Glosario Patologias
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Glosario de patologías
Facilitadora: Bachiller:
Jessika Arruebarruena Infante, Juan C.I. V-29558112
Artrosis
Es la enfermedad degenerativa articular más frecuente, caracterizada por la
destrucción del cartílago hialino que recubre las superficies óseas. El cartílago es un
tejido que hace de amortiguador al proteger los extremos de los huesos y que favorece
el movimiento de la articulación. Cuando se desarrolla la artrosis, dicho cartílago pierde
sus propiedades.
Habitualmente se localiza en la columna cervical y lumbar, algunas
articulaciones del hombro y de los dedos de las manos, la articulación de la raíz del
pulgar, la cadera, la rodilla y la articulación del comienzo del dedo gordo del pie.
Los síntomas de la artrosis con frecuencia se desarrollan con lentitud y
empeoran con el tiempo. Los signos y síntomas de la artrosis incluyen los siguientes:
Dolor. Las articulaciones afectadas pueden doler durante o después del
movimiento.
Rigidez. La rigidez en las articulaciones puede ser más notoria al despertar o
después de estar inactivo.
Sensibilidad. Es posible que su articulación esté sensible cuando aplicas un poco
de presión sobre ella o cerca de ella.
Pérdida de flexibilidad. Es posible que no puedas mover la articulación en todo
su rango de movimiento.
Sensación chirriante. Es posible que sientas una sensación chirriante al usar la
articulación y que oiga chasquidos.
Osteofitos. Estos pedazos adicionales de hueso se sienten como bultos duros y
pueden formarse alrededor de la articulación afectada.
Hinchazón. Esto puede producirse por la inflamación de los tejidos blandos
alrededor de la articulación.
La osteoartritis se produce cuando el cartílago que amortigua los extremos de los
huesos en las articulaciones se deteriora progresivamente. El cartílago es un tejido firme
y resbaladizo que permite un movimiento articular prácticamente sin fricción.
Eventualmente, si el cartílago se desgasta por completo, el hueso se rozará con el hueso.
A menudo se habla de la osteoartritis como una enfermedad de "desgaste natural". Y
además de la descomposición del cartílago, la osteoartritis afecta toda la articulación.
Provoca cambios en el hueso y el deterioro de los tejidos conectivos que mantienen
unida la articulación y que unen el músculo al hueso.
Un fisioterapeuta puede mostrarte ejercicios para fortalecer los músculos
alrededor de la articulación, aumentar la flexibilidad y reducir el dolor. La actividad
física de baja intensidad periódica que haces por tu cuenta, como nadar o caminar,
puede ser igual de efecto. Un terapeuta ocupacional puede ayudarte a descubrir maneras
de hacer las tareas cotidianas para que no requieran un sobre esfuerzo por parte de tu
articulación dolorosa. Se utiliza una corriente eléctrica de bajo voltaje para aliviar el
dolor. Proporciona alivio a corto plazo para algunas personas con osteoartritis de rodilla
y cadera.
Atrofia Muscular
Atrofia muscular es un trastorno que consiste en el desgaste, pérdida o
disminución del músculo esquelético. Se produce por un desequilibrio entre la síntesis
de proteínas y su degradación. Afecta a las células nerviosas de los músculos
esqueléticos, generando parálisis parcial o total. Este trastorno origina la pérdida de la
fuerza muscular y causa una gran afectación en las acciones cotidianas.
Existen tres tipos de atrofia muscular: fisiológica, patológica y neurogénica.
La atrofia patológica puede ser causada por envejecimiento, inanición y
enfermedades, tales como el síndrome de Cushing (debido al uso elevado de
medicamentos llamados corticosteroides).
La atrofia neurogénica es el tipo más grave de atrofia muscular. Puede deberse a
una lesión, o una enfermedad, en los nervios que se conectan a los músculos. Este tipo
de atrofia muscular tiende a suceder más repentinamente que la atrofia por desuso.
Tienen trabajos que requieren que estén sentados, problemas de salud que
limitan el movimiento, o disminución en los niveles de actividad
Están postradas en cama
No pueden mover las extremidades debido a un ataque cerebrovascular u otra
enfermedad cerebral
Se encuentran en lugares donde no hay gravedad, como por ejemplo durante los
viajes al espacio
La atrofia muscular no presenta síntomas previos, sino que van apareciendo a
medida que la atrofia se va desarrollando. Los más frecuentes son:
Disminución de la de masa muscular de brazos y piernas.
Sensación de debilidad en las extremidades.
Dificultad para realizar movimientos básicos.
El tratamiento para la atrofia muscular es idéntico en la mayor parte de los casos.
Al haber una pérdida de masa muscular, el objetivo es recuperar la masa perdida. El
caso más fácil es el de la atrofia muscular por desuso, ya que es fácilmente reversible
con la realización de ejercicios específicos para recuperar la masa muscular.
En el caso de afectación neurológica los ejercicios se complementan con otros
ejercicios específicos en los que se usan elementos ortopédicos.
El tratamiento puede incluir fisioterapia, terapia con ultrasonido y, en algunos
casos, cirugía para corregir una contractura.
Bursitis
La bursitis es un trastorno doloroso que afecta las pequeñas bolsas rellenas de
líquido (bolsas sinoviales) que proporcionan amortiguación a los huesos, tendones y
músculos alrededor de las articulaciones. La bursitis ocurre cuando estas bolsas se
inflaman.
La bursitis ocurre con más frecuencia en el hombro, el codo y la cadera. Pero también
ocurre alrededor de la rodilla, el talón y la base del dedo gordo del pie.
Los síntomas incluyen dolor, hinchazón y rigidez. Las zonas más comunes son
las rodillas, los hombros, los codos y las caderas. Si tienes bursitis, la articulación
afectada puede:
Doler o sentirse rígida.
Doler más cuando la mueves o la presionas.
Verse hinchada y enrojecida.
Las causas más frecuentes de la bursitis son los movimientos repetitivos o las
posiciones que presionan las bolsas sinoviales alrededor de una articulación. Por
ejemplo:
Lanzar una pelota de béisbol o levantar algo por encima de la cabeza repetidas
veces.
Apoyarse sobre los codos por períodos largos.
Pasar mucho tiempo arrodillado para hacer tareas como alfombrar o fregar los
pisos.
Otras causas pueden ser las lesiones o los traumatismos en la zona afectada, las
artritis inflamatorias, como la artritis reumatoide, la gota y las infecciones.
