Ensayo 2 Core Etica

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Benjamín Villela P.

Ensayo 2

La ética deontológica de Immanuel Kant es un sistema moral basado en la razón y en la


obligación moral. La Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres (1785) y la
Metafísica de las Costumbres (1797) son dos obras clave en las que Kant desarrolla su
pensamiento ético. En este ensayo, identificaré tres conceptos clave presentes en ambas
obras: el imperativo categórico, la autonomía de la voluntad y la dignidad humana.
Desarrollaré cada uno de estos conceptos y explicaré su relevancia en el sentido general de
la ética deontológica, particularmente en referencia a la noción de libertad. Finalmente, me
referiré sobre un ejemplo concreto en el que se puedan ver estos tres conceptos asociados.
El imperativo categórico es el principio fundamental de la ética deontológica de Kant. Se
trata de un mandato moral absoluto, incondicional y universal que se deriva de la razón y
que establece lo que una persona debe hacer, independientemente de sus deseos, intereses o
inclinaciones personales. Kant formula el imperativo categórico de varias maneras, siendo
la más conocida la siguiente: "Obra sólo según aquella máxima por la cual puedas querer al
mismo tiempo que se convierta en ley universal" (Fundamentación de la Metafísica de las
Costumbres, 1785). Este principio implica que una acción es moralmente correcta si y sólo
si se puede universalizar sin contradicción, es decir, si se puede aplicar a todos los seres
racionales en situaciones similares sin generar inconsistencias lógicas o prácticas. De este
modo, el imperativo categórico establece un criterio objetivo y racional para determinar la
moralidad de las acciones, evitando el relativismo y el egoísmo que caracterizan a otras
teorías éticas.
La autonomía de la voluntad es otro concepto clave en la ética deontológica de Kant. Se
refiere a la capacidad de los seres racionales para autolegislarse, es decir, para establecer las
leyes morales que deben seguir de acuerdo con su propia razón, en lugar de obedecer a las
leyes impuestas por agentes externos o por sus propias inclinaciones naturales. La
autonomía de la voluntad es la base de la libertad moral, ya que permite a las personas
elegir libremente entre el bien y el mal, y asumir la responsabilidad de sus acciones. Kant
sostiene que la autonomía de la voluntad es una condición necesaria para la dignidad
humana y para el respeto mutuo entre los seres racionales. Al reconocer y respetar la
autonomía de los demás, tratamos a las personas como fines en sí mismos, y no como
meros medios para nuestros propósitos egoístas (Fundamentación de la Metafísica de las
Costumbres, 1785). Además, la autonomía de la voluntad es lo que nos permite participar
en el reino de los fines, una comunidad ideal de seres racionales que cooperan según las
leyes morales que se han dado a sí mismos (Metafísica de las Costumbres, 1797).
La dignidad humana es un concepto central en la ética deontológica de Kant y está
estrechamente relacionado con los dos conceptos anteriores. La dignidad humana se refiere
al valor intrínseco e inalienable de los seres racionales, que se deriva de su capacidad para
actuar según la razón y la moralidad. La dignidad humana implica que las personas tienen
un valor absoluto y no pueden ser tratadas como meros objetos o instrumentos para fines
ajenos a ellas. Kant afirma que la dignidad humana es la base del respeto moral y de los
derechos humanos. Debido a su dignidad, los seres racionales tienen el derecho a ser
tratados con respeto y a no ser sometidos a humillaciones, abusos o explotación
(Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres, 1785). Además, la dignidad humana
impone límites a la libertad individual, ya que nos obliga a respetar la autonomía y los
derechos de los demás, incluso cuando esto entra en conflicto con nuestros intereses o
deseos personales (Metafísica de las Costumbres, 1797).
Un ejemplo en donde se puedan ver estos tres conceptos asociados es el caso de un
científico que está trabajando en un proyecto de investigación para desarrollar una nueva
tecnología que podría tener un gran impacto en la sociedad. Sin embargo, el científico
descubre que la tecnología también podría ser utilizada con fines destructivos y
perjudiciales si cae en manos equivocadas.
Según el imperativo categórico de Kant, el científico debe considerar si el desarrollo de esta
tecnología puede ser universalizado sin contradicción. Si todos los científicos del mundo
desarrollaran tecnologías sin considerar las consecuencias que podría generar
(negativamente), esto nos podría llevar a un mundo en el que el avance tecnológico y
científico se conviertan, en vez de un beneficio, en una amenaza para la humanidad. Por lo
tanto, el científico tiene la responsabilidad moral de evaluar cuidadosamente las
implicaciones de su trabajo y asegurarse de que sus acciones sean consistentes con el
principio de universalización.
En cuanto a la autonomía de la voluntad, el científico debe actuar según su propia razón y
no dejarse llevar por presiones externas, como la competencia con otros científicos, el
deseo de obtener reconocimiento o el interés económico. El científico debe tomar una
decisión basada en su comprensión racional de lo que es moralmente correcto y en su
compromiso con el bienestar de la humanidad.
Por último, la dignidad humana también juega un papel crucial en este ejemplo. El
científico debe estar al tanto en cómo podría su trabajo afectar a la sociedad y debería
asegurarse de que su investigación no juegue con los derechos y dignidad de los seres
humanos. Si esta nueva tecnología se utilizase para causar algún tipo daño o sufrimiento,
esto atentaría contra el principio kantiano de tratar a las personas como fines en sí mismos y
no como medios.
En este ejemplo, la ética deontológica de Kant funcionaria como guía base para el científico
en su toma de decisiones y en su responsabilidad con la sociedad y la humanidad en
general. Al seguir los principios kantianos, el científico podría ayudar en el avance del
conocimiento y sobre todo el bienestar de la población mundial, y al mismo tiempo estaría
respetando la libertad y la dignidad de los seres racionales involucrados.
En conclusión, me parece que estos conceptos proporcionan una buena base ética para la
ética deontológica de Kant y su relación con la noción de libertad. En resumen la
autonomía de la voluntad nos permite ejercer nuestra libertad moral, el imperativo
categórico nos guía en la toma de decisiones éticas universales y respetuosas, y la dignidad
humana nos recuerda la importancia de tratar a los demás y a nosotros mismos con respeto
y consideración.
Finalmente, me gustaría agregar que estos conceptos se pueden aplicar a diversas
situaciones éticas en la vida cotidiana. Desde decisiones personales sobre cómo tratar a los
demás hasta cuestiones más complejas en el ámbito político o profesional, la autonomía de
la voluntad, el imperativo categórico y la dignidad humana nos brindan un marco ético
sólido para evaluar nuestras acciones y tomar decisiones moralmente fundamentadas. Al
hacer esto, podemos ayudar a la construcción de una sociedad más justa y ética, en la que la
libertad y la dignidad de todos sean respetadas y valoradas.

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