Guia para Gestionar El Tiempo

Gestión del
tiempo
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Queda expresamente prohibida la reproducción total o parcial de este contenido sin el permiso expreso y por escrito de Mujer Financiera®
→ ÍNDICE
- Introducción
Sección 1: ¿Para qué queremos más tiempo?
Sección 2: Definir prioridades.
Sección 3: Sistemas y métodos para gestionar tu tiempo.
Sección 4: Herramientas de gestión del tiempo.
Sección 5: Cómo convertimos el ahorro de tiempo en dinero.
→ Guía para gestionar el tiempo
Introducción
Es muy común que nos distraigamos mirando el celular y que suframos interrupciones
cuando estamos haciendo alguna tarea: notificaciones de aplicaciones, mails, redes
sociales, mensajes… Son muchas las cosas que hacen que estemos dispersos
constantemente y que algunos de nuestros días sean menos productivos de lo que
quisieramos.
Concentrarse es un gran desafío. A veces, nos cuestionamos si estamos destinando

nuestro tiempo y energía a las actividades que realmente nos importan. Todo lo que
queríamos hacer en un día puede ser más difícil si otras actividades aparecen y roban
nuestra atención. Como resultado, podemos ser menos eficientes en nuestro trabajo y
el cumplimiento de nuestras metas se puede ver postergado.
La gestión del tiempo no solo tiene el beneficio de ayudarnos a ser más eficientes,
sino que puede permitirnos:
Sentir que tenés más tiempo en el día. Si sos consciente de las cosas que se llevan
tu tiempo y tratás de evitarlas, vas a lograr resultados más rápido y podrás reducir
las tareas innecesarias. Vas a lograr hacer más con el mismo tiempo.
Establecer límites de tiempo según la prioridad. Mejorar la gestión del tiempo no
necesariamente implica ser cada vez más productivas, sino que puedas identificar
el trabajo más importante y las tareas que puedan postergarse. Con esto, podés
establecer límites entre el tiempo que dedicás al trabajo y a tu vida personal.
Tener menos estrés. Ordenar tus tareas te evitará sentirte agotada y con ansiedad
por correr de un lado a otro, sin un fin específico.
Introducción
Mejorar la productividad. Esta es la principal razón por la que la mayoría quiere
aprender sobre gestión del tiempo. Identificar las prioridades del día hace que
procrastines menos y aumentes la productividad.
Modificar hábitos. A veces, tenemos hábitos que obstaculizan algunas actividades
y nos quitan tiempo. Si somos conscientes de esto, podemos cambiarlos.
¿Estás lista para aprender a gestionar tu tiempo? ¡Manos a la obra!
Sección 1
¿Para qué queremos más tiempo?
Generalmente, el contenido sobre gestión de tiempo que existe se enfoca en el

cómo, en las herramientas y el paso a paso. Si bien hay diferentes maneras de
organizar nuestros días, cada una es igual de válida y útil y debemos ajustarla a
nuestra experiencia, gustos y rutina. Sin embargo, antes de empezar a descubrir
cómo administrar nuestro tiempo, debemos averiguar para qué queremos hacerlo.
Tenemos tiempo limitado y una sola fuente de energía
Todos conocemos personas que logran muchas cosas: llevan dos carreras
universitarias en paralelo, pueden trabajar y estudiar, que “tienen tiempo” para ir al
gimnasio, ocuparse de su familia, salir con amigas, etc. Y muchas nos preguntamos
cómo lo hacen. Y la respuesta es: administrando el tiempo.
Todos tenemos el mismo tiempo, la clave está en cómo lo administramos
Así como tenemos un solo tiempo, nuestra energía también es un recurso limitado.
Hay momentos del día en los que nos sentimos más activas. A algunas personas les
funciona mejor hacer actividad física a primera hora del día antes de trabajar, otras
eligen hacerlo a la tarde, mientras hay quienes sienten que su momento de mayor
concentración en el trabajo o estudios es por la mañana.
Sección 1
Donde ponemos nuestra energía es hacia donde dirigimos nuestra vida.
Conocernos nos ayuda a organizar nuestros días en base a nuestra energía. No solo
para ser más productivas, sino también para poder aprovechar nuestros niveles de
energía durante el día y hacer actividades en función de esto.
Si sabemos que por la mañana es el momento en donde estamos más creativas y

concentradas y durante la tarde nos sirve mejor hacer actividades manuales,
podemos planificar nuestra jornada y nuestra rutina en base a eso.
Debemos dirigir nuestra energía a cosas específicas, a lo que es prioritario en

