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Rama Judicial
Radicación: 110016000253200680281
Postulados: Jorge Iván Laverde Zapata.
Delito: Homicidio en persona protegida y otros
Procedencia: Fiscalía 8 Unidad Nacional de Justicia y Paz
Decisión: Sentencia
CONTENIDO
1. OBJETO DE DECISION 01
2. SITUACIÓN FACTICA 02
3. IDENTIDAD DEL POSTULADO 26
4. ACTUACION PROCESAL 26
5. INTERVENCIONES 35
6. PRUEBAS PRACTICADAS 54
7. CONSIDERACIONES DE LA SALA 56
8. ORIGEN DE LAS AUTODEFENSAS 58
9. ATENTADOS CONTRA EL DIH 87
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Tribunal Superior de Bogotá
OBJETO DE DECISION
SITUACIÓN FACTICA
Hecho No. 01
3. JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA, alias “El Iguano, Raúl, Sebastian, Pedro
Fronteras”, a la edad de 17 años, decidió colaborar de manera voluntaria a las
autodefensas unidas de Colombia, bajo el mando de Carlos Castaño Gil en el
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Hecho No. 02
Hecho No. 3
Hecho No. 04
15. El 22 de febrero de 2001, siendo las 12:30 de la tarde, miembros del frente
fronteras en cumplimiento de ordenes dadas por su comandante JORGE IVAN
LAVERDE ZAPATA, llegaron hasta el parque del barrio Antonia Santos de
Cúcuta y dispararon indiscriminadamente contra las personas que allí se
encontraban. En el hecho fallecieron Héctor Uriel Calderón Acevedo, Pedro
Antonio Balbino Jaimes, José Fredy Daza, Luz Dary Silva Omaña, Wolman
Alberto Márquez, Sacha Sabrina Carreño, Carlos Alberto Rodríguez; igualmente
hirieron a Emerson Daza y Teresa Rincón, acusados de ser expendedores y
consumidores de drogas alucinógenas, información dada por alias “el parcero” –
agente del Gaula de apellido Jaimes –. En las paredes dejaron consignas tales
como “fuera ladrones y vendedores de droga”.
Hecho No. 06
18. JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA, alias “el iguano” aceptó este hecho toda
vez que se realizó cumpliendo las directrices trazadas por la organización,
previamente transmitidas por él a sus comandantes de sección, urbanos y en
general a los patrulleros.
Hecho No 07
Hecho No 08
Hecho No 09
Hecho No 10
Hecho No 11
27. El 20 de febrero de 2002, hacia las ocho de la noche, un grupo urbano de las
autodefensas del frente fronteras, bloque Catatumbo, conformado por
aproximadamente 40 hombres comandados por JORGE IVAN LAVERDE
ZAPATA, ingresó al barrio Los Alpes de la ciudad de Cúcuta, lugar donde
retuvieron a cinco personas que se encontraban en una caseta, acusadas de ser
colaboradoras de la guerrilla. Ante la presencia de la policía procedieron a
disparar en contra de Olmer Daza Ortiz, Graciela Ortiz Osorio y Carlos Arturo
Rojas Torres; en el mismo hecho resultó herido el menor Edison Andrés Claro
Torres.
Hecho No 12
Hecho No 13
Hecho No 14
35. En los mismos hechos, la niña Angie Paola González, quien en ese
momento transitaba en compañía de su madre, sufrió una herida causada por
proyectil de arma de fuego en la cabeza, que posteriormente fue la causa de su
muerte.
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Hecho No 15
Hecho No 16
Hecho No 17
Hecho No 18
Hecho No 19
Hecho No 20
Hecho No 22
Hecho No 23
Hecho No 24
56. Uno de los autores materiales –alias Alex- manifestó que el móvil fue la
información que tenían de que estas personas colaboraban con el ELN, hipótesis
descartada por la fiscalía teniendo en cuenta la investigación realizada que
incluye la declaración de las esposas de algunas de estas víctimas.
Hecho No 26
Hecho No 27
Hecho No 28
Hecho No 29
Hecho No 30
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69. El homicidio fue ordenado por Armando Pérez Betancourt alias “Camilo”,
comandante del Bloque Catatumbo de las autodefensas unidas de Colombia,
motivo por el que JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA, fue encargado de coordinar
su ejecución. En los mismos hechos resultaron heridos la esposa del doctor
Vélez – Isabel Obregón – y Mario Enrique Mojica. Después su familia salió
desplazada por temor.
Hecho No 31
Hecho No 32
75. Los hechos descritos fueron atribuidos al ciudadano que la fiscalía identificó
de la siguiente manera1:
76. JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA, conocido con los alias “El Iguano”,
“Sebastián”, “Raúl” y “Pedro Fronteras”, identificado con Cédula de Ciudadanía
número 71.985.935 de Turbo (Antioquia), nació el 12 de septiembre de 1976,
hijo de María Elcy y Jorge, hizo vida marital con Claudia Isabel Coca Ceballos y
en la actualidad convive con Jenifer Castaño, tiene ocho hermanos, dos de ellos
fallecidos: Algiro, Rubén, Julio, Mario, Elbert, Carlos, Ana y Gladys, grado de
instrucción séptimo que cursó en el Liceo Comunal de Turbo al mismo tiempo
que se dedicaba a las labores agrícolas y ganaderas en la finca de su padre,
actividad que desempeñó hasta 1996 cuando se vinculó al grupo armado al
margen de la ley conocido como autodefensas campesinas de Córdoba y Urabá,
pero antes de su vinculación formal, colaboró con esa organización desde los 17
años.
ACTUACION PROCESAL
77. El señor JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA, alias “El Iguano”, se desmovilizó
el 18 de enero de 2005 con el bloque Córdoba a solicitud de Salvatore Mancuso,
para que le colaborara con la seguridad, pero su militancia fue como
comandante del frente fronteras del bloque Catatumbo de las autodefensas
unidas de Colombia, organización a la cual ingresó en noviembre de 1996. Fue
1Formulación de imputación parcial y medida de aseguramiento, CD 1, minuto 49,50; Carpeta uno, Documentos
que acreditan la existencia de las autodefensas campesinas de Córdoba y Urabá, folio 93; y Cuaderno original
solicitud de audiencia preliminar, formulación y aceptación de cargos, folio 20.
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INTERVENCIONES
La Fiscalía
87. Respecto del daño material, considera que se debe determinar con
fundamento en lo dispuesto por la Ley 600 de 2000 y 906 de 2004, la
jurisprudencia y el principio de equidad.
89. Frente al daño colectivo señaló que comprende las acciones orientadas a
recuperar la institucionalidad. Para probar el daño adujo haber aportado unos
elementos materiales probatorios que acreditaron la forma como las instituciones
a nivel regional y local en el departamento de Norte de Santander fueron
permeadas por JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA y los demás integrantes del
grupo armado ilegal, con la finalidad de cumplir con los objetivos trazados por la
organización criminal en cabeza de Salvatore Mancuso.
91. Resalto que esa desinstitucionalización se dio porque las entidades como la
Policía y el Ejército no cumplieron con sus obligaciones legales de garantizar la
vida, honra y bienes de la comunidad de Norte de Santander, por el contrario,
formaron parte del grupo criminal armado, situación que se dio por igual en la
fiscalía, DAS, Sijin, Grupo Maza, lo que indica que las instituciones no
cumplieron con sus deberes constitucionales y legales.
Ministerio Público
101. Adujo que la reparación debe ser adecuada, rápida, proporcional al daño
cometido, determinada con fundamento en la sentencia C-370 de la Corte
Constitucional, la doctrina, la jurisprudencia interna y externa, a cargo del
patrimonio del postulado, que por demás no ha ofrecido ningún bien para la
reparación de sus víctimas, condición necesaria para acceder al cumplimiento de
los requisitos de elegibilidad de que trata el artículo 10 de la ley 975 de 2005.
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102. Solicitó decretar la extinción del dominio sobre todos los bienes ofrecidos
por el postulado Salvatore Mancuso que figuran como de su propiedad, incluso
sobre los que manifestó tener posesión, excepto la L´enoteca Atlántico, pues con
ella se hizo una expectativa falsa. Frente al predio el Cortijo respecto del cual
hay una sentencia que reconoce el dominio del progenitor de Mancuso, lo
aconsejable es que se decida en segunda instancia; la finca la Esperanza,
expresó que su propietario en otrora la había vendido por la suma de cincuenta y
cinco millones de pesos, incluso, la defensa afirmó que existen patrocinadores
como el Alcalde de Guamo Bolívar y otros lideres para que se hagan este tipo de
reclamaciones, motivo por el que solicita la compulsa de copias para investigar
la conducta del alcalde.
104. Pidió ordenar a la Fiscalía un mayor control de las medidas cautelares para
que los bienes estén a disposición de la Sala de Justicia y Paz, además de la
revocatoria de todas las resoluciones que ordenaron los restablecimientos de
derechos según sus dichos.
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106. Pidió determinar a través de la Sala, cuál es el funcionario que funge como
interventor de los proyectos productivos que en tales inmuebles se desarrollan y
en los que el Estado invirtió más de mil millones de pesos, para que rinda un
informe a la Sala. En caso de la extinción de dichos bienes, no debe
desconocerse los derechos de los desmovilizados que allí tienen proyectos
productivos.
108. No obstante, considera que los daños y perjuicios deben determinarse con
fundamento en los principios de razonabilidad, justicia, justa medida y
proporción, teniendo en cuenta las circunstancias sociales de las víctimas, todo
ello conjugado con los estándares utilizados por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos.
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CONSIDERACIONES DE LA SALA
COMPETENCIA
116. La decisión que aquí adopta la Sala en cuanto a responsabilidad penal del
postulado, individualización de pena y respuesta a las solicitudes en el incidente
de reparación integral, se ajustan a los parámetros exigidos en el protocolo
presentado por la Sala a todas las autoridades que tienen que ver con el proceso
de Justicia y paz.
DE LA SENTENCIA
117. Los treinta y dos hechos enunciados, fueron ejecutados por uno de los
actores del conflicto armado interno que vive Colombia desde hace varias
décadas. La Sala se refiere a las Autodefensas Unidas de Colombia, también
conocidas como grupos “paramilitares” y frente a los que se hará alusión en
aspectos fundamentales como sus orígenes, estructuras, financiación y otros,
para demostrar que las conductas legalizadas constituyen crímenes de guerra,
así como graves atentados contra la humanidad. Se aclara que aunque el tema
17 Decisión de legalización formal y material de cargos, radicado 110016000253200680281. Postulado: Jorge
Iván Laverde Zapata. 7 de diciembre de 2010.
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18 Audiencias de legalización de cargos de los postulados: Uber Banquez Martínez y Edward Cobos Téllez –
bloque Montes de María-; Orlando Villa Zapata, José Rubén Peña Tobón, José Manuel Hernández Calderas y
Wilmer Morelo Castro –bloque Vencedores de Arauca-; José Gregorio Mangonez Lugo, Omar Enrique Martínez
Osias, Edgar Ignacio Fierro Flórez y Andrés Mauricio Torres León –bloque Norte; Darinel y José Miguel Gil
Sotelo y Edison Giraldo Paniagua –bloque Héroes de Granada-.
19 Internacional Peace Observatory, Balance del proceso de desmovilización de los paramilitares en Colombia,
120. Bajo ese amparo legal, se fueron conformando grupos de autodefensas que
tenían diversos objetivos: 1) Defender a ganaderos y terratenientes de las
agresiones subversivas – ACDEGAN21; Los Masetos22; en la zona Norte de
Colombia a finales de la década de los ochentas grupos organizados de
vigilancia privada como “Los García”, “Los Piedrahita”, Grupo de “Chepe
Barrera”, “Los Mesa”, “Los Benites”, “Enmascarados de Córdoba”, “Los
Carranceros” y “Los R.R.”23, “Los Huelengues”24 – entre otros; 2) Comenzar el
exterminio de la guerrilla –“Colombia sin guerrilla “COLSINGUE”, “Muerte a
20 Pie de página número 50, de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, 11 de mayo de
2007, caso “La Rochela vs. Colombia”, referida igualmente en el caso 19 Comerciantes vs. Colombia.
21 Se conformó en 1984 en el Municipio de Puerto Boyacá, responsable de la desaparición y posterior ejecución
de los 19 comerciantes en la zona del Magdalena Medio en 1987; Corte Interamericana de Derechos Humanos,
caso 19 comerciantes vs. Colombia. Igualmente, el paramilitar MARCELIANO PANESSO, condenado como
coautor de la masacre “La Rochela” (comisión judicial), reconoce haber sido miembro de ACDEGAN –sentencia
de 23 de mayo de 2003, proferida por el Juzgado Primero Penal del Circuito especializado de Bucaramanga.
22 Identificados como los autores de la masacre de la Rochela. Corte Interamericana de Derechos Humanos, La
origen al frente Chocó. Mención hecha por Fredy Rendón Herrera, A. “El Alemán”, en el proceso que se adelanta
contra el general ® Rito Alejo del Río, ante la Fiscalía 14 de la Unidad Nacional de Derechos Humanos y
Derecho Internacional Humanitario.
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25 Tomado del párrafo 38 del “Informe conjunto de la visita a Colombia en 1994, de los Relatores Especiales de
Colombia”.
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124. “El gobierno legítimo, por esta misma razón, es el único titular de este
monopolio, sin que le sea permitido por la Carta a cualquier otra persona o
grupo detentar las que se señalan como armas y municiones de guerra. En
este sentido, la Corte considera que el concepto de armas de uso privativo
de las Fuerzas Armadas, debe corresponder al mismo que señala la
Constitución en la norma que se transcribe y que ha sido desarrollado por
disposiciones legales para distinguir con base en criterios técnicos, que
tienen relación con calibres, tamaños, potencias, usos especializados,
dotación, o propiedad, las armas que son de uso privativo de las fuerzas
Armadas y las demás que pueden poseer los particulares…
28 Tomado del pie de página número 57, párrafo 88, sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
, “La Rochela vs. Colombia”, 11 de mayo de 2007.
29 Ibidem, pie de página número 58.
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30 International Peace Observatory, Balance del proceso de desmovilización de los paramilitares en Colombia, 10
de julio de 2007, www.peaceobservatory.org
31 C. D. correspondiente a la audiencia de control formal y material de cargos, sesión del 18 de junio de 2009,
minuto 1:42:00.
32 Mencionada en el informe de miembros de grupo de Memoria Histórica de la C. N. R. R., “Masacre del Salado”
35 Manifestación de Salvatore Mancuso en la diligencia de versión libre, ante la Fiscalía delegada para la justicia
y la paz.
36 Folio 51 carpeta de documentos allegados por la fiscalía, que acreditan la existencia de las autodefensas
43 Lo que se ha documentado en la zona del Catatumbo, como Región de grandes cultivos de coca y corredor
para el narcotráfico.
44 Aproximadamente hacia 1983, con el “boom” del petróleo en Arauca, llega la guerrilla: el E.L.N. con el grupo
“Domingo Lain” y las FARC con el 10º Frente. Y posteriormente, en la década de los 90, los paramilitares.
Información suministrada por el investigador de la historia de Arauca, Ramón del Carmen Garcés, en sesión de
17 de agosto de 2010, diligencia de legalización formal y material de cargos.
45 Tomado de la indagatoria de 4 de enero de 2000, sumario radicado 150 de la Unidad Nacional de Derecho
Patrones delictuales
46Intervención del señor Federico Andreu Guzmán, subdirector del área de litigio de la Comisión Colombiana de
Juristas, en la sesión de legalización de cargos de 8 de agosto de 2010, Bloque Norte.
47 Declaración de IVAN DUQUE GAVIRIA, alias “Ernesto Báez”, rendida en Medellín el 14 de marzo de 2008,
ante un Magistrado Auxiliar de la Corte Suprema de Justicia, dentro del proceso que se adelantó en contra del
exparlamentario Dixon Ferney Tapasco, que conoció esta Sala por la petición de exclusión del postulado
DUQUE GAVIRIA, resuelta por esta ponente.
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140. Las cifras que presenta la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía General
de la Nación, constituyen una muestra de la forma criminal como actuaron las
Autodefensas Unidas de Colombia: 1.282 masacres, 31.215 casos de
desaparición forzada, 2.824 casos de reclutamiento de menores, 161.678
homicidios, 64.844 casos de desplazamiento forzado masivo de comunidades,
528 casos de violencia de género, 2.770 secuestros, 3.111 casos de extorsión y
55 casos de narcotráfico50.
141. La población civil fue la que resultó mayormente afectada, toda vez que la
estrategia de esta organización se centró en victimizar antes que propiciar
enfrentamientos; fueron acciones unilaterales con el fin de “eliminar a la base
civil” que supuestamente cumplía el rol de informante de la guerrilla, al punto que
el 98% de muertes, son de civiles fuera de combate51; esto se conoció como la
estrategia de “quitarle el agua al pez”.
49 Hechos ocurridos el 27 de febrero de 1997, por los cuales se dictó resolución acusatoria al General ® Rito
Alejo del Río y actualmente se encuentra en etapa del juicio ante el juzgado 8º especializado de Bogotá.
50 Datos tomados de la revista “huellas” número 71, agosto de 2010, página 42, de la Fiscalía General de la
Nación.
51 Datos suministrados por el investigador del CERAC, Alonso Tobón, en sesión de 8 de febrero de 2010, en
Escuelas de formación
144. En igual sentido hizo mención Isabel Cristina Bolaños, alias “Chave”55, al
referirse a su labor como política del grupo que hizo presencia en Córdoba y
Urabá, donde se encargó de enseñar lo relacionado con “Instituciones Políticas
Colombianas, Derecho Internacional Humanitario, Estatuto, régimen interno,
control administrativo, entre otros temas, para concluir que uno de los objetivos
de las Autodefensas fue “una Colombia Libre y en paz”. Para lograrlo era
necesario trabajar en tres tareas: En lo militar, para combatir la subversión; en lo
que trabajara con él en el departamento de Caldas, para impartir instrucción política al estamento militar de ese
bloque
55 Postulada del Bloque Norte, quien rindió indagatoria dentro del sumario con radicado número 150, ante la
Financiación
56 Mencionada por la fiscal que documentó y presentó el Bloque Norte, sesión de 9 de febrero de 2010.
57 Mencionada por el coronel ® Salatiel Soriano, en su intervención de 9 de febrero de 2010, diligencia de
legalización de cargos.
