Actividades - Los Celosos

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 11

El humorismo de Silvina Ocampo.

Breve cuento
María González Cervigón
Università degli Studi della Calabria - Cosenza

FICHA DE LA ACTIVIDAD

1. Objetivos:

–– Acercamiento a la narrativa breve argentina.


–– Interpretación de un texto escrito.
–– Ampliación de léxico.
–– Fomentar la expresión oral y escrita.

2. Nivel: B2 / C1 (MCER).

3. Tiempo: 2 sesiones de 50 minutos.

4. Materiales y recursos: fotocopias del cuento, diccionario, un magnetofón,


lector CD.

5. Dinámica: individual / grupo.

15
1. DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD

Paso 1. Biografía

Silvina Ocampo nació en Buenos Aires en 1903, en la casa de la calle


Viamonte 550. Fue la menor de las seis hijas de Manuel Silvino Ocampo y
Ramona Aguirre.
En su juventud, estudió dibujo en París con Giorgio de Chirico.
En 1933, conoció a Adolfo Bioy Casares, con quien se casó en 1940.
Tuvieron una única hija, Marta, en 1954.
Obtuvo el Premio Municipal por Espacios métricos (poesía) en 1954, el
segundo Premio Nacional de Poesía por Los nombres en 1953, el Premio Na-
cional de Poesía por Lo amargo por dulce en 1962, y el Premio del Club de
los 13 por Cornelia frente al espejo en 1988. Murió en Buenos Aires en 1994.

A. Como habrás podido comprobar, son pocas las noticias que tenemos sobre
la biografía de la autora de nuestro texto, pero nosotros hemos conseguido lo-
calizar una entrevista de las pocas que concedió y hemos seleccionado algunos
temas de los que habló. Solo que tenemos un pequeño problema, las preguntas y
respuestas se nos han mezclado. ¿Serías capaz de colocarlas y relacionarlas?

1. ¿Por qué escribe? a) Apenas me acuerdo cómo. Escribí con tiza en


los escalones de una glorieta: «Si no existiera el
punto de interrogación, nadie mentiría»; acto que
mereció una penitencia.

2. ¿Cómo empezó? b) En mi infancia, con lápices de colores o con


pastel.

3. ¿Por qué nunca abordó la c) Creo que son tan diferentes que se equilibran
novela? entre sí. Con mi prosa puedo hacer reír. ¿Será
una ilusión? Nunca, ninguna crítica menciona mi
humorismo.

4. ¿Cómo empezó a pintar? d) Lo he hecho algunas veces. Este plural me


exime de referirle mis experiencias que serían muy
largas de contar y equivaldría a escribir otra novela
titulada Mi experiencia con las novelas.

5. ¿Por qué no le gustan las e) Escribo porque no me gusta hablar, para dejar
entrevistas? un testimonio más de la vida o para luchar
contra ese exceso de materia que acostumbra a
rodearnos.

6. ¿Qué prefiere su poesía o su f) Tal vez porque protagonizo en ellas el triunfo del
prosa? periodismo sobre la literatura.

16
7. ¿Podría ser que ese g) No, creo que algunos cuentos míos gustaron por
humorismo exista para usted su humorismo. A lo mejor este es un poco especial
sola? y, porque no pueden catalogarlo con otros, los
críticos lo olvidan.

1_ e __ 2____ 3____ 4____ 5____ 6_____ 7_____

Paso 2. Comprensión escrita / oral del texto

A continuación vamos a escuchar, leído con acento argentino, un cuento de


Silvina Ocampo sacado de su obra Cornelia frente al espejo. Después contesta a
las preguntas.

Los celosos

Irma Peinate era la mujer más coqueta del mundo; lo fue de soltera y aún más
de casada. Nunca se quitaba, para dormir, el colorete de las mejillas ni el rouge
de los labios, las pestañas postizas ni las uñas largas, que eran nacaradas y del
color natural. Los lentes de contacto, salvo algún accidente, jamás se los quitaba
de los ojos. El marido no sabía que Irma era miope; tampoco sabía que antaño se
comía las uñas, que sus pestañas no eran negras y sedosas, sino más bien rubias y
mochas. Tampoco sabía que Irma tenía los labios finitos. Tampoco sabía, y esto es
lo grave, que Irma no tenía los ojos celestes. Él siempre había declarado:

–Me casaré con una rubia de pestañas oscuras como la noche y de ojos celestes
como el cielo de un día de primavera.

¡Cómo defraudar un deseo tan poético! Irma usaba lentes de contacto celestes.

–A ver mis ojitos celestes de Madonna –exclamaba el marido de Irma, con su


voz de barítono, que conmovía a cualquier alma sensible.