La bursitis suele mejorar sola. Algunas medidas conservadoras, como descansar,
ponerte hielo y tomar un analgésico, pueden aliviar la molestia. Si las medidas
conservadoras no funcionan, es posible que necesites:
La fisioterapia o los ejercicios físicos pueden fortalecer los músculos de la zona
afectada, y así aliviar el dolor y prevenir la reaparición.
Cardiopatía Congénita
La enfermedad cardíaca congénita consiste en uno o más problemas con la
estructura del corazón que existen desde el nacimiento. Congénito significa que naces
con el defecto. La enfermedad cardíaca congénita, también llamada defecto cardíaco
congénito, puede cambiar la forma en que la sangre fluye a través del corazón. Algunos
defectos cardíacos congénitos pueden no causar ningún problema. Sin embargo, los
defectos complejos pueden causar complicaciones que ponen en riesgo la vida.
Algunos defectos cardíacos congénitos no causan signos ni síntomas. Para
algunas personas, los signos o síntomas se presentan más tarde en la vida. Y los
síntomas pueden volver años después de haber recibido tratamiento para un defecto
cardíaco.
Los síntomas de enfermedades cardíacas congénitas comunes en los adultos incluyen:
Ritmo cardíaco anormal (arritmias).
Un color azulado en la piel, los labios y las uñas (cianosis).
Falta de aire.
Cansancio rápido tras un esfuerzo.
Hinchazón del tejido o los órganos del cuerpo (edema).
Los investigadores no están seguros de las causas de la mayoría de las
enfermedades cardíacas congénitas. Algunas enfermedades cardíacas congénitas se
trasmiten de padres a hijos (son heredadas).
Para entender las enfermedades cardíacas congénitas, es útil saber cómo funciona el
corazón.
El corazón está dividido en cámaras: dos cámaras superiores (aurículas) y dos
cámaras inferiores (ventrículos). El lado derecho del corazón traslada la sangre a los
pulmones a través de los vasos sanguíneos (arterias pulmonares). En los pulmones, la
sangre toma oxígeno y luego regresa al lado izquierdo del corazón por las venas
pulmonares.
Después, el lado izquierdo del corazón bombea la sangre a través de la aorta y
hacia el resto del organismo. Las enfermedades cardíacas congénitas pueden afectar
cualquiera de estas estructuras del corazón, incluidas las arterias, las válvulas, las
cámaras y la pared de tejido que separa las cámaras (tabique).
El tratamiento fisioterapéutico: va a estar constituido por:
Ejercicios Calisténicos.
Ejercicios de Flexibilidad.
Ejercicios Aeróbicos.
Ejercicios de Resistencia.
El ejercicio físico tiene infinidades de efectos positivos para el organismo humano
los efectos benéficos del ejercicio físico en pacientes cardiópatas le ayudarán a
recuperar considerablemente las potencialidades del paciente.
Los programas de ejercicios contribuyen a mejorar las funciones del sistema
cardiovascular, musculoesquelético y pulmonar. No obstante, las acciones sobre el
organismo son más amplias, bien por el efecto propio del ejercicio o a través de las
modificaciones de los factores de riesgo cardiovasculares inducidas por el
entrenamiento. La respuesta cardíaca al esfuerzo es compleja y comprende la
interacción de la frecuencia cardíaca, precarga, poscarga, y contractilidad.
Ciática
Se refiere a un dolor que irradia a lo largo del trayecto del nervio ciático, que se
ramifica desde la parte inferior de la espalda a través de las caderas y los glúteos y hacia
abajo de cada pierna. Por lo general, la ciática afecta solo a un lado del cuerpo.
La ciática se produce con más frecuencia cuando una hernia de disco, un espolón
óseo en la columna vertebral o un estrechamiento de la columna vertebral (estenosis del
conducto vertebral) comprimen parte del nervio.
El dolor que se extiende desde la parte baja de la columna vertebral (lumbar)
hacia los glúteos y hacia abajo de la parte posterior de la pierna es la característica
distintiva de la ciática. Podrías sentir el malestar casi en cualquier parte a lo largo del
recorrido del nervio, pero es especialmente probable que recorra la parte inferior de la
espalda hasta los glúteos y la parte posterior de los muslos y la pantorrilla.
El dolor puede variar ampliamente, desde un dolor leve hasta una sensación
aguda, de ardor o dolor insoportable. A veces puede sentirse como una sacudida o una
descarga eléctrica. Puede ser peor al toser o estornudar, y permanecer sentado durante
períodos prolongados puede agravar los síntomas. Por lo general, afecta a un solo lado
del cuerpo.
Algunas personas también tienen entumecimiento, hormigueo o debilidad
muscular en la pierna o el pie afectados. Podrías sentir dolor en una parte de la pierna y
entumecimiento en otra parte.
La ciática ocurre por el pinzamiento del nervio ciático, normalmente ocasionado
por una hernia de disco en la columna vertebral o por un crecimiento óseo excesivo
(espolón óseo) en las vértebras. Con bastante menos frecuencia, un tumor puede
producir el pinzamiento del nervio o una enfermedad, como la diabetes, puede dañar el
nervio.
Una vez que el dolor agudo disminuye, el médico o el fisioterapeuta pueden
diseñar un programa de rehabilitación para ayudarte a prevenir lesiones en el futuro.
Generalmente, el programa comprende ejercicios para corregir la postura, fortalecer los
músculos que sostienen la espalda y mejorar la flexibilidad.
Condropatía Rotuliana
El síndrome de dolor patelofemoral es el dolor en la parte delantera de la rodilla,
alrededor de la rótula (patela). A veces denominado «rodilla del corredor», es más
frecuente en las personas que participan en deportes que implican correr y saltar.
El dolor de rodilla a menudo aumenta cuando corres, subes o bajas las escaleras,
te sientas por largos períodos o te pones en cuclillas. Los tratamientos simples, como el
descanso y la aplicación de hielo, a menudo son de ayuda, pero a veces es necesario
acudir a la fisioterapia para aliviar el dolor patelofemoral.
Contracturas Musculares
Es, como su nombre indica, una contracción del músculo. Esta contracción de
músculo o alguna de sus fibras es continuada e involuntaria, provocando que el músculo
esté en constante tensión. Es una lesión es bastante común, no solo entre deportista, que
puede impedir hacer gestos con normalidad y sin dolor.
