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LA MAYOR NECESIDAD
CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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EL MAYOR DON
CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Era imposible para Dios dar más que el Espíritu Santo. No podía añadirse algo más a este
don. Con él, todas nuestras necesidades quedan suplidas. El Espíritu Santo es la presencia vital
de Dios, la cual, si es apreciada, generará alabanzas y gratitud, y saltará continuamente para vida
eterna. La instauración del Espíritu es el pacto de gracia. Pero, ¡cuán pocos aprecian este gran
don, tan costoso y, sin embargo, tan gratuito para todos los que quieren aceptarlo! Cuando la fe
se aferra de esta bendición, recibimos abundantes bendiciones espirituales. Pero demasiado a
menudo no es apreciado. Necesitamos un concepto más amplio a fin de comprender su valor...
¡Oh, qué amor y condescendencia asombrosos! El Señor Jesús anima a sus creyentes a
que pidan el Espíritu Santo. Al presentar la paternal ternura de Dios, procura estimular la fe en
la recepción del don. El Padre celestial está más dispuesto a dar el Espíritu Santo a los que se lo
piden, que los padres terrenales a dar buenas dádivas a sus hijos.
¿Qué dádiva más grande podría prometerse? ¿Qué más se necesita para despertar una
respuesta en cada persona, para inspirarla a anhelar este gran don? ¿Nuestras súplicas
indiferentes no deberían transformarse en peticiones de intenso deseo de recibir esta gran
bendición?
No pedimos suficiente de las cosas buenas que Dios ha prometido. Si nos eleváramos más
alto y esperáramos más, nuestras peticiones revelarían la influencia vitalizadora que se concede
a cada creyente que pide con la plena expectativa de ser oído y atendido. El Señor no es
glorificado con una súplica débil que muestra que no se espera nada. El desea que todo creyente
se acerque al trono de gracia con fervor y certeza. —The Signs of the Times, 7 de agosto de
1901.
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
Si cada uno de vosotros fuera un misionero vivo, el mensaje para este tiempo sería
rápidamente proclamado en todos los países, a toda nación, tribu y lengua. —Testimonies for
the Church 6:438.
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Ha llegado la hora de hacer una reforma completa. Cuando ella comience, el espíritu de
oración animará a cada creyente, y el espíritu de discordia y de contienda será desterrado de la
iglesia. Los que no hayan vivido en comunión con Cristo se acercarán unos a otros. Un feligrés
que trabaje en una buena dirección invitará a otros hermanos a unirse a él para pedir la
revelación del Espíritu Santo. No habrá confusión, porque todos estarán en armonía con el
pensamiento del Espíritu. Las barreras que separan a los creyentes serán derribadas, y todos los
siervos de Dios dirán las mismas cosas. El Señor trabajará con sus siervos. Todos pronunciarán
de una manera inteligente la oración que Cristo les ha enseñado: “Venga tu reino. Sea hecha tu
voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. Mateo 6:10.
Mientras oigo noticias de las terribles calamidades que de semana en semana están
ocurriendo, me pregunto: ¿Qué significan estas cosas? Los desastres más espantosos se están
produciendo uno tras otro en rápida sucesión. ¡Con cuánta frecuencia oímos hablar de
terremotos y tornados, de destrucción por incendio e inundación, con gran pérdida de vidas y
propiedades! Aparentemente, estas calamidades son estallidos caprichosos de fuerzas que se
dirían desorganizadas y no reguladas, pero en ellas se puede leer el propósito de Dios. Son
algunos de los medios por los cuales procura despertar a hombres y mujeres y hacerles sentir su
peligro.
La venida de Cristo está más cerca que cuando por primera vez creímos. Se acerca el fin
de la gran controversia. Los juicios de Dios están en la tierra. Hablan en solemne amonestación,
diciendo: “También vosotros estad apercibidos; porque el Hijo del hombre ha de venir a la hora
que no pensáis”. Mateo 24:44. —Joyas de los Testimonios 3:254-256
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
Lo que la iglesia necesita en estos días de peligro es un ejército de obreros que, como
Pablo, se hayan educado para ser útiles, tengan una experiencia profunda en las cosas de Dios y
estén llenos de fervor y celo. Se necesitan hombres santificados y abnegados; hombres que no
esquiven las pruebas y la responsabilidad; hombres valientes y veraces; hombres en cuyos
corazones Cristo constituya la “esperanza de gloria”, y quienes, con los labios tocados por el
fuego santo, prediquen la Palabra. Por carecer de tales obreros la causa de Dios languidece, y
errores fa tales, cual veneno mortífero, corrompen la moral y agostan las esperanzas de una gran
parte de la raza humana. —Los Hechos de los Apóstoles, 404.
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Después de la ascensión de Cristo, los discípulos se reunieron en un lugar para presentar
humildes súplicas a Dios. Luego de diez días de examinar sus corazones y de autoexamen, el
camino estaba preparado para que el Espíritu Santo entrara en el templo de cada ser que había
sido limpiado y consagrado. Cada corazón estaba lleno del Espíritu, como si Dios deseara mostrar
a su pueblo que era su prerrogativa bendecirlos con las bendiciones más selectas del cielo.