58 Mencionadas por la Fiscal encargada de la documentación del bloque Norte, sesión de febrero 9 de 2010,
legalización de cargos.
59 Mencionadas por la Fiscal que documentó el Bloque Vencedores de Arauca, en sesión de 6 de septiembre de
masacre de “La Rochela”, sentencia de 23 de mayo de 2003, proferida por el Juzgado Primero Penal del Circuito
especializado de Bucaramanga.
61 Ib.
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Armamento
63 Información suministrada por los fiscales que documentaron Bloque Norte, Bloque Héroes de Granada; Bloque
Vencedores de Arauca y Bloque Montes de María. Además está documentado en el “Informe de la Secretaría
general de la Organización de los Estados Americanos sobre el desvío de armas Nicaragüenses a las
Autodefensas Unidas de Colombia, 6 de enero de 2003; doc. 3687/03.
64 Está documentado en la indagatoria de JORGE ERNESTO ROJAS GALINDO de 6 de junio de 2002, ante la
Fiscalía delegada ante el D.A.S., quien a pesar de mostrarse ajeno a estos hechos, acepta cargos y solicita
terminación anticipada del proceso. Fue condenado en primer a instancia con sentencia de 6 de agosto de 2004,
por el Juzgado Cuarto Penal del Circuito Especializado de Bogotá.
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65 Mención hecha por el postulado y hoy condenado en primera instancia UBER ENRIQUE BANQUEZ
Arauca.
67 Información suministrada en la diligencia de legalización de cargos de alias “El Iguano”, quien, a manera de
ejemplo mencionó 310 fusiles con escudo de Venezuela que les quitaron a las FARC.
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68 Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, 2005, párrafo 96.32. Por estos hechos, fue
condenado el General ® Jaime Humberto Uscátegui Ramírez a la pena de 40 años de prisión, por una Sala del
Tribunal Superior de Bogotá. Actualmente se encuentra en Casación ante la Corte Suprema de Justicia.
69 Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso de la Masacre de la Rochela vs. Colombia,
86.b).
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158. Políticos del orden Nacional, Regional y Local. Las alianzas con
políticos en los lugares donde hicieron presencia fueron notorias. Congresistas,
Gobernadores, Alcaldes, Diputados, entre otros, resultaron beneficiados con el
actuar de las Autodefensas, pues les suministraban los dineros para sus
campañas, presionaban a la población para que votaran por sus candidatos o
amañaban los resultados. Una prueba diciente de esta afirmación, la constituyen
las sentencias de condena por concierto para delinquir agravado y las
investigaciones por el mismo delito, en contra de aforados que se adelantan ante
la Honorable Corte Suprema de Justicia. Mauricio pimiento Barrera (sentencia de
16 de abril de 2008, radicado 26740), Luís Eduardo Vives Lacouture (sentencia
de 1º de agosto de 2008, radicado 26470), Jorge Eliécer Anaya Hernández
(sentencia de 9 de septiembre de 2009, radicado 31.943), Ricardo Eriel Elcure
Chacón (sentencia de 16 de septiembre de 2009, radicado 29.640), Salvador
71 En la indagatoria del mayor ® Llorente Chávez cuenta en detalle como actuaron de manera concertada con
miembros de las autodefensas, haciendo retenes conjuntos, coordinando incursiones en las poblaciones,
permitiendo que la organización ilegal hiciera patrullajes, al punto que los “habitantes de la GABARRA,
confundían al soldado del batallón de contraguerrillas nro. 10 con los miembros de las Autodefensas, por ser de
la misma región, es decir del departamento de Córdoba”. Esto lo menciona en la indagatoria de 16 de abril de
2009 ante el Despacho 23 de la Fiscalía Especializada de Derechos Humanos.
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159. De igual forma, fueron condenados Eric Julio Morris Tabeada (sentencia de
19 de diciembre de 2007, radicado 26.118), Juan Manuel López Cabrales y
Reginaldo Montes Álvarez (sentencia de 25 de noviembre de 2008, radicado
26.942), Karelly Patricia Lara Vence (sentencia de 19 de agosto de 2009,
radicado 27,195), Vicente Blell Sad (sentencia de 26 de enero de 2010, radicado
23.802), por concierto para delinquir por conformación de grupos armados
paramilitares.
164. Esa región está localizada en la zona norte del departamento de Norte de
Santander y conformada por los municipios de El Carmen, Convención, El Tarra,
Tibú, Sardinata, Hacarí, La Playa, San Calixto, Teorema y el Zulia, aclarando
que no solo en estas poblaciones tuvieron asentamiento el grupo de
72 7 de diciembre de 2009
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73 Serrano López Miguel, Conflicto armado y cultivos ilícitos: efectos sobre el desarrollo humano en el Catatumbo
, quien intervino en la audiencia de legalización de cargos, por invitación que le hiciera la Sala.
74 CD Audiencia pública de control de legalidad formal y material de cargos, sesión del 17 de junio de 2009.
75 CD correspondiente a la audiencia de control formal y material de cargos, realizada el 7 de julio de 2009, 1ª
76 CD audiencia pública de control de legalidad formal y material de cargos, sesión del 17 de junio de 2009,
170. 4.2.4. La presencia del bloque Catatumbo en esta región, afectó varios
aspectos a saber: el establecimiento de un sistema paralelo de tributación por
parte de los actores armados; la restricción de la circulación de mercancías y
mano de obra; la reducción masiva del ingreso provocada por una desactivación
económica crítica, derivada del desplazamiento forzado interno; efecto negativo
sobre el ingreso de la actividad agropecuaria, adicional a la restricción del paso
de insumos agropecuarios, gasolina y cemento; restricción del paso de
mercancías hacia el sector rural, incluidos los bienes de canasta familiar y las
drogas, bajo la hipótesis de que los pequeños productores son cómplices o
colaboradores de la guerrilla a la que le llevan provisiones o medicinas; y
finalmente, los altos costos de la provisión de bienes públicos en el área rural por
las fallas de conectividad derivada de la presencia de grupos armados ilegales
que provoca un efecto circular de reducción de ofertas de bienes públicos
(construcción de vías, prestación de servicios de asistencia técnica para la
producción, etc.), el riesgo que corren los ejecutores de estas actividades
incrementa el costo de prestación a este nivel que no son pagables por el
gobierno local.81
80 Informe FGN-UNF JP-020, de la fiscalía general de la Nación, folio 49 carpeta uno, documentos que acreditan
la existencia de las autodefensas campesinas de Córdoba y Urabá.
81 Serrano López, cfr.
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172. 4.3. Simultáneamente con el arribo del bloque Catatumbo, lo hace el frente
Fronteras, por decisión de la casa Castaño en el mes de marzo de 1999. Como
comandante fue designado JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA quien recibe
instrucciones de Salvatore Mancuso para que inicie una acción de exterminio
selectivo y continúe con la violencia sistemática contra los pobladores
considerados como miembros del grupo en contienda –la guerrilla- o sus
auxiliadores, específicamente en el área metropolitana de Cúcuta y en las
poblaciones de Puerto Santander, Villa del Rosario, Zulia Gramalote, Aguas
Claras, La Floresta, Distrito del Riego, La Silla, Vigilancia, Sardinata, Cornejo,
Salazar de las Palmas, Ragumbalia, Chinácota, Pamplona, Cicutilla, Los Patios,
Juan Frio, La Alborada y Guaramita. Hizo su arribo alias “iguano” el 5 de mayo
de 1999 a Cúcuta y junto con sus hombres comienzan a anunciar la presencia
de las autodefensas con la ejecución de personas en la forma como se observa
en cada uno de los casos puestos a consideración de la Sala para su
legalización.
176. 4.3.3. Los gastos mensuales del frente fronteras, ascendían a cuatrocientos
ochenta millones de pesos, utilizados para pago de nómina de los miembros del
grupo, pagos a colaboradores como autoridades, fuerza pública etc. y gastos
médicos87 y según cálculos que hicieron, los costos de la guerra durante los
cinco años en que hicieron presencia en la zona, ascendieron aproximadamente
a doscientos cuarenta y cinco mil millones de pesos88
87 CD correspondiente a la audiencia de control formal y material de cargos, sesión del 21 de julio de 2001.
88 CD correspondiente a la audiencia de control formal y material de cargos, sesión del 21 de julio de 2009.
89 CD correspondiente a la audiencia de control formal y material de cargos, sesión de 19 de junio de 2009,
minuto 1:16:59
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179. Con posterioridad a la fecha en que se legalizaron los cargos objeto del
presente proceso, se documentó la estrecha relación entre el Frente Fronteras y
el Bloque Vencedores de Arauca, en lo atinente al reclutamiento de personas
para la naciente organización comandada por Miguel Ángel Melchor Mejía
Múnera.
91 Narración de hechos contenida en la sentencia de casación, radicado 24.448, Corte Suprema de Justicia, 12
de septiembre de 2007.
92 En la sentencia de casación con radicado 24.448 se deja claro que entre el Ejército y AUC existió un “maridaje”
y las pruebas que allí se relacionan, dan fe de ello. Igual situación se ve reflejada en la sentencia de condena
proferida por el Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado de Cúcuta, radicado 54-001-31-007-001-2010-
00135, de 30 de agosto de 2010 contra MAURICIO LLORENTE CHAVEZ, comandante del Batallón 46 Héroes
de Saraguro, para la época de la masacre de Tibú en agosto de 1999. En la indagatoria relata de manera
detallada como la incursión a esta población se hizo de manera coordinada con altos mandos militares, quienes
previamente conocían de lo planeado por Carlos Castaño y su llegada a esta zona.
93 Sesión de 1º de septiembre de 2010, diligencia de legalización de cargos, bloque Vencedores de Arauca.
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94 Decisión de segunda instancia dentro del presente radicado, que surtió el recurso de apelación de la
legalización de cargos. Radicado 33-301. M. P. Doctor Alfredo Gómez Quintero.
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95 Se dijo en esa decisión: “En efecto, para el caso que hoy ocupa nuestra atención, no admite discusión la
presencia de grupos armados diferentes al ejército Nacional en varios departamentos de Colombia, como la
subversión y las autodefensas; específicamente en la región del Catatumbo, hicieron presencia el frente 33 de
las F. A. R. C. comandada para los años 90 por Emiro Suárez Ropero, con dominio en la región de la Gabarra,
Ocaña, Tibú y el Tarra; el E. L. N. que inicialmente realizó operaciones delictivas en Teorema, San Calixto, Acarí
y Tibú, además del E.P.L. y el Bloque Catatumbo de las autodefensas. En esta zona, entre 1986 y 1998 la
organización que más acciones armadas directas realizó fue el ejército de liberación nacional –ELN-; entre 1999
y 2002 el dominio territorial fue de las autodefensas con su principal base en el municipio de Tibú, y a partir del
año 2002 nuevamente se incrementa la presencia de la subversión, especialmente de las FARC.
89
Tribunal Superior de Bogotá
En lo que hace al actuar de los grupos subversivos, su pretensión está orientada teóricamente al cambio de las
Instituciones legalmente constituidas y con esa filosofía se presentan continuos enfrentamientos con el ejército
Nacional y afectación de los derechos de la población civil. Para combatir a la guerrilla, recuperar los territorios
ocupados por ella y quitarles las fuentes de financiación, comienzan a incursionar las autodefensas que, en el
caso del Bloque Catatumbo es en el año de 1999, verificándose, también enfrentamientos entre estas y los
grupos subversivos, así como nuevas modalidades de violación a los derechos fundamentales de la población
civil (como se verá en el análisis de cada caso presentado para la legalización de cargos). El objetivo fue claro:
1)Oposición política y militar al aparato armado subversivo en las mismas condiciones de provocación y
agresión planteadas por las organizaciones guerrilleras”, registrado en el capítulo tercero de os estatutos de
constitución y régimen disciplinario, documento en el que se define la naturaleza de la organización, los principios
fundamentales, objetivos políticos, misión, composición y régimen interno de la organización, estructura, mando
y conducción, patrimonio y régimen económico, naturaleza político-militar del movimiento paramilitar.
No se trata de ataques esporádicos y aislados. La historia nos ha mostrado que son décadas de lucha entre los
diferentes actores armados, cada uno de los cuales cuenta con una organización de personas bien estructurada,
bajo el mando de un comandante responsable y con unos líderes que mancan las directrices a seguir, además
con estatutos propios que quisieron /y aun quieren) imponer en los lugares donde tienen dominio.
A fundamentar ese reconocimiento del conflicto armado que está haciendo la Sala, concurren además:
2.1.1. El contenido de la Ley 975 de 2005, artículo 1º que señala como objetivo de ésta: “facilitar los procesos
de paz y reincorporación individual o colectiva a la vida civil de miembros de grupos armados al margen de la
ley, garantizando los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación” (resaltado fuera de texto).
2.1.2. Las discusiones que antecedieron al texto definitivo de la ley 975, tanto en la Cámara como en el Senado,
siempre colocaron como destinatarios de esta ley a las personas acusadas de cometer graves violaciones a los
derechos humanos en el marco del conflicto armado y la reivindicación de los derechos de las víctimas a la
verdad, la justicia y la reparación. En el proyecto 211, al exponer el objeto de la ley señalan: “En el estudio de
los proyectos de la ley objeto de esta ponencia es importante aclarar que el objeto de estas iniciativas es
poner fin al conflicto armado y no simplemente permitir la reincorporación de algunos miembros de
grupos ilegales a la sociedad”
De igual manera, existen decisiones de organismos del Estado como la Procuraduría Delegada Disciplinaria para
la defensa de los Derechos Humanos, en las que se ha sancionado disciplinariamente a miembros de las fuerzas
militares, con fundamento en el incumplimiento en la Constitución, la Ley y las normas propias del Derecho
Internacional Humanitario.
Por consiguiente, cumplidas las exigencias del protocolo Adicional II artículo 1º y el párrafo 1º de este mismo
artículo, pues objetivamente al contrastar esas exigencias con lo que ocurrió (y aún sigue ocurriendo) en gran
parte de nuestro territorio patrio, como son: la incursión de actores armados que se enfrentan al Estado o entre
ellos mismos, con dominio en los territorios en donde han hecho presencia y con una estructura jerárquica
claramente definida, bajo el mando de uno o varios responsables, válidamente se concluye que en Colombia
desde hace varias décadas se vive un conflicto armado y por tanto, las conductas realizadas por los actores, en
contra de la población civil, deberán enmarcarse en el contexto de crímenes que atentan contra el derecho
internacional humanitario…”
90
Tribunal Superior de Bogotá
97Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, segunda instancia radicado 33.301, de 11 de marzo de 2010 que
decidió sobre la apelación de la providencia de legalización formal y material de cargos, contra JORGE IVAN
LAVERDE ZAPATA.
92
Tribunal Superior de Bogotá
191. Esta relación depende de la importancia que tiene la existencia del conflicto
armado en 1) la capacidad del autor de cometer el delito; 2) en su decisión de
cometerlo; 3) en el modo de cometerlo y 4) en la finalidad del acto.99 Estos
cuatro requisitos demuestran la naturaleza de crimen de guerra de cada uno de
los delitos imputados al desmovilizado como se verá a continuación:
192. En lo que hace a la capacidad del autor para cometer el delito, no debe
olvidarse que todos los 31 hechos (por que se exceptúa el concierto para
delinquir), son imputables a la organización paramilitar denominada frente
Fronteras del Bloque Catatumbo y a JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA como
comandante del mencionado Frente (aclarando que a él se le imputaron los 32
hechos). No admite discusión que el aquí postulado perteneció a la estructura
armada e hizo parte activa del conflicto, pues no sólo la pertenencia a la
organización armada por él confesada, si no la verificación que de éste aspecto
hizo la fiscalía, permiten afirmarlo100.
98 TPIY, sentencia de 16 de noviembre de 1998 (Mucic et al TC), parág. 193; TPIY, sentencia de 25 de junio de
1999 (Aleksovski, TC), parág. 45, citadas por Gerhard Werle, “Tratado de Derecho Penal Internacional”, página
461.
99 TPIY, sentencia de 12 de junio de 2002 (Kunarac et al, AC), parág. 58; TPIY, sentencia de 29 de noviembre de
2002 (Vasiljevic et al, AC), parág. 25; Gerhard Werle, “Tratado de Derecho Penal Internacional”, página 461.
100 Prueba de ello, es la resolución 091 de 2004, mediante la que se declaró “abierto el proceso de diálogo,
negociación y firma de acuerdos con las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC de que trata el artículo 3 de la
Ley 782 de 2002”; informe 00015855 de 18 de febrero de 2008, suscrito por el Alto Comisionado para la paz,
dando cuenta de la desmovilización del Bloque Catatumbo el 10 de diciembre de 2004, y reconociendo a
Salvatore Mancuso Gómez como miembro representante; Oficio de 15 de agosto de 2006, que remite a la
Fiscalía General de la Nación el listado de los postulados que potencialmente pueden ser beneficiarios de la ley
975 de 2005, donde incluyen al señor JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA en el puesto 282.
93
Tribunal Superior de Bogotá
193. En efecto, la Fiscalía demostró con suficiencia que este postulado hizo
parte de la organización paramilitar desde 1996, hasta la fecha de su
desmovilización -18 de enero de 2005, inicialmente en el grupo que operó en el
Municipio de Turbo (Antioquia), luego en Itsmina y Quibdo (Chocó) y en 1999 en
la región del Catatumbo, como comandante del Frente Fronteras101, zona donde
tuvieron ocurrencia todos y cada uno de los hechos aquí legalizados,
concluyendo entonces que LAVERDE ZAPATA fue miembro de uno de los
actores del conflicto armado interno.
101 C.D. número 1, contentivo de la imputación parcial y medida de aseguramiento, minuto 57:19.
94
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197. A la luz de los requisitos examinados es posible afirmar que los asesinatos,
torturas, actos de terrorismo, desplazamientos forzados, destrucción de bienes
protegidos y exacciones o contribuciones arbitrarias imputadas al postulado que
aquí se juzga, tienen una relación funcional con el conflicto armado interno, y por
este motivo, deben ser calificados como crímenes de guerra, independiente de
la fecha en que se ejecutaron y de sus aparentes móviles, pues contrastando
cada uno de los acontecimientos con los requisitos arriba enunciados se puede
llegar a esa conclusión, así:
198. Los hechos 2, 3, 4 y 6 acaecidos antes del 25 de julio de 2001 –cuando aún
no se habían tipificado internamente los delitos que atentan contra el Derecho
Internacional Humanitario- y siguiendo los lineamientos de la Honorable Corte
Suprema de Justicia en reciente pronunciamiento102, también deben ser
calificados como crímenes de guerra, sin que se vea vulnerado el principio de
legalidad, toda vez que los convenios de Ginebra de 1949, entraron en vigor
102Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, auto de única instancia 33.118, adelantado contra el ex
congresista Cesar Pérez García. 13 de mayo de 2010. Una mención similar, pero no de forma tan expresa la
había hecho la Sala penal de la Corte Suprema de Justicia dentro de la decisión de revisión, con radicado
28.476 contra Cesar Emilio Camargo Cuchía y otros.
