Logicas Colectivas
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Ana María Fernández, Las lógicas colectivas. Imaginarios, cuerpos y multiplicidades, Buenos Aires,
Editorial Biblos, Segunda edición, 2008, p. 24
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insignificación, Sujeto y verdad en el mundo histórico social, entre otros. 365 En el capítulo
1 de esta parte, <<Haciendo Met-odhos>>, se busca mostrar cual será el método que
seguirá en las siguientes páginas por lo cual es de mucha utilidad al momento de entender
cómo se dio la investigación por parte de la autora. A partir del capítulo 2 ya entramos al
tema del imaginario social según Cornelius Castoriadis, por lo cual, en los siguientes
capítulos A. M. Fernández trabajará como intérprete de la obra de Cornelius Castoriadis, lo
que lleva a afirmar que esta primera parte es de mucha utilidad para aquellos que quieran
tener una primera aproximación al tema del imaginario social.
Una de las críticas centrales al pensamiento heredado que expone Fernández como
intérprete de C. Castoriadis se da en el capítulo 4 <<Hacia el pensamiento de la
multiplicidad: las lógicas magmáticas>>, donde hace referencia directa a la “lógica
identitaria o de conjunto” la cual la entiende como: “lógica de la determinación que según
los casos será relación causa-efecto, de medio a fin o de implicación lógica. Solo puede
operar si postula esas relaciones como relaciones entre elementos de un conjunto”366
poniendo como ejemplo el caso que se da en las matemáticas. De esta afirmación lo que
queda claro es la posición de Castoriadis a partir de la interpretación de Fernández al
explicar la crítica a la filosofía o pensamiento heredado como comparada a la lógica
365
A partir de la página 303, tenemos toda la bibliografía citada por la autora en orden alfabético según los
autores.
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Ibíd., p. 75
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tradicional al verla cerrada y con pretensiones de estar acabada. Fernández muestra en este
capítulo como Castoriadis rechaza tal idea a partir de los postulados de las lógicas
magmáticas. Es a partir de estas lógicas magmáticas que explica la individualidad de cada
sociedad y de los imaginarios que comprenden cada una. En el capítulo 5 <<Los
imaginarios sociales: poderes, deseos y temporalidades>>, empieza a desarrollarse la
importancia política de los imaginarios, ya que estos son los que permiten establecer qué es
aquello que podrá ser considerado como relevante para la sociedad, y a partir de eso crear
los mecanismos para hacer y mantener el poder, tales como los deseos y el pasado de esa
sociedad, siempre guiado por el imaginario social de tal o cual colectivo.
A partir de esto último, la autora introduce el tema de la segunda parte de este libro,
la cual lleva por nombre “Más allá del sentido: los impensados del lenguaje y la
representación” y está dividida en seis capítulos, en donde explicará cómo surgen y como
se desarrollan los imaginarios sociales y sus significaciones, es decir, llevar a cabo la teoría
de Castoriadis. Por esto, en el primer capítulo de esta segunda parte <<El dispositivo: La
experiencia de la diversidad>>, al igual que en el primer capítulo de la parte anterior,
encontramos el método que sigue para exponer lo que se propone, así como aquellos
estudios e investigaciones previos al libro para poder darle sustento teórico a las
afirmaciones que sostiene más adelante. En este capítulo tenemos también que la autora
muestra los resultados de dos investigaciones realizadas en la Universidad de Buenos Aires,
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Ibíd., p. 103
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en la Facultad de Psicología, llamadas Producciones del imaginario social en las
instituciones. Un estudio en la Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires e
Imaginarios estudiantiles. Producciones del imaginario social en la Facultad de
Psicología, UBA, entre los años 1994-97 y 1998-2000, respectivamente, para recrear las
condiciones en las cuales se producen los imaginarios, sus instituciones, las significaciones,
etc. Es necesario resaltar que de ahora en adelante, el trabajo de Fernández deja un poco de
lado la interpretación y se encarga de poner en práctica a través de los talleres (los cuales
son explicados paso por paso) los postulados de Cornelius Castoriadis con respecto al
imaginario social. El segundo capítulo <<Un modo de lectura que rodea sin decir>>,
muestra los resultados de los talleres nombrados en el capítulo anterior, donde la
interpretación de la situación por parte de los participantes de los talleres fue uno de los
mayores problemas a la hora de la revisión de los resultados, puesto que violenta los
discursos que giran en torno a las intenciones de los talleres y a la vez violenta los
fundamentos de la teoría, es decir, no hay una verdadera construcción de este imaginario si
se fundamenta en reduccionismos e interpretaciones. Para poder tener una experimentación
libre de interpretación (entiéndase que nos referimos a los talleres), la autora propone la
idea de “programa”, donde el principio metodológico de constante cambio de los objetivos
según el desarrollo de la experimentación permite el desmontaje de las interpretaciones.
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donde la autora explicará qué es aquello que se puede derivar de los resultados de sus
talleres a partir de la actividad llamada “multiplicación dramática” la cual es descrita de la
siguiente manera: “un protagonista presenta una escena, es decir, relata algo que lo
involucra y lo ofrece para que sea dramatizado. Luego, los diferentes integrantes
improvisan escenas por ‘resonancia’ o ‘consonancia’ con algo que les impacto de las
precedentes.” 368
Es importante este punto ya que así es como la autora justifica la aparición de los
sentidos en cada grupo que se conforma en el taller, explica que deben ser grupos pequeños
para que cada uno demuestre el sentido que le está llevando a conformar sus significaciones,
dando cuenta de su diversidad para luego ser conformada con el resto de los grupos y así
formar el imaginario que surge de las multiplicidades presentes. A su vez, presenta ejemplos
en diálogos de la multiplicación dramática llevada a cabo en uno de los talleres.
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que le den sentido a su subjetividad y a sus relaciones con los otros. En el capítulo 1 de esta
parte titulado <<Cuerpos, pasiones y políticas>>, encontramos la importancia de diferenciar
cada uno de los sentidos que se dan en un imaginario, ya que esto permitirá definir cuáles son
las significaciones que otorgan cada uno de ellos y como se relacionan entre sí, siendo los
sujetos los móviles de tales operaciones. Fernández explica en éste y en el siguiente capítulo,
que pensar en un sujeto es necesariamente pensar en un cuerpo, un cuerpo que está
relacionado con un alma (entiéndase alma como mente o pensamiento), sin embargo no
profundiza en esto sino que muestra como esta teoría (de la relación mente-cuerpo) tiene
implicaciones reales en el imaginario social.
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Concluye Ana María Fernández que existen significaciones que quedan adheridas al
sujeto de generación en generación, siendo el imaginario social aquello que lo mantiene vivo.
Unas significaciones son más poderosas que otras, sin embargo todas cumplen un importante
rol en el desarrollo de la vida social. Es por esto que la multiplicidad es tan importante a la
hora de categorizar (no siempre felizmente) los fenómenos que se producen en el imaginario,
puesto que es esta misma multiplicidad la que hace que se mantenga con el paso de los años,
tomando en cuenta las semejanzas de cada uno, pero nunca dejando de lado la individualidad
de cada sujeto. Es por todo ello que este libro es de gran utilidad para todo aquel que desee
acercarse al pensamiento de Cornelius Castoriadis, puesto que abarca los temas importantes
para el filósofo griego en una amplia gama de posibilidades, dando espacio para la reflexión
filosófica con respecto a la interesante cuestión de los imaginarios sociales.
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