¿Cuál fue el resultado? Miles fueron convertidos en un día. La espada del Espíritu brillaba
a diestra y siniestra. Recientemente afilada con poder, penetraba hasta partir la mente y el
espíritu, las coyunturas y los tuétanos. Fue eliminada la idolatría mezclada en la adoración de la
gente. Al reino de Dios se añadían nuevos territorios. Lugares que habían sido estériles y
desolados, elevaban sus alabanzas. Creyentes reconvertidos, nacidos de nuevo, eran un poder
viviente para Dios. Había en sus bocas un canto nuevo de alabanza a Dios.
Controlados por el Espíritu, veían a Cristo en sus hermanos. Un sólo interés prevalecía.
Un tema de emulación absorbía todos los demás, ser como Cristo y hacer las obras de Cristo. El
celo ferviente que sentían se expresaba mediante una solícita ayuda mutua, palabras
bondadosas y actos desinteresados. Todos se esforzaban por ver quién podía hacer más para
extender el reino de Cristo. “Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma”.
Hechos 4:32.
En los doce discípulos, la levadura de la verdad fue escondida por el gran Maestro. Estos
discípulos habían de ser los instrumentos en manos de Dios para revelar la verdad al mundo. Se
les dio poder divino, porque un Salvador resucitado sopló sobre ellos diciendo: “Recibid el
Espíritu Santo”. Imbuidos con este Espíritu, salieron para testificar de la verdad. Así Dios desea
que sus siervos salgan hoy con el mensaje que les ha dado. Pero hasta que reciban el Espíritu
Santo no podrán llevarlo con poder, ni podrán darse cuenta de lo que Dios puede hacer por
medio de ellos. —The Review and Herald, 10 de junio de 1902.
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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UNÁNIMES
CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
A nosotros hoy, tan ciertamente como a los primeros discípulos, pertenece la promesa
del Espíritu. Dios dotará ahora a hombres y mujeres del poder de lo alto, como dotó a los que
en el día de Pentecostés oyeron la palabra de salvación. En este mismo momento su Espíritu y
su gracia son para todos los que los necesitan y quieran aceptar su palabra al pie de la letra.
Notemos que el Espíritu fue derramado después que los discípulos hubieron llegado a la
unidad perfecta, cuando ya no contendían por el puesto más elevado. Eran unánimes. Habían
desechado todas las diferencias. El testimonio que se da de ellos después que les fue dado el
Espíritu es el mismo. Notemos la expresión: “La multitud de los que habían creído era de un
corazón y un alma”. Hechos 4:32. El Espíritu de Aquel que había muerto para que los pecadores
vivieran animaba a toda la congregación de los creyentes.
Así puede suceder ahora. Desechen los cristianos todas las disensiones, y entréguense a
Dios para salvar a los perdidos. Pidan con fe la bendición prometida, y ella les vendrá. El
derramamiento del Espíritu en los días de los apóstoles fue “la lluvia temprana”, y glorioso fue
el resultado. Pero la lluvia tardía será más abundante. ¿Cuál es la promesa hecha a los que viven
en estos postreros días? “Tornaos a la fortaleza, oh presos de esperanza: hoy también os anunció
que os daré doblado”. “Pedid a Jehová lluvia en la sazón tardía: Jehová hará relámpagos, y os
dará lluvia abundante, y hierba en el campo a cada uno” Zacarías 9:12; 10:1. —Joyas de los
Testimonios 3:210, 211.
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
La confesión que hacemos de la fidelidad de Dios es el agente escogido del cielo para
revelar a Cristo al mundo. Tenemos que reconocer su gracia revelada por los santos hombres de
antaño; pero lo que ha de producir mayor efecto es el testimonio de nuestra propia experiencia.
Somos testigos de Dios al revelar en nosotros mismos la obra de un poder que es divino. Cada
individuo tiene una vida distinta de la de los demás, y una experiencia esencialmente diferente
de la de ellos. Dios quiere que nuestra alabanza suba hasta él con la marca de nuestra propia
individualidad. Este precioso reconocimiento para alabanza de la gloria de su gracia, cuando va
confirmado con una vida cristiana, tiene poder irresistible para realizar la salvación de las almas.
—El Ministerio de Curación, p93.
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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BUSCAR LA ARMONÍA
CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Debemos esforzarnos por entrar por la puerta estrecha. Pero esta puerta no gira
fácilmente sobre sus goznes. No admite caracteres dudosos. Hemos de luchar hoy por la vida
eterna con una intensidad proporcionada al valor del galardón que se nos promete. No es el
dinero o las tierras o nuestra posición en el mundo lo que nos abrirá las puertas del paraíso. No
es la dignidad ni los progresos intelectuales lo que nos permitirá ganar la corona de la
inmortalidad. Sólo los mansos y humildes, los que han hecho de Dios su eficiencia, recibirán este
don. —Servicio Cristiano p306.
