Difusión de Contaminantes en La Atmósfera
Difusión de Contaminantes en La Atmósfera
Difusión de Contaminantes en La Atmósfera
CONTAMINANTES
Jaime A. Moragues
INDICE
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1. DIFUCIÓN DE LOS CONTAMINANTES
Los residuos livianos tienen como destino inicial la atmósfera, donde pueden sufrir toda
suerte de procesos; desplazarse junto con la masa de aire, transformarse por medio de
reacciones químicas, disolverse en el medio acuoso de las nubes, precipitar y retornar otra
vez a la superficie terrestre, etc.
La mayor parte de los residuos volátiles que abandona el hombre a la atmósfera no llegan a
ascender más de unos cuantos centenares de metros. El aire en esta zona de la atmósfera está
en contacto con la superficie terrestre y su movimiento está afectado por la rugosidad de
ésta. Ello da lugar a que se produzcan turbulencias y en consecuencia que tenga lugar una
mezcla constante de los componentes atmosféricos. Es por esta razón que a esta zona más
baja de la atmósfera terrestre se denomina capa de mezcla.
En principio, debido a los movimientos constantes de las masas de aire, los residuos que se
vierten se desplazan mientras permanecen en la capa de mezcla. En consecuencia, los
efectos de los residuos se diluyen, favoreciendo su asimilación por la propia atmósfera. Sólo
en el caso de que el aporte de residuos sea elevado y constante, y si además las condiciones
climáticas lo favorecen, los contaminantes pueden permanecer en una determinada zona
muy local durante un largo período de tiempo, con lo que entonces sus efectos se dejan
percibir en forma notable. Estas son las condiciones que se dan en las ciudades densamente
pobladas, así como en centros industriales de gran actividad productiva.
La atmósfera es un medio muy complejo, en el que concurren fenómenos meteorológicos y
químicos que hacen incierto el comportamiento de los residuos vertidos. Vamos a analizar
como se produce el transporte de los gases emitidos por una chimenea teniendo en cuenta el
análisis realizado de las características y comportamiento de la atmósfera.
El movimiento de las sustancias en la atmósfera es controlado por distintas variables
meteorológicas ente los que se pueden destacar:
¾ Dirección y velocidad del viento
¾ Temperatura.
¾ Presencia de inversiones de temperatura, que puede ser de superficie o de altura
¾ Presión.
¾ Humedad
¾ Radiación solar.
¾ La turbulencia atmosférica.
Todos estos parámetros generan diferentes clases de estabilidad atmosférica que facilitan o
dificultan la capacidad de dispersión de los contaminantes en ella.
Esta difusión de los contaminantes, teniendo en cuenta las variables atmosféricas que la
controlan, es la que se trata de reproducir con los modelos de difusión que se emplean para
los análisis de impacto ambiental, como veremos luego.
Debe considerarse también los procesos de transformación que experimentan las substancias
en la atmósfera misma, bajo la acción de la radiación solar. La cinética química juega un rol
fundamental en este tipo de procesos ya que es la disciplina dedicada al estudio de las
velocidades de reacción (cambios de concentración en el tiempo y mecanismos a través de
los cuales se llevan a cabo las transformaciones de las especies que reaccionan).
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Finalmente se debe considerar la transferencia de contaminantes gaseosos o particulados
hacia la superficie de la Tierra impactando sobre el suelo, el agua y la vegetación. Pueden
intervenir tanto fenómenos de deposición seca como húmeda (precipitación, lluvia, nieve y
granizo).
El tipo de descarga de contaminación que ha recibido más atención es la que se libera desde
fuentes puntuales como las chimeneas. Las chimeneas son de diferentes tamaños, puede
tratarse de una pequeña chimenea en el techo de un edificio o de una chimenea elevada. Su
función es descargar los contaminantes a suficiente altura desde la superficie terrestre para
que estos puedan dispersarse bien en la atmósfera antes de llegar al suelo. Si bien todas son
iguales, las chimeneas más altas dispersan mejor los contaminantes que las más pequeñas
debido a que la pluma tiene que viajar a través de una capa atmosférica más profunda antes
de llegar al nivel del suelo.
