Princesa Charamay Chimay

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ANALISIS: CASO DE LA PRINCESA DE BAUFFREMONT

“¿Quién era la Princesa de Beauffremont?”

Análisis de la sentencia de la Corte de Casación francesa del 18 de Marzo de 1878

⚫Cómo se desarrolla y de que trata el caso?

⚫ Cuál institución del Derecho Internacional Privado reguló?

⚫ Características

La princesa Beauffremont era una princesa de origen belga que se fue a vivir a Francia, Una vez
viviendo allá, conoce al oficial Beauffremont, quién también era príncipe y con el cual contrajo
matrimonio. La princesa también es conocida como la condesa de Charamay Chimay. La
princesa Beauffremont y esposa del oficial Beauffremont, el lero de agosto del año 1874
obtiene del tribunal francés la separación de cuerpos de su esposo a causa de los hábitos
perversos de éste. La ley francesa de la época que resultaba aplicable al caso no admitía el
divorcio, y dicha prohibición no convenía a la princesa. Es por eso que, aprovechando que esta
separación de cuerpos le permite vivir en un domicilio separado. Ella se traslada al Ducado de
Sajonia-Altenburgo (duché de Saxe-Altenbourg) Alemania donde obtiene nacionalidad el 03 de
Mayo 1875.

Ahora sujeta a la ley del Estado Alemán, la princesa recupera la libertad para contracr nuevas
nupcias en vista de que dicha ley considera divorciados a todos los católicos que estén
separados de cuerpo. Y es así que el 24 de octubre de 1875 contrae matrimonio con el príncipe
rumano Bibescu, obteniendo la nacionalidad rumana, y al mismo tiempo cambiando su
apellido a Bibescu. Pasado el tiempo la nueva princesa Bibescu regresa a Francia en ocasión del
traslado al que es obligado su marido. Dados los hechos el Principe de Beauffremont. Que
mantiene su nacionalidad francesa y que por tanto según la legislación francesa continúa
casado con la Princesa, entabla un proceso judicial para esclarecer su situación y solicita ante
los tribunales franceses que declaren la bigamia de la ex princesa Beauffremont. Éste
desarrolla la demanda apoyándose en la nacionalidad Alemana de la princesa, la sentencia de
divorcio obtenida en Alemania y la validez del segundo matrimonio; argumentando que el
cambio de nacionalidad tuvo por motivo únicamente acogerse a la ley alemana que resultaba
beneficiosa para sus intereses, y burlar a la ley francesa que le resultaba perjudicial.

El tribunal de Primera Instancia dicta sentencia el 10 de Marzo de 1876, favorable al príncipe.


Apoyado en la legislación francesa de la época el primer argumento de la decisión declara que
la princesa de Beauffremont, sin la autorización del marido, no puede legalmente adquirir una
nacionalidad extranjera y que por lo tanto ella continua siendo francesa en el momento de su
segundo matrimonio. El segundo argumento afirma que en el hipotético caso de que el marido
haya dado su consentimiento para dicho cambio de nacionalidad; el cambio de estado civil
deseado por la mujer no habría resultado del “ejercicio legitimo de una facultad conferida por
la ley, que sería un abuso, y que pertenece a la justicia rechazar los actos contrarios a las
buenas costumbres y a la ley”. Evidentemente, al resultar desfavorecida por la decisión la
princesa apela la decisión en Segunda Instancia. La Corte de Apelación, afirma y reitera que el
debate no tiene por objeto determinar la efectiva validez de la naturalización extranjera, ya
que no tiene competencia sobre legislación interna; sino que busca determinar “los efectos
legales de dicha naturalización desde el punto de vista de la ley francesa”, aspectos para los
que se declara competente el tribunal.

Dicha corte emite sentencia el 17 de Junio de 1876, y en el texto de ésta sostiene que sin
autorización del marido para la adquisición voluntaria de la nacionalidad extranjera, la princesa
no tenía permitido liberarse de la nacionalidad francesa; y agrega que aun estando de acuerdo
los esposos sobre este cambio, ellos no hubieran tenido la voluntad de eludir gracias a un
cambio de nacionalidad “las disposiciones de orden público de la ley francesa que las rige”. Es
asi entonces como la Corte de Apelación, con base en estos dos argumentos declara el acto de
naturalización “inoponible al esposo” y confirma la sentencia de primera instancia que declara
aún valido el primer matrimonio.

Seguidamente, la princesa apela ante la Corte Suprema de Justicia, introduciendo Recurso de


Casación. Es así entonces que el 18 de Marzo de 1878 la Corte de Casación, declara inadmisible
dicho recurso y se califica incompetente para conocer sobre la regularidad y el valor jurídico
del acto de naturalización realizado en Alemania por considerarlo una cuestión reservada a la
soberanía de los Estados nacionales. Mas da lugar a las pretensiones del príncipe, ya que
situándose únicamente desde el punto de vista de la ley francesa, la princesa de Beauffremont,
no estaba autorizada por su esposo para adquirir una nacionalidad extranjera y ni tampoco
estaba autorizada a invocar la ley de su nueva nacionalidad, transformando su condición de
separada a divorciada. No debe entonces la princesa sustraerse a la ley francesa que es la
única que rige los efectos del matrimonio de sus ciudadanos, y es esta misma legislación la que
considera al vínculo matrimonial como indestructible. Por otro lado agrega que la princesa
había solicitado y obtenido la nueva nacionalidad no para ejercer los derechos y deberes
naturales que derivan de dicha nacionalización; sí no con el único objeto de escapar a las
prohibiciones de la ley francesa. Contrayendo segundas nupcias, para luego renunciar a dicha
nacionalidad, una vez logrado su objetivo. Finalmente, la decisión concluye afirmando que el
acto efectuado en fraude a la ley francesa, no es oponible al príncipe de Beauffremont y la
sentencia del tribunal inferior no ha violado ninguna de las disposiciones invocadas por el
recurso.

Ahora bien, aunque se pueden encontrar dentro del desarrollo del caso varias instituciones del
Derecho Privado; es esta decisión de la Corte de Casación Civil la que da pie a la regulación en
materia de Fraude a la ley específicamente en materia de nacionalidad, que es el ámbito del
Derecho Internacional Privado donde se desarrolla dicho caso.

El fraude a la ley para Sergio Guerrero es “la conversión de los hechos o actos juridicos,
concebidos como tales por el legislador, en negocios jurídicos, obteniendo de tal suerte la
aplicación de un derecho distinto del que originalmente debió haber aplicado y que resulta
más benéfico para el sujeto que realizó la conversión”. Es decir, se está llevando a cabo un
fraude a la ley cuando un sujeto trata de obtener un provecho de la consideración que hace un
derecho sobre sus hechos o actos jurídicos, e intenta la aplicación de ese otro derecho, en
virtud de que le otorga algún derecho que en su país de origen no hubiese obtenido.
(GUERRERO, Sergio. “Derecho Internacional Privado” 2006. Editorial UNAM) Por otro lado,
para Bonnemaison, es fraude a la ley el cambio deliberado y consciente de un factor de
conexión con el propósito de descartar las prescripciones de un sistema legal al que una
persona esta normalmente vinculada, para sustituirlas por las de un ordenamiento más
favorable a sus intereses. El mismo autor afirma también que existe fraude legal cuando el
cambio de ley, en lugar de ser una consecuencia normal del uso del factor de conexión, ha sido
el objeto de dicho cambio obtenido por medios engañosos. (BONNEMAISON, Jose Luis. "Curso
de Derecho Internacional Privado" 2011, Editores Hermanos Vadell)

La determinación de fraude a la ley, requiere además de la concurrencia del factor objetivo y


del subjetivo, del elemento material y del intencional, o lo que es lo mismo: del animus y del
corpus. El primero es el elemento subjetivo, la intención de evadir una legislación a la cual una
persona está ordinariamente sometida. Mientras que el segundo es la materialización del
propósito fraudulento, su exteriorización mediante el cambio real de un factor de conexión.

Entre las características del fraude a la ley, encontramos:

A. Manipulación del factor de conexión: Como ya hemos visto, frente a una regla de conflicto
existen varias leyes susceptibles de aplicarse, y es el factor de conexión el que decide cuál es la
ley a aplicarse en base a las circunstancias del caso. Entonces el agente modifica esas
circunstancias, sin que exista variación en la regla de conflicto y estamos frente a una legalidad
aparente ya que la regla de conflicto no ha variado, lo que ha variado ha sido la circunstancia
como consecuencia de la manipulación del agente. Cuando se habla de una manipulación del
factor de conexión, no se alude al acto de cambiar los factores de conexión, sino al de
modificar las circunstancias sobre las cuales se basa el factor de conexión para designar la ley
aplicable. Sólo puede existir el fraude a la ley en aquellas situaciones jurídicas que involucran
normas de conflicto y donde, en éstas, al mismo tiempo los factores de conexión involucrados
sean susceptibles a modificación por la voluntad de los individuos, como lo son: la nacionalidad
y el domicilio. Ejemplo de esto son los casos donde los individuos cambian de nacionalidad con
el fin de situarse en una ley que mejor les convenga. Estamos entonces, frente a una alteración
del factor de conexión, mediante un procedimiento técnicamente regular. Es importante
señalar que nada impide que una persona cambie su domicilio, adquiera una nueva
nacionalidad, o celebre un acto jurídico donde se involucre alguno de estos elementos; porque
estas conductas por sí mismas, son consideradas lícitas e inobjetables, pero se relaciona al
fraude si dicho cambio está acompañado de un segundo elemento, que es el que citamos en el
siguiente punto, el de la intención fraudulenta.

