Sentencia Con Pespectiva de Genero Cordoba
Sentencia Con Pespectiva de Genero Cordoba
Sentencia Con Pespectiva de Genero Cordoba
En la ciudad de Córdoba, a los dieciocho días del mes de junio del año dos mil veintiuno,
siendo día y hora de audiencia en estos autos caratulados: “D., M. C. C/G. S.A.I.C.I. –
Mariana Ledesma, y por ante el actuario. De los que resulta que a fs. 1/6 comparece la Sra.
M. C. D., DNI N° XXX, a fin de promover formal demanda en contra de “G. S.A.I.C.I.”,
con domicilio en calle R.I Nº XXX de esta ciudad de Córdoba, pretendiendo el pago de los
conceptos y montos que detalló en la planilla de fs. 6. Señala que ingresó a trabajar a las
recibiendo queja alguna, y cumpliendo sus deberes con corrección, lealtad y buena fe. Que
fecha en que fue despedida sin causa. Relata que prestaba tareas en la sucursal 36, que se
encuentra en calle R.I XXX de esta ciudad, en el horario de lunes a viernes de 08.30 a
18.00 hs., y sábados de 08.00 a 15.00 hs., estando registrada dentro de la categoría
Vendedor B del CCT 130/75; y que su principal tarea era la venta de productos
electrodomésticos para clientes que ingresan al local, y que además realizaba tareas de
trabajo, cambio que aceptó por temor a perder su fuente de trabajo. Destaca que este
se le ordena mantener sesiones semanales y reposo laboral por el término de 20 días, por
encontrarse en proceso psicoterapéutico; que a partir de ese día comenzó su licencia por
periódicamente presentaba los certificados extendidos por su médico particular. Relata que
incorpora a sus tareas habituales definitivamente el 13.02.2016. Que, a los tres días de su
S. R. junto al gerente zonal Sr. M.P., la llevaron a un café próximo al lugar de trabajo,
específicamente Bar Bonafide sito en calle 9.de J. 75, y la dejan para que converse con el
Sr. C.P.J. Que, luego de sentarse, comenzó sus tratativa de intentar convencerla para que
renuncie y, a cambio, le ofrecía una suma de dinero. Asevera que ella se negó rotundamente
imprescindible para vivir con su familia. Que finalmente, ante su negativa, la despidieron
arbitrariamente. Manifiesta que la demandada era consciente que si la despedía sin causa
tendría que asumir los costos de las indemnizaciones nacientes de dicho acto. Advierte que
bis, CN; y argumenta profusamente en tal sentido, resaltando que la maniobra rupturista y
arbitraria perpetrada por la demandada es clara y evidente, dado que hasta la fecha en que
normalidad, mientras que luego del alta médica sólo trabajó cuatro días y en forma
intempestiva y arbitraria su empleadora la despide. Subraya que la única alteración o
novedad que había sufrido su relación fue su enfermedad. Que luego tomó conocimiento
que se trata de “una política” de G. Precisa que a los fines del cálculo de los rubros
reclamados, corresponde tomar como base de cálculo la suma de $31.170,65 por ser dicho
importe la MRMNH. Reclama, conforme aclara a fs. 9, las siguientes indemnizaciones: por
diferencia sustitutiva de preaviso, por despido discriminatorio, art. 2 de la ley 25.323 y del
art. 80, LCT. Funda en derecho su demanda, y hace reserva del caso federal y de casación.
Admitida la demanda por el Sr. Juez de Conciliación, se fijó audiencia a tales fines, la cual
apoderado, Dr. D.M.B. En tal oportunidad, la accionante ratificó la demanda en todos sus
términos solicitando se haga lugar a la misma con intereses y costas; la demandada contestó
memorial glosado a fs. 19/22, la accionada en primer término negó puntualmente todos y
trabajo rotativo habitual de ocho horas diarias o cuarenta y ocho semanales, gozando de
francos. Refiere que la jornada de trabajo era distribuida por la Gerencia de la sucursal; y
que la demandante gozaba además durante la jornada laboral de varios lapsos de refrigerio,
uno al mediodía y otros dos distribuidos uno por la mañana y uno por la tarde, de treinta
Sostiene que en tales circunstancias, la actora dejó de prestar tareas a partir de abril de 2015
presentando un certificado médico suscripto por el Dr. S, solicitando una carpeta médica
psiquiátrica. Que dicha licencia se renovó sucesivamente por el término de un año; y que al
momento de cumplirse ese plazo el médico tratante de la actora le otorgó el alta médica y se
reincorporó a prestar tareas. Que se mantuvo bajo licencia médica durante doce meses,
decidió, mediante telegrama OCA Nº 4YA80588078, haciendo uso de los derechos que le
confiere el artículo 245, LCT, extinguir el vínculo laboral con la accionante. Relata que,
dentro del plazo de ley, se le abonó su liquidación final conforme detalle que obra a fs. 20
mandante hizo uso de las atribuciones que le confiere el art. 245, LCT, sin que exista trato
discriminatorio alguno, sino el solo uso de las atribuciones que le confiere el art. 210, LCT.
