Cambio Climátoco - Impacto Sobre El Istmo de Panamá

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 5

CAMBIO CLIMÁTOCO – IMPACTO SOBRE EL ISTMO DE PANAMÁ

El uso de combustibles fósiles genera emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y lluvia
ácida a la atmósfera, que producen graves daños sobre los ecosistemas. El cambio climático se
constituye en una de las principales amenazas al futuro de la humanidad. Los daños que el cambio
climático puede ocasionar a nuestro país y al mundo en general implican:

- Aumento de las temperaturas promedios.


- Modificación significativa de patrones climáticos.
- Elevación del nivel del mar con afectación de las zonas marino-costeras.
- Incremento de enfermedades transmitidas por vectores o relacionadas a causas hídricas.
- Pérdidas de productividad agrícola por sequía o inundaciones.
- Creciente vulnerabilidad de los ecosistemas y las poblaciones humanas a los desastres
naturales y eventos climáticos extremos.

A raíz de lo anterior, se establece el Protocolo de Kioto, que es un acuerdo internacional que


tiene por objetivo reducir en un 5.0% las emisiones de GEI globales sobre los niveles de 1990, para
el periodo 2008-2012. Este instrumento se encuentra dentro de la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y fue acordado el 11 de diciembre de 1997
por países industrializados del mundo. Dicho Protocolo entró en vigor el 16 de febrero de 2005,
tras la ratificación de Rusia, para totalizar 166 países miembros. Sin embargo, varios países
industrializados se negaron a ratificar el Protocolo, entre ellos, Estados Unidos y Australia.

Al conocerse los objetivos del Protocolo de Kioto, la reducción de las emisiones de GEI tomó
un valor económico. Para ayudar a los países a identificar sus objetivos de emisión, y para apoyar
al sector privado y a los países en desarrollo a que contribuyan a los esfuerzos de reducción de las
emisiones, los negociadores del Protocolo de Kioto consideran en su artículo 12 la figura del
Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL). El propósito del mecanismo para un desarrollo limpio es
ayudar a los países en desarrollo a lograr un desarrollo sostenible y contribuir al objetivo del
Protocolo, así como ayudar a los países industrializados a dar cumplimiento a sus compromisos
cuantificados de limitación y reducción de las emisiones, contraídos en virtud del Protocolo.

El propósito del mecanismo para un desarrollo limpio es ayudar a los países en desarrollo a
lograr un desarrollo sostenible y contribuir al objetivo del Protocolo, así como ayudar a los países
industrializados a dar cumplimiento a sus compromisos cuantificados de limitación y reducción de
las emisiones, contraídos en virtud del Protocolo.

El referido artículo permite a los gobiernos o entidades privadas de países industrializados


adquirir los créditos de carbono provenientes de proyectos implementados en países en desarrollo
que representen reducción o secuestro de emisiones, para contabilizarlos dentro de sus objetivos
nacionales de reducción. Estos créditos son transados en la forma de “Reducción Certificada de
Emisiones” o CERs por sus siglas en inglés. Dicha acción, estimula el desarrollo sostenible y la
reducción de emisiones, dando así a los países industrializados alguna flexibilidad para poder
incrementar su limitada reducción de emisiones identificadas.

Panamá, en su Primera Comunicación Nacional sobre Cambio Climático, presentada a la


Secretaria de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, no sólo
expresa el cumplimiento de los compromisos de Panamá como país integrante de ésta, sino que
también constituye una primera etapa en el proceso de incorporación de la temática del cambio
climático global en el planeamiento nacional para el desarrollo. En esta Primera Comunicación, se
destaca que el sector “Cambio de Uso de Suelo”, aporta el 59% de las emisiones de gases de
efecto de invernadero (8,902,500 Gg de CO2 eq.) y ocupa el primer lugar como factor generador
de estas emisiones.

A nivel mundial, se ha observado que en los últimos 100 años el nivel medio del mar se ha
elevado de 10 a 20 cm, con un ritmo de aumento de 1-2 mm/año, lo que conduce a un aumento
de 10 veces más de lo observado en los últimos 3,000 años. Este aumento puede estar relacionado
con un aumento de 0.6 +/- 0.2 ºC en la temperatura media mundial de la capa inferior de la
atmósfera desde 1861, condición que podría considerarse como uno de los factores que ejerce
mayor influencia en los cambios climáticos.

En la actualidad, es posible observar los efectos relacionados con el cambio climático, a través
del calentamiento de las temperaturas de la superficie del mar, la fusión del hielo de los mares,
una mayor evaporación y cambios en la red alimentaria marina. En tanto que para el año 2100 los
modelos proyectan que los niveles del mar se elevarán otros 9 a 88 cms, a raíz de la expansión
térmica del agua oceánica en proceso de calentamiento y una afluencia de agua dulce de los
glaciares e hielos en proceso de fusión. Sin embargo, la velocidad, magnitud y orientación del
cambio en el nivel del mar habrá de variar según el lugar y la región, en función de las
características que presenta la línea de costa, los cambios en las corrientes oceánicas, las
diferencias en las pautas de mareas, la densidad del agua del mar, así como los movimientos
verticales de la propia Tierra

Aunado a lo anterior, en las últimas décadas las costas se han modificado y urbanizado
intensamente, lo que las hace aún más vulnerables a un aumento en el nivel del mar. Condición
que resulta en que los países en desarrollo, que cuentan con economías e instituciones más
débiles, queden expuestos a los riesgos más graves.