B. Intencionalidad del Agente: En resumen, no puede existir fraude a la ley, si no existe una
intencionalidad dolosa o la mala fe del agente. Es decir, es preciso este elemento psicológico:
la intención obtener un beneficio inmediato como consecuencia del accionar, junto al
propósito de eludir la aplicación de la ley normalmente competente: para que pueda
determinarse dicho fraude. Si bien es cierto que estando frente a un elemento subjetivo.
Resulta difícil de probarlo de forma efectiva, una manera de probar este aspecto subjetivo es
en base a indicios objetivos, que en su conjunto permitan apreciar la intencionalidad del
agente. Sin embargo, una forma práctica de comprobar la certeza de dicha intención, es
buscando probar la relación de causalidad entre la voluntad dolosa y el resultado, o los actos
jurídicos consecuentes con la Existencia de una Norma Prohibitiva o Imperativa. La existencia
de esta norma prohibitiva o imperativa va a ser un elemento importante para apreciar la
intencionalidad del agente; ya que el sujeto apela al cambio de régimen legal, lo cual le va a
permitir que su situación jurídica varíe. Entendemos entonces que es preciso que el derecho
normalmente competente antes de la alteración del punto de conexión, sea coactivo. No
incurre en fraude a la ley quien elude las reglas de derecho supletorio, puesto que éstas sólo
se aplican en defecto de una manifestación de voluntad expresa.

EJEMPLO DE PUNTOS DE CONEXIÓN:

Dentro del Derecho Internacional Privado, encontramos normas jurídicas de estructura


diversa: las normas directas y las normas indirectas o de conflicto o de colisión (típicas de esta
rama del derecho). Como en toda norma jurídica existen en una y en otra, dos partes: la
hipótesis o tipo legal y la consecuencia jurídica. En la norma directa, el problema planteado en
la hipótesis resulta resuelto por la propia norma en la consecuencia juridica; asi por ejemplo, si
la norma dijera que “la capacidad se adquiere a los 21 años” (La norma jurídica que se refiere
al tema es el artículo 128 del Código Civil argentino, que sostiene: “Cesa la incapacidad de los
menores por la mayor edad, el dia en que cumplieren veintiún años y por su emancipación
antes que fuesen mayores…”), la hipótesis -que podríamos decir que es, cuándo se adquiere la
capacidad – resulta resuelta por la propia norma que indica en su consecuencia juridica, la
respuesta concreta-se adquiere a los 21 años-. En cambio en una norma indirecta, el problema
planteado en el tipo legal no resulta resuelto por la consecuencia jurídica, si no que aparece un
medio técnico-el punto de conexión- del que se vale la norma para indicarnos cuál es el
derecho que resolverá la cuestión formulada en la hipótesis. Siguiendo con el tema de la
capacidad, para el derecho argentino “la capacidad de las personas físicas, se rige por la ley del
domicilio” (Articulo 7 del Código Civil argentino: “La capacidad o incapacidad de las personas
domiciliadas fuera del territorio de la República, será juzgada por las leyes de su respectivo
domicilio, aún cuando se trate de actos ejecutados o de bienes existentes en la República”.).
Aquí la hipótesis – “la capacidad de las personas fisicas – no se halla resuelta por la misma
norma, si no que ésta nos remite a un derecho que puede ser el nuestro o el de cualquier
Estado, que será el que finalmente resuelva cuándo una persona fisica es capaz.

Desde el punto de vista de la naturaleza jurídica del punto de conexión, algunos autores como
Werner Goldschmidt, sostienen que se trata de una característica positiva de la consecuencia
juridica; otros autores, como Stella Maris Biocca, entienden que es consecuencia inmediata,
cierta y determinada, mientras que el Derecho aplicable, es mediato, incierto e indeterminado
y otros autores, como Alberto Juan Pardo, entienden que el punto de conexión vincula la
hipótesis con la consecuencia jurídica ( Ver Derecho Internacional Privado, Victoria Basz y
Elisabet Campanella, Ed. Rubinzal-Culzoni, 1999, página 19.) PUNTOS DE CONEXIÓN: Los
puntos de conexión tipicos son: la nacionalidad, el domicilio, residencia, residencia habitual,
lugar de prestación de servicios, el lugar de celebración de un acto Juridico, el lugar de
ejecución o cumplimiento del mismo, el lugar de situación de los bienes, lugar de comisión o
perpetración de un delito, lugar de tramitación del proceso, etc.

