Lingüística Contrastiva

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Lingüística Contrastiva

Dos lenguas y dos formas de ver el mundo


El dominio de una segunda lengua (L2) implica la adquisición de una serie de
conocimientos, experiencias, destrezas y habilidades condicionadas, en parte, por las
lenguas en contacto.
ALGUNOS ASPECTOS RELATIVOS AL NIVEL FONOLÓGICO
Los trabajos de Fries (1945) y Lado (1957) en este nivel marcan precisamente el inicio
de la Lingüística Contrastiva en la década de los años 50. Estos investigadores se
sirvieron de la comparación de los sistemas fonéticos del inglés y del español para
exponer su modelo.
Posteriormente Stockwell y Bowen (1965) y más tarde Nash (1977) y Whitley (1984)
comparan los sistemas de ambas lenguas. Dichos estudios, aunque criticados, han
servido de base para trabajos posteriores, de los que podemos extraer una serie de
conclusiones sobre las diferencias y dificultades que tienen los estudiantes cuya
lengua materna (L1) es el inglés. Brevemente éstas son:
Consonantes españolas que no tiene el inglés como son la ñ de España o la j de
jamón.
Consonantes españolas cuya pronunciación incorrecta por la influencia del inglés
puede llevar a una interpretación errónea: [d] y sus correspondientes alófonos en
español que puede llevar a la
confusión entre fonemas distintos (todo/toro, cada/cara, mudo/muro, boa/boda,
sé/sed); [b] y sus correspondientes alófonos en español que puede llevar a la
confusión entre fonemas distintos (haba/agua; boa/boda); [g] y sus correspondientes
alófonos en español que puede llevar a la confusión entre fonemas distintos (mucho
busto/mucho gusto, día/diga), el fonema español [r] que tiene un punto de articulación
diferente del inglés (ear/ir) y la pronunciación de [rr] en carro, barro así como la
distinción entre ambos: pero/perro, bara/barra.
Consonantes españolas cuya pronunciación incorrecta por la influencia del inglés
resulta en un fuerte acento extranjero: [p] [k] [t] en posición inicial; [s] con todos los
alófonos y variedades dialectales que presenta el español (esbozo, asno, sepia,
deshielo); o la distinción entre palabras como halla y haya, llave y Yahvé, que
contienen fonemas diferentes.
A ello hay que añadir las dificultades con el ritmo y la entonación.
En el caso del inglés como L2, han surgido también estudios y libros de texto con una
orientación pedagógica tales como los manuales de Monroy (1980), Finch et al.
(1982), Alcaraz y Moody (1983/1990), o Mott (1996), que resultan sumamente útiles.
Siguiendo estos estudios, las principales áreas de dificultad para estudiantes
españoles de inglés son:
1. El par [b] [v] que en español se realiza como bilabial en ambos casos, mientras que
en inglés existe la distinción entre bilabial [b] y labiodental [v].
2. El par [s] [z] (soup, cent, passage vs. zebra, visit, dessert), que en español no
constituyen dos fonemas distintos, sino que el segundo es un alófono del primero.
3. Los fonemas ingleses [],[t], [] y [d], quedan reducidos en español al fonema: [t], con
las consiguientes dificultades para la pronunciación y distinción de los otros fonemas
como, por ejemplo en: sheep, cheap, jeep.
4. El fonema inglés [h].
5. El par [j] y [d] que puede llevar a confusión entre palabras como you/Jew, year/jeer,
etc..
6. Las consonantes oclusivas sordas [p] [t] [k], aspiradas en posición inicial en inglés,
pero no en español que se asemejan a sus correspondientes sonoras [b] [d] [g] y una
realización de este tipo en inglés produce confusión en el oyente anglófono como, por
ejemplo, en el par bill/pill.
7. La realización de consonantes finales sonoras, menos frecuentes que en inglés, y
que tienden a ser pronunciadas como sordas. Por ejemplo set/said o rich/ridge.
8. La pronunciación de grupos consonánticos, menos frecuentes en español que en
inglés y que suponen una mayor dificultad de percibir y de reproducir. Por ejemplo:
*espres por express, *istan por instant, *brefas por breakfast o cars por carts y cards.
9. La relación en español entre ortografía y pronunciación que lleva a los estudiantes
sobre todo de nivel inicial a pronunciar asked como *askett o a decir friend, answer, tal
y como se leen.
10. La pronunciación del grupo consonántico s + consonante que no ocurre en
español y que lleva a la inclusión de una e- inicial (epéntesis) y a pronunciar Spain
como *espain o stop como
*estop.
