Ku Malatesta Responsabilidad Social Empresarial

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ

ESCUELA DE POSGRADO

“RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL COMO MECANISMO QUE


COADYUVA AL DERECHO EN EL CUMPLIMIENTO NORMATIVO DE
ESTÁNDARES LABORALES DE LAS EMPRESAS PRIVADAS DEL PERÚ”

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN PARA OPTAR EL GRADO ACADÉMICO DE


MAGÍSTER EN DERECHO DE LA EMPRESA CON MENCIÓN EN
RESPONSABILIDAD SOCIAL

AUTOR
JORGE MIGUEL KU MALATESTA

ASESOR
EDISON PAUL TABRA OCHOA

LIMA, PERÚ
Mayo, 2021
Dedicado a la feliz llegada de Georgia Antonella y a
la irreparable e inesperada partida de Raquel
Miriam.

Jorge Ku Malatesta

1
Resumen

El presente trabajo de investigación académica se centra en el desarrollo de la noción de la


responsabilidad social, la cual a lo largo del a lo largo del tiempo y debido a su mayoritaria
ejecución por parte del sector privado se le conoce también como responsabilidad social
empresarial y/o responsabilidad social corporativa, cuyo origen se ha manifestado desde la
década de de 1950 hasta nuestros días y donde actualmente algunas organizaciones la relacionan
con la denominada “Sostenibilidad”. Consecuentemente, se indagará en cómo, a través de la
historia, estas nociones y opiniones desarrolladas por diversos autores coadyuvarían al derecho,
el cual es considerado en este trabajo como un pilar esencial y vinculante de la responsabilidad
social, en el adecuado cumplimiento de normativa reguladora, valiéndose del concepto de
sostenibilidad para incentivar mediante, la autorregulación a la mejora del accionar corporativo
en nuestro país. Asimismo, se indicará cómo estas nociones y teorías, las mismas que todavía se
encontrarían en vías de desarrollo, se vienen ejecutando de manera voluntaria por parte de
algunas empresas y corporaciones del Perú, las mismas que cuentan con una sólida base en el
respeto de los derechos fundamentales, como es el derecho laboral. Por tal motivo, se analizará la
vinculación entre el derecho y la responsabilidad social para lograr el adecuado cumplimiento
normativo en materia laboral mediante la descripción y análisis de un caso de éxito en el rubro
de la gran minería, tal como es el caso de Minera Antamina, que mediante la autorregulación ha
desarrollado políticas sostenibles , las mismas que vienen contribuyendo a la mejora de
estándares y reducción de la informalidad laboral en el ámbito corporativo. Estas acciones de
analizarse y relacionarse adecuadamente, pueden fomentar el desarrollo de una sociedad más
equitativa y sostenible para las actuales y próximas generaciones.

Palabras claves: Responsabilidad social empresarial, Sostenibilidad, Autorregulación.

1
Índice

RESUMEN ............................................................................................................................................... 1
ÍNDICE ..................................................................................................................................................... 2
ÍNDICE DE FIGURAS…………………………………………………………………………….……...3
ÍNDICE DE TABLAS..…………………………………………………………………………….……...4

CAPÍTULO I: INTRODUCCIÓN........................................................................................................... 5
1.1 Noción de la responsabilidad social empresarial ............................................................................... 6
1.2 Noción del Derecho con relación a la responsabilidad social ............................................................ 8
CAPÍTULO II: ESTADO DEL ARTE.................................................................................................. 12
2.1 Responsabilidad Social Empresarial ............................................................................................... 12
2.2 Responsabilidad social y Derecho laboral ....................................................................................... 20
2.3 Definiciones de Autorregulación .................................................................................................... 26
2.4 La informalidad laboral .................................................................................................................. 30
CAPÍTULO III: PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN ...................................................................... 34
3.1 El rol de la gran minería en la mitigación de la informalidad laboral ............................................. 34
CAPÍTULO IV: DISCUSION ............................................................................................................... 55
4.1 Evaluación de caso exitoso en la gran minería: Compañía Minera
Antamina S.A ................................................................................................................................ 58
CONCLUSIONES ................................................................................................................................. 72
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ................................................................................................. 74

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ÍNDICE DE FIGURAS

Figura 1: Modelo conceptual tridimensional de la RSE..…………………………………………………………………..… 14


Figura 2: Modelo piramidal de la RSE....………..……………………………………………………….15
Figura 3: Modelo piramidal actualizado de la RSE………………………………………………………17
Figura 4: Conceptos evolutivos de la RSE…………….............................................................................18
Figura 5: Reporte de productividad laboral por sectores…………………………………………………38
Figura 6: Reporte de productividad laboral por sectores……………………………………………........46
Figura 7: Reporte de participación según lugar de origen………………………………………………..47
Figura 8: Ranking de empresas privadas……….…………………………………………………….…..50
Figura 9: Reporte de Informalidad Laboral.…..……………………………………………………...…..52
Figura 10: Indicadores piramidales de la RSE para países en vías de desarrollo...……………………....55
Figura 11: Accionariado de Antamina..………………….………………………………………….…....59
Figura 12: Conformación del directorio de Antamina.……………………….…………………………..60
Figura 13: Valor económico de Antamina en los últimos tres años…………………..……….………....61
Figura 14: Destino de impuestos pagados por Antamina en el periodo 2019 ………………….…….….61
Figura 15: Resumen de proyectos enmarcado al mecanismo OxI en Ancash ………………….…….….62
Figura 16: Horas de capacitación del último trimestre. Reporte de Sostenibilidad Antamina 2019……..65
Figura 17: Cuadro de gestión de desempeño y reconocimiento….………………………….……..…….66
Figura 18: Políticas corporativas de Antamina en el año 2019.…………………….……..……………..68
Figura 19: Políticas y procedimientos internos de Antamina, año 2019.…………………….…………..69
Figura 20: Sistema de gestión de Antamina, año 2019 ………………….…………………………….....69

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ÍNDICE DE TABLAS

Tabla 01: Comparativos de posiciones discordantes entre Carroll y Visser ………..…………….....….55


Tabla 02: Comparativos de la reputación corporativa del Grupo Graña & Montero ..…………….....….57
Tabla 03: Comparativo de los tres últimos periodos en materia de compras locales de la región Áncash
………………….……...……………………………………………………………………………….….63
Tabla 04: Comparativo de los tres últimos periodos en materia de talento humano ………………….....64

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CAPÍTULO I: INTRODUCCIÓN

Las tendencias corporativas tienen en la sostenibilidad empresarial a uno de sus principales y


más sólidos pilares. Sobre ella se construyen, en buena medida, las estructuras, objetivos y
prácticas que determinan el rumbo de una organización. Es así que términos como “buen
gobierno corporativo” y “responsabilidad social”, por citar solo algunos, toman relevancia en la
cada vez más decisiva reputación de una empresa, al igual que listados y certificaciones de
calidad, como el ranking Merco y el reconocimiento Great Place to Work.

El Perú no escapa de este contexto y su actividad empresarial, de acuerdo con las tendencias
mundiales, requiere del ejercicio de prácticas que no solo sean lícitas y se hallen reguladas bajo
la legislación pertinente, sino que también cuenten con un asentado enfoque de sostenibilidad.
En vinculación directa con esta premisa, el Estado Peruano ha aplicado diversas herramientas
normativas que, en valor de su naturaleza regulatoria, promueven la gestión y ejecución del
accionar empresarial, pero bajo la tutela de una apropiada sostenibilidad corporativa y sus
parámetros específicos.

Sin embargo, la realidad expone que la consecución de las pautas estatales señaladas atraviesa
por varias dificultades. En primer lugar, la informalidad enraizada en el país impide un desarrollo
empresarial saludable. A esto se suma, en estrecha vinculación, que las normativas destinadas a
regular la responsabilidad social en las organizaciones no se ejerzan de manera correcta.

Ante este horizonte -que, si bien implica un desafío, también conlleva una oportunidad-, es
que decidimos conocer a profundidad el tema de la RSE y cómo es que sus conceptos, los cuales
mantienen estrecha relación con los temas legales, coadyuvarían al derecho en el cumplimiento
de las normas de carácter regulatorio, asimismo nos permitiría solucionar la problemática que
afrontan las empresas peruanas en la búsqueda de herramientas de gestión que les permitan
sobreponerse a la creciente informalidad empresarial, asimismo les permitan afrontar y mejorar
sus ratios de cumplimiento normativo de carácter obligatorio mediante la autorregulación de
algunos de sus procesos los cuales, les permitan generar nuevos procedimientos y/o políticas con
una sólida base legal con enfoque sostenible.

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Además, conforme a un nutrido marco teórico, se validará el argumento por el cual la
responsabilidad social, cuando es adecuadamente ejecutada, puede coadyuvar al derecho en tanto
permita un asertivo cumplimiento de la normativa existente. Para complementar el presente
estudio, se analizará y describirá un caso de éxito en el rubro de la gran minería peruana, rubro
sobre el cual pesan diversas percepciones negativas, sin embargo es considerado como uno de
los rubros que despierta mayor interés en ingresar a laborar, motivo por el cual decidimos
analizar el caso de la empresa “Compañía Minera Antamina”, la cual en base a sus políticas y
acciones autorregulatorias que a lo largo de sus más de 20 años de operaciones mineras, se
mantengan como líderes, al menos en los últimos 07 años (recuperado de
https://www.merco.info/pe/ranking-merco-talento),en diversos rubros de la sostenibilidad en
materia laboral, logros como ser considerada la empresa minera de mayor atractivo para laborar,
la empresa minera con mejor retención del talento, empresa minera que más fomenta los
mecanismos de obras por impuestos entre otras acciones que sobrepasarán lo estipulado en la
normativa nacional y que dichas acciones permiten contrastarlas con los alcances de la
responsabilidad social sobre el correcto accionar corporativo en la búsqueda de una
sostenibilidad empresarial llevadera en el tiempo.

Finalmente, luego de analizar el caso específico de la empresa minera, podremos generar la


certeza (y no sólo en el mundo minero sino en el mundo empresarial en general), que cuando la
RSE es utilizada como una herramienta, estratégica y autorregulada, que coadyuve a los
procesos legales de una empresa, esta tiende no sólo a ser más atractiva en el ambiente laboral,
en el ambiente corporativo, tiende a generar una mayor identificación con la organización y
obviamente tiende a ser más eficiente, tiende a generar confianza en sus colaboradores, en sus
accionistas, en sus diversos stakeholders y son justamente autorreguladas, las que luego se verán
plasmadas en los resultados de las operaciones empresariales de la organización.

1.1. Noción de la responsabilidad social empresarial

Lo primero que tendríamos que indagar para comprender el presente trabajo académico sería
conocer la definición de responsabilidad social empresarial (en adelante RSE). Como primer
paso, podríamos dialogar, consultar con compañeros laborales, accionistas, proveedores o
integrantes de los diversos grupos de interés a quienes la empresa les genere un cierto impacto,

6
en especial al aspecto laboral. ¿qué entienden por RSE?; en muchos casos, el término RSE es
considerado como de “asistencialismo social empresarial” o peor aún, en algunos casos es
considerado como una “obligación social empresarial”, es decir, tanto el término RSE, como su
finalidad principal, tiende a tomar un matiz de “acción de obligatorio cumplimiento”, donde las
acciones que decidan ejecutar las empresas de manera totalmente voluntaria, ya tendrían un
concepto estigmatizado para su implementación y ejecución es especial si nos referimos al
ámbito laboral.

Desarrollaremos una línea imaginaria en el tiempo donde daremos a conocer las diversas
definiciones de RSE y como es que desde mediados del siglo pasado Howard R. Bowen, (citado
por (Duque Orozco et al., 2014) nos definía a la RSE como “las obligaciones de los empresarios
para aplicar políticas, tomar decisiones o seguir las líneas de acción que son deseables en
términos de los objetivos y valores de nuestra sociedad”, definición de la cual podríamos inferir
que el término “obligaciones” tendrían que ver con acciones que enmarcarían compromisos de
carácter legal.

En la década de los años 60’s se inicia una expansión en la literatura y se afinan los conceptos
de Responsabilidad Social, con la finalidad de formalizar y consolidar una definición más precisa
de lo que se quería entender como RSE.

En la década de los años 70’s, una de sus mayores características fue la proliferación de
definiciones de RSE, probablemente fue en esta época donde se elaboraron la mayor cantidad de
definiciones para lograr entender el significado de este innovador “término empresarial”.

En la década de los años 80´s, la Responsabilidad Social contó con un menor número de
definiciones, sin embargo, en esta misma década se generaron un mayor número de
investigaciones y temas alternativos para sustentar un mismo mensaje que finalmente, nos
llevaba a la idea central de búsqueda de beneficios comunes.

En la década de 1990 se concibieron pocas contribuciones de relevancia. Sin embargo, esta


etapa sirvió como punto de partida para establecer las similitudes existentes en las

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investigaciones con que se contaba hasta ese momento, relativas al tema en cuestión, y es
además en este marco temporal que el término “Ciudadanía Corporativa” empezó a cobrar mayor
fuerza.

A comienzos del siglo XXI, según nos comenta (Massoud, 2017) términos como
“Responsabilidad Corporativa de los stakeholders” o “Responsabilidad Corporativa política” son
términos que empiezan a desarrollarse, así como (Lattuada, 2008) quien nos indica que
empiezan a establecer criterios mucho más horizontales, donde la RSE se convierte en un desafío
para todas las corporaciones en el mundo y surgen nuevos conceptos, como el que nos hace
mención Hupperts, (como se citó en Lattuada,2008) del concepto de la Triple P: People (recurso
humano), Planet (medio ambiente) y Profit (ganancia).

Actualmente y gracias al continuo y profundo estudio del término RSE, en muchos casos la
tienden por denominar “sostenibilidad”, tal como nos indica (Masoud, 2017), y a pesar de estas
modificaciones, todavía existen diversos autores que al tratar de brindar una definición más
específica y detallada de la RSE, los conceptos referidos a compromisos, regulación,
cumplimiento obligaciones, son reiterativos y utilizados en diversas etapas de la historia, tal
como comenta (Navarro García & García-Marza, 2009), conceptos que tal como nos indica
Kliksberg (citado en Lattuada,2008) la RSE, no podría existir por obligación de las partes, sino
que debe ser elegida de manera voluntaria, desde la dirección de la empresa y desde el conjunto
de los principales involucrados en la empresa, es decir autorregularse de manera voluntaria.

1.2.Noción del Derecho en relación a la Responsabilidad social

En este punto, sería conveniente preguntarnos sobre ¿Qué es lo que ya conocemos de la


definición del derecho en relación a la RSE? (de manera resumida) ya que desarrollar a
profundidad la rama del derecho se tornaría muy interesante y apasionante, en especial para
profesionales egresados de una escuela del derecho. Por lo tanto, habiendo realizado la
aclaración correspondiente, indicar que no pretendemos realizar un postulado sobre la rama
legal, ya que sería muy amplio, por lo que buscaremos definiciones enfocadas a la RSE que se
traduzcan en algunos ejemplos prácticos los cuales nos mantengan y/o reflejen un cierto

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acercamiento al tema de la sostenibilidad, lo cual se torna bastante complejo, ya que el término
de RSE data de mediados del siglo pasado y en especial en el Perú no tiene más de 30 años en
aplicación, situación contraria de lo que sucede con las definiciones del derecho las cuales nace
desde hace muchos siglos atrás.

Por tal motivo, detallaremos como es que otras organizaciones como es el Consejo de
Colegios de Abogados y asociaciones legales de Europa (Council of Bars and Law Societies of
Europe, 2008) desde el 2003, han establecido criterios y guías para el ejercicio de la abogacía en
temas de RSE, situación que cada vez toma más fuerza como es el caso del caso del Ilustre
Colegio de Abogados de Madrid (Madrid, 2009) quienes han desarrollado un formato de
obligatoria adhesión entre sus agremiados referida a la declaración de la RS en el ejercicio de la
abogacía, lo cual demuestra que el relacionamiento entre estas ramas es cada vez más vinculante
y estrecho.

En resumen, al referirse a la definición del derecho, es importante que la persona a quien se le


dirija el mensaje tenga o no cierta afinidad con la rama legal, logre entender la esencia de lo
descrito. Por tal motivo, si se busca un concepto con referencia histórica que tenga ciertas
nociones de RSE, podríamos detallar lo que nos indica Ulpiano, sobre que “El Derecho es el arte
de lo bueno y lo equitativo" (citado por Schiavone, (2014), ergo podríamos deducir que el
derecho es una rama filosófica donde coexisten los criterios morales y éticos para decidir lo que
es correcto y cómo podría ser evaluado de acuerdo a conceptos ideológicos.