Normalmente el músculo se contrae y se distiende, pero, en determinados casos,
el músculo no se relaja y sigue contraído, manteniéndose la zona dura e hinchada. Los
síntomas, por lo tanto, son un abultamiento de la región al tacto, conocido como “nudo”.
Síntomas habituales son el dolor y la limitación del movimiento, con mayores
limitaciones según la gravedad de la lesión. Por lo tanto, podemos distinguir estos
cuatro síntomas:
Dolor y rigidez articular y muscular
Movimientos reducidos
Debilidad muscular
Uso limitado de la zona afectada
Las contracturas musculares suelen aparecer cuando el músculo hace una
actividad inapropiada, en intensidad o función. Algunas de las principales causas son:
Frío: ante el frío ambiental o la solicitación muscular, si no se realiza un
calentamiento adecuado puede generar una contractura.
Sobreesfuerzo: ya mencionado, si exigimos una intensidad repentina o durante
un tiempo prolongado sin descanso se puede producir la lesión. También en
casos de posturas inadecuadas durante un tiempo prolongado. Las personas
sedentarias son más propensas a sufrir una contractura debido a que el músculo
no está preparado, al igual que los deportistas si no se preparan adecuadamente.
Estrés emocional debido a la tensión acumulada.
Deshidratación: la falta de agua u otros componentes como el magnesio, la
glucosa o el potasio aumentan las probabilidades de sufrir una contractura, ya
que son elementos importantes para el correcto funcionamiento de los músculos.
Edad avanzada: las personas mayores pierden elasticidad y son más propensas a
esta clase de lesiones.
No se recomienda tratar las contracturas musculares por uno mismo, ya que los
masajes que hagamos o los medicamentos que tomemos pueden ser inapropiados. Se
aconseja acudir al especialista para que pueda clasificar la contractura y realizar el
tratamiento más adecuado:
Miorrelajantes y antiinflamatorios: son fármacos que relajan la musculatura y
reducen la contracción. Son útiles cuando el dolor es muy fuerte, pero siempre
deben estar prescritos por el médico.
Calor local: consigue la relajación del músculo y tiene efecto analgésico.
Masajes: siempre deben llevarse a cabo por expertos porque, en caso contrario,
las consecuencias pueden ser peores. El masaje aumenta el flujo sanguíneo, lo
cual mejora la recuperación de los tejidos y limpia de metabolitos, además de
relajar el músculo y reducir el dolor.
Las contracturas musculares se tratan por un especialista en Osteopatía o
Fisioterapia.
Desgarro Muscular
El desgarro muscular es la distensión o rotura de un músculo o un tendón por
estirar o contraer demasiado el tejido muscular. Los músculos que suelen verse más
afectados son los de las piernas y los de la parte baja de la espalda.
Si has sufrido un desgarro muscular leve (de primer grado) puedes tener la zona sensible
y el músculo tenso. Con un desgarro leve, quizás puedas continuar con tus actividades.
Con los desgarros musculares más graves es más fácil saber si se tiene un
desgarro, ya que causan un dolor muscular considerable. Cuando hay un desgarro
muscular se siente que el músculo se está más rígido y se inflama la zona que rodea la
lesión. El dolor empeora con el movimiento, por lo que te impedirá continuar con tus
actividades.
El músculo se siente rígido y se inflama la zona que rodea la lesión.
Si has sufrido un desgarro muscular de tercer grado, el dolor será agudo, tendrás mucha
inflamación y perderá la funcionalidad muscular. Si el desgarro muscular es
considerable, pudiera haber una protuberancia o una desigualdad que antes no estaba
presente en la zona lesionada.
El desgarro muscular ocurre cuando el músculo se contrae al estirarse. Esto
puede suceder al correr, saltar o patear.
Hay más probabilidades de que se desgarro de un músculo en los siguientes casos:
Discopatía Cervical
Es un término general para referirse al desgaste relacionado con la edad que
afecta los discos intervertebrales del cuello. A medida que los discos se deshidratan y se
encogen, aparecen signos de artrosis, incluso protuberancias óseas a lo largo de los
bordes de los huesos (osteofitos).
La espondilosis cervical es muy frecuente y empeora con la edad. Más del 85
por ciento de las personas de más de 60 años tienen espondilosis cervical.
En la mayoría de las personas, la espondilosis cervical no causa síntomas.
Cuando sí hay síntomas, generalmente son dolor y rigidez en el cuello.
A veces, la espondilosis cervical provoca un estrechamiento del espacio que
necesitan la médula espinal y las raíces nerviosas que pasan por la columna vertebral
hacia el resto del cuerpo. Si la médula espinal o las raíces nerviosas se comprimen,
podrías experimentar:
Hormigueo, entumecimiento y debilidad en los brazos, las manos, las piernas o
los pies.
Falta de coordinación y dificultad para caminar.
Pérdida del control de la vejiga o los intestinos.
Distrofia muscular de Becker. Los signos y síntomas son similares a los de la distrofia
muscular de Duchenne, pero tienden a ser más leves y a avanzar más lentamente. Los
síntomas suelen comenzar en la adolescencia, pero es posible que no se manifiesten
hasta promediar los 20 años o más tarde.
Ciertos genes participan en la fabricación de proteínas que protegen las fibras
musculares. La distrofia muscular ocurre cuando uno o más de estos genes son
defectuosos.
Cada forma de distrofia muscular es provocada por una mutación genética exclusiva de
ese tipo de enfermedad. La mayoría de estas mutaciones son heredadas.
Diversos tipos de tratamientos y dispositivos de asistencia pueden mejorar la
calidad y, algunas veces, la duración de la vida para algunas personas que padecen
distrofia muscular. Por ejemplo:
Ejercicios de amplitud de movimiento y de elongación. La distrofia muscular puede
limitar la flexibilidad y el movimiento de las articulaciones. Los ejercicios de amplitud
de movimiento pueden lograr que las articulaciones sean lo más flexibles posible.
Ejercicio. Los ejercicios aeróbicos de bajo impacto, como caminar y nadar, pueden
ayudar a mantener la fuerza, el movimiento y la salud general. Algunos tipos de
ejercicios de fortalecimiento también pueden ser útiles. Pero es importante consultar con
tu médico primero, ya que algunos tipos de ejercicio pueden ser dañinos.
Dispositivos ortopédicos. Los dispositivos ortopédicos pueden ayudar a mantener los
músculos estirados y flexibles, lo cual desacelera el avance de las contracturas. Los
dispositivos ortopédicos también pueden facilitar el movimiento y el funcionamiento, ya
que sostienen los músculos debilitados.