nuestra vida.
Sección 2
Definir nuestras prioridades: ¿A qué le vamos a dedicar nuestro
tiempo?
Lo fundamental de la organización en el tiempo es que la energía que tenemos

dispersa se pueda enfocar en lo que para nosotras es importante, nuestras
prioridades.
Pensemos en cómo funciona un GPS. Está diseñado para indicarnos el camino, pero
si no colocamos la dirección a donde queremos ir, no funciona. Por eso, es clave
preguntarse a dónde queremos ir y qué es lo que queremos lograr. Ahí es donde
vamos a colocar nuestra energía.
Así como definimos objetivos financieros y todos los gastos no planificados nos
pueden alejar de estos, los objetivos personales nos hacen priorizar las actividades
que nos lleven a cumplirlos y destinarle a esas actividades un tiempo determinado
en nuestra rutina.
A partir de ahí, podemos definir los pasos, las acciones, la energía y el tiempo para
alcanzar nuestras metas. La clave está en hacer foco en nuestras prioridades: darle
importancia a las cosas que realmente suman en nuestra vida, y sacarle el
protagonismo a las que no. Para eso, podés definir objetivos por medio de áreas de
tu vida (finanzas, espiritualidad, salud, deporte, etc.) o por roles (rol de hija, padre/
madre, hermana, profesional, académico/a, etc.).
Sección 2
Cómo definir tus prioridades y no negociables
En esta instancia, necesitamos descubrir los grandes pilares de nuestra identidad.

Los no negociables pueden estar basados en la vida espiritual, en principios éticos,
en convicciones políticas, en hábitos que te hacen bien, en vestir con tu estilo.
¿Cuáles son las cosas que de ninguna manera cambiarías?

Los no negociables siguen tus valores y principios.
Son promesas que cumplís para vos, para tu entorno.
Un buen ejercicio para determinarlo es describir tu día ideal.
¿Cómo se ve tu día ideal desde que te despertás hasta que te vas a dormir?
Después de describirlo, vas a ver que hay actividades y hábitos que podés ir
incorporando poco a poco. También te puede ayudar para saber cuánto cuesta la
vida que querés, cuánto necesitarías ganar, y así diseñar un plan para lograrlo.
Este ejercicio es muy revelador para darnos cuenta de que, muchas veces, lo que
decimos que priorizamos y lo que en realidad ocupa nuestro tiempo son cosas
diferentes. En realidad, no es que no tenemos tiempo para hacer determinadas
cosas, sino que no queremos modificar nuestra vida para darle tiempo a esa
actividad.
Sección 2
Las prioridades se reflejan en lo que hacés
Puedo priorizar hacer ejercicio, pero, si me paso el día sentada y elijo ver series en
mi tiempo libre, el entretenimiento tiene un lugar más importante en mi vida que
que la actividad física.
Otra forma de ver nuestras prioridades es gestionar nuestras finanzas y ver cómo
impacta en números lo que decidimos hacer: ¿cuánto de mis ingresos le dedico al
deporte?
¡Pero, tranquila! No necesitás llegar a construir tu día ideal hoy mismo. Lo

importante de hacer este ejercicio es que puedas ver qué hábitos podés empezar a
construir.
Sección 3
Poner el foco en los sistemas: cómo mejorar nuestra productividad
No necesitás motivación sino un plan
Muchas veces, pensamos que el secreto de mantener los hábitos saludables y

una rutina que nos haga feliz es estar siempre motivadas. Pero no es necesario
que nuestra vida dependa del humor que tengamos, podemos hacerlo con un
plan. Si no hay un plan, debemos decidir cuál es el siguiente paso: perdemos la
mayoría de la energía, tiempo y foco en saber qué sigue.
El plan puede guiarse tanto por un hábito como por una planificación. Por
ejemplo:
Hábito: Voy a entrenar por lo menos 20 minutos al día después del
desayuno en el parque cerca de casa.
Planificación: Esta semana quiero terminar de hacer un curso online. Como
tengo las tardes de los lunes y miércoles libres, lo voy a hacer en ese
momento.
Nuestra energía debería estar en nuestros sistemas
Tener nuestros objetivos claros y determinados nos ayuda a tener en mente por
qué hacemos lo que hacemos. Sin embargo, nuestra energía no debe estar
concentrada en el objetivo, sino en el sistema. James Clear, autor de “Hábitos
Atómicos”, nos dice que los mejores resultados se consiguen concentrándose
en los hábitos, no en las metas. Si nosotros ignoráramos por completo nuestro
objetivo y nos enfocáramos en los sistemas, ¿serían buenos los resultados? La
respuesta es sí.
Sección 3
Si bien un nadador busca superar su marca personal, el foco de la energía no está
solo en hacer esa prueba, sino en fortalecer los músculos en el gimnasio, mejorar la
técnica de nado, entrenar pruebas largas y pruebas cortas, dormir bien y
alimentarse de manera saludable. Todo ese sistema está diseñado para que, una vez
que llegue el torneo y la prueba, pueda vencer su marca.
¡Lo mismo pasa con nuestras finanzas! Si pensamos que tenemos que ahorrar 5.000
USD, lo sentimos como un objetivo imposible. En cambio, si lo dividimos en la
cantidad de tiempo que tenemos para llegar a ese objetivo, por ejemplo 5 años, y
vemos cuánto por día deberíamos ahorrar (2 USD), no parece un cifra tan imposible.
Agregado de ganancias marginales: cambios pequeños, grandes resultados
Esta técnica sostiene que, si mejoramos un 1 % a la vez, tenemos más posibilidades