95
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103Ibid.
104Corte Constitucional, sentencia C-225 de 1995 sobre revisión constitucional del Protocolo II adicional a los
convenios de ginebra.
96
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207. 1) Los hechos ejecutados por el frente Fronteras con el móvil de “limpieza
social”, y que fueron citados en el párrafo anterior, se llevaron a cabo por el
aparato organizado de poder comandado por el aquí postulado JORGE IVAN
LAVERDE ZAPATA, siguiendo las directrices trazadas desde la comandancia de
las AUC, es decir, que fueron ejecutados por uno de los actores del conflicto
armado. Así lo reconoció en sus versiones libres el señor LAVERDE y lo
evidenció la Fiscalía en el escrito de acusación y en la audiencia de legalización
de cargos.106
208. 2) Alias “El Iguano”, como comandante militar del frente Fronteras dirigió su
voluntad al cumplimiento de las políticas de acción militar de la casa Castaño, al
punto que él mismo impartió las órdenes a los combatientes urbanos bajo su
mando para que ejecutaran a quienes fueran señalados de ser “ladrones,
viciosos, homosexuales, etc.” Además, dejaron mensajes en las paredes
informando que seguirían atentando contra personas calificadas como
indeseables por la comunidad (“fuera viciosos”, “muerte a ladrones”); así lo
acreditó la Fiscalía en la audiencia respectiva ante esta Sala.
febrero de 2001, siendo las 12 y 30 de la tarde, en el parque del Barrio Antonia Santos sector del callejón frente a
la Cárcel Modelo Vieja de la ciudad de Cúcuta, siguiendo ordenes del comandante paramilitar JORGE IVAN
LAVERDE ZAPATA, los criminales JAIME SANCHEZ alias JORGE MENECO, ARGEMIRO MONTAÑO VELEZ
alias MENCO y ORLANDO BOCANEGRA alias EL VIEJO, pertenecientes al Frente Fronteras del Bloque
Catatumbo, se desplazaron hasta el lugar y procedieron a disparar indiscriminadamente contra las personas
que allí se encontraban acabando con la vida de HECTOR URIEL CALDERON ACEVEDO, PEDRO ANTONIO
BALBINO, JOSE FREDY DAZA, LUZ DARY SILVA UMAÑA, WOLMAN ALBERTO MARQUEZ, SACHA
SABRINA CARREÑO, CARLOS ALBERTO RODRIGUEZ, en el mismo hecho resultaron heridas EMERSON
DAZA y TERESA RINCON, quienes lograron salvar la vida luego de la atención médica pertinente, al ser
señalados por el grupo ilegal como delincuentes y personas dedicadas al expendio de drogas alucinógenas,
como lo habían hecho saber a través de grafittis pintados en las paredes de las residencias del sector “fuera
ladrones y vendedores de droga”
99
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211. 5) las víctimas: en todos los casos, los afectados por los hechos violentos
del frente Fronteras eran personas que no participaban activamente de las
100
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212. De otro lado, se pregunta la Sala: ¿es posible que todos esos asesinatos
los hubiera podido ejecutar el señor LAVERDE ZAPATA, si no hubiera contado
con un aparato militar organizado que lo respaldaba, como el frente Fronteras, el
Bloque Catatumbo y la organización de autodefensas? La respuesta es negativa.
La relación entre el conflicto armado y estos hechos es inescindible, como se
dejó expuesto. En consecuencia, la Sala concluye que las muertes aquí referidas
también deben ser calificadas como crímenes de guerra.
216. A su turno, las personas protegidas señaladas por el artículo 135 del
Código Penal están clasificadas en las siguientes categorías: 1) la población
civil, entendida como aquél conglomerado de personas conformado
predominantemente por civiles (la presencia de combatientes en dicho conjunto
de personas no altera el carácter de población civil de la misma)107; 2) los
combatientes que se han rendido o que por cualquier razón están fuera de
combate. La protección para las personas fuera de combate se encuentra
prevista por el artículo 3º común de las Convenciones de Ginebra y en el 7º del
Protocolo adicional II; 3) el personal sanitario o religioso, artículo 9º del
Protocolo adicional II, los periodistas o corresponsales de guerra autorizados,
aquellas personas que al comienzo de las hostilidades fueron consideradas
apátridas o refugiados y cualquier otra persona que tenga la condición de
persona protegida en virtud de los cuatro Convenios de Ginebra, de los
Protocolos Adicionales o en virtud de otros Convenios que sobre la materia
llegaren a ratificarse108.
217. Como puede observarse, los asesinatos materia de esta sentencia pueden
ser ubicados en la primera categoría mencionada, por cuanto las víctimas de
éstos fueron todas personas que no participaban activamente de las hostilidades
del conflicto armado, es decir, población civil.
109VALENCIA VILLA, La Aplicación del Derecho Internacional Humanitario dentro del marco de la Ley de Justicia
y Paz, Centro Internacional para la Justicia Transicional, 2010, documento no publicado, página 66.
103
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222. Actos de terrorismo. El artículo 13.2 del Protocolo Adicional II prohíbe los
actos o amenazas de violencia cuya finalidad principal sea aterrorizar a la
población civil.
110Sentencia del Tribunal Penal Internacional para Yugoslavia citada por la Corte Constitucional, C-291 del 25 de
abril de 2007.
104
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232. Los artículos 14, 15 y 16 del Protocolo Adicional II protegen los bienes
indispensables para la supervivencia de la población civil, las obras e
instalaciones que contienen fuerzas peligrosas, los bienes culturales y los
lugares de culto. Estas disposiciones corresponden se con el artículo 8.2 e) xii)
del Estatuto de la CPI que regula como conducta típica la destrucción y
apropiación de bienes.
233. Una especial protección para los bienes en caso de conflicto armado, se
puede encontrar en la Convención para la protección de los bienes culturales en
caso de conflicto armado y en el Protocolo para la protección de los bienes
culturales en caso de conflicto armado.
106
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235. “El principio de distinción, que es una de las piedras angulares del Derecho
Internacional Humanitario, se deriva directamente del postulado según el cual se
debe proteger a la población civil de los efectos de la guerra, ya que en tiempos
de conflicto armado sólo es aceptable el debilitamiento del potencial militar del
enemigo111. Dicho principio obliga a las partes en un conflicto a esforzarse por
distinguir entre objetivos militares y bienes civiles. Los bienes civiles son
aquellos bienes que no pueden ser considerados legítimamente como objetivos
militares; los objetivos militares, por su parte, son aquellos bienes que por su
naturaleza, ubicación, finalidad o utilización contribuyan eficazmente a la acción
militar y cuya destrucción total o parcial, captura o neutralización ofrezca, en las
circunstancias del caso, una ventaja militar definida”112.
236. Bajo esas condiciones se legalizó el hecho 10 (Código Penal artículo 154
destrucción y apropiación de bienes protegidos).
114 Revista Internacional de la Cruz Roja N0 144, pp.695-710 por Marie Claude Roberge, 30-11-1997
115 (c) CRIMENES CONTRA LA HUMANIDAD: A saber, el asesinato, la exterminación, esclavización, deportación
y otros actos inhumanos cometidos contra población civil antes de la guerra o durante la misma; la persecución
por motivos políticos, raciales o religiosos en ejecución de aquellos crímenes que sean competencia del Tribunal
o en relación con los mismos, constituyan o no una vulneración de la legislación interna de país donde se
perpetraron.
116 c) CRIMENES CONTRA LA HUMANIDAD: Es decir, el asesinato, el exterminio, la esclavitud, la deportación
de otras acciones inhumanas cometidos contra cualquier población civil, antes o durante la guerra, o las
persecuciones por causas políticas o raciales en ejecución o en conexión con cualquier otro crimen de la
jurisdicción del Tribunal, violando o no las leyes nacionales del país donde son perpetrados
117 Creado el 19 de enero de 1946, por el general MacArthur
118 Art. II. 1 c) de la Ley n° 10 del Consejo de Control Aliado: Crimes against humaniti. Atrocities and offenses,
including but not limited to murder, extermination, enslavement, deportation, imprisonment, torture, rape, or other
inhumane acts committed against any civilian population, or persecutions on political, racial or religious grounds
whether or not in violation of the domestic laws of the country where perpetrated.
119 WERLE Gerhard, Tratado de Derecho Penal Internacional, Tirant lo Blanch, Valencia, 2005, Página 351.
109
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242. Dos años después de la aprobación del Estatuto del Tribunal Penal
Internacional para Ruanda por parte del Consejo de Seguridad, la Comisión de
Derecho Internacional incluyó en el proyecto de Código de Crímenes contra la
Paz y la Seguridad de la Humanidad otra definición de los crímenes contra la
humanidad, que tuvo un papel importante en las negociaciones del Estatuto de
Roma, donde a pesar de la existencia de un núcleo del tipo válido como derecho
internacional consuetudinario, la formulación de los crímenes de lesa humanidad
fue una tarea difícil. En definitiva, ponderando las definiciones previas y la
jurisprudencia del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, en el
artículo 7 del Estatuto de la Corte Penal Internacional pudo formularse un tipo
comparativamente más preciso122.
120 Creado por el Consejo de Seguridad mediante resolución 808 del 22 de febrero de 1993
121 Creado por el Consejo de Seguridad mediante resolución 535 de 1994.
122 WERLE Gerhard, Op cit. Pág 355
110
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244. Sin embargo debe recalcar la Sala que la Carta Política Colombiana
prohíbe la pena de muerte, el sometimiento a otro a desaparición forzada,
torturas o tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes; la aplicación del
principio fundamental de la igualdad prohibiendo cualquier tipo de discriminación
por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión
política o filosófica; y la prohibición de la esclavitud, la servidumbre y la trata de
seres humanos en todas sus formas123.
245. Lo anterior no ha sido obstáculo para que, por vía del Bloque de
Constitucionalidad, se adelanten investigaciones por crímenes bajo el derecho
internacional124, algunos de los cuales pueden ser enmarcados dentro de esta
especial categoría de lesa humanidad. Así lo ha establecido la Sala de Casación
Penal de la Corte Suprema de Justicia en el auto radicado 32022 de 21 de
septiembre de 2009125:
246. Por lo tanto, para efectos de calificar los crímenes atroces cometidos contra
la población civil por los grupos armados al margen de la ley, dentro del contexto
de los llamados crímenes de lesa humanidad, debido a que se trata de una
123 Artículos 11, 12, 13 y 17 de la Constitución Política de Colombia.
124Entre ellos, los crímenes de lesa humanidad (carácter sistemático o generalizado de los delitos cometidos por
los grupos desmovilizados), o los crímenes de guerra (hechos ocurridos en combate). Es necesario recordar que
existen delitos bajo el derecho internacional que no configuran un crimen de lesa humanidad en todos los casos
(por la falta del requisito de masividad o sistematicidad), así como tampoco todos los crímenes perpetrados en el
contexto de un conflicto armado son necesariamente crímenes de guerra. Al respecto, véase: WOUTERS, Jean:
“La obligación de judicializar los crímenes del derecho internacional”, En: Reed Hurtado, Michael (Editor)
Judicialización de crímenes de sistema. Estudios de caso y análisis comparado. Bogotá: Centro Internacional
para la Justicia Transicional (ICTJ), Fondo global para la Paz y la Seguridad del Ministerio de Relaciones
Exteriores y Comercio Internacional de Canadá, 2008, páginas. 79 y ss.
125 Corte Suprema de Justicia, auto radicado 32022 – 21 de septiembre de 2009, Magistrado Ponente
251. “93. En esta sección la Corte analizará si el crimen cometido en contra del
señor Almonacid Arellano podría constituir o no un crimen de lesa humanidad.
En este sentido, la Corte debe analizar si para el 17 de septiembre de 1973,
fecha en que murió el señor Almonacid Arellano, el asesinato constituía un
crimen de lesa humanidad, y en qué circunstancias.
253. 95. El asesinato como crimen de lesa humanidad fue codificado por primera
vez en el artículo 6.c del Estatuto del Tribunal Militar Internacional de
Nuremberg, el cual fue anexado al Acuerdo para el establecimiento de un
Tribunal Militar Internacional encargado del juicio y castigo de los principales
criminales de guerra del Eje Europeo, firmado en Londres el 8 de agosto de
Corte IDH. Caso Almonacid Arellano y otros Vs. Chile, Sentencia sobre Excepciones Preliminares, Fondo,
126
Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de septiembre de 2006. Serie C No. 154, párrs 93 a 104.
113
Tribunal Superior de Bogotá
255. En base a ello, la Corte reconoce que los crímenes contra la humanidad
incluyen la comisión de actos inhumanos, como el asesinato, cometidos en un
contexto de ataque generalizado o sistemático contra una población civil. Basta
que un solo acto ilícito como los antes mencionados sea cometido dentro del
contexto descrito, para que se produzca un crimen de lesa humanidad. En este
sentido se pronunció el Tribunal Internacional para la ex Yugoslavia en el caso
Prosecutor v. Dusko Tadic, al considerar que "un solo acto cometido por un
perpetrador en el contexto de un ataque generalizado o sistemático contra la
población civil trae consigo responsabilidad penal individual, y el perpetrador no
necesita cometer numerosas ofensas para ser considerado responsable". Todos
estos elementos ya estaban definidos jurídicamente cuando el señor Almonacid
Arellano fue ejecutado.
114
Tribunal Superior de Bogotá
258. 99. Basándose en los párrafos anteriores, la Corte encuentra que hay
amplia evidencia para concluir que en 1973, año de la muerte del señor
Almonacid Arellano, la comisión de crímenes de lesa humanidad, incluido el
115
Tribunal Superior de Bogotá
[...]
259. 103. Como se desprende del capítulo de Hechos Probados (supra párr.
82.3 a 82.7), desde el 11 de septiembre de 1973 hasta el 10 de marzo de 1990
gobernó en Chile un dictadura militar que dentro de una política de Estado
encaminada a causar miedo, atacó masiva y sistemáticamente a sectores de la
población civil considerados como opositores al régimen, mediante una serie de
graves violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional, entre las
que se cuentan al menos 3.197 víctimas de ejecuciones sumarias y
desapariciones forzadas, y 33.221 detenidos, de quienes una inmensa mayoría
fue víctima de tortura (supra párr. 82.5). De igual forma, la Corte tuvo por
probado que la época más violenta de todo este período represivo correspondió
a los primeros meses del gobierno de facto. Cerca del 57% de todas las muertes
y desapariciones, y el 61% de las detenciones ocurrieron en los primeros meses
de la dictadura. La ejecución del señor Almonacid Arellano precisamente se
produjo en esa época.
266. El Tribunal estima que incluso si los actos cometidos por los demandantes
podrían haber sido vistos como legales bajo el derecho soviético en vigor
entonces, los tribunales estonios sí han concluido en cambio que ya constituían
crímenes contra la humanidad en el momento de su comisión a la luz del
derecho internacional. El Tribunal no ve motivo para llegar a una conclusión
diferente. En este contexto, hay que mencionar que la Unión Soviética era parte
del Acuerdo de Londres de 8 de agosto de 1945, mediante el cual se promulgó
118
Tribunal Superior de Bogotá
267. Finalmente, otro antecedente a tener en cuenta para concluir que los
hechos aquí legalizados constituían crímenes de lesa humanidad bajo el
derecho internacional al momento de su comisión (antes del 1º de noviembre de
2002, fecha en que entró en vigor el Estatuto de Roma para nuestro Estado, en
relación con crímenes de lesa humanidad), lo encontramos en el fallo de
segunda instancia del caso contra Dusko Tadic del Tribunal Penal Internacional
para la antigua Yugoslavia, de 15 de julio de 1999 que, además, recoge los
elementos estructurantes de esta categoría delictiva, así: “La Sala de
Apelación concuerda en que puede inferirse de las palabras “dirigido en
contra de cualquier población civil” del artículo 5 del Estatuto, que los
actos del acusado deben comprender parte de un patrón de crímenes
masivos o sistemáticos dirigidos contra la población civil y que el acusado
debe saber que sus actos encajan en dicho patrón…128”, aclarando que
según el derecho internacional consuetudinario esos crímenes pueden ser
cometidos en tiempo de conflicto armado o en tiempos de paz.129
269. Ahora bien, con relación a las condiciones que caracterizan esta especial
categoría de graves atentados contra la humanidad para 1999, éstos se pueden
deducir de la definición que el Tribunal Penal Internacional para antigua
Yugoslavia formuló en el caso Tadic: 1) deben comprender parte de un patrón de
crímenes masivos o sistemáticos; 2) deben estar dirigidos contra la población
civil; 3) el acusado debe saber que sus actos encajan en dicho patrón y 4)
pueden ser ejecutados en tiempos de conflicto armado o en tiempos de paz. 5)
la intención discriminante, sólo es exigible cuando se trate de crímenes de
persecución, que no es el caso aquí analizado.
270. Surge aquí otra cuestión relevante relacionada con la posibilidad de que
miembros de un grupo armado organizado al margen de la ley puedan cometer
crímenes de lesa humanidad, cuando aparentemente, esta especial categoría de
delitos esta reservada para las políticas o prácticas, expresas o tácitas, de
agentes del Estado. La solución surge de nuevo del caso Tadic:
273. “Esta alternativa está destinada a excluir las situaciones donde un individuo
comete un acto inhumano por su propia iniciativa con el propósito de su propio
plan criminal, en ausencia de todo apoyo o dirección de un gobierno, grupo u
organización. Este tipo de conducta criminal aislada por parte de un individuo no
constituirá un crimen de lesa humanidad. Es la instigación o la dirección o de
un gobierno o de una organización de un grupo cualquiera, la que da al
acto su dimensión y hace imputable los crímenes de lesa humanidad a
personas particulares o a agentes del Estado”131. (resaltado fuera de texto).
274. En conclusión, es claro que los hechos aquí juzgados pueden ser
considerados también como crímenes de lesa humanidad, de acuerdo con el
derecho internacional vigente al momento de su consumación.