Irma Peinate no solo dormía con todos sus afeites: dormía con todos los jopos
y postizos que le colocaban en la peluquería. El batido del pelo le duraba una se-
mana; el ondulado de los mechones de la nuca y de la frente, cinco días; pero ella,
que era habilidosa, sabía darles la gracia que daban en la peluquería, con jugo de
limón o con cerveza. Este milagro de duración no se debía a un afán económico,
sino a una sensualidad amorosa que pocas mujeres tienen: quería conservar en
su pelo las marcas ideales de los besos de su marido. ¿Y cómo las conservaba, si
su marido no usaba lápiz labial? En el perfume de la barba: el pelo de la barba,
mezclado al pelo de su cabellera de mujer, formaban un perfume muy delicado e
inconfundible que equivalía a la marca de un beso.

17
Irma, para no deshacer su peinado, dormía sobre cinco almohadones de distin-
tos tamaños. La posición que debía adoptar era sumamente forzada e incómoda.
Consiguió en poco tiempo una seria desviación de la columna vertebral, pero no
dejó por ese motivo de cuidar su peinado. Se mandó hacer el almohadón como
chorizo relleno de arroz que usan los japoneses. Como era muy bajita (hasta di-
jeron que era enana), se mandó hacer unos zuecos con plataformas que medían
veinte centímetros de alto. Consiguió que su marido se creyera más bajo que ella.
Ella nunca se sacaba los zuecos, ni para dormir, y su estatura fue siempre motivo
de admiración, de comentarios sobre las transformaciones de la raza. Como ama-
zona se lució y, como nadadora, en varias oportunidades, también. Nadaba, es
natural, con un pequeño salvavidas; y al caballo que montaba su cuidador le daba
una buena dosis de neurótico para que su mansedumbre fuera perfecta. El caba-
llo, que se llamaba Arisco, quedó un día dormido en medio de una cabalgata. La
caída de Irma no tuvo mayores consecuencias ni puso en peligro su vida; lo único
desagradable que le sucedió fue que se le rompió un diente. La coqueta volvió a
su casa fingiendo tener afonía y no abrió la boca durante un mes. Tampoco quiso
comer. Buscó en la guía la dirección de un odontólogo. Esperó dos horas, contem-
plando los países pintados en los vidrios de las ventanas, que le sugerían futuros
viajes a los bosques del Sur, a las cataratas del Niágara, a Brasilia o a París; ya en
los últimos momentos de la espera, cuando le anunciaron: «Puede pasar, señora»,
el dentista le saludó como un gran señor o como un gran payaso, agachando la
cabeza. Señaló la silla de las torturas, sobre la que se acomodó Irma. Después de
un «vamos a ver qué pasa», contempló la boca, no muy abierta por coquetería de
la señora.

–Es este diente –gritó Irma–. Se me rompió en un accidente de caballo.

–De caballo –exclamó el dentista–. Qué términos violentos. No será para tan-
to. Vamos a examinar este collar de perlas –dijo–. ¿Y cómo dice que se produjo?
Algún tarascón, sin duda –el dentista gimió levemente al ver la perla quebrada–.
Qué pena, en una boca tan perfecta. Abra, abra un poco más.

«Si mi marido estuviera en el cuarto de al lado», pensó Irma, «qué imaginaría,


él que es tan desconfiado».

–Habrá que colocar un pivot –dijo el dentista–. No se va a notar, se lo puedo


garantizar.

–¿Saldrá muy caro?

–Para estas perlas nada resultaría bastante valioso.

–Sin broma.

–Sin broma. Le haré un precio especial.

–¿Especialmente caro?

18
Tal vez se había excedido en las bromas, pues el facultativo le guiñó el ojo y
le oprimió la pierna como con tenazas entre las de él, lo cual provocó un gemido,
pero todo esto lo hizo respetuosamente, sin ningún alarde ni vacilación. Después
de concretar, en una tarjeta rosada, la hora en que se empezaría el trabajo, Irma
recogió sus guantes, la tarjeta, su bufanda y la cartera y, corriendo, salió del con-
sultorio, donde tres enanas la miraban con envidia.

Transcurrieron los días sin que el marido lograra arrancar una palabra a su mu-
jer. De noche, antes de acostarse y de besarlo, apagaba la luz.

Un arrullo de palomas le contestaba con el encanto habitual, porque, hablara


o no hablara, la gracia era una de las especialidades de Irma.

–Te noto extraña –le dijo un día su marido–. Además nunca sé adónde vas por
las tardes.

–Loquito, adónde voy a ir que no sea para pensar en vos.

Por lo menos hablaba.

