Libro Agrimensura Bartaburu

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AGRIMENSURA

Evocaciones
de
una profesión milenaria

S. GUSTAVO BARTABURU
S. Gustavo Bartaburu
[email protected]

Diseño y edición
Paula Benedetto
[email protected]

Impreso en PREMAT Industria Gráfica S.R.L


Entre Ríos 2650, Córdoba, Argentina

Julio 2013
A mi esposa:
Nélida Esther (Noni)
cincuenta y ocho años
de amor y comprensión
El pulso largo y sin medida del
tiempo todo lo mueve. No hay
nada oculto que no pueda sacar
a la luz, ni nada conocido que
no pueda volver a la oscuridad.

Sófocles

Todo error sincero merece


Respetuosa consideración.

José Ingenieros

Un libro abierto es un cerebro que habla,


Cerrado, un amigo que espera,
Olvidado, un alma que perdona,
Destruído, un corazón que llora.

Proverbio hindú
ÍNDICE

Pág.
PRŁLOGO ................................................................................................ 9
1. LA AGRIMENSURA ............................................................................ 13
2. ÉTICA DEL AGRIMENSOR ................................................................. 57
3. ORIGEN ACADÉMICO 1876 ............................................................ 69
4. DOCENCIA UNIVERSITARIA ............................................................. 81
5. BECA DE ESTUDIO ............................................................................ 99
6. LOS COMIENZOS ............................................................................ 117
7. ALTAS CUMBRES ............................................................................. 125
8. TAMA ................................................................................................ 133
9. NEUQUÉN . ...................................................................................... 141
10. EL POTRERILLO .............................................................................. 153
11. CATAMARCA ................................................................................. 165
12. LA RIOJA ........................................................................................ 179
13. EL DURAZNO ................................................................................ 185
14. RECORDANDO MENSURAS ........................................................ 193
A modo de

PRÓLOGO

Nunca pensé que alguna vez escribiría estos relatos sobre la actividad profesional
que he practicado durante tantos años, a pesar que es parte de mis afectos más
nostálgicos. Hace 25 años que he dejado de ejercer la Agrimensura, que no fuera
como docente universitario, tarea ésta que me ha brindado grandes satisfacciones,
entre las que destaco el honor de haber contribuido a la formación de no pocas
generaciones de agrimensores que han sabido, me consta, resolver delicadas
cuestiones de la problemática territorial.

Es de gran utilidad conocer el origen y evolución de esta profesión milenaria por-


que hace posible la comparación con el pasado, creando así, el vehículo necesario
para asegurar un futuro envidiable en la consolidación del Ordenamiento Terri-
torial como consecuencia de una racional aplicación de las Geociencias, en par-
ticular de la Geomática, con especial intervención de la Ciencias Jurídicas y la
Economía.

Gran parte de la tarea del agrimensor se realiza al aire libre, en lugares siempre di-
ferentes, en la montaña, en el valle, en la pampa o en el monte. De frente a la na-
turaleza que ama y defiende. Sus comisiones de campaña estarán formadas por
el agrimensor y sus ayudantes, de ser necesarios, pero también con los „auxiliares
de campo‰, a quienes me resisto a llamar peones, porque suelen ser más que eso.
Ellos cargan y cuidan con responsabilidad nuestro instrumental topográfico. Pero
también asimilan rápidamente las explicaciones que los llevarán a colocar en su
lugar las señales para la medición. Personalmente guardo mucho respeto por estos
lugareños, porque he aprendido de ellos el sentido de su filosofía de vida y cos-
tumbres adornadas, por lo general, con la tolerancia y la consideración que los
caracteriza.

No es tarea fácil referirnos a nuestra actividad personal, sin correr el riesgo de


caer en la soberbia ó el egoísmo. No obstante, trataremos de justificar estos re-
latos con la esperanza que resulten de interés, aunque sea como entretenimiento.
Se hará referencia a un limitado número de trabajos de agrimensura porque de
ellos tengo memoria segura, dejando de lado buena cantidad de otros que no
considero necesario mencionar a los fines propuestos. Como las mensuras y divi-
siones en Propiedad Horizontal de numerosos edificios de esta Ciudad de Cór-
doba, que no revisten demasiadas particularidades salvo las que fueron tratadas
en nuestra publicación, „El Plano de Mensura‰(1990), respecto a la acotación de
9
errores en este particular capítulo del ejercicio profesional de la Agrimensura.

Tampoco resulta fácil desarrollar, por este medio, metodologías de medición uti-
lizadas hasta los años 80/90, ya que fueron reemplazadas por los procedimientos
de la tecnología moderna. Esta es la razón por la cual el lector encontrará en el
relato referencias a aspectos puramente geográficos, históricos ó simplemente
anecdóticos, con lo que pretendemos también llegar a quienes no pertenecen a
nuestra profesión.

Los colegas que encuentren la voluntad de incursionar en este trabajo, segura-


mente muchos de ellos habrán sido nuestros alumnos en la Universidad y la mayor
parte de ellos contará con la incomparable experiencia de haber pertenecido a
dos períodos muy diferentes en la aplicación del arte de medir, utilizando las he-
rramientas clásicas de la Topografía, durante un largo período, como la cinta mé-
trica y el teodolito y posteriormente, en la modernidad, la „Estación Total‰, el
G.P.S. y otros instrumentos que han revolucionado la práctica de la Agrimensura.

Es bueno pensar en el asombroso desarrollo de estas tecnologías que permiten


facilitar las tareas del agrimensor, y reducir tiempos y costos, tanto en campaña
como en gabinete. Sin embargo, debemos ser concientes que la máquina no lo
resuelve todo, en el acto de mensura al menos, por referirnos solamente a una
de nuestras actividades

Poco valor tendría lograr, en tiempo muy reducido, las exactitudes más asombro-
sas si el hecho territorial que genera el establecimiento de un límite, no ha sido
antes debidamente identificado, ubicado, delimitado y legitimado, respon-
diendo con seguridad a su origen jurídico. No parece de utilidad „la medición
más exacta si se desconoce lo que ha de medirse‰.

Por medio de estos relatos, pretendemos rendir homenaje a aquellos agrimensores


de la primera mitad del siglo pasado, que actuaron especialmente en la ejecución
de grandes mensuras judiciales, porque nos han legado la riqueza que contienen
no pocas memorias descriptivas que se conservan en los Registros Públicos y
cuyos mojones, signos permanentes de sus deslindes territoriales, todavía se en-
cuentran visibles en el campo.

No menos merecimientos tienen los que trabajaron entre los años 40 y 80, porque
de sus fraccionamientos de tierra han surgido gran parte de las poblaciones que
constituyen la bellezas de centros turísticos en varias Provincias Argentinas. Pero,
además, digno es destacar que muchos agrimensores de la época, se dedicaron
a la Geodesia, fueron actores principales en la programación y medición de las
grandes redes trigonométricas que cubren buena parte de nuestro Territorio Na-
10
cional, marco geométrico de la Carta Regular de la República Argentina.

Estos relatos están especialmente destinados a quienes recibieron de nosotros, su


preparación académica, porque con su ciencia y su esfuerzo diagraman y ejecutan
los Sistemas de Información Geográfica (SIG) y en particular de Información
Territorial para que la Sociedad pueda valerse de la riqueza de su contenido
como base cierta para sus decisiones en los aspectos que definen la actividad del
hombre sobre la tierra.

Finalmente, agradezco la colaboración permanente de la Sra. Alejandra Ciotta,


quien, con toda responsabilidad, me ha prestado su auxilio en las distintas etapas
de la implementación tipográfica de este trabajo.

S. Gustavo Bartaburu
Córdoba, Junio de 2013

11
12
1. LA AGRIMENSURA

El Profesor Consulto de la Universidad Nacional de Córdoba Agrim. Tito Livio Ra-


cagni autor de la publicación „Autonomía Académica Para la Agrimensura‰, así
redactaba la introducción: (1)

„Difícil es concebir la vida del hombre, tal como la conocemos, sin aceptar de an-
temano la existencia eminente de tres grandes entidades: primero, un gran soporte,
El Territorio; segundo, La Población; y tercero, un sistema de vida que elabora La
Cultura de cada pueblo‰.

„Dirigimos nuestras reflexiones a la presencia permanente de estos tres grandes ele-


mentos constitutivos del Estado, sin los cuales es inadmisible la razón de las institu-
ciones. La finalidad de una vida superior determina que todo el pensamiento
examine constantemente la sede del hombre, su propio ser y las relaciones con sus
semejantes. Por esto ha creado y desarrollado el orden científico y el orden social‰.

„Hacia donde se dirige primariamente el interés de los agrimensores? Se dirige


inequívocamente al TERRITORIO. No porque sea de su propio y particular interés,
sino porque lo es de todos los habitantes de una Nación, porque en ella se vive y
conforma el sentido ético de que como por ella se vive, para ella ha de vivirse‰.

„–DESPUÉS DE LA POBLACIŁN HUMANA, LA MAYOR RIQUEZA DE UN PA¸S ES


SU SUELO!‰ Proclamaron las Naciones Unidas en el Decenio para el Desarrollo. La
solemne declaración, suscita la preocupación de muchas instituciones políticas,
económicas y sociales. Las cuestiones de soberanía territorial, geopolítica interna,
producción de la tierra y condiciones habitacionales de ella, sacan de la indiferencia
a un sin número de instituciones entre las cuales las de la educación son tocadas
directamente y en particular la de la enseñanza superior como las universidades
por ejemplo‰.

„Con o sin grandes recursos naturales, los países mas evolucionados son los que
han destinado una buena cuota de dedicación al estudio de sus territorios, no por-
que se intente extraer del suelo ó del subsuelo lo que no tienen, sino porque se
han podido generar o transformar sus aptitudes productivas, a veces hasta el ex-
tremo del abuso, por lo que, en algunos casos, se han agotado sus beneficios natu-
rales originándose nuevos problemas de transformación, que también han merecido
mucha atención. Además, nuestras ciudades siguen creciendo en forma descontro-
13
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

lada, mientras tanto en muchos lugares donde se registraron concentraciones o den-


sidades poblacionales alarmantes, muchas veces con el cariz de los desastres socia-
les, ya se han tomado medidas destinadas a restituir el equilibrio demográfico ya
sea fomentando nuevas ramas o polos de desarrollo, pero todo ejecutado sobre la
base de un prolijo CONOCIMIENTO DEL TERRITORIO, de su CARTOGRAF¸A, así
como de su ESTADO PARCELARIO y otras determinaciones registradas con los más
avanzados SISTEMAS DE INFORMACIŁN TERRITORIAL‰.

„El hecho de que nuestro país posea una enorme extensión de tierra, con variados
recursos, muchos de los cuales yacen dormidos en su seno, con clima, fauna y flora
diversos, no autoriza la indiferencia y menos al descuido de este patrimonio cuya
riqueza inerte, mas de un pueblo quisiera poseer. Carece de fuerza moral declarar
en el preámbulo de la Constitución „⁄para nosotros, para nuestra posteridad y para
todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino⁄‰ si no se
destina un mínimo de preocupación para los estudios de ORDEN TERRITORIAL y
desde luego con toda la seriedad que entre otras la GEOCIENCIA ha establecido
para estos fines‰.

Durante 1997 compartíamos la Comisión del Doctorado en Agrimensura de la


Universidad Nacional de Catamarca con el Profesor Víctor Hansjürgen Haar (2)
de la Universidad Nacional de Córdoba y el Profesor Bernardo Luis Toledo de la
Universidad Nacional de Santiago del Estero. (3).

El Prof. Toledo tenía en preparación un importante trabajo sobre catastro que


luego publicaría con su libro titulado „Tratado de Catastro Territorial‰ para el cual
me pidió redactara el prólogo. Siempre consideré un honor que me haya elegido,
no sólo por el respeto intelectual que me merece su trayectoria profesional y aca-
démica, sino por el aprecio que genera la personalidad del Agrim. Toledo. (4).

En ese prólogo decíamos: „La Agrimensura de hoy tiene la gran responsabilidad


de resolver distintos problemas de interés público relacionados con las siguientes
áreas del conocimiento‰:

1. LA APLICACIŁN TERRITORIAL DEL DERECHO, cuya consecuencia prin-


cipal conduce al establecimiento de los límites, tanto jurisdiccionales como
parcelarios dentro del marco jurídico que corresponde a toda operación
de agrimensura.
2. LA GEOMETR¸A TERRITORIAL que comprende los procedimientos as-
tronómicos, satelitales, aerofotogramétricos y terrestres, estructura métrica
del levantamiento territorial.
3. LA CARTOGRAF¸A, como un sistema de información territorial gráfico
o digital, con sus múltiples ramas temáticas, apoyo fundamental del catas-
14
LA AGRIMENSURA

tro parcelario.
4. EL CATASTRO TERRITORIAL, cuya estructura técnico-legal y natural-
mente su organización, dependen EN FORMA ABSOLUTA, de las tres
áreas anteriores.

1. LA APLICACIÓN TERRITORIAL DEL DERECHO

Trataremos de desarrollar este primer punto del esquema anterior recordando


nuevamente conceptos del Prof. Racagni referidos a este tema: „Los actos de dis-
posición de ocupación, tenencia, posesión, transmisión, cesión, etc., ejercitados
sobre los bienes raíces, del dominio público o privado, demandan invariablemente
la ingerencia activa y determinante de la AGRIMENSURA LEGAL, a los fines de
preservar el insoslayable principio de Territorialidad de la ley. Por ello no se concibe
la admisión de un sistema jurídico ajeno o extraño a la existencia de un determi-
nado ESPACIO TERRITORIAL‰.

En la tarea central del agrimensor constituida por los ACTOS DE MENSURA el


derecho y la agrimensura son inseparables. Ninguno de tales actos puede ignorar
los insalvables requerimientos del análisis, del diagnóstico y de la verificación en
la determinación TERRITORIAL DEL DERECHO.

„La compleja institución de la GEOMETR¸A LEGISTA, ha establecido la instrumen-


tación de aquellos actos de una forma tan especial como vinculante, que fuerza a
la concurrencia de disciplinas diferentes sólo en los principios pero no en los fines
como son el DERECHO y la GEOMETR¸A. Tanto el derecho como la agrimensura,
en este orden de relaciones, no pueden prescindir del TERRITORIO como entidad
sustantiva‰.

En definitiva, decimos que nuestro problema, en este primer aspecto que ahora
tratamos, consiste en aplicar el derecho al territorio para establecer sus límites,
sean estos del dominio público, como los limites políticos (comunales, provincia-
les, nacionales o internacionales) o del dominio privado, como los límites parce-
larios.

El territorio a que nos estamos refiriendo debe entenderse como una acotación
del espacio geográfico configurado por un límite. Si bien este sigue siendo un
concepto bastante amplio, pues hasta los animales salvajes tienen su territorio al
que le ponen límite con sus propios recursos biológicos, es necesario considerar
que nos estamos refiriendo a espacios territoriales definidos por límites jurídicos
que tienen su origen en conceptos filosóficos y en decisiones políticas.

Siempre resulta imprescindible conocer los límites territoriales en cualquier


15
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

orden de la vida, pública o privada y en tal sentido, pueden establecerse bases


teóricas que generan la conciencia territorial en el nivel que corresponda (país,
provincia, municipio, etc.).

Este aspecto está ampliamente desarrollado por el profesor Toledo en su libro


que hemos mencionado al principio y del que transcribiremos el siguiente pá-
rrafo: „A la Agrimensura le interesa particularmente los limites territoriales adecua-
damente definidos desde el punto de vista de su concepción filosófica, política y
jurídica‰.

„Por ello es necesario recalcar que los límites territoriales están íntimamente vincu-
lados con el derecho y más que hechos geográficos o cartográficos son hechos ju-
rídicos y que se establecen por tratados, acuerdos, convenciones entre partes para
separar causas jurídicas relacionadas con el espacio terrestre. Estos límites pueden
estar definidos por elementos naturales o culturalmente por elementos introduci-
dos por el hombre. Es decir, los limites territoriales pueden estar materializados
por elementos naturales o artificiales‰.

„Pero hay que tener en cuenta que los limites o barreras espaciales generados por
procesos naturales existen a pesar de la voluntad del hombre, como un río, una
cadena montañosa, los glaciares, entre otros. También existen límites espaciales de
origen cultural, es decir creados o definidos por la voluntad humana, como un ca-
mino, un canal, un alambrado, entre otros, e incluso una línea imaginaria como
un meridiano o un paralelo. PERO NI UNOS NI OTROS SER˘N L¸MITES TERRI-
TORIALES HASTA TANTO EL HOMBRE EN UN ACTO VOLUNTARIO, RACIONAL
Y L¸CITO, NO LE ASIGNE LA CATEGOR¸A DE TAL‰.

La ley Nacional de Catastro, vigente en todo el territorio Nacional, NÀ 26209, Ley


complementaria de nuestro Código Civil en la primera parte del Inc. „a‰ de su
Art.1À establece con absoluta claridad sus objetivos: „Registrar la ubicación, limites,
dimensiones, superficie y linderos de inmuebles con referencia a los derechos de
propiedad emergentes de los títulos invocados o de la posesión ejercida...‰.

Aspectos que se ratifican en el Art. 5À al establecer cuáles deben ser los elementos
esenciales de la parcela en el siguiente orden:

a) Ubicación georeferenciada del inmueble.


b) Los límites del inmueble en relación a las causas jurídicas que le dan ori-
gen.
c) Las medidas lineales, angulares y de superficie del inmueble.

Todas estas exigencias quedaran claramente consignadas en el plano de mensura


16
LA AGRIMENSURA

y en la documentación complementaria correspondiente al acto de levanta-


miento parcelario. En consecuencia, sin el plano de mensura no hay registración
parcelaria pues es el documento base que certifica la real existencia jurídica y fí-
sica de la parcela y sus atributos. (5).

Esta norma queda impuesta en el Art. 7À de la Ley que mencionamos.

En nuestro trabajo „El Plano de Mensura‰ decíamos: „La mensura es una opera-
ción de agrimensura compuesta por un conjunto de actos tendientes a investigar,
identificar, determinar, medir, ubicar, representar y documentar las cosas inmue-
bles y sus limites, conforme a las causas jurídicas que los organizan y relacionarlos
con los signos de la posesión‰.

„El plano de mensura es el resultado documental de la operación de mensura y


reviste, por lo tanto, importancia fundamental‰.

„Resulta interesante analizar el valor documental de ese medio de información


territorial que será utilizado como antecedente descriptivo de los L¸MITES CIER-
TOS de la propiedad y por lo tanto es el complemento imprescindible de los
nuevos títulos de dominio que se generen a partir de la operación de mensura‰.

„En ese sentido, debe ser considerado un instrumento legal relacionado directa-
mente con el derecho de propiedad en virtud de su origen y de la consecuencia
real de su utilización en la descripción de tal derecho‰.

Pasaron quince años desde que fueron emitidos estos conceptos y finalmente gra-
cias al empuje y a la convicción que les acuerda la formación académica y filosó-
fica de nuestros agrimensores argentinos agrupados en la Federación Argentina
de Agrimensores F.A.D.A., se sancionó la Ley 26209 con los contenidos concep-
tuales que hemos mencionado.

La Federación Argentina de Agrimensores nació en Córdoba el 10 de julio de


1958, según acta que se informara al Primer Congreso Nacional de la Agrimensura
realizado en nuestra ciudad entre los días 14 y 19 del mismo mes de julio. Los es-
tatutos que rigen a la Federación fueron aprobados el 9 de mayo de 1959, tam-
bién en esta ciudad de Córdoba siendo su primer presidente el sanjuanino Agrim.
Marcelo García. (6).

Como consecuencia de las conclusiones del primer congreso se realizó el Se-


gundo Congreso Nacional de Agrimensura en la ciudad de Mendoza en marzo
de 1961 para tratar como único temario la verdadera FUNCIŁN DEL AGRIMEN-
SOR como profesional al servicio del interés publico; con miras a elaborar, como
consecuencia, la formación académica necesaria, que le asegure su propio perfil.
17
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Consecuentemente, se realizó el Tercer Congreso Nacional de Agrimensura en


la ciudad de Buenos Aires en abril de 1964 para discutir únicamente los planes
de estudio de agrimensura y los contenidos sintéticos de las asignaturas que for-
marían la currícula, planes que sistemáticamente, con las debidas variantes fueron
adoptadas por las universidades del país. Congresos Nacionales de Agrimensura
se han sucedido hasta el presente.

Nos permitimos regresar al Segundo Congreso de Mendoza en marzo de 1961


que como hemos dicho, sólo trató la MISIŁN DEL AGRIMENSOR. De la gran
cantidad de trabajos que se presentaron, podemos afirmar con énfasis que el
mejor y mas objetivo fue propuesto por el recordado Ing. Geógrafo Víctor H.
Haar, por su valor conceptual, su lenguaje simple, fácil de llegar a los agrimensores
jóvenes y porque fue el primer trabajo de la época (1961) que puso en claro la
función, la tarea, el objetivo que debe cumplir en cada acto de agrimensura com-
plementada con la descripción clara de tal tarea y así se titula el trabajo „LA MI-
SIŁN DEL AGRIMENSOR‰. (7).

Transcribiremos un párrafo de este trabajo relacionado directamente con la apli-


cación territorial del derecho y redactado en un estilo muy claro.

„En segundo término, el agrimensor debe describir la parcela demarcada, de ma-


nera tal que se pueda reproducir en cualquier momento en el terreno. Esta des-
cripción no es tan sencilla como parece a primera vista; lo prueban los numerosos
títulos redactados por inexpertos con numerosos omisiones, ambigüedades y con-
tradicciones‰.

„La parcela debe ser descripta de manera tal que pueda identificarse sin dificulta-
des, vale decir, que la descripción debe ser hecha de tal forma que a la misma le
corresponda un único lugar de la superficie terrestre, lugar que debe determinarse
sin búsquedas largas en los archivos o en el terreno. Identificada la parcela deben
identificarse con igual facilidad los límites de la misma. Esta descripción puede ser
hecha de varias maneras, siendo la gráfica la más sencilla y objetiva. El agrimensor,
al hacer la descripción de las parcelas, sabe cuales son los elementos que no deben
omitirse para la individualización como para la protección de los derechos reales
del propietario. Así la representación de una pared, un alambrado, o una zanja
medianera, además de indicar cuál es la materialización del límite, nos informa de
la situación jurídica en que se halla esa obra material‰.

„Recién con la documentación descriptiva de la parcela, la demarcación en el te-


rreno adquiere un valor jurídico. Los MOJONES, que eran simples objetos mate-
riales clavados en la tierra, ahora cumplen la función de señalar esas líneas
imaginarias que son los L¸MITES‰.
18
LA AGRIMENSURA

„Al darle forma a la voluntad de una persona de crear una parcela y hacerla osten-
sible para todo el mundo mediante la demarcación en el terreno y la confección
de la respectiva documentación, en cierto modo se ha impersonalizado la voluntad
del primer propietario, y la existencia de la parcela ya no está condicionada a la
existencia de esa persona. Por eso, muchos piensan que la parcela es un objeto
como cualquier otro, pero olvidan que no existe sin la voluntad del titular de la
misma, por lo menos debe haber un documento que es representativo de la vo-
luntad que le dio forma‰.

Hemos utilizado estos conceptos de Haar que son una pequeñísima parte de su
extenso trabajo, sin embargo podemos observar la relación fundamental que es-
tablece entre la descripción gráfica de la parcela, su ubicación segura, la identidad
jurídica, el límite y los mojones que lo definen.

En consecuencia, para nosotros el mojón es el signo que identifica el derecho


real constituido marcando el límite territorial del mismo, o el límite territorial ad-
ministrativo, en cualquier orden que corresponda.

Del Ing. Agrimensor Carlos Feijoo Osorio, en uno de sus interesantes trabajos de
investigación histórica referido en este caso a „limites y mojones‰ extractamos:
„La primera mención de L¸MITE que hemos encontrado, con rigor de legalidad, se
encuentra en el DEUTERONOMIO, el último libro de Pentateuco, o sea uno de
los 5 que conforman el Antiguo Testamento. (8).

Allí, en las leyes dadas por Moisés (Testamento y Código) encontramos en 9-2
„No desplazarás los límites del prójimo, con los cuales los antepasados habrán li-
mitado tu herencia en la tierra que Yavé, tu Dios, esta para darte‰, y como penali-
dad en 27-17 la siguiente: „Maldito el que corre los límites de su prójimo y todo
el pueblo responderá: Amen‰.

En otra parte de su trabajo el autor asigna al gran filósofo griego Platón (429-347
aC) la siguiente cita: „Que nadie toque el límite que separa su campo del de su
vecino, porque aquel debe permanecer inmóvil. Que nadie piense en conmover
la pequeña piedra que se ha comprometido por el juramento a dejar en su lugar.
Si la pequeña piedra separa la amistad de la enemistad, la ausencia de límites es
aún más fértil en querellas de todas clases ente vecinos confinantes‰.

El respeto y el debido valor del límite territorial materializado por mojones, fue
desde muy antiguo objeto hasta de veneración, por lo que el sentido de perte-
nencia constituyó uno de los principios morales de mayor trascendencia. Prueba
de ello fueron las estrictas disposiciones de la antigua Roma respecto de la esta-
bilidad de los mojones límite o „términos‰ a punto tal que llegó a mistificarse tal
19
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

conducta dándole carácter divino a estos lugares (Dios Término) construyendo


verdaderos monumentos. En nuestro país, como una de las bases fundamentales
del ordenamiento territorial de la joven patria, el Gobernador de la Provincia de
Buenos Aires Juan Gregorio Las Heras dispuso con fecha 25 de setiembre de
1824 la creación de la comisión topográfica, primer antecedente de regulación
de la profesión de agrimensor. En su punto 14 se describen los detalles topográ-
ficos y geográficos a incorporar al plano de mensura, y al final expresa „⁄. siendo
de su precisa obligación el marcar los vértices de los ángulos de la figura por medio
de visuales a puntos conocidos o de cualquier otra forma determinada, haciendo
que en su presencia se fijen en los ángulos mojones visibles y duraderos‰.

El punto 17 del mismo decreto establecía: „Se pasará a la Honorable Junta de Re-
presentantes un proyecto de ley imponiendo penas a los que quiten mojones aje-
nos o remuevan los propios sin la competente autoridad‰.

Lamentablemente, esa valoración ha venido degradándose cada vez más hasta


nuestros días en que, la práctica de colocar signos confusos que no pueden lla-
marse mojones, aunque finalmente, estén señalando algo, no es cosa nueva, ni ha
dejado de ser habitual. En este orden, me disculpo por transcribir el siguiente pá-
rrafo de una nota dirigida a la Dirección General de Catastro de la Provincia de
Córdoba y que fuera publicada completa en la Revista del Consejo Profesional de
Ingeniería Arquitectura y Agrimensura en setiembre de 1972; decíamos entonces:
„Lamentablemente, la exigencia en materia de amojonamiento no es suficiente
desde que la elección del tipo y material del mojón queda librada exclusivamente
al profesional, dentro de normas muy generales y así resulta que cualquier ele-
mento se utiliza para materializar limites, o sistemas auxiliares que fácilmente se
confunden con señales para estudios de caminos, líneas férreas, etc.; y a veces,
con estacas o montículos de piedra colocados por personas extrañas a la mensura
en tareas administrativas de los campos donde se encuentran‰.

„En cambio la exigencia debería ser mas definida, obligando al profesional a uti-
lizar MOJONES OFICIALES, construidos bajo normas de la Dirección General
de Catastro, mediante modelos adecuados a distintos tipos de terrenos que el
profesional pueda adquirir en la mencionada repartición o en el comercio, bajo
la licencia de aquella‰. (9).

„De esta forma, quien encuentre un mojón de diseño oficial en el campo, sabrá
que fue colocado por un profesional habilitado, que corresponde al límite de la
propiedad y que existe un plano de mensura con la correspondiente intervención
del Estado que, de alguna manera, garantiza el valor técnico-legal de la operación.
Y que dispone de la información correspondiente promoviendo así la publicidad
de los actos jurídicos que resulten de la mensura practicada‰. No debió ser tan
20
LA AGRIMENSURA

buena esta propuesta, porque hasta hoy no ha cambiado nada.

El ejercicio profesional de la agrimensura en estos tiempos ha experimentado pro-


fundos cambios, en presencia de una tecnología cada vez más sofisticada que
todo lo hace más cómodo. Sin embargo, no han cambiado las bases conceptuales
que determinan jurídicamente y luego fijan los límites territoriales.

La geodesia satelital, la electrónica, la teledetección, la informática, etc. nos ofre-


cen la posibilidad de permanecer menos tiempo en campaña y de obtener nues-
tros valores gráficos, digitales y analíticos en tiempos asombrosamente reducidos.
Sin embargo, nada se dice de mejorar la calidad de los mojones que finalmente
son el resultado de la aplicación de tanta tecnología y de la mayor precisión lo-
grada con el menor esfuerzo.

Creo que seria necesario prestar más atención al acto de amojonamiento como lo
da a entender nuestra legislación de fondo y como lo hicieron los agrimensores del
siglo pasado en sus mensuras judiciales de las que resulta interesante leer las memo-
rias respectivas en el archivo de la Dirección General de Catastro de la Provincia.

Nos parece irreverente obviar las opiniones de nuestros maestros en este intere-
sante aspecto del ejercicio profesional de la agrimensura, aún cuando pudieran
tener carácter anecdótico más que técnico.

El distinguido profesor Agrim. Dr. Alberto LLoveras, que fuera nuestro docente de
agrimensura legal por los años 50, en uno de sus libros desarrolla este tema en
profundidad y del cual transcribiremos sólo un párrafo: „Sería ilusorio todo des-
linde, todo acuerdo sobre límites que no fuese completado con su señalamiento
ostensiblemente visible en el terreno, y a esta operación se la llama AMOJONA-
MIENTO‰. Al referirse a la sustancia de los mojones, expresa: „Los mojones más
sencillos son los montículos construidos de tierra y sin lugar a dudas fueron los pri-
meros que se usaron como signos demarcativos de la propiedad particular. Estas
señales que ofrecían pocas garantías de estabilidad, fueron luego sustituidas por
mojones de piedra, de mayor solidez y duración individualizándolos también me-
diante inscripciones. También se usaron en la antigüedad como hitos o mojones,
columnas ó estatuas‰. En otra parte, más adelante el autor agrega: „En la actualidad
no se emplean más los montículos de tierra. En la Provincia de Córdoba, casi todas
las tierras de propiedad fiscal que se fraccionaron para la venta en la última mitad
del siglo pasado, en los departamentos del Sud y del Este, fueron demarcados con
montículos de tierra. Esto fue causa de que al poco tiempo de su venta desapare-
cieran, originándose más de un costoso pleito que indudablemente no se hubiera
producido si los mojones que colocaron los agrimensores oficiales hubiesen tenido
solidez y duración‰. (10).
21
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Téngase en cuenta que este libro de Lloveras, de gran valor para el estudio de la
agrimensura legal, fue editado en diciembre de 1952 („La Agrimensura‰ Univ.
Nac. de Córdoba).

Hemos visto en el ejemplo del Prof. Lloveras un caso típico de amojonamiento


insuficiente. Aunque ejecutado hace más de un siglo generó un perjuicio de futuro
y no sería extraño que aún hoy se hagan sentir sus efectos. Meditemos además,
cuán difícil sería por aquellos años la medición de líneas y ángulos, cuanto sacri-
ficio físico demandaban los levantamientos topográficos considerando el instru-
mental de que se disponía y la carencia de equipos auxiliares de comunicación y
otros. Entonces, qué sentido pudo tener llegar al punto con tanto sacrificio y no
dejarlo amojonado correctamente asegurando marcaciones topográficas y con-
solidando la seguridad jurídica de la operación.

Hoy resulta ser al revés, con la tecnología moderna que nos brinda un equipa-
miento topográfico por demás sofisticado llegamos a cualquier punto del límite
FACILMENTE. Y el AMOJONAMIENTO? Responde a las expectativas del propie-
tario que desea una marcación estable y segura porque ese es el límite legal de
su propiedad y nadie debe discutirlo si así correspondiera? O, sucede que como
hay quienes piensan: „Total con el G.P.S. o con otras técnicas modernas le repo-
nemos el punto fácilmente‰.

Esto es verdad, pero no es gratuito, si el propietario reclama la reposición de al-


guno de sus mojones el agrimensor tiene que regresar al campo y eso tiene ne-
cesariamente un costo que deberá abonar nuevamente el propietario.

También se ha dicho que en el futuro las coordenadas de puntos no serán per-


manentes sino dinámicas. Eso no es aplicable al sistema parcelario territorial sino
al geodésico de manera que no tiene ningún sentido analizar este aspecto.

En el campo de la Geodesia, uno de los mayores problemas es la cantidad de


sistemas de coordenadas con que cuenta para apoyar los levantamientos carto-
gráficos y catastrales no sólo porque se eligen distintos elipsoides de referencia
sino que se utilizan distintos puntos DATUM. Más adelante volveremos con este
tema.

El AMOJONOMIENTO es parte esencial en los ACTOS DE MENSURA a que se


refiere la ley Nacional de Catastro NÀ 26209 en sus Art. 6À y 9À aunque no haga
referencia explícita al respecto. Es de esperar que las „Leyes Locales‰ a cargo de
las Provincias que establece la Ley Nacional, se redacten considerando como co-
rresponde estos aspectos dada su importancia.
22
LA AGRIMENSURA

2. LA GEOMETRÍA TERRITORIAL

Vamos a referirnos ahora a la GEOMETR¸A TERRITORIAL, como estructura mé-


trica del levantamiento territorial, otro de los aspectos básicos de la agrimensura
que ha experimentado cambios increíblemente desconcertantes frente a los avan-
ces de novedosas tecnologías.

No siempre la Geometría Práctica, herramienta primordial de la agrimensura, ha


contado con tecnología adecuada. Para ser una ciencia milenaria recién en los
últimos cincuenta años experimenta grandes progresos que continúan al día de
hoy con horizontes insospechados.

Se define a la geometría como resultado de las expresiones GEO = tierra y ME-


TR¸A = medida. La evolución teórica de esta ciencia comienza en la antigua Grecia
con Euclides en el siglo III quien estableció las primeras normas que han llegado
hasta nuestros días publicadas en „Los Elementos‰, una de las obras científicas
más conocidas en el mundo que recopila el conocimiento matemático de la
época presentando el estudio de las propiedades de los elementos geométricos
y cuyos teoremas han llegado a nuestros días como poderoso instrumento de ra-
zonamiento deductivo.

Los agrimensores utilizamos permanentemente la Geometría Euclidiana, pero de


una forma eminentemente práctica. Por eso la llamamos GEOMETR¸A PR˘CTICA
que nos permite definir la forma matemática del territorio.

En consecuencia, la utilizaremos como GEOMETR¸A TERRITORIAL, formidable


herramienta que nos exige efectuar mediciones lineales y angulares en el terreno
a partir de las cuales se obtendrán, en gabinete, valores analíticos, gráficos, esta-
dísticos, pero también, digitales, analógicos, etc.

La agrimensura aplicó esta herramienta técnica desde la más remota antigüedad


de manera diferente según los instrumentos con que contara en distintas épocas
y circunstancias, desde los más elementales, hasta el sofisticado instrumental de
la actualidad sin posibilidad de saber qué novedades nos deparará la tecnología
del futuro.

Estamos seguros, eso si, que con los viejos o nuevos instrumentos se utilizaron y
respetaron siempre los principios de las leyes matemáticas de la Geometría Eucli-
diana que siguen sin modificación desde hace más de 2.300 años.

El hombre primitivo necesitaría hacer mediciones? En su etapa nómade de caza-


dor-recolector, probablemente no. Aunque si imaginamos al cazador en su tarea
de perseguir a la presa y los miembros de su familia recolectando frutos silvestres
23
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

útiles para la alimentación, no sería impropio suponer que, de alguna manera


debió reconocer los lugares de mejor caza y los de abundantes frutos, que no se-
rían los mismos. Relacionaría probablemente los lugares con accidentes geográ-
ficos destacados como cerros, ríos, etc.? Ese relacionamiento seria mental, ó lo
conservaría esquemáticamente, sobre algún hueso de grandes animales o proba-
blemente esquematizado en forma elemental en la roca?

En cambio, cuando el hombre primitivo se hace sedentario, se consolida la familia


y la tribu y para eso necesita un espacio geográfico, un territorio que tendrá que
ser limitado frente a las necesidades de otras tribus. Los cultivos, la confección de
herramientas y las artesanías reclamarían un territorio delimitado y de alguna
forma señalado; probablemente al principio imitando a los animales salvajes pero
luego con marcaciones de otro tipo probablemente fabricados con sus propias
manos. Este tema lo dejaremos para los historiadores, los arqueólogos, los antro-
pólogos y otros estudiosos que disponen de mejores bases científicas que los agri-
mensores.

Nos interesa más bien, conocer cuándo y dónde fue el comienzo de la agrimen-
sura como profesión con identidad propia que se ha conservado como tal hasta
nuestros días. Tiene sentido retroceder en el tiempo en estas épocas de globali-
zación y de grandes cambios tecnológicos? Conocer el origen y la evolución de
nuestra profesión, además de resultar interesante, parece necesaria, ya que no
puede prepararse un mejor futuro sin confrontarlo con el pasado. Un repaso al
proceso formativo de la agrimensura nos coloca en la destacable posición de con-
solidar los justos merecimientos que acreditan el contacto con la naturaleza, la
relación con el rústico habitante del lugar y con la ciencia.

Según HERŁDOTO, célebre historiador griego (484 - 406 aC) „el origen de la
agrimensura se pierde en la noche de los tiempos‰.

La agrimensura tal como la conocemos nace hacia el siglo V aC, en Egipto (anti-
gua Alejandría) durante el reinado del Faraón Ramsés II, de la XIX dinastía. Sabe-
mos que con motivo de sus grandes crecidas el Río Nilo depositaba una capa de
limo ferruginoso tal que en las bajantes convertía fértiles campos aptos para la
siembra de cereales cuyos granos eran el principal alimento de la población. Con
ese motivo, el Faraón distribuía parcelas de tierra de forma rectangular que eran
demarcadas. Sin embargo, a la temporada siguiente de nueva crecida, todas las
demarcaciones eran borradas y debían reponerse. Ese era el trabajo específico
de los agrimensores del estado que como tales tenían mucha autoridad y por lo
tanto poder de decisión ante cualquier conflicto territorial.

El instrumental que utilizaban era simple, pues se trataba de trazar perpendicula-

24
LA AGRIMENSURA

res, por una parte y de medir distancias por otra para replantear los lindes arrasa-
dos por el agua. En el primer caso se utilizaban dioptras y alidadas muy elemen-
tales y las líneas se median con las cuerdas o cordeles de cáñamo cuya existencia
aparece en la historia ya en algunas menciones bíblicas. Estos verdaderos agri-
mensores que Herodoto llama „arpedonautas‰ seguramente tenían conocimientos
de astronomía de posición y debieron intervenir en la orientación, cálculos y otros
principios físico-matemáticos aplicados en la construcción de las pirámides, de
allí que en el ordenamiento de clases tendrían rango sacerdotal.

De Egipto la Geometría Práctica pasó a Roma, aunque probablemente no fue en


forma directa, lo cierto es que los romanos utilizan por primera vez el concepto
del „actio finimum regundorum‰, es decir la aplicación del derecho al suelo, con
lo que podríamos decir, nace la agrimensura legal. Cabe destacar la influencia del
derecho romano en el Derecho Civil Argentino.

En Roma también el agrimensor (gromátici) mereció rango sacerdotal (augur),


dándole la autoridad que significaba decisión definitiva en los casos de contro-
versia territorial. Como lo hemos expresado en otro lugar, las leyes romanas fueron
muy estrictas respecto de la estabilidad de los mojones límite o términos casti-
gándose su desobediencia hasta con la muerte, lo que formó una cultura territorial
que sería de gran utilidad en el ordenamiento del imperio.

Los instrumentos de medición utilizados por los romanos fueron fundamental-


mente la „Groma‰, aparato algo rústico que consistía de dos brazos perpendicu-
lares (en cruz) de los que pendían sendas plomadas cuyos hilos eran las guías de
apunte para el trazado de las normales (Fig. 1). Todo montado sobre una base de
hierro (ferramentum). Este instrumento, uno
de los más antiguos utilizados en Roma, se
cree habría sido usado con anterioridad por
los egipcios y los etruscos antes de llegar a
Roma. El nombre de „Gromátici‰ que se
asignaba a los agrimensores romanos pro-
venía seguramente de la palabra groma.

Es fácil suponer las dificultades que tendrían


nuestros antiguos colegas al momento de
efectuar mediciones con presencia de vien-
tos. Herón de Alejandría (siglo I dC) nos
dice de estos inconvenientes y también lo
hace Vitruvio. Por razones de espacio no
describiremos aquella metodología de utili-
zación de esas herramientas de medición Fig. 1 - L A GR O M A (es qu ema)

25
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

muy populares en el replanteo de los prolijos campamentos militares de los ejér-


citos romanos y las formas de orientación con la salida y puesta del sol. Las dis-
tancias se median a cordel mejorado, este con cera y resina (mayor estabilidad)
aunque utilizaron también otros medios como el „pie plegable‰ graduado en 4
palmos, 16 dedos, etc. La escuadra („norma‰) estaba construida en madera con
las proporciones 1-2-3 del Teorema de Pitágoras (559 - 470 aC). El compás (circi-
nus). El nivel de plomada (libella). El cuenta vueltas (hodómetro) aplicado a la
rueda de un carro por Herón de Alejandría y el „gnomon‰ (reloj de sol) que per-
mitía la orientación por observaciones del sol, etc.

Es de hacer notar que Roma tenía su propio sistema de medidas agrarias, sistema
este de carácter antropométrico; es decir se utilizaban relaciones métricas con
partes del cuerpo humano como el pie, la palma, el codo, etc., que de alguna ma-
nera había sido utilizado en Egipto. Nótese que en la civilización egipcia, por
ejemplo, el „codo‰ corresponde al del Faraón reinante, de manera que al co-
mienzo de un nuevo reinado, toda la relación de medidas podría cambiar.

Como hemos dicho antes, al comparar la Geometría Territorial aplicada por los
griegos y por los romanos, encontramos que aquellos planteaban y resolvían cien-
tíficamente los grandes problemas teóricos, eran amantes de las ciencias, en cam-
bio los romanos se destacaron por las soluciones prácticas.

Los agrimensores de nuestro tiempo,


hemos recibido la influencia de ambas
culturas pues el derecho Romano,
como hemos expresado, tiene gran in-
fluencia en nuestros principios jurídicos.
En cambio la teoría del uso decimal la
hemos recibido de Grecia, pues esta
utilizaba como base el 10 en cambio
Roma utilizaba el 6 (docena, etc.).

La aplicación de los cuadrantes limi-


taba, en aquella época, la práctica de
la geometría territorial al trazado de
perpendiculares. Si bien se utilizarían
procedimientos alternativos para trazar
el ángulo medio, es decir 45À, siempre
existiría esta limitación. De allí que se
promoviera la construcción de apara-
tos mejorados como la Dioptra de Fig. 2 - D IO P TR A de HE R O N
Herón (Fig. 2) y otros. Pasaron muchos (es qu ema)

26
LA AGRIMENSURA

años hasta obtener los primeros círculos groseramente divididos hasta llegar a lo
que nos atreveríamos llamar „el abuelo del teodolito‰.

Verdaderamente hasta el año 1770 no apareció un círculo metálico (alidada) ver-


daderamente dividido y era de grandes dimensiones (cuadrante de pared de 8
pies - Inglaterra).

La Geometría Territorial en América

Está demostrado que antes de la conquista española, los MAYAS, INCAS, AZTE-
CAS, así como otras culturas (MIXTECAS-ZAPOTECAS) conocían en alto grado
la Astronomía, Geometría, Matemáticas y otras disciplinas que componen la
Geometría Territorial.

Existen muchos hechos que así lo certifican entre los que podemos citar el trazado
de algunas ciudades como: Pikillakta - Cuzco - Tihuanacu - Teotihuacan - etc.

Es fácilmente comprobable la aplicación de sus conocimientos a la arquitectura


de los monumentos que han llegado hasta nuestros días, o de la ingeniosa solu-
ción a sus problemas hidráulicos que habrán requerido no pocas y precisas me-
diciones topográficas. Y mencionamos, por cierto, su avanzado ordenamiento
territorial. También usaron el cordel estos pueblos.

Luego del arribo de Colón, en octubre de 1492, la primera tarea fue tomar pose-
sión de las tierras conquistadas en nombre de la Corona Española a cuyos fines
era imprescindible confeccionar planos, es decir itinerarios y croquis con medidas
lineales de los asentamientos.

Después del primer viaje de Colón y pasada la euforia del „descubrimiento‰, eva-
luadas las posibilidades de obtener beneficios para las menguadas arcas de España
y ante la necesidad de administrar estas tierras desconocidas con sus habitantes,
se procedió a reglamentar, casi todo mediante las Leyes de Indias, en las que se
establecieron las normas para fundar ciudades, las formas de sus manzanas, ancho
de calles, dimensiones, etc. Así como la relación con el aborigen que inadecua-
damente llamaron „indios‰.

En realidad de los nueve libros en que se recopilan las Leyes de Indias sólo el libro
4À se refiere a la fundación de nuevas ciudades y repartición de tierras. De paso
podemos comentar que la lectura de estos textos es algo engorroso por cuanto
están redactados en el „castellano antiguo‰ destacado por su particular „floreo‰
cargado a su vez de reglamentación administrativa en orden a las jerarquías go-
bernantes. Mas adelante, tal vez, tengamos oportunidad de retomar este aspecto.
27
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Los levantamientos topográficos en épocas de conquista española en América se


reducían al uso de la brújula y el cordel, para la confección de „ITINERARIOS‰
de reconocimiento. Algo así como Poligonales Abiertas. En realidad lo que utili-
zaban era la Brújula Marina (aguja de marear) que manejaban muy bien los ex-
pertos navegantes, es decir los pilotos de las naves. Por lo tanto no eran
verdaderamente agrimensores, aunque luego, esos navegantes con algunos co-
nocimientos de astronomía de posición se dedicaron a la topografía llamándose
„mensores‰. El primer idóneo en Geometría Práctica que actuó en nuestras tierras
americanas habría sido Don Francisco Bernal de quien relata el Agrim. Pedro Ver-
gés, lo siguiente: „Es posible que las tareas cumplidas por Bernal luego de la fun-
dación de Buenos Aires en aquel 1580 habrán sido multifacéticas dada su calidad
de „alarife‰ (albañil). Empero se advierte en las actas del cabildo que su principa-
lísima actuación fue la de agrimensor. Así, en el año 1606 lo vemos replanteando
de nuevo el „exido‰ apoyándose en el punto de arranque antes mencionado y
cumpliendo, a las órdenes de Hernandarias, a nuestro juicio, el primer intento de
levantamiento catastral entre nosotros‰. (11).

En realidad, las instrucciones enmarcadas de Leyes de Indias eran bastante estric-


tas en cuanto se referían a la fundación y trazado de nuevas ciudades. Los agri-
mensores debieron respetarlas ya que hasta hoy podemos verificar tales normas
en nuestras ciudades de Santiago del Estero, Córdoba, y otras.

Como hemos expresado, las mediciones se hacían con brújula y cordel. Eran exac-
tas estas mediciones? No podían serlo porque ambos instrumentos eran impreci-
sos no sólo por su propia estructura, sino por la imposibilidad de su comparación.
Veamos:

La Brújula, como sabemos es una aguja de acero imantada que apunta hacia el
meridiano magnético del lugar, señalando, de alguna manera el Norte magnético.
Pero este valor está afectado por dos fenómenos en este caso, un campo magné-
tico que seguramente afectaba la posición correcta de la aguja producido por
vestimenta de los conquistadores compuesta por partes metálicas y la otra, mas
grave, que a esa época se desconocía la variación continua que experimenta la
declinación magnética. Luego veremos los problemas que con el transcurso del
tiempo generó este error en la orientación de los límites territoriales. Y en cuanto
se refiere a las longitudes que eran determinadas mediante el uso del cordel o la
„cordelada‰ que consistía en una cuerda de cáñamo o en un tiento (cuero) de
buey. Es fácil imaginar que esta „lonja‰ de cuero de 25, de 50 y a veces de 100
„varas‰ (unos 84 m.) de longitud arrastrada por el suelo cubierto de pastos húme-
dos debía estirarse de forma significativa. A propósito dice Lloveras en su libro
„La Agrimensura‰: „Antes de dar comienzo a la respectiva operación de agrimen-
sura, cuando se trataba de comisiones judiciales, el agrimensor, en presencia de
28
LA AGRIMENSURA

las personas de su séquito, con una vara medía la longitud de la cuerda que iba a
emplear dándole por lo general importantes diferencias con las dimensiones teó-
ricas y todos los días, antes de proseguir con su trabajo interrumpido el día anterior,
con la misma vara y en presencia de las mismas personas, verificaba la longitud de
la cordelada. De todo esto dejaba constancia escrita en las diligencias de deslinde‰.

La riqueza de nuestra historia cordobesa nos invita a incorporar en estos relatos


algunos episodios propios de sus orígenes en que, naturalmente, la Agrimensura,
ha sido actora fundamental.

Como todos los cordobeses sabemos Don Jerónimo Luis de Cabrera fundó esta
ciudad el 6 de julio de 1573 a orillas del Río Suquía sobre las barrancas de la mar-
gen Norte, actual Barrio Yapeyú. Procesado Cabrera por desobediencia en 1574
la fundación de la ciudad quedó al mando de su teniente quien dispuso el traslado
a la posición actual en base al plano confeccionado previamente por Lorenzo
Suárez de Figueroa (teniente de Cabrera) en 1577. (Fig. 3).

Fig. 3 - P l an o Ci ud ad d e Có r doba
L o renz o Sua rez d e Figuero a 1577

29
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Este plano original del trazado de la ciudad, cumpliendo con las normas emanadas
de la Corona Española que hemos mencionado, ha llegado a nuestros días en una
reproducción probablemente confeccionado por Potel Junot en 1880. (12).

Conforme a este plano se replantearon calles, plazas y solares ya adjudicados a


las distintas familias de la época, los que fueron entregados el 11 de julio de 1577.

Observando detenidamente este histórico plano es importante destacar el enca-


bezamiento del mismo que transcribimos de la mejor manera posible:

„Esta traza de la ciudad de Córdoba de las provincias de la Nueva Andalucía:


tiene la dicha traza diez cuadras de largo y siete de ancho, tiene cada solar
doscientos e veinte pies geométricos de frente y otros tantos de largo, de ma-
nera que cada cuadra tiene cuatrocientos y cuarenta pies de frente y cuadras
han de ser los dichos pies de a tercia de vara tiene cada calle treinta e cinco
pies de ancho las cuales dichas diez cuadras de largo y las siete de ancho se-
ñalo e hago merced en nombre de su Magestad para que edifiquen sus casas
los vecinos y moradores de esta dicha ciudad⁄‰.

Como puede advertirse esta misma leyenda hoy la redactaríamos con la mitad de
las palabras, pero así resultaban complicados de interpretar muchos documentos
antiguos descriptivos de derechos de propiedad fundamentales para la tarea del
agrimensor.

En estos documentos aun se presentaba un problema mas complejo al momento


de interpretar los límites territoriales y era la transformación de sus valores lineales
a nuestro sistema métrico decimal. Cuánto media la vara? Dependía de qué „vara‰
se utilizara pues se llegó a tal diversidad que los conquistadores utilizaban distintos
valores según su procedencia, como si fuera la „ambición de la vara propia‰.

Hemos confeccionado un cuadro comparativo extractado del trabajo del Agrim.


Dr. Lloveras, „ La Agrimensura‰, en el que se puede advertir la incertidumbre que
puede producir en la aplicación de un título antiguo al terreno, cuando se expresa
en estas medidas antiguas no identificadas claramente.

UNIDADES ANTIGUAS DE LONGITUD UTILIZADAS EN CÓRDOBA

Unidad de medida: LA VARA

Distintos valores de la vara:


1. VARA DEL FUNDADOR ⁄⁄⁄⁄⁄⁄⁄⁄⁄..........⁄. 0,843 m.
2. VARA DEL A.N.C.A. (Alm.Nac.Conf.Arg ⁄⁄⁄⁄. 0,8677 m. (1855)
30
LA AGRIMENSURA

3. VARA LEY de 1864 (Córdoba)⁄⁄⁄⁄⁄⁄⁄........⁄ 0,848 m.


4. VARA DEL PATRŁN POLICIAL ⁄⁄⁄⁄⁄⁄......⁄⁄ 0,8676 m.
5. VARA DE AGUIRRE (1884) .⁄⁄⁄⁄⁄⁄⁄⁄.......⁄. 0,867 m.

En la Ciudad de Córdoba:
Cada solar = 220 pies de lado
Una cuadra = 440 pies
Ancho de calle = 35 pies
Un pie = 1/3 de vara

En los campos cordobeses:


Una legua = 6000 varas

La ley nacional de pesas y medidas:


Sancionada en 1863 (Ley NÀ 52) adoptando el sistema métrico decimal.
Recién por Ley Nacional NÀ 845 del año 1879 se hace obligatorio el uso
del S.M.D. prohibiendo el uso de cualquier otro sistema.

Si el ancho de calle de nuestra ciudad de Córdoba debía tener 35 pies y cada pie
1/3 de vara. Cuál fue la vara utilizada? Para obtener repuesta la Dirección General
de Catastro de Córdoba efectuó mediciones en los años cincuenta, de las que re-
sultó que la vara utilizada en Córdoba capital fue de 0,843 m.; de donde se de-
duce que las calles debieron tener 9,83 m. de ancho. Francisco Pizarro al fundar
la ciudad de Lima estableció en su plano calles de 40 pies de ancho, es decir unos
11,20m. (13).

Es recomendable una investigación del Ing. Agrim. Carlos Feijoo Osorio, sobre
„Recopilación de Antiguas Medidas de Longitud,‰ en el que entrega datos histó-
ricos de distintas partes del mundo sobre el origen y utilización de las medidas
de longitud. (14).

Las primeras mensuras de gran extensión en época de la conquista española se


producen con motivo de las mercedes de tierra otorgadas por el Rey en concepto
de beneficio o premio por servicios prestados a la Corona. Los límites de estas
fracciones, generalmente extensas, siempre fueron bastante confusos no sólo por
la falta de claridad de las cédulas de otorgamiento sino por la imprecisión del ins-
trumental utilizado. Ya hemos descripto el cordel y la aguja magnética o „abujón‰,
de la cual se ignoraba la corrección por declinación magnética fenómeno siempre
31
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

variable. Vale decir que pasaron muchos años antes que se conociera la magnitud
de estos valores. En Córdoba, recién entre 1884 y 1888 Oscar Doëring, uno de
los científicos que contratara Sarmiento para la Academia Nacional de Ciencias,
realizó determinaciones en distintos lugares de la provincia, lo que permitió ela-
borar las primeras cartas isógonas. (15).

Se comprenderá que transcurrido el tiempo, estas mensuras resultaron de difícil


materialización, especialmente al momento de considerar los rumbos de los lími-
tes, que al utilizar la orientación verdadera (astronómica) se producían diferencias
muy importantes generadas por la declinación magnética, lo que trajo no pocos
pleitos que llegaron a ser de trascendencia entre particulares y entre provincias.

En un aspecto mas general, vamos a tomar la palabra del Dr. Lloveras: „En el inte-
rior del país, las regiones primitivamente pobladas y repartidas por los españoles
fueron las del Centro y Norte, caracterizándose por sus montañas y sus bosques
impenetrables. Aquí también el agrimensor encontró como campo de operacio-
nes, territorios hostiles por la resistencia que opusieron la naturaleza y las pobla-
ciones aborígenes. Por estas causas algunas mediciones, que no son pocas, se
efectuaron al galope de las cabalgaduras. En un día se deslindaban inmuebles de
varias leguas de superficie‰.

De manera que a esa velocidad se arrastraban las cordeladas con la imprecisión


que podemos suponer. Recién hacia el 1610 aparece la primera „cadena de agri-
mensor‰ por supuesto mucho más exacta que el cordel y que consistía en esla-
bones de acero de 1 pie (unos 30 cm.) de longitud cada uno.

La cinta métrica de acero reemplazó a la cadena de agrimensor y fue usada in-


tensamente hasta la aparición de los distanciómetros electro-ópticos y aun hoy
pueden ser de utilidad en determinadas circunstancias.

Según quedó establecido al principio de este capítulo, el otro elemento a medir


en el terreno que nos pide la geometría práctica son los ángulos.