276. En efecto, las estadísticas presentadas por el Ente fiscal muestran que los
asesinatos, agresiones sexuales, torturas, desplazamientos forzados ilegales y
desapariciones forzadas no fueron hechos aislados que se presentaron en
Cúcuta y su área Metropolitana.
131Proyecto de Código de la Comisión de Derecho Internacional de 1996, pág. 94, citado en el caso de Dusko
Tadic, fallo de 7 de mayo de 1997, Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia, sala de primera instancia.
122
Tribunal Superior de Bogotá
278. Son ciento setenta muertes ejecutadas, unas directamente por el señor
LAVERDE ZAPATA –casos 2, 3 y 4- y otras, cumpliendo las ordenes
previamente impartidas a todos los integrantes del frente Fronteras del Bloque
Catatumbo y que no son otras que asesinar a quienes consideraran subversivos
o auxiliadores de éstos y a quienes fueran señalados de perturbar el orden
social, esto es, consumidores o expendedores de vicio, delincuentes, prostitutas
y otras personas que, a su juicio fueran indeseables –todos los demás casos,
diferente del concierto para delinquir agravado-. No obstante, la Sala aprecia
que estos dos móviles no fueron los únicos que determinaron al grupo ilegal a
terminar con la vida de algunos pobladores de Cúcuta y sus alrededores, como
se verá a continuación.
280. Las víctimas en las masacres y en las muertes selectivas: la población civil.
Y sobre este tópico, la Sala quiere hacer una precisión con relación a lo
consignado en la legalización de cargos. La población civil como víctima de
estos graves atentados contra la humanidad son “aquellas personas que no
forman parte del poder organizado del que proviene la violencia. Lo
determinante no debe ser el estatus formal, como la pertenencia a
determinadas fuerzas o unidades armadas, sino el rol efectivo en el
momento de la comisión delictiva”132
285. En este sentido, las masacres (hechos 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13,
14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26 y 27) , los homicidios selectivos
(hechos 28, 29, 30, 31 y 32), la tortura (hecho 32), los desplazamientos
forzados (hechos 28, 30 y 31), y el concierto para delinquir (hecho 1), fueron
consumados con conocimiento y voluntad por parte del aquí desmovilizado
LAVERDE ZAPATA, para contribuir de esta forma en el cumplimiento de los
objetivos trazados por la organización criminal de los paramilitares.
125
Tribunal Superior de Bogotá
290. En principio, los hechos aquí legalizados y que hoy son objeto de sentencia,
deben ser caracterizados como crímenes de guerra, por las razones que en el
aparte pertinente se dejaron consignadas, pero igualmente cumplen las
condiciones para calificarlos como de lesa humanidad. No existe ninguna
disposición que impida la doble calificación de esas conductas. Por el contrario,
decisiones como el fallo de segunda instancia de 15 de julio de 1999 del Tribunal
Penal Internacional para la ex Yugoslavia, así lo ratifican. En uno de sus apartes
dijo:
291. “286. No tendría sentido afirmar que en todos los casos estos ejemplos
entrarían en la categoría de crímenes de guerra o graves “infracciones a leyes o
costumbres de guerra” previstos en el artículo 3º del Estatuto. Esto fallaría al
explicar por qué los redactores del Estatuto consagraron en él, no sólo los
crímenes de guerra, sino también los crímenes de lesa humanidad. De hecho,
quienes esbozaron el Estatuto incluyeron deliberadamente las dos clases de
crímenes, ilustrando así su intención de que esos crímenes de guerra que,
además de atacar a civiles como víctimas presentan características especiales
como hacer parte de prácticas masivas y sistemáticas, deben ser clasificados
como crímenes de lesa humanidad y merecen ser castigados de acuerdo a ello”.
293. La sentencia es el mecanismo jurídico por medio del cual se pone fin al
procedimiento y es allí, donde se resuelven aspectos relacionados con la
imputación, atribución positiva o excluyente de las expresiones singulares de la
autoria o de participación responsable, por tanto, un análisis que dirima de
manera definitiva los mencionados aspectos, es de vital importancia,
especialmente, porque la responsabilidad penal, es “…el objeto de máxima
consideración del debido proceso, y es con referencia a la misma como al
interior de la investigación y el juzgamiento se concretan los actos de
formulación de la imputación, decreto e imposición de la medida de
aseguramiento, acusación, preclusión de la investigación y la sentencia
absolutoria o condenatoria.”135, motivo suficiente para que la Sala se pronuncie y
defina la forma en que se puede atribuir la responsabilidad al postulado.
COMO AUTOR
296. El artículo 29, define como autor único e inmediato a quien realice la
conducta por si mismo, También conocido como sujeto agente, es la persona
que ejecuta la conducta de acción o de omisión descrita en un tipo penal
determinado en forma consciente y voluntaria. En este caso, el concepto de
autor surge de cada tipo penal y se obtiene por aplicación del criterio del dominio
del hecho (que aparece allí en el modo de dominio de la acción)137;
136 Ibídem.
137 ZAFFARONI, Eugenio Raúl, Derecho Penal Parte General, Sociedad Anónima Editora, comercial, Industrial y
Financiera, Buenos Aires Argentina, pág. 745
138 JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA, alias “El Iguano, Raúl, Sebastian, Pedro Fronteras”, a la edad de 17 años,
decidió colaborar de manera voluntaria a las autodefensas unidas de Colombia, bajo el mando de Carlos
Castaño Gil, en el municipio de Turbo (Antioquia), donde trabajó como ayudante en los camiones donde se
transportaba la tropa y los víveres. En 1996, cuando contaba con 20 años de edad, se vinculó formalmente con la
colaboración de alias “Maicol”, recibió instrucción en una escuela de formación durante dos meses en el
corregimiento “El Tres” de San Pedro de Urabá, en el manejo de armas, tácticas de combate y conocimiento del
grupo armado al margen de la ley; en enero de 1997 el comandante Maicol lo llamó a formar parte de las
estructuras urbanas de Turbo (Antioquia), posteriormente fue enviado al departamento de Chocó,
específicamente a la ciudad de Quibdó y luego a Itsmina como patrullero, bajo el mando de alias “el brujo”; en
129
Tribunal Superior de Bogotá
298. Del mismo artículo 29, surge el concepto de autor mediato. Califica de tal
manera al que realiza el comportamiento utilizando a otro como instrumento,
“también denominado “el hombre de atrás” o el que “mueve los hilos”140.
Tradicionalmente considerado por la Jurisprudencia, como “la persona que
desde atrás en forma dolosa domina la voluntad de otro al que determina o
utiliza como instrumento para que realice el supuesto de hecho, quien en todo
evento actúa ciego frente a la conducta punible, a través del error invencible o de
la insuperable coacción ajena”141, constituye una interpretación que hacía
imposible aplicar esta forma de autoría a las personas que formaban parte de los
febrero de 1999 alias “Rodrigo doble-cero” le informó que era uno de los seleccionados por la casa Castaño para
ir a la región del Catatumbo e ingresar con el grupo armado, sacar la guerrilla y apoderarse de los medios de
financiación que tenía la subversión. El 5 de mayo de ese año -1999- llegó como comandante del naciente frente
Fronteras del bloque Catatumbo, bajo el mando del capitán retirado del ejército Armando Pérez Betancourt alias
“Camilo”, región donde permaneció hasta 2004, cuando se desmovilizó con el bloque Córdoba, por decisión de
Salvatore Mancuso y para que le brindara seguridad.
139 Su desmovilización tuvo ocurrencia con el Bloque Córdoba, también conocido como el Bloque Sinú, el 22 de
abril de 2005
140 Corte Suprema de Justicia, Sala Penal, radicado 31848 del 21 de abril de 2010, Magistrado Ponente, Dra.
Ramírez Batidas
130
Tribunal Superior de Bogotá
299. Esta postura fue modificada por la Corte Suprema de Justicia gracias a los
debates doctrinales y los desarrollos de la jurisprudencia foránea, unidos a la
mejor solución político – criminal, predicando la autoría mediata con instrumento
responsable cuando se trata de aparatos de poder organizados. De manera
puntual señaló:
142 Corte Suprema de Justicia, Sala Penal. Ver radicados 23825 del 7 de marzo de 2007; 25974 del 8 de agosto
de 2007; 24448 del 12 de septiembre de 2007 entre otros
143 Corte Suprema de Justicia, Sala Penal, radicado 32805 del 23 e febrero de 2010
131
Tribunal Superior de Bogotá
144 ROXIN, Claus, Autoría y dominio del hecho en Derecho penal, Traducción de la sexta edición alemana por
Joaquein Cuello Contreras y José Luís Serrano González de Murillo, Universidad de Extremadura, Marcial Pons,
Ediciones Jurídicas y Sociales, S.A., Madrid 1998.
145 BAILONE, Matías, El dominio de la organización como autoría mediata, III Seminario Internacional de
306. La fungibilidad del ejecutor inmediato, significa que los ejecutores son
intercambiables, no siendo siquiera necesario que el hombre de atrás los
conozca para que éste pueda confiar en que se cumplirán sus instrucciones,
pues aunque uno de los ejecutores no cumpla con su cometido, inmediatamente
otro ocupará su lugar, de modo que éste mediante su rechazo a cumplir la orden
no puede impedir el hecho, sino tan solo sustraer su contribución al mismo150.
149 Sala Penal Especial, Corte Suprema de Justicia de la República de Perú, caso Fujimori Fujimori
150 MARQUEZ CÁRDENAS, Álvaro E., La autoría Mediata en el Derecho penal, formas de instrumentalización,
Ediciones Jurídicas Gustavo Ibañez, Bogotá Colombia, pág. 238
151 Sala Penal Especial, Op cit, No 741
133
Tribunal Superior de Bogotá
152 Posicionadas las autodefensas en varios departamentos de nuestro País, el 15 de marzo de 1999 Carlos
Castaño anuncia en el periódico “El Tiempo” que van a tomar el control del oriente de Colombia (Norte de
Santander y Arauca) para desplazar al E. L. N. y otros frentes subversivos, para lo cual designan como
responsable militar del naciente bloque Catatumbo al teniente del ejército en retiro Armando Alberto Arias
Betancourt alias “Camilo” y conformado por tres frentes: Tibú al mando de alias “Mauro”, bloque móvil
comandado por alias “Felipe y el frente fronteras dirigido por alias “el iguano”, bloque y frentes que comienzan a
incursionar a partir del mes de mayo de ese año.
153 Jerárquicamente la estructura del frente estaba presidida por la casa Castaño y Salvatore Mancuso; como
comandante general del bloque, alias “Camilo” quien además tenía la función especial de recoger los dineros
provenientes del narcotráfico y subsidiar a los frentes que lo necesitaran. Luego, los comandantes de frentes,
que como ya se mencionó en un aparate anterior, estuvo durante algún tiempo alias “Mauro” en el Tibú; alias
“Felipe” en el bloque móvil y alias “el iguano” en el fronteras. En orden descendente se encontraban los
comandantes de grupos especiales y de compañías, área política, logística, finanzas y un grupo especial que
desarrollaba actuaciones que a consideración de los superiores, revestía alguna complejidad153. Finalmente
ubican a los patrulleros.
154 Para combatir a la guerrilla, recuperar los territorios ocupados por ella y quitarles las fuentes de financiación,
comienzan a incursionar las autodefensas que, en el caso del bloque Catatumbo es en el año de 1999,
verificándose, también enfrentamientos entre estas y los grupos subversivos, así como nuevas modalidades de
violación a los derechos fundamentales de la población civil (como se verá en el análisis de cada caso
presentado para la legalización de cargos). El objetivo fue claro: “1) Oposición política y militar al aparato
134
Tribunal Superior de Bogotá
armado subversivo en las mismas condiciones de provocación y agresión planteadas por las
organizaciones guerrilleras”, registrado en el capítulo tercero de los estatutos de constitución y régimen
disciplinario, documento en el que se define la naturaleza de la organización, los principios fundamentales,
objetivos políticos, misión, composición y régimen interno de la organización, estructura, mando y conducción,
patrimonio y régimen económico, naturaleza político-militar del movimiento paramilitar.
155 La estructura de esta organización como bloque, estaba gobernada por unos estatutos de constitución y
régimen disciplinario, los que fueron elaborados y aprobados en la segunda conferencia nacional de las
autodefensas unidas de Colombia, convocada durante los días 16, 17 y 18 de mayo de 1998. Ese cuerpo
normativo define la naturaleza de la organización, los principios fundamentales, objetivos políticos, misión,
composición y régimen interno de la organización, estructura, mando y conducción, patrimonio y régimen
económico, naturaleza político militar del movimiento: la población civil y el D. I. H. en el curso del conflicto
armado y compromiso con la paz.
156 encaminaron la actividad de los integrantes del bloque y del frente a ubicar a presuntos miembros de la
subversión, delincuentes comunes, indigentes, personas que fueran señaladas como enemigas del grupo
armado ilegal incluidos servidores públicos, conductores de servicio público y taxis, celadores, pequeños
comerciantes, personas dedicadas al comercio ilegal de gasolina, expendedores y consumidores de drogas y en
general personas con antecedentes judiciales156, y luego mediante la comisión de homicidios selectivos en la
modalidad de masacres, convertir, por ejemplo, a Cúcuta en la ciudad con mas alto índice de homicidios en el
País durante el año 2002156. De sus objetivos no quedó a salvo siquiera la Universidad Libre de esa ciudad, a
donde infiltraron al teniente “Rozo” ( retirado del ejército), por que tenían información que sacaron de un
computador incautado, que una ONG tenía personas de la guerrilla en el clausutro universitario concretamente
en la dirigencia estudiantil.
157 Los gastos mensuales del frente fronteras, ascendían a cuatrocientos ochenta millones de pesos , utilizados
para pago de nómina de los miembros del grupo, pagos a colaboradores como autoridades, fuerza pública etc. y
gastos médicos
158 Los 170 asesinatos, agrupados en 32 casos –concierto para delinquir agravado, 26 masacres y 5 homicidios
descritos por la fiscalía como selectivos- fueron aceptados por el postulado JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA
alias “el iguano”, “Pedro Fronteras” o “Sebastián” de manera espontánea, libre y voluntaria, según pudo apreciar
esta Sala en el CD. correspondiente a la formulación y aceptación de cargos ante el magistrado de Control de
Garantías158, a más que al inicio de la diligencia de legalización de los mismos, fue indagado sobre esta
particular circunstancia, confirmando que no solamente los aceptó si no que además contribuyó en la
reconstrucción de cada uno de esos crímenes158, cometidos por personal bajo su mando y cumpliendo las
ordenes impartidas por la casa Castaño y Salvatore Mancuso, como comandantes máximos de la organización a
donde ingresó libremente, por que compartía los objetivos trazados por este grupo al margen de la ley.
159 Obsérvese que uno de los comandantes de la cúpula de las autodefensas unidas de Colombia –Salvatore
Mancuso Gómez- es quien da a conocer las directrices trazadas por la organización y que constituyen los
objetivos a donde encaminaron todo el actuar no solo del frente fronteras, del bloque catatumbo, sino en general
de todo el grupo paramilitar, al mencionar a la guerrilla como su principal enemigo, pero también las operaciones
de “limpieza social” como otro de los fines de quienes hacían presencia en parte de nuestro territorio, y
especialmente en el Norte de Santander, área urbana de Cúcuta y poblaciones cercanas. Al respecto dice
Mancuso cuando se refirió a la subversión: “combatirla en cualquier tiempo y lugar, armada, desarmada, en
135
Tribunal Superior de Bogotá
combate o fuera de él, uniformada o de civil…” ; pero también, atacar a quienes ellos consideraban como
factores desestabilizantes del orden social bien sea como bandas delincuenciales o individuos considerados un
peligro para el desarrollo y estabilidad de la zona. Ese segundo objetivo lo dio a conocer Mancuso, así: “En
Cúcuta operaban varias bandas delincuenciales, unas estaban al servicio de la guerrilla, otras incluso al
servicio de las instituciones del Estado, policía, ejército y otras que operaban dentro de la zona…,hay
que acabar con todo lo que estaba previamente establecido para formar un nuevo orden social.
Siguiendo esos lineamientos, para que no sucedieran estas cosas, los hombres bajo el mando nuestro
tomaron directrices, instruyeron a los subalternos para ejecutar este tipo de actos contra estas bandas o
estas personas que ellos consideraban era un peligro para el desarrollo y estabilidad de la zona”.159
160 JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA, alias “El Iguano, Raúl, Sebastian, Pedro Fronteras”, a la edad de 17 años,
decidió colaborar de manera voluntaria a las autodefensas unidas de Colombia, bajo el mando de Carlos
Castaño Gil, en el municipio de Turbo (Antioquia), donde trabajó como ayudante en los camiones donde se
transportaba la tropa y los víveres. En 1996, cuando contaba con 20 años de edad, se vinculó formalmente con la
colaboración de alias “Maicol”, recibió instrucción en una escuela de formación durante dos meses en el
corregimiento “El Tres” de San Pedro de Urabá, en el manejo de armas, tácticas de combate y conocimiento del
grupo armado al margen de la ley; en enero de 1997 el comandante Maicol lo llamó a formar parte de las
estructuras urbanas de Turbo (Antioquia), posteriormente fue enviado al departamento de Chocó,
específicamente a la ciudad de Quibdó y luego a Itsmina como patrullero, bajo el mando de alias “el brujo”; en
febrero de 1999 alias “Rodrigo doble-cero” le informó que era uno de los seleccionados por la casa Castaño para
ir a la región del Catatumbo e ingresar con el grupo armado, sacar la guerrilla y apoderarse de los medios de
financiación que tenía la subversión. El 5 de mayo de ese año -1999- llegó como comandante del naciente frente
Fronteras del bloque Catatumbo, bajo el mando del capitán retirado del ejército Armando Pérez Betancourt alias
“Camilo”, región donde permaneció hasta 2004, cuando se desmovilizó con el bloque Córdoba, por decisión de
Salvatore Mancuso y para que le brindara seguridad.