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Deberíamos estar a menudo en oración. El derramamiento del Espíritu Santo vino en
respuesta a la oración ferviente. Noten este hecho en relación con los discípulos. El registro dice:
“Estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento
recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas
repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del
Espíritu Santo”. Hechos 2:1-4.
No estaban reunidos para relatar chismes escandalosos, ni para exponer cada mancha
que pudieran encontrar en el carácter de un hermano. Sentían su necesidad espiritual, y
clamaron al Señor por la santa unción que los ayudaría a vencer sus propias debilidades, con el
propósito de prepararlos para la obra de salvar a otros. Oraron con intenso fervor pidiendo que
el amor de Cristo fuera derramado en sus corazones.
Esta es hoy la gran necesidad en cada iglesia del planeta. Porque “si alguno está en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. 2 Corintios 5:17.
Lo que es objetable en el carácter es eliminado por el amor de Jesús. Todo egoísmo es expulsado,
toda envidia, toda maledicencia es arrancada de raíz, y se opera una transformación radical en
el corazón. “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”. Gálatas 5:22, 23. “Y el fruto de justicia
se siembra en paz para aquellos que hacen la paz”. Santiago 3:18.
Pablo dice que “en cuanto a la ley”—en lo que respecta a actos externos—era
“irreprensible”; pero cuando discernió el carácter espiritual de la ley, y se miró en el santo
espejo, se vio a sí mismo como pecador. Juzgado por una norma humana, era sin pecado; pero
cuando miró en las profundidades de la ley de Dios, y se vio a sí mismo como Dios lo veía, se
inclinó humildemente y confesó su culpa. —The Review and Herald, 22 de julio de 1890.
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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PONIENDO A UN LADO EL YO
CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Es mediante el pueblo de Dios como el abnegado amor de Jesús ha de ser manifestado;
pero por el ejemplo actual de la iglesia, el carácter de Cristo ha sido tergiversado y se da un
concepto falso de él al mundo. El amor propio excluye el amor de Jesús en el creyente, y por
esto no hay en la iglesia mayor celo y más ferviente amor por quien nos amó primero. El yo es
supremo en muchos corazones. Sus pensamientos, su tiempo y su dinero los usan para la
gratificación propia, mientras las personas por las cuales Cristo murió están pereciendo.
Por eso, el Señor no puede impartir a su iglesia la plenitud de las bendiciones. Honrarla
de una manera notable ante el mundo sería poner el sello de aprobación a sus obras,
confirmando la falsa representación de su carácter. Cuando su pueblo salga del mundo y
abandone sus máximas, hábitos y prácticas, el Señor Jesús obrará con su iglesia; derramará una
gran medida de su Espíritu sobre ella, y el mundo conocerá que el Padre la ama. ¿Continuará el
pueblo de Dios tan aturdido con el egoísmo? Su bendición pende sobre ellos, pero no puede ser
concedida en su plenitud, porque están corrompidos con el espíritu y las prácticas del mundo.
Hay orgullo espiritual entre ellos; y si el Señor actuara como su corazón lo desea, los confirmaría
en su estima y exaltación propias.
¿Continuará nuestro pueblo tergiversando a Cristo? ¿Será la gracia de Dios y la divina
iluminación suprimida de la iglesia por causa de su tibieza? Así ocurrirá, a menos que se busque
a Dios de una manera más cabal, que se renuncie al mundo y se humille ante Dios. El poder
convertidor de Dios debe pasar por nuestras iglesias. —The Home Missionary, 1 de noviembre
de 1890.
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
El gran derramamiento del Espíritu de Dios que ilumina toda la tierra con su gloria, no
acontecerá hasta que tengamos un pueblo iluminado, que conozca por experiencia lo que
significa ser colaboradores de Dios. Cuando nos hayamos consagrado plenamente y de todo
corazón al servicio de Cristo, Dios lo reconocerá por un derramamiento sin medida de su Espíritu;
pero esto no ocurrirá mientras que la mayor parte de la iglesia no colabore con Dios. —Eventos
de los Últimos días p.165.
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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ABRIENDO EL CORAZÓN
CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
El Señor desea hacer del hombre el depósito de la influencia divina, y lo único que impide
la realización de su designio es la actitud de los creyentes que cierran sus corazones a la Luz de
la vida. La apostasía provocó el retiro del Espíritu Santo del ser humano, pero, mediante el plan
de redención, esta bendición del cielo será restaurada a los que sinceramente la desean. El Señor
ha prometido dar todos los buenos dones a quienes los pidan, y esto se define cuando viene
acompañado del Espíritu Santo.
Cuanto más descubramos nuestra necesidad real—nuestra verdadera pobreza—, tanto
más desearemos el don del Espíritu Santo. Nuestra vida será transformada, no en canales de
ambición y presunción, sino de ferviente súplica, pidiendo la iluminación del cielo. Por cuanto
no vemos nuestra necesidad ni percibimos nuestra pobreza, no hacemos fervorosos ruegos
mirando a Jesús, el Autor y Consumador de nuestra fe, para que nos otorgue la bendición...
