Proyecto Jeshua Esmeral
Proyecto Jeshua Esmeral
Proyecto Jeshua Esmeral
Escuela Canaima
Caracas
EL PROBLEMA
Por más de un siglo, hubo una política que, por acción o inacción, contribuyó al saqueo
de los recursos naturales y minerales de Venezuela, que redujo a los pueblos mineros a
pueblos fantasmas, en condiciones miserables de vida y con diversos pasivos
ambientales. A pesar de que el Libertador Simón Bolívar siempre instruyó que las minas
son propiedad de la República, algunos Gobiernos de derecha hicieron una repartición,
a diestra y siniestra, de territorios y minas (algunos con carácter sucesoral) a
trasnacionales y particulares. Estas concesiones del derecho minero degeneraron en
conflictos de uso de la tierra e irreversibles impactos ambientales en espacios
protegidos, prístinos, ceremoniales y de asiento de comunidades indígenas.
Con la llegada de Hugo Chávez al poder, diversas acciones de carácter sociopolítico e
iniciativas legislativas fueron impulsadas por el Estado venezolano para regularizar o
concluir aquellas prácticas que resultaban lascivas de cara a los intereses sociales,
ambientales, económicos, culturales de las localidades con fuerte arraigo minero,
afectando de igual manera el ejercicio de la soberanía y defensa del territorio nacional y
su patrimonio. Pero el resultado de estos esfuerzos fue insuficiente producto del
desconocimiento de la cultura minera.
Tras varios aprendizajes con el Plan Caura, la Reconversión Minera y la Misión Piar, el
Estado venezolano asumió la función como regulador y fiscalizador del régimen
socioeconómico, bajo un enfoque fundamentado en la productividad, protección del
ambiente, sustentabilidad, libre competencia, justicia y equidad social, entre otros
principios que se extendieron a todas las actividades económicas. El nuevo modelo de
producción, basado en la diversificación, demandaba de una configuración distinta.
En agosto del año 2012, el comandante Hugo Chávez Frías presentó ante el país su
visión de configurar el arco del Orinoco como un gran eje de transformación económica
en las áreas agrícola, industrial, pesquera, minera, petrolera, petroquímica y energética
nacional, exponiendo que al norte del río Orinoco se encuentra la Faja Petrolífera del
Orinoco, y al sur la Faja Industrial Minera de Guayana.
Con su gran visión humanista, el líder Hugo Chávez dejó una guía para construir un
modelo económico productivo a corto, mediano y largo plazo, con un marco legal
apropiado, que garantizara el aprovechamiento integral de las grandes riquezas
naturales, pero respetando el ambiente y a las poblaciones de las zonas mineras,
criollas e indígenas.
Esta zona estratégica es parte esencial del Motor Minero, uno de los quince motores
que conforman la Agenda Económica Bolivariana lanzada en enero de 2016 por el
presidente Nicolás Maduro, para impulsar el crecimiento y el desarrollo económico de
la nación y romper con el rentismo petrolero del cual ha dependido tradicionalmente
Venezuela. El compromiso de Venezuela expresado en la Agenda Económica
Bolivariana, es invertir la riqueza de la mina para estimular materias primas de la
agricultura y de la industria, para fortalecer la prosperidad nacional.
Bajo la regulación y autorización del Estado venezolano, esta zona especial tiene como
propósito estimular las actividades sectoriales asociadas a la explotación de los
recursos minerales del país, con la participación de empresas privadas, públicas y
mixtas, así como la participación de pequeños mineros, con criterios de soberanía y
responsabilidad ambiental.
En otras palabras, la zona estratégica de desarrollo denominada arco minero del orinoco,
constituye un área con altos niveles de vulnerabilidad ambiental, pues a sus alrededores
cuenta con una extensión territorial de flora, fauna silvestre, bosques, recursos hídricos,
naturales entre otros, espacios que oxigenan al país y al globo terráqueo; así como
también, pueden atentar contra los pueblos indígenas que por siglos han coexistido en
estos territorios como le nombran la madre tierra, lo que afectaría los procesos naturales de
Desde el año 2016 una
supervivencia de estas poblaciones en primera instancia.
decisión del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela
ha dispuesto de la totalidad de 111.843 kilómetros cuadrados
para la explotación de minerales, decisión que ha puesto en
peligro la biodiversidad de la Amazonía venezolana y la vida de
las comunidades indígenas de la zona. Esta área es tan grande
como la extensión total de países como Cuba, Corea del Sur,
Austria, República Checa o Suiza. El 24 de febrero de 2016 se
creó la llamada Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco
Minero del Orinoco (AMO), en una superficie de terreno que
equivale al 12,2% del territorio nacional. Esta zona se
encuentra en el margen sur del río Orinoco, la principal fuente
de agua del país, donde habitan 54.686 personas indígenas,
según el último censo del año 2011, y una gran biodiversidad
ecológica que tras esta decisión se encuentra bajo amenaza.
CAPITULO II
MARCO TEÓRICO
Objetivo nacional
3.1.15.3. Duplicar las reservas minerales de bauxita, hierro, coltán (niobio y tantalita),
níquel, roca fosfórica, feldespato y carbón, con la certificación de los yacimientos
ubicados en el Escudo de Guayana, Cordillera de los Andes, Sistema Montañoso del
Caribe y la Sierra de Perijá.
3.1.15.4. Duplicar las reservas minerales de oro y diamante con la certificación de los
yacimientos ubicados en el Escudo de Guayana, para su utilización como bienes
transables para el fortalecimiento de las reservas internacionales.
Objetivo nacional