Trabajo 3 Ensayo Problemas de La Historia

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Guillermo Leon Labrador Morales

Código: 201626030
Grandes Problemas de la historia
25 de Octubre de 2018
Aproximación para exposición.
Tema: El cine como fuente histórica.
Fuentes:
Escogí está bibliografía, ya que son las lecturas de mi tesis que abordan el problema de la
presentación del pasado como imagen, y la apropiación de esta en la conciencia del
público, así como el tratamiento de dichas imágenes como fuente histórica de
investigación.
1. Burgoyne, Robert. The Hollywood Historical Film.
2. Rosenstone, Robert. History on Film/Film on History. Londres: Pearson Education,
2006.
3. Pareboom, Maarten. History and Film: Moving Pictures and the Study of the Past. New
York: Pearson Education, 2011.
4. Edwards, Sam. Histories on Screen: The Past and Present in Anglo-American Cinema
and Televison. Londres: Bloomsbury, 2018.
Problema:
En 1991, Marc Ferro expuso la idea de que en su actualidad, la inmensa mayoría de la
población recibía información a través de medios audiovisuales. Esto implicaba una nueva
serie de problemáticas para la historia, dado que la imagen que la sociedad estaba
produciendo de su pasado estaba primordialmente filtrada a través del cine y televisión, la
cual, con su lenguaje visual y sonoro, alcanzaba proyectar información y discursos a un
alcance más universal de lo que podía cualquier libro. Esto significa la creación de
conciencias colectivas que se difunden más fácilmente. Para los historiadores esto implica
nuevos desafíos.
Por una parte era empezar a considerar la imagen como fuente histórica, algo que ya se
estaba empezando a hacer con la pintura y la literatura. Por otra existía el discurso
producido a través del cine, el cual entablaba interesantes conexiones entre pasado y
presente, en donde en cierta manera, el público podía ver el pasado de una manera más
“real”. Esta reconstrucción del pasado para ser dramatizado en cierta manera podría
funcionar también como una forma de entender el funcionamiento de contextos y
lenguajes del mismo que las fuentes documentales no podrían brindar.
Teniendo en cuenta esto, el interés del trabajo consistirá en tratar de responder a la
pregunta sobre como aproximarse al cine histórico como fuente histórica, teniendo en
cuenta dos posibilidades principales: La primera que se puede tomar como una fuente
legitima sobre el pasado que es representado, que al hacer una reconstrucción de
acontecimientos históricos, puede facilitar la comprensión de los mismos, y plantear
preguntas sobre el mismo teniendo en cuenta el texto y subtexto presentado en la trama.
La segunda que el cine histórico habla más del presente desde donde es producido,
mostrando las percepciones que una sociedad tiene sobre su pasado, codificando
elementos de las problemáticas de su presente dentro de la trama, haciendo paralelos con
sus propias realidades, y buscando utilizar el pasado como herramienta para la
propagación de ideas políticas, sociales o económicas.
Este problema puede abordarse desde algunos puntos interesantes teniendo en cuenta a
algunos autores tratados en la clase. Por un lado se puede interpretar la versión del giro
lingüístico, en donde la formación de un lenguaje propio nacido desde el cine, daba las
posibilidades de crear verdaderas narrativas sobre el pasado que tenían impactos reales
en las sociedades que consumían dichos productos y asumían este tipo de lenguajes.
También se puede abordar el problema desde la visión de la imaginación histórica
producida por Hayden White, en donde vemos que el cine histórico es una forma de
construcción de narrativas históricas las cuales se les da forma con un objetivo específico.
Esto querría decir que la aproximación al cine histórico significa entender la creación de
lazos entre el pasado y el presente, que cada sociedad crea en la búsqueda de un sentido.
Tratamiento de las lecturas del problema.