Afirma la improcedencia de los rubros reclamados. Hace reserva del caso federal. Abierta
la causa a prueba, la actora la ofreció a fs. 25/27 consistente en: confesional, documental,
pericial psiquiátrica y presuncional. Por su parte, la demandada ofreció la suya a fs. 70/71 y
vista de la causa y alegatos, quedando en estado de ser resueltos. En este estado, la Sra.
Vocal de Cámara Dra. Patricia Mariana Ledesma se planteó una única cuestión a resolver:
litis en los términos supra expuestos, cabe destacar que las partes intervinientes en el
proceso acuerdan acerca de la existencia de una relación laboral que unió a la actora, M. C.
D., con la demandada “G. S.A.I.C.I.” (en adelante, G.), así como respecto ciertas
circunstancias que rodearon la extinción del vínculo. Ello, desde que mientras la actora
sostiene que su despido fue arbitrario y discriminatorio, por lo que reclama las
memorial de responde que encuadra en las previsiones del art. 245, LCT, su decisión
partes al proceso, a fin de valorarlos a la luz del derecho y bajo las reglas de la sana crítica
racional (art. 63 in fine, L.P.T.) y verificar a cuál de las partes asiste la razón. A fs. 90/92 el
Banco Santander Río informa que “la Cuenta Única Nº XXX, con fecha de apertura el
(DNI XXX)”, y que remite “planilla de la que surge el detalle de sumas acreditadas por
parte de la firma G., a favor de la cuenta mencionada, durante el período Enero 2014 /
Febrero 2016, en concepto de haberes”. A fs. 97 se glosa audiencia a los fines que la
documentación: los elementos de prueba documental ofrecida al punto 2.2 a 2.11 inclusive
del presente escrito, según corresponda en función del art. 289 y siguientes del Código
Civil, a la cual compareció el apoderado de la actora, Dr. G.D.L, y por la parte demandada
G. lo hizo su apoderado Dr. D.M.B. Previa espera de ley, abierto el acto por SS y concedida
los telegramas ofrecidos al punto 2.2) al 2.7). Que reconoce la recepción de los certificados
certificados médicos ofrecidos como prueba documental bajo el punto 2.9) y 2.10). Que
reconoce los recibos de haberes ofrecidos como prueba bajo el punto 2.11). Concedida la
palabra al apoderado de la actora dijo: Que nada tiene para manifestar. Seguidamente y ante
la presencia de las mismas partes se procede a recepcionar la audiencia a los fines del
acompañado como prueba Documental 2.12). Previa espera de ley, abierto el acto por SS y
contenido por no haber sido producido por su mandante. Concedida la palabra al apoderado
de la actora dijo: Que atento al desconocimiento solicita que subsidiariamente sea
la audiencia a los fines que la demandada exhiba la siguiente documental: 5.1) recibos de
pago de haberes de la actora por el término de duración de la relación laboral, 5.2) libro
especial del artículo 52 de la Ley de Contrato de Trabajo, 5.3) legajo personal de la actora,
dijo: Que exhibe los recibos de haberes ofrecidos como prueba documental cuyas copias
AFIP del trabajador. Asimismo acompaña para agregar a autos, copia de la resolución Nº
624 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social por la cual se autoriza a su representada a
centralizar toda su documentación laboral en la sede social de la empresa; como así también
acompaña copia para agregar a autos de la Resolución Nº 053/98, por la que se autoriza a
microfilmación, motivo por los cuales se exime de exhibir tal libro en esta instancia
dijo: Que atento la falta de exhibición de la totalidad de los recibos de haberes, del legajo
personal de la actora, y del libro del art. 52, solicita se apliquen los apercibimientos y
prueba se encuentra firme y consentido por las partes, por lo que la demandada debió
documental en los puntos 1), 7), y 8), según corresponda en función del art. 289 y
siguientes del Código Civil. Previa espera de ley, abierto el acto por SS y concedida la
dijo: Que nada tiene que manifestar. A fs. 104/138 y 162/163 se glosa el informe pericial
resalta en particular que el profesional hizo saber que la demandada lleva en legal forma la
verificar en los asientos del libro del art. 52 LCT de G. S.A. cantidad de empleados que en
los últimos 24 meses registran licencias por enfermedad, debiendo indicar los casos en que
luego fueron desvinculados en los seis meses subsiguientes a sus respectivas altas médicas.
El Sr. perito Oficial deberá solicitar los legajos personales correspondientes a los casos
detectados para su presentación al Tribunal a cargo de V.S.”. A fs. 140/148 el correo OCA
Sra. M. C. D., acompañada de sus letrados Dres. G.D.L y A.C., y por la demanda lo hizo su
letrado apoderado Dr. D.M.B. En tal oportunidad, luego que las partes renunciaran a sus
M.G.G.C, E.S. R, A. M.L. y A.R.L.. En primer término, la Sra. G.S. dijo que conoce a la
actora porque fueron compañeras de trabajo en la sucursal de R.I de G., desde el 2007 al
2015, cuando dejó de trabajar porque la despidieron. Relató que tenía las mismas tareas y
horario que la actora: venta, limpieza, reposición, créditos; que al final de la relación hacía
de todo un poco al haber reducido el personal; que no sabe por qué se dio la reducción de
personal. Recordó que en la sección de ventas eran muchísimos empleados cuando ingresó
y al último eran poquísimos; que cada tanto se hacía un despido masivo. Afirmó que
muchas de las personas despedidas fueron quienes habían sacado carpeta psiquiátrica. Hizo
saber que eso es lo que le pasó a ella. Explicó que cuando volvió de una carpeta médica la
despidieron; que cree que fue después de junio de 2015. Dijo que su médica se llamaba
“M.”; que los médicos que le mandaba la empresa iban rotando; que su médica fue quien le
dio el alta; que ella la presentó; que la demandada también le tenía que dar el alta; que G.