Si bien la brújula podía obtenerlos por diferencia de rumbos, no fue nunca un ins-
trumento confiable por las razones que hemos expuesto, al menos para distancias
largas. En distancias muy cortas, puede ser!, pero eso lo reservamos para la teoría
poligonométrica de la topografía que por ahora no es nuestro objetivo.

Es el teodolito el que nos interesa, pero recién aparece por el año 1720 presen-
tado por Sisson, con 4 tornillos calantes en lugar de 3 que son los que hemos uti-
lizado habitualmente. (Fig. 4).

Hacia la segunda mitad del 1800 ya se podía disponer de teodolitos de origen in-
32
LA AGRIMENSURA

glés (4 tornillos calantes) con exactitud confiable y buen aumento de anteojo y


teodolitos de origen alemán (3 tornillos) mejores que los anteriores. (Fig. 5).

El primer y gran problema con que tropezaron los constructores de teodolitos fue
la división de los círculos (alidadas) de pequeño tamaño. Sólo se podía lograr
hacer en círculos con diámetros grandes, poco manejables. Cuando se logró la
pequeña división, los primeros círculos eran de bronce, luego de plata y final-
mente se utilizó el cristal obteniendo así la mayor perfección y exactitud en la
medición angular.

El desarrollo de estos instrumentos fue bastante lento para la actividad civil hasta
terminada la segunda guerra mundial (1945). Desde entonces comienza el ver-
dadero desarrollo tecnológico que ha favorecido a la agrimensura en la aplicación
de la geometría territorial.

Conforme a la evolución de estos instrumentos como herramientas de aplicación


a nuestros fines específicos, es decir medir ángulos, distancias o fijar la posición
geográfica de puntos sobre la superficie terrestre, han mejorado alternativamente
las precisiones posibles. Estas alternancias han influido también en la preferencia
o en la bondad de métodos alternativos para conseguir objetivos similares.

Fig. 4 - Los Primeros Teodolitos Fig. 5 - Teodolito usado por Cassaffousth


(4 tornillos calantes) Dique San Roque 1884-91

33
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Originalmente, el método de medición predilecto por los agrimensores fue la po-


ligonal topográfica con cinta de acero y teodolito. Este método es poco homogé-
neo desde el punto de vista de la exactitud, pues mientras en la medición de
ángulos podía lograrse errores relativos 1/10.000 con la cinta métrica, en el mejor
de los casos, podía llegarse a 1/5.000 (normalmente 1/2.000).

Por esta causa, fue necesario utilizar métodos que exigieran pocas mediciones li-
neales y más mediciones angulares, tratando de armonizar las exactitudes en los
levantamientos territoriales. Ese método fue la triangulación que, como se sabe,
se miden pocos lados y todos los ángulos de los triángulos en que se descompone
el territorio. Así la medición del lado de un triángulo requiere obtener la longitud
de una base especialmente preparada, con la mayor exactitud posible y precisos
procedimientos de ampliación, este método ha sido utilizado durante años en
todo el mundo con excelentes resultados, aunque con altísimos costos de tiempo
y dinero. Nuestro territorio Nacional fue cubierto por el Instituto Geográfico Mi-
litar (IGM), hoy Instituto Geográfico Nacional (IGN), en su mayor parte por trian-
gulaciones de distinto orden (I-II-III-IV) en cumplimiento de la „Ley de la Carta‰
NÀ 12.696. Un trabajo de excelente calidad que perdurará en el tiempo.

En la década de los cincuenta, terminada la segunda guerra mundial, se desarrollan


los distanciómetros electroópticos (geodímetro) y luego el distanciómetro elec-
trónico (telurómetro) con los que se alcanzan altas exactitudes en la medición in-
directa de grandes distancias, Entonces, la medición de los lados de los triángulos
resultaba más cómoda que la medición de los ángulos. Así nace la Trilateración,
por la cual a partir de los tres lados de un triángulo se calculan todos sus elemen-
tos. Lo curioso es que, con métodos que genera la modernidad de la tecnología
aplicada a nuestra geometría territorial, llegan a aplicarse fórmulas tan antiguas
como algunas desarrolladas por Herón en el siglo I de nuestra era.

No es que la medición de ángulos se haya abandonado, sino que en determinadas


circunstancias resulta más rápida la medición indirecta de distancias. En el campo
geodésico especialmente, se reemplazó la triangulación por la poligonal geodé-
sica, que hasta estos tiempos de la tecnología de avanzada era más bien un lindo
ejemplo teórico para el cálculo de compensación en una de nuestras materias es-
pecíficas la „Geodesia Superior‰ (Geodesia Geométrica). Resultaba ahora sí de
aplicación práctica gracias al instrumental que señalamos: los distanciómetros y
los teodolitos de segundos (geodésicos) a lo que debe agregarse la comodidad
del antes engorroso cálculo con la intervención de las computadoras.

En la densificación de puntos de la Red Geodésica de apoyo del IGM, empezó a


utilizarse este procedimiento que significaba gran economía en la elección de los
puntos al independizarse de la forma de los triángulos y la intervisibilidad a varios
34
LA AGRIMENSURA

vértices de control.

Todo se mejoró con las „estaciones totales‰ que con su avanzada tecnología facilitan
enormemente el proceso de observaciones en el terreno. Demás está decir que este
procedimiento es aplicable a la topografía con la facilidad que significa la menor exi-
gencia en programación, señalamiento, irregularidades del territorio, etc.

La utilización de los métodos descriptos anteriormente tienen el inconveniente,


por cierto bastante incomodo, de exigir intervisibilidad de los puntos. En cambio
el posicionamiento de puntos sobre la esfera terrestre medidos astronómicamente
estarían liberados de aquellas exigencias pero en cambio tienen limitaciones en
cuanto a las exactitudes posibles. Un segundo de arco como error angular significa
una incertidumbre de aproximadamente 30 metros en la posición del punto. No
obstante, con este procedimiento se ha dado apoyo a grandes extensiones de
nuestro territorio nacional, aunque hoy no podrían satisfacer las exigencias de la
cartografía topográfica a gran escala y menos del catastro territorial.

Desde hace un par de décadas, contamos con un nuevo procedimiento satelital


totalmente independiente de los problemas anteriores: el „sistema de posiciona-
miento global‰ (G.P.S.), cuyo desarrollo es permanente y se logran, al momento,
exactitudes asombrosas en mediciones geodésicas. Aunque el uso en agrimensura
aplicada a las mediciones que requiere la geometría territorial, puede considerarse
intensivo en estos veinte años, los fundamentos científicos tienen sus orígenes
mucho más atrás en el tiempo. Luego de finalizada la segunda guerra mundial,
mas precisamente el 4 de octubre de 1957, la Unión Soviética envía al espacio el
primer satélite ruso experimental, el „SPUTINK I‰, con fines específicos destinados
a la navegación (fue el primer satélite artificial de la historia).

De esta experiencia y como causa de la „guerra fría‰ entre ambos países, Estados
Unidos de Norte América desarrolla a partir de diciembre de 1958 el programa
satelital „TRANSIT‰ (el Transit I, resulta el primer sistema satelital estadounidense
de navegación, basado en las observaciones realizadas con señales de radio del
primer SPUTNIK soviético).

Ese fue el despegue de la ERA SATELITAL por el dominio del espacio entre cuyos
objetivos no estaban las necesidades civiles.

El Departamento de Defensa de los Estados Unidos desarrolla luego el „sistema


de navegación por tiempo y distancia‰, NAVSTAR del que es autorizado parcial-
mente para uso civil nuestro G.P.S., hacia 1973 con precisión insuficiente para la
Geodesia, pero abre la instancia comercial. Recién en diciembre de 1993 el sis-
tema es declarado totalmente operacional llegando como método de aplicación
35
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

tanto a la Geodesia como a la Topografía en la utilización de la Geometría Terri-


torial.

Es lamentable tener que aceptar las circunstancias del avance tecnológico produ-
cido en el instrumental auxiliar de la Geometría Territorial, que permaneciera con
pocas novedades hasta mediados del siglo XX. Efectivamente, el verdadero avance
se produce apenas finalizada la segunda guerra mundial, como consecuencia de
los efectos que irradiaron hacia la comercialización en la sociedad civil las inves-
tigaciones a que dieron lugar la contienda. Durante la misma, en el fragor de la
lucha, los presupuestos para investigar, no se discuten ni se disminuyen como su-
cede en épocas de paz. No obstante, el verdadero desarrollo tecnológico no fue
durante la lucha armada, sino una vez finalizada esta, durante la llamada „guerra
fría‰ en la carrera por el dominio del espacio y consecuentemente del poder.

Ahora bien, que es técnicamente el G.P.S., que nos resulta de tanta utilidad y que
ha deslumbrado al mundo, no sólo en aplicaciones propias de la Geodesia y de
la Topografía?

Los principios en que se basa son realmente simples. En sentido figurado, pode-
mos decir que es una „intersección topográfica inversa‰, o considerado mejor es
una „trilateración inversa‰, en la que los puntos fijos son los satélites artificiales o
puntos de coordenadas espaciales conocidas.

De manera que para resolver la intersección es necesario medir las distancias


entre el punto a determinar y cada uno de los satélites (estos se ubican en órbitas
a 20.200 km. de distancia). Estas distancias se miden en función del tiempo de
desplazamiento de una señal de radio enviada desde el satélite.

De manera entonces que la distancia „E‰ es igual a velocidad por tiempo. E = v.t

El problema de campo es medir con exactitud el tiempo por medio de relojes


atómicos cuyo error esta por debajo de dt = 1 Nanómetro (10 a la menos 9 de
segundos). Como es sabido las ondas de radio viajan a la velocidad de la luz
(300.000 km./seg).

Naturalmente, esta tecnología requiere de normas, controles, correcciones, etc.,


que son parte imprescindible de los métodos de determinación que varían con-
forme a la finalidad y las exactitudes requeridas, como los „módulos de control
en tierra‰ (estaciones fijas que monitorean la posición de todos los satélites de
la constelación G.P.S. (Fig. 6) y transmiten efemérides actualizadas, error del reloj,
etc.); las „estaciones base‰ o de referencia, etc. (16).

Esta descripción de G.P.S. es por demás grosera ya que su desarrollo no está pen-
36
LA AGRIMENSURA

sado para estos relatos un tanto anecdóticos, en consecuencia, recomendamos


profundizar en las cátedras respectivas de nuestro Departamento de Agrimensura
de la Universidad Nacional de Córdoba, donde está instalada la „estación per-
manente UCOR, que depende del Departamento Agrimensura. Es un receptor
G.P.S. marca „Trimble‰ Modelo 4000 SSE de doble frecuencia y esta asociado a
una PC, donde corre el software TRS, „Trimble Reference Station‰. Está encen-
dido desde el 07 de junio de 1998, recolecta datos G.P.S. cada 15 segundos y
luego de un día completo a las 0hs UTC, los publica en Internet en el servidor
de Agrimensura en formato agrimensor y en el IGM en formato hatanaka, for-
mato rinex comprimido de uso científico. Los datos de la estación participan del
cálculo semanal de la solución del sistema geocéntrico de las Américas SIRGAS,
también participa de la RED RAMSAC, Red de monitoreo satelital continuo que
administra el IGM. Además está asociada a la solución del IGS, Sistema Interna-
cional de GNSS (global navegation satelite Systems) y que definen los marcos
de referencia internacional ITRF.

Participan de la estación docentes del departamento y alumnos como pasantes,


trabaja los 365 días del año sin interrupción. (17).

El G.P.S (global positioning System) propone un desarrollo tecnológico futuro que


supera toda las expectativas de la agrimensura, por lo tanto no podríamos aven-
turar como será la ejecución a pocos años vista.

Otros países tienen sus propios sistemas satelitales para resolver estos problemas

Fig. 6 - Constelación de satélites del G.P.S.

37
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

de la agrimensura: „Glonass‰ en la Federación rusa; „Galileo‰ en la Unión Euro-


pea; „Beidou‰ en la República popular China, etc.

La Geometría Territorial, no termina en el levantamiento topográfico parcial del


espacio geográfico elegido. Es necesario incorporarlo siempre a un sistema geo-
referenciado de integración geodésica que sirva de marco geométrico para los
futuros sistemas de información territorial.

La Dra. en Agrimensura, Virginia Mackern Oberti expresa: „Georeferenciación, es


el conocimiento de la posición con respecto a un sistema único, en lo posible
mundial, lo que permite correlacionar la información proveniente de distintas épo-
cas, fuente y temas, haciendo posible producir sistemas de información de enorme
potencialidad como los llamados SIG‰. Debe ser geocéntrico, único y global
(WGS´84), exigencia que promueve la aparición del G.P.S. (sistema de posicio-
namiento global). (18).

Hasta cumplir con estos objetivos nuestro país ha ensayado más de un programa
partiendo desde el viejo sistema Campo Inchauspe 1969. Datum CAI (Bs. As.)
local Elipsoide Internacional 1924, sobre el que el instituto Geográfico Militar cal-
culó su red trigonométrica. Hoy es un sistema reemplazado por otro lo que no
autoriza a restar méritos a esta Institución que ha producido buena cartografía re-
gular de la República Argentina, a pesar de las limitaciones presupuestarias a que
fue sometida sistemáticamente ya que nuestros gobernantes, en general, siguen
sin entender la importancia de la cartografía en la administración nacional del te-
rritorio.

Muchas horas de discusión y estudio invierten nuestros geodestas en acordar


sobre el tipo de coordenadas que mejor se adecuan a las necesidades de imple-
mentación de los sistemas de información territorial. En esa búsqueda y a partir
de los nuevos sistemas georeferenciados se programaron redes geodésicas en dis-
tintas provincias como POSGAR 94 (WGS´84), SAGA, PASMA, etc. A partir de
1993 se establece la red SIRGAS (South American Geocentric Reference System)
que define un sistema de referencia para América del Sur mediante una red de
estaciones (G.P.S.) distribuídas en los países americanos.

Este sistema de referencia geocéntrico para las Américas provee las coordenadas
de referencia para todos los fines topográficos y geodésicos.

SIRGAS crece rápidamente en su número de estaciones y se posiciona entre los


mejores marcos de referencia del planeta.

En general, podemos decir que las redes que inicialmente se consideraron PASI-
VAS, vale decir caracterizadas por puntos trigonométricos fijos, materializados
38
LA AGRIMENSURA

por mojones (I.G.M.), pasaron a conformar redes con estaciones de funciona-


miento continuo relacionadas con el posicionamiento satelital utilizables no sólo
para fines geodésicos sino también para la navegación, geofísica, etc.

Respecto de estos cambios fundamentales en el concepto geodésico del estable-


cimiento de redes de referencia, es oportuno destacar un antecedente valioso
aportado por el Prof. Víctor Hansjürgen Haar en una de sus conferencias durante
el año 1988, expresaba: „Uno de los mayores problemas con los que se tropieza
actualmente, es la multiplicidad de sistemas de coordenadas geodésicas. No sólo
se utilizan distintos elipsoides de referencia, sino que sobre un mismo elipsoide se
parte de distintos puntos Datum, y aun para un mismo elipsoide e idéntico punto
Datum, las coordenadas sufren modificaciones después de cada nuevo cálculo de
compensación‰.

„Para evitar confusiones y para no demorar la implementación de los sistemas de


información territorial, tan necesarios para la gestión gubernamental, por problemas
en la elección del sistema de coordenadas, se propone abandonar la idea del sis-
tema de coordenadas estático e inmutable, para sustituirlo por sistemas de coor-
denadas actualizables con el tiempo‰.

„La concreción de sistemas de coordenadas geodésicas actualizables con el


tiempo, ahora es posible gracias al empleo de computadoras que permiten alma-
cenar y modificar gran cantidad de datos en muy poco tiempo y efectuar todos
los cálculos de transformación correspondientes‰.

„La introducción del elemento temporal en la definición de las coordenadas plantea


el problema de una designación inequívoca de cada sistema de vigencia temporal
limitada. Asimismo exige el replanteo del valor legal que pudiera tener una coorde-
nada definitoria de un punto perteneciente a un límite jurisdiccional o parcelario‰.

En la publicación periódica „GEO-Notas‰ NÀ 64 (17/8/2012) el agrimensor y geo-


desta Rubén Rodríguez expresa: „⁄en su conferencia magistral el Prof. Víctor Haar
proponía la concreción de sistemas de coordenadas actualizables con el tiempo‰,
resultaba difícil de aceptar en la época (1988), pero que hoy es completamente
razonable, cuando se mencionan los MARCOS DIN˘MICOS, SEMIDIN˘MICOS⁄
Este recuerdo muestra la visión de futuro que tenia Víctor Haar‰. (19).

3. CARTOGRAFÍA

Otro de los problemas de interés público que deben resolver nuestros agrimen-
sores es la CARTOGRAF¸A TERRITORIAL, ya sea a nivel de su planificación, como
en el establecimiento de su marco geométrico de referencia, la proyección a em-
39
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

plear, o en la propia ejecución de la carta.

Para esta tarea estamos adecuadamente preparados porque poseemos la base


matemática necesaria y hemos sido entrenados en el manejo de las „variables vi-
suales‰ marco conceptual de la expresión gráfica.

El primer problema a encarar en la confección de una carta está reservado a la


Cartografía Matemática encargada de resolver las inevitables deformaciones que
provoca la transferencia de la esfera (o del elipsoide) al plano estableciendo las
ecuaciones de transformación de la proyección elegida, de acuerdo a la escala y
finalidad, y su vinculación al marco georreferenciado elegido. Tema este último de
relevante importancia frente a la moderna tendencia de la geodesia que somete a
discusión de los foros científicos, la comparación entre las bondades de los distintos
sistemas abandonando las coordenadas estáticas o fijas que utilizábamos hasta
nuestros días, por un marco dinámico, como hemos expresado anteriormente.

El segundo problema de carácter estético, es más que eso, llega a ser artístico, si
se quiere, porque aun cuando debe respetar ciertas normas técnicas, entre las
que se cuenta formato, escala, generalización, etc., no puede faltar el buen gusto
en el desarrollo de la expresión gráfica que de alguna manera distingue la perso-
nalidad del agrimensor actuante.

Se ha expresado, no sin razón, que el desarrollo de un país puede medirse por la


cantidad de Cartografía que consume.

Actualmente se exige mucha información como condición fundamental para la


planificación del desarrollo territorial, el estudio de factibilidad de nuevos merca-
dos de inversión, del establecimiento y control de la producción, etc. El futuro
exigirá aun más información como base del conocimiento que, en definitiva, es
lo que orienta la toma de decisiones y ello se pone de manifiesto con la presencia
de los medios masivos de información y los métodos modernos de automatiza-
ción, cuyo desarrollo es acelerado.

La Carta proporciona un medio de información formidable por cuanto transfiere


el conocimiento del territorio y los fenómenos, que con respecto a él se producen,
por medio del mensaje gráfico debidamente codificado.

Estos códigos son las reglas que asocian distintos elementos de la información re-
gistrada para permitir su comunicación. Son en realidad, sistemas o estructuras
que posibilitan la transmisión de un mensaje como es el caso de la carta.

La Carta es, en si, un sistema de información que proporciona el conocimiento


territorial por la interpretación visual de imágenes, previamente codificadas, for-
40
LA AGRIMENSURA

madas por un conjunto de símbolos ordenados lógicamente.

Este sistema de información se basa en principios científicos de la Expresión Grá-


fica que constituye un lenguaje especial, es decir un medio fundamental empleado
por el hombre para registrar y comunicar a otros sus observaciones y reflexiones.

La estructura, de principios y las leyes que rigen este lenguaje gráfico correspon-
den a la Semiología de la Gráfica, ciencia moderna de gran interés actual.

Todo el problema de comunicación de conocimiento por medio de la carta o el


mapa se basa en la Teoría de la Imagen. La imagen es anterior a la escritura en la
historia del hombre como medio de comunicación y ello resulta lógico si se ad-
vierte la simplicidad con que puede ponerse al alcance de todos sin gran esfuerzo
de iniciación y con un efecto positivo inmediato gracias a su fácil comprensión.

Es mucho más fácil leer y memorizar el contenido de la representación gráfica de


una carta o de un mapa que la lectura de un libro que explique en lenguaje escrito
el mismo asunto.

La Cartografía es el único procedimiento gráfico que permite una representación


real del espacio geográfico y su interpretación inmediata.

El espacio geográfico comprende no sólo la superficie terrestre considerada en


su totalidad o parcialmente, sino también relaciones de orden físico, biológico,
económico, etc., que se producen en un lugar y en un tiempo y que comprenden
causas y consecuencias de la organización de la tierra y sus habitantes.

Por ello la Cartografía comprende aspectos particulares como: La cartografía to-


pográfica, para informar sobre las formas y dimensiones de la superficie terrestre
y la cartografía temática para informar sobre relaciones entre fenómenos cualita-
tivos o cuantitativos que se producen localizados en territorios y que constituyen
la base de la geografía como mapa de climas o una carta de suelos, etc. En otro
aspecto, la Cartografia interviene en representaciones especiales relacionadas con
la estadística, la producción, el desarrollo económico, etc., como son los carto-
gramas, diagramas, etc.

La carta es un documento gráfico de importancia trascendental que precede, ne-


cesariamente, a cualquier acción de desarrollo territorial o de estudios geográficos
con fines económicos, sociales, estadísticos, etc. Es en resumen la base de los Sis-
temas de Ordenamientos Territorial que confeccionan los agrimensores.

Podría suponerse que la mejor forma de tener toda la información necesaria


sobre una determinada extensión territorial sería observarla desde lo alto, ya que
41
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

encontrándonos parados sobre el terreno mismo en el centro de ese territorio,


sólo podríamos apreciar lo que nos rodea en un entorno bastante reducido, sin
poder estimar relaciones de distancia, situación o tamaño; es decir, a escala hu-
mana con toda las informaciones, imperfecciones que implica encontrarnos a
nivel del suelo.

En consecuencia, aparentemente, la solución sería observar una fotografía aérea


o una imagen satelital, sólo que ambas registrarían con relativa fidelidad todo
cuanto existe en el terreno.

Esto trae como consecuencia, que el contraste entre detalles vecinos haga apa-
recer algunos de estos más importantes de lo que son en realidad, o que por el
contrario, aparezcan todos tan importantes que no permita distinguir con claridad
los accidentes geográficos que interesan especialmente para determinadas fina-
lidades.

Una carta, en cambio, proporciona una imagen incompleta del terreno y está
confeccionada en una escala prefijada que es prácticamente constante, al menos
en las escalas grandes, y en las escalas pequeñas es controlable cualquier varia-
ción conociendo los módulos de deformación lineal de la proyección utilizada.
Por otra parte, estos documentos gráficos son el resultado del tratamiento orde-
nado de la información recogida y de ellos surgen la selección de detalles geo-
gráficos a representar destacando la importancia de los mismos de acuerdo a la
finalidad de su uso y disimulando o anulando aquellos que no son de interés,
con lo que la carta resulta de lectura mas fácil que la fotografía o que la imagen
satelital.

En la información territorial sistemática, la carta, la fotografía aérea y la imagen


satelital son documentos complementarios, que aunque se presentan en escalas
distintas forman el corazón de la información geográfica en ese nivel, y de la in-
formación parcelaria en el catastro territorial.

Este concepto debe resultar válido tanto para fotogrametría analógica como para
la digital de reciente resurgimiento como método de relevamiento topográfico.

La elaboración de una carta persigue siempre un determinado propósito que es


fijado directamente por el usuario en función de sus propias necesidades.

Pero estos propósitos se cumplen únicamente cuando el documento gráfico es


capaz de informar con exactitud, claridad y armonía de acuerdo al contenido y a
la forma de su representación.

Esto exige una acentuación o disminución de los distintos elementos de la carta,


42
LA AGRIMENSURA

por ejemplo de la hidrografía, el sistema vial, los límites, la vegetación, los lugares
habitados, los detalles topográficos, las leyendas, etc.

Vale decir que la composición de una carta requiere la elección de los objetos
que vale la pena ser representados eliminando aquellos que no sean de interés,
transformando el producto final en una construcción subjetiva sometida a un con-
junto de normas preestablecidas, en cuanto se refiere a la selección de los objetos
y a su representación gráfica.

Aun así, seleccionados previamente, los objetos no estarán representados tal cual
son, sino mediante símbolos y signos convencionales más o menos descriptivos,
y que a su vez estarán sujetos a variaciones cuantitativas.

La cantidad de estos signos, su distribución y su relación con las variables visuales


dependen del espacio disponible en el papel o en el soporte alternativo que se
prefiera para su representación y este espacio está en relación con la escala ele-
gida para la carta, como es lógico, a medida que disminuye la escala se reduce el
espacio disponible para colocar los signos y será mas exigente la eliminación o
redistribución de objetos a representar.

Esta limitación en el lenguaje gráfico es inevitable y pone a prueba en forma per-


manente el ingenio y la sensibilidad artística del agrimensor que deber tomar de-
cisiones de importancia a cada momento en la elaboración de su carta. De ello
depende que el documento gráfico resulte capaz de transmitir la información te-
rritorial con exactitud, claridad y armonía, como se ha expresado, facilitando su
lectura.

Este problema típico en la Cartografía, y fundamental en el proceso de la expre-


sión cartográfica, se resuelve por medio de la GENERALIZACIŁN que es el arte
de distinguir lo que es esencial de aquello que no lo es, en la comunicación de
la información territorial cualquiera que sea el soporte elegido para transmitir in-
formación.

Si bien la generalización cartográfica requiere del agrimensor buena dosis de in-


tuición personal deben respetarse algunas pautas sobre los aspectos fundamen-
tales relacionando algunos aspectos técnicos del problema que son aplicables a
todos los elementos de la carta: a la planimetría, al relieve, a la rotulación, etc.

La tecnología del momento permite obtener gran cantidad de información carto-


gráfica en poco tiempo y a un costo aceptable. Es natural entonces, que exista
marcada tendencia a representar la mayor cantidad de detalles, pero como hemos
expresado eso puede invalidar los objetivos perseguidos pues el espacio disponi-
ble puede ser limitado, especialmente en las escalas menores y el documento re-
43
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

sultara „confuso‰. Resulta así verdaderamente importante aplicar las técnicas de


la „Generalización Cartográfica‰.

La selección, la esquematización, tanto estructural como conceptual y la armoni-


zación son técnicas que nuestros agrimensores no deben subestimar al momento
de elaborar su documento cartográfico, sin perjuicio de lo cual, queda entendido
que la información en detalle, apta para la consulta o para la elaboración de car-
tografía a escalas mayores, se reserva guardada en los Sistemas de Información
Territorial correspondientes.

La carta topográfica urbana encuentra en la actualidad preferente atención de la


cartografía, ya que existe verdadera necesidad de establecer programas de levan-
tamiento sistemático y organizados de pueblos y ciudades para satisfacer la cre-
ciente demanda de obras y servicios públicos, como así también la urgencia en
asegurar el ordenamiento territorial por medio del catastro, necesidades éstas que
impone el continuo crecimiento de la población dada la tendencia del hombre a
vivir en grandes ciudades.

En nuestro país más del 90% de la población vive en centros urbanos de más de
2.000 habitantes, con tendencia a aumentar este porcentaje, lo que implica de
manera urgente la preparación de programas de desarrollo urbano que aseguren
un crecimiento armónico de estos centros poblacionales.

Es imprescindible para el planeamiento y su puesta en práctica contar, al menos,


con la carta topográfica en distintas escalas ya que este documento proporciona
la mejor descripción posible del espacio geográfico con la información de los fe-
nómenos cualitativos o cuantitativos que en él se producen, sean naturales, arti-
ficiales o abstractos.

En efecto, esta información previa es fundamental para evitar, que un proyecto


de ingeniería improvisado produzca pérdidas por errores, demoras, falta de ade-
cuación, etc., lo que es inaceptable, sobre todo si se tiene en cuenta que el costo
de los levantamientos para producir la cartografía urbana, representa normalmente
una fracción poco significativa del costo total de cualquier proyecto.

Debe advertirse que no estamos propiciando la confección de la carta topográfica


de sectores aislados que sea requerida cada vez que el Estado decide encarar una
obra pública, sino por el contrario, la información cartográfica debe establecerse
sistemáticamente cubriendo ordenadamente cada territorio municipal en su tota-
lidad y progresivamente todas las zonas de influencia correspondientes.

Por cierto que la pérdida de dinero no es la peor consecuencia del planeamiento


urbano improvisado, es mucho más grave el futuro incierto que provoca una ciu-
44
LA AGRIMENSURA

dad con crecimiento desordenado y sin información cartográfica ya que los con-
tinuos problemas futuros no permitirán jamás obtener una solución integral.

Es necesario tener en cuenta que la carta topográfica es la base geométrica sobre


la que debe elaborarse el catastro parcelario, siendo esta fundamental en el orde-
namiento territorial, sea este urbano o rural por cuanto constituye la única forma
racional de conocer el territorio utilizando sus propios sistemas de registración,
de valuaciones inmobiliarias, de publicidad catastral, etc., y proporcionando la
más completa información parcelaria y las estadísticas imprescindibles para una
planificación seria del desarrollo territorial. (20).

Siendo Presidente de la República Don Bernardino Rivadavia, entre otras disposi-


ciones relativas a los levantamientos topográficos y cartográficos del territorio na-
cional que consideraba imprescindibles y urgentes, dispone el 26 de junio de
1826 la creación del Departamento General de Topografía y Estadísticas, orga-
nismo de notable trascendencia en el desarrollo cartográfico de la nueva nación
Argentina. Este fue el origen de la Dirección de Geodesia de la Provincia de Bue-
nos Aires con cuyos representantes hemos tenido el honor de compartir más de
un congreso de Cartografía.

Por gestión del Centro Argentino de Cartografía, el 26 de junio ha sido instituido


D¸A NACIONAL DE LA CARTOGRAF¸A. (21).

Esa institución científica organiza cada año con motivo del día de la cartografía
jornadas o congresos de la especialidad.

Modernamente la cartografía, en su expresión más amplia, está integrada a la


Geomática, junto con la geodesia, la percepción remota, la fotogrametría, la
geografía y por supuesto a la informática, como ciencias concurrentes a la forma-
ción de los SISTEMAS DE INFORMACION TERRITORIAL.

4. EL CATASTRO TERRITORIAL

El catastro Territorial, es el otro campo de actividad profesional para el que nues-


tros agrimensores han sido debidamente preparados.

El concepto y por lo tanto la finalidad de este ordenamiento territorial ha cam-


biado con el transcurso del tiempo por las exigencias impuestas por las propias
necesidades del aumento de la población, de los servicios esenciales y conse-
cuentemente la importancia que adquiere una mejor administración del terri-
torio.

Veámoslo en las definiciones y conceptos de distintas épocas referidas tan sólo a


45
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

nuestro territorio para no incursionar en los catastros europeos que nos deman-
daría demasiado espacio.

El catastro en época de la colonia española en América existió regulado en gran


medida en las Leyes de Indias, no sólo en las instrucciones para la fundación de
nuevos centros poblados, cuyo trazado y ubicación estaba, si se quiere, bastante
meditado. Veamos si no, en el texto de la ley 11 del título XII, se disponía: „Todos
los vecinos y moradores a quien se hiciere repartimiento de tierras, sean obligados
dentro de tres meses, que les fueren señalados, a tomar la posesión de ellas, y
plantar todas las lindes y confines, que con las otras tierras tuvieren de sauces y
árboles, siendo en tiempo, por manera, que demás de poner la tierra en buena,
y apacible disposición, sea parte para aprovecharse de la leña, que hubiere me-
nester, pena de que pasado el término, si no tuvieren puestas las dichas plantas,
pierdan la tierra⁄‰.

Con esta disposición se obligaba a la efectiva posesión y al deslinde, uno de los


objetivos primordiales del Catastro Territorial, mas allá de que estas leyes conte-
nían verdaderas normas de planeamiento y saneamiento ambiental avanzadas
para la época.

En nuestro territorio nacional, a poco de sus comienzos como Nación, ya se dic-


taron normas que imponían un ordenamiento territorial de vital importancia para
la incipiente organización administrativa.

Según relata el Prof. Toledo en su libro „Tratado de Catastro Territorial‰: „El primer
antecedente jurídico de contenido catastral y regulador de la actividad agrimen-
sural en nuestro país, se dictó el 25 de setiembre de 1824, creando la Comisión
Topográfica. El citado instrumento legal se componía de 22 artículos los que con-
ceptualmente son orgullo de la Agrimensura argentina por la madurez de sus con-
ceptos, que contemporáneamente, al decir de algunos autores, eran desconocidos
en Europa‰.

En honor a este decreto el Consejo Federal de Catastro, ha instituído el 25 de


setiembre como D¸A NACIONAL DEL CATASTRO.

Un par de años más tarde, el 26 de junio de 1826, siendo presidente de la Repú-


blica, Bernardino Rivadavia, se creó el Departamento Topográfico, consolidando
la creación de un registro gráfico y otro escrito de todas las mensuras⁄

Más acá en el tiempo, en nuestra provincia de Córdoba, el Agrimensor Dr. Alberto


Lloveras produce su tratado sobre el „Catastro Territorial‰ en el que demuestra
un profundo estudio conceptual de la cuestión. (22).
46
LA AGRIMENSURA

Obra de consulta entre nuestros estudiantes de Agrimensura Legal desde su pu-


blicación hasta nuestros días, a pesar de estar agotadas todas las ediciones.

Hacia el año 2000 la Dra. en Agrimensura Ing. Agrim. Hilda Herrera desarrolló
su tesis Doctoral, sobre el tema „La Registración Catastral en la República Argen-
tina‰. De esa extensa y magnífica obra, sólo transcribiremos una descripción que
estimamos completa y engloba con claridad cuantas se han emitido y que omiti-
mos por no ser motivo de este relato. Dice la Dra. Herrera: „El catastro territorial
es un sistema de información territorial, implementado con el propósito de proveer
información sobre el estado de hecho de las parcelas con relación al estado de de-
recho, para apoyar el mercado inmobiliario y a la planificación del territorio, y co-
adyuda a proteger los derechos reales sobre inmuebles ya que persigue garantizar
que la descripción de las parcelas, objeto de actos jurídicos incorporados al registro
inmobiliario, refleje la realidad física, coordinadamente con el control que sobre el
dominio de estos bienes ejerce el registro inmobiliario‰. (23).

En consecuencia, son dos los organismos responsables de la registración de do-


cumentos relativos a las parcelas objeto de derechos reales, el registro inmobiliario
y el catastro territorial.

El registro de la propiedad inmueble registra los datos jurídicos, el catastro territo-


rial cumple idéntica función que este, registra principalmente los datos físicos,
económicos, ambiéntales y también datos jurídicos.

No pocos sinsabores, gestiones, disputas y tiempo ha costado a la agrimensura


argentina disponer de leyes nacionales de catastro modernas que respondan a
los verdaderos objetivos que se pretenden con el establecimiento de los Sistemas
de Información Territorial, herramienta fundamental, no sólo para administrar con
seriedad y fundamento las cosas del Estado, sino para garantizar derechos priva-
dos y propender a la paz social.

Nos referiremos así solamente a las dos últimas leyes nacionales en que los agri-
mensores a través de la Federación Argentina de Agrimensores, F.A.D.A., han te-
nido una participación activa.

El decreto-ley 20440 de fecha 22 de mayo de 1973, fue denominado Ley Nacional


de Catastro, incorporado al Código Civil, no alcanzó a ponerse totalmente en vi-
gencia salvo las leyes reglamentarias de algunas provincias. Esta ley 20440 contaba
con 59 artículos los que fueron suspendidos a partir del artículo 5 por la interven-
ción de entidades y profesionales de carreras afines a la agrimensura, pero no
iguales, ni equivalentes, que consideraban vulnerados sus intereses económicos
más que los de carácter institucional.
47
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Es de gran trascendencia para la Agrimensura Argentina la vigencia de la Ley


NÀ 26209 sancionada el 20 de diciembre de 2006. El proyecto original fue pre-
sentado al Senado de la Nación por nuestros colegas el Ing. Agrim. José Luis Gioja
de San Juan y el Ing. Agrim. Eduardo Brizuela del Moral de Catamarca, este último
egresado de nuestra Escuela en Córdoba.

Después de tres años de destacadas gestiones de la Federación Argentina de Agri-


mensores se logró la sanción, cuyo texto se agrega considerando de utilidad su
lectura para nuestros jóvenes egresados.

Como puede apreciarse, la ley fija el marco normativo al que deberá ajustarse el
funcionamiento de los catastros territoriales pertenecientes a las distintas juris-
dicciones del país. Se crea por esta ley el Consejo Federal del Catastro entidad
que funciona desde hace muchos años formado por votación de las Entidades
Catastrales de las Provincias.

Es de esperar que las Provincias dicten sus Leyes Locales conforme lo establece
la Ley Nacional de Catastro, con la participación del Consejo Federal del Catas-
tro.

LEY NACIONAL DE CATASTRO

Texto sancionado el 20-12-06

CAP¸TULO I

FINALIDADES DE LOS CATASTROS TERRITORIALES

ART¸CULO 1À- Los catastros de las provincias y de la Ciudad Autónoma de Buenos


Aires son los organismos administradores de los datos correspondientes a objetos
territoriales y registros públicos de los datos concernientes a objetos territoriales le-
gales de derecho público y privado de su jurisdicción. Constituyen un componente
fundamental de la Infraestructura de datos espaciales del país y forman la base del
sistema inmobiliario en los aspectos tributarios, de policía y ordenamiento admi-
nistrativo del territorio. Administrarán los datos relativos a los objetos territoriales
con las siguientes finalidades, sin perjuicio de las demás que establezcan las legis-
laciones locales:

a) Registrar la ubicación, límites, dimensiones, superficies y linderos de los in-


muebles, con referencia a los derechos de propiedad emergentes de los tí-
tulos invocados o de la posesión ejercida. Establecer el estado parcelario
de los inmuebles, y verificar su subsistencia conforme lo establecen las le-
48
LA AGRIMENSURA

gislaciones locales y regular el ordenamiento territorial.


b) Publicitar el estado parcelario de la cosa inmueble.
c) Registrar y publicitar otros objetos territoriales legales.
d) Conocer la riqueza territorial y su distribución.
e) Elaborar datos económicos y estadísticos de base para la legislación tributa-
ria y acción de planeamiento de los poderes públicos.
f) Registrar la incorporación de las mejores accedidas a las parcelas y determi-
nar su valuación.
g) Determinar la valuación parcelaria.
h) Contribuir a la adecuada implementación de políticas territoriales, admi-
nistración del territorio, gerenciamiento de la información territorial y al
desarrollo sustentable.

ART¸CULO 2À- Las leyes locales designarán los organismos que tendrán a su cargo
los catastros territoriales y ejercerán el poder de policía, inmobiliario catastral.

ART¸CULO 3À- El poder de policía inmobiliario catastral comprende las siguientes


atribuciones, sin perjuicio de las demás que las legislaciones locales asignan a los
organismos mencionados en el artículo anterior:

a) Practicar de oficio actos de levantamiento parcelario y territorial con fines


catastrales.
b) Realizar la georeferenciación parcelaria y territorial.
c) Registrar y publicitar los estados parcelarios y otros objetos territoriales lega-
les con base en la documentación que les da origen, llevados a los corres-
pondientes registros.
d) Requerir declaraciones juradas a los propietarios u ocupantes de inmuebles.
e) Realizar inspecciones con el objeto de practicar censos, verificar infracciones
o con cualquier otro acorde con la finalidad de esta ley.
f) Expedir certificaciones.
g) Ejecutar la cartografía catastral de la jurisdicción; confeccionar, conservar y
publicar su registro gráfico.
h) Formar, conservar y publicar el archivo histórico territorial.
i) Interpretar y aplicar las normas que regulan la materia.
j) Establecer estándares, metadatos y todo otro componente compatible con
el rol de catastro en el desarrollo de las infraestructuras de datos geoespa-
ciales.
49
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

CAP¸TULO II

ESTADO PARCELARIO, CONSTITUCIŁN Y VERIFICACIŁN


DETERMINACIŁN DE OTROS OBJETOS TERRITORIALES LEGALES

ART¸CULO 4À- A los efectos de esta ley, denomínase parcela a la representación de


la cosa inmueble de extensión territorial continua deslindado por una poligonal de
límites correspondientes a uno o mas títulos jurídicos o a una posesión ejercida,
cuya existencia y elementos esenciales consten en un documento cartográfico, re-
gistrado en el organismo catastral.

ART¸CULO 5À- Son elementos de la parcela:


1) Esenciales
a) La ubicación referenciada del inmueble.
b) Los límites del inmueble, en relación a las causas jurídicas que le dan origen.
c) Las medidas lineales, angulares y superficie del inmueble.
2) Complementarios
a) La valuación fiscal.
b) Sus linderos.
Dichos elementos constituyen el estado parcelario del inmueble.

ART¸CULO 6À- La determinación de los estados parcelarios se realizara mediante


actos de levantamiento parcelario consistentes en actos de mensura ejecutados y
autorizados por profesionales con incumbencia en la agrimensura, quienes asumirán
la responsabilidad profesional por la documentación suscripta, de acuerdo a lo dis-
puesto en la presente ley y en la forma y condiciones que establezcan las legislacio-
nes locales.

ART¸CULO 7À- El estado parcelario quedara constituido por la registración en el or-


ganismo de aplicación del plano de mensura y demás documentación correspon-
diente al acto de levantamiento parcelario ejecutado. En el plano deberán constar
los elementos que permitan definir la parcela, según lo establecido en el artículo
5À de la presente ley y lo que establezcan las legislaciones locales. La registración
no subsana ni convalida los defectos de los documentos.

ART¸CULO 8À- Con posterioridad a la determinación y constitución del estado par-


celario en la forma establecida por la presente ley, deberá efectuarse la verificación
de su subsistencia, siempre que hubiere caducado la vigencia, conforme las dispo-
siciones de las legislaciones locales y se realice alguno de los actos contemplados
en el artículo 12 de la presente ley.
50
LA AGRIMENSURA

ART¸CULO 9À- La verificación de subsistencia de estados parcelarios se realizará me-


diante actos de mensura u otros métodos alternativos que, garantizando niveles de
precisión, confiabilidad integralidad comparables a los actos de mensura, establezca
la legislación local. Los actos de levantamiento parcelario para verificación de sub-
sistencia serán autorizados por profesionales con incumbencia en la agrimensura,
quienes serán profesionalmente responsables de la documentación suscripta, de
acuerdo con lo que establezca la legislación local.

CAP¸TULO III

CERTIFICACIŁN CATASTRAL

ART¸CULO 11À- El estado parcelario se acreditará por medio de certificados que


expedirá el organismo catastral en la forma y condiciones que establezcan las legis-
laciones locales. Para la expedición de certificados catastrales en oportunidad de
realizarse cualquier acto de constitución, modificación y/o transmisión de derechos
reales, se deberá asegurar que el estado parcelario esté determinado y/o verificado
y que no haya expirado el plazo de su vigencia.

ART¸CULO 12À- En los actos por los que se constituyen, trasmiten, declaren o mo-
difiquen derechos reales sobre inmuebles, se deberá tener a la vista la certificación
catastral habilitante respectiva y relacionar su contenido con el cuerpo de la escri-
tura o documento legal correspondiente. No se requerirá la certificación catastral
para la cancelación de derechos reales y constitución de bien de familia, usufructo,
uso y habitación, e inscripción de embargos y otras medidas cautelares.

ART¸CULO 13À- A los efectos de las inscripciones de los actos citados en el articulo
12 en el Registro de la Propiedad Inmueble se acompañará a la documentación
correspondiente el certificado catastral, sin cuya presentación no procederá a la
inscripción definitiva.

CAP¸TULO IV

VALUACIŁN PARCELARIA

ART¸CULO 14À- Los organismos catastrales de cada jurisdicción tendrán a su cargo


la determinación de la valuación parcelaria de su territorio, a los fines fiscales.

Las leyes locales establecerán e instrumentarán la metodología valuatoria a utilizarse


en su jurisdicción, la cual deberá tener, en todos los casos, base técnica para lograr
la correcta valuación de manera de contribuir a la equidad fiscal. Será objeto de
justiprecio, entre otros, el suelo, sus características, uso, capacidad productiva y
51
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

las mejoras que contenga.

CAP¸TULO V

CREACIŁN DEL CONSEJO FEDERAL DEL CATASTRO

ART¸CULO 15À- Créase el Consejo Federal del Catastro, el que estará integrado por
todos los Catastros de las Provincias y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con
el objeto de cumplir con las finalidades establecidas en la presente ley, quienes dic-
tarán sus normas para su organización y funcionamiento.

CAP¸TULO VI

DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS Y TRANSITORIAS

ART¸CULO 16À- Las Provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, deberán a


través del Consejo Federal del Catastro, contribuir a la adecuada implementación
de políticas territoriales, a la administración del territorio, al gerenciamiento de la
información territorial y al desarrollo sustentable, en concordancia con el rol que
compete al Catastro como un componente fundamental para la infraestructura de
Datos espaciales del país. El Consejo Federal del Catastro contribuirá a coordinar
las metodologías valuatorias con la finalidad de unificar criterios, destinados a in-
formar a los organismos tributarios pertinentes a toda la Nación.

ART¸CULO 17À- Las normas pertinentes referidas a la constitución del estado parce-
lario y su registración, será de aplicación gradual y progresiva según lo determinen
los organismos catastrales de cada jurisdicción.

ART¸CULO 18À- Esta ley es complementaria del Código Civil.

ART¸CULO 19À- Deróganse las Leyes 21848, 20440 y 22287.

ART¸CULO 20À- Comuníquese al Poder Ejecutivo.

CITA S

1) RACAGNI, Tito Livio: Profesor Consulto de la Universidad Nacional de Córdoba. Egresó


de la misma como Agrimensor y con posterioridad obtuvo el diploma de Ingeniero Ge-
ógrafo. Fue profesor de Topografía y de Dibujo Topográfico y luego profesor Titular de
Geodesia y de Geodesia Superior en reemplazo del Prof. Juan Jagsich. Racagni exhibe
una prolongada y notable carrera docente en el área de la Escuela de Agrimensura de

52
LA AGRIMENSURA

la Facultad de C.E.F.N. de esta Universidad, incursionando también en la actividad pro-


fesional privada, como lo fue el „Cálculo de compensación de la triangulación de la
Ciudad de Córdoba‰, y el „Cálculo de Compensación de la Nivelación de Precisión‰,
para la confección de la Carta Topográfica Urbana. Calculó la compensación de la
„Triangulación General de la Provincia de Neuquén‰ y confeccionó la „Carta Catastral
Rural‰ a escala 1:100.000 de la misma. Fue Director General de Catastro de la Provincia
de Córdoba, donde introdujo importantes cambios conceptuales y creó las Delegacio-
nes del Interior descentralizando la administración tal como funciona en la actualidad.
Co-Fundador y asesor académico de CONSAGRA (Consultores Agrimensores Asocia-
dos). Co-Fundador de FADA (Federación Argentina de Agrimensores). Tiene numerosas
y destacadas publicaciones relacionadas con la Agrimensura, que son de conocimiento
y elementos de consulta en la actualidad. Falleció en Córdoba el 4 de mayo de 2012,
a la edad de 93 años.
2) HAAR, Víctor Hansjürgen: Profesor Emérito de la Universidad Nacional de Córdoba.
Obtuvo su título de Agrimensor en la U.N.B.A. Ingresó al I.G.M. donde se destacó en
Geodesia y Cartografía, participando en dos campañas al „Hielo Continental Argentino‰
para realizar distintas tareas de su especialidad. A partir de los años 50 cursó la carrera
de Ingeniero Geógrafo en la Universidad Nacional de Córdoba, donde luego fue con-
tratado como Profesor Titular de Cartografía y Fotogrametría. Dictó distintas materias
de la especialidad también en otras universidades argentinas y cursos de Post grado en
el extranjero. Fue Co-Fundador de CONSAGRA (Agrimensores Consultores Asociados).
Co-Fundador del Doctorado en Agrimensura de la Universidad Nacional de Catamarca,
y Miembro Titular de la Comisión Académica durante muchos años. Presidente de
FADA (Federación Argentina de Agrimensores) en 1962 y miembro del Comité Perma-
nente de FIG (Federación Internacional de Geómetras). Autor de numerosos trabajos
científicos sobre temas de Geodesia, Límites Internacionales (límite con Chile en Lago
Argentino) y Cartografía. Acreedor de numerosas distinciones en mérito a su carrera
docente y profesional. Está considerado Maestro de la Agrimensura. Falleció en Córdoba
el 12 de agosto de 2012.
3) TOLEDO, Bernardo Luis. Profesor Consulto de la Universidad Nacional de Santiago del
Estero. Es Agrimensor egresado de esa Universidad donde se destacó como Profesor
Titular de Catastro y Mensura y otras disciplinas. Autor junto con el Ing. Agrimensor
Angel Oscar Papalardo del „Tratado de Catastro Territorial‰ 1998. Fue durante varios
períodos miembro titular de la Comisión del Doctorado en Agrimensura de La Univer-
sidad Nacional de Catamarca. Autor de numerosos trabajos presentados en congresos
y reuniones científicas, como así también de publicaciones de varios artículos científicos.
Docente y miembro de distintas Instituciones científicas, es uno de los agrimensores
más destacados del País.
4) „Tratado de Catastro Territorial‰ editado por los autores: Bernardo Luis Toledo y Angel
Oscar Papalardo - Santiago del Estero 1998. (317 pág.).

53
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

5) „El Plano de Mensura‰ - Severiano Gustavo Bartaburu - Editado por el Colegio de Agri-
mensores de Córdoba - 1990 - Folleto 37 pág.
6) GARC¸A, Marcelo Aristóbulo - Agrimensor de la Universidad Nacional de Cuyo (1948).
Incansable defensor de la Agrimensura. Fue fundador de FADA (Federación Argentina
de Agrimensores). Luego de la aprobación de los estatutos (09/05/59) de esta Institución
fue elegido primer Presidente y reelegido por varios períodos. Fue profesor en la Uni-
versidad Nacional de Cuyo y Director General de Catastro de San Juan. Fundador y Pre-
sidente del Colegio de Agrimensura de San Juan. Falleció el 13 de setiembre de 1970,
en un accidente automovilístico.
7) „La Misión del Agrimensor‰. Trabajo de Víctor H. Haar de gran valor ilustrativo y escla-
recedor sobre la misión profesional del agrimensor. Presentado y Aprobado por unani-
midad en el 2À Congreso Nacional de Agrimensura que aconsejó su publicación
(Mendoza, marzo de 1961), libro editado por la Dirección General de Publicaciones
de la U.N.C. 1971- 80 pág. Es el primer tratado que explica con absoluta claridad los
fundamentos jurídicos y técnicos de la mensura y de otras actividades de la Agrimen-
sura.
8) FEIJOO, Osorio Carlos. Ingeniero Agrimensor egresado de la Universidad Nacional de
Córdoba. De sólida preparación en Agrimensura Legal y temas relacionados, ha elabo-
rado excelentes trabajos sobre asuntos muy puntuales como „Límites y Mojones‰ y
otros que se mencionan más adelante. Ocupó cargos jerárquicos en la Dirección Ge-
neral de Catastro de la Provincia de Córdoba, donde produjo dictámenes e investiga-
ciones de gran valor para la agrimensura.
9) „El Amojonamiento y la Tecnología Moderna‰ S. Gustavo Bartaburu. Revista FADA NÀ
17 - Folleto Escuela de Agrimensura - Córdoba 1999 - „Mojones que hacen Historia‰
descripción sobre el límite Francia-España- Extracto del libro „A mis nietos‰ del mismo
autor - Junio 1998.
10) LLOVERAS, Alberto, Doctor Agrimensor. Ver en Capítulo 4 „Origen Académico‰.
11) „La Agrimensura y la Formación de los Agrimensores‰ - „Cien años de Agrimensura
Argentina‰. Agrim. Pedro Vergés - Departamento de Publicaciones Universidad Nacional
de la Plata, 1967.
12) Plano de la Ciudad de Córdoba 1575.
13) Hacia los años 50, siendo Director de Catastro de la Provincia de Córdoba el Dr. Llove-
ras, se efectuaron mediciones para determinar la longitud de la vara con que se trazó la
Ciudad (longitud entre líneas de Edificación de „Café Sorocabana‰ esq. San Jerónimo y
Buenos Aires y antigua „Farmacia Minuzzi‰ esq. R. de Santa Fe y Rivadavia). Vara = 0,843
m.
14) „Antiguas Medidas de Longitud‰ Ing. Agrim. Carlos Feijoo Osorio - Edición propia - fo-
lleto 2002.

54
LA AGRIMENSURA

15) DOERING, Oscar: Primer Decano de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas (ver
Cap. 4 - „Origen Académico‰). Archivo Academia Nacional de Ciencias - Córdoba -
Cuadernos de mediciones de Doëring.
16) El Ing. „Rodolfo F. Arinci ex Profesor de Geodesia y de Astronomía Práctica de la Uni-
versidad Nacional de Córdoba ha presentado un nuevo libro titulado „DONDE ESTOY?
- Del gnomon al G.P.S.‰ en el que detalla la larga epopeya de la humanidad para deter-
minar su posición sobre la Tierra - Edición personal limitada del autor - 400 pág., 2013.
El Ing Arinci está alejado de la Cátedra desde hace algunos años, no obstante lo cual,
ha continuado en contacto con la Ciencia Geodésica a la que brinda ahora una muy
fundada secuencia desde las antiguas concepciones sobre la forma, posición y movi-
mientos de la Tierra, hasta los actuales procedimientos de la Geodesia Espacial. El Ing.
Rodolfo Arinci es un destacado profesional de la Ingenieria, fundador (1960) de INCO-
NAS (Ingenieros Consultores Asociados) una de nuestras sociedades consultoras de
mayor relevancia y prestigio en el País y el extranjero.
17) El responsable principal de la Estación permanente UCOR es el Prof. Ing. Agrimensor
Miguel Díaz Saravia quien se desempeña también como Director de la Escuela de Agri-
mensura. El responsable suplente es el Ing. Agrimensor Juan Villalba - (www.agrimen-
sura.efn.uncor.edu/estacion. HTM) .
18) MACKERN OBERTI, Virginia. Ing. Agrimensora (Universidad Juan Agustín Maza - Men-
doza). Doctora en Agrimensura (Universidad Nac. De Catamarca). Profesora Estable del
Doctorado en Agrimensura U.N.C. y UJA Maza - Mendoza - Especializada en Geodesia,
dicta cursos de postgrado en distintas universidades.
19) RODRIGUEZ, Rubén. Agrimensor Geodesta. Ex Geodesta del I.G.M. de destacada ac-
tuación científica - Edita: „GEO - NOTAS‰ por Internet desde Buenos Aires con información
Geodésica actualizada y artículos de distintos autores. (http://geonotas.blogspot.com).
20) „La carta Topográfica‰. S. G. Bartaburu. Editado por JGS Computación Gráfica-Cór-
doba-2À Edición 1994 - (Teoría de la imagen- generalización- propuesta a la confección
de grandes escalas en Cartografía Urbana).
21) El 26 de junio se conmemora el D¸A NACIONAL DE LA CARTOGRAF¸A a instancias
del Centro Argentino de Cartografía (Decreto Nacional NÀ 4229 de fecha 19/9/58) en
alusión a la creación del Departamento Topográfico por B. Rivadavia en 1826. Ver: „Ri-
vadavia y la Cartografía‰ por Ramiro Martínez Sierra, conferencia 26 de junio 1958 -
Homenaje a la Revolución de Mayo 1960.
22) „El Catastro Territorial‰. Alberto Lloveras, Abogado y Agrimensor. Profesor Titular de
Agrimensura Legal y Director de Catastro de la Provincia de Córdoba. Imprenta de la
Universidad Nacional de Córdoba Edic. 1951(agotada). Texto de consulta de perma-
nente actualidad.
23) HERRERA, Hilda. Ing. Agrimensora y Doctora en Agrimensura (Univ. Nac. de Cata-
marca). Profesora titular de esa Universidad y Profesora de Post-Grado del Doctorado.

55
Actual Directora del Doctorado en Agrimensura de gran solvencia intelectual y una de
las más activas integrantes del Doctorado, dictando cursos de Post Grado en distintas
universidades. Su especialidad es el Catastro Territorial, tema que desarrolló amplia-
mente en su Tesis Doctoral. Tiene numerosos trabajos de su especialidad publicados.
Realizó la traducción integral al español de la obra de Gerhard Larsson „Sistemas de
Registración Territorial y Catastral‰, texto de consulta de notable valor.

56
2. ÉTICA DEL AGRIMENSOR

Con motivo de una conferencia dictada en la Universidad Nacional de Catamarca


a que fuí invitado durante el desarrollo de las „Cuartas Jornadas de Agrimensura
de esa Provincia, se publicó un resumen de la misma en la Revista de la Federa-
ción Argentina de Agrimensores. El tema desarrollado fue „Ética del Agrimensor‰
por ser de renovada actualidad, que trasciende más allá de las profesiones y es
motivo de preocupación por el impacto en la honestidad y el decoro que debería
existir en todo los ámbitos de nuestra sociedad, por todos nosotros considerada
„civilizada‰.