de cumplir nuestros objetivos que si quisiéramos mejorar de un salto. Por ejemplo,
si me quiero levantar a las 6 h y ahora me estoy levantando a las 8 h, es mejor
comenzar por levantarme 7:45 h, luego 7:30 h, hasta llegar al horario deseado, que
pasar de 8 a 6 de un día a otro.
Principio de Pareto
Conocida como la regla 80/20, este principio dice que, el 80 % de los beneficios es
resultado del 20 % de las tareas. ¿Para qué nos sirve? Podemos detectar cuáles son
las tareas que nos traen más beneficios y reconocer que no siempre le podemos
destinar esfuerzos por igual a todas las tareas, sino que deberíamos concentrarnos
en aquellas que otorguen más beneficios.
Una vez que tenemos claros nuestros objetivos y los plazos de tiempo para
lograrlos, debemos comenzar a trabajar en desarrollar y mantener el hábito.
Sección 3
Beneficios de implementar un sistem
Aumenta la felicidad actual. Muchas veces, pensamos que vamos a ser felices
cuando logremos nuestros objetivos. Y, cuando eso sucede, desplazamos la
meta y nuestra felicidad hacia otra cosa. Poner el foco en el sistema y en los
pequeños pasos del día a día nos ayuda a sentirnos conformes y a pensar que
estamos aportando a la meta final
Aumenta nuestro compromiso. Es muy fácil ver lo que logramos día a día, por lo
que nos hace sentirnos más comprometidas con nuestras metas.
Reduce la ansiedad. Pensar en el todo es querer correr antes de aprender a
caminar. Nos cansamos, enredamos y nos abrumamos antes de comenzar.
Genera pérdida de foco y ansiedad. Aplicar sistemas, reduce la ansiedad al
enfocarnos en los pedacitos.
Cómo definir tu sistema
¡Agarrá lápiz y papel o un excel!

¿Por qué quiero esto? Identificá una causa por cada una de las prioridades. Esto
se vincula con el motivo detrás de lo que querés alcanzar. Lo que realmente te
mueve.
¿Cuáles son los pasos que tengo que hacer para lograrlo? Máximo 5 pasos por
objetivo que tengas en tu vida.
¿Qué acciones necesito hacer dentro de cada paso para lograr lo que me
propongo? La clave es empezar de a poco y agregarle intensidad.
¿Cuál es el tiempo necesario y la fecha límite de cada acción? Asignales un lugar
y tiempo en el mundo para que esas acciones sucedan.
Sección 3
#MFTips para armar tu sistem
Organizá la semana y cada día, antes de que empiece.
Apenas termines la tarea, volvé a tu sistema y marcala como completa.
Al finalizar cada uno de tus días, chequeá si te faltó hacer algo y analizá por qué
pasó eso.
Determiná una prioridad estrella: una acción que, si la hacés, el día está salvado.
Lo que te rodea, importa: cómo cambiar el ambiente
Mucho de lo que hacemos está condicionado por las condiciones que nos rodean,
así que te dejamos algunos tips y técnicas para ahorrar tiempo.
Regla de los 5 minutos. Esta regla dice que, si podés algo hacer en 5 minutos,
hacelo ahora. Nuestro cerebro tiende a postergar lo que se acuerda que
debemos hacer, pero debemos superar esa procrastinación y resolverlo lo antes
posible. El esfuerzo está en los primeros 5 minutos antes de realizar una acción.
Procesamiento por lotes o batching. Esta técnica consiste en agrupar tareas
similares para aprovechar el estado en el que estamos. Por ejemplo, podemos
tomar decisiones de inversión, analizar variables económicas como la inflación o
pagar impuestos en el mismo momento en que miramos nuestro presupuesto.
Configurá tu ambiente tecnológico a tu favor. Muchas veces, las redes sociales
son una piscina infinita, están diseñadas para que consumamos cada vez más
contenido. Podés configurar las notificaciones de tu celu para que en ciertos
momentos del día no te suene y poner un tiempo de uso de aplicación que, si lo
pasás, no podés volver a entrar hasta otro día.
Empezá a decir que no a aquellas cosas que salen de tus no negociables.
Descansá. Las horas de sueño nos hacen recuperar la energía, que es la vía que
tenemos disponible para hacer lo que queremos.
Sección 3
Estrategias de gestión de tiempo
Las siguientes estrategias de gestión del tiempo hacen que puedas abordar una
tarea a la vez, a ponerte límites y a programar tu día.
Timeboxing: bloques de tiempo
Esta estrategia implica que gestiones tu día por medio de bloques de tiempo. Es un
buen ejercicio para determinar cuánto te toma realizar una actividad en específico.
Cada tarea debería tener un bloque de tiempo que no dure más de 3 horas. Así, al
dividir el trabajo en tareas pequeñas que se terminan en el día, podés sentir que
progresaste.
#MFTip: Poné más tiempo del que esperás para que, en caso de haber
inconvenientes o que una tarea te lleve más tiempo del esperado, puedas cumplir
con todo.
Timeblocking
Es similar a la técnica anterior, con la diferencia de que en lugar de programar un