no tuvo objeción cuando presentó el alta. Dijo que el Gerente M.P. la llamó arriba y le pasó
un llamado telefónico del Sr. P. quien habló con ella por teléfono para que renunciara; que
despido; que la hizo controlar y que faltaba muy poco, pero estaba bien. Agregó que tiene
porque mientras estaba de licencia recibía muchas cartas documento para que volviera a
trabajar o que de lo contrario la iban a despedir; que estuvo con náuseas, vómitos; que
estaba mal de la cabeza porque trabajaba bajo mucha presión. Interrogada por la parte
actora, precisó que desde que se presentó a trabajar y la despidieron, cree que pasó una
semana. Agregó que muchos compañeros tenían licencia médica; que cuando volvían se
iban a un bar en la galería del lado y venía P. de Buenos Aires; que ellos no saben bien que
cargo tenía, pero que ellos sabían que el que llamaba P. estaba echado; que si no arreglaba,
lo echaban. Que eso les pasó a S.C, a P.G. a C.P -que tenía una enfermedad de artritis-, a
M. de los Á. Preguntada por la demandada, manifestó que después del alta de G. no tuvo
más tratamiento ya que no lo necesita. Estimó que, en realidad los acuerdos eran despidos
literalmente, ya que eran una amenaza: si arreglaban bien te damos esto, si no, se los
despedía. Que en G. nadie se iba por su cuenta, que de allí “te ibas o te iban”; que conoce
una sola persona que se fue por su cuenta. Resaltó que sufrían mucha presión, que iba
aumentando porque cada vez eran menos empleados, y tenían que estar en crédito, ir al
depósito para bajar la mercadería para mostrar, luego volverla a su lugar, y así. Agregó que
el salón de ventas era el más grande que había en Córdoba, y tenían un piso arriba y
comedor. A su turno, el Sr. M. dijo que es empleado de G. y que conoce a la actora porque
trabajó con ella en la misma sucursal; que en ese momento él era gerente de sucursal; que
R.I. Recordó que cuando él llegó a la sucursal la Sra. D. ya trabajaba ahí; que ella tuvo
licencia Psiquiátrica; que no recuerda durante cuánto tiempo, pero sí que fue prolongada y
empleada; indicó que no podía especificar el tiempo y que no sabe por qué dejó de trabajar.
Explicó que en el año 2015 se trabajaba 48 horas semanales rotativas y francos rotativos, lo
que se aplicaba a todo el personal; que el gerente de la sucursal organiza el horario de los
empleados, y si necesitaba más o menos empleados era decido por Recursos Humanos de
G.. Refirió que desde 2014 hasta ahora ha ido variando la estructura de los empleados en
cada sucursal; que no se abrieron más sucursales; que las ventas cayeron más de la mitad.
Explicó que los despidos pasan por el departamento de Recursos Humanos; que su opinión
era tener en cuenta la Performance de cada uno, el desempeño la venta. Dijo que no
recordaba cómo fue el despido de la Sra. D.; que las ventas quedan registradas y se puede
ver lo que se vendía en día o en el mes. Agregó que la actora era buena vendedora, que
tenía buen trato con los clientes y sus compañeros, y que él recuerde nunca tuvieron queja
simplemente porque tenían que cerrar porque había una cantidad excesiva de empleados y
tenían que cerrar. Recordó que llegaron a un acuerdo y se lo abonaron; que ese acuerdo
luego se lo revisó un abogado por que en el momento la llevaron a un café y ahí arreglaron,
y en el momento entre el arrebato y los nervios no lo había podido ver bien. Que el abogado
le dijo que estaba todo mal, que la indemnización debería haber sido otra; que por eso fue a
juicio y lo ganó y se terminó el caso; que ya cobró todo. Explicó que reclamaba la
diferencia de comisiones y el tiempo en años, y como la despidieron por presión, que por
eso fue. Dijo que antes de ser despedida no había estado con licencia; que despidieron
diecisiete personas y siguieron con las sucursales del interior; que en la sucursal donde
trabaja se despidió gente, pero que siguió trabajando hasta el día de hoy está abierta.
Explicó que en G. hubo muchos casos de licencia por presión laboral, porque cuando
entraban les decían que tenían que cumplir con lo que decían porque si no los despedían
porque tenían un montón de gente más que quería entrar; que eran amenazas todos los días.