Jesús dijo: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”. Mateo 7:7. En
proporción a nuestro aprecio de la necesidad y valor de las cosas celestiales, buscaremos
alcanzarlas. “Separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5), dijo Jesús. Sin embargo, muchos
piensan que el hombre puede realizar mucho con su fuerza y sabiduría finitas. Satanás está listo
para ofrecer su consejo a fin de ganar muchas personas en el juego de la vida.
Cuando los hombres no sienten la necesidad de pedir consejo a sus hermanos, algo anda
mal; confían en su propia sabiduría. Es esencial que los hermanos se aconsejen recíprocamente.
He sido impulsada a estimular esto durante los últimos cuarenta y cinco años. Una y otra vez se
me ha repetido la instrucción de que los que se ocupan de tareas importantes en la causa de
Dios, no deberían seguir sus propias ideas, sino buscar consejo entre los suyos. —Manuscript
Releases 2:333
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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VACIANDO EL RECIPIENTE
CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
La transformación del carácter debe atestiguar al mundo que el amor de Cristo mora en
nosotros. El Señor espera que su pueblo demuestre que el poder redentor de la gracia puede
obrar en el carácter deficiente, y desarrollarlo simétricamente para que lleve abundante fruto.
Pero a fin de que cumplamos el propósito de Dios, tiene que realizarse una obra
preparatoria. El Señor nos ordena que despojemos nuestro corazón del egoísmo, que es la raíz
del enajenamiento. Anhela derramar sobre nosotros su Espíritu Santo en abundante medida, y
nos ordena que limpiemos el camino por el renunciamiento. Cuando entreguemos el yo a Dios,
nuestros ojos serán abiertos para ver las piedras de tropiezo que nuestra falta de cristianismo
ha colocado en el camino ajeno. Dios nos ordena que las eliminemos todas. Dice: “Confesaos
vuestras faltas unos a otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanos”. Santiago 5:16.
Entonces podemos tener la seguridad que tuvo David, cuando después de haber confesado su
pecado, oró: “Vuélveme el gozo de tu salud; y el espíritu libre me sustente. Enseñaré a los
prevaricadores tus caminos; y los pecadores se convertirán a ti”. Salmos 51:12, 13.
Cuando la gracia de Dios reine en el interior, la vida quedará rodeada de una atmósfera
de fe y valor, y de un amor como el de Cristo, una atmósfera que vigorizará la vida espiritual de
todos los que la inhalen... Todo aquel que participe del amor perdonador de Cristo, todo aquel
que haya sido iluminado por el Espíritu de Dios y convertido a la verdad, sentirá que, en virtud
de estas bendiciones preciosas, tiene una deuda para con toda persona con la cual llegue a
tratar. El Señor utilizará a los que son de corazón humilde para alcanzar a quienes no pueden
alcanzar los ministros ordenados. Serán inducidos a pronunciar palabras que revelarán la gracia
salvadora de Cristo. —Joyas de los Testimonios 2:382.
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Hay quienes se lamentan de las restricciones que la religión de la Biblia impone a quienes
siguen sus enseñanzas. Parecen pensar que son una gran desventaja. Pero tenemos razones para
agradecer a Dios con todo nuestro corazón porque ha levantado una barrera celestial entre
nosotros y el terreno del enemigo. Hay ciertas tendencias del corazón natural que muchos
piensan que deben seguirse para el mejor desarrollo del individuo. Pero Dios ve que lo que los
hombres consideran que es esencial, no sería la bendición que imaginan, pues el desarrollo de
esos rasgos los haría ineptos para las mansiones celestiales.
El Señor pone a los individuos bajo pruebas y aflicciones para separar la escoria del oro,
pero no fuerza a ninguno. No los sujeta con cadenas, cuerdas o vallas, pues ellas aumentan el
descontento en vez de disminuirlo. El remedio para el mal se encuentra en Cristo como el
Salvador que habita en nosotros. Pero para que él more en el creyente, primero debe ser
expulsado el yo. Entonces habrá un lugar completamente limpio que el Espíritu Santo llenará
totalmente.
El Señor purifica el corazón del mismo modo como aireamos una habitación. No cerramos
las puertas y las ventanas, y arrojamos en ella una sustancia purificadora; sino que las abrimos y
permitimos que el aire puro del cielo penetre. El Señor dice: “Mas el que práctica la verdad viene
a la luz”. Juan 3:21. Las ventanas del impulso y los sentimientos tienen que abrirse hacia el cielo,
y el polvo del egoísmo y la mundanalidad necesita ser expulsado. La gracia de Dios debe barrer
las cámaras de la mente; la imaginación tiene que contemplar temas celestiales, y cada elemento
de la naturaleza debe ser purificado y vitalizado por el Espíritu de Dios. —Manuscript Releases
2:338.