Dispositivos de ayuda para el movimiento. Los bastones, los andadores y las sillas de
ruedas pueden ayudar a mantener el movimiento y la independencia.
Asistencia respiratoria. A medida que los músculos respiratorios se debilitan, se puede
usar un dispositivo de apnea del sueño para mejorar el suministro de oxígeno durante la
noche. Algunas personas que padecen distrofia muscular grave pueden necesitar una
máquina que facilita el ingreso y la salida de aire en los pulmones (respirador).
Epicondilitis
El codo del tenista (epicondilitis lateral) es una afección dolorosa que ocurre cuando los
tendones del codo se sobrecargan, frecuentemente por movimientos repetitivos de la
muñeca y el brazo. A pesar de su nombre, los atletas no son los únicos que desarrollan
el codo del tenista. Las personas cuyo trabajo se caracteriza por movimientos que
pueden conducir al codo del tenista incluyen a plomeros, pintores, carpinteros y
carniceros.
El dolor del codo del tenista se manifiesta principalmente en el lugar donde los tendones
de los músculos del antebrazo se unen a la protuberancia ósea en el exterior del codo. El
dolor también se puede propagar al antebrazo y la muñeca.
El dolor asociado con el codo del tenista puede irradiarse desde el exterior del
codo hacia el antebrazo y la muñeca. El dolor y la debilidad puede dificultar las
siguientes tareas:
Dar la mano o sujetar un objeto
Girar la perilla de la puerta
Sostener una taza de café
El codo del tenista es una lesión muscular por uso excesivo y sobrecarga. La
causa es la contracción repetida de los músculos del antebrazo que utilizas para extender
y elevar tu mano y la muñeca. Los movimientos repetidos y el esfuerzo ejercido en los
tejidos pueden resultar en una serie de pequeños desgarros de los tendones que unen los
músculos del antebrazo a la prominencia ósea en la parte exterior del codo.
Como el nombre lo sugiere, jugar al tenis, especialmente el uso repetido del golpe de
revés sin técnica es una de las posibles causas del codo del tenista. Sin embargo,
muchos otros movimientos frecuentes pueden causar el codo del tenista, como, por
ejemplo:
Usar herramientas de plomero, Pintar, Atornillar y destornillar, Cortar ingredientes para
cocinar, especialmente la carne, Uso repetitivo del ratón de la computadora.
Si los síntomas están relacionados con el tenis, el médico podría sugerir una
evaluación por parte de expertos de tu técnica de tenis o los movimientos incluidos en
las tareas que haces en tu trabajo para determinar las mejores medidas para reducir la
tensión sobre el tejido lesionado.
Un fisioterapeuta puede enseñarte ejercicios para estirar y fortalecer
gradualmente los músculos, en particular los músculos de los antebrazos. Los ejercicios
excéntricos, donde bajas tu muñeca muy lentamente luego de subirla, son
particularmente útiles. Un dispositivo de inmovilización o un vendaje para el antebrazo
podría reducir la tensión sobre el tejido lesionado.
Espondilitis Medial
El codo de golfista es una enfermedad que provoca dolor donde los tendones de
los músculos del antebrazo se unen a una protuberancia ósea en la parte interna del
codo. El dolor se puede extender al antebrazo y a la muñeca.
El codo de golfista es similar al codo de tenista, que se produce en la parte
exterior del codo. No se limita a los golfistas. Los jugadores de tenis y otras personas
que usan repetidamente sus muñecas o que aprietan los dedos también pueden
desarrollar el codo de golfista.
El codo de golfista se caracteriza por lo siguiente:
Dolor y sensibilidad. Por lo general se sienten en la parte interna del codo y el
dolor puede extenderse por el sector interno del antebrazo. El dolor suele
empeorar al realizar ciertos movimientos.
Rigidez. Es posible que el codo se sienta rígido y aparezca dolor al cerrar el
puño.
Debilidad. Se puede presentar debilidad en las manos y las muñecas.
Adormecimiento u hormigueo. Estas sensaciones se pueden irradiar hacia uno o
más dedos, por lo general, el anular y el meñique.
El dolor causado por el codo de golfista puede aparecer de repente o de forma
gradual. Es posible que el dolor empeore al hacer ciertos movimientos, tales
como mover un palo de golf.
El codo de golfista, también conocido como epicondilitis medial, se debe al daño
en los músculos y los tendones que controlan la muñeca y los dedos. El daño suele estar
relacionado con una tensión excesiva o repetida, especialmente con los movimientos
forzados de la muñeca y los dedos. Levantar, lanzar o golpear objetos de forma
inadecuada, así como realizar muy poco precalentamiento o escaso acondicionamiento,
pueden contribuir al codo de golfista.
Además del golf, hay muchas actividades que pueden provocar el codo de golfista, entre
ellas:
Deportes de raqueta. Una técnica inadecuada en los golpes de tenis,
especialmente el revés, pueden causar lesiones en el tendón.
Deportes de lanzamiento. Las técnicas de lanzamiento inadecuadas en béisbol o
en sóftbol pueden ser otra causa. El fútbol americano, el tiro con arco y el
lanzamiento de jabalina.
Entrenamiento con pesas. Levantar peso mediante técnicas inadecuadas, como
doblar las muñecas al realizar ejercicios de bíceps, puede sobrecargar los
músculos y los tendones del codo.
Movimientos laborales repetitivos y forzados. Estos movimientos ocurren en
sectores como construcción, plomería y carpintería.
El tratamiento comienza con evitar la actividad que provoca dolor. Para ayudar a
aliviar el dolor, aplica hielo.
Descansa. Suspende los juegos de golf u otras actividades repetitivas hasta que
haya desaparecido el dolor. Si regresas a la actividad demasiado pronto, puedes agravar
tu trastorno.
Coloca hielo en el área afectada. Aplica compresas de hielo en el codo durante
15 a 20 minutos por vez, tres o cuatro veces por día, durante varios días. Para protegerte
la piel, envuelve las compresas de hielo en una toalla delgada. Puede resultar útil que
masajees el interior del codo con hielo durante cinco minutos por vez, dos o tres veces
por día.
El médico puede recomendarte que uses un dispositivo de inmovilización de
contrapeso en el brazo afectado, que puede reducir la presión en el tendón y el músculo.
