Desarrollo Psicosocial en Los Primeros Tres Años
Desarrollo Psicosocial en Los Primeros Tres Años
Desarrollo Psicosocial en Los Primeros Tres Años
con Olga
• Autonomía vs. Duda: Empieza en los dieciocho meses y va hasta los 3 años. A lo
largo de este estadio, el niño experimenta grandes cambios cognitivos, motores y
físicos. Es el momento en que empieza a caminar y a controlar los músculos, por
ejemplo, los excretores. Esto puede acarrear momentos de vergüenza y dudas.
Pero si el niño supera esta fase del desarrollo, se sentirá autónomo e
independiente.
Es necesario permitir que el niño explore y manipule su medio para desarrollar un
sentido de autonomía. Los padres no deben desalentarse ni mucho menos exigirle
demasiado al niño.
Por otra parte, en vez de esta actitud descrita, es bastante fácil que el niño
desarrolle un sentido de vergüenza y duda. Si los padres acuden de inmediato a
sustituir las acciones dirigidas a explorar y a ser independiente, el niño pronto se
dará por vencido, asumiendo que no puede hacer las cosas por sí mismo. Es
importante tener presente que, si los esfuerzos del niño reciben algún tipo de
burla, puede este sentirse muy avergonzado, y dudar de sus habilidades.
También hay otras formas de hacer que el niño se sienta avergonzado y dudoso.
Si al niño se le libertad sin restricciones con una ausencia de límites, o si le ayuda
a hacer lo que él podría hacer solo, también se le está diciendo que no es lo
suficientemente bueno. Si los padres no son lo suficientemente pacientes para
esperar a que el niño ate los cordones de sus zapatos, nunca aprenderá a
atárselos, asumiendo que esto es demasiado difícil para aprenderlo. No obstante,
un poco de vergüenza y duda no solo es inevitable, sino que incluso es bueno. Sin
ello, se desarrollará lo que Erikson llama impulsividad, una suerte de
premeditación sin vergüenza que más tarde, en la niñez tardía o incluso en la
adultez, se manifestará como el lanzarse de cabeza a situaciones sin considerar
los límites y los atropellos que esto puede causar. Peor aún es demasiada
vergüenza y duda, lo que llevará al niño a desarrollar la malignidad que Erikson
llama compulsividad.
La persona compulsiva siente que todo su ser está envuelto en las tareas que
lleva a cabo y por tanto todo debe hacerse correctamente. Un poco más de
paciencia y tolerancia hacia sus hijos podría ayudarles a evitar el camino recorrido
que ustedes han seguido. Y quizás también deberían darse un respiro ustedes
mismos. Si se logra un equilibrio apropiado y positivo entre la autonomía y la
vergüenza y la culpa, se desarrolla la virtud de una voluntad poderosa o
determinación. Una de las cosas más admirables (y frustrantes) de un niño de dos
o tres años es su determinación. Su mote es “puedo hacerlo”. Si preservamos ese
“puedo hacerlo” (con una apropiada modestia, para equilibrar) seremos mucho
mejores como adultos. • Confianza vs. Desconfianza: Transcurre desde el
nacimiento hasta los 18 meses, y depende del vínculo que haya establecido el
bebé con su madre. La relación que haya establecido el neonato con la madre
influirá en los vínculos futuros que el individuo va a tener con otras personas. La
sensación de confianza, apego, satisfacción, seguridad (o sus antónimos) pueden
influir decisivamente en la calidad de las relaciones futuras.
• Importancia del vínculo: Muchos factores, como los estilos de crianza de los
hijos, la disponibilidad de los padres, la presencia o ausencia de los hermanos, el
estatus socioeconómico y el temperamento individual del niño, influyen en su
desarrollo social y emocional. Uno de los factores más importantes para el
desarrollo social y emocional normal, sin embargo, es la capacidad de un niño de
relacionarse con sus padres, desde el momento en que sale del vientre materno.
La vinculación de los padres ayuda al niño a sentirse seguro, protegido,
alimentado y amado.