En varias oportunidades, en distintas épocas y circunstancias, me tocó repetir esta


charla formal, sin tener que cambiar mucho de su contenido, salvo la utilización
de proyecciones ilustrativas utilizando las herramientas de la tecnología moderna.

No fue necesario, en general, modificar los conceptos, ni las diversas citas filosó-
ficas y menos aún los ejemplos, porque fueron y son de permanente actualidad.

El Colegio de Agrimensores de la Provincia de Córdoba, por intermedio de una


Comisión Especial, y como parte de la conmemoración de los 400 años de la Uni-
versidad Nacional de Córdoba, publicará un compendio de distintos temas escri-
tos por ex profesores de la Escuela de Agrimensura, entre los que estaría incluido
esta conferencia sobre Ética. Sin embargo, hemos estimado conveniente incorpo-
rar el tema en estos relatos, con la esperanza que puedan ser considerados por
los eventuales lectores fuera del ámbito propio de la agrimensura.

Nuestro objetivo, sería entonces tratar algunos aspectos de la ética del agrimen-
sor, sin embargo correspondería, me parece, hacer referencia, antes, a la ética en
general porque afecta a todos los actos de la vida.

En cualquier orden, debemos aceptar que la ÉTICA se fundamenta en la moral


y las buenas costumbres, las que siempre deben estar presentes en todos nues-
tros actos. Lamentablemente, su vigencia se vulnera permanentemente en mu-
chos ámbitos de la sociedad actual, prueba de lo cual dan los titulares de las
noticias de forma casi, diríamos, cotidiana. No abriremos juicio sobre este de-
terioro de la moral porque correríamos el riesgo de atentar contra principios
fundamentales de nuestra educación familiar y cristiana y lo que es peor, po-
dríamos producir el desaliento o la apatía de nuestros jóvenes que deben
57
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

afrontar con entusiasmo su propio futuro.

A pesar de todo, el principio filosófico de ética existe y perdurará por haberse


consolidado como fundamento de las relaciones humanas y pertenece a la con-
ciencia de cada uno, es decir, es propio del ser humano.

Por siglos, la definición de Ética ha sido motivo de preocupación de filósofos y


pensadores, de los cuales hemos recibido, a través de la historia, orientaciones
distintas y a veces contrapuestas.

Esto es así, porque desde los orígenes de la ética occidental hacia el siglo IV aC
en Grecia, hubo doble orientación en el conjunto del conocimiento: „Los cono-
cimientos teóricos‰, por un lado, preocupados por averiguar qué son las cosas,
sin expresar interés explícito por la acción y „Los conocimientos prácticos‰, orien-
tados a saber qué se debe hacer y cómo debemos encaminar nuestra conducta.
A estas ciencias prácticas pertenece, estimamos, la ÉTICA.

Síntesis Histórica

Las primeras reflexiones filosóficas de ética en occidente se atribuyen a Demó-


crito, filósofo griego (460-370 aC) quien da origen a lo que llamó „el intelec-
tualismo ético‰, orientación que también adoptaron Platón (428-347 aC) y
Aristóteles (384-322 aC).

Debo hacer un pequeño desvío en este tema, y poner en evidencia lo siguiente:


Este filósofo de la antigüedad, Demócrito de Abdera, sistematizó el atomismo,
concibiendo la primera expresión mecanicista del universo, hacia el siglo IV aC,
como hemos expresado, concepción relacionada con los átomos, el movimiento
y el espacio vació. Para Demócrito, los átomos eran „corpúsculos invisibles por
su pequeñez, indivisibles y en movimiento eterno en un impulso circular que llamó
torbellino‰. Fueron necesarios muchos siglos para que algunos físicos como Dal-
ton establecieran una teoría para demostrar que los átomos son indivisibles por
reacciones químicas pero pueden fragmentarse por reacciones nucleares. Des-
pués, lo que ya conocemos sobre las aplicaciones, no siempre éticas, de la teoría
nuclear.

Sócrates, filósofo griego (470-399 aC) prosiguió con el intelectualismo ético


de Platón buscando la esencia de las virtudes y del saber. Sócrates era un sabio
realmente interesado en la moral que lamentablemente no dejó obras escritas,
pero transmitió a sus discípulos Platón y de éste a Aristóteles y otros, los funda-
mentos de sus diálogos directos. Llenos de conceptos filosóficos válidos en nues-
tros días.
58
ÉTICA DEL AGRIMENSOR

Platón, en su „Filosofía‰ realmente resume todo el conocimiento de la época


en Grecia. Casi todas sus obras contienen los diálogos de los que Sócrates era
el protagonista de la mayor parte de ellos. En su primera época desarrolló el
„intelectualismo ético‰, principios que fueron adoptados por otros filósofos
contemporáneos.

Aristóteles dio lugar a una nueva teoría ética que tiene una orientación religiosa
como Platón. Sus tres obras sobre este tema fueron: „Ética a Eudemo‰, „Ética a
Nicómaco‰ y „La gran Moral‰.

A partir de su obra „Ética a Nicómaco‰ clasifica distintas formas del bien y estudia
la „percepción de las virtudes sociales‰ Realmente ingresa en la ética, conciente
de la compleja temática moral. Fundador del „Liceo‰, el centro educativo más
importante de Grecia, en él dictó la Ética como materia, marcando los lineamien-
tos que seguiría el saber durante más de 18 siglos después de su muerte en el
año 322 aC.

A partir de Aristóteles las distintas escuelas filosóficas otorgan preferente atención


a la ética y aparecen diversas teorías „El Hedonismo‰, „El Utilitarismo‰, „El Evolu-
cionismo‰, etc., que resultaría complicado analizar al momento. Sólo diremos que
todas se dedicaron a escrutar los „fundamentos de la vida moral‰ desde el punto
de vista filosófico.

Según José Ferrater Mora en su „Diccionario de la Filosofía‰ también fue común


en tales escuelas el manifestar los dos siguientes rasgos: Primero el de considerar
a la ética como ética de los bienes, es decir, el establecer una jerarquía de bienes
concretos hacia los cuales aspira el hombre y por los cuales se mide la moralidad
de sus actos. Segundo el buscar la tranquilidad de ánimo, etc⁄

Con el advenimiento del cristianismo la difusión de la concepción teológica do-


minó el panorama de la „filosofía moral‰ que duró hasta el Renacimiento. Con-
secuentemente hubo modificación en muchas de las teorías existentes respecto
de las definiciones de la ética.

En efecto, los pensadores cristianos adoptaron, en principio, doble actitud frente


a la ética: por un lado, supeditaron lo ético a lo religioso es decir fundamentaron
en Dios todos los principios morales; y por otro lado aprovecharon muchas ideas
de ética provenientes de los filósofos griegos.

La historia de la ética, por llamarlo así, se complica todavía más a partir del Rena-
cimiento (1450 a 1576) en que además de rescatar las teorías clásicas, surgen
nuevos conceptos de ética basados en reflexiones antropológicas que influyen
en filósofos posteriores como el ingles Hobbes (1588-1679), el holandés Spinoza
59
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

(1632-1677) y otros.

El concepto de ética tiene un cambio fundamental en la filosofía de Kant (1724-


1804) que introduce los conceptos de „buena voluntad‰, „conciencia moral‰ y
„deber‰ con la correspondiente influencia en los pensadores posteriores.

La „filosofía de evolución continua‰ de Kant lo lleva a preocuparse de las con-


diciones de la moralidad, así como de las ideas trascendentales del alma, mundo,
Dios, que quedan tratadas en su obra „Fundamentación de la Metafísica de las
Costumbres‰ hacia 1785.

Otros pensadores como Nietzche („Más allá del bien y del mal‰) también criticó
duramente a Sócrates en su libro „El ocaso de los ídolos‰ y otros posteriores, que
sería muy largo de enumerar, se ocuparon de la ética como tema puramente filo-
sófico. Entre ellos, Max Scheller (1874 - 1928) se opuso tenazmente a los princi-
pios de Kant.

No nos es permitido relacionar las teorías de los distintos pensadores hasta nues-
tros días, que se ocuparon de la ética. Esa es tarea de los distinguidos estudiosos
del campo filosófico, sólo diremos que para los pensadores modernos resulta fun-
damental la cuestión del „origen de las ideas morales‰.

Ferrater Mora, a quien ya hemos citado, cuando se refiere a la búsqueda de estos


antecedentes dice: „Algunos encontraron estos orígenes en ciertas facultades in-
natas del hombre, ya sea de carácter intelectual ó bien de carácter emotivo; otros
buscaron las bases de la ética en una intuición especial, ó en el sentido común ó
en la simpatía ó en la utilidad tanto individual como social; otros llamaron la aten-
ción sobre el papel que desempeña la sociedad en la formación de los conceptos
éticos; otros, finalmente, insistieron en que el fundamento último de la ética sigue
siendo la creencia religiosa ó la dogmática religiosa‰.

Los autores modernos están produciendo obras de ética aplicada a distintos as-
pectos de la actividad humana como „La ética de la empresa‰ de Adela Cortina;
„Ética para empresarios y directivos‰ de J. L. Fernández; „Ética de la Justicia‰ de
García Marzá; „Ética de los Negocios‰ de Gelinier; „Ética de las profesiones‰ de
A. Hortal; etc., etc., es decir actúan en el campo de la Deontología.

Ética de las profesiones (Deontología)

Para entrar en el campo específico de aplicación ética a una profesión, debería-


mos ensayar antes algunos aspectos conceptuales que pudieran resultar de apli-
cación práctica, aún cuando se trate de un principio filosófico que pertenece al
60
ÉTICA DEL AGRIMENSOR

campo subjetivo, que no es habitual en nuestra profesión.

Adela Cortina, autora española de varias obras sobre ética aplicada sostiene que:
„la ética es un tipo de saber de los que pretende orientar la acción humana en un
sentido racional‰ es decir que permita „actuar racionalmente en el conjunto de la
vida‰.

Para nosotros: la ética es parte de la filosofía que se ocupa del estudio de la moral.
Por eso también recibe el nombre de „filosofía moral‰ y tiene por objeto la des-
cripción y reflexión relacionada con la moral de los actos humanos.

Se define como moral a las costumbres ó normas de conducta apreciadas por


la conciencia y no por los sentidos que concierne al respeto humano ó fuero
interno y no al orden jurídico. Es una ciencia que incumbe a las acciones huma-
nas en orden a su bondad ó malicia como conjunto de facultades del espíritu y
que en el orden práctico responde a un conjunto de normas doctrinarias de
conducta.

Aplicados estos conceptos a una actividad determinada, como la empresarial, la


docente ó la profesional, deberíamos tener en cuenta que la tarea de la ética apli-
cada exige averiguar cuáles son los bienes internos que cada actividad debe pro-
porcionar a la sociedad, qué metas debe perseguir y cuáles son los valores y
hábitos que necesitan incorporar para alcanzar esas metas.

No escapa a estas consideraciones, que la ética aplicada a determinada profesión


debe tener en cuenta la moral cívica de la sociedad en que se desarrolla y los de-
rechos y obligaciones que le son propios.

Por lo tanto, la fundamentación filosófica que corresponda, debe proporcionar el


criterio racional adecuado, teniendo en cuenta la peculiaridad de la actividad que
nos ocupa, en este caso la Agrimensura, cuya acción en la sociedad compromete
al interés público en orden a sus incumbencias profesionales.

En octubre de 2008, la Asociación de Egresados de Ingeniería y Ciencias Naturales


de la Universidad Nacional de Córdoba, organizó el „primer Encuentro de Egre-
sados‰ durante el que se desarrolló un foro temático de nivel académico sobre el
tema „La Ética en la Formación y Ejercicio Profesional‰, producto de las confe-
rencias y deliberaciones se publicó una Declaración de la cual se transcribe uno
de sus párrafos: „El servicio que involucra el ejercicio profesional en sus distintas
modalidades: individual, empresarial ó dependiente, impone a sus actores la suje-
ción a normas de conducta regidos por la Ética y la Honestidad como funda-
mento dignificante de su profesión‰.
61
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Ética del Agrimensor

Veamos entonces cuál es nuestro punto de vista respecto de esta aplicación prác-
tica a la Ética de una profesión que Daniel Rinz le llama Deontología.

Partiendo de alguna manera, del pensamiento de Kant podemos decir que la Ética
del Agrimensor debería consolidarse en cuatro conceptos morales fundamentales
que son:

1. El bien
2. El deber
3. El buen sentido
4. La conciencia moral

1. Las teorías filosóficas respecto de la definición de bien son tan amplias como
variadas.

Sin pretender entrar en ese campo, podemos decir que suele tratarse del BIEN
DELEITABLE ó del BIEN MORAL, procuramos referirnos sólo al bien moral, cuyo
antónimo sería el mal ó perjuicio hacia otros. El concepto de bien común implica
su búsqueda como meta de la dignidad humana. Sobre este tema existe un amplio
y profundo tratado de Johnnes Messner „Ética, social, política y económica s/De-
recho Natural‰.

La primera acepción del diccionario de la Lengua Española de Rodríguez Nava


dice: „Aspiración de la voluntad. Concepto abstracto de la tendencia a realizar
actos conforme con el desenvolvimiento moral del hombre y dignos de alabanza‰.

Según François Robert, „el bien es el valor fundamental de la moral. Cada moral
determina la naturaleza del bien que busca y que constituye su ideal‰.

Diremos finalmente, que el bien es el objeto formal de la ética.

2. El deber; según Kant, es un imperativo respecto a la obligación moral de res-


ponder a un compromiso adquirido con personas ó con la sociedad.

Deber y obligación suelen considerarse la misma cosa. Alguien debe algo cuando
está obligado a hacer algo.

Según Farrater Mora, que hemos citado antes, „La noción general de deber com-
prende toda clase de deberes y por lo tanto también el deber moral‰. Sin embargo
se ha distinguido con frecuencia entre deberes y deber moral. Los deberes pueden
especificarse de acuerdo con el objeto del deber: deberes para con Dios, la na-
62
ÉTICA DEL AGRIMENSOR

turaleza, la profesión, etc. Se supone en cambio, que el deber moral es absoluto


y por lo tanto no puede especificarse: El deber es simplemente el deber. Es la obli-
gación de hacer. Para J. Messner „La ética del derecho natural ha convertido el
deber y la responsabilidad en un objeto de investigación ética por lo menos de
igual importancia‰.

3. El buen sentido es la capacidad natural de apreciar debidamente las cosas de


la vida.

Esta capacidad es propia del hombre, le permite juzgar bien y distinguir lo verda-
dero de lo falso o sea aplicar el buen sentido ó la razón.

Según Santo Tomás de Aquino: „El principio intelectivo es la forma propia del
hombre‰.

Tener buen sentido es analizar y valorar adecuadamente las circunstancias de


cada situación así como la consideración debida hacia las personas involucradas.

Estas condiciones pueden evitar cualquier decisión ó juicio apresurado que even-
tualmente perjudiquen a terceros deteriorando sus bienes ó su prestigio.

Precisamente, la obligación ética de un profesional es asegurar el acierto de su


determinación para no cometer el lamentable error de desacreditar a un colega
ó a otra persona porque tal daño puede ser muy difícil de reparar.

4. La conciencia moral, según Kant, „es la razón práctica que representa al hom-
bre su deber‰.

Para la Iglesia Católica, „La conciencia moral es un juicio de la razón por el que la
persona humana reconoce la cualidad moral de un acto concreto que piensa
hacer, que esta haciendo ó que ha hecho‰.

„El ser humano debe obedecer siempre el juicio cierto de su conciencia (Cons.
Vat. II)‰.

Para nosotros, cualquier profesional, no sólo el Agrimensor, está obligado a seguir


fielmente lo que sabe que es justo y recto en todo cuanto dice y hace. Su propia
dignidad debe exigirle rectitud de su conciencia moral.

El dictamen prudente de la conciencia promueve la verdad sobre el bien moral


y hace posible asumir la responsabilidad de los actos realizados. Esta responsa-
bilidad muchas veces pesada o dolorosa es el valioso precio de la dignidad es-
piritual.
63
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

A partir de estas bases morales debe consolidarse la Ética del Agrimensor acep-
tando que todo es posible si se actúa con honestidad hacia uno mismo y hacia
los demás. Séneca en sus Epístolas Morales a Lucilo sostiene que „nada puede
ser bueno si no es honesto y lo honesto es siempre bueno‰.

Códigos de Ética

Si bien desde el punto de vista de la convivencia social, las relaciones humanas


se regulan por normas morales que no tendrían sanción por pertenecer al fuero
íntimo de las personas, en el campo más específico del ejercicio de las profesio-
nes, estas reglas morales han sido englobadas en códigos que finalmente tomaron
forma jurídica integrando cuerpos legales que manejan los colegios o consejos
profesionales incorporados ó relacionados con sus leyes de creación a través de
los TRIBUNALES DE DISCIPLINA.

Los aspectos contenidos en los Códigos de la Ética del Agrimensor, así como su
eventual responsabilidad civil, comercial o penal, han sido extensamente tratados
por Bibiloni, Carol y Bueno Ruiz en su libro „Agrimensura y Derecho‰ E. Fotoplatex
1972.

El llamado CŁDIGO de ÉTICA profesional para las profesiones de Agrimensura,


Arquitectura e Ingeniería en el orden nacional fue aprobado el 6 de abril de 1984
por decreto NÀ 1099 del flamante Presidente Constitucional. Esta desafortunada
mezcla de profesiones académicas y prácticamente distintas, dio origen al fun-
dado alegato del Prof. Agrim. Tito Livio Racagni publicado en la revista Census
del Centro de Agrimensores de Córdoba en Dic. de 1984.

Merece destacarse aquí el trabajo del Ing. Agrim. Carlos Feijoo Osorio, titulado
„Los Deberes Éticos en los profesionales y en particular los Agrimensores‰ publi-
cado en el NÀ17-Junio-1999 de la revista de Agrimensura de la Federación Argen-
tina de Agrimensores. Este trabajo contiene un pormenorizado análisis del DEBER
del AGRIMENSOR considerado en distintos aspectos que engloban acertada-
mente las obligaciones profesionales.

El autor desarrolla el tema a partir del tratado que sobre ética elaboró el Agrimen-
sor y abogado Alberto Lloveras que fuera profesor de agrimensura legal en su
libro „la Agrimensura‰ publicado por la U.N.C. en 1952.

Los códigos de ética de distintas jurisdicciones tienen, en general muchos as-


pectos comunes que los hacen de alguna manera parecidos; por ejemplo con-
tienen enumerados los deberes de hacer y de no hacer que son propios de la
profesión como:
64
ÉTICA DEL AGRIMENSOR

• Falta para la profesión


• Falta para los colegas
• Falta para los comitentes

A mi modo de ver se omite la falta para con la sociedad en forma independiente,


no contenida ni supuesta, sobre todo cuando se trata de profesiones cuyas in-
cumbencias comprometen al interés público como es el caso del Agrimensor.

Algunos códigos contienen NORMAS PROCESALES mediante las cuales se esta-


blece el mecanismo administrativo para gestionar las denuncias de ética. Muchas
veces estos procedimientos se superponen con el propio contenido de la ley de
creación de colegios o consejos profesionales, probablemente porque los códigos
de ética fueron redactados con posterioridad a la ley.

Respecto de estas normas procesales, estimamos que tratándose de un asunto


muy delicado no debería aceptarse la denuncia verbal, por más que estuviera res-
paldada por acta formal. Por el contrario, toda denuncia debería ser presentada
por escrito en sobre cerrado, bajo la responsabilidad del denunciante quien de-
berá ratificarse o rectificarse en forma personal ante el Tribunal de Disciplina. Allí
se procede la confección de acta.

Esto debería ser así por la discreción que merecen estas actuaciones cuando están
en proceso de juzgamiento, atendiendo además a que existe siempre la posibili-
dad que una denuncia por falta de ética sea en sí misma carente de ética. Este
estado de crisis que sufre el país con la falta de trabajo podría atentar contra la
competencia ética aun en el campo profesional. Qué lamentable sería que entre
los postulantes de una determinada tarea profesional se originen acusaciones que
impliquen falta a la ética, cuya única finalidad fuese desacreditar moralmente al
oponente para quedarse con el contrato!!

Debemos decir sin embargo, que sería prudente prestar atención a los aspectos
formales de estos Códigos ya que no es improbable que la modalidad del ejercicio
profesional del Agrimensor, tal como se practica actualmente en nuestro país,
tienda a tomar formas distintas producto, no sólo de la celeridad con que se nos
presentan los cambios tecnológicos, sino porque necesariamente estamos afec-
tados por la desregulación, la competitividad, la globalización y otras tendencias
de la economía moderna.

Tribunales de Disciplina

Dice Feijoo, en la publicación que hemos mencionado „Los llamados Tribunales


65
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

de Ética -como cualquier otro organismo encargado de administrar justicia- deben


integrarse con quienes junto a su vocación de servicio agreguen una sólida forma-
ción conceptual‰.

Esta exigencia, que indica el autor, adquiere relevancia al momento de analizar la


trascendencia y efectos morales de cualquier sanción a aplicar a un colega, con-
siderando que los Códigos de Disciplina suelen tener dispositivos que autorizan
a comunicar la sanción aplicada a Consejos o Colegios de otras jurisdicciones.

Hemos propuesto, anteriormente, las estructuras morales que deberían sostener


a la ética del Agrimensor.

Naturalmente son aplicables también a las condiciones que deben distinguir a los
miembros de los Tribunales de Disciplina, pero tienen especial relevancia dos de
ellos: „El Buen Sentido y la Conciencia Moral‰.

Ambos atributos constituyen la base del buen juicio en la resolución condenatoria


o absolutoria.

La tarea de un Jurado tiene dos aspectos fundamentales: „El Concepto y el Juicio‰.

Para llegar al concepto es necesario aplicar el „buen sentido‰ en el análisis inte-


lectual de los antecedentes y de las pruebas del caso. Para lograr el „buen juicio‰
es necesario respetar el dictado de la „Conciencia Moral‰.

Debemos decir que el significado del término „juicio‰ es variable según la orien-
tación filosófica del autor: Juicio es el acto mental por medio del cual nos forma-
mos una opinión de algo; Juicio es el proceso mental por medio del cual
decidimos concientemente que algo es de un modo u otro; Juicio es un acto del
entendimiento basado en la fuerza de la convicción, etc.

En el caso de los Tribunales de Disciplina el juicio individual que emita cada uno
de sus integrantes respecto de la falta o no de ética cometida por un colega, es
el resultado de su facultad de juzgar amparado en su „buen sentido‰ y atendiendo
al dictado de su conciencia moral.

En el acto de juzgar estará administrando justicia, privilegio que le otorga la res-


ponsabilidad de emitir opinión sobre la moral y la dignidad de un colega.

Pero también lo obliga a respetar los derechos de cada uno protegiendo las rela-
ciones humanas y la armonía; promoviendo el bien común, que es como dice
Messner: „el Bien Común es el fin de la sociedad mediante la ayuda que todos
necesitan para el cumplimiento responsable de las tareas vitales fundadas en los
fines existenciales‰.
66
ÉTICA DEL AGRIMENSOR

Conclusiones

Para concluir trataremos de expresar algunos conceptos de Don Alfredo Orgaz


pertenecientes a su conferencia titulada „Materia y Espíritu del Hombre‰ que dic-
tara en la ciudad de San Fernando de Valle de Catamarca en el mes de abril de
hace algunos años con motivo del Día del Agrimensor.

Decía Orgaz, refiriéndose a expresiones de Albert Einstein poco antes de su


muerte, „El verdadero valor del hombre está, ante todo, en el grado de liberación
alcanzado respecto de su propio Yo‰, es decir, respecto de su propio interés, a
su egoísmo personal. Estas sencillas y admirables palabras, dice Orgaz, advierten
que la gran crisis de la civilización actual obedece a que la mayoría de los hom-
bres, y entre ellos los que gobiernan al mundo en todos sus sectores, ha perdido
el sentido de la vida y no acierta a reencontrarlo: lejos de liberarse de su Yo ego-
ísta, se aferra a él, sea al Yo personal, sea al de su país o de su raza, sea al de su
partido o clase social.

Frente a estas expresiones procuremos los agrimensores no quedar incluidos y


podemos lograrlo exigiéndonos ejercer nuestra profesión a partir de tres condi-
ciones básicas; Ciencia – Idoneidad - Vocación, teniendo como marco, actuar
con decoro, con decencia y con moderación es decir con HONESTIDAD que
siempre significará ÉTICA dando valor al pensamiento moral de SENECA que
desde hace dos mil años aún parece dirigirse a nuestra sociedad civilizada.

Hoy 13 de marzo de 2013, al momento de terminar la corrección de este capítulo,


y como consecuencia de seguir de a ratos una transmisión televisiva desde otra
habitación contigua, escucho: „Habemus Papam‰.

Grande sería nuestra sorpresa al saber que el elegido era Monseñor Jorge Bergo-
glio, Arzobispo de Buenos Aires, de quien conocíamos muchas virtudes, entre
ellos la humildad y su acercamiento a los pobres y los sufrientes.

Este es para mi el acontecimiento histórico más relevante de los últimos tiempos


porque es jesuita y latinoamericano. Primer Papa en la historia de la iglesia que
reúne estas condiciones. Pero además es argentino „llego del fin de mundo‰
según lo expresó Él mismo, por lo que sentimos legítimo orgullo y nos consta
que es realmente alguien capaz de predicar con el ejemplo, atributo que no
pueden exhibir gran parte de quienes gobiernan países e instituciones. Quiera
Dios que sus oraciones contribuyan a rescatar los valores morales que dieran
origen a nuestra Patria.

Francisco, que así ha optado como nombre Papal, está llamado a promover éti-
camente la armonía entre los hombres alentando al manejo del poder con aus-
67
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

teridad y respeto al prójimo, desterrando el odio y la venganza por sutil que pa-
rezca. Desde el sitial más antiguo del mundo el Papa Francisco, por sus dotes
personales, por la claridad y la convicción de su pensamiento, confiamos en que
siga desarrollando con su ejemplo y reemplazando el odio por la misericordia,
la paciencia, perseverancia y prudencia en la difícil ruta pastoral que comienza.
Ese es nuestro ferviente deseo que incluiremos en la oración.

Francisco ha dicho recientemente „custodiar la creación con una mirada de ter-


nura y de amor es abrir un resquicio de luz en medio de tanta niebla‰.

Que Dios lo ilumine y lo proteja Monseñor Bergoglio.

68
3. ORIGEN ACADÉMICO
1876
La carrera de Agrimensura nació con la Facultad de Ciencias Exactas
Físicas y Naturales

1. NUESTROS PRIMEROS CIENTÍFICOS

La Dra. María Cristina Vera de Flachs, en su publicación titulada „La Ciencia Joven:
El Nacimiento de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas (1), realiza una inte-
ligente síntesis del estado de las ciencias en Europa, principalmente en Alemania
hasta la segunda mitad del Siglo XIX, para luego expresar textualmente: „Durante
la presidencia de Mitre, DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO, que conocía las fa-
lencias de la Argentina en este aspecto, decidió que había llegado el momento de
que el país hiciera suyos los progresos científicos de los pueblos adelantados del
orbe‰.

La visión de futuro del Gran Educador lo lleva a encarar la formidable aventura


de orientar el progreso de la joven República a partir del desarrollo de la ciencia,
base indiscutible de consolidación de un porvenir venturoso.

Para referirnos al comienzo de la realidad que significó esta posición de Sarmiento,


nos remitiremos al libro publicado en el 2004 „La Academia Nacional de Ciencias
en el Siglo XIX‰, Tomo II, por el Lic. Luis Tognetti, (2) Del capítulo: „Los Primeros
Académicos,‰ transcribimos: „GERMAN BURMEISTER, se estableció en forma de-
finitiva en nuestro país en 1862. Había nacido en Prusia en 1807. Sus estudios de
grado los cursó en la Universidad de Halle donde obtuvo el título de médico en
1829, doctorándose un año mas tarde con una tesis sobre entomología demos-
trando su inclinación hacia las ciencias naturales‰.

Luego de importante labor científica como resultado de distintos viajes a América


del Sud y ya radicado definitivamente en Argentina, Burmeister es designado Di-
rector del Museo Público de Buenos Aires por el General Bartolomé Mitre, en-
tonces Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, generando una gran
influencia por su labor sistemática que fundamenta la ciencia moderna de nuestro
país, haciéndose acreedor de fundada confianza entre las autoridades de go-
bierno.

Es necesario destacar que, el 4 de setiembre de 1869, fue sancionada la Ley Na-


69
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

cional N° 322, promulgada por Sarmiento el 11 de setiembre del mismo año, au-
torizando la contratación de, hasta veinte profesores, dentro o fuera del país, des-
tinados a las ciencias especiales de la Universidad de Córdoba y de los Colegios
Nacionales. Según describe el Dr. Telasco García Castellanos en su libro „Sar-
miento y su influencia en Córdoba‰ (3), esta Ley y su fecha de promulgación se
consideran origen de la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba. Por lo tanto,
esa destacada Institución Científica tiene hoy, más de 140 años.

Según consta en el Boletín del año 1874 de la Academia Nacional de Ciencias,


Nicolás Avellaneda envió una nota al Dr. Burmeister con fecha 14 de octubre de
1869, en nombre del Presidente de la República y con autorización del Congreso,
en algunos de cuyos párrafos expresa: (4)

„De este modo, me limitaré a recordar a Ud. que hemos arreglado lo siguiente:

1. Establecimiento de una Facultad de ciencias matemáticas y físicas de la Uni-


versidad de Córdoba.
2. Que esta Facultad principiará de ser desempeñada por ocho profesores dis-
tribuidos del modo siguiente:
• Dos profesores de Matemáticas
• Uno de Física
• Uno de Química
• Uno de Mineralogía y Geología
• Uno de Botánica
• Uno de Zoología
• Uno de Astronomía

3. Que los siete profesores se harán venir de Alemania bajo la dirección y en-
cargo de Ud., dejando la Cátedra de Astronomía para ser desempeñada por
una de las personas que dirigirán en la misma Ciudad de „Cordova‰, el Ob-
servatorio Astronómico⁄‰ (continúa la nota⁄).

De esta manera, Burmeister cumple con el mandato y al promediar el año 1870


comienzan a llegar a Córdoba los primeros profesores contratados provenientes
de Alemania, que según un documento que he consultado en la Academia Na-
cional de Ciencias, fueron:

MAX SIEWERT (químico) y PABLO G. LORENTZ (botánico). Pocos meses después:


ALFREDO STELZNER (geólogo) y HENDRIK WEYENBERG (zoólogo).

En los primeros meses de 1873 se designa a:


70
ORIGEN ACADÉMICO

CARLOS SCHULTZE SELLACK (físico) y a CRISTIAN AUGUSTO VOGLER (mate-


mático). De esta manera quedó formado el primer cuadro profesional.

Según la publicación que hemos citado de la Dra. Vera de Flachs, figurarían ade-
más, ALFREDO DOERING Y JORGE HIERONYMUS.

Estos noveles científicos que formaron un grupo extraordinario en el orden aca-


démico, se desempeñaron en forma brillante en cada área en que les tocó actuar,
aun cuando no fue siempre la de su propia especialidad. Produjeron trabajos de
verdadera trascendencia a pesar de inconvenientes tantos internos como externos
que debieron afrontar. Seguramente no resultaba fácil coordinar el dictado de cla-
ses con prolongados períodos de campañas en tareas de investigación, sobre todo
si se tienen en cuenta las dificultades que generarían las comunicaciones y los
traslados con los precarios medios técnicos de aquella época.

De la visión académica del Dr. Manuel Lucero, por entonces rector de la Univer-
sidad de Córdoba, surge la necesidad de considerar a la Academia Nacional de
Ciencias como entidad científica de investigación quitándole funciones de carác-
ter docente propias de una Facultad, donde se pueda acceder a carreras univer-
sitarias de grado.

Esta concepción del Dr. Lucero es seguramente la que promueve la creación de la


Facultad de Ciencias Físico Matemáticas, precursora de la actual FACULTAD DE
CIENCIAS EXACTAS F¸SICAS Y NATURALES de nuestra Universidad Nacional.

1) La Facultad de Ciencias Físico Matemáticas

En efecto, por Decreto del Presidente Nicolás Avellaneda de fecha 14 de octubre


de 1876, fue creada la nueva facultad dependiente del Rectorado de la Universi-
dad Nacional de Córdoba. El Reglamento de la Institución fue aprobado el 13 de
marzo de 1878, entrando así en pleno funcionamiento regular.

Este Reglamento está transcripto en la Revista Especial editada por la Facultad de


Ciencias Exactas Físicas y Naturales con motivo del 75 aniversario de su fundación,
con material preparado y redactado en un trabajo por demás meritorio del Secre-
tario de la Facultad, Ing. Ernesto Garzón.

De la lectura del Reglamento, surgen claramente los „Objetivos de la Enseñanza‰,


entre los cuales destacamos el Punto 3: „FORMAR AGRIMENSORES NACIO-
NALES‰. Más adelante, el Capítulo IV titulado „ESTUDIOS PARA LA CARRERA
DE AGRIMENSOR NACIONAL‰ establece las condiciones de ingreso, y a conti-
nuación en el ART. 7°se fija el PLAN DE ESTUDIOS como sigue:
71
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

1. Matemáticas aplicadas a la Agrimensura


2. Teoría de los Instrumentos
3. Ejercicios prácticos de mensuras y nivelaciones
4. Agrimensura Legal
5. Dibujo Topográfico
6. Medio año de elementos de Geología, Mecánica y Łptica de la Física Expe-
rimental

El título profesional a emitir era el de AGRIMENSOR NACIONAL, seguramente


para diferenciarlo de los Agrimensores Provinciales, designados por el Departa-
mento Topográfico de la Provincia creado en 1862, cuyas particularidades las
describe con acierto el Prof. Consulto de la Universidad Nacional de Córdoba,
Agrim. Tito Livio Racagni, publicación titulada „Autonomía Académica para la
Agrimensura‰. (5).

El mismo autor, al referirse a la creación de la Facultad de Ciencias Físico Mate-


máticas expresa: „No obstante que a la fecha de creación de la Facultad, sólo re-
vistaban ilustres profesores de física, química, mineralogía, botánica, zoología, y
matemáticas superiores, era notable que la Universidad Nacional de Córdoba, a
mas de la formación de profesores para la enseñanza media, en estas disciplinas
había sentido la necesidad de preparar agrimensores, PRIMERA CARRERA PRO-
FESIONAL UNIVERSITARIA de NUESTRA FACULTAD, destinados a la administra-
ción científica de la tierra argentina, para consolidar la estructura jurídica sobre el
suelo por intermedio de la Geometría LEGISTA. Como fundamento del progreso
económico y social que demanda un estado de derecho, ineludible en la concep-
ción de la organización política de un país moderno‰.

2. Los Profesores del Siglo XIX

Los profesores disponibles no resultaban suficientes para cubrir las necesidades


docentes de la nueva Facultad. De allí surge que „se produjo el arribo del segundo
grupo de científicos alemanes que se unieron a los que quedaban en la Docta
para desempeñarse en la recientemente erigida Facultad de Ciencias Físico Mate-
máticas‰, según lo expresa la Dra. Vera de Flach en su publicación ya citada.

El Agrimensor y Abogado D. Alberto LLoveras, que en vida fuera nuestro Profesor


de Agrimensura Legal, al referirse a este episodio en su libro „La Agrimensura‰
hace la siguiente descripción: „Revistaban como profesores de la Academia y por
consiguiente pasaron a ser fundadores de la Facultad de Ciencias Físico Matemá-
ticas, como Profesores Titulares los siguientes‰:
72
ORIGEN ACADÉMICO

De Física Dr. Oscar Doëring


De Química Dr. Adolfo Doëring
De Topografía Dr. Arturo Seelstrang
De Minería Dr. Luis Brackebusch
De Botánica Dr. Jorge Hieronymus
De Zoología Dr. Hendrik Weyenberg
De Matem. Superior Dr. Francisco Latzina

El primer Decano fue el Dr. Oscar Doëring puesto en posesión el 24 de julio de


1878.

Luego dice Lloveras en el citado libro: „El día 5 de marzo de 1879 se EXPIDIŁ EL
PRIMER DIPLOMA DE AGRIMENSOR A DON PROSPERO LEBEAU y el 22 de
marzo de 1889, el primer diploma de Ingeniero Civil a Don Carlos S. Cuadros‰.

Al Dr. ARTURO Von SEELSTRANG se le confía el dictado de la TOPOGRAF¸A a


partir del 13 de noviembre de 1879. Fue Brackebusch quien lo interesó para que
aceptara este cargo ya que sus méritos así lo justificaban. Seelstrang estaba en Ar-
gentina desde 1863 realizando el trazado de varias poblaciones, así como el ten-
dido de ramales ferroviarios, siendo además, suficientemente reconocido por sus
trabajos cartográficos, como veremos mas adelante.

A Seelstrang se le encargó también, el dictado de AGRIMENSURA LEGAL en se-


sión del Consejo de la Facultad del 8 de marzo de 1882, cuya resolución expresa:
„⁄debido a que había escudriñado todas las leyes del País y demás disposiciones
relativas a Agrimensura Legal y que por consiguiente era el mas adecuado para
desempeñar la cátedra de ese ramo‰. (6).

Sobre algunos aspectos biográficos de Arturo Seelstrang hemos extractado del


antes citado libro „La Academia Nacional de Ciencias en el Siglo XIX - Tomo II -
2004‰ lo siguiente: „ARTURO SEELSTRANG nació en Prusia en 1838. Arribó a la
Argentina en 1863 dedicándose a realizar relevamientos topográficos para distintas
compañías ferroviarias. En 1875 formó parte de la comisión encargada, de explorar
la zona costera del Chaco. Sobre esta misión existe un libro titulado „Informe de la
Comisión Exploradora del Chaco‰ en la biblioteca de la Academia Nacional de
Ciencias‰.

Arturo Seelstrang arribó a Córdoba como ingeniero jefe del trazado del ramal a
Totoralejos del Ferrocarril Central Norte. En 1880 la Facultad lo distinguió con el
título de Doctor Honoris Causa, siendo además designado miembro de la Aca-
demia Nacional de Ciencias, de la que más tarde formó parte de la Comisión Di-
73
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

rectiva como vocal.

Fue miembro del Instituto Geográfico Argentino para quien confeccionó el „Atlas
de la República Argentina‰, en el que trabajó durante siete años, entre 1886 y
1892, año este último de su publicación. Así mismo, realizó un importante trabajo
complementario denominado ‰Alturas de la República Argentina‰ que consistió
en ordenar por sus coordenadas geográficas y alturas sobre el nivel del mar de
mas de 2000 puntos fijos, muchos de ellos determinados con anterioridad por
Oscar Doëring. Este material se encuentra también en la Academia Nacional de
Ciencias de Córdoba. El „Mapa Hipsométrico de la República Argentina‰, también
elaborado por Seelstrang no pudo publicarse entonces por razones, al parecer,
económicas.

ARTURO SEELSTRANG murió en Córdoba el 30 de noviembre de 1896.

No es casual que la TOPOGRAF¸A fuera originalmente encargada al mismo pro-


fesor que AGRIMENSURA LEGAL, pues existe entre ellas una mutua dependencia,
cuando la primera sea utilizada en su condición de geometría práctica en el acto
de mensura para materialización del derecho territorial. Así lo entendieron los fun-
dadores de la Facultad con toda razón. Pues la Agrimensura lo sostiene como
principio elemental de su función específica.

Ya por la época de creación de estas materias en nuestra Facultad, según hemos


tratado de relatar, el Doctor en Jurisprudencia Juan Segundo Fernández, publicaba
en la Revista de Legislación y Jurisprudencia, BS. AS. 1869, el siguiente concepto:
„Entre las ciencias que, como la Medicina Legal, por ejemplo, vienen a jugar un rol
mas o menos importante en las decisiones de la justicia humana, hay a quienes la
liguen vínculos tan estrechos con el derecho como la AGRIMENSURA, en todo lo
que concierne a la determinación de la propiedad territorial: su unión es tan íntima
e indisoluble, que se hace imposible sean suplidos por agentes extraños, los cono-
cimientos especiales que debe poner el juez para decidir con conciencia‰. (7).

El Dr. Lloveras en su libro „La Agrimensura‰ que hemos citado anteriormente, ex-
presa: „⁄el derecho se vale de la Agrimensura para interpretar, ubicar y demarcar
títulos de propiedad en el terreno. El Agrimensor debe determinar cuál es el lugar
sobre la superficie de la esfera terrestre que corresponde a las enunciaciones del
título, y este lugar es único, pues los títulos de propiedad carecen en absoluto del
don de ubicuidad‰. (8).

Naturalmente, la Topografía como aplicación práctica de la Geometría sobre el


terreno, también sirve para ofrecer a la ingeniería, a la arquitectura, a la arqueo-
logía, a la geología y a otras ciencias, las bases del conocimiento métrico del te-
74
ORIGEN ACADÉMICO

rreno, sin componentes de orden legal. Pero cuando el objetivo es la mensura,


no puede estar separada del derecho.

En nuestro trabajo „El Plano de Mensura‰, ensayábamos el siguiente concepto:


„La Mensura es un acto de levantamiento territorial que tiene por finalidad de-
terminar en forma cierta la aplicación del derecho de propiedad en el espacio
geográfico correspondiente, fijando con precisión los límites, su forma geomé-
trica y sus dimensiones, todo lo que quedará documentado en el Plano de Men-
sura‰ Agregábamos a continuación, una definición actualizada de mensura, como
resultado de las deliberaciones realizadas en el Ministerio de Educación de la Na-
ción por todas las Escuelas de Agrimensura de las Universidades Nacionales y Pri-
vadas: „La mensura es una operación de agrimensura compuesta por un conjunto
de actos tendientes a investigar, identificar, determinar, medir, ubicar, representar
y documentar las cosas inmuebles y sus límites, conforme con las causas jurídicas
que los organizan y a relacionarlos con los signos de la posesión‰.

La TOPOGRAF¸A, aplicada a la OPERACIŁN DE MENSURA, es parte de la Geo-


metría Territorial, como la designan varios autores. Sin esta ciencia no pueden
establecerse y menos materializarse los L¸MITES TERRITORIALES, que son, en de-
finitiva, el resultado de la compleja evolución de la humanidad.

Al respecto, el Prof. Agrim. Bernardo Luis Toledo expresa: „⁄los límites territoriales
están íntimamente vinculados con el derecho y más que hechos geográficos o car-
tográficos, son hechos jurídicos y que se establecen por tratados, acuerdos, con-
venciones entre partes para separar causas jurídicas relacionadas en el espacio
terrestre‰. (9).

Queda en evidencia que la interpretación de las causas jurídicas definen el límite


en cualquier orden; desde la Nación hasta la PARCELA, pero la Geometría Terri-
torial lo ubica, mide, materializa y representa, AMBAS son incuestionablemente
COMPLEMENTARIAS.

3. Los Profesores del Siglo XX

No sería justo, que al recordar los orígenes de nuestras cátedras de TOPOGRAF¸A


Y AGRIMENSURA LEGAL, olvidáramos a quienes sucedieron en el tiempo al pri-
mer profesor de las mismas que hemos evocado, me refiero al Profesor de Topo-
grafía ING. JUAN JAGSICH y al Profesor de Agrimensura Legal Dr. ALBERTO
LLOVERAS, con el debido respeto hacia otros docentes que también fueron parte
importante de la historia de estas cátedras. Es mi intención en esta oportunidad,
recordar a quienes fueron mis profesores, para los que guardo eterna admiración
y agradecimiento por todo lo que aprendí de ellos, abrigando la esperanza que
75
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

nuestros jóvenes colegas y estudiantes de agrimensura conozcan y valoren el ori-


gen del prestigio que nuestra ESCUELA tiene dentro y fuera del País.

En nuestra época de estudiantes universitarios veíamos al Ing. JAGSICH, como un


alemán muy alto, imponente, sabio, de profundos ojos celestes, cuya sola presen-
cia imponía respeto y admiración. Naturalmente, entre el estudiantado flotaba
siempre una incógnita sobre la personalidad de este hombre tan importante por
su peso académico en la Facultad, por su acento alemán y por su habilidad para
transmitir su profundo conocimiento de las materias que dictaba.

Pero Jagsich no era alemán, era de origen Croata. Había nacido en el año 1886
en un pequeño pueblo llamado Oslip (Uzlop), en la zona fronteriza entre Hun-
gría y Austria, en un hogar de campesinos dedicados al cultivo de la vid y elabo-
ración de vinos. Después de estudiar en distintos colegios secundarios, siempre
fuera de su pueblo de origen, decidió orientarse hacia las Ciencias de la Tierra a
cuyos fines ingresó a la célebre Escuela Superior Técnica de Zurich, Suiza donde
cursó TOPOGRAF¸A, cartografía, geodesia etc. Obtuvo su título de Ingeniero
Agrimensor en el año 1909.

Apenas recibido inicia su carrera docente en el mismo Instituto Politécnico en las


cátedras de Topografía y Dibujo Topográfico. Hace algunos años tuve la fortuna
de visitar ese INSTITUTO donde se conservan trabajos efectuados por Jagsich
como modelos de perfección técnica y valor artístico de exquisita belleza.

Por esa época, Jagsich se desempeñaba como Director de Estudios Cartográficos


en la zona de Mont Blanc en el valle del lago de Ginebra y a su regreso de cam-
paña tomó conocimiento que la Provincia de Córdoba, en Argentina, solicitaba
un ingeniero especializado en Topografía y Geodesia. Así resulta contratado y se
incorpora al Departamento Topográfico de la Provincia en el año 1912 para iniciar
su tarea con trabajos de gran calidad y envergadura, como el relevamiento topo-
gráfico del Lago San Roque, la confección del Registro Gráfico Catastral de la Pro-
vincia, el estudio de la proyección cartográfico adecuada para el territorio
provincial, los métodos para la determinación de coordenadas geográficas para
la fijación de puntos, etc., todos trabajos que durante muchos años fueron mode-
los de enseñanza para sucesivas generaciones de alumnos de la ESCUELA DE
AGRIMENSURA.

Sin embargo Jagsich estuvo siempre atraído por la docencia, así es que en el año
1918 fue nombrado Profesor Titular de Topografía de nuestra Universidad, des-
pués lo fue de Dibujo Topográfico, Cartografía, Geodesia y Astronomía para fi-
nalmente ser distinguido como Profesor Extraordinario, en el que se desempeñó
hasta su muerte el 3 de abril de 1956. Ya a partir de 1940 era miembro titular de
76
ORIGEN ACADÉMICO

la Academia Nacional de Ciencias a la que también perteneció Seelstrang.

No vamos a detallar la obra de Jagsich, ni la cantidad de trabajos académicos que


elaboró porque no tendríamos espacio. Todo puede valorarse en la metodología
de la enseñanza de la Geometría Territorial que desarrolló con un sentido tan
práctico como armónico que nos legó para ser transmitido a tantas generaciones
de agrimensores que se han desempeñado en su actividad profesional con éxito
probado. No puede olvidarse su extraordinaria habilidad para presentar el pro-
blema a resolver, las distintas formas de solucionarlo, siempre por aproximaciones
sucesivas, la metodología a utilizar, la acotación previa de los errores posibles, la
mejor manera de efectuar las mediciones y el análisis final de los resultados. Esa
forma de transmitir el conocimiento, pone en evidencia su robusta y acrisolada
capacidad científica manejando como herramienta lo que no todos utilizan: el
sentido común que evita toda exageración desgastante y hace de la Geometría
Territorial en sus distintos niveles una ciencia de fácil manejo y gran utilidad.

Por muchos años el Ing. Juan Jagsich fue Profesor de Meteorología en la Escuela
de Aviación Militar de Córdoba, desarrollando otra inquietud científica que lo
apasionaba. En este campo ha producido más de 70 trabajos producto de sus in-
vestigaciones y publicado su libro titulado „Meteorología Física‰, cuya segunda
parte sobre Meteorología Geográfica quedó inconclusa a su muerte.

No podemos dejar de considerar que hasta el año 1956 la Agrimensura se cur-


saba en esta Facultad en tres años con Trabajo Final y acusaba falencias en algu-
nas disciplinas necesarias para otorgar una capacitación profesional acorde a las
exigencias de la época. Fue el Prof. Jagsich quien diagramó e impuso un plan de
estudios de cinco años de duración incorporando nuevas e importantes materias,
hasta entonces no estudiadas en forma completa sino como partes de otras exis-
tentes, como fotogrametría, agrología, valuaciones, distintos cursos de agrimen-
sura legal, etc., cambiando también el título profesional académico por el de
Ingeniero Agrimensor.

El otro distinguido Profesor que queremos recordar es el Abogado y Agrimensor


Don ALBERTO MIGUEL LLOVERAS, que fuera encargado del dictado de AGRI-
MENSURA LEGAL hasta mediados de 1955. De Lloveras conservamos sus ense-
ñanzas y un respetuoso recuerdo.

En la presentación de uno se sus libros „El Condominio por Confusión de Límites


en el Código Civil Argentino‰, que fuera editado por la Dirección de Catastro de
La Rioja en el año 1983, es decir mas de veinte años después de su muerte, el
distinguido colega Agrim. Italo Mercol, hace una semblanza del autor de donde
hemos extractado algunos aspectos biográficos.
77
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

El Profesor Lloveras nació en la ciudad de Río Cuarto, Córdoba, en 1898. Estudió


Agrimensura en nuestra Facultad de donde egresó en 1931, obteniendo también
el título de abogado en esta Universidad.

A partir de 1936 se desempeñó en forma ininterrumpida en la Dirección General


de Catastro de esta Provincia, cubriendo todo el escalafón hasta llegar a ser su
Director General en donde dejó trabajos de Agrimensura Legal y aspectos admi-
nistrativos de gran valía, como el „Anteproyecto de Instrucciones Generales para
Peritos Agrimensores‰ y muchos otros⁄

Simultáneamente, fue Profesor de Matemáticas en el Colegio Nacional de Mon-


serrat y profesor Titular de Agrimensura Legal desde donde escribió y publicó tra-
bajos de relevancia en el campo del derecho territorial, citaremos algunos: „El
Perito en el Proceso Civil‰, „El Catastro Territorial‰, „La Agrimensura‰ y otros libros
que lamentablemente hoy están agotados pero que debería procurarse su reedi-
ción para uso de estudiantes y profesionales.

En otras instituciones, fuera de la Universidad, fue el autor de la Ley de Catastro


de La Rioja, escribió „Examen Crítico de la Reglamentación Nacional de Mensu-
ras‰, etc.

Toda la obra escrita por Lloveras, es aún hoy elemento de consulta permanente.
Resulta difícil no encontrar citas suyas en cualquier trabajo sobre Agrimensura
Legal, no sólo porque su producción responde a un profundo conocimiento del
tema sino que utilizó siempre el lenguaje mas adecuado para la comprensión de
los textos con los que pudo cristalizar sus objetivos docentes llegando con éxito
a sus alumnos.

4. Institución Pionera de la Agrimensura

Estas breves secuencias históricas aspiran a evocar los orígenes de la CARRERA


DE AGRIMENSURA, en esta Universidad Nacional de Córdoba y a nuestros dis-
tinguidos precursores que nos formaron en el arte de aplicar el conjunto de cien-
cias, que con todo acierto, el Prof. Agrim. Tito Livio Racagni, en uno de sus
trabajos denomina la GEOMETR¸A LEGISTA.

Los profesores que hemos recordado fueron artífices del alto prestigio logrado
por nuestra ESCUELA DE AGRIMENSURA en todos los ámbitos académicos del
País. Prestigio que, a toda costa, debemos mantener porque nos proyectará al fu-
turo ostentando con legítimo orgullo un origen fundado en lo mejor de la ciencia
que la Argentina del pasado supo ofrecer.
78
ORIGEN ACADÉMICO

Por voluntad de Dios, merecida o no, hemos vivido lo suficiente como para con-
templar el crecimiento de esta ESCUELA, desde abajo, lentamente, avanzando y
retrocediendo y con no pocos sacrificios que significaron más de una vez renunciar
a nuestras propias convicciones personales. Por eso, nos permitimos invitar a quie-
nes nos sucedan en esta apasionante tarea de transmitir el conocimiento, que
nunca olviden nuestro origen como hemos destacado, porque seguramente será
el motor que mantenga consolidado el prestigio de esta Profesión Milenaria.

BIBLIOGRA FÍA

1) „EL NACIMIENTO DE LA FACULTAD DE CIENCIAS F¸SICO MATEM˘TICAS‰ María Cris-


tina Vera de Flachs - Universidad Nac. De Córdoba - 1995.
2) „LA ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS EN EL SIGLO XIX‰- Tomo II Luis Tognetti -
2004.
3) „SARMIENTO - SU INFLUENCIA EN CŁRDOBA‰- Telasco García Castellanos - Academia
Nac. De Ciencias - 2da Edición, 2004.
4) „ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS‰ - Boletín Informativo año 1874.
5) „AUTONOM¸A ACADÉMICA PARA LA AGRIMENSURA‰ - Tito Livio Racagni - Dep. de
Agrimensura - Universidad Nac. De Córdoba - 2002.
6) „REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS EXACTAS, F¸SICAS Y NATURALES‰ - Número
especial - Ernesto Garzón - Universidad Nac. De Córdoba - 1951.
7) „REVISTA DE LEGISLACIŁN Y JURISPRUDENCIA‰ - Juan Segundo Fernández - Buenos
Aires - 1869 (Citado por Lloveras en (8)).
8) „LA AGRIMENSURA‰ - Alberto M. Lloveras - Universidad Nac. De Córdoba - 1952.
9) „TRATADO DE CATASTRO TERRITORIAL‰ - Bernardo L. Toledo y A. O. Pappalardo -
Universidad Nac. De Santiago del Estero - 1998.

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4. DOCENCIA UNIVERSITARIA

Inicié mi carrera Docente Superior en abril de 1955, en la Facultad de Ciencias


Exactas Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba, como Profesor
Adjunto de Topografía en el Departamento de Agrimensura, entonces a cargo del
profesor Ing. Juan Jagsich. (1).

Por aquellos años, los presupuestos universitarios no eran distintos de lo que fue-
ron casi siempre, es decir, se ejecutaban conforme a la mejor disposición de los
docentes para absorber la mayor cantidad de tareas con la designación en un
sólo cargo. Por lo tanto, se apeló siempre a la vocación docente confundida con
la tarea administrativa más allá de las propias exigencias legales establecidas en
los Estatutos que nunca, ninguna autoridad, hizo respetar correctamente. Sin em-
bargo, los que hemos cumplido la carrera docente universitaria sistemáticamente,
como meta en nuestra formación profesional, también aceptamos estas condicio-
nes y si no hemos participado de la vida política universitaria, mal podemos ahora
expresar lamentos, así es que la expresión anterior deberá tomarse sólo como
punto de vista personal.

No obstante, es justo decir que a lo largo de toda mi permanencia como docente


de la Universidad Nacional de Córdoba, que duró buena parte de mi vida, siempre
fui considerado con la mayor deferencia y distinción por las sucesivas autoridades
que tuvieron a su cargo la dirección de la Facultad y el respeto tanto de mi colegas
como de los estudiantes de Agrimensura y otras carreras, creando un ambiente
de relación académica que valoro debidamente.

Relación ésta de la que sigo disfrutando en la actualidad cuando tengo ocasión


de encontrarme circunstancialmente con alguno de ellos. Esa y no otra es la ver-
dadera satisfacción del docente, saber que su esfuerzo no fue en vano, que la
postergación de mejores oportunidades, el sacrificio de contar con medios de
sustentación limitados por parte del estado y muchas veces la alternativa de acep-
tar orientaciones académicas no siempre compartidas, no fueron suficientes para
doblegar una vocación docente adquirida solamente en la figura y el ejemplo de
los maestros.

No es el principal objetivo de este relato describir mi actuación docente a lo largo


de tantos años, por lo que evitaremos esta difícil tarea para referirnos solamente
y a grandes rasgos a nuestra actuación como Profesor de Cartografía.
81
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Como veremos mas adelante, esa materia de la carrera de Ingeniero Agrimensor,


se creó a partir del plan de estudios de 1956. Desde el año siguiente, el Ingeniero
Geógrafo Víctor Hansjürgen Haar fue contratado como Profesor Titular de la
misma haciéndome cargo como Profesor Adjunto. A partir de 1960 fui Profesor
Titular hasta mi retiro en 1987.