11. La pronunciación de las vocales en general, especialmente: [:], [], [].
12. Ritmo: reducción vocálica.
13. Entonación: uso del tonema descendente-ascendente y desplazamiento de la
sílaba tónica.
Estas dificultades llevan a tres tipos de errores básicos tanto en el caso del inglés o
del español como L2:
1. Errores consistentes en la sustitución del sonido inglés por el
más aproximado en español, o a la inversa.
2. Errores motivados por diferencias de distribución.
3. Errores cuyo origen se encuentra en el hecho de que el inglés no es una lengua
fonética, frente al español que sí lo es.
ALGUNOS ASPECTOS RELATIVOS AL NIVEL LËXICO-SEMÁNTICO
El conocimiento de un vocabulario extenso facilita y enriquece, sin duda, el dominio de
la lengua. Sin embargo, de todos es conocida la falta de correspondencia semántica
exacta entre muchas de las palabras y expresiones de la L1 con la L2. Una buena
estrategia para atajar esta dificultad es conocer los mecanismos de formación de
palabras tales como los procesos de derivación (uso de sufijos y prefijos), más
productivos en el caso del español o los procesos de composición, preferidos por el
inglés; o bien la creación de acrónimos y de abreviaturas, para los que el inglés tiene
una mayor facilidad; o el uso de diminutivos, más habitual en español. En definitiva,
ambas lenguas poseen los mismos mecanismos pero no hacen el mismo uso de ellos.
Por ello, poseer información sobre la frecuencia con que se usan estos mecanismos,
en los contextos en que aparecen o la disponibilidad de otros recursos es, sin duda,
útil y agilizará el proceso de adquisición de nuevos vocablos.
Un aspecto recurrente cuando se comparan dos lenguas es la existencia de palabras
que tienen una misma forma en ambas lenguas pero cuyo significado es diferente.
Nos estamos refiriendo a los "falsos amigos" (false friends, false cognates). Aunque
no debe tenerse miedo a la traducción literal de las palabras que parecen significar lo
mismo en ambas lenguas, es necesario, sin embargo, conocer estos "falsos amigos"
para evitar traducir el vocablo inglés actual por "actual" en español en lugar de por su
equivalente: "efectivo" o "real"; lo mismo ocurre con eventually que no significa en
español "eventualmente", sino "por fin" o "en definitiva", mientras que el
correspondiente vocablo inglés para el español "eventual" será casual, fortuitous.
Otro aspecto importante en el campo léxico-semántico es la interferencia léxica en
forma de neologismos, préstamos (anglicismos) y calcos. Seguramente todos somos
conscientes de la gran cantidad de palabras que están entrando en el español
procedentes del inglés: star / "estrella", hot dog / "perrito caliente", football / "fútbol",
yogourt / "yogur", etc.. Como muy bien apuntaba ya Marcos Pérez (1971), los medios
de comunicación son uno de los principales instrumentos que ayudan a introducir
estructuras o términos foráneos y constituyen un buen elemento para la observación.
A veces los anglicismos tienen una vida corta y desaparecen, y otras veces entran a
formar parte de la lengua y servir de base para la creación de otras palabras: flirt /
"flirteo", "flirtear"; o con cambios fonéticos, siguiendo procesos diversos: shampoo /
"champú"; o gráficos: cocktail / "cóctel".
El uso masivo de siglas en inglés constituye otro fenómeno a tener en cuenta.
Algunas de estas abreviaturas han sido copiadas el español y se utilizan como
palabras: "LP" (long-playing record), "FAO" (Food and Agricultural Organization) y
otras han sido adaptadas como NATO/ OTAN o UNO/ ONU. Hay también términos
compuestos que, sin ser abreviaturas, resultan muy gráficos y útiles y que el español
ha adoptado: "top-secret", "top-model", "best-seller".
Cabe también mencionar otro fenómeno importante dentro del ámbito del neologismo.
La incorporación casi masiva de términos relacionados con la ciencia y la tecnología
debido al gran desarrollo en estas áreas y al predominio del inglés como lengua oficial
dentro del mundo económico internacional. Se estima que cada año suelen
incorporarse unas tres mil palabras a la par que van apareciendo diccionarios
especializados en formato tradicional o en CDrom o incorporados en bases de datos.
En cuanto a los términos, son palabras que aparecen por una necesidad particular y el
personal técnico no suele conocer su traducción, únicamente el término inglés y su
aplicación y para su transvase a la otra lengua se necesita estar en contacto con
personal especializado en esa rama concreta de la ciencia y disponer, a su vez, de
glosarios o diccionarios adecuados o recurrir a bancos de datos con el fin de llevar a
cabo una traducción o uso correcto del término, limitando el empleo de anglicismos a
las expresiones o palabras que carezcan de equivalente en este caso en español.