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
No son oradores de lengua de plata los que se necesitan para dar el mensaje. La verdad
ha de proclamarse en toda su aguda severidad. Se necesitan hombres de acción, hombres que
trabajen con fervor, con energía incesante, por la purificación de la iglesia y para amonestar al
mundo. —Testimonies for the Church 5:87.
Dios no tiene lugar en su causa para los perezosos. El desea hombres previsores, amables,
afectuosos y fervientes. —Testimonies for the Church 4:411.
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar
de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la
potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.
Colosenses 1:12, 13
CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Dios no nos pide que hagamos con nuestras propias fuerzas la obra que tenemos ante
nosotros. Él ha provisto ayuda divina para todas las emergencias en que nuestros recursos
humanos no basten. Otorga el Espíritu Santo para ayudar en todo aprieto, para fortalecer
nuestra esperanza y seguridad, y para iluminar nuestras mentes y purificar nuestros corazones.
— Christian Service p.314
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
No hay límite a la utilidad del que, poniendo a un lado el yo, permite que el Espíritu Santo
obre sobre su corazón, y vive una vida enteramente consagrada a Dios. — Christian Service p.315
La religión legal no responderá a las necesidades de esta época. Podemos cumplir todos
los actos exteriores de servicio, y estar sin embargo tan destituidos de la influencia vivificadora
del Espíritu Santo como estaban destituidas de rocío y lluvias las colinas de Gilboa. Todos
necesitamos lluvia espiritual; y necesitamos también los brillantes rayos del Sol de justicia para
enternecer y subyugar nuestro corazón. Debemos ser siempre tan firmes en los principios como
una roca. Debemos enseñar los principios bíblicos y apoyarlos por una práctica santa. —Joyas de
los Testimonios 3:50, 51.
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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DE CARMESÍ A BLANCO
CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Cuando recuerde que Cristo pagó el precio de su propia sangre para redimirlo a usted y
también a otros, será inducido a captar los brillantes rayos de su justicia para dirigirlos sobre el
sendero de los que viven a su alrededor. No debe vivir pensando que en un futuro distante será
santificado; es ahora cuando debe recibir la santificación por medio de la verdad. El profeta
exhorta: “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje
el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de
él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar”. Isaías 55:6, 7. Y Jesús dijo:
“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis
testigos... hasta lo último de la tierra”. Hechos 1:8.
Tenemos que recibir el Espíritu Santo. Hemos tenido la idea de que este don de Dios no
es para seres como nosotros, y de que el Espíritu Santo es demasiado sagrado o por demás santo
para nosotros; pero es el Consolador que Cristo prometió a sus discípulos para hacerles recordar
todo lo que él les había dicho. Entonces, cesemos de mirarnos a nosotros mismos y miremos a
Aquel de quien viene toda virtud. Ninguno puede mejorarse a sí mismo, pero sí ir a Jesús tal
como es, deseando sinceramente ser limpiado de toda mancha de pecado y recibir el don del
Espíritu Santo. No debemos dudar de su misericordia, y decir: “No sé si estoy salvado, o no”. Con
una fe viva debemos aferrarnos de su promesa, porque él dijo: “Si vuestros pecados fueren como
la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser
como blanca lana”.
Tenemos que ser testigos de Cristo, y reflejar sobre otros la luz que el Señor permite que
brille sobre nosotros. Debemos ser fieles soldados marchando bajo la enseña ensangrentada del
Príncipe Emanuel. —The Signs of the Times, 4 de abril de 1892.
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
Si el tiempo de espera de la llegada de nuestro Libertador parece largo; si, agobiados por
la aflicción y gastados por el trabajo, sentimos impaciencia porque nuestra comisión termine, y
se nos dé de alta honorablemente de la guerra, recordemos —y el recuerdo impida toda
murmuración—que Dios nos ha dejado en la tierra para que hagamos frente a tormentas y
conflictos, para adquirir el perfecto carácter cristiano, para llegar a conocer mejor a Dios nuestro
Padre y a Cristo nuestro Hermano Mayor, y a trabajar por el Maestro ganando muchas almas
para Cristo, para que con corazón gozoso podamos oír las palabras: “Bien hecho, siervo bueno y
fiel; ... entra en el gozo de tu Señor.” —Servicio Cristiano p338
Primera Actividad:
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CAMBIO DE VESTIDURAS
CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Descarte sus ropas comunes, y póngase el vestido de boda que Cristo preparó. Entonces
podrá sentarse en los lugares celestiales con Cristo Jesús. Dios da la bienvenida a todo el que
viene a él así como está, no edificándose en justicia propia, ni buscando justificarse a sí mismo,
tampoco pretendiendo méritos por las así llamadas buenas acciones ni siendo orgulloso de su
supuesto conocimiento. Mientras camina y trabaja con mansedumbre y humildad de corazón,
se realiza una obra por usted, la cual sólo Dios podría hacer: Él es quien obra tanto el querer
como el hacer por su buena voluntad. Esta buena voluntad es verlo a usted habitando en Cristo
y descansando en su amor.
No permita que ninguno le robe la paz, el descanso y la certeza de que ahora mismo
usted ha sido aceptado. Aférrese a cada promesa; todas son suyas si cumple con las exigencias.