Afirmó que los que tomaban licencia sabían que cuando volvían estaban despedidos; que
los hacían trabajar ese día completo con las presiones de siempre y después los pasaban
arriban y les daban la carta de despido; que eso les pasó a I.M., C, I, compañeros varones
también. Agregó que había un ranking de vendedores; que tenían una computadora con
todas las ventas detalladas por vendedor y tenían que llegar al objetivo porque les metían
presión y sus jefes también. Aseveró que la actora estaba entre las mejores vendedoras de
las mujeres, ya que había uno separado para los hombres. Afirmó que había presión porque
no la dejaban salir para buscar sus hijos, y siempre tenían que cumplir más horas de lo
normal; que quienes tenían horarios fijos eran los empleados privilegiados, como los
amigos del gerente, y quienes tenían buenas ventas. Reiteró que, hasta lo que sabe, todos
los empleados que tuvieron licencia psiquiátrica fueron despedidos. Dijo que no sabe si
que ingresó en el 2004, en la sucursal de R.I XXX, suc. 36. Que la actora ingresó mucho
tiempo después. Que él estuvo como cadete de depósito hasta gerente de sucursal, y que
ahora trabaja en sucursal S.M.. Dijo que no sabe por qué dejó de trabajar la Sra. D.; que
sólo sabe que en algún momento tuvo licencia, pero no recuerda la razón; que en ese
momento él aún estaba en la sucursal 36, como sub gerente o capacitándose para
subgerente. Que puede ser que en esa época haya habido carpetas médica psiquiátricas,
pero que eran pocas; que en esa época no hubo reducción de personal; que la mayoría de los
era netamente por número, por rendimiento. Hizo saber que en los últimos siete años las
ventas fueron irregulares: hubo épocas buenas y los últimos dos años mala, pero que se
2008 a enero de 2015; que con la actora no era compañera de sucursal, pero tenían contacto
porque trabajan en sucursales distintas como vendedoras. Relató que ella pidió el pase a la
provincia de La Rioja; que tardaron un año en otorgárselo y, cuando estaba todo listo, hizo
la mudanza y esperó que la llamen de la nueva sucursal; que pasó una semana y le dijeron
que tenía que volverse a su sucursal de origen; que la hicieron volver a trabajar a Córdoba.
Que esta situación le generó mucho stress, por lo que sacó carpeta psiquiátrica; que a los
dos días la llamaron los médicos laborales; que le pagaron dos meses y después no le
pagaron más el sueldo; que por ello se contactó con un abogado y se dio por despedida, no
sabe si la echaron o si se hecho; que en juicio exigió que le pagaran lo que le correspondía;
que no llegaron a la instancia de la audiencia, ya que lo conciliaron y le pagaron lo que le
debían. Afirmó que había varios compañeros con licencia por enfermedad por el
hostigamiento continuo, pero que ellos no podían darle apoyo; que les decían que no podían
ni sacarse una foto con ellos; que eso era lo que le decían los gerentes; que por eso, cuando
ella estuvo mal no tuvo ni un llamado de nadie. Que uno sabía que volvía de la carpeta
que eso lo hacían los gerentes, R. y R., y las echaban. Que eso les pasó a I.L, a P.ÁM, a
W.J., a muchas personas. Explicó que ella sí se reintegró a trabajar cuando volvió de La
Rioja; que trabajó un día y al siguiente pidió turno con un médico psiquiatra, el Dr. S., y
estuvo un año con tratamiento. Aclaró que ella ya vivía en La Rioja y viajaba para verlo a
él; que en el segundo mes de licencia le dejaron de pagar. Recordó que fue su médico
clínico en el Hospital Privado quien le sugirió consultar con un psiquiatra; que ella no
recuerda que otra compañera se atendiera con su psiquiatra. Dijo que en el momento de ser
despedida hubo muchos despidos; que a mucha gente que la llamaban al café, y después
arreglaban o la terminaban despidiendo; supone que cada vez que pasaba eso venía P. de
Buenos Aires. Por último, el Sr. L. dijo que trabaja para la demandada desde el 10.02.2010;
que cuando ingresó la actora ya prestaba servicios allí. Indicó que actualmente es
responsable operativo. En relación a la jornada de trabajo, dijo que siempre fueron horarios
rotativos, y que fueron cambiando. Preguntado por la accionada, afirmó que la actora era
excelente empleada. Recordó que sí había varias licencias por carpetas médicas de los
compañeros; que, cuando concluían esas carpetas, en algunos casos “arreglaban”, en otros
que no en todos los casos pasaba lo mismo. No recordó si conocía a alguno que trabaje y
que haya tenido licencia psiquiátrica. Insistió en que no podía recordar que haya alguno
trabajando luego de ese tipo de licencia, al menos en su sucursal. Agregó que no había
muchos con carpetas psiquiátricas. Que hoy tiene treinta empleados a cargo, pero que llegó
a tener el doble. Aclaró que él trabaja en la sucursal de R.I, como “Responsable operativo”.