OTROS EJEMPLOS DE CASOS EN EL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO:

Jurisprudencia:
Caso Bauffremont: cambio fraudulento de nacionalidad: Se trata de una princesa belga casada
con un oficial francés. En 1874 obtiene en Francia la separación personal del duque de
Bauffremont a causa de hábitos perversos de aquél. pues la ley de dicho país no admitía el
divorcio. La condesa de Charaman Chimay se traslada a Alemania, país que sí acepta el
divorcio, convierte la sentencia de separación personal, se naturaliza ciudadana alemana y
contrae nuevas nupcias con el príncipe rumano Bibesco, regresando a Francia como la princesa
Bibesco. El primer esposo ataca la sentencia de divorcio alemana y el segundo matrimonio
argumentando fraude a la ley francesa. La Corte de Casación francesa declaró nulo el
matrimonio y fraudulento el cambio de nacionalidad porque se debió a un fín egoísta
(sustraerse a la ley francesa) y no para ejercer los derechos y deberes que de ella nacen.

Caso Fritz Mandel: cambio fraudulento de domicilio: Un austríaco con domicilio y bienes
inmuebles en Argentina y nacionalidad argentina, al que se le diagnostica un mieloma múltiple,
regresa a Austria, retoma su nacionalidad de origen y testa a favor de su quinta esposa y
algunos descendientes en forma contraria a la que establece la ley argentina. La sentencia de
primera instancia sostiene que debe aplicarse la ley argentina por existir bienes inmuebles en
el país conforme surge de lo dispuesto por el art. 10 del C.Civil. La sentencia de segunda
instancia llega a la misma conclusión, es decir que la sucesión debe tramitar por ante el juez
argentino y se debe aplicar el derecho argentino, pero en base a que hubo fraude a la ley, es
decir que los puntos de conexión nacionalidad y domicilio fueron cambiados con el fin de
eludir la aplicación de las normas imperativas argentinas.

Caso Munzer: un Tribunal de Nueva York declara la separación de cuerpos de los esposos y fija
una cuota alimentaria a favor de la mujer. El esposo cumple con los pagos hasta que un día
deja de hacerlo. La mujer lo demanda en Nueva York y obtiene una sentencia que condena al
marido a pagar u$s 77.000.- por las cuotas alimentarias atrasadas. El marido había mudado su
domicilio a Francia y la esposa solicita en aquél país la ejecución de la sentencia. Sin embargo
el derecho francés dispone que no pueden ser reclamadas aquellas cuotas hubieren prescripto
(5 años) por lo que el marido interpuso recurso contra aquellas cuotas que el derecho francés
consideraba prescriptas. El tribunal de 1” instancia lo concedió pero la Corte de Apelación lo
revocó por considerar que a pesar de ser la prescripción norma de orden público no se aplica a
los derechos legitimamente adquiridos en el extranjero.

El fraude a la ley en el derecho internacional privado.

Concepto:

Es el acto realizado con intención maliciosa por el cual se evita la aplicación de la ley
competente, para obtener un fin ilícito, alterando los puntos de conexión y conseguir así la
aplicación de otra ley que le asegura la obtención de un resultado más favorable a su
pretensión admite la existencia de actos que respetan el texto legal pero eluden su aplicación y
controvierten su finalidad. La intención de quien realiza el acto es dolosa pues viola la ley
persiguiendo un propósito ilícito.

En el derecho internacional privado esto es disvalioso porque se usa una ley con distinto fin
Alterándose los puntos de conexión para eludir la aplicación de la ley competente por otra más
favorable al resultado que se desea obtener. Así las partes mudan su domicilio, cambian de
nacionalidad, trasladan de lugar un bien, etc. Se manifiesta como una anomalía, como una
desviación que atenta al fin de la norma, la que se desnaturaliza porque se convierte en un
instrumento para alcanzar un resultado no querido y ni tal vez previsto por el legislador.
Niboyet la define como el remedio necesario para evitar que la ley pierda su carácter
imperativo.

Goldschmitd como la característica negativa del tipo legal de la norma indirecta, es decir
aquella cuya inexistencia se requiere para que la norma actúe.

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