Las sustancias o residuos volátiles emitidos por las fuentes a través de un proceso continuo,
no son acumulados en el tiempo sino que evoluciona controlado por procesos que suceden
en la atmósfera, dentro de los cuales destacamos:
• Difusión de contaminantes en la atmósfera
• Transformación (reacciones químicas) de las sustancias
• Deposición seca y húmeda
1.2. DIFUSIÓN DE CONTAMINANTES EN LA ATMÓSFERA
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Reacciones química y absorción en el suelo
Al mismo tiempo, es preciso considerar para aquellos contaminantes no inertes, la cinética
de las reacciones química que provocan su transformación en otros contaminantes
secundarios; así como la velocidad con que el suelo absorbe a los contaminantes que
llegan a él. Estos dos últimos fenómenos, sin embargo, suelen considerarse de manera
independiente del resto de los procesos (de modo que se simplifica su planteamiento) puesto
que en la resolución del problema de la difusión atmosférica el primer planteo es conocer
donde se encuentran los contaminantes en cada momento para, posteriormente, estudiar
cuales son las transformaciones que pueden sufrir durante el recorrido.
Desde el punto de vista fenomenológico, el movimiento de un penacho está perfectamente
caracterizado por el viento, la estabilidad y la turbulencia atmosféricas. Si los efectos del
viento y de la turbulencia son fácilmente comprensibles (a mayor turbulencia, mayor
dispersión del penacho), la estabilidad atmosférica es un concepto que, como hemos visto en
su definición, requiere consideraciones propias.
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1.2.1. Momentum y flotabilidad
La condición de la atmósfera, incluidos los vientos y el perfil de la temperatura a lo largo del
recorrido de la pluma, determinará en gran medida la elevación de la pluma.
Dos características de la pluma influyen en su elevación: el momentum y la flotabilidad.
La velocidad de salida de los gases de escape emitidos por la chimenea contribuye a la
elevación de la pluma en la atmósfera. Este momentum o “impulso vertical” conduce el
efluente hacia el exterior de la chimenea a un punto en el que las condiciones atmosféricas
empiezan a afectar a la pluma. Una vez emitida, la velocidad inicial de la pluma disminuye
rápidamente debido al arrastre producido cuando adquiere un momentum horizontal. Este
fenómeno hace que la pluma se incline. A mayor velocidad del viento, más horizontal será
el momentum que adquirirá la pluma. Por lo general, dicha velocidad aumenta con la
distancia sobre la superficie de la Tierra. A medida que la pluma continúa elevándose, los
vientos más fuertes hacen que se incline aún más. Este proceso persiste hasta que la pluma
parece horizontal al suelo. El punto donde la pluma parece llana puede ser una distancia
considerable de la chimenea a sotavento. La velocidad del viento es importante para
impulsar la pluma. Mientras más fuerte, más rápido será el serpenteo de la pluma.
La elevación de la pluma causada por su flotabilidad es una función de la diferencia de
temperatura entre la pluma y la atmósfera circundante. En una atmósfera inestable, la
flotabilidad de la pluma aumenta a medida que se eleva, lo cual hace que se incremente la
altura final de la pluma. En una atmósfera estable, la flotabilidad de la pluma disminuye a
medida que se eleva. Por último, en una atmósfera neutral, permanece constante.
La pluma pierde flotabilidad a través del mismo mecanismo que la hace serpentear, el
viento. Como se muestra en la Figura 2, la mezcla dentro de la pluma arrastra el aire
atmosférico hacia su interior. A mayor velocidad del viento, más rápida será esta mezcla. El
arrastre del aire ambiental hacia la pluma por acción del viento, le "quita" flotabilidad muy
rápidamente, de modo que durante los días con mucho viento la pluma no se eleva muy alto
sobre la chimenea.