Las expresiones idiomáticas, es decir, modismos (to hit below the belt / "dar un golpe
bajo"), frases hechas (Ladies and Gentlemen / "Señoras y señores") y los proverbios
(practise what you preach / "predicar con el ejemplo") constituyen otro de los
problemas difíciles del aprendizaje de una L2 y de la traducción. Su conocimiento y
uso sirven para comunicarse con mayor rapidez y, en muchas ocasiones, con mejor
estilo. Ejemplos de frases hechas son according to / "conforme a, de conformidad con,
con arreglo a"; as agreed to / "como se ha convenido, según lo acordado"; as
requested / "conforme a lo solicitado"; for the sake of brevity / "para mayor brevedad"
que se utilizan muy frecuentemente, pero no siempre de un modo correcto.
En cuanto a los modismos, si tratamos de comparar a las dos lenguas en contacto,
hallamos que el inglés posee una gran cantidad de modismos verbales, incluyendo
dentro del grupo las variaciones de significado que pueden obtenerse en inglés
añadiendo a un verbo distintas preposiciones o adverbios (to go beyond, to go on, to
go along with). Hay buenos ejemplos de estudios, obras especializadas y diccionarios
que pueden ayudar al hablante o traductor. El problema, sin embargo, puede ser más
complejo; de hecho la competencia de cualquier hablante en el uso de modismos y
expresiones fijas en una segunda lengua rara vez se puede comparar con la de un
hablante nativo y los principales problemas que se plantean para su uso correcto son:
a) la habilidad para reconocer e interpretar una expresión fija correctamente; b) las
dificultades para encontrar un equivalente o la forma más adecuada de trasladar todo
su significado a la otra lengua.
Con respecto al primer punto, hay diversos grados de dificultad en la labor de
reconocimiento de este tipo de expresiones –sobre todo en lo que se refiere a los
modismos– dependiendo de si se trata de una expresión transparente (It's raining cats
and dogs / "Llueve a cántaros"), opaca (to have cold feet / "a sangre fría") o una
expresión que pueda conducir a error (to take someone for a ride, deceive or cheat
someone in some way / "tomarle el pelo a alguien", "engañar a alguien"). En cuanto al
segundo punto, los modismos y las expresiones fijas tienen estructuras concretas de
colocación, y, si bien no siempre van a servirnos para averiguar su significado, sí
pueden servirnos para reconocerlo, sobre todo en aquellos casos en los que tengan
un significado literal y otro metafórico.
ALGUNOS ASPECTOS RELATIVOS AL NIVEL MORFO-SINTÁCTICO
Este nivel, a diferencia de lo que ocurre con el anterior, ha sido el más estudiado y en
el que se han producido trabajos monográficos (Stockwell et al. 1965, Whitley 1984,
Sam Hill 1991, Fente 1977, Martínez Vázquez 1996), así como gramáticas
comparadas (Alcaraz y Moody 1980, Sánchez Benedito 1995, García Arranz 1986) y
una gran diversidad de artículos que tratan aspectos muy diversos y bajo corrientes
lingüísticas también muy diferentes.
De todos es sabido que los sistemas lingüísticos de las lenguas no coinciden, y de ahí
precisamente derivan algunos de los problemas y dificultades que encuentra el
estudiante en su labor de aprendizaje de la L2. Llamaré únicamente la atención sobre
algún aspecto concreto, remitiendo para más información a la bibliografía específica
citada anteriormente.
La categoría de género presenta problemas para el estudiante de español por la
distinción entre masculino, femenino y neutro y la falta de correspondencia en
ocasiones entre la forma y el género como ocurre, por ejemplo en el caso de "la
canción" o "la indigestión". En el caso del estudiante de inglés se plantean también
alguna dificultad cuando no existe distinción de género, por ejemplo, en el uso de it
para baby o aquellos en los que sí la hay, pero no en español, por ejemplo, con los
animales a los que se les profesa un cariño especial.