• Calidad vs. Cantidad: La calidad del tiempo que pasas con tu hijo puede ser más
importante que la cantidad. Los padres que proporcionan el cuidado de niños
durante todo el día y tratan de seguir todas las reglas convencionales de la crianza
de los hijos todavía pueden ser incapaces de formar un vínculo seguro con sus
hijos. Los padres que trabajan que hacen del tiempo para la familia una prioridad y
están comprometidos con el desarrollo de sus hijos son tan capaces de establecer
un vínculo sano con el niño como los padres que no trabajan. Crear un apego
seguro y saludable con tu hijo requiere más que una cierta cantidad de tiempo que
pasamos juntos, que requiere el amor, crianza, compromiso, atención a las
necesidades físicas y desarrollar un sentido de conexión con tu hijo.
• Papá autoritario: Es el padre que ejerce control sobre sus hijos con poder e
intimidación; no tiene comunicación y no existen las demostraciones afectuosas.
Imprimen presión sobre los hijos para que sean obedientes. Los hijos del papá
autoritario son responsables y con autoestima baja.
• Papá democrático: Es el padre que tiene control sobre sus hijos, pero es más
compresivo que el autoritario. Da explicaciones de por qué las decisiones que
toma, son cariñosas y tienen buena comunicación. Los hijos de los padres
democráticos son responsables, independientes y afectuosos.
En este país, es normal poder determinar que si eres niño físicamente, debes usar
objetos donde el color predominante sea el azul, el verde e incluso el rojo… los
juguetes deben estar relacionado con actividades donde predomine el género
masculino; Carros, bicicletas, pelotas, bates… mientras que, si físicamente eres
niñas, tus objetos deben ser rosados, amarillos, morados…los juguetes deben
estar relacionado con actividades fe- meninas: Juego de maquillaje, muñecas,
mariquitas, juego de cocina…´´Se procede a la evolución del género, mediante la
integración de juegos y juguetes que vallan del par a las expectativas establecidas
por cada sexo en el país´ Así, los juguetes de los niños incitan a la acción
(camiones, artículos deportivos, personajes que luchan), mientras que los de las
niñas tienden a la actividad pasiva y a menudo relacionada con funciones
domésticas u ornamentales (cacerolas, plancha). Lo mismo ocurre con los cuentos
y las historias. Si bien en la actualidad existen algunos libros de cuentos ‘no
sexistas’, que reivindican la expresión de la afectividad para ambos sexos y el
desarrollo de la personalidad sin que esté prefijada por el sexo con el que se nace,
en algunos de ellos se advierte una exagerada intención didáctica, utilitaria,
alejada de la literatura. Podría considerarse que en la literatura infantil como en la
vida, la igualdad entre los géneros está aún en proceso de construcción.
Caraballo (2017) considera que las bases de las creencias establecidos acerca de
que los hijos únicos se llevan la palma en cuanto a los mitos: que si son egoístas,
que si están más mimados, que si tienden a ser tiranos... Todo ello se basa en la
idea de que no tienen hermanos con quienes compartir y, además, se llevan toda
la atención y mimos de sus padres, en exclusiva. Sin embargo, por fin, después de
muchos años criticando a los hijos únicos y sacando punta a su comportamiento,
un estudio viene a decir bondades y maravillas de ellos, y es que ser hijo único
puede cambiar el desarrollo cerebral y llevar a los niños a ser más imaginativos y
creativos, aunque eso sí, menos amables. Las relaciones entre hermanos resultan
interacciones con características propias y ofrecen marcos de competencia social
peculiares. No hay que olvidar que los momentos evolutivos de los hermanos se
encuentran más sincronizados, lo que supone que las relaciones se establecen en
un plano de mayor igualdad. Por ejemplo, resulta mucho más frecuente la
comunicación de emociones y necesidades ante conflictos entre hermanos que
entre hijos y padres. Desde las últimas décadas, muchas de las investigaciones
llevadas a cabo en este terreno, se han preocupado fundamentalmente por
encontrar y estudiar los aspectos positivos de estas relaciones. Todas estas
investigaciones tienen en común resaltar la complejidad re las relaciones entre
hermanos, remarcando que si algún término puede definirlas es el de
ambivalencia. Efectivamente, estas relaciones son complejas y llenas de afectos
contrapuestos que suponen la combinación de sentimientos y emociones positivas
con otras negativas. La explicación a esto hemos de buscarla en los distintos
individuos que componen el grupo familiar, sus relaciones y la influencia que
ejercen unos sobre otros. Así, las relaciones entre hermanos pueden analizarse
tomando en cuenta dos factores fundamentales: Las características de los
hermanos y las relaciones entre padres e hijos. Algunos autores apuntan que, al
comparar hermanos, resultan más frecuentes las diferencias en rasgos generales
(personalidad, aptitudes, actitudes, etc.) que las semejanzas. Esto hace que uno
de los factores que mejor predice unas relaciones filiales poco conflictivas sea lo
que se denomina calidad de ajuste entre sus temperamentos. Así, hermanos con
temperamentos y personalidades opuestas suelen ser más conflictivos y hostiles
entre sí que aquellos con temperamentos entre los que existe una mayor sintonía.
