TB Ii
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ALUMNO
Claudio Cabral da Silva Filho
Según la Guía de Consulta de los Criterios Diagnósticos del DSM-5 TM de American Psychiatric
Association, define el Trastorno Bipolar como una alteración importante y persistente del estado de
ánimo que predomina en el cuadro clínico y que se caracteriza por un estado de ánimo elevado,
expansivo o irritable, con o sin estado de ánimo deprimido, o disminución notable del interés o
placer por todas o casi todas las actividades.
• Trastornos mentales preexistentes: Las personas que tienen trastornos mentales como la
depresión mayor o el trastorno de estrés postraumático tienen un mayor riesgo de desarrollar
trastorno bipolar.
• Edad de inicio temprana: El trastorno bipolar es más común en las personas que tienen su
primer episodio a temprana edad.
• Historial de trastornos del ánimo: Las personas que han tenido episodios de depresión
mayor o trastornos afectivos estacionales tienen un mayor riesgo de desarrollar trastorno
bipolar.
Es importante tener en cuenta que muchas personas con trastorno bipolar no presentan todos estos
factores de riesgo y que no todas las personas con estos factores de riesgo desarrollarán trastorno
bipolar.
EPIDEMIOLOGÍA
Afecta a más del 1% de la población mundial, independientemente de su nacionalidad, origen étnico
o nivel socioeconómico. El trastorno bipolar es una de las principales causas de discapacidad entre
los jóvenes, lo que provoca deterioro cognitivo y funcional y eleva la mortalidad, en particular la
muerte por suicidio. Una alta prevalencia de comorbilidades psiquiátricas y médicas es típica en los
individuos afectados. El 0,5% pertenece al Trastorno Bipolar de Tipo II. La prevalencia de en
personas mayores de 65 años que se encuentran en la comunidad se estima en el 0,1% y el 1%.
Cuando se trata de adultos mayores residentes en asilos se eleva casi al 10% y constituye del 5% al
15% de las internaciones psiquiátricas.
DIAGNÓSTICO DSM 5
Para un diagnóstico de trastorno bipolar II, es necesario que se cumplan los criterios siguientes para
un episodio hipomaníaco actual o pasado y los criterios siguientes para un episodio de depresión
mayor actual o pasado:
Episodio Hipomaníaco.
A) Un período bien definido de estado de ánimo anormalmente y persistentemente elevado,
expansivo o irritable, y un aumento anormal y persistente de la actividad o la energía, que
dura como mínimo cuatro días consecutivos y está presente la mayor parte del día, casi
todos los días
B) Durante el período de alteración del estado de ánimo y aumento de la energía y la actividad,
han persistido tres (o más) de los síntomas siguientes (cuatro si el estado de ánimo es sólo
irritable), representan un cambio notorio del comportamiento habitual y han estado presentes
en un grado significativo:
1. Aumento de la autoestima o sentimiento de grandeza.
2. Disminución de la necesidad de dormir (p. ej., se siente descansado después de sólo tres
horas de sueño).
3. Más hablador de lo habitual o presión para mantener la conversación.
4. Fuga de ideas o experiencia subjetiva de que los pensamientos van a gran velocidad.
5. Facilidad de distracción (es decir, la atención cambia demasiado fácilmente a estímulos
externos poco importantes o irrelevantes), según se informa o se observa.
6. Aumento de la actividad dirigida a un objetivo (social, en el trabajo o la escuela, o sexual)
o agitación psicomotora.
7. Participación excesiva en actividades que tienen muchas posibilidades de consecuencias
dolorosas (p. ej., dedicarse de forma desenfrenada a compras, juergas, indiscreciones
sexuales o inversiones de dinero imprudentes).
C) El episodio se asocia a un cambio inequívoco del funcionamiento que no es característico
del individuo cuando no presenta síntomas.
D) La alteración del estado de ánimo y el cambio en el funcionamiento son observables por
parte de otras personas.
E) El episodio no es suficientemente grave para causar una alteración importante del
funcionamiento social o laboral o necesitar hospitalización. Si existen características
psicóticas, el episodio es, por definición, maníaco.
F) El episodio no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga,
un medicamento u otro tratamiento).
Nota: Un episodio hipomaníaco completo que aparece durante el tratamiento antidepresivo (p. ej.,
medicación, terapia electroconvulsiva) pero persiste en un grado totalmente sindrómico más allá del
efecto fisiológico de ese tratamiento es prueba suficiente de un episodio hipomaníaco. Sin embargo,
se recomienda precaución porque uno o dos síntomas (particularmente el aumento de la
irritabilidad, nerviosismo o agitación después del uso de antidepresivos) no se consideran
suficientes para el diagnóstico de un episodio hipomaníaco, ni indican necesariamente una diátesis
bipolar
Episodio de depresión mayor.