El Derecho para (Flores Gómez & Carvajal Moreno, citado en (Hohfeld, 2004)) es el
conjunto de normas jurídicas, creadas por el estado para regular la conducta externa de los
hombres y en caso de incumplimiento está prevista una sanción judicial.”, concepto que tiene
relativa familiaridad para los entendidos en ramas jurídicas.

Asimismo, existieron otros autores como (Pereznieto Castro & Ledesma Mondragón, citado
(Hohfeld, 2004) donde nos indican que “El Derecho es el conjunto de normas que imponen
deberes y normas que confieren facultades, que establecen las bases de convivencia social y cuyo
fin es dotar a todos los miembros de la sociedad de los mínimos de seguridad, certeza, igualdad,

9
libertad y justicia”, definición que consideramos tienen ciertos acercamientos a las nociones de la
RSE que venimos desarrollando en el presente trabajo académico.

En este punto, encontramos a (Hervada, 2008) quien nos indica que considera al derecho
como “la ciencia que tiene como finalidad fundamental que la sociedad sea justa, con esa justicia
real y concreta que consiste en que se respete y se dé a cada hombre su derecho, aquello que es
suyo”, descripción que tomaría mayor fuerza cuando analizamos lo que nos comenta
(Argandoña, 2013) sobre el rol que deben de desempeñar los profesionales de diversas materias,
aunque trata de direccionarnos a uno en especial, que se involucran en temas de RSE y empresa.

Posteriormente, tenemos autores como (Rubio Correa, 2010) quien nos comenta que el
derecho históricamente, afrontó momentos difíciles donde el derecho se mantenía como la
amalgama de costumbres, normas legisladas, resoluciones de tribunales, los cuales sufrieron
ciertas transformaciones gracias a las transformaciones neoliberales con los nuevos principios de
libertad, igualdad ante la ley y democracia.

Con la finalidad de entrelazar las relaciones entre el derecho y la RSE, me parece oportuno
mencionar las reflexiones que realiza (Hervada, 2008) cuando nos comenta que a diferencia de
estudiantes de medicina, que puntualmente estudian para ser médico, en el caso del derecho se
generan una diversidad de oportunidades que favoreces a sus egresados, asimismo aclara que la
carrera de Derecho no enseña muchos oficios o saberes; enseña un solo oficio o saber, pero que
habilita -eso sí- para una gran diversidad de profesiones.

Con esta breve introducción del derecho, nos focalizaremos en trabajar conceptos, criterios,
ideas, las cuales nos permitan desarrollar el trabajo de manera práctica y descriptiva, que valide
la noción propuesta de que a pesar de contar con gran cantidad de normativa regulatoria,
consideramos que nos faltarían algunas herramientas adicionales que permitan incentivar y
mejorar este cumplimiento normativo. Motivo por el cual me dirigiré a los diversos “empresarios
y legisladores” a quienes les crearé la certeza de que la hipótesis propuesta sobre la RSE (a pesar
de no contar con un componente normativo regulatorio), ejerce un campo de acción tan
importante para el derecho (el cual si cuenta con normativa estructurada y de estricto

10
cumplimiento) que le permitiría motivar el cumplimiento normativo de los diversos estándares
laborales de las empresas del Perú.

La forma propuesta para cumplir el proceso, es mediante una autorregulación la cual permitirá
demostrar que las empresas pueden ser realmente responsables en materia laboral y que a pesar
de que a inicios de los años 90’s, según (Toyama Miyagusuku & Caro Paccini, 2001) legalmente
existió una desregularización laboral, para fomentar la actividad empresarial, somos testigos que
actualmente existen modelos empresariales, como es el rubro minero que ha logrado diversos
reconocimientos en lo referente a estándares laborales y demuestra que la formalidad, no implica
perjuicios, no implica daños, muy por el contrario, con el estudio del presente caso,
demostraremos que en materia de formalización laboral se están logrando resultados favorables,
los mismos que pueden ser replicado en otras industrias, para lo cual se puedan crear políticas,
reglamentos de carácter autorregulatorio que permitan frenar el alarmante incremento de
informalidad laboral que afronta el país y que a su vez les permita obtener beneficios que brinda
la RSE, cuando es debidamente ejecutada en beneficio de todos los intervinientes e interesados.

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CAPÍTULO II: ESTADO DEL ARTE

2.1 Responsabilidad social empresarial

La responsabilidad social empresarial (en adelante RSE), con frecuencia, es considerada y


confundida por diversos grupos de personas que tienen una relación directa o indirecta con la
mismas, donde se genera el concepto de “asistencialismo social empresarial” o, incluso en
algunos casos es interpretada como una “obligación social empresarial”. Es decir, tanto el
término que compete a este apartado del estudio, como su finalidad principal, tienden a adoptar
un matiz erróneo, de obligatoriedad, dirigiendo su acepción original hacia una definición más
cercana de la coerción y la imposición que de las buenas prácticas emprendidas de manera
voluntaria por las empresas.

Por tal motivo, es menester conocer a profundidad el tema de la RSE, desde su concepto y
alcances, relacionados con el ámbito legal y la viabilidad empresarial, hasta su origen, desarrollo
y características. De esta manera, la presente investigación podrá orientarse al devenir de las
empresas peruanas en la búsqueda de herramientas de gestión que les permitan cumplir algunas
de las siguientes tareas: hacerle frente a la informalidad, optimizar sus ratios de cumplimiento
normativo de carácter obligatorio, establecer un sistema de autorregulación de procesos y,
finalmente, generar nuevos procedimientos y/o políticas con una sólida base legal y enfoque
sostenible.

Al respecto, es preciso señalar que las primeras incursiones sobre la conceptualización de la


RSE empezaron a ensayarse en la década de 1950. Bowen (como se citó en Carroll, 2007),
pionero en estas lides, se planteaba algunas interrogantes sobre este tema, como cuáles serían las
responsabilidades y compromisos que la sociedad espera que un empresario, dentro de lo
razonable, debería cumplir. “La responsabilidad social se refiere a las obligaciones de los
empresarios de perseguir sus políticas, de tomar las decisiones correctas o seguir las líneas de
acción donde los objetivos y valores de nuestra sociedad sean reflejo de lo que se busca”,
asegura Bowen (como se citó en Carroll, 2007), acotando en la relación entre RSE y poblaciones,
sociedad y empresas.

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Ya en los sesenta, diversos autores enunciaron conceptualizaciones más específicas y
detalladas, que marcarían el derrotero académico para los años siguientes bajo estándares con
enfoques moralistas, éticos, económicos y legales. Es así que la literatura acerca de la RSE se
extendió y desarrolló nuevas y novedosas ideas. Para McGuire (como se citó en (Carroll, 2012a),
la responsabilidad social es una obligación de las empresas, tal como lo son las económicas y
legales. Es decir, a las labores financieras y jurídicas de una empresa o corporación, se le suma
una tercera tarea: responder a la sociedad en la que se desenvuelve.

A esta definición se suma otra que hace hincapié en un aspecto más aplicativo y práctico,
estipulada por Davis y Blomstrom (como se citó en Carroll, 2007). Para los autores, las
organizaciones aplican la responsabilidad social “cuando consideren necesario y de interés para
otros (sociedad) que podrían verse afectados por las acciones del negocio. Por lo tanto, deberán
analizarse los intereses técnicos y especialmente los económicos de manera muy detallada”. La
RSE, íntima relación entre empresa y sociedad, es un propósito que debería hallarse entre las
prioridades de los gerentes que lideran organizaciones y de los grupos de interés que persiguen
sus propios objetivos, tal como señala Walton (como se citó en Carroll, 2007).

Las estipulaciones en torno a la RSE durante la década de 1970 se caracterizaron, entre otros
temas, por adentrarse en ámbitos legales que, anteriormente, no habían sido tratados a
profundidad. Los esfuerzos teóricos se concentran en que las organizaciones se planteen y
ejecuten acciones concretas en favor de la sociedad, definidos como beneficios sociales, y que
estas no respondan meramente al cumplimiento legal correspondiente, sino que, según Davis
(como se citó en Carroll, 2012a), lo trasciendan, y que además superen las esferas económicas y
técnicas con una actitud voluntaria (Carroll, 2012b). Sin embargo, es en esta época que surgen
otras vertientes referentes a la RSE, las cuales varían desde utilizar el término
“Responsabilidades Públicas”, debido al carácter público de sus implicancias (Preston y Post,
1975), hasta la consideración de que las prácticas socialmente responsables son, en realidad,
actos de egoísmo, debido a que reducen las ganancias de los accionistas, quienes ven mermada
su riqueza pese a que no infringen ninguna ley, ni cometen engaño o fraude, tal como señala
Friedman (como se citó en Mihaela, 2016).

13
Desde una visión más amplia, (Carroll, 2012b) plantea que la RSE se basa en los enfoques
desarrollados a continuación. En primer lugar, se muestra el modelo conceptual tridimensional
de la RSE:

Figura 1: Modelo conceptual tridimensional de la RSE, según Archie B. Carroll (1979)


Fuente: (Masoud, 2017)

Esta definición, presentada a fines de la década de 1970, refleja en primer lugar a las
prioridades de la RSE contenidas en un tridente desigual: mientras que las responsabilidades
económicas y legales constan de un mayor valor para el desarrollo de las actividades, las
responsabilidades éticas pasan a un tercer plano, catalogadas incluso como factor de estrés dentro
de la organización. De igual modo, la aplicación de las responsabilidades discrecionales depende
de la voluntad de las empresas. Sin embargo, y a pesar de los ideales de la época, (Carroll,
2012b) utiliza un método de sensibilización social filosófica, que involucra a diversos grupos de
interés en una perspectiva de empoderamiento de las organizaciones en la ejecución de las
actividades a desarrollar. Es tal que considera que las responsabilidades éticas y discrecionales
tienen el mismo valor e importancia que las responsabilidades legales y económicas.

En la década de 1980 cabe destacar el aporte de Freeman (Masoud, 2017), quien, en


colaboración con diversos autores, desarrolla la Teoría del Stakeholder y la ética corporativa, la

14
cual consiste en que los gerentes adopten políticas que satisfagan no solo a los accionistas de una
organización, sino a numerosos y variados contribuyentes de diversa índole, tales como clientes,
trabajadores, proveedores y organizaciones comunitarias, entre otros. De lo anterior, entonces, se
desprende que las acciones de una empresa responden a un abanico de agentes inmersos en las
actividades que esta realiza, trascendiendo el plano exclusivamente económico y referente a la
rentabilidad, para dar paso a otras directivas.

Una década después, continuando con este repaso evolutivo de la RSE a través del tiempo,
Carroll elaboró un rediseño de su pirámide conceptual, denominándola “La pirámide de
Responsabilidades”. En ella argumenta que la RSE se basa en tres pilares fundamentales. Estos
responden a las siguientes preguntas: ¿qué incluye la RSE? y ¿cuáles son los aspectos sociales en
los que las organizaciones se deberían enfocar? Finalmente, tal como se observa en el siguiente
cuadro propuesto por Carroll, se establece que la RSE, efectivamente, tiene claros enfoques
corporativos y de beneficio común que involucran factores de la sociedad en general. Una visión
holística determinada por su génesis y consolidada mediante esfuerzos académicos y de la
práctica empresarial a través de los años.

Figura 2: Modelo piramidal de la RSE, según Archie B. Carroll (1991)


Fuente: (Masoud, 2017)

15
Como se observa en el gráfico anterior, Carroll (Masoud, 2017) indica las responsabilidades
que se detallan a continuación:

a) Responsabilidades económicas. Concernientes básicamente a lograr rentabilidad financiera


y a generar recursos y beneficios para todos.
b) Responsabilidades legales. Referidas, en resumidas cuentas, al estricto cumplimiento de la
ley y de las normas correspondientes.
c) Responsabilidades éticas. Alusivas al criterio ético y a su aplicación en el accionar
empresarial.
d) Responsabilidades filantrópicas. Se refieren a consolidar, y llevar a la praxis de manera
eficiente, el concepto de buen ciudadano corporativo, con la finalidad de mejorar los
estándares de vida cotidiana.

Es menester incluir un breve paréntesis en este punto para comentar que, a fines de los años
noventa, hizo su aparición el término “Triple Bottom Line”. Este concepto, desarrollado por
Elkington, vincula a la sostenibilidad como mecanismo para medir y evaluar el impacto de la
actividad empresarial referente a tres materias importantes: el aspecto social, el aspecto
ambiental y el aspecto económico (como se citó en Masoud, 2017).

Carroll también ofrece un interesante aporte en lo concerniente a sus pirámides conceptuales,


pero dotadas de un matiz en el que predominan ciertos rasgos de imperatividad, lo cual el lector
podrá apreciar en la siguiente explicación:

16
Figura 3: Modelo piramidal actualizado de la RSE, según Archie B. Carroll (2016)
Fuente: (Masoud, 2017)

En esta última actualización del trabajo de Carroll (como se citó en Masoud, 2017), se indican
las siguientes responsabilidades:

e) Responsabilidades económicas. Referidas básicamente a la rentabilidad, la misma que ya es


requerida por la sociedad, empoderando así el término “glocal”.
f) Responsabilidades legales. Alusivas al estricto cumplimiento de la ley y de las regulaciones
pertinentes, las cuales también pasan a ser requeridas por la sociedad.
g) Responsabilidades éticas. Concernientes a realizar y promover acciones justas, evitando
causar daños o prejuicios, y siempre en concordancia con las expectativas vertidas por parte
de la sociedad.
h) Responsabilidades filantrópicas. Reafirma la idea del buen ciudadano corporativo, en
vinculación directa con las expectativas que deposita la sociedad en los individuos
particulares.

Tanto el modelo modificado propuesto por Carroll, como el resto de los lineamientos teóricos
estipulados en este trabajo, coinciden en que la RSE mantiene una estrecha relación con la
generación de bienestar en la sociedad. Esta finalidad, valga la pena acotar, también corresponde
a la aplicación del derecho, mediante sus políticas y normativas regulatorias.

17
A finales de los años 90´s y comienzos del nuevo milenio, se generaron nuevas tendencias que
tal como nos indica (Lattuada,2008) el núcleo de la RSE ubica a la sustentabilidad como el
horizonte firme que las corporaciones deben y deberían de seguir y donde la noción de la RSE
(Sturzenegger citado en Lattuada,2008) sigue incrementando el concepto de que cómo es que las
empresas se “relacionan con” y como es que sus actividades “impactan en” la sociedad, por lo
que este concepto realza las nociones de la empresa en la sociedad y las posibles nuevas
relaciones que se deben generan mutuamente.

Asimismo existen autores (Aparicio Tovar & Valdés de la Vega, 2009) quienes consideran
que existen dos elementos importantes, que generaron lo que hoy conocemos como RSE, estos
son, la “Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo
(1998) y el Global Compact (1999) de la ONU.

Como punto culminante de este repaso teórico, a continuación, se presenta e interpreta un


recuadro concerniente a la denominación que la RSE ha ido adoptando a través del tiempo,
llegando a la actualidad, en la que algunas empresas prefieren llamar “sostenibilidad” a estas
prácticas organizacionales.

Figura 4: Conceptos evolutivos de la RSE, según Mohan (2003) y Gond & Moon (2011)
Fuente :(Masoud, 2017)

18
Si hacemos un desglose, podríamos indicar que los conceptos de RSE en nuestro país se
manejan de una manera algo incipiente y con definiciones que tal como nos comenta Rizo-Patrón
(2016) se basan las siguientes fuentes:

• BSR (Business for Social Responsibility). La RSE es una manera de administrar un


negocio, cumpliendo o incluso sobrepasando las expectativas éticas, legales, comerciales
y públicas que tiene la sociedad sobre una empresa.

• The World Business Council on Sustainable Develpment. Considera a la RSE como


un compromiso de los negocios y empresas para contribuir con el desarrollo económico
sostenible. Esto será logrado por medio de la colaboración con sus empleados, sus
familias, la comunidad local y la sociedad, con la finalidad de mejorar la calidad de vida
a largo plazo.

• ISO 26000. Indica que la RSE es el compromiso que adoptan las organizaciones ante el
impacto que sus acciones, decisiones y actividades ocasionan a la sociedad y el medio
ambiente.

• ETHOS. Es la forma de gestión definida por la relación ética y transparente entre la


empresa y todos los públicos, y por el establecimiento de metas empresariales
compatibles con el desarrollo sustentable de la sociedad.