Durante mucho tiempo, la visión de la familia y los hermanos tendía a describir a
estos desde la óptica de que son individuos que han sido educados por los
mismos padres y en un ambiente similar. Hoy sabemos, que, aunque las pautas
de crianza son tendencias estables, estas se modifican atendiendo a un buen
número de factores y que, por otro lado, las interacciones entre los diversos
miembros de la familia tienen repercusiones en todo el sistema. Teniendo en
cuenta estas consideraciones los padres se enfrentan a cada uno de sus hijos
marca de forma considerable el clima de relación entre los hermanos. Sin
embargo, como hemos visto, las interacciones de los padres con sus hijos están
influidas, también, por la personalidad de estos. Así, cuando uno de los hijos es
cálido o comparte gustos, intereses, motivaciones, etc., con uno de sus padres,
este tiende a tratarle y a establecer vinculaciones afectivas con él diferenciadas.
En otras ocasiones, los padres establecen tratos distintos entre los herma- nos
desde el convencimiento de que resulta lo mejor para su desarrollo. De cualquier
forma, estas variaciones de comportamiento hacia los hijos suelen promover entre
ellos sentimientos de competencia y rivalidad. Por otra parte, aunque el estilo
educativo es estable, muchos padres lo revisan al nacer su segundo hijo, haciendo
un balance de cuáles son los resultados que perciben de su actuación con el
primogénito. No obstante, un factor que tiene gran importancia respecto al trato
diferencial por parte de los padres es la verbalización de comparaciones entre los
hermanos en las que uno de ellos sale claramente perjudicado frente al otro. Este
tipo de comportamientos paternos/maternos producen baja autoestima y
sensación de abandono en el niño menos valorado y fomenta la rivalidad y los
celos.
Por último, señalar que, aunque crecer con hermanos suponga grades beneficios
ello no quiere decir que ser hijo único conlleve un desarrollo deficiente por carecer
de dichas relaciones.
El hijo único
1. Afectuosos y muy unidos con sus padres: Comparten mucha intimidad con ellos
y los lazos que los unen son muy fuertes. Los niños admiran a sus padres, los
imitan en todo, comparten gustos, opiniones y forma de ser. No es raro que, de
adulto, elija la misma profesión. El riesgo, en la adolescencia, los niños necesitan
rebelarse contra los padres para asumir su propia identidad. Los hijos únicos
tardan más en hacerlo y esta falta de sana rebeldía puede ocasionar una
importante carencia de imagen propia en unos años claves para su desarrollo
personal.
2. Ambiciosos: Desde pequeños, suelen llevar sobre sus hombros los sueños de
sus padres que se proyectan en ellos como único espejo. Están acostumbrados a
ser exigidos, a so- portar la presión y a buscar el éxito. El riesgo, los padres no
deben perder de vista que su hijo no ha nacido para alcanzar sus ambiciones. Les
toca encontrar su propio camino.
Algunos estudios demuestran que los hijos únicos pueden mostrarse más
ambiciosos, competitivos y conservadores. Además, tienen mejores niveles de
autoestima con respecto a otros niños de su edad por haber crecido con la total
atención y apoyo de sus padres.
d) Nivel de Escolaridad suele ser más alto: El nivel educativo suele ser más alto
(mejores notas en los exámenes y mayores niveles de logros educativos y
profesionales). Esto podría deberse por haber contado con la ventaja de tener
todos los recursos financieros de sus padres para ellos solos y no ser repartido
entre sus hermanos. Los padres suelen ser muy exigentes con ellos y pueden
sentirse presionados constantemente, generando algún tipo de ansiedad o temor
al fracaso.
Rodríguez. M.A 321 e) Nivel intelectual: Suelen tener un buen nivel intelectual.