Explicó que Recursos Humanos es la que decide la continuidad de los empleados; que él no
lo decide. Aclaró que los criterios que se tenían en cuenta eran productividad, actitud, y que
si el empleado había tomado una carpeta psiquiátrica era tomado en cuenta para que la
empresa tomara una decisión sobre esa persona. Dijo que no sabe si en el año 2016 G. abrió
más sucursales. Que antes había más carpetas psiquiátricas; que eso no es tan frecuente en
la actualidad; que estima que eso es porque la política de la empresa ha cambiado; que la
presiente como empleado. Aclaró que desconoce si la disminución de empleados tiene que
ver con la cuestión tecnológica de venta on line. Pues bien, siendo estos los elementos
menester destacar que la pretensión de D., tal como está planteada en demanda y reiterada
con la demandada G. que finalizó por decisión unilateral de la accionada, la cual tacha de
art. 1 de la ley 23.592 junto a otros rubros que detalla a fs. 6; a lo cual se opone la
demandada, rechazando la calificación del despido y afirmando que obró dentro de los
términos del art. 245, LCT, y por razones de reorganización de los recursos humanos. Así
los términos de la Litis, cabe resaltar que los lineamientos de la carga probatoria a los fines
15.11.2011 - Fallos: 334: 1387); la cual fue asimismo recogida por nuestro TSJ en autos:
suficiente, para la parte que afirma dicho motivo, con la acreditación de hechos que, prima
facie evaluados, resulten idóneos para inducir su existencia, caso en el cual corresponderá
al demandado a quien se reprocha la comisión del trato impugnado, la prueba de que éste
tuvo como causa un motivo objetivo y razonable ajeno a toda discriminación.” Al tiempo
que agregó: “La evaluación de uno y otro extremo, naturalmente, es cometido propio de los
jueces de la causa, a ser cumplido de conformidad con las reglas de la sana crítica”. Ahora
bien, esta postura jurisprudencial debe necesariamente ser correlacionada con la que el
mismo tribunal cimero precisó en autos “Pellejero, María Mabel s/ ampara s/ apelación
(07.12.2010; Fallos: 333: 2296). En efecto, en ese caso la CSJN resaltó: “(…) es preciso
ley 23.592. Se aprecia, sin embargo (…) que, como lo advierte la apelante, la formulación
de tal premisa exhibe una alta cuota de dogmatismo. En efecto, en ningún tramo del fallo
se explica de qué modo o mediante qué hechos o circunstancias concretas habría quedado
cuya ponderación podría conducir a tener por probado ese extremo….” Así las directrices
de análisis probatorio sentadas, que se comparten, corresponde señalar que en autos se
observa que la parte actora logró sobradamente cumplir con su carga procesal: la referida
acreditación de hechos que prima facie resulten idóneos para inducir la existencia de la
probatorios que ni tan siquiera permitan esbozar la acreditación de los extremos en los
principio dentro de los parámetros sindicados por el art. 245, LCT, al despido de la actora,
haciendo uso de las facultades que el sistema laboral argentino contempla en la normativa
referida, y abonó la indemnización pertinente. Ahora bien, también se ha acreditado que tal
decisión fue tomada el día 16.02.2016, es decir, tan solo tres días después de la
La sola constatación de esos hechos conforman sin hesitación los indicios que
hechos que prima facie resulten eficaces a tal fin. Frente a ello, la actividad procesal de la
demandada resultó francamente ineficaz al fin propuesto. Cabe resaltar en tal sentido que al
“reorganización de los recursos humanos de la empresa” (cfr. fs. 20), en función de las
cuales adoptó la decisión, “haciendo uso de los derechos que le confiere el artículo 245 de
la LCT”. Sin embargo, la prueba arrimada al proceso a fin de acreditar sus afirmaciones no
sólo que resultó ineficaz sino que, por el contrario, refuerza categóricamente la posición de
la actora. En efecto, a tenor de las declaraciones de sus propios testigos -los cuales, por otra
parte, continúan prestando servicios para ella-, se destaca que ninguno de los tres pudo
acreditar la afirmación de la demandada. Así, M., quien era gerente de la sucursal en la que
la actora trabajaba, no sólo no pudo dar razones de por qué dejó de trabajar D. allí, sino que
luego de explicar que esa decisión es tomada por Recursos Humanos, agregó que él –como
gerente- consideraba la performance de cada uno de sus empleados al dar su opinión -la que
sí le era requerida-, y que la accionante era “buena vendedora”, tenía “buen trato con los