La categoría de número presenta también algunos problemas. A pesar de que existen
las mismas categorías de singular y plural, sin embargo, no hay una
correspondencia exacta entre ambas lenguas. Por ejemplo, en inglés, tanto el artículo
como el adjetivo son invariables, excepto los adjetivos demostrativos; hay sustantivos
cuyo plural es irregular en inglés (tooth / teeth), pero no en español; y hay también
diferencias entre los nombres considerados contables o incontables como en a piece
of furniture / "un mueble"; o en aquellos casos en los que el inglés prefiere el plural y
el español el singular, bien porque se tiende a singularizar la información (the colonial
days / "la época colonial" o the girls had wet heads / "las muchachas tenían la cabeza
húmeda"), bien porque se acentúa la individualidad aludida (International Women's
Year, "El Año Internacional de la Mujer"), o bien porque se hace referencia a cada
persona en particular (the participants raised their right hands to show agreement /
"los participantes levantaron la mano derecha para indicar acuerdo"). Hay, sin
embargo, ocasiones en las que ocurre al contrario, por ejemplo, "sus influencias" se
traduce normalmente en singular: his influence, o en el caso de "noticias"
normalmente traducido por news, pero es siempre singular en inglés y plural en
español y, por ello, si se quiere mantener el plural habrá que buscar otro sinónimo, por
ejemplo, en el caso de "noticias alarmantes" podríamos decir alarming reports, en
lugar de alarming news.
La categoría de persona presenta alguna dificultad en relación con la segunda
persona por ser invariable para el singular y el plural en inglés, no haciéndose
tampoco la distinción entre "tú" y "usted" y "vosotros/as", con su correspondiente
forma verbal, así como el posesivo "vuestro/a" y "vuestros/as". Hay que tener también
en cuenta las distinciones entre el español peninsular y el español de los países
hispanoamericanos, donde "tú" y "vosotros/as" apenas se usa. Por otro lado, el uso de
las formas "su", "suyo/-a", "suyos/-as" precisa de una especificación en inglés, para lo
cual el hablante o traductor debe conocer el contexto. Por ejemplo: "Era su padre",
"su" puede significar "de ella", "de él", "de ellos", "de ellas", "de usted" o "de ustedes".
Y la ambigüedad debe resolverse en inglés al tener que elegir entre his, her o your.
En cuanto a la sintaxis, la primera diferencia entre ambos idiomas se halla en el hecho
de que en inglés hay obligatoriedad de expresar el sujeto pronominal, al contrario del
español, que se emplea tan sólo para dar énfasis y para evitar alguna ambigüedad,
así I phoned Peter yesterday es en español "Ayer telefoneé a Pedro".
Los tiempos verbales no se corresponden exactamente en las dos lenguas. Una de
las mayores diferencias radica en el uso extensivo que hace el inglés de la forma
progresiva, aplicable a todos sus tiempos, mientras que en español su uso es más
restringido. Por ejemplo, no se suele usar para acciones que tienen lugar en el
momento actual (He is wearing hat / "Lleva sombrero") o para expresar planes que
tendrán lugar en breve: She is going to visit some friends tomorrow / "Mañana va a
visitar a unos amigos").
El pasado simple inglés puede traducirse por el indefinido, por el imperfecto y por el
pretérito perfecto, por lo que puede plantear problemas a la hora de pasar de una
lengua a otra. En general,
1) se utiliza el indefinido cuando va acompañado de una fecha exacta: I went to
London two years ago / "Fuí a Londres hace dos años".
2) se utiliza el imperfecto: a) cuando no hay una expresión temporal: She liked
dancing / "Le gustaba bailar"; b) cuando el inglés usa el pasado simple contínuo: He
was having dinner when his sister arrived / "Estaba cenando cuando llegó su
hermana"; c) cuando se quiere expresar cortesía: I wanted to speak with you / "Quería
hablar con usted".
3) Se usa el pretérito imperfecto cuando la unidad de tiempo expresada no ha
terminado todavía: We enjoyed the class today / "Hoy nos ha gustado la clase".
Hay también ciertas diferencias en el uso y traducción de los verbos modales
ingleses. Por ejemplo, se utiliza el futuro en español en algunas ocasiones cuando
expresamos probabilidad: He must weigh the same as you / "Pesará como tú", o
cuando expresamos sorpresa: Could it be possible! / "¡Será posible!".
Los modos verbales no se corresponden exactamente entre ambas lenguas ya que en
inglés suele coincidir el modo subjuntivo con el indicativo, excepto en algunos casos
del presente de subjuntivo del verbo to be: If I were/was you,... / "Si yo fuera tú,...". Por
ello el subjuntivo español suele plantear problemas a los estudiantes. Con frecuencia
se traduce al inglés por el gerundio: "logró que nos subieran el salario"/ he succeeded
in getting us a salary rise; o por un infinitivo: "el anfitrión no quiere que se sientan
incómodos"/ the host wants you to feel at home. A veces se hace necesario el uso de
un verbo modal, como por ejemplo: may, might, can, could, etc.: "Este es el material
que hubiesen aprovechado para su investigación" / These are the materials which they
might have used for their research. Conviene también recordar aquellas expresiones,
o subordinadores que siempre exigen el uso del subjuntivo, por ejemplo: a fin de que
(in order that), a menos que (unless), a no ser que (unless), antes de que (before), con
tal de que (provided that), en caso de que (in case that), para que (in order to), sin que
(without).