161 Simultáneamente con el arribo del bloque Catatumbo, lo hace el frente Fronteras, por decisión de la casa
Castaño en el mes de marzo de 1999. Como comandante fue designado JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA
quien recibe instrucciones de Salvatore Mancuso para que inicie una acción de exterminio selectivo y continúe
con la violencia sistemática contra los pobladores considerados como miembros del grupo en contienda –la
guerrilla- o sus auxiliadores, específicamente en el área metropolitana de Cúcuta y en las poblaciones de Puerto
Santander, Villa del Rosario, Zulia Gramalote, Aguas Claras, La Floresta, Distrito del Riego, La Silla, Vigilancia,
Sardinata, Cornejo, Salazar de las Palmas, Ragumbalia, Chinácota, Pamplona, Cicutilla, Los Patios, Juan Frio,
La Alborada y Guaramita. Hizo su arribo alias “iguano” el 5 de mayo de 1999 a Cúcuta y junto con sus hombres
comienzan a anunciar la presencia de las autodefensas con la ejecución de personas en la forma como se
observa en cada uno de los casos puestos a consideración de la Sala para su legalización.
162 Los 170 asesinatos, agrupados en 32 casos –concierto para delinquir agravado, 26 masacres y 5 homicidios
descritos por la fiscalía como selectivos- fueron aceptados por el postulado JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA
alias “el iguano”, “Pedro Fronteras” o “Sebastián” de manera espontánea, libre y voluntaria, según pudo apreciar
136
Tribunal Superior de Bogotá
311. Así las cosas, se ha logrado demostrar, no solo la existencia del grupo
armado, también el dominio que el postulado tenía sobre el aparato de poder,
precisamente por su condición de comandante del frente fronteras, posición que
le permitía ejecutar las ordenes que provenían de los superiores e impartir todas
aquellas que eran necesarias para desarrollar las políticas del grupo, al margen
de la ley, pero con las cuales se identificaba y llevaba a la practica.
313. Fue así como el postulado JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA, al mando del
frente fronteras, cometió una serie de delitos en la zona donde tenía
influencia164, utilizando para dicho fin la estructura armada que estaba
conformada en orden descendente por grupos especiales y de compañías, área
política, logística, finanzas, un grupo especial que desarrollaba actuaciones que
a consideración de los superiores, revestía alguna complejidad y finalmente los
patrulleros165.
esta Sala en el CD. correspondiente a la formulación y aceptación de cargos ante el magistrado de Control de
Garantías, a más que al inicio de la diligencia de legalización de los mismos, fue indagado sobre esta particular
circunstancia, confirmando que no solamente los aceptó si no que además contribuyó en la reconstrucción de
cada uno de esos crímenes, cometidos por personal bajo su mando y cumpliendo las ordenes impartidas por la
casa Castaño y Salvatore Mancuso, como comandantes máximos de la organización a donde ingresó
libremente, por que compartía los objetivos trazados por este grupo al margen de la ley.
163 Versión de 9 de marzo de 2010.
164 área metropolitana de Cúcuta y en las poblaciones de Puerto Santander, Villa del Rosario, Zulia Gramalote,
Aguas Claras, La Floresta, Distrito del Riego, La Silla, Vigilancia, Sardinata, Cornejo, Salazar de las Palmas,
Ragumbalia, Chinácota, Pamplona, Cicutilla, Los Patios, Juan Frio, La Alborada y Guaramita
165 CD correspondiente a la audiencia de control formal y material de formulación de cargos, sesión del 19 de
314. Significa lo anterior, que los objetivos plasmados en los estatutos y régimen
disciplinario, se materializaban a través de la estructura, por medio de las
órdenes impartidas por los comandantes superiores y las que de manera directa
entregaba JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA como máxima autoridad del frente
fronteras a quienes formaban parte del mismo y estaban bajo su mando, motivo
suficiente para afirmar que la comisión de los delitos no era decisión de quien los
ejecutaba directamente, sino que respondía a una política de la organización
desarrollada a través de sus mandos responsables, quienes, precisamente por
ese poder que ostentaban, tenían el dominio del hecho criminal, en la medida
que podían designar cuál de sus subalternos llevaba a cabo el delito, incluso
cambiarlo si así lo deseba, o designar personas especializadas, dada la
complejidad o importancia de la operación, circunstancia que sin lugar a dudas
estructura la fungibilidad y por supuesto la autoria mediata por dominio de la
voluntad en aparatos organizados de poder. Este dominio les permitía incluso
retirar la orden criminal anterior y evitar el resultado lesivo.
315. Fue tan de poca importancia para el aquí postulado saber quien materializó
los asesinatos, que en su momento no se enteró de este detalle y es ahora con
la reconstrucción de los hechos, que está conociendo del nombre de los
patrulleros que cumplieron las ordenes genéricas previamente impartidas. No se
puede olvidar que luego de anunciar la presencia del grupo paramilitar en la
zona, a través de masacres (hechos 2, 3 y 4), fueron los miembros de la
organización que comandaba quienes se encargaron de individualizar y ejecutar
a las víctimas conforme a los lineamientos del señor LAVERDE ZAPATA. La
exigencia que hizo este comandante a sus patrulleros fue la de reportar
periódicamente el número de personas muertas. La excepción a esta regla se
puede ver en los casos de alguna connotación de las víctimas, como por ejemplo
138
Tribunal Superior de Bogotá
316. Analizados cada uno de los hechos enunciados, se pudo establecer que los
ejecutores materiales formaban parte de la estructura respecto de la que
ostentaba el poder de mando el postulado JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA,
circunstancia que sin lugar a dudas lo ubica como autor mediato, especialmente,
porque se pudo demostrar que la actuación del postulado consistió en impartir la
orden para que se cometieran los homicidios, en cumplimiento de los objetivos
de la organización o retransmitirla cuando el mandato provenía de los mandos
superiores como ocurrió en los casos 28 y 30.
COMO COAUTOR
166 “…es preciso recordar que en contexto de la ley de justicia y paz, conforme lo ha enseñado por la Sala la
acusación es un acto complejo que comprende el escrito de acusación más el acto oral de control de legalidad
material y formal de la aceptación de cargos ante la Sala de conocimiento de Justicia y Paz. (C.S.J. radicado
29560 del 28 de mayo de 2008)
167 Corte Suprema de Justicia, radicado 32805 del 23 de febrero de 2010
139
Tribunal Superior de Bogotá
320. Dos. Cada uno de los comprometidos sienta que formando parte de una
colectividad con un propósito definido, el hecho es suyo, pero incluido dentro de
una obra mayor, global, es decir, perteneciente, imbricada, realizada por todos
los concurrentes o, dicho con otras palabras, la persona debe sentir que cumple
tareas en interdependencia funcional.
321. Uno. El co-dominio funcional del hecho, entendiendo por tal que los varios
individuos, sin sometimiento, dependencia o subordinación de uno o unos de
ellos a otro u otros de ellos, se dirijan a la misma finalidad con un
comportamiento esencial, mirado no en términos absolutos sino relativos.
322. Por conducta esencial se debe entender, primero, que sin ella es imposible
cometer el hecho; o, segundo, que si una de las personas se opone o entra en
divergencia con las otras, pueda hacer fracasar el plan, molestarlo o variarlo en
su desarrollo; o, tercero, que la intrusión de las personas no debe ser
meramente casual, accidental o secundaria.
140
Tribunal Superior de Bogotá
324. Esa contribución común en pro del mismo fin puede ser material o moral –
“espiritual”-, por ejemplo cuando, en esta última hipótesis, la presencia definida
de uno de los comuneros refuerza o estimula el cumplimiento del plan trazado,
presiona y multiplica las energías de los otros, apoya al resto, reduce las
defensas de la víctima, aumenta la intimidación padecida por ésta, incrementa la
agresividad de los otros autores o comporta una mayor seguridad para estos en
cuanto, vgr., la cantidad de sujetos intensifica el amedrentamiento que sufre la
persona objeto de la acción, etc.
325. Y el aporte durante la ejecución del hecho quiere decir que la prestación
que hace la persona debe ocurrir, total o parcialmente, entre el momento en que
se inicia la realización del verbo rector que guía la conducta criminal y el logro de
la consumación. De esta manera, el comportamiento frente a la pura ideación
delictiva o a los actos preparatorios, no constituye coautoría, como tampoco
aquél subsiguiente a la consumación o al último acto en materia de tentativa de
delito.168”
326. Del proceso surge con nitidez, que el postulado, como comandante del
frente fronteras de las autodefensas unidas de Colombia, acompañado de un
grupo de hombres que estaban bajo su mando, participó en la comisión de los
hechos 2, 3 y 4, en desarrollo de las políticas de la organización criminal,
circunstancia que lo ubica como coautor.
168CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Ver Sentencia de Casación del 21 de agosto de de 2003, radicado. 19213
y Sentencia del 5 de octubre de 2006, radicado 22358.
141
Tribunal Superior de Bogotá
DOSIFICACION PUNITIVA
330. En desarrollo de las distintas etapas por las que transcurrió el proceso,
JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA aceptó su responsabilidad en la comisión de
los delitos de concierto para delinquir; homicidio en persona protegida; homicidio
agravado, calificación que se dio para los delitos cometidos antes de entrar en
142
Tribunal Superior de Bogotá
334. El artículo 135 de la Ley 599 de 2000, aplicable a los hechos 8, 9, 10, 11,
12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32,
sanciona el delito de homicidio en persona protegida con una pena de prisión
que oscila entre treinta y cuarenta (40) años de prisión, multa de dos mil (2000) a
cinco mil (5000) salarios mínimos legales mensuales vigentes, e inhabilitación
para el ejercicio de derechos y funciones públicas de quince (15) a veinte (20)
años.
335. El artículo 324 del Decreto 100 de 1980, modificado por la ley 40 de 1993,
castigaba el delito de homicidio agravado con una pena de prisión que oscilaba
entre cuarenta (40) y sesenta (60) años de prisión. Por tanto, en virtud del
principio de favorabilidad, es procedente aplicar a los hechos 2,3,4,5,6,7,
cometidos en vigencia de aquella, la pena señalada por el artículo 104 de la ley
599 de 2000 que impone prisión de veinticinco (25) a cuarenta (40) años, no
obstante constituir crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad.
336. El artículo 144 de la Ley 599 de 2000, aplicable a los casos 8, 9, 10, 11, 12,
13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32,
castiga los actos de terrorismo con una pena de prisión comprendida entre
quince (15) y veinticinco (25) años de prisión y multa de do mil (2000) a cuarenta
mil (40000) salarios mínimos legales mensuales vigentes e inhabilitación para el
ejercicio de derechos y funciones públicas de quince (15) a veinte (20) años.
337. El artículo 159 de la Ley 599 de 2000, aplicable a los casos 28, 30 y 31,
tipifica la deportación, expulsión, traslado o desplazamiento forzado de población
civil y contempla una pena de prisión que fluctúa entre diez (10) y veinte (20)
años de prisión y multa de mil (1000) a dos mil (2000) salarios mínimos legales
mensuales vigentes e inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones
públicas de diez (10) a veinte (20) años.
338. El artículo 168 de la Ley 599 de 2000, aplicable al caso 21, contempla para
el delito de secuestro una pena de prisión que se encuentra entre diez (10) y
veinte (20) años y multa de seiscientos (600) a mil (1000) salarios mínimos
legales mensuales vigentes.
339. El artículo 137 de la Ley 599 de 2000, aplicable al caso 17, penaliza la
tortura en persona protegida con prisión de diez (10) a veinte (20) años, multa de
quinientos (500) a mil (1000) salarios mínimos legales mensuales vigentes e
inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas de diez (10) a
veinte (20) años.
340. El artículo 163 de la Ley 599 de 2000, aplicable al caso 24, sanciona la
exacción o contribuciones arbitrarias con pena de prisión que oscila entre seis
(6) a quince (15) años de prisión y multa de quinientos (500) a tres mil (3000)
salarios mínimos legales mensuales vigentes.
341. El artículo 340 de la ley 599 de 2000, aplicable al caso 1, tiene prevista para
el concierto para delinquir una pena de prisión entre tres (3) y seis (6) años de
prisión. Como el concierto se desarrolló para cometer delitos de genocidio,
desaparición forzada de personas, tortura, desplazamiento forzado, homicidio,
terrorismo, secuestro extorsivo, organizar, promover, armar o financiar grupos
armados al margen de la ley, la pena de prisión es de seis (6) a doce (12) años y
multa de dos mil (2000) hasta veinte mil (20.000) salarios mínimos legales
mensuales vigentes. La pena privativa de la libertad se aumentará en la mitad
para quienes organicen, fomenten promuevan, dirijan, encabecen, constituyan o
financien el concierto o la asociación para delinquir.
147
Tribunal Superior de Bogotá
342. El artículo 154 de la Ley 599 de 2000, aplicable al caso 10, sanciona la
destrucción y apropiación de bienes protegidos con pena de prisión de cinco (5)
a diez (10) años de prisión y multa de quinientos (500) a mil (1000) salarios
mínimos legales mensuales vigentes.
343. El artículo 366 de la ley 599 de 2000, tiene prevista para el delito de
fabricación, trafico y porte de armas y municiones de uso privativo de las fuerzas
armadas una pena de prisión delimitada entre tres (3) y diez (10) años de
prisión.
171 C.S.J., sentencia del 23 de agosto de 2005, radicado 21.954, M.P. Jorge Luís Quintero Milanés
150
Tribunal Superior de Bogotá
353. Para el efecto, tal como lo dispone el artículo 29 de la Ley 975, adicionado
por el Decreto 4760 de 2005, artículo 8.2, el primer paso consiste en la
determinación de la pena ordinaria de acuerdo a las reglas señaladas por el
Código Penal y en segundo lugar, luego de verificarse el cumplimiento de las
condiciones previstas por la mencionada ley, se procede a suspender su
ejecución, por la pena alternativa de 5 a 8 años.
174 2.1.4.-Cumplimiento de requisitos de elegibilidad: Toda vez que la desmovilización del señor JORGE IVAN
LAVERDE ZAPATA, alias “el iguano”, “Pedro Fronteras” o “Sebastián”, se hizo de manera colectiva, con el
bloque Córdoba, pero su militancia entre 1999 y 2004 fue como comandante del frente fronteras, bloque
Catatumbo, corresponde a la Sala la verificación del cumplimiento de los requisitos exigidos por el artículo 10 de
la ley 975 de 2005174, así:
2.1.4.1.- La desmovilización y el desmantelamiento del bloque Catatumbo y del frente fronteras, fue acreditado
por el fiscal octavo de la unidad de justicia y paz de la Fiscalía General de la Nación con:
• Informe No. 0001 5855 de 18 de febrero de 2008, suscrito por el Alto Comisionado para la Paz que da
cuenta de la desmovilización del bloque Catatumbo el 10 de diciembre de 2004, reconociendo como
miembro representante de este grupo a Salvatore Mancuso.
• Acuerdo de “Santafe de Ralito” de 15 de julio de 2003, suscrito entre el Gobierno Nacional y las
autodefensas unidas de Colombia.
• Resolución presidencial No. 260 de 29 de diciembre de 2004, en donde se determina como zona de
concentración y desmovilización para los integrantes de este bloque, la finca “Brisas de Sardinata”, en el
corregimiento campo dos, municipio de Tibú (Norte de Santander).
• Comunicación del Alto Comisionado para la Paz, del 17 de abril de 2006, dando cuenta del armamento
entregado por el bloque Catatumbo.
• Oficio de 15 de agosto de 2006, remitido a la Fiscalía General de la Nación contentivo del listado de
postulados a la ley 975 de 2005, en donde figura el nombre de JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA.174
Esta primera exigencia para tener la vocación de elegible, debe ser relacionada con uno de los derechos de las
víctimas y que tiene que ver con la reparación174, específicamente “las garantías de no repetición”.
Luego de la desmovilización del frente fronteras, en la ciudad de Cúcuta y en general en la zona del Catatumbo,
quedaron algunos reductos de las autodefensas que se reorganizaron y conformaron otras agrupaciones con
delincuencia común, denominadas “Aguilas negras”174 tratando de cubrir los territorios dejados por el frente
comandado por LAVERDE ZAPATA y aprovechar la principal fuente de financiación de los diferentes grupos
ilegales que hicieron presencia: el narcotráfico.
No es una situación aislada, pues en diferentes regiones del país, aún prevalecen esos reductos que no han sido
desarticulados y que continúan afectando a la comunidad por lo que el Estado deberá enfrentarlos dando una
respuesta estatal a este fenómeno.174
Ahora bien, en lo que hace a la región del Catatumbo, considera esta Sala que la creación de esas bandas
emergentes no puede ser imputable al excomandante del frente desmovilizado y que mas bien se convierte en
una alarma para quienes tienen la responsabilidad de los programas de reincersión y rehabilitación, para impedir
que los habitantes de esas zonas vuelvan a ser victimizados por un nuevo grupo al margen de la ley y que en
palabras del propio JORGE IVAN LAVERDE, “dentro de 5 años el problemas de las bandas emergentes va a ser
peor que el generado por ellos mismos.”
2.1.4.2.- En cuanto a la entrega de bienes, adujo la fiscalía contar con el informe de Policía Judicial del 14 de
diciembre de 2004, documento que relaciona los bienes entregados por Salvatore Mancuso en representación
del Bloque Catatumbo entre ellos: 17 locales comerciales, 39 casas, 9 camionetas, 2 camiones, 8 canoas, 2
lanchas en fibra de vidrio, 15 motores fuera de borda y 45 semovientes, los cuales se han restituido para no
afectar a los propietarios y poseedores. Adicionalmente, Salvatore Mancuso hizo entrega de 23 bienes inmuebles
ubicados en Córdoba y sucre, una sociedad anónima denominada Incusol y un establecimiento de comercio
denominado Lenoteca Atlantico, todos ellos afectados con medida cautelar ordenada por la Sala Penal de la
Corte Suprema de Justicia. El postulado JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA, no ha realizado entrega de bienes,
tal como lo expuso el representante de la fiscalía.
2.1.4.3.- Para el momento de la desmovilización, según información de la fiscalía, no se hizo entrega de
menores. Esta afirmación se corrobora con el oficio 10678 de 3 de marzo de 2009, suscrito por la subdirectora
de intervenciones directas del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, adscrito al Ministerio de Protección
Social, donde señala que no tiene información de niños o niñas vinculadas al bloque Catatumbo, ni que hayan
hecho entrega de ellos al momento de la desmovilización. No obstante, el mismo postulado aceptó que varios
menores fueron incorporados al grupo paramilitar, imputación que está pendiente por realizar la Fiscalía.
2.1.4.4.- Con oficio 947 de 27 de octubre de 2006 del registrador delegado en lo electoral, informa que este
bloque no desarrolla actividad tendiente a vulnerar los derechos políticos y libertades públicas después de su
desmovilización. Igualmente, no existe evidencia en el sentido que el señor JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA
hubiere continuado delinquiendo, afirmación hecha por la fiscalía.