• PERÚ 2021. Gestión de corte ético que implica la inclusión de las expectativas de todos
los grupos de interés que se hallan alrededor de una empresa, con el objetivo común de
lograr el desarrollo sostenible.

Concretamente, como se desprende de la información presentada en este punto, el concepto


inicial de la RSE sigue modificándose a través del tiempo. Sin embargo, todas las definiciones
que se hacen en torno a ella mantienen en su esencia la finalidad de generar beneficios comunes
dentro de la sociedad, situación que, en Perú, viene despertando el interés paulatino de las

19
empresas y que gracias a la RSE los conceptos de Buen trato al personal, políticas medio
ambientales, Gobierno corporativo, códigos de ética, transparencia de información en productos,
son temas cada vez más comunes de encontrar dentro de las organizaciones.

2.2 Responsabilidad Social y Derecho Laboral

Una vez concluido el desarrollo del esquema evolutivo de la RSE, con especial mención en
sus conceptos y características, es preciso detallar definiciones vinculantes a estas prácticas
empresariales, con el objetivo de consolidar un panorama teórico y, de esta manera, generar una
mayor convicción en la propuesta de esta investigación.

En este punto y tal como nos menciona Argandoña, 2013, (recuperado de


https://blog.iese.edu/) cabe mencionar que tan importante y estratégica es la labor del abogado
cuando decide involucrarse en los temas de la RSE de su organización, ya que su acción no sólo
le permitirá realizar códigos éticos, ejercer la defensa de temas empresariales, realizar gestiones
con inversionistas, velar por el cumplimiento de los procesos internos, validar procesos
anticorrupción, todos y cada uno de ellos temas altamente retadores, sino que también le
permitirá ampliar el ámbito de acción de una empresa al ser considerada como representante y
generador de una sociedad más justa que respete preceptos legales básicos sobre justicia y
derechos humanos, entre otros.

En nuestro país, contamos con la visión de especialistas en materia laboral (Zavala Costa &
Vilchez Garcés, 2017) que nos comentan la importancia del respeto de las normas internas en
materia laboral, concepto que concuerdan con un momento clave, en lo que respecta a materia
laboral y de estándares empresariales vinculados con el derecho, el cual sucedió en 1993, con la
promulgación de la Constitución Política del Perú, vigente en la actualidad. Este documento,
también llamado Carta Magna, significó la apertura de mercados internacionales a diversas
organizaciones, brindando una serie de beneficios y medidas tributarias que, si bien incentivaron
la inversión privada, al mismo tiempo provocaron “una desregularización estatal, una
flexibilidad en los procesos de fiscalización laboral y una falta de promoción a los mecanismos
de solución convencional de conflictos colectivos” (Toyama Miyagusuku & Caro Paccini, 2001).

20
Es decir, se perjudicó a una serie de beneficios y condiciones laborales 1 que se tenían en el país y
que favorecían sustancialmente al colaborador, mas no a las empresas.

Hechas las definiciones anteriores, resulta propicio precisar el concepto de “hard law”,
término que -según anticipa su nombre- se familiariza con el derecho de sólidas bases en sus
principios, fundamentos y procedimientos, en concordancia con la definición de (Ángel Cabo,
2008). Este autor, además, involucra una serie de obligaciones sustantivas y procedimentales,
que incluyen mecanismos, herramientas y normas con carácter de obligatorio cumplimiento en
procesos legales vinculados a la resolución de conflictos de diversas materias, con el sustento y
el uso de la normativa legal existente. El “hard law” se plasma en reglamentos y directivas que
otorgan legalidad y formalidad a las acciones empresariales. La idea del derecho y de los
términos legales es permitir el funcionamiento del sistema a través de mecanismos regulados,
pero bajo la premisa de buscar mejoras continuas en temas sociales y económicos (Rittich,
2004).

Cabo (2008) indica que el “hard law” hace referencia a las normativas y regulaciones de
carácter obligatorio de una sociedad y cita, a su vez, a Kirton y Trebilcock para referirse a que
esta figura del derecho designa “un régimen cuya construcción, implementación y garantía de
cumplimiento recaen principalmente en la autoridad y el poder del Estado en su control legítimo
de los medios de coerción”. En tal sentido, para el citado autor el “hard law” contiene tanto las
obligaciones sustantivas y procedimentales, como los mecanismos que aseguran su
cumplimiento y las sanciones formales, legales o económicas, que son impuestas por los estados.
De igual modo, Cabo (2008) menciona a Abbot y Snidal al señalar que el “hard law” debe
reunir, por lo menos, los siguientes tres requisitos: precisión, obligatoriedad y delegación. La
norma, entonces, implica obligaciones de carácter general, articuladas de manera precisa y que
pueden hacerse cumplir por las autoridades a las que le compete.

1
Dentro de los diversos cambios, podemos mencionar el referente a la contratación temporal, donde existen cambios
significativos en el plazo de contratación y por ende en lo referente a la Estabilidad laboral, donde la constitución
del 93, definitivamente encareció este beneficio.
En materia del despido, hubo cambios significativos en las causales de despido, en los montos de indemnización,
tipos de estabilidad laboral, montos de indemnización. (Toyama Miyagusuku & Caro Paccini, 2001)

21
Es menester definir al denominado “soft law”, que, a diferencia del “hard law”, cuenta con
una serie de herramientas y procesos sin mayor fuerza vinculante, aunque no carentes de cierta
relevancia jurídica. Esta aplicación responde al fracaso de la regulación, según plantea Cabo
(2008). (Rittich, 2004), por su lado, determina que el derecho es un conjunto de posibilidades de
la participación democrática y la justicia social, aunque la norma no esté implícitamente
detallada. Autores como (Cortés Cabrera, 2014) explican al “hard law” como una regla surgida
de una autoridad legislativa con formalidades constitucionales y de diferentes índoles
fundamentales para hacer jurídicamente vinculante a la norma; mientras que afirman que el ente
legislador utiliza el soft law porque el hard law presenta desventajas. Según advierte el autor, a
veces “el soft law producirá los mismos efectos del comportamiento que una norma equivalente
de hard law habría producido; en otras ocasiones, el soft law podría tener consecuencias más
deseables que el equivalente más similar del hard law podría tener”.

En relación a los descrito previamente, es importante determinar, analizar y en la medida de lo


posible diferenciar, tal como nos explica (Smits, 2017) las herramientas de “soft law” que son
ejecutables y las que se refiere a promesas de ejecución, es muy útil realizar la distinción entre
los fundamentos teóricos de una ejecución contractual contra los criterios utilizaos para
establecer responsabilidades y por ende, es de suma importancia analizar los códigos nacionales
y/o internacionales propuestos por las organizaciones, los mismos que pretenden describir
obligaciones éticas de las empresas las cuales deben de contar con una alta adaptabilidad al
esquema legal del país ya que tal como nos comenta (Smits, 2017), esta sería la oportunidad de
crearle vínculos y cumplimiento legal que eviten riesgos innecesarios producidos en operaciones
que se desarrollan de manera descentralizada y/o globalizada.

En tal sentido, es importante mencionar que, debido al continuo desarrollo evolutivo de la


RSE, existen diversos estudios donde ya se empieza a estudiar y evaluar las implicancias de estos
incumplimientos y /o cumplimientos moderados o parciales referidos al “Soft law”. Destaca la
aparición del fenómeno denominado “greenwashing”, el cual tal como nos describe (Seele &
Gatti, 2017) tiene una fuerte vinculación a la denominada “triple buttom line” (Scherer et al.,
2013 citados en (Seele & Gatti, 2017) y que enfoca justamente a analizar ese “incumplimiento”

22
y/o en otros casos esa mala comunicación de las acciones de RSE que desarrollan las empresas
las cuales encuentran en la percepción en los grupos de interés su mayor debilidad.

En concordancia con las definiciones anteriores, se puede interpretar que la nueva normativa
de autorregulación contenida en el soft law está cobrando mayor fuerza vinculante para cumplir
los estándares internacionales de autorregulación; esto debido a que recibe influencias de grupos
de interés importantes para las empresas, como colaboradores, clientes, proveedores y otros,
quienes les exigen la aplicación de procesos y políticas de sostenibilidad corporativa. En esta
línea, (Rittich, 2004) sostiene que si el elemento analizado afecta directamente al corazón del
derecho, este soft law indicaría que esta rama podría ser una estrategia muy bien organizada para
buscar cambios progresistas, los mismos que plasmarían sus efectos especialmente en la
obtención de metas, normas e incentivos en el cumplimiento de la normativa ya establecida por
parte del organismo estatal.

Entendiendo por hard law lo que, básicamente, es todo lo que está escrito, tal como lo indican
los manuales, códigos, reglamentos y lo que verse en la normativa del sistema legal, se buscará
mejorar el vínculo entre lo regulatorio y lo que sea relativo o se halle inmerso en torno a la
autorregulación. Desde el punto de vista jurídico, cabe plantear la siguiente interrogante: ¿cuál es
la necesidad de las corporaciones para desarrollar políticas de RSE? Es entonces que puede
considerarse, desde el área legal de estas organizaciones, que la respuesta es el cumplimiento de
la ley, con consideración de las sanciones respectivas en caso de desobediencia de las
obligaciones pertinentes. Por tanto, se considera importante que toda legislación y/o normativa
emitida por el Estado cuente con un carácter imperativo de cumplimiento, no solo para generar
conciencia en las instituciones ante potenciales sanciones, sino también para lograr que, en
determinado plazo, esta conducta se realice de manera voluntaria por las organizaciones, sin que
intervenga un organismo fiscalizador atento al desarrollo de las acciones socialmente
responsables.

Con la finalidad de asociar los conceptos de derecho en su aspecto laboral con los de
autorregulación y RSE, se plantea a continuación una breve reseña del derecho laboral como tal,
remarcando que el enfoque de esta investigación está estrechamente relacionado con el rol de la

23
RSE como herramienta que fortalece y motiva a las empresas a cumplir la normativa regulatoria
a través de la autorregulación voluntaria. Determinado lo anterior, el derecho laboral se puede
definir como una rama del derecho cuyas fuentes, principios tienen por objeto la tutela del
trabajo de la persona realizado en forma libre, por cuenta ajena, en relación de dependencia y a
cambio de una contraprestación.

Dentro de las fuentes del derecho laboral, se destacan los siguientes puntos:
a) La Constitución Política del Perú
b) Los tratados internacionales
c) La ley
d) Los decretos
e) Resoluciones legislativas
f) La costumbre
g) La jurisprudencia
h) La doctrina
i) Convención colectiva
j) Reglamento interno de trabajo
k) Contrato de trabajo

Ahora tenemos que los principios del derecho laboral cumplen con dos funciones
primordiales. En primer lugar, la llamada función supletoria consiste en que los principios de
derecho del trabajo se utilizan como suplemento cuando la ley deja vacíos o lagunas y no existe
jurisprudencia, uso o costumbre aplicable. En segundo lugar, la función interpretadora se da,
como su nombre indica, para interpretar las normas vigentes, al ser estas confusas o con diversas
connotaciones. Del mismo modo, los mencionados principios del derecho laboral (Arévalo Vela,
2016) son los que se enuncian a continuación:

a) Principio protector
b) Principio de irrenunciabilidad de derechos
c) Principio de continuidad laboral
d) Principio de supremacía de la realidad

24
e) Principio de razonabilidad
f) Principio de buena fe

Si bien el derecho laboral cuenta con un ordenamiento regulatorio establecido con carácter
impositivo, también es cierto que este ordenamiento guarda estrecha relación con las nociones de
la RSE. Al respecto, (Teubner, 2011) considera que el “soft law” y el “hard law” mantienen
otra estrecha jerarquía. Para el autor, el “hard law” emana leyes para lograr un adecuado
desenvolvimiento de los estados y que, así, estos puedan lograr un vínculo que se pueda
sancionar. Por otro lado, el “soft law” busca generar normas enfocadas a un carácter más
particular, que ayuden a obtener resultados enfocados en sus intereses. Esta idea se complementa
con lo indicado por (García Rubio, 2012), quien afirma que existen diversas características del
“soft law”, apuntando que serían instrumentos de regulación rápidos con procesos más ágiles y
menos burocráticos que los procedimientos regulares, dando una cierta entrada a la sociedad
civil, entre otros beneficios.

En este punto, consideramos lo referido por autores quienes nos indican que el voluntariado
corporativo es una gran oportunidad de establecer acciones de RSE en materia laboral, en
especial con personas que sufren de alguna dolencia o discapacidad, en la cual las empresas
asumen los criterios referidos a la protección de derechos de los trabajadores, de los clientes, así
como de la salud y la seguridad social, entre otros (De Fuentes et al., 2014), por lo cual
consideramos que es necesario plantear una herramienta de gestión eficiente que logre obtener y
optimizar beneficios en general que bien podría ser la autorregulación, tal como se propone en
esta investigación. De esta manera, hacer de la autorregulación un factor relevante para alcanzar
una mayor presencia de buenas prácticas empresariales dentro de la sociedad y que esta
presencia, a su vez, ayude a lograr resultados favorables en la mejora de estándares laborales
para los diversos colaboradores, los cuales se vean reflejados en sociedad de manera más
inclusiva y beneficiosa.

A manera de recapitulación, se considera que el sistema empresarial y legislativo peruano


cuenta ya con la normativa necesaria, con entidades fiscalizadoras y personal humano encargado
de realizar estas fiscalizaciones. Ante esto, queda por responder por qué, incluso teniendo estos

25
factores, todavía la imposición de penalidades es necesaria para el cumplimiento de las normas.
Quizás se deba a que el tradicional “hard law” necesite aliados, tales como las herramientas de
autorregulación y de adhesión voluntaria que ofrece la RSE, a través de mecanismos de gestión
externos, conocidos como “soft law”. Y que así, bajo un trabajo conjunto, se logre una verdadera
mejora en los estándares corporativos a nivel laboral y una reducción de problemas que emanan
del incumplimiento de normas y procesos legales. Una vez conseguido este primer propósito, se
podrá establecer una firme conexión entre el derecho y la RSE.

2.3 Definiciones de autorregulación

Para García Rubio (2012), definir “autorregulación” no es una tarea sencilla debido a la
multiplicidad de matices que pueden encontrarse en este ejercicio de conceptualización. Sin
embargo, y tomando en cuenta la dificultad anteriormente mencionada, este término puede ser
interpretado como la regulación surgida o aplicada en las organizaciones o asociaciones, que no
solo estipulan normas, sino que además realizan un seguimiento de su adecuado cumplimiento a
través de normativas específicas. La autorregulación, por tanto, constituye la llamada estrategia
del self regulation ejercida por las empresas privadas, sin que exista intervencionismo público o
tratamientos de carácter estatal (Nieto, 2008). Su aplicación, en cuanto a cambio organizacional,
marca el paso del “modelo de las reglas” al “modelo de coexistencia entre las reglas y
principios”; siendo las primeras representantes del hard law, generales y cerradas, mientras que
las segundas, más proclives al soft law, dotan de sentido a las reglas, son abstractas y muestran
más apertura (García Rubio, 2012).

La autorregulación, como resultado del progresivo y constante aumento de complejidades


sociales y los cambios globalizados, es también adherida por las iniciativas estatales que, para
adaptarse a las necesidades de las organizaciones, se valen de las propias empresas para lograr
sus objetivos. La autorregulación, por tanto, si bien suele estar hecha por y para las empresas,
también pueden contar con la intervención del Estado durante su proceso. Su aplicación no
responde a un impulso desregulador ni desestabilizador, sino que, por el contrario, persigue una
mejora cuantitativa y cualitativa, estandarizando procesos autorreguladores (Coca, 2013).

26
En el ámbito de la RSE, una de las formas de validar esta autorregulación en materia laboral,
según lo descrito por (Nieto Martín, 2008), se plasma en los diferentes códigos relacionados con
la ética y la buena conducta en términos corporativos. Estos tratados están caracterizados por una
intervención administrativa menos coactiva y más dialogante, que fomenta la autorregulación a
través de sistemas que las empresas adoptan de manera voluntaria. Vale acotar que los
destinatarios de estos códigos son los stakeholders de las organizaciones.