clientes y sus compañeros”, y que él no recordaba que alguna vez hubiera habido “queja de
la actora por su comportamiento”. Por su parte, R. tampoco pudo explicar la razón por la
cual se decidió despedir a D., pero sí recordó que “la mayoría de los despidos ocurrían
cuando se reintegraban al trabajo”, luego de las carpetas psiquiátricas, y agregó que “en esa
época no hubo reducción de personal”. Asimismo, resaltó que “la decisión de despido en
ventas era netamente por número, por rendimiento”. Y del caso es que, conforme el relato
mujeres”, D. siempre se encontraba entre las mejores; manifestación ésta que resulta
absolutamente coincidente con la ya sindicada por quien fue su gerente en esa época -vgr.,
M.-, y con la de L. -testigo también propuesto por la demandada-, quien afirmó que D. era
“excelente empleada”, al tiempo que también explicó en forma coincidente con los demás
testigos que “Recursos Humanos es la que decide la continuidad de los empleados”, sin que
él tenga injerencia en tal decisión, para la cual se tenían en cuenta “productividad, actitud”
pero también “si el empleado había tomado una carpeta psiquiátrica” Así las declaraciones
testimoniales -a todas las que corresponde otorgar pleno valor convictivo, desde el
quienes no sólo fueron compañeros de trabajo de la actora, sino también sus superiores, se
humanos”, que fue el motivo por ella sindicado en su memorial, más aún en relación a una
excelente vendedora como lo era la actora, conforme al reconocimiento que hicieron
unánimemente todos los que trabajaron con ella cada día. Y, frente a esta orfandad
probatoria de la accionada, la actora no sólo produjo prueba a los fines de conformar los
referidos “indicios”, sino que reforzó su posición a través de las testimoniales de los
declarantes propuestos por la empleadora, las que coincidieron en calificaciones con las
manifestadas por G.S, C. y L., quienes -por otra parte-, tuvieron que atravesar
sentido, tal como en situaciones similares ya ha sostenido este tribunal, cabe señalar que la
dignidad “…se relaciona directamente con la condición humana del trabajador, quien
misma, y ello lo hace un sujeto particularmente protegido por las normas sobre derechos
humanos. Así se explica la alusión de varios ministros del Alto Tribunal en la causa
Nacional y lo reitera el art. 7.a.ii DEL MENTADO Pacto, así como ya lo habían hecho,
entre otros antecedentes, los arts. XIV y 23.3 de las recordadas Declaración Americana y
Internacional del Trabajo, aprobada el 10 de mayo de 1944, que asienta los principios que
debiera inspirar la política de sus Miembros: ´todos los seres humanos […] tienen derecho
Laboral”, Ed. La Ley, 2013, Tomo I, págs. 10 y 11) Conceptos éstos que se encuentran
reforzados por un sinnúmero de Convenios y Tratados Internacionales, de los cuales se
destacan la
Culturales.” (ver, entre otros, los autos: “Forjan, Marcos Antonio c/ ERSA URBANO S.A.
– Ordinario - Despido (EXP. Nº 3281535)”, sent. del 11.06.2021,) Por todas estas razones,
se comparten absolutamente los argumentos vertidos por el Dr. Horacio Rosatti, en cuanto
señaló que “La relación de trabajo muestra una especificidad que la distingue de manera
patente de muchos otros vínculos jurídicos, puesto que la prestación de uno de los
celebrantes, el trabajador, está constituida nada menos que por la actividad humana, la
cual resulta, per se, inseparable de la persona humana y, por lo tanto, de su dignidad…”
(CSJN, in re: “Varela, José Gilberto c/ Disco S.A. s/ amparo sindical”, 04.09.2018, Fallos:
341:1106). Sólo resta agregar a lo ya considerado hasta aquí que la prueba pericial contable
ofrecida por las partes no ha hecho sino sólo reforzar todas estas conclusiones, ya que a
pesar de ser un medio probatorio también propuesto por la demandada para acreditar las
“en los asientos del libro del art. 52 LCT de G. S.A., cantidad de empleados que en los
últimos 24 meses registran licencias por enfermedad, debiendo indicar los casos en que
luego fueron desvinculados en los seis meses subsiguientes a sus respectivas altas
médicas…” (punto pericial Nº 4 del cuestionario de la demandada -fs. 137 vta.-), no hizo
sino más que reforzar los argumentos de la actora. Sólo cabe agregar en este sentido que los
argumentos intentados por la demandada en sus apuntes de alegatos soslayan que tampoco
que no aportó a tal fin el Libro del art. 52, LCT (cfr. fs. 162 vta.), es decir, por su propia
conducta. Siendo ello así, corresponde encuadrar el despido dentro de los términos del art.
