Glaucoma
Glaucoma
Glaucoma
Existen tipos de glaucoma, por un lado está el glaucoma agudo qué debe integrar
en el concepto de ojo rojo y por otro lado el crónico simple. También están el
glaucoma congénito y los glaucomas secundarios.
Definición:
Se trata de una neuropatía que afecta al nervio óptico cuyo principal factor de riesgo es
la hipertensión ocular.
No existe una cifra exacta de PIO que separe a los individuos sanos de los
glaucomatosos, puesto que la tolerancia del ojo a la presión varía mucho de un
individuo a otro, pero se pueden considerar normales valores de hasta 20 mmHg,
sospechosos entre 20-24 mmHg, y patológicos los superiores a 24 mmHg. La PIO
suele ser aproximadamente igual en ambos ojos, estando sometida a un ritmo
circadiano, con un máximo hacia las 6 horas y un mínimo sobre las 22-24 horas. Las
oscilaciones no sobrepasan los 4-5 mmHg, aunque es habitual la presencia de
oscilaciones o de variaciones diurnas por encima de estas cifras en pacientes con
glaucoma. Además, es importante tener en cuenta la influencia del espesor
corneal en la medida de la PIO. Las córneas gruesas o finas sesgan la medida de la
PIO, haciendo que en el primer caso se sobreestime, y en el segundo se
infraestime.
Patogenia:
La presión de perfusión de los capilares que nutren la cabeza del nervio óptico es
de unos 27+-3 mmHg, con lo que bastan pequeños aumentos de la PIO para que
quede dificultada su nutrición y se produzca, con el tiempo, una atrofia de células
de sostén y de las fibras nerviosas, originándose la excavación papilar
glaucomatosa. Esta excavación se estima en la exploración con el oftalmoscopio,
por la relación E/P o cociente entre el diámetro de la excavación (E) y el diámetro
de la papila (P), valorándose entre 0 y 1. Cuando este cociente es menor de 0,3 es
normal; entre 0,3-0,6 es sospechosa, y si es mayor de 0,6 es probablemente
patológica. En fases avanzadas, la excavación llega al borde de la papila y los
vasos se ven desplazados hacia el lado nasal. La asimetría de la relación E/P
entre ambos ojos, superior a 0,2, es probablemente patológica.
Clínica:
Como se conserva la visión central hasta estadios avanzados, y por tanto una
buena agudeza visual, la enfermedad pasa desapercibida para el paciente, a
veces para el médico si no piensa en ella.
Diagnóstico:
La papila óptica o cabeza del nervio óptico va presentar una serie de alteraciones
debidas a la patología glaucomatosa esta estructura de manera fisiológica
presenta la llamada excavación papilar central que es una zona desprovista de
fibras nerviosas pero que no debe exceder de un 50% de su diámetro total, al
avanzar la patología glaucomatosa se van perdiendo fibras nerviosas y dicha
excavación aumenta, también aparece una palidez papilar hasta en los estadios
finales y llegar a la fase de atrofia papilar.
Tratamiento:
Agonistas alfa 2 adrenérgicos: (brimonidina o apraclonidina) actúan
disminuyendo la producción de humor acuoso en procesos ciliares, pero
producen frecuentes alergias. Como los inhibidores de la anhidrasa
carbónica, suelen utilizarse en combinación ya que su eficacia hipotensora
es reducida.
Al contrario que los adrenérgicos antiguos por actuar de forma selectiva
sobre los receptores Alfa 2 no producen midriasis y son seguros en
pacientes con ángulo estrecho.
Inhibidores de la anhidrasa carbónica: (dorzolamida) hacen que
disminuya la secreción del acuoso. De uso tópico (colirios), han de
emplearse en combinación con otros por su moderada eficacia.
Por vía sistémica se emplea acetazolamida, muy potente, pero de
utilización solo transitoria debido a sus muchos efectos adversos
sistémicos.
Pilocarpina: Es un estimulante colinérgico que produce miosis y actúa
aumentando la salida del acuoso. No se utiliza actualmente de forma
generalizada por qué ocasiona efectos adversos locales importantes, como
dolor, míopización o catarata.
Patogenia:
Clínica:
Cuando ésta supera los 30 mmHg, se altera la bomba endotelial necesaria para la
transparencia corneal y se origina edema corneal.
Síntomas
• Síntomas vegetativos
Signos
• Dureza pétrea globo ocular
• Nubosidad corneal
Tratamiento:
GLAUCOMA CONGÉNITO
Presenta un incremento en la presión intraocular por anomalía en el desarrollo
angular, que origina alteraciones morfológicas del globo y afectación del nervio
óptico, con producción de ceguera irreversible. En el niño se considera la
patológica una presión intraocular mayor a 18 mmHg, afecta a 1 de cada 15000
nacidos y es bilateral en el 75% de los casos.
Clínica:
Edema corneal, lagrimeo, blefaroespasmo y fotofobia, a medida que avanza crece
el diámetro anteroposterior del globo (buftalmos), provocando miopía axial. Se
verá un incremento del diámetro corneal o megalocórnea.
Diagnóstico:
Se realiza por los síntomas antes descritos, por las alteraciones corneales y
papilares, por los datos obtenidos de la tonometría (medida de PIO), de la
gonioscopia (estudio del ángulo iridocorneal) y la biometría (medida del diámetro
corneal y de la longitud axial del globo), estas pruebas requieren una corta
sedación profunda en quirófano.
Tratamiento:
Es quirúrgico y depende de la precocidad del diagnóstico, pero el pronóstico suele
ser bastante malo.
Los fármacos se usan únicamente de forma transitoria para controlar la presión
intraocular hasta la cirugía. La cirugía de elección es la goniotomía y consiste en
cortar por vía interna la membrana que bloquea la salida del líquido.
Si fracasara se debe repetir o intentar realizar una trabeculectomía desde el
exterior (similar a las realizadas para el glaucoma crónico en el adulto) e
igualmente se pueden implementar dispositivos de drenaje valvulados o no,
específicos para pacientes pediátricos por su mayor menor tamaño.
GLAUCOMA SECUNDARIO
Se produce por un aumento de la presión intraocular que se presenta como
complicación de otra patología ocular, puede ser: