunidad):

También lo podéis hacer así, pero es más vivo que ellos hagan una oración solos
porque a lo mejor vienen allí de mala manera, han estado jugando ... se puede
hacer de las dos formas. A ellos les gusta rezar, participar; dadles una palabra
adecuada para ellos después de abrir el Evangelio al azar y hacedles rezar a cada
uno de ellos. Y sabiendo que esa oración que van a hacer es muy importante:
que pidan por su familia, que pidan por los enfermos, que pidan por España, que
pidan porque no haya guerra, que pidan por los amigos de clase. Y luego,
además, hay que enfocar a estos chicos como os decía en esta misión de cara a
la escuela.

Por la mañana los maestros les pueden dar una palabra, cogiéndose un tema del
Antiguo Testamento y preguntándoles: ¿a ti qué te dice esta palabra? Para eso
eres didáscalo, hermano mío, para pensar qué es lo que puede ayudar a los
niños. Cualquier cosa que leas de la Escritura, después le preguntas: ¿qué ha
significado para ti? Luego lo partes, lo recoges todo, dialogas con los chicos. Por
ejemplo, yo el otro día con la catequesis de Lázaro preguntaba: ¿qué significa
que sale con los pies atados? Y los chicos te dicen mil cosas.

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Entonces vamos a ver: Laudes con los mayores, hacen los Salmos, una Palabra
breve y reciben la bendición del presbítero, o si no tenéis presbítero del
responsable de la comunidad. Se van a una sala con los maestros (dos) a
continuar los Laudes, y después a jugar hasta la hora de comer. En este rato que
han estado con los maestros, les proclama una lectura del Evangelio, les da una
catequesis actualizando este Evangelio en la vida de los niños, y hacen sus
oraciones. No una cosa muy larga.

Ahora vamos a ver cómo organizamos la tarde que es lo más difícil. Hay varias
posibilidades. Una: como los adultos hacen la convivencia, que es dar cada uno
su experiencia de cómo va su vida de fe, para mí sería lo mejor; reunimos a los
niños y cada uno da su experiencia de vida de fe (esto son sugerencias, estamos
construyendo entre todos bajo la acción del Espíritu Santo. Conocéis mejor que
yo cómo son vuestros hijos, por eso os pregunto); sobre todo se trataría de hacer
esto con los niños mayores que ya han hecho la Primera Comunión. Esto,
vosotros veréis.

Dos hermanos que hayan dado su experiencia por la mañana tienen la misión de
encargarse de los chicos por la tarde y organizarles juegos. En las comunidades
donde no haga falta porque solo hay chicos pequeños y ya se ocupan de ellos las
cuidadoras, pues nada, no hace falta que hagáis esto.

Por último, hace falta que dos hermanos al final de la tarde se encarguen de
recogerles y hacer una oración con ellos, después de darles una lectura al azar
del Evangelio. O sea, una lectura del Evangelio, una palabra, un canto, oraciones
espontáneas, el Padre Nuestro, el abrazo de la Paz y pedir la bendición: "Que el
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal…" El que tenga solamente tres niños
no hay problema, los incorpora al final de la tarde a la oración de la comunidad;
todo esto depende de las circunstancias de cada comunidad.

De todas maneras, si los maestros comienzan en las convivencias a dar unas


catequesis a los chicos y les va interesando, sus figuras comienzan a ser
importante en la comunidad; si no, los maestros no hace nada en la comunidad.
O sea que es importante la figura del maestro, aunque le suponga un pequeño
sacrificio. Lo que hace falta es ver que tenga vocación de maestro, hace falta
encontrar uno que de verdad tenga este amor a los chicos y que sea capaz de
sacrificarse por ellos, estando con ellos y dándoles una palabra de fe.

Hay que ver la misión del maestro, o sea si el maestro es importante o no es


importante. Si el maestro solamente es importante para la Pascua o para alguna
convivencia, entonces no pasa nada. Pero creemos que el maestro debe ser una
persona que tenga autoridad con los chicos, que le respeten, que sepa ponerse

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serio cuando haga falta ponerse serio. Y, además, que se tome muy en serio
esto; tiene que prepararse antes de la convivencia una Palabra y dársela con
amor a los chicos.

Lo que no tenéis nunca que pensar es: ¡pobrecito cuánto sufre, pobrecito se
aburre! No. ¿Es bueno para el chico? pues adelante. Hombre, tampoco tenerles
todo el día como en una clase, también tienen que jugar.

Pero no es bueno tenerles todo el Domingo siete horas jugando y haciendo el


burro. De todas formas, no estamos aquí dando normas estrictas; estamos
reflexionando sobre lo que habéis hecho y lo que se puede hacer. Luego, cada
comunidad tiene su propia realidad.

Lo importante es: Laudes, una catequesis con el maestro, juego y oración final.
Organizarlo como vosotros queráis.

Cuando venga el buen tiempo haced una excursión con ellos, una convivencia al
campo de todo el día, contándoos cómo va su vida espiritual, si rezan, qué
relación tienen con Dios, preguntándoles uno a uno cómo va su vida de fe, qué
intimidad tienen con Jesucristo. Hacéis una convivencia.

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