impida, obstruya, restrinja o de algún modo menoscabe el pleno ejercicio sobre bases
Nacional, será obligado, a pedido del damnificado, a dejar sin efecto el acto
contractual precisados por el art. 63, LCT. Ello, en el convencimiento de que la tutela de
considerada en autos-, no altera los límites determinados en la legislación para lograr una
armónica consideración de las dos partes involucradas en una relación laboral. Por el
contrario, logra el fortalecimiento de los mismos, al exigir el debido respeto a los derechos
de sus titulares, sancionando toda conducta violatoria, pero sin suprimir la posibilidad de
extinción unilateral del contrato de trabajo adoptada dentro de tales delimitaciones, que en
lo decidido por la
violencia contra la mujer (Cap. I, art. 1 y 2), Convenio N° 111 y 190 de la OIT, y la
Declaración Sociolaboral del Mercosur (art. 1 y 17). Y, haciendo propias las palabras de la
CSJN en los referidos autos “Álvarez”, simplemente se agrega que se entiende que
dejado de considerar que los alcances del derecho al trabajo del PIDESC son
la necesidad de ofrecer motivos válidos para el despido así como el derecho a recursos
jurídicos y de otro tipo en caso de despido improcedente” (Observación general N°18, cit.,
párr. 11).” En tal dirección, asimismo, corresponde destacar que la particular situación en
la que se encontraba la actora y las condiciones en las que se extinguió la relación laboral
considerar el estado de vulnerabilidad de una mujer trabajadora que luego de lograr retomar
sus labores después de atravesar la necesidad de gozar de una carpeta médica psiquiátrica,
omitir juzgar con tal perspectiva, lo que conduciría de modo inexorable a un apartamiento
no sólo del marco regulatorio que contiene el sistema legal argentino en esa materia, sino
de todo elemental estándar que obliga tanto a las entidades estatales cuanto a las privadas
“a garantizar al colectivo de mujeres una protección eficaz contra la discriminación a
través de políticas orientadas a prevenir y erradicar esta violencia” (TSJ – Sala Laboral,
en autos: “DAIRY
AUTO NUMERO: 163. CORDOBA, 10/03/2020.) Tal como sostuvo nuestro Tribunal
Superior de Justicia “el alcance regulatorio que contiene el sistema legal argentino en esa
en 1996 mediante la ley 24.632 y la Ley Nº 26.485 “Ley de Protección Integral para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ambitos en que
Sentado ello,
esclarecida la insoslayable traza que debe evidenciar el análisis del caso de autos, se
advierte que el despido dispuesto sin causa y en los términos del sub lite no sólo riñe con
toda la legislación protectora de la mujer, sino también y en primer término con la más
elemental aplicación del principio de buena fe que debe regir en todo contrato de trabajo,
tanto al momento de su celebración cuanto durante su desarrollo y extinción (art. 63, LCT).
Principio que, visto está, no resultó observado por la patronal, quien resolvió
tanto por las normas internacionales de referencia cuanto por la Ley 26.485 de protección
integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos
relevante resaltar que -en estricta vinculación con el caso de autos- la norma mencionada
varones en todos los órdenes de la vida; b) El derecho de las mujeres a vivir una vida sin
desigualdad de género y las relaciones de poder sobre las mujeres; f) El acceso a la justicia
de las mujeres que padecen violencia (…)” (art. 2, ib.); al tiempo que esclarece en su art. 3
que: “Esta ley garantiza todos los derechos reconocidos por la Convención para la
Convención sobre los Derechos de los Niños y la Ley 26.061 de Protección Integral de los
derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes y, en especial, los referidos a: a) Una vida sin
mujeres (…)”. Asimismo, define en su art. 4 que: “Se entiende por violencia contra las
mujeres toda conducta, por acción u omisión, basada en razones de género, que, de manera
directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación
desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual,
violencia indirecta, a los efectos de la presente ley, toda conducta, acción, omisión,
respecto al varón. (Artículo sustituido por art. 2° de la Ley N° 27.533 B.O. 20/12/2019)” y
precedente, los siguientes tipos de violencia contra la mujer: (…) 4.- Económica y
sus necesidades o privación de los medios indispensables para vivir una vida digna; d) La
limitación o control de sus ingresos, así como la percepción de un salario menor por igual
tarea, dentro de un mismo lugar de trabajo. 5.- Simbólica: La que a través de patrones
la mujer en la sociedad. (…)”. Por último corresponde destacar que el art. 6 precisa que: “A
los efectos de esta ley se entiende por modalidades las formas en que se manifiestan los
distintos tipos de violencia contra las mujeres en los diferentes ámbitos, quedando
especialmente comprendidas las siguientes: (…) c) Violencia laboral contra las mujeres:
aquella que discrimina a las mujeres en los ámbitos de trabajo públicos o privados y que
mismo, exigiendo requisitos sobre estado civil, maternidad, edad, apariencia física o la
así como las propias de la Convención de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de
tutelar de la mujer dictada tanto por nuestro país cuanto por organismos internacionales de
los cuales Argentina es miembro, lo cual implicaría a la vez una absoluta desconsideración
de la trabajadora quien, a pesar de haber prestado servicios en los términos referidos por sus
pares y superiores, fue despedida sin causa alguna razonable que se haya acreditado en
autos, se concluye que -se reitera- corresponde hacer lugar a la pretensión en este aspecto.
Sólo resta agregar que esta conclusión se adopta en miras a alcanzar, contemplar y poner en
provincial (ver, entre otros, los autos “Quiero…” mencionados) impuesto por los nuevos
paradigmas como forma de conformar una sociedad igualitaria real. En suma entonces, se
tal fin su mejor remuneración mensual, normal y habitual. Del caso es que, conforme los
fundamento e importe reclamado. Ello, desde que en su planteo soslaya que, al no existir en
jurisprudencia han ido aportando soluciones al caso, estimando este tribunal como la más
apropiada la que propone que para el caso de remuneraciones variables -como ocurre en
autos-, la referida base de cálculo deberá conformarse en función del promedio de los
últimos seis meses de remuneración percibida por la trabajadora. Así, la estimación deberá
componerse por una suma igual a la retribución que hubiera percibido la interesada en el
supuesto que hubiera trabajado en tal período. (ver: Gastón, Tomás, en “Ley de Contrato de
Trabajo comentada y concordada”, Errepar, 2011, Tomo II, pág. 1248 y sig.), en aplicación
jurisprudencia de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo (ver, entre otras, las
sentencias recaídas en autos: “Peiro, Ricardo F. c/ Ceteco Argentina SA”, Sala I, sentencia
del 29.04.2005, y “Segura, Jimena c/ Banco Columbia SA s/Despido”, Sala IV, sentencia
extinguido. Así las cosas, se observa que el importe percibido por D. por este concepto -que
remuneraciones percibidas por la actora durante los seis meses anteriores a la extinción del
contrato -que ascienden al total de $178.348,56-, y luego dividirlas por seis -resultando
$29.724,76-, y a éste importe multiplicarlo por dos atento la antigüedad de la actora (art.