Estira y fortalece el área afectada. El médico puede sugerirte ejercicios de estiramiento
y fortalecimiento. La carga progresiva del tendón con ejercicios específicos de
fortalecimiento muscular ha demostrado ser particularmente efectiva. Otras prácticas de
fisioterapia o terapia ocupacional también pueden ser útiles.
Retoma gradualmente tus actividades habituales, cuando haya desparecido el dolor,
practica movimientos de brazo del deporte o la actividad que realizas. Revisa tu golpe
de golf o tenis con un instructor para asegurarte de que la técnica sea la correcta y
realiza los ajustes necesarios.
Escoliosis
La escoliosis es una desviación lateral de la columna vertebral que, la mayoría
de las veces se diagnostica en adolescentes. Aunque puede presentarse en personas con
afecciones como la parálisis cerebral infantil y la distrofia muscular, se desconoce la
causa de la mayoría de los casos de escoliosis en la infancia.
La mayor parte de los casos de escoliosis son leves, pero algunas desviaciones
empeoran a medida que los niños crecen. La escoliosis grave puede ser incapacitante.
Una curvatura especialmente grave en la columna vertebral reduce el espacio dentro del
pecho, lo cual dificulta el funcionamiento correcto de los pulmones.
Los signos y síntomas de la escoliosis pueden ser:
Hombros desparejos
Un omóplato que parece más prominente que el otro
Cintura despareja
Un lado de la cintura parece más alto que el otro
Una parte de la caja torácica hacia afuera
Se sobresale más en un lado de la espalda al inclinarse hacia adelante
Con la mayoría de los casos de escoliosis, la columna vertebral rotará o girará,
además de encorvarse de un lado a otro. Esto hace que las costillas o los músculos de un
lado del cuerpo sobresalgan más que los des otro lado.
Los médicos no conocen las causas del tipo más frecuente de la escoliosis, aunque
al parecer supone factores hereditarios, ya que este trastorno suele trasmitirse de padres
a hijos. Los tipos menos comunes de escoliosis pueden deberse a lo siguiente:
Determinadas afecciones neuromusculares, como la parálisis cerebral o la
distrofia muscular
Defectos de nacimiento que afectan la formación de los huesos de la columna
vertebral
Cirugías previas en la pared torácica en los primeros meses de vida
Lesiones o infecciones de la columna vertebral
Anomalías en la médula espinal
Dolor
Hinchazón
Hematomas
Capacidad limitada para mover la articulación afectada
Escuchar o sentir un “pop” en la articulación en el momento de la lesión
Un esguince se produce cuando se extiende demasiado o se desgarra un
ligamento mientras se tensa intensamente una articulación. Los esguinces se producen a
menudo en las siguientes circunstancias:
Tobillo: caminar o hacer ejercicio en una superficie desnivelada, y caer
torpemente de un salto
Rodilla: girar durante una actividad atlética
Muñeca: caer sobre una mano extendida
Pulgar: daño durante la práctica de esquí o sobrecarga al practicar deportes de
raqueta, como el tenis
Los niños tienen zonas de tejido más suave, llamadas placas de crecimiento, cerca
de los extremos de los huesos. Los ligamentos que rodean una articulación suelen ser
más fuertes que estas placas de crecimiento, por lo que los niños tienen más
probabilidades de experimentar una fractura que un esguince.
Para el cuidado personal inmediato de un esguince, prueba el enfoque RICE
reposo, hielo, compresión, elevación.
Reposo. Evita las actividades que causan dolor, hinchazón o malestar. Pero no
evites toda actividad física.
Hielo. Incluso si buscas ayuda médica, cubre el área de inmediato. Usa una bolsa
de hielo o toma un baño de hielo y agua durante 15 a 20 minutos cada vez y repite cada
dos o tres horas mientras estés despierto los primeros días después de la lesión.
Compresión. Para ayudar a calmar la hinchazón, comprime el área con una venda
elástica hasta que se calme la hinchazón. No la comprimas demasiado o puede dificultar
la circulación. Comienza a colocar el vendaje en el extremo más alejado del su corazón.
Afloja el vendaje si aumenta el dolor aumenta, se adormece la zona o se produce
hinchazón debajo de la zona vendada.
Elevación. Eleva el área lesionada por encima del nivel del corazón, especialmente
durante la noche, lo que permite que la gravedad ayude a reducir la hinchazón.
Después de los primeros dos días, comienza a usar suavemente el área lesionada.
Deberías observar una mejora gradual y paulatina en la capacidad de la articulación para
soportar tu peso o tu capacidad para moverte sin dolor. La recuperación de los esguinces
puede tardar días o meses.
Un fisioterapeuta puede ayudarte a maximizar la estabilidad y la fuerza de la
articulación o la extremidad lesionada. El médico te puede sugerir que inmovilices la
zona con un dispositivo de inmovilización o férula. Para algunas lesiones, como un
ligamento desgarrado, se puede considerar la cirugía.
Fibromialgia
La fibromialgia es un trastorno caracterizado por dolor musculoesquelético
generalizado acompañado por fatiga y problemas de sueño, memoria y estado de ánimo.
La palabra fibromialgia (FM) significa dolor en los músculos y en el tejido
fibroso (ligamentos y tendones). La fibromialgia se caracteriza por dolor
musculoesquelético generalizado y sensación dolorosa a la presión en unos puntos
específicos (puntos dolorosos). Este dolor se parece al originado en las articulaciones,
pero no es una enfermedad articular.
Los síntomas principales de la fibromialgia incluyen:
Dolor generalizado. El dolor asociado con la fibromialgia muchas veces se
describe como un dolor leve, molesto y constante, que dura al menos tres meses.
Para que se considere generalizado, debes sentir dolor en ambos lados del
cuerpo, y por encima y por debajo de la cintura.
Fatiga. Las personas que padecen fibromialgia con frecuencia se despiertan
cansadas, aunque a la vez manifiestan que duermen mucho. Con frecuencia, el
sueño se interrumpe por el dolor, y muchos pacientes con fibromialgia tienen
otros trastornos del sueño, como síndrome de las piernas inquietas y apnea del
sueño.
Dificultades cognitivas. Un síntoma comúnmente llamado "fibroniebla" dificulta
la capacidad de enfoque, atención y concentración mental.
Muchos investigadores creen que la estimulación nerviosa repetida provoca
cambios en el cerebro y en la médula espinal de las personas que padecen fibromialgia.
Este cambio está relacionado con un aumento anormal de los niveles de ciertas
sustancias químicas en el cerebro que transmiten señales de dolor.
