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ABRIL 2012
1
FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES
SEDE ECUADOR
PROGRAMA DE ESTUDIOS DE LA CIUDAD
CONVOCATORIA 2009-2011
ABRIL 2012
2
ÍNDICE
RESUMEN ……………..…………………………………………………………..…. 6
INTRODUCCIÓN…..….…………………………………………………………….. 8
Delimitación del Objeto de Estudio………….………………..……… 10
Objetivos….……………………………………………………………………….. 11
Objetivo General………………..…………………………………….. 11
Objetivos Específicos………………………………………………….. 11
Hipótesis….…………………………………………..…………………………… 12
Justificación………..……………………………………………………………… 13
Metodología….……………………………………………………………………. 14
Los Capítulos……………………………………………………………………… 16
Presentación de los Capítulos………………………………………… 16
CAPÍTULO I
MARCO TEÓRICO….…..….……………………………………………………… 19
Espacio…………..……………………………………………………………..… 19
Modernidad….……..…………………….………………………………………. 21
Modernidad, gobierno y poder ….…....……..…………………………………… 29
Modernidad y Centralidad………..……….……………………………………… 35
Centralidad Urbana y Aglomeración……….…………………………………….. 37
Renovación y Patrimonio…….…..…………………………………………......... 38
Patrimonio……………………..………………………………………………….. 35
Patrimonio como herencia ………...…………….……………………………….. 39
Patrimonio como construcción Social……..……..………………………………. 42
Patrimonio como monumental…..……………….………………………………. 45
Patrimonio Etnológico…………..……..…..…….………………………………. 46
CAPÍTULO II
QUITO, ESPACIO URBANO Y PLANIFICACIÓN………………….…..………49
Quito a Inicios del siglo XX……..…...……………………………..……………. 49
3
Quito y los comienzos de la planificación……...………..……..………………… 59
Quito, Patrimonio Cultural de la Humanidad: 1978 a 1987………..….………….. 72
El Centro Histórico de Quito desde 1988 hasta 2010…………….………………. 78
CAPÍTULO III
ESPACIOS DE LA DIFERENCIACIÓN…………………………….…………… 92
Intervenciones e Inversiones…….…………………………………..……………. 96
FONSAL………………………………………………………………..………… 99
Revalorización y Precios de Suelo …….……………………………….104
Empresa de Desarrollo del Centro Histórico ………..…..……………………… 113
Estructura Urbana, Funciones y Equipamientos…………....…………………… 119
Estructura Urbana y Flujos………………………….……....…………………… 124
La estructura urbana y los flujos del Núcleo Central del casco Histórico……...…133
CAPÍTULO IV
SEGURIDAD, TRAYECTORIAS Y FRONTERAS………………….…………. 136
Estrategias de Seguridad y Fronteras……..…………………………………….. 137
Policía Nacional………………………………………………………. 137
Policía Metropolitana…………………………………………………. 142
Seguridad Privada ………………………………………………….…. 151
Trayectorias y Fronteras…………….………………………………….………. 153
Zona Roja………………………………………..……….……………. 154
Espacio Público ……………………………..…………………………. 158
CONCLUSIONES…………………………………………………………………. 167
Efectos de las intervenciones en el espacio urbano ……………………………168
Efectos de los mecanismos de seguridad en el espacio social y urbano...……. 170
Reflexión Final…………………………….…………………………..……… 172
BIBLIOGRAFÍA……………..…………………………………………………… 174
Documentos……………..……………………………………………………. 183
Entrevistas……………………………………………………………………. 185
4
ANEXOS…………………………………………………………………………… 186
Anexo 1………………..…………….……………………………………….. 187
Anexo 2….…….…………………….……………………………………….. 189
Anexo 3…….………………………………………………………………… 196
Anexo 4…….…………………………………………….…………………... 241
Anexo 5 ….…………………………………………………………..………. 245
Anexo 6 …………………….……………………………………..…………. 247
5
RESUMEN
6
En materia de hallazgos se encontró que las intervenciones desde 1988 hasta el
2010 se concentraron mayoritariamente en el Núcleo Central, y las obras que se
realizaron allí, tuvieron relación con el mantenimiento y conservación del patrimonio
monumental. Las intervenciones concentradas en este sector, provocaron también que
se diferencien socio-espacialmente los dos sectores que conforman el Centro Histórico.
Por último, este proceso estuvo acompañado de estrategias de control y vigilancia sobre
los grupos que desde la Municipalidad son vistos como peligrosos, lo que provocó que
se conformen fronteras físicas y simbólicas y espacios vetados para determinados
grupos sociales.
7
INTRODUCCIÓN
8
las edificaciones que no tuvieran valorización histórica, social y arquitectónica en el
área central, para así implementar nuevas infraestructuras acordes a las funciones de la
Modernidad (Naranjo: 1990).
A finales de la década de los setenta, la UNESCO declaró a Quito como
Patrimonio Cultural de la Humanidad, este título internacional provocó la creación de
nuevas rutas de acción en el Centro Histórico, como el Proyecto de Rehabilitación de la
Vivienda en el Centro Histórico implementado en 1979 y el Plan Quito – Esquema
Director ejecutado en 1981. Los dos planes se caracterizaron “(…) por tener una visión
monumentalista del centro de la ciudad” (Municipio del Distrito Metropolitano de
Quito, 2003: 20) y el último delimitó las áreas históricas a preservar.
Para finales de la década de los ochenta, se implementaron desde la
Municipalidad, una serie de estudios que se concentraban en la distintas problemáticas
del Centro Histórico. Muchos de los diagnósticos, señalaron que el estado de los predios
patrimoniales, la tugurización y el crecimiento del comercio minorista e informal,
habían provocado un proceso de “degeneración urbana” en el área antigua. Por lo cual,
el Municipio emprendió una serie de acciones en la década de los ochenta y noventa,
que buscaban detener este proceso a través de intervenciones concentradas que
revalorizaran el área central (Arízaga: 1996). Asimismo, desde este período, se enmarcó
el proceso de diferenciación de dos zonas del área delimitada como patrimonial, el
Núcleo Central y la Zona de Protección.
A inicios del siglo XX, se mantuvieron en las líneas propuestas en las décadas
pasadas, pero se propuso para el área central, una reducción gradual de “(…) usos y
funciones presentes y futuras (…)” (Municipio del Distrito Metropolitano de Quito,
2003: 9), con la finalidad de desconcentrar el comercio minorista e informal y los
centros educativos del área central. Así, la Municipalidad pretendía que el área central
conservara únicamente los flujos administrativos y turísticos, para atraer inversores
nacionales e internacionales (Mafla: 2008).
En la actualidad, las intervenciones parten de las visiones establecidas en los
planes y políticas de las administraciones anteriores, y consideran, que el patrimonio
monumental es el eje de atracción de capitales nacionales e internacionales a través del
turismo. El proceder de estas intervenciones urbanas dentro de la Ciudad Histórica, se
caracteriza por tener una lógica de “renovación selectiva”, es decir opera en las zonas
9
atractivas y no en todo el sujeto de intervención, lo que termina por fragmentarlo y
diferenciarlo. Los más afectados en ese contexto, fueron justamente aquellos que han
sido señalados como la fuente del caos, dentro de una urbe que necesita ser
regularizada. Estos grupos según la Municipalidad son: las trabajadoras sexuales, los
comerciantes informales y las “pandillas juveniles” (Policía Metropolitana de Quito:
2011).
Hechas las observaciones anteriores, el proyecto de investigación se preguntó
por: ¿Cuáles fueron los efectos de las intervenciones y las estrategias de seguridad
implementadas por el gobierno local y la Policía Nacional y Metropolitana, en el
espacio urbano y social del Centro Histórico de Quito, desde el período comprendido
entre 1988 hasta el 2010?
10
Los efectos de las intervenciones y las estrategias de seguridad en el espacio
social y urbano del Centro Histórico tienen, repercusiones físicas, porque ponen el
acento en acciones sobre el entorno construido (espacio urbano) y poseen connotaciones
económicas y sociales pues afectan las relaciones del espacio social (Rojas, 2004: 17).
Por consiguiente, podríamos señalar que las intervenciones urbanas junto con las
estrategias de seguridad provocan cambios en el espacio urbano y como consecuencia,
transformaciones en las especificidades sociales e históricas de la vida urbana (espacio
social). Los cambios en estas geografías específicas, se describen en lo que Lefebvre
denominó como la producción social del espacio.
Lefebvre (2007) describió tres formas de concebir la producción social del
espacio. En esta investigación, la entenderemos desde la perspectiva alternativa o
tercera, donde el espacio urbano no solo es un producto de la acción e intención social,
sino, es parte del proceso de construcción espacial y social, y es una fuente de
explicación en sí mismo (Soja, 2008: 40).
La delimitación temporal del proyecto de investigación, estableció un período de
análisis que comenzó con la creación del FONSAL a finales de 1988 y terminó en
Octubre del 2010, con el inicio de la construcción del bulevar en la Av. 24 de Mayo. El
primer hito temporal, hace referencia a la creación de la empresa Municipal que mayor
cantidad de fondos ha recibido en la década de los noventa, y la primera del siglo XX
(Arízaga: 1992, Arízaga: 1996 y Mafla: 2008), y por consiguiente, es la que mayor
injerencia ha tenido en las políticas, estrategias e intervenciones producidas desde 1998
hasta el 2010 en el Centro Histórico de Quito.
Objetivos
Objetivo General
‐ Analizar los efectos de las intervenciones y las estrategias de seguridad
implementadas por el gobierno local y la Policía Nacional y Metropolitana, en el
espacio urbano y social localizado en el Centro Histórico de Quito, desde el
período comprendido entre 1988 hasta el 2010
Objetivos Específicos
11
1. Describir el contexto social e histórico en el que se plantearon las intervenciones
y las estrategias de seguridad implementadas por el gobierno local y la Policía
Nacional y Metropolitana.
2. Caracterizar las políticas, planes y estrategias implementadas y ejecutadas por la
Municipalidad desde 1988 hasta el 2008.
3. Analizar las estrategias ejecutadas por la policía Nacional y Metropolitana desde
1a implementación del Unidades de Policía Comunitaria.
4. Explicar los efectos de las intervenciones y las estrategias de seguridad en las
trayectorias e interrelaciones socio-espaciales entre los agentes y grupos
percibidos como peligrosos y los espacios públicos del Casco Antiguo de Quito.
5. Describir los efectos de las intervenciones e inversiones en la estructura urbana
del Centro Histórico de Quito.
Hipótesis
La hipótesis de la que partió este trabajo de investigación sostiene que, tanto las
intervenciones como las estrategias de seguridad implementadas en el área histórica,
son dispositivos de poder, que permiten administrar los flujos, las cosas y las personas,
en la búsqueda de controlar y ordenar el espacio urbano (Goetschel y Kingman: 2005;
Kingman, 2012: 10). Asimismo, supone que el reciente reordenamiento de los flujos y
espacios y la implementación de las intervenciones concentradas y nucleadas desde
1988 hasta el 2008 por la Municipalidad y sus empresas (EX - FONSAL y Ex -
Empresa del Centro Histórico) tenían la finalidad de revalorizar el Centro Histórico,
pero que, al ser puestas en acción, limpiaron socialmente a los grupos que desde la
Municipalidad, eran percibidos como peligrosos y provocaron cambios en la
organización de la infraestructura como: transformaciones en la economía, la
distribución social de los espacios y las relaciones cotidianas (Kingman: 2012). Por
último, presumía, que las estrategias de seguridad ejecutadas en la Ciudad Antigua de
Quito se cimentaron a través de principios clasificatorios de diferenciación y exclusión
que operaban con los dispositivos policiales, económicos arquitecturales y
espectaculares. Éstos separaron la comunicación entre los distintos espacios y las
12
personas que residen y desarrollan sus actividades sociales, económicas y culturales en
esta zona de la urbe (Salgado: 2008).
Justificación
13
Entre los aportes centrales, esta investigación se distancia de ciertos estudios que
han puesto su atención sobre lo social por un lado y lo espacial por otro. Este estudio,
por su parte intenta relacionar lo social y lo espacial sin jerarquizar lo uno sobre lo otro.
Otra de las contribuciones, es que se hizo un análisis no solo de las políticas,
estrategias e intervenciones urbanas, sino que se intentó contextualizarlas y observar si
es que existe una relación directa o indirecta con la problemática actual. Por último, este
estudio, recoge los efectos en el espacio urbano y social, particularmente en las
prácticas sobre los espacios públicos, de los agentes y grupos que han sido percibidos
desde la Municipalidad como “peligrosos” (Municipio del Distrito Metropolitano 2009
y Policía Metropolitana: 2011).
A partir de este diagnóstico, se pueden desarrollar políticas y planes que estén
acordes al contexto socioespacial del Centro Histórico de Quito, y a su vez, éste puede
ser utilizado como herramienta para entender cómo funcionan los procesos de
renovación urbana y los grandes proyectos urbanos implementados en las “áreas
históricas” de las urbes.
Metodología.
14
posiciones con respecto a las intervenciones ejecutadas y al devenir de este espacio. Los
insumos utilizados en esta fase fueron de distintos períodos y de sujetos con diferentes
posiciones disciplinarias.
La segunda fase se desarrolló para resolver las inquietudes propuestas por el
quinto objetivo específico. Para ello se analizaron: las funciones urbanas, flujos y los
montos de inversión en relación a la localización de los mismos. Esto último develó las
zonas de influencia que se revalorizan por este tipo de acciones. El análisis se efectuó
sobre las intervenciones de dos empresas municipales el Ex – FONSAL y la EX -
Empresa del Centro Histórico. Se escogió a estas empresas pues son las que mayores
recursos económicos y humanos tuvieron en el proceso de Renovación Urbana
emprendido en el Casco Antiguo de Quito desde 1988 hasta la actualidad (Mafla: 2008).
En la tercera fase se respondió al cuarto objetivo específico y se contrastó la
información documental obtenida en la primera fase, con las voces de aquellos que
habitan el Casco Antiguo de Quito. Para ello se realizó una inmersión en el objeto de
estudio (Centro Histórico de Quito), desde abril de 2010 hasta agosto del 2011. En la
misma, se entrevistó a varios líderes barriales y comerciales (minoristas e informales),
así como también a residentes, agrupaciones juveniles y trabajadoras sexuales, que
hacen de este sector su “patio de juegos” (Soja: 2008). El propósito de este trabajo era
poder entender las transformaciones en el espacio urbano y social del área central.
También se desarrollaron varios talleres, principalmente con tres grupos específicos,
comerciantes minoristas, informales y agrupaciones juveniles. Con los primeros dos
grupos se desarrollaron dos talleres. En el primero, se describieron los planes ejecutados
por la Municipalidad y luego se desarrollaron mesas de debate en torno al espacio
público y desarrollo urbano. El segundo taller, trató sobre temáticas relacionadas a la
apropiación de estos grupos en el espacio público. Los talleres que se desarrollaron con
las agrupaciones juveniles fueron tres, y tuvieron como temática central el uso del
espacio público.
En una cuarta y última fase se hizo un estudio de caso, para entender a
profundidad las trayectorias y las interrelaciones socio-espaciales de un grupo
específico que es percibido como peligroso. Éste se lo desarrolló con una agrupación
juvenil, que reside, habita y comercia en el Centro Histórico de Quito. Esta agrupación
lleva el nombre de Zona Roja, con ellos se desarrollaron bio-geografías, que son
15
representaciones espaciales de lugares, recorridos, referencias, itinerarios y trayectorias
en un sentido biográfico. Estas representaciones nos muestran también, los lugares que
no utilizan en su esfera geográfica de influencia por diferentes razones, como: las
estrategias de seguridad implementadas por la Policía Nacional y Metropolitana y las
fronteras físicas y simbólicas que se configuran en el área central. Estas
representaciones se complementaron con entrevistas estructuradas con los miembros de
Zona Roja. Los datos obtenidos en este proceso sirvieron para resolver el cuarto
objetivo específico. Cabe agregar que las cuatros fases nos develaron los datos
suficientes para resolver la pregunta y el objeto general de la investigación. La primera
y segunda fase dieron a conocer, los efectos en el espacio urbano y la tercera y cuarta
fase nos revelaron los efectos en el espacio social del Centro Histórico de Quito entre
1988 hasta el 2010.
Los Capítulos
16
y nociones, que suceden en los procesos de segregación y diferenciación socio-espacial;
no sin antes detallar las concepciones más amplias como la de espacio y la modernidad.
La segunda, analiza al patrimonio, que en el caso de Quito es utilizado como una
ventaja competitiva y sirve para atraer capitales a través del turismo e inversiones
inmobiliarias. Estas temáticas se conectan en el hecho de que la Renovación Urbana
implementada en el Centro histórico de Quito alteró la especificidad espacial urbana
(Soja, 2008: 35) y se vale de las activaciones patrimoniales para objetivar su acción en
este espacio.
El segundo capítulo, contiene la descripción y el análisis de las estrategias de
planificación urbana ejecutadas por el Gobierno Central y Local desde los comienzos
de la República hasta las primeras décadas del siglo XX, y por la Municipalidad desde
inicios del Siglo XX hasta la primera década del siglo XXI. Éste, está dividido en cuatro
apartados. El primero, describe los cambios producidos por la llegada del ferrocarril, el
tranvía y las distintas tipologías arquitectónicas, que supuestamente transformarían a
Quito, de una ciudad señorial a una urbe moderna. El período en el que transcurre esta
narración, inicia en la primera década del siglo XX y termina con la descripción del
accionar de los segundos higienistas. El segundo, analiza las distintas intervenciones y
planes ejecutados por la Municipalidad, desde el Plan Jones Odriozola a comienzos de
la década de los cuarenta, hasta las Normas Quito a mediados de la década de los
setenta. El tercero, analiza los planes y las distintas estrategias de planificación urbana,
que comienzan con el nombramiento de Quito, como Patrimonio Cultural de la
Humanidad y termina con el sismo que impacta a la urbe en marzo de 1987. El último
apartado, analiza los planes, estrategias e intervenciones llevados a cabo por la
Municipalidad, desde la creación del FONSAL, hasta la primera década del siglo XXI.
Así, se entenderá la lógica y los efectos de las distintas estrategias de intervención
urbana empleadas en el Centro Histórico de Quito, las que según Salgado (2008)
guardan los mismos principios segregativos de comienzos del siglo XX.
El tercer capítulo, analiza el gran proyecto urbano (GPU) desarrollado en el
Centro Histórico de Quito desde 1988 hasta el 2010. Este análisis permitirá develar los
efectos que alteraron en alguna medida la estructura urbana (espacio urbano),
particularmente las funciones urbanas, los flujos y la organización de los precios de
suelo. Estas variables según Sabatini (1999), son las que agencian en mayor medida los
17
procesos de diferenciación socio-espacial. Esta lógica de intervención se implementó en
Quito desde 1988 a partir de la creación del FONSAL; que fue establecido para
conservar y rehabilitar la ciudad antigua. Este proceso fue desplegado también por otra
entidad, la Empresa del Centro Histórico (ECH). Las dos empresas tenían por objetivo,
atraer capitales a través del turismo e inversiones del sector privado, para así convertir a
este sector de la ciudad en uno de los ejes económicos de la urbe (I. Municipio de
Quito: 1992). Este capítulo, está divido en dos apartados. El primero, analiza las
intervenciones de dos Empresas Municipales: el FONSAL y la Empresa del Centro
Histórico de Quito; y describe los efectos de éstas en el Núcleo Central y la Zona de
Protección del Centro Histórico de Quito. El segundo, se concentra en analizar los
efectos de las intervenciones en la estructura urbana del Casco Antiguo.
El cuarto capítulo pretende describir los efectos de las estrategias de seguridad
sobre las trayectorias y las interrelaciones socio-espaciales entre los grupos percibidos
como peligrosos y los espacios públicos del Centro Histórico de Quito. El capítulo está
dividido en dos partes. La primera describe los efectos de las estrategias seguridad
implementadas por la Policía Nacional y Metropolitana en el espacio social y urbano
localizado en el Núcleo Central y ciertos sectores de interés turístico de la Zona de
Protección del Centro Histórico de Quito. La segunda, analiza las trayectorias y los
desplazamientos de un grupo juvenil de Hip Hop en relación a la utilización del espacio
“patrimonial” del área histórica. Para finalizar, en el capítulo denominado como
“Reflexión Final” se recogen las conclusiones centrales de los capítulos anteriores a
manera de ensayo.
18
CAPÍTULO I
MARCO TEÓRICO
Este capítulo está dividido en dos grandes temáticas. La primera, describe las categorías
y nociones que suceden en los procesos de segregación y diferenciación socio-espacial.
Y las concepciones más amplias como la de espacio y modernidad. La segunda, analiza
al patrimonio, que en el Caso de Quito es utilizado como una ventaja competitiva y
sirve para atraer capitales a través del turismo. Estas temáticas se conectan en el hecho
de que la renovación urbana implementada en el Centro Histórico de Quito alteró la
espacialidad humana (Soja: 2008) y se vale de las activaciones patrimoniales para
objetivar su acción en este espacio.
Espacio
Para entender los procesos sociales es necesario comprender el espacio y sus distintos
ordenamientos simbólicos. Dentro de los estudios urbanos, el espacio, ha sido
considerado como “(…) lo muerto, lo fijo, lo no-dialéctico, lo inmóvil” (Harvey: 2004:
230). No obstante, Harvey señala que hay mucho por aprender del cómo el espacio y las
diferentes formas de espacialización, facilitan o inhiben los procesos de transformación
social, como se puede observar en las instituciones totales y en las mismas calles y
plazas de una ciudad. El espacio para este autor, no solo es un producto del devenir
histórico sino un productor de la experiencia, por la cual aprendemos quiénes somos y
qué somos en la sociedad (Harvey: 2004).
Existen dos maneras de concebir el espacio de acuerdo a Harvey, la del espacio
absoluto y el relativo. La primera, lo concibe como una existencia independiente de la
materia. La segunda, “(…) lo entiende como una relación entre objetos, se produce,
solo porque los objetos existen y se relacionan entre sí” (Harvey, 2007: 5). Así, al
espacio se lo puede considerar relativo en un sentido relacional, pues es algo que está
contenido en el interior de los objetos y representa las relaciones entre ellos y su
entorno1. Sin embargo, Harvey recalca que el espacio no es en sí mismo, ni absoluto, ni
1
Para Harvey, el espacio relacional es la tercera tesis que busca como concebir el espacio (Harvey:
2007).
19
relativo, ni relacional, pero que puede llegar a ser uno de éstos o todos a la vez según las
circunstancias.
La resolución de este debate para Harvey, reside en la práctica y la experiencia
humana que se efectúa en el espacio, es decir, en la relación dialéctica entre el cuerpo y
la organización estructurada del espacio y el tiempo; y es precisamente desde la
experiencia de esa relación, que se conforman esquemas y representaciones en el
colectivo (Harvey: 2007).
Los procesos de urbanización iniciados en el siglo XIX, hicieron que la
experiencia humana comience a ser relacionada con un espacio determinado y con un
tipo de experiencia calificada como urbana. En Quito a inicios del Siglo XX, lo urbano
se constituía a través de espacios que recreaban experiencias específicas2, las que se
construían a partir de tipologías arquitectónicas que se oponían al estilo colonial. Éstas,
fueron utilizadas como signos de distinción social, que separaban lo urbano o lo
moderno de lo rural (Kingman: 2006). No obstante, a partir de Mongin, se sostiene, que
el espacio urbano, “(…) lejos de simplemente reducirse a un “distanciamiento” en
relación con el mundo rural” (Mongin, 2006: 31), se ha configurado en el contenedor,
donde se liberan intercambios, experiencias y prácticas específicas, las que valorizan a
la praxis y a la vida activa3, alejándose así de la vida contemplativa4. En consecuencia,
la ciudad será una forma o contenedor, que hace posible una experiencia particular, la
que por un lado, remite a la pluralidad del espacio público, y por otro, nos remite a la
2
Wirth sostenía que las prácticas urbanas específicas, se relacionan con los servicios y el comercio
especializado. En Quito un ejemplo de esta dinámica, es la de los Pasajes como el Royal. Estos, se
constituyeron en lugares que pretendían recrear prácticas urbanas especializadas, a través de la venta de
bienes suntuarios (Kingman: 2006).
3
Arendt sostiene, que la vida o vita activa, designa tres actividades fundamentales: labor, trabajo y
acción. Estas actividades son fundamentales, porque cada una corresponde a una de las condiciones
básicas bajo las que se ha dado al hombre la vida en la tierra. En esa perspectiva, Arendt sostiene que
estas tres actividades y sus correspondientes condiciones están íntimamente relaciones con la condición
más general de la existencia humana: natalidad y mortalidad. En ese orden de ideas, la labor no sólo
asegura la supervivencia individual, sino también la vida de la especie. El trabajo y producto, concede
una medida de permanencia y durabilidad. La acción, promete establecer y preservar los cuerpos
políticos, crea la condición para el recuerdo, esto es para la historia. (Arendt: 1993). Cabe agregar, que el
mundo actual o donde la vita activa se consume, “(…) está formado de cosas producidas por las
actividades humanas; pero las cosas que deben su existencia exclusivamente a los hombres condicionan
de manera constante a sus productores, los hombres” (Arendt: 1993: 23).
4
“(…) El hombre de la vida contemplativa es un hombre de la interioridad, un individuo que está fuera
del mundo, que se exilia que se retira a un monasterio o a un desierto” (Mongin, 2006: 39). Para Arendt,
la vida o vita contemplativa, hace referencia a la absoluta quietud. En esa dinámica, la vita contemplativa
sirve a los deleites, “necesidades y exigencias de la contemplación” (Arendt, 1993: 28). Cabe agregar,
que esta tesis no se sostiene el mundo rural, ya que como lo afirma Kingman fue puramente
contemplativo (Kingman: 2006).
20
experiencia de la participación, de la igualdad y del conflicto, el espacio político, donde
se puede inventar una vida política mediante la deliberación, las libertades y la
reivindicación igualitaria.
En Quito la experiencia urbana desde finales del siglo XIX, se ha ido
modificando, a través de una idea de modernidad y progreso, que utiliza a los bienes
patrimoniales muebles e inmuebles del Centro Histórico, como medios para separarse y
diferenciarse de los grupos subalternos (Salgado: 2008). Por consiguiente, podríamos
considerar que los artilugios de la modernidad así como el patrimonio monumental,
sirven para establecer un distanciamiento físico y mental entre los grupos dominantes y
dominados. Las separaciones propuestas por estos mecanismos han transformado la
experiencia urbana, ya que desde la Municipalidad se priorizan e incentivan las
actividades y los flujos turísticos en detrimento de las prácticas populares de los Barrios
del Centro Histórico de Quito (Kingman, 2012: 11).
Modernidad
21
del mito, la religión, la superstición, el fin del uso arbitrario del poder, así como del lado
oscuro de nuestra propia naturaleza humana” (Harvey, 2004: 27 -28). Para develar las
cualidades universales, eternas e inmutables.
La modernidad en Quito, comienza con los cambios que se introdujeron en la
urbe a finales del siglo XIX e inicios del Siglo XX. Una de esas modificaciones, es el
proceso de expansión urbana y la configuración de espacios separados, al norte de la
urbe. Otra, es la introducción de los nuevos medios del transporte, como el ferrocarril,
el tranvía y el ómnibus, los que permitió dinamizar el mercado interno de la ciudad
(Kingman: 2006). Un último cambio, fue la introducción de nuevas tipologías
arquitectónicas que imponían un nuevo discurso estético, el que se constituía en un
signo de la modernidad que estaban en oposición con el estilo colonial. Estos cambios
para Kingman, formaron parte de un deseo de modernidad, que se desarrolló en una
sociedad que estaba lejos de ser socialmente moderna, pues muchas de las lógicas
sociales estaban regidas por la costumbre, al punto que las propias innovaciones se
veían condicionadas por ello. Así, él sostiene, que en Quito, “(…) sólo podemos hablar
de una modernidad incipiente, o periférica de la cual estaban excluidas amplias capas de
la sociedad, ya que ésta se constituía en un signo de distinción social” (Kingman, 2006:
277).
Para Bourdieu, la distinción6 emerge como la característica preponderante para
la formación de grupos, pues ésta separa a los agentes y a los grupos sociales a través de
diferencias, que son un “(…) conjunto de posiciones distintas y coexistentes, exteriores
las unas de las otras, definidas las unas en relación con las otras, por relaciones de
proximidad, de vecindad o de alojamiento y también por relaciones de orden como
debajo, encima y entre” (Bourdieu, 2008: 30). Además, Bourdieu argumenta, que las
diferencias y los sistemas que conforman, terminan por modificar las distintas
posiciones, en los dominios de la práctica y en los bienes que ellos poseen. Así, el
espacio social se torna en un espacio de toma de posición por intermedio de los habitus
o las disposiciones.
6
“(…) Es una cualidad, la más frecuentemente considerada como innata (se habla de “distinción natural”)
de porte y maneras, no es de hecho sino deferencia , separación, rasgo distintivo en fin, propiedad
relacional que no existe sino en y por la relación con otras propiedades” (Bourdieu, 2008: 30)
22
El habitus7, “(…) es un principio generador y unificador que retraduce las
características intrínsecas y relacionales de una posición de un estilo de vida unitario, es
decir, un conjunto unitario de elección de personas, de bienes, de prácticas” (Bourdieu,
2008: 33). En el caso de Quito, el habitus de las élites y de las clases medias a inicios
del Siglo XX, no abandonó su carácter rentístico y estaba marcado por criterios de
distinción racial, descendencia y privilegio (Kingman: 2006) configurándose en un
instrumento operador de distinción, a través de los principios generadores de prácticas
distintas y distintivas (estructuras estructuradas), y principios de clasificación social
(estructuras estructurantes) (Bourdieu: 2008). En consecuencia el espacio social y
urbano, se transformaron en lugares en disputa por no ser clasificados con ciertos
grupos desprovistos de capital.
El espacio social para Bourdieu (2008), está construido de tal manera que los
grupos y los agentes encuentran su posición, en función de la distribución del capital
económico8, cultural9 y simbólico. Así, los agentes son distribuidos “(…) según el
volumen de capital que ellos poseen en sus diferentes manifestaciones, y según la
estructura de su capital, es decir, según el peso relativo a los diferentes tipos de capital
en el volumen total del mismo” (Bourdieu, 2008: 31-32). Por consiguiente, los grupos y
agentes que concentran capital económico, social y cultural se opondrán entre sí, y
también de aquellos desprovistos de los mismos.
En Quito, la formación y constitución de grupos sociales, desde la segunda
mitad del Siglo XIX hasta mediados del siglo XX, dependía, del lugar social y físico,
que los agentes ocupaban dentro de la urbe, y de las posiciones distintivas, en las
prácticas sociales y en los bienes que ellos tuvieran (Kingman: 2006). Así, la clase
media y las élites quiteñas, produjeron distintas prácticas, como la separación y el
aislamiento10, con la finalidad de distinguirse de los grupos que no poseían capital
económico y social. Para ello, crearon espacios como las Ciudadelas y los Pasajes. Los
7
“El habitus, es subjetividad socializada, trascendental histórico cuyos esquemas de percepción o de
apreciación (los sistemas de preferencias o gustos) son el producto de la historia colectiva o individual
(…) Dicho esto, el habitus no tiene nada de un principio mecánico de acción más exactamente, de
reacción (a la manera de un arco reflejo). Es espontaneidad condicionada y limitada” (Bourdieu, 2005:
238 – 239).
8
“(…) es directamente convertible en dinero, y resulta especialmente indicado para la institucionalización
en forma de derechos de propiedad” (Bourdieu, 2000: 135).
9
“(…) puede convertirse bajo ciertas condiciones en capital económico y resulta apropiado para la
institucionalización, sobre todo, en forma de títulos académicos” (Bourdieu, 2000: 135).
10
El aislamiento y la separación son tanto físicos como sociales (Kingman: 2006).
23
primeros, eran barrios ajardinados que agrupaban a los agentes y grupos sociales de un
mismo nivel de capital económico y social. Los segundos, eran espacios de
autorepresentación y separación, que estaban restringidos para la circulación de los
grupos subalternos (Kingman: 2006).
Desde la década de los cincuenta hasta los setenta, la presencia de
“desconocidos” o “migrantes” asentados en el Centro Histórico, provocó que este
espacio llegue a densificarse y consolidarse (Albornoz: 1990), lo que indujo una
contienda entre las élites y los grupos subalternos por los usos de los distintos espacios11
(Ycaza: 2000). Este conflicto, se produjo porque las élites aristocráticas y los sectores
burgueses en ascenso, se mostraban poco dispuestos a compartir sus espacios con otros
sectores sociales, como las clases obreras o las capas medias (Kingman: 2006). Por ello,
los grupos hegemónicos trasladaron su residencia hacia el Norte de la urbe, en donde se
asentaron junto a grupos sociales que poseían su mismo nivel económico y social. Así,
las élites quiteñas, adoptaron una tendencia “(…) ha buscar islas de semejanza en medio
de un mar de diversidad y diferencia” (Bauman, 2006: 32). Bauman, denominó a este
fenómeno como mixofobia.
Como resultado de este proceso, en Quito se conformaron asentamientos
urbanos que funcionan, en alguna medida como guetos12 involuntarios y voluntarios.
Los primeros están formados por distintos grupos sociales asumidos como: clases
peligrosas13, desclasados14 y desconocidos15. En este espacio, los grupos antes
11
En ese contexto, el espacio social y urbano se configuró en la zona de conflicto entre los grupos
dominantes y dominados por la hegemonía del mismo. Esta disputa, es una lucha simbólica, que se dirige
hacia las representaciones de los agentes y grupos sociales en el espacio urbano y social.
12
Para Wacquant el concepto de gueto conecta “(…) las ideas de división (y homogeneidad) etnoracial
con las de concentración espacial y cerrazón social” (Wacquant, 2010: 98). En ese marco, los estudios
sobre raza y marginalidad en los años noventa se desarrollan en torno a los underclass, “(…) un concepto
desviado claramente de su linaje ideológico pues tiende a igualar el concepto de gueto con cualquier
parámetro de extrema pobreza sin prestar atención a las características de la población y a su marco
organizativo” (Wacquant, 2010: 99). Como consecuencia, “(…) se elimina la cuestión de la raza de la
ecuación causal y se hace coincidir el gueto con el caserío, aun cuando todo indique que el abismo entre
blancos y negros sigue siendo un determinante principal de la desposesión en el núcleo urbano. (…) De
esta manera, el concepto de gueto ha sido despojado de su referencia etnoracial y se calla toda mención
de grupos de poder u opresión” (Wacquant, 2010: 100) Cabe señalar, que en Latinoamericana el
concepto de gueto muchas veces es utilizado para explicar situaciones que obedecen a otras nociones
como la de espacios separados o segregados.
13
“Las clases peligrosas originarias estaban formadas por el exceso de población excluida temporalmente
y aún por integrar, que se vio despojada de una función útil a causa de la rapidez del progreso económico,
y terminó sin protección alguna al desintegrarse velozmente todas las redes de los lazos sociales. Las
nuevas clases peligrosas, por otro lado, son las que se juzgan no aptas para la integración y por ello se las
declara inasimilables, ya que no se puede concebir función alguna que pudieran desempeñar para ser
rehabilitado” (Bauman, 2006: 15).
24
nombrados, se encuentran en alguna medida “(…) confinados en un lugar del que tienen
prohibido salir” (Bauman, 2006: 30). Sin embargo, hay que señalar que los imaginarios
de separación no impiden los desplazamientos de ellos de uno a otro lugar de la ciudad.
Estas dinámicas se iniciaron en Quito, a partir del Plan Regulador de 1942, que
separaba el área central a través de la avenida 24 de Mayo. Así, Odriozola configuró dos
asentamientos diferenciados. El primero, estaba hacia el norte de esta avenida, y era
constituido por las élites y clases medias, mientras el segundo que daba hacia el sur,
estaría compuesto por los sectores populares. Para Benavides, esta configuración sigue
vigente en el imaginario de la ciudadanía, pues separa según él, aquello que es
patrimonial de lo que no es.
Los segundos asentamientos diferenciados o guetos voluntarios, están
conformados por aquellas comunidades o grupos de poder que buscan excluirse de los
supuestos peligros generados por el otro. Este confinamiento espacial y social solo es
posible, porque logra combinar la proximidad y distancia física, con la proximidad y
distancia moral, y se complementa con la homogeneidad de quienes están adentro en
contraste con la heterogeneidad del exterior. Por lo tanto, la noción de comunidad16 en
este contexto significará mismidad, “(…) en tanto que mismidad, significará la ausencia
del otro” (Bauman, 2003: 137). En la actualidad, estos espacios se construyen a través
de la concentración de la inversión municipal y privada en ciertos enclaves, lo que
termina por configurar espacios diferenciados en la ciudad antigua17 y en la moderna.
Como consecuencia de este fenómeno, se plasma en el Centro Histórico de
Quito un proceso de segregación urbana, que obedece a un conjunto de reglas que
organizan el espacio urbano, a través de “(…) patrones de diferenciación y separación”
14
“(…) Son hombres y mujeres que no pertenecen a ningún grupo social legítimo, individuos situados al
margen de cualquier clase, a los que no corresponde ninguna de las funciones aprobadas, útiles e
indispensables que desempeñan los ciudadanos “normales”; personas que no aportan nada a la sociedad,
salvo lo que es prescindible y no interesa” (Bauman, 2006: 16).
15
“El desconocido por definición, es un agente movido por intenciones que a lo sumo se pueden intuir,
pero que nunca se conocerán a ciencia cierta. El desconocido es la incógnita variable de todas las
ecuaciones, una incógnita que debe calcularse antes de decidir cómo se debe proceder y actuar; aunque no
sean objeto de ataques directos, ni exista una hostilidad manifiesta hacia ellos, la presencia de forasteros o
desconocidos en nuestro campo de acción sigue produciendo incomodidad, puesto que complican
enormemente la labor de predecir los efectos de nuestras acciones y sus probabilidades de éxito o fracaso.
16
“(…) Comunidad será sinónimo de ambiente seguro, de espacio reservado (…)” (Ciappi, 2006: 119) o
territorio protegido de los otros. En esa dinámica El concepto de comunidad para Harvey “(…) puede
encubrir significados radicalmente diferentes, porque los procesos de producción de la comunidad
difieren en forma notable según las capacidades e intereses de grupo” (Harvey, 2004: 229).
17
En Quito, que no ha existido una vuelta de los grupos hegemónicos al Centro Histórico a través de
estos espacios (guetos voluntarios), pero sí sus capitales e intereses (Carrión: 1990).
25
(Caldeira, 2007: 257). Así, la segregación urbana, busca homogenizar las comunidades
y reducir el comercio y la comunicación entre los grupos “populares”, con el único
propósito de aislarlos y separarlos (Salgado: 2008).
La rehabilitación actual del Centro Histórico de Quito, se cimenta en un
discurso similar, donde se intenta atraer capitales nacionales e internacionales a través
del monumentalismo, lo que según la Municipalidad provocará que la urbe se desarrolle
social y económicamente (I. Municipio de Quito: 1992). Sin embargo, las plusvalías
generadas por este proceso han sido capturadas por los propietarios de los inmuebles del
núcleo central de este sector, que es donde se han ejecutado la mayor cantidad de
intervenciones y es el espacio donde se concentran las propiedades y las grandes
inversiones del sector privado (Salgado: 2008).
A partir de lo anterior, podríamos señalar que la segregación urbana en términos
generales, es una incesante guerra social en la que el Estado interviene en nombre del
progreso, del embellecimiento e incluso de la justicia social, para redibujar fronteras en
beneficio de propietarios de terrenos, inversores extranjeros, élites nacionales y clases
acomodadas (Davis, 2007: 136). La segregación urbana se construye también, a través
de un discurso alarmista, incluso catastrófico contra la inseguridad, el que “(…) es
difundido hasta el hartazgo por los medios comerciales, los principales partidos
políticos y los profesionales del orden” (Wacquant, 2009: 30).
En ese contexto, Davis (2007) expone que para resolver la supuesta inseguridad
del sector, muchos gobiernos locales, implementaron la estrategia de penalización, la
misma que es una técnica que sirve para invisibilizar los problemas sociales del Estado
y utiliza el discurso de inseguridad trasmitido por los medios como voz de la
colectividad. Este discurso, va acompañado de referencias superficiales que señalan
unas supuestas zonas deprimidas que son el origen del caos urbano18. Este
señalamiento, termina por producir un estigma territorial19 sobre estas poblaciones, el
que se caracteriza por la acumulación de capital simbólico20 negativo, asociado al
18
Un ejemplo de esto, es el suplemento que sacó el diario EL COMERCIO el 14 de Junio del 2011 en
relación con la temática de la inseguridad. Las cuatro imágenes que se encuentran en la primera página
son de espacios que se encuentran en el interior del Centro Histórico de Quito.
19
El estigma territorial estimula prácticas de diferenciación y distanciamiento internos, que contribuyen
a reducir la confianza interpersonal y ha socavar la solidaridad social local (Wacquant: 2001).
20
“El capital simbólico radica en el dominio de recursos simbólicos fundados en el conocimiento y
reconocimiento” (Bourdieu, 2005: 222), este supone confianza o creencia en la representación del agente
o grupo social.
26
confinamiento en un territorio específico, calificado como inferior, por ser el depósito
de la clase más baja de la sociedad (Wacquant: 2001).
Para Bauman, las fronteras de este tipo de espacios se construyen para separarse
del “otro” no deseado. Así, él sostiene, que las fronteras no se trazan para separar
diferencias, sino que por el contrario, cuando se trazan fronteras se emprende una
búsqueda de diferencias para legitimar las mismas (Bauman: 2006).
Caldeira (2007) por su parte sostiene, que en Latinoamérica la obsesión por
trazar fronteras se deriva del deseo de seguridad21, que pasa a configurarse en un
símbolo de prestigio que tiene menos que ver con la protección personal y más con el
aislamiento personal, con respecto de los grupos o agentes indeseables o incluso de las
multitudes en general22. Así, las prácticas fronterizas, construyen diferencias en los
modos de relacionarse con el otro, ya que separan, pero la separación no es ausencia de
relación, sino una de las maneras posibles de relacionarse entre los agentes y grupos
sociales. Las prácticas fronterizas, también construyen identidad, pues la población al
representarse a sí misma representa también a los otros, ya que definen los límites
materiales y simbólicos que los separan del resto, lo que termina siendo un proceso de
autoconstrucción y deconstrucción del otro (Kingman: 2006).
En Quito, los esquemas de representación del otro, fueron creados a inicios del
siglo XX y siguen en alguna medida funcionando, pues los grupos hegemónicos siguen
considerando a los grupos subalternos como los “no urbanos” o “los premodernos”. Los
agentes y grupos dominantes trazan fronteras para separarse de aquellos grupos sociales
que no poseen capital económico y social. Así, las prácticas fronterizas del Centro
Histórico se podrían referir, “(…) a fenómenos relacionales que construyen diferencias
a través de maneras específicas de acercamiento y distanciamiento, y que definen de
manera cultural y práctica” (Aguilar y Costilla, 2008: 58), la representación, el
comportamiento, las distancias y cercanías, de los agentes y grupos sociales. Además,
los grupos hegemónicos configurarán fronteras, con el único propósito de marcar
límites entre los ciudadanos loables y las categorías desviadas, así como también, entre
“(…) los pobres “merecedores” y los “no merecedores”, los que merecen ser salvados e
21
En Latinoamérica éstas se valen del diseño urbano, la arquitectura y la maquinaria social como único
medio para lograr la seguridad de los grupos sociales hegemónicos (Caldeira: 2007).
22
Davis sostiene que las fronteras se han convertido en el verdadero espíritu de la reestructuración urbana
en muchos lugares alrededor del mundo (Davis, 2003: 194).
27
“insertados” en el circuito de la mano de obra inestable y los que deben ser relegados y
expulsados por siempre” (Wacquant, 2009: 20). La policía en ese contexto, desempeña
un papel fundamental, pues contribuye en alguna medida a trazar fronteras, que
restringen “(…) y controlan el flujo de la acción en el espacio urbano” (Herbert, Soja,
2008: 432), con el objetivo de definir, marcar y controlar un territorio específico.
Para el caso del Centro Histórico de Quito, se podría señalar que existen dos
tipos de fronteras, las físicas y las simbólicas. Las primeras hacen referencia a las
barreras materiales que aíslan o limitan el acceso de distintos agentes y grupo sociales
percibidos como peligrosos23. Las segundas, son un producto de la violencia cotidiana24
y de la violencia simbólica25, las que terminan por configurar imaginarios de violencia
que son internalizados por los excluidos, lo que a su vez, impiden en alguna medida que
“los otros” no sobrepasen los espacios vetados26 para su grupo social, en consecuencia,
se materializan las fronteras simbólicas27. Cabe agregar, que en el caso del Centro
Histórico, tanto las fronteras físicas como las simbólicas, son un tanto permeables pues
en alguna medida los agentes denominados como “peligrosos”, pueden negociar su
entrada a los supuestos espacios vetados para ellos.
El espacio público fue la primera víctima de este conflicto, pues se volvió la
personificación de la inseguridad y del riesgo. Una de las estrategias a seguir para
impedir y combatir la inseguridad, fue la de privatizarlos28, lo que terminó casi por
23
Las frontera física, más relevante del Casco Antiguo es el bulevar y la Avenida 24 de Mayo, la misma
que separa dos espacios de un mismo sector.
24
“Son prácticas y expresiones diarias de violencia en el nivel micro-interaccional: ya sea interpersonal,
doméstica o delincuencial, que normalizan las pequeñas brutalidades y terror de la comunidad y crea un
sentido de ethos de la violencia” (Scheper-Huges, citado en Bourgois, 2005: 14).
25
“Son las humillaciones y legitimaciones de desigualdad y jerarquía internalizadas, que incluyen desde
el sexismo y el racismo hasta las expresiones íntimas del poder de clase. Se ejerce a través de la acción de
la cognición y el desconocimiento, del saber y el sentimiento, con el consentimiento inconsciente de los
dominados” (Bourdieu y Wacquant, citado en Bourgois, 2005: 14)
26
La sintaxis neomilitar del urbanismo contemporáneo insita a la violencia y evoca peligros imaginarios.
De esta manera, los espacios vetados se transforman en espacios defendibles, donde se ejerce, violencia
simbólica y física sobre los no deseados o los otros (Davis: 2003).
27
Las fronteras simbólicas más representativas, son las que se configuran en los accesos y los alrededores
de la Ronda. La Ronda es un barrio del Centro Histórico de Quito, que fue intervenido en la década de los
noventa, hoy este sector tiene restaurantes y cafés que están dirigidos para un público con un alto poder
adquisitivo. Las transversales y los ingresos están resguardados por cuatro guardias de seguridad privada,
los que impiden el acceso a los grupos que identifiquen como “peligrosos”.
28
Hay muchos autores que sostienen “(…) que la pura distinción entre espacio público y privado nunca
ha sido clara y lo que está ocurriendo hoy puede ser descrito de forma más precisa como una
reestructuración de ambos espacios, el privado y el público, acompañado de una reconceptualización de
esta distinción categórica” (Soja, 2008: 447).
28
desaparecerlos29. Cabe señalar, que un espacio es público “(…) siempre y cuando los
hombres y mujeres puedan acceder a él, (…) sin selección previa” (Bauman, 2006: 56).
Así, los espacios públicos son los lugares donde los desconocidos coinciden y, por
tanto, condensan y compendian los rasgos característicos de la vida urbana. Por lo tanto,
es en el espacio público, donde se construye la vida urbana a través de la mixofilia, que
es el deseo de mezclarse con los diferentes, es decir, con los que son distintos a ellos, ya
que al mezclarse con “los otros”, se abre la vía a aventuras, de lo que debería ser
considerado como lo urbano. Por consiguiente, es en este espacio donde se posibilita la
integración o la reintegración, sin destruir las diferencias (Bauman: 2006). Sin embargo,
es también en el espacio público donde se desarrollan dos fenómenos sociales
contrapuestos, que son la mixofilia y mixofobia30, las que terminan por transformarlo en
un espacio en conflicto, entre los grupos hegemónicos y contrahegemónicos. De este
modo, el espacio público se transformó en un sitio que atrae y repele al mismo tiempo,
lo que terminó por convertirlo en un espacio intersticial31, que a su vez se transforma
en el sitio de resistencia y movilización.
En conclusión, se podría afirmar, que el espacio público es por un lado donde
los vencidos32 a través de la resistencia,33 (Benjamin: 2005) intentan subvertir la
hegemonía del campo estratégico,34 y por otro, es el lugar donde se establecerán los
tipos de conducta y las relaciones de poder (Davis: 2003).
29
Muchas de los bienes inmuebles públicos del Centro Histórico fueron entregadas por la Empresa del
Centro Histórico de Quito en comodatos a la empresa privada que ven a este espacio como objeto del
deseo (Rojas: 2004).
30
Cabe agregar, que estas tendencias se propagan y se renuevan por si mismas, ya que están
interiorizadas por todos los agentes y grupos sociales (Bauman: 2006).
31
Tharsher según Hannerz, define al término intersticial como “(…) espacios situados entre una cosa y
otra. En la naturaleza las materias extrañas tienden a reunirse y apelmazarse en todos las grietas,
hendiduras y resquebrajaduras: los intersticios” (Tharsher, Hannerz, 2006: 49).