Es necesario aclarar que esta materia comprendía la Cartografía propiamente


dicha mas la Fotogrametría como veremos mas adelante, y en el año 1959 pro-
pusimos con el Prof. Haar separar ambos conceptos creando dos materias y sa-
crificando uno de los cursos de Dibujo Topográfico, para no modificar la
estructura del plan de estudio. La propuesta fue aceptada por el Consejo Superior
de la Universidad y a partir de 1960 el Ing. Víctor H. Haar pasó a ser Profesor Ti-
tular de Fotogrametría.

Así, simultáneamente con el inicio de nuestra tarea docente universitaria en la Es-


cuela de Agrimensura, se ponía en marcha el nuevo plan de estudios de la misma.
En efecto, en diciembre de 1953 se llevó a cabo en esta Ciudad de Córdoba el II
Congreso Nacional de Cartografía, que fuera auspiciado por la Sección Argentina
del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (I.P.G.H.), órgano permanente
de la Organización de Estados Americanos (O.E.A.).

En ese congreso internacional el representante de nuestra Facultad de Ciencias


Exactas Físicas y Naturales, Profesor Ingeniero Juan Jagsich, presentó una pro-
puesta propiciando un avanzado plan de estudios para la agrimensura, que con-
tenía materias de actualidad, necesarias para encarar los problemas fundamentales
que presenta el ordenamiento integral y sustentable del territorio, entre otras: De-
recho Territorial en varios cursos, Economía Rural, Geomorfología, Fotogrametría,
Fotointerpretación, Geodesia Geométrica y Satelital, Mediciones Especiales, Car-
tografía Matemática y Representación Cartográfica y las disciplinas de apoyo
como Estadística, Computación, etc. La carrera se programó para una duración
normal de 5 años con un trabajo final especializado, obteniéndose el grado de
Ingeniero Agrimensor.

El proyecto fue discutido y aprobado en comisión y defendido vehementemente


en plenario por el Profesor Jagsich cuyo prestigio académico consolidaba la via-
bilidad del nuevo plan en la práctica. Naturalmente, fue aprobado por unanimi-
dad del Congreso refrendando lo resuelto con un aplauso, no sin antes reconocer
el apoyo que en igual sentido, realizara el Ingeniero Geógrafo Dr. Guillermo
Schulz, eminente Profesor de la Universidad de Tucumán y ex Geodesta del Ins-
tituto Geográfico Militar Argentino, apoyo fundamental que significó su trabajo
presentado el III Congreso Argentino de Ingeniería (Córdoba, 1942) que tituló
„La Misión Nacional del Agrimensor y su Preparación Universitaria para Cum-
82
DOCENCIA INIVERSITARIA

plirla‰. Este trabajo presentado como ponencia al mencionado Congreso ya in-


vitaba a las universidades nacionales a que impartieran una mejor preparación,
mas profunda y específica en los estudios de la Agrimensura. (2).

El nuevo plan de estudios de nuestra Escuela de Agrimensura se puso en vigencia


a partir del año lectivo 1956. Lamentablemente el Profesor Jagsich, su creador,
no pudo ser parte del mismo pues falleció en forma inesperada el 3 de abril del
año 1956.

La sabiduría del Profesor Jagsich y su visión de futuro no sólo de la Agrimensura


sino de la formación de los profesores para practicarla con éxito, que le conferían
su sólida formación académica, le permitió avizorar lo que hoy es la enseñanza
de las distintas ramas de la Ingeniería en nuestra Facultad. Todas tienen hoy una
duración de 5 años, todas tienen trabajo final obligatorio.

La única Escuela que incluyó siempre en su Plan de Estudios un Trabajo Final fue
Agrimensura y desde 1956 la duración de la carrera fue de 5 años, mucho tiempo
antes que las demás (hoy existen en la Facultad al menos diez distintos títulos de
ingeniero, todos con igual duración, 5 años) entre ellos Ingeniería Civil que ha de-
jado de ser la carrera de preferencia como en aquellos años. No se incluyen las
carreras del área de ciencias naturales que siguen perteneciendo a la Facultad
aun cuando es un asunto que al momento y desde el punto de vista académico,
necesita seguramente una revisión profunda.

Iniciado el año lectivo 1957, si bien el nuevo plan empezaba en el primer año
con los cursos de matemáticas, física y otras de materias básicas, que se dictaban
en forma común para todas las carreras, un grupo de agrimensores egresados de
esta y de otras universidades del país presentaron solicitudes para cursar las nue-
vas materias que incluían el plan 1956 y que para ellos le eran desconocidas.

Una de esas asignaturas fue Cartografía que comprendía tres aspectos técnicos
vinculados: 1- La fotogrametría, tanto terrestre como aérea, (procedimiento de re-
levamiento masivo de grandes extensiones); 2- La Cartografía Matemática, base
geométrica fundamental de toda representación de la tierra como esférica (elip-
soide) en el plano; 3- La Cartografía Artística, lenguaje gráfico necesario para trans-
mitir la información territorial como un sistema, a partir de la teoría de la imagen
y de la semiología gráfica.

Hacia el período comprendido entre los años 1950-1952 habíamos cursado con
el Ing. Víctor H. Haar, mi compañero, amigo y maestro, de quien haré referencia
oportunamente, la carrera de Ingeniero Geógrafo en su último plan de estudios,
preparado por el eximio Profesor Juan Jagsich, que contenía estas y otras materias
83
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

modernas para la época, entre otras Fotogrametría que cursamos en el Instituto


Geográfico Militar dictado por el Dr. Maranca, un técnico de gran prestigio con-
tratado por esa Institución. En igual sentido fue necesario recibir las clases de
geofísica dictadas por el Dr. Volponi, un profesor especializado en sismología de
la Universidad Nacional de San Juan. Nuestro profesor de Geodesia Superior y
Geodesia Astronómica fue Juan Jagsich y luego el Dr. Sahade director del Obser-
vatorio Nacional de Córdoba cuyo fallecimiento se ha producido recientemente
(2012). Cabe destacar que fuimos los dos únicos alumnos de ese programa que
obtuvimos nuestro diploma pues la carrera fue anulada quedando solamente la
de Ingeniero Agrimensor con una orientación académica, menos científica pero
mejor estructurada hacia el campo profesional.

Víctor Haar era agrimensor egresado de la Universidad Nacional de Buenos Aires


y se desempeñaba en el Instituto Geográfico Militar, donde entre otras cosas había
participado de dos campañas geodésicas al Hielo Continental Argentino. Como
hemos dicho, por los años 50, vino a nuestra Facultad para cursar la carrera de
Ingeniero Geógrafo como postgrado de su formación en Agrimensura de la Uni-
versidad Nacional de Buenos Aires. Obtuvo su diploma en junio de 1952, regre-
sando al IGM.

Como hemos referido anteriormente, al año siguiente de implementado el nuevo


plan de Agrimensura, ya había inscriptos no sólo alumnos para iniciar la carrera
sino un interesante grupo para cursar materias del último año, entre ella Carto-
grafía, (que involucraba a la fotogrametría, todo un desafío para la época).

A los fines de dictar esta nueva asignatura, la Facultad contrató como Profesor
Titular de la misma al Ing. Víctor Hansjürgen Haar y para secundarlo fui invitado
a desempeñarme como profesor adjunto.La organización de esta Cátedra fue una
tarea bastante difícil por no contar la Facultad con gabinetes ni instrumental ade-
cuado, menos con material didáctico mínimo. Sin embargo, poco a poco, se fue
cumpliendo un programa de mínima y logramos adquirir instrumental moderno
para la Fotogrametría Terrestre en primer término y luego para la Aerofotograme-
tría que era el método moderno de mayor futuro.

Por esos años, a poco de finalizada la Segunda Guerra Mundial, la vencida Ale-
mania había logrado poner nuevamente en marcha algunas de sus fábricas de ins-
trumental geodésico de mayor prestigio como Zeiss. Pero también fue dividida,
exigidos sus técnicos a pertenecer a uno u otro sector: Alemania Occidental ad-
ministrada por los ejércitos aliados de Estados Unidos, Inglaterra y Francia; y Ale-
mania Oriental bajo el dominio de la Unión Soviética. La fábrica Zeiss se dividió
en dos, una en la ciudad de Jena en Alemania Oriental y la otra en la ciudad de
Oberkochen de Alemania Occidental.
84
DOCENCIA INIVERSITARIA

Todo el instrumental necesario para desarrollar la enseñanza de la Fotogrametría


Terrestre se adquirió a Zeiss- Jena; Foto teodolitos, estereocomparadores, todo
material muy sólido de muy buena calidad y precio aunque de colores oscuros y
aspecto sobrio. El equipamiento mínimo de gabinete adecuado a la tecnología
de la época por la Fotogrametría Aérea, se adquirió a Zeiss Aerotopograph (Ale-
mania Occidental), restituidores, estereoscopios etc., de presentación mucho mas
vistosa, de color claro y elegante compatible con su calidad.

Estos instrumentos de distinta procedencia, aunque presentaban un aspecto dife-


rente, cualquier técnico conocedor descubría en ellos algo en común: La calidad
Zeiss. Por muchos años y como consecuencia de la famosa „Guerra Fría‰ entre
Estados Unidos y la Unión Soviética, estas dos fábricas rivalizaron en calidad de
productos y precios pero sobre todo, en la carrera de la conquista del mercado
internacional, con nuevos instrumentos resultado del continuo desarrollo de las
ciencias geotopocartográficas y sus necesidades crecientes de aplicaciones dife-
renciadas lo que, con seguridad, ha sido el despegue de la vertiginosa carrera de
la Agrimensura moderna en las próximas décadas.

“El Cerro Horcopalta”

Para amenizar un poco este relato y que no resulte tan „plano‰, digamos así, por-
que es algo que sucede en muchas cátedras, vienen a mi mente una de nuestras
prácticas de campaña con este grupo de „veteranos‰ que he mencionado opor-
tunamente, recordando que no eran alumnos que venían desde el primer año,
pues este recién se iniciaba.

Todos ellos eran egresados de ésta o de otra Universidad con título de Agrimen-
sor, y venían a cursar modernas y nuevas materias como por ejemplo la Fotogra-
metría.

Debo aclarar que entre los integrantes de este „grupo especial‰, integrado por
unos quince alumnos, había Técnicos de Vialidad Nacional especializados en ca-
minos, un par de Agrimensores de la Dirección General de Catastro de la Pro-
vincia de Córdoba y algún Agrimensor de la Dirección Nacional de Vialidad etc.;
destacando el caso particular de dos Agrimensores que venían desde la Ciudad
de Buenos Aires a tomar nuestros cursos, eran ellos: Martínez, Técnico del Ser-
vicio Hidrográfico Naval Argentino y Ricciutti, quien era fabricante de sogas o
materiales afines en la zona de Tigre; ya analizaremos las razones por las cuales
haré referencia especialmente a estos alumnos-colegas, a quienes desde entonces
no he vuelto a ver.

Una de las prácticas importantes que teníamos programadas para nuestros alumnos
85
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

de Fotogrametría, era el apoyo terrestre al vuelo aerofotogramétrico que consistía,


por entonces, y ensayando una explicación de conceptos genéricos, en identificar
una determinada cantidad de puntos del terreno cuya imagen se observara níti-
damente en el respectivo fotograma aéreo, por ejemplo, un cruce de caminos, un
árbol, la esquina de una casa o la intersección de dos alambrados, etc.

La habilidad del operador en campaña y su agudeza visual para observar con los
estereoscopios de mano el detalle fotográfico y compararlo con la realidad, ase-
guraban o no el éxito de la operación.

Cabe preguntarse inmediatamente si ésta era una tarea rápida y sencilla, de tal
manera que en uno o dos intentos se identificara el detalle, el que luego era „pin-
chado‰ con una fina aguja en la copia fotográfica para su parcial identificación y
tratamiento posterior en el gabinete, dependiendo -en cada caso- del paisaje re-
levado. En una zona urbana este procedimiento resulta muy fácil por la gran can-
tidad de detalles que aparecen en las imágenes, ello sin perjuicio que a mayor
escala de las mismas resultaba de menor complejidad; en cambio en zonas de
de alta montaña y sin vegetación, como la Pampa de Achala en Córdoba, esta
tarea se tornaba muy dificultosa, máxime teniendo en cuenta que desde las alturas
de vuelo en que se tomaban las imágenes, sólo se apreciaban manchas de rocas
alternadas con otras de pastos surcados de vez en cuando por algún arroyo que
suele ser la salvación, pero no siempre está en el lugar adecuado.

Naturalmente que, para hacer posibles éstas prácticas, debíamos contar, al menos,
con fotogramas aéreos de alguna zona no muy lejana a la que pudiésemos tener
fácil y rápido acceso. No hacemos referencia al equipo de vuelo necesario (avión)
y cámaras aerofotogramétricas, pues su utilización está en manos expertas de pro-
fesionales de otras ramas: el piloto y el fotógrafo, (antes se incluía un navegante),
donde por lo general, el Agrimensor tiene posibilidades limitadas de intervención,
que no sea la programación del Plan de Vuelo en relación con el Apoyo Terrestre
o, eventualmente, los relevamientos topográficos complementarios.

Por aquellos tiempos era poco probable que existieran vuelos fotogramétricos
adecuados a nuestros fines, es decir a escalas aceptables, pues las empresas pri-
vadas aun no efectuaban vuelos. Sólo el I.G.M. para la Ley de La Carta NÀ 12696
a escalas demasiado pequeñas y en las zonas llanas de la provincia.

Por intermedio del Ingeniero Haar, quien había revistado en la planta de personal
técnico del Instituto Geográfico Militar Argentino, como hemos expresado, con-
seguimos un importantísimo juego de copias del vuelo fotogramétrico especial
realizado por esa destacada institución científica sobre la zona de la Pampa de
Oláen en la Provincia de Córdoba.
86
DOCENCIA INIVERSITARIA

Recordemos que en otra parte de nuestro relato hemos hecho referencia a la men-
cionada región geográfica cordobesa en la que ubicamos a la estancia pertene-
ciente a la Fundación del Hospital San Roque, que entre los años 1953 y 1968
fue arrendada por el Ejército Argentino para desarrollar allí sus maniobras tácticas
y militares anuales; no resulta entonces extraña la existencia de imágenes aéreas
de la zona.

Sin embargo, estos fotogramas habían sido tomados a una altura de vuelo que
permitía sólo una escala de imagen bastante pequeña, lo que no facilitaba la tarea
de reconocimiento de detalles para operadores sin experiencia como nuestros
alumnos, lo que se agregaba a las características del terreno con matices propios
del paisaje montañoso con planicies de altura, destacándose afloramientos roco-
sos y vegetación del tipo bosque serrano y pastizales alternativos. Este aspecto,
observado en los fotogramas tamaño 20x20 (formato fuera de uso) dificultaba en
extremo la identificación de detalles particulares, porque realmente no los había,
y las pocas formaciones rocosas confundían aun más con su aspecto modificado
por las sombras que proyectaban.

Estudiado este material con el Profesor Haar, decidimos finalmente que trabajarí-
amos sobre una zona con accesos por caminos serranos y huellas posibles de
sortear y cuyo paisaje geográfico presentaba algunos detalles distintos del en-
torno, lo que ayudaría a nuestros alumnos en su tarea. El lugar elegido en definitiva
fue el „Cerro Horco Palta‰, un sector cercano a las nacientes del Río Pintos, tribu-
tario hacia el Norte del Río Quilpo y este, a su vez, del embalse de Cruz del Eje.
En otro capítulo de estos relatos hemos hecho referencia al Río Pintos como límite
Oeste de la estancia El Potrerillo cuya mensura judicial recordáramos.

Organizada la excursión de práctica de campo, la Facultad puso a disposición del


grupo un minibus que disponía a estos fines y la Comisión con sus profesores al
frente partió a primera hora de la mañana, provistos de los elementos fundamen-
tales de un campamento: carpa, bolsas de dormir, faroles, elementos de super-
vivencia, botiquín de primeros auxilios, etc.; y naturalmente, el instrumental
necesario para el reconocimiento y las mediciones como juego de vistas aéreas,
estereoscopios de campo, estereoscopios de espejos, teodolitos, cintas, brújulas,
altímetros, etc.

Desde Córdoba hasta La Falda y desde esa localidad tomando un camino al Oeste
hacia la localidad de Soto a media distancia está la estancia de Oláen y su famosa
pampa que, como hemos dicho, entre los años 1953 y 1968 fue el lugar de ejer-
cicios militares anuales.

Nuestro destino en la zona era el cerro Horco Palta pues teníamos identificados
87
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

en el mismo algunos puntos trigonométricos del Instituto Geográfico Militar, cuyas


coordenadas planas en el sistema nacional nos eran conocidas y podríamos utili-
zar como apoyo geométrico a los fines de nuestra práctica.

Ya en la zona, y siendo necesario abandonar el camino principal, nos ubicamos


en las vistas aéreas donde fue posible identificar una huella que nos permitió se-
guir adelante con nuestro minibus hasta un punto en que se nos hizo imposible
continuar, descargando allí todo el equipo e instrumental, disponiendo el regreso
del vehículo a Córdoba, no sin antes coordinar con el conductor, empleado de la
Facultad, que nos vendría a buscar dentro de siete días a este mismo sector defi-
niendo claramente la hora del encuentro.

El equipo de campaña no era para nada liviano igualmente podía transportarse


pues cada uno de nosotros disponía de una flamante mochila de alta montaña
perteneciente al equipo de campaña que habíamos logrado hacer adquirir por la
facultad, siendo muy completo y de excelente calidad. Igualmente el traslado de
nuestro equipamiento era dificultoso, por suerte en un puesto cercano consegui-
mos alquilar una cabalgadura la que nos alivió enormemente la carga pues la ca-
minata insumiría dos o tres horas más, ya que en el trayecto practicábamos la
fotointerpretación.

Durante nuestra práctica de reconocimiento, observamos que más adelante en-


contraríamos una zona profunda del terreno, es decir una „quebrada‰ en la ter-
minología serrana, en la que figuraban algunas construcciones, corrales, arroyos
y una frondosa arboleda.

Continuamos nuestro recorrido-relevamiento y antes de arribar al caserío comen-


zamos a escuchar insistentes ladridos de perros que hacían eco en las laderas
de la sierra cubierta de monte autóctono, magnificando la escena, luego también
comenzamos a escuchar gritos y órdenes de personas que corrían por entre el
ramaje espinoso del lugar.

Nuestra curiosidad por lo que sucedía nos llevó a preguntar al primer puestero
que encontramos en el camino de qué se trataban esos ruidos, quien textualmente
nos dijo: „Es mejor que se queden por acá hasta que agarren al „león‰ (puma)
que ha estado haciendo daño en la majada, así que los vecinos han salido a co-
rrerlo, y por lo que se escucha parece que los perros lo tienen „empacado‰ en un
tala al que se ha subido‰.

Después de un largo rato, que de paso nos sirvió para descansar, aparecieron los
lugareños con un respetable ejemplar de puma macho adulto de unos 50 ó 60
kilos, según calcularon los cazadores. El felino fue colgado, posteriormente, de la
88
DOCENCIA INIVERSITARIA

rama de un algarrobo en el patio de la casa, permitiéndonos apreciar la belleza y


el tamaño del animal; naturalmente no faltaron las fotografías de los integrantes
del grupo, las poses individuales junto al puma, destacando unas muy „especiales‰
de nuestros colegas porteños que se mostraron fascinados con un episodio tan
extraordinario para ellos, aunque bastante común para los dueños de las cabras
y las ovejas de los puestos de la zona.

Vale recordar que es tradición en los puesteros serranos que cuando se caza un
puma se asa a las brasas el costillar, así que fuimos invitados a participar de este
poco tradicional asado pero no hubo demasiado interés de nuestra parte ya que
nos faltaba recorrer un largo camino del itinerario trazado originalmente. Por otra
parte, qué sabor tendría?

Finalmente y luego de transitar buena parte de las serranías arribamos al lugar ele-
gido donde instalamos el campamento, iniciando casi instantáneamente las tareas
de reconocimiento, de fotointerpretación de los PAF (Puntos de Apoyo Fotogra-
métrico) y las mediciones correspondientes.

Los trabajos se realizaron durante los días programados y el aire puro de la sierra
en época primaveral se ocupó de cambiar el semblante pálido de este grupo de
habitantes de la ciudad que regresó fortalecido física y espiritualmente con un im-
portante caudal de mediciones y datos de campaña para ser debidamente proce-
sados en el gabinete.

Los porteños regresaron inmediatamente a Buenos Aires, desde donde al poco


tiempo recibimos recortes de una revista con información profesional en la que
se destacaba una fotografía de los dos estudiantes porteños junto al puma abatido,
con un sugestivo titular que decía „Las Prácticas de Geodesia en la Escuela de
Agrimensura de Universidad Nacional de Córdoba‰.

Oberá

En mayo de 1979 la Universidad Nacional de Córdoba, suscribió un convenio


marco de colaboración con la Municipalidad de Oberá, Provincia de Misiones.
Con posterioridad, nuestra Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales realizó
tres subconvenios con el mismo municipio por los cuales la Facultad se compro-
metía a la realización de: 1) Un plan regulador, código de edificación y código
urbanístico; 2) Estudio y proyecto de desagües pluviales y cloacales y descarga
de los mismos, y 3) Catastro parcelario del ejido municipal de Oberá.

Por resolución del Honorable Consejo Directivo, este último estaría a cargo del
departamento de Agrimensura, encomendando la tarea a los profesores Víctor
89
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Hansjürgen Haar y Severiano Gustavo Bartaburu.

El Ing. Norgus Jacob, secretario de Obras Públicas de la Municipalidad de Oberá,


fue el motor incansable de estas gestiones haciendo valer su condición de egre-
sado de nuestra facultad que lo motivó a recurrir a ésta para organizar eficaz-
mente su plan de gobierno.

Antes de la firma de este subconvenio, me tocó viajar a Oberá para hacer una eva-
luación previa del material cartográfico existente y de la disponibilidad de apoyo in-
formático con que podríamos contar para armar nuestro plan de trabajo y el equipo
de estudiantes avanzados y docentes dispuestos a participar de la tarea.

El primer viaje fue realizado por vía aérea uniendo Buenos Aires y Posadas donde
el 19 de noviembre de 1978 me esperaba un vehículo de la Municipalidad en-
viado por el Ing. Norgus Jacob con el que tomamos la Ruta NÀ 14 hasta Oberá
(esta ruta pasa por el centro de la provincia hasta su extremo noreste).

Al día siguiente regresamos a Posadas para evaluar el material disponible en la


Dirección de Catastro de Misiones, el Registro de Inmuebles y otras instituciones
de interés para nuestro objetivo.

A fines de abril de 1979, ya estábamos en plena tarea elaborando nuestro pro-


yecto que se entregó al Ing. Norbus Jacob (ahora intendente) en un acto acadé-
mico realizado en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales el 1 de
octubre de 198,1 con la presencia del Rector de la Universidad, Decano de la Fa-
cultad, autoridades en general, docentes y alumnos de nuestra Escuela de Agri-
mensura (La Voz del Interior 30/09/1981).

En esa ocasión explicamos el contenido del proyecto y se expusieron la metodo-


logía, instrucciones y contenido con modelos de cartas catastrales planillas para
la base de datos, sistemas de información parcelaria y territorial, etc.; plasmados
en un volumen de 200 páginas del que se entregaron varios ejemplares para la
Municipalidad de Oberá y otras instituciones de la Provincia de Misiones, así
como aquellos que debían quedar en la biblioteca de la facultad para intercambios
con otras universidades.

En la introducción del proyecto se expresaba: „⁄La ciudad de Oberá motivo del


siguiente proyecto, es la capital del Departamento del mismo nombre en la Pro-
vincia de Misiones. Entre el verde de su exuberante follaje y el rojo de la tierra
forman el marco colorido de la pujanza que caracteriza su denominación de:
„Capital del Centro de la Provincia‰ o corrientemente „Capital del Monte‰.

OBER˘ que en guaraní significa „algo que brilla‰ ha recibido desde 1913 la afluen-
90
DOCENCIA INIVERSITARIA

cia de sus primeros pobladores, aumentado posteriormente con la corriente in-


migratoria que integraron familias de distintas nacionalidades: suecos, alemanes,
suizos, polacos, ucranianos, noruegos, rusos, luego japoneses integrando el „Crisol
de Razas‰ que caracteriza a la región y posibilitando el actual progreso como co-
rolario de la epopeya colonizadora que venció la agresividad de la selva.

La ciudad de Oberá fue fundada el 9 de julio de 1928 por Decreto del entonces
Gobernador de la Provincia de Misiones, Dr. Héctor Barreyro, y cuenta con una
población aproximada de 26.000 habitantes, (hoy 106.882 s/Wikipedia), los que
reciben beneficios de establecimientos educacionales de distintos niveles, entre
los que se pueden destacar ocho colegios y escuelas secundarias superiores, una
Facultada de Electromecánica dependiente de la Universidad de Misiones, biblio-
tecas populares, emisoras radiales, publicaciones periodísticas, etc., y un Centro
de Cultura, Turismo y Deportes en el que se realizan importantes exposiciones
artísticas, artesanales y culturales en general. (Fig. 7).

Por su vegetación, el colorido del suelo, la topografía y su temperatura media,


Oberá se constituye como una zona de gran atractivo turístico a la que debe agre-
garse el interés general de su desarrollo económico afianzado en extensas plan-
taciones de té, yerba mate, tung, etc., que han promovido el establecimiento de
importantes secaderos y otras industrias derivadas y exportables.

La ciudad en sí, con sus jóvenes 50 años, ofrece un trazado de amplias calles y
avenidas, gran parte de ellas totalmente pavimentadas con el clásico „empedrado‰
característico de la región, pintorescas plazoletas evocativas de las distintas co-
munidades que habitan la ciudad, magníficas iglesias y templos pertenecientes a
distintos credos y, por sobre todo, un ambiente de trabajo y progreso caracterís-
tico de sus ciudadanos que hacen de Oberá una ciudad Argentina de futuro pro-
misorio y el polo de desarrollo de una región privilegiada.

El Proyecto de Catastro Territorial que nos ocupa, fue ejecutado con vistas a un
ordenamiento parcelario integral para el Municipio y sustentable con la progra-
mación adecuada conforme a la tecnología informática del equipamiento dis-
ponible en Oberá, teniendo en cuenta además, posibilidades de aplicación
compatible con procedimientos en experimentación en otras entidades.

En una nota de agradecimiento del Ingeniero Norgus Jacob (Intendente de Oberá)


dirigida al Decano de nuestra Facultad, en el año 1981, decía en algunos de sus
párrafos „⁄ En nombre de la población toda de la segunda ciudad de la Provincia
de Misiones que tengo el honor de representar para manifestarle nuestro sincero
agradecimiento por la finalización de los trabajos oportunamente convenidos con
vuestra Alta Casa de Estudios y además pedirle que haga extensivo dicho recono-
91
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Fig. 7 - Plano de la Provincia de Misiones

92
DOCENCIA INIVERSITARIA

cimiento a todo el cuerpo de profesores que han participado, siendo conciente


del esfuerzo que ello ha significado‰.

En otro párrafo el Sr. Intendente expresaba „⁄ Esta Pequeña comunidad del interior
del país ha podido tener el honor de que alguna de sus más importantes obras de
infraestructura fueran realizadas por un grupo de destacados docentes de una de
las más distinguidas casas de estudio de nuestro país, y porque los relevantes temas
encarados por nuestras Universidades, poco han incursionado, estimando la im-
portancia que tendría para la Nación incentivar debidamente estos convenios⁄‰,
„⁄ Al ser el centro de gravedad de la Cuenca del Plata estamos brindando la po-
sibilidad de contar con adecuados servicios para que más argentinos puedan ocu-
par en forma efectiva el espacio físico de nuestra Patria, consolidando el federalismo
tan reclamado y nunca concretado.‰ Agrego: El concepto de este Intendente de
hace 32 años es vigente en nuestros días porque está respaldado por nuestra
Constitución Nacional.

Es poco probable que en estas líneas pueda hacerse una descripción objetiva de
este trabajo pues no es la finalidad perseguida, por lo que de resultar de interés
se sugiere consultarlo en la Biblioteca de la Facultad. (3).

Solamente haremos un resumen de su contenido por si fuera de utilidad para


nuestros estudiantes de Agrimensura.

Se puede considerar, a grandes rasgos, que el proyecto trató tres aspectos: 1) La


cartografía Catastral; 2) La Base de Datos (modelo de ficha catastral para su pro-
cesamiento informático), y 3) La Metodología de Relevamiento, los modelos y las
instrucciones escritas para el manejo y actualización del ordenamiento catastral.
Sólo transcribiremos a continuación algunos aspectos parciales contenidos en el
libro:

„La Cartografía Catastral correspondiente a cualquier programa de ordenamiento


territorial comprende necesariamente un conjunto de planos y cartas en distintas
escalas vinculadas entre sí en una relación continua y permanente desde las es-
calas de detalle parcelario hasta las cartas generales del territorio administrativo a
que se refiere‰.

„Este conjunto de documentos catastrales, cuya finalidad principal es mostrar pre-


cisamente la situación geográfica, características e identidad de las parcelas, pro-
mueve la consulta de distintos sectores de la sociedad y con ello hace publicidad
del estado parcelario real de un determinado territorio‰.

„Todo Plano de Mensura, Loteo, Subdivisión, como así también los planos de nue-
vos edificios o ampliaciones de los existentes deben ser registrados y procesados
93
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

cartográficamente como último trámite de su aprobación por los organismos co-


rrespondientes‰.

„La Cartografía Catastral prevista para el Municipio de Oberá se basa en los prin-
cipios enunciados y ha sido inspirada necesariamente en el sistema de nomen-
clatura adoptado por la Provincia de Misiones, sin perjuicio del cual se ha previsto
otro sistema para el futuro en el convencimiento que podrá generalizarse a su
tiempo‰.

No es necesario aclarar que en aquella época no contábamos con tecnología di-


gital en materia cartográfica y otros procedimientos para la confección de verda-
deros sistemas informáticos.

Las escalas de cartografía del proyecto de ejecución inmediata fueron 1:500 –


1:5.000 – 1:25.000 y la prevista de 1:2.000 y 1:10.000.

La Cartografía temática provisional se refería a la información territorial el municipio


como: servicios públicos, edificios públicos, valores, igual valor, codificaciones, etc.

Este tipo de Cartas dentro del Programa de Ordenamiento Catastral original está
íntimamente relacionada con la valuación, pues proporciona la información grá-
fica referente a beneficios directos o indirectos que recibe la zona donde se ubi-
can las parcelas, como así también los elementos básicos que la identifican.

Si este material debiera obtenerse hoy sería necesario recurrir a un adecuado Sis-
tema de Información Geográfica (SIG) que permita producir cartografía automa-
tizada en cualquiera de las escalas requeridas a partir de la información recogida
por procedimientos tanto topográficos como analógicos o analíticos de captación
directa o de datos existentes. Como es sabido, la Agrimensura moderna dispone
de distintos „software‰ que ofrecen las agrupaciones profesionales o empresas
especializadas en Geomática.

Sin embargo debería ser prudente analizar el resultado de obtener cartografía en


cualquier escala a partir de la base de datos, si no se tienen en cuenta -en cada
caso- los efectos de la „generalización‰ conceptual (selectiva, esquemática y ar-
mónica).

En este proyecto el Profesor Ingeniero Haar tomó personalmente a su cargo la


elección de los „objetos territoriales‰ que constituirían la base de datos, diagra-
mando finalmente el Folio Catastral (Ley Nacional NÀ 20440, entonces vigente, y
Ley Provincial NÀ 517). Posteriormente Haar confeccionó detalladas instrucciones
para los relevamientos, el manejo de la información y su puesta al día en forma
permanente.
94
DOCENCIA INIVERSITARIA

En uno de los capítulos relacionados con estos ítems, el Profesor Haar previó que
esta información pudiera utilizarse en sistemas informáticos más avanzados que
los que disponía en ese momento la Municipalidad de Oberá.

En uno de los párrafos de tal capítulo, el autor expresaba: „Las presentes instruc-
ciones se han redactado para el llenado del Formulario Censal y del Folio Catastral.
Los datos serán directamente llenados por los censistas y otros empleados que pre-
paran y completan el trabajo de los censistas en el terreno‰.

„La formación del Banco de Datos Parcelario en Computadoras requiere la obser-


vación rigurosa de todas las instrucciones para el llenado del formulario. Una mala
aplicación de las normas de abreviatura de nombres, un número de matrícula ca-
tastral o dirección de la parcela mal determinada, un número de Tomo y Folio mal
anotado, dan origen a innumerables problemas en la confección de listados, esta-
dísticas catastrales, cálculo de valores inmobiliarios, correlación del Catastro con
el Registro de la Propiedad, etc. Estos problemas son difíciles de solucionar a pos-
teriori, dando lugar a costosas tareas de corrección. Las consecuencias de una im-
previsión en el llenado de las planillas son mucho más graves que en el clásico
Catastro que sólo registra los datos en fichas‰.

Respecto de estos conceptos el Prof. Haar realizó un trabajo bastante completo


sobre la información territorial que fue publicado en el Boletín NÀ 2/89 del Centro
Argentino de Cartografía (Diciembre de 1989).

En 1995 se publica otro trabajo reafirmando estos conceptos que se titula „Error,
Exactitud y Precisión‰. Es un trabajo muy interesante producido por los autores
Kenneth E. Footc y Donald J. Huebner (EU) que desarrolla, como lo destacó Haar,
el efecto de los errores y equivocaciones en la captación de datos para la forma-
ción de los Sistemas de Información Geográfica (www.elagrimensor.net).

Después de la entrega del Proyecto, como se ha relatado, la Municipalidad nos


solicitó que asesoráramos a su personal para ejecutar los trabajos a lo que acce-
dimos con el Ing. Haar alternando nuestra presencia en Oberá por un tiempo,
hasta que todo se puso en marcha. Es de esperar que el sistema creado sea per-
feccionado con el tiempo ya que el personal quedó debidamente entrenado.

El Capítulo 7 del Proyecto se refiere a la „Valuación de Parcelas Rurales‰ (Prof.


Ing. Víctor Haar), en uno de cuyos párrafos expresa: „La valuación catastral de las
parcelas rurales debe tener en cuenta tanto las condiciones naturales del suelo
agrícola, como las económicas y sociales‰. Este capítulo fue redactado aplicando
tecnologías modernas, justificando la metodología de aplicación y las instruccio-
nes para su puesta en práctica.
95
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Relacionado con el valor de las parcelas rurales a que se refiere Haar, he creído
oportuno referirme a las mismas.

Estimo que la yerba mate y el té constituyen la riqueza regional que más se des-
taca. La yerba mate procede de un árbol nativo del bosque subtropical americano
cuya altura en estado natural llega a 25 metros, cultivada tienen poca altura a
pesar que sigue siendo un árbol.

El „Ilex Paraguariensis‰ fue utilizado por los pueblos originarios (guaraníes) para
la preparación de alimentos de tipo estimulante, cuyo nombre proviene del idioma
guaraní: „Caa-Mati‰. Los conquistadores españoles la consumieron en forma de
infusión, quienes comenzaron a cultivarla, principalmente los jesuitas, lo que les
producía buenos ingresos económicos.

La plantación de yerba mate en Oberá originaba, a la época de muestra presencia


en el lugar, un buen recurso para la población por la demanda de mano de obra,
especialmente durante al cosecha entre los meses de marzo a octubre. Original-
mente se cosechaba a mano cortando las ramas con tijeras, serruchos y literal-
mente con la mano, provocando una verdadera „paliza‰ al árbol. Actualmente se
pueden utilizar „tijeras electrónicas‰ y enormes máquinas.

Luego de la cosecha de vainas con sus hojas maduras éstas se recogen en gran-
des lienzos („ponchada‰) para ser transportadas a los secaderos. Producida la
„quiebra‰, que consiste en separar las hojas y ramitas pequeñas, sigue el „zape-
cado‰ (dentro de las 24 horas de la cosecha), que es un secado rápido de ex-
posición directa a la llama del horno. Luego secado con aire caliente en „catres‰
(aún hoy existen), operación que se llama „barbacúa‰. Hoy se hace con hornos
y cintas transportadoras; la etapa próxima es el „chancado‰ y finalmente el „es-
tacionamiento‰ en bolsas de 50 Kg., para finalmente proceder a la molienda,
estacionamiento, zarandeo y trituración donde se combinan distintas hojas para
lograr el sabor buscado, que determinan los „catadores‰, quienes autorizan el
envasado.

Estos procedimientos eran, en aquella época, bastante rudimentarios, pero hoy


están muy tecnificados.

El té, en cambio, sigue procedimientos bastante tecnificados cuya secuencia, me


parece, es más compleja que la yerba mate.

En oportunidad de participar como visitante a una cena y reunión del Rotary Club
Oberá (forma reglamentaria de „recuperar‰ la falta a una reunión semanal del Ro-
tary Club Jardín Córdoba, del que en esa época era Presidente). En esa reunión
me tocó compartir la mesa con Enrique Urrutia, quien era uno de los miembros
96
DOCENCIA INIVERSITARIA

de esta tradicional familia de Oberá, pioneros de la plantación y elaboración de


yerba mate y té, que arribaron a la zona a principios del Siglo XX. Urrutia Hnos.
instaló el primer secadero de té en el „30 de Oberበallá por el año 1952, el cual
en el año 1962 fue totalmente automatizado.

Urrutia me invitó a visitar una de sus plantaciones de té donde permanecí un día


completo disfrutando de su hospitalidad y de la información que personalmente
me brindó.

La planta de té (Camellia Sinesis), de la familia de la camelias, tiene su origen en


Asia (China-India). En estado natural es un arbusto que puede llegar a 4 m. de al-
tura. Cultivado, en cambio, se lo mantiene en hileras continuas como un „cerco
verde‰ a una altura aproximada de unos 0,80 m., mediante la poda permanente.
Las hileras están separadas por espacios llamados „liños‰ por los cuales circulan
los recolectores o pasan las ruedas de las máquinas cosechadoras, quedando la
planta al medio. La tarea más delicada es la recolección de la hoja que se reduce
a los brotes de 5 cm. de altura. Ésta planta es capaz de producir estos brotes du-
rante un elevado número de años.

Para la recolección se utiliza, preferentemente, el proceso manual, particularmente


por mujeres, por la delicadeza con que deben ser tratadas las dos o tres hojitas
del último brote; destacando que también se recolecta con máquinas o con tijeras
especiales, pero la calidad de producto es menor. El resto del proceso es en ge-
neral el marchitamiento, enrollado, fermentación, secado, tamizado, clasificación,
catado, etc., que no tiene caso detallar en esta oportunidad.

En Oberá la mayor parte del té elaborado se exporta envasado o a granel, siendo


Inglaterra uno de sus principales compradores.

Por la época de mi visita, tanto Urrutia como otros productores, no tenían „cata-
dores‰ propios, recién estaban en formación. Por lo tanto los compradores ex-
tranjeros enviaban sus propios catadores, quienes finalmente fijaban el precio del
producto. Ésta situación ha cambiado actualmente.

Recorriendo con Urrutia distintos espacios de su establecimiento de té elabo-


rado, observé en un pasillo un montículo de color marrón oscuro, que al tacto
parecía polvo de té. Le pregunté si con ese producto se hacían los „saquitos‰
que habitualmente se usan para la infusión. No!!! Me contestó, esto lo enviamos
en bolsas grandes a Estados Unidos para preparar el jarabe base de una bebida
gaseosa por todos conocida (él me dio el nombre). Como conclusión pienso que
como el té contiene cafeína, la famosa bebida cuya fórmula es secreta, también
debe tenerla.
97
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Este proyecto del Catastro Parcelario ha sido utilizado para entrenamiento de nues-
tros estudiantes en el cursado de las materias „Catastro‰, „Cartografía‰ y otros.
Naturalmente que la tecnología ha cambiado para mejor y hoy contamos con for-
midables herramientas para lograr propuestas como la de éste trabajo, pero aún
así toda la información conceptual sigue siendo válida.

De mi paso por la Escuela de Agrimensura de la Universidad Nacional de Córdoba


no daré demasiados detalles pues han quedado a disposición de los estudiantes
copias de mis trabajos profesionales, publicaciones y conferencias que espero les
sirvan de base para sus estudios, como así también las copias de nuestros trabajos
en CONSAGRA, (4) del cual hago mención en otra parte de estas memorias, ya
que con el Ingeniero Haar nos propusimos siempre que todo el material quedara
para uso de la mencionada Institución Educativa.

Por lo tanto sólo ellos y los egresados que durante 30 años tuve el privilegio de
entrenar académicamente, podrán evaluarme, esperando la benevolencia que
pueda merecer.

En cuanto al orden académico relacionado con mis pares y con las autoridades
de la Universidad Nacional de Córdoba, debo expresar mi especial reconoci-
miento por otorgarme la distinción que significa mi designación como „Profesor
Consulto de la Universidad‰ por Resolución del Honorable Consejo Superior
NÀ 194 de fecha 20 de junio de 1995, producida después de mi retiro.

CITAS
1) JAGSICH, Juan. Profesor (ver Cap. 3 - „Origen Académico‰).
2) SCHULT, Guillermo. Agrimensor. Doctor en Ciencias de la Universidad de Berlín, (Ale-
mania). Geodesta y Astrónomo del IGM (1907). Profesor en distintas Universidades Ar-
gentinas. Profesor de Geodesia Superior y Fotogrametría en la Universidad Nacional de
Tucumán. Publicó valiosos trabajos geodésicos y de formación académica para la Agri-
mensura.
3) „Catastro Parcelario de OBERA‰ Víctor Hansjürgen Haar y Severiano Gustavo Bartaburu.
Diciembre de 1979 - 1À vol. 200 pág. - Biblioteca Facultad de Ciencias Exactas Físicas y
Naturales - Universidad Nacional de Córdoba.
4) CONSAGRA (Consultores Agrimensores Asociados) - (ver Cap. 9 - „Neuquen‰).

98
5. BECA DE ESTUDIO

A principios de 1962 fuimos distinguidos con una beca del DAAD (DEUTSCHER
AKADEMISCHER AUSTAUSCH DIENT) de la República Federal de Alemania por
la cual viajaríamos a ese País cumpliendo un programa de visitas a institutos, uni-
versidades, instituciones y fábricas relacionadas con la Agrimensura. La duración
del viaje fue de tres meses. Recorrimos más de 5.000 km. De acuerdo a lo pro-
gramado, sólo en territorio alemán, incluido Berlín que estaba entonces en el Sec-
tor Alemán oriental ocupado por la U. Soviética y con acceso restringido por vía
terrestre.

La beca tenía términos muy estrictos orientados a la ayuda económica sólo en te-
rritorio de Alemania, por lo que los costos de pasaje principalmente, debieron
costearse por cada uno.

El viaje de ida se inició con la partida desde el puerto de Buenos Aires, el 2 de


enero de 1962, en un barco de la Compagnie Maritime des „Chargeurs Reunis‰
bautizado „Louis Lumiére‰, de bandera francesa. Nuestros pasajes eran de tercera
clase, de manera que desarrollaríamos nuestras actividades en ese nivel, que como
veremos era bastante discriminativo respecto de otras clases del pasaje.

A.D.E.I.A (Asociación de Estudiantes de Ingeniero Agrimensor), fue la beneficiada


de la beca cuyo inspirador y principal organizador fue Leopoldo Rodríguez,
alumno distinguido del último año de la carrera cuyo relato sobre los primeros
pasos transcribimos más adelante.

Podría considerarse poco relevante un viaje de becarios a la vieja Europa, ya que


hoy son muy comunes, pero nuestro emprendimiento significaba que por primera
vez se realizaría un viaje de becarios de estas características a partir de nuestra
Facultad.

En efecto, este fue el origen de la Organización OVEI VIAJES (Organización de


viajes de Estudio de Ingeniería) que por muchos años existió en nuestra Facultad
y se organizaban con participación de estudiantes de los primeros años para viajar
en el último año de estudios, formando una „cadena‰ mediante un buen sistema
de recaudación que le permitían manejar fondos importantes contando además
con otras excursiones auxiliares aparte de la beca del DAAD, pero ya no para
Agrimensores.
99
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Esta organización realizó su primer viaje en 1964 después de finalizada la segunda


beca de Agrimensura en 1963, cuyo grupo, a cargo del Prof. Ing. Ricardo Lauría,
viajó también en barco, en tercera clase por razones económicas.

OVEI, realizó sus viajes en forma ininterrumpida (en 1986 fue el NÀ 23) No sé si
a partir de ese año se suspendieron. Recientemente, he consultado su página en
Internet por la cual se advierte una reactivación como Asociación Civil cuya fina-
lidad es realizar viajes de estudio al terminar las carreras de ingeniería, aparente-
mente con la participación de alguna agencia de viajes. Se recorren distintos
países según sus programaciones.

De manera que, resulta indiscutible que el primer viaje de becarios y la experien-


cia que del mismo recogimos, fue realizado por nuestros estudiantes de Agrimen-
sura dos años antes que empezaran los de OVEI.

A continuación, el relato de Leopoldo Rodríguez, organizador del grupo y princi-


pal gestor de la Beca ante el Consulado Alemán en Córdoba (principios de 1961).

BECA DE LA DEUTCHER AKADEMISCHER AUSTAUSCHDIENST 1962


Por Leopoldo Rodríguez (1)

Todo comenzó durante una conversación en el pasillo. Los pasillos de la Facultad


eran centro de reunión previos a los cursos vespertinos. Llegábamos al atardecer;
empleados bancarios, vendedores en tiendas, ayudantes en negocios familiares, etc.

Esa tarde, de las primeras del año académico de 1961, me encontré con el „ecua-
toriano‰.

Era el único de esa nacionalidad en toda ingeniería. Este simpático representante


andino me contaba de sus actividades veraniegas. Entre ellas, la visita a la ciudad
de Santa Fé.

Allí había estado en la Facultad de Ingeniería Química. En este punto se detuvo a


contarme en detalle sobre la beca obtenida por un grupo de estudiantes de esa
facultad. Se trataba de una beca para viajar a Alemania. El tema me entusiasmó.
Quedamos en hacer averiguaciones y volver a vernos.

Al día siguiente, luego de salir de la Caja Popular de Ahorros donde trabajaba,


me dirigí al consulado Alemán en la ciudad de Córdoba.

La muy buena atención que recibí por parte del Cónsul fue sin duda un gran pun-
tapié inicial. El entusiasmo que prestó el Cónsul desde el comienzo lo conservó
durante todo el trámite.
100
BECA DE ESTUDIO

Tan pronto como lo puse al tanto de lo realizado por los estudiantes de Ingeniería
Química en Santa Fé, se propuso ayudarnos a hacer lo mismo con los estudiantes
de Agrimensura en Córdoba.

Nos despedimos de esa primera entrevista, seguros de que íbamos a comenzar


algo que por primera vez se llevaba a cabo en la „Docta‰.

Ahora me tocaba entusiasmar a los estudiantes. Comencé con un dirigente estu-


diantil del CEI, (Centro de Estudiantes de Ingeniería), Edgardo Galletti. Edgardo
contribuyó acercando ideas de cómo organizarnos, las que fueron sumamente
útiles en los pasos siguientes.

La primera reunión adonde se habló de la posibilidad de presentar un pedido al


Gobierno Alemán, se realizó en un bar situado frente a la facultad, lugar adonde
continuaban las clases del Profesor Racagni después de hora.

Allí conversamos con Edgardo y el ecuatoriano e hicimos una lista de posibles in-
teresados.

Era claro que el grupo debía estar integrado básicamente por estudiantes de Agri-
mensura (Ingeniero Agrimensor).

En poco tiempo se corrió la voz y se comenzó a formar un primer grupo de


apoyo; núcleo indispensable para organizar este viaje de becarios a Europa.

Apenas un par de semanas después de estar con el Cónsul, éste me llamó para
darme la primera información recibida.

De Buenos Aires, la Embajada Alemana le enviaba la documentación con detalles


sobre el tipo de beca que se trataba.

En un par de visitas y algunas llamadas a la embajada quedaron claras las condi-


ciones mínimas para poder optar a la beca.

Básicamente debíamos contar con una organización estudiantil que solicitase la


beca.

Dicha organización debía tener el respaldo de la institución académica corres-


pondiente.

Con los formularios para el pedido teníamos lo necesario para entusiasmar a los
que todavía no creían.

Ya se habían sumado algunos nuevos, entre ellos un estudiante de Ingeniería Civil


(el único aceptado fuera de Agrimensura) y gran amigo personal, Walter Sanz.
101
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

En esa semana se estableció la idea de fundar la ASOCIACIŁN DE ESTUDIANTES


DE INGENIERO AGRIMENSOR (ADEIA).

Tardamos poco en tener lo primeros treinta miembros, era el total de estudiantes


anotados en la escuela.

A fines de junio ya teníamos los formularios listos y los entregamos a nuestro


amigo el Cónsul Alemán. Le describimos nuestros planes de recolección de fon-
dos, búsqueda de apoyo económico en instituciones privadas y públicas, etc.

Pero no tardamos en darnos cuenta que recién había comenzado el trabajo.

Dos semanas después recibimos una nota en que se nos solicitaba una serie de
datos institucionales, firmas, documentos, etc. conseguir todo esto nos tomó
meses de „agetreo‰ y múltiples reuniones.

El nombre y nota de aceptación firmada por el profesor que nos acompañaría.

Listado de instituciones alemanas que deseábamos visitar y que aceptaban aten-


dernos.

Documentación oficial de la Facultad que nos respaldaba institucionalmente.

En la práctica tuvimos que rehacer los formularios, que los refrendara el Decano
de la Facultad, conseguir al profesor que se comprometiera a viajar, listado de los
estudiantes a participar del viaje, los que deberían estar en su último año en Agri-
mensura, contactar y recibir invitación de las instituciones a visitar, etc.

Sin embargo nos avisaban que teníamos una media aprobación que estaba pen-
diente hasta que llenáramos las condiciones requeridas en el pedido.

Comenzamos por entrevistar al Profesor Racagni. De entrada nos dio a entender


que el no era el indicado; tenía una familia numerosa y obligaciones profesionales
que le impedían aceptar el ofrecimiento. Él mismo nos recomendó hablar con el
Profesor G. S. Bartaburu.

Afortunadamente esta segunda entrevista fue exitosa y encantado se prestó a


acompañarnos en la aventura.

Debidamente satisfechos los respectivos documentos y formularios, la activa par-


ticipación de Edgardo nos ayudó a obtener la firma del Decano.

Comencé entonces a viajar a Buenos Aires, adonde mis parientes porteños me


apoyaron alojándome durante mis innumerables viajes; visitaba las oficinas de
empresas alemanas: cartográficas, ópticas, de ingeniería, etc., quincenales visitas
102
BECA DE ESTUDIO

que poco a poco me abrieron las puertas de muchas de ellas. Pelikan, Bayer, Zeiss,
etc. Cada una me indicaba otra y hasta hacían de intermediarios con aquellas que
no tenían representantes en Argentina.

Paralelamente se cerraba la lista de estudiantes a participar.

A último momento, por pedido especial del Profesor Bartaburu, tuvimos que
aceptar a otro profesor acompañante. En total eran catorce nombres que fueron
inscriptos. Entre ellos no estaban los dos primeros compañeros: Edgardo y el es-
tudiante ecuatoriano. Ambos habían desistido de integrar el grupo por problemas
personales.

ADEIA marchaba viento en popa, generando actividades como una función be-
néfica en el Teatro Rivera Indarte, bailes, rifas, etc.

Vimos entonces que a los fines de obtener un apoyo directo de la Facultad de In-
geniería debíamos contar con algo más que la buena voluntad de nuestro amigo
Edgardo y su CEI.

Se nos ocurrió la idea de tener un miembro del grupo como consejero estudiantil.

Entrevisté a dirigentes del UDEI para pedirles una tercera ubicación entre cuatro
candidatos. Con la elección encima y con una respuesta que nos aseguraba sola-
mente el cuarto lugar, me dirigí a Edgardo quien volvió a darnos su apoyo en el
CEI (Centro de Estudiantes de Ingeniería) y conseguir la tercera posición buscada.
Nuestro candidato fue el „Flaco‰ Scaramuzza. Con el apoyo y voto en masa de
nuestros treinta estudiantes y sus amigos conseguimos que triunfe el CEI con su-
ficiente margen para obtener el tercer lugar. Habíamos dado un paso delante de
gran importancia ya que posteriormente la Facultad nos dio suficientes fondos
como para adquirir el pasaje vía marítima de los 14 participantes.

Un aporte de similar magnitud fue concedido por la Caja popular de Ahorros, mi


empleador. Con esto, más lo aportado por Catastro de la Provincia y lo reunido
en las múltiples actividades realizadas, teníamos suficientes fondos para sostener
a los 14 estudiantes y profesores durante todo el viaje.

No quiero dejar de lado la colaboración recibida de muchos estudiantes que no


estaban en el listado pero que nos apoyaron en todo momento; como el caso de
aquellos que participaron en el viaje anual que la Escuela realizaba a Buenos Aires.
Durante el mismo se hicieron ahorros y colectas que se sumaron a los fondos
para el viaje.

A fines de octubre recibimos el visto bueno definitivo y el detalle del viaje según
103
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

lo había preparado la DEUTCHER AKADEMISCHER AUSTAUSCHDIENST, la ins-


titución que nos becaba y se encargaría de nosotros al arribar a Hamburgo. La
beca constaría de una comida de bienvenida al arribar, la provisión de un ómnibus
con chofer, un guía bilingüe, el alojamiento y la coordinación del recorrido por
toda Alemania Occidental, incluido Berlín Occidental.

Finalmente tuve que encarar la tarea de adquisición de los pasajes. Se había ele-
gido viajar en una compañía francesa con los barcos LUIS LUMIERE y CHARLES
TELLIER.

Al comprar los pasajes la Agencia no creyó necesario hacer las reservas del re-
greso con tanta anticipación; en especial porque luego de la beca en Alemania
el grupo se dividía en tres o cuatro subgrupos o individuos que volverían en dis-
tintas fechas.

En la última reunión del grupo se decidió que cada uno debería presentarse en el
puerto dos horas antes del embarque.

La lista de participantes quedó formada por los estudiantes: Cáceres, Sanz, Vals,
Sala, Badaró, Croppi, ˘lvarez, Scaramuzza, Lucero, Romero, Farber y Rodríguez;
completándose con los Profesores Bartaburu y Garro. (Fig. 8).

El Regreso

El itinerario programado por distintas regiones de Alemania se cumplió como es-


taba previsto con finalización en la ciudad de Hamburgo el día 4 de marzo de
1962, lugar donde se inició algunos meses antes.

En consecuencia, en esta ciudad entregamos la unidad móvil proporcionada por


el DAAD, sin novedad, verificando un recorrido de más de 5.000 km. Además
tendríamos que despedirnos de nuestro guía intérprete, Etwin, excelente compa-
ñero de notable experiencia como guía con solvente dominio del idioma español
y sobre todo un caballero. Pero no hemos podido olvidar al conductor de nuestro
móvil, Geard, que a pesar de no conocer nuestro idioma siempre trato de comu-
nicarse con nosotros y auxiliarnos en más de una oportunidad sobre cuestiones
cotidianas. Al final de tantos días juntos, cumpliendo programas con horarios muy
estrictos, habíamos empezado a entendernos bastante bien, tanto que en Ham-
burgo, donde se radicaba, nos invitó a tomar el té en su casa, a la que asistimos
algunos de nosotros y fuimos atendidos por él y su esposa como no olvidaremos.

Digo que fuimos algunos de nosotros porque la mayor parte del grupo tomaron
distintos rumbos con la intención de conocer ciudades de la Vieja Europa ya que
104
BECA DE ESTUDIO

Fig. 8 - Grupo Agrimensura - Alemania 1962

tenían su pasaje de vuelta en barco con fecha abierta.

Sólo quedamos en Hamburgo los cuatro que, por distintas razones debíamos re-
gresar a Córdoba, el docente que me acompañaba, Ing. Marcos Garro, y dos
alumnos, Atilio Romero (cordobés, casado) y Sulyn Farber (entrerriano).

No teníamos posibilidad de regresar por la misma vía, la compañía naviera fran-


cesa Des Chargeurs Reunie, cuyos barcos salían de Génova, Italia. Sólo existía la
posibilidad de viajar vía marítima a partir de Hamburgo pagando nuevo pasaje,
cuyo valor quedaba limitado a los escasos fondos que, a esa altura, disponíamos
cada uno.

Sin embargo alguna solución se había presentado por gestión del Cónsul Argen-
tino en Hamburgo, quien nos facilitó la posibilidad de abordar un barco carguero
de la Flota Mercante Argentina que entraría a puerto en un par de semanas. Hasta
entonces debíamos permanecer en Hamburgo.

Nuestro alojamiento sería un edificio en forma de torre situado en medio de un


parque llamado „Turm Hotel‰ que había sido un refugio o algo así durante la gue-
rra, cuyas habitaciones se ubicaban en forma circular, tal era la planta del edificio,
105
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

siguiendo una rampa ascendente a falta de escalera. El acceso a las habitaciones


desde esa rampa consistía en una sólida puerta de metal de una sola hoja con un
gran pasador muy sugestivo por su notable resistencia. La habitación reducida en
cuanto a sus dimensiones, era en gran parte circular, especialmente en la pared
exterior donde una pequeña ventana era el único contacto con el exterior, per-
mitiendo a la vez apreciar el espesor de las paredes de este edificio (poco menos
de un metro). Todas las cañerías de servicios estaban a la vista.

Un verdadero cilindro de hormigón de unos 15 metros de altura por 11 de diá-


metro, culminando en forma cónica a una altura total que podría estimarse en
unos 20 metros. œQué habrá sido este edificio durante la guerra?

Lo cierto es que por los años de nuestra visita muchos refugios ubicados en dis-
tintas ciudades de Alemania fueron transformados en pequeños hoteles. Algunos
de ellos hemos utilizado en nuestra permanencia en distintas ciudades, aunque
debo aclarar que casi todos eran subsuelos.

Debíamos esperar en Hamburgo mientras llegara nuestro transporte, por lo que


el tiempo transcurriría entre lectura, visitas a museos y otras instituciones de la
ciudad, soportando siempre el intenso frío de fines de marzo de 1962 que, con
su manto blanco, cubría todos los parques, incluso el que nos tocaba de aloja-
miento.

La ciudad de Hamburgo tiene sus orígenes por el año 831, siendo sede de un
obispado católico romano. Muchas veces fue invadida y ocupada, entre otras,
por los vikingos hacia el año 845. Posteriormente por el Rey de Polonia en 1030
y otros en 1201, etc.

En los tiempos recientes fue sede del Partido Nacionalista Nazi y durante la Se-
gunda Guerra Mundial duramente bombardeada en el año 1943 por la Fuerza
Aérea Británica apoyada por Estados Unidos, en una célebre operación militar
que se denominó „Operación Gomorra‰. Se calcula que su destrucción llegó a
un 70%.

Terminada la guerra, Hamburgo fue zona de ocupación británica y se convirtió


en un Estado de la República Federal Alemana desde 1949. El puerto de Ham-
burgo fue el preferido por la mayoría de los europeos que emigraban hacia el
nuevo mundo después de la guerra, incluidos los alemanes del Este que pudieron
hacerlo. Al día de hoy Hamburgo es el segundo puerto más grande de Europa
después de Rotterdam, con un importante movimiento comercial de carácter in-
ternacional.

Como habíamos descripto antes, el lugar de nuestro alojamiento resultaba inso-


106
BECA DE ESTUDIO

Fig. 9 - Turm Hotel - Hamburgo - Alemania

portable, por no decir „tétrico‰ después de varios días de espera, bastante limita-
dos para salir no sólo por el intenso frío en el exterior, sino por las insignificantes
reservas monetarias que nos quedaban y que debíamos cuidar para pagar el pa-
saje de vuelta, cuyo monto ya conocíamos por contacto con el Consulado Argen-
tino. Ya había leído casi todo el material recopilado en nuestra gira de estudios,
que no era poco, ya no sabía qué hacer, salvo mirar de vez en cuando por mi di-
minuta ventana ubicada hacia la parte posterior del edificio, donde un pequeño
conejo de color gris, salía de su madriguera y escarbando en la nieve obtenía al-
gunas raíces que devoraba con gracia y apuro, sin alejarse demasiado de su casa.
(Fig. 9).

Cada día, mas o menos a la misma hora disfrutaba del mismo espectáculo, no
por simple, carente de un enorme bálsamo espiritual, de profunda nostalgia ex-
trañando mi familia, miraba una y otra vez las fotografías de mi esposa y mis dos
pequeños hijos varones que me esperaban en La Cumbre, donde se habían tras-
ladado durante el verano a la casa de mis padres.

Sin embargo, ya a fines de marzo tendrían que regresar a Córdoba, nuestra resi-
107
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

dencia, lo harían en mi noble Jeep-Kaiser fabricado en Córdoba, que manejaba


mi esposa, ya me había encargado de escribirle para que lo hiciera mi amigo me-
cánico Silvio Wolf que se ocupó de trasladarlos sin riesgo alguno. Todo el proceso
transitaba una y otra vez por mi mente matizado, como hemos expresado, con
unas pocas salidas al exterior.

Finalmente, atracó en el puerto de Hamburgo nuestro esperado barco. Fue una


gran noticia para el pequeño grupo de argentinos „varados en la nieve‰. Un bál-
samo de esperanza! El comienzo del regreso a casa! Pero el barco no zarparía
hacia Argentina pronto, porque como es lógico, debía cumplir sus objetivos de
transporte carguero, que no son pocos y menos acelerados. Pareciera que en ese
ambiente nadie tiene apuro.

De manera que, recurriendo nuevamente a los buenos oficios de nuestro Cónsul,


(quien ya nos había „adoptado‰) y era amigo del Capitán del barco, logré una en-
trevista con el mismo, ni bien fue posible hacerlo.

El Capitán resultó ser un vasco, naturalizado argentino desde la época de Franco,


dueño de una personalidad muy especial, tanto por su educación, su cultura,
como por su gran simpatía. Le informé en detalle nuestra situación de espera y
deseos de regresar a la brevedad. „Hombre! De ninguna manera! Ustedes tienen
sus pasajes, (lo habíamos pagado en las oficinas de Hamburgo), ya estoy infor-
mado que son cuatro personas, de manera que, a partir de ahora, pueden alojarse
en el barco sin ningún problema, aunque debo advertirles, no partiremos antes de
cinco o seis días‰.

Pareció una eternidad recorrer la distancia, (no poca) hasta el Turm-Hotel para
comunicar la gran noticia al resto del grupo, luego nos instalaríamos en nuestro
barco. Parecía mentira! Habíamos dejado de respirar el olor a comida con abun-
dante grasa que emanaba de la cocina del Turn-Hotel que se encontraba en la
parte mas baja del edificio y subía por el centro de la torre contaminando todo el
ambiente. Esto era otra cosa, olor a mar, la tripulación trabajando y un camarote
con dos camas, baño privado y una pequeña salita de lectura, todo alfombrado,
calefaccionado y arreglado al mejor nivel. Los dos docentes ocupamos un depar-
tamento y los dos alumnos otro, de manera que allí terminaron las incomodidades
de las semanas anteriores.

El barco pertenecía a la Marina Mercante Argentina llamado „El Artillero‰. Había


sido adquirido por nuestro País, finalizada la Segunda Guerra Mundial, a los Esta-
dos Unidos de Norte América junto con otra seria de navíos utilizados durante la
guerra.
108
BECA DE ESTUDIO

El Artillero, pertenecía originalmente a la serie denominada „Super Victory‰. Era


un carguero de gran porte que normalmente transportaba además hasta 12 pasa-
jeros en primera clase.

Así es que nos tocaba viajar con bastante confort y compartir la mesa con el Ca-
pitán, aunque no en forma habitual, pues sus ocupaciones le exigían seguramente
horarios distintos.

Viajaba otra persona, una señora de Buenos Aires que también había compartido
con nosotros el viaje de ida en un barco de pasajeros de bandera francesa, como
ha quedado relatado. Esta señora viajaba a Europa (pleno invierno) con el objeto
de vender tapados de piel natural argentina, creo que de nutria; pero como no le
fue posible concretar sus ventas, regresaba a la Argentina con sus tapados.

Como estaba previsto, poco más o menos, El Artillero zarpó de Hamburgo por la
madrugada. No puedo recordar el día exacto, tampoco lo tengo registrado porque
nunca pensé que alguna vez relataría esta aventura; lo que sí recuerdo y puedo
describir es que fue un verdadero periplo y demandó el doble del tiempo que
duró el viaje de ida.

La primera escala de nuestro viaje de regreso sería el puerto de Amsterdam, rela-


tivamente cerca de Hamburgo donde El Artillero debería cumplir parte de su pro-
grama de transporte marítimo.

Amsterdam, capital oficial de los Países Bajos, fue fundada hacia el siglo XII como
un pequeño pueblo pesquero. Desde el siglo XIII en que se construyeron los ca-
nales concéntricos, que le dan su aspecto particular, con sus casas típicas y sus
cultivos que le otorgaron fama hasta hoy. La „Venecia del Norte‰ fue poco a poco
el principal puerto comercial de Europa, centro de la famosa „Compañía Holan-
desa de las Indias Orientales‰. Fue invadida por Alemania en mayo de 1940, y
fortificada con instalaciones de puro hormigón que alcanzamos a ver 17 años
después de finalizada la guerra.

Terminada la Segunda Guerra Mundial, se repusieron los museos de la Casa de


Rembrandt, Museo Van Gogh, etc., y la Casa de Ana Frank, motivo de una historia
de trascendencia mundial en la literatura contemporánea.

La Ciudad de Amsterdam es cede de los Reyes Holandeses, donde hace poco


tiempo fue coronada Reyna nuestra compatriota Máxima Zorreguieta.

La circunstancia de permanecer en puerto, nos permitía desembarcar, con la de-


bida autorización, en los horarios estipulados, que eran bastante generosos, para
poder visitar algunos lugares de estas ciudades donde el frío era bastante intenso.
109
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Zarpamos nuevamente y luego de navegar por el tormentoso Mar del Norte, nues-
tro destino sería el puerto de Dunkerque, Francia. Como en todos los puertos, los
grandes barcos, no atracan en los embarcaderos si no es por medio de un „prác-
tico‰ local quien al ser baqueano conocedor, muy experimentado de las aguas
del lugar y de las correspondientes cartas náuticas, puede conducir con seguridad,
el buque hasta ser amarrado en la dársena que se le asigne.

Algunos kilómetros antes de Dunkerque, nuestro barco debió detenerse, no sé


cuanto tiempo en espera del Práctico que finalmente llegó en un pequeño remol-
cador de los que luego deben remolcar al barco hasta acercarlo, al lugar deseado.

Al subir a bordo, el Capitán entrega el barco al Práctico quien bajo su total res-
ponsabilidad debe llevarlo a puerto, maniobra como pudimos comprobar, muy
lenta y delicada como es de imaginar pues el empuje de semejante mole de
acero causaría enorme daño en caso de un impacto. Naturalmente, la tecnología
moderna aplicada a la navegación tiene superado ampliamente este y otros pro-
blemas.

La experiencia de esta persona es notable, lo pudimos comprobar al observar las


cartas náuticas del lugar, sembradas de barco hundidos, de todo tipo y a poca
profundidad, consecuencia de uno de los episodios mas dramáticos de la Segunda
Guerra Mundial donde en 1940 fue escenario de la evacuación hacia Gran Bre-
taña de más de 330.000 soldados franceses y británicos ante el avance alemán.

Al día siguiente, ya en puerto, el Capitán nos comunicó por medio de un oficial,


que el barco tenía un desperfecto y cuya reparación dependería de recibir la pieza
mecánica correspondiente para reponer (cuestión de una semana). Luego obser-
vamos que un automóvil vino a buscarlo y según supimos iría a París por unos
días. París queda relativamente cerca, unos 250 km. en línea recta según nuestros
mapas. De manera que podríamos visitar algo de Dunkerque sin muchas preten-
siones, pues como hemos expresado, cada uno de nosotros tenía agotadas sus
reservas económicas debido al imprevisto de tener que comprar el pasaje de re-
greso que, en la Compañía Francesa teníamos pago.

Dunkerque era y sigue siendo, una ciudad portuaria perteneciente a Francia, si-
tuada a unos 10 km. de la frontera con Bélgica. Tiene una antigua historia de gue-
rra entre franceses, españoles e ingleses que disputaron su posesión. En 1662
pasó definitivamente a soberanía francesa, aunque fue base de gran número de
corsarios. Tiene historia en la Primer Guerra Mundial y más aún en la Segunda
Guerra donde fue escenario de la famosa operación „Dínamo‰ de evacuación de
tropas aliadas hacia Inglaterra que ya hemos mencionado.
110
BECA DE ESTUDIO

Nuestra visita se estaba produciendo en marzo de 1962, a poco de terminar la


Guerra, lo que nos permitió apreciar todavía vestigios de este horror difícil de ima-
ginar en toda su magnitud.

Actualmente Dunkerque es el tercer puerto más grande de Francia, después de


Le Havre y Marsella.

Regresó el Capitán. Enviaron el repuesto, se trataba del eje de la hélice de propul-


sión. Casi nada!!! Empezó la reparación, de manera que durante dos días y sus
noches el ruido de chapas, martillos, máquinas, perforadores, etc., era perma-
nente.

Zarpamos nuevamente, con rumbo hacia el famoso Paso de Calais para buscar
luego el Canal de la Mancha antes de salir a mar abierto: el Océano Atlántico.
No habría escala en los próximos días.

Pasamos frente a Calais. Allí se mide la menor distancia entre Francia e Inglaterra,
34 km. hasta Dover y por entonces era el paso mas utilizado comercialmente
desde tiempos remotos por medio del transporte marítimo, no sin problemas, por-
que la navegación en la zona tenía sus complicaciones.

Hoy existe, por debajo de la superficie del mar, el „Eurotunel‰, auténtica maravilla
de la ingeniería moderna. El túnel submarino conecta Calai/Coquelles (Francia)
con Folkestone (Inglaterra) por donde circula un tren de ida y uno de vuelta en
un recorrido total de 50 km. (39 bajo el agua) que se hacen en unos 35 minutos
de duración.

Como habíamos relatado, era habitual que compartiéramos la mesa en la cena


con el Capitán, que resultó ser un experimentado cocinero, actividad que en sus
ratos libres le encantaba practicar. Algunos de sus platos preferidos pudimos de-
gustar en distintas ocasiones.

En una oportunidad que cenábamos y disfrutábamos de sus amenas sobremesas


nos dijo: „Os gustaría saborear una paella, –pero paella! Como las que se hacen
en mi pueblo? Y que yo mismo prepararé en cuanto lleguemos a Vigo y pueda
comprar ingredientes realmente frescos‰.

Así fue, llegamos a Vigo, España al día siguiente.

Luego de las maniobras y los trámites de rigor desembarcamos con el Capitán a


quien acompañaba un ayudante de cocina del barco y nos dirigimos directamente
al mercado de pescado del puerto.Era increíble la actividad comercial y el afán
por colocar su mercadería de los encargados de cada puesto, mariscos y pescado
111
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

fresco diariamente provisto por una increíble cantidad de pequeños barcos pes-
queros que habíamos observado en nuestra travesía.

El Capitán y su ayudante, buenos conocedores del producto y de sus precios, en


poco tiempo llenaron sus canastas y regresamos al barco con la experiencia de
un ambiente típico de los puertos pesqueros.

El Puerto de Vigo se creó originalmente en época de los romanos cuando apenas


era una aldea dedicada a la pesca, por lo tanto puede exhibir una madura expe-
riencia en el ramo.

Son famosas las Rías Gallegas de Vigo por sus productos de la pesca que lo co-
locan en uno de los pioneros del mundo.

Después de la Segunda Guerra Mundial, no lejos de nuestra visita, la industria


pesquera floreció en este puerto con motivo de la gran demanda de proteínas
para alimentar a la destruida Europa.

Finalmente nuestro Capitán se calzó el atuendo de chef y procedió a la prepara-


ción de su paella vasca, debió ser porque según él, era de receta propia, que re-
sultó exquisita y pudimos compartir con los oficiales de a bordo y los cinco
pasajeros.

Zarpamos nuevamente, esta vez hacia mar abierto: el Océano Atlántico con des-
tino al archipiélago de las Islas Canarias, frente a la costa africana. Así luego de al-
gunos días de navegación, hicimos puerto en Las Palmas de Gran Canaria cerca
de donde hizo escala Cristóbal Colón el 9 de agosto de 1492 en su primer viaje
a América. Aquí Don Cristóbal tuvo que reparar el timón de La Pinta, pero también
cambió las velas originales de ésta nave, que eran triangulares, por otras de for-
mato cuadrado con lo que la convirtió en la carabela más veloz de la expedición
que, luego de otra escala, iniciaría la conquista de América.

Las Palmas fue fundada en 1478, es decir poco antes de la llegada de Colón, y
fue capital del archipiélago de las Canarias.

Originalmente fue importante por el cultivo y comercialización de la caña de azú-


car, no exenta de repetidos ataques de piratas, pero a partir de 1890 adquiere
importancia por ser instaurado como puerto franco con un régimen económico
especial que favorecía sus relaciones comerciales facilitando luego el desarrollo
del negocio turístico hasta el presente.

Vale la pena relatar un acontecimiento histórico relacionado geográficamente con


este lugar, que no significa, en manera alguna, abrir juicio favorable o no con los
112
BECA DE ESTUDIO

acontecimientos a que se refiere.

El 18 de julio de 1936, Francisco Franco, comandante militar de las Islas Canarias,


que había declarado el Estado de Guerra en las mismas, partió desde Las Palmas
hacia ˘frica iniciando así la sublevación que dio origen a la horrible Guerra Civil
Española.

Lo mejor de este lugar Las Palmas de Canarias es su clima, uno de los mejores
del mundo, por su escasa altura sobre el nivel del mar (unos 8 m.) y el efecto di-
recto de los vientos alisios y las corrientes marinas propias del Trópico de Cáncer
próximo.

Luego de disfrutar en estas islas, de su clima y sus bellezas, vendría la travesía del
atlántico sin escalas hasta el continente americano, siempre con la misma vista,
el mismo mareo. No tanto como el de ida, porque en este barco los camarotes
estaban situados en la parte superior del barco. El tiempo pasa lento igualmente,
salvo que ahora contábamos con una discreta biblioteca de los oficiales que tenía
muchos temas de lectura sobre todo referidos a la Segunda Guerra Mundial.

En esta parte del viaje que estimo, duró un par de semanas, no faltaron algunos
episodios de los cuales sólo recuerdo unos pocos. En la biblioteca del barco que
hemos mencionado, había una buena colección referida a la fauna marina de muy
interesante lectura y donde naturalmente existía algún capítulo dedicado a los dis-
tintos tipos de tiburones, sus aspectos biológicos, distribución en los mares del
mundo, etc.

A raíz de esta lectura y el comentario con parte de la tripulación, no faltó entre


estos la referencia respecto de algunos episodios de pesca en tiempos pasados y
la defensa que de estos formidables animales hacia el personal de cocina del
barco, ya que consumen todo lo que ellos tiran al mar dejando a este libre de ba-
sura. Estos grandes escualos siguen continuamente el barco a una prudente dis-
tancia.

Finalmente pescaron un magnífico ejemplar que colgado por la aleta caudal con
ayuda de un aparejo, no medía hasta su nariz, menos de dos metros. Al proceder
a vaciar su estómago, los marineros empezaron a reconocer objetos de los más
diversos, aparte de alimentos, que habían sido arrojados al mar recientemente.

Esta experiencia fue única, especialmente para los que provenimos de tierra aden-
tro, pues nos permitió comprobar la potencia de estos animales, el tamaño y filo
de sus dientes que sólo habíamos visto en el museo de Ciencias Naturales de nues-
tra Facultad. Llegué a una reflexión: me parecen más tranquilos nuestros ríos y arro-
yos serranos, mientras no crezcan abruptamente, que los mares azules del Caribe.
113
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Faltando poco menos de una semana para arribar a nuestro destino, Buenos Aires,
el Capitán nos invitó a un asado tradicional que se realizaba sobre la cubierta del
barco en el que participaba toda la tripulación y los pasajeros, siendo sin costo
alguno salvo la bebida. Concurrimos a cubierta a la hora indicada y nuestra sor-
presa fue mayor al contemplar este „súper asado‰ donde podía admirarse un es-
pectáculo „campestre‰ con la mayor variedad de carnes y en gran abundancia,
que era imposible consumir por todas las personas del barco.

Como nos llamó la atención tal desproporción entre comida y personas presentes,
le preguntamos a un miembro de la tripulación cuál era el motivo de la misma.
„En cada viaje antes del regreso tratamos de achicar la provisión de alimentos de
nuestra cámara de frío, pues si no se consume, al próximo viaje, nos restringen el
pedido‰. Lo que sobró, que fue casi todo, lo aprovecharon nuestros amigos los ti-
burones. Estamos relatando algo que sucedió hace medio siglo en la Marina Mer-
cante Argentina y que comprobamos personalmente, como que no se justifica
que un viaje de transporte desde Europa haga escala en los distintos puertos por
mas tiempo del necesario, atento a que se paga estadía del barco, sueldo diferen-
ciado del personal, etc. con lo que el viaje terminó durando un mes o más, creo
yo, injustificadamente.

Multiplíquese, esto por todos los barcos de la flota de la Institución y por otros
rubros de otras instituciones y por los negociados y por el desprecio con que se
trata la riqueza de nuestro país y veremos por qué retrocedemos.

A medida que transcurría el tiempo y se acortaba la distancia de nuestro regreso,


aumentaba progresivamente nuestra ansiedad.

Días antes del arribo, mientras desayunábamos, se acercó un oficial para darnos
la noticia que en el puente de mando estaban recibiendo información de radio
„Carve‰ de Uruguay que el 29 de marzo un golpe militar había derrocado al Pre-
sidente de la Nación Argentina, Dr. Arturo Frondizi y que este estaba detenido
en la Isla Martín García.

Una noticia de este tipo era lo que nos faltaba para acelerar nuestra necesidad
de volver a casa especialmente, porque las pocas noticias radiales que llegaban a
nuestro barco eran contradictorias y anunciaban bombardeos, víctimas, evacua-
ciones y otras calamidades que no hacían más que mantenernos en el comentario
de la posible situación del país. Algunos tripulantes hablaban que no podríamos
desembarcar. Tengamos en cuenta que hace 50 años no había celulares ni Inter-
net, ni otros medios de comunicación como los hay ahora y por lo tanto sin des-
embarcar no podríamos comunicarnos con nuestras familias.
114
BECA DE ESTUDIO

El derrocamiento de Frondizi no era extraño, porque todos recordamos la influen-


cia que por esos años ejercían las Fuerzas Armadas sobre el poder civil, aunque
no lo hacían por sí, sino siempre estaban los políticos que se mantenían afuera
del poder civil para movilizar la voluntad de las armas.

Así y todo, Frondizi fue uno de los presidentes que pudo movilizar con profundi-
dad algunos conceptos de la economía y de la educación como el caso de los
contratos petroleros y otros, lo que le valió transitar sobre la „cuerda floja‰. Así es
que sufrió 26 asonadas militares y 6 intentos de golpes de estado, hasta que final-
mente pasó lo de siempre.

Llegamos a puerto, desembarcamos, hicimos aduana y no pasó nada, cuando


más observamos algún soldado apostado tras unas bolsas de arena. Ante nuestro
asombro nos fue posible informarnos que durante el golpe militar ni tampoco des-
pués del mismo, no se había disparado un sólo tiro y que por lo tanto, la angustia
que nos tocó padecer, no tenía asidero. El Dr Frondizi fue derrocado y hecho pri-
sionero, eso sí era cierto y también supe después que se entregó no sin antes pro-
nunciar sus célebres palabras: „No renunciaré, no me suicidaré, no me iré del
país‰. Y así terminó otro episodio de nuestra frágil historia democrática.

Luego de regresar a nuestros hogares y retomada la actividad docente, preparé


un informe al Decano de la Facultad detallando la gestión realizada y la experien-
cia recogida en este primer viaje de fin de carrera que luego sería continuando
con una organización de otro carácter.

El H. Consejo Directivo en sesión del 17 de octubre de 1962 resolvió aprobar el


informe presentado y reconociendo el significado de esta gesta académica a favor
de nuestra Facultad y de la Universidad misma.

CITA S
1) RODRIGUEZ, Leopoldo Fernán. Ingeniero Agrimensor de la Univ. Nac. de Córdoba
1963. Geodesia y Geofísica UBA. Licenciado en Ciencias Políticas. Lic. En Ciencias de
la Información y Lic. En Ciencias de la Educación. Ciencias Políticas (Univ. Aut. México).
Master en C. Políticas. Ocupó cargos directivos en el área de Geodesia y Gravimetría
del IGM Argentina y realizó la campaña Antártida Argentina 1972 (Topo-Gravimetría).
Ejecutó diversos trabajos relacionados con su especialidad. Ex Secretario General del
IPGH (Instituto Panamericano de Geografía e Historia- México). Gerente de Panameri-
can Book Inc. 2005 . Está radicado actualmente en EEUU.

115
116
6. LOS COMIENZOS

En las vacaciones de verano de 1947, es decir a partir de enero de 1948 conseguí


un trabajo como topógrafo para medir y amojonar parcelas en unos nuevos loteos
que se realizaban en la zona de Potrero de Garay, en el camino, me dijeron, a
Santa Rosa de Calamuchita.

Para esa época ya había cursado mi segundo año en la Facultad y por lo tanto mi
materia favorita, Topografía, a la que dediqué todo mi empeño adquiriendo en
consecuencia una buena formación, tanto teórica como práctica, orientada en la
incomparable inspiración del Prof. Juan Jagsich, a quien me he referido en otro
lugar de estas memorias, y a la siempre justificada disciplina de sus ayudantes pro-
fesores Racagni y Lauría a quienes también haré referencia oportunamente.

De manera que se trataba de salir a campaña en los primeros días de enero de


1948 para trabajar durante todo el verano en aquel lugar para mí desconocido
pero que luego describiré, como así lo haré con las personas de quien dependía
y quienes fueron mis compañeros de tareas; al menos de los que recuerdo.

Potrero de Garay, según me informé previamente a mi partida, en la Dirección


General de Catastro, era por entonces una gran estancia de aproximadamente
20.000 ha. que pertenecía a la familia Garay. Después de varias transferencias, en
1946 fue vendida a la „Compañía Central Inmobiliaria‰ que sería la propietaria
de los loteos que me tocaría amojonar.

Es interesante hacer aquí alguna acotación respecto del destino histórico de este
inmueble: entre 1920 y 1940 la estancia habría pertenecido a Eckar Tuctzer. Era
conocida como „Potrero de Tuctzer‰ donde el Ejército Argentino realizó sus ma-
niobras militares anuales durante varios años y tomó alguna relevancia anecdótica
entre los soldados conscriptos.

Años después entre 1958 y 1968, estas maniobras militares pasaron a realizarse
en „Pampa de Olaen‰ estancia perteneciente a la Fundación del Hospital San
Roque de Córdoba. Posteriormente, y por suerte, suspendidas estas prácticas, la
Fundación adjudicó en distintas fracciones a productores agrarios con lo que por
esta época sus 29.000 hectáreas quedaron en manos de 33 arrendatarios dedica-
dos a la producción agropecuaria.

La Compañía Central Inmobiliaria, como hemos dicho, según recuerdo, pero no


117
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

me consta, estaría integrada por no más de veinte socios entre los cuales figuraba,
decían, Juan Duarte, hermano de Eva Duarte, que tampoco me consta.

Lo cierto es que en 1944 el Presidente de la República General Edelmiro J. Farrell


en un acto público colocó la „Piedra Fundamental del futuro „Complejo Hidro-
eléctrico Los Molinos‰. El proyecto de esta gran obra estaría encomendada a Fitz
Simon cuyos objetivos básicos constituían un complejo de diques y otras obras
de ingeniería que luego podemos mencionar esquemáticamente.

Lo primeros valores que asignaron al principal lago proyectado, hoy Los Molinos,
era un espejo de agua que ocuparía unas 2.500 ha. de tierras pertenecientes al
original Potrero de Garay.

Resulta entonces, con algún fundamento, deducir que si la Compañía Central In-
mobiliaria, teniendo alguno de sus integrantes vinculados al Gobierno, conocía
de antemano estos proyectos y por eso adquirió la propiedad precisamente en el
año 1946.

Así es que le fueron expropiadas más de 1.000 ha. para ser ocupados por el futuro
lago y dedicó el resto a fraccionamientos que como veremos se vendieron como
el „pan caliente‰. (Fig. 10).

Como veremos más adelante el Dique Los Molinos se inauguró en 1953 de manera
que a la época de nuestra actuación,1948, el Lago de los Molinos no existía.

La Compañía Central Inmobiliaria, había contratado con el Ing. Fernando Meijide


todos los trabajos de urbanización de la zona adyacente a la que ocuparía el em-
balse del lago y que significaban quizás más de mil hectáreas. Fernando Meijide
encargó a su vez la conducción técnica de la tarea a su hermano Alberto Meijide,
Arquitecto y Agrimensor radicado en esta ciudad de Córdoba.

Alberto Meijide se ocupaba personalmente en el proyecto de una serie de hoste-


rías programadas para la urbanización (Fátima, La Entrada, etc.) y la parte de Agri-
mensura es decir los loteos los había derivado a un grupo de topógrafos egresados
de la Escuela Anexa a la Facultad de C.E.F. y N. de la U.N.C. de aquel entonces,
entre los que recuerdo a los hermanos Julio y Edmundo Molina.

En ese grupo ingresé como operador de campo para el replanteo ó amojona-


miento de las parcelas que resultaban de las fracciones que sistemáticamente
se presentaban y eran aprobados por la Dirección General de Catastro de la
Provincia.

Los esquineros de manzanas ya estaban materializados con anterioridad pues esa


118
LOS COMIENZOS

Fig. 10 - Plano de la Provincia de Córdoba

119
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

era tarea que realizaban personalmente los topógrafos Molina, luego que los pla-
nos de cada loteo hubieran sido aprobados.

Es muy probable que a esa época, todavía el parcelamiento de tierras fuera poco
exigido por las reparticiones idóneas del Estado, sobre todo en cuanto se refiere
a detalles urbanísticos, uso del suelo, impacto ambiental etc., pues la ley que or-
denó realmente esta actividad en la Provincia se sancionó recién el 28 de setiem-
bre de 1949 (Ley 4146- B O 8/10/49), que entraría en aplicación práctica poco
tiempo después, de manera que resultaba urgente aprobar los mencionados lo-
teos sin sus exigencias.

Hasta entonces, se habían cometido muchos abusos con el parcelamiento de tie-


rras que nunca pudieron controlarse debidamente llegando a realizarse „loteos
fantasmas‰ donde jamás algunos propietarios pudieron ubicar su parcela y termi-
naron por guardar su escritura en la „caja de los recuerdos‰.

No sería el caso del loteo que nos ocupa, porque, como veremos luego, llegó a
ser un conjunto de villas serranas de serena hermosura y no poco valor econó-
mico.

Regresando a nuestro relato original, los hermanos Molina pasaron por la pensión
donde yo vivía en la calle Artigas al 200, en su Ford „A‰ mod. 30 en el que aco-
modamos todo mi equipo de campaña, viajando luego a Calamuchita por la Ruta
Nacional hacia Santa Rosa hasta llegar al primer loteo ejecutado, donde ya estaba
terminada la „Hostería de la Entrada‰ parte del proyecto de urbanización como
veremos y centro de operaciones en campaña de los Meijide.

Allí realizamos una parada para almorzar y proveernos de algunos equipos de


campaña como catres, faroles „sol de noche‰, insecticida, bolsas de dormir, jalo-
nes, cintas de medición, estacas de madera, herramientas, etc.

Hemos señalado antes que el programa de urbanización de la zona a cargo de


Alberto Meijide comprendía ente otras cosas, la construcción de hosterías de las
cuales, al momento que nos ocupa, es decir el verano de 1948, estaba terminada
la NÀ 1 llamada „Hostería de la Entrada, hoy Hotel del Lago Villa Ciudad de Amé-
rica. En construcción la NÀ 2, hoy Hotel Fátima sobre la Ruta Nac. NÀ 5 y la NÀ 3,
en construcción también pero sólo con una parte cubierta ubicada en el interior
de lo que hoy es Potrero de Garay cerca del Río San Pedro. Este era nuestro des-
tino como centro de operaciones pues se encontraba ubicada próxima a la zona
de trabajo.

Esa obra en construcción estaba en una etapa apenas habitable pues sólo tenía
paredes y la primer losa del techo, sin carpintería, ni pisos. A los efectos de utilizar
120
LOS COMIENZOS

el espacio como campamento, el capataz de la obra había dispuesto preparar lo


que sería el espacio de recepción de la futura hostería, bastante amplio, pero todo
abierto, con paredes sin revocar todavía y otras características propias de las casas
en construcción. No obstante, el piso de tierra fue prolijamente apisonado y las
aberturas cubiertas con maderas y cartones a falta de la carpintería aún no prevista
en la obra. No tenía tampoco instalación eléctrica por lo que contábamos con al-
gunos faroles a kerosene, lámparas a mechero y naturalmente velas.

No he mencionado todavía quienes eran mis compañeros de tareas en el „replan-


teo‰ y amojonamiento de lo lotes que se realizaban con estacas de madera cla-
vadas directamente sobre el terreno.

Seguramente me olvidaré de alguno de ellos por lo que pido disculpas, donde


sea que se encuentren, porque jamás supe de ellos. Fueron excelentes compañe-
ros y amigos de un verano completo.

Sólo recuerdo en este momento a González, Jones y Figueroa. Ninguno de ellos


tenía conocimiento como para medir una línea topográfica en el terreno y mucho
menos conceptos básicos de colocar en línea varios puntos. Sus actividades pro-
venían de otros campos: uno era empleado de correo, otro creo que era emple-
ado de la Caja Nacional de Ahorro y el tercero no recuerdo, pero seguramente,
nada que ver con la topografía.

De manera que siendo el único con conocimientos necesarios pues, como dije,
ya había cursado Topografía I en la Facultad, estaría en condiciones de resolver
los problemas que presenta la planimetría con alineaciones exactas y en muchos
casos planimetría sencilla con alineación a simple vista de jalones, la medición de
líneas con cinta y la medición progresiva y replanteo de los lotes de cada manzana
con los planos en la mano partiendo siempre de los mojones esquineros ya exis-
tentes.

En consecuencia, siendo todos jóvenes instruidos y muy inteligentes, no fue nada


difícil improvisar en poco tiempo un buen grupo de operadores de campo que
pudieran responder a las exigencias que presentaban los plazos de ejecución de
las tareas programadas.

Esto era así porque los lotes se comercializaban en Buenos Aires como si existiera
el lago y la demanda era tan grande que recibíamos una presión permanente por
parte de los vendedores para ubicar los lotes ofrecidos.

Cada jornada se iniciaba temprano hasta que el sol del medio día de pleno verano
obligaba a la necesaria suspensión para el almuerzo y un descanso y continuar
luego hasta el atardecer.
121
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Así cada día pasó todo el verano de 1948 y continuó al año siguiente en que no
pude ser de la partida porque me tocó cumplir con el servicio militar obligatorio
que ya había venido postergando y no tenía más prórroga.

Alguna anécdota tenemos que introducir en este relato que nos viene claramente
a la memoria. Recordemos la descripción del espacio destinado al campamento
en esta hostería incipiente en medio de la zona loteada, pero totalmente desierta,
que con piso de tierra y paredes todavía sin revocar y algo de escombros, servía
de dormitorio donde se habían alineado todos los catres de campaña que ocupá-
bamos cada uno de nosotros. No había en el recinto otro mobiliario que no fuera
la „cucha‰ de un hermoso cachorro „Doberman‰ como de un año que había tra-
ído uno de los muchachos al campamento.

Por las noches, después de cenar, generalmente asado, que preparaba el personal
asignado a la obra, solíamos reunirnos alrededor de un buen fogón, donde no fal-
taba alguna guitarra y la correspondiente sección de cuentos y comentarios di-
versos entre los que los lugareños trataban algunas veces de hacer gala de sus
conocimientos de la fauna local, que siempre exageraban un poco, ante el audi-
torio de jóvenes provenientes de la gran ciudad, que seguramente desconocían
las costumbres y „peligrosidad‰ de los „bichos‰ de la zona.

Una tarde, luego de terminadas las mediciones, llegamos al campamento y mien-


tras precedíamos a nuestra higiene y entre risas y comentarios propios de gente
joven, alguien, advirtió la presencia en medio de la habitación de una respetable
„yararበque se desplazaba rápidamente hacia un costado. Traigan una pala!! Cui-
dado con el perro!!

El „bicho‰ fue más rápido y se metió en un hueco del cimiento de piedra que no
tenía revoque. Hay que regar con agua con ajo!! No! con „creolina‰; No, hay que
hacer humo para que salga. Todas fueron conjeturas y opiniones que naturalmente
no conducían a nada porque se sabe que cuando una serpiente busca un lugar
que seguramente era su hábitat es muy difícil sacarla del mismo. Pero el problema
era que ese hueco quedaba justo en la zona de emplazamiento de los catres y
luego tendríamos que venir a dormir con la yarará de compañía. Después vino la
hora del asado y de la sobremesa donde no se interrumpió el comentario de la
víbora, tema que daría letra más que suficiente a los lugareños para el relato de
„sucedidos‰, algunos de los cuales no eran muy agradables, dadas las circunstan-
cias. Y llegó la hora de dormir. Eso significaba entrar al cuarto dejar la ropa sobre
el catre, pero las botas en el suelo y luego a alguien le tocaría apagar el farol que
quedaba colgado con un alambre de una viga.

No fue fácil determinar quién tendría que regresar al catre descalzo, en medio de
122
LOS COMIENZOS

la oscuridad pensando en la yarará que se había escondido a dos metros de dis-


tancia.

Finalmente, alguno lo hizo. Tardamos bastante en dormirnos. Sólo luego de reno-


vados comentarios en medio de la oscuridad.

A mitad de la noche un grito de alguno de nosotros. Despierten!! Despierten!!


que algo frío me tocó los pies. El alboroto fue general y como casi todos éramos
fumadores, buscamos fósforos en nuestros bolsillos pero con los nervios nadie
encontraba nada. Que alguien encienda el farol!! Difícil encontrar un voluntario,
en tales circunstancias nadie quería poner pie en tierra. Finalmente regresó la
calma y nada estaba fuera de lo normal.

Seguramente sucedió que el sujeto de este incidente, uno de los muchachos de


nuestro grupo, que no recuerdo ahora cual de ellos era, tenía por costumbre,
como la mayor parte de nosotros, trabajar en el campo durante la mañana vis-
tiendo sólo un pantalón corto, con el torso descubierto. Este compañero había
exagerado un poco su exposición al sol en esos días previos y estaba bastante
„ardido‰, tanto en las piernas como en la parte superior, a raíz de lo cual dormía
casi descubierto por el ardor de las quemaduras.

Seguramente el Doberman, que tenía una altura suficiente para llegar a la del
catre, lo tocó con su nariz fría, ya que andaba siempre husmeando durante la
noche, y ese fue el gran susto, fogoneado por el ambiente creado durante el día
anterior y el instante de conciliar el sueño.

No tengo memoria que pasó finalmente con la yarará, pero nada importante había
sucedido por lo menos mientras duró la campaña.

Todo el verano estuvimos haciendo alineaciones y colocando estacas de madera,


para que pudieran ubicarse los lotes que se vendían masivamente en Buenos Aires
como resultado de una inteligente programación publicitaria donde no faltaban
las imágenes del futuro lago de Los Molinos.

El resultado final de este emprendimiento hoy está a la vista, con hermosas villas
serranas aún no totalmente pobladas habiéndose cumplido con el plan de la gran
obra Hidroeléctrica programada. No sucedió lo mismo, creo, con el plan urbanís-
tico de la Compañía Central Inmobiliaria, seguramente por la promulgación, como
hemos indicado, de la Ley 4146, cuyas exigencias desalentaron en no poca me-
dida los fraccionamientos de zonas ubicadas fuera de los radios municipales.

En cuanto al Complejo Hidroeléctrico Los Molinos, podemos recordar que el


dique se inauguró el 23 de octubre de 1953 (se inició en 1949), ocupando el em-
123
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

balse unas 2.500 ha., espejo de agua éste que pasó a concretar las expectativas
de belleza auguradas para estos emprendimientos urbanísticos.

Naturalmente, el Complejo Hidroeléctrico de que se trata no se reduce al Dique


Los Molinos solamente, sino que comprende túnel NÀ 1 - Central Los Molinos -
Dique La Quintana - túnel NÀ 2 - Central Los Molinos 2 - En conjunto estas estruc-
turas aprovechan el agua del río Los Molinos para generar energía eléctrica y
proveer de agua a todo el sector sud de la Ciudad de Córdoba con un aprove-
chamiento parcial, en este sentido aunque tal vez podría ser una de las soluciones
a la insuficiente provisión de agua potable de la Ciudad Capital si se concreta el
postergado mejoramiento y ampliación del canal Los Molinos - Córdoba que las
rencillas de nuestros políticos mantienen paralizado.

124
7. ALTAS CUMBRES

A mediados de 1961 entre la Provincia de Córdoba y el Gobierno de la Nación


se había tomado la decisión de construir una ruta turístico-comercial de alta tec-
nología para unir la Ciudad de Córdoba con el Valle de „Traslasierra‰ a través de
Pampa de Achala formando así parte del Corredor Interoceánico Atlántico-Pacífico
o Argentina- Chile.

Naturalmente, se trataba de reemplazar el viejo camino de los „puentes colgantes‰


trazado desde Carlos Paz, Icho Cruz, Copina, El Cóndor, Mina Clavero, etc., que
fuera magnífica obra de ingeniería construida a principios del siglo pasado, pero
que resultaba inadecuado a las exigencias del transporte vehicular moderno.
(Fig.10).

La necesidad de proyectar una nueva ruta, acorde a las exigencias técnicas im-
puestas para el traslado de carga pesada cruzando el macizo orográfico mas im-
portante de la provincia imponía al menos, pendientes máximas constantes, radios
de curvatura limitados, mínimo desarrollo longitudinal y otras exigencias propias
de la ingeniería especializada, por lo que la factibilidad técnica resulta el primer
paso de tan monumental proyecto.

Esto exige necesariamente, contar con una adecuada cartografía topográfica en


la que puedan diagramarse las posibles factibilidades técnicas, hasta la elección
de la más conveniente y a partir de ella la confección del proyecto de ingeniería
definitivo.

A tales fines la Dirección Provincial de Vialidad de Córdoba contrató con la Em-


presa C.A.R.T.A. S.A. (Compañía Argentina de Relevamientos Topográficos y Ae-
rofotogramétricos), el „Relevamiento para el trazado del camino de Córdoba a
Villa Dolores y Red Serrana‰, etc.

La empresa CARTA S.A. tenía su origen en la ciudad de Florencia, Italia, con am-
plia experiencia en relevamientos topográficos para obras de Ingeniería de dis-
tintas partes del mundo y desde algunos años realizaba trabajos en América del
Sud, con oficinas, gabinetes fotogramétricos, aviones y equipos en la Ciudad de
Buenos Aires.

Las tareas se iniciaron a principios de 1962 y consistían básicamente en el releva-


miento aéreo de 9.620 km2 a escala 1/20.000 y la restitución a la misma escala
125
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

de 2.681 km2 con la entrega de cartas con curvas de nivel cada 25 m. de equidis-
tancia sobre las cuales se determinaría la factibilidad técnica del camino a pro-
yectar.

El Jefe de la Comisión de Estudio fue el Ing. Edilio Demo, conocido e inolvidable


Profesor de nuestra Facultad de Ingeniería. Me tocó en suerte desempeñarme en
esta oportunidad como Director Técnico de la Empresa CARTA en estos trabajos.

Como es natural, se programaron los vuelos fotogramétricos, luego del apoyo


topográfico de los mismos, la restitución y la confección de 19 hojas a escala
1/20.000 como estaba previsto, las que fueron entregadas a los ingenieros pro-
yectistas en marzo de 1963.

Estos, los ingenieros especialistas en caminos, dirigidos por el maestro Ing. Demo,
trazaron, con el auxilio de las curvas de nivel, tres posibles trazas de la ruta respe-
tando las exigencias técnicas impuestas de antemano.

Es probable que las reuniones técnicas para discutir la elección de la traza más
conveniente hayan ocupado largas horas de distintas opiniones, seguramente con
la participación de Ingenieros de Vialidad Nacional expertos en el tema o de la
Universidad Nacional, lo ignoro, pero si sé que se tomó la decisión mas acertada,
definiendo un trazado no tan corto pero libre de túneles y otras obras de ingenie-
ría muy costosas, según lo que me explicó el Ing. Demo.

Así las cosas, los proyectistas necesitaban ahora cartografía topográficas a mayor
escala de la zona ocupada por la traza elegida, encargándose a la empresa CARTA
la restitución fotogramétrica de las mismas vistas aéreas obtenidas a escala
1/20.000 para obtener cartas topográficas a escala 1/5.000 con curvas de nivel
cada 5 m. en una extensión de 40 km.

Aquí el problema de la restitución fotogramétrica era para esa época bastante exi-
gente porque se utilizaban instrumentos de restitución analógicos de I orden que
exigían una buena densificación y exactitud de puntos de apoyo terrestre.

Para hacer estos trabajos de campo, CARTA solicitó mi colaboración, la que


acepté con mucho placer no sólo por la consideración de la Empresa hacia mi
persona, sino porque se trataba de un desafío de tipo profesional en el campo de
la Agrimensura que por aquellos años era poco común, pues la fotogrametría
aérea estaba en manos del Instituto Geográfico Militar y en uno que otro instituto
especializado de la capital.

Naturalmente, sin el apoyo de campo no se podía iniciar la restitución, así es que


había suma urgencia en hacer la tarea. Tenía que buscar un colega para compartir
126
ALTAS CUMBRES

el trabajo de campo de por sí, bastante grande, todo el cálculo y compensación


lo haría CARTA en Buenos Aires, eligiendo compartir la tarea con el mejor: Agrim.
Tito Livio Racagni, por entonces compañero en la docencia del Departamento
de Agrimensura de la Universidad Nacional de Córdoba, con quien hemos reali-
zado otros trabajos cuya capacidad y criterio técnico serían garantía de la delicada
operación.

Describiré brevemente en que consistía el trabajo de campo para no abusar de la


paciencia del lector pasando por alto muchos aspectos técnicos del mismo.

Fue necesario establecer tres bases de apoyo: una al principio del tramo de 40 km.
a restituir, otra al final y otra más o menos a la mitad. Cada base está formada por
5 puntos con coordenadas planimétricas y altura, referidos todos al mismo sis-
tema, desde las cuales se fijarán puntos de apoyo fotogramétrico (PAF) que se
identifiquen en los fotogramas y sirvan para fijar la aerotriangulación instrumental
(metodología de esa época).

La primera base quedó establecida en la zona alta de la Pampa de Achala, vale


aclarar que estas bases fotogramétricas de apoyo terrestre no se miden lineal-
mente sino que se obtienen por diferencia de coordenadas de puntos PAF, los
que a su vez se fijan por intersección inversa de puntos conocidos. Si hubiésemos
dispuesto en esa época de la tecnología G.P.S. los puntos de coordenadas cono-
cidas serían los satélites utilizados y naturalmente, otro hubiese sido el procedi-
miento de fijación de las bases.

Utilizamos puntos trigométricos existentes, de los cuales el más importante se en-


cuentra en el „Cerro Trinidad‰ en la cota 2.354 m. ubicado muy cerca del casco
de la Estancia La Trinidad.

En esta Estancia era encargado el Sr. Bustos, lamentablemente no recuerdo su


nombre de pila, criollo muy servicial como todos los serranos, quien nos brindó
alojamiento mientras realizamos las mediciones de vinculación en nuestro cua-
drilátero, que sólo eran angulares, requiriendo para ello un buen teodolito, un
buen señalamiento, un buen par de caballos para acceder a los cerros pero, sobre
todo, una buena visibilidad. Y ese era, precisamente nuestro problema, porque si
bien no hacia frío por ser verano, en las altas sierras las tormentas se forman de
la nada y cuando empieza a llover y luego amaina, sigue la niebla y vuelve a llover,
realmente, se torna desesperante.

Esta primer base, como hemos expresado, era un cuadrilátero de unos 3,2 x 2,0
km. con centro en un punto trigonométrico existente de cota 2.358,27 m. (1), por
lo tanto, esta era la estación central de observación angular donde se realizaría el
127
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

mayor número de mediciones por el „método de rumbos‰ con un teodolito de


segundos.

Mientras Racagni estacionaba el instrumento con la prolijidad que le era propia,


yo me aprestaba a ordenar la libreta de campo buscando un lugar cómodo para
escuchar con seguridad los valores dictados siempre interferidos por el infaltable
viento de la montaña. Desensillé mi caballo y armé un lugar lo más cómodo y
resguardado posible para permanecer horas aprovechando al máximo la claridad
y la posibilidad de tener que suspender la medición ante una tormenta imprevista
pero muy habitual.

Está grabada en mi memoria la vista del cielo profundamente azul, límpido, ta-
chonado con nubes blancas como grandes algodones y surcado por aves negras
y grises, que siguiendo las corrientes de aire ascendentes llevaban siempre sus
alas extendidas como planeadores y pasaban muy cerca de nosotros, a baja altura.
Que no era en realidad tan baja pues estábamos encima de los 2.300 m. sobre el
nivel del mar. No recuerdo bien, pero posiblemente, algunas de estas aves hayan
sido cóndores porque relativamente cerca esta la „Quebrada del Condorito‰, (hoy
parque nacional) y porque nadie molestaba a estos magníficos ejemplares por
aquellas épocas, ya que no estaba fomentado el turismo, ni habían comenzado
las explosiones de dinamita. Tampoco el hombre como principal depredador se
ensañaba demasiado en su obra destructora porque el acceso a esas zonas no
era cosa fácil.

Terminadas con éxito las mediciones, debíamos prepararnos para partir hacia una
zona intermedia antes de la segunda base, donde era necesario relevar algunos
puntos de apoyo fotogramétrico secundarios, cerca de la „Quebrada del Condo-
rito‰. A tal fin y con la mediación del Ingeniero Edilio Demo podíamos alojarnos
en las casillas que Vialidad Provincial tenía instaladas en la „Estancia San Miguel‰.

En ese mismo lugar había instalado campamento un Destacamento de Ingenieros


del Ejército Argentino procedente de Mendoza que, por un convenio firmado con
Vialidad Provincial se encargaría de abrir un camino de acceso de las Comisiones
de Estudio hacia la „Quebrada del Condorito‰. Solía decir con gracia el Ingeniero
Demo que los militares, muy difíciles de cambiar en sus decisiones, consumieron
tanta dinamita en un tramo secundario como la que se empleó en el camino prin-
cipal. Yo creo que entonces fue cuando los cóndores desaparecieron completa-
mente de la zona (felizmente ahora están siendo recuperados).

Hay una distancia aproximada de 10 km. en línea recta hacia el S.E. desde la Es-
tancia La Trinidad en la que estábamos alojados y unos 15 km. siguiendo un pre-
cario camino, más bien una huella, que une ambas estancias, con algunos pozos,
128
ALTAS CUMBRES

arroyos y otros obstáculos no menores a sortear.

Dispuestos a partir al día siguiente y teniendo todo ordenado, tratamos de des-


cansar. En eso estábamos cuando un „chingolo‰ de la pampa empezó a trinar.
Me pareció haber escuchado a mis mayores que su canto anunciaba buen tiempo,
menos mal pues eso era fundamental en la sierra.

Amaneció lloviendo, y pese a los consejos de Don Bustos, decidimos correr el


riesgo ya que no era más que una persistente llovizna combinada con un poco
de neblina y nuestro Jeep, de la fábrica Kaiser con tracción simple desarrollado
en Córdoba, hoy Renault, tendría que andar bien. A poco de andar nos vimos
obligados a regresar ya que la floja capa de tierra negra sobre el manto de piedra,
que es la característica de la Cumbre de Achala, se convierte en un jabón cuando
caen unas pocas gotas de lluvia.

El mal tiempo duró no menos de 5 días, pero cada jornada cantaba el „chingolo‰,
así que llegué a la conclusión que se alegraba con el mal tiempo.

Por supuesto, ya no teníamos qué leer de la pequeña biblioteca que había en el


comedor y de repasar una y otra vez el plan del sistema de apoyo terrestre pre-
parado por los técnicos fotogrametristas italianos que harían la restitución.

Lo que no puedo olvidar es la imagen de un enorme cóndor embalsamado que


con sus enormes alas desplegadas pendía del techo, justo al centro de la mesa
del comedor. Que imponente animal, que belleza!

Finalmente, amainó la lluvia, aclaró y salimos a luchar con los charcos y los arroyos
para llegar al campamento donde realizamos nuestras mediciones, pero no sin
mediar otros días de niebla encerrados en una casilla de madera.

Felizmente, iniciamos el descenso de la montaña hacia la segunda base en la zona


del Observatorio Bosque Alegre, a unos 1.000 m. de altura s.n.m., desde donde
se fijarían una cantidad de puntos de apoyo fotogramétrico (PAF), previamente
programados.

Esta segunda base estaba vinculada a algunos puntos trigonométricos del Instituto
Geográfico Militar y otros, entre los que eran de destacar el Observatorio Bosque
Alegre, „Mogotes de los Congos‰ (campo del Tercer Cuerpo de Ejército Córdoba)
y especialmente Miryam Stefford, (2), cuyo monumento a unos 25 km. de distan-
cia, se observaba en la imagen del anteojo del aparato como una mosquita in-
quieta, producto de la reverberación del aire que hacia crecer el error de apunte.

Los puntos de apoyo fotogramétrico quedaban en su mayoría dentro de las es-


129
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

tancias „San Bernardo‰ al noroeste de nuestra base, „Bosque Alegre‰ y „Santa


Rosa‰ un poco más cerca.

Vale recordar algún episodio típico del que no pocas veces suele ser actor el agri-
mensor en sus operaciones de campaña, sobre todo al momento de fijar el límite
de propiedad o de jurisdicción.

La Estancia San Bernardo tenía por entonces unas 10.000 has. con abundantes
aguadas, buenas pasturas naturales y valles abrigados a los rigores del invierno
de la montaña de media altura. Contaba, según decían lugareños, con unas 5.000
cabezas de ganado Aberdeen Angus. Esa estancia pertenecía a un Señor Shore
(no estoy seguro si se escribe así), quien por los años 40 era propietario de un
balneario con pistas de baile ubicado cerca de lo que hoy es el „intercambiador
de la 14‰ sobre la avenida circunvalación, en el Cerro de las Rosas.

La Dirección Provincial de Vialidad nos había provisto de una documentación en


la cual constaba que trabajábamos en el proyecto de la nueva ruta y en conse-
cuencia solicitaba a los propietarios de campos su colaboración a esos fines. Así
las cosas, nos presentamos a la entrada de la estancia San Bernardo cuya gran
tranquera estaba prácticamente clausurada con un enorme candado, una gruesa
cadena y un no menos intimidatorio cartel: Peligro!!! Prohibido Pasar.

Estábamos pensando en regresar cuando por las ventanillas del jeep aparecieron
sendos caños de Winchester 44-40 en mano de otros tantos señores que nos „in-
vitaron‰ a retirarnos del lugar. Luego de explicar el objeto de nuestra visita y de
identificarnos como corresponde, nos permitieron pasar acompañándonos a en-
trevistar al encargado en la casa de la estancia.

Finalmente este señor, que era el administrador nos explicó que habían comprado
la estancia y tomado posesión de la misma con alguna resistencia de los familiares
del vendedor Sr. Shore, por lo que tenían muchos cuidados con el acceso de per-
sonas desconocidas, pero para nosotros estaría todo bien. Y así fue: nos hizo
ensillar dos buenos caballos, nos proporcionó un baqueano y personal para tras-
ladar el equipo hasta las zonas de observación que teníamos señaladas en las
vistas aéreas.

Según parece, nos enteraríamos luego, el Sr. Shore habría vendido la estancia me-
diante un contrato privado, decían que no en plena lucidez mental, aquejado de
una enfermedad cerebro vascular y sin que se enteraran sus familiares directos,
que naturalmente se opusieron a la operación, pero los compradores habían to-
mado posesión del inmueble en forma unilateral y de allí vendría el pleito. No nos
consta nada de eso, ni tampoco era función nuestra hacerlo.
130
ALTAS CUMBRES

Finalmente debíamos establecer la última base ubicada entre el camino de Falda


del Carmen a Ruta 20 (hoy autopista Córdoba-Carlos Paz) y la zona de „La Lagu-
nilla‰ donde nace el arroyo La Cañada que en otras épocas, antes de los 40, diera
tantos sustos a los cordobeses con sus crecidas.

Esta base NÀ 3 tenía buena visibilidad desde todos sus puntos elegidos a unos
600 metros sobre el nivel del mar, hacia los puntos trigonométricos „Miryam
Stefford‰, „Mogote de los Congos‰ y otros, con lo que se dió por terminado el
trabajo remitiéndose las libretas de campo a Buenos Aires para el cálculo de los
sistemas y las coordenadas de los puntos de apoyo terrestre y sus correspondien-
tes coordenadas instrumentales. (2).