Hay muchos factores posibles que llevan a estos cambios, entre ellos:
Genética. Debido a que la fibromialgia suele ser hereditaria, podría haber ciertas
mutaciones genéticas que probablemente te hagan más vulnerable a desarrollar
este trastorno.
Infecciones. Algunas enfermedades parecen desencadenar o agravar la
fibromialgia.
Sucesos físicos o emocionales. La fibromialgia puede desencadenarse por un
suceso físico, como un accidente automovilístico. El estrés psicológico
prolongado también puede desencadenar esta enfermedad.
En general, los tratamientos para la fibromialgia consisten en medicamentos y
estrategias de cuidado personal. Se hace hincapié en minimizar los síntomas y en
mejorar el estado de salud general. No hay un solo tratamiento que funcione para todos
los síntomas, pero intentar varias estrategias terapéuticas puede tener un efecto
acumulativo.
Un fisioterapeuta puede enseñarte ejercicios para mejorar tu fuerza, tu
flexibilidad y tu resistencia. Los ejercicios en el agua pueden ser particularmente útiles.
Terapia ocupacional. Un terapeuta ocupacional puede ayudarte a realizar ajustes en tu
entorno de trabajo o en la forma en la que realizas ciertas tareas para reducir el estrés en
el cuerpo.
Asesoramiento psicológico. Hablar con un asesor puede ayudarte a fortalecer la
confianza en tus habilidades y enseñarte estrategias para lidiar con las situaciones
estresantes.
Hernias Discales
Una hernia de disco hace referencia a un problema con uno de los
amortiguadores cartilaginosos (discos) que se encuentran entre los huesos (vértebras)
que se apilan para formar la espina dorsal.
Una hernia de disco, que puede ocurrir en cualquier parte de la espina dorsal,
ocurre con mayor frecuencia en la región lumbar. Según la ubicación de la hernia de
disco, puede provocar dolor, entumecimiento o debilidad en un brazo o una pierna.
La mayoría de las hernias de disco ocurren en la región lumbar, aunque también
pueden ocurrir en el cuello. Los signos y síntomas dependen de la ubicación del disco y
de si el disco presiona un nervio. Por lo general, las hernias de disco afectan un lado del
cuerpo.
Dolor en brazos o piernas. Si tu hernia de disco se encuentra en la región
lumbar, además del dolor en esta zona, normalmente sentirás dolor en los
glúteos, el muslo y la pantorrilla. También podrías tener dolor en parte del pie.
Si tu hernia de disco está en el cuello, normalmente sentirás más dolor en el
hombro y el brazo. Este dolor puede aparecer en el brazo o la pierna cuando
toses, estornudas o te mueves a ciertas posiciones. El dolor se describe a menudo
como agudo o ardiente.
Entumecimiento u hormigueo. Las personas que tienen una hernia de disco a
menudo presentan entumecimiento u hormigueo que se irradia en la parte del
cuerpo a la que se conectan los nervios afectados.
Debilidad. Los músculos a los que se conectan los nervios afectados tienden a
debilitarse. Esto puede hacer que tropieces o que tu capacidad para levantar o
sostener objetos se vea afectada.
Un disco herniado es con mayor frecuencia el resultado de un desgaste natural
gradual y relacionado con el envejecimiento llamado degeneración discal. A medida que
las personas envejecen, los discos se vuelven menos flexibles y más propensos a
desgarrarse o romperse, incluso con una tensión o torsión menor.
La mayoría de las personas no pueden precisar la causa de su hernia de disco.
Algunas veces, el uso de los músculos de la espalda en lugar de los de las piernas y los
muslos para levantar objetos pesados puede generar una hernia de disco, al igual que
torcerse y girar mientras levantas objetos.
El tratamiento conservador (principalmente modificar las actividades para evitar
el movimiento que causa dolor y tomar medicamentos para el dolor) alivia los síntomas
en la mayoría de las personas en unos pocos días o semanas.
El médico podría sugerirte fisioterapia para aliviar el dolor. Los fisioterapeutas pueden
mostrarte posiciones y ejercicios diseñados para minimizar el dolor de una hernia de
disco.
I
J
K
L
Lesiones de Meniscos
Un menisco desgarrado es una de las lesiones de rodilla más comunes. Cualquier
actividad que haga que tuerzas o gires la rodilla con fuerza, especialmente al poner todo
tu peso sobre ella, puede dar como resultado un menisco desgarrado.
Cada rodilla tiene dos piezas de cartílago en forma de C que actúan como un
cojín entre el hueso de la espinilla y el hueso del muslo. Un menisco desgarrado causa
dolor, hinchazón y rigidez. También puedes sentir un bloqueo en el movimiento de la
rodilla y tener problemas para extenderla completamente.
Si te desgarraste el menisco, podrían pasar 24 horas o más hasta que aparezca el
dolor y la hinchazón, especialmente si el desgarro es pequeño. Es posible que
manifiestes los siguientes signos y síntomas en la rodilla:
Una sensación de chasquido
Hinchazón o rigidez
Dolor, especialmente al torcer o girar la rodilla
Dificultad para enderezar la rodilla completamente
Sensación de que la rodilla está trabada al tratar de moverla
Sensación de que la rodilla se afloja
Una rotura del menisco puede ser el resultado de cualquier actividad que haga
que te tuerzas o gires la rodilla con fuerza, como pivotes agresivos o paradas y giros
repentinos. Incluso arrodillarse, ponerse en cuclillas o levantar algo pesado a veces
puede provocar una rotura del menisco.
En los adultos mayores, los cambios degenerativos de la rodilla pueden
contribuir a la rotura del menisco con poco o ningún traumatismo.
Por lo general, el tratamiento para un menisco desgarrado comienza de forma
moderada en función del tipo, el tamaño y la ubicación del desgarro.
Los desgarros asociados con la artritis a menudo mejoran con el tiempo cuando
se trata la afección, por lo que la cirugía generalmente no está indicada. Muchos otros
desgarros que no están asociados con el bloqueo o con un bloqueo del movimiento de la
rodilla se volverán menos dolorosos con el tiempo, por lo que tampoco requieren
cirugía.
La fisioterapia puede ayudarte a fortalecer los músculos que rodean la rodilla y
también la musculatura de las piernas para ayudar a estabilizar y sostener la articulación
de la rodilla.