El secreto del perfecto descanso en su amor es la completa entrega de uno mismo, y la
aceptación de los caminos de Cristo.
El descanso, ¿quién lo tiene? Se lo logra cuando ponemos a un lado toda justificación
propia y todo razonamiento desde el punto de vista egoísta. El secreto del perfecto descanso en
su amor es la completa entrega propia, y la aceptación de sus caminos. Debemos aprender su
mansedumbre y humildad antes de poder experimentar el cumplimiento de la promesa: “Y
hallaréis descanso para vuestras almas”. Mateo 11:29. Cuando aprendemos los hábitos de
Cristo, el yo se transforma, y, al tomar su yugo, estaremos dispuestos a aprender.
Entregar la vida a Cristo significa más de lo que muchos suponen. Dios requiere una
entrega completa. No podemos recibir el Espíritu Santo hasta que quebremos todo yugo que
nos ate a nuestros rasgos objetables de carácter. Estos son los grandes impedimentos para llevar
el yugo de Cristo y aprender de él. No hay nadie que no tenga mucho para aprender. Todos
deben ser adiestrados por Cristo. —The Review and Herald, 25 de abril de 1899
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
El verdadero carácter no se forma desde el exterior, para revestirse uno con él; irradia
desde adentro. Si queremos conducir a otros por la senda de la justicia, los principios de la
justicia deben ser engarzados en nuestro propio corazón. Nuestra profesión de fe puede
proclamar la teoría de la religión, pero es nuestra piedad práctica la que pone de relieve la
palabra de verdad. La vida consecuente, la santa conversación, la integridad inquebrantable, el
espíritu activo y benévolo, el ejemplo piadoso, tales son los medios por los cuales la luz es
comunicada al mundo. —El Deseado de Todas las Gentes, 263.
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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LA VOLUNTAD ENTREGADA
CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Cristo prometió el don del Espíritu Santo a su iglesia, y la promesa nos pertenece a
nosotros tanto como a los primeros discípulos. Pero como toda otra promesa, está sujeta a
condiciones. Hay muchos que creen y profesan aferrarse a lo prometido por el Señor; hablan
acerca de Cristo y del Espíritu Santo, y sin embargo no reciben beneficio alguno. No entregan su
vida para que sea guiada y regida por los agentes divinos. No podemos utilizar al Espíritu Santo.
El Espíritu ha de emplearnos a nosotros. Gracias al Espíritu Dios obra en su pueblo “así el querer
como el hacer, por su buena voluntad”. Pero muchos no desean someterse a eso. Quieren
manejarse a sí mismos. Esta es la razón por la cual no reciben el don celestial.
El Espíritu se da únicamente a aquellos que esperan humildemente en Dios, y que velan
para tener su dirección y gracia. El poder de Dios aguarda que ellos lo pidan y lo reciban. Esta
bendición prometida, reclamada por la fe, trae todas las demás bendiciones en su estela. Se da
según las riquezas de la gracia de Cristo, y él está listo para proporcionarla a toda persona según
su capacidad para recibirla.
Cuando el Espíritu de Dios se posesiona del corazón, transforma la vida. Se desechan los
pensamientos pecaminosos y se renuncia a las malas acciones; el amor, la humildad y la paz
ocupan el lugar de la ira, la envidia y las rencillas. La tristeza es desplazada por la alegría, y el
semblante refleja el gozo del cielo. Nadie ve la mano que levanta la carga ni capta cómo
desciende la luz de los atrios celestiales. La bendición llega cuando por fe el creyente se entrega
a Dios. Entonces ese poder que ningún ojo humano puede ver, crea un nuevo ser a la imagen de
Dios.
El Espíritu Santo es el aliento de la vida espiritual. Dar el Espíritu es conceder la vida de
Cristo. Infunde en quien lo recibe los atributos del Maestro. —The Review and Herald, 19 de
noviembre de 1908.
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
Dios no obra milagros, por lo común, para el avance de su verdad. Si el labrador descuida
el cultivo del terreno, Dios no obra milagros para contrarrestar los resultados seguros. Él obra
de acuerdo con los grandes principios que se nos han revelado, y es nuestra parte hacer planes
sabios y poner en operación los medios por los cuales Dios producirá ciertos resultados. Los que
no hacen esfuerzos decididos, sino que simplemente esperan que el Espíritu Santo los fuerce a
obrar, perecerán en las tinieblas. No habéis de sentaros tranquilamente y permanecer ociosos
en la obra de Dios. — Servicio Cristiano 282.
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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AUTOSOMETIDOS
CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
En las iglesias habrá una maravillosa manifestación del poder de Dios, pero no
descenderá sobre los que no se humillen ante el Señor, ni abran la puerta del corazón mediante
la confesión y el arrepentimiento. En la manifestación de ese poder que ilumina la tierra con la
gloria de Dios, sólo verán algo que en su ceguera considerarán peligroso y, al despertar sus
temores, se prepararán para resistirlo. Como el Señor no obra de acuerdo con sus ideas y
expectativas, se opondrán a la obra. “¿Por qué”, dicen, “no habríamos de conocer al Espíritu de
Dios, cuando hemos estado en la obra tantos años?” Porque no respondieron a las advertencias,
los ruegos de los mensajes de Dios, sino que insistentemente dijeron: “Yo soy rico, y me
enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad”. Apocalipsis 3:17.