32
Para Benjamin, los vencidos son aquellos olvidados por la historia (Benjamin: 2005).
33
La resistencia será la “conciencia de una discontinuidad histórica, que es lo propio de las clases
revolucionarias en el instante de la acción” (Benjamin 2005:43). En esa perspectiva, Benjamin sostiene
que está en los desclasados la reivindicación de los vencidos (Benjamin 2005).
34
“El campo estratégico no es otra cosa que el juego mismo de las relaciones de poder entre sí”
(Foucault, 2006: 449).
29
gentilicia por una organización geográfica (Deleuze y Guattari: 1985). La división o
repartición del territorio, tiene como objetivo central, estructurar en esas subdivisiones
pequeñas células administrativas, que logren contralar y administrar a las poblaciones35.
Esta forma de organización geográfica, se empleó en las ciudades del siglo XVIII y XIX
(Foucault: 2006).
A diferencia de estas ciudades, las de de inicios del siglo XX, fueron entendidas
y organizadas por el urbanismo y la arquitectura de dos maneras distintas. La primera,
era la del urbanista y se fundamenta en un nivel macrosociológico36 (Lefebvre: 1970).
Ésta, intentaba en un nivel macro, ordenar a la sociedad y el espacio urbano a partir de
los factores o funciones de la ciudad que son: habitar, residir, producir, trabajar, cambiar
y recrearse. Este proceso, pretendía según Lefebvre percibir y entender a la ciudad
como un todo, para así preverlo y ordenarlo todo (Lefebvre: 1970). La segunda, es la
del arquitecto y se cimentaba en un nivel microsociológico (Lefebvre: 1970). Ésta, ha
intentado ordenar la forma del habitar y es la responsable de modelar espacios para
darles una utilidad social37. Los mismos que suelen estar dotados de significados
humanos, estéticos y simbólicos (Harvey: 2005)38.
En relación con esto último, se podría señalar que las formas espaciales de los
objetos y de las urbes en sí mismas, pueden ser manipuladas de diversas maneras, para
producir diversos significados, que son representaciones materiales y simbólicas que
tienen dimensión espacial39. Asimismo, si se quiere evaluar la forma espacial de las
ciudades, se debe comprender el mensaje que la gente recibe del ambiente construido a
su alrededor y el significado que les confieren (Harvey: 2007). En conclusión, siguiendo
a Harvey se sostiene que “si queremos entender el espacio social40, debemos tener en
35
Foucault (2006) señala la administración de las poblaciones fue posible por la acción de la policía.
36
El urbanismo y la planificación regional, reproducen a otro nivel, el carácter ideológico del espacio
arquitectónico (Jiménez y Pradilla: 1973).
37
En la actualidad muchas veces la labor del arquitecto tiene como finalidad producir una estética y no un
objeto que sirva para la utilidad de la sociedad (Mongin: 2006).
38
Desde el siglo XX el espacio se ha convertido en el problema estético de la Modernidad (Bell: 1987).
39
Lefebvre argumenta que el espacio arquitectónico pertenece al mundo de las representaciones
ideológicas de la conciencia de los hombres de cada época (Lefebvre: 1973).
40
El espacio social, será variable de un individuo a otro y de un grupo a otro, y a su vez éste también
mutará con el tiempo (Harvey: 2007).
30
cuenta el significado simbólico de los objetos41 y sus complejas influencias sobre el
comportamiento cognoscitivo” (Harvey, 2007: 30-31) de los agentes y grupos sociales.
En Quito, las relaciones sociales y espaciales se construyeron a través del
ornato42, que es un dispositivo de poder, que permite ordenar y administrar, las cosas y
las personas, sobre la base de oposiciones binarias, como: rural y urbano, riqueza y
pobreza, etc.43 (Kingman: 2006). El ornato, según Kingman y Salgado, es un dispositivo
de poder que tiene plena vigencia hasta la actualidad (Kingman y Salgado: 2000), no
obstante, éste no tiene el mismo impacto sobre la sociedad por la introducción de
mecanismos “modernos” que surgen a partir del Plan Regular de 1942. Uno de estos
mecanismos es la planificación urbana44, que permite en alguna medida tener el
dominio sobre el espacio en disputa.
A pesar de la introducción de estos mecanismos, los grupos hegemónicos a
través del mercado, agencian sus intereses específicos sobre el espacio en disputa, lo
que terminó por modificar la manera en que éste es apropiado por ellos o por otros. Este
proceso provocó también, que las intervenciones urbanas se concentren donde los
grupos hegemónicos poseen sus inversiones y propiedades, favoreciendo a los sectores
privados en su reconquista de este espacio.
Otro mecanismo empleado en Quito por los gobiernos locales y los grupos
hegemónicos, para controlar el espacio en disputa fue la disciplina (Kingman: 2006). La
que aparece, como la forma normal, normalizada y normalizante de la relación de
subordinación entre los agentes y grupos sociales. Los grupos hegemónicos la utilizan
“(…) como instrumento de dominación para perpetuar su poder y su reproducción como
clase dominante” (De Gaudemar, 1981: 86).
Los grupos hegemónicos o dominantes en Quito, también utilizan a la tradición
como mecanismo de disciplinamiento de los grupos subalternos, ya que ésta sirve como
medio para separarse de los grupos contrahegemónicos y evocan los viejos sistemas de
subsidio laboral de la época de la colonia (Goestschel y Kingman: 2005). Esto con la
41
El significado simbólico de los objetos funciona como un hábitat de significados, donde la acción
opera pero también produce, y es donde los agentes y grupos encontrarán sus recursos y objetivos al
mismo tiempo que sus limitaciones (Hannerz: 1996).
42
La idea de ornato hace referencia al principio de ordenamiento urbano que emerge desde la segunda
mitad del siglo XIX y tiene en alguna medida vigencia hasta la actualidad. La procedencia de este
principio puede rastrearse en las estructuras de clasificación social y racial de la “ciudad señorial”
(Kingman: 2006)
43
El ornato, permite también, configurar la supremacía sobre el campo en disputa (Kingman: 2006).
44
Los nuevos mecanismos se respaldan según Kingman en una razón tecnocrática (Kingman: 2006).
31
finalidad de concentrar los capitales y perpetuar su hegemonía en el tiempo. Así,
podríamos señalar, que la Municipalidad y los grupos dominantes para lograr la
hegemonía del campo, produjeron un sistema de organización del espacio “(…) al
servicio de las técnicas de control social, vigilancia y represión del yo y del mundo del
deseo” (Harvey, 2004: 238), con la finalidad de lograr la hegemonía del campo en
disputa.
En esa dirección Foucault (2006) expone, que los Estados modernos sitúan el
centro de sus preocupaciones en los mecanismos capaces de asegurar la regulación
sobre las poblaciones. Él agrupa dos técnicas políticas que sirvieron y sirven a los
Estados para concretar este objetivo. La primera, se vale de la disciplina, que es “(…) el
mecanismo de poder por el cual se llega a controlar el cuerpo social hasta los elementos
más tenues, (…) los individuos” (Foucault, 1999: 243). Esta tecnología, es a grandes
rasgos, una especie de anatomía política que se dirige a los individuos hasta
atomizarlos, y se denomina anatomopolítica. La segunda tecnología ejerce su poder45
sobre la población, y se denomina biopolítica. La que utiliza una serie de técnicas de
observación entre las cuales está la estadística, pero también todos los grandes
organismos administrativos, económicos y políticos, que se encargan de la regulación
de la población (Foucault: 1999).
Las dos tecnologías para Foucault, produjeron todo “(…) un arte de conducir,
dirigir, encauzar, (…) manipular a los hombres, un arte de seguirlos paso a paso, un arte
cuya función es tomarlos a cargo colectiva e individualmente a lo largo de toda una vida
y en cada momento de su existencia” (Foucault, 2006: 192). Un arte que se dirige a
45
Foucault señala que existen cuatro premisas que nos ubicarán en el debate del poder y sus mecanismos
positivos en el espacio urbano. La primera parte del presupuesto, que no existe un poder sino varios
poderes, los que se definen como “(…) formas de dominación, de sujeción, que tienen su propio modo de
funcionamiento, procedimiento y técnica, y funcionan local y regionalmente” (Foucault, 1999: 239). De
acuerdo a lo anterior, si queremos hacer un análisis del poder, debemos hablar de los poderes e intentar
localizarlos en su especificidad histórica y geográfica. En consecuencia, la sociedad se configurará en
“(…) un enlace, una coordinación y también una jerarquía de varios poderes” (Foucault, 1999: 239), los
que terminan por conformar regiones de poder. De esta manera, la sociedad se transforma en un
archipiélago de poderes diferentes. La segunda premisa expone, que estos poderes “(…) no pueden y no
deben ser comprendidos simplemente como derivación, como la consecuencia de una especie de poder
central que sería primordial” (Foucault, 1999: 239). De este modo, la unidad estatal es, secundaria en
relación a estos poderes regionales y específicos que aparecen en primer lugar. La tercera sostiene, que
“(…) tales poderes específicos, regionales, de ninguna manera tienen como función primordial prohibir,
impedir, decir: no debes” (Foucault, 1999: 239). La función de estos poderes locales y regionales es ser
productores de una eficacia, es decir, un mejor rendimiento, un mejor producto. La cuarta premisa parte
de la idea, que existen unos mecanismos de poder que “(…) han sido inventados, perfeccionados y que se
desarrollan sin cesar” (Foucault, 1999: 241). Como consecuencia, existe una verdadera tecnología de
poder o poderes que tienen su propia historia.
32
gobernar las almas, las conciencias y las conductas de los hombres, a partir de la
reflexión económica o economía política y la policía. La primera, desarrolla
mecanismos de medición que intentan cuantificar la relación entre recursos y población,
para poder repartirlos según los intereses del mandante. La segunda, tenía por objetivo
acrecentar desde adentro las fuerzas del gobierno de las poblaciones a través del control
y la vigilancia (Foucault: 2006)46.
En la actualidad este paradigma de control y vigilancia, que considera, que la
cárcel47 y la policía son la solución óptima frente a los miedos producto de la
inseguridad, ha sido sustituido según Davis (2003), por un paradigma de retórica de
guerra social, una retórica militante respaldada por un cálculo político que demoniza a
los pobres y a las clases medias, en un juego en el que no es posible que éstos ganen48.
Davis sostiene también, que este paradigma fomenta el apartheid urbano, el que se
materializa a través de la implementación de estrategias de control sobre grupos sociales
específicos (Ciappi: 2006).
Este cambio de paradigma, se refleja también en la gestión administrativa de la
pena; donde se pasa “(…) de la centralización del tratamiento individualizado, fundado
en la observación científica de la personalidad, a la centralización de la evaluación del
riesgo criminal de grupos sociales particulares” (Ciappi, 2006: 118). La introducción de
este paradigma, busca optimizar los recursos escasos49 en función de exigencias
intrasistémicas (neutralizar, reducir los riesgos) (Ciappi: 2006).
Deleuze por su parte sostiene que existe un nuevo tipo de control distinto al
señalado por Ciappi y Davis, que se materializa a través de la tecnología informática.
Así, el considera que “(…) hemos “evolucionado” desde el uso de máquinas de
producción que requieren una fuerza de trabajo disciplinado y una ciudad
eficientemente planeada y organizada, a habitar lo que se conoce como un espacio que
fluye” (Deleuze, citado en Soja 2008: 470). Este nuevo orden para él, supondrá un
46
El policiar o las estrategias utilizadas por la policía, fueron utilizadas como estrategia principal para
urbanizar. Así, Foucault sostiene que “hay ciudades porque hay policía, y porque hay ciudades tan
perfectamente policiadas, surgió la idea de trasladar la policía a la escala general del reino” (Foucault,
2006: 385). En consecuencia, para él “policiar y urbanizar son la misma cosa” (Foucault, 2006: 385).
47
“(…) La cárcel actúa como un contenedor judicial donde se arrojan los desechos humanos de la
sociedad de mercado” (Wacquant, 2009: 26).
48
En esta perspectiva, la “actividad pública se reparte en comportamientos estrictamente funcionales,
(…) a través de corredores bajo el escrutinio de la policía” (Davis, 2003: 197).
49
Este paradigma tiene como objetivo reducir el riesgo y los costos relacionados con la seguridad
(Ciappi: 2006).
33
control distinto, en el que “nuestras sociedades ya no funcionarán a base de códigos y
territorialidades sino al contrario, lo harían sobre el fondo de una descodificación y
desterritorialización masiva50” (Deleuze, 2007: 49). Estos fenómenos, según Deleuze
provocarán que las sociedades se transformen de paranoicas a esquizofrénicas51
(Deleuze: 2007). Cabe señalar, que el carácter esquizoide de la personalidad urbana, se
produce cuando la interacción de las relaciones sociales es segmentada, lo que provoca
que las interacciones entre diferentes sean escasas o nulas (Wirth: 1988).
En Quito, este fenómeno se originó a inicios del siglo XX, cuando las élites se
desplazaron del Centro, por el miedo que producían la llegada de los desconocidos
(Kingman: 2006). Este fenómeno, provocó décadas más tarde, que las clases medias y
las élites, comenzaran a configurar espacios esquizofrénicos o de ruptura dentro de la
urbe52. Un ejemplo de este fenómeno en la actualidad, se reproduce en la urbanización
el Condado y el núcleo central de la ciudad antigua53, donde a través de la
concentración de capitales económicos, sociales y diligencias específicas, hacen que
estos sectores tengan equipamientos, infraestructuras y hasta una fisonomía distinta que
los sectores que se encuentran a su alrededor, como la Roldós en el caso del Condado, y
el Panecillo en el caso del núcleo Central de la ciudad antigua. Cabe agregar, que este
fenómeno, tiene como consecuencia central, la fragmentación del espacio urbano54. No
obstante, se considera que tanto el paradigma de seguridad sostenido por Davis como
50
Soja señala que este fenómeno solo ocurriría en las sociedades del capitalismo avanzado (Soja: 2008).
Las sociedades esquizofrénicas son las del adentro, y las del “no – contacto”
51
“(…) Es fácil distinguir la paranoia de la esquizofrenia: el “dejadme en paz” del esquizofrénico y el
“nunca os dejaré en paz” del paranoico; la combinatoria de los signos en la paranoia frente a las
composiciones maquínicas de la esquizofrenia; los grandes conjuntos paranoicos y las pequeñas
multiplicidades esquizofrénicas; los grandes planos de integración reactiva de la paranoia y las líneas de
fuga de la esquizofrenia” (Deleuze, 2007: 48-49).
52
Un ejemplo de espacios esquizofrénicos o de ruptura en Quito, son las ciudadelas de comienzos del
siglo XX, “(…) las cuales tendían a agrupar a sectores medios con cierto nivel adquisitivo y hacían
referencia a la constitución, ya no de barrios sino de enclaves diferenciados del entorno” (Kingman, 2006:
218). Cabe señalar, que en alguna medida este tipo de configuración espacial, se ha transformado en el
paradigma a seguir por muchas inmobiliarias en la actualidad. En el Centro Histórico, el caso más
emblemático es el que se produjo en La Ronda.
53
En el caso del Condado, la diferenciación con los sectores que están a sus alrededores, es un producto
primero de las inversiones inmobiliarias y del comodato que el municipio le dio por el Condado Golf
Club. Cabe agregar, que el único ingreso para el Campo de Golf, se encuentra al interior de dicho sector.
La diferenciación en el caso del núcleo central del casco antiguo, es un producto de las inversiones
específicas en los hitos arquitectónicos y urbanos que se encuentran en dicho sector, así como las
inversiones para su puesta en escena para los turistas extranjeros. Los recursos son principalmente
estatales y son administrados por el Instituto de Patrimonio (Mafla: 2008).
54
Para Lefebvre las contradicciones del espacio social se expresen en el urbano (Lefebvre: 1970).
34
el de Ciappi y el de Deleuze, no se aplican en su totalidad en el Centro Histórico de
Quito.
55
Algunas corrientes del urbanismo entendía que si se cambia el marco vital de la centralidad urbana,
cambiaríamos las relaciones sociales de todo la urbe (Castells: 1976)
56
El proceso urbano de intercambio comprende un sistema de flujos, es decir, de circulación, y un
sistema de placas giratorias de comunicación o centros menores (Castells: 1976).
35
aglomeración urbana” (Castells, 1976: 268). El segundo, es la articulación de los puntos
fuertes de los aparatos del Gobierno central y el local respecto a una estructura dada.
Este tipo de centro, se inscribe según Castells (1976), en la idea de jerarquía urbana,
como expresión del orden social y de su transcripción institucional. En este espacio,
quien dice centro, se refiere a la distancia y ordenación socio-espacial respecto a la
especificidad histórica de los aparatos del gobierno local y del Estado, y su influencia
directa en la sociedad civil. El tercero, puede ser definido como “(…) la organización
espacial de los puntos de interacción entre los ejes del campo semántico de la ciudad, es
decir, como lugar o lugares que condesan una intensa carga valorizante en función de la
cual se organiza de manera significante el espacio urbano” (Castells, 1976: 270). Esta
concepción, parte de la idea, que la ciudad no es únicamente un conjunto funcional
capaz de dirigir y administrar su propia extensión, sino es también “una estructura
simbólica”, “(…) un conjunto de signos que facilita y permite el establecimiento entre
sociedad, espacio y cultura” (Castells, 1976: 269). El cuarto, aparece como la
organización espacial de los procesos de reproducción y transformación de las
relaciones sociales de una estructura urbana. Este espacio, hace referencia a los lugares
que pueden ser la expresión amplificada de una reproducción de gestos, como la moda,
la innovación, el entretenimiento, etc.; es decir, temáticas que se ajustan al devenir.
En Quito, las distintas intervenciones que se produjeron desde inicios del siglo
XX hasta la actualidad57, han provocado un cambio en cuanto a la conformación
funcional y territorial de un “centro”. Hasta mediados del siglo XX, éste por una parte
era un centro político, pues servía de relevo de los procesos internos del aparato
institucional local y central; y por otra, era un centro simbólico, pues concentraba el
poder político de la ciudad y de la nación. No obstante, a partir de la expansión urbana
de la ciudad y la implementación del plan Regulador de 194258, comienza el
desplazamiento de las funciones administrativas del Estado hacia el norte de la ciudad,
57
La expansión urbana que empezó en las primeras décadas del siglo XX, provocó que las élites quiteñas
se desplacen hacia el norte de la ciudad, iniciando un proceso especulativo en cuanto al valor del suelo.
58
El Plan regulador de Odriozola de 1942, se implementó en alguna medida para controlar los precios
impuestos por los terratenientes urbanos (Benavides: 1977). No obstante, según Naranjo (1990), éste no
logró controlar el proceso especulativo y acrecentó las brechas entre los grupos dominantes y los
dominados en términos espaciales.
36
ocasionando que el Casco Antiguo empiece a perder sus características de centro
político funcional59.
Décadas más tarde, este fenómeno provocó que la Ciudad Antigua, pase de ser
de un Centro Urbano dominante hasta mediados del siglo XX, a un Centro de
“memoria” y un eje económico callejero en la actualidad60. Cabe señalar, que desde la
década de los cuarenta hasta la de los setenta se consolidan en Quito dos centros con
funciones distintas (Naranjo: 1990) y desde este período la noción de centro ocupó un
punto trascendental en el debate de la ciudad (Benavides: 1989).
59
La función simbólica de la ciudad antigua o centro histórico sigue intacta pues en este espacio se siguen
concentrando las movilizaciones sociales de cualquier índole.
60
Para Coulomb (2007), la tarea fundamental de cualquier centralidad Histórica, es la de recuperar su
condición de Centralidad urbana. Para así configurarse en un punto focal y nodal de la ciudad.
37
su vez alteraron la especificidad espacial urbana de dicho sector, la que se puede
describir como
Renovación y Patrimonio.
61
La espacialidad humana es el resultado del agenciamiento humano y la estructuración ambiental o
contextual (Soja: 2008).
62
La agencia, son las acciones que conducen al cambio de dinámicas en el espacio urbano. Para agenciar,
es necesario, mediar, intermediar y participar en la formación de grupos (Latour: 2008). Cabe agregar,
que para Latour (2008), no hay distinción entre humanos y no-humanos para identificar “la agencia”.
63
Las estrategias que se ejecutaron para lograr la desconcentración del comercio informal, fueron la de
limpieza social y la de regulación para los que estaban institucionalizados (Salgado: 2008).
38
carácter de esta acción, que se ejecuta sobre un objeto anterior o del pasado que se
quiere transformar para un nuevo fin. Así, se podría señalar que el significado del
término renovación, contiene dos términos contradictorios: lo antiguo y lo moderno64.
Esta contradicción ocasionó que existan dos corrientes opuestas de renovación.
La primera, privilegia a lo moderno sobre lo antiguo (funcionalismo), hasta el grado que
este último quede anulado totalmente. Esta visión, se fundamenta en que las expresiones
arquitectónicas de la modernidad, son un símbolo de lo actual y del futuro, y por lo
tanto están al margen de lo tradicional (Cabrera: 1997). La segunda, jerarquiza lo
antiguo sobre lo moderno (conservacionismo), enfatizando el carácter patrimonial de las
edificaciones de acuerdo a su relevancia estética e histórica. Las intervenciones que se
fundamentaban en esta visión sacralizaron los espacios y las funciones tradicionales del
objeto arquitectónico. Cabe señalar, que partir de esta orientación, devino el
monumentalismo65.
La discusión entre estos dos corrientes condujo a la “superación de ambas”, a
través de una nueva visión que “integra las expresiones y formas antiguas con las
modernas y enfatiza el carácter de lo antiguo como generador de lo moderno” (Cabrera:
1997: 123). Así, lo antiguo y lo moderno no se constituyeron en realidad en dos
momentos contrapuestos, sino que conformaron una unidad en constante interacción
(Cabrera: 1997). En el Caso de la Ciudad Antigua o Centro Histórico, hasta la década de
los setenta primaba la primera visión y desde inicios de la década de los ochenta prima
la segunda, hasta la actualidad.
Patrimonio
64
Los objetos antiguos para los conservacionistas, son aquellos objetos que concentran un tiempo pasado
distinto, que nos acerca a los orígenes del padre (Baudrillard: 2004). Lo moderno es la vanguardia,
aquello que nos aleja del mito, la religión y lo primitivo (Harvey: 2004).
65
El monumentalismo según Kingman y Salgado sigue funcionando en el Centro Histórico de Quito
(Kingman y Salgado: 2000).
39
Urry sostiene, que “(…) lo que se produce cada vez más en la economía
contemporánea no son objetos materiales, sino signos” (Citado por Hannerz, 1996: 44),
que configuran nuevos hábitats de significados. Esta nueva dinámica, provocó que la
herencia cultural aumente sin parar, generando así un problema de almacenamiento.
Para resolver esta problemática, los estados y los gobiernos locales implementaron
políticas y estrategias que tienen como objetivo central conservar y seleccionar al
menos una parte de ese patrimonio o herencia cultural, para que esté disponible para las
futuras generaciones66. Por consiguiente, el patrimonio se configurará, en la selección
de la vieja cultura que salvaguarda la importancia del lugar. Cabe agregar, que todas las
ciudades que como Quito fueron declaradas como Patrimonio Cultural de la
Humanidad, tienen la obligación de salvaguardar los bienes declarados como
patrimoniales. Así, las urbes patrimoniales, construyen dispositivos y políticas que
intentan salvaguardar la “memoria” del lugar, a través de la conservación los
monumentos.
En el Ecuador se han materializado dos tipos de intervención que intentan
reactivar económicamente espacios que pueden ser patrimoniales y no-patrimoniales, y
éstas son: la regeneración y la rehabilitación urbana. La primera, se caracteriza porque
“(…) vislumbra criterios homogenizantes y normalizadores basados en conocimientos
legitimados y valores morales” (Salgado 2008:14). En esta perspectiva, “(…) si existe la
intención de regenerar algo, deben existir criterios de clasificación a partir de los cuales
se decide qué es lo degenerado, qué es susceptible de ser regenerado, y qué debe ser
excluido” (Salgado 2008:14). Para Salgado (2008), este tipo de intervención utiliza
muchas veces como estrategia central, a la limpieza social.
La rehabilitación urbana67 por su parte, pone énfasis “en el rescate de una
tradición y una memoria” (Kingman 2005: 97). Ésta opera a través de una idea histórica
de patrimonio (la memoria), la que tiene un carácter arbitrario, tanto en su noción como
en su ejecución, y provoca una pérdida del sentido histórico (Kingman: 2005). Este
modelo de intervención es el que se utiliza en el Casco Antiguo de la ciudad, y tiene por
objetivo, conservar de manera estática una idea de tradición o herencia cultural.
66
Este proceso para Hannerz, en alguna medida tiende ha mitificar y ha esencializar el mismo (Hannerz:
1996).
67
Este proceso trata de habilitar nuevamente el espacio protegiendo el monumento.
40
Patrimonio como herencia
Para Duclos el patrimonio es “(…) el legado del padre que recibimos en herencia y que
nosotros transmitimos a su vez en aras de la continuidad del linaje” (Citado por Prats,
1997: 7). El legado del padre hace referencia al mito de origen, al hecho de “(…)
suceder del padre o proceder del padre” (Baudrillard, 2004: 94). No obstante, el legado
del padre debe ser objetivado en alguna medida por el campo68, para lo cual se plantea
una búsqueda por la autenticidad, la que busca rastrear los orígenes “míticos” de su
progenitor. Así, los agentes y los grupos sociales se obsesionan con la certidumbre de
ellos mismos a través de los objetos antiguos que conforman su patrimonio. Lo que
termina por provocar, nostalgia de los orígenes, obsesión con la autenticidad y “(…)
fascinación por lo que ha sido creado” (Baudrillard, 2004: 87).
De las tres, la obsesión con la autenticidad se configura en el paradigma central
a seguir, de este modo todo objeto antiguo69 para poder convertirse en patrimonial tiene
que ser examinado a través de dos acciones. Por un lado, la búsqueda de las huellas
creadoras70, es decir la filiación al padre, la cual se configura como la fuente de valor, y
por otro la involución al seno de la madre71. Estas dos acciones hacen referencia a la
mitología del origen (mito del nacimiento), es decir con el hecho puntual de haber
tenido un padre y una madre.
Asimismo, el mito del origen, nos remite hacia esta dimensión perfecta, de la
cual basta con proceder para ser. A través de él, se logra una involución hacia las
fuentes, (…) a la divinidad, a la naturaleza, a los conocimientos místicos” (Baudrillard,
2004: 86). Así, los objetos antiguos que surgen del patrimonio del padre y la madre se
68
Es la estructura donde los agentes y los grupos se ubican en diferentes posiciones de acuerdo a sus
diferentes niveles de acumulación de capital (Bourdieu: 2006). En esa dinámica cabe señalar que “la
desigual distribución de capital, es, la estructura total del campo, que conforma así el fundamento de
los efectos específicos del capital, a saber: la capacidad de apropiarse beneficios y de imponer reglas de
juego tan favorables para el capital y para su reproducción como sea posible” (Bourdieu, 2000: 142).
69
Son aquellos que “(…) parecen contradecir con las exigencias del cálculo funcional para responder a
un deseo de otra índole: testimonio, recuerdo, nostalgia, evasión. En ellos se siente la tentación de
descubrir una supervivencia del orden tradicional y simbólico” (Baudrillard, 2004: 83).
70
Es la genealogía que sirve para mostrar el linaje del padre.
71
“la involución hacia las fuentes es evidentemente la regresión hacia la madre, en ese sentido mientras
más viejos sean los objetos, tanto más nos acercan hacia una vida anterior” (Baudrillard, 2004: 86).
41
transforman en objetos fetichizados72, los que funcionan como reliquias73 de un tiempo
anterior.
En síntesis, la búsqueda por la autenticidad del patrimonio “(…) es por
consiguiente, (…) la búsqueda de una coartada” (Baudrillard, 2004: 87), la que agencia
directamente en la construcción del objeto patrimonial; como uno que se inclina ante el
mito y “(…) a la densidad de las cosas viejas, cuyo valor es cerrado y seguro”
(Baudrillard, 2004: 95). En el caso de Quito, la autenticidad del patrimonio (o la
búsqueda de una coartada), se materializa a través de los monumentos arquitectónicos
del casco antiguo de la ciudad, los que para la Municipalidad condensan todas las
expresiones vividas en este espacio74 (Mafla: 2008).
72
El fetichismo del objeto nace con el mito del origen, ya que todo lo “(…) antiguo es bello simplemente
porque ha sobrevivido y se convierte por ello en signo de una vida anterior” (Baudrillard, 2004: 94)
73
“La reliquia significa, de tal modo, la posibilidad de encerrar a la persona de Dios o del alma de los
muertos en un objeto. Y hay reliquia sin relicario. El Valor “se desliza” desde la reliquia hasta el relicario,
que es de oro, muestra a todas luces el valor de lo auténtico y se vuelve, por ello simbólicamente más
eficaz” (Baudrillard, 2004: 90).
74
Para la Municipalidad, los grupos sociales y sus expresiones, no “condensan” de igual manera el
simbolismo del espacio arquitectónico (Mafla: 2008).
75
“Son cuerpos de tradición teórica que integran zonas de significado diferentes y abarcan el orden
institucional en una totalidad simbólica” (Berger y Luckman, 1991:121). El universo simbólico se
concibe también “(…) como la matriz de todos los significados objetivados socialmente y subjetivamente
reales; toda la sociedad histórica y la biografía de un individuo se ven como hechos que ocurren dentro de
ese universo” (Berger y Luckman, 1991:122).
42
manipulación de Hobsbawn y Ranger. La que no se refiere únicamente a los elementos
que la conforman, sino también a las composiciones, que descontextualizan y
recontextualizan, permitiendo crear otra realidad, con otro sentido. La legitimación de la
misma se logra a través de la veracidad de los elementos76.
Los parámetros que definen en la actualidad lo que se entiende por patrimonio
no son su carácter básico de construcción social o de invención legitimada, sino su
carácter simbólico, es decir “(…) su capacidad para representar simbólicamente una
identidad” (Prats, 1997: 22). Este proceso de legitimación77 simbólica, consiste en
autentificar unos referentes simbólicos78 a partir de unas fuentes de autoridad. Así,
todos los elementos culturales (materiales e inmateriales) seleccionados adquieren un
carácter sacralizado, esencial e inmutable.
Los criterios principales fijados para su legitimación son: la naturaleza79, la
historia80 y la inspiración creativa81. La fuerza de dichos criterios proviene según Prats
del hecho “(…) que están más allá del orden social y de sus leyes” (Pratz, 1997: 23).
Otro criterio de legitimación y selección es el de la “nobleza”, que tiene que ver más
con los valores sociales hegemónicos que con la entidad de los elementos. Así, los
referentes simbólicos seleccionados y legitimados por todos estos criterios, son
convenientemente definidos de acuerdo a los intereses de las clases dominantes. Por
consiguiente, se partirá de la hipótesis que la identidad, del tipo que sea, es una
construcción social y un hecho dinámico, aunque con un razonable nivel de fijación y
perduración (Prats: 1997).
76
Los elementos al ser ubicados en un nuevo contexto, contribuyen a crear otra realidad (Prats, 1997: 20)
77
“La mejor manera de describir la legitimación como proceso es que constituye una objetivación de
significado de segundo orden. La legitimación produce nuevos significados que sirven para integrar los
ya atribuidos a procesos institucionales dispares. La función de la legitimación consiste en lograr que las
objetivaciones de primer orden ya institucionalizadas lleguen a ser objetivamente disponibles y
subjetivamente plausibles” (Berger y Luckman, 1991: 120-121)
78
“La principal virtualidad de un símbolo es su capacidad para expresar de una forma sintética y
emocionalmente efectiva un relación entre ideas y valores. Dicho de otra forma, el símbolo tiene la
capacidad de transformar las concepciones y creencias en emociones, de encarnarse, y de condensarlas y
hacerlas, por tanto mucho más intensas” (Prats, 1997: 29)
79
“La naturaleza (idealmente la naturaleza salvaje, no maleada por el hombre, sus fuerzas desatadas, sus
peligros y misterios) escapa del control humano y revela unos poderes que no se pliegan al orden social”
(Prats, 1997: 23)
80
“La historia, el pasado, en tanto que tiempo fuera del tiempo, también escapa a nuestro control, pues
está más allá de nuestro presente inmediato” (Prats, 1997: 23).
81
“La inspiración creativa, el genio, representa la excepcionalidad cultural, la individualidad que
trasciende, y por tanto transgrede, (…) los genios son hombres excepcionales que desafían un orden
social que se basa en la homogenización de los individuos, y, por tanto afirman la fuerza del individuo
más allá de los límites culturales” (Prats, 1997: 23)
43
Asimismo, toda formulación de la identidad es únicamente una versión de esa
identidad, y es una construcción ideológica, pues responde a unas ideas, valores e
intereses específicos de aquellos que la propugnan. En conclusión, la identidad “(…) es
un instrumento que, creando la ficción del sujeto colectivo, pone en manos de quien la
utiliza toda la energía contenida dentro del círculo de actores que define” (Prats, 1997:
33). Cabe agregar, que cualquier agente social puede proponer una versión de identidad,
pero solo podrá activarlos aquellos que pueden.
En esa dirección, el poder político (gobiernos locales, nacionales) se configurará
en el principal agente de activación patrimonial82, ya que éste “(…) es un medio
importante de adecuación de la crisis, es un emoliente social, y refuerza la identidad
nacional cuando la confianza se debilita o se ve amenazada” (Harvey, 2004: 106-107).
Por lo tanto, el patrimonio es utilizado como instrumento para domesticar a las
culturas83. Cabe señalar, que estos referentes patrimoniales son activados por versiones
ideológicas de la identidad, la cual tiende al enmascaramiento y la configuración misma
de un simulacro84, que es el proceso que erradica toda diferencia entre lo activo y lo
pasivo, lo “real” y lo “imaginario”, el significado y el significante. Así, el patrimonio
entra en el universo de las simulaciones y los simulacros (Baudrillard: 1978), lo que en
alguna medida termina por reestructurar el imaginario urbano85.
Para Soja, la reestructuración del imaginario urbano emplea una “(…) forma
diferente y más sutil de regulación social y espacial, una forma que literal y
figurativamente juega con la mente, manipulando la conciencia cívica y las imágenes
populares del espacio y de la vida urbana con el propósito de mantener el orden” (Soja,
2008: 452). En el caso de Quito, se considera al igual que Salgado, que estas
82
La activación patrimonial también “(…) crea una pantalla superficial que se inserta entre nuestra vida
presente y nuestra historia (Hewison, Harvey 2004: 107).
83
En Quito, la tarea de configurar activaciones patrimoniales, la empezó a realizar la Dirección de
patrimonio Artístico, que luego cedió esta diligencia, al Instituto de Patrimonio Cultural y por último, esta
actividad pasó hacer del dominio del FONSAL. Cabe agregar, que las activaciones patrimoniales
ejecutadas por estos organismos, “(…) conducen a una pérdida antes que un reforzamiento del sentido
histórico” (Kingman 2005: 97).
84
“El simulacro nunca es lo que oculta la verdad – es la verdad la que oculta que no hay ninguna verdad.
El simulacro es verdadero” (Baudrillard, Soja, 2008: 456).
85
“El imaginario urbano, (…) se refiere a nuestros mapas mentales y cognitivos de la realidad urbana, a
las cuadrículas a través de las cuales pensamos, experimentamos, evaluamos y decidimos actuar en los
lugares, espacios y comunidades en las que vivimos” (Soja, 2008: 452)
44
reestructuraciones del imaginario, tienen como propósito producir nostalgia, para así
poder manipular a las colectividades86.
Patrimonio Monumental.
El patrimonio monumental, se funda en la idea de arqueólogos, arquitectos e
historiadores de identificar al patrimonio con un conjunto de objetos limitados. Las
sociedades occidentales, han constituido su identidad en alguna medida, a través de su
patrimonio arquitectónico y urbano (Monumento y ciudad histórica) (Choay: 1992). En
consecuencia, estas sociedades a través del corpus de antigüedades clásicas y nacionales
buscan la construcción icónica y textual87, lo que permite posteriormente, “(…)
construir el tiempo histórico y construir la imagen de sí, progresivamente enriquecida
por datos genealógicos” (Choay, 1992: 190).
La mundialización de los valores y de las referencias occidentales, han
contribuido a la expansión ecuménica de este tipo de práctica patrimonial. La que
únicamente considera como patrimonio universal88, a “(…) los monumentos, conjuntos
edificados, yacimientos arqueológicos o conjuntos que presentan un valor universal
excepcional desde el punto de vista de la historia del arte o de la ciencia”89 (Choay,
1992: 192). Así, el objeto o monumento antiguo adquiere la intensidad de presencia
concreta y se transforma en una reliquia de un mundo perdido sepultado por el tiempo y
por la técnica, convirtiéndose en un objeto de culto (Baudrillard: 2004).
86
El programa de la Noches Culturas del Centro Histórico de Quito establecido en el 2010, tenía dos
objetivos. El primero, era lograr que tanto los residentes como los visitantes extranjeros y nacionales
conozcan “las leyendas” y “la historia” de la ciudad a través de simulacros (Baudrillard: 1978); y
segundo, que estos provoquen en la audiencia nostalgia, para que así, ellos y las futuras generaciones
consideren y apoyen las intervenciones que no hacen otra cosa según la Municipalidad, que cuidar y
proteger el patrimonio que es de “todos”.
87
Cabe mencionar que este tipo de acercamientos jerarquizan al objeto antiguo y a la imagen sobre el
testimonio y la escritura, y prioriza y jerarquiza a su vez al patrimonio material sobre el inmaterial.
88
El Artículo I de la Convención sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural considera
como patrimonio cultural a:
• Los monumentos: obras arquitectónicas, de cultura o de pinturas monumentales, elementos o
estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un
valor excepcional.
• Los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad de integración
en el paisaje, les dé un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de
la ciencia.
• Los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza así como las zonas,
incluidos los lugares arqueológicos, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista
histórico estético, etnológico o antropológico.
89
Para Kingman y Salgado este tipo de intervenciones sirven para afirmar la superioridad de una
civilización o de unas formas culturales sobre otras.
45
En ese contexto, la valorización se configura en la llave de acceso que da el
status de patrimonio histórico edificado. Ésta se remite por un lado a los valores
patrimoniales que se desea que se reconozca; y por otro contiene la noción de plusvalía.
Plusvalía de su interés, de su agrado, de su belleza. Pero también plusvalía de su
atractivo económico. Esta ambivalencia en la noción de valorización, provoca un
antagonismo entre dos sistemas y entre dos estilos de conservación. Uno de esos
sistemas se ampara en el “respeto” del objeto arquitectónico. Mientras el otro se ampara
en los réditos económicos que éste pueda generar (Choay: 1992), a través de la puesta
en escena, animación, modernización, conservación en especies y entrega.90
Esta dinámica provocó, que los monumentos y el patrimonio histórico adquieren
un doble status: “(…) como obras dispensadoras de saber y de placer, puestas a la
disposición de todos y de nadie; pero también como productos culturales fabricados,
embalados y difundidos en vistas de su consumo” (Choay, 1992: 194).
A partir de esta dinámica, el patrimonio monumental cumplirá una doble
función, la de configurarse en un atractor de capitales y la de ser un generador de un
nuevo autoritarismo en la orientación y producción de espacios. En consecuencia, se
conformará un nuevo imaginario urbano donde los centros históricos se transforman en
alguna medida en no-lugares91 coloniales. Cabe agregar, que solo a partir de la última
década del siglo XX, se reconoce en el Ecuador un patrimonio distinto al monumental
(Arízaga: 1996). No obstante, en el caso de Quito, las instituciones municipales
encargadas de conservar el patrimonio, siguen priorizando recursos y personal, sobre el
arte y los monumentos arquitectónicos del Centro Histórico, dejando de lado al
patrimonio etnológico.
Patrimonio Etnológico.
La Mission92 fue el organismo que reconoció por primera vez la existencia del
patrimonio etnológico, que se definía según Prats como:
90
Véase, Alegoría al patrimonio, Capítulo 6, pp. 196 – 199.
91
Es el espacio donde se dan únicamente relaciones de tránsito o transaccionales Es un espacio
fragmentado, encerrado en sí mismo, que impide en alguna medida la interacción de grupos y agentes
sociales (Soja: 2008).
92
En 1980 se constituyó en Francia la Mission du Patrimoine Etnologique, la que desmuseabilizaba la
idea de patrimonio etnológico y sostenía que éste era la cultura misma y no parte de ella.
46
los modos específicos de existencia material y de organización social de los
grupos que la componen, sus conocimientos, su representación del mundo y,
de manera general, los elementos que fundan la identidad de cada grupo social
y lo diferencian de los demás (Prats, 1997: 59)
Esta definición de patrimonio etnológico adoptada por la Mission, tenía según Prats
(1997) un carácter esencialista, pues suponía que existen unas formas de vida
características de los grupos sociales, las que constituyen una cultura genuina. En esta
perspectiva, la cultura será una entidad a la que se le puede “(…) atribuir de manera
causal acontecimientos sociales, modos de conducta, instituciones o procesos sociales”
(Geertz, 2001: 27). Otro hecho puntual, es que esta definición no distingue entre cultura
material e inmaterial, ni otorga ningún valor distintivo a los parámetros simbólicos
como: naturaleza, historia e inspiración creativa.
El carácter esencialista propugnado por la Mission, ha sido corregido por autores
posteriores, que consideran que la cultura “(…) es cambiante y éste es un hecho
inevitable” (Prats, 1997: 62). En esa perspectiva, se problematiza el papel que se le
asigna al “otro” como protector de lo tradicional, y así, se le niega la coetaneidad, que
es ser un actor del presente con demandas y retos del presente (Rappaport: 2007).
A partir de esta perspectiva, la cultura consistirá “(…) en estructuras de
significación socialmente establecidas en virtud de las cuales los agentes y grupos
tienden a hacer determinadas cosas” (Geertz, 2001: 26). Así, la cultura será un contexto
dentro del cual, se pueden describir la gran mayoría de lo fenómenos sociales. Para Said
(1996), la cultura es un campo en competencia, entre los elementos apologéticos93 que
recurren a las metáforas de seguridad, y las perspectivas críticas, que promueven la
distancia a través de la conciencia que tiene el actor social de que el entramado en el
que vive reproduce una situación insostenible y por eso proclama la necesidad de
subvertir ese orden social (Ferguson: 2002).
Las categorías y nociones desarrolladas en este capítulo permitirán abstraer el
objeto de estudio y comprender los efectos de las intervenciones y las estrategias de
seguridad, en el espacio urbano y social. Estas acciones y mecanismos forman parte de
un macroproceso de ordenamiento territorial que es la Renovación Urbana, que tiende
según Lungo (2006) a alterar las especificidades territoriales, a partir de intereses
93
“(…) Las actitudes apologéticas de la cultura, tienen especial manifestación en las formas de
nacionalismos, en el chovinismo y en el provincianismo” (Figueroa, 2009: 40)
47
económicos y en el caso del Casco Antiguo de Quito utiliza los bienes patrimoniales
como vehículos para ganar legitimidad en la comunidad. Por ello en este capítulo,
primero se expusieron las categorías y nociones relacionadas con los procesos de
diferenciación socio-espacial que ocurren alguna medida en los macroprocesos de
Renovación de Urbana (Castells: 1976), para luego exponer la noción de patrimonio. En
el próximo capítulo, se realizará un breve recorrido tanto de los planes, como de las
intervenciones realizadas en el Centro Histórico de Quito, desde inicios del Siglo XX
hasta la primera década del siglo XXI.
48
CAPÍTULO II
QUITO, ESPACIO URBANO Y PLANIFICACIÓN
A comienzos del siglo XX la estructura urbana de Quito estaba regida por la plaza de la
Independencia, alrededor de la cual se encontraban levantados los edificios
representativos del poder civil y eclesiástico (Moreira: 1989). Sin embargo, por fuera de
este paralelogramo, la ciudad había empezado a crecer de forma muy débil y sin
infraestructura.
La arquitectura en este período, se caracterizaba por responder a las demandas
funcionales “más representativas” del poder eclesiástico y central. No obstante, a partir
del centenario de la gesta del diez de Agosto de 1809, se estimuló desde Municipalidad
49
un deseo por generar una “mejor fisonomía urbana y arquitectónica”, en la ciudad. Así,
se realizaron algunas mejoras en las calles y avenidas de Quito, y se intervino en plazas
y se construyeron equipamientos e infraestructuras para la urbe94. Estas intervenciones,
fueron el resultado de una latente preocupación de producir espacios modernos, que se
articulen a la naciente modernidad. Sin embargo, este proceso terminó por distanciar
más los asentamientos urbanos de los rurales, y a diferenciar ciertos sectores de la
ciudad con aquellos que eran percibos como premodernos (Moreira: 1989).
En este período, lo urbano o lo moderno, se midió “(…) en términos culturales y
estaba relacionado con la forma cómo, una parte de la población, se representa a sí
misma y representa a los otros” (Kingman, 2006: 178). Los grupos dominantes son
aquellos que construyen estas representaciones, a través de límites físicos y simbólicos,
en la base de oposiciones binarias como: urbano en contraposición de lo rural y lo
moderno en antagonismo de lo tradicional. Estos límites, tienen como propósito, separar
a las clases populares a través de prácticas distintivas, que se materializan en los bienes
muebles e inmuebles que poseen las élites, así como en sus estilos de vida
diferenciados.
En ese contexto, Quito entra en un proceso de modernización95, que no rompe
los antiguos particularismos sino que los refuerza, agregando
(…) un recurso mas –de carácter tanto cultural como económico- al poder de los
poderosos; en adelante, ser moderno es también de alguna manera ser superior,
y la distancia entre las clases dirigentes y las clases populares se acentúa en la
medida en que las primeras siguen aparentemente la ola de la historia, mientras
que las segundas se quedan varios siglos atrás (Kingman, 1989:13).
Otro fenómeno que emerge a inicios del siglo XX, es la preocupación por evaluar el
grado de crecimiento o la expansión urbana de Quito; esto pues, era uno de los
indicadores utilizados en esa época para medir el progreso o por el contrario, el
estancamiento de una ciudad. Así, el cabildo quiteño encargó distintos censos para
delimitar el crecimiento urbano, los cuales fueron “positivos”, ya que la ciudad tuvo un
94
Las principales intervenciones por la conmemoración del centenario, fueron el rediseño y la
construcción de la Estatua de la Libertad, y la edificación del Palacio, en la Plaza de la Recoleta o plaza
del Centenario, para la Gran Exposición Nacional (Moreira: 1989).
95
“La urbanización en América Latina no es reflejo de un proceso de “modernización”, sino la expresión,
a nivel de las relaciones socio-espaciales, de la agudización de las contradicciones sociales inherentes a su
modo de desarrollo, el que está determinado por una dependencia específica dentro del capitalismo
monopolista” (Castells, 1976: 78).
50
leve crecimiento poblacional. El mismo que se expresó, “(…) en el aumento de las
casas de inquilinato y en el número de edificaciones” (Kingman, 2006: 182); así como
también, en la formación de barrios separados y ciudadelas96.
Uno de los efectos centrales del crecimiento poblacional, es que provocó un
proceso de densificación urbana en ciertos sectores de la capital, lo que estimuló que el
espacio urbano se transforme en un objeto de renta (Hardoy y dos Santos: 1984). El
vivir de las rentas97, era una estrategia económica que incluía a diversos estratos
sociales y “(…) formaba parte de un estilo de vida propio de una época o de un habitus”
(Kingman, 2006: 192). Así, la mayoría de casas de Quito se adecuaron para destinar
espacios para el arrendamiento de los mismos98. Los huertos y los bajos de una casa que
antes estaban destinados para otras actividades, se configuraron en espacios para la
obtención de rentas.
A través del incremento de las rentas, fue posible desarrollar actividades
mercantiles y los oficios. Sin embargo, este proceso provocó cambios en la cotidianidad
de los quiteños (Ycaza: 2000). Una de estas transformaciones, fue la introducción de
“nuevos” espacios de socialización, los que “(…) contribuyeron a generar cambios en la
cultura política, pues marcaron una separación de los ámbitos en los que se definía lo
público-ciudadano” (Kingman, 2006: 204).
Los nuevos espacios de socialización, aparecen a inicios del siglo XX, con la
implementación de los pasajes99. Los que se constituían en lugares para la
autorepresentación de las élites, pues se configuraba, en un sitios que permitían la
diferenciación entre los grupos sociales hegemónicos y contra-hegemónicos. Uno de los
96
La separación de los emplazamientos geográficos, tenía como propósito agrupar a los grupos
hegemónicos para así diferenciarse espacialmente de los grupos sociales subalternos. No obstante, la
separación de distintas zonas pobladas alrededor de la urbe fue en alguna medida consecuencia del
emplazamiento geográfico de Quito, ya que éste condicionaba las posibilidades de crecimiento urbano,
limitaba los desplazamientos de una zona a otra, y hacía aislados e incluso impenetrables determinados
parajes (Kingman: 2006)
97
La sociedad quiteña en ese período se caracterizaba por su vocación rentística (Kingman: 2006). La
misma que se mantiene hasta la actualidad, ya que muchos de los propietarios de los bienes inmuebles del
Centro Histórico, viven de las rentas generadas por los arriendos de las viviendas para usos comerciales y
residenciales. La iglesia, era y es uno de los principales rentista de las propiedades de la Ciudad Antigua.