Finalmente se obtuvieron las hojas a escala 1/5.000 con curvas de nivel cada 5
m. de equidistancia sobre las que los ingenieros de Vialidad Provincial proyectaron
la traza definitiva del camino.

Este grupo de excelentes profesionales reconocía en el terreno las características


topográficas y una vez identificados los puntos característicos efectuaba el levan-
tamiento topográfico de detalle, asegurando la factibilidad técnica del trazado a
completar en gabinete.

Sería una irreverencia hacia estos pioneros de tan magnífica obra no nombrarlos,
pero no sin antes disculparme si mi memoria es insuficiente para recordarlos a
todos, pero sepan que, en los que nombre, está involucrado todo el grupo sin
excepción.

Era Jefe de Comisión de Estudios el Profesor Ing. Edilio Demo, y lo secundaban


Adolfo Ruiz Montes de Oca, Renedo, Martínez, Uranga, Indarte y otros más. (3).

En julio de 2008 publicábamos nuestro punto de vista respecto de un artículo edi-


tado por La Voz del Interior dedicado al camino de las Altas Cumbres como una
de las „Siete maravillas del Córdoba‰, cruzando las sierras chicas al Norte del ob-
servatorio Bosque Alegre, para completar el corredor Córdoba-Cuyo, como parte
del trazado a Chile por el paso Aguas Negras. Esa será la solución para evitar el
paso de vehículos de gran porte por el centro de Villa Carlos Paz, con los incon-
venientes que ello significa.

Desde 1962 en que se inició esta obra, aunque en su etapa preliminar, ha pasado
el medio siglo. Bueno sería entonces que los Gobiernos dispongan su terminación
a la brevedad.

Se hizo realidad ese anhelo a la fecha de este relato, diciembre de 2012, se están
ejecutando las obras de construcción de la última parte de esta gran obra que lle-
131
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

gará al paraje „Falda del Cañete‰ (camino C 45) para empalmar en la autopista
Córdoba-Carlos Paz. (4).

CITAS

1) Punto Trigonométrico del IGM. Triangulación del Territorio Nacional (monografía coor-
denadas planas G.K. y altura).
2) STEFFORD, Miryam (su verdadero nombre era Rosa Margarita Hoffman). Actriz y avia-
dora de origen suizo. Realizó notables recorridos con su avión „Chingolo‰. En pleno
vuelo de uno de sus records, se accidentó en la Provincia de San Juan, falleciendo el 26
de agosto de 1931. Su esposo Raúl Barón Biza, erigió un monumento a su memoria
en un predio de su propiedad de „La Lagunilla‰ camino a Alta Gracia (Ruta NÀ 5) a unos
25 km. de Córdoba. El mástil de hormigón tiene una altura de 82 m. que lo hace visible
desde largas distancias. El punto trigonométrico del IGM se encuentra al pié del mo-
numento.
3) RUIZ MONTES DE OCA, Adolfo. Agrimensor. Técnico de la Dirección Provincial de Via-
lidad. Confeccionó el Mapa Vial de la Provincia y realizó numerosos estudios de traza-
dos y otros trabajos topográficos especialmente en zona de montaña.
4) El último tramo del proyecto, se encuentra en construcción y comprende unos 18,6 km.
entre „Las Jarillas‰ y „Falda del Cañete‰, lugar que se ubica a corta distancia hacia el
Sur de la Estación Terrena Córdoba (E.T.C.) Centro Espacial Teófilo Tabanera. CONAE
(Comisión Nacional de Actividades Espaciales - Ruta 45 - km. 8.

132
8. TAMA

En el mes de enero del año 1966, la Dirección General de Catastro de la Provincia


de Catamarca, efectuó un llamado a concurso público de títulos y antecedentes
para el planeamiento urbano en la localidad de Tama.

Así fue que nos presentamos formando equipo con Víctor Hansjürgen Haar,(1) y
Víctor Ricardo Lauría,(2) los tres agrimensores y diplomados como ingenieros ge-
ógrafos, siendo a su vez profesores en la Escuela de Agrimensura de la Facultad
de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba.

En el mencionado concurso y para nuestra alegría obtuvimos el mayor puntaje


en la selección, siendo inmediatamente contratados para la ejecución de los tra-
bajos requeridos.

Era necesario programar entonces, de inmediato las tareas de campo para ser eje-
cutadas durante el mes de febrero en que la Universidad se encuentra en receso,
recordando que en marzo tendríamos la obligación de integrar mesas examina-
doras y en abril comenzar con el dictado de clases.

Así fue que, en los primeros días de febrero estábamos en Tama con todo el equipo
movilizado en el Renault Gordini último modelo perteneciente al ingeniero Lauria.

Tama era una pequeña población cabecera del departamento General ˘ngel Vi-
cente Peñaloza, ubicada en los llanos de La Rioja, recostándose al pie de la ver-
tiente Oeste de la Sierra de los Llanos en cuya parte media, es decir al sudeste, se
encuentra la localidad de Olta, históricamente relacionada con el legendario líder
riojano „Chacho Peñaloza‰. (3).

Se llega a Tama desde la ciudad de Córdoba, tomando por la Ruta Nac. 38, pa-
sando la localidad de Chamical hasta Punta de los Llanos y desde allí se desvía al
sud unos 42 km., aproximadamente, tomando la Ruta Provincial NÀ 29 que en
aquel entonces era de ripio consolidado, destacando que en la actualidad la
misma está totalmente asfaltada hasta la población que era nuestro punto final,
según he podido observar en imágenes satelitales de Google Earth. (Fig. 11).

Nuestro plan de trabajo era bastante estricto pues se trataba de terminar los rele-
vamientos topográficos complementarios de campo en no más de 15 días corri-
dos para la primera etapa, teniendo un plazo máximo de 20 días; para ello
133
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Fig. 11 - Plano de la Provincia de La Rioja

134
TAMA

conformamos tres comisiones en las que trabajamos simultáneamente a cargo de


cada uno de nosotros.

Para iniciar las tareas al comienzo de la semana viajamos el día domingo en horas
de la madrugada arribando a Tama pasado el mediodía de la mencionada jornada,
día y hora en que, en esos lugares y teniendo en cuenta que estábamos en pleno
febrero, había escaso movimiento en las calles, no sólo por el intenso calor y el
sol abrasador, sino porque es costumbre de los lugareños quedarse en sus casas.

Al llegar, debíamos presentarnos a la autoridad representante del gobierno de la


Provincia en la localidad, el cual entiendo que era un funcionario estable deno-
minado „Recaudador de Rentas‰.

Naturalmente, cualquier repartición pública estaría cerrada, de manera que, mo-


lestando en horas tan imprudentes como la siesta a algunos vecinos, nos fue po-
sible encontrarlo. Prácticamente todos nos indicaron por igual donde podría estar.
Fuimos a una casa en la que compartiendo una cordial „picadita‰, y un interesante
partido de truco, estaban el comisario, el diputado, el jefe de correos y el médico-
Director del hospital regional, quienes amablemente nos recibieron e invitaron
de participar del almuerzo, hecho que nos vino realmente bien, destacando que
el mismo consistía en compartir un par de gallinas, que eran el trofeo del partido
de truco. (4).

Lógico resulta suponer que encontrándonos con los personajes más representa-
tivos del pueblo a nuestra disposición, pudiésemos recabar la mayor y más com-
pleta información necesaria para cumplir con nuestro objetivo que, como
veremos, resultaba de sumo interés para la gente del lugar; demás esta decir que
esta información involucraba los lugares de alojamiento, comedores, personal,
horarios, etc., que inmediatamente fueron solucionados.

Destacamos que el director del hospital, Dr. Mazza, puso inmediatamente a nues-
tra disposición su departamento de 2 dormitorios y un baño situado en el mismo
hospital, que no utilizaba por alojarse en la hostería del pueblo, donde si podría-
mos obtener las comidas necesarias sin problema alguno, pues las distancias en
la localidad se cubrían caminando.

Así, al día siguiente, teníamos el personal auxiliar en la puerta del hospital listo
para la salida a preparar los sistemas geométricos debidamente programados en
base a la acotación de errores, de las mediciones, la fijación de mojones, el rele-
vamiento de las posesiones, cercos, represas y mejoras, la coordinación de las co-
misiones, etc.; tareas en las que sería necesario el estudio de los antecedentes y
de toda documentación que acreditara cada propietario o poseedor a fin de ela-
135
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

borar el ordenamiento territorial pretendido.

Destacamos a los pobladores de Tama como gente buena, como lo es en general


el habitante del interior, siempre servicial, desinteresado, animoso y contento de
tener en su pueblo a estos visitantes con aparatos raros que miraban para todos
lados y colocaban señales que luego quitaban para trasladarlos a otro lugar. Que
hacían preguntas con discreción, que miraban sus papeles guardados quien sabe
desde cuando y los trataban con reciproco respeto, con cuidado y luego se los
devolvían dobladitos como estaban.

De estos lugareños siempre estamos aprendiendo cosas en nuestra profesión, des-


tacando que ellos tienen sus costumbres y sus tradiciones que respetan siempre
como corresponde. A propósito, no quisiera terminar este párrafo sin hacer refe-
rencia a una costumbre que nos llamó poderosamente la atención.

Ramón, que era uno de nuestros mejores ayudantes de campo, a quien yo prefiero
llamarlo así aunque muchos colegas lo llamaban simplemente peones, lo que me
parece discriminarlos en su capacidad natural, pues estos lugareños cuando han
aprendido unos conceptos elementales de la geometría práctica que el agrimen-
sor le enseña en su propio beneficio, le resulta de inestimable valor como un co-
laborador muchas veces imprescindible.

Pues bien, Ramón que estaba en mi comisión, y no pensaba que pudiese pres-
cindir de sus servicios, me dice un día sábado: „El lunes y martes próximos no
podré venir porque me toca „carnear‰ y mañana tenemos que salir a „campear‰ el
animal porque tengo turno en el matadero para el martes‰ a lo que le dije, pero
Ramón, si vos no tenés carnicería, „No, pero aquí nos anotamos en un cuaderno
los que tenemos algunos animalitos para carnear así nos toca más o menos cada
mes o mes y medio a cada uno y así todo el pueblo tiene carne fresca casi todos
los días ...‰, „... los invito, dijo Ramón, a saborear unas costillas, después que termine
mis tareas el martes al mediodía‰.

Así sucedió ese día en que Ramón faenó su res en el matadero del pueblo y dis-
tribuyó su carne a los vecinos que formaban una ordenada fila, donde cada uno
sabía con seguridad el corte y la cantidad que prefería y el peso de la mercadería
que acusaba una noble „báscula‰; compra a colocar en su bolsa de tela pues no
estaba previsto envoltorio alguno.

Así fue que cuando terminábamos nuestra tarea de la mañana, Ramón mandó a
avisarnos que el asado estaba casi listo y allá fuimos a hacer honor a su gentil in-
vitación. Cuando llegamos ya había terminado su tarea de reparto de la carne y
el lugar estaba completamente ordenado y limpio, en definitiva, en óptimas con-
136
TAMA

diciones para que al día siguiente pudiese ocupar este sitio otro vecino.

Naturalmente, en la mesa que preparó con todo esmero para recibirnos, y a la


que aportamos algunos complementos necesarios, aceptando la carne de un ex-
quisito costillar, nos planteamos una gran curiosidad por saber más sobre la orga-
nización de este sistema de provisión de un alimento fundamental en la dieta de
la población del lugar.

Así Ramón gentilmente nos comenzó a explicar cómo funcionaba el sistema „Nos
anotamos en este cuaderno tomando un turno cuya fecha debe necesariamente
respetarse para que ese día el matadero esté a disposición. Para eso el animal
debe estar en el corral el día anterior, lo que significa que con la debida anticipa-
ción hay que salir a „campearlo‰. Teniendo en cuenta que en esta zona los cam-
pos son abiertos, no estando delimitados por alambres o cercas de ramas, cuando
más son „comuneros‰, siendo poco probable que tengan propietarios con títulos
inscriptos. Esto hace que los animales vacunos y yeguarizos del lugar vaguen por
los abiertos montes y poco se los vea cerca de zonas pobladas.

Así sólo en las noches suelen salir a zonas descampadas de los caminos, sitios en
que corre aire fresco, aprovechando el pasto verde de las banquinas, a veces,
cuando llueve también suelen aprovechar el agua que se embalsa en las zonas
de „préstamo‰ o costados bajos de la calzada, creando trampas sumamente pe-
ligrosas para los automovilistas por su presencia sobre el trazado.

En consecuencia, encontrar y traer el animal para ser faenado en el matadero re-


quiere mucha habilidad de campo, buena cabalgadura, conocimiento del lugar y
el acompañamiento de un par de vecinos para dar con el vacuno el cual es llevado
al corral convenientemente enlazado.

Por pura curiosidad fui a ver el animal encerrado en el corral, el cual era criollo y
de poca carnadura, es decir bastante flaco, no pesaría más de 200 o 250 kilos, es
decir típico de los vacunos de esta zona que se criaban con poco pasto verde,
mucho monte espinoso y un clima por demás riguroso. Pero bueno, era el capital
de los vecinos en general y como tal para ellos valía, vendiéndolo faenado y no
entregándolo en pie ya que les hubiese significado mucha menor ganancia.

A propósito de esta circunstancia, cabe observar que para este riojano sencillo y
generoso fue más importante obsequiar la parte más valiosa del animal a sus em-
pleadores en un asado en lugar de obtener una utilidad económica por el mismo,
destacando que no tenía obligación alguna con nosotros. En tal sentido el episo-
dio de la carneada pudo pasar desapercibido ya que se repetía cada día, teniendo
en cuenta además que la cantidad de carne del animal limpio debió resultar poco
137
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

significativo económicamente para Ramón. Este fue un gesto de desprendimiento


que valoro como de grandeza del hombre del interior que más allá de su pobreza
entrega hacia quienes respetan su dignidad, lo poco que posee, sin esperar nada
a cambio, sólo nuestra complacencia y agradecimiento.

Estos son los mejores valores que he recibido en mi extensa trayectoria profesio-
nal; destacando el contacto con el lugareño que nos otorga por lo general leccio-
nes de humildad, honradez y discreción, virtudes que no siempre adornan al
moderno habitante de las grandes urbes.

Otras muestras de abnegación y generosidad nos brindó esta gente, las que man-
tengo entre mis mejores recuerdos, mostrándose felices con la posibilidad de
tener por fin el título de sus propiedades que vienen de sus ancestros, de palabra,
o cuando más con la posesión de amarillentos papeles que no dicen gran cosa,
algunos redactados en viejas almacenes de ramos generales quizás a la luz de ce-
rosas velas; siendo felices con eso sin preguntarse ni cuestionar demasiado, tal
vez basándose en el pensamiento de San Agustín que dice „La felicidad consiste
en continuar deseando lo que se posee‰.

En treinta días, es decir en el mes de marzo del año 1966, debíamos tener termi-
nado el plano completo de la localidad de Tama, con el detalle de la ocupación
de la tierra, sus mejoras, características topográficas, etc.; sobre el que se diagra-
maría a posterior el reparcelamiento para la adjudicación de las tierras previa
expropiación general según tenía previsto por Ley el Agrimensor Mercol en su
proyecto.

Regresamos a Córdoba, luego de haber compartido un exquisito cabrito del lugar


invitados por el Jefe de Correo, destacando que el mismo fue preparado por su
señora en el horno de barro, siendo regado por un también exquisito vino casero.

Luego de los cálculos de rigor se confeccionó el plano topográfico con la ubica-


ción de cada posesión y el detalle de las mejoras sobre el que la Dirección Gene-
ral de Catastro de La Rioja gestionó la expropiación de las mismas, más otras
parcelas sin ocupantes.

Las parcelas poseídas, tal como se representaron en los planos de relevamiento,


estaban delimitadas por cercos muy precarios de ramas, tunales y algún alam-
brado, formando figuras geométricas desordenadas y sinuosas. Correspondió por
lo tanto rectificar los límites formando en lo posible figuras regulares, respetando
siempre el total de la posesión e incorporando calles, espacios verdes y otros atri-
butos urbanísticos.

Por Resolución Ministerial se adjudicó a cada poseedor su título de propiedad,


138
TAMA

quedando así resuelto un verdadero problema de ordenamiento territorial que sir-


vió de modelo para llevarlo a otras poblaciones de la provincia de La Rioja.

Esta acción de gobierno, tan importante, fue mérito del Director de Catastro de
la Provincia, Agrim. Italo Mercol, dando muestras de su profunda convicción pro-
fesional como funcionario en beneficio de la consolidación y saneamiento terri-
torial. (5).

CITA S
1) HAAR, Víctor Hansjürgen. (ver Cap. 1 - „Agrimensura‰).
2) LAURIA, Víctor Ricardo. Prof. Titular de Topografía de la Universidad Nac. de Córdoba,
donde desarrolló una brillante carrera docente durante más de 40 años. Egresó de la
misma como Agrimensor y con posterioridad obtuvo el diploma de Ingeniero Geógrafo.
Fue discípulo y ayudante del Prof. Ing. Juan Jagsich. Jefe de Departamento Cartografía
y luego Sub Director de la Dirección General de Catastro de la Provincia de Córdoba
hasta su retiro. Presidió como profesor la delegación de estudiantes de Agrimensura de
la Univ. Nac. de Córdoba en el segundo viaje a Alemania becados por el D.A.A.D.
(Deutcher Akademischer Austauschdient - 1963). Realizó y participó de numerosos tra-
bajos académicos y profesionales en congresos nacionales de la especialidad, también
participó en trabajos profesionales como el relevamiento y mensura de las propiedades
afectadas por la Avenida de Circunvalación de la Ciudad de Córdoba. (Ver Cap. 13 - „El
Durazno‰). Falleció en Córdoba.
3) PEÑALOZA, Angel Vicente (ver Cap. 12 - „La Rioja‰).
4) Era costumbre antigua en el interior el desafío de los partidos de „truco‰, juego criollo
con naipes españoles entre varios parroquianos, siendo el premio, por lo general, algo
que todos compartieran por ejemplo, „una gallina ensillada‰. Significaba un „puchero‰
de gallina con la bebida incluida. No se jugaba por dinero, costumbre que estaba reser-
vada para la suerte de la „taba‰ (hueso de las extremidades del animal vacuno que era
lanzado a determinada distancia lo que requería habilidad para hacerlo).
5) MERCOL, Italo. Agrimensor egresado de la Universidad Nacional de Córdoba, se radicó
en la Ciudad de La Rioja ingresando a la Dirección General de Catastro, donde ejerció
todas las categorías técnicas durante 33 años ocupando la Dirección General hasta su
retiro en 1985. Fue secretario General del Consejo Federal de Catastro y Presidente del
Colegio de Agrimensores, Ministro de Hacienda y obras Públicas de la Provinca de La
Rioja y su representante en al Comisión Nacional de Límites Interprovinciales. En el
orden docente Mercol fue Rector de la Escuela de Operadores Topográficos y uno de
los inspiradores de la Ley de Catastro 20440. Presidente de FADA (Federación Argentina
de Agrimensores entre 1972 y 1976). Todas sus conferencias y numerosas publicaciones

139
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

estuvieron relacionados con la Agrimensura y el catastro territorial. Mercol fue el pro-


motor de la publicación del libro de Alberto M. Lloveras: „El condominio por Confusión
de Límites en el Código Civil Argentino‰ - Mayo de 1985 (22 años después de la muerte
del autor). Respetado por su formación en Agrimensura Legal, promovió el Decreto de
fecha 23 de abril de 1963 del Gobierno de La Rioja por el que se instituye al Agrimensor
Oficial Público, hecho histórico de la Agrimensura Argentina a raiz del cual la FADA de-
claró el 23 de abril D¸A NACIONAL DEL AGRIMENSOR.

140
9. NEUQUÉN

Hacia mediados de 1969, formamos una Sociedad Consultora con el Ing. Geó-
grafo Víctor H. Haar como directores de la misma, dos de nuestros ex alumnos
los Ing. Agrim. Roberto Ghilardi y César Badaró, siendo asesor del grupo el prof.
Consulto de la Universidad Nacional de Córdoba Agrim. Tito Livio Racagni. Esta
Sociedad se llamó CONSAGRA (Consultores Agrimensores Asociados) que to-
maría justo prestigio en la ejecución de trabajos de Agrimensura para distintas
provincias argentinas. (1).

En octubre de 1969, la Dirección General de Catastro de la Provincia de Neuquén


llamó a licitación pública nacional e internacional para la ejecución del releva-
miento catastral de la totalidad del territorio provincial, su ordenamiento y regis-
tración, etc.

Nuestro grupo obtuvo el primer puesto en antecedentes con lo que logró un pun-
taje importante que aseguró la aceptación del presupuesto ofertado.

Adjudicada la obra, viajamos en los últimos días de diciembre con Haar y Badaró
para firmar contrato y preparar la infraestructura de apoyo, a fin de iniciar los tra-
bajos a principios de 1970.

De ida, viajando en auto, luego de pasar General Acha en La Pampa era necesario
cruzar la extensa zona desértica de „Liuel Calél‰. En esa travesía, sobre la Ruta NÀ
152 antes de llegar al valle del Río Negro, nada hay para ver, solamente una buena
cantidad de „maras‰ (liebre patagónica) y perdices „martinetas‰, que cruzaban el
camino. Siendo Badaró cazador y pescador como resultado de su preferencia de-
portiva, sugirió que, a la vuelta, dentro de algunos días, cazaríamos solamente,
tres martinetas (una para cada uno) y las prepararíamos a pleno campo.

Así sucedió y con los elementos para preparar una parrilla de emergencia (fichas
metálicas para medición de líneas con cinta, alambre, etc.), asamos las perdices.
Fracaso!, carne dura y sin sabor, lo que es lógico porque la perdiz especialmente,
que tiene una carne muy delicada necesita el debido estacionamiento y prepara-
ción, previa a su cocción, como el marinado en vino blanco, condimentos, etc.

Rápidamente avanzó la tarde y vino la noche en medio de la nada por lo que


buscamos una hostería del Automovil Club, llamada Lihuel Calel para poder per-
noctar.
141
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Si no fuera por las perdices duras⁄ No hubo posibilidad de cenar en esa hostería,
única en la zona.

Organizados en cuanto a infraestructura de apoyo (oficina, casa, instrumental,


movilidad, etc.), y analizado el material técnico informativo en la Dirección Ge-
neral de Catastro con excelente disposición de su Director el Ing. Agrim. Adolfo
Alvarez, iniciamos las tareas propias del levantamiento territorial correspondiente.

Fueron relevados todos los centros urbanos de la Provincia, unas 50 poblaciones,


varias en la cordillera, confeccionando sus respectivos planos catastrales en escala
grande (más de 6.000 planos confeccionados a mano, por nuestro excelente
dibujante Don Ernesto Bustamante, no había llegado todavía la Cartografía Di-
gital). (Fig.12).

La zona rural, gran parte desértica, se representó en cartografía a escala 1:100.000


en Proyección de Gans-Kruger. El cálculo de compensación del marco de referen-
cia, fue ejecutado por el Prof. Racagni con la invalorable colaboración de uno de
nuestros más aventajados estudiantes de Agrimensura, Armando Del Bianco. (2).

Este marco de referencia se originaba principalmente en la Red Trigonométrica


del Instituto Geográfico Militar, densificado con otro sistema de Yacimientos Pe-
trolíferos Fiscales (YPF), con el correspondiente análisis de precisión apta para la
confección de la „Carta del Catastro Rural del Neuquén‰ a escala 1:100.000.

Todas las parcelas relevadas contaron con nomenclatura numérica resultante de


las coordenadas de su centro geométrico, sistema éste novedoso en el territorio
nacional.

En aquella época, recién aparecía alguna tecnología, utilizable para los sistemas
de información territorial y los sistemas informáticos, todavía en la técnica de tar-
jetas perforadas, estaban en manos de grandes instituciones como universidades
y algunas reparticiones públicas de cierta importancia.

Es digno destacar que el ordenador de EPEC en esta Ciudad, ocupaba una habi-
tación completa. Nada de PC ni programas de dibujo automático, sólo algunas
calculadoras de mano programables como la serie Texas T5⁄ H. Packard, etc. con
las que se hacían maravillas a pesar de sus limitaciones comparadas con la tecno-
logía moderna.

En cuanto a los listados parcelarios con la correspondiente información geomé-


trica, jurídica y de valuación y otras, fue confeccionada por Cyber, una empresa
cordobesa de informática con la que realizamos no pocos trabajos.
142
NEUQUÉN

Fig. 12 - Plano de la Provincia de Neuquén

143
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

No pretendemos relatar detalles técnicos de este trabajo, en defensa del interés


que pudiera tener la lectura de estas „memorias‰ entre personas no vinculadas
directamente a la Agrimensura, por lo que sólo trataremos de describir algunos
aspectos puntuales eligiendo para ello algunas localidades de la Provincia del
Neuquén.

“El Chañar”

El relevamiento catastral de la provincia de Neuquén nos llevó unos cinco años,


en ese período de permanencia en la Provincia fuimos contratados por el Ing. Ro-
berto Gasparri uno de los propietarios de Frigorífico Cipolletti S.A, para realizar
la mensura de 20.000 ha y posterior parcelación de un sector con fines agrícolas
en El Chañar, paraje ubicado en el Departamento Añelo a unos 45 km. al Norte
de la ciudad de Neuquén, a las márgenes del Río Neuquén, tributario del Río
Negro, cuyo valle siempre tuvo merecido prestigio por la producción frutícola.

Este lugar fue vendido en varias oportunidades y los distintos propietarios no re-
pararon en la potencialidad del lugar, hasta que lo compró Gasparri por el año
1968.

Su visión de futuro y su inquebrantable voluntad de trabajo y dedicación, hicieron


del lugar uno de los más valiosos de la Provincia por su producción de frutas y
vinos de alta calidad. Hoy es considerado „Oasis de Riego‰.

Pero volvamos atrás para conocer los antecedentes históricos de este lugar que
nos fue necesario investigar con motivo de la mensura a realizar.

Fueron dominios del Cacique Manuel Namuncurá (Namun: pie – cura: piedra,
„pie de piedra‰ que en mapuche significa „firme y decidido‰), quien fuera padre
de Ceferino Namuncurá, ícono religioso de la Patagonia y del país (Murió a la
temprana edad de 18 años. Fue beatificado el 11 de noviembre de 2007, su
madre era una cautiva chilena llamada Rosario Burgos. Nieto del cacique mapu-
che Calfucurá de conocida acción rebelde en nuestra historia).

El nombre original de este paraje era Trapayén y luego se lo conoció por Chañar en
época de fortines por la existencia de una planta llamada „chica‰ por los nativos
que para nosotros es el „chañar‰ a pesar de que esta planta no era típica de esa
zona.

Posiblemente El Chañar fue posta con „rancherío‰ y „mangrullo‰ en época de in-


dios, soldados y misioneros salesianos, seguramente paso obligado de Julio A.
Roca en la Campaña del Desierto.
144
NEUQUÉN

Cuando iniciamos nuestras primeras mediciones, Gasparri ya estaba en plena


ejecución de las obras por él proyectadas extrayendo agua de riego por bombeo
del Río Neuquén para plantar álamos de distintas variedades experimentales para
madera (era propietario de una de las empaquetadoras de frutas de exportación
más grandes del país: cajones de madera de álamo), y cultivar otras especies ve-
getales, cosechando inicialmente 500ha de papas. Sin embargo al encontrarnos
en medio del campo en la inmensa extensión de una aridez desesperante, con
una tierra gredosa puro pedregullo con apenas algunos montículos en formas
de dunas, nos preguntamos con Roberto Ghilardi, que estaría al frente de las
tareas técnicas, „no estará equivocado el Ing. Gasparri? Podría regarse tamaña
extensión de desierto? Producirán algo estos páramos?‰.

Lo cierto es que no era esa nuestra responsabilidad. Nos limitamos a cumplir la


tarea contratada y se parceló parte del campo, dejando una fracción de 120 ha.
donados por Gasparri para fundar un futuro centro poblado que proyectamos
con la valiosa participación del Arq. Juan Tumosa, amigo personal de esta ciudad
de Córdoba. Hoy existe allí la población de San Patricio del Chañar, localidad
mundialmente conocida por sus bodegas y calidad de vinos que allí se producen
y forma parte de la denominada „Ruta del vino, la manzana y dinosaurios‰ junto
con otras poblaciones de Neuquén.

El lector seguramente imaginará el enorme sacrificio que significaron las tareas


de medición en campaña, teniendo en cuenta el paisaje inhóspito del desierto
con un viento persistente que castiga inclemente con arena, teniendo en cuenta
que en aquella época no se disponía del equipamiento de medición con que
cuentan hoy los agrimensores.

En consecuencia, resultaba muy importante la programación de cada jornada, la


metodología a utilizar y la infraestructura de apoyo. Debo destacar a esta altura
del relato que si bien trabajaron distintos operadores topógrafos de Córdoba, per-
tenecientes a la Escuela de Agrimensura de nuestra Universidad Nacional, quien
se destacó por su habilidad en resolver los problemas propios de la geometría
práctica en campaña, por su seguridad en la medición y por su dedicación, fue
Raúl Grosso, hoy Ingeniero Agrimensor honrado con el cargo de Presidente del
Colegio de Agrimensores de nuestra Provincia y ex Presidente de la Federación
Argentina de Agrimensores. (ver Picún-Leufú).

Lo cierto es que Gasparri tenía razón, su proyecto apuntalado por una inquebran-
table voluntad de trabajo y el riesgo permanente de su inversión económica final-
mente dio sus frutos y con el tiempo El Chañar se convirtió en un „Oasis de Riego‰
para una de las zonas rurales más valiosas de la Provincia de Neuquén, luego be-
neficiada con el agua del „Complejo Cerros Colorados‰ del río Neuquén.
145
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Desgraciadamente el Ingeniero Gasparri invirtió toda su energía y su cuantiosa


fortuna en este emprendimiento y los bancos le soltaron la mano, dejándolo solo,
lo que lo obligó a emigrar a la ciudad cordobesa de Río Cuarto, lugar en el que
instaló un negocio „todo por 2 pesos‰ para que, luego el uno a uno, la devaluación
y el corralito, entre otros desaciertos gubernamentales, terminaran con su salud y
su vida.

Es curioso que antes nadie haya reparado en este pedazo inhóspito de la Patago-
nia de nuestro país que siempre se consideró perteneciente al Departamento
Añelo dentro de la Provincia de Neuquén, destacando que el límite con la Pro-
vincia de Río Negro se fijó en el año 1883 en el meridiano 10À Oeste de Buenos
Aires (68À 15Ê 00‰), siendo la misma línea limítrofe entre las Provincias de La
Pampa y Mendoza. En el año 1966 la Provincia de Río Negro argumentó que el
límite establecido estaba desplazado 12 km. al Oeste respecto de la determina-
ción original del año 1883, utilizando para ello instrumental de medición más pre-
ciso para su fijación; así la localidad de El Chañar pertenecería al territorio de Río
Negro y no a suelo neuquino.

En principio, y contando con la intervención del I.G.M., por Decreto del Gobierno
Nacional del año 1969 no se hizo lugar al reclamo planteado, destacando que
igualmente el litigio limítrofe no se dio por agotado.

Este hecho mostraba un problema típico de interpretación de límites, tema propio


de la agrimensura, destacando que en el caso que nos ocupa estamos refiriéndo-
nos a „límites administrativos‰, los que conceptualmente no difieren de otros por
ser principalmente una cuestión de derechos territoriales.

Villa La Angostura

Otro de los parajes neuquinos que relevamos en el tiempo que permanecimos


en esta árida pero hermosa provincia, y que hemos elegido como punto de refe-
rencia, fue „Villa la Angostura‰, localidad turística por excelencia situada en el ex-
tremo Sur del Departamento Los Lagos en la Provincia de Neuquén.

Villa La Angostura está enclavada en el sector Norte del Parque Nacional Nahuel
Huapi, rodeada de lagos, bosques y montañas que la convierten en una de las lo-
calidades más hermosas de la Patagonia Cordillerana Argentina.

Su nombre hace referencia a un pequeño istmo que comunica la costa con la pe-
nínsula de Quetrihué („donde hay arrayán‰ en lengua mapuche), situado en la
costa Norte del Lago Nahuel Huapi.
146
NEUQUÉN

Villa La Angostura se desarrolla en una superficie aproximada de 80 km2, desta-


cándose construcciones de gran belleza arquitectónica, proyectadas por el Arqui-
tecto Alejandro Bustillo, que encajan a la perfección con el característico paisaje
del lugar; mostrándose como una de las más significativas la mansión denominada
„El Messidor‰ (décimo mes del año en el antiguo calendario republicano francés:
„Mes de Oro‰), siendo un pequeño castillo de refinado estilo francés proyectado
por Bustillo y construido por encargo de un particular en el año 1942, el que fuera
adquirido en el año 1964 por el Gobierno de la Provincia de Neuquén para ser
Residencia Oficial del Poder Ejecutivo. (3).

Recordando aspectos históricos que involucran a El Messidor, se recuerda que pro-


ducido el Golpe Militar del 24 de marzo de 1976 a la Presidencia de la Sra. María
Estela Martínez de Perón, ella fue trasladada en carácter de detenida al mencio-
nado castillo por integrantes del Ejército quedando bajo la custodia de Gendar-
mería Nacional por el lapso de 7 meses, tiempo en el cual se la juzga -entre otros
cargos- por malversación de fondos públicos, siendo luego trasladada a la Provin-
cia de Buenos Aires con el objeto de cumplir su condena domiciliaria por superar
el límite de edad establecido por ley.

Por suerte para nosotros en ese momento ya habíamos terminado con todos los
relevamientos de campaña, caso contrario seguramente nos hubiese sido muy di-
fícil hacerlo, máxime teniendo en cuenta las extremas medidas de seguridad y el
gran despliegue militar de la zona.

Por supuesto que los militares se hicieron cargo de la Gobernación Provincial.


Para nuestra tranquilidad ya habíamos terminado y entregado el trabajo principal
que nos encomendaron, presentándose un nuevo contrato con la Provincia, en
este caso a efectos de confeccionar „Cartografía General‰ de todos los centros
urbanos (tomando como base los que ya habíamos confeccionado en escala de
detalle), solicitándonos también el estudio de futuros ejidos municipales; siendo
un estudio -como podrá imaginarse- de suma responsabilidad e interés desde el
punto de vista profesional que involucraba la elaboración de información terri-
torial.

A pesar que el trabajo estaba terminado en más de un 80% los militares prefirieron
acordar una rescisión del contrato original para encargar al Instituto Geográfico
Militar un tramo de Nivelación Geométrica de Precisión, el cual a nuestro modo
de ver no era de utilidad inmediata para la Provincia. Pero bueno, en nuestro país
siempre fue así, igualmente nos pagaron nuestro trabajo como correspondía para
luego proceder a guardarlo en un cajón y comenzar a querer tocar el sistema de
nomenclatura parcelaria por coordenadas Gauss-Kruger echando todo a perder.
Es paradójico, pero años más tarde me llamaron para que volviera intentar arreglar
147
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

el desastre producido, por supuesto no acepté. Gracias por tenerme nuevamente


en cuenta!!!

Luego de entregar todo el material y solucionados los problemas administrativos


planteados, emprendimos el regreso a nuestra querida Córdoba con Roberto Ghi-
lardi a bordo de uno de nuestros Citroen, (4), siendo posible demostrar -una vez
más- que los vehículos utilizados se desempeñaban de la mejor manera en cam-
paña, inclusive en las zonas cordilleranas, aunque recordamos que en la ruta y
con vientos en contra los mismos no rendían como esperábamos, igualmente lle-
gamos a suelo cordobés sin problemas para luego emprender un nuevo viaje que
tendría como destino la Provincia de La Rioja.

Chos Malal - Una anécdota


Por Roberto Ghilardi (1)

La localidad de Chos Malal, se ubica en la Provincia del Neuquén sobre la Ruta


Nacional NÀ 40, que se considera la „espina dorsal‰ de la República Argentina.

Chos Malal fue fundada en 1887 y hasta el año 1904 mantuvo la categoría de la
Capital de Provincia del Neuquén.

La ciudad tuvo un importante desarrollo debido a la gran cantidad de minas de


oro, que, si bien eran explotadas en forma artesanal, permitieron a la población
un interesante movimiento comercial.

Desde Chos Malal , hacia el Oeste, por la Ruta 43, nos encontramos con una im-
portante elevación montañosa que corre de Norte a Sud, denominada „La Cor-
dillera del Viento‰.

Atravesando esa cordillera que presenta pendientes muy pronunciadas, con fuer-
tes vientos, llegamos a la población de Andacollo, localidad donde también hay
explotaciones de pequeñas minas de oro, hoy en su mayoría abandonadas.

En la oportunidad que realizábamos los trabajos de relevamiento catastral, de toda


la Provincia del Neuquén, nuestro socio Gerente Ing. Víctor H. Haar trataba de
recorrer la ruta desde Chos Malal hasta Andacollo en un pequeño Citroen 2CV,
con embrague centrífugo que integraba la flota de CONSAGRA. Pero como nues-
tro querido ingeniero recién manejaba por primera vez estos vehículos, se encon-
tró de repente con semejante montaña y una pendiente en bajada que metía
miedo, por lo que el conductor puso „la primera‰ velocidad con la esperanza de
frenar el „bólido‰ disparado en la gran pendiente del terreno, soltando de golpe
el pedal de embrague.
148
NEUQUÉN

La esperanza se frustró ya que el embrague centrífugo no permite frenar con


ayuda del motor. El vehículo tomó gran velocidad y la caja de cambio no aguantó
la presión y „explotó como un huevo‰.

El auto „0 km.‰, quedó inutilizado, por lo que desde Neuquén nos enviaron otra
unidad para no suspender la tarea de relevamiento que finalmente terminamos
sin inconvenientes.

Picún - Leufú

A mediados de 1971, contratamos con CONSAGRA una tarea de agrimensura


muy interesante, como fue el reasentamiento de la localidad de Picún-Leufú, Pro-
vincia de Neuquén, sobre el Río Limay, límite con la Provincia de Río Negro.

Esta localidad patagónica fue tierra de aborígenes mapuches hasta su desalojo


por acción militar de la „Campaña del Desierto‰ entre 1878 y 1885. El significado
de este nombre parece ser: Picún = Norte ; Leufú = Río, o sea „Río del Norte‰
(no se refiere, según parece, al Río Limay, sino a un arroyo tributario de éste).

Por diferentes causas, este poblado fue trasladado en más de una oportunidad
en el transcurso de su historia. Pero, esta vez, según Decreto Gubernamental
NÀ 0341/71, se dispuso su traslado completo, incluidas fracciones de cultivo de
su zona de influencia, debido a que el futuro embalse „Exequiel Ramos Mejía‰,
del Complejo Hidroeléctrico „El Chocón - Cerros Colorados‰, (Río Limay y Río
Neuquén), dejaría a la población y su entorno bajo las aguas a unos siete metros
de profundidad.

Si bien las tareas contratadas fueron diversas, respondiendo a un plan minuciosa-


mente diagramado dentro del programa del Complejo Hidroeléctrico, se iniciaron
con un relevamiento topográfico de unas 1500 ha. a escala grande con curvas
de nivel cada metro de equidistancia y luego, el estudio y trazado de la población
en su nuevo emplazamiento.

Picún-Leufú, que hoy cuenta con unos 5.000 habitantes, está ubicado sobre la
Ruta Nacional NÀ 237 a unos 130 Km. de la ciudad de Neuquén. (Fig. 12).

Los trabajos de relevamiento fueron dirigidos por el Ing. Agrimensor Roberto Ghi-
lardi, y el operador de campo, de destacada actuación, fue Raúl Grosso, estu-
diante avanzado de agrimensura, que también participó en la mensura y
parcelamiento de „El Chañar‰ en la zona del Río Neuquén y „Cerros Colorados‰,
que hemos relatado al principio de este capítulo. (5).

Por último, es interesante señalar que en Picún-Leufú nace la Ruta Provincial


149
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

NÀ 17, con dirección Norte, pasando cerca de Cutral-Có y Plaza Huincul (zona
destacada por antiguas perforaciones petroleras), para llegar a Añelo, sector del
Embalse de „Cerros Colorados‰ que integra el Complejo Hidroeléctrico a que
hemos hecho referencia, y que alguna vez fuera llamado „la obra del siglo‰.

CITAS
1) GHILARDI, Roberto. Ingeniero Agrimensor egresado de la Universidad Nac. de Córdoba
1965. Sus antecedentes en al docencia universitaria se desarrollan en la Universidad de
Neuquén 1971 - Comahue y en la Univ. Nac. de Córdoba 1984-1986, en las áreas de
Topografía y Catastro. Co-fundador de CONSAGRA (Consultores Agrimensores Asocia-
dos) en la que se desempeñó con residencia permanente en Neuquén y semi perma-
nente en Catamarca y La Rioja como Director Técnico de campaña y socio apoderado.
Funcionario de la Dirección General de Catastro de la Pcia. De Córdoba desde 1983.
Proyecto SITCOR (Sistema de Información Territorial de Córdoba) - cartografía digital -
softward propiosde la Repartición - Confección del Mapa General de la Provincia y ac-
tualización de la carta topográfica del IGM.
1) BADARŁ, César S. Ingeniero Agrimensor egresado de la Universidad Nacional de Cór-
doba - 1965. Fue Co-fundador de CONSAGRA (Consultores Agrimensores Asociados).
Director Técnico de la misma en los trabajos de campaña para el „Catastro Integral del
la Provincia del Neuquén‰, radicado en la ciudad capital (1969 - 1971). Participó como
técnico en los relevamientos de Catamarca y La Rioja contratados por la misma em-
presa. Participó en el „Relevamiento Topográfico del Sistema de Riego de Cruz del Eje‰,
junto con Ing. R. Ghilardi bajo la dirección del Ing. S. G. Bartaburu, con quien colaboró
en numerosas tareas de agrimensura. Ejerció su profesión en diversas Reparticiones del
Estado. Falleció en Córdoba el 24 de febrero de 2005.
2) Del BIANCO, Armando Rodolfo. Ing. Agrimensor, Universidad Nacional de Córdoba de
la que fue docente durante más de 30 años desde su ingreso como ayudante alumno
hasta su retiro siendo Profesor Titular de „Topometría y Microgeodesia‰ y de „Medicio-
nes Especiales‰ en el Departamento de Agrimensura. Autor de numerosas publicaciones
técnicas, entre las que se destaca su libro de texto „Topografía Aplicada‰ con el Ing.
Agrim. Luis A. Bosch (Edit. Arteso - 300 pág. - 1988), sobre aplicaciones prácticas a las
obras de ingeniería. Fue integrante de CONSAGRA y de otras instituciones de Agrimen-
sura hasta la formación de su propia empresa (Del Bianco y Asoc. S.A.) con la que con-
tinúa realizando importantes trabajos de su especialidad en distintas zonas del país y
del exterior, utilizando su destacada capacidad técnica y experiencia, así como un equi-
pamiento tecnológico de última generación.
3) BUSTILLO, Alejandro. Arquitecto, pintor, escultor y académico argentino. Uno de los
arquitectos más relevantes en la historia de nuestro País. Entre otros proyectos pueden

150
NEUQUÉN

citarse: Hotel Llao Llao (Bariloche), Hotel Prov. y Casino (Mar del Plata), Casa Central
Banco de la Nación (Buenos Aires), Banco Tornquist 1925, El Messidor (Villa La Angos-
tura) 1942 y muchos edificios públicos y mansiones privadas. (Tuvo por referente a Al-
bert Speer, arquitecto de Hitler).
4) CITROEN 3CV. Vehículos de notable versatilidad en tramos cortos de campaña donde
se desempeñaron muy bien. Tenían una capacidad de 602 cm3 y 32 CV a 6750 rpm,
con tracción delantera. Sumamente livianos (630 kg.) y un consumo medio de 17,8 km.
por litro de nafta especial, con un tanque de 30 litros de capacidad. Se fabricaron en
Argentina 76.000 unidades entre 1969 y 1979.
5) GROSSO, Raúl Horacio. Ingeniero Agrimensor, Univ. Nac. de Córdoba 1972. Ex Presi-
dente del Colegio de Agrimensores de la Prov. de Córdoba y Presidente de la Asociación
Panamericana de Profesionales de la Agrimensura. Presidió la Federación Argentina de
Agrimensores (FADA), de la que continúa siendo Asesor Permanente en materia registral
y catastral. Tiene desde hace más de treinta años, destacada participación en numerosos
Congresos relacionados con la Agrimensura. En la actividad profesional ha tenido des-
tacada actuación como colaborador de CONSAGRA en la Provincia de Neuquén (El
Chañar - Picún-Leufú, etc.). Así como en la dirección y ejecución de numerosos trabajos
de Agrimensura en distintas provincias.

151
152
10. EL POTRERILLO

A principios del año 1972 vinieron a mi estudio, el Escribano Aldo Barbero, Pre-
sidente de la Empresa MALL¸N S.A. -propietarios de la Estancia „El Potrerillo‰- si-
tuada al Oeste de la localidad de La Cumbre, más precisamente antes de llegar
al Río Pintos, quien venía acompañado de su Abogado, el Dr. Alberto Castro Ga-
llardo, a proponerme que aceptara ser Perito Agrimensor en la ejecución de la
mensura judicial del mencionado inmueble de algo más de 2.500 hectáreas, te-
niendo en cuenta que en los años 1943 y 1956, respectivamente, se desarrolla-
ron sendas mensuras que por diversas causas, no pudieron ser aprobadas.

Inmediatamente, y luego de hacer un rápido repaso de la situación planteada,


puse en su conocimiento que tendría mucho gusto en realizar la tarea solicitada,
recalcando que mis tiempos no me permitirían responder a sus expectativas
atento a compromisos profesionales en otros lugares, destacando además, que
estábamos trabajando a nivel empresarial en las Provincia de Neuquén y de Ca-
tamarca, sumando a ello mis obligaciones docentes en la Universidad Nacional
de Córdoba, de manera que, para no rechazar definitivamente su oferta, les soli-
cité me esperasen unos días a efectos de analizar detalladamente mis posibilida-
des ciertas de cumplir con su requerimiento. Así quedamos comprometidos.

La realidad marcaba que tendría que rechazar el ofrecimiento, no sólo por las ra-
zones expuestas, sino también porque las mensuras judiciales habitualmente han
significado problemas administrativos o jurídicos que dilatan, cuando no inte-
rrumpen, la terminación definitiva de esta modalidad del ejercicio profesional;
veamos si no, el antecedente que traía esta tarea: dos mensuras ejecutadas y pre-
sentadas que estaban en el archivo de la Dirección General de Catastro de la Pro-
vincia de Córdoba „sin aprobar‰, siendo al momento válidas como antecedentes
técnicos que, en definitiva, tendrían valor informativo.

Sin embargo, habiéndome comprometido a pensarlo programé tomarme un par


de días para revisar los antecedentes que me entregó en una carpeta el Dr. Castro
Gallardo, destacándolo como meticuloso abogado que, con su acento serrano
clásico del Oeste cordobés, me explicó pormenorizadamente su contenido. Sobre
esa base concurrí al día siguiente al Archivo de Mensuras de la Dirección General
de Catastro Provincial, donde examiné el material gráfico relacionado y las me-
morias de las mensuras sin aprobar a las que ya hicimos referencia.
153
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Por razones que explicaré luego, voy a detenerme en este particular pues, como
es conocido, la memoria que como Perito presenta el Agrimensor en la Mensura
Judicial tiene un punto fundamental: la descripción del estado jurídico del inmue-
ble en la que constan propietarios, poseedores, colindantes, etc. De su análisis
surgió que aparecía repetidamente Don Anfiloquio Olmos, por lo que rápida-
mente vino a mi memoria ese nombre, que había escuchado tantas veces en mi
casa paterna, así que de regreso a mi casa traté de meditar en ello.

Memorizaba instantes en que de niño, cuando vivíamos en la localidad de La


Cumbre con mis padres, a menudo escuchaba entretenidos relatos de mi madre
y sus hermanas -las tías - que recordaban en sus no pocas anécdotas sus visitas a
la casa del „Tío Anfiloquio‰, señor de „El Potrerillo‰, lugar al que las enviaban a
pasar algunos días durante el verano, siendo apenas señoritas. Así, a cada instante
se repetían las anécdotas del entonces famoso tío Anfiloquio.

Ellas, mi madre y sus hermanas, eran sobrinas de la esposa de Don Anfiloquio,


Doña ˘ngela Olmos de Olmos y primas hermanas de sus tres hijas mujeres, por
lo que seguramente sus visitas resultaban más que placenteras. Todo esto viene
al caso porque en mi imaginación se fue tejiendo la figura de un gaucho sin dudas
representativo de aquellos parajes serranos que más adelante describiremos ya
que siempre quedó en mi memoria como un personaje que me impactaba, sin
saber bien por qué, teniendo en cuenta que en definitiva nunca tuve la oportuni-
dad de conocerlo personalmente pues nací en el año 1926 y el murió el día 21
de noviembre del año 1929, según se desprende del estudio de Títulos de la Es-
tancia „El Potrerillo‰ que había tenido a la vista.

Mi memoria era recurrente, máxime teniendo en cuenta que había perdido todo
contacto con los habitantes de la zona al momento de culminar la escuela prima-
ria en La Cumbre, ya que fue necesario trasladarme a la ciudad de Córdoba para
iniciar mis estudios secundarios atento a que era mi única posibilidad de desarro-
llarlos, así que desde entonces mis visitas a la región se producían esporádica-
mente en época vacacional, sumando a ello -años más tarde- mis obligaciones
laborales y mis estudios universitarios, produciéndose así un completo desarraigo
de la zona y obligándome a perder contactos personales que aún lamento.

Así es que, a Don Anfiloquio llegué a conocerlo por una fotografía publicada en
la página 157 del libro „La Cumbre - Historia Gráfica‰ por el R.P. Dr. José María
Fontán Gamarra en el año 2004, magnífico trabajo de investigación y recopilación
histórica. (Con el Padre Fontán tuve la oportunidad de intercambiar algunas notas
antes de perder definitivamente contacto con él).

Entonces el simple, pero ahora latente, recuerdo de un personaje que no conocí


154
EL POTRERILLO

y por ende no tuvo un significado determinante en mi vida, me comenzaba a in-


dicar que debía cambiar de opinión respecto de esta tarea que pretendían enco-
mendarme. Nunca supe porqué, pero desde ese momento sentí que quería tener
más información de cómo era el terreno de aquella famosa estancia denominada
„El Potrerillo‰ de la que tanto había escuchado pero que nunca había tenido la
posibilidad de conocer.

Mi archivo de vistas aéreas fotogramétricas -producidas por el Instituto Geográ-


fico Militar- que guardaba en el Gabinete de Cartografía de la Facultad de Inge-
niería de la Universidad Nacional de Córdoba, donde era Profesor Titular, podría
proporcionarme alguna exactitud de la propiedad. Una vez elegido el par este-
reoscópico que comprendía la zona geográfica de la estancia „El Potrerillo‰ tuve
la oportunidad de observarla en relieve en toda su expresión montañosa, cuyo
detalle corresponde a la „memoria de la mensura judicial‰, que por ser de interés
para este relato, trataré de describir en parte: „Se trata de un terreno muy abrupto
en el que predominan sierras bastante altas casi desprovistas de vegetación, su-
giriendo en ésta la presencia de pedregales, escarpaduras y fuertes pendientes
que caen hacia el Oeste, observándose al final de las mismas, y como una ser-
penteante y brillante cinta, el Río Pintos que marca el límite del campo‰.

Allí nuevamente tenía otra inmensa incertidumbre!!!, ya que a los problemas ad-
ministrativos y legales propios de una mensura judicial sería necesario agregar los
inconvenientes técnicos que, seguramente, ofrecían la dificultad del acceso, el
clima, las distancias, la programación de las tareas, etc.; En la actualidad no sería
un problema medir estos terrenos contando con la tecnología topográfica mo-
derna mediante la utilización de G.P.S. (Sistema de Posicionamiento Global), las
estaciones totales, las computadoras personales, etc.

En aquel entonces eran tantos los inconvenientes que, seguro podría suceder que
cualquier Agrimensor de estos tiempos modernos no entendiese el por qué a prin-
cipios de los años setenta encarábamos de esta manera nuestra tarea.

La aplicación de la Geometría Práctica en la medición de campos ha cambiado


radicalmente en las últimas tres décadas merced al desarrollo de la Topografía, la
Geodesia, la Teledetección, la Informática y otras ciencias que no vale la pena
enumerar a riesgo de omitir métodos y sistemas en desarrollo, que en poco
tiempo más tendremos oportunidad de utilizar puesto que, todo lo que ahora es
de actualidad podría dejar de serlo acorde al ritmo con que avanzan estas tecno-
logías, (lamentablemente siempre comienzan en las grandes potencias mundiales
como secretos militares).

La realidad de aquella época era que nos veríamos obligados a „domar‰ estas sie-
155
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

rras y buscar las metodologías adecuadas en base a los elementos con que con-
tábamos al momento de encarar la tarea pretendida.

Igualmente a favor jugaría, al menos por un lado, que mis padres continuaban vi-
viendo en la hermosa y turística localidad de La Cumbre, con lo que, de aceptar
el desafío, podría visitarlos más a menudo, contando además con el apoyo entu-
siasta y sin reparos del Escribano Barbero y sus dependientes de la estancia „El
Potrerillo‰, personas con las que me sentiría muy cómodo, en especial la perma-
nente asistencia y predisposición del administrador del campo, Don Amadeo Ahu-
mada, a quien me referiré más adelante.

Aceptado el cargo de Perito Agrimensor en el juicio de mensura, y siendo éste el


acto de mayor trascendencia en la aplicación territorial del derecho, teniendo
como fin principal establecer los límites verdaderos y definitivos de la propiedad,
dentro del marco jurídico correspondiente, afianzado en las ciencias de la medi-
ción de la geometría de campo, procedimos al estudio de los títulos de propiedad
de la estancia de referencia y campos colindantes, y de los antecedentes carto-
gráficos y de mensuras, propios o de vecinos, efectuados en la zona que nos pu-
diesen servir de referencia o contralor.

El estudio de Títulos del inmueble llegó a tener, según la memoria presentada, no


menos de 45 páginas. Tendría poco o casi nulo sentido referenciar en particular
al mismo; sin embargo vamos a extractar algunos aspectos relacionados con los
orígenes de estos campos que se remiten a la época de la conquista española y
que podrían resultar de interés para los lectores, por cuanto hacen a nuestra his-
toria en relación al ordenamiento territorial:

„La zona que ocupa en la actualidad la Estancia „El Potrerillo‰ fue tierra de indios,
concretamente de la Tribu Ayampitín, bajo el dominio del cacique Chachocha-
raba‰. (1).

Dice Don Manuel Tassano en su libro „Revelaciones Históricas del Valle de Puni-
lla‰ al transcribir un escrito del 16 de junio de 1633 „A cada indio se le habían de-
signado allí dos ahojas de tierra y algo más; y es cada ahoja un almud de maíz de
sembradura, que a dicho de los indios se les midió las tierras por Miguel de Nar-
váez, comisionado por Don Alonso de Leiva y Arévalo a pedimento de Don Juan
de Heredia en el paraje y tierras de la Punilla, adonde vivieron los dichos indios,
que fueron ⁄‰ y los señalaba por sus nombres y otros detalles en un número de
17 hombres con sus respectivas familias. (2).

Esta población de naturales del territorio habría desaparecido del lugar sin precisar
fecha, abandonando sus tierras que, conforme a las Leyes de Indias que regían
156
EL POTRERILLO

en toda la acción de la conquista española, establecían los requisitos para que las
tierras fueran otorgadas en MERCED. (3).

El 3 de febrero del año 1697 el Sargento Mayor Don Luis Izquierdo de Guadalupe
dirige una petición al Gobernador de Tucumán, Caballero de la Orden de Santiago
y Capitán General, Don Juan de Zamudio, pidiéndole merced de las tierras del
„Potrerillo‰ y un solar de terreno para edificar su casa en la ciudad de Córdoba.
Para fundar su pedido invoca los siguientes méritos: „Que prestó cinco años de
servicio en el puerto de Buenos Aires, un año y medio en el presidio de „Esteco‰,
que tuvo título de Alférez y Ayudante General, Capitán de gente pagada y cinco
años de Sargento Mayor en el Valle de Catamarca‰. Por último agrega que „es ca-
sado con Doña Valeriana de Cabrera, quien era biznieta del Coronel Don Gonzalo
Duarte de Menesses y del Gobernador Don Pedro Ramírez de Velazco, pobladores
muy especiales de La Rioja, familias muy conocidas del Gobernador Don Jerónimo
Luis de Cabrera‰. Agrega además que „las tierras cuya merced peticiona son la Ca-
ñada que llaman „Potrerillo de Cuchi-Corral‰, que dista 12 leguas de Córdoba hacia
y dentro del Valle de Punilla, cuyas tierras deben tener dos leguas de ancho por
dos leguas de largo, cogiendo en el centro y medio de dicha cañada, la que corre
de Sur a Norte y cruza el camino que baja al pueblo de Ayampitín desde el pueblo
de Escoba hacia donde se pone el sol, paraje que fue de indios con su familias
que tuvieron ahojas y ya no hay ninguno de ellos‰.