152
Tribunal Superior de Bogotá
2.1.4.5.- En lo que tiene que ver con que la conformación de la organización ilegal no tenga como finalidad el
tráfico de estupefacientes o el enriquecimiento ilícito, la hipótesis que probó la fiscalía es que el narcotráfico se
constituyó en la principal fuente de financiación del grupo, además de ser la principal motivación para desplazar a
la subversión. No debe dejarse de lado que alias “el iguano” llegó como comandante militar del frente fronteras
con la convicción de que tenía que cumplir con las principales directrices emanadas de la casa Castaño:
“combatir a la subversión y realizar operaciones de limpieza social” y en ese sentido encaminó todo su actuar.
No se puede desconocer que LAVERDE ZAPATA estuvo enterado que su frente fue subsidiado con dineros
provenientes del narcotráfico; no obstante ninguna vinculación con esta actividad se le ha demostrado.
2.1.4.6. La exigencia de “liberación de todos los secuestrados”, como requisito de elegibilidad, se encuentra
satisfecha por que la fiscalía no presentó pruebas que acrediten que al momento de la desmovilización tuviesen
personas privadas de la libertad en su poder. Con relación a las personas desaparecidas, hay circunstancias que
impiden que sus cuerpos puedan ser hallados, toda vez que por información del mismo postulado, muchos de
ellos fueron cremados en el horno que para ese fin construyeron, otros lanzados a los ríos cercanos y otros mas
enterrados en fosas clandestinas, cuya ubicación está adelantando la unidad de justicia y paz.
Así las cosas, hasta este momento procesal, se cumplen a cabalidad los presupuestos del artículo 10 de la ley
975 de 2005.
153
Tribunal Superior de Bogotá
DE LA NULIDAD
359. Hay nulidad cuando se vulneran los principios rectores del proceso, pues
esa es la esencia y el contenido de las causales taxativamente contempladas en
la ley (principio de taxatividad).
360. En efecto la sanción de nulidad, en los casos que recoge el artículo 306 de
la ley 600 de 2000; 455, 456, 457 y 458 de la ley 906 de 2004, aplicables por
virtud del principio de complementariedad consagrado en el artículo 62 de la ley
975 de 2005, permiten invalidar los actos procesales cuando se han
desconocido la falta de competencia del funcionario judicial, la comprobada
existencia de irregularidades que afecten el debido proceso, y el derecho de
defensa, principios o supuestos básicos que rigen el proceso de juzgamiento.
154
Tribunal Superior de Bogotá
175 Corte Suprema de Justicia, radicado 28476 del 16 de diciembre de 2008, magistrado ponente Dr. Javier
Zapata
176 Joinet, Louis, ONU, comisión de Derechos Humanos, 49º periodo de sesiones, Informe final revisado acerca
de las cuestiones de la impunidad de los autores de violaciones de los derechos humanos (derechos civiles y
políticos) preparado por Louis Joinet de conformidad con la resolución 1996/119 de la Subcomisión, Doc.
E/CN.4/sub.2/1997/20/Rev.1, anexo II.
155
Tribunal Superior de Bogotá
365. En el mismo sentido, la ley 975 de 2005 consagra la reparación como uno
de sus principios180 y como derecho de las víctimas181; que en su perspectiva
individual, comprende las acciones encaminadas a: i) restitución; ii)
indemnización; iii) rehabilitación; iv) satisfacción; y v) garantía de no repetición.
177 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Suárez Rosero. Reparaciones. Sentencia del 20 de enero
2002. Serie C No. 95. Párrafo 78; Caso Myrna Mack Chang. Sentencia del 25 de noviembre de 2003. Serie C No.
101. Párrafo 237.
180 ARTICULO 4º. DERECHO A LA VERDAD, LA JUSTICIA Y LA REPARACIÓN Y DEBIDO PROCESO. El
proceso de reconciliación nacional al que dé lugar la presente ley, deberá promover, en todo caso, el derecho de
las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación y respetará el derecho al debido proceso y las garantías
judiciales de los procesados.
181 Artículo 8º de la ley 975 de 2005
156
Tribunal Superior de Bogotá
367. Los argumentos de tipo jurídico antes enunciados permiten concluir que, el
trámite oficioso del incidente de reparación no configura una causal de nulidad,
especialmente porque se gestó con el propósito de cumplir con los principios,
objetivos y estándares previstos por el derecho internacional, así como a la
consecución de los fines perseguidos por la ley de justicia y paz, en garantía de
los derechos que le asisten a las víctimas del postulado JORGE IVAN LAVERDE
ZAPATA, del frente Fronteras y del Bloque Catatumbo.
368. Si bien es cierto, no se dio una solicitud expresa de los sujetos procesales
autorizados para dar inicio al incidente de reparación en los términos del artículo
23 de la ley 975 de 2005, también lo es, que la concurrencia numerosa de
defensores de víctimas a la diligencia de legalización de cargos, habló por si sola
en el sentido de sus pretensiones de apertura de incidente de reparación; ello
explica su participación activa en el trámite, sus solicitudes de reparación en
términos de indemnización, al igual como ocurrió 0con el señor Procurador,
quien además presentó propuestas para reparar de manera individual y colectiva
a las víctimas.
371. Otro aspecto preliminar sobre el que debe hacer pronunciamiento la Sala es
el que tiene que ver con la solicitud de última hora hecha por el Procurador que
actúa dentro del incidente de reparación integral, en representación de la
Comisión Nacional de Reparación.
374. Su trámite resulta ajeno a lo previsto por la Ley 975 de 2005; por tanto, su
aplicación con fundamento en el principio de complementariedad señalado por el
artículo 62, constituye la creación de un procedimiento que desde el punto de
vista legal no es exigible dentro del proceso de justicia y paz, precisamente
porque la reparación colectiva, la adopción de medidas de satisfacción y
garantías de no repetición, constituyen obligaciones que tienen un origen legal,
razón suficiente para que no sean sometidas a conciliación o disposición de las
partes como lo pretende el representante del Ministerio Público, pues un acto
desarrollado en tal sentido, está en contravía de los derechos de las víctimas.
377. “El artículo 54, bajo examen establece que el fondo para la reptación de las
víctimas estará integrado por todos los bienes o recursos que a cualquier título
se entreguen por las personas o grupos armados organizados ilegales a que se
refiere la ley, por recursos provenientes del presupuesto nacional y con
donaciones en dinero o especie, nacionales o extranjeras. La satisfacción del
principio de reparación exige la observancia de un orden en la afectación de los
recursos que integran el fondo. Así, los primeros obligados a reparar son los
perpetradores de los delitos, en subsidio y en virtud del principio de solidaridad,
el grupo específico al que pertenezcan los perpetradores. Antes de acudir a
recursos del estado para la reparación de las víctimas, debe exigirse a los
perpetradores de los delitos, o al bloque o frente al que pertenecieron, que
respondan con su propio patrimonio por los daños ocasionados a las víctimas de
los delitos. El Estado ingresa en esa secuencia sólo en un papel residual para
dar una cobertura a los derechos de las víctimas es especial a aquellas que no
cuentan con una decisión judicial que fije el monto de la indemnización al que
tienen derecho (inciso segundo del artículo 42 de la Ley 975 de 2005) y ante la
eventualidad de que los recursos de los perpetradores sean insuficientes.182
(subraya fuera de texto)
378. Lo que implica que también por mandato legal, el presupuesto del Estado
debe concurrir al Fondo de Reparación, cuando los bienes del postulado o del
bloque sean insuficientes para reparar.
381. Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las
personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias y demás
derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales
del Estado y de los particulares.”
383. Superados los dos temas anteriores, la Sala entra a decidir lo pertinente
con relación al incidente de reparación integral, así:
386. 1.- Solicitar al juez que ejerza funciones de control de garantías las medidas
necesarias que aseguren la comparecencia del imputado al proceso penal, la
conservación de la prueba y la protección de la comunidad, en especial de
las víctimas.
183 Corte Constitucional C-412 del 28 de septiembre de 1993 y C-228 del 3 de abril de 2002
162
Tribunal Superior de Bogotá
Hechos
184 Corte Suprema de Justicia, Sentencia del 18 de abril de 2007, radicado 24.829, M.P. Yesid Ramírez Bastidas.
163
Tribunal Superior de Bogotá
Víctimas
392. Por los 32 hechos objeto del presente proceso, se han acreditado por la
fiscalía 170 víctimas directas de homicidio, 2 de secuestro, 16 víctimas directas
de desplazamiento forzado, y 1 víctima directa de delitos contra el patrimonio.
Esto significa que, si bien en delitos como el desplazamiento forzado, el
secuestro o la afectación del patrimonio económico aparece normalmente una
164
Tribunal Superior de Bogotá
393. En todo caso, y sobre la base de las 282.938 víctimas acreditadas hasta el
momento ante la Fiscalía, se puede afirmar que las 233 reconocidas en el
presente proceso, suponen únicamente un 0.10% del total.
VALOR DE LAS REPARACIONES INDIVIDUALES EN EL PRESENTE
PROCESO.
185 Ver sentencia proferida por esta Sala el 29 de junio de 2010. radicado 11001000253200680077, contra Edwar
Cobos Telles y Uber Enrique Banquez Martinez. Siguiendo esos mismos parámetros, esta Sala cuantificó el valor
de las indemnizaciones, así: “La reparación individual, conformada por la suma de los daños materiales e
inmateriales, difiere notablemente dependiendo de si se aplican los criterios recogidos en: (i) las peticiones de los
representantes legales de las víctimas en el presente proceso (ii) el Decreto 1290 de 2008 relativo a
Reparaciones por Vía Administrativa; (iii) la jurisprudencia del Consejo de Estado; y (iv) la jurisprudencia de la
Corte Inter-Americana de Derechos Humanos.
Las peticiones individuales de reparación realizadas por los apoderados de víctimas en el asunto que
hoy ocupa la atención de la Sala:
Las peticiones de reparación individual (material e inmaterial) solicitadas por las 233 víctimas acreditas por la
Fiscalía en el presente proceso a través de sus respectivos representantes legales (5 miembros de la Defensoría
Pública actuando de oficio, 13 dos abogados de libre designación y 1 defensora de familia del Instituto
Colombiano de Bienestar Familiar) ascienden a $53.184.930.171 millones de pesos, lo que equivale a
$228.261.503 millones de pesos por persona.
Si se toma como referencia lo solicitado en promedio por cada una de las victimas indirectas de los delitos de
homicidio, y se aplica al total de hechos de homicidios registrados por la Fiscalía hasta el momento, significaría
que el monto ascendería a aproximadamente $35.807.381.975.610 billones de pesos.
En relación con el delito de secuestro, si se toma como referencia lo solicitado por una de las víctimas de este
delito en el presente proceso, y se aplica al total de hechos de secuestro registrados hasta el momento por la
Fiscalía, el monto aproximado sería de 0.35 billones de pesos (352.775.000.000).
En conclusión, si lo solicitado por los representantes de víctimas del presente proceso se extendiera al conjunto
de víctimas de homicidio y secuestro registradas hasta el momento por la Fiscalía, el monto total aproximado
sería de 3.8 billones de pesos (38.804.455.510) en caso de acreditar una sola víctima por hecho de homicidio, o
165
Tribunal Superior de Bogotá
de 116.41 billones de pesos ($116.413.366.530) si, tal y como ha ocurrido en el presente proceso, se demuestra
un promedio de 3 víctimas por hecho de homicidio.
Teniendo en cuenta que el Presupuesto General de la Nación para el año 2011 asciende a 147.3 billones de
pesos, las cantidades mencionadas corresponderían a un 24.54%, en caso de acreditarse una sola víctima por
cada hecho de asesinato y a un 72.9% si se acreditase, tal y como ha ocurrido en el presente proceso, un
promedio de 3 víctimas por hecho de homicidio.
Así mismo, la Sala observa que las cantidades arriba mencionadas solo se refieren a dos tipos de conductas
punibles (homicidio y secuestro), y que por lo tanto no incluirían los montos de indemnización individual (material
e inmaterial) relativos a las víctimas de los 63.526 desplazamientos forzados; 30.103 hechos de desaparición
forzada, 13.796 contra el patrimonio económico, 5.222 de lesiones personales, 3.044 de extorsión, 1.310 de
constreñimiento ilegal, 524 hechos de terrorismo, 13 de tráfico de armas, 6 de concierto para delinquir y 4.296
relativos a otro tipo de delitos que a primero de mayo de 2010 fueron registrados en el SIYIP por la Fiscalía
General de la Nación, unidad de Justicia y Paz, en aplicación de la Ley 975 de 2005.
Valor de las reparaciones individuales por delitos de homicidio y secuestro de acuerdo con los criterios
aplicados en las reparaciones por vía administrativa conforme al Decreto 1290 de 2008.
Con independencia del monto solicitado como reparación individual (material e inmaterial) por los defensores de
víctimas del presente incidente de reparación, esta Sala quiere poner de presente la existencia de otros criterios
que pueden ser relevantes a la hora de cuantificar la indemnización a las víctimas (directas y/o indirectas) de los
delitos de homicidio y secuestro.
Uno de esos criterios es el que está contemplado en el Decreto 1290 de abril de 2008 por el que se crea el
Programa de Reparación Individual por Vía Administrativa para las Víctimas de los Grupos Armados Organizados
al Margen de la Ley como “uno de los componentes del Plan Nacional de Reparaciones que la Comisión
Nacional de Reparación y Reconciliación está elaborando y, por tanto, representa el inicio del proceso de
reparación integral a las víctimas”.
Tal y como se recoge en el Preámbulo del citado Decreto, este Programa no excluye la reparación judicial de las
víctimas prevista en la Ley 975, la cual tiene lugar ante el Tribunal Superior de Distrito Judicial y se dirige a
adoptar las medidas de restitución, indemnización, rehabilitación, y garantías de no repetición necesarias para
satisfacer su derecho a la reparación integral. Se trata, en definitiva, de un Programa a través del cual se crea
“un procedimiento administrativo para reparar de manera anticipada a las víctimas de los grupos armados
organizados al margen de la ley, sin perjuicio de la obligación de hacerlo que tienen los victimarios y el derecho
de repetición del Estado contra estos”, que ha de operar en todo caso con pleno respeto al principio general
establecido por la Corte Constitucional en su sentencia C-370, conforme a la cual “los primeros obligados a
reparar son los perpetradores de los delitos; en subsidio y en virtud del principio de solidaridad, el grupo
específico al que pertenezcan los perpetradores. Antes de acudir a recursos del Estado para la reparación de las
víctimas, debe exigirse a los perpetradores de los delitos, o al bloque o frente al que pertenecieron, que
respondan con su propio patrimonio por los daños ocasionados a las víctimas de los delitos".
El Decreto 1290 de 2008, establece los siguientes criterios de reparación: En caso de homicidio se establece una
reparación de “40 salarios mínimos mensuales legales vigentes” por persona asesinada, de manera que,
considerando que el salario mínimo mensual legal vigente se encuentra en este momento en 515.000 pesos, el
monto de reparación por persona fallecida es de 20.600.000 pesos. Este valor se dividirá entre quienes
concurran como víctimas indirectas (cónyuge, padres, hijos, hermanos) de acuerdo con los porcentajes
establecidos en el artículo 5 de la normatividad en cita. En caso de secuestro la indemnización es igual al de las
víctimas de homicidio (20.600.000)
Si se aplicaran los criterios del Decreto 1290 a las víctimas del proceso que hoy ocupa la atención de esta Sala,
el monto de la reparación sería el siguiente: por los 82 hechos de homicidio reclamados (de las 170 acreditados)
$168.000.000 de pesos, a dividir entre la totalidad de las víctimas 233 víctimas indirectas acreditadas, lo cual
significa que a cada una de ellas le correspondería la suma de $7.249.785.40, mientras que a la víctima de
secuestro le correspondería la suma de 20.600.000.
Si se aplicaran estos mismos criterios del Decreto 1290 al total de hechos de homicidio y secuestro registrados
hasta el momento por la Fiscalía en aplicación de la Ley 975, el total sería el siguiente: 156.870 hechos de
homicidio x 20.600.000 por víctima, arrojaría un resultado de 3.231.522.000.000 (aproximadamente 3.2 billones
de pesos); 2740 hechos de secuestro x 20.600.000 por víctima, equivaldría a 56.444.000.000 (aproximadamente
0.056 billones de pesos). Sumadas las dos sumas mencionadas se obtiene un total de 3.287.966.000.000
(aproximadamente 3.28 billones de pesos).
Esta cantidad supone el 2.22% del Presupuesto Nacional de Colombia para el año 2011, aclarando que la misma
solo se refiere a dos tipos de delitos (homicidio y secuestro), y que por tanto no incluye los montos relativos a los
63.526 hechos de desplazamiento forzado; 30.103 hechos de desaparición forzada, 13.796 contra el patrimonio
económico, 5.222 s de lesiones personales, 3.044 de extorsión, 1.310 constreñimiento ilegal, 524 de terrorismo,
166
Tribunal Superior de Bogotá
13 de tráfico de armas, 6 de concierto para delinquir y 4.296 hechos relativos a otro tipo de delitos, que, a 1º de
mayo del año que avanza, han sido ya registrados por la Fiscalía.
Valor de las reparaciones individuales por delitos de Homicidios, Desplazamiento Forzado y Secuestro de
acuerdo con los criterios aplicados por el Consejo de Estado en Reparaciones Directas por Vía Judicial
En casos de responsabilidad patrimonial atribuible al Estado, el Consejo de Estado ha desarrollado por la vía
jurisprudencial, una serie de fórmulas a través de las cuales calcula la indemnización por daños materiales e
inmateriales. Estas fórmulas son también aplicables en caso de homicidio y secuestro, siempre que los mismos
sean atribuibles por acción u omisión al Estado.