98
La diferenciación de los estamentos que vivían en esas casas, se configuraba a través de los pisos en los
que habitaban (Kingman: 2006).
99
Para Benjamin los pasajes eran espacios entre la calle y el interior, sin los cuales hubiera sido imposible
el callejeo (Benjamin: 1993).
51
pasajes más representativos era el Pasaje Royal100. Éste por un lado, era concebido
como un escenario con escaparate, paseos y jardines interiores, era un verdadero
espacio de ocio, consumo suntuoso y autorepresentación; y por otro, permitía
únicamente circular a un tipo de estamento social. Este pasaje para Ycaza (2000), es
uno de los ejemplos más emblemáticos de enclaves privilegiados en Quito, pues se
estableció a través de principios segregativos y distintivos y traza en alguna medida el
cómo se piensa y se construye la ciudad en este período101.
En la segunda década del Siglo XX, la densificación de la ciudad hizo que los
contactos entre los sectores de la sociedad sean más intensos, por consiguiente se asistió
a un límite o punto de inflexión en el proceso de densificación del Centro. Éste, fue un
producto del incremento poblacional y de los nuevos usos dados a la zona central.
A partir de esta dinámica, los arrendatarios de piezas
(…) fueron desplazados hacia el Sur y hacia las lomas del Pichincha; en otros
casos, pasaron a ocupar las partes más deterioradas de la propia zona central.
Mientras tanto, los sectores altos y medios comenzaron a buscar nuevas áreas
donde ubicar sus residencias: en una primera instancia, hacia San Blas
(percibido aún hoy como una de las entradas al Centro) y, más tarde, hacia la
Alameda, la actual 12 de Octubre, la Mariscal: lo que a partir de ese entonces se
dio en llamar el Norte (Kingman, 2006: 207).
100
“Como consecuencia del desarrollo comercial de la capital surgen nuevas tipologías arquitectónicas
tendientes a satisfacer nuevas demandas. Una de ellas (…) son los pasajes peatonales en la planta baja de
algunas edificaciones, tales como el "Pasaje Tobar" y "El Royal", tendientes a lograr un mayor
aprovechamiento de locales para almacenes. El Pasaje "Royal" y el "Miranda", además sorteaban las
quebradas que pasaban por estos terrenos y unir peatonalmente dos calles” (Moreira, 1989: 244).
101
En la actualidad se siguen configurando espacios para el consumo exclusivo de las clases medias en
ascenso y las élites, como “La Ronda” y el “eje gastronómico” que se encuentra en el Palacio Arzobispal.
102
La primera centralidad de Quito, es su Centro histórico o la ciudad antigua (Vallejo: 2008).
103
El crecimiento de la ciudad provocó, un incremento en la demanda de suelo urbano, lo que provocó un
proceso de transacciones de propiedad en Quito en las tres primeras décadas del siglo XX.
104
La expansión longitudinal, sigue llevándose a cabo, y se debe al emplazamiento geográfico de la urbe.
52
provocó que la superficie urbanizada comience a romper las características de una
delimitación compacta.
Previo al proceso anterior, las propiedades en venta de los grupos dominantes, se
heredaban al interior de su grupo social y no estaban sujetas a la misma movilidad de un
intercambio abierto (Kingman: 2006). Esto pues, se había establecido un mercado
limitado al interior del mismo grupo social, que convertía a estas propiedades en bienes
escasos105. Una de las consecuencias de este proceso fue que cualquier persona que
estuviera por fuera del grupo dominante no podía ubicarse en cualquier lugar, aunque
nadie se lo prohibiese expresamente. Así, se conformaron enclaves de las élites quiteñas
en la ciudad antigua, donde las propiedades más caras se encontraban en la zona central
mientras que los precios de la periferia variaban según su ubicación, hacia el norte o
hacia el sur de la ciudad106.
A partir del proceso de ubicación diferenciada de comienzos del Siglo XX y la
“contaminación social” generada por la presencia de “desconocidos107”, Quito rompe la
tendencia a la concentración urbana en un centro, y por consiguiente las élites y las
clases medias en asenso deciden ubicarse en el Norte de la urbe108. Donde crean
ciudadelas, que eran un modelo de “(…) barrio ajardinado, donde la villa se suelta
dentro del lote dejando generosos retiros verdes a los lados” (Moreira, 1989: 245). La
constitución de ciudadelas o enclaves diferenciados, provocó que se materialice una
ruptura urbana con respecto a la ciudad antigua, que a partir de la década de los
cuarenta se acrecentó, pues los capitales públicos y privados fueron invertidos en la
ciudad nueva, que es donde las élites se establecieron (Norte de Quito).
Desde de este momento, se manifestaron dos de los principales agentes ligados
con la definición de la matriz espacial del Centro Histórico: la modernización de los
terratenientes agrarios a través de su conversión en terratenientes urbanos109 y la
consecuente urbanización del Municipio de Quito hacia donde este grupo dominante
105
Este proceso explica en alguna medida, el por qué muchas de las propiedades del Centro Histórico
siguen perteneciendo a los mismos dueños.
106
En la actualidad esta tendencia de concentrar lo precios de suelo más elevados en Núcleo Central se
mantiene (D’Ercole y Tupiza: 2001).
107
Para Peyronnie, los “desconocidos” eran los no urbanos, “los rurales, aquellos que acompañados de su
familia dejaron su estado de peones o campesinos desprovistos de todo” (Peyronnie, 2002: 25).
108
El abandono también es un producto del surgimiento de nuevos parámetros culturales como: el confort
y la independencia, que son parte de la idea de modernidad de los países occidentales (Moreira: 1989).
109
El proceso de expansión y diferenciación, estuvo rodeado de un período de crisis nacional, el cual fue
sorteado por las élites a través de “(…) la acción encaminada a revalorizar y especular con la tierra
urbana de Quito, especialmente con las fincas y quintas de las planicies de Iñaquito” (Achig, 1983: 55).
53
tiene puesto sus intereses (Carrión: 1990). Estos procesos conducirían a la
diferenciación entre el Centro histórico, el Sur y la ciudad moderna110.
En la década de los treinta, se consolidó la tendencia a la diferenciación y a la
conformación de espacios separados. Así, los sectores de mayores recursos ubicaron
masivamente sus lugares de residencia hacia el Norte111. Por su parte, los sectores de
menores recursos económicos, se establecieron en el sur de la ciudad. Donde se
empezaron, a crear los primeros barrios obreros como: “Villa Encantada”, “Villa Flora”,
ciudadela “México” (Kingman: 2006). La primera, fue una urbanización de empleados
Municipales y las dos últimas estaban destinadas a satisfacer la demanda de la clase
ferrocarrilera (Moreira: 1989). Cabe agregar, que la migración de la población hacia el
norte o al sur de la ciudad, provocó dos fenómenos importantes. El primero, el deterioro
de la ciudad antigua, y el segundo, “(…) el franco desbordamiento sobre las áreas que
se mantuvieron como de reserva” (Narváez: 1989).
La municipalidad, para resolver esta problemática, procedió a dividir la ciudad
en sectores con el fin de dotarla de servicios y para realizar un cobro diferenciado de
tarifas e impuestos. Sin embargo, la acción municipal se concentrará durante varias
décadas en la llamada “ciudad nueva”, “(…) mientras que, por el contrario, los
problemas urbanísticos de los barrios populares que se formaban con la migración, eran
resueltos por los propios pobladores, mediante mingas (Kingman, 2006: 225).
Otra dinámica urbana, que se desarrolló a inicios del siglo XX y que provocó en
alguna medida la expansión urbana de la ciudad, fue la implementación de nuevos
medios de transporte, como el ferrocarril. Éste, generó una inyección de vida en la
ciudad tradicional, pues por un lado, posibilitó la entrada de mayor cantidad y variedad
de productos costeños e importados hacia Quito, así como personas y noticias; y por
otro, produjo una necesidad en los pobladores de extenderse y desarraigarse del Centro.
No obstante, éste creó también, fronteras culturales y aumentó la distancia entre “centro
ciudadano” y la “periferia no ciudadana” (Figueroa: 2008). El ferrocarril112 hizo
110
La densificación y la consolidación establecerán en alguna medida los límites de la zona homogénea
(Casco antiguo o Ciudad antigua), con la zona en expansión o heterogénea (Ciudad Nueva). Como
consecuencia, se gestarán las condiciones “(…) internas (cualidades propias) y externas (oposición y
contraste) que permiten definir el objeto empírico o Centro histórico” (Carrión, 1990: 18).
111
El Norte es una gran planicie con condiciones topográficas y climatológicas mejores que las del resto
de la ciudad (Moreira: 1989).
112
Figueroa argumenta que el ferrocarril no transforma las estructuras aristocráticas, sino que únicamente
transporta exóticos objetos modernos para el consumo de las élites (Figueroa: 2008). En esa dirección,
54
también, que Quito deje de depender de la producción de las haciendas y huertas de la
región y se abra hacia un mercado más amplio” (Kingman: 2006).
El funcionamiento del tren113, amplió también el número de personas que
llegaban a la capital, para migrar, comprar o vender, realizar gestiones en la
administración central o como turistas. Por consiguiente, los índices de movilidad
ascendieron, y los procesos migratorios, empezaron desde ese momento a tener un
mayor significado y repercusión en los aspectos urbanos y rurales114. El tren fue
también fundamental para el proceso de expansión urbana de Quito, porque posibilitó el
traslado desde Guayaquil, el material pesado para las construcciones públicas y
particulares, sobre todo para la instalación del agua potable (Achig: 1983).
Previo a la construcción del ferrocarril que uniría Guayaquil con Quito, se
presentó una propuesta para construir tranvías en la capital, propuesta que fue
encaminada a resolver la problemática de la movilidad interna de la urbe. No obstante,
esta iniciativa no resolvió la problemática de la movilidad, pues sus recorridos se
concentraban en pequeños sectores de la ciudad. Años más tarde, a partir de la
liquidación de la empresa de tranvías por su poca rentabilidad y los problemas con las
compañías contratantes (Figueroa: 2008), se implementó en Quito el uso del ómnibus,
que a diferencia de lo ocurrido con el tranvía, fue un proceso con cierto grado de éxito,
desde los costos para su implementación, como en el radio de su cobertura. Sin
embargo, a pesar de que el ómnibus, el tranvía, el automóvil, los camiones y las
bicicletas, permitieron ampliar la movilidad de los individuos dentro del espacio urbano.
Los sectores “populares” continuaron movilizándose a pie (Figueroa: 2008).
Otro factor, que posibilitó la expansión urbana en Quito, fue el de las vías
carrozables. Las que permitieron dos cosas, configurar y trazar los hitos sobre los cuales
la ciudad iría creciendo; y urbanizar los alrededores de la urbe. Las vías115, facilitaron
Valencia expone que “Los trenes arriban tres veces por semana conduciendo sillería de Viena, oleografías
napoleónicas y Venus de escayola. También, rizadas cornucopias de mármol con lunas venecianas,
japonerías de seda y laca, barricas de generosos vinos de España y Francia. Hay un sentido epicurista de
la vida. Se ama el buen vino de aroma añejo y el oporto de rubí, el jerez de ámbar” (Valencia, 2007: 55).
113
A partir de su implementación, se desarrollaron los sectores secundarios y terciarios de la economía
capitalina pero de modo incipiente (Achig: 1983).
114
Para Kingman el tren permitió percibir al Ecuador en términos territoriales (Kingman: 2006).
115
En cuanto al material de las calles y vías de la urbe, el empedrado de las calles del Centro Histórico
era visto como antihigiénico e incómodo, ya que en tiempos de lluvia se inundaban, lo que podía ser un
factor negativo para la salud de la población, por lo que fue reemplazado y readecuado (Narváez: 1989).
55
también el intercambio entre el campo y la ciudad, y contribuyeron a la fundación de las
ciudadelas.
La arquitectura también contribuyó con el proceso de expansión y diferenciación
de la ciudad, a través de la incorporación de modelos116 que según Kingman (2006) no
se ajustaban a las formas de organización social117, como las modernas tecnologías de
control delincuencial (arquitectura panóptica)118. A partir de esas transformaciones,
García Moreno en el siglo XIX, perseguía un tipo modernidad, “(…) orientada en la
línea del ordenamiento urbano, como paradigma de un orden (…)” (Kingman, 2006:
257).
En ese contexto, a finales del siglo XIX se emprendió un proceso de
transformación urbana en Quito, que estaba anclado en un deseo de un tipo particular de
modernidad. Ésta, en el siglo XIX, estuvo a cargo de Menten, Reed, Smith, y en el siglo
XX, estuvo en manos de Radiconcini, Vinchi y Russo. Ellos, contribuyeron a la
difusión de nuevas técnicas y estilos arquitectónicos, en oposición del estilo colonial.
Así, las nuevas estéticas se constituyeron en signos de distinción social.
Las transformaciones urbanas, se produjeron sobre todo en el área de más
prestigio del Centro Histórico119, y en muchos casos, “(…) se limitó a una modificación
formal de las fachadas y adecuaciones de los espacios interiores para nuevos usos”
(Kingman, 2006: 260). En efecto, el proceso de Renovación Urbana de inicios del Siglo
XX120, tuvo un gran impacto en la arquitectura y en el diseño urbano, pues a partir de él,
se introdujeron “nuevos criterios funcionales relacionados con la necesidad de cambiar
los estilos de vida” (Kingman, 2006: 266). Sin embargo, las necesidades de ornato y de
embellecimiento urbano siguieron funcionando. En conclusión se podría señalar, que
116
Modelos como: “(…) el Observatorio Astronómico en la Alameda, la Escuela de Artes y Oficios, el
Panóptico y la casa del propio García Moreno, en la plaza de Santo Domingo, fueron traídos de Europa”
(Kingman, 2006: 257).
117
“Tampoco a sociedad en la que se ensayaban esos dispositivos era socialmente moderna. Se trataba,
por el contrario, de una autarquía católica, basada en el dominio del capital comercial y el fortalecimiento
del sistema de hacienda (Kingman, 2006: 257).
118
Las tecnologías de control delincuencial no terminaron con los juzgamientos morales.
119
En la actualidad, se siguen repitiendo las formas de intervención urbana de principios del Siglo XX,
donde se prioriza, el espacio que concentra mayor cantidad hitos arquitectónicos (Núcleo Central) y se
conserva el exterior o la fachada, dejando a un lado los espacios interiores. Esta forma de actuar, según
Benavides tuvo gran acogida en la década de los cuarenta, cincuenta, sesenta y setenta (Benavides: 1977).
120
Entre los años treinta y cincuenta los primeros inventarios patrimoniales, que estaban interesados
sobre todo, en la preservación de los monumentos religiosos (Kingman y Pratz: 2008). Desde ese período,
que se instituye en la Municipalidad la idea de monumentalismo, la cual en alguna medida sigue estando
vigente en la actualidad (Salgado: 2008).
56
los cambios urbanísticos y arquitectónicos introducidos en Quito a finales del siglo XIX
y en las primeras tres décadas del siglo XX, forman parte de un mismo deseo de
modernidad,121 que se cimenta en la idea de progreso ya desarrollada por García
Moreno, aunque bajo un signo distintivo.
Otra preocupación de la Municipalidad en la década de los treinta, como secuela
del proceso de expansión de la ciudad, es la de la salud pública. Ésta, pasó a ocupar un
plano central, ya que en muchos espacios de la urbe había carencia, penuria o ausencia
de servicios básicos. Por consiguiente, se crearon nuevos dispositivos de manejo de la
vida social, dentro de los cuales, el higienismo pasó a constituirse en una tendencia de
acción social, que iba ha llevar a la urbe a la modernidad.
Este movimiento, se constituyó en el Ecuador, “(…) en una verdadera escuela de
pensamiento médico y social, estrechamente ligada a las prácticas estatales y
municipales de salubridad y seguridad social (…) su interés básico consistía en mejorar
las condiciones de vida y de salud del conjunto de la población” (Kingman, 2006: 302).
Asimismo, el higienismo, se preocupaba “(…) por la suerte del hombre como especie:
por la natalidad, la longevidad, la mortalidad de las poblaciones y el control de las
anomias” (Kingman, 2006: 275). No obstante, estos dispositivos, iban más allá del
campo individual y de la propia medicina como disciplina especializada, pues se
orientaban en la línea de la biopolítica (Foucault: 2006).
A partir de la implementación de estas prácticas, un hombre descuidado
corporalmente, sería un hombre moralmente degradado, y algo semejante sucedería con
las poblaciones. Así, los agentes y grupos que no poseían características “civilizadas y
modernas”122, eran separados y señalados, lo que contribuía a crear un estigma social,
que al ser asociado con un asentamiento específico, terminaba por configurar un
121
Kingman sostiene, que la sociedad quiteña estaba lejos de ser moderna, por lo que, “los historiadores
de la arquitectura deberían hacer un esfuerzo para leer ese juego conflictivo y contradictorio entre lo
arquitectural y lo social, en un contexto de cambios generado en un tiempo relativamente largo (…)”
(Kingman, 2006: 259).
122
Jijón y Caamaño concibió un modelo en que los trabajadores agrícolas, la mayoría indígenas, fueran
reducidos a la costumbre y excluidos de las esferas monetaria y política (Figueroa: 2008). Así, el trabajo
que desempeñaban los grupos no modernos, no era reconocido con la misma valía que el de otros grupos
sociales. Además, las clases medias y las élites quiteñas abusaban laboralmente de la gran mayoría de
estos grupos que llegaban a la ciudad. “Del peón que llega a la ciudad abusan todos, aún los que no tienen
relación de trabajo con éstos, y los utilizan para lo que les viene en gana; se abusa también de sus
jornales, al punto que se hace necesario disponer que se pague en mano propia sus almuerzos y jornales",
así como que no se los utilice en otras quehaceres con el fin de evitar "un perjuicio no sólo contra estos
infelices, sino contra las rentas cantonales del público” (Goetschel y Kingman,1989: 398 – 399).
57
estigma territorial (Wacquant: 2001). En conclusión, siguiendo a Kingman (2006),
podríamos afirmar que el higienismo123, combinaba, la idea de ornato, medicina y
moral, para poder clasificar a los agentes y grupos sociales.
Existieron dos generaciones distintas dentro del higienismo (Kingman, 2006:
303). La primera, era la generación de Jijón Bello, la que tenía como preocupación
central a la salud. No obstante, en sus textos se entremezclaban criterios médicos con
jurídicos, morales y de embellecimiento urbano124. Para los primeros salubristas,
aquellos que eran percibidos como “los otros”, se los consideraba como estorbos
sociales y eran tratados como tales. La segunda generación125, era la de Pablo Arturo
Suárez, en ella ya no se trataba de estorbos sociales o de faltas morales, sino de
desórdenes en el seno del cuerpo social. En esta corriente, antes de hablar de exclusión
se priorizaba la higienización126. Así, “(…) la previsión social (más tarde llamada
seguridad social) se organizó en los años veinte y treinta como una extensión de la
Beneficencia Pública y fue concebida como una institución capaz de ejercer protección
sobre el cuerpo útil de la población” (Kingman, 2006: 306).
En ese contexto, la seguridad social o prevención social, estaba ligada a la
generación de habitus ciudadanos entre los sectores populares. Su accionar, se
concentraba en las prácticas de higiene industrial, las campañas para la higienización de
las viviendas y los vestidos, la implementación de comedores populares, las visitas y
controles médicos. Cabe señalar, que las acciones municipales hechas por los segundos
salubristas, contribuyeron al “mestizaje urbano” (Kingman: 2006).
A manera de conclusión de este acápite, se podría señalar que la consolidación
que se dio en la ciudad antigua fue un producto en gran medida de la migración campo-
ciudad, la que provocó que las élites y muchos sectores subalternos se desplacen hacia
el sur y el norte de la urbe en busca de espacios urbanizables. En el primero de ellos se
ubicaron los grupos subalternos y en el segundo se situaron las clases medias en ascenso
123
El higienismo, se vio condicionado en alguna medida, por un sentido común ciudadano, “(…) que
marcaba separaciones entre, salubridad, limpieza y orden, que eran percibidos como criterios
civilizatorios y modernos; e insalubridad, suciedad y desorden, provenientes tanto del mundo rural como
del marginal urbano” (Kingman, 2006: 302 – 303).
124
Esta perspectiva se construía a través de criterios racistas y civilizatorios (Kingman: 2006).
125
La segunda generación, “(…) se movía dentro de los parámetros de la medicina social, constituida
como campo aparentemente autónomo. Su punto de partida era la observación de las condiciones sociales
de vida (…)” (Kingman, 2006: 303).
126
“En la concepción de Pablo Arturo Suárez, hay un proceso degenerativo de los sectores populares en
el cual “cada generación engendra otra más débil y menos capaz (…)” (Kingman, 2006: 321).
58
y las élites quiteñas. No obstante, fue el deseo de no compartir espacios por parte de las
élites quiteñas, lo que provocó que éstas salgan de este espacio, y a su vez movilicen
las intervenciones e inversiones del sector público y privado hacia la ciudad nueva
(Carrión: 1990).
Este proceso, estimuló también que se configuren dos espacios claramente
diferenciados, la ciudad antigua y la nueva. En la primera se conformó la centralidad
histórica y en la segunda se configuró la económica. Cabe señalar, que la consolidación
de la ciudad antigua y la expansión hacia el norte y sur de la ciudad fueron posibles por
la implementación de nuevas técnicas de administración de las poblaciones, nuevos
medios de transporte y las vías carrozables, que facilitaron la “conquista” y la
comunicación de espacios que hasta ese entonces parecían impenetrables.
A partir de lo anterior, se podría considerar, que Quito a inicios del siglo XX
había incrementado el número de habitantes hasta densificarse127. Décadas más tarde, se
había expandido y diferenciado128”. Así, Quito estaba dejando de ser una “ciudad
señorial,” para intentar convertirse en una urbe “moderna”.
Desde los años treinta hasta los años sesenta, se inicia en Quito un proceso en el cual los
elementos estamentales y los capitales (Bourdieu: 2006), tienen un peso específico en la
constitución de los grupos sociales, los que en alguna medida estaban arraigadas a los
principios distintivos de inicios del siglo XX. La urbe en este período, se inscribía en
un contexto de fragmentación del suelo con fines especulativos129, “(…) de vertiginoso
crecimiento poblacional, de marcada expansión urbana, de constitución de nuevos
actores sociales y de particulares condiciones socioeconómicas” (Ilustre Municipio de
Quito, 1992: 25). En esta etapa, ocurren hechos específicos de real magnitud para la
127
“La expansión del área comercial, el impacto del ferrocarril, las instalaciones de infraestructura y el
proceso migratorio, transformaron a la ciudad que superó los 75000 habitantes hacia 1850, los 80000
habitantes hacia 1900 y los 130000 hacia 1930” (Hardoy y dos Santos, 1984: 48).
128
“Los sectores acomodados abandonan paulatinamente el centro en favor de nuevas áreas residenciales
en la zona norte buscando, en última instancia, la salida a la planicie del El Ejido e Iñaquito, en tanto que
los sectores de bajos ingresos mantienen una localización intersticial en terreno accidentado y elevado. En
relación con esto último, comienza en ocasiones la ocupación de áreas por encima de las cotas de
abastecimientos de servicios, como ocurre en las laderas del Pichincha. Cabe señalar, que el equipamiento
urbano privilegia las zonas centro y norte” (Hardoy y dos Santos, 1984: 48 - 49).
129
Los hacendados de la periferia norte y sur de la ciudad, empiezan a lotizar sus terrenos y ha especular
con el valor de los mismos (Benavides: 1980).
59
ciudad, como: la celebración del cuarto centenario de la fundación de la Ciudad, el
primer plan regulador de Quito, y la noción130 y delimitación del Centro histórico.
En relación con esto último, Jijón y Caamaño131 le asigna a la Ciudad Antigua o
Centro Histórico, un determinado valor y establece una delimitación, que se extendía
“(…) por el norte hasta el monumento de Bolívar, por el sur hasta la Recoleta, por el
este hasta la calle Pedro F. Cevallos, y por el oeste hasta la calle Chimborazo” (Ilustre
Municipio de Quito, 1992: 25). Esta delimitación, procura definir al espacio central
como un espacio colonial, que es un producto de sus hitos monumentales. No obstante,
hay que señalar que desde 1931 los postulados del urbanismo y de la arquitectura
moderna ya habían definido los términos que orientarían el diálogo entre la ciudad
antigua y la ciudad moderna. Los términos eran claros, pues para la mayoría de actores
de este campo, los monumentos históricos debían ser liberados de su entorno inmediato,
ya que se consideraba que éste, interrumpía el paisaje urbano y no tenía el valor estético
necesario para seguir presente en este espacio.
Esta perspectiva provocó, tanto en Quito como en América Latina, que
existieran dos corrientes paralelas de conservación. La primera, fue la teoría
documentalista, que estaba robustecida por el encuentro multidisciplinario y la
participación de la ciudadanía. La segunda, “(…) era empírica, nacida solo de la
práctica profesional, huérfana de responsabilidades para con la historia local, (…) y sin
compromiso alguno con la memoria de la ciudad” (Benavides, 1980: 187). Cabe
señalar, que dentro de esta dualidad se sitúa toda la experiencia de la planificación de
Quito132.
En 1942, se entregó el anteproyecto del Plan Regulador de Quito realizado por
Jones Odriozola133, el cual trataba desde una perspectiva urbanística “(…) racionalizar
el fraccionamiento del suelo a través de un instrumento legal” (Benavides, 1980: 186).
Este plan surgió de la necesidad impostergable de la urbe de controlar en alguna
medida la especulación de los sectores sociales propietarios de las tierras urbanizables.
130
Para la Municipalidad, por Centro Histórico, se entenderá “(…) el proceso en el cual un grupo social
asigna una determinada significación a un espacio de la ciudad, al que se le asigna un determinado valor,
que paulatinamente va siendo aceptado por el conjunto de la sociedad” (I. Municipio de Quito, 1992: 25).
131
Jijón y Caamaño es el alcalde de Quito en este período específico.
132
En Quito, la segunda visión es la que desde los años cuarenta ha dominado las discusiones sobre el
Casco histórico y la urbe en general.
133
Ortiz sostiene que Odriozola con el propósito “(…) de estudiar la evolución del espacio urbano,
recopiló una serie de planos históricos de Quito, entre ellos el fechado en 1840 en París, (…)” (Ortiz,
2007: 141), y el fechado el 20 de Octubre de 1916 y suscrito por Richard Muller.
60
La propuesta de Odriozola, se dedicó también al conocimiento y tratamiento de
las dos caras de la urbe, la primera, era la ciudad histórica consolidada y la segunda era
la ciudad del mañana. Su plan proponía desde un esquema polinuclear, descentralizar
las funciones del centro único (Casco Histórico de Quito) para así desconcentrar la
función administrativa del mismo. No obstante, ya en la práctica se iba expresando más
bien como binuclear, es decir una centralidad urbana compartida entre el Centro
Histórico de Quito y la zona de la Mariscal.
El Plan Regulador proponía también, una referencia de límites del área histórica
o patrimonial. No obstante, no contemplaba medidas para la preservación del conjunto
de edificaciones monumentales y del entorno paisajístico de la ciudad antigua134. Por
consiguiente, el plan de Odriozola desestimaba la traza urbana del Casco antiguo, pues
consideraba que era más relevante, generar un nuevo trazado vial, que esté acorde a las
nuevas funciones de la urbe “moderna”. Las intervenciones que se implementaron por
este plan, estaban respaldadas en una razón tecnocrática135, que generó según Kingman
(2006), una sensación de racionalidad y de objetividad en la ciudadanía, que serviría
para legitimar las distintas intervenciones136.
La propuesta de Odriozola, planteaba dos estrategias significativas para la urbe,
la zonificación de la ciudad y el puente entre renovación urbana y tradición137. La
primera estrategia, buscaba “especializar” el espacio urbano a través de la consolidación
134
En la ciudad antigua, se propuso ensanchar las calles Guayaquil y Venezuela a 14 metros, la calle
Vargas a 16 metros y las Calles Maldonado y Montúfar a 30 metros, además de algunos pasos a desnivel
como en las calles Junín, Rocafuerte y Montúfar (Ilustre Municipio de Quito: 1949).
135
Esta racionalidad legitimante ha sido retomado por las administraciones municipales y se trata de una
suerte de “razón de Estado” que justifica las acciones y las políticas” (Kingman, 2006: 331).
136
“Entre el higienismo y la planificación urbana existen puntos de engarce y diferencias, ya que los dos
asumen a la ciudad como una totalidad, en la que los distintos barrios están interconectados, e intentan
dar una racionalidad a su funcionamiento” (Kingman, 2006: 329). Pero al mismo tiempo, los énfasis son
distintos ya que en el primer caso el eje es la población, a partir de la cual se organizan los espacios,
mientras de la segunda son los espacios, como recursos que hacen posible el ordenamiento de la sociedad.
137
En cuanto a las tradiciones y las leyendas de Quito, Odriozola argumenta que son “(…) la parte más
importante de la ciudad (…) ya que se remontan hasta las fuentes de la vida de la misma, y que éstas se
han manifestado en cristalizaciones constructivas” (Odriozola, 1949: 12). Así, él sostiene, que los
monumentos son la materialización de toda la cultura y son de gran trascendencia por su valor artístico y
de historia. Estos valores, han servido hasta la actualidad, como medios para dividir lo es patrimonial.
61
de zonas con funciones específicas138. Uno de los principales efectos de esta estrategia,
fue que la ciudad se polarizó en tres grandes zonas: el sur, el centro y el norte139.
La segunda estrategia140, proponía que de cara al futuro el Centro Histórico
necesita adquirir nuevas funciones, para así corresponder a la tradición y al espíritu del
tiempo que está por venir (la modernidad). La intervención específica que se proponía,
era la remodelación de fachadas, para que los principales monumentos puedan existir
dentro una continuidad141, y así, se pueda convertir este espacio, en el eje de atracción
de capitales económicos, a través del turismo (Odriozola, 1949: 56).
En relación con esto último, Jijón y Caamaño, alcalde de Quito en este período,
estaba interesado en el plan de Odriozola, primero, porque éste podría producir réditos
económico a través del turismo del Centro Histórico; segundo, porque en éste se
concentraban los equipamientos e infraestructuras al norte de la ciudad; y por último,
pues éste preservaba los hitos monumentales, que desde su perspectiva conservadora
generaban tradición. Además, Jijón y Caamaño a través del plan Regulador, quería
implementar un discurso que por un lado, retome los valores aristocráticos que están en
peligro de perderse; y por otro, que se reconstruya las antiguas formas de colaboración,
entre el cabildo y los ciudadanos y entre la ciudad y las comunidades indígenas, con el
fin de llevar adelante las obras públicas municipales (Goetschel: 1992).
En conclusión, se podría señalar, que el urbanismo de la década de los cuarenta,
no problematizó la segregación urbana existente y acrecentó la especulación urbana y la
diferenciación de acuerdo a los espacios y a las actividades. Asimismo, la imagen
contenida en el Plan Regulador y las propuestas del Municipio, eran una forma de
evasión hacia el futuro, pues carecían de sustentación con la realidad y marcaban el
138
La primera estrategia tenía dos objetivos fundamentales, remarcar la tendencia natural de la urbe y
apoyar el proceso urbano para que este se de sin conflictos (Odriozola: 1949).
139
Jijón y Caamaño presentó, en base al plan de Odriozola, una propuesta de zonificación donde se
señalan tres espacios: a) Quito Histórico, b) zona residencial de primera clase (norte de la ciudad) y c)
zona obrera e industrial (sur de la ciudad).
140
La segunda estrategia del plan de Odriozola, proponía que la zona colonial, (…) debe dar el ritmo de
desarrollo, debe velar por ese nuevo movimiento que ella misma inicia en su afán de perpetuarse hacia un
futuro de vida, y por lo mismo esa ciudad colonial, cuando llega a poseer el valor extraordinario en sus
joyas arquitectónicas, debe ser, no solamente incorporado el volumen por una comunicación más o menos
directa, sino remodelada para conservar más puramente sus calidades añejas (Odriozola, 1949: 12).
141
El futuro de los monumentos del Centro Histórico hasta la década de los setenta dependió
exclusivamente de la situación económica del país. Así, algunos autores sostienen, que “antes de ser
petroleros fuimos pobres y por ello pudimos salvar la ciudad antigua” (Benavides, 1980: 188).
62
inicio de la diferenciación entre Centro Histórico y centralidad urbana. (Carrión, 1990:
20).
En la década de los cincuenta, el sector más antiguo de la ciudad, comienza a
mostrar signos de su deterioro, producto de la expansión de la ciudad y de las
transformaciones físicas y simbólicas que suceden en el Casco Antiguo (Naranjo:
1990). Para detener este proceso, la Municipalidad establece los primeros criterios de
intervención en una zona histórica. Los que priorizan la conservación de los
“monumentos”, sobre la edificación menor de la arquitectura civil. La conservación del
Centro Histórico, hasta comienzos de esta década, no había constituido un problema
mayor, pues los monumentos eclesiásticos, eran cuidados por monjes y frailes. Sin
embargo, en ese período, no existía un aprecio peor una mentalidad en beneficio de la
conservación de la antigua arquitectura doméstica, ni de la traza urbana existente142
(Hardoy y dos Santos, 1984: 15).
A finales de los cincuenta, se acentúa el proceso de tugurización143 en el Centro
Histórico. Éste “(…) se manifiesta especialmente en la áreas colindantes a la 24 de
Mayo, San Diego, La Colmena, La Marín, en donde las densidades superan los mil
habitantes por hectárea144” (Naranjo, 1990: 173). Este fenómeno fue posible, porque los
propietarios tenían como interés central, obtener una alta rentabilidad con la menor
inversión posible, aspecto que según Prias se mantiene hasta la década de los ochenta
(Prias, 1990: 47).
La década de los sesenta, se caracterizó por una profunda crisis de la
instrumentación por parte del Estado, que se expresó en la falta de obra civil para las
ciudades intermedias del país. En ese contexto, el Gobierno Central comenzó un
proceso de inversión en: la vivienda, infraestructura eléctrica e hidrosanitaria, educación
y salud, fundamentalmente en Quito y Guayaquil, lo que provocó, que se concentren
procesos migratorios en estas dos urbes del país (Naranjo: 1990).
La concentración de estos grupos humanos en Quito, generó nuevos
requerimientos de infraestructura e inversión. Por consiguiente la Municipalidad, tuvo
142
En este período existieron “comisiones que se habían preocupado, sobre todo por el ornato de la urbe,
pero su acción carecía de recursos por lo que no tuvo mayor impacto” (Hardoy y Dos Santos, 1984: 15).
143
“(…) El proceso de tugurización implica la transformación de la forma de uso de la edificación a
través de la subdivisión de la vivienda preexistente, en varias unidades de reducida área, convirtiéndolas
en conventillos de uso colectivo; esta sobresaturación del uso en la edificación menor contribuye a la
destrucción paulatina de las estructuras del área” (Naranjo, 1990: 173)
144
Esta información se fundamenta, en los censos de 1950 y 1962.
63
que incorporar nuevas áreas urbanizables, generando un nuevo proceso especulativo,
que se tradujo en dos procesos en el Centro Histórico, la transformación de sus
contenidos y la aceleración en el deterioro de sus estructuras.
Para Benavides (1980) esto proceso, se materializó por tres causas específicas.
La primera, el paulatino desplazamiento de las funciones básicas de centro comercial,
político y administrativo del Casco Antiguo. La segunda, la sobreutilización de las
edificaciones del Centro Histórico. La última, la mínima inversión pública y privada,
en los sectores más críticos: la vivienda y los servicios. Además de éstos, existieron dos
fenómenos más que acrecentaron la crisis del Centro Histórico. El primero, se produjo
por el notable incremento del parque automotor, tanto público como privado, que fue un
factor de presión que afectó directamente en las edificaciones. El segundo fenómeno fue
el resultado del aparecimiento del “comercio informal” dentro del área histórica,
especialmente en las zonas cercanas a los mercados de productos perecibles y no
perecibles, como San Roque, Santa Clara, el Tejar (la Ipiales) y en la plaza Marín
(Naranjo: 1990).
Otro fenómeno que aconteció en la década de los sesenta, fue el comienzo del
proceso de desconcentración de las actividades comerciales, burocráticas y bancarias
del Casco Antiguo hacia la zona de la Mariscal (Carrión: 1990). Esta desconcentración,
modificó las relaciones entre el centro y la periferia, y condujo a la consolidación de dos
centralidades, el Casco Histórico y la zona de la Mariscal.
En tales circunstancias, la Municipalidad inició el estudio y posterior
instrumentación del Plan Director Urbano de Quito145. El que mantuvo los lineamientos
y las directrices del Plan Jones, poniendo énfasis en los “(…) aspectos normativos de la
edificación, en la asignación de usos de suelo y en la propuesta de organización vial146,
145
Entre sus objetivos el plan de 1967 señalaba: 1) Estudios de ocupación del territorio con señalamientos
de la densidad poblacional y de las áreas de equipamiento de vivienda; 2) Plan de zonificación para la
vivienda complementado por un reglamento de edificación relacionado con servidumbres del urbanismo,
alturas de edificación, reglamentación de intensidad de ocupación de suelo, áreas no edificables,
dimensión mínima de lotes, etc.; 3) Estudios de localización de lo que se podría llamar equipamiento
mayor con análisis específicos sobre la ubicación de algunos centros, entre los cuales se destaca el centro
cívico; 4) Estudios del Centro Histórico y 5) Estudios del sistema vial mayor; esquemático pero
suficientemente preciso para ilustrar el funcionamiento del tráfico rápido (privado) de la ciudad.
Este plan proponía, un esquema de unidades de ordenamiento, en base a las que se habían planteado en
los años cuarenta. De este modo la ciudad estaba dividida en cuatro grandes unidades de ordenamiento: el
Sur, el centro histórico, el centro de servicios generales y la zona Norte (I. Municipio de Quito: 1967).
146
Dentro de la propuesta vial del plan de 1967, se encontraba la ejecución de la Av. Pichincha, que al ser
materializada dividió al Centro Histórico. Para Naranjo, la creación de esta avenida, hizo que el Casco
antiguo, pierda su homogeneidad y coherencia, y adicionalmente produjo alteraciones importantes
64
aspectos que en alguna medida, afectaron en términos de deterioro urbano y
arquitectónico en el área central” (I. Municipio de Quito: 1967). Asimismo, las
directrices planteadas por este plan, generaron distintos problemas, en cuanto a la
concepción urbana y a la representación de los distintos agentes y grupos sociales. Esta
problemática, se tradujo en: la falta de articulación de las áreas urbanas y de sus
funciones, y el papel del Centro Histórico dentro del sistema urbano.
De igual manera, se podría sostener, que este plan agenció (Latour: 2008) a la
desconcentración de las principales actividades políticas y administrativas
gubernamentales del área central, provocando la desocupación o la subutilización de
numerosas edificaciones del Casco Antiguo, conduciendo al deterioro del área central.
Esta problemática, fue entendida por la Municipalidad en términos estrictamente físicos
y de relación funcional y no como el resultado del espacio social (Bourdieu: 2008). Así,
el Plan de 1967147, no resolvió la problemática social pues concentró su atención sobre
los problemas espaciales148.
Otra estrategia, implementada en el Centro Histórico por este plan, era la de
generar un “(…) esquema modelo para la puesta en valor del patrimonio cultural
enfocado en la adecuación y utilización de los mismos, para elaborar una propuesta de
escenarios turísticos monumentales” (Cifuentes, 2008: 102), que servirían
supuestamente para atraer al turismo y a las inversiones internacionales149. Para su
alrededor de diez manzanas, con el agravante de que no se previeron los efectos funcionales y
morfológicos que la apertura de dicha vía iba a producir en el área involucrada.
147
Este plan estableció una delimitación y una forma de acción en el Casco antiguo, que estuvo regulado
por una serie de ordenanzas como la 1125 y 1130. La ordenanza 1125 (20 – 07 – 1966) establece la
delimitación en el área inmediata de influencia del Quito y crea la comisión del Centro Histórico, (La
primera comisión del Centro Histórico se constituyo con cinco miembros, el concejal de la comisión de
Planeamiento y urbanismo, el arquitecto Jefe de estudios del Centro Histórico, un delegado del colegio de
Arquitectos y un representante de la facultad de arquitectura de la Universidad Central, cabe señalar, que
cuatro integrantes son de la misma disciplina). La ordenanza 1130 (14 – 09 – 1966) establece que la
Comisión del Centro Histórico, previo análisis de la ciudad, determine las calles cuyos edificios deberán
ser pintados con cal blanca y los balcones y madera con azul añil, así como determine el plazo en el que
se deberá ejecutar esta disposición cuyo cumplimiento se encarga a los respectivos comisarios
municipales.
148
El primero de ellos se manifiesta pues el Centro Histórico pierde vigencia dentro de la estructura
urbana. Segundo, “ni siquiera a nivel de enunciado el Centro Histórico, (…) era un parámetro de
desarrollo o un patrón de referencia del orden perdido, sino que, por el contrario, quedaba sometida a las
necesidades (creadas) de la ciudad moderna” (Benavides, 1980: 189). Tercero, jerarquizaba el problema
del tráfico en función del vehículo privado y no del transporte público, situación que hizo, que el área
central, sea en alguna medida inaccesible para aquellos que habitan y comercian ahí (I. Municipio de
Quito: 1967).
149
Las estrategias de revalorización planteadas en el Casco Histórico, buscaban “(…) garantizar los
préstamos que la administración de la ciudad de Quito había solicitado a los Estados Unidos de América”
(Benavides, 1980: 190).
65
implementación, se realizaron estudios en la ciudad antigua. No obstante los datos de
estas investigaciones, no fueron utilizados para la fundamentación de la propuesta, sino
para el encubrimiento de la intención de redactar un Plan con una idea preconcebida
muy clara: dirigir el desarrollo de la urbe, hacia la consecución de las máximas ventajas
económicas (Benavides, 1980: 190), siendo una de ellas la revalorización de la ciudad
antigua.
A finales de 1967 y principios de 1968 se reúnen en Quito, técnicos especialistas
en la conservación del patrimonio, con el propósito de consensuar estrategias, respecto a
la preservación y utilización del patrimonio monumental150. Los enfoques de esta
reunión agenciaron en alguna medida, el contenido de las Normas de Quito151. Las “(…)
que presentan, un claro enfoque hacia la valoración económica de los monumentos en
función del turismo” (Cifuentes, 2008: 103). Así, se estableció en las Normas Quito,
que la puesta en valor del patrimonio monumental152, “(…) equivale a habilitarlo de las
condiciones objetivas y ambientales, que sin desvirtuar su naturaleza, resalten sus
características y permitan su óptimo aprovechamiento” (Normas de Quito, 1967: 4).
Esto último, se constituye en el objetivo central de estas normas, ya que el patrimonio
monumental tiene que generar, rentabilidad e incidencia, en la economía y en los planes
de desarrollo de los gobiernos locales y centrales (Gonzáles de Valcárcel: 1977).
Las Normas de Quito también se interesan, por la habilitación y la puesta en
escena del patrimonio monumental. La primera hace referencia a la infraestructura y
equipamiento que sirven para brindar comodidades, a los turistas locales e
internacionales. La segunda, se manifiesta en el acondicionamiento del espacio
patrimonial, para crear una atmósfera, que sitúa al monumento en la época de su
150
Las Normas Quito fueron de trascendental importancia, ya que iniciaron un proceso de
enculturamiento, que fue ganando terreno no sólo entre la élite, sino en la conciencia popular (Hardoy y
dos Santos, 1984: 15). De acuerdo a lo anterior, podríamos considerar que a través del monumentalismo,
se intentaba estructurar una idea de país que estaba impulsada desde el gobierno central (La Junta
Militar de Gobierno).
151
Las Normas de Quito, establecen que los réditos generados por los monumentos tienen una función
social. Sin embargo, establecen también que estos capitales deben ser repartidos entre la empresa privada
que intervenga y los gobiernos locales. De esta manera, las Normas Quito, en alguna medida hacen que
las plusvalías que se generen de esta renovación se concentren en manos privadas, ya que estos últimos
junto con la Iglesia son los propietarios de las edificaciones donde se ha emprendido el proceso de
Rehabilitación.
152
La puesta en valor de un bien constituye una forma de plusvalía, la que debe ser captada
principalmente por los gobiernos locales. En ese sentido, Salgado sostiene que los beneficios o las
plusvalías de la intervención sobre el patrimonio monumental de Quito, se realiza en función de los
intereses de los grupos privados que ven al Centro Histórico como un objeto generador de réditos
económicos (Salgado: 2008).
66
emplazamiento, creando así un simulacro (Baudrillard: 1978) en el área central. Cabe
agregar, que previo a las actividades de conservación, habilitación y puesta en escena,
en las Normas Quito153 se establecieron dos objetivos que deben concretarse previo a
cualquier acción. El primero de éstos, se concreta a través de la cooperación de los
intereses privados. El segundo, se materializa a través del respaldo y “(…) la formación
de una conciencia pública propia154” (Normas de Quito, 1974: 8), que sirve para
legitimar las intervenciones que se van ha realizar.
Para la década de los setenta, se desarrollaron con mayor ímpetu las ciudades en
el Ecuador. Este proceso, no se dio de forma planificada, al contrario, repitió la
tendencia histórica a la dispersión que desarticuló el crecimiento urbano, agudizando las
estructuras y los desequilibrios espaciales. Durante este período, se inició el proceso de
explotación de hidrocarburos, lo que agenció en alguna medida, las condiciones de
producción y reproducción de la sociedad en su conjunto. Así, se pueden establecer
algunos efectos de este proceso como:
153
Las Normas de Quito están inspiradas en la Carta de Atenas de 1931 y la Carta de Venecia de 1964
154
La conciencia pública propia funciona como un discurso de poder (Foucault: 1999) que sirve para
crear en el colectivo una representación, de que los monumentos son símbolos patrios, y como tales deben
ser conservados y preservados. Las activaciones patrimoniales o la formación de una conciencia pública
de este período, funcionan de la misma manera que las realizadas por Jijón y Caamaño en los años
cuarenta, donde los monumentos del Centro Histórico, por un lado, eran símbolos de lo tradicional; y por
otro, servían para configurar en el colectivo una separación entre las élites y los grupos subalternos.
155
En 1980, la Dirección de Planificación del Municipio de Quito contempla que, el incremento de la
migración se refleja en la multiplicación de los denominados “asentamientos periféricos” que para 1980
llegan a 38%, con una población estimada en 133000 habitantes, que es el 17% de la población de la urbe.
67
En relación con esto último, Cifuentes (2008) expone, que el Centro Histórico es
el receptor de la nueva población migrante, la que se ubica el cinturón alrededor del
núcleo central. Así, se revaloriza el espacio habitacional, por la fuerte demanda y la
gran cantidad de actividad económica, lo que provocará según él, que se polarice el
Casco Antiguo de la urbe. No obstante, la revalorización del Casco Antiguo y los
procesos de transferencia funcional, provocaron el desplazamiento de los grupos
subalternos hacia otros sectores de la urbe (Godard, 1988: 29).
Este proceso estimuló también, la configuración de zonas tugurizadas que se
extendieron hacia los barrios populares alrededor de los centros en vías de
rehabilitación y por consiguiente la tugurización horizontal reemplaza a la vertical. Sin
embargo, existe un segundo momento en cuanto al proceso de tugurización, que se
materializa en la segunda mitad de la década de los setenta, donde el terreno que
inicialmente estaba ocupado por casas de una sola planta, se densifica por la
construcción de cuartos en patios y antiguos jardines (Godard: 1988).
A mediados de la década de los setenta, el área central, entró en un proceso de
renovación urbana que se “(…) manifestó en la paulatina expulsión de la vivienda por la
intensificación del uso comercial, (…) y la alteración parcial o total de los inmuebles
con el objeto de suplir los requerimientos de las nuevas funciones” (Gaete, 1991: 89).
La renovación urbana implementada en el Casco Antiguo de Quito, provocó que se
disminuya en un 15,6% su población en el período entre 1974 – 1982 (Albornoz: 1990).
Asimismo, este proceso, generó un aumento de comerciantes tanto en las antiguas
residencias como en la venta ambulante. El crecimiento comercial de esta área, provocó
la expulsión de población residente hacia los barrios altos del centro156, como: Toctiuco,
El Placer, La Colmena, La Libertad y El Panecillo (Cifuentes: 2008).
La Municipalidad, a partir de esta problemática emprendió la ejecución de un
plan denominado Quito y su área metropolitana, Plan Director 1973 – 1993. Este plan,
configura la delimitación del territorio urbano y profundiza los delineamientos para su
organización y control (I. Municipio de Quito: 1973). No obstante, para Carrión y
Vallejo (1994) el Plan director de 1973, configuró una visión que fragmentaba a la
ciudad, pues a cada zona se la delimitaba y se le atribuía funciones particulares sin
156
Este desplazamiento y gran parte de la migración que ya no tienen cabida en el centro, forman barrios
periféricos, la mayoría de ellos ilegales y sin servicios, dando lugar a otro violento proceso de expansión
urbana en la ciudad.
68
contemplar que éstas forman redes que se mueven en el sistema urbano. Además, estos
autores sostienen, que la urbe en este plan, no es vista como una unidad.