Por ejemplo, "Él llega antes de que yo me vaya"/ He arrives before I leave.
La modalidad –la actitud del sujeto hablante– se expresa, en ocasiones, de forma
diferente. Por ejemplo: He may come / "Puede que/ Es posible que venga" o "A lo
mejor viene". O con los verbos de percepción no se traduce el verbo modal al español:
I can see him / "Le veo".
La voz pasiva se utiliza más en inglés que en español, que limita su uso para cuando
quiere producir un efecto especial de claridad o énfasis. Las tres posibilidades más
usuales de traducirla o en las que halla un equivalente son: a) por la voz activa
impersonal: My car was stolen / "Me han robado el coche"; b) por la pasiva refleja:
Coke is usually drunk cold / "La coca-cola normalmente se bebe fría"; c) se conserva
la forma pasiva: The thief was arrested / "El ladrón fue arrestado".
El uso y traducción al español de las formas inglesas terminadas en -ing es un tema
que hay que tener en cuenta La complejidad sintáctica que presentan estas formas a
la hora de usarlas y/o traducirlas al español obedece a la mayor sencillez léxica y
morfológica que caracteriza a aquella lengua en oposición a una mayor complejidad
en esos aspectos del español. Si intentamos hacer una traducción literal de estas
formas utilizando el gerundio español, rápidamente comprobamos que hay casos en
los que no es posible y hay que servirse de otra estrategia. Esta forma -ing es un claro
ejemplo de la capacidad creadora de este idioma que admite muy diversas funciones:
sustantivo, gerundio, adjetivo, participio de presente, etc., mientras que el gerundio
español es de uso bastante más restringido y una de las formas no personales del
verbo más controvertidas para los lingüistas, porque su uso implica aspectos
estilísticos relacionados con reglas gramaticales. Ello da lugar a una vacilación que
revela la existencia de un problema no resuelto todavía y a un uso exagerado en
algunas regiones de Latinoamérica ("ir yendo", "estar siendo", etc.) en situaciones que
son inaceptables en el habla peninsular.
El origen de tales diferencias y dificultades hay que buscarlo en el valor distinto que
tiene las formas -ing inglesas y las formas -ndo españolas, así como en la gran
influencia actual del inglés en el español. Con respecto a esta lengua, y aunque se
engloben las formas -ndo dentro de las formas -ing, hay que establecer la diferencia
entre el gerundio y el participio de presente puesto que ambos cumplen funciones
diferentes (Fente Gómez, 1977: 99-112): el gerundio funciona principalmente como
sustantivo y puede ser modificado por un adjetivo, mientras que el participio puede
funcionar como verbo, adjetivo o adverbio. Los ejemplos que siguen son una muestra
de la gran variedad de estructuras verbales a las que corresponde en español la
forma -ing inglesa: sustantivo: If it wasn't for what's going on / "Si no fuera por el
ajetreo"; verbo en pasado: ...resting upon it as proof enough / "lo utilizó como prueba
fehaciente"; condicional: I'm not going to give you up for anybody / "No te dejaría por
nadie"; infinitivo: If you're afraid... are you going to make me the same? / "Si usted
tiene miedo...¿por qué ha de intentar que también lo tenga yo?"; presente simple:
That's what I'm thinking of him / "Eso es lo que pienso de él"; frase verbal ir + infinitivo:
He's buying a new car next month / "Se va a comprar un coche nuevo el próximo
mes"; gerundio: What on earth are you talking about? / "¿Se puede saber de qué está
hablando?"; imperfecto: He was studying American literature / "Estudiaba literatura
norteamericana".
La forma inglesa -ing puede también funcionar como adjetivo o adverbio. En el primer
caso suele respetarse la estructura cuando existe un equivalente en español: That's
interesting / "Es interesante", o bien se convierte en complemento del nombre en
español: English-speaking people / "gentes de habla inglesa", o se utiliza una oración
de relativo: in waiting cars / "en los coches que esperaban". Cuando desempeña una
función adverbial sirve para introducir diferentes tipos de oraciones subordinadas. En
estos casos su traducción suele necesitar una expresión que corresponda a dicha
función: She has arrived this noon coming up from Southampton / "Ha llegado este
mediodía desde Southampton".
Ya para terminar este apartado, hagamos una breve mención a algunos usos, en
ocasiones incorrectos, habituales en español por influencia del inglés:
• abuso de adjetivos posesivos: "metí mi mano en el bolsillo".
• empleo excesivo de la voz pasiva: "el programa ha sido aprobado por unanimidad".
• abuso de la forma progresiva inglesa: "el coche estaba siendo reparado".