La autorregulación puede responder a un único o a un conjunto de razones que, a su vez, son


atribuibles a un sinnúmero de factores o externalidades. Asimismo, debe considerarse que
cualquier análisis con carácter regulatorio podría hallarse bajo riesgo de sesgo si es que,
prematuramente, se asume que los procesos regulatorios funcionan perfectamente (Baldwin et
al., 2011). Según concluyen (Coglianese & Mendelson, n.d.), tanto las personas como las
empresas pueden decidir entre mantener el control total de su información o elegir libremente
autorregularse bajo sus propios criterios en la búsqueda del bienestar general. Esta
autorregulación, de acuerdo con los mencionados autores, deberá propiciar objetivos regulatorios
y una efectividad estrechamente vinculada a los incentivos o herramientas de las empresas.
Siguiendo con las motivaciones que impulsan a este proceso de regulación, pueden distinguirse
justificaciones técnicas con diversos orígenes, como las influencias por parte de accionistas y los
convenios y acuerdos internacionales de determinada industria, entre otros. En esta línea, es
importante considerar que estas justificaciones, sean de cualquier índole, deben versar en
intereses públicos que generen bienestar global, sin descartar en esta definición a aquellas
justificaciones generadas por los vacíos de la ley o por las fallas del mercado (Baldwin et al.,
2011).

Baldwin et al. (2011) plantea una serie de interrogantes o pautas que guían a un conocimiento
más exacto sobre la regulación y su buen funcionamiento, tomando como referencia los
beneficios que esta práctica ofrece si es que se realiza de manera eficaz en una organización.
Estas interrogantes, o condiciones, son las siguientes:

a) Si la acción o régimen regulatorio tiene respaldo de las autoridades.


b) Si existe un esquema apropiado para rendir cuentas.

27
c) ¿Los procedimientos a ejecutar son justos, accesibles y abiertos?
d) Si es que el regulador cuenta con la suficiente experiencia.
e) Si es que la acción realizada o el proceso regulatorio es eficiente.

Si bien la teoría señala los lineamientos que configuran una buena regulación, estos
fundamentos también conceptualizan la denominada “sobrerregulación”, asociada con el exceso
de rigor y de prescripción normativa durante el marco regulatorio. Estas condiciones, en especial
en el ámbito laboral del rubro minero, impiden y entorpecen el planeamiento y ejecución de
acciones innovadoras, en detrimento, además, de una mejoría en los procesos regulatorios. Del
mismo modo, una regulación demasiado estricta también puede producir el efecto perverso que
conduce a la denominada infraregulación (Baldwin et al., 2011). Un exceso en cuestiones
relativas al formalismo y los estilos de aplicación punitiva, pueden reducir las posibilidades de
relaciones de cooperación y regulaciones saludables.

Continuando con el desglose teórico referente a la autorregulación, (Coca Vila, 2013)Coca


(2013) plantea tres modelos sobre este concepto aplicados en las prácticas empresariales:

a) Autorregulación pura o voluntaria. Una empresa, de manera voluntaria, promueve el


proceso de autorregulación con base a sus propios criterios y a lo que esta crea más
conveniente, siempre que su aplicación no genere afectaciones a las libertades ajenas. La
constituyen los códigos éticos y de conducta, generados por evaluaciones internas y las
funciones que se desarrollan dentro de las organizaciones, entre ellas aquellas que conciernen
a la responsabilidad social y a la gestión de reputación corporativa. Otro criterio para definir
a este modelo de autorregulación sostiene que las empresas se implementan con un sistema
de regulación interno, ajeno al control estatal, con la finalidad de atender a necesidades
específicas.

b) Meta-regulación. El Estado cuenta con una participación previa a su aplicación, para


establecer algunas pautas que deben seguirse, a modo de requisitos mínimos en el proceso
autorregulatorio. De forma posterior, el cumplimiento de estos lineamientos podría influir,
motivar o incentivar a las empresas a seguir patrones de autorregulación. Cabe resaltar el

28
aspecto que incluye la no regulación estatal, sino que responde a la constitución de
estándares elaborados por las empresas, las que velarán por la implementación y correcta
ejecución de la autorregulación.

c) Autorregulación regulada o coregulación. El Estado se incorpora como ente participante y


activo en el proceso de regulación. Acude a las organizaciones para, en conjunto, elaborar la
normativa que permita fomentar una regulación de manera eficiente. Existen tres modelos de
autorregulación regulada o coregulación. En primer lugar, cuando el Estado delega facultades
de regulación, pero manteniendo las de revisión, supervisión y sanción o inversa, lo cual se
conoce como autorregulación delegada. El segundo modelo es la autorregulación transferida,
aquella en que el Estado transfiere la potestad de regulación, supervisión y sanción, pero
mantiene la de revisión de lo normado. Finalmente, el tercer modelo implica que el Estado
trabaje con las empresas (que proporcionan la información pertinente) en la elaboración de
sistemas específicos de regulación, cuya aprobación dependerá también del Estado.

Relacionado con el concepto de autorregulación, el compliance es otra terminología que


merece ser atendida en este apartado. Para algunos autores, todavía queda pendiente determinar
si es que se trata de una rama del derecho que genera autorregulación, o si se ocupa
exclusivamente de los riesgos que derivan de las actividades realizadas por las empresas y sus
colaboradores (Coca Vila, 2013). Este concepto puede entenderse como el conjunto de medidas
que tienden a garantizar el cumplimiento de las políticas internas de las organizaciones, con
mayor énfasis en el ámbito jurídico-penal, aspecto legal que sanciona el incumplimiento de las
leyes. Tal como afirma indica Kiethe (como se citó en (Coca Vila, 2013): “el compliance se
alude a la evitación de riesgos jurídicamente relevantes a través de la mejor organización
empresarial posible”.

Retomando el concepto de la autorregulación, es importante resaltar que adicionalmente a las


definiciones propuestas por (Coca Vila, 2013) revisamos conceptos propuestos por (Aparicio
Tovar & Valdés de la Vega, 2009) quienes concuerdan de manera muy similar con lo referido
por Coca, sin embargo estos últimos al realizar un estudio mucho más comparado y aterrizado, al
menos en la realidad europea, nos ha permitido realizar el comparativo y determinar cuáles

29
serían los conceptos que el Perú viene desarrollando en materia de RSE. Definitivamente
consideramos que lo estipulado en el concepto de autorregulación pura, así como el concepto
desarrollado en la metarregulación vendrían a ser los conceptos que han permitido a nuestra
nación despegar enfocado a desarrollar instituciones cada vez más sostenibles. Lamentablemente
el caso de la Autorregulación regulada o corregulación, consideramos que todavía se encuentra
en una etapa muy incipiente y con mucho por desarrollar, básicamente por la falta de apoyo
estatal, lo cual no permite lograr una sostenibilidad en las acciones propuesta o desarrolladas, sin
embargo, consideramos que en un mediano a largo plazo este criterio también se desarrolle por el
bienestar de todos los involucrados.

2.4 La informalidad laboral

Desde que comenzaron a ser tratados, hace cincuenta años, el término y las definiciones en
torno a “informalidad” han suscitado teorías y conceptualizaciones diversas, cuya finalidad en
común es la de generar un completo entendimiento de un fenómeno que todavía sigue en proceso
de una esquematización que delimite su estudio. Es así que, a fines de la década de 1980, De
Soto señalaba al sector informal como “un elefante que podemos no estar en condiciones de
definir con precisión, pero que reconocemos cuando vemos” (como se citó en Rentería, 2015), en
clara alusión a su inevitable presencia en los ámbitos empresariales y económicos, a lo cual se
suman las dificultades para establecer una dilucidación definitiva en torno a sus particularidades.

(Loayza, 2008) define a la informalidad como una respuesta de carácter distorsionado ante
una economía en exceso reglamentada. Estas prácticas informales, señala el citado autor,
conlleva pérdidas en el sistema. Es decir, la informalidad es una reacción ante condiciones que
pueden tornarse desfavorables para el desarrollo empresarial. Más severo es el enfoque laboral,
que considera a esta situación como el incumplimiento de obligaciones legales en detrimento de
los trabajadores, como el pago del salario acorde a ley, la seguridad social o las aportaciones para
la protección en caso de desempleo (Belapatiño et al.,2017). En esta línea, Fortun (s.f.) aúna en
una misma definición a la informalidad y al trabajo informal, afirmando que “engloba todas
aquellas ocupaciones y formas de producción que son ejercidas por personas o empleados que
reciben ingresos cuyas condiciones de trabajo no se encuentran reguladas por un marco legal”.

30
Ante tal problemática, el Perú cuenta con una Estrategia Sectorial de Formalización Laboral
2018-2021, cuyas acciones están destinadas a este ámbito (Gamero, 2013 citado en (Rentería,
2015)). Sin embargo, resulta complejo definir y determinar los resultados obtenidos con
precisión, a pesar de ser una nación que está adherida a la Declaración Universal de Derechos
Humanos, cuya defensa por el derecho al trabajo se halla reconocida en el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Vidal Salazar, 2005). Al respecto, resulta relevante
exponer cuáles son los derechos fundamentales que se consagran en el mencionado pacto, los
cuales se enuncian a continuación:

- A una remuneración que proporcione, como mínimo a todos los trabajadores, un salario
equitativo por trabajo de igual valor, así como condiciones de existencia dignas para ellos y
sus familias.
- A seguridad e higiene en el trabajo.
- A igualdad de oportunidades para ser promovidos.
- A descanso, disfrute de tiempo libre, limitación razonable de las horas de trabajo y
vacaciones periódicas pagas, así como a remuneración de los días festivos.
- A fundar sindicatos y afiliarse a los de su elección, y que estos funcionen sin obstáculos.
- A fundar federaciones o confederaciones.
- A la huelga.

En consideración con lo expuesto líneas arriba, y tomando como referencia que el ámbito
empresarial peruano empieza a incrementar su éxito, obteniendo incluso reconocimientos de
diversas organizaciones, surge la interrogante sobre cómo es posible que, pese a ello, exista tanta
informalidad laboral en el país. A continuación, se presentan algunos factores que podrían dar
luces al respecto (Belapatiño et al., 2017):

- Legislación laxa, que desincentiva la contratación formal.


- Débil fiscalización laboral por parte del órgano rector.
- Baja productividad laboral.
- Falta de incentivos y beneficios para formalizar a los trabajadores.
- Insuficiente demanda laboral en el sector formal.

31
Entre las décadas de 1990 y 2000, la normativa laboral peruana experimentó considerables
cambios prácticos y conceptuales. Entre ellos se cuentan la variación de la remuneración mínima
vital, las contrataciones temporales, las contrataciones no laborales, entre otras situaciones que
son detalladas por (Toyama Miyagusuku & Caro Paccini, 2001). Este contexto generó continuas
malinterpretaciones de las normas que, sumadas a una indeseada práctica corporativa que
perseguía resultados económicos a corto plazo, ocasionaron una crisis en el ámbito empresarial.
El resultado: acciones corporativas que, en mediano y largo plazo, han propiciado el aumento de
la informalidad laboral.

Una de las razones que suelen esgrimirse para explicar la proliferación de informalidad
laboral en Perú, es aquella que señala al carácter liberal y de apertura de mercados que
caracteriza a la Constitución Política de 1993, según asegura Parodi (2018) Blog: Economía para
todos. Lima, Perú. Recuperado de http://www.gestion.pe . Sea cual fuere el motivo, lo cierto es
que idear un panorama general del acontecer en el país incluye realidades que son perjudiciales
para alcanzar un saludable desarrollo laboral, tales como el subempleo y la propia informalidad.
En resumidas cuentas, de una población total de más de 31 millones de habitantes, dieciséis de
ellos pertenecen a la Población Económicamente Activa (PEA). Sin embargo, de esta cifra el
42% se halla en condiciones de subempleo, lo que puede traducirse en personas profesionales o
con estudios incompletos que no consiguen desarrollarse en los respectivos rubros de su
formación. Este escenario dificulta las condiciones del colaborador, pero también las del
empleador que requiera producir eficiencia y optimización en sus operaciones.

En cuanto a la informalidad en el Perú, se calcula que hasta el 75% de los trabajadores a nivel
nacional pertenece al sector informal (Parodi, 2018). Esto es: trabajadores sin acceso a beneficios
sociales de ningún tipo. El problema de cara al futuro radica en que, actualmente, no existen los
incentivos necesarios para que las empresas, ya sean grandes, mediados o pequeños, consideren
o accedan a una formalización. Los beneficios de la formalización no se comunican
eficientemente, de manera concreta, lo que genera desconfianza en un proceso que, por el
contrario, suele estar relacionado con pérdidas económicas para el empresariado. Sobre esto
último cabe precisar que un colaborador formal, en planilla laboral, cuesta aproximadamente un
43% adicional al promedio. A esto se suma que el Estado frecuentemente es criticado por no

32
brindar los beneficios correspondientes a las organizaciones que cumplen con los impuestos
pertinentes. Esto, pese a que existe normativa de carácter nacional, tanto en la Constitución
Política como en el específico DL N°728-Ley de productividad y competitividad laboral.

En este punto, al entrelazar los diversos acápites tratados, podemos indicar que nuestra
hipótesis referente a que la RSE coadyuva al derecho en el cumplimento de estándares laborales
cobra mayor fuerza. Por tal motivo, validamos que, ante la problemática referida a la
informalidad laboral, el estado a pesar de contar con las herramientas e instituciones regulatorias
en este sector, no logra establecer el “proceso ideal” que les permita mitigar esta lamentable
situación que genera retrasos al país. Por tal motivo, las empresas al verse en la necesidad de
seguir desarrollando su actividad corporativa y en base a las nociones globalizadas sobre la RSE
deciden establecer sus propios procedimientos, manuales, guías, códigos éticos entre otros, los
cuales se considerarían herramientas del soft law, las mismas que tienen un fuerte respaldo en la
normativa peruana en materia laboral y constitucional, (la cual se consideraría el hard law) para
que en base a sus políticas autorregulatorias puras y en otros casos de carácter metarregulatorio,
y donde el concepto de autorregulación regulada, no puede aplicarse, aún debido a su incipiente
desarrollo; se logre un consenso que permita desarrollar actividades empresariales de primer
nivel, que como es el caso del rubro empresarial minero el cual a pesar de ser un rubro complejo
con diversas particularidades de carácter extremo , es envidiable su paulatino crecimiento y
desarrollo en materia laboral, el mismo que cumple con altos estándares que fomenten el
desarrollo del sector y que definitivamente puede ser un eje medular en el desarrollo de políticas
autorregulatorias en materia laboral de diversos sectores, los cuales empiezan a afrontar este tipo
de particularidades.

33
CAPÍTULO III: PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

3.1 El rol de la gran minería en la mitigación de la informalidad laboral

El rubro minero puede despertar pasiones en el Perú. Alrededor de él orbitan una diversidad
de aristas y conceptos, ya sean positivos o negativos, que suelen generar reacciones polarizadas y
discordantes en la población. Una de las razones de este fenómeno, por citar un ejemplo, es que
los beneficios económicos que produce esta actividad, si bien se plasman en zonas específicas,
no se trasladan a nivel regional y esto, como puede esperarse, no responde a las expectativas que
despierta la minería en el país.

Para Bebbington y Humphreys (como se citó en (Manrique & Sanborn, 2021), los conflictos
producidos por el devenir de la actividad minera no deben ser tratados de manera reactiva en su
comprensión sino que, por el contrario, es preciso que sean atendidos como espacio y
oportunidad para el fomento de discusión y diálogo. El objetivo de esta actitud resultante debe
ser la búsqueda de nuevos planteamientos de patrones y estructuras estatales que se adecúen a la
realidad, evitando las malas prácticas extractivas que atentan contra la conservación de los
recursos naturales y el trabajo, a la vez que ocasionan conflictos sociopolíticos. (OSINERGMIN,
2017), un considerable porcentaje de estos conflictos se originan por una sobredimensionada
expectativa depositada en la actividad minera, la cual es impulsada por las propias empresas en
las zonas donde estas se instalan. Estos conflictos, de igual modo, tienden a mostrar un trasfondo
que debería analizarse de manera interna, in situ, y no desde Lima, como suele ocurrir en estos
casos.

Si bien en el Perú existe una estigmatización que recae sobre las empresas mineras, es preciso
acotar que la responsabilidad de esta percepción negativa no es exclusiva de las mencionadas
empresas, sino también del Estado, que durante décadas fue incapaz de elaborar una adecuada
regulación en los procesos mineros, recayendo en coyunturas políticas, culturales y sociales
nefastas para el país. Del pasado reciente pueden citarse casos emblemáticos que atañen a
diversas mineras. Una de ellas es la empresa Cerro de Pasco Copper Corporation, adquirida por
un grupo de accionistas norteamericanos y que, en 1929, luego de una serie de protestas por parte
de sus trabajadores (despedidos arbitrariamente), tuvo que ceder ante las demandas y respetar los

34
acuerdos legales (Mazzi Huaycucho, 2017). También es menester mencionar los casos de Cerro
de Pasco Mining Company y Marcona Mining Company, expropiadas por el gobierno militar de
la década de 1970, al igual que Southern Peru Copper Corporation (Manrique & Sanborn, 2021),
acción que consideramos produjo un cambio negativo en la percepción de la minería formal y
responsable en esas zonas del Perú.