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1.2.2. Altura efectiva de la chimenea
Los gases y partículas contaminantes emitidas a la atmósfera por una chimenea se dispersan
(es decir se alejan y diluyen) de la fuente emisora debido al arrastre del viento o el efecto de
los movimientos verticales. Si el viento es fuerte, la dispersión se debe principalmente al
arrastre del viento. Cuando los vientos son débiles, el efecto de los movimientos verticales
adquiere mayor importancia en la dispersión de los contaminantes. A medida que la pluma
viaja, se extiende y dispersa.
A medida que los gases de escape turbulentos son emitidos por la chimenea, se mezclan con
el aire del ambiente. Esta mezcla del aire ambiental en la pluma se denomina arrastre.
Durante el arrastre en el aire, la pluma aumenta su diámetro mientras viaja a sotavento. Al
entrar en la atmósfera, estos gases tienen un momentum o impulso. En general son calientes
y son más cálidos que el aire externo. Por lo tanto los gases emitidos son menos densos que
el aire exterior y, por lo tanto, flotan. La combinación del momentum y la flotabilidad de los
gases hace que estos se eleven. Este fenómeno, conocido como elevación de la pluma, o
sobreelevación del penacho, permite que los contaminantes emitidos al aire en esta
corriente de gas se eleven a una altura mayor en la atmósfera. Al estar en una capa
atmosférica más alta y más alejada del suelo, la pluma experimentará una mayor dispersión
antes de llegar a este.
La altura final de la pluma, conocida como altura efectiva de chimenea (H), es la suma de
la altura física de la chimenea (hs) y la elevación de la pluma ( ). En realidad, la elevación
de la pluma se estima a partir de la distancia existente hasta la línea central imaginaria de
la pluma y no hasta el borde superior o inferior de esta (Figura 3). La elevación de la pluma
depende de las características físicas de la chimenea y del efluente (gas de chimenea). La
diferencia de temperatura entre el gas de la chimenea (Ts) y el aire ambiental (Ta) determina
la densidad de la pluma, que influye en su elevación. Además, la velocidad de los gases de
la chimenea, que es una función del diámetro de la chimenea y de la tasa volumétrica del
flujo de los gases de escape, determina el momentum de la pluma.
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En resumen, la pluma sube por empuje vertical debido a que están más caliente que el aire
que la rodea y también por que los gases salen de la chimenea con una velocidad vertical
que los impulsa hacia arriba. Dejan de subir porque, conforme se mezcal con el aire
circundante, pierden velocidad y se enfrían por el mezclado. Por último, se nivelan cuando
alcanzan la misma temperatura que la atmósfera que la rodea.
Una de las fórmulas más empleadas para el cálculo de esta elevación es la de Holland:
siendo:
¾ ∆h = Elevación del penacho por encima de la fuente emisora (m)
¾ Vs = Velocidad de salida del contaminante (m/s)
¾ d = Diámetro interior del conducto de emisión (m)
¾ u = Velocidad del viento (m/s)
¾ P = Presión atmosférica (mbar)
¾ Ts = Temperatura del contaminante (K)
¾ Ta = Temperatura ambiente atmosférica (K)
¾
2,68.10-3 es una constante expresada en mbar-1 m-1
Los valores de ∆h obtenidos con esta fórmula deben corregirse (Tabla 1) multiplicando por
un factor, establecido por Pasquill-Gifford-Turner, que es función de las condiciones
meteorológicas.
C 1,10
D 1,00
E,F 0,85
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Existen otra formulas que se emplean como la de Briggs. [1]
Las fórmulas de elevación de la pluma sirven para determinar la línea central imaginaria
de esta. La línea central está donde se producen las mayores concentraciones de
contaminantes.
Si bien la concentración máxima de la pluma existe en esta línea central, las fórmulas
mencionadas no permiten obtener información sobre cómo varían las concentraciones de
contaminantes fuera de esta línea central. Se deberán efectuar, entonces, estimados de
dispersión para determinar las concentraciones de contaminantes en un punto de interés.
Los estimados de dispersión se determinan mediante ecuaciones de distribución y/o modelos
de dispersión de gases en atmósfera, que luego veremos en detalle.