La larga experiencia y el talento no transformará a los hombres en canales de luz, a menos
que se pongan bajo los brillantes rayos del Sol de Justicia, y sean llamados, y elegidos, y
preparados mediante la dotación del Espíritu Santo. Cuando los que manejan las cosas sagradas
se humillen bajo la poderosa mano de Dios, el Señor los ensalzará. Los hará personas con
discernimiento y ricos en la gracia de su Espíritu. Sus rasgos fuertes y egoístas de carácter, y su
terquedad serán vistos a la luz de la Luz del mundo. “Vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero
de su lugar, si no te hubieres arrepentido”. Apocalipsis 2:5. Si buscan al Señor con todo su
corazón, lo hallarán.
¡El fin está cerca! ¡No tenemos un momento que perder! El pueblo de Dios tiene que
irradiar la luz en rayos claros y definidos, a fin de presentar a Jesús ante las iglesias y ante el
mundo. —The Review and Herald, 23 de diciembre de 1890
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
Hay algunos que, en lugar de aprovechar sabiamente las oportunidades presentes, están
esperando ociosamente que alguna ocasión especial de refrigerio espiritual aumente
grandemente su capacidad de iluminar a otros. Descuidan sus deberes y privilegios actuales y
permiten que su luz se empañe a la espera de un tiempo futuro en el cual, sin ningún esfuerzo
de su parte, sean hechos los recipientes de bendiciones especiales que los transformen y
capaciten para servir. —Los Hechos de los Apóstoles, 44.
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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Efesios 3:16.
CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
El evangelio de Cristo hace progresos en cada instrumento que se consagra al servicio del
Señor. El Espíritu Santo se posesiona de todo aquel que tiene una mente dispuesta. No porque
esa persona pueda obrar sobre el Espíritu, sino porque el Espíritu Santo puede realizar su milagro
por medio de la gracia que se derrama sobre el agente humano. La bondad de Dios se convierte
en el poder que obra a través de una vida consecuente, mediante el amor ferviente por Jesús, y
por un celo inspirado por el cielo. Los que están relacionados con Jesús participarán de su amor
que enternece, y manifestarán rebosante simpatía hacia las personas que están cediendo a las
tentaciones halagadoras de Satanás. Planificarán, estudiarán y ejercitarán tacto, para tener éxito
al presentar el generoso amor de Cristo para que los corazones pecaminosos e impenitentes
puedan ser atraídos a Jesús, quien dio su vida por ellos...
No pierdan tiempo; confiesen a Cristo sin demora. Es el Espíritu Santo, el Consolador, el
Espíritu de verdad el que testifica de Cristo. Jesús dijo: “Recibiréis poder, cuando haya venido
sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y
hasta lo último de la tierra”. Hechos 1:8.
Contristar al Espíritu Santo que lo convertiría a usted en testigo de Cristo es un asunto
terrible. Uno no sabe cuándo puede apesadumbrarlo por última vez. El Espíritu Santo no obra
sobre el corazón humano para forzarlo a entregarse a Cristo, para obligarlo a rendir su
conciencia; por el contrario, brilla en las cámaras de la mente de una manera tal que convence
de pecado y lo atrae a la justicia. Si no confiesa a Cristo ahora, llegará el momento en el cual,
abrumado por el sentimiento de lo que ha perdido, sí lo hará. Pero, ¿por qué no hacerlo mientras
la voz de la misericordia lo invita a dar ese paso? —The Youth’s Instructor, 1 de agosto de 1895
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
Dios es un Dios de orden. Todo lo que se relaciona con el cielo está en orden perfecto; la
sumisión y una disciplina cabal distinguen los movimientos de la hueste angélica. El éxito sólo
puede acompañar al orden y a la acción armónica. Dios exige orden y sistema en su obra de
nuestros días tanto como los exigía en los días de Israel. Todos los que trabajan para él han de
actuar con inteligencia, no en forma negligente o al azar. Él quiere que su obra se haga con fe y
exactitud, para que pueda poner sobre ella el sello de su aprobación. —Historia de los Patriarcas
y Profetas, 393.
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Todo aquel que ama la causa de la verdad debiera orar por el derramamiento del Espíritu.
Y en la medida de lo que esté a nuestro alcance, debemos suprimir todo lo que impida que obre.
El Espíritu no podrá nunca ser derramado mientras los miembros de la iglesia alberguen
divergencias y amarguras los unos hacia los otros. La envidia, los celos, las malas sospechas y las
maledicencias son de Satanás, y cierran eficazmente el camino para que el Espíritu Santo no
obre. No hay en este mundo nada que sea tan caro para Dios como su iglesia. No hay nada que
él custodie con cuidado más celoso. No hay nada que ofenda tanto a Dios como un acto que
perjudique la influencia de aquellos que le sirven. El llamará a cuenta a todos aquellos que
ayuden a Satanás en su obra de criticar y desalentar.