En materia laboral, una casuística remarcable sucedió a inicios de la década del 1920, en el
pueblo de Morococha, cuando los trabajadores padecieron condiciones perjudiciales de tal
magnitud que, incluso, sus vidas eran puestas en riesgo (Mazzi Huaycucho, 2017). Así, ante este
escenario, se fundaron movimientos políticos y sociales, con inclinaciones por el asistencialismo
empresarial y el sindicalismo, que en ocasiones han malinterpretado la aplicación de los derechos
laborales que las empresas están obligadas a seguir. Por otro lado, la informalidad en el empleo y
la contratación de colaboradores no calificados, son mayores a la contratación de personal
calificado en condición formal, según señala Tello (como se citó en Manrique y Sanborn, 2021).
En esta línea, numerosos estudios econométricos señalan que la actividad laboral minera cuenta
con un mayor carácter negativo, con características cortoplacistas y nulo enfoque de
sostenibilidad (Manrique y Sanborn, 2021). Este conglomerado de situaciones y desequilibrios,
de manera previsible, ha sido causante de un considerable retraso en la actividad minera.

En el panorama actual, existen grupos de personas que se hallan en favor y en contra de la


actividad minera. En el primer caso, están aquellos que ponen énfasis en los atributos positivos
de esta actividad y que, frente a las debilidades y problemáticas, perciben oportunidades de
desarrollo y beneficio colectivo. Se valora, además, que la minera sea una de las pocas
actividades productivas a más de 3500 metros de altura sobre el nivel del mar. El segundo caso
corresponde a las personas que no validan ni muestran apertura ante los ofrecimientos de la
minería moderna y legal. Para ellos, la creencia de que este rubro de la producción es nocivo
para la sociedad se encuentra fuertemente arraigada, tanto por motivos de contaminación
ambiental, de respeto a las culturas comunales, como de explotación laboral, entre otros
aspectos. Todo esto pese a que, en la actualidad, la gran minería cuenta con una estricta
normativa en diversas áreas de las empresas, con consideración al colaborador y a las
operaciones que esta realiza. Esta actitud por parte de las personas, sin embargo, presenta

35
matices en su oposición, calibradas en acuerdo a su relación, directa o indirecta, con los
beneficios y ventajas que ofrece la minería.

En lo referente a la labor que cumple el Estado en la industria minera, existe una multiplicidad
de actores públicos, como oficinas y organismos, que pueden entorpecer, duplicar y obstaculizar
las tareas y procedimientos que favorezcan al desarrollo de esta actividad productiva en el país.
Estos agentes participantes son el Ministerio de Energía y Minas, Organismo supervisor de la
inversión en energía y minería (Osinergmin), el Organismo de Evaluación y Fiscalización
Ambiental (OEFA) y el Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones
Sostenibles (SENACE). Asimismo, el Estado, a través de su confusa capacidad para gestionar y
revolver conflictos sociales, ha recaído en actitudes reactivas que, lejos de solucionar las
problemáticas, o colaborar en el planteamiento de proyecciones preventivas, han terminado por
perjudicar a la sociedad y a la empresa minera en su afán por lograr un desarrollo conjunto a
través de sus actividades.

A raíz de este contexto históricamente desfavorable, desde la década de 1990 se ha


incrementado la inversión minera y la especialización en gestión empresarial en el Perú, a la par
que los conceptos y prácticas relacionados con la RSE han ido cobrando mayor relevancia en el
mundo (Manrique & Sanborn, 2021). Esta tendencia, desde entonces, se ha visto impulsada por
la Constitución Política, cuyo carácter en favor del libre mercado y un conjunto de reglas que
incentivan las inversiones bajo normas regulatorias de carácter internacional, fomentaron la
llegada de capitales extranjeros, con panoramas más rigurosos y marcos autorregulatorios
globales. El Perú, por tanto, empezó a ser considerado como un país de oportunidades para
inversionistas, dejando atrás la deficiente y burocrática administración estatal. A esto cabe
agregar que Caravedo (como se citó en (Manrique & Sanborn, 2021) elaboró en 1998 un marco
comparativo del comportamiento en compañías mineras grandes y medianas, con el objetivo de
evaluarlas bajo tres aspectos fundamentales: la aplicación de la RSE, la inversión social y la
filantropía. Este estudio arrojó que, en el ámbito empresarial de la minería, existe un incremento
en el interés por realizar estas acciones, a diferencia de épocas pasadas.

36
Para estandarizar procesos en la actividad minera, referentes a la sostenibilidad y la
autorregulación, una buena alternativa para las organizaciones de este rubro en el mercado
peruano es la adhesión voluntaria al Consejo Internacional de Minería y Metales, cuyos
principios definen las actividades ambientales, sociales y de gobernanza de buenas prácticas en
la industria minera (ICMM). A la fecha, solo se cuenta con una empresa, de capital peruano,
inscrita en el mencionado consejo: Minsur (Minsur, 2019). Entre las empresas mineras con
capital extranjero que también están incluidas en este listado, algunas por destacar son Cerro
Verde (Cerroverde, 2019), Minera Las Bambas (Minera Las Bambas MMG, 2018) y Gold Fields
(Goldfields, 2020). La Compañía Minera Antamina (Sostenible, 2019), que en su momento fue
la mayor inversión minera en el mundo (Manrique & Sanborn, 2021), se encuentra en proceso de
adhesión, lo cual permitiría mejorar y estandarizar procesos bajo patrones muy estrictos de
carácter autorregulatorio.

Una iniciativa para tomar en cuenta es aquella que ha ejecutado el rubro minero para
continuar desarrollándose con conciencia social y una autorregulación responsable. En
consonancia con lo ejercido por la Superintendencia de Mercado y Valores (SMV), que bajo
Resolución SMV No 033-2015-SMV/01 obliga a sus empresas asociadas a brindar un reporte de
sostenibilidad, la actividad minera sigue pautas similares acorde con las buenas prácticas
empresariales. Si bien el Ministerio de Energía y Minas no puede exigir a las compañías de
minería a presentar estos reportes de sostenibilidad, sí puede hacer lo propio en cuanto a una
DAC (Declaración Anual Consolidada), que da cuenta de las actividades referentes a la
concesión minera. Este autoanálisis permite que las mineras conozcan, comprendan y encuentren
posibilidades de mejora para sus estándares productivos y operativos; además de ser un punto de
partida para superar conductas y acciones que generen una percepción negativa de la minería en
el país.

La aplicación de los procesos regulatorios establecidos por el Estado parecen consolidar


resultados alentadores, según señalan los datos ofrecidos por el Observatorio Económico Perú
(Belapatiño et al., 2017). Esta información plantea un panorama positivo en lo referente a la
productividad laboral en el rubro minero, lo cual indirectamente reduce la proliferación de las
actividades informales. A continuación, se detallan los datos comentados:

37
Figura 5: Reporte de productividad laboral por sectores (Belapatiño et al., 2017).
Fuente :Observatorio Económico Perú (Belapatiño et al., 2017)

Hablar del rubro minero, es un tema que despierta pasiones y está plagada de tantos
conceptos, aristas, impactos positivos como negativos, donde existen diversos estudios que, de
acuerdo a la fecha de publicación, así como la fuente de su elaboración, tienden a generar
contenido discordante. Es un tema donde el aspecto económico y los beneficios que genera
pueden verse plasmados directamente en un grupo zonal de impacto directo pero que no es el
mismo impacto que genera a nivel regional y por ende se tienden a pensar que la información
generada ha sido distorsionada, bajo los conceptos de sobre expectativa que despierta la
actividad minera en general.

Con la finalidad de aclarar ciertas nociones de impactos que se ven plasmados en conflictos,
existen autores como Bebbington y Humphreys (citado en (Manrique & Sanborn, 2021) que nos
proponen comprenderlo y no actuar de manera “reactiva” frente a ellos, sino atenderlos de
manera que se vean como una oportunidad para discutir y cambiar patrones y estructuras
estatales que no se adecuan a la realidad, ya que en la mayoría de casos vemos que estas
demandas tienen un enfoque referido a la afectación de recursos naturales, demandas de trabajo,
conflictos sociopolíticos, entre otros, los cuales de acuerdo a (OSINERGMIN, 2017) muchos de

38
estos conflictos se generan por la sobre expectativa que generan las empresas mineras en las
zonas donde se instalan y que a su vez consideramos que estos conflictos tienden a tener un
trasfondo que se debe de analizar de manera interna y no de una manera centralizada, desde una
oficina en Lima, para poder llegar a determinar las acciones que logren mitigar los mismos,
generando una paz social y una continuidad de operaciones sin que estas generen mayores
impactos negativos.

En este punto, vamos a tratar de entender la problemática, en términos generales, que


enfrentan las empresas mineras en nuestro país, debido a estigmatizaciones que datan de tiempos
remotos, en los cuales existió diversidad de problemas y falta de atención a muchos de ellos,
pero que sin embargo al realizar un estudio mucho más profundo, se podría deducir que estos
problemas no recaen exclusivamente en las empresas mineras, sino que también recaen en el
Estado, el mismo que debido a diversas coyunturas políticas, culturales y sociales, no generó una
adecuada regulación generando así mucho retraso en la actividad minera, sin embargo, en la
actualidad y gracias a los conceptos de “meta regulación “ y “autorregulación – regulada” se
estaría encontrando una luz al final del camino.

Históricamente, han existido nociones y conceptos relevantes a la problemática minera, la


cual tiene en la gran minería, un componente rico en historia y cargada de problemas. En materia
corporativa, a pesar de tener poca información relevante del tema, podemos detallar algunos
problemas que existieron a comienzos de siglos donde las organizaciones, entre las que
destacaban la Cerro de Pasco Copper corporation,( empresa adquirida por un grupo de
“accionistas” norteamericanos) tal como nos describe (Mazzi Huaycucho, 2017); nos relata
historias crudas y llenas de acontecimientos sobre las labores diarias. Este tipo de historias se
corroboran con las mencionadas por (Manrique & Sanborn, 2021) en las épocas de Cerro de
Pasco Mining Company o la Marcona Mining company, las cuales fueron expropiadas
finalmente por el gobierno militar de los años 70´s, situación similar que afrontó la Southern
Peru Copper Corporation en relación a Cuajone, operaciones antiguas y que están cargadas de
hechos históricos en relación a la actividad minera y que si se logra conversar con alguno de los
ex colaboradores, sólo tienen palabras de agradecimiento y recuerdos de buenas épocas, en base
a sus reflexiones.

39
Para continuar con el aspecto histórico de la minería, trataremos el tema laboral de las
empresas mineras, donde lamentablemente tampoco cuenta con un historial de aceptación o
remarcado de hechos positivos, tal como nos comentaba (Mazzi Huaycucho, 2017) sobre las
historias del pueblo de Morococha a comienzos de siglo pasado y cuáles eran las condiciones
que afrontaban los trabajadores minero locales, inclusive llegando a, aparentemente, priorizar los
costos y facilidades operativas, antes que la vida de los mismos colaboradores, fue tal el interés
que generaban estos grupos sociales de clases populares que autores como Bonilla quien en
1974, citado en(Manrique & Sanborn, 2021) desarrolla su obra denominada “El minero de los
Andes”, especializada en analizar y discutir el origen del “proletariado minero” con las
características que el encontraba resaltantes e interesantes.

A lo largo del tiempo, ha existido diversidad de factores que siguen analizando la realidad
laboral de las empresas mineras y sus beneficios que estos generan en las zonas de desarrollo y
operación, es así que encontramos diversos estudios econométricos detallados en (Manrique &
Sanborn, 2021) que detallan diversos aspectos tanto positivos como negativos de la actividad
laboral minera, pero curiosamente cuentan con un mayor carácter negativo, con características
cortoplacistas y nulo enfoque de sostenibilidad.

Existen autores como Tello, 2016,2017 (citado en (Manrique & Sanborn, 2021) que nos
indica que los efectos multiplicadores del rubro minero (incluidos petróleos, gas natural líquido y
gas natural) en materia laboral, son negativos de cierta forma, ya que el empleo informal y de
trabajadores no calificados fue mayor al de los trabajadores en empleo formal y de trabajadores
calificados. Estos conceptos, tratados de maneras independientes y influenciados por ideologías
que podrían tener sus orígenes en la época colonial, resaltados por historiados como Antonio
Raymondi (Mazzi Huaycucho, 2017) quien describía las condiciones insalubres laborales de los
mineros de ciertas zonas del Perú, han tomado un mayor auge.

Obviamente, consideramos que la historia laboral en la minería peruana es muy rica y donde
los conceptos regulatorios, tuvieron una importante presencia en el caso emblemático de la
huelga laboral del año 1929, generada por los trabajadores de la Cerro de Pasco Copper Co.,
empresa que, tras la decisión de reducir el salario de los lamperos de mina y el despido arbitrario

40
de 50 trabajadores, a los cuales, la empresa se negó a reconocerles el pasaje de regreso a sus
pueblos de origen, (Mazzi Huaycucho, 2017), la empresa norteamericana al ver reducido sus
ingresos, afectada sus operaciones y firmeza de la huelga tuvo que reconocer y aceptar que
debían respetar los procedimientos legales laborales del Perú.

Posteriormente, existieron, diversas situaciones que probablemente fueron aprovechada para


crear movimientos socialistas cargados de ideologías que a la fecha mantienen adeptos donde
existen conceptos de asistencialismos empresariales y en algunas oportunidades los temas
sindicales sobreexceden o mal interpretan los beneficios laborales de las empresas que están
obligado por ley a brindarles.

Es importante resaltar que mucha de esta información vertida en la historia de la minería,


específicamente gran minería, es variable debido a las tendencias coyunturales y cíclicas de la
bonanza minera, fechas de ejecución de los estudios, debido a las fuentes evaluadas (quienes
pueden tener intereses o posturas totalmente extremistas o de intereses frente a las empresas),
debido a los evaluadores y zonas donde se desarrollan los trabajos, por ejemplo, encontramos
diversos estudios realizados por autores como José De Echave, quien muestra, curiosamente, a la
minería como la némesis de la actividad industrial, estudios que son altamente valorados por
organizaciones de corte anti minero como CONACAMI, COPPER ACCION, Tierra y libertad
entre otros y por otra parte tenemos organizaciones como las Cámaras de Comercio con países
de rico historial minero, Sociedad Nacional Minería,Petroleo y Energía (SNMPE), la
Confederación Nacional de Instituciones Privadas (CONFIEP), entre otras organizaciones que
difunden información relevante y positiva del rubro minero, debido a los intereses comerciales y
económicos que estos genera.

Es así, que por un lado, surgen los grupos de personas que son considerados totalmente anti
mineros que no validan, ni desean entender el concepto de minería moderna, simplemente existe
la idea y firme creencia que la actividad minera es nociva, contaminante y no genera riqueza
alguna, sin embargo, este modus operandi es su principal fuente de subsistencia. En algunos
casos la ven como el principal motivo de rompimiento de culturas comunales, locales entre otras
nociones que no les permite ver el panorama de la actual gran minería la cual cuenta con estricta

41
normativa en todas las áreas de las empresas, las cuales son sumamente estrictas y que no
permiten falla alguna y donde el colaborador viene tomando un rol importante en la organización
y operación.

En líneas generales, surgen los segmentos anti mineros con dualidad de posturas, ya que no
permiten la presencia de las empresas mineras, porque consideran que su sola presencia generan
impactos negativos, mínimos impactos positivos, pero que sin embargo, si la empresa “los apoya
(independientemente del tipo de apoyo)” a ellos o sus familiares con empleos, contratos,
servicios entre otros; entonces su postura ya no se vuelve tan opositora, sólo que mantienen una
postura neutral, debido a los beneficios que le brinda la actividad minera.

Y como era de esperarse, y tal como sucede en otros rubros, existen los grupos que son
totalmente pro minería quienes no sólo comparten el rol de la minería para el desarrollo de la
sociedad, sino que también ven cada debilidad u amenaza que emana la actividad minería en una
gran oportunidad de desarrollo y beneficio colectivo.