En relación con el daño material, el Consejo de Estado distingue entre el daño emergente y el lucro cesante. Con
respecto al primero, subraya que es necesario actualizar el valor del daño probado al momento de producirse los
hechos mediante la aplicación de la siguiente formula:
Ra= R Índice Final
Indice Inicial
Ra= Renta actualizada, es decir, la que se busca
R= Renta histórica, es decir, lo que ganaba el occiso al momento de su muerte
Índice Final= Índice de precios al consumidor del mes anterior a la sentencia
Índice Inicial= Índice de precios al consumidor del mes del hecho dañino
El lucro cesante es considerado por la misma Corporación como la “indemnización debida, consolidada o
vencida”, a la que en el caso de delitos contra la vida es necesario añadir la llamada “indemnización futura”. La
primera, que indemniza el lucro cesante relativo al periodo que va desde la fecha del hecho ilícito hasta la fecha
de la sentencia, se calcula de la siguiente manera:
S= Ra (1+ i)n -1
I
S= suma de la indemnización debida o consolidada
Ra= Renta actualizada, es decir, el monto mensual actualizado
I= interés legal que es contante y equivale a 0.004867
N= numero de meses transcurridos entre la fecha del hecho dañino y la fecha de la sentencia
En los casos de homicidio, el Consejo de Estado señala que para efectos de aplicar esta formula, es necesario
disminuir en un 25% el valor del monto mensual dejado de percibir en la medida que el mismo estaba dirigido a
sufragar los gastos personales de las personas fallecidas.
La indemnización futura permite determinar la indemnización que cubre el periodo desde la fecha de la sentencia
hasta la expectativa de vida de la víctima o del beneficiario cualquiera que sea inferior, o hasta la mayoría de
edad de los hijos menores. La misma se calcula conforme al a siguiente fórmula:
S= Ra S(1 + i) n - 1
i(1 + i)n
S= indemnización futura o consolidada
Ra= renta actualizada
N= numero de meses comprendidos entre el mes de la sentencia y el de la vida probable
En cuanto a los perjuicios inmateriales, distingue entre el daño moral y el daño a la vida en relación. Respecto del
primero, el artículo 97 de la Ley 599 de 2000, señala que el daño moral podrá ascender hasta los 1.000 salarios
mínimos legales mensuales vigentes.
También ha reconocido la existencia de una forma de perjuicio inmaterial, distinto del moral, denominado
perjuicio fisiológico o a la vida de relación, que está referido a la pérdida de la posibilidad de realizar ciertas
actividades vitales, que aunque no producen rendimiento patrimonial, hacen agradable la existencia185.
Aplicación a casos promedio de Homicidio y secuestro dentro del presente proceso:
Para obtener una primera aproximación a las cifras que pueden resultar de la aplicación de las fórmulas del
Consejo de Estado al total de hechos de homicidio y secuestro registrados hasta el momento por la Fiscalía, la
Sala ha seleccionado el caso del señor Álvaro Ibáñez López y Hamilton Alexander Casadiego, que se caracteriza
por solicitar indemnizaciones intermedias entre las presentadas por los abogados de víctimas en el presente
proceso.
Caso del Sr. Álvaro Ibáñez López por el delito de Homicidio
La abogada representante de la victima indirecta señora Ana Vicenta Gómez Ibáñez discriminó los daños y
perjuicios reclamados de la siguiente manera: daños morales: 400 salarios mínimos legales mensuales vigentes;
daños materiales discriminados así: daño emergente, la suma de $2.500.000; lucro cesante consolidado
$50.205.383.62 y lucro cesante futuro $98.276.511.83 y; daño a la vida en relación estimado en 307 salarios
mínimos legales mensuales vigentes. Totalizó los valores y concluyó que los mismos equivalen a mil (1000)
salarios mínimos legales mensuales vigentes.
167
Tribunal Superior de Bogotá
Pese a las solicitudes realizadas, no fue aportada prueba que acreditara el monto del daño emergente
reclamado, motivo por el que no se le reconocerá condena por este concepto, en virtud a que el artículo 97 del
Código Penal exige la prueba del daño material.
En cuanto al lucro cesante, tampoco fueron acreditados los ingresos mensuales del señor Álvaro Gómez Ibáñez,
por tanto se presume que percibía el salario mínimo legal mensual vigente al momento de su fallecimiento, esto
es $332.000. El Consejo de estado ha señalado que es necesario descontar un 25% ($83.000) con la finalidad de
sufragar los gastos personales del fallecido. En consecuencia, para efectos de actualizar la renta se debe tener
en cuenta, que la víctima directa, al momento de su fallecimiento devengaba la suma de $249.000.
Aplicada la formula para tal efecto, se tiene que el monto actualizado dejado de percibir alcanzaría $348.407,
suma obtenida de multiplicar 249.000 por el índice final (104.36) y dividirlo por el índice inicial (74.97).
Con fundamento en la suma determinada, se logra establecer que el lucro cesante consolidado equivale a
$38.158.460.56. Suma que se obtiene de multiplicar la renta actualizada ($348.407) por (1+ 0.004867)88 y dividir
el resultado por 0.004867.
Por tratarse de un caso de homicidio, el lucro cesante incluye también la llamada “indemnización futura”, que en
este caso equivale a $52.033.135.47, monto determinado de multiplicar la renta actualizada (348.407) por (1 +
0.004867)267.3 (equivalente a la expectativa de vida de la victima indirecta, que es inferior a la de la víctima directa) -1), dividido por 0.004867
(1+0.004867)267.3.
En cuanto al daño moral, la jurisprudencia del Consejo de Estado en los punibles de homicidio, permite un
máximo de 1.000 salarios mínimos legales establecidos por el artículo 97 de la Ley 599 de 2000. En este sentido,
se observa que, si bien hasta el año 2001, esa Corporación seguía los parámetros marcados en el Código Penal
de 1980 que establecía un máximo de 1.000 gramos oro, a partir de septiembre de 2001 varió y dijo que la
tasación del perjuicio debe ser hecho por el juzgador en cada caso según su prudente juicio y sugiere un
máximo de 100 salarios mínimos mensuales legales vigentes.185 Según esta nueva aproximación, cónyuges,
padres e hijos recibirían un máximo de 100 salarios, mientras que a los hermanos les corresponderían un
máximo de 50.185 Si aplicamos estos criterios a la víctima indirecta (madre) acreditada, esto supondría un total de
$51.500.000. Ahora bien, es importante señalar que el promedio observado en el presente proceso es de 3
víctimas indirectas acreditadas por cada uno de los hechos de homicidio, de manera que el monto medio por
núcleo familiar estaría entre 100 y 150 millones de pesos.
En consecuencia, el total de la indemnización por el daño material e inmaterial que correspondería a la señora
Ana Vicenta López en aplicación de los criterios del Consejo de Estado supondría $141.691.596, suma que
difiere sustancialmente de la solicitada por la representante legal: $515.000.000, equivalentes a mil salarios
mínimos legales mensuales vigentes.
Con fundamento en los criterios del Consejo de Estado, la cantidad total a pagar para indemnizar los hechos de
homicidio objeto del presente proceso (82 homicidios con 233 víctimas) sería de $33.014.141.868 (0.33 billones
de pesos aproximadamente).
Siguiendo las mismas pautas, la cantidad a pagar para indemnizar la totalidad de hechos de homicidio
reportados por la Fiscalía General de la Nación a 1º de mayo de 2010 equivaldría a $22.227.160.664.520 (22.22
billones de pesos), equivalente al 15.07% del Presupuesto Nacional de Colombia para el año 2011. Ahora bien,
la Sala observa que la misma, solo se refiere a un tipo de delito (homicidio), sin incluir los montos relativos a los
63.526 desplazamientos forzados; 30.103 hechos de desaparición forzada, 13.796 contra el patrimonio
económico, 5.222 de lesiones personales, 3.044 de extorsión, 2.740 de secuestro, 1.310 por constreñimiento
ilegal, 524 de terrorismo, 13 de tráfico de armas, 6 de concierto para delinquir y 4.296 hechos relativos a otro tipo
de delitos.
Valor de las Reparaciones Individuales por delitos de Homicidios de Acuerdo con los Criterios Aplicados
por la Corte Inter-Americana de Derechos Humanos.
La Corte Inter-Americana de Derechos Humanos ha condenado al Estado Colombiano en varios casos relativos
a homicidios y/o desapariciones forzadas cometidos por grupos paramilitares, conocidos como los casos de “los
19 Comerciantes”, “la Masacre de Mapiripán”, “la Masacre de Pueblo Bello” y “la Masacre de Ituango”. Los
criterios aplicados de reparación individual (material e inmaterial) aplicados por esa Corte han variado a lo largo
del tiempo.
En el primero de estos casos (“19 Comerciantes”), relativo a la desaparición forzada y posterior ejecución
extrajudicial en el área del Magdalena Medio de 17 comerciantes y de dos de sus familiares, la Corte Inter-
Americana estableció en el año 2002 una reparación en promedio por daños materiales de aproximadamente
57.000 dólares (114.000.000 pesos) por persona fallecida. Además, concedió en concepto de daños
inmateriales: (i) una indemnización de 80.000 dólares (160.000.000 pesos) por cada una de las personas
fallecidas (a repartir entre sus herederos); y (ii) una indemnización adicional de 80.000 dólares (160.000.000
pesos) para los cónyuges, 50.000 dólares (100.000.000 pesos) para cada uno de los padres e hijos; y 8.500
dólares (17.000.000 pesos) para cada uno de los hermanos. En aplicación de estos parámetros, la Corte Inter-
168
Tribunal Superior de Bogotá
Americana otorgó una indemnización global de 6.5 millones de dólares (13 mil millones de pesos), de manera
que por cada persona asesinada el conjunto de miembros de su familia (núcleo familiar) recibió un promedio de
684 millones de pesos (13.000.000.000 / 19 = 684.210.526 pesos).
Esta cantidad es significativamente inferior a los $515.000.000 millones de pesos solicitados por una de las 233
víctimas indirectas de los 82 homicidios objeto del presente incidente, en la medida que esta última petición
supone los perjuicios de una sola víctima, en tanto que la reconocida por la Corte Interamericana un promedio de
ocho víctimas por núcleo familiar. Al mismo tiempo, la Sala considera que si se aplicaran los criterios de
reparación adoptados por la Corte Inter-Americana en el caso “19 Comerciantes” a los 156.870 hechos de
homicidio registrados por la Fiscalía hasta el 1º de mayo de 2010, el monto total de reparación individual sólo por
este tipo de delito alcanzaría los 107 billones de pesos (684.210.526 x 156.870 = 107.332.105.263.157 pesos),
equivalente al 72.84% del Presupuesto Nacional de Colombia para el año 2011.
En el caso de la masacre de Mapiripán, la Corte InterAmericana estableció en el año 2005 una reparación por
daños materiales que oscilaba entre los 35.000 dólares (70.000.000 pesos) y los 350.000 dólares (700.000.000
pesos) en relación con 9 de las personas fallecidas (eliminando los dos valores más altos y los dos más bajos, el
promedio es de 88.000 dólares (176.000.000 pesos) por persona fallecida). Esto supone un incremento de
aproximadamente 31.000 dólares (62.000.000 pesos) en relación con el promedio de daños materiales
concedidos en el caso “19 Comerciantes”.
Así mismo, en relación con los daños inmateriales, la Corte siguió el criterio de 19 Comerciantes en conceder dos
tipos de reparaciones: una por persona fallecida, y otra adicional por víctima indirecta acreditada. Los montos de
ambos tipos de reparaciones en cuanto que (i) la cantidad concedida por persona fallecida es entre 80.000
dólares (160.000.000 pesos), que se incremente a 90.000 dólares (180.000.000 pesos) en caso de menores de
edad (frente a los 80.000.000 dólares fijos en el caso de 19 Comerciantes) y (ii) la indemnización adicional para
las víctimas indirectas acreditadas está entre los 50.000 dólares (100.000.000 pesos) para el cónyuge, padre,
madre e hijos, y los 34.000 dólares (68.000.000 pesos) en el caso de los hermanos. Esto significa que la cuantía
total por núcleo familiar en el caso de Mapiripán es aproximadamente 49.000 dólares superior al de 19
Comerciantes debido al incremento en 25.500 dólares por hermano (tres en promedio) supera la reducción en
30.000 dólares por cónyuge (uno como máximo), y al incremento en 10.000 dólares en el caso del homicidio de
menores de edad (una de cada cuatro personas muertas es menor).
En consecuencia, se puede afirmar que, en relación con aquellos nueve núcleos familiares que recibieron
reparación material e inmaterial en el caso “Mapiripán”, el valor de la indemnización tazada por la Corte, superó
un promedio de 80.000 dólares (160.000.000 pesos) a las otorgadas en 19 Comerciantes (31.000 dólares más en
daños materiales, 49.000 dólares en daños inmateriales, para un total de 80.000 dólares). Esto significa que,
teniendo en cuenta que en 19 Comerciantes cada núcleo familiar recibió un promedio de 684.210.526 pesos, en
el caso Mapiripán la cantidad se incrementó hasta los 840 millones de pesos (684.210.256 pesos + 160.000.000
pesos = 844.210.256 pesos). Esta cantidad, continúa siendo notablemente inferior a los $515.000.000, en la
medida que aquella suma es reconocida por grupo familiar conformado en promedio por ocho víctimas y ésta es
reclamada en promedio por víctima indirecta en el presente proceso, lo que supondría que el total de las
reparaciones individuales a pagar por los 156.870 hechos de homicidio registrados, alcanzaría los 131,8 billones
de pesos (844.210.256 pesos x 156.870 hechos = 132.431.262.858.720 pesos), lo que equivale al 89,8% del
Presupuesto Nacional para el año 2011.
En otra de las sentencias dictada por la Corte Inter-Americana en el caso de la Masacre de Pueblo Bello el año
2006, se puede apreciar una reducción notable en los estándares de reparación individual y colectiva. En la
misma, la Corte concede indemnizaciones por daños materiales a 6 de las víctimas fallecidas o desaparecidas (a
repartir entre sus herederos) en promedio 60.000 dólares (120.000.000 pesos).
En cuanto a los daños inmateriales, otorgó (i) 30.000 dólares (60.000.000 pesos) a cada una de las 43 personas
desaparecidas y /o asesinadas, con un incremento de 5.000 dólares (10.000.000 pesos) en caso de menores de
edad; (ii) una indemnización adicional de 10.000 dólares (20.000.000 pesos) por cónyuge, padre, madre e hijo, y
entre 500 y 1.000 dólares (1 a 2 millones de pesos) por hermano. En aplicación de estos criterios, la Corte
concedió en promedio 60.000 dólares (120.000.000 pesos) por cada uno de los 43 núcleos familiares.
En consecuencia, a los seis núcleos familiares a los que se les reconocieron daños materiales e inmateriales, se
les atribuyó una suma de 120.000 dólares (240 millones de pesos), lo que es significativamente inferior a los
$515.000.000 millones reclamados en promedio por cada víctima en el presente proceso, teniendo en cuanta que
la suma reconocida por la Corte Interamericana es por núcleo familiar constituido en promedio por ocho víctimas;
a los 844 millones otorgados en el caso de la Matanza de Mapiripán y a los 684 concedidos en el caso 19
Comerciantes. Así mismo, la Sala observa que de aplicarse el monto de 240 millones de pesos por núcleo
familiar a los 156.870 hechos de homicidio registrados por la Fiscalía, el monto total de la indemnización
individual por este tipo de delito alcanzaría aproximadamente los 37.6 billones de pesos (240.000.00 x 156.870 =
37.648.800.000.000), lo que equivale al 25,5 % del Presupuesto Nacional de Colombia para el año 2011.
169
Tribunal Superior de Bogotá
395. Si bien, los jueces sólo estarán sometidos al imperio de la ley en sus
providencias, al fallar tendrán como criterio auxiliar, en primer lugar a la equidad,
pues así, contribuirán como rama del poder público, a cumplir uno de los fines
esenciales del Estado, consagrado en el artículo 2º de la Constitución Política:
asegurar la convivencia pacifica y la vigencia de un orden justo.
Finalmente, en el caso de Masacre de Ituango, decidido también en el año 2006, la Corte Inter-Americana
concedió reparación por daños materiales a los núcleos familiares de seis de las 19 personas asesinadas o
desaparecidas por una cuantía media de 33.500 dólares (67.000.000 pesos). En cuanto a los daños inmateriales,
otorgó: (i) 30.000 dólares (60.000.000 pesos) a cada una de las 19 personas asesinadas o desaparecidas; y (ii)
un indemnización adicional de 10.000 dólares (20.000.000 pesos) a cada uno de los cónyuges, padres, madres e
hijos, y 1.500 dólares (3.000.000 pesos) a los hermanos. En aplicación de estos parámetros, el monto medio
atribuido a los 19 núcleos familiares afectados fue de aproximadamente 85.000 dólares (170.000.000 pesos). En
consecuencia, los seis núcleos familiares que obtuvieron una indemnización por daños materiales e inmateriales
recibieron en promedio 118.500 dólares ($237.000.000 pesos), cuantía igualmente inferior a lo que solicitan en
promedio las víctimas de este proceso.
Conclusiones sobre el valor de las reparaciones individuales y colectivas en el presente proceso y en el
conjunto de hechos registrados hasta el 1º de mayo de 2010 por la Fiscalía en aplicación de la Ley 975.
En relación con la reparación individual, la cuantía tanto en el presente proceso como en relación con el total de
hechos registrados hasta el momento por la Fiscalía difiere notablemente dependiendo de los criterios que se
apliquen. De esta manera: si se aplican los criterios recogidos en las peticiones de los representantes legales de
las víctimas el monto total de las medidas de reparación individual en el presente proceso alcanzaría los
$53.184.930.171 (0.53 billones de pesos).
Si se aplican los criterios recogidos en el Decreto 1290 relativo a Reparaciones en Vía Administrativa, el monto
total de las medidas de reparación individual en el presente proceso sería de $168.000.000.
Si se aplican los criterios recogidos en la jurisprudencia del Consejo de Estado, el valor de las medidas de
reparación individual por hechos de homicidio y secuestro en el presente proceso sería de $33.014.014.868.
Si se aplican los criterios de la jurisprudencia de la Corte Inter-Americana de Derechos Humanos, el valor de la
reparación individual por hechos de homicidio en el presente proceso sería de $19.434.000.000 siguiendo el caso
Ituango (2006); $19.680.000.000 siguiendo el caso de Pueblo Bello (2006); $56.088.000.000 siguiendo el caso
de 19 Comerciantes (2002); y $69.225.240.992 siguiendo el caso de Mapiripan (2005) - esta cantidad no incluiría
el valor de la reparación individual para las víctimas de secuestro.
170
Tribunal Superior de Bogotá
400. De otra parte, el artículo 54 dice que los recursos del fondo estarán
integrados por:
- Todos los bienes o recursos que a cualquier título se entreguen por las
personas o grupos armados ilegales a que se refiere la presente ley.
- Recursos provenientes del presupuesto Nacional.