–Me parece muy natural, inevitable casi podría decir, pero no creas que me
quedo tranquilo. Sos el tipo de mujer moderna que tiene aceptación en todos
lo círculos. Alta, de ojos celestes, de boca sensual, de labios gruesos, de cabe-
llos ondulados, brillantes, que forman una cabeza que parece un soufflé, de esos
también dorados, que despiertan mi alma golosa. ¡La pucha que me da miedo! Si
fueras una enana o si tuvieras ojos negros, o el pelo pegoteado, mal peinado y las
pestañas descoloridas.... o si fueras ronca, ahí nomás; si no tuvieras esa vocesita de
paloma. A veces me dan ganas de querer a una mujer así ¿sabes? Una mujer que
fuera lo contrario de lo que sos. Así estaría más tranquilo.

–¿Qué sabés? ¿Acaso no hay otras cosas que la altura, el pelo, los ojos celestes,
las pestañas?

–Si lo sabré. Pero, asimismo, convendría que fueras menos vistosa.

–Vamos, vamos. ¿Querés acaso que me vista de monja?

–Y ese collar de perlas que se entrevé cuando sonreís, es lo más peligroso de


todo.

–¿Querés que me arranque los dientes?

El marido de Irma cavilaba sobre la belleza de su mujer. «Tal vez todo hubiera
sido distinto si no fuera por la belleza. Me hubiera convenido que fuera feíta como
Cora Pringosa. Era agradable y no me hubiera inquietado por ella, pues a quién le
hubiera gustado y, si a alguien le hubiera gustado, a quién le hubiera importado.»

¿Adónde iría Irma por la tarde? Salía con prisa y volvía escondiéndose. Resolvió
seguirla. Es bastante difícil seguir a una mujer que se fija en todo lo que la rodea.

19
Fracasó varias veces en sus intentos porque se interceptó entre él y ella un automó-
vil, un colectivo, unas personas y hasta una bicicleta. Logró por fin seguirla hasta
Córdoba y Esmeralda, donde tomó un taxi hasta la casa del dentista. Ahí bajó y
entró sin que él supiera a qué piso iba. No había ninguna chapa indicadora. Esperó
en la planta baja, fingiendo leer un diario. Subía y bajaba el ascensor. Se sentó en
un escalón de mármol de la escalera.

Aquella tarde en que se aproximaba la primavera, el dentista acompañó a Irma


hasta la puerta del ascensor. Al pasar junto a los vidrios pintados de las ventanas,
el odontólogo murmuró:

–¿No sería lindo pasear por estos paisajes?

A Irma le pareció que la abrazaba en una cama de hotel. Se ruborizó y, al entrar


en el ascensor, no dijo adiós.

–¿Está enojada? ¿Le hice doler? Sonría. Muéstreme mi obra de arte –exclamó el
odontólogo asustado.

El ascensor se llevaba a la paciente entre sus rejas como a una prisionera.

Afuera llovía, ya estaba su marido apostado con un paraguas cerrado en la


mano. Había oído las frases pornográficas pronunciadas por esa voz de barítono
sensual. Ciego de rabia blandió el paraguas y, al asestar a Irma un golpe en la ca-
beza, le rompió el premolar recién colocado y simultáneamente se le cayeron los
cristales de contacto, las pestañas, los postizos de su peinado; las sandalias altas
fueron a parar debajo de un automóvil. No la reconoció.

–Discúlpeme, señora. La confundí. Creí que era mi esposa –dijo perturbado–.


Ojalá fuese como usted; no sufriría tanto como estoy sufriendo.

Apresurado se alejó, sintiéndose culpable por haber dudado de la integridad


de su mujer.

_____________________________________________________________

A. Ahora responde a las siguientes preguntas:

–– ¿Irma se convirtió en una mujer coqueta después de casarse?


–– ¿Le gustaba practicar algún deporte? ¿Cuál?
–– ¿Cuáles fueron las consecuencias de su accidente de caballo?
–– ¿Cómo le hubiera gustado a su marido que ella fuera?
–– ¿Qué reacción tuvo su marido cuando oyó la palabras del dentista?
–– ¿Cómo se sintió después de lo ocurrido?

20
Paso 3. Trabajamos el texto...

A continuación, vamos a trabajar y profundizar un poco en el léxico del cuento:

A. Haz una lista con las palabras que en el texto se relacionan con el campo
semántico de la belleza .

_____________________________________________________________
_____________________________________________________________

B. Aquí tienes una serie de palabras que en el texto aparecen en negrita y sus
significados. Relaciónalas y después construye una frase con cada una de ellas.