La zona costera de Panamá se extiende a ambos lados de su territorio, presentando costas en


el océano Pacífico (1,700.6 km) y en el mar Caribe (1,287.7 km). Por sus características
físico/naturales y los hechos humanos que en ellas concurren, son altamente vulnerables a los
impactos adversos de los fenómenos climáticos, no sólo en la dirección que señala el ascenso
acelerado del nivel del mar, sino también por los impactos sobre los recursos hídricos, las
actividades agropecuarias, ecoturísticas y los asentamientos humanos.

Según registros locales, en las costas panameñas del mar Caribe, el ascenso del nivel del mar,
para el periodo 1909-1984, registró una tasa de 1.3 mm/año (Cubit, 1985), cifra comparable con
los valores observados a nivel global. Además, se pronostica un incremento en un orden de
magnitud, para los próximos 50 a 100 años, con lo cual se estima que el ascenso del nivel del mar
sufrirá un aceleramiento significativo durante el próximo siglo (Wigley y Raper, 1992).

En la actualidad, Panamá, se prepara para hacerle frente al Cambio Climático elaborando una
Estrategia Nacional al 2050, la cual busca establecer una hoja de ruta que nos conduzca hacia una
economía baja en carbono con acciones de mitigación y adaptación.

Para poder mitigar el cambio climático es necesario contar con políticas y medidas nacionales
que procuren el desarrollo y acceso a tecnologías limpias en los sectores productivos humanos
considerados como las fuentes de emisión de GEI: Energía, Industria, Transporte, Agricultura,
Ganadería y la Generación de desechos. Así como también, acciones que incidan en la gestión
sostenible de los ecosistemas forestales, quienes tienen la capacidad de absorber carbono en su
biomasa aérea, suelo y productos y almacenarlos, de forma permanente, siempre y cuando no
sean intervenidos o sean objetos de impactos naturales.

Las precipitaciones en Panamá son por lo general altas, pero difieren de una vertiente a otra.
En la vertiente del Caribe, las precipitaciones son en promedio de 3,000 mm anuales, por lo que
prácticamente no existe estación seca, y en la vertiente del Pacífico, son de 1,500 mm anuales, con
una estación seca muy marcada de diciembre a marzo. (ANAM, 2010).

Los sectores que más emiten GEI en el país son el sector Energía y el sector Agricultura,
Silvicultura y otros usos de la tierra. Desde el año 2004, el país ha establecido incentivos para
fomentar sistemas de generación eléctrica a partir de fuentes renovables y limpias como la Ley No.
45 de 2004 e incentivos específicos para tecnologías eólicas y solares por medio de Ley No. 44 de
2011 y Ley No. 37 de 2013, respectivamente.

El sector transporte, genera la mayoría de las emisiones de GEI del sector energía, y el
principal consumidor de derivados de petróleo y el aumento del parque vehicular en un 33% entre
los años 2005 y 2010.

Desde siempre se vienen implementando iniciativas para aumentar y mantener la cobertura


boscosa del país como: la gestión sostenible de bosques secundarios en tierras que estaban bajo
uso agropecuario y que fueron abandonadas por razones migratorias, la implementación de
políticas y programas incluyendo la ley de delito ecológico y los programas de sensibilización
ambiental, la creación de comarcas y territorios colectivos indígenas, de áreas protegidas, el
programa público-privado Alianza por el Millón de hectáreas Reforestadas y la aprobación de la
Ley 69 de 30 de octubre de 1207, que promueve la gestión forestal sostenible y el incremento de
la cobertura forestal del país.

Los tres gases de efecto invernadero que más se emiten es el CO2, seguido del metano (CH4) y
el Oxido Nitroso (N2O). A medida que transcurren los años, la proporción del CO2 en las emisiones
totales se está incrementando. El sector que muestra el 100% de las absorciones, es el sector
AFOLU, reflejando emisiones de 4,083, 5,445.9 y 3,199.7 t CO2 para 2005, 2010 y 2013
respectivamente.

Para que los agricultores logren ser más competitivos y enfrentar los desafíos que se
presentan frente al cambio climático se deben buscar alternativas como el uso de materia
orgánica (compost), la diversificación de la producción en las fincas de los pequeños y medianos
productores; en el caso de la ganadería, establecer árboles en los sistemas de producción
tradicional, el establecer pastos mejorados. La producción ganadera genera emisiones
provenientes de la fermentación entérica y emisiones de metano (CH4) y óxido nitroso (N2O),
resultado de los sistemas de gestión de estiércol del ganado.
El sistema digestivo rumiante de los vacunos constituye una fuente importante de CH4 en las
emisiones nacionales de GEI. Una gestión sostenible de estiércol del ganado tiende a producir
menos emisiones de metano que la fermentación entérica. Las emisiones más significativas se
asocian con las operaciones de gestión de animales confinados, en la que el estiércol se maneja
por medio de sistemas en líquido.

También podría gustarte