Con respecto a la presencia del Estado en la industria minera, en materia administrativa y


regulatoria, lamentablemente encontramos un estado con poca visión, con una función laxa, la
misma que se puede corroborar con las diversas instituciones que tienen injerencia en el rubro.
Desde la presencia del Ministerio de Energía y Minas, pasando por la creación del
OSINERGMIN, posteriormente entra a tallar otro organismo regulador que es la OEFA, quien a
su vez depende del Ministerio del Ambiente, quienes no han tenido mejor idea de crear la
SENACE, en pocas palabras es el mismo estado quien crea una multiplicidad de actores, en
algunos casos dualidad de funciones regulatorias, donde la burocracia estatal no permite generar
mayor desarrollo.

En materia social, la capacidad del estado para poder gestionar, resolver conflictos sociales, es
otra de sus principales debilidades, donde ser reactivo, es quizás la principal característica,
dejando muchas veces a la empresa minera con la mayor carga de prueba y acciones para lograr
solucionar problemas de índole estatal; donde existe una clara falta de proyección y evaluación
de políticas preventivas.

42
Sin embargo, el estado en base al estricto cumplimiento del principio de legalidad que lo
caracteriza y con la finalidad de mejorar su acción y participación en este rubro, crearon e
incluyeron una nueva institución estatal la cual atiende problemas con estas particularidades
como es la Oficina Nacional de Diálogo y Sostenibilidad la cual permite a la Defensoría del
Pueblo, elaborar reportes sobre conflictos mensuales, con una primera intención de hacer
públicos estos reportes para que supuestamente la libre información, en algunos casos, siga
incrementando el estigma contra las empresas mineras.

Luego de esa revisión histórica donde aparentemente la actividad minera sería una actividad
dañina en materia ambiental, económica y social, era necesario encontrar el momento del cambio
del rumbo, ya que no se puede comprender el motivo de que un rubro tan dañino para la
sociedad, a la vez sea tan productivo y despierte el interés de las personas naturales y jurídicas
para ser parte del mismo. Consideramos que este momento surgió en los años 90´s, curiosamente
este “despegue” de la inversión coincide con el auge de la RSE a nivel global, tal como lo
demostrarían los diversos estudios realizados por científicos sociales, sino también por la
considerable cantidad de especialista en gestión empresarial(Manrique & Sanborn, 2021), por lo
que consideramos que la nueva constitución política con carácter de libre mercado, con reglas
que incentivaban las inversiones y que establecían normas regulatorias de carácter
internacional(al menos en el rubro minero), permitieron fomentar la llegada de capitales
internacionales, con panoramas más rigurosos y con tendencias globales de autorregulación y
vieron al Perú como país de oportunidades de inversión, las cuales antes eran dominados por la
deficiente y burocrática administración estatal.

Existen autores como Baltazar Caravedo (citado en (Manrique & Sanborn, 2021)quien en
1998, realiza una comparación entre empresa mineras grandes y medianas con la finalidad de
evaluar tres temas principales, como eran la RSE, inversión social y filantropía, destacando un
incremento en el interés de realizar estas acciones, las cuales se mantenían tímidas en épocas
anteriores, debido al rechazo que generaba el rubro minero en épocas pasadas, destacando que el
incremento de inversión social, no va “necesariamente” acompañado de una política estatal, es
ahí donde podríamos deducir el interés de las empresas mineras en generar autorregulación ante
los vacíos que presentaba el estado en varios ámbitos operativos del sector minero.

43
Es así que en muchas oportunidades al hablar de minería en el Perú, no sólo es hablar de
beneficios económicos, de honorarios profesionales por encima de las vallas habituales, también
es sinónimo de mucho sacrificio, sacrificio que se ve reflejado en la vida habitual de un
trabajador minero, ya que tal como indica el Informe de empleo minero (Minem, 2019) es una de
las pocas actividades productivas que se desarrollan por encima de los 3500 m.s.n.m y que de
cierta forma ayudan a reducir el 73% de informalidad existente en el Perú, pero que a su vez
demuestra un permanente incremento en beneficios laborales y económicos generados por la
autorregulación de las empresas mineras en materia laboral.

Con el estudio de diversos reportes de sostenibilidad de empresas mineras establecidas en el


Perú, y con la finalidad de estandarizar procesos consideramos que una opción sostenible en el
tiempo sería la adhesión voluntaria de la mayoría de empresas del rubro al “Consejo
internacional de Minería y Metales”, donde sus principales principios definen las actividades
ambientales, sociales y de gobernanza de buenas prácticas en la industria minera (recuperado de
www.icmm.com)

A la fecha, sólo contamos con una empresa de capitales peruanos en dicho consejo, MINSUR
(MINSUR, 2019). Asimismo, contamos con la presencia de otras empresas mineras establecidas
en el país pero con capitales extranjeros que también forman parte de este consejo como son
Cerro verde (Cerroverde, 2019) y Minera Las Bambas (Minera Las Bambas MMG, 2018),
Goldfields (Goldfields, 2020) y una empresa emblema de la minería global, con presencia en el
país como es Compañía Minera Antamina(Sostenible, 2019), que en su momento, fue
considerada como la mayor inversión minera en el mundo (Manrique & Sanborn, 2021), se
encuentra en proceso de adhesión, lo cual permitiría mejorar y estandarizar procesos bajo
patrones muy estrictos de carácter autorregulatorio.

Por tal motivo, detallaremos como es que en el rubro minero, con la finalidad de seguir un
claro camino de desarrollo con conciencia social que permita obtener, validar y verificar
información sobre las diferentes operaciones mineras logró, consideramos, autorregularse y
generar una herramienta similar a la emitida por la Superintendencia de Mercado de
Valores(SMV) quienes bajo Resolución SMV No 033-2015-SMV/01 obligan a sus empresas

44
asociadas a brindar un reporte de sostenibilidad, tal como lo realiza la empresa Southern Copper
Co. (Southern, 2019), quien a pesar de ser empresa minera, decide seguir los patrones indicados
por la SMV y emitir un reporte de sostenibilidad bastante completo, pero menos atractivo
visualmente para el lector, como lo son los típicos reportes de sostenibilidad empresariales.

Es aquí donde el Ministerio de Energía y Minas, siguiendo las buenas prácticas de la SMV, si
bien es cierto no puede obligar a las empresas mineras a presentar reportes de sostenibilidad, si
los puede obligar a presentar una DAC (Declaración anual consolidada) donde se debe reportar
las actividades realizadas referentes a la concesión minera, la misma que se puede validar con
reportes de sostenibilidad de cada empresa, el cual, reiteramos, no es obligatorio cumplimiento,
pero para algunas organizaciones este reporte de sostenibilidad, les permite realizar el
autoanálisis de sus operaciones en general y complementar o reforzar sus estándares productivos
y operativos enfocados en la autorregulación.

Estos reportes y DAC´s han permitido corroborar que la regulación minera está en un buen
camino pero que principalmente la autorregulación en diversas materias operativas, cuenta con
un mayor y mejor panorama autorregulatorio, con altos procesos reguladores en materias
ambientales y sociales con la finalidad de superar estigmas, conductas y acciones erradas que
llevaron a que el rubro de la minería contara con una estigmatización negativa en tiempos
pasados.

Dentro de los resultados que se pueden analizar, luego de los procesos regulatorios
establecidos por el estado, podemos plasmarlo en reportes de productividad laboral sectorizada
los cuales han permitido que el Observatorio económico Perú (Belapatiño et al., 2017), el rubro
minero tenga cifras realmente positivas y esperanzadoras en lo referente a la productividad
laboral, los cuales indirectamente reducen actividades informales, tal como lo mostraremos a
continuación:

45
Figura 6: Reporte de productividad laboral por sectores (Belapatiño et al., 2017).

En el Informe del Empleo Minero 2020 (Minem, 2020) se muestra una importante
consolidación de las diferentes DAC, otorgadas por los propios administrados, quienes han
permitido a las organizaciones elaborar data relevante sobre aspectos laborales, corroborando así
el incremento de la formalidad y, por tanto, la reducción de la informalidad. Estudios realizados
por Macroconsult en 2012 (como se citó en Manrique y Sanborn, 2021) demuestran que la
minería, entonces, generaba hasta 650 mil empleos indirectos, debido a que, hasta 2007, un
puesto de trabajo en este rubro propiciaba la aparición de hasta nueve puestos de trabajo
adicionales. Esta cifra fue precisada y actualizada recientemente por el Instituto Peruano de
Economía (IPE). Se supo que, por cada empleo de la minería, surgen 6,25 empleos, repartidos de
la siguiente manera: uno por efecto indirecto, 3,25 por efecto inducido en el consumo y dos por
efecto inducido en la inversión (Minem, 2020).

Lo descrito anteriormente reafirma la hipótesis por la cual la actividad minera formal genera
indirectamente beneficios y que estos, a su vez, se mantienen in crescendo siempre y cuando la
actividad minera se conserve activa, sin conflictividad y, principalmente, consciente de los
impactos que propicia en el desarrollo de sus actividades. Esta información se comprueba en los
diversos reportes de sostenibilidad revisados para este trabajo, en los que predomina un patrón
referido al buen gobierno corporativo, al respeto por los derechos humanos, los compromisos

46
laborales y el medio ambiente, así como las correctas relaciones con los diversos stakeholders.
Se muestra, de tal manera, un interés sostenido por la autorregulación de las acciones que
permitan mejorar los estándares de las empresas mineras.

Otro punto a tener en cuenta es el empleo formal que generan las empresas dedicadas a la
gran minería en las regiones o zonas donde implementan sus operaciones. Es así que, según se
observa en el siguiente recuadro (Minem, 2019), estas empresas promueven un promedio de 52%
de contratación de personal local, lo que mitiga la informalidad.

.
Figura 7: Reporte de participación según lugar de origen (Minem, 2019).

La información anterior da a conocer que la gran minería produce beneficios a nivel local y
nacional, lo cual es impulsado por el DS. 042-2003-EM, el cual promueve, mas no obliga, la
contratación local. El personal, una vez establecida su contratación, además de la compensación
económica correspondiente, ingresa a un estatus de formalidad con seguros de acuerdo a ley y
otros optativos, así como accede a diversas prestaciones. Según los datos ofrecidos por la minera
Gold Fields (Gold Fields, 2020), por citar un ejemplo, los reconocimientos con los que han sido
destacadas sus prácticas laborales son los siguientes:

- Primer puesto en la categoría Minería y Energía del Ranking PAR de Aequales, que mide
la equidad de género en las empresas en Latinoamérica.

47
- Reconocimiento, por séptimo año consecutivo, como Empresa Socialmente Responsable
(ESR) por la Asociación Perú 2021, en alianza con el Centro Mexicano para la
Filantropía (Cemefi). Para la obtención de este reconocimiento se evalúan las buenas
prácticas económicas, sociales y medioambientales hacia los diferentes grupos de interés.
- Primer lugar en la categoría Prevención de Riesgos de Salud y Seguridad Ocupacional,
Acoso Sexual y Acoso Laboral, en el concurso Mejores prácticas, organizado por el
Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo.
- Primer lugar en la categoría Eficiencia en la Gestión de Salarios, Política Salarial y
Beneficios para Empleados, en el concurso Mejores prácticas, organizado por el
Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo.
- Certificación del Sistema Integrado de Gestión de Seguridad, Salud Ocupacional y
Medioambiente, bajo los requisitos de las normas ISO 45001, siendo la primera empresa
minera peruana en obtener dicho reconocimiento.

Un punto constante y significativo en las empresas del sector minero, tal como se puede
verificar en los reportes de sostenibilidad insertos en el presente trabajo, es el cambio de mindset
o mentalidad social corporativa. Es así, que, en la actualidad, el colaborador y los beneficios que
recibe forman parte integral de las políticas autorregulatorias de las empresas mineras. Cabe
precisar que esta situación, lejos de significar un desmedro en la rentabilidad de la empresa,
mejora sus procesos productivos, incrementa su sostenibilidad financiera, reduce la rotación
laboral y mantiene el know how de la organización. Sobre este último aspecto, también se
fomenta una preparación para los cambios generacionales que se dan en el tiempo, teniendo en
cuenta que “el sector minero adolece de fuerza laboral envejecida y se enfrenta a una pérdida de
conocimientos operativos y ejecutivos debido a las jubilaciones”, según el Informe de Empleo
Minero (Minem, 2020), con base a un estudio realizado por Ernst & Young a más de 130
ejecutivos a nivel global.

Otro tema a considerar es el de las cadenas de valor responsables y lo que estas forjan en las
zonas donde la gran minería ejerce sus operaciones. En estos casos, las mencionadas empresas
mineras fortalecen, capacitan y empoderan a empresarios locales, con el objetivo de que se
conviertan en sus socios estratégicos. Entre los requisitos que estos empresarios locales deben

48
cumplir, se hallan la formalización de sus negocios, incluyendo en el proceso el beneficio de sus
colaboradores, entre otros requerimientos. De esta manera, la gran minería no solo genera
empleos de forma directa, sino que además lo hace indirectamente, al amparo de
reglamentaciones internas, códigos de conducta y regulación formal.

De igual modo, queda desvirtuada la percepción de que las riquezas nacionales son explotadas
indiscriminadamente por empresas extranjeras, generando así excesivas ganancias y beneficios
en favor de los shareholders. En función con la presente normativa de corte tributario, tal como
verifica el Instituto Peruano de Economía, que realizó un estudio por encargo de la Sociedad
Nacional de Minería, Petróleo y Energía, el 47% de las utilidades de las empresas mineras están
destinadas al pago de tributos, como son el canon, las regalías, el Impuesto Especial a la Minería
y el Gravamen Especial a la Minería. De esta manera, el Perú es uno de los países con mayor
carga tributaria de la minería, superado únicamente por México a nivel mundial.

Es menester agregar que, sumado al beneficio tributario, la actividad minera proporciona


también la herramienta denominada Obras por Impuestos (OxI). Implementada por el Estado,
promueve la alianza estratégica entre los sectores público y privado, para reducir las brechas
sociales y de infraestructura que perduran en el país. Esta herramienta, de corte autorregulatorio
regulado, genera desarrollo y crea oportunidades laborales, entre otros resultados positivos.

A continuación, el siguiente cuadro presenta el último reporte de Obras por Impuestos 2019
(Proinversión, 2020). Tal como se desprende de la información, la participación de empresas
mineras dentro del periodo 2009-2019 es significativa, logrando ubicar a siete de ellas dentro de
las veinte empresas con más aportes y un mayor compromiso con la reducción de brechas
estructurales y sociales:

49
Figura 8: Ranking de empresas privadas, según el monto de inversión en OxI, 2009-2019 (Proinversión, 2020).

Al ser considerada una actividad laboral de riesgo, la minería afronta situaciones difíciles,
como pérdidas humanas en accidentes de trabajo, lesiones, enfermedades derivadas de las
actividades laborales, entre otras circunstancias no deseadas que, durante mucho tiempo,
estuvieron desatendidas ante la ausencia de un organismo regulador en el Perú. Sin embargo, en
la actualidad hay empresas que se encargan de reportar e interpretar esta información, como es el
caso de Minera Volcan (VOLCAN, 2020) ejemplo autorregulatorio a resaltar en el sentido de la
transparencia de la información brindada. En esta línea, cabe resaltar que el Estado ha
promulgado la Ley Nº 29783, Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo, con el propósito de velar
por la salud y la seguridad en el desempeño minero. De manera más concreta, también se
encuentra el Decreto Supremo 055-2010 EM-Reglamento de Salud y Seguridad Ocupacional en
Minería, que brinda especificaciones puntuales sobre los procedimientos y la protección a los
trabajadores de la actividad minera.

50
En cuanto al perfil de los trabajadores de la minería, se comprueba que las medidas
regulatorias y autorregulatorias han permitido que la fuerza laboral esté predominantemente
compuesta por peruanos (99.7%), con solo un pequeño porcentaje de colaboradores extranjeros
(0.3%) (Minem, 2020). Asimismo, de acuerdo con el Informe Anual de Empleo 2019, publicado
por el Ministerio de Trabajo y Promoción de Empleo, los niveles de ingresos anuales destinados
al personal ascienden, en promedio, a S/ 63, 145.00, con posibilidad a incrementarse a S/
67,550.00, si el colaborador pertenece al régimen general (MINEM, 2020).

Para entender el punto anterior, cabe resaltar que la estratificación de los regímenes mineros
está estipulada en el TUO de la Ley General de Minería, aprobado por Decreto Supremo N° 014-
92-EM. Estos regímenes, que dependen de la cantidad de hectáreas y la capacidad productiva de
las empresas, son tres:

a) Régimen general, que agrupa a la gran y mediana minería.


b) Pequeño productor minero.
c) Productor minero artesanal.

Se debe considerar que, durante los últimos diez años, los trabajadores del sector minero
inmersos en el régimen general han representado, en promedio, cerca del 93% del empleo total
en este subsector extractivo. Es decir, este 93% de colaboradores cuentan con todos los
beneficios de ley que estipula la normativa peruana, y gozan de las ventajas laborales que, por
propia autorregulación, las empresas mineras otorgan a sus colaboradores. Mientras, por su lado,
el personal del estrato de pequeño productor minero y productor minero artesanal, poseen
menores beneficios laborales.

Con la información previamente detallada, resulta importante evaluar que las tasas de
informalidad laboral en el sector minero e hidrocarburos es, en comparación con otros rubros,
relativamente baja. Esta conclusión queda validada en el recuadro presentado a continuación y
correspondiente al Reporte de Informalidad Laboral de 2015 (Belapatiño et al., 2017):

51
.
Figura 9: Reporte de Informalidad Laboral según sector productivo de 2015 (Belapatiño et al., 2017).

En lo que respecta a la segmentación por género en la fuerza laboral minera, es valioso


rescatar que, durante los últimos años, se han desarrollado iniciativas y acciones que promueven
la equidad entre hombres y mujeres ante las oportunidades de trabajo. Existen organizaciones de
corte innovador y progresista, como Women in mining2, que tienen como misión prioritaria
poner en relieve la tarea de la mujer en la minería peruana (recuperado de WimPerú.org). Es así
que, de igual modo que la RSE evoluciona desde su origen, el derecho también se ha adaptado a
los nuevos tiempos y requerimientos de la sociedad. Con las ideas dentro de la minería, en
especial aquellas que revalorizan al capital humano, sucede lo mismo.

El proceso de autorregulación permite a las empresas peruanas innovar y emprender nuevas


políticas internas. Dentro de este panorama, es adecuado considerar al término “first mover
advantage” que, en interpretación de (Velerdas Peralta, 2010), corresponde a la identificación de
aquellas empresas que prevén sus acciones ante la eventualidad de requerimientos legales. De
esta manera, al hallarse preparadas, encontrarán beneficios a largo plazo, situándose en una
posición competitiva frente a sus pares empresariales. Esta cultura preventiva y anticipatoria
resulta en acciones adecuadas ante riesgos reputacionales, motivacionales, legales,
comunicacionales, financieros, entre otros tipos de amenazas. Su aplicación puede garantizar la
permanencia en el tiempo de la empresa y una valoración por parte de los grupos de interés que
busquen sostenibilidad en una organización.

2
https://wimperu.org/

52
Finalmente, luego de haber descrito sucintamente la historia moderna de la minería en el Perú,
queda demostrado la existencia, aceptada o no, de una marcada percepción negativa hacia este
rubro. Situación que en la mayoría de casos ha sido bien aprovechada por diversos grupos de
interés, quienes valiéndose de lamentables hechos históricos, los cuales no podemos cambiar,
pero si analizarlos detalladamente para realizar acciones que eviten, mitiguen y eliminen dichas
acciones o comportamientos en adelante, definitivamente se ha generado un ambiente cargado de
desconfianza y en algunos casos con el uso de información, claramente direccionada y en
muchos casos mal interpretada, que dan la sensación de estar frente a la peor de las actividades
empresariales de todas.

Adicionalmente, se han creado mitos sobre el abandono de propiedades cercanas a los


proyectos mineros por parte de los dueños ante el temor de la actividad minera, se han
distorsionado datos referidos al empobrecimiento social y económico de las zonas aledañas a los
proyectos mineros, se ha trabajado estratégicamente en crear desconfianza sobre los diversos
impactos que ocasiona esta actividad esencial para el desarrollo del país, probablemente esta
reacción se deba, nuevamente, al abandono que sufren estos grupos de interés por parte del
estado, situación que se repite y no ha hecho nada por mejorar su capacidad reactiva y que
aunado a la excesiva carga burocrática han devenido en conflictos sociales cargados de sobre
expectativas y falsas esperanzas, las cuales vienen obstaculizando el camino para lograr una
minería innovadora, responsable y sostenible.

Afortunadamente, con el desarrollo del presente trabajo académico, queda demostrado que el
criterio estandarizado de autorregulación (en algunos casos aplicando la meta-regulación y, en
otros, la autorregulación pura), aunado al auge de la RSE, ha motivado a las empresas,
específicamente del rubro de gran y mediana, minería a , en primer lugar combatir frontalmente
las percepciones negativas las cuales afrontó desde el siglo pasado, esto se ve reflejado en
reportes oficiales y sometidos a estrictos controles de veracidad, en segundo lugar, se demuestra
que la actividad minera ha sufrido un cambio sustancial en su esencia y respeto por los
colaboradores, donde los derechos y estándares laborales priman y se ven reflejados en la
totalidad de reportes verificados, siendo innegable el impacto positivo que genera la actividad
minera en la calidad de vida y desarrollo de sus colaboradores, tal como los demuestran los

53
recientes reportes oficiales de empleo del (Minem, 2019) y (Minem, 2020) donde las cifras de
formalidad laboral son constantes durante al menos los últimos 10 años verificados, información
la cual, nuevamente deja sin sustento reportes que se divulgan y que son elaborados durante
situaciones coyunturales, los cuales claramente afectan las percepciones de los encuestados.

Finalmente, cabe resaltar que, específicamente en materia laboral, existen posiciones


discordantes, entre los principales opositores a la actividad minera. Por un lado, y tal como se
puede validar en los trabajos de José de Echave, citado en (Manrique & Sanborn, 2021)
considera que la actividad minera es la principal generadora de falta de desarrollo humano,
abandono de núcleos familiares, informalidad laboral entre otros, a su vez, existe información
reciente, de (OSINERGMIN, 2017) que nos indica que la sobre expectativa de los beneficios a
recibir tiende a ser el principal motivo de la problemática en un proyecto u operación minera.

Paralelamente, no podemos dejar de mencionar que la actividad minera es una de las pocas
que cuenta con una normativa exclusiva (DS. 042-2003-EM ) donde se promueve la contratación
de personal local, que en muchos casos esta demanda laboral, al no ser cubierta directamente por
la empresa minera, ésta busca otras alternativas como es la subcontratación vía empresas
contratista y/o se enfoca en el fortalecimiento y contratación de empresas locales a quienes se le
exige que cumpla con los requerido en la ley laboral, con la finalidad de promover estándares y
conductas autorregulatorias enfocadas en el desarrollo sostenible de sus diversos grupos de
interés. No podemos concluir este capítulo sin mencionar la oportunidad laboral que significa la
adhesión y ejecución de la herramienta de obras por impuestos, donde la principal mano de obra
corresponde a las zonas aledañas de ejecución de sus operaciones, acciones que no sólo reducen
brechas sociales sino que también existen diversos programas sociales que empiezan a obtener
frutos en la reducción de brechas de género en el sector, entre otras acciones positivas. Son
condiciones que refuerzan su imagen como protagonista de mejoras sociales en el país y que
empiezan a dejar atrás los estigmas negativos del pasado.

54
CAPÍTULO IV: DISCUSIÓN

Visser (Masoud, 2017) discrepa y cuestiona la prelación de prioridades y conceptos que


trabaja Carroll, uno de los autores principales sobre la RSE. En este sentido, indica que los
aportes desarrollados por aquel autor, si bien tendrían una mayor recepción entre los países
desarrollados, no serían conceptos aplicables o de alta adaptabilidad en los llamados “países en
vías de desarrollo”. La razón, afirma Visser, es que el origen de estas conceptualizaciones podría
causar efectos negativos o positivos en otras regiones que, por tanto, no estarían preparadas para
afrontarlos de la mejor manera.

Figura 10: Indicadores piramidales de la RSE para países en vías de desarrollo, según Visser (como se citó en
Masoud, 2017).

Una vez expuesta la pirámide que propone Visser para los países en vías de desarrollo, es
pertinente preguntarse por las posiciones discordantes entre este autor y el mencionado Carroll.

Prioridades Según Carrol Prioridades según Visser


1) Económicas 1)Económicas
2) Legales 2) Filantrópicas/Discrecionales
3) Éticas 3)Legales
4) Discrecionales 4) Éticas
Tabla 01: Comparativos de posiciones discordantes entre Carroll y Visser, (Masoud, 2017).

55
Según la información detallada líneas arriba, se comprueba similitud entre ambos autores en
lo referente a los conceptos de prioridades. Sin embargo, el impacto real en la ejecución de la
RSE es diferente en los países desarrollados y los que se hallan en vías de desarrollo. Esta
discordancia supone que otras ramas, relacionadas con el derecho y la RSE, cumplirán la labor
de regulación y disminución de incumplimientos en las materias de aspecto regulatorio de las
organizaciones.

En concordancia con la línea investigativa de este trabajo académico, dirigido al tema minero
peruano, se afirma que un considerable porcentaje de los conflictos generados en este rubro
responde a las altas expectativas sociales (y a la distorsión de estas) que se depositan en la
actividad minera para el desarrollo de las zonas donde se ejecutan sus operaciones (Osinergmin,
2017). En ciertos casos se comprueba una falta de regulación normativa y, en otros, una excesiva
sobrerregulación que reduce la competitividad entre las empresas del sector. Esta última
situación requiere una mayor atención y una mejor disposición en la propuesta de soluciones,
con la finalidad de no recaer en la fuga de inversiones mineras sucedida hace tres décadas en el
país.

Cabe precisar que diversas empresas de la minería, en la actualidad, cuentan con capacidad
de autorregulación y cumplen con requerimientos poblaciones de distinta índole, como la
construcción de colegios y carreteras, el otorgamiento de pensiones vitalicias a los comuneros,
entre otras. Es decir, las empresas formales mineras cumplen con la cuota social que su actividad
requiere. Sin embargo, quizás por desconocimiento, la definición de RSE suele distorsionarse y,
en lugar de una responsabilidad como tal, se confunde con una “obligación social responsable”,
infiriendo así en el concepto de derecho u obligatoriedad. Estas empresas, por tanto, son
coaccionadas para acceder a pedidos que, en resumidas cuentas, deberían ser atendidos por el
Estado. De manera indirecta, se fomenta que las comunidades aledañas a los proyectos mineros
realicen un plan de beneficio individualizado y exclusivo, sin regulación, favoreciendo a un
grupo reducido de personas.

56
Se debe tener presente que el rubro minero destina más del 40% de su oferta laboral a
personas relacionadas directamente con su actividad. Es decir: habitantes de las localidades
donde se ejecutan las operaciones. Esta situación, que no se replica en otros rubros de la
economía peruana, es una muestra de la RSE que se aplica en el sector. Además, otro punto
importante es que el nivel de contaminación producido por la minería suele ser criticado por
sectores de la sociedad. Sin embargo, tal reacción no se repite en otras actividades (transportes,
agricultura) que incluso incumplen con las regulaciones pertinentes y que no se hallan bajo las
mismas exigencias fiscalizadoras que la minería. Se desprende, entonces, que la relación entre
derecho y RSE para algunas empresas es casi nula o inexistente.

Tal como indican Navarro y García-Marza (2019), la RSE podría recaer en un mero ejercicio
de marketing y publicidad debido a las imprecisiones de conceptualización, difusión de ideas y
de mecanismos de medición y evaluación que se divulgan en el ámbito empresarial y la sociedad.
Al respecto, Belloso (2013) alerta que las cifras y la información que brindan las empresas sobre
sus reportes de sostenibilidad podrían estar alterados para beneficio de la propia organización,
por temas de imagen y reputación corporativa. Esto se complementa con casos ocurridos a
organizaciones de trayectoria. Por ejemplo, el Grupo Graña & Montero, poderoso representante
del rubro inmobiliario y de construcción, que llegó a cotizar en la prestigiosa Bolsa de Valores
de Nueva York y que era reconocida por sus prácticas laborales en favor de sus trabajadores,
desapareció del ranking Merco de reputación corporativa. El motivo: se descubrieron
irregularidades empresariales y actos de corrupción en sus operaciones. Vale recordar que,
anteriormente, este grupo se hallaba entre las diez mejores del mencionado listado, tal como se
demuestra en el siguiente recuadro (Merco, 2020):

Reputación Corporativa -Grupo Graña & Montero


Año 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020

Puesto 7 4 7 7 7 82 91 -- --
Tabla 02: Comparativos de la reputación corporativa del Grupo Graña & Montero (Merco, 2020).

57
Los reportes de sostenibilidad deben constituir una herramienta de transparencia e
información de una empresa hacia la sociedad. En varios casos, según mencionan (Navarro
García & García-Marza, 2009), la actual “crisis de confianza” hacia el empresariado ha generado
que las organizaciones decidan autorregularse y demostrar, abiertamente, lo rentables y
atractivas que pueden resultar para sus diferentes stakeholders. Esto no significa que en dichos
reportes se haga mención de toda la información que se requiera obtener, destinando su
verdadero aporte como insumos de referencia para que los organismos con poder regulador
validen si dicha data es real o no. En tal sentido, si bien los indicadores internacionales
representan una excelente alternativa para respaldar la autorregulación, es menester advertir que
podría fomentarse la implementación de entidades regulatorias externas, las cuales se dediquen a
verificar la fiabilidad de los reportes de sostenibilidad con independencia, severidad, y bajo
requerimientos adecuados y específicos.

En el presente trabajo se ha demostrado que la RSE, desde sus inicios, se halla vinculada al
derecho, considerando así que sus prácticas deberían emprenderse con un enfoque legal y bajo
un soporte multidisciplinario en lo referente a su difusión y ejecución. Si bien el derecho, al
desenvolverse a través de bases conceptuales distintas a las de la RSE, y pudiendo incluso causar
cierta restricción en la autorregulación voluntaria, cuenta con un rasgo de adaptabilidad que
permite que su presencia se reestructure. Esto, por ejemplo, sucede en el rubro minero, donde el
derecho es una herramienta de gestión esencial para la ejecución de políticas de cumplimiento.
En tal sentido, se logra una adaptación a las tendencias actuales, enfocadas en la autorregulación
en material laboral, reduciendo de esta manera infracciones a las normas.

4.1 Evaluación de caso exitoso en la gran minería: Compañía Minera Antamina S.A

Antamina, empresa minera conformada por capitales extranjeros, escribe una larga historia
que inicia con su descubrimiento por parte de Antonio Raimondi en 1860. A lo largo de su
trayectoria, pasó por diversos cambios hasta su privatización en 1996 y, posteriormente, el inicio
de sus operaciones comerciales cinco años después. Actualmente es protagonista de resultados

58
muy favorables que benefician a todos sus stakeholders y shareholders, lo que puede
corroborarse en los diversos reportes de sostenibilidad de la empresa. En el aspecto de buen
gobierno corporativo, Minera Antamina S.A. es transparente y muestra con claridad la
información sobre el accionariado y la composición de su directorio, tal como se muestra a
continuación (Sostenible, 2019):

Figura 11 : Accionariado de Antamina (Sostenible, 2019).

La procedencia de las empresas accionistas de Antamina (Suiza, Australia, Inglaterra, Japón y


Canadá), puede tornarse importante debido a que, posteriormente, la toma de decisiones para la
ejecución de sus planes y políticas corporativas no solo contarán con el respaldo normativo legal,
sino también con un comparativo de políticas globalizadas, enriqueciendo así sus procesos a
través de un marco internacional.

59
Figura 12: Conformación del directorio de Antamina (Antamina, 2018).

Detallar la conformación del directorio brinda transparencia y un adecuado respaldo en caso


se requiera conocer a la organización con más precisión, a través de sus líderes y sus respectivas
áreas operativas. En lo estrictamente legal, esta especificación de responsabilidades es
importante para el establecimiento de un buen gobierno corporativo. De igual modo, en cuanto al
aspecto económico, Antamina, pese a la variabilidad de rentabilidad en la minería peruana,
cuenta en diecinueve años de operaciones con un mantenimiento sobresaliente de sus ingresos.
Esto ha generado considerables beneficios corporativos, al punto de ubicarse, por cuarto año
consecutivo, como la empresa minera con mejor marca empleadora en su sector.

A continuación, se detallan los valores económicos reportados por Antamina durante los
últimos tres años de operaciones (Sostenible, 2019). Tal como se aprecia en la información, lo
remarcable son las altas cifras de valor económico retenido:

60
Figura 13: Valor económico de Antamina en los últimos tres años (Sostenible, 2019).

Asimismo, con base en sus reportes de sostenibilidad, Antamina indica también el destino del
pago de impuestos estipulados para las empresas del sector minero. En tal sentido, durante el
último año se realizó un pago de 592 millones de dólares (aproximadamente dos mil diecinueve
millones de nuevos soles) en impuestos y tributos al Estado, lo que nuevamente demuestra un
cumplimiento de políticas y normativa nacional.

Figura 14: Destino de impuestos pagados por Antamina en el periodo 2019 (Sostenible, 2019).

Otra de las contribuciones de Antamina es la referente a Obras por Impuestos (OxI). Según
indica Proinversión (2020), esta compañía es la segunda empresa con mayor aporte a la sociedad
(y al Estado, indirectamente), siendo, en el rubro minero, la de mayor aportación al mecanismo
de OxI. Pese a que este sistema no es de obligatorio cumplimiento, para lograr un valor

61
compartido a las actividades que genera la empresa en la región Ancash, Antamina decidió
autorregularse y ejecutar este mecanismo en favor de la población, el mismo que al cierre de
2019 ha realizado 48 proyectos, con una inversión ascendiente a 851.6 millones de nuevos soles
en aportaciones (Proinversión, 2020). Esto se puede apreciar en el siguiente gráfico:

Figura 15: Resumen de proyectos enmarcado al mecanismo OxI en Ancash (Sostenible, 2019).

Corresponde agregar que, de acuerdo con los reportes de sostenibilidad de los años 2017 a
2019, Antamina no solo demostró un espíritu de contribución con la sociedad, sino que además
mantuvo un importante impulso a la cadena de valor local. Es así que la empresa realizó
exhaustivas evaluaciones en materias medioambientales, sociales, laborales, económico-
financieras, y de cumplimiento normativo, entre otros; lo cual promueve estándares de alta
competitividad laboral y el progresivo cierre de brechas en materia de informalidad. Estos
resultados se describen en el siguiente gráfico (Sostenible, 2019):

62
2017 2018 2019

COMPAÑÍA MINERA ANTAMINA


N° de proveedores
1185 1310 1180
anuales

N° de proveedores
locales (región 139 187 150
S.A.

Ancash)
Valor de venta
expresado en $33.23 $39.59 $48.32
millones de US$

Tabla 03: Comparativo de los tres últimos periodos en materia de compras locales de la región Áncash (Sostenible, 2019).

Sobre el talento humano, en las siguientes páginas se da registro de los beneficios de la


formalidad laboral, las buenas prácticas laborales bajo altos estándares de regulación, en lo
referente a la captación y conservación del personal capacitado. En el primer cuadro se analizan
las cifras de empleados, comprobando que, del total, existe un importante porcentaje de
colaboradores locales. También se detalla el número de nuevas contrataciones, lo que promueve
la continuidad en favor de la formalidad. De igual manera, queda de manifiesto el bajo nivel
relacionado con la rotación de personal, situación que robustece la reputación nacional y,
especialmente, regional. Finalmente, se hace hincapié en que los colaboradores indirectos, pese a
no pertenecer a la empresa per se, sí gozan de los estándares normativos y autorregulatorios de
Antamina, logrando una debida inclusión laboral. A estas ventajas se pueden sumar el uso de
instalaciones deportivas, recreacionales y administrativas que la empresa dispone para ellos.

63
2017 2018 2019

N° total de colaboradores 2759 2781 2768

42.44% 42.46% 42.00%


N° de colaboradores locales
COMPAÑÍA MINERA ANTAMINA S.A.

(región Ancash)
1171 1181 1176

N° de nuevas contrataciones en
82 65 42
general
N° de nuevas contrataciones de
31 16 18
personal local
N° de personal en rotación en
36 26 28
general
N° de personal local en
5 3 6
rotación
N° de personal indirecto
Aprox. Aprox. Aprox.
(socios estratégicos en
3329 4700 6800
operación)

Tabla 04: Comparativo de los tres últimos periodos en materia de talento humano (Sostenible, 2019).

Tal como establece el Decreto Supremo 055-2010-EM, las empresas del rubro minero deben
cumplir procedimientos que permitan mantener una operación sana y segura. En el caso de
Antamina, en firme cumplimiento de lo dispuesto por el Estado, y con base en políticas de meta-
regulación, se realizan permanentes capacitaciones en aspectos técnicos y conductuales al total
de sus colaboradores (incluyendo personal interno y externo). De esta forma, se promueve un
ambiente laboral donde priman la igualdad de oportunidades y la erradicación de la
discriminación. En este sentido, se invierten 2,66 millones de dólares, como se detalla en el
siguiente gráfico (Sostenible, 2019):

64
Figura 16: Horas de capacitación del último trimestre. Reporte de Sostenibilidad Antamina 2019 (Sostenible, 2019).

Revisar un caso exitoso de empresa, como es Antamina, permite sustentar que las teorías
filosóficas del hard law son necesarias para llevar adelante proyectos organizacionales. Sin
embargo, ante las trabas burocráticas y los vacíos legales que se encuentran en el camino
empresarial, es fundamental la aplicación de las herramientas y mecanismos que brinda el soft
law, principalmente para las siguientes acciones: demostrar que las empresas formales son
exitosas cuando se cumplen con las normas legales y obtener beneficios para todos los
stakeholders a través de políticas enmarcadas en los estándares de la RSE, tales como la
autorregulación (Coca, 2013). Esto último puede verificarse en la siguiente información
(Antamina, 2018):

65
Figura 17: Cuadro de gestión de desempeño y reconocimiento, año 2018 (Antamina, 2018).

Como se puede desglosar de la información presentada en este trabajo, Antamina, dentro de


su paquete de beneficios laborales de ley, decide brindar otros beneficios adicionales que van
más allá de lo legalmente estipulado. De esta manera, incluso genera sus propias políticas
salariales, una ventaja adicional al personal operario. La empresa, por tanto, realiza esfuerzos
económicos y corporativos para lograr una alta productividad, pero, principalmente, para
consolidar un equipo humano y profesional.

En este apartado también es pertinente considerar que, en el año 2014, Antamina tuvo que
detener sus operaciones durante tres semanas (Compañía Minera Antamina, 2014). El motivo: la
huelga generada por un grupo de sus trabajadores y que exigía una modificación en el régimen
de salarios. Sin embargo, esta protesta fue declarada ilegal y, además, iba en contra de lo
dispuesto por ley, en específico el D. L. N°892, que establece un tope de dieciocho
remuneraciones mensuales. Cabe agregar que esta huelga, que fue promovida por sindicados

66
laborales de la empresa, finalizó luego de negociar la incorporación de nuevos beneficios para
los trabajadores, los que hoy rinden una mejor y mayor productividad a la minera.

Esta situación propició que los antiguos sindicatos perdieran fuerza y que, en su reemplazo,
aparecieran otros con una filosofía más constructiva, cuyo objetivo en la actualidad es sumar
mejoras complementarias a los beneficios que brinda Antamina. A la fecha se pueden validar
cinco sindicados: Sutracomasa, Sintracomasa, Sitrasworcomasa, Sestafa y Sitracomanta
(Sostenible, 2019).

Por otra parte, hay una serie de organismos que generan reportes de corte comunicacional
y reputacional, basados en las actividades diarias de las empresas. En ese sentido, Antamina ha
cosechado una considerable cantidad de reconocimientos en materia de RSE, dentro de los cuales
destacamos algunos:

- Ranking Reputacional del Monitor Empresarial de Reputación Corporativa (Merco). En este


prestigioso listado ha liderado, durante los últimos tres años, las categorías de Empresa
Minera de Mejor Reputación y Mejor Empresa Minera de Atracción y Retención de Talento;
además de ubicarse entre las treinta mejores empresas para trabajar a nivel nacional.

- Distintivo de Empresa Socialmente Responsable (ESR), otorgado por PERU 2021, con base
en tres aspectos: cultura organizacional, desarrollo del entorno y gestión de riesgos e
impactos.

- El Premio Desarrollo Sostenible, entregado por la Sociedad Peruana de Minería, Petróleo y


Energía, en reconocimiento a sus buenas prácticas sociales y ambientales en promoción del
cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS).

- Antamina, además, es una de las pocas empresas peruanas que tiene a la totalidad de sus
accionistas asociados al Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM). Esto asegura
el cumplimiento de estándares y utilización de herramientas internacionales de corte
autorregulatorio, como las normas ISO, Ohsas, el Global Reporting Initiative, los Objetivos

67
de Desarrollo Sostenible (ODS) y los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos
Humanos de Naciones Unidas.

Como parte de este análisis, a continuación, se presentan las políticas generales de Antamina,
las cuales -en una práctica de transparencia corporativa- pueden consultarse de manera sencilla y
accesible a través de su página web, o desde los reportes de sostenibilidad (Sostenible, 2019):

Figura 18: Políticas corporativas de Antamina en el año 2019 (Sostenible, 2019).

Antamina, con la finalidad de empoderar sus políticas generales, realiza un proceso más
específico que involucra al compliance interno de la empresa, generando una serie de propias
políticas y procedimientos, delimitados y concretos, los cuales potencian y fortalecen su marco
político general. A continuación, los detalles en el siguiente gráfico (Sostenible, 2019):

68
Figura 19: Políticas y procedimientos internos de Antamina, año 2019 (Sostenible, 2019).

Una acertada política para mantener operativa a una empresa, según Navarro y García-Marza
(2019), es promover la estandarización de sus procesos bajo adecuados sistemas de gestión.
Antamina, además de cumplir con estas directivas, trasciende la vía comunicacional para
establecer sus prácticas de RSE e implementa su propio sistema de gestión, el cual está validado
por una consultora internacional, tal como se aprecia en su último reporte de sostenibilidad
(Sostenible, 2019).

Figura 20: Sistema de gestión de Antamina, año 2019 (Sostenible, 2019).

69
En tal sentido procederemos a delimitar algunos puntos sensibles en nuestra discusión. Cabe
resaltar que Antamina, en base a sus accionar y prácticas desarrolladas, cumple con los
principios de la Autorregulación pura y en otros casos aplica la Metarregulación para la
obtención y desarrollo de sus políticas, teniendo como mejor muestra el cuadro referido a los
beneficios “adicionales de la ley” establecidos por Antamina y cuyo sustento se da en las
políticas de bienestar propios de la empresa y con el fin de optimizar estándares laborales de sus
colaboradores, estándares que no sólo motivan a incursionar en este rubro sino que al personal
que ya se encuentra inmerso en este rubro, este tipo de acciones motivan a realizar los mejores
esfuerzos para seguir obteniendo metas empresariales.

Tal como lo hemos referido previamente, el rubro minero es uno de los pocos que cuenta con
normativa propia que “impulsa” a contratar personal local, es así que las empresas mineras han
logrado efectivizar esta situación logrando entrelazarlos con los principio de la RSE, y la mejor
muestra de que se puede cumplir la ley con otras acciones adicionales a lo previsto en ley se ve
plasmada en el caso del fomento de compras a empresarios locales y la contratación de personal
local, ya que ambos casos la empresa minera exige y fomentan a sus diversos proveedores que
cumplan con todos los estándares laborales, que su personal se encuentre en planilla, que se
cumplan con obtener los seguros de riesgo de trabajo, entre otros, acción que lamentablemente,
no es replicada en empresas de otros rubros, teniendo que afrontar juicios internacionales para
que se cumplan con los compromisos laborales tal como relataba (Smits, 2017)

Consideramos que la mejor muestra del punto previo se refleja en el liderazgo que maneja
Antamina en el desarrollo del mecanismo Obras x Impuestos, al menos en el rubro minero,
donde la mayoría de personal, así como empresas que realizan las obras son locales y gracias a
los buenas prácticas que fomentó la empresa minera, es que actualmente tanto al trabajador como
al empresario le es mucho más accesible mantener buenos estándares que no sólo les permitirá
difundir su trabajo en otras zonas del Perú sino que sabrá como reducir y afrontar la problemática
relacionada a la informalidad laboral.

70
Es importante tener en consideración cómo el ejemplo Antamina puede ayudar a otras
empresas del rubro a lograr el éxito, ya que en este caso la mayoría de empresas mineras ofrecen
cantidades de beneficios adicionales de ley que exceden largamente los beneficios que ofrecen
otros rubros, sin embargo, en el caso de Antamina, existió un enfoque a beneficios dirigidos al
trabajador y su familia, los cuales les permite tener una estabilidad y tranquilidad laboral,
beneficios que en la mayoría de empresas mineras empiezan a despegar como tema prioritario al
momento de ofrecer y establecer los beneficios adicionales de ley.

Para el caso de empresas de otros rubros, definitivamente el caso Antamina sirve de éxito al
ser un referente en el éxito empresarial. En muchos casos las organizaciones empresariales deben
de empezar a analizar si ser exitosos es simplemente cumplir lo estipulado en la ley,
consideramos que, en base al ejemplo minero, estas organizaciones deben de considerar los
conceptos de la autorregulación conocer su organización, estandarizar y sincerar sus metas,
establecer beneficios de rango moderado que permitan cumplirlos. Es válido recordar y aclarar
que no existe tamaño, rubro, enfoque de empresa para ser considerada como una empresa
socialmente responsable, los antes mencionada, no es limitante para crear sus políticas internas,
tampoco es limitante realizar actividades que permitan generar valor a favor de la sociedad y que
principalmente respeten los estándares laborales

Queda demostrado, desde esta investigación, que la actividad minera formal genera diferentes
beneficios para la sociedad: produce oportunidades de desarrollo local, personal y comunal;
promueve la formalidad laboral en su sector; y, podría asegurarse, complementa a otras
actividades comerciales en la mitigación de la informalidad en el trabajo. En tal sentido,
probablemente no exista otra actividad de índole comercial que pueda compararse a la minería.
Pese a su estigmatización en una parte de la población, es innegable su importancia para el
progreso de países en vías de desarrollo. En este caso puntual, del Perú.

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CONCLUSIONES

1. La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es el pilar de la sostenibilidad. Esto debido a


que el primero de estos términos genera una correcta sostenibilidad en las organizaciones.

2. La RSE cuenta con principios emanados del derecho, motivo por el cual ambos son
perfectamente compatibles para generar actividades en favor del desarrollo común. En el
caso participar de la RSE, pese a ser voluntaria en el Perú, esta viene cobrando cada vez
mayor fuerza en el rubro corporativo, en especial en el minero, debido a diversas crisis de
reputación que sufren las empresas de ese sector, así como al deseo empresarial de fomentar
beneficios para sus colaboradores y la sociedad en varios niveles.

3. Si bien la estricta aplicación del hard law resulta saludable para los fines pertinentes de la
autorregulación, las especificaciones y tendencias que ofrece la realidad empresarial hacen
más adecuada la utilización de los principios del soft law. Estos se convierten en bases
fundamentales para lograr el entendimiento entre el derecho y la RSE.

4. Debemos tener en claro el concepto “voluntario” de la RSE, dado sus orígenes cargados de
expectativas y en acciones que no son reguladas, ya que al cambiar su esencia, estas pasarían
a ser normas regulatorias y no acciones de autorregulación como es catalogada a la RSE.

5. En materia laboral se recomienda que los equipos de sostenibilidad estén conformados de


manera multidisciplinaria. De este modo, el especialista legal tendrá una opinión previa en
los procesos, considerando que el estudio y la interpretación de normas, leyes y proyectos en
búsqueda de soluciones, son formación innata de los abogados.

6. En materia regulatoria, queda demostrado que el rubro minero ha aplicado estratégicamente


diversas teorías de la regulación, para lograr un cambio de paradigmas y una evolución
favorable.

7. La reducción de la informalidad laboral tiene en el sector minero al mejor referente de


trabajo planificado y estratégico en aras de fomentar beneficio y desarrollo al país. Para esta
labor, se unen herramientas del derecho, con un enfoque claramente emanado de la RSE. El

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resultado: se convirtió a un rubro empresarial históricamente negativo en materia social,
económica y ambiental, en uno estable, con formalidad, beneficios por encima de los
estándares y proyección al futuro.

8. La RSE no tiene ni debe ser parte de campañas con fines publicitarios, ni marketeros, ya que
se ha demostrado que existen muchos riesgos al publicar notas empresariales y que, al
momento de ser corroboradas, pueden generar complicaciones al no contar con los sustentos
adecuados.

9. Conocer, entender e interpretar las ventajas y desafíos de contar con una sólida RSE en las
empresas del país, es un tema que debe ser tratado a profundidad desde el tema educativo en
el Perú, empezando por la inclusión de cursos específicos en las universidades.

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