Lumbalgia
La columna vertebral es una columna de huesos (vértebras) que se mantienen
unidos con músculos, tendones y ligamentos, y están protegidos por discos
amortiguadores. Un problema en cualquier parte de la columna vertebral puede
provocar dolor de espalda. Para algunas personas, el dolor de espalda es simplemente
una molestia. Para otras, puede ser insoportable, e incapacitarlas. La mayoría de los
dolores de espalda — aun el dolor de espalda intenso — desaparece dentro de seis
semanas sin tratamiento. Generalmente no se necesita cirugía para el dolor de espalda y
solo se considera si otros tratamientos no son efectivos. Generalmente, el único síntoma
es el dolor en la zona lumbar.
Las personas pueden sufrir:
Áreas de dolor: espalda, músculos y huesos, cadera o pierna
Sensitivo: entumecimiento de las piernas o hormigueo
También comunes: disfunción de la articulación de la espalda o espasmos
musculares
Una causa frecuente de dolor de espalda es una lesión a un músculo (distensión)
o a un ligamento (esguince). Las distensiones y los esguinces pueden ocurrir por
muchos motivos, que incluyen levantar peso de forma inapropiada, mala postura y falta
de ejercicio de forma regular. Tener sobrepeso puede aumentar el riesgo de distensiones
y esguinces que afecten la espalda.
El dolor de espalda también puede ser el resultado de artritis y otros cambios en
la columna relacionados con la edad, de lesiones más graves, como fractura de vértebras
o ruptura de disco, y de algunas infecciones.
Estas son posibles causas del dolor de espalda:
Fibromialgia
Hernia de disco
Cálculos renales
Obesidad
Osteoartritis (enfermedad que causa la ruptura de las articulaciones)
Osteoporosis
Embarazo
Sacroilitis
Ciática
Escoliosis
Fracturas de columna
Estenosis del conducto vertebral
Esguinces
Diatermia capacitiva. Genera un efecto de endotermia de tal modo que al
aumentar el calor en profundidad consigue que aumente el riego sanguíneo relajando al
mismo tiempo el tejido muscular, la combinación de ambos factores multiplica su efecto
terapéutico, la fisioterapia con diatermia capacitiva resulta muy potente en el
tratamiento de la lumbalgia en todas sus fases.
Tens. El Tens de alta frecuencia combinado con el de baja frecuencia es una
terapia muy útil para conseguir que el paciente pueda en su domicilio controlar los
brotes de dolor. Son equipos muy sencillos y de uso domiciliario, si el fisioterapeuta
enseña a su paciente a utilizar el Tens correctamente te proporcionará un arma poderosa
que le permitirá reducir la sensación dolorosa.
Masaje. La realización de un masaje suave y relajante permitirá aliviar la sensación de
presión y dolor en la zona lumbar.
Ultrasonidos. El ultrasonido este es una terapia que utiliza la vibración del sonido para
provocar un efecto antiinflamatorio y calmante del dolor en la zona lumbar afectada, en
cierto modo genera un tipo de masaje vibratorio profundo transmitido por las ondas
sónicas.
Radarterapia. Es un modo de aplicar calor que en algunas ocasiones resulta eficaz, tiene
el inconveniente de que son las capas externas: la piel y el tejido graso los que se
calientan y absorbe más cantidad de energía.
Infrarrojos. La aplicación de calor externo bloquea parte de la señal el nervio trasmite y
produce un cierto efecto de relajación en la musculatura con lo cual se consigue un
cierto alivio del dolor y una relajación muscular.
Además de la aplicación en clínica de las diversas técnicas de fisioterapia hemos
de plantearnos que el paciente no tenga recidivas, para ello una vez que hayamos
conseguido un resultado positivo y el paciente se encuentre mejor, nuestra labor será la
de intentar corregir defectos posturales si los hubiera, proporcionar una serie de
ejercicios que fortalezcan y mejoren la resistencia de abdominales y musculatura
paravertebral, así como aconsejar al paciente que adopté un tipo de vida que le permita
verse libre de la insidiosa lumbalgia.
Metatarsalgia
Es el dolor en la región anterior del pie, provocado por la compresión de los
nervios situados entre los huesos metatarsianos de los pies. La lesión también puede
aparecer por la sobrecarga de la cabeza de los metatarsianos. En cualquier caso,
provocan un dolor que se intensifica al caminar o apoyar dicha zona del pie.
El paciente generalmente siente un dolor importante en el antepié, por lo general
en la región plantar, a veces confundido con artritis o fascitis plantar, pero también
puede ocurrir en la región dorsal del pie. Los síntomas de la Metatarsalgia pueden
comprender:
Dolor fuerte, continuo e intenso justo detrás de los dedos del pie.
Dolor que empeora cuando te pones de pie, corres, doblas el pie o caminas, en
especial descalzo sobre una superficie dura, y que mejora cuando descansas.
Dolor agudo o punzante, entumecimiento u hormigueo en los dedos del pie.
Sensación de tener una piedra en el zapato.
Los síntomas empeoran al caminar y al final de una jornada de trabajo de pie,
mejorando con el reposo. Debido al intenso dolor que siente el paciente, este trata de
caminar huyendo del dolor, soportando el peso sobre el pie bueno, y esta compensación
a largo plazo puede hacer que aparezcan otros síntomas como dolor de cadera o espalda.
La Metatarsalgia puede estar ocasionada por:
Uso de calzado inadecuado, estrecho, de tacón y punta estrecha
Sobrepeso
Envejecimiento, por pérdida de grasa plantar
Excesiva o inadecuada práctica deportiva
Alteraciones del pie: pie cavo, dedos en garra, juanete o dedo en martillo
Enfermedades Sistémicas: Diabetes: puede provocar la ulceración del pie,
Enfermedades reumáticas: gota, artritis o artrosis, Enfermedades vasculares,
Infecciones: como la artritis séptica.
El tratamiento para la metatarsalgia dependerá del tipo de dolor, y siempre de
menos a más, desde la aplicación de hielo y masaje con crema antiinflamatoria, terapia
física como ultrasonidos e infiltraciones. En ocasiones indicaremos la administración de
antiinflamatorios orales, cambiar o disminuir la actividad deportiva evitando giros e
impactos del pie sobre el terreno y usar calzado correcto. La cirugía sólo se utiliza en
los casos más graves.
El Podólogo, junto al Traumatólogo y Fisioterapeuta, son los especialistas
indicados para tratar esta dolencia.