Por la noche, con viento en calma, vuelve a aparecer una capa estable muy definida a baja
altura, que suele crecer a lo largo del período nocturno; este crecimiento se acelera si
aumenta la velocidad del viento.
Además, tanto por el día como durante la noche, en situaciones de fuerte turbulencia
atmosférica suelen producirse rupturas del flujo en dos o más capas horizontales claramente
diferenciadas.
Existe una estrecha interrelación entre las formas que adopta un penacho emitido a cierta
altura sobre el suelo y el gradiente vertical de temperatura presente en la capa límite,
indicativo de la estabilidad existente a diferentes alturas. Consideramos el caso de viento
débil donde predomina el gradiente de temperatura
[1]Fórmula de Briggs:
Donde: = Elevación de la pluma (sobre la chimenea)
F = Flujo de flotabilidad (véase a continuación)
= Velocidad promedio del viento
x = Distancia a sotavento de la chimenea/fuente
g = Aceleración debido a la gravedad (9,8 m/s2)
V = Tasa volumétrica del flujo del gas de la chimenea
Ts, Ta = Temperatura del gas de la chimenea y el aire
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1.1.1.1. Pluma de espiral (looping)
Frente a un perfil superadiabático(Figura 4), que implica una atmósfera muy inestable
debido a la turbulencia causada por el acelerado giro del aire, el penacho ve favorecidos sus
desplazamientos verticales, por lo que presenta fuertes oscilaciones en esa dirección. Se
produce el denominado looping o pluma de espiral, que implica la posibilidad de que el
penacho impacte en puntos dispersos del terreno próximo al foco emisor irregularmente
distribuidos y durante cortos períodos de tiempo. Mientras las condiciones inestables
generalmente son favorables para la dispersión de los contaminantes, algunas veces se
pueden producir altas concentraciones momentáneas en el nivel del suelo si los espirales de
la pluma se mueven hacia la superficie.
LOOPING Perfil de
Adiabática temperatura de la
seca atmósfera
Z
T Inestable
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FANNING Perfil de
temperatura de
la atmósfera
Adiabática
seca
Z
Estable
CONING Perfil de
temperatura de la
atmósfera
Z
Adiabática Neutra
T seca
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Obviamente, un problema importante para la dispersión de los contaminantes es la presencia
de una capa de inversión de temperatura (cambio de estabilidad) en la capa atmosférica
dentro de la que se produce la emisión del penacho, que actúa como una barrera para la
mezcla vertical. Durante una inversión, la altura de una chimenea en relación con la de una
capa de inversión muchas veces puede influir en la concentración de los contaminantes en el
nivel del suelo.
Adiabática Inestable
LOFTING seca
Perfil de temperatura
de la atmósfera Estable
T
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comportamiento de un penacho de contaminantes. Las concentraciones de contaminantes en
el nivel del suelo pueden ser muy altas cuando se produce la fumigación. Esta se puede
prevenir si las chimeneas son suficientemente altas.
T Inestable
Figura 8: Fumigación
Precisamente, este efecto confiere una gran importancia a la presencia de inversiones
térmicas en las capas bajas de la atmósfera puesto que, según su intensidad, pueden llegar a
taponar el ascenso del penacho y hacer que éste impacte sobre regiones relativamente
próximas al foco emisor.
Hasta este punto, hemos desarrollado las condiciones y eventos meteorológicos básicos que
influyen en el movimiento y la dispersión de los contaminantes del aire en la atmósfera. En
esta caracterización hemos evaluado el efecto de la turbulencia mecánica, siendo la
estabilidad de la atmósfera otro factor a tener en cuenta en la dispersión del penacho. Pero,
en cualquier caso, aunque turbulencia y estabilidad atmosféricas están relacionadas, la
segunda no implica necesariamente un fuerte incremento de la primera, puesto que la
magnitud del viento y los efectos topográficos también son importantes.
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1.2.4. Efectos de estructuras adyacentes sobre la elevación de la pluma
Debido a la configuración de la chimenea o a los edificios adyacentes, es posible que la
pluma no se eleve libremente en la atmósfera. Algunos efectos aerodinámicos causados por
el modo en el que se mueve el viento alrededor de los edificios adyacentes y de la chimenea
pueden impulsar a la pluma hacia el suelo en lugar de permitir que se eleve en la atmósfera.