A) Cinco (o más) de los síntomas siguientes han estado presentes durante el mismo período de
dos semanas y representan un cambio del funcionamiento anterior; al menos uno de los
síntomas es (1) estado de ánimo deprimido o (2) pérdida de interés o de placer. Nota: No
incluir síntomas que se pueden atribuir claramente a una afección médica.
1. Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días, según se desprende
de la información subjetiva (p. ej., se siente triste, vacío o sin esperanza) o de la observación
por parte de otras personas (p. ej., se le ve lloroso). (Nota: En niños y adolescentes, el estado
de ánimo puede ser irritable.)
2. Disminución importante del interés o el placer por todas o casi todas las actividades la
mayor parte del día, casi todos los días (como se desprende de la información subjetiva o de
la observación).
3. Pérdida importante de peso sin hacer dieta o aumento de peso (p. ej., modificación de más
del 5% del peso corporal en un mes) o disminución o aumento del apetito casi todos los días.
(Nota: En los niños, considerar el fracaso para el aumento del peso esperado.)
4. Insomnio o hipersomnia casi todos los días.
5. Agitación o retraso psicomotor casi todos los días (observable por parte de otros; no
simplemente la sensación subjetiva de inquietud o enlentecimiento).
6. Fatiga o pérdida de la energía casi todos los días.
7. Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada (que puede ser delirante)
casi todos los días (no simplemente el autorreproche o culpa por estar enfermo).
8. Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o de tomar decisiones, casi todos
los días (a partir del relato subjetivo o de la observación por parte de otras personas.
9. Pensamientos de muerte recurrentes (no sólo miedo a morir), ideas suicidas recurrentes
sin un plan determinado, intento de suicidio o un plan específico para llevarlo a cabo.
B) Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u
otras áreas importantes del funcionamiento.
C) El episodio no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia o de otra afección
médica.
D)
Nota: Los Criterios A–C anteriores constituyen un episodio de depresión mayor.
Nota: Las respuestas a una pérdida significativa (p. ej., duelo, ruina económica, pérdidas debidas a
una catástrofe natural, una enfermedad o discapacidad grave) pueden incluir el sentimiento de
tristeza intensa, rumiación acerca de la pérdida, insomnio, pérdida del apetito y pérdida de peso
descritas en el Criterio A, que pueden simular un episodio depresivo. Aunque estos síntomas pueden
ser incomprensibles o considerarse apropiados a la pérdida, también se debería considerar
atentamente la presencia de un episodio de depresión mayor además de la respuesta normal a una
pérdida significativa. Esta decisión requiere inevitablemente el criterio clínico basado en la historia
del individuo y en las normas culturales para la expresión del malestar en el contexto de la pérdida.
Trastorno bipolar II.
A) Se han cumplido los criterios al menos para un episodio maníaco (Criterios A–F en
“Episodio maníaco” más adelante) al menos para un episodio de depresión mayor (Criterios
A–C en “Episodio de depresión mayor” antes citados).
B) Nunca ha habido un episodio maníaco.
C) La aparición del episodio(s) hipomaníaco(s) y de depresión mayor no se explica mejor por
un trastorno esquizoafectivo, esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, un trastorno de
ideas delirantes, u otro trastorno del espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos
especificados o no especificados.
D) Los síntomas de depresión o de incertidumbre causados por la alternancia frecuente de
períodos de depresión e hipomanía provocan malestar clínicamente significativo o deterioro
en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
PRONOSTICO
El pronóstico depende de la frecuencia con que aparezcan los episodios depresivos y maníacos, ya
que sus reiteraciones repercuten negativamente en el destino psiquiátrico del paciente.
Pero, aparece habitualmente durante la edad adulta, aunque es muy variable. También hay casos de
manifestación temprana en la niñez y otros casos en los que la enfermedad comienza a provocar
síntomas a una edad avanzada.
Muchas veces el diagnóstico se demora largo tiempo porque los síntomas no son reconocidos como
patológicos o son achacados a cambios del estado de ánimo correspondientes a la situación vital de
la persona en ese momento. Precisamente, el diagnóstico tardío es una de las situaciones más
comunes y que más afectan al enfermo en su pronóstico, sobre todo cuando la enfermedad debuta
durante la adolescencia. El motivo fundamental es la alteración del desarrollo social normal.
Durante la adolescencia el paciente aún no ha finalizado sus estudios y es la edad en las que se
suelen iniciar las relaciones sentimentales.