1. coqueta a. mujer que monta a caballo


2. mochas b. sin voz
3. afeites c. cortas
4. jopos d. aderezos, cosméticos, juego de joyas
5. amazona e. colas de mucho pelo
6. neurótico f. mordedura
7. mansedumbre g. médico o cirujano
8. afonía h. descargar contra algo o alguien un golpe, un proyectil
9. tarascón i. persona presumida, esmerada en su arreglo
personal y en todo cuanto pueda hacerla parecer atractiva
10. facultativo j. que padece neurosis (enfermedad nerviosa)
11. blandir k. mover un arma u otra cosa con movimiento trémulo
o vibratorio
12. asestar l. apacible, sosegado, tranquilo

1____ 2____ 3____ 4_____ 5_____ 6____

7____ 8____ 9____ 10_____11_____ 12___

Y ahora construye las frases:

_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
21
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________

C. Cada oveja con su pareja:

a) Relaciona las siguientes palabras formando parejas de sinónimos:

1. forzada a) liviandad

2. incómoda b) obligado

3. salvavidas c) flotador

4. facultativo d) molesta

5. antaño e) enrojecerse

6. sensualidad f) pensar

7. amazona g) pasado

8. imaginar h) médico

9. cavilar i) jinete

10. ruborizarse j) inventar

1____ 2____ 3____ 4_____ 5_____ 6____ 7____ 8_____ 9____ 10____

b) Y ahora haz lo mismo pero formando parejas de antónimos:

1. fino a. recatada

2. habilidosa b. satisfecha

3. coqueta c. grueso

4. vistosa d. inexperta

5. Enojada e. repulsivo

22
1____ 2____ 3_____ 4_____ 5_____

D. Completa el texto con las palabras del recuadro:

lápiz afeites sensualidad mechones jugo peinado


cabellera desviación almohadones

Irma Peinate no solo dormía con todos sus _______: dormía con todos los jopos
y postizos que le colocaban en la peluquería. El batido del pelo le duraba una
semana; el ondulado de los ____________ de la nuca y de la frente, cinco días;
pero ella, que era habilidosa, sabía darles la gracia que daban en la peluquería,
con __________ de limón o con cerveza. Este milagro de duración no se debía a
un afán económico, sino a una ____________ amorosa que pocas mujeres tienen:
quería conservar en su pelo las marcas ideales de los besos de su marido. ¿Y cómo
las conservaba, si su marido no usaba __________ labial? En el perfume de la bar-
ba: el pelo de la barba, mezclado al pelo de su ____________ de mujer, formaban
un perfume muy delicado e inconfundible que equivalía a la marca de un beso.

Irma, para no deshacer su peinado, dormía sobre cinco ________________ de


distintos tamaños. La posición que debía adoptar era sumamente forzada e in-
cómoda. Consiguió en poco tiempo una seria ________________ de la columna
vertebral, pero no dejó por ese motivo de cuidar su ___________.

E. ¿Sabes lo que es una metáfora? En el cuento aparecen algunas, ¿sabrías iden-


tificarlas? Escríbelas y explica su significado.

_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________

Paso 4. Un poco de gramática

A. El rasgo morfológico principal que caracteriza a una buena parte del español
de América es el voseo. Por cierto. ¿sabes en qué consiste? Si no lo sabes, búscalo
en un diccionario.

23
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________

B. Algunas características más.

Observa este breve esquema :

Variedad lingüística hispanoamericana Español


vos (sujeto ) tú
te (pronombre complemento) te
cantás (2.ª persona, singular, presente indicativo) cantas
comés (2.ª persona, singular, presente indicativo) comes
partís (2.ª persona, singular, presente indicativo) partes
sos (2.ª persona, singular, presente indicativo) eres

Y con su ayuda... ¿Serías capaz de identificar en el texto palabras y expresiones


argentinas e intentar escribir su correspondiente en español?

Variedad lingüística hispanoamericana Español

Paso 5. Hablando se entiende la gente

–– ¿Te ha gustado el cuento? ¿Por qué?


–– El cuento se titula «Los celosos» ¿Eres celoso/a?
–– ¿Qué es para ti la belleza?
–– «Ser o aparecer, esa es la cuestión» ¿Qué opinas de ello?

24
Paso 6. Expresión escrita

«Belleza y estética»: son cada vez más numerosas las personas que se someten
a las presiones de los cánones convencionales de belleza y, para ello, son capaces
de pasar incluso por el quirófano para adecuarse a los gustos del público. Haz
una redacción sobre la relación que pueda haber entre los dos términos, escribe
tu opinión sobre ello exponiendo argumentos a favor o en contra, contando algún
caso concreto, etc.

BIBLIOGRAFÍA

Bados Ciria, Concepción. (2001). Textos literarios y ejercicios. Madrid: Anaya.


Benvenuto, Mario Francisco. (2005). Gramática de la lengua española. Cosenza:
Cittàcalabria edizioni.
Ocampo, Silvina. (1988). Cornelia frente al espejo. Barcelona: Tusquets.

Webs

http://www.sgci.mec.es/redele/biblioteca2005/napoles2.shtml
http://www.literatura.org
http://www.pagina12.com.ar

25

También podría gustarte