El primero de los textos, el de Burgoyne, habla de cómo las películas de historia son parte
de las construcciones culturales que establecen conexiones emocionales con el pasado, y
son por tanto, figuras que reconfiguran el pasado en relación y en total acuerdo con las
diversas problemáticas sobre el presente, es decir, que las películas históricas son un
ejercicio a través del cual las sociedades afrontan elementos ideológicos, sociales,
políticos, o culturales sobre su presente.
Por su parte, el texto de Rosenstone habla de cómo el ejercicio de crear una película
histórica, no es tan distinto del ejercicio hecho por el historiador, en cuanto es una
narrativa que apunta tanto al pasado como al presente desde las perspectivas bajo las
cuales se desarrollan los creadores de los mismos. Así mismo señala el papel de la ficción,
no como simple falseamiento de la realidad, sino como una herramienta de aproximación,
que usa un tipo de lenguaje para crear narrativas acerca del pasado. Estas en sí mismas
pueden ser vistas como reconstrucciones, que a pesar de no ser siempre factualmente
correctas, si producen elementos que crean un nivel de inmersión en la realidad que
ayuda en cierta forma a comprender ciertas estructuras del pasado.
Pareboom se asocia a esa perspectiva, mostrando como la construcción cultural
presentada por el cine, significa una forma de representación del “espíritu de los tiempos”
(término usado por primera vez por Sigfried Kracauer), los cuales significan la construcción
de formas de expresión que ayudan a un espectador a “experimentar”, o revivir las
mismas emociones que un personaje en otro contexto pudo haber vivido, por tanto,
logrando una recreación “autentica” de un pasado.
Sam Edwards toma una postura más crítica, argumentando que la utilización de imágenes
en movimiento como forma de reconstruir el pasado si es una forma de fuente legitima,
pero que al igual que otras fuentes, esta debe ser examinada por un proceso riguroso de
evaluación. Es decir, no todas las aproximaciones fílmicas del pasado son legítimas, y
deben pasar por el proceso de análisis recomendado por las metodologías historiográficas
si quieren convertirse en aproximaciones y reconstrucciones legitimas de la realidad. Esta
evaluación a su parecer, debe hacerse así mismo desde el lenguaje propio del cine, en
donde se tengan en cuenta elementos como las convenciones de género, la
cinematografía, o las estructuras de difusión.
Marco Conceptual:
Para el marco y considero importante manejar dos categorías conceptuales básicas: la
imagen y la representación.
La primera categoría la defino como importante dado la naturaleza visual de la fuente
cinematográfica, pero a su vez por el papel simbólica y cultural de la imagen dentro de la
sociedad. Es verdad lo que argumenta Marc Ferro que las sociedades antes de pensar de
manera escrita pensaban de manera visual, utilizando el arte para expresar conceptos
abstractos, y creando a través de un lenguaje simbólico que entablaba relaciones entre el
hombre, su entorno y su tiempo. La imagen es por ello una creación que desciende del
imaginario mental humano. Es por ello que el cine es por así decirlo, el creador de
imágenes por excelencia, ya que proporciona cientos de imágenes por segundo en una
misma película, las cuales conjugadas con el sonido, conforman narrativas que apelan
directamente al imaginario y la conciencia humana. Es por ello que este ha sido una
herramienta tan poderosa para crear narrativas, identidades, emociones, valores y
símbolos, que en muchos casos han perdurado, y se han impregnado en la cultura
popular.
Esta categoría puede ser abordada explorando la concepción de sentido y experiencia,
expuesta por Frank Ankersmith. Aquí se puede abordar como la reconstrucción con la
utilización de imágenes pueden producir una ilusión de experimentación de la historia,
que en su relación al público puede crear formas de construcción de conciencias colectivas
en torno a la idea del pasado. Es decir el cine puede formar narrativas que parecen ciertas,
y por tanto crean un enlace poderoso con el público que las visualiza.