tiempo específico, separes períodos establecidos de tu calendario para dedicarlo a
trabajos relacionados. De esta forma, estás dividiendo la semana en bloques en los
que podés trabajar según tu energía y tu ambiente. Podés asignar tiempo para
trabajar en proyectos, comunicarte con compañeros de trabajo, programar tus
breaks o hacer ejercicio.
#MFTip: Fijate cuándo te sentís más cómoda haciendo actividades que

requieran mayor concentración y cuándo hacer actividades más manuales. Así,
podés programar tareas de limpieza del hogar y cursos, según tu energía.
Sección 3
Método Pomodoro
Este método te ayuda a abordar el trabajo en períodos cortos y tomar descansos

entre sesiones. La idea es que hagas una tarea en 25 minutos y tomes 5 minutos de
descanso. En la medida de lo posible, no chequees el celular y redes sociales en los
25 minutos, y tratá de hacer algo físico en tu descanso, como comer o estirarte.
Después de cuatro sesiones de trabajo, podés tomarte un descanso más largo, de
20 a 30 minutos.
#MFTip: Buscá apps o extensiones de navegador que te ayuden a bloquear

redes y avisarte cuando los 25 minutos hayan terminado.
Getting Things Done (GTD)
Este método aconseja tener todas tus tareas fuera de tu cabeza, en una lista,
cuaderno o aplicación. Esto evita que, mientras estés haciendo tus actividades, te
desconcentres pensando en todo lo que te queda y tengas miedo de olvidarte. Acá
ahorramos energía.
#MFTip: Tené esta lista en algún lugar en el que la puedas ver seguido.
Estrategia de “2 listas “de Warren Buffett
Consiste en armar dos listas de objetivos. Una con los 20/25 objetivos que quieras
alcanzar en los próximos años y otra con los 5 más prioritarios. Concentrate en la
segunda lista. Hasta que no la cumplas, no comiences con la primera.
#MFTip: Podés enfocarte en uno o dos objetivos primero y, cuando los