Este plan definió también, las áreas de intervención para las propuestas locales y
microrregionales previstas como objetos de crédito internacional. Así, Quito concentró
gran parte de las inversiones del Estado y del extranjero, vía endeudamiento. A su vez,
esta nueva dinámica, estimuló que en el norte de la urbe se concentren las actividades
bancarias, comerciales y administrativas, lo que provocó que esta zona se configure en
la “nueva centralidad urbana de Quito”.
En cuanto al Centro Histórico este fenómeno, provocó un encarecimiento de la
calidad del aprovisionamiento popular del centro, la consolidación de la economía
callejera y terminó por motivar el desplazamiento de los otros niveles económicos,
como el financiero y el comercio a gran escala, y algunos sectores de la función
administrativa nacional y local. No obstante, en este sector permanecieron las
expresiones simbólicas del poder político y de la Iglesia. Esta situación estimuló
también, un proceso de “desocupación” del área central de Quito, donde las
edificaciones no fueron utilizadas o se las ocupaba en una mínima proporción en
negocios minoristas. En consecuencia, “el pequeño comercio de tipo popular se
masificó, en los alrededores del Tejar, la plaza de San Francisco, San Roque, la Marín y
la Av. 24 de Mayo” (Naranjo, 1990: 178).
El resultado de este proceso, provocó que el área histórica pasara a ser el
“Centro” de los sectores sur y central de la ciudad, ratificando así la diferenciación
espacial existente. Este fenómeno, también estimuló, la consolidación de la segregación
espacial y modificó la estructura del espacio urbano del Centro, provocando así, un
desplazamiento de funciones, donde los nuevos usos comerciales han ido desplazando a
los residenciales (Prias: 1990).
En cuanto a la vialidad, en este período se materializó la apertura de los túneles
de San Juan y San Diego, lo que provocó que se dividan áreas importantes de la Ciudad
Antigua (caso de El Tejar), que se altere las tipologías del espacio urbano (el Tejar y
San Diego), y se modifique la estructura y el paisaje urbano (Naranjo: 1990). Los
proyectos de vialidad en el área central, provocaron que se agudicen los conflictos de
69
circulación ya existentes157. Así, el centro, se constituyó en una zona de gran volumen
de tránsito de destino y de paso158 (Gaete: 1991).
Otro proyecto de vialidad que agenció duramente al Centro Histórico, es el que
se produjo por la renovación de la Av. 24 de Mayo, la que primero, “(…) afectó a las
actividades que le eran características, por ejemplo: recreación, comercio y otras de
contenido popular que han sido desplazadas y/o eliminadas del sector” (Naranjo, 1990:
179), y segundo, dividió el centro Histórico en dos, la ciudad “noble” y la ciudad
“bárbara”159 (Kingman: 2006).
Para finales de la década de los setenta, se terminó de construir una perspectiva
relativamente nueva en el documento final del llamado Coloquio de Quito, donde se
definió el sentido del Centro Histórico y se señaló su valor histórico y de cambio. Esta
perspectiva establecía y reconocía como “(…) Centros Históricos, a todos aquellos
asentamientos vivos, fuertemente condicionados por una estructura física proveniente
del pasado, reconocibles como representativos de la evolución del pueblo”
(PNUD/UNESCO, 1977: 89). Lo establecido en este documento, provocó que la
Municipalidad estableciera criterios de selección en cuanto a la búsqueda por la
autenticidad de los objetos reconocibles como representativos o patrimoniales.
Otro hecho fundamental, que se definió en este coloquio, es que los Cascos
Históricos deben constituirse “(…) por el acervo monumental que contienen y
representan, en un ente incuestionable de valor cultural, económico y social”
(PNUD/UNESCO, 1977: 89). Así, el patrimonio monumental, entró en la lógica del
consumo y el espectáculo, adaptándose a las nuevas exigencias expositivas, para no
quedar marginado de las nuevas lógicas de los gobiernos locales y del mercado.
157
“La situación caótica del transporte, especialmente el colectivo es una de los problemas habituales de
la ciudad antigua, pues sobresatura la infraestructura vial, produce el deterioro de las edificaciones del
Centro, reduce los espacios de uso peatonal del área y contamina el ambiente” (Naranjo, 1990: 180).
158
“El caudal de tráfico que cruza el CHQ es de 75000 vehículos diarios entre las 6H00 y las 20H00, que
significa entre 150.000 y 200.000 entradas y salidas en ese lapso. Este flujo alcanza sus horas pico entre
las 7H00 y 8H00; 12H00 y 13H00; y entre las 18H00 y 19H00. Existe un flujo promedio de 7.000
vehículos/hora que atraviesan el sector. Este flujo moviliza medio millón de personas por día: el 21,3%
usan vehículos livianos; el 56,6% se mueven en buses; el 21,3% en busetas; y el 0,7% en transporte
pesado. Del total de vehículos que utilizan el Centro histórico, solo el 35% tiene como destino esta zona,
mientras que el 65% están de paso” (Cifuentes, 1991: 91).
159
Para Carrión, este proceso, buscó ser acentuado por ciertos grupos sociales a través de la llamada
reconquista, entendida ésta, “(…) no como el regreso de ciertos sectores de altos ingresos a residir en la
zona mencionada, sino más bien como la búsqueda de los mercados perdidos por parte de ciertas formas
de capital” (Carrión, 1990: 22).
70
A partir de las resoluciones del Coloquio, se plasmó un proyecto en el Centro
histórico, que se desarrolló con una metodología, que
160
Área Operativa del Centro Histórico (PNUD/UNESCO: 1977): 1) 99. 849 personas; 2) 23. 612;
unidades de vivienda; 3) 4.304 casas; 4) 254 manzanas y 5) 325 unidades inventariadas de importancia
histórico-artística.
161
Para determinar el núcleo del Centro Histórico se tuvo en cuenta estos factores: 1) Origen y fundación
de la ciudad; 2) Alta Concentración de Monumentos; 3) Simbología consolidada del espacio sobre el cual
ejerce un control social colectivo; 4) Uso primordialmente terciario consolidado del suelo, y del espacio
de difícil para la restauración o la rehabilitación; 5) Alto Precio de suelo; 6) Altos cánones de
arrendamiento y 7) Ausencia de alta concentración de estratos populares
162
Estos cánones sirvieron de base, para el plan de Rehabilitación de áreas históricas de Quito de 1989.
71
que subsisten provienen del pequeño comercio y de los servicios (sector informal). En
cuanto al suministro de productos alimenticios y no alimenticios, Godard (1988)
expone, que los sectores populares, se abastecen de los primeros en los mercados de San
Roque y San Francisco, y de los segundos en la Ipiales163.
A manera de conclusión de este acápite, se podría considerar que la renovación
urbana que se inició desde la década de los cuarenta, provocó el desplazamiento de las
funciones y la expulsión de los grupos vulnerables del Núcleo Central del Casco
Antiguo, lo que a su vez estimuló una profunda transformación en el plano funcional y
social de este sector. En consecuencia este proceso, precipitó la relativa decadencia del
Centro Histórico, ya que éste no respondía a las necesidades de la economía moderna
(Godard: 1987). Cabe señalar, que las propuestas elaboradas en la década de los setenta
sirvieron de base para las actuales.
72
municipal, desarrolló una serie de acciones para la “defensa” del patrimonio edificado,
como la consecución de la ordenanza 1727, que estableció los límites del área histórica,
jerarquizó los elementos arquitectónicos del conjunto y definió los procedimientos de
actuación para las intervenciones dentro del sector.
Las acciones realizadas por la Comisión del Centro Histórico, en muchas
ocasiones, estuvieron en contraposición a los criterios y opiniones de los organismos
políticos de decisión municipal y estatal. Asimismo, las iniciativas emprendidas por este
organismo, tuvieron dificultades por, “las características de la Ordenanza 1727, los
procedimientos para las intervenciones y la falta de un plan Especial164” (Naranjo, 1990:
180). Por consiguiente, las acciones realizadas por la Comisión del Centro Histórico
fueron parciales y aisladas y no tuvieron efecto en términos conservacionistas. Entre los
proyectos más relevantes que desarrolló este organismo, está la propuesta para un
estudio del sistema de mercados de la ciudad, pues, se consideraba que los mercados
debían racionalizarse y aquellos que se encontraban en el área central debían eliminarse
o reubicarse165. El objetivo de estas acciones según la Municipalidad, era aliviar las
presiones que el uso ocasiona en la estructura urbana.
Otro proyecto que desarrolla este organismo, es la recuperación de los espacios
abiertos del Centro. Ésta, incluye “(…) la recuperación de las plazas del área central
para el uso peatonal. Dentro de esta propuesta constan: la Plaza del Teatro, la de Santa
Clara, la de Santo Domingo, la Merced, el Tejar y San Blas” (Naranjo, 1990: 182). No
obstante, estas acciones se realizaron aisladamente, sin contemplar a la población
involucrada y su hábitat, provocando así, el deterioro del espacio urbano del área
central166.
A inicios de la década de los ochenta, la urbanización adquirió un carácter
ascendente, resultado, de la reducción drástica del empleo agrícola, la creciente
transformación y monopolización de las empresas en las zonas rurales y la
industrialización de las zonas urbanas, como Quito y Guayaquil (Rodríguez: 1990).
164
La falta de planes parciales, provocó, “(…) una situación en la que la mayoría de las intervenciones en
las edificaciones particulares se ejecuten fuera del control municipal, llegándose inclusive al
derrocamiento de inmuebles sin el conocimiento de la Municipalidad” (Naranjo, 1990: 182).
165
Según Naranjo, muchas veces al reubicar o eliminar, los mercados que se encuentran en el área
central, también se limpio sociológicamente a los grupos subalternos que residían y comerciaban en los
sectores donde se asentaban los mercados en cuestión (Naranjo: 1990).
166
Para Naranjo (1990), esto es un producto de la ausencia de una propuesta urbana integral, la limitada
asignación económica que no llega al 6% de la inversión municipal y la priorización de la inversión en la
realización de obras de infraestructura vial.
73
Tales circunstancias, agenciaron la conformación de flujos migratorios de las provincias
de la Sierra Centro y Centro Norte. Quito en esa dinámica, se estableció en el destino
de estos flujos, y se configuró en el eje de urbanización de toda la Sierra167. Así, la
población quiteña de origen migratorio puso a prueba el complejo producto local, el
equipamiento y la infraestructura existente, provocando índices deficitarios, que
debieron ser cubiertos a mediano plazo por el gobierno local. Este fenómeno incitó
también, a que los agentes y grupo sociales, creen estrategias de supervivencia
social168, lo que indirectamente provocó “(…) la degradación del espacio urbano y
arquitectónico” (Paredes, 1990: 19).
Los flujos migratorios que llegan al Centro Histórico169, se dividen en dos
grupos, los temporales y los permanentes. Los primeros, se caracterizan por retornar al
lugar de origen de manera más o menos inmediata. En cuanto a lo laboral, el primer
grupo se inserta “(…) en algunas ramas de la producción, como la construcción,
comercio o servicios (empleo doméstico)” (Paredes, 1990: 20). El segundo grupo, es
más numeroso que el primero y se manifiesta laboralmente en el sector terciario de la
economía y evidencia una alta calificación en actividades relacionadas a la fuerza de
trabajo (Rodríguez: 1990). Así, el 72,7% de la población económicamente activa
residente en el Centro Histórico, laboró en el sector terciario de la economía y el 27,3%
en la producción de bienes. Cabe agregar, que la desocupación y la informalidad, fueron
los fenómenos que evidenciaron un mayor crecimiento a lo largo de esta década
(Paredes: 1990).
En conclusión, se podría considerar que durante los primeros años de la década
de los ochenta, las migraciones temporales y permanentes, habían incrementado el
167
En 1985, Quito absorbió un 93,4 % de la población migratoria de origen urbano (Paredes: 1990) y más
del 50% de su población era emigrante de otros sectores del país (Rodríguez: 1990).
168
Para Hardoy y dos Santos en esta década, han tenido lugar dos procesos simultáneos e interconectados
en el área central: 1) los desplazamientos internos de la población y de las actividades productivas y 2) el
ingreso de migrantes que se localizan en áreas a las que pueden acceder por su baja capacidad económica
(Hardoy y dos Santos: 1984). En relación con esto último, la migración rural se desplaza hacia el Centro
Histórico, impulsados por parientes o amigos que la atraen y que los auxilian en los momentos iniciales
de su inserción. Este fenómeno, tiene como consecuencia, que las densidades se eleven, “(…) en especial
en la periferia que da a las laderas del Pichincha, alcanzado niveles medios de 400 a 600 personas por
hectárea. De esta manera, de los casi 800.000 habitantes de la ciudad, 220.000 residen en este período en
el centro histórico” (Hardoy y dos Santos, 1984: 62).
169
Los grupos migratorios, se ocupaban fundamentalmente en el comercio ambulante. Según el Plan
Quito, en 1975 existían 10.426 vendedores ambulantes y en 1983 subieron a 29.575 (I. Municipio de
Quito: 1984). Como consecuencia a este incremento169, la Municipalidad intentará distintas formas de
reducirlo, a través de mecanismos como: la regularización o la limpieza social (Salgado: 2008).
74
consumo del espacio socializado, habían presionado sobre el gobierno local para la
dotación de servicios, infraestructura y equipamientos, y habían provocado el
crecimiento del tejido urbano en sentido longitudinal y transversal.
A comienzos de los ochenta, la Dirección de Planificación del Municipio, inició
el estudio de un plan, que se denominó “Plan Quito – Esquema Director de 1980170”.
Este plan, no pretendía dar pautas sobre el desarrollo económico y social, sino crear el
marco espacial que lo hiciera posible (I. Municipio de Quito: 1984). Para ello, se
redefinió el uso de suelo, se realzó una propuesta de equipamientos, se articuló la urbe
en una red vial y se elaboró un detallado diagnóstico de la ciudad y su región. Este plan,
recogió enunciados del plan de 1973 y estableció una nueva estructura funcional para la
urbe y su micro-región, a través de la propuesta de organización distrital, que intenta
desconcentrar la administración y el desarrollo urbano (Carrión y Vallejo: 1994).
La Dirección de planificación realizó también, un estudio para delimitar las
áreas que por su “valor histórico” debían preservarse. Como resultado de este proceso,
se señalaron “las zonas históricas de Quito”, que deben conservarse, y éstas son: el
Centro Histórico y los núcleos históricos de Guápulo, Cotocollao y Chillogallo.
En cuanto a sus prioridades en el Centro Histórico, este plan estableció objetivos
particulares como: inventariar el Patrimonio Histórico, incentivar la participación de la
población en la preservación, desconcentrar la sobrecarga de usos, estabilizar la
población habitante y replantear el criterio de acción de las inversiones tanto del estado,
como de las instituciones extranjeras (I. Municipio de Quito: 1984). No obstante, los
objetivos, lineamientos, parámetros y propuesta del Plan Quito de 1980, no llegan a
particularizar políticas, programas y proyectos que viabilicen la acción municipal. Así,
los objetivos trazados por el mismo se cumplen de manera parcial, por lo que no logran
generar un impacto mayor en el Centro Histórico. Por consiguiente, el Plan Director de
1980, no llega ha establecer políticas de carácter social, ni de preservación de las
estructuras de valor histórico en la Ciudad Antigua. Cabe agregar, que en este Plan, no
se establece un patrimonio distinto al monumental y jerarquiza en alguna medida, las
acciones que se alinean con la preservación y conservación, con la finalidad según
Salgado (2008), de crear un simulacro (Baudrillard: 1978) en la ciudad antigua.
170
Ordenanza 2092, ejecutada el 27 de Enero de 1981
75
Como producto de los estudios desarrollados por el Plan de 1980 sobre las áreas
históricas de Quito, la Municipalidad ve la necesidad de estructurar, una nueva
ordenanza que integre un concepto más regional de las zonas con valoración histórica.
Así, se elaboró la ordenanza 2342, la que establece, un parámetro en cuanto a la
valorización arquitectónica urbana de todo el cantón y una definición más adecuada en
torno a la definición de las áreas de protección (I. Municipio de Quito: 1984)171.
Para finales de 1984, el Directorio del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural
(INPC) en consideración de que Quito fue declarado Patrimonio Cultural de la
Humanidad por parte de la UNESCO en 1978, y que el Municipio de Quito “(…)
permanentemente ha mantenido su interés por salvaguardar este Patrimonio, y que se ha
manifestado en sus varias Ordenanzas y en la conformación de la Comisión Municipal
del Centro Histórico” (I. Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, 1994: 207),
acordó en dos artículos. Declarar al Centro Histórico de Quito y su conjunto urbano y
paisajístico172, bienes perteneciente al patrimonio cultural del Estado. El segundo,
delegar en acuerdo con el Art. 42 de la Ley de Patrimonio Cultural, las atribuciones del
control y el cumplimiento de esta ley, a la Comisión del Centro Histórico del Municipio
de Quito (I. Municipio de Quito: 1994).
En la segunda mitad de la década de los ochenta, se consolidó la segregación
espacial en Quito, que fue el resultado de las contradicciones socio-espaciales de la
doble centralidad de la urbe (urbana e histórica). Por consiguiente, la estructura del
espacio urbano empezó a reflejar profundas alteraciones, particularmente en un
segmento del área central de la ciudad, donde se configuraron dos segmentos
diferenciados (Paredes: 1991). El primero, correspondiente al área de mayores
inversiones, donde prevalecen las funciones administrativas, políticas y de servicios
(Sector de la calle, García Moreno)173. El segundo segmento, es predominantemente
171
Cifuentes argumenta, que los estudios desarrollados por este Plan, son referentes importantes y que los
estudios actuales son complementarios al mismo (Cifuentes, 2008: 106).
172
Además del Centro Histórico de Quito, los núcleos urbanos de Guápulo y Chillogallo, y los sectores,
calles y edificios históricos que constaban en el informe que adjuntó el INPC, son también bienes
pertenecientes al patrimonio cultural del Estado.
173
En cuanto a los precios promedios de los catastros, los barrios del Centro Histórico de Quito, que
concentran los precios más altos son: González Suárez, la Chilena, San Marcos y San Roque. Mientras
aquellos que tienen el precio más bajo son los barrios de la Colmena y el Panecillo., barrios como San
Juan, San Sebastián y San Diego, poseen un precio que oscila en la media de espacio urbano de la capital.
(PMRIAHQ: 1989) Para Garzón, la incidencia del uso comercial incrementa el precio de suelo, y “los
solares disminuyen de precio, por la topografía más abrupta, la carencia de algunos servicios, uso
exclusivo de vivienda, etc.” (Cantón, Garzón y Quezada, 1986: 5).
76
residencial “degradado”174. En éste, se establecen dos subsegmentos. El primero está
conformado por residencias en estado marginal y comprende los barrios de “(…) San
Roque, la Tola, la Loma, el Tejar, San Sebastián, Panecillo, la Colmena, Santa Ana, San
Marcos, San Juan, etc.” (Prias, 1990: 37). El segundo, se caracteriza por concentrar,
“(…) estratos sociales de medianos y bajos ingresos y de un importante sector de
trabajadores obreros sobre todo en la franja occidental del centro” (Paredes, 1991: 47).
En conclusión, se podría señalar, que los grupos de “carácter popular” y la
población expulsada por mecanismos legales o coactivos, son aquellos que
mayoritariamente utilizan las viviendas del Centro Histórico como espacio residencial.
No obstante, solo ciertos grupos utilizan a las viviendas de la ciudad antigua como
residencia, lo que hace que se incremente el uso comercial en detrimento del uso
residencial. Por consiguiente, las nuevas dinámicas de este espacio175, alteraron las
funciones de la ciudad y el espacio urbano y social, y provocaron según Paredes (1991:
44), un proceso de deterioro del hábitat urbano, de los espacios públicos y de la
vivienda.
Para la Municipalidad, el deterioro del espacio urbano, el desequilibrio funcional
y estructural que se estaba consolidando en el núcleo Central, desarticulaban la trama de
espacios públicos, y eran un producto de la concentración del comercio informal y de
las funciones socio-culturales, las que según ellos, se desarrollan en espacios e
instalaciones marginales (I. Municipio de Quito: 1992). Por consiguiente, la
Municipalidad estableció como necesidad central, diseñar nuevas estrategias de
localización de funciones, las que permitirán descongestionar la saturación de usos, y
revalorizar los usos “residenciales y culturales”. Sin embargo, las acciones desarrolladas
por el Municipio para resolver esta problemática, provocaron que la población que era
1974 de 184.916 habitantes, descienda a 156.036 en 1982176.
En Marzo de 1987, Quito fue golpeado por un sismo, que tuvo un fuerte
impacto en su Centro Histórico. El discurso de los medios escritos, frente a esta
coyuntura, fue el de: “Hay que Salvar el Patrimonio Cultural de la Humanidad” (El
174
El uso residencial “(…) ha disminuido en 63% a finales de la década de los ochenta (…) y en ciertos
tramos ha desaparecido” (Paredes, 1991: 46).
175
El cambio paulatino en los usos de las viviendas, la intensidad de los nuevos usos terciarios y la
alteración en las relaciones entre los elementos del área central, irá modificando el patrimonio edificado.
176
Para Albornoz (1990), el decrecimiento de 28.880 personas, a una tasa negativa del -2,1% anual en el
Centro Histórico de Quito, es un producto de la modernización de la economía de la urbe
77
Hoy, 1987: 5) y como consecuencia de esta problemática, y de la presión ejercida por
los medios y de los organismos internacionales, se designaron recursos económicos para
aliviar la “crisis patrimonial”.
177
Los fondos asignados se estructuran de la siguiente manera: “1) el 3% del precio de las entradas de los
espectáculos públicos que se efectuaran en la ciudad, 2) el 10% del presupuesto inicial del FONEN
(Fondo de emergencias nacionales) durante los ejercicios fiscales 1988, 1989 y 1990, y 3) donaciones
nacionales e internacionales, las que en el caso de haberlas, se podrán deducir del Impuesto a la renta del
donante” (Arízaga, 1992: 16 – 17).
178
Las intervenciones concentradas, tienen la finalidad de revalorizar y articular “(…) de mejor manera al
sistema urbano” (Arízaga, 1992: 18).
179
La Regeneración urbana, se construye a través de criterios morales, valores estéticos, y criterios de
distinción y clasificación social. Cabe señalar, que si existe la intención de regenerar un espacio urbano,
debe establecerse que espacio de la urbe está “degenerado” (Salgado: 2008).
180
Los proyectos sociales desarrollados por el FONSAL, concentran menor cantidad de diligencias,
recursos económicos y humanos (Woolfson: 1998).
78
coherente de actuación frente a las áreas históricas del Distrito Metropolitano de Quito
(Carrión y Vallejo: 1994).
El FONSAL a partir de Diciembre de 1988 hasta 1998, ejecutó alrededor de 300
proyectos de restauración y rehabilitación. Las intervenciones en este período, se
agruparon en dos sectores, barrios con altos índices de “deterioro” socio-económico y
físico-ambiental, y en el eje de calle García Moreno181 (Woolfson: 1998). En el segundo
sector, es donde mayor cantidad de recursos humanos y económicos se ha
implementado. Este proceso, a través de la polarización de recursos en un área
específica, generó la fragmentación del Centro Histórico de Quito, en dos zonas “la
ciudad deteriorada” y la “ciudad rehabilitada”182.
A finales de la década de los ochenta, el área central sufrió un proceso de
deterioro, producto de los cambios dramáticos de los usos de suelo, que terminaron por
especializar este sector en comercio y servicios de abastecimiento popular. Así, el
Centro Histórico terminó dedicado fundamentalmente al comercio minorista, servicios
menores, talleres artesanales y almacenaje para abastecer al comercio ambulante (Rojas:
2004). Para la Municipalidad, esta problemática junto con la proliferación del comercio
ambulante183, la tugurización184, la accesibilidad185, el deterioro de la infraestructura186 y
los efectos de las leyes y reglamentos187, son los problemas centrales que afectan al
Centro Histórico de Quito (Carrión: 1989).
Para resolver esta problemática, el Municipio consideró que recuperando la
centralidad urbana a través de una alianza público-privada, se lograría recuperar social y
181
El eje de García Moreno, tiene características que permitirían la recuperación de las inversiones según
la exigencia de la entidad crediticia (Woolfson: 1998)
182
Esta forma de proceder sigue teniendo vigencia en la actualidad (Salgado: 2008).
183
Para Rojas, el comercio ambulante “(…) generó congestión y deterioro de las condiciones ambientales
de los espacios públicos, desestimulando la inversión privada en actividades comerciales y recreativas
para otros grupos sociales (…)” (Rojas, 2004: 146). A partir de un diagnóstico muy similar a éste, la
municipalidad, considera que el sector denominado como “informal” es un repelente de la inversión
privada, por eso las estrategias a futuro serán las de legalizarlo o las de desestimularlo (I. Municipio de
Quito: 1992). Este último, para Kingman y Salgado tiene por objeto limpiar a ciertos grupos sociales del
sector en cuestión (Kingman y Salgado: 2000).
184
La densidad neta del centro histórico es de 300 habitantes por hectárea, lo que era más alta que el
promedio de la ciudad que es de 130 habitantes por hectárea, lo que indica según Rojas, que la mayoría
de las casi 17000 familias residentes habitaban en condiciones de hacinamiento. (Rojas: 2004).
185
Diariamente en este período, “(…) entraban y salían del centro histórico más de 172.000 vehículos, de
los cuales la mayoría (82%) eran ligeros, 15% (10.000 vehículos) eran autobuses y el 3% eran camiones”
(Rojas, 2004: 147).
186
Los servicios básicos resultan insuficientes en el área Central (Rojas: 2004).
187
Para Rojas, “(…) la prohibición de demolición de edificios termina favoreciendo al abandono de los
mismos, (…) lo que termina por imponer muchas trabas en sector de los promotores inmobiliarios”
(Rojas, 2004: 148).
79
económicamente la zona en cuestión (I. Municipio de Quito: 1992). Así, el Municipio
asumió, que solo a través de los capitales privados, se podría restituir las funciones que
alguna vez estuvieron en este sector y se adjuntó en alguna medida, a la tesis
monumentalista, que considera que el patrimonio monumental, tiene prioridad en
cuanto a la inversión, pues, es el eje de atracción de inversiones provenientes del sector
privado.
A finales de la década de los ochenta, la Municipalidad emprendió distintas
acciones para fomentar en alguna medida la discusión en torno a la Ciudad Antigua. De
este modo en de 1988, se desarrolló el primer Diálogo del Centro Histórico, que contó
con la participación de distintos actores sociales e institucionales, los que en su mayoría
eran funcionarios del gobierno central, de la municipalidad o de la Comisión del Centro
Histórico de Quito.
El alcalde de ese período, Rodrigo Paz, sostenía que el objetivo de este diálogo
era, “(…) promover una campaña que buscaba enseñar que el Centro Histórico (…) era
la personalidad que nos definía, como pueblo mestizo” (Paz, 1991: 2). Así, él
argumenta, que cuando Quito fue declarada como Patrimonio Cultural de la
Humanidad, la ciudadanía “(…) empezó de pronto a percatarse que el valor de Quito,
no solo estaba en nuestros cuadros, sino también en la obra arquitectónica: estaba en las
plazas, calles, en la misma obra civil” (Paz, 1991: 1). Las palabras de Paz en alguna
medida, pueden verse como el inicio de una prefiguración del proyecto de
enculturamiento (Kingman y Pratz: 2008), que sirven para legitimar el mismo.
Después de este “conversatorio”, la Municipalidad emprende en ese mismo año,
una serie de investigaciones en torno al Centro Histórico, en temas relacionados con la
vivienda, el espacio urbano y el social. Estas investigaciones, fueron utilizadas para
desarrollar el plan maestro del área central188.
En ese contexto, el Municipio emprendió un proceso de promoción activa de la
inversión privada en la recuperación del Centro Histórico. El enfoque adoptado, se basó
188
Estas investigaciones son acompañadas en alguna medida, de un debate entre personalidades,
académicos y funcionarios de diferentes disciplinas. El debate, contraponía dos posiciones. La primera de
éstas, sostenía que lo esencial en el casco antiguo era rehabilitar el patrimonio monumental, es decir
concentraba su atención sobre el medio físico construido, esta perspectiva era promovida por la
“Comisión del Centro Histórico”, que en su mayoría estaba conformada por arquitectos y urbanistas. La
segunda posición, concentraba su atención en el espacio social y los conflictos que se desarrollaban en el
espacio urbano. La visión que prevalece en este debate, es la propuesta por la Dirección de Planificación
del Municipio, a cargo de Fernando Carrión. Esta propuesta, tuvo cuestionamientos del sector compuesto
por los Historiadores.
80
en la recuperación de las infraestructuras entre los actores públicos y privados. El
objetivo de este proyecto era compartir con el sector privado los riesgos que tienden a
hacer altos en las fases iniciales del proceso de recuperación. No obstante, Coulomb
(2001) argumenta que cuando en los procesos de renovación urbana, intervienen
empresas mixtas o privadas, ellas transforman la esfera pública en una privada, y buscan
maximizar los réditos económicos a cualquier costo social.
Previo a la realización de la alianza pública – privado o el desarrollo de un plan
de obras en las áreas históricas, se delimitó las mismas sin circunscribirse al casco
colonial189. Así, la delimitación espacial de la zona histórica de Quito, se configuró a
través de dos grandes zonas, la zona central y las áreas históricas periféricas. La
primera, corresponde al área construida en Quito hasta inicios de la década de los 30 del
siglo XX, y comprende:
189
Para Rafael Quintero, Concejal y Presidente de la Comisión del Centro Histórico de Quito en ese
período, “(…) el término de “Centro histórico” o “Centro colonial” (…) hace que “lo colonial” sea el
elemento fundamental de la centralidad histórica de Quito (…) Esta noción está ligada a la propuesta de
que la historia en el Ecuador comienza con la historia colonial” (…) Esta concepción arbitraria reproduce
la concepción errónea de que los pueblos indios son pueblos sin historia” (Quintero, 1991: 6). Las
intervenciones llevadas por esta administración, se concentran sobre los monumentos de origen colonial.
190
La información para realizar esta configuración, proviene del inventario realizado, por el plan Maestro
del C.H.Q. y por el estudio de la reglamentación urbana de Quito, de la Dirección de Planificación (I.
Municipio de Quito: 1992).
81
Después de la delimitación del área histórica, se desarrolló el Plan Maestro de
Rehabilitación Integral para las Zonas Históricas, que era una propuesta que pretendía,
disminuir la segregación urbana y territorial. Para la Municipalidad, “antes que un Plan,
(…) éste es un conjunto de estrategias que (…) buscan devolver a las zonas históricas su
unidad y equilibrio, tanto en lo social, económico y cultural, como en su
funcionamiento y calidad urbana” (Ilustre Municipio de Quito, 1992: 10). No obstante,
ya en la práctica, el plan maestro se concentró sobre las rehabilitaciones espaciales, es
decir puso recursos y diligencias sobre los monumentos y no sobre los procesos
sociales. Por consiguiente, la Municipalidad consideró que al solucionar el espacio
físico “deteriorado” del área central, se resolverán automáticamente los procesos de
“deterioro social” (Ilustre Municipio de Quito: 1992).
En este plan, se señalaron tres objetivos fundamentales, profundizar la
democracia, promover la descentralización y auspiciar la participación (Ilustre
Municipio de Quito: 1992, 10 - 11). Estos tres objetivos, se cumplieron parcialmente,
pues el primero, no logró representar a la sociedad en su conjunto, sino a ciertos
gremios y grupos de poder, muy parecido a lo realizado por las administraciones de
principios del siglo XX, donde la voz de las élites se inscribía como la voz de la
comunidad (Kingman: 2006). El segundo objetivo, a pesar de que intentaba
descentralizar y fortalecer el rol del Municipio en las áreas centrales, terminó por
reproducir un ente que fragmentaba a la ciudad bajo la noción de ornato191. El tercero,
es el que en menor medida se cumplió, pues entonces como ahora, la comunidad no fue
tomada en cuenta en las decisiones sobre las distintas intervenciones, y de ninguna
manera, es un agente fiscalizador sobre las intervenciones que suceden en este territorio
específico (Salgado: 2008). Como síntesis, se podría considerar que los objetivos
planteados por este plan, no se materializaron efectivamente, debido a que no se
produjeron los mecanismos, ni las instancias que permitieran generar políticas o
estrategias que se ajusten a las necesidades de la comunidad.
Las estrategias de este plan192, se estructuraban en los siguientes grupos: mejora
y ordenamiento territorial, rehabilitación arquitectónica, preservación de la memoria
191
Este objetivo no se cumplió en su totalidad, pues la Municipalidad seguía dependiendo parcialmente
del Estado Central por el financiamiento de las distintas intervenciones (I. Municipio de Quito: 1992).
192
Otra estrategia desarrollada por este plan, era la que buscaba resolver “la problemática del comercio
informal”. Ésta, pretendía realizar una capacitación a los vendedores ambulantes, que fue dejada de lado
82
histórica y turismo. El primer grupo acciones, se encamina a determinar los usos de
suelo y a promulgar normas de edificación; el segundo, insta a la creación y al
financiamiento de una empresa municipal mixta193; el tercero, estructura un discurso de
memoria a través de talleres de historia oral194; y el último, propone una mejora en las
infraestructuras turísticas y en la realización de programas especiales de turismo
ecológico y popular (Ilustre Municipio de Quito: 1992).
En conclusión, se podría afirmar que este plan, trató de resolver la problemática
sobre el medio físico construido y especialmente sobre los hitos, que pueden servir
como atractores de capitales para las inversiones del sector privado195. Cabe agregar,
que hasta la actualidad este plan, es el “mayor” instrumento respecto al “conocimiento y
conservación del área central”, y es para algunos autores (Cifuentes: 2008) un punto de
referencia sobre la discusión teórica respecto a la problemática del Centro Histórico de
Quito.
A partir de este plan se derivó un año después, la ordenanza 2956 de protección
de las áreas históricas de Quito, que introdujo un instrumento de regulación, en cuanto
al concepto de áreas históricas y las atribuciones de la comisión de las mismas. Ésta
también incluyó, secciones sobre usos de suelo y zonificaciones, normas de
intervención y normas especiales. Ésta “(…) fue por ese entonces la última ordenanza
específica sobre las áreas históricas, pues a partir de 1993 con la ordenanza 3050 se
integra la regulación sobre el centro histórico y otras áreas patrimoniales a la regulación
general de todo el territorio metropolitano” (Cifuentes, 2008: 109).
Para 1994 se concreta la descentralización de la estructura municipal, para lo que
se crean y se delimitan distintas administraciones zonales. La administración encargada
de la ciudad antigua es la administración Zona Centro o “Manuela Sáenz”. Ésta tenía
funciones en gestión y control, las que podrían dar rápidas respuestas a las necesidades
urgentes, ya que “supuestamente” tiene mucha proximidad con los ciudadanos.
por la administración municipal, y se prefirió la regularización de las ventas ambulantes, a través “(…)
del plan emergente y la ordenanza para la regulación del comercio minorista” (Cifuentes, 2008: 108).
193
En cuanto a la creación de una empresa municipal mixta, Coulomb argumenta, que la empresa
público-privada, funciona primero como reproductor de los intereses de los sectores privados, y segundo,
como un canalizador de fondos para alimentar a la industria turística.
194
La memoria histórica o la activación patrimonial ejecutada por la Municipalidad, sirvió para afianzar
los vínculos con la comunidad, a través del impulso nostálgico con el mito de origen (Baudrillard: 2004).
195
El interés sobre las áreas históricas, no es únicamente de los gobiernos locales, asociaciones civiles y
de la academia, sino también del mercado y de la industria turística, que ven que en estos lugares, sitios
para producir capital económico a través de la nostalgia (Choay: 1997).
83
El 23 de Julio de 1995, el Municipio debido a la amplitud de la tarea para la
rehabilitación del centro histórico, constituyó la Empresa Mixta de Desarrollo del
Centro histórico (ECH), atribuyéndole a la nueva empresa facultades como: la compra y
venta de inmuebles y la capacidad de asociarse con el sector de inversión privada para
la rehabilitación del Casco Antiguo de Quito.
A mediados de la década de los noventa, según la Municipalidad, los barrios
antiguos de Quito presentan residencias tugurizadas, patios convertidos en cocheras,
casas transformadas en depósitos y viviendas subarrendadas fragmentariamente donde
el patio ya no es de nadie196 (Mafla: 2008). Así, el Municipio, junto con FONSAL,
desarrollaron una propuesta que contiene los siguientes puntos: ordenamiento urbano,
rehabilitación, desarrollo y vivienda, capacitación, empleo, turismo y recreación197.
En cuanto a la captación de recursos económicos, esta propuesta se ancló en la
revalorización comercial de este sector. Así, Arízaga (1996) argumentó, que a través de
las distintas intervenciones en el Casco Antiguo de la urbe, se pudo recuperar el valor
de suelo perdido por el terremoto de 1987. No obstante, ella no señala qué sectores
dentro del área central no recuperaron el valor del suelo (D’Ercole y Tupiza: 2001), y
tampoco menciona, a qué grupos beneficio las plusvalías generadas por las distintas
intervenciones ejecutadas en el Centro Histórico de Quito198.
En la segunda mitad de la década de los noventa, los problemas en este sector se
mantuvieron y se agregaron otros nuevos según la Municipalidad, como:
196
Dora Arízaga Directora FONSAL en este período, sostiene que el patrimonio histórico, artístico,
ambiental y ecológico, del centro histórico, “están afectados por la inadecuada ocupación de sus espacios,
sin contar con el deterioro de sus instalaciones, la degradación del medio ambiente, la desarticulación
cultural y (…) la disminución de la calidad de vida de la población” (Arízaga, 1996:14). Ella argumenta
también, que el casco antiguo de la ciudad, es donde se encuentran mayor concentración de actividades
económicas, vivenciales, culturales, y que éstas, originan serios conflictos entre lo urbano y lo social
(Arízaga: 1996). En consecuencia, según ella, es donde se puede notar claramente el contraste existente
entre “(…) la riqueza histórica y cultural con la pobreza social y económica presente en su conjunto”
(Arízaga, 1996: 14).
197
La propuesta desarrolla el FONSAL no pudo ser concretada según ellos, por falta de recursos.
198
En relación con esto último, Arízaga sostiene que las estrategias planteadas por el FONSAL, son
positivas, pues la inversión privada ha adquirido, casas en el área central, para rehabilitarlas. No obstante,
no señala que estas casas fueron adquiridas en el sector donde el FONSAL realiza sus procesos de
rehabilitación, con lo cual podríamos decir, que parte del sector privado se ha beneficiado de este
proceso, por el beneficio que generan las plusvalías del proceso de Rehabilitación.
84
actividades y ausencia de otros; 6) falta de identidad e interés de ciertos sectores
que ocupan el Centro (Mahuad, 1998: 26).
199
Este proceso se concretará según Mahuad, a través de los “(…) valores que encierran la ciudadanía
actual” (Mahuad, 1998: 27). Para muchos autores como Kingman y Salgado, éste es un proceso de
enculturamiento y civilizatorio (Salgado: 2008).
200
Mahuad sostiene que uno de los objetivos centrales de la Rehabilitación del centro histórico, es lograr
que éste se transforme, en “(…) un bien económico para la ciudad, constituyéndolo así, en una opción
alternativa para el desarrollo urbano” (Mahuad, 1998:26).
201
Los usos del patrimonio y de la memoria se modifican en cada momento y en cada lugar de acuerdo a
intereses sociales en juego (Kingman y Pratz: 2008).
202
“En 1994, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) concede un préstamo que tiene como objetivo
la puesta en marcha del Programa de Rehabilitación del Centro Histórico de Quito, programa marco
donde se inserta el Plan de Modernización y Reubicación del Comercio Minorista. El programa tenía la
idea de ir “devolviéndole (al Centro) su importancia funcional, revitalizando las actividades comerciales y
de servicios tradicionales, facilitando el acceso a los bienes y servicios que ofrece y promoviendo el
correcto uso y mantenimiento de los edificios públicos y privados y haciéndolo más atractivo a los
visitantes” (Municipio de Quito, 2005: 3)
85
2004). Por consiguiente, el Municipio ubicó entre sus prioridades para el Siglo XXI,
recuperar los capitales privados en el área central.
A inicios del siglo XXI, el Casco Antiguo de la urbe, ocupaba el 2% de la ciudad
y albergaba el 5% de la población y representaba el 8% de la economía de Quito. Según
datos del pre-censo del 2001, la población residente del área histórica203 era cercana a
los 52.000 habitantes, en un total de 340 hectáreas. A esta población, había que sumarle
250.000 personas que visitaban el Casco Histórico, por razones, laborales, comerciales
y educativas (Municipio de Quito: 2004). El 13% de la población residente, ocupaba el
núcleo central, que es donde se invertía la mayoría del capital económico y humano (Eje
de la García Moreno). En los sectores por fuera de este eje, que es donde mayor
población se concentra y según la Municipalidad es donde “(…) se observa un proceso
de disminución poblacional, y de desocupación y subocupación” (Mafla, 2008: 44). En
esta década, la población del Centro Histórico de Quito desciende en un 40%
(Municipio de Quito: 2005).
La Municipalidad en este período, concentró mayoritariamente sus diligencias e
inversiones en dos puntos: la rehabilitación del patrimonio monumental y la
regularización del comercio informal. El primer punto tuvo mayores diligencias, y
recursos humanos y económicos para su materialización (Mafla: 2008). El segundo, se
financió a través del BID204, y busca organizar al comercio minorista, a través de una
reubicación, para aquellos que están asociados, federados y confederados.
Para el FONSAL en este período la problemática del Centro Histórico se
traduce,
203
Entre 1990 y el 2000, la población del CHQ se contrae en más del 40% (Municipio de Quito: 2004).
204
Rojas sostiene que los créditos e inversiones del BID, persiguen la meta de reactivar el mercado
inmobiliario en el Centro Histórico de Quito. De este modo, sostengo que el interés de estas
intervenciones es establecer un mercado de suelo en la Centralidad Histórica y generar plusvalías para las
propiedades que se encuentran en el eje de la Calle García Moreno.
86
Las inversiones para resolver los problemas antes señalados, evidencian según Mafla205,
“(…) el mayor porcentaje (44%) destinado a la arquitectura monumental y un bajo
porcentaje a la vivienda (6%) (…)” (Mafla, 2008: 44). De este modo, el 50% del
presupuesto del FONSAL, se utilizó para la rehabilitación y refuncionalización del
patrimonio histórico, y el porcentaje restante fue viabilizado, para los problemas
sociales y de movilidad del sector. Cabe agregar, que la Municipalidad considera que
rehabilitando el espacio físico deteriorado, mejorará a su vez el “deterioro social” (I.
Municipio de Quito: 1992).
En la primera década del siglo XXI, se impulsó un nuevo momento en la
planificación territorial, que se estructura en el Plan General de Desarrollo Territorial
(2000 – 2001). Las políticas y estrategias implementadas por este plan en las áreas
patrimoniales, se estructuran desde la visión del desarrollo económico y social
(Municipio del Distrito Metropolitano de Quito: 2006). La generación de capitales es
una de las preocupaciones centrales, que se establecen en este plan. Así, la
sustentabilidad económica de los proyectos es primordial para desarrollarlos, esto
implicaría que si un proyecto no genera réditos económicos, éste no se implementaría en
la zona en cuestión.
Para el 2003, la Municipalidad junto con la Junta de Andalucía, desarrollaron un
plan que se denominó, “Plan Especial del Centro Histórico de Quito206”. Éste propuso,
por un lado, que la actuación en el Centro Histórico ya no podrá separarse o sustraerse
de la actuación integrada con la urbe; y por otro, que el Casco Antiguo, es el
componente mayor del sistema de áreas históricas (Cifuentes: 2008).
Este plan se concentra fundamentalmente en tres objetivos específicos, fortalecer
la capacidad habitacional del Centro Histórico, mejorar la capacidad de accesibilidad y
movilidad, y revalorizar el espacio público y civil (Municipio del Distrito Metropolitano
de Quito: 2003). El primer objetivo, se cumple de manera parcial, pues a pesar de que se
desarrollan algunos proyectos habitacionales, no se construye una política en torno a esa
temática, y los proyectos desarrollados terminan siendo aislados y concentrados en el
núcleo central de este sector de la ciudad. El segundo, tampoco se concreta, pues la
accesibilidad y los medios de transporte, siguen siendo limitados y solo existe una ruta
205
Juan Carlos Mafla, era el subdirector del FONSAL en el período entre el año 2000 al 2008.
206
Para Cifuentes este plan se ha “(…) venido dando en forma parcial y sin la dinámica deseada”
(Cifuentes, 2008: 112).
87
que cruza este a oeste, lo que hace que ciertos sectores no tengan medios para
transportarse, repitiendo las dinámicas de la década de los cuarenta del siglo XX, donde
el servicio de transporte solo se concentraba en las zonas donde los grupos de poder
residían y poseían sus negocios. El último objetivo, se cumple de manera parcial, pues
algunas áreas se revalorizan, pero ésta se concentra en el eje de la García Moreno.
Otro hecho fundamental, que destaca Cifuentes (2008) alrededor del Plan
Especial del Centro Histórico, es que éste tiene “(…) algunas falencias en cuanto a la
participación de los actores, de la comunidad, de la ciudadanía y de los sectores sociales
(…)” (Cifuentes, 2008: 112), en cuanto a los planteamientos, en torno a la forma y el
sentido mismo de la rehabilitación urbana en el Centro Histórico de Quito.
En el 2004, se desarrollaron, dos propuestas en relación a la renovación urbana,
el primero es el Plan Equinoccio 21 y el segundo es el Plan Bicentenario 2005 -2009. El
primero, fue el plan de gobierno de la administración de Moncayo en su primer período
2000 – 2004. Éste, se desarrolla a través de cuatro ejes: territorial, político, económico y
social. El objetivo central de este plan, era potenciar al centro histórico así como otras
áreas patrimoniales, como fuentes atractoras de inversión privada, para el desarrollo de
la Municipalidad. En esa dirección, según Mafla (2008), desde el año 2000 hasta el
2008, es en el período donde más se recaudó donaciones e inversiones, para desarrollar
obras en el Centro Histórico de Quito. No obstante, Salgado (2008) sostiene, que el
capital económico, no fue distribuido en programas sociales, ya que mayoritariamente
fue invertido en los monumentos del Centro Histórico de Quito.
El segundo, fue el plan de la segunda administración de Moncayo,
correspondiente al período 2005 - 2009. Éste se basa en un modelo de una “ciudad
sostenible”. La que es “(…) compacta y densa, y con continuidad formal; es
multifuncional, heterogénea y diversa en toda su extensión” (Moncayo, 2004: 6). El
plan Bicentenario desarrolla, cuatro programas en lo que se refiere al centro histórico y
otras áreas patrimoniales, todos ellos relacionados en alguna medida, con el desarrollo
económico y social, del Distrito Metropolitano de Quito. Cabe señalar que en el 2005,
se ejecutó una ordenanza que estableció, que se debe preservar y conservar el
patrimonio monumental, ya que estos bienes culturales, constituyen uno de los
principales recursos para el desarrollo de DMQ y del país. La finalidad de esta
ordenanza, fue que los usuarios de las áreas históricas tengan “(…) una mejorada
88
actitud sobre el patrimonio monumental” (Cifuentes, 2008: 113). Así, se podría señalar,
que la ordenanza del 2005 busca armonizar o escenificar, el Centro Histórico para su
desarrollo turístico207.
Tanto la administración de Moncayo como la vigente de Barrera, considera que
uno de los principales desequilibrios de la centralidad histórica, “(…) radica en el
equipamiento urbano, ya que existen una sobre dotación de escuelas, colegios mercados
y déficit en recreación, salud, seguridad y equipamiento social” (Mafla, 2008: 44). No
obstante la inversión es mínima en las actividades que se califican como deficitarias, en
contraposición de la inversión en el patrimonio edificado.
Otra preocupación de las dos administraciones, es que en al área central se
desarrollan y concentran cuatro nodos de actividad, receptoras según la Municipalidad
de la presión y generadoras de la disfuncionalidad y rupturas urbanas. Los cuatro nodos
en cuestión son: el Terminal Terrestre de Cumandá, el mercado Ipiales, el Penal García
Moreno y el mercado de San Roque. El primero, fue reubicado en Quitumbe y en esa
edificación, se desarrollará un espacio que supuestamente es “para la comunidad”. No
obstante, los comercios que se desarrollaban a partir del terminal, como hostales y
pequeños restaurantes, tuvieron que trasladarse o reacondicionarse sin la ayuda de la
Municipalidad. El segundo, fue desalojado pues ocupaba espacio público, que según el
Municipio contaminaba y “deterioraba el Casco Antiguo”. Este proceso, sigue siendo
muy cuestionado desde la Academia y la comunidad hasta la actualidad El tercero, es
muy posible que sea reubicado y que en este espacio se desarrolle un “Centro
Cultural”208. El último, estaba pensado en ser trasladado desde la administración de Paz,
pero la oposición dentro de la comunidad ha logrado que éste se mantenga hasta la
actualidad. Cabe agregar, que estos espacios eran los que más atraían personas hacia la
ciudad antigua, y a través de ellos es que se desenvuelven las dinámicas del Centro
Histórico de Quito. Un claro ejemplo de esto, es el día de las visitas en el Penal García
Moreno, donde el Flujo de personas es de alrededor de 10.000 personas según datos del
Penal.
Para las dos últimas administraciones, “(…) el proceso de hipercentralidad de la
ciudad antigua y la concentración funcional generaron desequilibrios estructurales,
207
El turismo patrimonial según Pratz, se concentra en los negocios que pueden folklorizarse.