Por su parte la categoría de representación implica otras realidades. A principios del siglo
XX, el director D.W Griffith planteaba que representar el pasado a través del cine tendría
unas poderosas implicaciones, siendo una herramienta “practica” que pudiera educar y
difusor el conocimiento histórico en una escala mucho mayor que los libros. Al
considerarse el cine como una fuente histórica, se puede notar que este produce formas
de representación que crean símbolos y mitos que se difunden con facilidad entre la
sociedad, y de ser la película lo suficientemente impactante, puede adentrar narrativas en
la conciencia colectiva.
José Carlos Rueda, (a quien he citado con anterioridad) da un punto de vista interesante a
esta noción, al decir que “la representación, desde un punto de vista etimológico, tiene
una doble acepción: la de ausencia (la representación es el objeto que sustituye a lo
representado) y la de presencia (imagen sustitutiva con sentido simbólico). El cine por
definición expresa doblemente este carácter. En primer lugar, como escenificación
filmada. En segundo término, como representación de prácticas y usos sociales externos al
film. Desde una perspectiva histórica, muchas veces, hemos de hablar, incluso, de un
tercer nivel de representación, puesto que el film expresa acontecimientos ya sucedidos” 1.
Marco Metodológico:
El desarrollo de la historia del cine, y el planteamiento del cine como fuente, han
generado una serie de problemáticas de carácter metodológico. Estas han aparecido sobre
todo tras los giros de las ciencias sociales tras la segunda mitad del siglo XX, planteando la
importancia de las narrativas y discursos de la estructura cinematográfica. Es por ello que
varias perspectivas metodológicas han entrado en la discusión sobre cómo afrontar estas
fuentes, y que perspectiva darle para comprenderlas dentro de los procesos históricos.
Teniendo en cuenta el marco teórico planteado, en donde propuse como categorías de
análisis los conceptos de imagen y de representación, considero que la perspectiva
metodológica que más se ajusta al trabajo que voy a hacer, corresponde a la historia
cultural, ya que esta plantea la posibilidad de encontrar dentro de fuentes no
documentales, las diferentes dinámicas que subyacen bajo los lenguajes característicos de
fuentes como la pintura, la música o el cine.
Lo interesante de utilizar la historia cultural, es que esta ofrece la posibilidad de encontrar
las dinámicas “mentales” (o psicológicas, si utilizamos el término usado por Sigfried
Kracauer en su clásico texto sobre el cine alemán, “de Caligari a Hitler” 2) Estas son
expresadas a través de lenguaje no escrito, y que expresan las razones a través de las
cuales las diversas sociedades han enfrentado los múltiples procesos y problemas
históricos dados en determinados tiempos o espacios.
1
Rueda, José Carlos. “la representación cinematográfica: Una aproximación al análisis histórico” (Ámbitos
No. 11-12, 2004, pp. 427-470) pp. 429
2
Kracauer, Sigfried. “De Caligari a Hitler: historia psicológica del cine alemán”. (Barcelona: Editorial Paidós,
1985) pp. 9-11.
Y es que el cine es un espacio donde se pueden conjugar dos dimensiones particulares
como son la imagen y el sonido, formulando un nuevo tipo de lenguaje con características
propias. Significativamente, esto se aproxima a las formas a través de las cuales se han
expresado popularmente ideas y perspectivas dentro de las sociedades, en donde las
imágenes y la oralidad representan los medios más efectivos de comunicación.
Esto es significativo dado que la historia cultural dentro de sus definiciones, plantea la
posibilidad y las herramientas (las que muchas veces encuentra dentro de otras disciplinas
como la antropología) de desentrañar y analizar desde una perspectiva historiográfica,
este tipo particular de lenguajes populares, permitiendo desentrañar realidades
complejas, como son la identidad, o la internalización del pasado en la sociedad (tema
primordial del trabajo de este ensayo), que transforman el desarrollo de los procesos
históricos y dan una interpretación más tridimensional a las perspectivas historiográficas.

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