El flujo descendente de la chimenea puede producirse cuando la razón entre la velocidad
de salida de la chimenea y la del viento es pequeña. En este caso, la presión baja en la estela
de la chimenea puede hacer que la pluma descienda detrás de la chimenea. Cuando esto
sucede, la dispersión de los contaminantes disminuye, lo que puede determinar
concentraciones elevadas de contaminantes inmediatamente a sotavento de la fuente.
A medida que el aire se mueve sobre y alrededor de los edificios y otras estructuras, se
forman olas turbulentas. Las estelas que producen las estructuras con el paso del viento,
pueden afectar la concentración de emisiones producidas en la vecindad de las mismas.
Según la altura de descarga de una pluma (altura de la chimenea), es probable que esta sea
arrastrada hacia abajo en esta área de la estela. Esto se conoce como flujo descendente
aerodinámico o entre edificios o fenómeno de “downwash” de la pluma y puede conducir
a concentraciones elevadas de contaminantes inmediatamente a sotavento de la fuente. Las
Figura 9, Figura 10 ilustran estos efectos.
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Figura 10: Dos ejemplos de flujo descendente
Los procedimientos de evaluación para los efectos de apantallamiento pueden ser aplicados
por el usuario para cualquier chimenea en/o cercanas al edificio Si el sistema tiene una
configuración simple (una chimenea y un edificio rectangular adyacente o pegado a la
chimenea), se puede aplicar una regla simple para estimar si hay efecto de downwash.
La altura de la chimenea (hch) debe cumplir con
donde hed es la altura del edificio y Led es el que sea menor, o la altura del edificio o el ancho
del edificio .
Para aplicaciones reguladoras, un edificio se considera lo suficientemente cercano a una
chimenea como para provocar efectos de apantallamiento cuando la distancia entre la
chimenea y la parte más cercana del edificio es menor o igual a 5 veces la menor de las
magnitudes proyectadas en altura o anchura. Para análisis de bañado con dimensiones del
edificio específicas según la dirección, el efecto de apantallamiento se asume que ocurre si
la chimenea está en el rectángulo formado por dos líneas perpendiculares a la dirección del
viento, una a 5Lb viento abajo y la otra a 2Lb viento arriba del edificio, y por dos líneas
paralelas a la dirección del viento, cada una a una distancia 0,5Lb desde cada cara del
edificio como se muestra:
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1.3. TRANSFORMACIÓN (REACCIONES QUÍMICAS) DE LAS SUSTANCIAS
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El mecanismo de formación de los oxidantes fotoquímicos es complejo, realizándose por
etapas a través de una serie de reacciones químicas.
La reacción se puede esquematizar de la forma siguiente:
A+ hν → A* (excitación)
La molécula A* puede participar en los siguientes procesos:
A* → B1 + B2 (Disociación)
A* + B → C1 + C (Reacción directa)
A* → A + hν´ (Fluorescencia)
A* → A + hν´´ (Fosforescencia)
A* + M → A + M (Desactivación por colisión)
3. Formación de productos finales. Los radicales libres formados reaccionan con otros
radicales, con los contaminantes primarios y con los constituyentes normales del aire,
dando lugar a los contaminantes fotoquímicos según las reacciones:
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aumentando la concentración de este último en la atmósfera. Las concentraciones superiores
de NO2 unido a que la radiación solar se va haciendo más intensa, ponen en marcha el ciclo
fotolítico del NO2, generando oxígeno atómico que al transformarse en ozono conduce a un
aumento de la concentración de este elemento y de radicales libres de hidrocarburos. Estos,
al combinarse con cantidades apreciables de NO, producen una disminución de este
compuesto en la atmósfera. Este descenso en la concentración de NO impide que se
complete el ciclo fotolítico aumentando rápidamente la concentración de ozono (O3).