Son más críticos y observa- dores, pues existe una interrelación más directa con
los padres, recibiendo una atención individual y personalizada, lo que les permite
desarrollar ciertas habilidades verbales y una gran destreza para discutir. Lo que
son proclives a desarrollar una madurez prematura, adelantando su desarrollo
psicológico. Al haber estado rodeado de adultos sus padres olvidan que sigue
siendo un niño, por lo que esperan demasiado de él. f) Temperamento: El no
haber tenido hermanos con quienes pelear o defenderse, impulsa a muchos hijos
únicos a asumir comportamientos más tranquilos y a veces más maduros que los
llevan a evitar conflictos. En ocasiones, al no tener hermanos, no aprenden a
compartir, a jugar ni a socializarse con otros niños. Esto puede hacer que
disminuya su madurez emocional y su grado de sociabilidad, ya que no aprenden
a negociar, a discutir, a enojarse, o a desarrollar plenamente su empatía. g)
Perfeccionismo: Tienden a ser perfeccionistas y esperan que los otros hagan las
cosas correctamente. Cuando esto no ocurre, pueden frustrarse. Este
perfeccionismo puede dar lugar a que sean demasiado críticos e intolerantes
consigo mismos y con los demás. Con frecuencia se suele observar una tendencia
a ser procrastinadores, ya que temen que su trabajo no sea lo suficientemente
bueno. h) Soledad: Al estar solos y no tener con quien jugar, desarrollan su
imaginación y creatividad. Por otro lado, al no tener que competir con sus
hermanos por la atención de sus padres, son menos celosos y envidiosos.
Algunos pueden crear mucha dependencia de los padres o éstos de él, por lo que
las separaciones normales de la vida, como ir a la escuela, dormir en casa de un
amigo, ir a un campamento, etc. se vuelven sumamente difíciles tanto para los
chicos como para los padres. A diferencia de lo que se cree no tienen mayores
problemas para sociabilizar. A nivel cerebral, se han establecidos diversos
estudios como por ejemplo la Universidad de China la cual tomó una muestra de
303 estudiantes. El estudio reveló datos muy interesantes sobre los hijos únicos.
De estos 303 niños, 177 eran hijos únicos y 126 tenían hermanos. Todos ellos se
sometieron a varios exámenes tanto psicológicos como psicotécnicos. Incluso se
les realizó una resonancia magnética para estudiar su cerebro. ¿Qué encontraron
que estas revelaciones han dado la vuelta al mundo? Se llegaron a las siguientes
conclusiones los hijos únicos tenían más materia gris en el lóbulo parietal lo que
les hacía más hábiles con el lenguaje además de tener una mayor agilidad mental
y una mejor planificación de las cosas. Eran más imaginativos y creativos, y es
que, este mayor volumen de materia gris a nivel del giro supra marginal, está
asociado a personalidades con mayor imaginación.
humano 322 Sin embargo, los hijos únicos tendían a ser menos agradables y
amables en sus relaciones con los demás, según los investigadores debido al
excesivo foco de sus familiares sobre ellos, la sobreatención y la menor exposición
a otros menores, a diferencia de los niños con hermanos, que conviven
diariamente con niños. Eran niños más dependientes y con menos habilidades
sociales que los niños con hermanos. En definitiva, este estudio, a diferencia de
otros similares, viene a poner de relieve cómo existe una relación directa entre el
ambiente familiar en el que un niño crece y el desarrollo cerebral. El estudio afirma
que ser hijo único afecta a la estructura del cerebro. En consideración, se cree que
es debido a la mayor atención que se le al niño que, se vuelve más introvertido por
lo que le faltan habilidades sociales, pero desarrolla otras áreas del intelecto. Por
tanto, los expertos recomiendan exponer a los hijos únicos a la relación con otros
niños de forma frecuente y constante, para ayudarles de esta manera, a fomentar
sus habilidades sociales y a aprender ciertos valores que desarrollan más y mejor
los niños que tienen hermanos. A pesar de que este estudio dio indicios a los
planteamientos establecidos debemos des- atacar que los estudios
comportamentales anteriores muestran resultados bastante similares. Un análisis
de 115 estudios científicos realizado en 1986 señalaba también que los hijos
únicos tenían mejores resultados en test de inteligencia, de carácter y de
relaciones con los padres que los hijos procedentes de familias numerosas. Si los
niños tenían un hermano o si eran los primogénitos, sus resultados se parecían
más a los de los hijos únicos. Según algunos expertos de la conducta, crecer sin
hermanos o hermanas condiciona el comportamiento y personalidad en el sentido
que nos hace más egoístas y más propensos a no querer compartir. Pero la
ciencia acaba de demostrar que también existen diferencias en la estructura
cerebral de las hijas e hijos únicos. No obstante, los resultados de estudios
realizados han determinado que no hay muchas diferencias en cuanto a la
inteligencia de los niños o niñas, pero aquellas personas que son hijas e hijos
únicos demostraron tener mayor flexibilidad en su pensamiento, así como
personalidades menos agradables. Los resultados muestran que las hijas e hijos
únicos tienen un volumen mayor en la región del lóbulo parietal, que es
responsable de la percepción y procesamiento del lenguaje, lo cual se
corresponde con lo observado en cuanto a la flexibilidad de pensamiento. En otras
áreas los cerebros de las hijas e hijos únicos parecerían tener menor volumen, en
particular en la corteza prefrontal media, que se asocia con la regulación de
emociones y comportamiento social. Esto a su vez también se corresponde con
los bajos niveles de simpatía que se registraron en otras pruebas.
