KPI
KPI
KPI
Indicadores cuantitativos que se pueden medir, comparar y monitorear, con el fin de exponer el
desempeño y trabajar en las estrategias de un negocio. Medir resultados en números para aportar
información real a decisiones.
Número de empleados: KPI puede medir cuanto puede producir las personas en X horas
Costo de adquisición de clientes, tasa de conversión, ingresos totales, ticket promedio por
comprar, etc.
Secundarios: Tácticos mostrarán como se están logrando los resultados. Es decir, acompañan cada
etapa de la estrategia definida, analizando indicadores complementarios y apoyando a los
primarios
Costo de transacción, cuasntas personas se suscribe a…, de donde provienes las personas que
visitan el sitio, etc.
1. KPI de calidad
Los KPI de calidad muestran la entrega de valor al cliente. También te permiten identificar errores,
imprevistos y cuellos de botella en la producción que pueden corregirse para mejorar el proceso.
Algunos ejemplos son:
Los KPI financieros miden el resultado de la empresa en relación con las finanzas. Monitorean toda
la salud financiera del negocio, desde la rentabilidad hasta el ahorro de recursos, incluyendo
gastos, ingresos, pérdidas, entre otros. Podemos mencionar, entre los principales:
Estos indicadores miden la relación del cliente con la marca, desde la imagen, pasando por la
experiencia con el producto, hasta el servicio ofrecido. Algunos ejemplos de este tipo de KPI son:
Índice de satisfacción;
Tasa de retención de clientes;
Net Promoter Score, que mide cuánto está dispuesto el cliente a recomendar la marca a
otras personas (mide la lealtad).
Estos indicadores son muy importantes, ya que reflejan el desempeño de la empresa en el trato
con los consumidores
4. KPI de productividad
También es muy importante medir la satisfacción de los empleados. Después de todo, un equipo
satisfecho tiende a estar más motivado, producir más y hablar bien de la marca a la audiencia
externa. Algunos de los principales índices para un departamento de RR.HH. son:
6. KPI estratégicos
Los KPI estratégicos, por otro lado, muestran cómo es la relación de la empresa con sus objetivos.
Se encargan de evaluar el desempeño de cada estrategia.
También es importante destacar la frecuencia de medición de estos KPI. Por un lado, tenemos los
índices de largo plazo y, por otro, los que se miden en tiempo real.
Los de largo plazo, generalmente con un tiempo de medición de seis meses a un año, son aquellos
que brindan información relevante para las estrategias macro y de Business Intelligence de la
empresa.
Un ejemplo sería medir el tiempo que lleva ejecutar un paso de un proceso en la empresa. Si es
más alto de lo esperado y establecido en el indicador, se puede reajustar para ganar eficiencia.
Este tipo de indicador debe medirse en tiempo real, es decir, comparado con un minuto, una hora
o un día atrás. La información extraída de estos análisis ayuda en la gestión diaria y permite una
rápida identificación y respuesta a cualquier problema, aumentando la agilidad empresarial.
Gracias a este es posible, por ejemplo, comparar el número de ventas de un día a otro y entender
sus razones o si una nueva herramienta ha traído mejoras o no.
Un buen KPI debe ser específico, medible y alcanzable. Esto significa que la definición debe ser
objetiva, con orientaciones claras y con capacidad de ser medido cuantitativamente. Y, por
supuesto, ¡el equipo debe poder lograrlo!
En la práctica, estamos hablando de definir metas que, de hecho, aportan de manera importante
al negocio y generan valor para el producto final.
Debe ser relevante
De nada sirve definir KPI medibles si no son relevantes para el negocio. Los indicadores deben
basar la toma de decisiones y realmente poder medir la calidad y efectividad de las acciones
estratégicas.
El KPI también debería contribuir a una mejor toma de decisiones por parte de los líderes. Después
de todo, el desempeño se mide en base a datos concretos, lo que debe guiar a la empresa por el
mejor camino.
Para que el KPI realmente marque la diferencia en el negocio, además de las características ya
mencionadas aquí, debe asegurar más valor a los productos y servicios de la empresa.
Al mismo tiempo, debe formar parte de la comunicación corporativa, difundirse a todos los
sectores y formar parte del día a día de las actividades.
Los líderes deben estar en común acuerdo en la definición de estos objetivos y, más que eso,
todos los equipos deben estar 100% comprometidos en lograrlos.