• abuso del adjetivo con valor adverbial: "*hablar alto, espera tranquilo aquí".
• uso frecuente de la estructura adjetivo + sustantivo, especialmente con el
superlativo: "la más hermosa mujer".
• uso de la estructura hacer + complemento + adjetivo: "señora, haga su hogar
confortable".
• uso de verbos + preposiciones que no son normales en español: "*pedí por el
aprobado".
• uso del sustantivo con dos preposiciones: "*preparación para y por la guerra".
• uso de la estructura que + un giro adverbial: "es por esa razón que he venido".
• uso del posesivo antepuesto: "no es mi culpa".
• uso frecuente de la preposición de + que ("dequeísmo"): "me acuerdo de que tengo
que....".
• empleo de una preposición desacostumbrada en giros
temporales: "*no le había visto
por un año", o en el régimen verbal o adjetival: "*esto es muy difícil para/a hacer".
• colocación de adverbios compuestos entre haber y el participio pasado: "*las
exportaciones se habían más de tres veces duplicado".
• supresión de preposiciones: "*jugar tenis".
ALGUNOS ASPECTOS RELATIVOS AL NIVEL PRAGMÁTICO-DISCURSIVO
Conocer una lengua no quiere decir únicamente conocer su gramática y vocabulario,
hay que incorporar el componente pragmático, es decir, el uso adecuado de la lengua
para cada contexto. La falta de adecuación entre la forma y la función del mensaje
crea una barrera comunicativa y produce errores pragmáticos que pueden ser mucho
más embarazosos que los simples errores gramaticales y también más difíciles de
corregir. Algunos de los errores a los que puede llevar son exceso de palabras; dar
más información de la requerida o producir mensajes contradictorios.
Comencemos aludiendo a un aspecto poco tenido en consideración. En toda
comunicación intercultural deben observarse una serie de condiciones que incluyen
aspectos relativos a los sistemas lingüísticos, textuales y socio-culturales de las dos
lenguas en contacto, pero también extralingüísticos. Tales elementos extralingüístico
incluyen el lenguaje corporal, distancias entre los hablantes, silencios, modales en la
mesa, etc. que, aún siendo característicos de una cultura, suelen permanecer ocultos
para estudiantes de L2 en los primeros contactos y suelen llevar a malas
interpretaciones y equivocaciones. Pueden incluso llegar a ser más conflictivos que
los simples problemas léxicos o sintácticos (que se resuelven en muchas ocasiones
por el contexto) y a crear desde una situación divertida a otra irritante o al fracaso total
de la comunicación. Citemos, por ejemplo, la tendencia de los hablantes americanos
a permanecer más alejados de sus interlocutores que los españoles; o la tendencia
española a mantener contacto ocular mientras se habla; o el modo diferente de
colocar las manos o los cubiertos en la mesa cuando se está comiendo.
En el caso de los recursos lingüísticos, cada cultura, al igual que posee significados
convencionales para las palabras, posee expresiones y estructuras convencionales
que pueden ser diferentes con respecto a otras culturas. Si nos detenemos por un
momento en las fórmulas de cortesía, hemos oído y sin duda comprobado, que la
lengua inglesa utiliza con gran frecuencia las fórmulas thank you y please, mientras
que el español no las repite con igual profusión. Si se utiliza "gracias" o "por favor" con
la misma frecuencia su uso resultaría excesivo, e incluso podría sugerir una intención
diferente. Del mismo modo, su omisión, inconsciente en muchos casos, cuando los
españoles hablan o escriben en inglés, se interpreta como signo de mala educación.
Otro ejemplo, ahora al contrario, es el uso de "buen provecho" en español cuando se
empieza a comer o cuando se entra en un lugar en el que hay gente comiendo. Su
traducción al inglés, o el uso de la forma francesa Bon appetit, añadiría un significado
que está ausente en la L1.
Estas diferencias se manifiestan también en los siguientes ejemplos, donde una
traducción literal llevaría a un cambio de significado y, por ello, se requiere un
equivalente funcional:
Ejemplo 1
Isn´t that an old bus?
"¡Vaya autobús más viejo!"
Traducción literal (TL):
* "¿No es viejo ese autobús?"
* This is an old bus!
Ejemplo 2
How can you be so rude?
"¡Qué maleducado eres!"
TL: * "¿Cómo puedes ser tan maleducado?"
* You are very rude!
Ejemplo 3
"¿Bromeas?"
You´re kidding
Traducción literal (TL):
*Are you kidding?