A medida que avanza la mañana la radiación solar favorece la formación de oxidantes
fotoquímicos, aumentando su concentración en la atmósfera. Cuando disminuyen las
concentraciones de los precursores (NOx y HC) en la atmósfera, cesa la formación de
oxidantes y sus concentracciones disminuyen al avanzar el día. De aquí que la
contaminación fotoquímica se manifieste principalmente por la mañana en las ciudades
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Con la humedad de la atmósfera
SO3 + H2O → H2SO4 ácido sulfúrico
1.3.2. Tiempo de Residencia
El tiempo de residencia representa el tiempo de permanencia de una sustancia en la
atmósfera, es decir, el tiempo que transcurre para que desaparezca totalmente por reacción o
consumo de otro tipo.
Es inversamente proporcional a la reactividad de las sustancias y a los procesos que hacen
disminuir su concentración en el tiempo.
Si definimos
M = cantidad total de una sustancia en un reservorio
P = velocidad total de producción de la sustancia en estudio
R = velocidad total de remoción de una sustancia dada
E = velocidad total de flujo másico de entrada
S = velocidad total de flujo másico de salida
La variación de la cantidad de una sustancia con el tiempo se pude expresar.
dM/ dt = P + E – R – S
El tiempo de residencia tr está dado por
1/tr = (1/M) (dM/dt) = (P+E)/M – (T+S)/M
En la Tabla 2 se dan tiempos de residencia atmosférica para algunas sustancias de interés en
la contaminación atmosférica.
En atmósfera altamente contaminada los tiempos de residencia se reducen a horas,
dependiendo de las características de éstas. Por ejemplo el SO2 y NO2 en grandes ciudades
tienen tiempos de residencia de horas.
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NH3 Tratamiento de Decaimiento 20 días
desechos biológico
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Por lo general esta velocidad varía de 0,8 a 2 scm-1 para SO2 y de 0,2 a 0,4 scm-1 para
sulfatos.
1.4.2. Deposición húmeda
Corresponde a la absorción de contaminantes en gotas, seguida de la remoción de estas
gotas por precipitación.
Se identifican don procesos:
Washout: Se aplica a la eliminación de contaminantes dentro de las nubes.
Rainout: Se aplica a la eliminación de contaminantes de la atmósfera, por debajo de las
nubes, por la caída de lluvia, nieve o granizo.
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1.5. LA CONTAMINACIÓN URBANA Y EL FACTOR ATMÓSFERA
Inversión térmica. Uno de los fenómenos que más incide en la contaminación urbana es la
inversión térmica. La altitud en que se encuentra esta inversión térmica en relación con el
emplazamiento de la ciudad define el volumen de atmósfera donde los gases y partículas
deben diluirse. Mientras más alta está la inversión, mayor será el volumen y por lo tanto
mejor la condición para la dilución. La combinación tamaño de ciudad y altura de
inversión térmica, determinan en parte el espacio de contención de los contaminantes.
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Vientos locales Estos vientos se asocian a los grandes cuerpos de agua y al relieve, los que
generan desigual calentamiento a lo largo del día y entre éste y la noche. Conocidos como
vientos térmicos, tienen más influencia en el verano ya que la mayor temperatura genera
gradientes más pronunciados y por lo tanto es superior la fuerza o velocidad de ellos entre
los centros locales de alta y baja presión.
Las ciudades ubicadas en las costas, o bajo la influencia del mar, presentan estos vientos que
colaboran a la dispersión de los contaminantes.
El relieve influye en este fenómeno, debido a que un cordón montañoso próximo al litoral
puede obstaculizar su normal desarrollo, imprimiendo a una ciudad un carácter
mediterráneo, aunque esté a sólo unas decenas de kilómetros del mar. Por otra parte, una
ciudad localizada en una planicie amplia sin relieves interceptores y ubicada a cientos de
kilómetros del océano, puede recibir vientos de velocidades adecuadas para la disipación de
la contaminación atmosférica.
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Las ciudades ubicadas entre montañas, donde el ángulo de incidencia de los rayos del sol
varía a lo largo del día, pueden tener condiciones adecuadas para la ventilación, ya que se
generan vientos locales.
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