232, LCT), todo lo que asciende a la suma de $59.449,52. Se observa, así, una diferencia a
favor de la accionante, resultante en $723,06, que deberá ser abonada a D.. Reclama
también la actora el pago de la multa del art. 2 de la ley 25.323, el cual debe ser rechazado
puesto que los motivos y el importe total por el cual corresponde acoger la diferencia
multa del art. 80, LCT. En efecto, no sólo obran reservadas en Secretaría las certificaciones
en cuestión, que fueron acompañadas por la demandada al ofrecer su prueba, sino que la
propia accionante manifestó en demanda que las impugnaba porque “surge conforme los
incorrectos aportes efectuados”; sin embargo, ninguna prueba arrimó al proceso tendiente a
fundamentar tal aserción, los que se compadecen con los de sus recibos de sueldo. Máxime
constancias obrantes en autos ascienden a idéntica suma que la por ella propuesta. Todo lo
cual, a su vez, resulta coincidente con las manifestaciones del nuestro TSJ, las cuales se han
sentido a esta sanción, de interpretación restrictiva” (ver, entre otros, autos: "Cordier Jorge
15469/37, Sent. Nº 66/08, “Oliva Juan Clemente c/ Artusin S.A. y otro – Ordinario -
multas de los arts. 2 de la ley 25.323 y 80, LCT, y acogerla respecto el reclamo de
reparación en los términos del art. 1 de la ley 23.592, a cuyo fin se deberá tomar como base
del informe pericial contable, y -en el importe precisado supra- por diferencia en el pago
del preaviso. La suma que se determine en la etapa previa a la ejecución de sentencia según
los términos del art.812 y sigts. del C. de P.C.C., de aplicación supletoria conforme
remisión del art.114 de la ley 7987, devengará intereses equivalente a la tasa pasiva
promedio mensual que publica el BCRA, adicionado con un dos por ciento también
mensual desde que era exigible -fecha de extinción del vínculo- y hasta el día de su efectivo
Juan Carlos c/ Matricería Austral S.A. – Demanda” (Sentencia N° 39, del 25.06.2002), a
cuyas consideraciones se remite por razones de brevedad. Los montos que se determinen
deberán ser abonados en los términos del art. 806 del C. de P.C.C. de aplicación supletoria
de la notificación del auto aprobatorio de sumas líquidas. Las costas deben imponerse a la
circunstancia que autorice a eximirla de ellas (art. 28, LPT). Los honorarios de los
profesionales intervinientes se regularán cuando exista base suficiente para ello (art. 26,
Ley 9459), oportunidad en la que se practicará de conformidad a lo establecido por los arts.
31, 36, 39, 49 y 97 de la ley 9459, previo cumplimiento de lo dispuesto por el art.27 del
mismo cuerpo legal. Finalmente, se aclara que se ha mencionado sólo la prueba dirimente
causa por las partes. En consecuencia y por los fundamentos expuestos, el Tribunal
misma persigue la percepción de las multas de los arts. 2 de la ley 25.323 y 80, LCT, y
acogerla respecto el reclamo de reparación en los términos del art. 1 de la ley 23.592 y -en
el importe precisado en la única cuestión planteada- por diferencia en el pago del preaviso,
a contar desde la notificación del auto aprobatorio de la liquidación, conforme las pautas
dadas, con los intereses determinados. II) Imponer a la demandada las costas del juicio (art.
28, C.A.), por los fundamentos expuestos en la cuestión planteada. III) Diferir la regulación
de los honorarios de los profesionales intervinientes para cuando exista base económica
suficiente. IV) Emplazar a la parte demandada para que oportunamente cumplimente con el
previsional para el perito contador oficial, con noticia a la Caja de Previsión Social para los
ciudad). V) Hacer saber a la obligada al pago que deberá consignar las sumas
correspondientes en la cuenta que oportunamente se abrirá por Secretaría, para estos autos,
cargo mensual bancario, lo que integra las costas judiciales del presente. VI) Emplazar a la
condenada en costas para que oportunamente cumplimente con la tasa de justicia, bajo
apercibimiento de certificar la existencia de deuda y los aportes previstos por la ley 6468
(t.o. ley 8404) de conformidad al art. 17 inc. “A" tercer párrafo de dicha ley, bajo los
apercibimientos de ley. VII) Dar por reproducidas las citas legales efectuadas en los