completes, ¡pasá a los siguientes!
Sección 3
La matriz o caja Eisenhow
Esta matriz te permite clasificar tus tareas para saber con cuál empezar. Con tu lista
de pendientes, hacé un cuadro similar, distribuílas en los cuadrantes y accioná en
base a lo que consideres urgente e importante.
#MFTip: Escribí esas tareas que tenés que hacer en tu día en un papel. Pegalo
en la heladera o en algún lugar que lo puedas ver y, al final del día, ¡asegurate que
estén tachadas!
El método Ivy Lee
Consiste en dedicar unos minutos, todas las noches, a realizar una lista con las
tareas más importantes que tengas que hacer al día siguiente.
#MFTip: Podrías organizar tu tiempo de manera tal que no tengas que usar ni
el teléfono ni el email durante las horas que te lleven estas tareas.
Sección 3
Errores más comunes a la hora de gestionar el tiempo
Prestá atención a estos errores y tratá de identificar si los hacés.
• Sobredimensionamos lo que podemos hacer en un día
Sucede que ponemos horas para tareas que, en realidad, son más complejas y nos
llevan más tiempo de lo que pensamos. Esto genera ansiedad y nos hace pensar que
no somos personas productivas. Sentimos que no avanzamos en lo que tenemos
que hacer porque se acercan las fechas límites. Seguramente puedas hacer de 4 a 5
tareas por día, según la complejidad. Por eso, hay que definir las prioridades. Se
aprende sobre la marcha: viendo cómo avanzamos y ajustando en el momento.
• Nos ponemos tareas muy grandes
Hay que desglosar una tarea a la mínima expresión, para que puedas terminarla en
una sesión de trabajo. Al momento de crear tu tarea, preguntate si tal y como la
pensaste podés hacerla en hasta 2 horas. Si no, deberías dividirla aún más.
• Rompemos la cadena
El comediante Jeffrey Seinfeld decía que, si querés ser comediante, tenés que
escribir chistes todos los días. No importa cómo te sientas ese día, o si lo que estás
escribiendo es bueno o malo, tenés que hacerlo. Esto mismo debe suceder con los
hábitos.
Sección 4
Herramientas para gestionar tu tiempo
Hay muchas formas de asegurarte de cumplir el sistema. Algunas de las

herramientas son:
Trello
Podés armar listas de tareas para hacer en la semana o en el día, y crear una
columna para las que ya están hechas. Así, cada tarjeta puede ser una tarea y podés
ponerle descripción, links, imágenes y todo lo que te sea útil para tener a mano.
Agenda física
Podés utilizar una agenda física para demarcar las horas en las que trabajas y
anotarte objetivos por día.
Google Keep
Permite hacer listas de tareas para ir tachándolas, a medida que las hacés.
Sección 4
Google Calendar
Permite establecer recordatorios que se repiten en el tiempo, para instaurar hábitos,

poner fechas de vencimiento de facturas, entre otras cosas. Además, podés crear
eventos en los momentos que tengas que hacer determinadas actividades,
asignarles un color y establecer notificaciones 15 o 30 minutos antes de hacerlas.
Sección 5
¿Cómo convertimos el ahorro de tiempo en dinero?
Como siempre decimos en Mujer Financiera, las horas tienen un valor económico.
Tanto si trabajamos en relación de dependencia como si somos emprendedoras, el
destinar nuestro tiempo a determinadas actividades nos devuelve un resultado en
forma de dinero. Hoy el tiempo no es oro, sino dinero. Y, probablemente, si estás
leyendo esto, es porque querés hacer valer tu tiempo para sacarle el mejor
provecho, sea financiero, de salud o bienestar.
¿Sabés cuánto vale tu tiempo?
¿Es necesario realizar determinada tarea o es mejor contratar a alguien más para
que la haga? Para responder esta pregunta, veamos el siguiente ejemplo.
Supongamos que tenemos varios tipos de ingresos y anotamos el monto mensual de

cada uno de ellos. Luego, lo dividimos por cada hora que nos consume. Así, vamos
a obtener el valor hora de nuestro trabajo.
Ejemplo:
Sección 5
Una vez que hacés este cálculo y comenzás a ahorrar tiempo enfocándote en la
productividad, podés concentrarte también en desarrollar o aumentar tu capacidad
de ahorro generando ingresos extra. Pero, ¿cuándo es un buen momento de
generarlos?
Cuando armaste tu presupuesto financiero personal y tus ingresos actuales no te
alcanzan para cubrir los gastos.
Cuando tenés un nivel de endeudamiento alto.
Cuanto tenés un objetivo concreto o ambicioso y querés aumentar tu capacidad
de ahorro para cumplirlo más rápido.
Ahora sí, ¡ya estás lista para gestionar tu tiempo y usarlo a tu favor!
Mujer Financiera es una startup que promueve la inclusión financiera para las mujeres, a través de la tecnología.
El objetivo del presente es brindar a sus destinatarias información y propuestas educativas sobre finanzas para
ayudarlas a tomar mejores decisiones financieras. No constituye, de ningún modo, oferta, invitación o
recomendación de Mujer Financiera para la compra o venta de instrumentos financieros. El presente no tiene por
objeto proveer los fundamentos para la realización de ninguna operación financiera, evaluación crediticia o de
otro tipo. El destinatario del presente deberá evaluar por sí mismo la conveniencia de la inversión en los valores
negociables o instrumentos financieros que puedan estar mencionados y deberá consultar los servicios de un
asesor certificado o basarse en la propia investigación personal que considere pertinente realizar.

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Timeboxing: bloques de tiempo

Es similar a la técnica anterior, con la diferencia de que en lugar de programar un

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