7 Monica McCarty - Guardia Highlanders-El Caz - 56
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Àriel x
-Yo estaba en un puente cuando fue golpeada por un relámpago. No recuerdo
exactamente lo que pasó, pero hubo un incendio, y parte de la madera se rompió y
terminó en mi espalda. Las hermanas hicieron todo lo posible por quitarlas, pero
algunas fueron enterradas profundamente.
Él sostuvo su mirada como si supiera que había algo más que ella no estaba diciendo.
Pero eso era todo lo que pretendía decirle. Cómo terminó en el puente no era asunto
suyo.
-Así que por eso no querías cruzar. ¿Cuándo pasó esto?
Fue su turno de encogerse de hombros- hace algún tiempo -con la esperanza de poner
fin al tema. Añadió:- No me gusta hablar de ello.
-Las cicatrices no son motivo de vergüenza. Son una marca de vuestra fuerza.
Sobrevivisteis.
A ella se le erizó la piel:- Lo sé. No son las cicatrices las que me causan dolor, sino los
recuerdos que conllevan.
Esta vez, tomó la pista y cambió el tema, aunque lamentablemente éste no era mejor que
el anterior.
-Tenéis un acento inusual. ¿De dónde sois?
Esperaba no haber visto el ligero endurecimiento de sus hombros, pero ya había
aprendido que poca cosa se le escapaba.
-Mi padre era un comerciante -dijo, permaneciendo con la misma historia que le contó a
la posadera-. Nos mudamos bastante.
-¿Y por eso habláis tantos idiomas?
-Sí. Pero no ha sido fácil. Yo era sido horrible con los idiomas -decidiendo que habían
hablado de ella lo suficiente, preguntó- ¿Y vos? No he conocido a muchos Highlanders
que hablen tan bien francés y que no sean nobles... -se detuvo, sonrojándose-.
-¿Y os habéis dado cuenta de que no califico?
-No era mi intención ofenderos.
-No lo hiciste. Fui criado por un noble local y tuve algunos tutores. Los idiomas son
fáciles para mí -Ella arrugó el entrecejo, y él se rio- ¿Supongo que no es lo mismo para
ti?
Ella sacudió su cabeza:- El latín fue lo peor.
Las palabras salieron antes de que pudiera devolverlas. Esperaba que no lo notara, pero,
por supuesto, lo hizo.
-Había pensado que el italiano estaría estrechamente relacionado, y que te habría sido
fácil.
-Para la mayoría de la gente lo es -dijo. Ella fingió un bostezo- Si no te importa, creo
que me gustaría ir a la cama. Estoy muy cansada.
Y hablar con él era peligroso. Era fácil olvidarse de sí misma, en más de una forma. Por
unos instantes, había olvidado que era una monja -o pensaba hacerlo pronto- que debían
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