Obsérvese con detenimiento la última parte de este documento en el cual se


describen a grandes rasgos la suerte de tierras solicitada en merced, dejando ex-
presa constancia que fue tierra de indios con sus familias pero „ya no hay nin-
guno de ellos‰; entonces cabe preguntarse y dónde habrán ido? Es posible que
hayan desaparecido todos cuando tenían tierras asignadas, con superficie y tal
vez ubicación, claramente definida en donde asentarían sus viviendas?

Sucede que las Leyes de Indias establecían, entre otras, como condición para otor-
gar una merced que no vivieran indios en el lugar solicitado. Resulta curioso en-
tonces que entre los años 1633 y 1697, al menos otra generación de „indios‰
mas sus descendientes debieron vivir en estas tierras que fueron de sus antepasa-
dos. No se trata de ser mal pensado, pero no sería costumbre de la época „liberar‰
de aborígenes las tierras antes de su „distribución‰ entre los conquistadores?

„Con fecha 20 de octubre del mismo año, es decir 1697 díctase un decreto como
sigue: „En la ciudad de San Felipe de Lerma, valle de Salta, don Juan de Zamudio,
gobernador del Tucumán, en atención a los méritos del peticionante que confirma
y reconoce, acuerda a Guadalupe la merced del „Potrerillo‰, ordenando se le de
posesión de dichas tierras, actual, corporal, judicial, JURE DOMINI BEL QUASI,
todo de conformidad a las distancias, linderos, extensión y paraje citado‰.
157
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Suscriben este decreto Don Agustín Corvalán y Castilla, Escribano Mayor de Go-
bernación y el Sr. Gobernador Don Juan de Zamudio por sus reales ordenes de
S.M.U. Dios le guarde, etc.

Posesión Real: Con fecha 14 de noviembre de 1697, el Capitán Juan de Albornoz


citado y requerido como comisionado, otorga al Capitán Juan Perafan de Rivera
y en su nombre, para Luis Izquierdo de Guadalupe la posesión de las tierras del
„Potrerillo‰, dejando en su informe la siguiente constancia: „Que trasladose a este
paraje que llaman „El Potrerillo‰, cuyas tierras tienen dos leguas de ancho por dos
leguas de largo y las demasías, cogiendo del centro y a los fines de la dicha Cañada
del „Potrerillo‰ poco tiempo después el gobernador expide un nuevo decreto nom-
brando un comisionado medidor que vaya y mida „las tierras de „El Potrerillo‰ y
las amojone; que nadie lo impida so pena de aplicársele cien pesos de multa,
mitad para la Cámara de Su Majestad y mitad para los gastos Iglesia matriz de Cór-
doba. Así se hizo y el perito llamado Alonso Maldonado, el 20 de abril del año
1698 entregó la merced de „El Potrerillo‰, sin oposición de ningún colindante, a
Luis Izquierdo de Guadalupe‰.

No ha sido posible acceder a la memoria escrita de „el medidor‰, la que era obli-
gación incorporar a la documentación de la merced otorgada, pero a nuestro pa-
recer no seria distinta en su forma a otras que hemos tenido oportunidad de
consultar.

Para la época que nos ocupa destacamos que todavía se utilizaba la aguja o „abu-
jón‰, con la que podían determinarse los rumbos magnéticos (como hemos rela-
tado en otra parte. El que ahora denominamos teodolito recién se conoció hacia
el año 1720); las líneas se medían con el cordel o „cordelada‰ que también opor-
tunamente hemos descripto.

En consecuencia de lo antedicho, cabe suponer que esta merced de dos leguas


de Norte a Sud y dos leguas de Este a Oeste no fue medida con tal instrumental
en medio de un terreno muy escarpado, de difícil acceso y más aún de transitar.
Por lo tanto más que alguna referencia geográfica o algunas construcciones lineales
como pircas no existían para ubicar realmente los límites del campo cedido en
merced por los Reyes de España.

En el mejor de los casos podrían medirse las distancias en función del tiempo em-
pleado por el caballo o la mula al „tranco‰. Igualmente eso podría ser válido en
terrenos llanos y líneas rectas, pero nunca en las sierras en donde sólo se transita
por las „huellas de herradura‰ que siguen siempre formas caprichosas propias en
la necesidad de evitar el tránsito por pendientes bruscas.
158
EL POTRERILLO

Esta, sin dudas, es una de las causas de no pocas „superposiciones‰ en grandes


extensiones de nuestro territorio, en especial en la zona noroeste de nuestro país.

Izquierdo de Guadalupe, a poco de tomar posesión de la merced otorgada fundó


en el lugar una „capellanía‰. Este término hace referencia a „capellán‰, que según
la descripción del diccionario de la lengua española significa la presencia de un
sacerdote que dice misa en el oratorio de algún señor o particular. En consecuen-
cia cabe suponer que existiría un oratorio o una capilla.

Dentro del campo que hemos mensurado no existe constancia de que haya capilla
alguna; sin embargo recuerdo que cuando éramos jóvenes bajábamos a caballo
desde La Cumbre por una huella de herradura, pues el actual camino no existía
en su totalidad, y pasábamos cerca de una antigua capilla de adobe que estaba
situada antes de cruzar el Río Pintos, ubicada en la zona donde hoy aterrizan los
aficionados a la práctica del parapentismo quienes comienzan su vuelo desde el
mirador de „Cuchi-Corral‰ (lugar de hermosa vista hacia el río y la estancia de
Pintos de Olmos y Compartes). (4).

Para situar al lector en este pintoresco sector de las serranías cordobesas recor-
demos que por el camino existente en la actualidad desde „Cuchi-Corral‰ hasta
el badén que cruza el Río Pintos, se realiza una vez al año la ya famosa y tradicio-
nal competencia en bicicleta que continua por la estancia „la Fronda‰, y „Quilpo‰
y regresa al punto de partida, conocido internacionalmente como „El Desafío del
Río Pintos‰, prueba deportiva clásica que se desarrolla en La Cumbre y en la que
se reúnen mas de 4000 deportistas para participar en las diversas categorías, mu-
chos de los cuales sólo pretenden llegar a destino participando de una fiesta que
reúne a miles de aficionados o curiosos dándole a las serranías un evento multi-
color. He tenido oportunidad de desarrollar a caballo este recorrido pero nunca
en bicicleta, hecho destinado sólo a deportistas entrenados que cuentan con ele-
mentos muy sofisticados para su práctica, destacando que algunos participantes
de esta competencia cuentan con el apoyo de equipos profesionales. (Fig. 10).

Con el conocimiento previo del terreno a través de la observación en relieve de


la imagen estereoscópica de la zona, según hemos relatado anteriormente, se pro-
gramó la „metodología‰ de relevamiento topográfico, complementado con una
prudente acotación de errores, acorde a las exigencias de las Instrucciones Ge-
nerales para Peritos Agrimensores de la Dirección General de Catastro adecuadas
para las características topográficas y valor medio de la zona.

Siendo territorio de sierras elevadas hacia el Oeste, de difícil acceso, con pendientes
muy pronunciadas sobre todo hacia el límite con el Río Pintos, se optó por la fijación
de la mayor cantidad de puntos cerca del límite por „intersecciones inversas‰ me-
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AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

diante mediciones angulares a no menos de 4 puntos preestablecidos, con lo que


se cumpliría ampliamente la tolerancia deducida para las coordenadas de cada punto.

Para cumplir con esta exigencia, se imponía el desarrollo de un sistema de trián-


gulos que aseguraran la determinación de puntos fijos principales a partir de los
cuales podrían densificarse las zonas del límite y llegar al mismo mediante cortos
relacionamientos.

El problema se presentaría con el volumen de los cálculos de gabinete para de-


terminar las coordenadas planas de los puntos a fijar, como veremos más adelante,
se solucionaría con el flamante cálculo electrónico.

Bajo este esquema de trabajo se fijaron puntos principales bien visibles y seña-
lizados en las crestas más elevadas de las sierras, complementados con otros
accesibles desde la zona del Río Pintos, límite por el Oeste y desde la estancia
„La Carpintería‰ límite por el Norte. (5).

En los trabajos de campo, sobre todo en la zona del Río Pintos colaboró conmigo
el Ing. Agrimensor Roberto Ghilardi quien fuera uno de mis mejores alumnos de
la Facultad y en quien reconozco una gran capacidad técnica adornada con su
cultura y especial personalidad. Luego se encargaría de la „Mensura Judicial de
La Carpintería‰ ya que logramos separarla de „El Potrerillo‰ a pesar de haber te-
nido un origen común. (6).

Todo el cálculo electrónico de las intersecciones inversas, que no fueron pocas,


generando un volumen bastante generoso, fueron realizados para nosotros, por
el Ing. Serafini, utilizando el ordenador que para esa época poseía la Empresa Pro-
vincial de Energía de Córdoba (EPEC) y que Serafini alquilaba por hora, aplicando
su propio programa de cálculo de „intersección inversa‰ con compensación an-
gular y cálculo definitivo de coordenadas por puntos, y poligonal, resultando la
propiedad con 2.391 ha. 4.716 m2 de superficie total en donde quedaron inclui-
dos algunos condóminos y poseedores.

A esta altura del relato, debo hacer memoria de un episodio simple pero emotivo,
desde el punto de vista personal, que nunca imaginé llegaría a impactarme tanto.

Ghilardi estaba encargado de relevar la parte Oeste del campo, es decir el límite
sobre el Río Pintos. Para llegar a la zona debió partir en camioneta provista de
carpas, faroles, bolsas de dormir y otros equipos de campamento. Desde la Cum-
bre, llegar a La Falda, de allí a la „Pampa de Olaen‰ por el camino que va a Soto,
hasta „El Puente‰ desde donde se toma una huella que conduce a la Estancia de
Pintos pasando por la escuela y la iglesia del lugar. De esta forma Ghilardi que-
daba en el fondo del Valle y nosotros en la parte alta de la sierra, separados por
160
EL POTRERILLO

no gran distancia en línea recta, pero muy distantes en contacto personal. Así es
que nos comunicábamos por radio en la medida de lo posible.

Durante el desarrollo del trabajo llegó un momento en que fue necesario llevarle
algunas provisiones y complementos como parte de su tarea por lo que con Don
Amado Ahumada bajamos al Río Pintos desde el límite Sud-Oeste del campo.

Recorriendo el río llegamos a un lugar muy característico donde se encajona ca-


prichosamente entre dos grandes piedras blancas no muy altas. Allí Don Amadeo
me señaló que esa era la „toma‰ para el riego de las chacras de la Estancia de
Pintos y que mi abuelo materno Don Juan Valsesia, un italiano emprendedor y
bastante ingenioso, supo utilizar una especie de cal hidráulica con la que cerró
bastante el paso del agua desviándola hacia un costado por una acequia, para
luego llevar el riego hasta las chacras distantes algunos kilómetros, a cuyos fines
debió ganar los niveles correspondientes. Recorriendo esta acequia pude encon-
trar vestigios de canales calados en troncos de quebracho y de algarrobo suspen-
didos en márgenes barrancosos del río que fueron construidos por mi abuelo creo
que en las primeras décadas del siglo XX. Hasta los años cuarenta, que recuerdo
haber ido a Pintos siendo chico, se regaban unas 70 ha. de chacras que desde el
mirador de „Cuchi-Corral‰ se veían como una alfombra verde.

Terminaré este relato con un párrafo especial de recuerdo para quien fue mi brazo
derecho en esta tarea que no hubiera encarado sino se hubiesen dado las circuns-
tancias que he indicado al principio. Me refiero a Don Amadeo Ahumada, capataz
de campo de „El Potrerillo‰, persona que he conocido desde hace muchos años
y admiro por su hombría de bien. Un criollo sencillo, tranquilo, respetuoso, de
trato muy amable y „obsequioso‰ como se dice en el campo.

Don Amadeo se encargaba cada mañana de tener lista la caballada, y los elemen-
tos necesarios para la jornada que habíamos programado la noche anterior. Pro-
fundo conocedor, no sólo del campo, sino de toda la zona; hábil pronosticador
de los cambios de tiempo y dotado de una voluntad y entusiasmo envidiables a
pesar de ser en esa época una persona mayor, hicieron de él un elemento insus-
tituible en esta campaña. A la hora del almuerzo ya se había adelantado para
elegir un lugar adecuado, con sombra, al reparo del viento y cuando llegábamos
el resto de la comisión, tenía el campamento prolijamente armado con algún „co-
jinillo‰ de asiento sobre las piedras, barrido con „carquejilla‰ y el asado „hume-
ando‰ apetitoso para saborearlo, e intercambiar algunas anécdotas con alegría.

Muchas de ellas estaban referidas a otros tiempos en que solíamos encontrarnos


en la Estancia de Pintos, que ya hemos mencionado, donde en el mes de julio de
cada año se realizaba la „yerra‰ o marcación y recuento del ganado vacuno al
161
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

que concurría no pocas personas, parientes y amigos de la propietaria Doña Irene


Olmos de Olmos y su administrador Don Néstor Olmos. Solíamos encontrarnos
en estas fiestas criollas con algunos primos y amigos que teníamos preferencias
por las cosas del campo y pasábamos un par de días en camaradería y muy en-
tretenidos. Don Amadeo Ahumada, persona de absoluta confianza de la propie-
taria de la estancia, arbitraba cada año en su nombre la distribución del ganado
conforme a la producción que había sido reunido desde días antes con bastante
dificultad atendiendo a la extensión y características del campo abierto, sierra y
monte. (7).

Luego, a descansar un par de horas respetando el sol del medio día para continuar
nuestro trabajo.

Don Amadeo era uno de los propietarios de la Estancia „La Carpintería‰, colin-
dante por el Norte de nuestra mensura, que le pertenecía junto con su familia.

Cuando terminamos las mediciones y me preparaba para regresar a Córdoba le


dejé como recuerdo a Don Amadeo, todos mis avíos de montar, las alforjas de
oficiales de artillería montada que conservaba desde mi paso por el ejército, mis
espuelas, mis borceguíes de media caña, etc., con los que había trabajado muchos
años de mi vida profesional. No volví a verlo, sólo supe que falleció accidental-
mente a muy avanzada edad. Si puedo decir que era el prototipo del criollo se-
rrano que a lo largo de mi vida profesional he tenido oportunidad de tratar muchas
veces y han sido los verdaderos artífices que consolidaran una de las razones por
las cuales me siento realizado profesionalmente, porque en el ejercicio de la Agri-
mensura, cuando se respira el aire libre del campo, cuando se disfruta de la lím-
pida vista que ofrece la serranía y cuando se tiene el placer de la compañía del
lugareño despojado de malicia, de doble intención en su relato, de respeto y ama-
bilidad en su trato, entonces uno advierte que ha elegido una profesión que sa-
tisface sus expectativas científicas pero también serena el espíritu.

La mensura judicial de „El Potrerillo‰ finalmente fue aprobada, como también lo


fue „La Carpintería‰ con lo que se solucionó un antiguo problema de saneamiento
territorial que se prolongó en varias generaciones de poseedores, pasando así a
otorgar el verdadero valor de estas tierras.

No me costó poco sacrificio medir estas tierras no sólo por las limitaciones que
la tecnología ofrecía a la época sino por la falta de continuidad en los trabajos de
campo, condicionadas por mis obligaciones en otras tareas. Sin embargo, mientras
escribo estos relatos revivo los momentos de otras épocas y me admiro por haber
podido dominar lo que originalmente no fue más que un verdadero desafío.
162
EL POTRERILLO

CITA S

1) CHACHOCHARABA ó Cochacharaba ó Cachocaraba. Cacique de la tribu Ayampitin ó


Ampetin, cuyos dominios eran la zona de „Cuchi-Corral‰ y „El Potrerillo‰ (1620-1650).
Hijo del Cacique principal Ancalán que vivió en el paraje „Cuchi- Corral‰ (Corral de cer-
dos) entre 1570 y 1600. Era hermano de Valacta, origen del nombre con que se conoce
actualmente a un sector de la zona „Balata‰ y el „Pozo de Piedra‰ (s/Junta Municipal
de Historia de Los Cocos).
2) TASSANO, Manuel. Inmigrante de origen italiano, llegó a La Cumbre en 1895 donde se
radicó definitivamente después de haber permanecido 10 años en Santa Fe y Buenos
Aires. Fue Agente Consular del Rey de Italia y gozó de gran confianza entre diversos
propietarios de La Cumbre, que le encargaron la administración de sus bienes. Don Ma-
nuel Tassano fue uno de los pioneros que primero escribió sobre los orígenes e historia
de La Cumbre en su libro „Revelaciones históricas del Valle de Punilla‰, publicado en
1931 (comprende el período 1585 a 1930). (Fue socio de mi abuelo).
3) LEYES de INDIAS. Fueron ordenadas por el Rey de España Felipe II en 1573, como una
forma de protección a los indios que eran, hasta entonces, habitualmente maltratados.
Pero además promovía el crecimiento ordenado de las futuras poblaciones en tierras
conquistadas, el comercio, etc. Fue la primera legislación de carácter urbanístico de
aquellos tiempos en el mundo. En 1680 se ordena su recopilación en libros y en 1690
se editan por primera vez en 9 libros destinados cada uno a aspectos puntuales del cre-
cimiento. El libro 4, „fija normas de población, reparto de tierras‰, etc.
4) CUCHI-CORRAL. (Corral de cerdos). Estancia que fuera propiedad de José Eguiluz hacia
1836 (3000 ha.). Luego de distintas sucesiones, en 1928 la posee como heredera la se-
ñora Ramona Eguiluz que vende a Francisco Espinosa Amespil y luego sus descendientes
lo hacen en favor de Miguel Muñoz (1944). Este último fue un conocido „loteador‰ en
la zona de Carlos Paz y Parque Síquiman. Sobre los terrenos de „Cuchi-Corral‰ existió
en alguna época un circuito de carreras automovilísticas y aunque Miguel Muñoz realizó
un „loteo‰ en la parte que colinda con la Ruta Nac. 38, nunca se concretó la urbaniza-
ción. „Cuchi-Corral‰ está declarado Lugar Histórico Nacional según Decreto NÀ 30836
del 10 de diciembre de 1945 - (Junta de Historia de Los Cocos).
5) LA CARPINTER¸A. Campo colindante con la estancia „El Potrerillo‰ que originalmente
formó parte del mismo y con motivo de las mensuras judiciales mencionadas, han sido
individualizados. Eran propietarios de esta fracción la Señora Carlina de Ahumada y sus
hijos uno de los cuales fue Don Amadeo Ahumada, mencionado especialmente en estos
relatos. La Carpintería queda ubicada entre los campos de „El Potrerillo‰ y „Cuchi-Corral‰
se llega por el mismo camino donde se desarrolla la competencia anual de ciclismo „El
desafío del Río Pintos‰.
6) GHILARDI, Roberto (ver Cap. 9 – „Neuquén‰).
7) LA YERRA. José Hernández en su MARTIN FIERRO (1872), describe la yerra como una

163
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

de las distracciones típicas del campo (en realidad es un trabajo). En verso NÀ 37 del
capítulo II, inicia su descripción de la siguiente forma:

„Cuando llegaban las yerras,


–cosa que daba calor!
Tanto gaucho pialador
Y tironiador sin yel,⁄‰

Luego sigue una descripción con detalles en los versos 38-39-40-41 y 42.
Para el lector que no conozca todas las costumbres del campo, agregamos: „pialador‰
era una habilidad en el manejo del lazo que consistía en juntar las patas delanteras del
animal cuando éste pasaba a la carrera, con un certero tiro de lazo. De esa forma el ter-
nero caía en tierra completamente estirado y era posible someterlo al hierro caliente
con la marca del propietario. Durante el trabajo en los corrales, era costumbre en nuestra
época recibir una taza de „quemadillo‰ (vino tinto que se calentaba a fuego fuerte, en
una olla grande agregando canela, cáscara de naranja y azúcar. Luego se encendía el
alcohol en evaporación quemándose éste totalmente y resultando una bebida muy efi-
caz para combatir el frío). Hoy los estancieros son mas prácticos recurren al „brete‰ y
al „cepo‰ inmovilizado al animal que permanece parado.

164
11. CATAMARCA

Hacia fines de 1973 fuimos contratados por el gobierno de la provincia de Cata-


marca para realizar el estudio de títulos de propiedad, relevamiento parcelario,
confección de cartografía catastral, estudio y valuación de la tierra, zonas agro-
geográficas, etc.

Conforme al resultado del concurso público correspondiente, se nos adjudicaron


varios departamentos de la Provincia entre ellos la Capital.

Así es que los trabajos se iniciaron en la Ciudad Capital en enero de 1974, no sin
antes haber organizado todo el operativo previo de infraestructura como, oficinas,
personal, etc.

Alquilamos una casa antigua en la calles Esquiú con varias habitaciones como
para adaptarse a nuestros fines y por supuesto, con el típico patio, piso de ladrillos,
parral y mucho fondo hasta mitad de manzana como eran las parcelas originarias
de la ciudad.

Por aquellos años viajábamos desde Córdoba por Aerolíneas Argentinas en un


vuelo que no duraba más de 35 minutos. Luego desde el aeropuerto local, to-
mábamos los servicios de un pequeño transporte que nos dejaba en la puerta
de la casa de Esquiú; también regresábamos por la misma vía. Hoy sólo se puede
acceder desde Córdoba en colectivo por caminos nacionales generalmente en
mal estado. No es de extrañar: la prensa local en artículo reciente del periodista
Lucas Viano, establece que „Córdoba perdió el 45% de las conexiones‰. „Mientras
el planeta transita de lleno una época de negocios, turismo, industrias y afectos
globalizados, el Aeropuerto Ambrosio Taravela (Córdoba), parece estancado en
el tiempo‰ (La Voz, 19/05/2013).

Capital

La ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, capital de la Provincia, como


se sabe, está emplazada en un valle delimitado por las sierras de Ancasti y Ambato
al margen derecho del Río del Valle, a poco más de 500 m. sobre el nivel del mar.
(Fig. 13).

Fue fundada en 1683 por Fernando de Mendoza de Mate de Luna (aunque con
165
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Fig. 13 - Plano de la Provincia de Catamarca

166
CATAMARCA

anterioridad parece que hubo otras fundaciones que fueron anulados por falta de
población).

En las distintas tareas previstas, tomé a mi cargo en forma personal, la ejecución


de las cartas catastrales de la ciudad a escala 1:2.000 en que estarían representa-
das las parcelas con su edificación, calles, plazas, edificios públicos, identificación
catastral, etc.

La primera tarea a realizar sería la programación del sistema geométrico de apoyo


y su vinculación a un sistema general, el material cartográfico existente y la des-
composición en hojas.

El primer punto exigía valorar el material elaborado años atrás por I.F.T.A. (Instituto
Foto-Topográfico Argentino) y el correspondiente sistema trigonométrico que le
sirvió de apoyo fotogramétrico.

Como nuestra construcción cartográfica resultaba más exigente que el material


disponible, fue necesario, como primera medida, reconocer el mencionado sistema
trigonométrico, ampliarlo y rectificarlo a la medida de nuestras necesidades.

No me voy a detener en más detalles técnicos para no abrumar al lector y trataré


de referirme sólo a dos aspectos anecdóticos del trabajo: Debía reconocer y uti-
lizar un punto trigonométrico del Instituto Geográfico Militar, también pertene-
ciente al sistema establecido por IFTA. Para llegar tomé el vehículo que me pareció
mas adecuado, una camioneta Dodge doble cabina bastante poderosa dado que
de acuerdo a la monografía del punto, éste se encontraba en las afueras de la ciu-
dad hacia el sudeste, por donde existen grandes arenales y zonas de barrancas.
Llegué a estas zonas, viajando sólo con mi instrumental y encontré el primer arenal
(seco por supuesto) que con semejante camioneta me pareció un juego. Lo en-
caré buscando la huella que indicaban los croquis para más adelante. Gran fra-
caso! A poco de andar, la camioneta se hundió hasta los ejes de las ruedas y a
pesar de repetidas y cuidadosas maniobras, la situación empeoraba a cada ins-
tante.

En medio de la nada y luego de un gran silencio, me pareció escuchar algunas


voces; felizmente, los agrimensores estamos acostumbrados a manejarnos en el
campo y pude advertir con cuidado de donde provenían. A un par de kilómetros
del lugar existía un „basural‰ donde una cuadrilla de una veintena de fornidos em-
pleados municipales realizaba la ingrata tarea de desparramar la basura que des-
cargaban camiones provenientes de la ciudad. Aceptaron darme una mano pero
no antes de la finalización de su jornada de trabajo que, naturalmente, agradecí
y retribuí de la mejor forma posible.
167
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Sacada la camioneta de su atoramiento, regresé a las oficinas, tomé un baño, re-


compuse el programa, pasé el instrumental a uno de nuestros Citroen 3CV y al-
guien me dijo: Si no pasó con semejante camioneta, como va a pasar con este
„medio auto‰. Yo contesté 1) no olvide que estos casi autos hicieron toda la cam-
paña de la cordillera en Neuquén y ahora están aquí funcionando; 2) por una de-
ducción lógica estos autos son muy livianos y al tener tracción delantera tienen
que andar bien en los arenales, yo los he visto actuar en algunas zonas de dunas,
que ahora no recuerdo dónde y 3) no olvide que soy descendiente de vasco y a
porfiado, porfiado y medio. (1).

Salí de nuevo con el Citroen verde con capota de lona, llegué al arenal y pasé
por él como si flotara por su superficie. Qué maravilla de máquina y de nobleza,
no se le achicó a nada! Llegué al lugar, encontré el punto colocado al lado de un
canal de riego, realicé las mediciones con toda tranquilidad, ni un alma encontré
por la zona.

Terminado mi trabajo, coloqué una señal visible en el punto y emprendí el regreso


buscando llegar a una ruta pavimentada próxima, que me permitiera el regreso,
aunque más largo, pero más cómodo, Más cómodo? Aparentemente, volví por
un camino pavimentado pero con un viento en contra que se hacía sentir y el
que más lo sufría era el Citroen. Acelerador a fondo pero poco avance, era como
empujar un vagón, entonces pensaba que estas máquinas realmente son una ma-
ravilla pero no sirven para todo, una cosa es en el campo y otra muy distinta es
en la ruta. Para eso hoy tenemos las camionetas japonesas 4x4 con aire acondi-
cionado, G.P.S. y otras sofisticaciones que nos dan confort y seguridad.

Sin embargo, voy a insistir en defensa de estas herramientas baratas para uso sen-
cillo de campo de aquellos años que nos sirvieron, como relatamos en otra parte
de estas memorias, para hacer la campaña del Neuquén en zona de la precordi-
llera. Y aun hoy andan y hay quienes confían en ellos para emprender verdaderas
aventuras:

En el diario del 13 de enero de 2012, en una extensa nota de La Voz del Interior,
aparecen hermosas fotografías de un CITROEN 3CV modelo 79 en el que una
joven pareja de titiriteros pretende llevar su arte por distintos pueblos de América
desde Córdoba, Catamarca, por el paso de San Francisco a Chile, Perú, Ecuador,
Colombia, Venezuela, Panamá, Costa Rica, hasta México regresando por Brasil,
Uruguay, etc.

Habíamos dicho que para no abrumar al lector con descripciones técnicas ha-
ríamos referencia sólo a dos vértices de este sistema geométrico de la ciudad. Y
bien, el otro punto que recuerdo con claridad y merece ser considerado se en-
168
CATAMARCA

cuentra en la parte superior de la Iglesia de San Francisco.

Como muchos saben, la Iglesia y el Convento de San Francisco se ubica en la es-


quina de Fray Mamerto Esquiú y Rivadavia de la ciudad de San Fernando del Valle
de Catamarca, fue construída por el Arq. Italiano Fray Luis Giorgi entre 1882 y
1891, destacándose por su altura y características. Desde 1941 es declarada Mo-
numento Histórico Nacional, subsiste la celda de Fray Mamerto Esquiú (noviciado
siglo XIX). En el interior de esta iglesia se encuentra una caja de cristal que con-
tiene (según dicen), el corazón de Fray Mamerto Esquiú (célebre por la defensa
de la constitución de 1853).

Provisto de la credencial emitida por la Dirección de Catastro y de la monografía


del punto para asegurar su ubicación, concurrí a la Parroquia a fin de gestionar la
autorización para efectuar las mediciones correspondientes. El párroco hizo llamar
a un fraile joven conocedor de todos los rincones del convento y de la iglesia, en-
cargado del mantenimiento edilicio que, a fuerza de arreglar eventuales refaccio-
nes en los techos y otras reparaciones, había visto la marca de metal que indicaba
la posición del punto justo sobre el techo, en la parte mas alta de la iglesia, que-
dando a mi disposición para acompañarme al reconocimiento, colaborando ade-
más con el jardinero para ayudar a transportar el instrumental.

Nunca olvidaré el recorrido por pasillos bastante oscuros, en distintas direcciones


hasta llegar a escaleras de material, piedra y ladrillo de aquella época y luego mas
pasillos hasta iniciar el ascenso final a los techos por un escalera de madera anti-
gua sostenida por un costado solamente (mejor no mirar para abajo), la escalera
resultaba bastante angosta por lo que me pareció mejor no perder de vista las
sandalias del fraile guía que marchaba adelante con absoluta seguridad pese a
los crujidos de la vieja escalera que yo recibía como si fuera un temblor, pero,
gracias a Dios, al fin llegamos arriba, afuera, a la luz del sol, en lo mas alto del
templo. „Allí está, ese es el punto!‰ Señaló el fraile mostrando la chapa de bronce
que indica la exacta posición del punto trigonométrico desde donde efectuamos
nuestras observaciones con toda tranquilidad y disfrutamos de una magnífica vista
panorámica tanto de la ciudad como de la pintoresca zona serrana del Sud-Este
„con distintos tonos de verde y un camino largo que baja y se pierde‰ según
describe la Cuesta del Portezuelo, Rodolfo Polo Gimenez en su inolvidable zamba
„Paisaje de Catamarca‰.

Terminada la tarea era mi deber agradecer al Párroco de la iglesia, la atención dis-


pensada, lo que dió motivo a una animada e interesante conversación dentro de
la cual, le comenté con justificada nostalgia que, años atrás, en julio de 1955 es-
tuvimos con mi esposa Nélida, visitando ese mismo recinto con motivo de uno
de nuestros objetivos de viaje de bodas por el Noroeste Argentino.
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AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

El Párroco de entonces nos atendió con tanta deferencia, que entre otros agasajos
se sentó a un antiguo armonio a pedal e interpretó para nosotros „Danubio Azul‰
de Johann Strauss (1867).

El departamento Capital comprende la ciudad de San Fernando del Valle de Ca-


tamarca y alrededores, formando el territorio más densamente poblado y que,
por lo tanto, requiere cartografía en escala grande.

Atento a esta exigencia se confeccionó la carta en 1:2.000 que cubre toda su su-
perficie, relevándose la zona urbana por manzana en escala de 1:500 con el de-
talle que a esta corresponde, apoyado siempre en el marco geométrico que
hemos detallado al principio.

La cantidad de hojas que se confeccionaron fue de gran importancia, desta-


cando que todas fueron realizadas con su retícula en base a lo cual quedaba
establecida la nomenclatura parcelaria correspondiente al centro geométrico
de cada inmueble.

Tinogasta

A mediados de 1974 estábamos trabajando en el interior de la Provincia de Ca-


tamarca ordenando su catastro territorial. Para no cansar indebidamente al lector
solamente sacaremos de nuestra memoria la zona que nos causó un mejor re-
cuerdo y que no hemos podido olvidar.

Nos estamos refiriendo al departamento Tinogasta, segundo en superficie des-


pués de Antofagasta de la Sierra. Luego de evaluar el material cartográfico y ca-
tastral existente y catalogarlo adecuadamente, era necesario reconocer el terreno
a fin de confeccionar el correspondiente plan de trabajos, metodología técnica,
apoyo logístico, etc.

Desde la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca hacia el Sud-Oeste por
la Ruta 38 hasta Chumbicha y desde allí por la Ruta 60 en territorio de la pro-
vincia de La Rioja, llegamos al primer poblado dentro de Catamarca: „Cerro
Negro‰, luego Copacabana, La Puntilla y Tinogasta, con algunos caseríos inter-
medios todos siguiendo el ferrocarril General Belgrano, que por entonces llegaba
sólo hasta Tinogasta como parte de una red de comunicación amplia hacia el
puerto de Buenos Aires y el resto del país. Uno de los tantos desaciertos de nues-
tros gobernantes de turno quitó esta posibilidad destruyendo el único sistema
de transporte existente, con el argumento de una significativa pérdida diaria oca-
sionada por nuestros ferrocarriles nacionales. Hoy esas mismas pérdidas produ-
cen los ferrocarriles del gran Buenos Aires, con la diferencia que la pagamos
170
CATAMARCA

también nosotros los habitantes del interior. Este medio de transporte que se
sigue utilizando en todo el mundo, por sus ventajas indiscutibles, trajo progreso
a esta zona y pienso que fue realmente su origen por la ubicación de los pueblos.
Ahora los políticos ponen en sus plataformas electorales la reconstrucción de los
mismos, pero mientras más tiempo demoren las decisiones más difícil resultará
implementarlas, porque la gente se lleva los durmientes de quebracho colorado,
los rieles de acero y todo lo que aparece abandonado. Así es como queremos
hacer progresar nuestro país, unos gobiernos construyen y otros destruyen, es
como la fábula del sapo en el pozo que subía un metro pero retrocedía dos.

Bueno, regresemos a nuestros pintorescos pueblos. Desde Tinogasta pasamos a


Santa Rosa, El Puesto, Fiambalá, Medanitos y La Ciénaga, para luego continuar
subiendo la sierra y encontrar caseríos desparramados. Actualmente por Fiambalá
continúa la Ruta 60 que cruza a Chile por el „Paso de San Francisco‰ a unos
4.800 metros sobre el nivel del mar. Por aquellos años de nuestra presencia en la
zona, el acceso era limitado y sólo era posible llegar hasta cierta distancia del
mencionado paso, de manera que hoy nos sorprende gratamente la realidad de
esta importante e imponente vía de comunicación.

Todos estos centros poblados, y algunos que no hemos mencionado, debían ser
relevados geométricamente y representados en planos catastrales a escala grande
con su respectiva edificación, planilla descriptiva, valuación, estudio de títulos y
derechos de propiedad, etc.

Cada una de estas poblaciones tenía un encanto propio el que hemos podido va-
lorar al recorrerlas palmo a palmo durante las mediciones, así como sobre los ta-
bleros de gabinete. Pero es en la primera etapa, durante el contacto directo con
el lugareño, cuando se aprecia el verdadero valor de su apego al territorio, de su
defensa por el valor de las cosas y de los bienes que fueron de sus ancestros. Tí-
tulos de Propiedad? pocos tienen. Derechos? el que proviene de varias genera-
ciones, destacándose algunos con escritos bastante rudimentarios, otros con la
palabra empeñada que nadie pone en duda.

Entre otras virtudes de los habitantes de estos pueblos destacamos su hospitalidad.


En una oportunidad encontramos en Tinogasta uno de los propietarios de una
antigua casona, digo propietario porque era de los pocos que poseía un título de
dominio inscripto, quien nos invitó a su casa a cenar junto a su numerosa familia.
La cordial velada transcurrió entre anécdotas, costumbres ancestrales y culturas
regionales, combinadas con una exquisita comida -preparada por la señora de la
casa- con abundante vino casero que nos pareció una bebida de excelente cali-
dad. Naturalmente generó nuestra curiosidad por qué no se producía comercial-
mente y por qué en nuestros minuciosos recorridos topográficos no habíamos
171
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

relevado ninguna bodega, hasta entonces. No había ninguna pese al excelente


clima, a la bondad de la tierra y a la calidad de la uva que se obtenía. Todo el vino
era de producción limitada para consumo familiar, cuando más de distribución
regional.

Pasado el tiempo, siendo Miembro Titular de la Comisión del Doctorado en Agri-


mensura de la Universidad Nacional de Catamarca, con motivo de una reunión
ordinaria de la Comisión, en la Universidad Nacional de Córdoba, la Dra. Analía
Argerich, por entonces, Directora del Doctorado, me trajo de obsequio una bo-
tella de vino „Shirac‰ elaborado en una bodega de Tinogasta destinada a la ex-
portación, de calidad excelente. Hace poco tiempo en el diario La Voz del Interior
apareció un reclamo comercial de la bodega „Fabrizio Oberto‰ de Tinogasta
(Oberto, basquetbolista cordobés de la NBA), vino de exportación únicamente.

En realidad nuestro trabajo consistía en relevar planimétricamente los centros po-


blados y sus alrededores, es decir los sectores de influencia directa con fines ca-
tastrales, pues en las zonas rurales sólo existían desiertos o montes.

El problema fue más bien relacionar cartográficamente estos relevamientos para dis-
poner de su ubicación geográfica y naturalmente, de su nomenclatura catastral que
sería numérica según las coordenadas planas del centro geométrico de la parcela.

Sin embrago, no estaba previsto, desde el punto de vista contractual, el releva-


miento de la zona rural por considerarla de escaso valor catastral frente al elevado
costo de los trabajos. Esta propuesta tenía su lógica, pues observando luego el
mapa final del Departamento Tinogasta aparece a nuestros ojos una extensa
zona despoblada con un conjunto de pueblitos en „rosario‰ siguiendo la Ruta 60
hasta Fiambalá y de allí al „Paso de San Francisco‰ y otro ramal de pequeñísimos
pueblitos hacia Antofagasta de la Sierra, al Norte, en donde no había caminos,
quedaba un despoblado de una extensión de unos 23.582 km2, según el I.G.M.
(hoy I.G.N.).

No existía, por entonces, cartografía confiable que cubriera todo el territorio de-
partamental, sólo un vuelo fotogramétrico del „Plan Cordillera Norte‰ realizado
por la Dirección Nacional de Minería que utilizaba, seguramente, en la confección
del Mapa Geológico-Económico de la República Argentina a escala pequeña, que
fue cubriendo sistemáticamente todo el territorio nacional desde principios del
Siglo pasado, donde se destacaron abnegados topógrafos de extraordinaria ex-
periencia en campaña, creando modelos de representación topográfica dignos
de admiración para la época.

En la zona que nos ocupa, sólo existían las fotografías mencionadas y algunos
172
CATAMARCA

puntos trigonométricos también de minería; así que partimos a Buenos Aires para
tratar de conseguir un juego de copias de este material en la Dirección Nacional
de Minería (hoy SEGEMAR) ubicada en Av. Santa Fe, donde gracias a los buenos
oficios de nuestro común amigo el Cartógrafo Turco Greco -de destacada expe-
riencia en esa Repartición- que autorizó la venta a valores oficiales del juego de
copias solicitado, trámite burocrático de por medio, con oficio al Jefe del Labora-
torio Fotográfico.

Ahora bien, el laboratorio fotográfico había sido trasladado a la Isla Maciel en el


Partido de Avellaneda, donde fue posible obtener el juego de copias de contacto
solicitado.

Mientras esperábamos su entrega recorrimos con la vista el predio de un par de


hectáreas, depósito de la Repartición, más parecido a un reservorio de chatarra,
siendo un lamentable cuadro de despojos de camiones destrozados o, en el mejor
de los casos montados sin ruedas sobre cuatro troncos, Torres de Observaciones
Geodésicas destruídas por el herrumbre, depósito de señales de medición que-
bradas, banderas desteñidas o derruídas por la húmedad; en fin era penoso con-
templar esa realidad teniendo en cuenta el prestigio técnico de que gozó durante
décadas esta Repartición, produciendo cartografía de gran calidad en los lugares
más apartados del país, en momentos en que la tecnología estaba bien lejos de
estos días. Pero bueno, lo que observábamos no hacía más que confirmar la im-
presión que nos causó el día anterior, cuando visitamos las oficinas centrales de
la institución, en las que observamos que todos los instrumentos de su moderno
Gabinete de Restitución Fotogramétrica estaban fuera de uso, cubiertos o guar-
dados. La destacada Dirección Nacional de Minería dejaba, lentamente, de ser
lo que era para continuar, a partir del año 1996, como Servicio Geológico Minero
Argentino (SEGEMAR), funcionando como organismo nacional descentralizado
y conservando entre sus funciones específicas la confección del „Mapeo Geoló-
gico y la producción de Mapas Geológicos y Temáticos‰.

De regreso a Tinogasta con las coordenadas locales de algunos puntos de Minería


fue necesario analizar el material adquirido: copias de contacto del Plan Cordillera
Norte a escala aproximada de 1:50.000 y pasarlo a consideración del Ingeniero
Víctor H. Haar que era, sin dudas, un científico muy bien preparado en las disci-
plinas de la Geomática, teniendo también una especial habilidad al momento de
buscar soluciones ingeniosas cuando se requieren resultados expeditivos suficien-
tes para cubrir las necesidades básicas impuestas tan sólo con las pocas herra-
mientas con que se disponía.

El desafío era elaborar un registro gráfico en escala pequeña (1:200.000) par-


tiendo de los fotogramas indicados, siendo necesario someterlos a una restitu-
173
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

ción aproximada, tratando en lo posible de compensar las deformaciones geo-


métricas con procedimientos no instrumentales mediante la aplicación de fór-
mulas y procedimientos simples.

Así se calcularon los ángulos al centro utilizando una calculadora de mano Texas
TI-52 programable con tarjetas. En esa época no se disponía de computadoras y
menos computadoras personales (PC) por lo que eran reducidos, aunque no im-
posibles, la aplicación de otras metodologías. Sí eran muy limitadas las posibilida-
des económicas. Pero si se acepta que 1mm en la carta equivalen en esa escala
a 200 m. en el terreno, es lógico pensar que cada zona poblada, quedaría bien
identificada, especialmente teniendo en cuenta el alejamiento entre uno y otro
grupo de parcelas. Naturalmente, hoy no se utilizaría este criterio pues con la tec-
nología moderna, la solución del problema sería poco menos que un trabajo prác-
tico de la Facultad recurriendo tan sólo al uso de imágenes satelitales y al G.P.S.,
sin embargo, quedó demostrado que lo interesante de nuestra profesión es resol-
ver los mismos problemas utilizando métodos alternativos.

Para ubicarnos en la época que nos ocupa, sería de utilidad consultar el valioso
trabajo elaborado por el Prof. Haar, aprobado por Resolución NÀ 15 del VÀ Con-
greso Nacional de Cartografía realizado en Neuquén en Septiembre de 1978 sobre
„Exactitud de la Cartografía Expeditiva Sistematizada‰ donde el autor funda-
menta criterios técnicos para fijar tolerancias métricas que en la oportunidad rela-
tada ya fueron aplicadas. En 1978, Haar ya previene: „Los trabajos de apoyo se
simplificarán el día que estén a disposición de los usuarios métodos e instru-
mentos que permitan la determinación de puntos sobre la superficie terrestre
en poco tiempo y a costos reducidos, a partir de satélites geoestacionarios‰. (2).

La etapa próxima de nuestro programa sería relevar los centros poblados del De-
partamento de Antofagasta de la Sierra, el más extenso de la provincia (28.097
km2 según el IGM).

Antofagasta de la Sierra

Se trata de una de las zonas menos pobladas de la Provincia no sólo por el rigor
de su clima, netamente continental, con mínimas por debajo de cero grados y
máximas por encima de los 30À durante el día y régimen de lluvias muy escaso,
sino por las limitadas posibilidades de comunicación a la época que nos ocupa,
como veremos. Hoy es un problema superado con la construcción de nuevas
rutas de acceso a la zona noroeste del país.

Territorio típico de la „Puna Catamarqueña‰ producto de actividad volcánica que


dieron origen, entre otros fenómenos, a extensos campos de „piedra pómez‰ y
174
CATAMARCA

zonas con extrañas formas y colores que mucho se parecen a imágenes de otros
planetas. Estos volcanes en su totalidad inactivos, presentan un marco geográfico
que caracteriza a la zona. Hacia el Este, el „Cerro Galán‰ característico por su cal-
dera de enorme extensión que alberga lagunas de gran belleza, al Oeste los picos
de la Cordillera de los Andes. El panorama general de la puna lo completan nu-
merosos „salares‰ como „Antofalla‰, „Hombre muerto‰, etc., para mencionar al-
gunos y características lagunas, notables por sus flamencos rosados. Pero aquí
haremos referencia solamente a la localidad de Antofagasta de la Sierra, Capital
del departamento, ubicada a una altura media de 3.400 m. sobre el nivel del mar,
aproximadamente a los 26À 04`de latitud Sud 67À 24`de longitud Oeste.

Originalmente esta zona estuvo poblada por diaguitas y atacameños, de allí el


origen toponímico del lugar: „Kakan‰ (en diaguita) = „Pueblo del Solar Grande‰
o „Puerta del Sol‰ (atacameño). En la antigüedad existían minas de oro, cobre,
bórax, plomo, etc. (naturalmente aun existen como una riqueza no explotada
racionalmente).

Actualmente, se radican numerosas familias catamarqueñas que han elegido vivir


en este lugar de la Puna, verdadero oasis de regadío con grandes alfalfares que
alimentan ovejas y llamas con cuya lana se confeccionan ponchos y otras prendas
de apreciado valor, vacas y mulas que de antiguo eran exportadas a Chile (hoy
habría alrededor de 26.000 llamas en la Provincia con cabañas de producción im-
portantes de estos camélidos), como también de vicuñas. Las características edi-
licias de la población esta „compuesta‰ por casas de adobes generalmente
pintadas de blanco con un centro urbano rodeado de pequeñas quintas de maíz,
papas, cebollas, etc.

Hace poco contemplaba esta población y sus alrededores en Internet a través del
programa Google Earth y quedé asombrado al comprobar como ha crecido en
cuarenta años. Casi no se pueden reconocer lugares de aquellos años.

El primer problema para iniciar los trabajos de levantamiento catastral urbano de


Antofagasta de la Sierra, fue llegar al lugar, no existiendo rutas directas en aquella
época sólo había dos alternativas: utilizar los vuelos regulares que cada 15 días
efectuaba la Dirección de Aeronáutica de la Provincia de Catamarca trasladando
la proveeduría necesaria para 2 semanas o llegar dando un largo rodeo desde la
provincia de Salta, donde existían caminos transitables aunque bastante desolados.
Se adoptaron las dos soluciones: mediante un vuelo regular desde la ciudad de
San Fernando del Valle de Catamarca se trasladó parte del personal técnico con
su equipo que comandó el Ing. Víctor Haar. El viaje, (creo que era un Piper PA-
Navajo), tuvo un contratiempo en vuelo; se paró un motor por desperfectos en
el carburador, por lo que fue necesario efectuar un aterrizaje de emergencia en
175
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

una población intermedia y esperar la llegada del repuesto en colectivo. Según el


piloto estos episodios se repetían por falta de mantenimiento de las aeronaves.
Gran susto de nuestros técnicos y superado el problema, una anécdota para con-
tar durante años.

Con el tiempo, creo que esta Dirección de Aeronáutica sería poco considerada a
nivel gubernamental, pero actualmente cuenta con modernos aviones como el
„Metro III‰ que de 2006 vuelan por el interior de la Provincia.

Así debía ser si se piensa que cuando iniciamos estos trabajos en 1975 había un
servicio de Aerolíneas Argentinas desde Córdoba a Catamarca con una duración
de unos 35 minutos de vuelo. Hoy después de cuarenta años, sólo se puede viajar
en colectivo con una cantidad considerable de horas y pocos servicios sobre la
ruta, como única forma de transporte masivo porque, hasta el ferrocarril fue des-
mantelado.

Sin embargo si desea viajar en avión puede hacerlo pero vía Córdoba - Aeropar-
que - La Rioja - Catamarca (con trasbordo en Aeroparque).

El traslado por las rutas existentes a la época, por Salta se efectúo en camioneta
a cargo del Ing. César Badaró, transportando todos los elementos pesados para
instalar la oficina necesaria que por supuesto, no sabíamos donde estaría ubicada.
Este personal llegó mucho antes por la circunstancia indicada del aterrizaje for-
zoso que duró algunos días.

Resueltos todos los problemas, se iniciaron los trabajos para los que contamos
con el inestimable apoyo del maestro-director de la escuela que con sus conoci-
mientos del lugar, de la gente y de haber asimilado rápidamente la metodología
del relevamiento, permitió acortar significativamente los tiempos. No fue pro-
blema tampoco confeccionar las respectivas planillas de valuación, y los valores
medios de la tierra por cuadra, básicos para la cartografía temática correspon-
diente.

A diferencia de otros sectores de la Provincia de Catamarca, que estábamos rele-


vando como los departamentos Capital, Fray Mamerto Esquiú, Poman y Tinogasta,
en esta zona preferíamos no enviar datos parciales del relevamiento de campo a
nuestras oficinas en Córdoba para su tratamiento en gabinete, confección de pla-
nos, procesamiento, microfilmación, listados, etc., sino que preferimos terminar
todo y retirarnos, condicionados por lo complicado de las comunicaciones.

Y así fue que las comisiones regresaron contentas con la experiencia de hacer Agri-
mensura en una zona característica de la Puna Catamarqueña, tan notable por su
belleza natural. El Ing. Badaró regresó por Salta en la camioneta por donde había
176
CATAMARCA

ido, pero con dos hermosas llamas jóvenes que trajo de regalo para sus hijos pe-
queños, que podía cuidar adecuadamente en el amplio parque de su casa en Villa
Belgrano y después donarlas al Zoológico de Córdoba, como seguramente hizo.

Otros Departamentos

Finalmente también realizamos los trabajos descriptos en los Departamentos de


Pomán y Fray Mamerto Esquiú. La Cartografía de Pomán fue realizada en escala
1:100.000 por restitución planimétrica de fotogramas del Plan Coordillera Norte
(1:50.000 y 1: 25.000) cubriendo toda la superficie departamental, la que se pre-
sentaba bastante diferenciada topográficamente: Al Este muy accidentada, por lo
que fue necesaria una buena densificación de puntos de apoyo terrestre.

Las poblaciones situadas en este sector fueron restituidas a escala 1:5.000, como
por ejemplo Joyango, Michango, Rincón, Mutquín, Rosario Colana y otros; la
Capital del departamento es la localidad de Pomán, se relevó a escala 1:2.000
(restituidor de 1À Orden Galileo- Santoni IV).

Al Oeste del territorio departamental es totalmente llano y prácticamente despo-


blado („Salar de Pipanaco‰) por lo que se utilizaron fotomosaicos como base para
la cartografía 1:100.000.

El departamento Fray Mamerto Esquiú, en cambio, mereció otra metodología


que se adecuase a sus principales características como zona suburbana (quintas
y parcelas con superficies poco edificadas).

Nuestra empresa CONSAGRA (Consultores Agrimensores Asociados) cumplió en


tiempo y forma con los respectivos contratos.

Sin embargo en forma personal, con el Ing. Víctor H. Haar regresamos a Cata-
marca como Miembros Titulares de la Comisión del Doctorado en Agrimensura
de la Facultad de Tecnología y Ciencias Aplicadas de la Universidad Nacional
donde permanecimos hasta hace poco tiempo.

Esta actividad fue puramente académica y en la que hemos sido considerados


por docentes y alumnos con una gran deferencia que no olvidaremos. Y que va-
loramos por la solvencia intelectual y la exquisita personalidad de las Profesoras
Ingenieras Agrimensoras, Doctoras en Agrimensura Analía Argerich (3) e Hilda
Herrera. (ver. Cap. 1 - „Agrimensura‰).

Mas allá de tal actividad, valoré personalmente la riqueza humana adquirida cada
vez que me tocó actuar en las tareas de campaña durante los relevamientos con-
tratados, por el contacto con los lugareños de quienes aprendí no pocas expe-
177
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

riencias por su humildad, su natural sabiduría y la probada generosidad con que


fuimos distinguidos.

CITAS

1) CITROEN. (ver Cap. 9 - „Neuquén‰).


2) HAAR, Víctor Hansjürgen. (ver Cap. 1 - „Agrimensura‰)
3) ARGERICH, Analía Isabel. Ingeniera Agrimensora y Doctora en Agrimensura (Universidad
Nacional de Catamarca), Profesora de Post Grado en el Doctorado, Fue Directora del
Doctorado y actualmente se desempeña como Miembro Titular de la Comisión Aca-
démica. De destacada solvencia intelectual tiene numerosas publicaciones de su espe-
cialidad y conferencias dictadas en distintas Universidades y Reuniones Científicas.
Motor de la creación y funcionamiento del Doctorado en Agrimensura, único en Ar-
gentina. Es además Directora de LATIN- GEO - Catamarca.
4) HERRERA, Hilda. (ver Cap.1 - „Agrimensura‰)

178
12. LA RIOJA

En la vecina Provincia de la Rioja y por la misma época, 1973, estábamos también


realizando el relevamiento parcelario en la obra del Catastro Integral de esa pro-
vincia, contratados por haber obtenido el mejor puntaje en el concurso abierto
de antecedentes para ejecutar la Región II que comprendía los Departamentos
Chilecito, San Blas de los Sauces, Arauco y Castro Barros, con una superficie de
1612.200 hectáreas y 9845 parcelas en áreas rurales y 10691 hectáreas con
11202 parcelas en áreas urbanas. (Fig. 11).

Sin entrar en pormenores de las características técnicas del trabajo que debíamos
realizar, mencionaremos solamente que se trataba de aplicar una metodología
desarrollada por un equipo de agrimensores de la Dirección General de Catastro
de La Rioja, repartición a cargo entonces del inolvidable pionero de la Agrimen-
sura Agrim. Italo Mercol. (1).

Este equipo al que hacemos referencia, lo dirigía el Agrim. Haigas Tatián, un cor-
dobés egresado de la Universidad Nacional de Córdoba, que por los años 50
fuera un inolvidable compañero de estudio en la preparación para examen final
de algunas materias.

Haigas Tatián, radicado en La Rioja donde desarrolló su profesión, había ensayado


una metodología de trabajo bastante interesante basada en la fotointerpretación
de los límites de posesiones de inmuebles y sus mejoras sobres fotogramas aéreos
a escala 1:5.000 y fotoplanos a escala 1:1.000 confeccionados por la Empresa
I.F.T.A. (Instituto Fototopográfico Argentino). A partir de este material informativo,
ayudado con la fotointerpretación estereoscópica de los fotogramas originales
más el fotoplano, se realizaba la verificación y medición in situ obteniéndose los
datos métricos ciertos de campaña para la confección de los correspondientes
planos catastrales.

Como hemos expresado antes, no entramos en otros detalles técnicos por no


abusar de la paciencia del lector, que en muchos casos podrían parecerle proce-
dimientos demasiado elementales. Sin embargo, es nuestra obligación recordar
que estamos relatando trabajos de relevamiento expeditivo pero con acceso di-
recto a cada inmueble de hace cuarenta años, y que la explosión de la tecnología
moderna de la Agrimensura empezó en nuestro medio por lo menos diez años
después. Por otra parte, los presupuestos oficiales para las tareas de Agrimensura
179
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

siempre fueron por demás exiguos, lo que obligaba a los técnicos responsables a
ingeniarse para resolver con poca cosa sus problemas.

Nuestro equipo tenía a su cargo el relevamiento parcelario de la Zona NÀ II que


comprendía cuatro departamentos. Otros equipos de agrimensores, a su vez, eran
responsables de otras zonas cada una con sendos departamentos. Todos los equi-
pos o comisiones actuaban simultáneamente cada una en la zona asignada. La
Dirección General de Catastro de La Rioja, tenía previsto en su proyecto de Ca-
tastro Integral que los responsables técnicos de las distintas comisiones se reunie-
ran al menos una vez por mes para analizar y comparar los trabajos ejecutados,
donde eran planteados los inconvenientes surgidos y las posibles soluciones, ge-
nerándose debates por demás interesantes que aportaban siempre un mejor apro-
vechamiento de la metodología aplicada.

Era norma que estas reuniones se realizaran cada vez en una zona distinta, de la
cual el correspondiente contratista resultaba el anfitrión organizando el encuentro
técnico que duraba todo un día.

Recordaré aquí la oportunidad en que concurrimos con el Ing. Víctor Hansjürgen


Haar a una de estas reuniones, programada esta vez en la localidad de Olta, ca-
becera del Departamento General Manuel Belgrano, perteneciente a otra zona
de trabajo a cargo de un grupo de colegas.