* "Tú estás bromeando"
El tratamiento de la cortesía es otro de los puntos que ha sido estudiado y que revela
ciertas diferencias. El modelo de cortesía que utiliza el español se revela más directo
que el inglés que prefiere utilizar expresiones que marquen más la distancia como, por
ejemplo, en el caso de las peticiones, el uso de la forma interrogativa, de verbos
modales, del vocablo please mientras que el español prefiere el modo imperativo (Can
you pass me that book, please? / "Anda, pásame el libro").
Entre los muchos aspectos que cabría mencionar me referiré al uso de las fórmulas
rutinarias y, dentro de ellas brevemente a las exclamaciones e interjecciones, por su
presencia constante en el habla cotidiana y la escasa atención que se les presta en
los manuales y materiales de enseñanza. Es difícil imaginar nuestra vida diaria sin
hábitos, rutinas, espacios conocidos, convencionalismos sociales y lingüísticos. En
otras palabras, lo que hacemos o decimos no es siempre nuevo; hay parte ya hecha o
dicha que se repite una y otra vez. En la interacción lingüística tal hecho se manifiesta
en el uso frecuente de fórmulas rutinarias o fragmentos prefabricados que los
hablantes utilizan en situaciones comunicativas estándar y que reflejan el sistema
social en el que se dan, siendo imprescindibles para la socialización –o
comportamiento aceptado– de sus miembros. Tales comportamientos sociales varían
de cultura a cultura tanto en cuanto a los convencionalismos sociales (situación, grado
de convencionalismo, distancia social entre el emisor y el receptor, etc.) y personales
(temperamento, estado de ánimo, edad, sexo, etc.) como a los medios lingüísticos
utilizados. Son fórmulas de cortesía, expresiones correspondientes a saludos,
expresiones de agradecimiento y disculpa, de réplica, de exhortación, etc. que todos
utilizamos.
Estas fórmulas ocupan gran parte de la actividad lingüística cotidiana y poseen un
carácter polifuncional, es decir, la posibilidad de que una misma forma cumpla
funciones diferentes, o de que una función se represente con formas diferentes. Ello
lleva a un solapamiento inevitable entre formas y funciones que dificulta su
sistematización, puesto que resulta difícil –si no imposible– llevar a cabo una
clasificación tanto de los recursos lingüísticos como de las funciones que representan,
pero su conocimiento es imprescindible.
A modo de ilustración, citemos la expresión de emociones. Un recurso habitual en
ambas lenguas es el uso de expresiones interjectivas. Por ejemplo, en español "¡Ay!",
para expresar dolor, riesgo, estado de ánimo, etc.; "¡Ah!", para expresar satisfacción,
contrariedad, admiración, dolor, etc.; "¡Huy!", para expresar dolor, alegría, asombro u
otros; "¡Bah!" para indicar desprecio o desdén. Y otras como "Uff", "Ojalá", "Psche", o
"Eh" como fórmulas apelativas o con una entonación interrogativo-exclamativa para
expresar sorpresa, compromiso, etc.. Por ejemplo: "Bueno, en eso quedamos ¿eh?".
En inglés, existe igualmente una amplia gama de interjecciones cuyo uso denota las
reacciones de los hablantes, tales como Ah! para indicar satisfacción, Oh! para indicar
sorpresa, Ow!, Ouch! para indicar dolor, Hey! utilizado para llamar la atención, Wow!
para indicar una gran sorpresa. Estas exclamaciones suelen ir acompañadas de
gestos que no siempre coinciden en las culturas como ya hemos mencionado
anteriormente.
Ambas lenguas cuentan también con interjecciones impropias o palabras
pertenecientes a otras categorías gramaticales que han sido lexicalizadas. En español
las más habituales son: "Vaya", presente de subjuntivo del verbo ir que se utiliza para
expresar diferentes sentimientos: asombro, admiración, desprecio, o bien seguida de
un sustantivo o adjetivo: "¡Vaya coincidencia!"; "Vamos", presente de indicativo del
verbo ir que sirve para incitar a la acción o de estímulo para convencer al interlocutor
o para afirmarse en una explicación o admiración, o bien asociado con "venga" que
sirve de estímulo a la acción
("¡Venga vamos!") o bien "Venga" asociado con el adverbio "ya" ("¡Venga ya!").
"Venga" se utiliza también para expresar reiteración o incluso complicidad: "Nos
vamos a las 4. Venga". Otras exclamaciones impropias frecuentes en español son
"Anda" (imperfecto del verbo andar) o los imperativos "Quita", "Calla", "Arrea", "Atiza",
"Toma", etc. que expresan sorpresa, admiración, susto, etc. "Mira" suele expresar
cierta ironía o lamentación. Como sustantivos se utiliza con frecuencia "¡Hombre!" o
"¡Mujer!".