208
La Municipalidad, en un buen porcentaje de las casas rehabilitadas, ha desarrollado museos y centros
culturales, los que no tienen el impacto que ellos preveían (Mafla: 2008).
89
aspectos que tienden ha acelerar los grados de deterioro del patrimonio” (Mafla, 2008:
38). Por consiguiente, la preocupación de la Municipalidad se estructuró, por un lado,
en desconcentrar las funciones, esto sin medir las consecuencias sociales que se pueden
generar; y por otro, en conservar el patrimonio monumental que según ellos puede ser la
fuente de capitales para la Administración Municipal.
Desde el año 2000 hasta la actualidad, la Municipalidad consideró que el Centro
Histórico de Quito atraviesa varios problemas, pues ha perdido su condición de
centralidad que hace que éste sea un punto focal de la ciudad (Carrión: 2005). Por lo
que consideran, que las intervenciones deben recuperar esta cualidad. No obstante, su
accionar es contradictorio, pues por ejemplo, al relocalizar el Terminal Terrestre, se
desarticuló una función importante para una centralidad que es la de la movilidad. Así,
parecería ser que su intención, no es la de conformar una centralidad urbana, sino un
centro hotelero y de comercios para los turistas y los grupos de poder. En consecuencia,
lo que se está configurando es una centralidad como medio social (Castells: 1976).
La administración de Barrera, ha concentrado sus esfuerzos en dar continuidad
al eje de la García Moreno hacía la Av. 24 de Mayo, iniciativa que estaba estructurada
en planes anteriores como el de 1980. El Bulevar que se desarrolla en la avenida, ha
recibido muchas críticas y oposición, por parte de la comunidad y los medios de
comunicación. El eje que se quiere estructurar pasa por grandes inversiones privadas
como “El Hotel Casa Gangotena” y “el Museo del Alabado”, generando que estas
propiedades capten las plusvalías generadas por el proceso de renovación urbana.
En el 2010, Quito fue nombrado como “Capital Iberoamericana de la Cultura
para el año 2011”. Este nombramiento, provocó una fuerte obra municipal alrededor de
los hitos arquitectónicos y el eje de la García Moreno. Para Barrera, esta denominación,
“(…) posicionará notablemente a Quito, ya que millones de habitantes van a querer
conocerla, lo que dinamizará el turismo y generará empleo al taxista, a la persona que
trabaja en un hotel, a la que vende comidas típicas” (Barrera, 2010:13). Así, el turismo
se configurará “en uno de los ejes fundamentales, (…) ya que no afecta a nadie, más
bien vende los atractivos naturales, un patrimonio edificado y gente amable” (Barrera,
2010: 13).
En conclusión, el proceso llevado a cabo desde 1988 hasta la actualidad, ha sido
enfocado fundamentalmente sobre el patrimonio edificado, poniendo al patrimonio
90
inmaterial en un segundo orden. Este proceso, que es liderado por la Municipalidad
considera que rehabilitando el Patrimonio Monumental, se resuelve también la
problemática social (I Municipio de Quito: 1992). Asimismo, este proceso ha generado
un control sobre los negocios “no patrimoniales”, los que siguen siendo desplazados
hacia otros sectores de la urbe, pues no encajan dentro de la oferta turística.
Para muchos autores, las intervenciones que se han llevado a cabo en el Centro
Histórico, se parece más a una regeneración urbana, pues los grupos sociales que son
considerados como peligrosos, son desplazados del mismo (Kingman y Salgado: 2000).
En este contexto, el patrimonio edificado es utilizado, como signo y símbolo de
distinción y de separación, entre los grupos de poder y los grupos subalternos209. Esta
diferenciación junto con las distintas intervenciones urbanas, han provocado la
fragmentación de la ciudad y del Centro Histórico, a través de la policía, el ornato y las
inversiones que se concentran en el eje turístico del García Moreno. Este proceso
generó, que el Casco Antiguo de Quito, se polarice en dos espacios, “la ciudad bárbara”
y “la ciudad rehabilitada”210.
Estos procesos serán analizados en el capítulo III y IV. En el primero de éstos se
describirán las inversiones concentradas y sus efectos en el espacio social y en la
estructura urbana del Casco Antiguo de Quito. Mientras que, en el segundo se y
analizarán los efectos de las estrategias de seguridad en los grupos sociales que desde la
Municipalidad han sido denominados como peligros.
CAPÍTULO III
ESPACIOS DE LA DIFERENCIACIÓN
209
Estas dinámicas, se asemejan a las realizadas por Jijón y Caamaño en los cuarenta (Kingman: 2006).
210
Los límites de estas dos ciudades son custodiados por los agentes del orden (Salgado: 2008).
91
El presente capítulo, tiene como propósito analizar el gran proyecto urbano (GPU)
desarrollado en el Centro Histórico de Quito desde 1988 hasta el 2010. Este análisis
permitirá develar los efectos que alteraron en alguna medida la estructura urbana
(espacio urbano), particularmente las funciones urbanas, los flujos y la organización de
los precios de suelo. Estas variables según Sabatini (1999) son las que agencian en
mayor medida los procesos de diferenciación socio-espacial.
Los grandes proyectos urbanos (GPU) han sustituido a la planificación
tradicional y se han convertido en un instrumento clave de la nueva planificación de la
ciudad en las últimas décadas. El GPU, se caracteriza por intervenir sobre partes enteras
de una ciudad y es pensado como un elemento mediador entre las exigencias espaciales
de los inversores económicos y la comunidad211. Además este tipo de intervenciones,
parten de una asociación público – privada como elemento motor del desarrollo de la
urbe212 (Lungo: 2006).
En el caso de los Centros Históricos, las acciones que se implementan por este
tipo de proyectos son las de rehabilitación, restauración y conservación, todas ellas con
la finalidad recuperar la imagen urbana, para así revalorizar el entorno inmediato y así,
volverlo atractivo, para los intereses de los inversionistas del sector privado.
Esta lógica se implementó en Quito, desde 1988 a partir de la creación del
FONSAL; que fue establecido para conservar y rehabilitar la ciudad antigua. Este
proceso fue desplegado también por otra entidad, la Empresa del Centro Histórico
(ECH). Las dos empresas tenían por objetivo atraer capitales a través del turismo e
inversiones del sector privado, para así convertir a este sector de la ciudad en uno de los
ejes económicos de la urbe (I. Municipio de Quito: 1992).
A partir de esta dinámica el patrimonio monumental de Quito es percibido como
una ventaja competitiva frente a otras ciudades, lo que provocó que se den profundas
transformaciones en el sector y en las formas instituidas de renovación formal213, por
211
En el Caso de Quito desde 1994 con la ECH el sector privado tuvo ingerencias en las políticas y
estrategias de intervención urbana, pues se convirtió en una de los inversores y como tal procuró localizar
sus capitales donde tenía puesto sus intereses (Eje de la García Moreno y la Plaza San Francisco).
212
Lungo (2006) sostiene, que el GPU son una de las expresiones más relevantes de la visión neo-
institucional de la gestión urbana, ya que el papel de la institucionalidad pública y el interés general
tienden a desvanecerse en función de los intereses privados bajo el manto de la necesidad de incrementar
la competividad de la urbe exigidas por la globalización.
213
La preocupación que antes estaba en la conservación, hoy está en la exposición del patrimonio.
92
consiguiente desde este momento estuvieron trazadas por una lógica de consumo. Este
proceso, se caracterizó también, por estar integrado por un conjunto de pequeñas y
medianas intervenciones las cuales seguían una misma lógica que es la de revalorizar
los hitos monumentales. Así, las inversiones e intervenciones se concentraron en los
sectores214 que reunían la mayor cantidad de elementos patrimoniales con alto grado de
valorización215 (Ver Gráfico 1 y 2, Mapa 1 y Anexo 1 y 2).
Gráfico No. 1 Localización de los hitos patrimoniales según su importancia en el DMQ.
214
Este es el caso del Eje de la García Moreno, que es el espacio más apetecido por los actores privados y
políticos, pues concentra Los Hitos de la Plaza de la Independencia y la Iglesia de la Compañía.
215
“El objetivo de la valoración de los elementos patrimoniales del CHQ es obtener una jerarquización
parcial (por cada variable) y global (por todas las variables) de los elementos patrimoniales que permita
realizar una cartografía de los elementos patrimoniales de mayor interés del CHQ”
216
Este fenómeno por un lado provocó la expulsión de diferentes grupos sociales; y por otro indujo a la
diferenciación de los distintos grupos que residen y comercian ahí (Salgado: 2008).
93
es un espacio que concentra arquitectura civil de menor valía (Arízaga: 1996). Mientras
el segundo, contiene la mayoría de los hitos monumentales del sector y de la ciudad.
Mapa No 1. Elementos Patrimoniales del Centro Histórico de Quito217
217
La lista de los elementos patrimoniales localizados en el CHQ fue constituida a partir del Estudio
realizado de D’Ercole y Metzger (2002), que utiliza diversas fuentes como, guías turísticas, documentos
de la Empresa de Centro Histórico, lugares de Intervención del FONSAL (fichas del año 1999-2000) y
mediante entrevistas a expertos del Centro Histórico. Para el propósito de esta investigación se
determinaron los límites correspondientes al Núcleo central y a la Zona de Protección según el Plan
Especial del Centro Histórico de Quito elaborado en el año 2003.
94
Gráfico No. 2 Número de elementos patrimoniales en cada sector del DMQ – El Núcleo
Central y la Zona de Protección se encuentran ubicados en el interior del Centro Histórico.
218
La Compañía de Jesús recibió cerca de 2 millones de dólares para su conservación y readecuación. Lo
que provocó años más tarde que esta Iglesia se revalorice (Mafla: 2008). Esta Iglesia es la que más visitas
recibe (Mafla: 2008), entrar en ella cuesta 1 dólar para Nacionales y 2 dólares para internacionales.
95
Histórico de Quito)219 y los efectos de éstas en el Núcleo Central y la Zona de
Protección del Centro Histórico de Quito220. En el segundo apartado, se concentra en
describir y analizar los efectos de las intervenciones, en la estructura urbana de la
“Ciudad Histórica”.
Intervenciones e Inversiones.
La Municipalidad desde 1988, decidió efectuar una serie de intervenciones que tenían
como propósito transformar el Centro Histórico de Quito en un eje de atracción de
capitales nacionales e internacionales a través del turismo (I. Municipio de Quito:
1992). Así, el patrimonio monumental fue utilizado como una ventaja competitiva
frente a otras urbes nacionales e internacionales.
La Municipalidad, para maximizar los recursos económicos que pueden generar
los monumentos, planteó varias acciones, como la de revalorizar el patrimonio
monumental de la ciudad antigua, a través de la conservación y preservación del mismo.
El proceso de revalorización de la ciudad antigua, forma parte de una estrategia que
pretende presentar al monumento como parte de un espectáculo, para atraer al turista
nacional e internacional. La puesta en escena221 o la espectacularización del
monumento, se asocia con artificios como la luz y el sonido para crear una atmósfera
que contribuye ha acrecentar el aura del mismo. Un ejemplo de lo anterior, es la
iluminación nocturna que se implementó en los hitos arquitectónicos del Centro
Histórico de Quito en el 2004, la que según la Municipalidad ayudó a resaltar el carácter
inmutable de los mismos (Mafla: 2008).
La espectacularización de la realidad (Salgado, 2008: 18), unido al deseo de la
masificación de los turistas, provocó un cambio en la relación entre patrimonio y
turismo222, ya que por un lado, los hitos patrimoniales del Centro Histórico se ven
sometidos a una presión turística cada vez más intensa que provoca su deterioro223; y
219
Estas dos empresas son las que concentran la mayor cantidad de recursos económicos y tienen en
alguna medida una independencia jurídica de la Municipalidad (Rojas: 2004).
220
El análisis se realiza sobre estas dos empresas pues son las que mayor cantidad de recursos humanos y
económicos tuvieron desde 1988.
221
Escenificar significa presentar el monumento de la manera más halagadora posible (Chaoy: 1997).
222
Antes se jerarquizaba a la conservación sobre el consumo, hoy esta relación se ha invertido (Salgado:
2008).
223
Choay sostiene que la sobreexposición del monumento, ruina arqueológica o conjunto urbano provoca
un deterioro inclemente y casi irreversible sobre los hitos monumentales (Choay: 1997). Un ejemplo de lo
96
por otro, éstos entran en una lógica del espectáculo y consumo, por lo que se hacen
adaptaciones o exigencias expositivas para que no queden marginados del circuito
turístico224. Cabe agregar, que la espectacularización y la animación225 de los hitos
arquitectónicos, hacen que éstos, pasen a competir con los espectáculos o eventos que
oferta la ciudad desde el sector público y privado. Así, el patrimonio monumental entra
en la lógica del consumo y del mercado.
La puesta en escena del patrimonio monumental de Quito, estuvo acompañada
de una serie de obras que tenían como propósito mejorar el servicio y la accesibilidad de
los turistas y usuarios a dicho sector. Por consiguiente, se construyeron y se readecuaron
predios municipales para que alberguen en su interior parqueaderos municipales, como
los implementados en la calle Mejía y en el sector de la Ronda. El primero, enlaza a los
usuarios y turistas con el eje de la García Moreno. El segundo, vincula de una manera
inmediata a los consumidores de este espacio, con los cafés, galerías, que se encuentran
en la calle Morales (La Ronda). Estos parqueaderos hacen que los visitantes lleguen al
pie de obra, es decir los ubican en el sitio más próximo donde tienen puesto sus
intereses, los cuales pueden ser económicos, de servicios y turísticos por nombrar
algunos. El recorrido planteado a través de estos parqueaderos, hace que los visitantes
se desvinculen del entorno inmediato y se centren en la oferta que se propone desde el
Municipio y el sector privado (Ver Mapa No 3).
Otras acciones que se concentraron en esta misma línea, son las de proveer a las
agencias y al sector hotelero, espacios para el parqueo de los medios de transporte que
utilizan. Un ejemplo de lo anterior, es la zona preferencial que se establece en la calle
Diego Mideros, la cual tiene la función de permitir el parqueo y el fácil acceso para los
turistas hacia la plaza de San Francisco (Ver Mapa No 4).
anterior se da en La Iglesia de la Compañía de Jesús donde los turistas han provocado el deterioro de la
Iglesia y de su patrimonio pictórico, por la sobreexposición de los flashes y la constante manipulación.
224
Dos ejemplos de estas adaptaciones son las que se hicieron en el antiguo Hospital San Juan de Dios,
hoy Museo de la Ciudad y en el antiguo Hospital Militar hoy un Centro de Arte Contemporáneo. En el
primero se escenifican la historia del Ecuador y en el Segundo hay una exposición que tiene la temática
de la Revolución Quiteña de 1809 (Primer Grito de la Independencia). Las dos exposiciones que se
concentran fueron realizadas para captar a través de nuevas técnicas de animación y escenificación, a
nuevos visitantes (Mafla: 2008).
225
La animación es la acción que pretende sacar el mayor provecho posible a los monumentos a través de
acciones que conducen a utilizar a los mismos como medios para reproducir escenas históricas o sirven de
marco para revalorizar al evento que esta a sus pies. Un ejemplo de lo anterior son los recorridos que se
establecieron desde el 2006, los cuales escenifican con ayuda de actores las leyendas que supuestamente
ocurrieron en los monumentos.
97
Estas intervenciones y otras tantas que se realizaron en el Centro Histórico de
Quito, eran principalmente la responsabilidad de dos entidades. La primera de éstas es
el FONSAL y es de carácter público, y la segunda es la Empresa de Desarrollo del
Centro Histórico y es de carácter público – privado226.
Mapa No 3. Parqueaderos y Rutas de Entrada y Salida del Centro Histórico de Quito
226
Coulomb sostiene que las empresas mixtas, muchas veces trazan sus intereses en relación a la
producción de capitales y dejan a un lado su carácter social (Coulomb: 2007).
98
Mapa No 4. Espacio para el uso Exclusivo para el estacionamiento de Buses Turísticos.
Fuente: (Mafla: 2008) - Quito, Patrimonio y Vida – Obra del FONSAL 2001 – 2008
Elaboración Personal.
FONSAL
99
concentradas, son las que agrupan mayor cantidad de recursos económicos (Mafla:
2008).
Para afrontar la supuesta problemática del Centro Histórico, el FONSAL
consideró que rehabilitando el espacio construido se repara los distintos problemas
sociales, es decir que ellos parten de la idea que mejorando el espacio urbano (Soja:
2008) se mejora el espacio social (Bourdieu: 2008). No obstante, Salgado (2008)
sostiene que no se hicieron programas e intervenciones en lo referente a cubrir las
penurias de la infraestructura y el equipamiento urbano del sector, sino la acción
municipal se concentró, en la revalorización de los hitos monumentales.
En relación con esto último, Coulomb (2007) sostiene, que solo invirtiendo en
programas sociales con las personas que comercian y residen en las áreas centrales, se
puede mejorar las condiciones e incluir socialmente a los grupos subalternos, ya que de
no ser así, las intervenciones únicamente tendrán el propósito de atraer capitales
nacionales e internacionales a través de la revalorización de los monumentos históricos.
La puesta en valor de los Hitos Arquitectónicos del Centro Histórico, fue la
preocupación central de las administraciones municipales desde 1988 hasta el año 2008,
pues se consideraba que éstos, eran el ente atractor de capitales del sector privado. Así,
los programas que poseían mayor cantidad de recursos económicos eran aquellos que se
concentraban en la rehabilitación, conservación y restauración del patrimonio
monumental (Ver Gráfico No 3 y Anexo 3). Esto con el propósito de revalorizar227 los
predios del Centro Histórico en especial aquellos que se encuentran en el Núcleo
Central, particularmente en el eje de la García Moreno (Arízaga: 1996).
Desde 1988 la Municipalidad distinguió dos sectores dentro del Centro Histórico
de Quito, el Núcleo Central y la Zona de Protección. El primero de ellos estaba
constituido por el Barrio González Suárez, que es el sector que concentra mayor
cantidad de hitos monumentales y es supuestamente el espacio más viejo del área
central. El segundo sector, estaba conformado por los Barrios que se encuentran dentro
los límites de lo que se considera como Centro Histórico de Quito, y comprende los
227
Para revalorizar un espacio o elevar el valor comercial de un predio sin especular, se tienen que
invertir en este espacio a través de obras que contemplen la creación de equipamientos e infraestructuras
o el mantenimiento de las ya existentes (D’Ercole y Tupiza: 2001). Otros factores que pueden revalorizar
un sector son la zonificación, la edificabilidad y el uso de suelo, los cuales pueden ser atractivos para el
mercado de suelo urbano (Sabatini: 1999). En el Caso de los Centros Históricos, la revalorización se
materializa a través de las obras de conservación, rehabilitación y recuperación de la imagen urbana de
las edificaciones (Lungo: 2006).
100
Barrios de Aguarico, San Diego, San Sebastian, La Recoleta, La Loma, San Marcos, La
Tola, San Blas, La Alameda, San Juan, La Chilena, El Tejar, El Placer y San Roque.
Estos sectores, desde la Municipalidad han sido considerados como secundarios pues no
tienen la carga estética y de historia del primero (Mafla: 2008). Los barrios antes
nombrados sirven de protección para el Núcleo Monumental o Central de la ciudad
antigua (Carrión: 1990). En lo referente al área, el Núcleo Central es casi seis veces
menor que la Zona de Protección y contiene al barrio (González Suárez) menos poblado
del Centro Histórico de Quito (Municipio de Quito: 2003) (Ver Mapa No 5).
Fuente: (Arízaga: 1992) El Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural 1988 – 1992.
(Arízaga: 1996) El Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural 1992 – 1996.
(Woolfson: 2000) El Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural 1992 – 2000.
(Mafla: 2008) El Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural 2000 – 2008.
Elaboración Personal.
101
Mapa No 5. Límites y Barrios del Núcleo Central y la Zona de Protección del CHQ
102
Las intervenciones e inversiones del FONSAL en el período comprendido entre
1988 hasta el año 2000 se concentraron en el Núcleo Central del Centro Histórico de
Quito (Ver Gráfico No 4 y Anexo - 2). Las obras que se ejecutaron fueron de
restauración, conservación, rehabilitación e implantación de nuevos equipamientos e
infraestructuras urbanas. No obstante, a pesar de todas las intervenciones, el precio del
suelo no subió como se había esperado pues en términos generales éste se mantuvo
distante al de la Zona de la Mariscal y del sector del Batán228 (D’Ercole y Tupiza:
2001). Cabe señalar, que el precio comercial del suelo, es uno de los factores que
incitan la inversión del sector privado en los espacios que se presentan atractivos para el
comercio, y es uno de los puntos que más influyen sobre las políticas habitacionales y la
localización de los proyectos inmobiliarios (Sabatini: 1999).
Fuente: (Arízaga: 1992) El Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural 1988 – 1992.
(Arízaga: 1996) El Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural 1992 – 1996.
(Woolfson: 2000) El Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural 1992 – 2000.
(Mafla: 2008) El Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural 2000 – 2008.
Elaboración Personal.
228
Para 1995 el precio en el Eje de la García Moreno es tres veces menor que el de la zona más elevada
de la ciudad, en tanto el resto Núcleo Central giraba en una precio de 10.000 a 20.000 sucres, que es cinco
veces menos. Por su parte la Zona de Protección tenía un precio que estaba establecido entre 10000 a
15000 sucres, que es unas 6 a 7 veces menos que el espacio más caro de la urbe (Jaramillo y Rosero:
1996). De esta manera hasta 1996, la revalorización de la Zona Central de la urbe no logró elevar los
precios de este espacio salvo en le Eje de la García Moreno. Cabe agregar que uno de los objetivos de la
rehabilitación urbana es la de recuperar la Centralidad en cuanto a precios y funciones.
103
Revalorización y Precios de Suelo
Como señala Sabatini (1999), los precios de suelo tienen una relación directamente
proporcional con los montos de inversión. Por consiguiente, si se invierte en un espacio
específico, éste a través de las plusvalías generadas, debería elevar su valor comercial.
No obstante, el mismo autor señala, que existen otros factores que pueden agenciar para
que esta revalorización no se efectúe. Uno de ellos es la disposición del mercado, de los
grupos hegemónicos y contrahegemónicos frente a la intervención realizada. A
continuación, expondremos la relación entre los precios de suelo y las intervenciones
realizadas por el FONSAL, para observar si es que hubo una revalorización de los
precios comerciales del Centro Histórico, ya que ésta, era uno de los objetivos centrales
de este organismo.
Previo a las intervenciones que se ejecutaron desde finales de la década de los
setenta en el área central. La ciudad antigua se encontraba devaluada con respecto a la
nueva centralidad urbana que se localizaba al norte de la urbe. Esta dinámica, se
extendía también hacia los precios de suelo del Centro Histórico, ya que éstos en 1975
eran hasta tres veces menores que los de la Zona de la Mariscal (Jaramillo y Rosero:
1996). En este período, los precios del suelo del Núcleo Central superaban
notablemente a los de la Zona de Protección del Casco Antiguo. En promedio éstos
llegaban a ser hasta seis veces más altos como se observa en el Gráfico No 5.
Gráfico No 5. Promedio de precios en las macro zonas del CHQ – 1975
104
Una década más tarde229, a pesar de la implementación de las primeras
intervenciones concentradas en la Ciudad Antigua, la devaluación con respecto a la
nueva centralidad continuó230. En lo que respecta al Núcleo Central del Centro
Histórico, la distancia en la relación al precio de suelo disminuyó con el sector
periférico de la Zona de Protección. En promedio, esta diferencia llegaba a superar hasta
más de seis veces.
Con la creación del FONSAL, esta tendencia intentó ser revertida a través de
intervenciones concretas, que se iniciaron en 1988. Éstas pretendían revalorizar la zona
para así elevar el precio del suelo (Arízaga: 1996). No obstante hasta 1995 solo el eje de
la García Moreno escaló en lo referente al precio suelo, inclusive se puso a la par de los
precios que se ofertaban en los espacios circundantes a la Zona de la Mariscal. Esto
229
En 1975 el precio de suelo en el eje de la García Moreno se encontraba en entre 1500 – 1700 sucres, a
diferencia que el resto del Núcleo Central y la Zona de Protección que se encontraba entre 1000 -1500.
En este período, el precio en el eje de la García Moreno es hasta cuatro veces menor que en la zona más
cara de la ciudad (Mariscal 6.950 sucres). En la Zona de protección el precio del suelo es 23 veces menor
que en el espacio más caro de la urbe. Hasta 1990 la tendencia se mantuvo (D’Ercole y Tupiza: 2001).
230
En 1985 la Mariscal tiene un precio que llega hasta 9.150 sucres. Por su parte la periferia de la zona
de protección tiene un precio que es alrededor de 550. De este modo el espacio más caro de la ciudad
supera en 16 veces a la periferia de la zona central. Cabe agregar que la diferencia con el Eje de la García
Moreno es hasta 4 veces más.
105
mientras en el resto del Área Central, los precios se habían devaluado de forma
estrepitosa. En ciertos espacios de la Zona de Protección del Centro Histórico, el precio
comercial del suelo, era en promedio hasta seis veces menor que en el del Núcleo
Central.
231
El sector económico 2 “(…) se extiende en el centro norte de la ciudad. Prolifera en las zonas
colindantes con los ejes viales que pertenecen al sector 1, como la Mariscal, Mariana de Jesús, Iñaquito
Bajo, el Batán Bajo, Jipijapa. Hacia el norte en las cercanías del aeropuerto, se despliega este sector en los
barrios de la Concepción, el Labrador, Chaupicruz, urbanización Maldonado, LIFE, Zaldumbide.
Principalmente es un sector comercial, turístico (CHQ) y financiero” (D’Ercole y Tupiza, 2001: 27).
232
El sector 3 comprende los barrios de “(…) las Acacias, los Olivares, La Florida. También se identifica
como parte del sector 3 al centro de la ciudad y al centro histórico cuya actividad principalmente se dirige
a la cuestión administrativa gubernamental” (D’Ercole y Tupiza, 2001: 28).
106
Protección, se ubicó en el sector económico 4 y 5233 (D’Ercole y Tupiza: 2001), al igual
que barrios populares como La Lucha de los Pobres y Solanda.
En cuanto a la valorización comercial del suelo234, el eje de la García Moreno se
encontraba a inicios del siglo XXI, en un rango entre los 86 y 102 dólares por metro
cuadrado al igual que sectores como la franja Occidental de Cumbayá. No obstante, en
el resto del Núcleo Central se hallaba entre 51 y 85 dólares por metro cuadrado, al igual
que espacios como la América y la Kennedy. Por su parte, en la Zona de Protección del
Centro Histórico el precio comercial estaba entre 17 y 25 dólares por metro cuadrado,
del mismo modo que sectores populares como Solanda y Plan Quitumbe.
Fuente: (D’Ercole y Tupiza: 2001) – Valor del suelo en Distrito metropolitano de Quito
Elaboración Personal.
233
En el sector 4 se destacan tres zonas: “(…) el centro sur, el centro y el norte central. Dentro del
centro sur se inscribe la Villa Flora que concentra actividades comerciales, bancarias y arrastra en su
dinámica a la Magdalena, Necochea, Yaguachi, Atahualpa, Santa Ana. En el centro forman parte de este
sector la ciudadela América y San Juan” (D’Ercole y Tupiza, 2001: 28). El sector 5 por su parte es un
“(…) sector se despliega partir del centro hacia el sur. Son representantes de este sector la ciudadela
México, San Bartolo, San Diego. Los barrios de Solanda, Plan Quitumbe, la Lucha de los Pobres son
zonas mayoritariamente de planificación estatal para sectores populares” (D’Ercole y Tupiza, 2001: 28).
234
El Valor comercial es el precio que establece el mercado y la valorización económica por su parte
pretende ser más riguroso a la hora de analizar el valor del suelo, ya que se toman en cuenta tres
parámetros: Infraestructura, construcción y el precio comercial (D’Ercole y Tupiza, 2001).
.
107
Como síntesis, se podría señalar que existe una tendencia en la conformación
de un sistema centro-periferia235 en el Casco Histórico de Quito, pues mientras más
cerca se esté del eje de la García Moreno, mayor será el valor comercial del suelo. Cabe
puntualizar, que hasta el año 2001 la revalorización solo se concentró en algunos
espacios del Núcleo Central, aquellos donde existe gran presencia de hitos
monumentales. Por consiguiente, las plusvalías generadas por este proceso, fueron
recogidas por las cadenas de hoteles como el Majestic y el sector gastronómico dirigido
para turistas y sectores económicos medios y altos que se localizaba en este sector.
A diferencia de las administraciones anteriores, la comprendida entre el período
del año 2000 hasta el 2008, puso su atención en la Recuperación de la imagen urbana a
través de proyectos urbanos de pequeña y mediana envergadura (Gráfico No 9), que se
desarrollaban principalmente en los barrios que se concentran en la Zona de Protección
de la ciudad antigua.
Monto de Inversión por Programa del FONSAL (CHQ) : 2000 ‐ 2008
25.000.000,00
20.000.000,00
15.000.000,00
10.000.000,00
5.000.000,00
‐
Proyectos Arquitectura Arquitectura Arquitectura Civil Arquitectura Civil Arqueología Bienes Muebles
Urbanos Religiosa Religiosa Monumental
Monumental
Núcleo Central Zona de Protección
Fuente: (Mafla: 2008) El Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural 2000 – 2008.
Elaboración personal
235
Para Sabatini el indicador que sirve para localizar y determinar cual es el Centro de una Urbe es el
promedio del Precio de Suelo, pues donde se encuentra más elevado será el centro y donde sea más bajo
será la periferia. Este es uno de los indicadores más utilizados para analizar el desplazamiento de
Centralidad (Sabatini: 1999).
108
Estos programas pretendían revalorizar no solo a los hitos arquitectónicos, sino
también, a la arquitectura civil, y a los barrios que se encuentran en el interior de los
límites del Centro Histórico de Quito236. No obstante, este proceso se agrupó en las
nuevas rutas turísticas que se implementó desde la alcaldía.
Mapa No 6. Recorridos Turísticos del Centro Histórico de Quito
236
Los límites del CHQ fueron establecidos en el Plan Especial del CHQ desarrollados en el año 2003.
109
Como consecuencia, la revalorización de los predios ocurrió únicamente donde
la Municipalidad tenía puesto sus intereses y de esta manera la brecha entre el eje de la
García Moreno y ciertos espacios del área central como San Diego, San Sebastián, San
Roque y El Tejar aumentaron (Mafla: 2008). Esta diferencia, se expresó en los precios
de suelo y los equipamientos e infraestructura que poseen.
La actual Administración, a diferencia de la anterior, ha concentrado su accionar
en la Zona de Protección, particularmente en dos proyectos. El primero se localiza en la
Calle Cuenca y en la plaza de Santa Clara. Este proyecto intenta unir el Hotel Casa
Gangotena, el Museo del Alabado y la Plaza e Iglesia de Santa Catalina con el recorrido
turístico planteado por la anterior Administración. El presupuesto aproximado de este
proyecto es de 1’100.000 dólares237 (Distrito Metropolitano de Quito, 2011: 19).
El segundo proyecto se concentra en el Bulevar de la Avenida 24 de Mayo, el
mismo que intenta revalorizar el sector en cuestión y también lograr producir un eje
peatonal entre la Casa de Artes y Oficios, el Bulevar y el proyecto de rehabilitación que
se desarrolla en Santa Catalina, para así producir un nuevo lugar que atraiga a los
inversores y a los turistas. Este proyecto consta de una inversión aproximada de
4.000.000 millones de dólares (Distrito Metropolitano de Quito, 2011: 39), el que
supera al monto total de inversión de obra pública de la Administración Zonal la Delicia
o Quitumbe. Cabe señalar, que varias propiedades ubicadas en los alrededores de la Av.
24 de Mayo fueron adquiridas en su mayoría por el FONSAL238, para regular qué
negocios se concentran en este espacio, dando prioridad a los de índole turístico.
Resumiendo se podría señalar que las intervenciones concentradas como la de la
Avenida 24 de Mayo tienen como propósito revalorizar espacios para así atraer
capitales (Distrito Metropolitano de Quito: 2011). No obstante, al priorizar obras de
interés comercial, se induce o agencia que las zonas residenciales sean desplazadas por
espacios que intentan captar los nuevos usos comerciales.
Otro de los propósitos de la actual administración, es desarrollar un sistema de
áreas patrimoniales en el Centro Histórico de Quito. Éste, se basa en la articulación
funcional de los monumentos arquitectónicos con alta valoración para el turismo239
237
Siguiendo a Sabatini (1999), podríamos sostener que las plusvalías generadas por esta intervención,
fueron captadas por el Hotel Casa Gangotena y el Museo del Alabado que son dominio privado.
238
Desde el año 2009 el FONSAL, se transformo en el Instituto Nacional de Patrimonio.
239
El eje central de este plan se articuló en la administración de Paco Moncayo y tenía como propósito
volver al centro histórico en el eje político y administrativo público, turístico y cultural del DMQ. Para
110
(Anexo 1). Para materializar este propósito el Instituto de Patrimonio (Nuevo FONSAL)
articuló siete nodos que pueden atraer capitales de los inversionistas o los turistas (Ver
Mapa No 7). El primero de éstos es el Núcleo Central, el segundo es el barrio de San
Marcos como “conjunto residencial cultural”, el tercero es la Mama Cuchara, el cuarto
es la Ronda, el quinto es la Avenida 24 de Mayo, el sexto es el espacio renovado de la
Plaza de Santa Clara y el último es el Panecillo (Distrito Metropolitano de Quito: 2011).
Cabe agregar, que las intervenciones e inversiones concentradas en estos espacios, han
hecho que éstos se diferencien notoriamente del entorno inmediato, en cuanto a su
imagen urbana y a las infraestructuras públicas que poseen.
materializarlo se hicieron intervenciones en estos nodos para revalorizarlos y hacerlos atractivos para los
turistas (Mafla: 2008). Las intervenciones se empezaron a desarrollar a partir del año 2004 y están
concluyendo en la actual administración. Cabe agregar que para articular los nodos se utilizaron dos
estrategias. La primera era renovar las vías que los comunican y la segunda era realizar circuitos con la
policía municipal.
111
Mapa No 7. Sistemas de Nodos Patrimoniales
Fuente: (Mafla: 2008) El Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural 2000 – 2008.
(D’Ercole y Metzger - 2002)
Elaboración personal
112
Empresa de Desarrollo del Centro Histórico de Quito (ECH)
240
El objetivo general del Programa era “(…) conservar y rehabilitar el patrimonio del Centro Histórico
de Quito, devolviéndole al área su importancia funcional, revitalizando las actividades comerciales y de
servicios tradicionales, facilitando sus acceso a los bienes y servicios que ofrece y promoviendo el
correcto uso y mantenimiento de los edificios públicos y privados, haciéndolos lo más atractivos para el
visitante interesado en su acervo histórico y cultural” (INNOVAR, 2009: 83).
241
El préstamo del BID fue aprobado tras la presentación del plan de obras en el CHQ (Rojas: 2004).
113
(INNOVAR: 2009). Un ejemplo de esto, es la operación del Pasaje Arzobispal donde la
empresa recuperó la inversión de la rehabilitación a través del arriendo y la concesión
de este predio a las empresas privadas.
En conclusión, se podría señalar que la ECH junto los inversores privados
deciden dónde localizarán las inversiones y la modalidad en la que realizarán la
misma242. Asimismo, se podría señalar que la forma y el direccionamiento de los
capitales de la Empresa del Centro Histórico (ECH), es la resultante de los intereses del
Mercado y de la Municipalidad sobre la centralidad histórica (Rojas: 2004).
Desde 1995 hasta el 2001, la ECH concentró mayoritariamente las inversiones
financiadas por el BID en el Núcleo Central de la Ciudad Antigua, al igual que el
FONSAL (Gráfico No 10 y 11 – Anexo 4). A diferencia del FONSAL, solo una parte de
su presupuesto estuvo enfocado en la rehabilitación del patrimonio monumental. Sin
embargo, las dos empresas a través de diferentes programas buscaron revalorizar al
Centro Histórico de Quito, para que sea atractivo para las inversionistas privados
(INNOVAR: 2009).
Gráfico No 10. Inversiones financiada por el BID por sector del Centro Histórico de
Quito (ECH)
242
Éste se realizará de acuerdo a las tres modalidades ya explicadas (INNOVAR: 2009).
114
Gráfico No 11. Porcentaje del monto total de las inversiones financiadas por el BID por
Sector del Centro Histórico de Quito (ECH).
243
Estos Programas según Rojas sirvieron para revalorizar la ciudad antigua (Rojas: 2004).
244
Estas inversiones fueron debidamente planificadas para provocar modificaciones en el CHQ en el
corto y mediano plazo.
115
Desde su creación la Empresa de Desarrollo del Centro Histórico, tuvo como
uno de sus objetivos centrales la recuperación de los espacios públicos y el
ordenamiento del comercio informal (INNOVAR, 2009: 187). Estos lineamientos,
estuvieron acompañados de la ejecución de otros programas, como el de Rehabilitación
Inmobiliaria, Vivienda y el de Modernización del comercio informal, los que según la
Municipalidad, facilitarían el proceso de “Recuperación del Centro Histórico”.
El Programa de “Rehabilitación Inmobiliaria o de Infraestructura”, tenía como
objetivo “(…) el rescate y la puesta en valor, (…) de un grupo de inmuebles
deteriorados y espacios subutilizados, con lo cual se recuperaría el valor económico del
Centro Histórico, transformándolo, (…) en una fuente importante de recursos para la
ciudad” (INNOVAR, 2009: 187). Este tipo de proyectos, se llevó adelante con la
cooperación de inversionistas privados, los que decidían rehabilitar edificaciones de
“importancia estratégica”.
En el período comprendido entre 1995 y el 2005, este programa localizó sus
inversiones en distintas edificaciones ubicadas en el Núcleo Central (Gráfico No 13 y
14), las que en alguna medida seguían la tendencia del FONSAL en este tipo de
intervenciones. En este programa, se emprendieron recuperaciones de distintos
inmuebles para transformarlos en Centros Comerciales, Hoteles, Restaurantes y
Oficinas Municipales (INNOVAR, 2009: 187 – 190). Cabe agregar, que los Hoteles y
Restaurantes establecidos en este programa son para un público de estratos medios y
altos y suponen programas (no explícitos) de desplazamiento de pobladores.
El Programa de Rehabilitación de Vivienda implementado por este organismo,
tenía como propósito elevar las condiciones de la vivienda para llevar a distintos grupos
sociales a una vida moderna plena (INNOVAR, 2009: 190). No obstante, de los catorce
proyectos desarrollados, solo dos de ellos eran de interés social, el resto eran para
estratos medios y altos (Anexo 5). Por lo tanto, podríamos señalar que estos proyectos
estaban dirigidos para un público distinto del que reside en el Centro Histórico.
Los proyectos de Vivienda implementados por este programa, se ubicaron en la
Zona de Protección (Gráfico No 13 y 14), pues esta empresa sostenía, que el Núcleo
Central debía concentrar las funciones y equipamientos relacionados con el turismo y la
gestión Municipal, mientras la Zona de Protección, debía contener las funciones
residenciales, equipamientos de educación y comercio (Rojas: 2004).
116
El programa de Modernización del Comercio Popular tenía como objetivo
central “(…) la reubicación de los comerciantes informales ubicados en el espacio
Público del Centro Histórico de Quito” (INNOVAR, 2009: 191). Las acciones
implementadas en este programa, para muchos autores fueron de limpieza social y de
ninguna manera fue un proceso de diálogo y consenso entre la Municipalidad y las
distintas agrupaciones de comerciantes informales (Salgado: 2008). Las Intervenciones
e inversiones de este programa, se localizaron mayoritariamente en la Zona de
Protección con un presupuesto que sobrepasaba los siete millones de dólares (Gráfico
No 13 y 14). En el Núcleo Central únicamente se invirtieron en dos proyectos el Centro
Comercial Montúfar y el Granada (Anexo 6).
Gráfico No 13. Localización de las Inversiones por Programa de la Empresa del Centro
Histórico de Quito (ECH) en el período comprendido entre 1995 – 2001.
Fuente: (INNOVAR: 2009) – Quito Una Experiencia en la recuperación del Espacio Público.
Elaboración Personal
117
Gráfico No 14. Localización de las Inversiones por Sector del DMQ de la Empresa del
Centro Histórico de Quito (ECH) en el período comprendido entre 1995 – 2001.
Fuente: (INNOVAR: 2009) – Quito Una Experiencia en la recuperación del Espacio Público.
Elaboración Personal
118
Estructura Urbana, Funciones y Equipamientos.
245
Las transformaciones que se dieron por fuera y por dentro del Centro Histórico de Quito, se deben en
alguna medida a su dimensión, localización con respecto a la urbe y a que este sector es una centralidad
simbólica (Castells: 1976). Para Castells los cambios en una centralidad urbana pueden cambiar las
mismas estructuras de una ciudad (Castells: 1976).
119
la transformación de las relaciones funcionales de la urbe y particularmente del sector,
el cambio de los flujos y la desconcentración de los núcleos sociales.
En relación con esto último, la población del Centro Histórico de Quito a partir
de la década de los setenta empieza a decrecer. En 1974 fue de 184.916 habitantes,
descendiendo a 156.036 en 1982 (Albornoz, 1990: 131), para 1990 fue de 81.384
(PDM, 1991: 121); en el 2001 descendiendo hasta 50.200 (PECHQ, 2003: 29) y para el
2006 registra un aproximado de 39.164 habitantes246 (Municipio de Quito: 2006 – 17).
Gráfico No 15. Transformación del Número de Habitantes del Centro Histórico de Quito.
Esta tendencia intentó ser revertida desde la década de los noventa con la
implementación de una serie de programas y proyectos habitacionales, como el de la
Casa de los 7 patios y el proyecto habitacional de la Cervecería Nacional por nombrar
algunos. No obstante a pesar de la introducción del programa habitacional el índice
residencial no verificó una tendencia positiva ( Rojas: 2004).
246
El número total de población del CHQ se desarrolló a partir de la información que se encuentra en los
libros de “Caracterización y Agenda del Desarrollo 2004 – 2009 del Subsector Centro Histórico I y II”.
El subsector I tuvo una población de 27209 y comprende los barrios de González Suárez, Manosalvas,
San Blas, La Victoria, San Diego, La Ermita, San Roque, La Merced y La Marín (Municipio de Quito,
2006: 17). El subsector II tuvo una población de 11955 y comprende los barrios de San Marcos, La Loma
y San Sebastián. (Municipio de Quito, 2006: 17).
120
A partir del proceso de desconcentración del comercio informal y la inversión en
proyectos habitacionales en la Zona de Protección, las inmobiliarias tornan su acción
hacia el Centro Histórico. Por consiguinte, en el 2004 se comienza ha desarrollar
proyectos habitacionales desde el sector privado en el Centro Histórico (Anexo 5).
Éstos, estaban dirigidos en su mayoría para sectores medios de la sociedad247, solo dos
de ellos eran de interés social248 (Ver Gráfico No 16). Estos proyectos, significaron en
alguna medida un intento de realizar un proceso de gentrificación, ya que el promedio
del precio por metro cuadrado se encontraba sobre la media del mercado249. Un ejemplo
de esta dinámica son los proyectos de la Casa Pontón y el del Portón del Cádiz, los que
estaban dirigidos para estratos medios y altos, lo que se puede verificar por su precio
que supera los 540 doláres por metro cuadrado250.
A partir del año 2007 por la falta de demanda de los proyectos realizados en el
Centro Histórico, muchos sectores inmobiliarios desistieron en invertir en este espacio.
Lo que ocasionó que la oferta de espacios habitacionales disminuya, provocando a su
vez que éste se torne más en un lugar transaccional que residencial.
En la actualidad la Municipalidad junto con el IEES, desarrollará proyectos
habitacionales para distintos estratos, pero se privilegiaría a los sectores altos y
medios251 (Municipio de Quito, 2011: 1). La oferta inmobiliaria tendrá diferentes
ámbitos de acción; la primera de éstas involucrará al dueño de un predio patrimonial
que quiera desarrollar un proyecto junto a la Municipalidad. La segunda incluirá a los
inversionista privados, en éstos el Municipio junto con las empresas inmobiliarias,
desarrollan soluciones habitacionales para los estratos antes indicados. Cabe señalar,
247
La mayoría de proyectos realizados en el Centro Histórico de Quito, tienen un promedio de alrededor
de 400 dólares por metro cuadrado. Al igual que espacios de la ciudad como La JF Kennedy ubicada al
Norte de la ciudad. Cabe agregar que este sector alberga a estratos medios (D’Ercole y Tupiza: 2001).
248
El Proyecto Yavirac y el de Sierra Mirador, estaban dirigidos para estratos bajo la media económica.
El valor de la unidad habitacional en el caso del primero llegaba a 12000 dólares y en el segundo se
encontraba en 9.500 dólares.
249
El proceso de gentrificación funciona según Martínez bajo la lógica del proceso de invasión-sucesión,
tanto en lo funcional como en lo social” (Martínez 2001: 96), ya que reemplaza a población tradicional
por nuevos habitantes. En Quito según D’Ercole y Tupiza hasta el año 2000, en el Centro Histórico
residían sectores económicos medios y bajos (D’Ercole y Tupiza, 2001: 26 – 34). Con la introducción de
los nuevos proyectos habitacionales se quiso reemplazar los antiguos pobladores por personas ubicadas
en estrados medios y medios en asenso.
250
El promedio del precio por metro cuadrado es comparable al de espacios como el Pinar Alto y la
Granja (Ver Anexo - 5), espacios que tradicionalmente se ubican sectores medios y altos (D’Ercole y
Tupiza: 2001).
251
Los proyectos propuestos desde la Municipalidad buscan en alguna medida reemplazar a la población
habitual por una distinta y con más recursos económicos.
121
que los programas que se implementarían, son una respuesta a los resultados del
Inventario de Bienes Patrimoniales que ha detectado una serie de edificaciones en
deterioro, medio uso y sin un fin específico (Municipio de Quito, 2011: 1).
Gráfico No 16. Precios por metro cuadro de los proyectos habitacionales desarrollados en el
Centro Histórico de Quito en el período 2004 – 2009.
700,0
600,0
500,0
400,0
300,0
200,0
Precio del m2
100,0
0,0
El Portón
La Ronda
El Fundador
Balcón de Cuenca
Casa Pontón
Yavirac
El Portón del Cadiz
Casa Chavez
Camino Real
Sierra Mirador
Santo Domingo Plaza
Casales de San pedro
Issis Plaza
252
La población residente a finales de la década de los ochenta se caracterizaba porque el 50,3% vivía en
este sector menos de 5 años, el 41,7 % residían un período promedio entre los 5 y 20 años, y solo un 8 %
de la población residía en el Centro histórico un tiempo mayor de 20 años (Paredes, 1991: 62 – 63). Esta
tendencia era consecuencia de que la mayoría la población que habita este espacio, se desplazaba al
mismo para comerciar ahí. En la actualidad esta tendencia sigue vigente, pues muchos grupos se ubican
en este espacio para poder instalar su negocio o son grupos de migrantes que buscan habitar allí. No
122
El tipo de tenencia de la vivienda en este período, se caracterizaba
principalmente por ser arrendada, ésta tenía un porcentaje total del 43,6 %; mientras los
propietarios residentes llegaban a representar el 25,9 % (Municipio de Quito: 1991). A
inicios del siglo XXI, el porcentaje de arrendatarios residentes crece hasta llegar a
superar el 70 %. Mientras el porcentaje de propietarios residentes disminuye hasta llegar
a ser del 22,5 % (Ver Gráfico No 17).
Sintetizando, se podría señalar que los planes en el Área Central y los
programas habitacionales, no lograron modificar el tipo de tenencia de la vivienda en
esta zona. Este fenómeno puede ser el resultado, de que los planes a partir de inicios de
la década de los noventa hasta la actualidad fueron dirigidos hacia los propietarios
residentes253 (Municipio del Distrito Metropolitano de Quito: 2003), los que desde
finales de los ochenta hasta la actualidad no representan más del 25 % de la población
total residente (Paredes: 1991).
obstante, muchos de ellos ya no residen en el sector, sino únicamente arriendan locales para su negocio,
pues prefieren habitar en sectores que se encuentran por fuera del área central (MDQ, 2006: 27).
253
Ser propietario es una de las determinantes que el Municipio utiliza para la negociación de los
distintos planes, ya que solo ellos tienen derechos sobre el predio (Municipio de Quito: 1992).
123
En cuanto a la calidad del espacio habitable, a finales de la década de los
ochenta, solo “(…) un 46,01 % de las familias contaba con más de cuatro ambientes:
sala, comedor, cocina y dormitorios” (Paredes, 1991: 61). Mientras que a comienzos del
siglo XXI menos del 10% contaban tres o más ambientes. Por consiguiente, se podría
afirmar que las condiciones de hacinamiento se acrecentaron (Ver Gráfico No 18)254.
Gráfico No 18. Porcentaje del Número de Ambientes por Sector y período del CHQ.
254
La Municipalidad sostiene que por fuera del Núcleo Central, estas condiciones se pudieron haber
acrecentado (MDQ, 2006: 26 – 27).