Sería una irreverencia no hacer algún párrafo intentando describir aunque sea so-
meramente esta población no sólo por su importancia turística sino por ser parte
activa de nuestra historia patria.

Olta es el oasis de los llanos riojanos y se encuentra en las nacientes de la Sierra


de los Llanos en un bolsón de clima árido.

No he encontrado congruencia en la investigación del origen del nombre por lo


que sólo arriesgaré uno que me parece mas razonable, procedente, como todos,
del idioma nativo antiguo (cacán): „Holta‰ = „pueblo entre lomas‰ (hay otras acep-
ciones). Los españoles invadieron estas tierras hacia 1589.

Este pueblo tiene entre otras, dos referencias que lo distinguen, una histórica
de finales del 1800, y otra cultural, de principios del 1900 que vale la pena men-
cionar:

˘ngel Vicente Peñaloza, apodado „el Chacho‰ fue un caudillo y militar argentino,
uno de los últimos líderes federales alzado en armas contra el centralismo de Bue-
nos Aires, que nuestra historia, siempre digitada, no ha valorado debidamente.
Peñaloza, que obtuvo en el campo de batalla el grado de General, fue uno de los
180
LA RIOJA

puntales que apoyó la campaña de Facundo Quiroga en la defensa del ideal fe-
deralista.

Al final de la lucha fraticida, y esto ya es historia, Peñaloza fue acorralado y asesi-


nado en Olta el 12 de noviembre de 1863 cortándole la cabeza, que por orden
de sus verdugos fue clavada en la punta de un palo y exhibida en la plaza de esta
localidad, condenando además a su esposa Victoria Romero a barrer la plaza
mayor de la ciudad de San Juan atada con cadenas. (Wikipedia).

He aquí una muestra más de la barbarie de aquellos años que regaron con sangre
de hermanos el suelo patrio y que, lamentablemente, algunos de nuestros próce-
res más insignes aplaudieron, pero que, sin embargo, no ha servido de lección
para algunos gobernantes desde entonces pues, es triste aceptarlo, los argentinos
somos muy frágiles de memoria y continuamos con esta disgresión centralista
que debilita realmente el verdadero desarrollo territorial sustentable.

El otro motivo que distingue a Olta, en el ámbito de la cultura popular argentina


está vinculado con la existencia física en el lugar del famoso „Caminito‰ que ins-
piró la poesía del tango del mismo nombre, el tercero más famoso del mundo
después de „La Cumparsita‰ y „el Choclo‰.

El tango „Caminito‰ presenta dos fuentes de inspiración: las estrofas de Gabino


Coria Peñaloza, que surgieron en 1903 de su nostalgia por el camino que recorría
con su enamorada María, una joven profesora de música, por esa senda de unos
dos kilómetros entre Olta y Loma Blanca, con motivo de su permanencia circuns-
tancial en la zona, ya que era mendocino (su madre era de Olta). Debió partir
luego que la bajante de los ríos crecidos lo permitió y al regresar al año siguiente
María ya no estaba. Su soledad nostalgiosa le inspiraba las tan conocidas estrofas
dirigidas al sendero que tantas veces recorrió en épocas felices.

„Caminito que entonces estabas


Bordado de trébol y juncos en flor⁄‰
..................................

Se dice que Coria Peñaloza nunca más volvió al lugar y se radicó luego en Buenos
Aires como veremos. Los versos de su „Caminito‰ quedarían guardados en algún
antiguo armario hasta 1926.

La otra fuente de inspiración del tango „Caminito‰ es la música de Juan de Dios


Filiberto que él mismo dice: „en 1904 pasaba yo por esa curva; iba a mi trabajo⁄
Mi oficio era mecánico⁄ Después de muchos años siendo músico, en 1923, pasé
un anochecer, añorando aquellos tiempos, recordé una chica que se asomaba a
una ventana y me salieron unos compases de la canción „Caminito‰ que recién
181
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

en 1926 terminé‰.

Según parece, el pintor Quinquela Martín representó este camino de la Boca


que es una calle cortada en esa zona, hoy convertida en museo. Por aquellos
años Quinquela Martín coordinó a poeta y músico en 1926 de donde nació el
tango „Caminito‰ tal como se lo conoce en la actualidad pasando así a la fama
desde sus orígenes en la voz de Agustín Magaldi hasta los tiempos modernos en
la inolvidable interpretación de los tres tenores, Luciano Pavarotti, Plácido Do-
mingo y José Carreras.

Nos hemos apartado un poco en estos relatos descriptivos que identifican a la


localidad de Olta, cuando estábamos refiriéndonos en realidad a las reuniones
técnicas programadas por la Dirección General de Catastro de los grupos de re-
levamiento a cargo de las distintas zonas en que se había dividido la provincia, a
fin de coordinar las tareas e intercambiar experiencias, reuniones estas presididas
por el Agrimensor Haigas Tatian autor del método general aplicado.

Las jornadas de trabajo se iniciaron a primera hora de la mañana en la hostería


del lugar hasta pasadas las dos de la tarde, en que luego de haber repasado las
conclusiones nuestro anfitrión nos obsequió con un apetitoso asado y buena mú-
sica folklórica de un conjunto local.

Los meses de verano en Olta y a la hora de la siesta son bastantes agobiantes, a


pesar de lo cual contábamos con un par de grandes ventiladores que movían
buena cantidad de aire como para superar la temperatura ambiente real. Así fue
pasando el agradable tiempo de sobremesa con intercambio de experiencias téc-
nicas, anécdotas, y futuro, cuando de repente se cortó la luz y se detuvieron los
ventiladores. Fue como haber entrado en un horno. Sucedía que la usina térmica
del lugar diariamente paraba los motores a esa hora por razones técnicas y los
volvía a poner en funcionamiento antes del anochecer.

Como el calor resultaba poco soportable para nuestros hábitos cordobeses al


menos, salimos con el Ing. Haar a la calle buscando alguna sombra al aire libre
y naturalmente nuestro destino fue la plaza ubicada a corta distancia. Que
suerte!!! Por el centro de la misma corría una acequia con cristalinas aguas que
seguramente bajarían de las sierras cercanas, reservorio de por medio y cuya
frescura fue una bendición. No pasaba ninguna persona por el lugar, de manera
que nos lavamos la cara, nos mojamos la cabeza pero también nos metimos
hasta la rodilla dentro de tan agradable corriente fresca. Ya nos habíamos despe-
dido del resto de nuestros colegas de manera que cuando fue prudente regresa-
mos a Chilecito, lugar de nuestra residencia provisoria o tal vez volveríamos a la
ciudad de Córdoba, a decidir de acuerdo a los planes inmediatos ya que de todos
182
LA RIOJA

modos era necesario salir hacia el Norte a la Ruta Nac. 38.

CITA S
1) MERCOL. (ver Cap. 8 - „Tama‰).

183
184
13. EL DURAZNO

A comienzos de 1978, mi amigo y compañero de docencia universitaria el Inge-


niero Geógrafo-agrimensor Víctor Ricardo Lauría, estaba desvinculado de la Di-
rección General de Catastro de la Provincia donde había sido Subdirector. Quería
dedicarse a la Agrimensura y me propuso realizar un trabajo de división parcela-
ria en el Departamento Calamuchita al que acudí muy complacido, pues nos co-
nocíamos desde antes de los años cincuenta y nos guardábamos mucho afecto,
siendo además su „compadre‰ pues soy padrino de bautismo de su hijo Gustavo,
también Ingeniero Agrimensor y Jefe de la Delegación Río Tercero de la Direc-
ción General de Catastro de esta Provincia, por lo que sería más que placentero
trabajar juntos. (1).

Se trataba de un campo de 1.000 ha. ubicado sobre el río El Durazno, a pocos


kilómetros de Yacanto. (Fig. 10).

La propiedad se desarrolla hacia el Oeste (Sierra Comechingones) a partir del río,


en una extensión de unos 10 km. por un ancho medio uniforme de 1 km., pre-
sentando por lo tanto, una forma geométrica casi rectangular.

El río El Durazno se forma en los cerros „del ˘guila‰ y „Repecho‰ en la vertiente


Este de la sierra de Comechingones a partir de donde va incrementando su caudal
con la afluencia de numerosos arroyos, entre los que se encuentra el que nace
dentro del campo que nos ocupa, el arroyo El Cajón. Luego de un recorrido hasta
el paraje llamado „La Juntura‰ se forma el Río Grande tributario de mayor caudal
del lago que forma el Embalse de Río Tercero (Dr. Juan Vázquez. „Geografía Física
de la Pcia. de Córdoba). (2).

Nuestro comitente el contador Alberto Carlos Rebecchi, propietario del campo,


tenía programado dividir el mismo en fracciones de 20 ha., forestarlas con pinos
y luego venderlas en tales condiciones. Era la época en que se desarrollaba en la
zona de Calamuchita un gran interés por el negocio de la madera a partir, natu-
ralmente de la forestación, especialmente con coníferas, luego que se hubieran
demostrado las bondades climáticas y las características del suelo propios de esta
zona y que se adaptaban muy bien para esta clase de cultivos. Prueba de ello es
la gran superficie cubierta en la actualidad por pinares que cambiaron por com-
pleto la fisonomía geográfica de la zona y consecuentemente su valor.
185
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Luego de haber examinado los antecedentes catastrales relacionados con la pro-


piedad, con copia de todas las mensuras y relevamientos relacionados, un juego
de copias de vistas aéreas del sector y en posesión del estudio de títulos completo
de la propiedad y sus colindantes, nos dispusimos a plantear nuestra metodología
de trabajo y su correspondiente estrategia de campaña.

Viajamos hacia Santa Rosa de Calamuchita y al llegar al „Crucero‰, hacia Athos


Pampa hasta Yacanto y desde allí a „El Durazno‰. En esa época era sólo una pe-
queña villa serrana en la cual elegimos la casa de Don Bustos para alojarnos como
pensionistas y establecer allí nuestro centro de trabajo, aunque el campo a medir
quedaba cruzando el Río El Durazno, cuyas crecidas eran de temer.

Una visita a la zona era imprescindible para verificar el límite Norte del campo
que debía coincidir con una línea judicial del agrimensor S. Ponce Laforgue (1952)
a respetar y que serviría de referencia a nuestras operaciones. Este límite se reali-
zaba en parte con pircas, en parte con alambrados y el resto sólo con vestigios
que acusaban la presencia de una línea recta de 10 km. que utilizaríamos como
base jurídica y geométrica de nuestra operación de mensura.

Nos bastó reconocer el terreno para confirmar nuestra metodología de trabajo


ya elaborada en gabinete, en base a los antecedentes disponibles.

Ejecutaríamos en primer término, la mensura del predio utilizando como base


geométrica una triangulación topográfica que se desarrollaba con vértices cerca
de los límites Norte y Sud. Pero además se dejarían puntos provisorios cerca de
estos límites cuyas futuras coordenadas deberían servirnos para materializar a
partir de ellos, las fracciones de 20 ha. que finalmente resultaran del trabajo fina-
lizado.

Así procedimos en campaña; Víctor Lauría equipado con un teodolito topográfico


de Wild por el extremo Sur y yo con otro teodolito de Fennel por el Norte, traba-
jando simultáneamente en el cierre de los triángulos y visuales complementarias
y apoyados por sendos equipos de auxiliares que señalizaban los puntos con una
buena intercomunicación inalámbrica, imprescindibles en estos casos.

Así se cubrieron los 10 km. donde una base de control finalmente cerró el sistema
geométrico, desarrollado, como hemos indicado en terreno montañoso.

Que distinta hubiera sido esta tarea, si como hoy, hubiéramos podido disponer
de la tecnología G.P.S. Sin embargo para la época podíamos haber utilizado un
distanciómetro electro-óptico que disponíamos en CONSAGRA, pero por ese en-
tonces había sido enviado a Buenos Aires para su recalibrado. La empresa encar-
gada del trabajo falló en el cumplimiento de los plazos y no envió de regreso el
186
EL DURAZNO

aparato. Cabe señalar que por ese entonces, los distanciómetros topográficos no
estaban tan desarrollados como lo están ahora y necesitaban ser recalibrados con
frecuencia. Por otra parte, no eran estaciones totales sino el distanciómetro sólo
que en el mejor de los casos, se montaba sobre un teodolito, formando el instru-
mento combinado.

No detallaremos demasiado este aspecto porque es conocido para nuestros viejos


colegas. Aunque seguramente los jóvenes agrimensores no se explicarían cómo
se podía trabajar con esta metodología, si se tiene en cuenta que estamos ha-
ciendo referencia a la Agrimensura de hace 30 años atrás y ellos ya se han for-
mado en la era de la Geomática actual.

Terminamos el trabajo de campo, determinamos la orientación geográfica de


nuestro sistema con una sencilla determinación de azimut, por observación de
estrellas previamente programadas, y regresamos a Córdoba a realizar los trabajos
de gabinete necesarios.

Completada la siempre tediosa gestión de presentación de planos, informes y re-


quisitos del sistema, era necesario materializar las fracciones resultantes mediante
su amojonamiento, a partir del cual, la empresa forestadora iniciaría sus tareas de
apertura de calles, plantación, espacios de control de fuego, etc.

A partir de los puntos auxiliares, perfectamente reconocidos y con sus coordena-


das planas finales, se materializaron los límites en base a los cálculos previos de
replanteo cuyos valores de rumbo y distancia quedarían individualizados para
cada mojón definitivo.

Debo reconocer que como trabajo de campo esta es la tarea de agrimensura más
agobiante pues de la operación geométrica en sí es necesario esperar el trabajo
auxiliar de confeccionar y/o fijar mojones, tarea que lleva tiempo si ha de ejecu-
tarse con responsabilidad de futuro para que la marcación perdure todo lo posible
en el tiempo.

Es bueno hacer una reflexión aquí a este acto de amojonamiento por la impor-
tancia que tiene, ya que es el resultado final de una tarea de aplicación de la geo-
metría legista en primer término y de su aplicación práctica sobre el terreno.

Hace algunos años decíamos: „el amojonamiento es el acto final y fundamental


del establecimiento del límite en la operación de mensura. La presencia de los
mojones promueve el correspondiente efecto oponible a terceros mediante la
expresión material del Derecho Real constituído, que así se publicita en su estado
real, para consideración de la sociedad y del propio Estado‰. (3).
187
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Pasaron los días y el trabajo se realizó conforme estaba programado de manera


que habíamos previsto que llegado al final del campo, es decir a 10 km. al Oeste
del Río El Durazno destinaríamos el último día para hacer una excursión de pesca,
ya que esa zona era el corazón del hábitat natural de la trucha „arco iris‰.

Salimos temprano de la hostería por un camino vecinal próximo al campo y lle-


gamos casi hasta el final cerca del puesto de Don Almada, quien nos recibió con
manifiesta alegría ofreciéndonos su hospitalidad, típica de nuestros serranos. Era
la primera vez que hablábamos con él. Luego de tomar unos mates, el dueño de
casa nos indicó el mejor lugar para pescar que estaría hacia el Oeste en la sierra
de Comechingones en las nacientes de los ríos, hacia el Oeste, lugar al que para
llegar tendríamos no menos de una hora y media a caballo. „Pedrito‰, su hijo,
también pescador y conocedor de la zona nos acompañaría, a cuyos fines ya es-
taba preparando las cabalgaduras, carnadas y otros avíos propios de la excursión.
Una de las hijas del patrón que nos cebaba mate, dijo: „Yo voy a pescar en unos
pozos de un arroyo aquí cerquita nomás, aunque las grandes están donde van
ustedes‰.

Salimos al paso de nuestros animales, cruzando varias cañadas y arroyos, todos


con agua, con abundante agua que enseguida obligan a pensar: „estará bien apro-
vechada esta riqueza natural? y si lo está, por qué cada año estamos padeciendo
la falta de este vital elemento en nuestra ciudad y alrededores? Poco más de una
hora a caballo y nos encontramos con un río serrano bastante caudaloso; (no re-
cuerdo el nombre), sólo que tenía mucha correntada. Algunos pozos parecían
profundos, por lo que inmediatamente iniciamos nuestra pesca. Un éxito!! Her-
mosos ejemplares, bastante seguidos, con igual suerte para los tres.

Estábamos en el comentario típico de los pescadores, que siempre están espe-


rando un ejemplar más grande, cuando atrás de un peñón rocoso apareció una
nube blanca como un puñado de algodón. „Pedrito, no será tormenta?‰ „capaz
que sea nomás, pero todavía no ha de llegar‰.

Mi intuición de serrano conocedor de los cambios bruscos de clima, sobre todo


en las zonas altas de donde provengo, me animaron a sugerir, con la mayor pru-
dencia para no arruinar el „encanto del buen pique‰ de que gozaban mis compa-
ñeros: „No les parece que se viene la tormenta y aquí no hay donde refugiarse‰
y „si vamos juntando nuestras cosas‰? Bueno, dijo Ricardo (Lauria) ya tenemos
como veinte lindos ejemplares así que saco éste y nos vamos.

Acto seguido se cubrió todo el cielo e inmediatamente las primeras gotas, grandes
como joyas relucientes que pegaban en el agua del arroyo formando globitos
transparentes cada vez mas grandes y mas numerosos. No era muy tarde, tal vez
188
EL DURAZNO

las cinco pero se puso oscuro y amenazante, con descargas eléctricas cada vez
más frecuentes y de mayor intensidad.

Iniciamos el regreso bajo intensa lluvia y en parte con granizo. Dos horas de
aguantar el chubasco que no cedía y para colmo no permitía visualizar la huella
hacia el puesto, lo que no era problema pues „a los animales se les debe aflojar
las riendas y solos vuelven a la casa‰.

Llegamos „hechos sopa‰, entramos en la vivienda del puestero quien nos facilitó
algunos elementos para secarnos. Tienen otra ropa, dijo? No, porque toda está
en la hostería a donde tenemos que llegar para de allá volver a Córdoba. „Pero
así mojados se pueden enfermar‰!! „las chicas (sus hijas) les secarán la ropa, así
que ustedes se ponen en cama y cuando esté seca se podrán ir‰ y así fue. En
una habitación ocupamos una cama cada uno y el dueño de casa se colocó
entre ambas, sentado en un banquito de tientos de cuero a cebarnos mate mien-
tras sus hijas en la cocina, con un fuego (parecía importante) nos secaban la
ropa.

Ente mate y mate, anécdotas, comentarios y disculpas de nuestra parte por las
molestias que causábamos, la ropa fue secada, planchada y para la oración fue
posible emprender el regreso hacia El Durazno.

No sabíamos como agradecer tanta hospitalidad y tanta molestia ocasionada a


esta gente que ofreció lo que tenía, entre otras cosas valiosas la leña con que hi-
cieron llamas para secar rápido la ropa. En esa parte de las sierras ya es un ele-
mento escaso pues el „tabaquillo‰ planta abundante en otros tiempos y de gran
valor para el uso doméstico, ha sido agotado. Sólo queda la „pichana‰ y algunas
ramas que puedan conseguir de los „raleos‰ en las plantaciones de pinos de los
alrededores. Lo que no supimos comprender es que esa es la idiosincrasia del
hombre de campo de nuestras sierras cordobesas: ser servicial y sentirse valorado
como persona, sin pedir nada a cambio, sin doble intención en sus actos. Siempre
digo y sostengo que una de las mayores satisfacciones que me ha deparado el
ejercicio profesional de la Agrimensura a lo largo de tantos años ha sido el con-
tacto con esta gente simple y servicial que tan injustamente despreció en su época
nuestro Gran Domingo Faustino Sarmiento. Me ha tocado trabajar con personas
mayores, sabios, diría yo, en las cosas de la vida cotidiana; verdaderos artífices
del sentido común aplicado a la solución de los problemas circunstanciales de la
vida, pero sobre todo, respetuosos de las costumbres y los derechos del prójimo.
En mi vida de campaña siempre he dado valor al criollo que me asiste en mi tra-
bajo, que cuida y transporta mi instrumental, que se adelanta a la comisión para
preparar el campamento del medio día y cuando uno llega, tiene todo ordenado.
Sobre la mejor piedra ha colocado un cojinillo de oveja para que pueda sentarme
189
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

cómodo a descansar y allí me ofrece el primer corte del asado humeante que ha
preparado con un fueguito insignificante.

Cuando estábamos despidiéndonos, una de las chicas mostró un aro grande de


„alambre San Martín‰ donde tenía ensartadas una buena cantidad de truchas y
dijo: „yo fui a pescar a un pocito aquí cerca y cuando vi que venía la tormenta
me volví a las casas‰.

Oportunamente fue posible hacerles llegar un obsequio que de ninguna manera


podrá compensar tanta atención dispensada, pero seguramente valorarán a su
propia medida.

Llegamos a la hostería de Don Bustos, donde teníamos nuestra residencia tempo-


raria, levantamos equipo e instrumental y regresamos a Córdoba ya avanzada la
noche de un fin del verano de 1978.

Ahora que he decidido escribir estos relatos tengo en mis manos las libretas de
campo con las mediciones y pocos elementos más, pues copias de los planos
aprobados que quedaron se los obsequié a unos amigos que compraron fraccio-
nes forestadas en el lugar y construyeron sus casas de campo. Uno de ellos es el
Ing. Oscar Nicasio, Profesor Consulto de la Universidad Nacional de Córdoba,
por quien conservo gran consideración como persona y debido respeto intelectual
y que conozco desde años como docentes de la Facultad de Ciencias Exactas Fí-
sicas y Naturales. Hago mención especial a este caso, porque el Ing. Nicasio ad-
quirió la fracción NÀ43 del plano respectivo y construyó su casa en un recodo
notable del arroyo El Cajón, siempre con agua cristalina, pero sobre todo porque
su campo conserva la forestación original de confíeras que no ha sido talada en
sus más de 30 años. Observando las imágenes satelitales a buen acercamiento
se aprecia la regularidad del monte mas allá del deterioro sufrido en algunos sec-
tores por incendios esporádicos pero que la fuerza de las variedades de confieras
existentes han podido recuperarse.

Hace poco he visitado la zona, con imágenes aéreas de aquella época y actuales
para maravillarme del cambio producido y de cómo con visión y constancia se
pueden transformar las cosas. Cualquier cosa puede mejorar si es la intención
hacerlo.

CITAS

1) LAURIA, Víctor Ricardo. (ver Cap. 8 - „Tama‰).


2) VAZQUEZ, Juan B. Doctor en Geología, Profesor Extraordinario de la Universidad Nac.

190
EL DURAZNO

de Córdoba. Autor y Director del estudio de investigación que produjo la „Geografía


Física de la Provincia de Córdoba‰ encargado por el Banco de la Provincia de Córdoba
- Editorial BOLT 1979. El Profesor Vázquez es autor de los capítulos IV „Aguas‰ y VIII
„Suelos‰.
3) EL AMOJONAMIENTO. (ver Cap. 1 - „Agrimensura‰).

191
192
14. RECORDANDO MENSURAS

Los tres casos de mensuras ejecutadas que se comentan a continuación no re-


visten particularidad técnica alguna, por lo que no habrá mayores comentarios
en tal sentido. Su interés sin embargo, proviene, en un caso, de poner en realidad
algunas causas que afectan el desarrollo territorial sustentable por la extremada
duración de la obra pública y la falta de consideración de distintos gobiernos
frente a la ejecución de proyectos a plazos mayores que los de su propia gestión.
No se puede anteponer cada vez los beneficios sectoriales a las necesidades de
toda la sociedad.

Otro de los casos, pretende poner en evidencia procedimientos topográficos com-


parables, entre aquellos de los albores de la Agrimensura, con los utilizados du-
rante un largo período de tranquilidad en el desarrollo, tanto instrumental, como
metodológico. Y por último, la actual tecnología que ofrece insospechadas ven-
tajas manteniendo una evolución acelerada y asombrosa de las herramientas de
aplicación en la Geometría Territorial, que auguran un futuro lleno de alternativas
favorables al ejercicio de nuestra profesión. Considerando además, las consecuen-
cias del beneficio del agua de riego en el cambio de destino del campo y su pro-
ducción, aún en zonas desérticas.

El último caso, se refiere a la mensura de la Estancia Los Sauces y la oportunidad


de refrescar episodios de nuestra Historia Nacional con la descripción geográfica
de hechos trascendentales que distinguen al Norte cordobés, en particular por la
ubicación de esta hermosa y antigua propiedad que nos reservó el privilegio de
aplicar en ella el concepto práctico de las distintas etapas en los actos de ordena-
miento territorial propios de nuestra profesión.

Avenida de Circunvalación Ciudad de Córdoba

A finales de 1962 ó principios de 1963, formamos un equipo de trabajo con Tito


Livio Racagni y Athos Hugo Lencioni a fin de participar en un concurso de ante-
cedentes para la ejecución de las „mensuras de afectación‰ de la futura Avenida
Circunvalación de la Ciudad de Córdoba. El llamado a selección lo realizó la Di-
rección Provincial de Vialidad (D.P.V.) y como resultado obtuvimos el primer
puesto, razón por la cual nos adjudicaron varios tramos en la zona Sur y Este del
proyecto. Posteriormente me adjudicaron otro tramo, pero esta vez con la valiosa
193
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

colaboración de Víctor Ricardo Lauría, en la zona Este donde el proyecto cruzaba


el Río Suquía.

En realidad, tanto el proyecto como la traza de la obra la realizó la Dirección Na-


cional de Vialidad, quedando a cargo de la D.P.V. la gestión de las tierras a ocupar
ó la expropiación de las mismas. Las parcelas así afectadas por la traza, se ubi-
caban dentro de loteos existentes en unos casos, quintas en explotación y pre-
dios rústicos en otros. Esto significaba que procedía la mensura de todas esas
propiedades afectadas y el replanteo y amojonamiento de ambos costados de
la zona a ocupar. Luego cada inmueble tendría su plano de mensura aprobado
por las reparticiones municipales y provinciales correspondientes, con lo que se
iniciaría la gestión necesaria para la ocupación de la obra. Demás está aclarar
que el total de planos de mensura era relevante, aunque no recuerdo con exac-
titud esa cantidad.

El Agrim. Renedo, técnico de destacada actuación en la D.P.V. había trazado una


poligonal envolvente siguiendo las zonas a ocupar que sería la referencia geomé-
trica para fijar la posición de las líneas de afectación que hemos mencionado. Esta
poligonal medida con bastante precisión y amojonada prolijamente, contaba con
coordenadas planas de sus vértices, y los correspondientes croquis de ubicación
y abalizamiento que permitieron agilizar la tarea y trabajar con suficiente seguri-
dad en todo el desarrollo de las operaciones de mensura.

No describiremos nuestra metodología de medición ni otros aspectos técnicos


por no ser el objetivo de esta síntesis. Relataremos, en cambio, algún episodio ri-
sueño, pero no tanto en este caso, que suele ocurrir en nuestro trabajo.

En un sector de la zona Sur, cerca de donde el antiguo camino a „San Antonio‰


(hoy Ciudad de Valparaíso) cruza de Norte a Sur la Avenida de Circunvalación,
existían en aquella época chacras destinadas al cultivo intensivo de distintas va-
riedades de vegetales favorecidos por el riego del Canal Maestro Sur y sus deri-
vaciones.

En una de esas propiedades, afectadas por la traza, habíamos colocado un punto


de referencia, válido para todo un sector de importancia, que se materializó, como
todos los que se colocaron, con un mojón de hormigón pretensado que se ela-
boraba „in-situ‰ y cuya base era fijada al suelo con hormigón simple, resultando
un conjunto bastante estable.

Desde ese punto partíamos en cada jornada, efectuando el relevamiento corres-


pondiente con cierre de control en otro punto distante. En consecuencia, había-
mos realizado esta operación pero apareció un error intolerable!! De nuevo toda
194
RECORDANDO MENSURAS

la medición y el resultado no fue mejor. Dudamos de la posición del punto de re-


ferencia, por lo que fue necesario repetir mediciones hacia atrás, obteniendo así
una posición distinta para el citado mojón.

Si bien el terreno estaba labrado, no pareció que hubiera sido movido, especial-
mente porque estaba protegido por un pequeño cerramiento como los puntos
del I.G.M.

Entrevistamos al propietario de la chacra para descartar que lo hubiera golpeado


con alguna herramienta durante su trabajo. Luego de larga conversación, nos con-
fesó que por temor a golpearlo durante la labranza, lo „desenterraba‰ y luego lo
volvía a colocar en el mismo lugar.

Esto suele pasar porque no existe cultura en nuestra sociedad respecto de la im-
portancia de un mojón. No lo hizo de mala fe, ya que realmente, no podía cono-
cer su importancia, lo que no significa descartar la existencia de mal intencionados
capaces de modificar el límite territorial de su propiedad, cambiando de lugar los
mojones o simplemente extraviándolos. Qué sucedería en la antigua Roma con
personas que proceden así?

Estas descripciones realmente no tienen una finalidad específica, que no sea ubi-
carnos en la época y características de este trabajo.

Recordemos que las tareas de estudio de títulos, antecedentes cartográficos,


análisis de instrucciones y requerimientos de la D.P.V., se realizaron en los pri-
meros meses de 1963. Estuvieron terminados a fin de año, con los planos debi-
damente aprobados. Se supone que la gestión de tierras a ocupar se habría
realizado durante 1964. Hasta hoy, ha pasado prácticamente medio siglo y la
AVENIDA DE CIRCUNVALACIŁN DE LA CIUDAD DE CŁRDOBA NO ESTA
TERMINADA!!!

Tanto tiempo empleado en una obra pública de tal importancia altera en parte
los objetivos perseguidos, pues la ciudad sigue creciendo, lo que ha significado
más de una variante al trazado original proyectado. En este momento, he podido
verificar que se está trabajando en un tramo que pasa al Sud-Oeste de la Escuela
de Aviación Militar (el proyecto original contemplaba la traza al Este de ese in-
mueble, siguiendo la dirección de la calle Aviador Fortunato Valenti).

Esta variante en construcción, empalmaría luego con la Av. Dr. José Antonio Ce-
ballos hasta el Tropezón y luego por Cárcano pasando el Río Suquía, etc.

En un artículo que redactamos para la Voz del Interior y salió publicado, como
resumen, el 17 de julio de 2011 con el sugestivo título de „Final Feliz de una
195
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

obra demorada‰, expresábamos: „El 7 de julio último se publicó un artículo de


buen contenido informativo, además de ser muy agradable para los cordobeses,
titulado „Circunvalación: largan obras por 17,2 km. para cerrar el arco Oeste‰.
Luego agregábamos „Según la información oficial, quedan por construir 22,4 km.
para cerrar la Circunvalación‰. „Los que, por voluntad de Dios, hemos pasado los
80 años de edad y tenemos la suerte de conservar el invalorable don de la me-
moria, podemos aportar a tan importante noticia algo de nostalgia que no carece,
por eso, de ser un llamado a la reflexión al momento de comprobar el tiempo de
ejecución‰. La crónica continuaba más adelante: „⁄el artículo informa que el úl-
timo tramo que ingresaría en obras es Spilimbergo - El Tropezón y quedaría para
la próxima gestión⁄‰, etc.

En realidad, aun no se ha terminado, pero tenemos la esperanza que, en el plazo


de obra estipulado (24 meses más sus ampliaciones) pueda completarse. De ma-
nera que en cualquier caso, llegaríamos al MEDIO SIGLO.

En febrero de 2008, la Presidenta de la República, visitó Córdoba en cuya opor-


tunidad prometió terminar la Avenida de Circunvalación disponiendo una inver-
sión total de 150 millones de dólares ya que la financiación de esta obra está a
cargo de la Nación desde su comienzo.

Ahora, es de esperar que las rencillas políticas de que hacen gala nuestros gober-
nantes incida lo menos posible en la ejecución de estas obras imprescindibles para
el desarrollo territorial, ya que demorarlas cincuenta años no traduce continuidad
en los proyectos a mediano y largo plazo que debían ser la constante que exige
nuestra sociedad como única forma de asegurar el desarrollo territorial sostenido
como lo hacen muchos países con menos recursos que el nuestro.

Felizmente en la prensa de estos días, 22 de mayo de 2013, se anuncia la cons-


trucción de un magnífico proyecto del „Nudo Vial El Tropezón‰ que tendría un
plazo de obra de 24 meses. Lamentablemente se avizora algún problema con tie-
rras a ocupar como el sector militar del 3À Cuerpo de Ejército que depende del
Ministerio de Defensa de la Nación y algún asentamiento barrial que tiene años
de existencia.

Paso Viejo

A fines de setiembre de 1964 tomamos con Tito Livio Racagni la ejecución de la


mensura y división de un campo de unas 5000 ha. en Paso Viejo, Pedanía Pichanas
del Departamento Cruz del Eje de esta Provincia de Córdoba. Propiedad de „Oli-
vares Paso Viejo S.R.L‰. Sus cuatro socios, de origen español, residentes en la Ciu-
dad de Buenos Aires habían decidido vender esos campos en forma fraccionada.
196
RECORDANDO MENSURAS

Paso Viejo se encuentra sobre la Ruta Nac. NÀ 38 a corta distancia de la localidad


de Soto y muy cerca de Tuclame. Actualmente esta zona está beneficiada par-
cialmente con el agua de riego del Dique Pichanas, construido hacia 1978, o sea
más de 14 años después de nuestro trabajo.

El régimen de lluvias no pasa de los 400 mm. anuales con altas temperaturas,
por lo que se la clasifica como zona árida (que incluye a Tuclame - Serrezuela
- Santa Ana - Pichanas - La Brea - Las Abras y otros parajes cercanos). Si bien el
Dique Pichanas, cuya capacidad teórica es de unos 66 Hm3, pocas veces ha
embalsado esa cantidad llegando a su cota máxima de 53,30 m. muy rara vez (a
abril de 2013 era 35,93 m.). Siempre está más de 7 m. por debajo, con escasas
posibilidades de recuperarse, por lo que es insuficiente para cubrir la superficie
destinada a riego, el que suele suspenderse para destinar el agua a consumo
humano.

La producción de esta parte de la Provincia de Córdoba es olivícola-agrícola-hor-


tícola y probablemente vitivinícola en un futuro, según algunos proyectos en mar-
cha que incluirían la instalación de viveros experimentales para el cultivo de la vid
que más se adapte a la zona.

He podido comprobar recientemente, cultivos de alfalfa bajo riego y la instalación


de sistemas de almacenamiento y producción de pequeños cubos de este forraje
cuyas dimensiones son aproximadamente de 3,2 x 3,2 x 6 centímetros lo que per-
mite un gran ahorro y facilidad tanto de almacenamiento como de comercializa-
ción, respecto de los clásicos fardos atados con alambre.

El inmueble original estaba situado al Norte de la Ruta Nac. 38, incluída una par-
cela de 902 has. ubicada al ingreso, donde estaba el casco de la estancia.

Esta fracción que no era motivo de nuestra medición y por lo tanto estaba excluida
de las 5000 has., había sido parcelada con anterioridad y en parte dedicada al
cultivo y explotación de olivares. Poco más de 500 has. tenían plantación de olivos
en plena producción, cuya vista ofrecía un bellísimo espectáculo, no sólo por el
porte de la arboleda sino por la prolijidad con que se la mantenía en plena pro-
ducción de aceitunas „Arauco‰, que son de gran tamaño.

El resto del predio, cuya mensura era nuestro objetivo, estaba totalmente cubierto
de monte autóctono lo que lo hacía absolutamente intransitable, salvo una huella
colindante por el Este y el Río Pichanas por el Oeste.

No describiremos detalles propios del acto de mensura, como la aplicación terri-


torial del derecho, la definición del límite, la aplicación de la geometría territorial
etc., sino que haremos solamente una comparación de métodos de medición que
197
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

es como decir comparación de épocas muy distintas en cuanto a los recursos


tecnológicos con que contaba y cuenta el agrimensor para desarrollar sus tareas
de campo.

La comparación la encararemos en cuanto se refiere a una aplicación puntual de


la topografía práctica. Nos estamos refiriendo a la conocida tecnología para trazar
un túnel que los colegas recordarán, era un tema de examen bastante frecuente
en nuestra facultad.

En Paso Viejo, como hemos descripto, uno de los objetivos era la de dividir el
campo en fracciones menores. Estas fracciones fueron proyectadas de acuerdo a
la voluntad de los propietarios, pero recién después de terminada la mensura de
la totalidad del campo de 4.651 has. según resultó de la medición efectuada.

Posteriormente sería necesario proceder al amojonamiento de estas fracciones


en pleno monte autóctono muy denso y por lo tanto difícil de transitar. A estos
fines se decidió abrir una línea transitable en el monte, (picada) que corría de
Norte a Sur al centro del campo en una extensión de 11.010 metros, cuyos ex-
tremos no eran visibles entre sí por la densa vegetación existente.

El problema consiste en encontrar la dirección o rumbo desde un extremo y la di-


rección opuesta en 180À desde el otro extremo, a fin de que las tareas de apertura
puedan iniciarse simultáneamente en ambos sentidos.

Si se tratara de un túnel la solución es idéntica aunque sea una excavación (siem-


pre que sea en línea recta).

Este problema, típico de la


topografía, es tan antiguo
como lo es la Agrimensura.
Herón de Alejandría en el
Siglo I de nuestra era ya
había planteado una solu-
ción al problema mediante
un sistema formado sola-
mente por ángulos rectos
ya que la herramienta de
que disponía era su „diop-
tra‰ con la que sólo se po-
dían trazar perpendiculares.
(Fig.14).
Fig. 14 - Trazado del Túnel B-D-HERON
Diecinueve siglos después, (con su DIOPTRA - Siglo I dC)

198
RECORDANDO MENSURAS

recurriendo también a las herramientas disponibles: cinta y teodolito, resolvemos


el mismo problema mediante poligonales abiertas o cerradas que nos permite ob-
tener coordenadas de ambos extremos de la línea a trazar y por diferencia entre
las mismas, mediante solución trigonométrica, rumbo y distancia necesarios. Una
triangulación pudo ser solución en caso de visibilidad del sistema en zonas altas.
No es el caso que nos ocupa, pues el monte no lo permitiría sin construir torres
de observación.

Unos años más y hubiésemos mejorado el procedimiento con la utilización de


los distanciómetros y entre estos con las „estaciones totales‰, pero la metodolo-
gía, es decir la poligonal envolvente, no hubiese cambiado.

Al día de hoy es otra cosa, pues con el uso de G.P.S. obtendríamos directamente
coordenadas de los puntos extremos (siempre que no interfieran grandes árboles
del sector), aunque podrían fijarse puntos auxiliares por sus coordenadas me-
diante este método, efectuando la determinación libre de interferencias y luego
la vinculación por medio de la topografía elemental en otro de los procedimiento
geométricos.

Esta secuencia, tiene por finalidad recordar que el agrimensor desde la más re-
mota antigüedad, ha debido utilizar las herramientas disponibles a la época para
aplicar sus conocimientos en el relevamiento de campaña o en las tareas de ga-
binete.

Como hemos visto, desde la „Dioptra‰ de Herón hasta el G.P.S., se han podido
resolver los mismos problemas, sin descartar cuantos instrumentos pudieron uti-
lizarse en el tiempo intermedio y las distintas exactitudes posibles.

No obstante, debe destacarse que el verdadero avance tecnológico se ha produ-


cido recién en las últimas décadas, hasta encontrarnos con las increíbles herra-
mientas del presente, a partir de las cuales es difícil avizorar el futuro cuando ya
se están utilizando revolucionarios sistemas de relevamiento, como los pequeños
aviones no tripulados que nos permiten obtener imágenes restituidas hasta con
15 cm. (eventualmente 5 cm.) de precisión (El X-100 Gatewing de 100 cm. de en-
vergadura a propulsión eléctrica comandado por medio de un software especial,
etc). Todo con una considerable reducción de tiempos y esfuerzo que se traduce
positivamente en los costos favoreciendo simultáneamente al agrimensor y a su
comitente.

Estancia Los Sauces

Entre los años 1960 y 1980 atendíamos todos los requerimientos profesionales
199
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

relacionados con la Agrimensura de varias empresas conocidas del medio, entre


las cuales recuerdo a Corcemar - Yocsina - March y Camarero - TYTA - INCOR,
etc., todas vinculadas a la actividad económica del País.

El Sr. José Samuel Jofré Casas, directivo de esta última, INCOR S.A., me enco-
mendó la mensura y división de la Estancia „Los Sauces‰ de su propiedad, en con-
dominio con tres hermanos.

La antigua Estancia (unas 7000 has.) se ubica sobre la Ruta Nac. NÀ 9, pocos
kilómetros después de San José de la Dormida, luego de cruzar el Río Pisco
Huasi. En realidad, la Ruta 9 Norte corta el campo, quedando a la izquierda el
sector accidentado con lomadas y algo de serranías y a la derecha todo terreno
llano con parte de monte autóctono y zonas cultivables con un sector con riego
de acequia que pasa por el casco de la estancia, zona ésta dedicada al cultivo
de verduras ente ellas el „espárrago‰ que se producía de gran calidad, en época
de nuestra mensura.

El casco de la estancia está situado al costado izquierdo de la ruta, es decir al


Oeste y consiste en una gran mansión muy antigua con sus instalaciones comple-
mentarias, frutales y viñedos rodeados de añosa y enorme arboleda que bordea
una laguna artificial de gran belleza. Conocí con anterioridad este lugar por haber
participado con unos amigos de un gran asado criollo servido bajo estas sombras,
con motivo de las fiestas anuales de INCOR S.A.

Este lugar del Norte cordobés tiene un singular antecedente histórico pues está
ubicado en el lugar por donde pasaba el antiguo „Camino Real del Bajo‰, una
variante del Camino Real del Alto Perú al puerto de Buenos Aires, por el que se
transportaba trigo, sal, oro, plata y otras mercaderías que finalmente eran embar-
cadas a España, durante la conquista.

El Camino Real Original en la Provincia de Córdoba, es el que siguió Jerónimo


Luis de Cabrera, partiendo de Santiago del Estero para reconocer el territorio y
fundar la Ciudad de Córdoba en 1573. Los parajes que cruzaba esta huella al en-
trar en territorio cordobés, desde Santiago del Estero y con origen en Lima, eran:
Ojo de Agua (S.E) a Pozo del Tigre - El Chañar - Las Piedritas - San Pedro - Santa
Cruz - Intihuasi - Ojo de Agua - Macha - Los Talas - Barranca Yaco - Sinsacate, etc.,
hasta el Río Suquía sobre cuyas márgenes, en la zona del actual Barrio Yapeyú, se
fundó la Ciudad de Córdoba, luego trasladada como hemos relatado en otra parte
de estas recordaciones.

En algunos de estos lugares, poco habitados por entonces, descansó el fundador,


aunque no estoy absolutamente seguro del itinerario pues, posiblemente, esta co-
200
RECORDANDO MENSURAS

misión reconocía otros lugares adyacentes.

Como resultado del tráfico de carretas cargadas y las caballadas y mulares de


arreos, esta ruta empezó a poblarse creando postas en algunos lugares donde
el viajero podía descansar, alimentarse y renovar animales de tiro empleados en
el viaje, ya que éstos tenían que resistir largas distancias. Luego se instalaron los
servicios de correo a mediados del Siglo XVIII. Por esa causa llegó a llamarse
también „Camino de los Correos‰ del Alto Perú (Lima) a Buenos Aires, es decir
que no sólo se transportaban mercaderías y metales sino el servicio de correos
(existía en España desde la antigüedad), en los que sus Virreinatos intercambia-
ban información sobre todos los aspectos vinculados a las conquistas y a los re-
conocimientos de nuevas tierras, entre los que se contaba la creación de
poblaciones, las encomiendas de indios, la entrega de tierras en mercedes, etc.
Esto promovió la creación de Postas cuyos servicios al viajero se implementaron
sistemáticamente en el Siglo XVIII como hemos expresado anteriormente.

Los historiadores cordobeses Luis Quiterio Calvimonte y Alejandro Moyano


Aliaga, en su libro „El antiguo Camino Real al Perú‰ en el Norte de Córdoba,
hacen una pormenorizada descripción de estas Postas como producto de su in-
vestigación (Edit. „El Copista‰- Córdoba 2009).

Al referirse a la Posta de Sinsacate, para elegir una, los autores expresan: „Al ins-
talarse el servicio de Postas a partir del año 1762, aproximadamente, Sinsacate
cumplió desde entonces esta función hasta fines del siglo IXX, en que desapare-
cieron estos establecimientos con la llegada del ferrocarril. De su rico historial, se
harán estas estampas de su pasado‰.

„Por este lugar transitaron los más encumbrados personajes desde la época colonial
hasta llegado el período independiente. La posta supo del paso de los ejércitos
patriotas que marchaban al Alto Perú, y con ellos el entonces coronel José de San
Martín, en oportunidad de marchar a hacerse cargo del Ejército del Norte que pa-
saba por momento difícil ante las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma. San Martín
recibió en esta posta de Sinsacate, la ayuda de caballada por parte de don José Ja-
vier Díaz, dueño de la cercana estancia de „Santa Catalina‰. Era „maestro de postas,
para ese entonces, don Manuel de Figueroa‰ (Bischoff Efraín: „San Martín en Cór-
doba - 1979).

Más adelante, los autores que venimos siguiendo agregan: „Un acontecimiento
trascendente como fue el asesinato del general Juan Facundo Quiroga el 16 de fe-
brero de 1835 en el paraje próximo conocido como Barranca Yaco (Agua de la
Barranca) le ha dado renombre a esta posta‰.
201
AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

Con el antiguo Camino Real como eje los jesuitas (1599-1767) instalaron sus fa-
mosas estancias con cuya producción era abastecido el Colegio de Monserrat y
sus estudiantes las ocupaban durante las vacaciones.

Con el paso del tiempo hubo variantes en estas rutas, a veces para hacerlas más
cortas o posiblemente más seguras para los viajeros y para proteger las valiosas
cargas en metales (oro y plata) procedentes del Alto Perú.

Qué ironía! Después de largos y sacrificados viajes desde el altiplano hasta el


puerto de Buenos Aires, estas riquezas eran embarcadas hacia España, pero
nunca faltaron en el trayecto oceánico los piratas, especialmente ingleses, que
se quedaban con todo o en último caso, los barcos eran hundidos con su carga.
Y ni uno ni otro disfrutaron de las riquezas del suelo americano. Sólo sintieron
el nefasto impacto nuestros verdaderos dueños de la tierra que también desapa-
recieron.

Como hemos expresado, se produjeron variantes en la ruta original, entre las cua-
les, la más importante fue el llamado „Camino Real del Bajo‰ que era llano y por
tanto mejor adaptado al tránsito de los pesados carruajes aunque existía siempre
la amenaza de los indios „avipones‰ procedentes de la zona Este.

Esta variante se producía a partir de Totoral (siglo XVII) siguiendo al Norte y sobre
este camino no hubo postas, pero sí grandes estancias a lo largo de su recorrido
que comprendía: Totoral - Las Peñas - El Simbolar - La Dormida - Los Sauces -
Rayo Cortado - Villa de María del Río Seco - para unirse nuevamente con el
„Camino Real del Alto Perú‰ (siglo XVI) a la altura de Ojo de Agua (Provincia
de Santiago del Estero).

El Camino Real del Bajo seguía aproximadamente lo que hoy es la Ruta Nac. NÀ
9, sobre la misma se encuentra la Estancia Los Sauces centro de nuestro relato,
a pocos kilómetros de La Dormida y luego de cruzar el Río Pisco Huasi.

Regresando a los historiadores que seguimos, en su libro han incorporado un ca-


pítulo que titulan „Los Sauces‰ el que inician de la siguiente manera: „Otro de
los parajes mencionados por viajeros como referencia o lugar de paso, fue la ya
varias veces centenaria estancia „Los Sauces‰, ubicada a 10 km. al Norte de San
José de la Dormida, sobre la Ruta Panamericana‰.

„En 1682, estas tierras pertenecían al alférez Juan Ferreyra, que en esa fecha solicitó
ampliación de todas las tierras vacas o realengas que se encontraban en su en-
torno⁄‰

Luego se puede extraer de este libro que fue propietario Bartolomé de Echego-
202
RECORDANDO MENSURAS

yen. A partir de su fallecimiento comienza el parcelamiento de estas tierras


(1811) y a fin del 1800 es dueño de la estancia don Augusto Casas dirigente del
Departamento Tulumba.

El Sr. Samuel Jofré Casas, uno de los propietarios de la Estancia Los Sauces, según
hemos referido al comienzo, y a quien conozco desde los años sesenta, me con-
cedió una entrevista personal en su casa de Barrio „URCA‰ de esta ciudad, a fin
de recabar información histórica de esta centenaria y tradicional propiedad del
Norte cordobés.

El dueño de casa, que tiene noventa años, y goza de una claridad intelectual ad-
mirable, me ofreció material de su autoría y de gran utilidad para mi propósito, es
decir descripción documentada de la historia de Los Sauces. De todo ese valioso
material, elegí una reseña histórica sintetizada en un cuadernillo con antecedentes
por él recopilados, que según expresa: „ha sido tomada de trabajos efectuados
por los historiadores del Norte de Córdoba, señores Licenciado Alejandro Moyano
Aliaga, Profesor Luis Q. Calvimonte y Doctor José V. Ferreyra Soaje‰.

De allí hemos tomado material para sintetizar el origen histórico de esta propie-
dad: Según se describe, uno de los integrantes de la Comitiva de Jerónimo Luis
de Cabrera, en su expedición hacia la fundación de Córdoba, el 6 de julio de
1573, sería Don Bartolomé García, vecino de Tucumán, persona honorable y
de gran prestigio, que llegó a ser Alcalde de Córdoba entre 1576 y 1585 y luego
adjudicatario de la Encomienda de Guayascate el 6 de abril de 1585 „que fue
el comienzo de lo que después sería la Estancia Los Sauces‰.

La „Encomienda‰ a que hacemos referencia, perteneció con el tiempo a distintas


personas por derechos hereditarios. Según la recopilación de Jofré Casas, „En
1682 heredó la propiedad Don Juan Ferreyra de Acevedo (hijo), quien, como los
límites no estaban bien definidos, pidió al Gobernador de Tucumán, Don Fer-
nando de Mendoza y Mate de Luna, y obtuvo, lo que se llamaba una Merced de
Sobras, la que fue adjudicada el 12 de octubre de 1682‰.

A esta altura del relato, haremos un pequeño paréntesis para recordar a nuestros
lectores que, entre la Encomiendas de Indios con sus tierras de cultivo ó asenta-
mientos y las Mercedes de Tierras otorgadas por la Corona Española, existían di-
ferencias legales que muy bien trata la historiadora cordobesa Sra. Josefina Piana
de Cuestas en un artículo publicado en 1992 en el Boletín del Instituto de Historia
Argentina y Americana „Dr. E. Ravignani‰ que titula, „De Encomiendas y Mercedes
de Tierras. Afinidades y Procedencias en Jurisdicción de Córdoba (1573 -1610)‰.
La autora encabeza su trabajo con la siguiente expresión: „La Historiografía Colo-
nial ha abordado las relaciones entre Encomienda y propiedad del suelo, po-
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AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

niendo el acento en diferentes enfoques sobre el tema‰.

Al referirse a la Encomienda y luego Merced de Tierras de „Guayascate‰, sostiene


que la discrepancia jurídica generó pleitos entre propietarios y los representantes
indígenas, que duraron años.

No es nuestro objetivo, en esta oportunidad, profundizar en el tema, por lo que


nos remitimos a la lectura de la autora mencionada, que responde a investigacio-
nes adecuadamente documentadas.

Volviendo a nuestro relato, declinaremos la mención de todos los que fueron pro-
pietarios de esta Merced de Tierras para saltar directamente al año 1775 en que
Don Bartolomé de Echegoyen compró parte de la Merced de Guayascate y pos-
teriormente, en el año 1800, compró otra que incluye la Estancia Los Sauces.
Este vasco de Navarra le dio a la Estancia Los Sauces un gran desarrollo con ha-
ciendas (vacunos y mulares que se vendían a Chile) y sembradíos; tenía diez es-
clavos que atendían las tareas rurales y domésticas. La casa de la Estancia Los
Sauces era modesta como todas las estancias de la región. Una salita de ocho
varas de largo por cuatro y medio de ancho, con dos aposentos y otro contiguo,
tres piezas para despensa y varias habitaciones de criados. La techumbre de paja
y caña, los pisos de ladrillo. Una huerta de tunas, higueras y duraznos, regados
por una acequia cuya toma distaba una legua hacia el poniente.

Entre 1805 y 1810 Bartolomé Echegoyen habría dispuesto la construcción del ac-
tual edificio del casco de la estancia, incluído el oratorio. (Fig. 15).

Después de muchos años y de haber pasado por distintos propietarios, el in-


mueble fue entregado al Banco de la Nación Argentina, quien ordenó el remate
de 12.000 has. en el año 1890, que fueron compradas por Don Augusto Casas,
abuelo de Jofré Casas, quien en la recopilación que seguimos expresa: „Augusto
Casas había nacido en la Villa de Tulumba el 26 de junio de 1850 y falleció en
Córdoba el 30 de junio de 1932. Fue el primer Intendente de la Villa de Tulumba
en 1887. Fue Jefe Político del Departamento de 1900 a 1910. También fue Sena-
dor por el Departamento durante tres periodos, de 1910 a 1918‰. Describe ade-
más otros antecedentes políticos de la zona que son parte de su historia. Don
Augusto Casas contrajo enlace con Doña Carlina Bustamante, descendiente
directo del fundador Jerónimo Luis de Cabrera. De ese matrimonio nacieron
dos hijas, una de las cuales falleció siendo muy pequeña. La otra hija María Etel-
vina Casas, casó con Don Manuel Jofré Flores, enólogo natural de San Juan
quien impulsó decididamente el progreso de la Estancia Los Sauces, „logrando
hacer de la misma el establecimiento más adelantado y progresista del Norte
de Córdoba, con plantaciones, ganado, frutales y hasta una pequeña bodega
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RECORDANDO MENSURAS

Fig. 15 - Estancia Los Sauces

para procesar el fruto de sus viñedos.

Según hemos podido extractar de la recopilación que venimos siguiendo, la es-


tancia contaba desde 1880 con „un molino de cereales con el sistema de muela
por caída de agua. Las ruinas del viejo molino, así como la muela de granito,
traída de Francia, se los puede observar en el establecimiento de hoy‰.

Augusto Casas, hacia el año 1900, había vendido 4.000 has. de la parte Norte y
800 has. del sector Oeste por lo que „de acuerdo a la mensura efectuada por el
agrimensor Rafael Bustamante, en el año 1906, la Estancia Los Sauces tenía 7.223
has. 1611m2.

Jofré Casas, detalla en su trabajo: „Al fallecer Don Augusto Casas, la propiedad
pasó por herencia a su única hija Etelvina Casas de Jofré Flores y luego, en con-
dominio a sus cuatro hijos: Manuel Augusto, María Carlina, Carlos Alberto y José
Samuel‰. La División de este condominio fue el objeto de nuestra mensura, a partir
de cuyo plano se llevó a cabo la escritura pública correspondiente con acuerdo
previo de las partes.

La más que agradable charla que mantuve con Don Samuel Jofré Casas, me per-
mitió conocer que de los cuatro hermanos, sólo viven él con noventa (90) años
y María Carlina Jofré Casas con noventa y nueve (99) años. Luego de refrescar
otros episodios de aquellos años en que nos conocimos, haciendo participar en
el recuerdo a amigos comunes y otros conocidos, muchos de los cuales ya no
están, renové una vez más la satisfacción de haber compartido tan agradables
momentos y disfrutar de la increíble memoria y lucidez de mi entrevistado.

Con mi colega y amigo Ricardo Víctor Lauría compartimos la ejecución de esta


mensura, distribuyéndonos la tarea tomando como referencia la Ruta Nac. NÀ 9
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AGRIMENSURA: Evocaciones de una profesión milenaria

sobre la que se trazó parte del sistema de referencia, que fue orientado mediante
observaciones estelares cerca de su mayor elongación (a=f(z)), las observaciones
se realizaron el 23 de junio de 1967 con excelentes resultados.

Como hemos expresado al principio, el casco de la estancia queda a pocas cua-


dras de la Ruta Nac. NÀ 9. La casa es una verdadera belleza por su diseño y am-
plitud, con galerías internas típicas de la época que dan a un jardín central lo que
traduce frescura al conjunto. (Fig.15).

Nuestra mensura fue finalmente presentada a consideración de la Dirección Ge-


neral de Catastro y aprobada administrativamente. La subdivisión en fracciones
menores, conforme a las preferencias de los propietarios, ha servido no sólo para
la división del condominio sino para un racional aprovechamiento territorial y hoy
está destinada a la explotación agropecuaria como gran parte de nuestro Norte
cordobés.

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