En inglés se utilizan igualmente interjecciones impropias, por ejemplo, Come on y, en
menor proporción, Well, well o Now, now, pero algunos estudios revelan una variedad
menor, aunque sí una frecuencia similar.
Otras diferencias a las que apuntan algunos estudios se manifiestan
fundamentalmente en el plano interpersonal y revelan diferentes concepciones del
mundo. En el caso de artículos de investigación, por ejemplo, en inglés se prefiere el
uso de marcadores discursivos o conectores que matizan la opinión del autor,
mientras que en español su uso es menor y los textos parecen más directos e
impositivos. Si no queremos que ese sea el efecto que produzca un texto en español
en la otra lengua, deberán tenerse en cuenta tales diferencias para evitar el rechazo
por intromisión en la libertad del lector o su baja eficacia.
En el mundo de los negocios y el marketing, sin embargo, ocurre algo diferente. En
los textos españoles se mantiene un tono formal, impersonal e informativo y el
contenido se expone de una forma clara y concisa. No se insiste al lector para que
tome una decisión, sino que se le deja en libertad para que adopte la que crea más
apropiada. En cambio, en los textos ingleses, se presiona al lector para que preste
atención al mensaje a través de una serie de estrategias como son: utilizar preguntas
directas, proporcionar una posible salida a las preguntas formuladas, dirigir de un
modo directo la oferta, utilizar un tono más coloquial, mencionar con frecuencia al
lector (you-attitude), e invitarle de un modo directo (uso del imperativo) a que tome
una decisión ya. Ante una traducción literal o la copia de los patrones de una lengua a
otra, la comunidad inglesa consideraría la oferta española como fría, sin lograr captar
la atención del lector y pareciendo poco interesante hasta el punto de no continuar
leyendo. En cambio, la reacción del público español ante la oferta inglesa sería de
imposición, sin opción a la elección, lo que llevaría a una misma falta de interés que
en el caso inglés, pero por motivos diferentes.
ALGUNOS ASPECTOS RELATIVOS A PUNTUACIÓN Y CAPITALIZACIÓN
Otro aspecto descuidado en la enseñanza de la L2 se refiere a la puntuación y el uso
de las mayúsculas. Junto a las conocidas reglas de acentuación del español o la
omisión en inglés al comienzo de la frase de los signos de interrogación y admiración,
podríamos mencionar ahora algunas diferencias básicas. El comienzo de las cartas en
inglés puede llevar coma o dos puntos y en español sólo dos puntos: Dear Sir, /"Muy
señor mío:". En inglés se utilizan los dos puntos para expresar las horas, pero en
español se prefiere sólo un punto: At 10:15 / "A las 10.15". En inglés se usa el guión
para formar palabras compuestas, y el español lo evita: anti-freezer / "anticongelante".
Las conjunciones copulativas suelen ir precedidas de coma, pero no así en español:
He turned his bed over, and shook it / "Revolvió su cama de arriba a
abajo y la sacudió". El inglés utiliza con más frecuencia los números ordinales que el
español: We are living in the 20th century / "Vivimos en el siglo XX". Los números
enteros se separan con coma y los decimales con punto mientras que en español
ocurre lo contrario: 1, 340 / "1.340".
En cuanto al uso de las mayúsculas, en inglés se escriben con mayúscula inicial los
días de la semana, meses, nacionalidades e idiomas, mientras que en español se
usan minúsculas: I'll see you on Monday / "Te veré el lunes". Los títulos honoríficos
llevan mayúscula inicial, pero no en español: The Prince of Wales / "El príncipe de
Gales", salvo en el caso de abreviaturas ("Muy Sr. mío:"). Y los títulos de periódicos o
revistas suelen escribirse con mayúsculas iniciales y subrayados o en cursiva, pero si
se trata de títulos de libros, en español, suele escribirse con mayúsculas solamente la
primera palabra: The Scarlet Letter / La letra escarlata. Para un buen uso de estas
normas es interesante disponer de alguna ayuda como pueden ser los manuales de
estilo.
CONCLUSIÓN
En resumen, un estudio comparativo de las dos lenguas revela una serie de
similitudes y diferencias en cada uno de los niveles de la lengua cuyo
desconocimiento lleva a una comunicación defectuosa, de ahí que sea necesario
incidir en dichos aspectos y desarrollar materiales o métodos que faciliten su
incorporación en el uso de la L2. En definitiva, no se trata sólo de dos lenguas
diferentes, sino también de dos concepciones diferentes del mundo. O como dijo
Julián Marías: "Ser español es una manera de instalarse en la vida" (ABC, 6 febrero
2000), lo mismo que ser inglés es una manera distinta de instalarse en la vida.
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