255
La Macrocentralidad es la unión de la Centralidad simbólica ubicada en el Centro Histórico de Quito y
la Centralidad económica localizada en zona de la Mariscal y la Carolina (Vallejo: 2008).
124
el interior de esta zona256. Esto significa, que cerca del 45% de los viajes realizados en
el sistema de transporte colectivo metropolitano tenían como destino la zona central de
la ciudad de Quito (Demoraes: 2005). No obstante, solo el 40% de estos
desplazamientos se dirigía a la centralidad simbólica, ya que el resto de personas se
movilizaba hacia la centralidad económica y de entretenimiento ubicada en el sector de
la Mariscal y la Carolina (D’Ercole y Metzger: 2001).
El Centro Histórico concentraba en el 2004, alrededor de 275.000
desplazamientos hacia dentro de este espacio geográfico. No obstante en el 2005, se
consolidaron varios procesos como: la relocalización de infraestructuras257 y las
inversiones e intervenciones concentradas y nucleadas, las provocaron que se
modifique la especificidad espacial urbana (Soja: 2008) del sector. Así, se
transformaron los flujos del Centro Histórico de Quito que desde la década de los
setenta, ochenta y noventa e inicios del siglo XXI se concentraban alrededor de la
Terminal Terrestre del Cumandá, el Mercado de San Roque y el eje administrativo y
turístico del Núcleo Central (I. Municipio de Quito: 1992).
La Terminal Terrestre de Cumandá tuvo un carácter primordial para el
funcionamiento de la ciudad y del país. En el 2004 salían por día 1770 buses, con un
promedio de 15 personas por unidad (Demoraes, 2005: 30). De esta manera, eran cerca
de 26550 personas por día que convergían en esta edificación para viajar. No obstante,
esta cifra no incluye a los familiares y a las personas cercanas que acompañaban a
aquellos que se iban a trasladar por fuera de la provincia, que en promedio eran de una
persona por viajero (D’Ercole y Metzger: 2002). En consecuencia, eran más de 50.000
personas las que utilizaban la terminal de Cumandá.
Esta cifra unida a las 5000 personas que trabajaban en distintas labores como:
operadores de la Terminal, en las líneas de buses, en los patios de comida y los
comerciantes informales y formales, superaba las 60.000 personas. Esto hacía que esta
edificación, después del aeropuerto Mariscal Sucre, fuera la infraestructura que
256
Esta cifra corresponde al año 2004 (Demoraes, 2005: 55).
257
Desde inicio de la década de los noventa el FONSAL tenía dentro de sus prioridades relocalizar dos
infraestructuras urbanas, el Mercado de San Roque y la Terminal Terrestre de Cumandá. En el caso del
primero los comerciantes minoristas serían reubicados en el Mercado Mayorista localizado al sur de la
ciudad (Arízaga: 1996). En el segundo se construiría una nueva Terminal ubicada en Quitumbe y la vieja
se utilizaría para un centro cultural. La construcción de la nueva Terminal se realizó en 2007 y la
refuncionalización de la antigua Terminal estará terminada en el 2011.
125
generaba mayor cantidad de traslados hacia la misma258 (D’Ercole y Metzger, 2002: 133
– 144). Cabe agregar, que a esta cifra hay que aumentar a las personas que
indirectamente relacionaban su negocio o labor con esta infraestructura como los
empleados y dueños de los hoteles, hostales y restaurantes ubicados en los alrededores
del Terminal de Cumandá. Demoraes (2005) sostiene que esta cifra pudo llegar a ser de
hasta 1.000 personas.
Previo a la relocalización del Terminal Terrestre en el sur de ciudad, los flujos
vehiculares de taxis, buses y autos particulares259 se constituían alrededor de la
Avenida Cumandá y en menor medida en la calle Javier Piedra. Por otra parte, los flujos
de personas que utilizaban el transporte público para movilizarse desde el sur de la
ciudad hacia esta infraestructura, principalmente lo hacían en trolebús, por la Avenida
Pedro Vicente Maldonado. Las personas que se movilizaban desde el Norte de la
Ciudad en transporte público, lo hacían mayoritariamente a la parada de la Marín, para
luego en otro bus ir hacia la terminal terrestre. Un tercer flujo se establecía por la Av.
Cumandá y se constituía por las personas que se movilizaban desde los valles y los
sectores ubicados al este de la ciudad (Ver Mapa No 9).
En conclusión, a partir de la relocalización del terminal Terrestre de Cumandá se
desconcentraron los flujos peatonales y vehiculares y alrededor de 60.000 personas que
utilizaban esta infraestructura. Este proceso afectó a los dueños de hostales y
restaurantes cercanos ocasionando que se modifique la estructura urbana de La Recoleta
y La Loma260 (Demoraes: 2005).
258
D’Ercole y Metzger señalan que el Terminal Terrestre de Cumandá tiene un radio influencia que
abarcaba toda la urbe, ya que los flujos que generan provienen de toda la ciudad, (D’Ercole y Metzger,
2002: 133 – 144), al igual que otras dos infraestructuras de la ciudad como: el Mercado de San Roque y el
Aeropuerto Mariscal Sucre (Demoraes: 2005).
259
Las personas que poseen vehículos particulares o taxis se movilizaban alrededor de la Av. 24 Mayo y
la calle Javier Piedra (Anexo 7).
260
La Recoleta y La Loma se encuentran alrededor del Terminal Terrestre de Cumandá. El primer barrio
se encuentra al lado sur y el segundo al Norte.
126
Mapa No 9. Flujos de Ex Terminal Terrestre de Cumandá
Fuente: (D’Ercole y Metzger, 2002: 133 – 144) – Elementos Esenciales del DMQ
(Demoraes: 2005) - Movilidad, Elementos Esenciales y Riesgo en el DMQ.
Elaboración Personal.
127
Otro dispositivo urbano que desde finales de la década de los ochenta se la ha
intentado relocalizar o refuncionalizar es el Mercado de San Roque. Esto con el
propósito de desconcentrar los flujos comerciales y priorizar los turísticos (I. Municipio
de Quito: 1990). En Agosto del 2004, se propuso dentro del Plan de Gobierno Quito
hacia el Bicentenario, la recuperación de la imagen urbana de barrios emblemáticos,
entre los que se incluyó San Roque. Para materializar este propósito, se planteó la
regeneración del sector, el derrocamiento del Mercado de San Roque y la revalorización
de la Escuela de Artes y Oficios (Moncayo: 2004). No obstante, esta propuesta en lo
referente al mercado, no fue realizable, por la oposición de los moradores del Centro
Histórico y de los comerciantes del mismo.
El Mercado de San Roque en la actualidad, es la infraestructura que genera
mayor cantidad de flujos en el Centro Histórico. En ésta trabajan alrededor de 2.700
personas organizadas en 21 asociaciones261; al interior o alrededor del mismo existe otro
grupo que realiza su labor diaria y son los estibadores que llegan a superar las 600
personas (Pazmiño, 2007: 9). En cuanto al aprovisionamiento, son cerca de 500
personas las que realizan esta actividad. Por consiguiente, se podría señalar que son
cerca de 4.000 personas las que trabajan directamente en el Mercado, sin contar las
personas que operan en los comercios formales e informales que se encuentran en los
alrededores y dependen de los flujos que genera el mismo.
La actividad del Mercado se desarrolla las 24 horas del día, aunque el mayor
número de comerciantes inicia su actividad entre las 2:00 y 7:00 AM. La actividad en el
mismo transcurre todos los días de la semana, aunque los días lunes, miércoles y jueves
asisten menos del 30 % de los comerciantes. Las personas que realizan sus actividades
comerciales en un día de feria llegan a ser de hasta 30.000 personas (Pazmiño: 2007).
Además, el Mercado San Roque junto el Mercado Central son los que abastecen
principalmente de productos alimenticios al Centro Histórico (Ver Mapa No 10).
En relación a los flujos de personas que realizan sus actividades comerciales en
el Mercado de San Roque, éstos se configuran a través de la calle Rocafuerte, la que
funciona como un cono de aproximación frente al Mercado. Alrededor de la misma
261
De las 21 asociaciones nueves se encuentran localizadas al interior de lo que se denominan el “Centro
Comercial San Roque”, es decir en el edificio del mercado y las plataformas contiguas, once asociaciones
ocupan las calles aledañas, básicamente la calle Loja desde la avenida Mariscal Sucre hasta la calle
Cumandá y los feriantes de la 1 de Mayo que ocupan una plataforma independiente junto al colegio Darío
Guevara (Pazmiño: 2007)
128
funcionan comercios minoristas de índole alimenticio, de bienes simbólicos y de bienes
no perecibles. Otros flujos menores, principalmente peatonales, que se direccionan
hacia el Mercado de San Roque se producen alrededor del Bulevar de la 24 de Mayo, la
calle Loja y la Simón Bolívar (Ver Mapa No 11).
El Mercado de San Roque, desde la década de los ochenta se ha configurado en
el espacio central de abastecimiento para mercados y comercios menores (Ver Mapa No
12) y para el sector Centro-Sur de la Ciudad, los flujos que genera sobrepasan los
límites del Centro Histórico de Quito. Así, se podría señalar que el Mercado de San
Roque junto con el Mayorista ubicado al sur de la ciudad, es uno de los más
frecuentados y su área de influencia cubre todo el Distrito Metropolitano (D’Ercole y
Metzger, 2002: 96).
En conclusión, se podría considerar que si se logra relocalizar el Mercado de
San Roque, se desconcentrarían los flujos comerciales del sector. Pues, primero, éste es
el principal proveedor de alimentos para los habitantes y para otros mercados menores
que se encuentran en el sector como el de San Francisco. Segundo, los flujos que genera
este lugar, atraen a distintos grupos de personas al sector, lo que indirectamente
establece al mercado como la fuente de trabajo de los residentes de barrios de San
Roque, San Sebastian, La Colmena y Aguarico por nombrar algunos (Demoraes: 2005).
Por consiguiente, si se lo relocalizara, se cambiaría la estructura urbana de la ciudad
(D’Ercole y Metzger: 2002) y en alguna medida se dejaría sin trabajo a los sectores
sociales que dependen de éste directa o indirectamente.
129
Mapa No 10. Sistema de Abastecimientos de Mercaderías en el CHQ.
130
Mapa No 11. Flujos peatonales en relación al comercio del CHQ.
131
Mapa No 12. Zona de Influencia Mercado Central y de San Roque en el CHQ.
132
La estructura urbana y los flujos del Núcleo Central del Casco Histórico.
262
El espacio público es aquel que delinea la estructura espacial urbana. De este modo las plazas del
CHQ son las que a futuro deben dar las pautas de una alta y positiva interacción social entre los distintos
sectores de la sociedad.
263
Las zonas periféricas son los espacios geográficos que tienden a tener un porcentaje mayor de
densidad poblacional, como es el caso de San Sebastián (Ramos: 2009).
264
En el 2010 visitaron más de 1’500.000 turistas el CHQ que en promedio por día fueron alrededor
4.000 visitantes. De los cuales cerca de 1’000.000 eran nacionales y más 500.000 eran internacionales
(DMQ, 2011: 5).
265
Esta problemática se describió en la parte primera del capítulo, cuando se tocó el tema de las
Intervenciones e inversiones del FONSAL y la Empresa del Centro Histórico.
133
en cuenta el grueso de los usuarios del Centro Histórico y solo se concentran en los
flujos turísticos.
134
Como síntesis, se podría señalar que los desplazamientos del Centro Histórico,
primero, se estructuran mayoritariamente en relación a las transacciones comerciales y
de servicios que se desarrollan en el sector; segundo por aquellos que hacen sus
actividades laborales allí; tercero por los estudiantes de escuelas y colegios, y cuarto por
los turistas nacionales e internacionales (Ramos: 2009). Cabe señalar, que cualquier
plan que se efectúe alrededor de los tres primeros ejes cambiaría la estructura urbana y
los desplazamientos del sector.
Para finalizar, es importante señalar que a partir de las dinámicas tratadas en este
capítulo, relacionadas con las inversiones e intervenciones concentradas en el núcleo
central y el consecuente proceso de diferenciación espacial, se configuraron cambios en
el espacio urbano y social del Centro Histórico de Quito. Los efectos en este último,
serán analizados en el siguiente capítulo, pero solo sobre los colectivos que son
percibidos como peligrosos.
135
CAPÍTULO IV
SEGURIDAD, TRAYECTORIAS Y FRONTERAS
136
localizado en el Núcleo Central y ciertos sectores de interés turístico de la Zona de
Protección del Centro Histórico de Quito. La segunda, analiza las trayectorias y los
desplazamientos de un grupo juvenil de Hip Hop en relación a la utilización del espacio
“patrimonial” del área histórica.
Policía Nacional
En el Centro histórico de Quito existen dos entidades públicas y una privada que
realizan tareas de control y vigilancia. La primera entidad pública es la Policía
Nacional, que tiene como objetivo central, garantizar la seguridad ciudadana en el
Distrito Metropolitano de Quito. Para materializar este objetivo, la Policía Nacional
creó y articuló en el 2003 las Unidades de Policía Comunitaria. Éstas, fueron
concebidas como un nodo entre la comunidad y la policía, para así ganar legitimidad en
la misma y acrecentar los lazos con la sociedad civil (Pontón, 2009). Por consiguiente,
se podría considerar al igual que Pontón, que la creación de la policía comunitaria
(UPC) tiene entre sus propósitos, cambiar la percepción que tienen los colectivos frente
a su trabajo (Pontón: 2007:59). Esto, pues para muchos sectores sociales, los agentes
policiales son vistos como ineficientes266 frente a la labor que desempeñan.
Para un sector de jóvenes que residen en los barrios de la Zona de Protección del
Centro Histórico, la policía nacional es percibida como parte del problema, ya que para
ellos, éstos no realizan operativos de seguridad, sino únicamente ejercen su poder de
coerción sobre “los grupos riesgosos”, como: las trabajadoras sexuales, los
comerciantes informales y los jóvenes (Tall-001, 2011).
La estrategia central de las unidades de policía comunitaria, para crear zonas
seguras libres de “agentes riesgosos”, consiste en el patrullaje del subsector que tienen a
cargo. En el caso del Centro Histórico de Quito, el espacio que cubre cada UPC tiene un
radio de influencia de 250 metros (Ver Mapa No 14), y solo el UPC ubicado en la zona
266
En los últimos años, Ecuador “(…) ha enfrentado una crisis general del sistema de seguridad
ciudadana. En efecto, si evaluamos los resultados de algunas encuestas como la Latino-barórnetro
(2002), vemos que tanto el Poder Judicial como la Policía Nacional del Ecuador, son dos de las tres
instituciones responsables de la seguridad pública que tienen la más baja credibilidad por parte de la
ciudadanía. Esto puede ser corroborado por la encuesta de la ENACPOL 2005, la cual dice que el 72,5 %
de la ciudadanía confía poco o nada en la Policía Nacional” (Pontón, 2007: 59).
137
de la Tola “colonial” tiene un área de influencia mayor, ya que éste, está a cargo de la
seguridad del Núcleo Central del Casco Antiguo267. No obstante, según la Policía
Nacional el área cubierta por cada patrullaje podría aumentar, ya que éste cubre muchas
veces otros sectores que se encuentran en los espacios que limitan con su sector de
cobertura (ENTPN – 003: 2011).
El patrullaje que realiza la policía comunitaria conforma un anillo de seguridad,
que posee dos subzonas. La primera, se constituye al interior de éste, y es el lugar que
se establece como el “más seguro” para la policía. El segundo espacio, se conforma por
la cara exterior de este anillo y es la zona de protección del primero268.
En el Casco Histórico de Quito, existen alrededor de 20 unidades de Policía
Comunitaria, que realizan un patrullaje al interior o ingresan en sus recorridos hacia este
sector. Los circuitos que realizan las patrullas269 y los perímetros seguros que
conforman dividen y segmentan en alguna medida los espacios del Centro Histórico en
zonas de seguridad. Las que a su vez se conforman en islas de seguridad dentro de un
espacio percibido como riesgoso (Ver Mapa No 15).
Los patrullajes de las unidades de Policía Comunitaria según Pontón, establecen
también límites dentro del área que operan y muchas veces los recorridos de sus
patrullajes, conforman fronteras dentro de un espacio que busca constituirse como
seguro para la comunidad (Pontón: 2009). Así, los patrullajes ayudan supuestamente a
la policía, a disuadir y disminuir los posibles riesgos que pueden generar los “agentes
percibidos como peligrosos” (ENTPN-003: 2011).
Las estrategias que utilizan en los patrullajes y en los recorridos peatonales, se
construyen a través del ciclo de prevención, disuasión y reacción270 (Pontón, 2009: 99).
La prevención, se constituye a través de la observación de los agentes policiales, en
torno a detectar al “presunto delincuente” y la “posible víctima”. La disuasión, se
267
El UPC de la Tola “Colonial” realiza los patrullajes en su sector y en el Núcleo Central. Pero, éste no
tiene mayor personal y equipamientos que el resto de UPC que se encuentran establecidos en el CHQ.
268
Este mecanismo sirve también para ilustrar la forma cómo funciona la Zona de Protección del Centro
Histórico, la que sirve como una barrera para “proteger” el Núcleo Central del casco colonial.
269
Los patrullajes que realizan las unidades de policía comunitaria se realizan principalmente en la Zona
de Protección del Centro Histórico. En el Núcleo Central, los patrullajes son realizados en menor cantidad
y se dividen en dos segmentos, los que se realizan en la mañana y los que se realizan en lo noche. Las
horas de los patrullajes en la mañana son antes de las 7:00 AM y en la noche son después de los 10:00
PM. Esto se debe a la congestión vehicular del Centro Histórico de Quito, que hace imposible patrullar
esta zona de la ciudad.
270
La prevención, disuasión y reacción son los tres ejes fundamentales del servicio policial (Pontón,
2009: 99)
138
establece a partir de la violencia simbólica, que ejerce la policía sobre los presuntos
delincuentes271. Por último la reacción, es la acción específica sobre los agentes
riesgosos, aquí la policía utiliza violencia física y simbólica272.
Mapa No 14. Radios de Influencia o de Seguridad de las unidades de policía
comunitaria.
Elaboración Personal
271
La disuasión, en la mayoría de los casos son advertencias verbales que se las realiza sobre los agentes
percibidos como posibles infractores (ENTPN-002: 2011).
272
Las acciones realizadas por parte de la policía contra los “infractores” puede ser desde un registro,
hasta un posible daño físico contra “el presunto delincuente” (ENTPN-002: 2011).
139
Mapa No 15. Recorridos de las Unidades de la Policía Comunitaria en el Centro
Histórico.
Elaboración Personal
140
Las fronteras que se configuran a través de los recorridos y patrullajes, son
simbólicas y permeables pues los “agentes reconocidos como peligrosos” pueden
negociar su entrada en el sector. Sin embargo, es importante señalar que existe una
mayor rigurosidad en las tareas de prevención, disuasión y reacción con ciertos grupos,
como son las trabajadoras sexuales y las agrupaciones juveniles. Existe en el imaginario
urbano273, la preocupación de que la primera agrupación, atrae problemas delictivos274 y
el segundo grupo usualmente es asociado con pandillas y las formas esteriotipadas de
violencia (Cerbino: 2004). Cabe agregar, que estos grupos al negociar su acceso a
distintos espacios, muchas veces tienen que someterse a las tareas de prevención y
abusos de la policía nacional.
Un ejemplo relacionado con lo dinámica anterior, es el testimonio de Néstor, un
integrante de la agrupación juvenil de Hip-Hop Zona Roja,
Todo el día son los recorridos de persecución, para todo la gente mismo, pero
en especial para todos los panas, ya sabes muchos llegamos a la zona roja triste
pues nos pararon y sin hacer nada, nos quitan los celulares cada vez que
pueden, ellos no van a cuidar van a robarnos de frente, (…) ya porque tienen el
poder hacen lo quieren, son un chiste. No cuidan nada solo son hechos los
afrentosos. Lo único que hacen es estar de arranche (o listos para robar) a los
que no estamos protegidos. (Tall-001, 2011).
273
Los imaginarios urbanos para Silva, funcionan como un modelo que parte de una forma “inventada”,
para validar ejercicios grupales, que están en disputa entre los grupos dominantes y los dominados. Los
imaginarios urbanos, nos cuenta también en alguna medida la experiencia y la dimensión estética de
determinada persona y el espacio en disputa con la forma material misma. La disputa por los mismos nos
acercarían o aproximarían según Silva a lo que es la experiencia urbana en su conjunto (Silva: 2008).
274
“Las administraciones zonales con mayor concentración de night clubs y cabarets están en las
administraciones Eloy Alfaro y Eugenio Espejo, (…) el sentido común nos haría suponer que estas dos
administraciones, al concentrar el mayor número de casas de tolerancia, tienen los más altos índices de
homicidios y delitos contra la propiedad. Sin embargo, de acuerdo al noveno informe del Observatorio
Metropolitano de Seguridad Ciudadana de diciembre de 2007, la mayor tasa de homicidios entre el 2006
y 2007 se presentó en las administraciones de los Chillos, Calderón y la Delicia; mientras que la más alta
tasa de delitos contra la propiedad sucedieron en las administraciones de Tumbaco, la Delicia y los
Chillos. De este modo podemos obtener una reflexión preliminar, los centros de tolerancia, no generan
tanta violencia como lo señalan los medios de comunicación, la policía y quienes habitan en los barrios
donde están ubicados. Este es un tema que se debería reflexionar para evitar estigmatizaciones y
estereotipos” (Allán, 2009: 8).
141
A manera de cierre, se podría señalar que en alguna medida la Policía Nacional,
funciona como un agente fronterizo y disciplinario, que impide en unos casos y en otros
permite que ciertos grupos sobrepasen algunos espacios, los que para determinados
grupos están vetados275. El veto de ciertos lugares para las agrupaciones juveniles que
residen en el Centro Histórico de Quito, tiene relación con la retórica adaptada,
aprendida y repetida que todos los grupos juveniles son pandillas, y como tal están al
filo de la delincuencia (Cerbino, 2004: 67). Esta presunción, legitima las acciones de los
agentes policiales, los que conforman en alguna medida una cultura del terror, la cual se
aplica únicamente a los grupos considerados como “potenciales delincuentes” e
infractores en determinados espacios del Casco Antiguo.
Policía Metropolitana
La otra entidad pública que desempeña tareas de control y vigilancia, es la Policía
Metropolitana. La que tiene como tarea central, hacer “(…) respetar la normativa
vigente en las ordenanzas276 y la demanda de la comunidad” (Policía Metropolitana de
Quito, 2011 y 2010). Entre las tareas específicas que realiza está la ejecución de los
operativos de control del: comercio formal e informal, contaminación auditiva,
publicidad exterior, escombros y basura en la vía pública. Otra de sus labores, se
desarrolla en el control de edificaciones e invasiones en los predios, clausuras,
seguridad ciudadana, control de espectáculos públicos y acogimientos de personas
vulnerables.
En el Centro Histórico de Quito, la Policía Metropolitana ha dado prioridad a
dos tareas que considera como fundamentales. La primera es “el acogimiento de
indigentes277”, en ésta se utilizan una serie de técnicas de intervención, como:
reconocimiento de los lugares donde se ubica la población en riesgo, contacto y
275
Todos los grupos sociales pueden negociar su acceso a determinado espacio, ya que las fronteras
inscritas por la policía no son impermeables. No obstante, para poder ingresar tienen que hacerlo en
espacios negociados con anterioridad o a través de la clandestinidad. Para los grupos juveniles, estas
reglas no son tan rígidas pues ellos pueden ingresar sin previa negociación, pero al hacerlo pueden ser
objeto de violencia física o simbólica.
276
Las ordenanzas que respaldan su accionar son las siguientes: 101 (Ordenanza de la Policía
Metropolitana), 029 (Ordenanza del comercio en espacios de circulación pública), 213 (Ordenanza de
medio ambiente) y la 201 (Ordenanza de seguridad y convivencia).
277
Las grupos sociales que se encuentran en este estado para la Municipalidad son: mendigos, indigentes,
alcohólicos, drogodependientes y personas de la tercera edad en estado de abandono (Policía
Metropolitana: 2011).
142
aproximación con las personas en situación de “vulnerabilidad”, disuasión y en varios
casos reinserción de las mismas.
La población en estado de vulnerabilidad, se ubica mayoritariamente según la
Policía Metropolitana, en las plazas y los accesos de las iglesias del Centro Histórico de
Quito, principalmente en la Catedral, la Compañía de Jesús, San Francisco, San
Agustín, Santo Domingo, la Merced y el Sagrario (Ver Mapa No 16). Esta ubicación, se
relaciona con los flujos peatonales que se dirigen hacia estos hitos monumentales, con
la demanda de ayuda económica que se puede solicitar en el acceso de éstos y con la
venta de productos religiosos o comestibles.
Los miembros de la Policía Metropolitana manifiestan que, intentan disuadir
verbalmente a “los grupos vulnerables” para que no ocupen los accesos de los hitos
religiosos (Ver Imagen No 1), ya que para ellos “(…) no están permitiendo el “uso
adecuado” de estos espacios, que tienen que ver con la religiosidad y el turismo”
(ENTFPM – 001: 2011). Es importante señalar, que si las personas reconocidas como
vulnerables, están realizando actividades comerciales en estos espacios, la policía
procede normalmente a la “reacción inmediata”, es decir, “(…) a la reubicación con el
uso de la fuerza” (ENTFPM – 001: 2011). Como se puede ver, estas acciones de control
se encuentran naturalizadas entre los miembros de la Policía Metropolitana para los
grupos estigmatizados y llamados informales.
Entre los espacios vetados por la Policía Metropolitana están: la Plaza de San
Francisco, la Plaza de Santo Domingo, la Plazuela de Benalcázar, las iglesias del
Sagrario, la Catedral, la Merced, la Compañía de Jesús, Santo Domingo, San Francisco
y San Agustín (Ver Mapa No 16). Estos espacios se encuentran ubicados en su mayoría,
en el eje de la García Moreno, que es el espacio turístico más importante del Casco
Antiguo de Quito278.
La segunda tarea implementada por la Policía Metropolitana en el Centro
Histórico, es el control sobre el espacio público, pues para la Policía Metropolitana
cuando “(…) existe orden en la ciudad, la percepción de las personas mejora y también
mejora su seguridad” (ENTFPM – 001: 2011). Esta forma de control es sobre las
prácticas en el espacio público, y promueve la disuasión de grupos que no están acordes
con lo que la Municipalidad considera como un uso adecuado de los mismos.
278
Es evidente en este caso la relación entre policía, patrimonio y turismo.
143
Mapa No 16. Espacios Vetados y Deseados por “los grupos vulnerables” y
comerciantes informales.
Elaboración Personal
144
Imagen No 1. Desalojo de personas en “estado de vulnerabilidad” en la entrada de la
Compañía de Jesús.
Elaboración Personal
Para la Municipalidad, son tres los grupos279 que transgreden las “normas
establecidas: “(…) los comerciantes informales, “las pandillas” y las trabajadoras
sexuales” (ENTFPM – 001: 2011). El primero de estos grupos, es percibido como el
máximo agente que genera riesgo para la seguridad ciudadana. Para ellos, “(…) los
comerciantes informales y minoristas son verdaderas mafias o bandas, que siempre
están en el lado de la clandestinidad y la delincuencia” (ENTFPM – 001: 2011).
Las estrategias que utiliza la Policía Metropolitana frente a este grupo, se
establecen a partir de los tres ejes de acción de la Policía Nacional, que son: prevención,
disuasión y reacción. No obstante, el tratamiento a “los infractores” es distinto, ya que
la Policía Metropolitana cuando ha localizado al “posible infractor”, lo notifica
verbalmente para que éste desaloje el sitio vetado, y si la persona no ha desalojado el
mismo después de tres avisos verbales y uno en forma escrita a través de la papeleta de
desalojo, inicia el proceso reactivo frente a los comerciantes informales, y se procede a
incautar la mercadería (Policía Metropolitana: 2011). Cabe señalar, que muchos
comerciantes informales sostienen que la Policía Metropolitana, no les notifica sino que
279
Los mendigos también transgreden las “normas establecidas”.
145
únicamente les incauta su mercadería (TallC – 001, 2011). Ellos señalan también, que la
Policía Metropolitana tiene un trato agresivo hacia ellos280, y mencionan: “(…) nos
tratan como a criminales, nosotros lo único que queremos es trabajar, si no hacemos
esto entonces cómo damos de comer a nuestras familias (…)” (ENTC – 003, 2011).
Los operativos de incautación y desalojo que se realizan frente a la
“problemática” de los comerciantes informales, se desarrollan principalmente en tres
lugares del Centro Histórico de Quito: el eje de la García Moreno, en la calle Chile entre
la Benalcázar y Cuenca, y en la calle Sucre entre la Benalcázar y Venezuela.
Los operativos de la Policía Metropolitana, se realizan en estos sectores, pues
para ellos éstos son los lugares en donde se ubican los comerciantes informales, porque
allí existe un alto flujo peatonal. No obstante, hay que señalar que existen otros espacios
en el Centro Histórico donde se ubican los comerciantes informales, pero al estar lejos
del Núcleo Central o de la “zona patrimonial”, no existe el mismo control que en este
espacio (TallC – 001, 2011). Así, se podría asumir que unas de las determinantes para
que se desarrollen los controles en esta zona en particular, es que primero, ésta sea un
espacio patrimonial, y segundo, esta zona debe tener un alto flujo peatonal.
En relación con esto último, un alto funcionario de la Policía Metropolitana, nos
señala que:
280
Se trata de acciones arbitrarias en las que quien decide es el agente policial al margen de un
procedimiento legal.
146
De los ocho impactos que señala la Municipalidad, tres, tienen que ver con los bienes
patrimoniales y la imagen urbana de los mismos; otros tres, están relacionados con los
impactos en las redes de transporte, de recolección de basura y de infraestructuras
básicas como luz, agua y alcantarillado; y uno, está vinculado a la pérdida de fondos
estatales.
Se podría afirmar, que entre los impactos señalados por la Municipalidad sobre el
Centro Histórico, existe una preocupación sobre la imagen del patrimonio monumental.
Esto, se debe a que el Municipio lo considera como un bien estratégico de la ciudad,
pues éste, se puede convertir en el eje de atracción de capitales para la misma (I.
Municipio de Quito: 1991).
Los operativos realizados para “precautelar el buen uso del espacio público”
(ENTFPM – 001, 2011), han provocado distintos efectos en la espacialidad humana
(Soja: 2008), ya que han trazado fronteras simbólicas frente a los comerciantes
informales y otros grupos que también han sido denominados como “peligrosos”.
Las fronteras simbólicas, se ubican en el perímetro exterior del Eje de la García
Moreno (Ver Mapa No 17), y funcionan a través de la violencia simbólica y las
acciones coercitivas que realiza la Policía Metropolitana frente a este grupo. Sin
embargo, estas fronteras son en alguna medida permeables, pues los comerciantes
informales pueden ingresar en este espacio, pero se atienen a las “reglas de juego”
implementadas por la Policía Metropolitana en esta área. Así, por ejemplo, los
comerciantes informales como estrategia de resistencia no permanecen en un espacio
específico, sino que están en constante movimiento dentro del Núcleo Central;
intentando ubicarse en la calle Sucre y en la Chile, que son los sitios donde según ellos,
existe mayor cantidad de flujos peatonales y como consecuencia mayor posibilidad de
ventas (ENTC – 002, 2011).
En la actualidad, los operativos de control del “buen uso del espacio público”, se
han prolongado a las nuevas zonas intervenidas (Ver Mapa No 18). Éstos, según la
Policía Metropolitana, intentan precautelar que los nuevos espacios no sean utilizados
por los comerciantes informales, ya que podrían desorganizar un espacio que necesita
ser percibido como ordenado, para que los turistas internacionales y locales se apropien
de los mismos. Sin duda, los nuevos operativos, provocarán un cambio en las dinámicas
del Centro Histórico, pues aumentarán los espacios vetados para ciertos grupos
147
populares (Ver Mapa No 19), en particular para los comerciantes informales, los cuales
son vistos en la actualidad como los agentes del caos dentro de una ciudad que necesita
ser regularizada, en función del patrimonio y el turismo.
Mapa No 17. Localización de los espacios de control y fronterizos en CHQ
Elaboración Personal
148
Mapa No 18. Operativos y estaciones de Control de la Policía Metropolitana y los
guardias de seguridad privada en el Centro Histórico de Quito.
Elaboración Personal
149
Mapa No 19. Perímetros de Seguridad en el Centro Histórico de Quito para los grupos
denominados como peligros.
Elaboración Personal
150
Seguridad Privada
La seguridad privada en el Centro Histórico de Quito fue implementada, desde el
proceso de regeneración urbana llevado acabo en La Ronda281. Uno de los ejes de esta
intervención, partía de la premisa que este espacio al haber estado “tugurizado” cargaba
el estigma de “inseguro”, por lo que la Municipalidad implementó un sistema de
seguridad a través de entidades públicas y privadas, “(…) para que, tanto moradores
como visitantes recobren la confianza en sí mismos, y se sientan protegidos (…)”
(Mafla, 2009: 15).
En la actualidad es una compañía privada, la que está a cargo de la seguridad de
este sector. Esta compañía ubica estratégicamente a los guardias de seguridad en los
cruces de la Calle Morales y en los accesos Este y Oeste de la misma (Ver Imagen No
2). Su propósito es “precautelar” que cualquier “agente peligroso” ingrese a este
espacio. Así, los guardias de seguridad funcionan como agentes fronterizos, los que
tienen como tarea central permitir o prohibir que determinados grupos ingresen en esta
zona.
Los guardias sostienen, que se les capacitó previamente en esta forma de control
del espacio. Se les dijo que:
Por consiguiente, se podría señalar que los guardias de seguridad que operan en La
Ronda, se manejan bajo la noción de perfiles, que establece que cualquier sujeto que
enuncie “características peligrosas” debe ser disuadido para que no obstruya la
seguridad de la ciudad. Cabe agregar, las fronteras marcadas en este espacio, son un
tanto impermeables, para los grupos percibidos como peligrosos282.
281
La Ronda, es un sector del Centro Histórico, que se ubica en la Calle Morales, al lado sur de la Plaza
de Santo Domingo. Este espacio fue regenerado desde comienzos de la década de los noventa, hoy es una
zona comercial dirigida para sectores económicos medios en ascenso y altos.
282
La topografía de la Ronda, es una herramienta que la utilizan los guardias privados para detectar a los
agentes peligrosos, pues al tener la Calle Morales una pendiente pronunciada pueden observar a los
diferentes grupos que transitan allí. Otra particularidad, que ayuda a los operativos es que no hay
vehículos en las vías.
151
Imagen No 2. Ingreso Oeste de la Calle Morales (La Ronda).
Elaboración Personal
La Ronda no es un espacio para el pueblo, es un sitio para los que tienen plata,
yo por eso y por los guardias de seguridad nunca ingreso aquí. Antes la Ronda
283
Sólo ciertos vehículos pueden ingresar a este espacio a determinadas horas de la mañana. Los
vehículos que tienen este permiso son de los dueños de los negocios que se establecen allí.
152
era para todos, hoy está vacía como usted puede ver, ojalá esto cambie por el
bien de los moradores y los visitantes del Centro Histórico (ENTAS – 004,
2011).
Trayectorias y Fronteras
284
La Topografía de la calle Morales y las características del acceso norte dan la sensación de un pórtico
de ingreso y de ruptura espacial (Ver imagen No 2). Con un círculo rojo están señalados los guardias de
seguridad privada que están ubicados en el acceso norte de La Ronda.
153
en condiciones “(…) generalmente inéditas como, por ejemplo, los nuevos hábitos
vinculados a los consumos culturales y la presencia de las industrias audiovisuales
globalizadas” (Cerbino, 2004: 53).
A continuación se describirán las trayectorias285 de un grupo de jóvenes que
residen o se reúnen en el Centro Histórico de Quito. Ellos desde el discurso oficial, han
sido percibidos como uno de los agentes generadores del caos, ya que sus prácticas
ponen en riesgo “la imagen urbana del sector” y “la seguridad ciudadana” (Policía
Metropolitana de Quito, 2011).
Zona Roja
Al interior del Centro Histórico de Quito hay espacios que han sido percibidos desde el
discurso oficial y algunos sectores sociales, como deteriorados y “peligrosos”, éste es el
caso de San Roque, la Avenida. 24 de Mayo y los barrios que dan al sur de la misma
(Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, 2009: 11, 128 - 133). Estos espacios,
junto con los barrios del Panecillo, La Colmena y La Libertad, muchas veces han sido
señalados como un mismo sector, el de la “Zona Roja” (Ver Mapa No 20).
Los jóvenes que residen en esta zona y en otros lugares del Centro Histórico y
de la ciudad, han decidido empoderarse de este señalamiento y adoptarlo como nombre
de su organización, pues ellos consideran que,
Al ser integrantes activos de la Cultura Hip Hop decidimos cambiar este punto
de vista de la sociedad y de lo que comúnmente se representa como una Zona
Roja, dando así la posibilidad de una transformación social, ya que no
queremos ser parte del problema sino al contrario de la solución, rompiendo así
estigmas y prejuicios de lo que somos víctimas los hip hoppas (Zona Roja,
2011).
285
Las trayectorias son los desplazamientos de un grupo social o un agente especifico, dentro de un
esquema geográfico de “estaciones disponibles” y “dominios” donde prevalecen ciertas interacciones
sociales (Harvey, 2004: 236 – 238).
286
La mayoría de los integrantes de este colectivo juvenil se encuentra en los 14 y 35 años de edad. En la
actualidad este colectivo alberga a más de 30 crews o grupos de la ciudad, conformadas éstas a su vez con
un mínimo de cuatro personas cada una (Zona Roja, 2011).
154
en cuenta que nuestra cultura nació por la lucha de clases, que siempre ha
estado presente en los países que adoptaron los diferentes modos de
producción, que en nuestro caso el neoliberalismo no hace otra cosa que apoyar
al capitalismo y consecuencia de esto alimentar al imperialismo; el Hip Hop es
nuestra forma de lucha, nuestra libre expresión, nuestra forma de vivir,
sabiendo que todos los de abajo tenemos un enemigo en común, pero hay
distintas formas de enfrentarlo (Zona Roja, 2011).
Elaboración Personal
155
Las distintas expresiones de los integrantes de Zona Roja, se desarrollaban en el
Bulevar de la 24 de Mayo, pero al iniciarse las obras de rehabilitación urbana en este
sector, ellos fueron desplazados, al igual que otros grupos que ocupaban este espacio.
Así, ellos se quedaron sin espacios donde reunirse, por lo que decidieron apropiarse de
un inmueble abandonado, el cual hoy sirve como espacio de reunión y refugio para más
de treinta chicos de toda la ciudad (Ver Imagen No 3 y 4). El inmueble se encuentra
ubicado en la “Zona Roja” del Centro Histórico, debajo del puente de la Av. Mariscal
Sucre (Ver Imagen No 5). Cabe agregar, que las obras ejecutadas en el Bulevar de la
Av. 24 de Mayo están dirigidas según Quito Turismo, para sectores medio, altos y
turistas nacionales e internacionales. Por consiguiente, las intervenciones ejecutadas en
este sector, conformarán un espacio segregado, sujeto a intervención
Fuente: http://es-es.facebook.com/zonarojahiphop
156
Imagen No 4. Centro Cultural Zona Roja.
Fuente: http://es-es.facebook.com/zonarojahiphop
Fuente: http://es-es.facebook.com/zonarojahiphop
157
Espacio Público
El espacio público, como la señala Bauman (2006), es una zona de conflicto, pues
provoca mixofilia y mixofobia. La primera categoría, hace referencia al deseo de
mezclarse con el “diferente” y la segunda, al miedo que provoca el contacto con los
“desconocidos”. Entre estas dos tendencias, se inscriben en alguna medida las prácticas
en los espacios públicos del Centro Histórico de Quito, donde la Policía Nacional y
Metropolitana, tienen el papel de delimitar el acceso de los grupos denominados como
“peligrosos” a los espacios patrimoniales.
En esa dirección, Zona Roja y otras agrupaciones juveniles, tienden a ser vistos
desde los discursos oficiales y de los medios de comunicación como “pandillas”. Estas
representaciones, activan una serie de imaginarios negativos hacia estos grupos, como
que son violentos y que forman parte en alguna medida de los grupos delincuenciales
que “acechan” este sector de la ciudad (El Comercio, 2011: 14). Este estigma, significa
que estos jóvenes son sujetos a registros esporádicos ya sea dentro del Núcleo Central o
en la Zona de Protección (Tall - 001, 2011).
Para Zona Roja, el espacio público es la calle, es el sitio de inspiración para
muchos, es su “musa” en palabras de Néstor. Para Perpetuo, “es el espacio donde se
encuentran las contradicciones y los contrastes de una sociedad injusta y burgués” (Tall
– 002, 2011). La calle, para Roberto “(…) es un campo de batalla y una escuela, donde
intento rescatarme y rescatar a otros” (Tall – 002, 2011). Por último Bala, sostiene que
la calle, “(…) es lugar donde podemos divertirnos y a la vez aprender, y de ella nacen
nuestras historias, nuestra poesía, nuestro Hip Hop, pero la calle también es
persecución y olvido, (…) en ella lo que siempre encontramos es respeto de los
nuestros”( Tall – 002, 2011).
En las calles del Centro Histórico, ocurren mayoritariamente los distintos
desplazamientos de este grupo juvenil, y se relacionan con temáticas concernientes a su
agrupación de Hip Hop, con su trabajo y con el consumo mismo de este espacio de la
ciudad, ya que muchos de ellos son residentes de diferentes barrios del Centro Histórico
(Tall – 001, 2011 y Tall – 002, 2011).
Tanto Harvey como Soja señalan que los desplazamientos o recorridos se
constituyen alrededor de puntos nodales, que son los espacios que estructuran las rutas
de los agentes y grupos sociales, los que se construyen en la cotidianidad de los mismos
158
(Harvey 2004 y Soja: 2008). En esa dirección, la Municipalidad ha señalado que los
recorridos tanto de los turistas, como de los que trabajan y residen en el Centro
Histórico, tienden a establecerse alrededor de los hitos urbanos, como las plazas y
algunos sitios emblemáticos (D’Ercole y Metzger: 2002).
Asimismo, el Municipio sostiene que los flujos peatonales principales, se
estructuran alrededor de la plaza y la Iglesia de San Francisco, la plaza y el Convento de
Santo Domingo, la Catedral y la Plaza de la Independencia. (Ramos, 2009: 15 – 16).
Según la Municipalidad alrededor de estos hitos se constituyen la mayoría de flujos
peatonales.
Zona Roja, a diferencia de lo señalado por el Municipio, estructura sus flujos
peatonales alrededor de espacios ocultos que utilizan de la “centralidad histórica” (Ver
Mapa No 21). Uno de ellos es su lugar de reunión llamado “el Centro Cultural Zona
Roja” (Zona Roja, 2011). Éste, se encuentra en la Av. Mariscal Sucre y Abdón
Calderón. Este espacio no solo sirve de reunión, “(…) sino que es el lugar de refugio
para cualquier Hip Hoppa que necesite” (Tall – 001, 2011). Otro espacio, es el de la
Plaza Victoria, el que es considerado para muchos de los integrantes de Zona Roja,
como el punto de ingreso hacia su sector (Tall – 002, 2011). El último espacio que
aparece dentro sus desplazamientos es La Marín, esto pues, muchos de los integrantes
de esta agrupación convergen en este lugar, para movilizarse ya sea para el norte o sur
de la ciudad (Ver Mapa No 21).
Existen otros espacios, que en alguna medida se configuran en puntos nodales
secundarios para Zona Roja. Estos espacios son el Mercado de San Roque, la Plaza de
San Diego, la parada de bus de la Colmena, la Iglesia de San Francisco, La Basílica, El
Panecillo, el Ex - terminal de Cumandá y la parada de Trolebús de la Av. Pichincha.
Cada uno de estos espacios es visitado por los integrantes de Zona Roja, pero no con la
habitualidad de los anteriores (Ver Mapa No 21).
Las rutas habituales que toman los integrantes de esta agrupación juvenil para
dirigirse hacia el “Centro Cultural Zona Roja”, son dos, las trayectorias que provienen
desde el sur de su lugar de reunión y las que proceden del norte. Las primeras, se
estructuran por los recorridos de los buses que se desplazan por la Avenidas Mariscal
Sucre, la Maldonado y la Pichincha.
159
El primer caso, es el que habitualmente es más utilizado, pues Zona Roja se
encuentra a una cuadra y media de la parada de bus de la Av. Mariscal Sucre y Rafael
Barahona. El segundo, se estructura por el recorrido del trolebús Sur – Norte, que se
desplaza por la Av. Maldonado, muchos de los integrantes de Zona Roja se detienen en
la parada de la calle Quijano y Av. Maldonado, para luego subir por la Borrero, después
tomar la Ambato287, y arribar a la plaza Victoria, para en seguida desplazarse por la
Abdón Calderón, para llegar a la Zona Roja. El último, caso se configura desde La
Marín, para luego ascender por la calle Sucre, después girar por la Benalcázar y luego
subir por la Simón Bolívar, para luego girar por la Imbabura o la Chimborazo y después
subir por la Abdón Calderón para así llegar al “Centro Cultural Zona Roja” (Ver Mapa
No 22).
Por su parte, los desplazamientos que se establecen hacia el norte del inmueble
de Zona Roja, se configuran usualmente desde la Basílica o la parada del Trolebús de la
Guayaquil y Espejo. En los dos casos, ellos toman la calle Venezuela288, para luego
subir por la Sucre, después tomar la Simón Bolívar, para en seguida girar por la
Imbabura o la Chimborazo, voltear por la Abdón Calderón, para finalizar arribando al
inmueble de Zona Roja (Ver Mapa No 22).
Esta agrupación juvenil, se desplaza mayoritariamente hacia el sur de la ciudad
antes que al norte, pues, prefieren utilizar los espacios del Sur – Centro de la urbe, ya
que “(…) están más cerca en distancia y tiempo” (Tall – 001, 2011). Entre los espacios
que utilizan, se destaca el Barrio de Chimbacalle, el sector de Las Cinco Esquinas y el
Centro Comercial El Recreo. Esta premisa, en alguna medida se contrapone con lo
enunciado por la Municipalidad y los medios de comunicación, los cuales establecen
que las infraestructuras urbanas ubicadas en la “nueva centralidad urbana de Quitumbe”
eran ocupadas por la mayoría de jóvenes que residían en el Centro Histórico de Quito
(Vallejo: 2008).
Los desplazamientos habituales que se dirigen hacia el Centro - Norte de la
ciudad, tienen relación, a que uno de sus integrantes (Roberto) estudia en la Universidad
Central y otro (Bala) trabaja como guardia de seguridad en el sector de la Vicentina
287
En la Ambato existen recorridos de buses que ascienden hacia la Colmena y la Libertad, éstos son
utilizados por los integrantes de Zona Roja. No obstante, por diferentes causes a veces deciden subir a
pie.
288
En el primer caso toman la Venezuela a la altura de la Carchi en el sector de San Juan, y en el segundo
toman la Venezuela a la altura de la Espejo.
160
(Tall – 001, 2011). Sin embargo, es importante señalar, que los integrantes de este
colectivo muchas veces se trasladan a distintos sectores de la ciudad, siendo una de las
principales causas para este desplazamiento, los lugares de la urbe donde se realicen
eventos relacionados con la cultura del Hip – Hop.
Mapa No 21. Hitos urbanos de Zona Roja
Elaboración Personal
161
Mapa No 22. Desplazamientos de los integrantes de Zona Roja
Elaboración Personal
Dentro de los recorridos que configura este colectivo al interior del Centro Histórico
existe una particularidad, que ellos no utilizan habitualmente dos espacios del Casco
162
Colonial. El primero, el sector de la calle García Moreno entre la Chile y la Sucre289 y el
segundo, el “barrio” de La Ronda (Ver Mapa No 23).
Algunas de las razones de este colectivo juvenil para no utilizar las calles del
primero de estos espacios son: 1) “(…) no hay lugar donde caminar, mucha gente va por
ese sector” (ENTZR – 002, 2011), 2) “(…) hay muchos tombos y metropolitanos, si nos
ven en grupo nos pueden parar” (ENTZR – 004, 2011) y 3) “(…) La Benalcázar tiene
veredas más amplias y podemos ir más rápido” (ENTZR – 001, 2011).
Se podría considerar que la no utilización habitual de las vías y los espacios del
primer sector, tienen que ver por un lado, con razones funcionales, es decir la
comodidad y el tiempo del desplazamiento; y por otro, con la violencia simbólica y con
la posibilidad de ser registrados o disuadidos por los Policías Nacionales290 y
Metropolitanos, por el imaginario de que ellos (Zona Roja) son parte de una “pandilla”.
En el caso del segundo recorrido, la mayoría de los integrantes de “Zona Roja”
concuerdan en que no utilizan o transitan el este sector de La Ronda, porque los
guardias de seguridad privada pueden limitar su acceso a través de violencia física y
simbólica (Tall – 002, 2011). Esta dinámica, se produce porque los guardias privados al
observar la presencia de cualquier grupo percibido como “peligroso”, inmediatamente
se acercan para disuadirlos, pues para ellos son posibles “sujetos de riesgo” para la
seguridad de los transeúntes y clientes de este sector regenerado (ENTGS – 003, 2011).