Cuando la enfermedad está correctamente diagnosticada y tratada el enfermo puede llevar una vida
perfectamente normal y productiva, con un riesgo de recaída bastante bajo. Por el contrario, sin la
correcta medicación, la enfermedad seguirá su curso natural y empeorará. A medida que pase el
tiempo los episodios serán más frecuentes y las fases de manía serán más severas
Uno de las causas más frecuentes de muerte entre los enfermos bipolares sin tratar es
el suicidio que puede llegar a afectar al 9-15% de los afectados. Durante las fases de depresión, los
pacientes de trastorno bipolar, al igual que aquellas personas que sufren depresión mayor piensan en
el suicidio, planean cómo y cuando lo harían. Es importante no dejar solas a estas personas ya que
muchos pacientes intentan ir más allá. Con la constante presencia de los familiares o de personal
especializado puede evitarse el fatal desenlace.
Entre las fases de manía y depresión la mayoría de los pacientes no sufren ningún síntoma, etapas
que se denominan eutimia y que pueden prolongarse durante años. Pero cerca de un tercio de los
enfermos sí sufren 'síntomas residuales' y hay un pequeño porcentaje de pacientes cuyos síntomas
no remiten a pesar de la medicación.
TRATAMIENTO
La meta del tratamiento es dar una respuesta adecuada a ambas fases de la enfermedad (manía y
depresión), prevenir la frecuencia y mejorar la calidad de vida entre episodios. Las intervenciones
psicosociales estructuradas se han validado como un medio efectivo de contribuir a la mantención
de la adherencia al tratamiento y prevenir recaídas.
El manejo psicofarmacológico es condición fundamental pero no única. Los fármacos incluyen a los
que disminuyen la sintomatología afectiva, los que previenen el episodio agudo, y los que son
complemento en distintas circunstancias clínicas en el curso de la enfermedad.
Fármacos:
• Estabilizadores del ánimo: Litio, Acido Valproico, Carbamazepina, Lamotrigina,
Oxcarbazepina.
• Antipsicóticos típicos: Haloperidol
• Antipsicóticos atípicos: Risperidona, Clozapina, Olanzapina
• Benzodiacepinas: Clonazepan y Lorazepan
Terapia electroconvulsiva
La terapia electroconvulsiva (TEC) es probablemente el tratamiento más eficaz para los episodios
agudos, tanto maníacos como depresivos. Por la complejidad que requiere, y, en ocasiones, por
estigmas poco científicos, se suele reservar para situaciones especiales, como los cuadros más
graves (depresión psicótica, catatonía, manía confusa), los resistentes o aquellos en los que puede
estar contraindicado el uso de psicofármacos, como puede ser a veces el primer trimestre del
embarazo. La TEC de mantenimiento está menos estudiada, pero puede ser una alternativa en
pacientes con ciclación continua que no respondan a los tratamientos farmacológicos de
combinación.
Psicoterapia
Aunque la farmacoterapia es la piedra angular del tratamiento, la psicoterapia tiene un papel
adyuvante de gran importancia. El tratamiento psicoterapéutico adecuado prolonga los períodos de
estabilidad, puede tratar algunos síntomas leves, así como algunas enfermedades comórbidas, y
mejora la aceptación de la enfermedad, el cumplimiento terapéutico y el pronóstico de la
enfermedad. De entre los distintos abordajes, la psicoeducación, la psicoterapia cognitivo-
conductual, y la terapia familiar son los que han demostrado eficacia.
CONCLUSIÓN
La evidencia científica en la psiquiatría contemporánea, ha demostrado que resulta una patología
que exige sumo interés en el campo de la investigación por el alto grado de discapacidad que
provoca. Existe un enorme debate con relación a su exacta prevalencia y su correcto diagnóstico y
curso evolutivo. En resumen, el clínico debe tener en mente el concepto de bipolaridad en el
momento de evaluar un episodio depresivo, sea único o recurrente, aun cuando el paciente no haya
presentado un episodio de manía. El pasar por alto estos conceptos, ha originado que las estrategias
terapeúticas empleadas no sean las más adecuadas y eficaces y que con frecuencia el diagnóstico
sea tardío, menguando así las funciones cognoscitivas y disminuyendo la calidad de vida del
paciente. En este sentido, los actuales sistemas nosográficos permiten unificar criterios entre los
distintos profesionales de la salud a fin de lograr definir de manera adecuada una entidad clínica,
para realizar un diagnóstico precoz y oportuno.
REFERENCIAS
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(Asociación Estadounidense de Psiquiatría); 2013. http://www.psychiatryonline.org.