N
Ñ
O
Osteoporosis
La osteoporosis hace que los huesos se debiliten y se vuelvan quebradizos, en tal
medida que una caída o incluso una leve tensión, como agacharse o toser, pueden causar
una fractura. Las fracturas por osteoporosis ocurren con mayor frecuencia en la cadera,
la muñeca o la columna vertebral.
P
Q
R
Rizartrosis
La rizartrosis es una forma de artrosis que afecta al pulgar de la mano, más
concretamente a la articulación trapecio-metacarpiana. Este proceso degenerativo-
artrósico se caracteriza por una inflamación crónica, y se debe al desgaste y
envejecimiento del cartílago entre el primer hueso metacarpiano y el trapecio. Las
mujeres son las más afectadas por esta enfermedad.
Los síntomas que caracterizan esta forma de artrosis son principalmente dolor
continuo e intenso en la base del pulgar. Le siguen los siguientes síntomas, típicos de la
enfermedad:
Hinchazón de la base del pulgar.
Dificultad para realizar gestos manuales (por ejemplo, abrir una lata).
Sensación de rigidez en la articulación trapecio-metacarpiana.
Producción de ruidos anómalos durante el movimiento de la articulación.
La rizartrosis se produce generalmente con la edad avanzada, de hecho, la
principal causa de la rizartrosis está relacionada con el envejecimiento de la
articulación, y el consiguiente desgaste del cartílago en la zona trapecio-metacarpiana
de la base del pulgar. Otras veces, las causas pueden ser fracturas articulares previas.
Es muy importante abordar una lesión de este tipo cuanto antes para poder frenar
la progresión y ya no poder hacer nada más que un tratamiento paliativo.
Cuando nos encontramos con la lesión en un primer estadio los objetivos
principales son disminuir la inflamación y aliviar el dolor. Algunos de los métodos
utilizados para esto son:
Colocación de hielo 15 minutos 3 veces al día.
Movilizaciones de la articulación suaves, también se deben realizar
movilizaciones de la muñeca y dedos.
Estiramientos suaves, insistiendo en los flexores.
Masaje de toda la musculatura.
Colocación de vendaje funcional que limite los movimientos del pulgar para
darle descanso.
Una vez que hemos conseguido bajar la inflamación, continuamos con el
tratamiento anterior y comenzamos con ejercicios de fortalecimiento de los extensores
del pulgar. Es importante insistir en el fortalecimiento de extensores y estiramiento de
flexores, se notará una mejoría importante. Al principio de la lesión no se deben de
hacer los ejercicios de fortalecimiento para no provocar más presión y roce sobre la
articulación.
En el caso de que solo podamos realizar un tratamiento paliativo será muy similar a lo
anterior.
Colocación de calor para aliviar el dolor en la articulación, Ultrasonidos, Masaje a toda
la musculatura, Estiramientos, Movilizaciones del pulgar en todas las direcciones,
Ejercicios de fortalecimiento. (como los siguientes): Abrir y cerrar la mano con fuerza,
Apretar una pequeña pelota, Apretar el pulgar con cada uno de los dedos por 5
segundos, Llevar el dedo a aducción y abducción. El fisioterapeuta puede resistir el
movimiento, Elevar el pulgar con las manos extendidas sobre una mesa, Vendaje
neuromuscular.
Sacroileítis
La sacroileítis es la inflamación de una o ambas articulaciones sacroilíacas. Estas
dos articulaciones están ubicadas donde el sacro (la última sección triangular de la
columna vertebral) se articula con el ilion (una parte de la pelvis).
La sacroileítis es una fuente común de dolor lumbar o dolor en las nalgas o los
muslos. A menudo es difícil de diagnosticar ya que muchas otras afecciones causan
dolor en los mismos lugares.
Los síntomas comunes de la sacroileítis incluyen dolor que:
Ocurre en la parte baja de la espalda, las nalgas, la cadera o el muslo.
Empeora después de largos períodos de estar sentado o de pie, o al levantarse de
una silla.
Empeora después de girar las caderas.
Se siente agudo o punzante, o sordo y dolorido.
Tendinitis. Los tendones del manguito de los rotadores pasan por debajo de una zona
ósea en su camino hasta fijarse a la parte superior del hueso del brazo. Cuando estos
tendones se inflaman, pueden resultar más hinchados sobre esta área durante los
movimientos del hombro. Algunas veces, un espolón óseo puede estrechar el espacio
aún más.
Desgarros. Los desgarros del manguito de los rotadores pueden ocurrir de dos maneras:
Un desgarro repentino o agudo puede suceder cuando usted se cae sobre su brazo
mientras está estirado. También puede suceder después de un movimiento súbito de un
tirón al tratar de levantar algo pesado.
Un desgarro crónico del tendón del manguito de los rotadores ocurre lentamente
con el tiempo. Es más probable cuando usted tiene tendinitis crónica o síndrome de
pinzamiento. En algún momento, el tendón se desgasta y se rompe.
Siga las instrucciones de su proveedor sobre cómo cuidar de su problema del
manguito de los rotadores en casa. Hacer esto puede ayudarle a aliviar los síntomas para
que pueda regresar a los deportes u otras actividades.
Tendinitis. Es probable que su proveedor le aconseje descansar el hombro y
evitar las actividades que le causen dolor. Otras medidas incluyen:
Compresas de hielo aplicadas en el hombro 20 minutos a la vez, de 3 a 4 veces por día
(proteja la piel envolviendo la compresa de hielo en una toalla limpia antes de aplicarla)
Tomar medicamentos, como ibuprofeno y naproxeno, para ayudar a reducir la
hinchazón y el dolor. Evitar o reducir actividades que causen o empeoren sus síntomas.
Fisioterapia con el fin de estirar y fortalecer los músculos del hombro. Medicamento
(corticosteroide) inyectado en el hombro para reducir el dolor y la hinchazón. Cirugía
(artroscopia) para eliminar el tejido inflamado y parte del hueso que está sobre el
manguito de los rotadores con el fin de aliviar la presión sobre los tendones.
Desgarros. El ejercicio y la fisioterapia pueden servir con un desgarro parcial si
usted normalmente no tiene mucha exigencia sobre el hombro.
Si el manguito de los rotadores ha tenido un desgarro completo, se puede
necesitar cirugía para reparar el tendón. La cirugía también se puede necesitar si los
síntomas no mejoran con otro tratamiento. La mayoría de las veces, se puede usar la
cirugía artroscópica. Los desgarros grandes pueden requerir una cirugía abierta (una
cirugía con una incisión más grande) para reparar el tendón roto.
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