Para Zona Roja, solo el caso de La Ronda se ajusta en alguna medida o lo que es
un espacio vetado (Bauman: 2006), pues los guardias de seguridad de ese sector tienen
un operativo específico para disuadir a los grupos que encajen con el perfil de
peligrosos. No obstante, existen otros espacios donde también son sujetos de
persecución291 (Ver Mapa No 24), pero solo cuando realizan ciertas prácticas que no
289
Este sector es donde se encuentran algunos de los supuestos hitos más importantes de ciudad, como la
Plaza de la Independencia, La Catedral, el Palacio de Carondelet y la Iglesia de la Compañía. Cabe
agregar, que éste es el espacio más resguardado de la ciudad por los policías metropolitanos y nacionales,
con la finalidad de mantener “seguros” a los turistas y transeúntes de este sector del Centro Histórico de
Quito.
290
De todos los integrantes de Zona Roja, solo Néstor, fue disuadido por policías nacionales cuando se
encontraba transitando por este sector. Los integrantes más jóvenes de Zona Roja como David, utilizan
con una frecuencia mayor este sector de la ciudad (ENTZR – 005, 2011).
291
Los nuevos espacios donde son perseguidos los integrantes de Zona Roja, se han constituido en los
lugares deseados por este grupo para realizar sus expresiones en las paredes públicas y privadas. Los
espacios deseados y de persecución se ubican mayoritariamente en el Núcleo Central de la ciudad
antigua.
163
están de acuerdo a lo que la Municipalidad y la Policía Metropolitana llama el “buen
uso del espacio público” (Policía Metropolitana de Quito, 2011).
Elaboración Personal
164
Mapa No 24. Espacios Deseados y Vetados - Zona Roja.
Elaboración Personal
Una de las prácticas que han sido prohibidas dentro del espacio público y
privado para las agrupaciones juveniles, es la del graffiti (El Hoy, 2011: 1). En todos los
espacios dentro del “Casco Histórico” hay operativos para impedir que se realicen estas
165
acciones a través de la “Policía Ambiental”, que es un grupo de efectivos de la Policía
Metropolitana que se encarga de controlar y notificar las contravenciones sobre temas
ambientales (MDMQ - Ordenanza, 332).
Las multas para los grafiteros infractores, es decir para aquellos que se hayan
expresado en espacios prohibidos por la Municipalidad, serán desde 52 hasta 520
dólares, de acuerdo con la gravedad del daño (MDQ, 2011: 2). Por consiguiente,
realizar una pintura en una pared patrimonial, es igual a arrojar residuos peligrosos,
como los hospitalarios en calles, quebradas y ríos (MDMQ - Ordenanza 332).
Zona Roja, a pesar de la prohibición de realizar grafitis, de los operativos
específicos en el área central y los acuerdos que hicieron algunos grupos juveniles292 y
las sanciones económicas establecidas por el Municipio, continúan realizando grafitis293
(Ver Imagen No 6) en el área histórica. Para ellos antes y ahora “(…) dejar un grafo
banda no solo es irrumpir en espacios prohibidos, sino dejar una marca de nuestra
presencia, de nuestro tránsito” (ENTZR – 008, 2011). A continuación, se realizará una
reflexión final de la problemática tratada en esta investigación.
Imagen No 6. Graffiti Banda - En las paredes móviles utilizadas para la restauración de
la calle Espejo al lado sur de la Presidencia (Palacio de Carondelet).
Elaboración Personal
292
El Acuerdo realizado en Junio de 2011, por algunas agrupaciones juveniles ayudó a legitimar las
acciones municipales que se iban a tomar a futuro con los posibles infractores.
293
Los graffitis banda de Zona Roja, se caracterizan por realizar firmas de su agrupación en el menor
tiempo posible por razones de seguridad, para así proyectar un nombre en la esfera pública a través de las
inscripciones de las paredes.
166
CONCLUSIONES
Esta investigación se propuso indagar los efectos de las intervenciones y las estrategias
de seguridad implementadas por el gobierno local y la Policía Nacional y
Metropolitana en el espacio urbano y social del Centro Histórico de Quito, desde el
período comprendido entre 1988 hasta el 2010. Para hacerlo me vi en la necesidad de
trabajar previamente algunos referentes históricos que dan cuenta de la forma como ha
sido visto este espacio urbano.
En cuanto a la formulación de los planes; desde la década de los cuarenta todos
ellos establecían que los hitos urbanos del casco antiguo deben ser conservados. No
obstante, el primer plan regulador establecía una diferencia en cuanto al papel que se le
otorgaba a la arquitectura civil del Centro Histórico, ya que en éste se proponía que el
entorno edificado no tenía la misma valía en cuanto a la historia y a la arquitectura que
la de los hitos patrimoniales, por lo que según Odriozola, no se deberían conservar estas
edificaciones para que así los hitos puedan liberarse de su entorno inmediato. Esta
proposición, agenció en alguna medida que muchas de las edificaciones menores del
Casco Antiguo fueran destruidas durante la década de los sesenta y setenta (Benavides:
1980).
La diferenciación arquitectónica e histórica que se estableció en ese período,
sirvió para delimitar lo que llamamos “Centro Histórico” y sus dos sectores interiores.
El primer sector, conserva hasta la actualidad la mayor cantidad de “hitos
monumentales” y la segunda se caracterizaba por poseer arquitectura de una supuesta
“menor valía”. Esta diferenciación y delimitación, provocó que se configuren formas
distintas de tratamiento para cada uno de estos espacios.
La visión en cuanto a “lo moderno” y a “lo antiguo”, ha cambiado desde la
expansión urbana de la ciudad que se produjo desde la segunda década del siglo XX
(Ortiz, 2007: 163 -164), ya que desde ese período los signos de la modernidad se
traducían en los “nuevos estilos arquitectónicos”, los que se oponían al estilo colonial.
Esta contraposición de estilos era utilizada como uno de los artificios para distinguirse
de los grupos subalternos. La adopción de otros estilos, configuró una nueva morfología
en “la ciudad nueva” o “moderna”, que buscaba distanciarse de la zona antigua de la
167
ciudad. Esta propuesta buscaba desde las élites, establecer una supremacía del
“movimiento moderno” sobre lo antiguo.
En las siguientes décadas este debate no encontraba un claro dominador, hasta la
disposición de la UNESCO de 1978, que constituye a Quito como primer patrimonio de
la humanidad. Este título, hace que en alguna medida se agencien inversiones
específicas desde el gobierno central. No obstante, el evento fundamental que posiciona
la visión patrimonialista, es el terremoto ocurrido en 1987, el mismo que destruye
muchos de los bienes inmuebles patrimoniales, y el gobierno central establece que los
bienes del Centro Histórico de Quito, son de importancia nacional y como tal deben
tener recursos específicos para su cuidado y conservación. Por consiguiente, se crea el
FONSAL, el que se encargó en las siguientes dos décadas de promover distintas
intervenciones para posicionar a los hitos patrimoniales como elementos “propios de la
quiteñidad” (Arízaga: 1996).
En cuanto al papel que se le otorga al Centro Histórico, éste, desde la década de
los cuarenta hasta la actualidad, no ha cambiado mucho, pues en este período al Casco
Antiguo se lo establece como el símbolo de la urbe y uno de los posibles atractores de
capitales a través del turismo. Este papel, se fue complejizando con el tiempo, pues a
finales de la década de los ochenta se estableció que esta zona sería uno de los ejes del
desarrollo de la urbe a través de las inversiones privadas en el sector y el turismo. Para
inicios del siglo XX, esa línea vuelve a cambiar, pues desde la Municipalidad expone
que el Centro Histórico, se configurará en una de las ventajas competitivas frente a otras
urbes, nacionales y regionales. Así, el Casco Antiguo entra en lógica del mercado. A
partir de este lineamiento, el área delimitada como histórica, no solo tiene que generar
ingresos, sino que debe configurarse en uno de los soportes económicos de toda una
ciudad.
El antiguo FONSAL, hoy Instituto de Patrimonio, establecía que dentro del área
histórica existían dos zonas, el Núcleo Central y la Zona de Protección. La primera para
la Municipalidad, tiene una importancia estratégica mayor, pues este espacio tiene el
potencial de generar mayor cantidad de recursos económicos que el segundo. En
168
consecuencia desde 1988 se localizaron la mayoría de recursos en este sector. Este
proceso, provocó que estos dos espacios comiencen a diferenciarse. Una de las
principales diferencias se establecía en cuanto precio de suelo de cada sector. Así, el eje
de la García Moreno que se encuentra en el Núcleo Central, se estableció en el espacio
más caro del Centro Histórico de Quito. Mientras los espacios circundantes, por la
escasa inversión se fueron distanciando, en cuanto al precio del suelo y a la fisonomía
urbana. Un ejemplo de ello es el Panecillo, el que según la Municipalidad es el barrio
con menor cantidad de infraestructura cubierta.
Otra de las diferencias entre estos dos sectores, se establecía en los montos de
mantenimiento e implementación de infraestructuras de cada espacio. Esto pues, en el
primer sector desde 1998 hasta 2008, se invirtió mayor cantidad de recursos
económicos, lo que hizo que diferencien los espacios en cuanto a la morfología, a los
equipamientos y a la cobertura de servicios. La diferenciación también se construyó
desde la discursiva oficial y los medios de comunicación, ya que muchas veces los
barrios y los lugares que se encontraban en la Zona de Protección, eran percibidos por
ellos como peligrosos y antiestéticos (Ver Imagen No 7)
169
Este proceso de diferenciación, provocó también que los usos residenciales del Núcleo
Central sean reemplazados por usos comerciales. Así, las personas que residían en este
sector fueron reemplazados por comerciantes minoristas, y muchas de las edificaciones
fueron utilizadas como bodegas de los pequeños y grandes comercios. Esta
problemática, desencadenó que se reduzca el número de residentes del Casco Antiguo,
particularmente aquellos que habitaban en el Núcleo Central. Para resolver esta
problemática, la Municipalidad implementó una serie de programas de vivienda, los
cuales según ellos repoblarían el Centro Histórico y atraerían a las inmobiliarias para
que construyan proyectos habitacionales. No obstante, los proyectos privados estaban
dirigidos para sectores económicos medios y altos, por lo que en alguna medida desde
las constructoras e inmobiliarias, se trató de implementar un proceso de invasión-
sucesión, el que reemplaza a los habitantes que se fueron por estratos económicos
iguales o superiores (Oviedo: 2008)
Otra de las intervenciones que provocó varias transformaciones en la estructura
urbana, fue la relocalización del Ex – Terminal de Cumandá, el cual según algunos
autores era después del aeropuerto el espacio que mayor cantidad de flujos generaba.
Este espacio se constituía en la fuente directa o indirecta de trabajo de los barrios que se
encontraban a los alrededores. Por lo tanto, al relocalizarlo, se modificó los flujos y se
dejó sin trabajo a los sectores que dependían del mismo.
En relación con esto último, a partir de las distintas intervenciones, los flujos del
Centro Histórico se modificaron, pero éstos no se estructuraron alrededor de los hitos
patrimoniales como sostienen algunos autores (Cueva: 2010), sino de los sectores
comerciales, particularmente desde el Mercado de San Roque y el eje comercial de la
calle Chile y La Rocafuerte. Estos espacios, son los que atraen mayor cantidad de
desplazamientos y son los puntos nodales que estructuran mayoritariamente las rutas de
las personas que habitan y comercian allí. Por consiguiente, si la Municipalidad
modifica alguno de estos sectores reestructuraría las funciones del Centro Histórico de
Quito y de la ciudad.
170
seguridad y control que se implementan para mantener a la zona libre de posibles
riesgos.
En relación con esto último, tanto la policía Nacional como la Metropolitana
ejecutan una serie de estrategias, que tienen por objetivo central disuadir a los posibles
agentes percibidos como peligrosos. Entre estos grupos se encuentran las trabajadoras
sexuales, los comerciantes informales y “las pandillas”.
Al limitar el acceso a determinados grupos, se crean espacios vetados dentro del
área histórica. Los que funcionan como fronteras. Una de la fronteras más
representativas es la calle Sucre entre la Venezuela y Benalcázar, la cual es custodiada
por más de cuatro policías Metropolitanos, los que se encargan de disuadir a los
comerciantes informales y a los grupos en estado de vulnerabilidad, como
dogrodependientes y mendigos (ENTFPM – 001). Este espacio junto con otros, son
fronteras permeables, pues los grupos “riesgosos” pueden ingresar o negociar su acceso
hacia el sector, pero tienen que atenerse a las reglas de juego establecidas por las
fuerzas del orden, así ellos pueden recibir por parte de la policía, violencia simbólica o
física.
Con referencia a lo anterior, existe un espacio en particular que no es utilizado
por distintos grupos, este sector coincidencialmente es el sitio que más turistas atrae y se
encuentra localizado en el eje de la calle García Moreno desde calle Chile hasta la
Sucre. Este espacio, no es utilizado habitualmente por los grupos percibidos como
peligrosos, pues existen alrededor de él, quince policías que cuidan los accesos hacia
este lugar. Algunas agrupaciones juveniles como Zona Roja, no utilizan este espacio por
el posible riesgo de ser registrados y a su vez marcados, por lo que transitan por otros
espacios y se autoexcluyen de éstos.
Una de las intervenciones, más representativas según la Municipalidad es la que
se ejecutó en la Calle Morales (La Ronda). En este espacio, supuestamente para la
seguridad de los turistas, se implementaron guardias de seguridad privada, los cuales
funcionan como agentes aduaneros, en especial, con aquellos grupos percibidos como
peligrosos para el sector. La frontera que marca esta calle divide y distancia dos sectores
de Quito y en la actualidad esta será ampliada hasta el Bulevar de la Avenida 24 de
Mayo, y así, el Centro Histórico recobrará los límites que dividía la quebrada de
171
Jerusalén. Por el norte la zona rehabilitada (la ciudad propia) y por el sur la “Zona Roja”
(la ciudad de los otros).
Reflexión Final
172
Para finalizar se sostiene, a partir de las reflexiones desarrolladas en todos los
capítulos de la tesis y en las conclusiones, que las intervenciones y las estrategias de
seguridad implementadas en el espacio social y urbano del Centro Histórico de Quito
tienen repercusiones físicas porque ponen el acento en acciones sobre el entorno
construido (espacio urbano) y poseen connotaciones económicas y sociales pues afectan
las relaciones del espacio social. Por consiguiente, se podría señalar que los efectos de
las intervenciones urbanas junto con las estrategias de seguridad provocaron cambios en
el espacio urbano y como consecuencia transformaciones en las especificidades sociales
e históricas de la vida urbana (espacio social) del Casco Antiguo de la ciudad.
Los efectos sociales y espaciales en su gran mayoría se re-direccionaron hacia
dentro del punto focal de la implosión económica, social, espacial y cultural ocurrida a
partir de la Renovación Urbana y los mecanismo de seguridad implementados en el
Centro Histórico de Quito. Asimismo la implosión se adentró en los elementos
neurálgicos de este espacio y provocó que la Ciudad Antigua entre en el dominio de las
simulaciones a través de la puesta en escena del patrimonio monumental para atraer
capitales vía el turismo.
173
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184
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Tall – 001, (2011) – Taller No 1 con los miembros de Zona Roja – Entrevista Grupal
Tall – 002, (2011) – Taller No 2 con los miembros de Zona Roja – Entrevista Grupal
TallC – 001, (2011) – Taller No 1 con comerciantes minorista y autónomos del Centro
Histórico.
185
ANEXOS
186
Anexo 1
Valoración y Ubicación Elementos Patrimoniales DMQ
Siglo de
Clave Nombre Ubicación Valoración Puntuación
Construcción
1 Plaza de la Independencia Núcleo Central Muy Importante 26 XVI
2 Palacio Presidencial Núcleo Central Importante 20 XVIII
3 Edificio Presidencial Núcleo Central Menor Importancia 9 XX
4 Iglesia y Monasterio de la Concepción Núcleo Central Importante 19 XVI
5 Antiguo Hotel Majestic Núcleo Central Menor Importancia 8 XX
6 Palacio Arzobispal Núcleo Central Importante 19 XIX
7 Edificio Pérez Paliares Núcleo Central Menor Importancia 7 XX
• 8
9
10
Palacio Municipal
Catedral
Edificio Empresa del Centro Histórico
Núcleo Central
Núcleo Central
Núcleo Central
Menor Importancia
Muy Importante
Menor Importancia
14
28
14
XX
XVI
XVIII
11 Municipio Administración Zona Centro Núcleo Central Menor Importancia 12 XX
12 Plaza Chica Núcleo Central Menor Importancia 14 XX
13 Pasaje Vaca Núcleo Central Menor Importancia 14 XX
14 Iglesia el Sagrario Núcleo Central Importante 18 XVII
15 Antiguo Cuartel de la Real Audiencia Núcleo Central Importante 19 XVIII
16 Antigua Universidad Central Núcleo Central Muy Importante 23 XVIII
17 Iglesia de la Compañía Núcleo Central Muy Importante 27 XVII
18 Colegio Gonzága Núcleo Central Menor Importancia 14 XVII
19 Plazoleta Benalcázar Núcleo Central Importante 15 XVI
20 Casa deiToro Núcleo Central Menor Importancia 11 XVIII
.. 21 Hostal Patio Andaluz Núcleo Central Importante 15 XIX
22 Antiguo Círculo Militar Núcleo Central Menor Importancia 12 XX
23 Casa de los Presidentes Núcleo Central Importante 15 XIX
24 Iglesia de San Agustín Núcleo Central Muy Importante 24 XVI
25 Teatro Bolívar Núcleo Central Importante 16 XX
26 Antiguo Colegio San Fernando Núcleo Central Menor Importancia 13 XVIII
27 Archivo Histórico del Banco Central Núcleo Central Menor Importancia 14 XX
28 Museo María Augusta Urrutia Núcleo Central Importante 16 XIX
29 Museo Casa de Sucre Núcleo Central Importante 17 XIX
30 Antiguo Edificio del Banco Central Núcleo Central Importante 19 XX
31 Conjunto de San Francisco Núcleo Central Muy Importante 27 XVI
32 Iglesia y Convento la Merced Zona de Protección Importante 22 XVI
33 Museo Nacional de Arte Colonial Zona de Protección Importante 18 XVI
34 Casa de Benalcázar Núcleo Central Importante 16 XVII
'*"" 35 Iglesia de Santa Bárbara Zona de Protección Menor Importancia 14 XIX
36 Iglesia y Monasterio de San Juan Zona de Protección Importante 16 XVII
37 Basílica del Voto Nacional Exterior Menor Importancia 12 XIX
38 Museo Casa del Higo Zona de Protección Importante 15 XIX
39 Iglesia y Monasterio del Carmen Bajo Núcleo Central Importante 16 XVIII
40 Plaza del Teatro Complejo Núcleo Central Importante 22 XVII
41 Plazoleta Marín Zona de Protección Menor Importancia 13 XIX
42 Monasterio e Iglesia de Santa Catalina Núcleo Central Importante 17 XVI
43 Conjunto de Santo Domingo Núcleo Central Muy Importante 26 XVI
44 Casa Ponce Núcleo Central Menor Importancia 11 XVIII
45 Centro Comercial La Manzana Núcleo Central Menor Importancia 13 XX
46 Museo de la Ciudad Núcleo Central Importante 21 XVI
47 Arco de la Reina Núcleo Central Menor Importancia 12 XVIII
48 Iglesia y Monasterio del Carmen Alto Núcleo Central Importante 16 XVIII
187
49 Iglesia y Monasterio de Santa Clara Zona de Protección Importante 15 XVII
50 Capilla del Robo Zona de Protección Menor Importancia 12 XVIII
51 Casa de los 7 Patios Zona de Protección Importante 15 XIX
52 Antigua Cervecería la Victoria Zona de Protección Menor Importancia 9 XX
53 Iglesia de San Roque Zona de Protección Menor Importancia 11 XX
54 Vivienda Solidaria de San Roque Zona de Protección Menor Importancia 7 XX
55 Plazoleta La Victoria Zona de Protección Importante 15 XIX
56 Cementerio de San Diego Zona de Protección Importante 15 XIX
57 Plaza y Convento de San Diego Zona de Protección Menor Importancia 14 XVII
58 Conjunto El Tejar Zona de Protección Importante 15 XVIII
59 Antiguo Hospital Militar Exterior Menor Importancia 9 XX
60 Colegio Mejía y Museos Exterior Menor Importancia 12 XX
61 Antiguo Colegio 24 de Mayo Exterior Menor Importancia 9 XX
62 El Churo de la Alameda Exterior Menor Importancia 14 XIX
63 Iglesia el Belén Exterior Importante 19 XVII
64 Observatorio Astronómico Exterior Importante 16 XIX
65 Monumento a Simón Bolívar Exterior Menor Importancia 7 XX
66 Banco Central del Ecuador Exterior Importante 18 XX
67 Casa de la Calle Briseño Zona de Protección Menor Importancia 8 XX
68 Casa de la Calle Caldas Zona de Protección Menor Importancia 8 XX
69 Plaza e Iglesia de San Bias Zona de Protección Importante 20 XVI
70 Plaza Belmonte Zona de Protección Menor Importancia 13 XX
71 Museo de Manuela Sáenz Núcleo Central Importante 16 XIX
72 Museo Archivo de Arquitectura Zona de Protección Menor Importancia 13 XIX
73 Fundación Caspicara Zona de Protección Importante 16 XIX
74 Plaza e Iglesia de San Marcos Zona de Protección Muy Importante 22 XVII
75 Guambroteca Zona de Protección Menor Importancia 11 XX
76 Capilla de los Milagros Zona de Protección Menor Importancia 14 XVII
77 Escuela Taller Quito Zona de Protección Menor Importancia 11 XVIII
78 Centro Cultural Mama Cuchara Zona de Protección Importante 21 XX
79 Barrio La Ronda Núcleo Central Menor Importancia 14 XVIII
80 Avenida 24 de Mayo Zona de Protección Menor Importancia 14 XX
81 Casa de las 3 Manuelas Zona de Protección Menor Importancia 11 XIX
82 Hospicio San Lázaro Zona de Protección Menor Importancia 11 XVIII
83 Iglesia de San Sebastián Zona de Protección Importante 16 XVI
84 Plaza de la Recoleta Zona de Protección Menor Importancia 12 XX
85 Iglesia del Buen Pastor Zona de Protección Importante 15 XVII
86 Panecillo Exterior Menor Importancia 13 XX
87 Cima de la übertad Exterior Menor Importancia 13 XX
88 ltchimbía Exterior Menor Importancia 11 XX
89 Guápulo Exterior Importante 22 XVIII
Fuente: (D'Ercole y Metzger: 2002)
Elaboración Personal
188
ANEXO 2
Jeraquización según su valor urbano - arquitectónico
Fuente: (D'Ercole y Metzger: 2002) - El Patrimonio en el DMQ - Valoración d1~ sus principales elementos y análisis espacial
Nota : Por la escala escogida, Guápulo (clave 89) y la Cima de la Ubertad (clave 87) no aparecen en el mapa
e Elaboración Personal
189
Jeraquización según su antiguedad
CJ Ll'mlte CHQ CJ
Fuente: (D'Ercole y Metzger: 2002) - El Patrimonio en el DMQ- Valoración de sus principales elementos y análisis espacial
Nota: Por la escala escogida, Guápulo (clave 89) y la Cima de la Libertad (clave 87) no aparecen en el mapa
Elaboración Personal
190
Jeraquización según su va lor de Historia
1UmlteCHQ 1
Fuente: (D'Ercole y Metzger: 2002) - El Patrimonio en el DMQ - Valoración de sus principales elementos y análisis espacial
Nota: Por la escala escogida, Guápulo (clave 89) y la Cima de la Ubertad (clave 87) no aparecen en el mapa
Elaboración Personal
• 191
Jerarquización según su importancia recreativa - cultural
1UmlteCHQ 1
Fuente: (D'Ercole y Metzger: 2002) - El Patrimonio en el DMQ - Valoración de sus principales elementos y análisis espacial
Nota : Por la escala escogida, Guápulo (clave 89) y la Cima de la Libertad (clave 87) no aparecen en el mapa
Elaboración Personal
• 192
flACSO Bibliotnca
Jerarquización según su importancia turística
• 193
Jerarquización según su importancia de inventario
Fuente: (D'Ercole y Metzger: 2002) - El Patrimonio en el DMQ - Valoradón de sus prindpales elementos y análisis espadal
Nota : Por la escala escogida, Guápulo (clave 89) y la Cima de la Ubertad (clave 87) no aparecen en el mapa
Elaboración Personal
• 194
Jeraquización por su valor religioso
• 195
•
ANEX03
Zona de
2 Colegio María Nazareth Dos Etapas (Terraza) Calle San Vicente - La Recoleta 30.000.000,00 1989- 1991
Protección
3 Casa del Fondo de Salvamento Calle Chile 1170 y García Moreno Núcleo Central 70.000.000,00 1989- 1990
Zona de
5 Capilla del Consuelo Calle Sodiro 10.000.000,00 1989
Protección
Zona de
8 Iglesia de San Bias San Bias 6.000.000,00 1989- 1990
Protección
9 Adecuación Casa ICAM (Ex sede del Partido Conservador) Calle Venezuela y Mejía Núcleo Central 70.000.000,00 1989- 1991
16 Iglesia Santa Clara de Millán Calle Morán y Mercadillo Exterior 999.322,84 1991
17 Academia Nacional de Historia Calle Mejía y Cuenca Núcleo Central 6.010.589,40 1990- 1991
Zona de
18 Casa de la Mujer Calle Ríos y Gandara 10.004.708,09 1990- 1991
Protección
19 Edificio Fundación Pérez Paliares Calle Venezuela y Chile Núcleo Central 770.000.000,00 1990- 1992
20 Casa del Toro Calle Benalcázar y Olmedo Núcleo Central 280.000.000,00 1989- 1992
Taller Escuela Bernardo de legarda y Área Recreativa del Barrio San Zona de
23 Calle Gutiérrez y Junín 400.000.000,00 1990- 1992
Marcos Protección
Calle Montúfar, Mejía, Olmedo y
24 Casa de la Música Núcleo Central 1.200.000.000,00 1990- 1992
Bustamante
25 Museo Benjamín Carrión Calle Jorge Washington y Páez Exterior 206.933.170,70 1991- 1992
Recuperación del antiguo Hospital San Juan de Dios para ser el Centro
26 Calle García Moreno y Rocafuerte Núcleo Central 1.000.000.000,00 1989- 1992
de la Cultura Médica Ecuatoriana
Zona de
27 Reutilización del Antiguo Mercado de San Roque Calle Chimborazo y Rocafuerte 489.360.730,04 1991- 1992
Protección
Restauración y Adaptación a Centro Cultural Barriai"Mama Cuchara" Zona de
28 Calle Rocafuerte (Mama Cuchara) 500.000.000,00 1992- 1993
de la EX. Clínica Pasteur y Edificación del Café Concierto Protección
Calle Rocafuerte entre Chimborazo y Zona de
29 Rehabilitación de la Casa de los Siete Patios 701.472.146,00 1989- 1992
Cuenca Protección
Zona de
30 Proyecto Cervecería "la Victoria" Av. 24 de Mayo y Chimborazo 1.831.885.174,00 1989- 1992
Protección
Zona de
31 Proyecto de Vivienda San Roque Calle Chimborazo y Cuenca 1.043.000.000,00 1989- 1992
Protección
Restauración Arquitectónica Estructural y Reforzamiento de la Iglesia
32 Calle García Moreno y Manabí Núcleo Central 55.000.000,00 1992
de Santa Bárbara
33 Restauración y Reforzamiento estructural de la Iglesia de San Juan Calle Benalcázar y Galápagos Núcleo Central 25.000.000,00 1992
Anclaje y Reforzamiento de la fachada y conservación de la cúpula y
34 Calle García Moreno y Espejo Núcleo Central 15.000.000,00 1992
el atrio de la Iglesia de el Sagrario
Muros de protección en el Convento de las Agustinas de la
35 Calle Carchi y García Moreno Núcleo Central 35.000.000,00 1992
Encarnación
40 Parque Parroquial de Checa- Diseño y Construcción Checa Exterior 15.558.365,00 1989- 1991
41 Parque Infantil del Quinche El Quinche estación de Ferrocarriles Exterior 21.445.109,00 1989- 1991
42 Área Recreativa sector Los Milagros Av. Sucre Exterior 50.000.000,00 1989- 1991
43 Rediseño parque Jacinto Jijón y Caamafio Barrio Obrero - Calle Francia Exterior 30.000.000,00 1989- 1990
46 Parque de Llano Chico- Diseño y Construcción Llano Chico Exterior 8.980.535,00 1989- 1991
48 Parque Parroquial de Tumbaco • Rediseño y Construcción Tumbaco Exterior 74.959.226,00 1989. 1991
Zona de
58 Plaza Belmonte Calle Antepara y León 500.000.000,00 1989- 1992
Protección
Calles Garcia Moreno, Venezuela, Chile,
59 Plaza de la Independencia Núcleo Central 284.119.565,00 1990- 1992
1 iunto al atrio de la Catedral
60 Batería Sanitaria Museo Municipal Pasaje Espejo y Benalcázar Núcleo Central 7.753.693,00 1991
62 Batería Alcaldía Antigua Calle Garcia Moreno Núcleo Central 2.000.000,00 1989- 1990
Zona de
64 Batería Calle Mazo y Ambato Calle Mazo y Ambato 2.000.000,00 1989- 1990
Protección
Zona de
65 Batería Calle Maldonado y Barrero Calle Maldonado y Barrero 2.000.000,00 1989- 1990
Protección
Zona de
66 Plaza San Martín Plaza San Martín 2.000.000,00 1989- 1990
Protección
Zona de
67 Plaza San Bias Plaza San Bias 1.300.000,00 1989- 1990
Protección
•
68 Baterías Plaza de Guápulo Guápulo Exterior 3.500.000,00 1989- 1990
Zona de
69 Baterías Calle Luis Dávila Calle Luis Dávila 4.500.000,00 1989- 1990
Protección
70 Baterías Calle Ambato y Venezuela Calle Ambato y Venezuela Núcleo Central 5.000.000,00 1989- 1990
71 Batería Calle Crnl. Cayetano Cestaris la Colmena Exterior 4.500.000,00 1990- 1991
72 Batería Av. Pichincha y Oriente Av. Pichincha y Oriente Núcleo Central 1.300.000,00 1990. 1991
73 Batería Av. Pichincha y Olmedo Av. Pichincha y Olmedo Núcleo Central 1.300.000,00 1990- 1991
Zona de
74 Batería San Marcos Plaza de San Marcos 9.500.000,00 1990- 1991
Protección
75 Batería Calle Chile y Ríos Calle Chile y los Ríos Núcleo Central 6.000.000,00 1989- 1990
Zona de
76 Batería Calle Abdón Calderón y Tena Calle Abdón Calderón y Tena 6.000.000,00 1989. 1990
Protección
Zona de
77 Mejoramiento de Batería Sanitaria Parque Matovelle Calle Rubén Darlo y Benalcázar 11.307.356,00 1991- 1992
Protección
78 Guardería Infantil Municipal Calle Montúfar y Espejo Núcleo Central 120.000.000,00 1990- 1992
Zona de
79 Guardería infantil de los Vendedores Ambulantes Centro Comerciallpiales 11.317.374,00 1990- 1991
Protección
3 Total Exterior -
•
Total Monto: 131.317.374,00
3 Total Exterior .
90 Camino de los Conquistadores Vía Guápulo, Cumbayá Exterior 180.000.000,00 1990- 1991
t
93 Iluminación Centro Histórico de Quito Centro Histórico de Quito Núcleo Central 500.000.000,00 1989- 1992
Calle Mejía, Benalcázar, Olmedo y García
94 Estacionamiento Vehicular Cadisan Núcleo Central 2.196.000.000,00 1991- 1992
Moreno
Calle Cuenca, Rocafuerte, Benalcázar y Sta
95 Estacionamiento Santa Clara Núcleo Central 1.600.000.000,00 1992
Clara
Zona de
96 Mejoramiento Barrio la Tola· Varios Proyectos Barrio La Tola 1.400.000.000,00 1989. 1992
Protección
3 Total Exterior .
Varios
Periodo de
No Nombre del Proyecto Ubicación Zona Monto
Elaboración
97 Mural Jaime Andrade Calle Venezuela entre Sucre y Espejo Núcleo Central 8.370.000,00 1991
Av. 24 de Mayo, Viaducto entre Venezuela Zona de
98 Av. 24 de Mayo Muros y Pantallas- Varios Proyectos 236.841.775,00 1990- 1992
IV Maldonado Protección
•
99 Nomenclatura Urbana Centro Histórico de Quito Núcleo Central 10.000.000,00 1989- 1990
3 Total Exterior -
Total Monto Varios: 285.211.775,00
Financiamiento Especial
Elaboración Personal
•
Obra del FONSAL - periodo: 1992 - 1996
Programa de Restauración Arquitectónica
Periodo de
No Nombre del Proyecto Ubicación Zona Monto
Elaboración
1 Centro Literario Benjamín Carrión Jorge Washington y Páez Exterior 303.565.967,00 1992-1993
2 Restauración Iglesia Hermanas Agustinas de la Encarnación Calle Benalcázar Núcleo Central 86.497.569,00 1992- 1993
Zona de
3 Centro Cultural Mama Cuchara, Ex Clínica Pasteur Mama Cuchara (Loma Grande) l. 146.893.454,00 1992- 1995
Protección
Zona de
6 Restauración Iglesia del Buen Pastor La Recoleta 292.791.179,00 1993-1995
Protección
7 Museo Fray Pedro Bedón, Convento de Santo Domingo Plaza de Santo Domingo Núcleo Central 264.239.658,00 1993- 1996
8 Convento y Torre de Santo Domingo Plaza de Santo Domingo Núcleo Central 215.703.113,00 1993- 1995
9 Restauración Iglesia de San Agustín Calle Chile y Guayaquil Núcleo Central 374.571.337,00 1994- 1995
Zona de
10 Restauración Recoleta de El Tejar Calle Mejía y López 171.075.781,00 1994-1995
Protección
11 Restauración Iglesia Compañía de Jesús Calle García Moreno y Sucre Núcleo Central 285.625.228,00 1994- 1996
12 Restauración, Iglesia, Biblioteca y Convento La Merced Calle Cuenca entre Chile y Mejía Núcleo Central 1.096. 783.351,00 1994-1996
13 Restauración Iglesia de Santa Catalina de Siena Calle Espejo y Flores Núcleo Central 194.384.043,00 1994- 1995
15 Convento e Iglesia de San Francisco Plaza de San Francisco Núcleo Central 161.688.326,00 1995
Zona de
16 Restauración de la Iglesia de San Roque Calle Rocafuerte y Chimborazo 272.813.942,00 1995
Protección
Zona de
17 Rehabilitación casa 887 Calle Chimborazo Calle Chimborazo 192.354.244,00 1995
Protección
.J j
•
18 Rehabilitación Edificio Ex - El Globo Chile y Guayaquil Núcleo Central 769.516.726,00 1995
19 Conformación y Reforzamiento Estructural Iglesia del Belén Sodiro (parque de la Alameda) Exterior 72.643.325,00 1995
21 Reforzamiento e Inyección Iglesia Monasterio de Santa Clara Calle Cuenca y Rocafuerte Núcleo Central 258.634.521,00 1995
22 Restauración Casa de la Cultura Ecuatoriana Av. 6 de Diciembre y Patria Exterior 1.093.134.306,00 1995
24 Casa de las 3 Manuelas Calle Loja y Guayaquil Núcleo Central 550.000.000,00 1995- 1996
25 Casa de los Presidentes Calle Mejía y Guayaquil Núcleo Central 1.100.000.000,00 1995- 1996
26 Morteros en la Base de Cal para inyección estructural Centro Histórico de Quito Núcleo Central 12.000.000,00 1993- 1994
28 Estudio Iglesia de la Compañia Calle García Moreno y Sucre Núcleo Central 117.000.000,00 1994- 1996
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··.1
29 Restauración Integral Iglesia de Santo Domingo Plaza de Santo Domingo Núcleo Central 125.030.567,00 1995- 1996 . ·,
Zona de ,,.,.....,
30 Rehabilitación Ex- Teatro variedades Plaza del Teatro 53.693.046,00 1995-1996 ...•
Protección
Calle Rocafuerte y Guayaquil (Plaza de
31 Adecuación a Guambrateca, Casa de García Moreno Núcleo Central 410.000.000,00 1995- 1996
Santo Domingol
32 Museo de los Textiles Convento de la Merced Núcleo Central 150.000.000,00 1995- 1996
•
33 Museo de la Platería Convento de San Agustín Núcleo Central 150.000.000,00 1995-1996
Catedral Metropolitana - Plaza de la
34 Rehabilitación Capilla Tumba de Sucre Núcleo Central 50.000.000,00 1995-1996
Independencia
Junto a la Recoleta de El Tejar (López y Zona de
35 Rehabilitación Hospedería Campesina El Tejar 50.000.000,00 1995
Mejía) Protección
3 Total Exterior -
Total Monto: 1.356. 723.613,00
38 Restauración Placas Conmemorativas Plaza Grande Catedral Núcleo Central 13.764.836,00 1995
3 Total Exterior -
Total Monto: 99.764.836,00
39 Restauración Iglesia Carmen Bajo Calle Olmedo y Venezuela Núcleo Central 10.000.000,00 1995-1996
40 Rescate de Murales de Rafael Troya lmbabura y Alianza Núcleo Central 40.000.000,00 1995
•
1 Total Núcleo Central 50.000.000,00
41 Intervención en mobiliario urbano Plaza de Santo Domingo Plaza de Santo Domingo Núcleo Central 99.674.495,00 1993- 1994
42 Mejoramiento de la Plaza de San Agustín Guayaquil y Chile Núcleo Central 214.768.676,00 1994- 1995
43 Plaza de San Francisco Plaza de San Francisco Núcleo Central 351.110.882,00 1994- 1995
44 Piso y Cubierta Pasaje Pérez Paliares Calle Chile Núcleo Central 91.121.311,00 1994- 1995
45 Mejoramiento Atrios de las Iglesias del Centro Histórico Centro Histórico de Quito Núcleo Central 178.488.414,00 1995
46 Rehabilitación Plaza Benalcázar Calle Benalcázar y Olmedo Núcleo Central 63.825.171,00 1995
Zona de
47 Plazoleta y Área Recreativa el Placer Calle Andrés Paredes y Ramón Pacheco 60.504. 172,00 1995
Protección
Zona de
48 Mejoramiento de la Plazoleta de el Belén Calle Sodiro 44.167.573,00 1995
Protección
49 Mejoramiento de la Plaza del Teatro Plaza del Teatro Núcleo Central 630.000.000,00 1994- 1996
Zona de
so Estudio Recuperación Quebrada de El Censo El Censo
Protección
90.000.000,00 1995- 1996
Zona de
51 Estudio Mejoramiento Ambiental Barrio La Loma Grande y San Marcos Barrio La Loma Grande y San Marcos 800.000.000,00 1995- 1996
Protección
3 Total Exterior -
Total Monto: 2.623.660.694,00
•
Programa de Mejoramiento del Equipamiento Estructural
Periodo de
No Nombre del Proyecto Ubicación Zona Monto
Elaboración
Calle de los Milagros, Barrio La Loma Zona de
52 Salón de uso Múltiple del Coliseo Fernández Madrid 642.606.311,00 1992- 1993
Grande Protección
Zona de
53 Reutilización del Antiguo Mercado de San Roque Calle Rocafuerte y Chimborazo 984.235.894,00 1992- 1995
Protección
54 Áreas Exteriores de la Iglesia de Santa Bárbara Calle García Moreno y Manabí Núcleo Central 83.873.401,00 1993
Zona de
55 Batería Sanitaria el Polvorín El Panecillo 88.495.020,00 1993
Protección
Zona de
56 Mejoramiento Lavandería Paola y Miller Calle Paola y Miller 91.395.303,00 1993-1994
Protección
Zona de
57 Escalinata y Batería Sanitaria La Libertad La Libertad 57.182.160,00 1995
Protección
Zona de
58 Lavandería el Placer Calle Paredes y Ramón Pacheco 58.887.894,00 1995
Protección
Zona de
60 Mejoramiento Lavandería Quiroga Calle Quiroga y Bolívar 90.790.985,00 1995
Protección
61 Construcción del Muro Oriental Guardería Municipal Calle Montúfar Núcleo Central 174.671.899,00 1995
3 Total Exterior -
Total Monto: 4.113.019.330,00
66 Mejoramiento Portal Arzobispal Calle Chile y Venezuela Núcleo Central 17.052.610,00 1992
67 Cerramiento Divisorio entre INPC y Casa Manuel Jijón y Caamaño Av. Diez de Agosto y Colón Exterior 15.135.933,00 1992
68 Escalinatas calle Maldonado y Rocafuerte Calle Maldonado y Rocafuerte Núcleo Central 8.164.553,00 1993
70 Mejoramiento Casa Benalcázar Calle Benalcázar y García Moreno Núcleo Central 8.007.827,00 1993
71 Intervención Sala de Exposiciones Museo Arte Colonial Calle Mejía y Cuenca Núcleo Central 31.047.703,00 1993-1994
Zona de
72 Mejoramiento Fachada Ex- Dirección de Higiene Av. Gran Colombia 10.989.552,00 1993
Protección
73 Intervención antiguo Hospital San Juan de Dios Calle García Moreno y Rocafuerte Núcleo Central 484.498.175,00 1993-1996
Zona de
74 Obras urgentes Escuela Alejandro Cárdenas Calle Loja 171.516.336,00 1994
Protección
75 Obras urgentes Casa de los Presidentes Calle Mejía y Guayaquil Núcleo Central 15.852.371,00 1994
76 Mejoramiento Monasterio Inmaculada Concepción del Buen Suceso Calle García Moreno y Chile Núcleo Central 93.102.829,00 1994-1995
77 Obra de Impermeabilización cubierta patrimonio San José Calle Benalcázar y Oriente Núcleo Central 89.881.882,00 1994-1995
81 Protección de la crujía del estacionamiento calle Montúfar Calle Montúfar y Olmedo Núcleo Central 96.893.085,00 1995
82 Obras Urgentes Calle Caldas Bloques 1 y 2 Calle Caldas y Guayaquil Núcleo Central 29.384.313,00 1995
83 Obras Edificio Ex- Circulo Militar Calle Venezuela Núcleo Central 38.959.243,00 1995
85 Conservación y Mantenimiento arquitectónico Escuela Patria Calle Venezuela y Esmeraldas Núcleo Central 48.401.499,00 1995
86 Consolidación urgente muros Hospital San Lázaro Calle Ambato y García Moreno Núcleo Central 35.841.215,00 1995
87 Consolidación urgente Claustro sur-oeste Santa Clara Calle Cuenca y Rocafuerte Núcleo Central 5.198.544,00 1995
Zona de
88 Consolidación Cubiertas vivienda Caldas No 508 Caldas No 508 75.000.000,00 1995-1996
Protección
92 Estudios de Consolidación Claustro Novicias Santa Catalina Calle Montúfar y Junín Núcleo Central 260.000.000,00 1995
93 Impermeabilización Cubiertas Monasterio Santa Clara Calle Cuenca y Rocafuerte Núcleo Central 400.000.000,00 1995
Zona de
94 Estudios de Consolidación urgente Hospedería El Tejar Calle López 40.000.000,00 1995
Protección
Zona de
95 Estudios de Consolidación Cubierta del antiguo Hospital Militar Calle Venezuela y Matovelle 300.000.000,00 1995
Protección
Zona de
96 Estudios de Consolidación Muro Cerramiento parque de los Milagros Colegio Fernández Madrid 60.000.000,00 1995
Protección
3 Total Exterior -
Total Monto: 1.510.000.000,00
103 Estudio Estacionamiento vehicular Santa Clara Calle Cuenca y Rocafuerte Núcleo Central 86.834.717,00 1993-1995
Zona de
104 Estudio Estacionamiento vehicular Calle Montúfar Calle Montúfar 203.097.350,00 1993-1995
Protección
105 Estudio Estacionamiento Vehicular Plaza Bolívar Calle Guayaquil y Caldas Núcleo Central 205.145.242,00 1994-1996
Intersección Mejía, Hno Miguel,
106 Estudio Recaudación Estacionamiento vehicular El Tejar Núcleo Central 78.147.750,00 1993-1995
lmbabura y Mejía
107 Estudio Alternativas Estructurales y de Costos Estacionamiento Cadisan Calle Mejía Núcleo Central 6.430.000,00 1993-1994
108 Estudio Señalización en el Centro Histórico Centro Histórico de Quito Núcleo Central 12.964.171,00 1993-1994
109 Estudio determinación Mobiliario urbano Centro Histórico Centro Histórico de Quito Núcleo Central 11.250.000,00 1993-1994
Asesoramiento preparación de Documentos, solicitud crédito al BID y
110 Centro Histórico de Quito Núcleo Central 97.935.849,00 1993- 1994
justificación económica y financiera de los Provee. del BID
Estudio Restauración del Antiguo Hospital San Juan de Dios para
111 Calle García Moreno y Rocafuerte Núcleo Central 125.789.357,00 1993-1994
Museo de la Ciudad
Estudio Restauración de la antigua sede de la Universidad para Centro
112 Calle García Moreno Núcleo Central 215.771.528,00 1993-1995
de arte y Cultura Manuela Sáenz
113 Estudio Restauración Casa Carrasco Calle García Moreno y Mejía Núcleo Central 50.176.040,00 1993-1994
Calle Garda Moreno entre Mejía y
114 Estudio Rehabilitación casa Patio Andaluz para Apart Hotel Núcleo Central 98.204,392,00 1994
Olmedo
Calle García Moreno entre Rocafuerte y
115 Estudio Rehabilitación de una manzana, calle García Moreno Núcleo Central 149.479.097,00 1993- 1995
Bolivar
116 Estudio Escala de precios y Mercado Inmobiliario Centro Histórico de Quito Núcleo Central 7.200.000,00 1993-1994
Estudio prefactibilidad turística y hotelera anteproyecto Antiguo Hotel
117 Calle Chile y García Moreno Núcleo Central 54.980,000,00 1993-1994
Maiestic
Estudio encuesta demanda y disposición al pago de hogares no
118 Centro Histórico de Quito Núcleo Central 19.471.750,00 1994-1995
frentistas
3 Total Exterior -
Total Monto: 1.592.049.278,00
Financiamiento Especial
t:.:·
-'
.,
• •
Obra del FONSAL - periodo: 1996 - 2000
Programa de Restauración Arquitectónica y Artística
Periodo de
No Nombre del Proyecto Ubicación Zona Monto
Elaboración
1 Restauración de la Iglesia de la Compañía Calle García Moreno y Sucre Núcleo Central 1.523.607,00 1996-2000
2 Restauración Cúpula Central y Retablo San Francisco Xavier Calle García Moreno y Sucre Núcleo Central 563.544,20 1996-2000
3 Restauración Capilla Santa Rosa de Lima, Convento de Santo Domingo Convento de Santo Domingo Núcleo Central 115.695,00 1996- 1998
4 Restauración Biblioteca y Convento de La Merced Calle Chile y Cuenca Núcleo Central 314.687,00 1996- 1998
S Varias restauraciones Convento de San Francisco Calle Cuenca No 477 Núcleo Central 360.000,00 1996-2000
7 Restauración Iglesia y Monasterio de Santa Clara Calle Cuenca y Rocafuerte Núcleo Central 400.000,00 1996-2000
Zona de
8 Restauración Iglesia, Capillas y Convento de El Tejar Calle El Tejar 245.500,00 1996-2000
Protección
9 Restauración Monasterio y obras de arte de Santa Catalina Calle Espejo y Flores Núcleo Central 365.000,00 1996-2000