- Donaciones en dinero o en especie, nacionales o extranjeras.
171
Tribunal Superior de Bogotá
403. 1. Recursos lícitos e ilícitos del desmovilizado, pues éste deberá responder
incluso con su propio patrimonio por los daños producidos, conservando
únicamente parte de su patrimonio de forma tal que pueda vivir dignamente e
insertarse plenamente en la sociedad.187
404. 2. Solidariamente los bienes del grupo armado, esto es, del bloque o frente.
Es decir de quienes “por decisión judicial hayan sido calificados como
miembros del grupo armado específico, entendido como el frente o bloque al que
se impute causalmente el hecho constitutivo del daño”188.
186 Dijo el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos: “En general hay dos modelos
para financiar reparaciones: crear fondos fiduciarios especiales o introducir una partida específica en el
presupuesto nacional anual. Los países que han experimentado con el primer modelo han obtenido hasta la
fecha resultados considerablemente peores que los países que han utilizado el segundo. Esto puede deberse al
compromiso político. Nada demuestra más claramente el compromiso que la voluntad de incluir una partida
específica en el presupuesto. La expectativa que subyace en la creación de fondos fiduciarios de que será
posible encontrar fuentes alternativas de financiación puede ser muestra de débil compromiso político o debilitar
realmente la resolución adoptada, lo que subraya una vez mas que, aunque el desarrollo socio-económico es
importante, también lo son los factores políticos”
187 Sentencia C-370, corte Constitucional, 18 de mayo de 2006.
188 Sentencia C-370, Corte Constitucional, 18 de mayo de 2006.
172
Tribunal Superior de Bogotá
Sentencia de esta Sala de Justicia y Paz. Radicado 200680077, postulados Edwar Cobos Téllez y otro.
189
190Sesión de 19 de julio del 2010, audiencia de legalización formal y material de cargos. Jorge Ivan Laverde
Zapata.
173
Tribunal Superior de Bogotá
409. En ese mismo informe se pone de presente que varios predios están
siendo explotados gratuitamente por campesinos de la Región, sin ser
requeridos por ninguna entidad para rendir cuentas.
191 Intervención vía telefónica de Salvatore Mancuso, en sesión del 8 de julio de 2010, a las 3:15 de la tarde, ante
esta Sala.
192 Intervención del doctor Diego Diago de Acción Social, en sesión de julio 19 de 2010.
174
Tribunal Superior de Bogotá
412. Por todo lo anterior, la Sala compulsará copias a Entes de Control como la
Procuraduría y la Contraloría para que hagan los seguimientos a que haya lugar
y se tomen las medidas pertinentes a fin de evitar que esos inmuebles pierdan
su vocación reparatoria, como se ve venir.
413. Otros bienes que deben entrar al Fondo de Reparación a víctimas, son los
entregados por postulados con fines de reparación y que fueron transferidos por
algunos fiscales de Justicia y paz, a la Unidad de Extinción de Dominio de la
Fiscalía General de la Nación, los que deben ser devueltos a Justicia y Paz en
un plazo no mayor a sesenta días.193
193 De manera amplia se explicaron las motivaciones que tuvo la Sala para hacer este requerimiento, en la
sentencia contra Edwar Cobos Tellez y Uber Enrique Banquez Martínez, radicado 200680077, párrafos 276 a
282.
175
Tribunal Superior de Bogotá
195 310. Ante la situación constatada en el párrafo anterior, adquiere particular relevancia la reiterada
preocupación mostrada por la Corte Constitucional al reafirmar el principio general de la responsabilidad
patrimonial de los causantes del daño en relación con el traslado del costo del programa de reparación para las
víctimas al conjunto de ciudadanos y ciudadanas del país.
311. Esta misma preocupación ha sido mostrada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas en
su informe del 2.008. Para hacer frente a la misma, esa Oficina , del mismo modo que con anterioridad realizó la
Comisión para la Verdad y Reconciliación en Sudáfrica, propone que un elemento fundamental de la partida
presupuestaria de los programas de reparaciones de violaciones masivas y sistemáticas de derechos humanos
sea el establecimiento de un “impuesto especial” que grave a las personas jurídicas y grupos económicos que
hayan podido resultar beneficiados del actuar ilícito de grupos armados como aquellos a que se refiere la Ley
975.
312. Como se señaló en precedencia, la Sala entiende que los bienes de todas aquellas personas físicas que
hayan contribuido a la financiación, promoción o desarrollo de los grupos a los que se refiere la Ley 975 deberán
ser enviados al Fondo de Reparación para Víctimas en caso de que sean condenados penalmente por concierto
para delinquir conforme al artículo 340 incisos segundo y/o tercero. Por esta razón, se considera que dicho
impuesto especial no debería grabar a las numerosas personas físicas que aparecen en las contabilidades
aportadas por los postulados desmovilizados como financiadores o promotores de los grupos armados a que se
refiere la Ley de Justicia y Paz.
313. Sin embargo, y siguiendo la tradición Penal Colombiana en el sentido que no se admite la responsabilidad
penal de las personas jurídicas, considera la Sala que sí sería adecuada la imposición de un impuesto especial
que grabara esas sociedades, empresas, etc que en las contabilidades aportadas por los postulados
desmovilizados o en sus versiones libres aparezcan como financiadores o promotores de dichos grupos
armados a que se refiere la Ley 975. Este impuesto especial, que podría mantenerse en el tiempo hasta la
finalización del programa de reparación, no deberá acompañarse de exención fiscal alguna dirigida a sus
destinatarios a los efectos de compensar su imposición.
314. La adopción de este mecanismo permitiría que, una vez ejecutados los bienes de todas aquellas personas
condenadas por concierto para delinquir en relación con las actividades de los grupos armados a que se refiere
la Ley 975 que causaron los daños, el costo de aquella parte del programa de reparación a las víctimas que no
haya podido ser financiado con su valor, se traslade en una medida importante y de manera preferente, a
aquellos Entes jurídicos que financiaron y/o promocionaron el accionar ilícito de los grupos armados. Esto
permitiría minimizaría de manera importante el traslado indiscriminado de los costos de reparación a todos los
ciudadanos y ciudadanas, y con ello se estaría actuando en aplicación de los principios afirmados por la Corte
Constitucional en su decisión C-370.
315. Por esta razón, a pesar de no tener la competencia para ello, la Sala considera importante recomendar al
Congreso de la República la atenta consideración del establecimiento de este impuesto especial para financiar, al
menos parcialmente, la partida presupuestaria del Fondo de Reparaciones para Víctimas. Radicado 200680077,
párrafos 310 y ss.
196 319. El artículo 54, inciso segundo, de la Ley 975 dispone que, el Fondo de Reparación para las Víctimas esta
integrado también por “donaciones en dinero o en especie nacionales o extranjeras”. No obstante ninguna
contribución a las que se refiere la norma en cita se ha obtenido hasta el momento.
177
Tribunal Superior de Bogotá
Reparación Colectiva
320. Esta partida extra-presupuestaria si bien no puede constituir la principal fuente de financiación del Fondo de
Reparación para las Víctimas, su contribución si se convierte, sin duda, en un factor relevante en la financiación
del Fondo.
321. Si bien es cierto que, a medida que la diligente ejecución de las pautas adoptadas en la presente decisión
resulte en un progresivo y sustancial incremento de las otras dos fuentes principales de financiación del fondo,
es evidente que los esfuerzos realizados hasta el momento por la Comisión Nacional de Reparación y
Reconciliación para la obtención de donaciones nacionales e internacionales se muestran como absolutamente
insuficientes, lo que hace necesario que la Comisión refuerce notablemente su labor en este sentido y presente
un informe bimensual ante la Sala en el que explique detalladamente las iniciativas adoptadas.
322. Así mismo, la Sala considera que existen ciertas medidas de reparación, como algunas medidas de
satisfacción y garantías de no repetición tales como la producción de documentales que sean emitidos en hora
de máxima audiencia para eliminar la estigmatización de las víctimas y desautorizar el imaginario de los
victimarios, o el monitoreo de la situación de seguridad en las zonas a las que regresen las víctimas de
desplazamiento forzado, que pueden ser más adecuadas para que se financien a través de programas de
cooperación internacional.
323. En este sentido, se subraya la importancia de que los programas de cooperación internacional que tienen un
componente de Justicia y Paz puedan articularse, en lo que sea posible, en torno a la ejecución de las medidas
de reparación no monetaria adoptadas en las sentencias aquí proferidas.
197 328. “Canje de deudas: Es posible que los gobiernos negocien acuerdos con prestamistas
internacionales a fin de que estos cancelen una parte de la deuda del país a condición de que se invierta
la misma suma en reparaciones y otros tipos de apoyo a las víctimas.”
329. En opinión de la Sala, se trata este de un instrumento que, como en el caso del Perú en años pasados,
podría jugar un papel ciertamente relevante en la financiación del Fondo de Reparaciones siempre y cuando las
distintas autoridades internas con competencia para la aplicación de la Ley 975 muestren su voluntad para
avanzar de manera decidida y firme en la consecución de su fin último, la transición hacia la paz.
178
Tribunal Superior de Bogotá
420. La distorsión del juicio moral de parte del colectivo, por lo hechos
sucedidos, se hace evidente sobre todo en el concepto de justicia. La
percepción del reproche por los asesinatos, se hace en función de las
condiciones de las víctimas y no del hecho como tal; esto implica que se
presente una relativización en ese juicio moral y por lo tanto en el
funcionamiento ético de la sociedad y de la institucionalidad, por que la
institucionalidad es la representación de la sociedad. Lo anterior no es una
afirmación gratuita de la Sala. Basta con recordar lo que mencionaron algunos
parientes de las víctimas, que intervinieron en la diligencia de legalización de
cargos: “lo injusto es que lo mataron y no estaba en la lista”, es decir, lo que se
179
Tribunal Superior de Bogotá
198 Exposición sobre daño colectivo presentado por la Psicóloga Lina Paola Rondón, de la C.N.R.
199 Guillis, Graciela, 2001, Equipo de salud mental –CELS- Argentina.
200 No obstante esta propuesta, se presenta una contradicción con la exposición de la psicóloga Lina Rondón,
también de la C.N.R.R. quien dijo que no es suficiente con cambiar el nombre para que la sociedad pueda verse
reparada, por que esto implica todo un proceso.
180
Tribunal Superior de Bogotá
425. La Sala se plantea estas inquietudes, porque la misma ley 975 de 2005
impone la obligación a la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación de
presentar los programas de reparación colectiva201. Bajo el entendido de que no
hay suficiente ilustración para decidir sobre algunas de las propuestas
presentadas, quedarán en suspenso hasta tanto la Comisión exponga cuáles
Restitución
Rehabilitación
429. Por considerar la Sala que esta medida superó el daño individual, hizo
referencia a ella en el aparte de la reparación colectiva.
Satisfacción
431. Ordenar que se haga un documental de una hora que tenga como guión la
presente sentencia, con entrevistas a víctimas y victimarios y que contenga un
acto público de perdón por JORGE IVAN LAVERDE ZAPATA. Este acto se
185
Tribunal Superior de Bogotá
Garantías de no Repetición
202Según sentencia del 28 de febrero de 2001, proferida por el Juzgado del Circuito Especializado de Manizalez,
Luís Eduardo Zuluaga Arcila, conocido con el alias de “Macguiver” y Ovidio Suaza, alias “Don Alex o El Gato”, se
desmovilizaron en Puerto Boyacá en el año 1991. Hoy se encuentran postulados.
187
Tribunal Superior de Bogotá
Indemnización
440. Ha quedado claro que los hechos imputados al postulado JORGE IVAN
LAVERDE ZAPATA, generó daños materiales e inmateriales a las víctimas, por
tanto, les asiste el derecho de reclamarlos y en consecuencia surge para la Sala
el deber de reconocerlos y liquidarlos, tarea que no puede realizar con
fundamento en las reglas probatorias ordinarias por varias razones que se
destacan a continuación: (i) la cantidad de víctimas; y (ii) el carácter masivo de
violaciones de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.
441. Ante esta situación surge la necesidad de tener que establecer un sistema
de reparaciones basado en el principio de equidad, reconocido como criterio
auxiliar de la actividad judicial por el inciso 2º del artículo 230 de la Constitución
Política y aplicado por la Corte Inter-Americana de Derechos Humanos en los
casos de las masacres de Pueblo Bello y de Ituango, en donde se condenó a
Colombia por asesinatos y desapariciones forzadas cometidos por grupos
paramilitares en zonas rurales.
442. Si bien es cierto, que los jueces sólo estarán sometidos al imperio de la ley
en sus providencias, al fallar tendrán como criterio auxiliar, en primer lugar a la
equidad, pues así, contribuirán como rama del poder público, a cumplir uno de
188
Tribunal Superior de Bogotá
444. Para la elaboración de la mencionada tabla, la Sala debe partir del valor
atribuido al daño por el delito mas grave, que sin lugar a dudas lo constituye el
homicidio en persona protegida. Así mismo, dado el compromiso asumido por el
Estado Colombiano de cumplir con sus obligaciones internacionales, y la función
de fiscalización que la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos
Humanos desarrollan sobre las actuaciones nacionales en relación con un
fenómeno de violencia sistemática y generalizada contra la población civil como
el generado por los grupos armados a los que se refiere la Ley 975, la Sala
asume como valor máximo de referencia para el delito de homicidio el de 240
millones de pesos por núcleo familiar.
445. Este valor se corresponde con el aproximado medio por daños materiales e
inmateriales concedidos por la Corte Inter-Americana en los casos de las
masacres de Pueblo Bello (2006) e Ituango (2006) sobre la base de núcleos
familiares medios de entre 6,5 y 7 personas de media. De esta manera, la media
por víctima indirecta del delito de homicidio es de 40 millones de pesos por
persona del núcleo familiar, aclarando que la propia Corte Inter-Americana
tiende a atribuir una cuantía entre 8 y 10 veces menor a los hermanos que al
resto de miembros del núcleo (cónyuge, padre, madre e hijos).
189
Tribunal Superior de Bogotá
448. Por esta razón, se aplicará la misma ratio de 1 a 2 tenida en cuenta por el
Consejo de Estado, de manera, que cada persona desplazada de un mismo
núcleo familiar recibirá una cuantía de 17 millones de pesos, con un máximo por
núcleo familiar de 120 millones de pesos.
450. Finalmente, la Sala entiende que en el caso de que una misma persona
haya sido víctima de varios delitos, se realizará el cálculo de la indemnización
que le corresponde a el y/o a su núcleo familiar teniendo en cuenta la cuantía
correspondiente al delito mas grave. De manera, que en caso de una persona
amenazada, detenida ilegalmente, torturada y asesinada, con un resultado de
desplazamiento forzado de su núcleo familiar, cada integrante de este ultimo
recibirá un máximo de 40 millones de pesos con un límite total por el conjunto
del núcleo familiar de 240 millones de pesos.
451. Aplicando las anteriores tablas a las víctimas de homicidio, el valor total de
la reparación individual sería el siguiente.
NOMBRE ABOGADO VICTIMA DIRECTA VICTIMA INDIRECTA VALOR
INDEMNIZACION
HECTOR E. • JORGE ENRIQUE • KATHERINE MARIA LOPEZ $40.000.000
RODRÍGUEZ LÓPEZ CAMPOS (HIJA)
SARMIENTO • JORGE LEONARDO LOPEZ 40.000.000
CAMPOS (HIJO)
• RENZO EDUARDO LOPEZ 40.000.000
CAMPOS (HIJO)
• LINDA VANESSA CAMPOS 40.000.000
VERGARA (HIJA)
TOTAL $160.000.000
• JHON JAIRO • JAVIER ENRIQUE BERMÚDEZ $4.000.000
BERMÚDEZ DAZA DAZA (HERMANO)
• LUÍS GIOVANNI • YURLEY ANGELICA JAIME $2.000.000
BERMÚDEZ DAZA BERMÚDEZ (SOBRINA)
• YUSBY KATHERINE PARRA $2.000.000
BERMÚDEZ (SOBRINA)
• ANA CLEOTILDE DAZA $80.000.000
(MADRE)
TOTAL $88.000.000
• LUÍS ADAN • OMAIRA OVALLES ÁLVAREZ $40.000.000
RODRÍGUEZ RIVERA (COMPAÑERA) red de
solidaridad le dio ayuda
económica
• MARLIN SHIRLEY
RODRIGUEZ OVALLES (HIJA) $40.000.000
• WILSON RODRIGUEZ
OVALLES (JHIJO) $40.000.000
TOTAL $120.000.000
• HORACIO OVALLES • LUÍS RAMON OVALLES $40.000.000
ÁLVAREZ TORRADO (PADRE)
• VITA ANTONIA ÁLVAREZ $40.000.000
191
Tribunal Superior de Bogotá
DE LA EXTINCION DE DOMINIO
457. La extinción de dominio regulada por la Ley 975 de 2005, es una decisión
que corresponde adoptar a los Magistrados de Conocimiento al momento de
proferir la sentencia203, en aras de garantizar el derecho a la reparación por los
daños sufridos por las víctimas con ocasión de las conductas punibles cometidas
por miembros de los grupos organizados al margen de la ley que han sido
postulados por el gobierno Nacional a los beneficios de mencionada
normatividad.
464. En mérito de lo expuesto, la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Bogotá, administrando justicia en nombre de la República y
por autoridad de la ley,
R E S U E L V E:
SEXTO: Declarar la extinción del dominio de los bienes Vizcaya, Carare y San
José del Guamo a favor de Acción Social, identificados con matricula inmobiliaria
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ACLARACIÓN DE VOTO.
Con mi acostumbrado respeto por la decisión
mayoritaria, expongo brevemente las razones de mi
declaración:
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Véanse artículos comunes a los convenios de Ginebra, donde se lee. “Las Altas Partes Contratantes
se comprometen a tomar todas las oportunas medidas legislativas para determinar las adecuadas
sanciones penales que se han de aplicar a las personas que hayan cometido, o dado orden de cometer,
una cualquiera de las infracciones graves contra el presente convenio definidas en el artículo
siguiente.”
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Finalmente, los hechos 6, 12, 13, 14, 15, 19, 20, 21,
22, 23, 25 y 27, parece que sí se ejecutaron en
cumplimiento de políticas generales o patrones de
actuación por parte de los miembros del Frente Fronteras
del Bloque Catatumbo de las autodefensas, sin embargo,
participo de las opiniones doctrinarias que estiman que en
la legislación colombiana, artículo 29 del Código Penal, no
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