Rodríguez. M.A 339 Esta es una de las etapas más importantes del niño, puesto
que es la fase en que sustentan las bases del desarrollo físico y psicológico del
individuo y con ellos se producen pro- fundos cambios, pues pasan de tener las
herramientas elementales para su sobrevivencia, y dominar una amplia gama de
potencialidades, a dominar complejas habilidades físicas, emocionales, psíquicas,
cognitivas y sociales. Debido a la importancia de esta etapa para los niños, es
fundamental al inicio de sus vidas, proveerles de las condiciones favorables y
necesarias tales como: bienestar social, una apropiada nutrición, acceso a
servicios de salud oportunos y una educación inicial de calidad, así como fomentar
el buen trato y el cuidado de sus familias y de la comunidad donde habitan.
Desarrollo Cognoscitivo
Viramonte (2000) indica que existes tipos o almacenes de memoria que han sido
presen- tados por algunos estudiosos; la sensorial, la de corto plazo y la de largo
plazo. La primera se relaciona con los órganos sensitivos hasta la llegada de la
información al cerebro, la segunda, es de capacidad limitada, propuesta para
explicar la cabida que tienen las personas para retener y repetir dígitos y sílabas
sin sentido. El tiempo durante el cual la información permanece en ella es de unos
pocos segundos. Mientras que la memoria de largo plazo es de capacidad y
retención indefinida. a) Memoria sensorial: Esta memoria está relacionada con la
llegada de la información a un órgano receptor (el ojo), hasta que el cerebro ha
realizado su percepción. Su función operativa es de segundos, la entrada de la
información es muy rápida, la persistencia es muy breve, se diría que antes que
ocurra otra fijación ya ha desaparecido la anterior; y la evocación depende de la
velocidad en que el cerebro procesa la información. b) Memoria operativa: Esta
memoria, más que ser concebida como un almacén don- de se guarda información
por un tiempo breve, antes de pasar a la memoria de largo plazo, se le figura
como un sitio en el que se integra la información que se recibe del exterior o
información nueva, con la que estaba almacenada en la memoria de largo plazo,
los conocimientos previos. Esta integración permite reconocer, identificar y dar
sentido a lo percibido. Es decir, la memoria operativa es un proceso cognitivo en el
que ciertas unidades o elementos de información se retienen en un almacén de
memoria, caracterizado por su temporalidad, mientras se procesan nuevos datos y
se recupera información desde el almacén de memoria de largo plazo.
Evidentemente, la memoria operativa más que ser un almacén o lugar diferente al
de la memoria de largo plazo, es la parte “evocada” o “activada”, una vez recibida
información nueva, de los recuerdos o conocimientos latentes o almacenados en
la memoria de largo plazo. c) Memoria a largo plazo: Está constituida por todos los
conocimientos, experiencias y saberes que se almacenan a lo largo de la vida y
resulta fundamental al momento de comprender. Sólo se comprende aquello que
puede relacionarse coherentemente con lo que ya se conoce, es decir, con aquello
que se tiene en la memoria de largo plazo. Una de sus características es su
capacidad infinita de almacenar información. En otras palabras, es la fuente de
información permanente acerca del mundo, fuente de conocimiento pre- vio acerca
del lenguaje y del mundo. Esta realiza un proceso de adquisición y organización
supeditado a lo que ya se conoce, lo que hace posible la lectura y su comprensión.
En resumen, los procesos indicados implican mecanismos mentales que permiten
captar mediante los sentidos esos “datos actuales”, fijar la atención en algunos
especialmente, representarlos mentalmente a través del pensamiento y
relacionarlos (asemejarlos, diferenciarlos o complementarlos) con información
previa guardada en la memoria, para finalmente interpretarlos y exteriorizarlos con
un lenguaje conveniente.
Habla y lenguaje
Los niños en estas edades son capaces de hacer un mapeo rápido lo que le
permite captar el significado aproximado de una nueva palabra. Empiezan hacer
conexiones lógicas entre un aspecto de sí mismo y otro. La imagen de sí mismos
todavía se expresa en términos positivos de todo o nada. La Gramática y Sintaxis
son las formas en que los niños combinan sílabas en palabras y palabras en
oraciones. A los 3 años los niños empiezan a usar plurales, posesivos y el tiempo
pretérito, conoce la diferencia entre el yo, tú y nosotros, sus oraciones por lo
regular son cortas simples y declarativas. Entre los 4 y los 5 años las oraciones
incluyen un promedio de cuatro a cinco palabras y pueden ser negativas,
declarativas, interrogantes, o imperativas. Entre los 5 y 6 años el habla de los
niños es más parecida al habla adulta, sus oraciones son más largas y
complicadas, emplean oraciones compuestas y complejas, y pueden manejar
todas las partes del habla. Cuando los niños pequeños descubren una regla
tienden a sobre generalizarla, es decir, a usarla incluso con palabras que no se
ajustan a ella. Los niños de 3 años son bastante locuaces y prestan atención al
efecto que tiene su habla en los demás. Los niños de 4 años, en especial las niñas
simplifican su lenguaje y emplean un registro más alto cuando hablan con
pequeños de 2 años. Los niños de 5 años pueden adaptar lo que dicen a lo que
conoce quien escucha. Según Vygotsky (1962) propuso que el habla privada
aumenta durante los años prees- colares y luego se desvanece durante la primera
parte de la niñez media. Es decir, no la consideraba egocéntrica, la veía como una
forma especial de comunicación. Nuevo (2018) entiende que los niños aprenden a
hablar de forma evolutiva y por etapas, que se corresponden con su edad y grado
de desarrollo. Detectar a tiempo un retraso en el desarrollo del lenguaje de los
niños, en la adquisición de vocabulario o en la pronunciación de los fonemas es
fundamental para iniciar a tiempo un tratamiento o un entrenamiento que le
permita al niño adquirir el ritmo de desarrollo normal. No está claro por qué
algunos niños hablan más tarde que otros. Los problemas de audición y
anormalidades faciales y de la cabeza pueden estar asociados con retrasos en el
habla y el lenguaje, igual que el nacimiento prematuro, historia familiar, factores
socioeconómicos, y otras demoras del desarrollo. Los niños con demora del
lenguaje pueden tener problemas en el mapeo rápido. Pueden experimentar
consecuencias cognoscitivas, sociales y emocionales, no es fácil predecir si un
hablador tardío necesita ayuda. Nuevo (2018) expresa que el retraso en el
desarrollo del lenguaje del niño consiste en el desarrollo tardío de lo que es
esperable según su edad, su crecimiento y su nivel de
tendente a lograr que esta expectativa conjugue esfuerzos dentro de los centros
regulares para disolver o minimizar las barreras que se van encontrando. En ese
sentido, Santos (2017) realizó un estudio titulado “Construyendo Escuelas
Inclusivas- Experiencia Dominicana” en donde afirma que las autoridades
educativas gubernamentales pretenden convertir la educación en un espacio de
igualdad y equidad, “una meta que avanza para que ninguna persona, sin importar
su condición física o social, sea privado de esa oportunidad”. En dicho estudio,
narra la realidad desde las experiencias del docente ante la educación inclusiva,
su labor a diario para afrontar y adaptarse a las necesidades de sus alumnos y
alumnas, asumiendo el compromiso y el reto, a pesar de que la mayoría de los
centros o instituciones educativas en el país, tanto, al nivel de estructura física del
edificio, como la estructura del equipo de gestión docente, no están preparados ni
formados a cabalidad para esto.