Zona de
10 Conservación Monasterio del Buen Pastor Sector La Recoleta 310.774,00 1996-2000
Protección
11 Restauración y Monasterio de el Carmen Bajo Calle Olmedo y Venezuela Núcleo Central 180.000,00 1996-2000
Zona de
12 Restauración Estructural y Obras de Arte Iglesia de San Roque Calle Rocafuerte y Chimborazo, Esquina 263.598,00 1996- 1998
Protección
13 Restauración Iglesia, Casa Parroquial y Obras de arte de El Belén Calle Sodiro y 6 de Diciembre Exterior 139.323,00 1996-2000
14 Restauración Capilla Hospital San Juan de Dios- Museo de la Ciudad Calle Rocafuerte y García Moreno Núcleo Central 153.506,00 1996- 1999
Zona de
15 Restauración Hospedería Campesina de El Tejar Calle El Tejar 245.500,00 1996- 1999
Protección
Zona de
16 Pintura Mural Rafael Troya, Casa Calle lmbabura No 959 Calle lmbabura No 959 y Alianza 32.674,00 1996- 1998
Protección
17 Conservación Convento y Obras de Arte de San Agustín Calle Chile y Guayaquil Núcleo Central 287.067,00 1997-2000
• Zona de
18 Conservación Capilla del Corpus-Cristi Calle Francia, Sector La Loma 47.464,00 1997-2000
Protección
19 Conservación Monasterio de El Carmen Alto Calle García Moreno y Rocafuerte Núcleo Central 80.000,00 1997-2000
20 Restauración Sacristía y Antesacristía (Actual Museo) Sector Guápulo Exterior 67.262,00 1997- 1998
21 Restauración Artesonado y Cubiertas Iglesia de Santo Domingo Plaza de Santo Domingo Núcleo Central 350.000,00 1997-2000
22 Restauración Atrio y Pretil de La Catedral Plaza Grande, Calle Espejo Núcleo Central 187.000,00 1997- 1999
23 Restauración y Piedra, Cubiertas Ex Círculo Militar Calle Venezuela y Mejía Núcleo Central 170.000,00 1997- 1999
Zona de
24 Base Monumento Ecuestre Simón Bolivar Parque de La Alameda 30.000,00 1997- 1999
Protección
25 Restauración Teatro Nacional Sucre Calle Manabí, Plaza del Teatro Núcleo Central 143.127,00 1998-2000
27 Restauración del Atrio y Cubiertas de la Iglesia de Santa Bárbara Calle García Moreno y Manabí Núcleo Central 60.987,00 1998-2000
Zona de
31 Restauración de Obras de Arte Salón de la Ciudad Palacio Municipal 1.000,00 1999
Protección
Zona de
32 Conservación Atrio y Capilla del Consuelo Calle Val paraíso y Sodiro 8.987,00 1999
Protección
Zona de
33 Pintura Calle Caldas No 453 Calle Caldas No 453 10.000,00 1999
Protección
34 Restauración de Obras de Arte y Artesanía Artística Teatro Bolívar Pasaje Espejo Núcleo Central 20.000,00 1999-2000
Zona de
35 Restauración de Pintura Mural Hogar de la Experiencia Calle García Moreno y Loja 8.000,00 1999-2000
Protección
36 Traslado Arco de la Circasiana, conservación de Piedra Av. Patria Parque El Ejido Exterior 20.000,00 1999-2000
Zona de
37 Restauración Capilla de la Escuela El Cebollar Calle Chile 35.000,00 2000
Protección
38 Restauración Capilla Colegio San Carlos Calle Cuenca y Bolívar Núcleo Central 30.000,00 2000
• 1
• •
Zona de
39 Restauración Capilla María Auxiliadora, La Tola Calle Los Ríos 25.000,00 2000
Protección
Zona de
40 Restauración Casa Parroquial San Bias Plaza de San Bias 25.000,00 2000
Protección
Zona de
41 Restauración Muro Exterior y Cubiertas Iglesia de San Diego Plaza de San Diego 10.000,00 2000
Protección
42 Restauración de Puertas Casa del Toro Calle Benalcázar y Olmedo Núcleo Central 3.000,00 2000
45 Diseño Museológico - Museográfico Centro Cultural Metropolitano Calle García Moreno Núcleo Central 14.560,00 2000
46 Proyecto Museo de la Ciudad Calle García Moreno y Rocafuerte Núcleo Central 94.592,00 1996- 1998
48 Investigación sobre Características de la obra de Caspicara Centro Histórico de Quito Núcleo Central 3.590,00 2000
Zona de
49 Investigación Arqueológica El Panecillo Cima del Panecillo 3.000,00 1996- 1998
Protección
Zona de
50 Investigación Arqueológica ltchimbía Cima del ltchimbía 4.000,00 1998
Protección
52 Culminación Restauración Antigua sede Casa de la Cultura Ecuatoriana Av. 6 de Diciembre y Patria Exterior 709.979,00 1996- 1997
Zona de
53 Culminación Casa Calle Caldas Calle Caldas y Vargas 24.429,00 1996- 1997
Protección
Av. La Prensa y Chiriboga, Sector
•
Culminación Restauración Quinta la Delicia Adaptación a Centro
54 Exterior 677.189,00 1996- 1998
Cultural y Sede Administración Zonal Cotocollao
Restauración y Mantenimiento Las tres Manuelas, Adaptación a Centro
55 Calle Loja y Guayaquil Núcleo Central 400.000,00 1996-2000
de atención a la mujer y a la familia
Culminación y Mantenimiento Rehabilitación y Mantenimiento Ex- Zona de
56 Av. 24 de Mayo 1.329.196,00 1996- 1998
Cervecería La Victoria Protección
Culminación Restauración Casa de los Presidentes- Adaptación a sede
57 Calle Mejía y Venezuela Núcleo Central 580.000,00 1996-2000
de la Dirección General de Educacióny Cultura
58 Rehabilitación Crujía Calle Olmedo, Estacionamiento Montúfar Calle Olmedo Núcleo Central 289.700,00 1996- 1997
Zona de
59 Rehabilitación Lavandería Yavirac 11 Calle García Moreno 15.000,00 1996. 1997
Protección
Zona de
60 Adaptación Comedor Municipal Pasaje Sur, Viaducto 24 de Mayo 12.000,00 1996. 1997
Protección
61 Restauración Palacio de las Circasiana Av. 10 de Agosto y Colón Exterior 58.000,00 1997.2000
62 Rehabilitación Bloques norte Hospital Gonzalo González La Cruz Verde, Vicentina Baja Exterior 200.000,00 1997.2000
Zona de
63 Rehabilitación y Obra Nueva, Centro Educativo FEBE Calle Caldas 9.088,00 1997.2000
Protección
Zona de
64 Rehabilitación sede Colegios Carlos Zambra no· Carlos Larrea Calle El Placer 186.012,00 1997.2000
Protección
65 Rehabilitación para vivienda Casa Ponce, Fase 1 Calle Rocafuerte y Guayaquil Núcleo Central 180.000,00 1998
66 Rehabilitación Teatro Prometeo Casa de la Cultura Ecuatoriana Av. 6 de Diciembre Exterior 102.154,00 1998. 1999
Zona de
67 Restauración Centro de Capacitación María Droste Calle García Moreno y Ambato 70.009,00 1998.2000
Protección
68 Rehabilitación Tramo Sur Regimiento Quito No 2 Calle Montúfar y Manabí Núcleo Central 67.000,00 1998.2000
Rehabilitación Edificio Ex· Camal de Chiriyacu Adaptación a Centro
69 Calle Andrés Pérez y Gualberto Pérez Exterior 490.000,00 1998.2000
Comercial Popular
70 Adecuaciones Edificio Pérez Paliares Calle Venezuela No 914 y Chile Núcleo Central 5.664,00 1998.2000
71 Rehabilitación Colegio Nacional Femenino Espejo Calle Luis Felipe Borja y Sodiro Exterior 160.000,00 1999-2000
72 Rehabilitación Ex- Sede Patronato o fundación Melvin Jones Calle Benalcázar y Manabí Núcleo Central 32.669,00 1999-2000
73 Rehabilitación Casa Unión de Orfebres Plazoleta de San Agustín Núcleo Central 23.000,00 1999-2000
74 Rehabilitación Antiguo Comedor Obrero Chimbacalle Calle Tomebamba Exterior 11.031,00 1999-2000
• • '
75 Rehabilitación Casa Ministerio de Educación Calle Montúfar y Espejo Núcleo Central 70.046,00 1999-2000
76 Restauración Casa INEDES para hogar de tercera edad Calle Venezuela No 374 y García Moreno Núcleo Central 20.000,00 1999-2000
78 Restauración Casa hacienda Piedrahita EX- Camal 6 ltchimbía Exterior 35.000,00 1999-2000
80 Rehabilitación Casa Hacienda Batán Bajo Parque Metropolitano Exterior 32.000,00 1999.2000
83 Rehabilitación sede Círculo de la Prensa Calle Mejía y Flores Núcleo Central 18.128,00 2000
Zona de
84 Rehabilitación Escuela José Peralta Calle Maldonado 15.000,00 2000
Protección
Zona de
85 Rehabilitación sede UDEM Plaza del Teatro 20.000,00 2000
Protección
86 Obras Viales Infraestructura Nueva Parada de Trolebús Calle Manabí Calle Manabí y Flores Núcleo Central 150.000,00 2000
Zona de
87 Rehabilitación Nueva Sede Archivo Nacional Av. 10 de Agosto y Pichincha 19.000,00 2000
Protección
Zona de
88 Estudio- Proyecto Piscina Yavirac Calle García Moreno 10.549,00 1996. 1997
Protección
Ex- sede Ministerio de Educación Adecuación a sede de la
89 Calle Rocafuerte y Guayaquil Núcleo Central 2.251,00 1997
Guambrateca
90 Casa Hacienda, Piscina y Lavandería de Guápulo Patag de Guápulo Exterior 11.962,00 1999.2000
Entorno de la Plaza del Teatro e Integración Nuevas Paradas de
91 Plaza del Teatro, Manabí y Flores Núcleo Central 15.000,00 1999.2000
Trolebús
92 Estudios Planimétricos en el Teatro Bolívar Pasaje Espejo Núcleo Central 15.000,00 1999.2000
93 Estudio para la Restauración Hogar de la Experiencia Calle García Moreno y Loja Núcleo Central 15.000,00 2000
94 Estudio para del Hogar de Primera Acogida Calle Guayaquil y Loja Núcleo Central 8.000,00 2000
Zona de
96 Rehabilitación Plazoleta El Placer Alto Calle El Placer Alto 20.700,00 1996
Protección
97 Creación Plazoleta Escuela Taller Quito No 1 (Ex- Colegio Rumiñahui) Calle Montúfar y Sucre Núcleo Central 34.800,00 1996
98 Pretil, Subdren y Canal de la Plaza de San Francisco Calle Cuenca Núcleo Central 73.500,00 1996- 1997
Zona de
99 Prefactibilidad y primer Escenario Parque Quebrada El Censo Quebrada del Censo 65.000,00 1996- 1999
Protección
Zona de
100 Iluminación Calle Morales- La Ronda Entre Maldonado y Venezuela 4.100,00 1997
Protección
Zona de
101 Mejoramiento ambiental, Barrio La Loma Calle Rocafuerte y Transversales 152.000,00 1997- 1999
Protección
Zona de
102 Proyecto Yavirac El Panecillo Cara Norte y Cima 44.000,00 1997-2000
Protección
Calle Piedra y Vía Dueto de la Av. 24 de Zona de
103 Rehabilitación Parque Talud (Terminal Terrestre) 52.400,00 1998-2000
Mayo Protección
Zona de
104 Rehabilitación Plaza Simón Bolívar Av. Gran Colombia y 10 de Agosto 34.000,00 1999-2000
Protección
105 Parque Zonal - La Tola (ltchimbía) Cima delltchimbía Exterior 24.000,00 1999- 2000
106 Casetas Información Turística Centro Histórico de Quito Núcleo Central 24.300,00 1999-2000
107 Mojones Fase 1y 11 Centro Histórico de Quito Núcleo Central 20.000,00 1999-2000
Zona de
108 Limpieza Muro de Piedra Calle Sena Calle Sena y Av. Maldonado 3.500,00 1999-2000
Protección ¡ ,.,
110 Rehabilitación Pileta Parque El Ejido Sector Sur de El Ejido Exterior 3.400,00 1999
•
Zona de
111 Rehabilitación Piletas Parque de la Alameda Sector Plaza Bolívar 5.700,00 2000
Protección
113 Mobiliario Urbano- Plaza del Teatro Plaza del Teatro Núcleo Central 26.000,00 2000
115 Estudio de las Fachadas Calle Junín- Para La Recuperación del Color Centro Histórico de Quito Núcleo Central 24.300,00 1998-2000
116 Conservación Palacio de Najas- Cancillería Ecuatoriana Calle Carrión y Av. 10 de Agosto Exterior 124.700,00 1996- 1997
Zona de
117 Conservación del Ala Occidental Antiguo Hospital Militar Calle México 164.700,00 1996- 1997
Protección
Zona de
118 Conservación Hospital San lázaro Calle Ambato 200.000,00 1996- 2000
Protección
Zona de
119 Conservación Centro de Artes y Oficios Sector San Roque 98.800,00 1996-2000
Protección
120 Mantenimiento Plaza de Sto. Domingo Plaza de Santo Domingo Núcleo Central 6.000,00 1996- 1999
121 Mantenimiento Casa de los Siete Patios Calle Rocafuerte e lmbabura Núcleo Central 12.600,00 1996- 1999
124 Conservación Casa Hacienda de Guápulo Patag de Guápulo Exterior 43.300,00 1997- 1998
Zona de
125 Conservación Centro de Salud No 1 Calle Rocafuerte 18.000,00 1998
Protección
•
Zona de
126 Conservación Casa de los Sindicatos Calle Junín y Almeida 40.000,00 1998
Protección
Zona de
127 Conservación Escuela Leopoldo N. Chávez Calle El Placer 30.000,00 1997-2000
Protección
Zona de
128 Conservación Casa de Misioneras Franciscanas Calle León 20.000,00 1997-2000
Protección
129 Mantenimiento Centro Cultural Benjamín Carrión Calles Jorge Washington Exterior 12.500,00 1997- 1999
Zona de
130 Mantenimiento Centro Cultural Mama Cuchara Calle Rocafuerte 15.000,00 1997-2000
Protección
131 Obras Urgentes sede CONAIE Calle Montúfar y Espejo Núcleo Central 24.300,00 1998
134 Conservación sede ICAM, Casa del Toro Calle Benalcázar y Olmedo Núcleo Central 14.800,00 1999
135 Obras Urgentes Teatro Bolívar Pasaje Espejo Núcleo Central 12.100,00 1999-2000
136 Mantenimiento Plaza Grande Plaza Grande Núcleo Central 5.900,00 1999-2000
138 Mantenimiento Academia Ecuatoriana de la Lengua Calle Cuenca Núcleo Central 2.000,00 2000
139 Mantenimiento Fachadas Varios Edificios Universidad Central Ciudadela Universitaria Exterior 35.000,00 2000
140 Mantenimiento Piletas- Universidad Central Ciudadela Universitaria Exterior 2.100,00 2000
141 Mantenimiento Plaza San Sebastián de Benalcázar Calle Benalcázar y Olmedo Núcleo Central 25.600,00 2000
142 Mantenimiento de Plazas y Aceras del Centro Histórico de Quito Centro Histórico de Quito Núcleo Central 6.000,00 2000
143 Limpieza de Grafittis del Centro Histórico de Quito Centro Histórico de Quito Núcleo Central 8.000,00 2000
144 Conservación Guardería Municipal Calle Espejo y Montúfar Núcleo Central 15.000,00 2000
Zona de
145 Conservación Maternidad Isidro Ayora Av. Gran Colombia 12.600,00 2000
Protección
146 Conservación Centro Infantil Antonio Gil Calle Loja Núcleo Central 3.500,00 2000
• •
147 Conservación Museo Casa de Sucre Calle Venezuela y Sucre Núcleo Central 8.000,00 2000
Zona de
148 Conservación Antigua sede Dirección de Higiene Av. Gran Colombia 25.000,00 2000
Protección
149 Conservación Orfanato Misioneras de la Niñez Calle Morales Núcleo Central 24.000,00 2000
150 Conservación Escuela de Derecho Internacional Calle Carvajal Exterior 24.000,00 2000
151 Conservación Escuela Eloy Alfaro Calle Guayaquil Núcleo Central 20.000,00 2000
152 Restauración Iglesia San José de Minas San José de Minas Exterior 22.918,00 1997. 1998
157 Restauración portada Ex Fundo Marieta de Veintimilla Pomasqui Exterior 16.000,00 1999.2000
160 Obras urgentes Inmueble Calle Pichincha y Quito Lloa - Calle Pichincha y Quito Exterior 21.046,00 1999-2000
Financiamiento Especial
Nota: Todos los Estudios producidos internamente por el FONSAL cuentan con los estudios presupuestarios elaborados por el área de Costos
Total Zona de
2 Total Zona de Protección Protección
6.003.193,00
2 Recuperación de Imagen Urbana- Núcleo Central CHQ Calles Sucre, Benalcázar, Bolívar y Cuenca Núcleo Central 145.732,00 2000-2007
Recuperación de Imagen Urbana - Iglesia y Plaza de Santo Domingo y Calles Rocafuerte, Guayaquil, Bolívar y
3 Núcleo Central 151.337,99 2002-2003
Eje de la García Moreno Flores
4 Recuperación de la Imagen Urbana- Plaza del Teatro Calles Guayaquil, Manabí y Flores Núcleo Central 185.885,32 2000-2004
7 Consultoría - Recuperación del Núcleo Central de Quito Centro Histórico de Quito Núcleo Central 82.635,76 2000-2007
10 Rehabilitación Urbana- Plaza de la Merced Calle Cuenca y Chile Núcleo Central 80.114,14 2003
58 Recuperación Imagen urbana - Barrio América Sector Ex Hospital Militar Exterior 121.064,10 2007
59 Recuperación Imagen urbana - Barrio Mariscal Sucre Barrio Mariscal Sucre Exterior 1. 335.798,88 2000-2007
60 Consultoría - Estudios de Redes, Color y Estacionamientos Barrio Mariscal Sucre Exterior 110.078,72 2004-2007
61 Recuperación Imagen Urbana - Guápulo Núcleo Central Guápulo Exterior 893.662,96 2000-2007
64 Recuperación Imagen Urbana- Cotocollao Núcleo Central Calles Vicente López y Santa Teresa Exterior 192.271,18 2007
65 Recuperación Imagen Urbana - Barrio de Chimbacalle Barrio de Chimbacalle Exterior 314.441,50 2006-2007
67 Recuperación Imagen Urbana - Núcleo Central de Puellaro Nororiente del DMQ Exterior 300.569,18 2005-2006
68 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de Perucho Nororiente del DMQ Exterior 210.085,09 2005
69 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de Chavezpamba Chavezpamba Exterior 165.377,02 2005-2006
70 Recuperación Imagen Urbana - Núcleo Central de Atahualpa Atahualpa Exterior 142.993,74 2005-2006
72 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de San José de Minas San José de Minas Exterior 134.502,91 2005
73 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de Nanegal Nanegal Exterior 167.463,07 2007
74 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de Nanegalito Nanegalito Exterior 165.948,79 2007
75 Recuperación Imagen Urbana - Núcleo Central de Gualea Gualea - Noroccidente del DMQ Exterior 188.887,66 2007
76 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de Pacto Pacto - Noroccidente del DMQ Exterior 329.147,64 2007
Consultoría - Estudio expresiones musicales (Nanegal, Nanegalito,
77 Pacto - Noroccidente del DMQ Exterior 26.600,00 2007
Pacto _y_ Gualea).
78 Recuperación Imagen Urbana - Núcleo Central de Nono Nono - Noroccidente del DMQ Exterior 141.367,09 2002-2003
Rehabilitación y Recuperación Imagen Urbana - Núcleo Central de
79 Calacali Exterior 114.687,71 2005-2007
Calacali
80 Recuperación Imagen Urbana- San Antonio de Pichincha San Antonio de Pichincha Exterior 257.386,10 2006-2007
81 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de Pomasqui Pomasqui Exterior 270.339,05 2002-2005
82 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de Llano Chico Llano Chico Exterior 221.718,11 2006
83 Recuperación Imagen Urbana - Núcleo Central de Zámbiza Zambiza Exterior 369.888,60 2005-2007
84 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de Nayón Nayón Exterior 311.545,46 2005-2007
85 Consultoría- Estudio Rehabilitación Núcleo Central de Cumbaya Cumbaya Exterior 32.381,86 2003
86 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de Pifo Pifo Exterior 299.276,99 2007
87 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de Tababela Tababela Exterior 266.387,23 2006-2007
88 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de Puembo Puembo Exterior 288.472,62 2001-2002
89 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de Yaruquí Yaruquí Exterior 374.298,19 2008
90 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de Checa Checa Exterior 225.253,98 2007
93 Consultoría- Estudio Rehabilitación del Núcleo Central de El Quinche El Quinche Exterior 38.412,90 2002-2005
94 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de Guayabamba Guayallabamba Exterior 291.190,71 2006
95 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de Pintag Pintag Exterior 272.369,32 2006-2007
96 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de la Merced La Merced Exterior 213.041,68 2007
97 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de Alangasí Alangasí Exterior 152.295,71 2005-2006
98 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de El Tingo El Tingo Exterior 211.851,48 2002-2006
Consultoría - Estudio de redes y rehabilitación integral Núcleo Central
99 El Tingo Exterior 31.760,16 2005-2006
de El Tingo
100 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de Lloa Lloa Exterior 249.257,34 2006-2007
102 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de Guangopolo Guangopolo Exterior 220.635,47 2006-2007
103 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de Conocoto Conocoto Exterior 216.191,77 2002-2006
104 Consultoría- Estudios Núcleo Central de Conocoto Conocoto Exterior 110.474,37 2001-2003
105 Recuperación Imagen Urbana- Núcleo Central de Amaguaña Amaguaña Exterior 510.000,00 2008
107 Rehabilitación de la Iglesia y Monasterio de la Concepción Calle Mejía y Benalcázar Núcleo Central 492.119,84 2000-2008
Estudios realizados para Rehabilitación de la Iglesia y Monasterio de la
108 Calle Mejía y Benalcázar Núcleo Central 18.054,71 2007
Concepción
109 Restauración Arquitectónica- Iglesia y Convento de San Francisco Calle Cuenca entre calles Bolívar y Mideros Núcleo Central 1.112' 302,00 2000-2008
Consultoría - Restauración y Conservación de la Iglesia y Convento de
110 Calle Cuenca entre calles Bolívar y Mideros Núcleo Central 57.152,10 2003-2007
San Francisco
111 Restauración Arquitectónica - Iglesia y Monasterio de Santa Clara Calles Cuenca y Vicente Rocafuerte Núcleo Central 495.357,99 2000-2007
Consultoría, Actualización del estudio eléctrico e iluminación sonido y
112 Calles Cuenca y Vicente Rocafuerte Núcleo Central 9.026,28 2004-2005
seguridad de la Iglesia
Restauración- Iglesia y Convento de Santo Domingo 1 Colegio San Calle Guayaquil entre calles Rocafuerte y
113 Núcleo Central 951.937,61 2003- 2007
Fernando Pereira
Consultoría - Estudio estructural, mecánica de suelos, evaluación y Calle Guayaquil entre calles Rocafuerte y
114 Núcleo Central 29.958,98 2004-2006
propuesta de intervención Pe re ira
115 Restauración arquitectónica - Iglesia y Convento de la Merced Calle Cuenca entre calles Chile y Mejía Núcleo Central 324.286,20 2002-2007
Estudios realizados para la Restauración de la Iglesia y Convento de la
116 Calle Cuenca entre calles Chile y Mejía Núcleo Central 14.074,67 2002-2005
Merced
Restauración Arquitectónica - Iglesia, Convento y Plazoleta de San
117 Calle Chile y Guayaquil Núcleo Central 534.281,88 2000-2006
Agustín
Consultoría Ingeniería eléctrica, estudio museográfíco de iluminación,
118 Calle Chile y Guayaquil Núcleo Central 17.722,22 2005
energía y sonido- Iglesia, Convento San Agustín
119 Mantenimiento Menor- Iglesia de Santa Bárbara Calles García Moreno y Manabí Núcleo Central 18.227,95 2003
120 Restauración Arquitectónica- Iglesia y Colegio de la Compañía de Jesús Calles García Moreno y Sucre Núcleo Central 430.981,81 2000-2005
121 Restauración Arquitectónica - Iglesia del Sagrario Calles García Moreno y Espejo Núcleo Central 155.169,19 2003-2005
122 Restauración Arquitectónica - Iglesia Monasterio del Carmen Bajo Calles Olmedo y Venezuela Núcleo Central 410.049,13 2000-2007
123 Restauración Arquitectónica - Iglesia y Monasterio del Carmen Alto Calles García Moreno y Rocafuerte Núcleo Central 1.008.626,61 2000-2007
124 Consultoría - Estudio Iglesia y Monasterio del Carmen Alto Calles García Moreno y Rocafuerte Núcleo Central 79.581,80 2001-2007
144 Restauración - Santuario de Guápulo Calle Plaza Lasso Exterior 160.000,00 2006-2008
145 Consultoría- Diagnóstico, consolidación del Santuario de Guápulo Calle Plaza Lasso Exterior 12.518,95 2007
151 Restauración Arquitectónica- La Antigua Iglesia de Chillogallo Calle Freile Zaldumbide Exterior 105.272,05 2003-2007
152 Restauración Arquitectónica - Iglesias de Puéllaro Núcleo central de la parroquia Exterior 96.320,00 2006
155 Mantenimiento- Iglesia de San José de Minas San José de Minas Exterior 50.258,73 2007
157 Restauración Arquitectónica- Iglesia de San Antonio de Pichincha San Antonio de Pichincha Exterior 249.788,47 2006-2007
Consultoría- Diagnóstico, consolidación de la Iglesia de San Antonio de
158 San Antonio de Pichincha Exterior 10.506,98 2005
Pichincha
160 Restauración Arquitectónica - Iglesia de Bellavista de Calderón Calderón Exterior 109.395,39 2000-2006
167 Restauración Mausoleo - Mariscal Sucre Calle Espejo y Venezuela Núcleo Central 9.714,78 2001
Calle García Moreno entre Calles Espejo y
168 Restauración de los bienes inmuebles del Palacio Presidencial Núcleo Central 51.419,34 2004
Chile
Restauración y Conservación de la Iglesia y Monasterio de la
169 Calle Mejía y Benalcázar Núcleo Central 374.530,55 2004-2008
Concepción
Consultoría- para el estudio integral de bienes muebles de la Iglesia y
170 Calle Mejía y Benalcázar Núcleo Central 42.225,07 2006
Monasterio de la Concepción
171 Restauración Mural del Salón de la Ciudad- Palacio Municipal Calle Venezuela entre Chile y Espejo Núcleo Central 4.083,89 2007
172 Restauración -Teatro Bolívar Calle Espejo entre calles Guayaquil y Flores Núcleo Central 31.480,64 2000-2003
173 Restauración - Iglesia y Convento de San Francisco Calle Cuenca entre calles Bolívar y Mideros Núcleo Central 321.819,36 2000-2008
Consultoría- Estudio y Evaluación integral de bienes inmuebles de la
174 Calle Cuenca entre calles Bolívar y Mideros Núcleo Central 153.143,11 2005
Iglesia y Convento de San Francisco
•
Intersección de las calles Bolívar y Cuenca,
175 Restauración Integral- Capilla de San Carlos Núcleo Central 82.466,16 2003-2004
Atrio de San Francisco
176 Restauración Integral - Iglesia y Monasterio de Santa Clara Calles Cuenca y Vicente Rocafuerte Núcleo Central 249.903,31 2000-2007
Restauración Integral- Iglesia y Convento de Santo Domingo- Colegio Calle Guayaquil entre calles Rocafuerte y
177 Núcleo Central 597.447,85 2001-2007
San Fernando Pereira
Restauración - Recuperación del papel tapiz (Casa Hogar de la Tercera
178 Calle Venezuela No 334 y Rocafuerte Núcleo Central 77.345,83 2000
Edad)
179 Restauración - Teatro Nacional Sucre Calles Guayaquil, M anabí y Flores Núcleo Central 105.375,99 2000-2003
180 Restauración- Murales Teatro Variedades Plaza del Teatro (Esq. Nororiental) Núcleo Central 24.707,73 2005-2007
181 Restauración de los Bienes Muebles de la Casa de los Presidentes Calle Mejía y Guayaquil Núcleo Central 6.095,64 2004
182 Restauración de la Iglesia de Santa Bárbara Calles García Moreno y Manabí Núcleo Central 4.083,33 2005
183 Restauración de Bienes muebles de la Iglesia de la Compañía Calles García Moreno y Sucre Núcleo Central 1.095.182,58 2000-2005
184 Restauración de la Iglesia del Sagrario Calles García Moreno y Espejo Núcleo Central 81.150,81 2007-2008
185 Restauración - Iglesia y Monasterio del Carmen Bajo Calles Olmedo y Venezuela Núcleo Central 162.867,11 2000-2007
188 Restauración - Iglesia y Monasterio del Carmen Alto Calles Garcia Moreno y Rocafuerte Núcleo Central 293.117,82 2002-2006
189 Consultoría - Iglesia y Monasterio del Carmen Alto Calles García Moreno y Rocafuerte Núcleo Central 59.050,86 2006
204 Restauración - Casa Hacienda Piedrahita Calle Manuel Lopera Exterior 15.379,21 2000
209 Restauración - Hospital Gonzalo González Calle Antonio Sierra y Pablo Guevara Exterior 101.075,67 2006
210 Restauración y Mantenimiento de Esculturas de la Mariscal Barrio Mariscal Sucre Exterior 32.491,16 2001-2004
217 Conservación - Iglesia de Chimbacalle Calle lliniza y Pasochoa Exterior 23.039,68 2000-2003
218 Restauración - Pintura Metal 1Antigua Fábrica LANFOR Av. Maldonado No 2055 Exterior 34.183,47 2006-2007
Restauración- Intervención en bienes muebles 1Capilla del Santuario Av. De los Conquistadores y Av. Mariscal
219 Exterior 10.815,43 2006
Hermano Miguel Sucre
220 Conservación y Restauración- La Antigua Iglesia de Chillogallo Calle Freile Zaldumbide Exterior 66.883,93 2005
221 Consultoría - Investigación Histórica Artística 1 Iglesia de Puéllaro Núcleo Central de la Parroquia de Puéllaro Exterior 9.775,00 2006
223 Restauración y Conservación- Escultura, madera y pintura de caballete Calacali Exterior 71.864,45 2004-2005
224 Conservación y Restauración Iglesia de Bellavista de Calderón Calderón Exterior 28.400,43 2006
227 Restauración de Bienes Muebles- Iglesia de Puembo Puembo Exterior 64.232,24 2005-2006
229 Restauración de bienes muebles- Iglesia de Amaguaña Amaguaña Exterior 84.546,74 2006
232 Obras de Emergencia- Teatro Bolívar Calle Espejo entre Guayaquil y Flores Núcleo Central 370.554,09 2000-2006
233 Consultoría- Obras de Emergencia 1Teatro Bolívar Calle Espejo entre Guayaquil y Flores Núcleo Central 9.342,06 2000-2007
234 Mantenimiento Mayor- Colegio Sagrados Corazones Calle Sucre entre Calles Flores y Guayaquil Núcleo Central 298.885,54 2003-2006
237 Rehabilitación Arquitectónica - Museo de Arte Colonial Calles Cuenca y Mejía esquina Núcleo Central 245.715,01 2001-2007
238 Mantenimiento Mayor- Centro Cultural Metropolitano Calles García Moreno y Espejo Núcleo Central 505.992,40 2003-2007
240 Rehabilitación Arquitectónica - Casa Museo de Sucre Calle Venezuela y Sucre Núcleo Central 123.086,96 2000-2007
258 Restauración Arquitectónica- Observatorio Astronómico y Museo Parque La Alameda Exterior 600.000,00 2000-2008
259 Consultoría- Diagnóstico anteproyecto y proyecto estructural Parque La Alameda Exterior 35.000,00 2004
262 Rehabilitación Arquitectónica- Colegio Experimental Eugenio Espejo Luis Felipe Borja y Sodiro Exterior 1.899.254,15 2000-2005
268 Restauración Arquitectónica - Hospital Gonzalo González Calles Antonio Sierra y Pablo Guevara Exterior 517.754,50 2000-2006
275 Mantenimiento- Ex Edificio Pérez Paliares Calle Venezuela y Chile Núcleo Central 559.436,48 2000-2007
276 Mantenimiento Mayor- Palacio Municipal Calle Venezuela entre Chile y Espejo Núcleo Central 3.139.528,17 2000-2007
•
277 Consultoría- Palacio Municipal Calle Venezuela entre Chile y Espejo Núcleo Central 14.179,15 2004-2005
281 Mantenimiento Mayor- Unidad Educativa Isabel Tobar Av. Maldonado y Rocafuerte Núcleo Central 77.828,05 2005
282 Mantenimiento- Escuela José Peralta Av. Maldonado y Rocafuerte Núcleo Central 55.277,70 2000
283 Rehabilitación Integral - Casa Hogar de la Tercera Edad Calle Venezuela No 334 y Rocafuerte Núcleo Central 248.995,42 2005-2006
Zona de
284 Rehabilitación Arquitectónica- Teatro Variedades Ernesto Albán Plaza del Teatro (Esq .. Nororiental) 2.717.701,81 2000-2006
Protección
Zona de
285 Consultoría- Actualización y Técnica (Teatro Variedades) Plaza del Teatro (Esq .. Nororiental) 57.616,89 2003-2006
Protección
Rehabilitación Arquitectónica y Mantenimiento- Casa del Café de la Zona de
286 Plaza del Teatro 114.653,68 2000-2006
Plaza 1 Ex Casa de la unión de empleados municipales Protección
287 Rehabilitación Arquitectónica- Casa Calle Guayaquil Calle Guayaquil (esquina Teatro Sucre) Núcleo Central 258.185,55 2004-2007
288 Consultoría- Estudio Refuncionalización 1 Casa Calle Guayaquil Calle Guayaquil (esquina Teatro Sucre) Núcleo Central 30.805,87 2003-2005
293 Rehabilitación Arquitectónica- Conservatorio Nacional de Música Calle Cuenca No 664 y Chile Núcleo Central 371.186,38 2000-2006
296 Rehabilitación Arquitectónica- Casa de los Orfebres Calles Chile y Guayaquil Núcleo Central 73.248,96 2000-2003
297 Mantenimiento 1 Obra Nueva- Casa de los Presidentes Calle Mejía y Guayaquil Núcleo Central 278.987,20 2000-2005
Consultoría - Diseño y Evaluación de las ingenierías estructural,
298 Calle Mejía y Guayaquil Núcleo Central 15.332,34 2004
eléctrica, telefónica e Hidrosanitaria - Casa de los Presidentes
299 Obras de Emergencia en la Heladería San Agustín Calle Guayaquil entre Mejía y Chile Núcleo Central 8.312,86 2004
300 Rehabilitación Arquitectónica - Círculo de la Prensa Calla Mejía entre Calles Guayaquil y Flores Núcleo Central 26.494,88 2000-2001
301 Mantenimiento de la Casa Museo de Benalcázar Calle Mejía y Benalcázar Núcleo Central 5.669,26 2003-2005
302 Mantenimiento del Instituto de capacitación municipal. Casa del Toro Calles Olmedo y Benalcázar Núcleo Central 3.881,46 2000
Calle Cuenca entre Calles Galápagos y
303 Mantenimiento- Escuela Ciudad de Cuenca Núcleo Central 43.269,48 2003-2004
Oriente
Calle Olmedo entre Calles Benalcázar y
304 Mantenimiento Colegio Simón Bolívar Núcleo Central 63.374,41 2006-2007
Cuenca
Calle Olmedo entre Calles Benalcázar y
305 Consultoría- Levantamiento Planimétrico del Colegio Simón Bolívar Núcleo Central 57.332,83 2001
Cuenca
306 Mantenimiento- Colegio Patronato San José Calle Cuenca y Manabí Núcleo Central 20.906,58 2000
Rehabilitación Arquitectónica- Dirección Metropolitana de Territorio y Calle Garcia Moreno entre calles Sucre y
307 Núcleo Central 428.950,19 2004-2006
Vivienda Ex- Hogar Javier Bolívar
Calle García Moreno entre calles Sucre y
308 Mantenimiento- Edificio de Servicio de Rentas Internas Núcleo Central 23.915,54 2006
Bolívar
309 Rehabilitación Arquitectónica- Edificio de avalúos y catastros Calle Venezuela entre calles Espejo y Sucre Núcleo Central 400.000,00 2004-2009
Consultoría- Diseño, refuncionalización integral (Edificio de Avalúos y
310 Calle Venezuela entre calles Espejo y Sucre Núcleo Central 34.110,00 2006
Catastros)
311 Mantenimiento Edificio Sudamérica Calle Venezuela y Mejía Núcleo Central 64.072,17 2006
312 Mantenimiento Escuela Patria Calle Venezuela y Olmedo Núcleo Central 51.378,23 2000
Calle olmedo entre Calles García Moreno y
313 Mantenimiento Edificio de la Sociedad Bolivariana Núcleo Central 97.264,54 2004-2005
Venezuela
Calle García Moreno entre calles Bolívar y
314 Rehabilitación Arquitectónica - Ex Casa de los Correos Núcleo Central 490.108,08 2005-2007
Rocafuerte
1
316 Rehabilitación Arquitectónica- Estampería Quiteña Av. 24 de Mayo y Calle lmbabura Núcleo Central 402.870,00 2006-2007
320 Consultoría- Restauración y Adaptación a centro educativo espacial Calles García Moreno y Loja Núcleo Central 15.085,25 2000
371 Obra Nueva - Centro Cultural ltchimbía ltchimbía Exterior 4.990.921,84 2000-2007
J
• '
372 Consultoría- Distintos Estudios 1 Centro Cultural ltchimbía ltchimbía Exterior 69.058,06 2002-2006
373 Rehabilitación Arquitectónica -Casa de hacienda Piedrahita Calle Manuel Lopera Exterior 237.700,61 2000-2005
380 Rehabilitación Arquitectónica- Edificio La Gota de Leche Av. Gran Colombia y Calle Piedrahita Exterior 118.655,07 2002-2004
384 Mantenimiento Menor- Escuela Municipal Espejo Calles Río de Janeiro, Av. América y Bogotá Exterior 111.812,35 2005-2006
385 Mantenimiento- Centro Cultural Benjamín Carrión Calle Jorge Washington y Ulpiano Pérez Exterior 2.371,09 2002-2004
388 Mantenimiento- Estación Matriz del Cuerpo de Bomberos Calles Veintimilla y Reina Victoria Exterior 6.597,83 2003
390 Rehabilitación Arquitectónica- Villa Amarilla Calle Robles No 751 y Av. Amazonas Exterior 155.410,45 2005
-
J
391 Rehabilitación Arquitectónica- Universidad Central del Ecuador Ciudadela Universitaria Exterior 621.254,78 2000-2008
392 Consultoría- Estudios Universidad Central del Ecuador Ciudadela Universitaria Exterior 29.004,80 2001-2003
393 Rehabilitación Arquitectónica- Casa Hacienda Rumipamba Av. Occidental, Rumipamba Exterior 438.135,23 2003-2006
394 Obras Civiles, acabados e instalaciones eléctricas- Casa de la Música Av. Mariana de Jesús Exterior 297.008,07 2004-2006
395 Obras de Emergencia- Casa Comunal de Puengasí Calle O- Puengasí Exterior 95.627,74 2005
396 Rehabilitación Arquitectónica- Cine Benalcázar Av. 6 de Diciembre y Portugal Exterior 744.323,36 2006-2007
397 Consultoría - estudio de Redes Cine Benalcázar Av. 6 de Diciembre y Portugal Exterior 10.576,37 2003
398 Rehabilitación Arquitectónica- Casa hacienda Batán Alto Parque Metropolitano Exterior 14.455,01 2000-2001
399 Rehabilitación Arquitectónica- Casa Hacienda Miraflores Parque Metropolitano Exterior 196.281,27 2007
400 Mantenimiento- Capilla del Hombre Calle Mariano Calvache y Lorenzo Chávez Exterior 69.877,94 2005
401 Obras urgentes - Casa Parroquial Cotocollao Núcleo Central de Cotocollao Exterior 10.344,32 2007
403 Rehabilitación Arquitectónica- Centro Municipal de Servicios Sociales Av. De la Prensa y Unión y Progreso Exterior 62.178,30 2001-2002
404 Trabajos Urgentes- Terminal Ferrocarril Calle Pedro Maldonado y Quilotoa Exterior 630.000,00 2000-2008
408 Rehabilitación Arquitectónica- Museo de Ciencia y Tecnología Calle Tababela Exterior 1.223.197,67 2005-2007
409 Consultoría- Museo de Ciencia y Tecnología Calle Tababela Exterior 2.374,74 2007
t •
410 Rehabilitación Arquitectónica- Ex Comedor Obrero de Chimbacalle Calle llanganates y Tomebamba Exterior 115.289,15 2002-2005
413 Rehabilitación Arquitectónica- Casa de Hacienda del Colegio Amazonas Calles Luis lturralde y lauro Guerrero Exterior 116.306,69 2001-2003
415 Rehabilitación Arquitectónica- Escuela Fiscal Ejército Nacional Calle Husares y Zaruma Exterior 169.497,50 2006-2007
416 Rehabilitación Arquitectónica- Centro Cultural Chillogallo Calle Marcos Escorza y Joaquín Ruales Exterior 56.902,99 2006
417 Mantenimiento- Sede liga Chillogallo Calle Freire Zaldumbide y Marco Escorza Exterior 30.262,26 2001-2005
420 Rehabilitación Arquitectónica - Centro Médico 8 de Marzo Calle Zaldumbide y Escorza Exterior 50.717,33 2005
421 Rehabilitación Arquitectónica - Centro Educativo Adela Pinargote Chillogallo Exterior 36.669,76 2002-2003
422 Rehabilitación Arquitectónica- Escuela 23 de Mayo Av. Mariscal Sucre y calle Diego Céspedes Exterior 88.000,45 2001-2002
423 Consultoría - Levantamiento planimétrico Escuela 23 de Mayo Av. Mariscal Sucre y calle Diego Céspedes Exterior 2.968,43 2002
424 Rehabilitación Arquitectónica- Casa Comunal del Barrio Espejo Calle Andrés Pérez Exterior 66.195,58 2003
428 Rehabilitación Arquitectónica- Casa Parroquial de Nono Nono Exterior 40.467,80 2001
-
' '
429 Rehabilitación Arquitectónica - Casa Museo Carlota Jaramillo Calacali Exterior 135.426,52 2000-2006
430 Obras de Emergencia - Casa hacienda Caspigasí Sector Caspigasí Exterior 4.913,65 2007
433 Mantenimiento- Casa Parroquial de Zámbiza Zámbiza (Núcleo Central) Exterior 17.166,68 2003-2007
434 Rehabilitación Arquitectónica- Casa Comunal de Zámbiza Zámbiza (Núcleo Central) Exterior 122.665,16 2007
435 Rehabilitación Arquitectónica- Casa parroquial de Puembo Puembo Exterior 38.020,53 2001-2002
436 Rehabilitación Arquitectónica- Escuela 3 de Diciembre de Checa Checa Exterior 102.731,43 2005
439 Rehabilitación Arquitectónica -Centro Cultural de Alangasí Alangasí Exterior 117.997,76 2004-2005
440 Rehabilitación Arquitectónica- Centro Cultural El Tingo El Tingo Exterior 123.684,50 2000-2006
441 Rehabilitación Arquitectónica- Casa Comunal de Lloa Lloa Exterior 74.988,69 2000-2002
442 Rehabilitación Arquitectónica -Tenencia Política de Conocoto Conocoto Exterior 49.003,03 2006
443 Restauración Arquitectónica- Casa hacienda de Conocoto Conocoto Exterior 129.363,19 2006-2007
444 Consultoría- Mecánica de Suelos 1 Casa Hacienda de Conocoto Conocoto Exterior 960,00 2007
445 Mantenimiento Mayor- Hogar de Vida Conocoto Conocoto Exterior 115.619,00 2003-2004
446 Rehabilitación Arquitectónica -Centro Cultural de Conocoto Conocoto Exterior 127.638,48 2000-2002
447 Trabajos Urgentes- Casa de Hacienda Catahuango Amaguaña Exterior 56.855,14 2006-2009
• '
Rehabilitación Arquitectónica- Casa Hacienda la Providencia de
448 Amaguaña Exterior 126.551,96 2006-2007
Amaguaña
Programa de Arqueología
Periodo de
No Nombre del Proyecto Ubicación Zona Monto
Elaboración
449 Estudio de Fachadas y portadas de piedra del Centro Histórico de Quito Centro Histórico de Quito Núcleo Central 65.604,34 2003
Conservación, Excavación y Restauración- Rumipamba, Ciudad Av. Occidental entre Mariana de Jesús y
450 Exterior 421.784,51 2001-2005
Metrópoli Mafíosca
Consultoría- Levantamiento Topográfico- Rumipamba, Ciudad Av. Occidental entre Mariana de Jesús y
451 Exterior 20.561,23 2005
Metrópoli Mañosca
452 Conservación, Excavación y Restauración - Necrópolis la Florida Noroccidente de Quito Exterior 400.229,04 2004-2007
453 Conservación - Pucará de Chacapata Rivera izquierda del Río Guayallamba Exterior 65.442,47 2004
Conservación, Rehabilitación- Obra Nueva 1 Museo de Sitio Zona
454 Tulipe - Noroccidente de Pichincha Exterior 1.263. 752,34 2001-2007
arqueológica de Tulipe
Consultoría- Levantamiento Topográfico e implementación del
455 Tulipe- Noroccidente de Pichincha Exterior 61.071,04 2001-2006
1proyecto m useográfico
456 Consultoría- Estudio arqueológico 1 Tumbas de San Luis Occidente de Gualea Exterior 64.609,87 2006
457 Conservación, excavación y restauración 1 Pucará de Rumicucho Norte de San Antonio de Pichincha Exterior 106.105,16 2003-2005
Consultoría - Estudio arqueológico y puesta en valor de Pucará de
458 Guayallabamba Exterior 64.403,18 2006
Guavallabamba
459 Restauración Arquitectónica - Iglesia de Santa Clara de San Millán Calle Fray Antonio de Marchena Exterior 58.530,15 2002-2007
Consultoría- levantamiento Planimétricos de la Iglesia de Santa Clara
460 Calle Fray Antonio de Marchena Exterior 4.545,00 2002
de Millán
Entre las Calles De los Nogales y De los
461 Rehabilitación Arquitectónica- Iglesia San Isidro del Inca Exterior 64.086,11 2000-2002
Olivos
462 Rehabilitación Arquitectónica- Iglesia de Chimbacalle Calle lliniza y Pasochoa Exterior 97.609,64 2002-2003
Av. De los Conquistadores y Av. Mariscal
463 Mantenimiento- Capilla del Santuario Hermano Miguel Exterior 62.320,00 2006
Sucre
464 Restauración Arquitectónica- Iglesia y Casa Parroquial Nono Exterior 28.801,04 2000
465 Consultoría- Estudios de ingenierías eléctricas e iluminación Nono Exterior 32.095,21 2001
Financiamiento Especial
Total Zona de
2 Total Zona de Protección Protección
51.224.040,06
ANEX04
Obra de la Empresa de Desarrollo del Centro Histórico Financiada por el BID - periodo: 1995- 2001
2 Mobiliario Urbano Centro histórico de Quito Pública Núcleo Central 497.500,00 1995-2001
3 Señalización del Núcleo Central de la ciudad antigua Centro histórico de Quito Pública Núcleo Central 93.700,00 1995-2001
Programa de Estacionamientos
Periodo de
No Nombre del Proyecto Ubicación Inversión Zona Monto
Elaboración
Zona de
4 El Tejar (Rehabilitación) Calle El Tejar y Hno. Miguel Pública 405.500,00 1995-2001
Protección
Calle Pío Montúfar y Av.
S Montúfar 1y 11 Pública Núcleo Central 3.211.700,00 1995-2001
Pichincha
Vivienda
Periodo de
No Nombre del Proyecto Ubicación Inversión Zona Monto
Elaboración
Asociación Público Zona de
19 Programa de Vivienda Solidaria Centro Histórico de Quito 3.029.100,00 1995-2001
-Privada Protección
1
2
3
4
5
6 ~~~~------------~~~~~~~------------
7
8 ~~~---------------~~Tilr~~~~~-------
9
10~~~~--------~~~~~~~~-------¡-----
11
12~~--~~--~------~~~~--~------------~-------
13
1 Reconstrucción y rehabilitación del Teatro Sucre Teatro Sucre Núcleo Central FONSAL/ ECH 5.600.000,00 1995-2002
2 Centro Comercial Espejo Calle Espejo Núcleo Central BID/ ECH 1.865. 799,00 1995- 2002
3 Centro Comercial Pasaje Arzobispal Calle Chile Núcleo Central BID/ ECH 470.000,00 1995-2002
6 Hotel Plaza Grande Plaza Grande Núcleo Central ECH 7.940.000,00 1995- 2002
7 Restaurante Mea Culpa Plaza Grande Núcleo Central ECH 250.000,00 1995-2002
9 Restaurante Wine Bar Theatrum Teatro Sucre Núcleo Central ECH 200.000,00 2003
Antiguo Mercado de
10 Restaurante Cucurucho y Quiteño libre Núcleo Central ECH 270.000,00 2004-2005
Santa Clara
Locales Comerciales Ubicados al pie del atrio de
11 Plaza de San Francisco Núcleo Central ECH 20.000,00 2004
San Francisco
No Nombre del Proyecto Ubicación Zona Finacia miento Monto Periodo de Elaboración
13 Centro Comercial Granada Calle Chile y Cuenca Núcleo Central BID 1 ECH 700.000,00 2001
17 Centro Comercial Montúfar Calle Montúfar y Mejía Núcleo Central BID 1 ECH 2.222.466,00 2001-2002
Zona de
18 Centro Comercial lpiales Mires Calle Mires y Mejía BID 1 ECH 250.000,00 2001
Protección
Zona de
19 Centro Comercial El Tejar Calle López y Mejía BID 1 ECH 405.000,00 2001
Protección
Zona de
20 Centro Comercial Nuevo Amanecer Calle López y Mejía ECH 20.000,00 2002
Protección
Zona de
21 Centro Comercial Hermano Miguel Calle Mejía e lmbabura ECH 5.000.000,00 2001-2003
Protección
Calle lnclana y Av. Zona de
22 Centro Comercial San Martín ECH 1.300.000,00 2004
Pichincha Protección
Centro Comercial de Mayoristas y Negocios Av. Maldonado y
23 Exterior ECH 4. 700.000,00 2004-2006
Andinos Manglaralto