Los que están destituidos de simpatía, ternura y amor, no pueden hacer la obra de Cristo.
Antes que pueda cumplirse la profecía de que el débil será “como David”, y la casa de David
“como el ángel de Jehová” (Zacarías 12:8), los hijos de Dios deben poner a un lado todo
pensamiento de sospecha con respecto a sus hermanos. Los corazones deben latir al unísono.
Deben manifestarse mucho más abundantemente la benevolencia cristiana y el amor fraternal.
Repercuten en mis oídos las palabras: “Uníos, uníos”. La verdad solemne y sagrada para este
tiempo debe unificar al pueblo de Dios. Debe morir el deseo de preeminencia. Un tema de
emulación debe absorber todos los demás: “¿Quién se asemejará más a Cristo en su carácter?
¿Quién se esconderá más completamente en Jesús?
“En esto es glorificado mi Padre”, dice Cristo, “en que llevéis mucho fruto” Juan 15:8. Si
hubo alguna vez un lugar donde los creyentes deben llevar mucho fruto, es en nuestros
congresos. En estas reuniones nuestros actos, nuestras palabras, nuestro espíritu, quedan
anotados, y nuestra influencia es tan abarcante como la eternidad. —Joyas de los Testimonios
2:381
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
El Señor nos envía advertencias, consejos y reproches para que tengamos oportunidad
de corregir nuestros errores antes de que se conviertan en una segunda naturaleza. Pero si
rehusamos ser corregidos, Dios no interviene para contrarrestar las tendencias de nuestra
propia conducta. No obra un milagro para que no brote y produzca fruto la semilla sembrada. La
persona que se muestra temerariamente infiel, o que manifiesta una impasible indiferencia ante
la verdad divina, no está más que recogiendo la cosecha que él mismo sembró. Tal ha sido la
experiencia de muchos. Escuchan con estoica pasividad las verdades que una vez conmovieron
sus corazones. Sembraron descuido, indiferencia y resistencia a la verdad, y tal es la cosecha que
ahora obtienen.
La frialdad del hielo, la dureza del hierro, la naturaleza impenetrable e impresionable de la roca,
todo esto encuentra una equivalencia en el carácter de muchos cristianos profesos. Así fue como
el Señor endureció el corazón de Faraón. Dios habló al rey egipcio por boca de Moisés, dándole
las evidencias más notables del poder divino; pero el monarca tercamente rehusó la luz que lo
hubiera conducido al arrepentimiento. Dios no envió un poder sobrenatural para endurecer el
corazón del rey rebelde, pero, como resistió a la verdad, el Espíritu Santo se retiró, y el Faraón
quedó en las tinieblas y la incredulidad que había elegido.
Los hombres se separan de Dios al rehusar la influencia del Espíritu. El Señor no tiene en reserva
un agente más poderoso para iluminar sus mentes. Así, ninguna revelación de su voluntad puede
alcanzarlos en su incredulidad.
Ojalá pudiera guiar a cada profeso seguidor de Cristo a ver este asunto tal cual es. Todos estamos
sembrando, ya sea para la carne o para el Espíritu, y segamos la cosecha de la semilla que
sembramos. Al elegir nuestros placeres o tareas, sólo debiéramos buscar aquellas cosas que son
excelentes. Lo frívolo, lo mundano, lo envilecedor no deberían tener poder para controlar los
afectos o la voluntad. —The Review and Herald, 20 de junio de 1882.
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
La verdad está a punto de triunfar gloriosamente, y todos los que decidan ahora
colaborar con Dios triunfarán con ella. —Joyas de los Testimonios 3:353
Deben poseer valor, energía y perseverancia. Aunque imposibilidades aparentes
obstruyan su camino, por su gracia deben avanzar. En vez de deplorar las dificultades, están
llamados a vencerlas. No han de desesperar por nada, sino estar de buen ánimo en toda ocasión.
Con la áurea cadena de su amor sin par, Cristo los ha ligado al trono de Dios. Es propósito suyo
que la más elevada influencia del universo, que dimana de la Fuente de todo poder, sea suya.
Han de tener poder para resistir al mal, un poder que ni la tierra, ni la muerte, ni el infierno
puedan dominar, un poder que los habilite para vencer como venció Cristo. —Obreros
Evangélicos, 40.
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
No es porque Dios imponga alguna restricción por lo que las riquezas de su gracia no
fluyen hacia los hombres. Su don es divino. Él las ha dado con una liberalidad que no pueden
apreciar, porque no tienen deseos de recibirlas. Si estamos dispuestos a aceptarlo, todos
seremos llenos del Espíritu Santo. Al contentarnos sólo con pequeñas bendiciones, nos
descalificamos a nosotros mismos para recibir el Espíritu en su ilimitada plenitud. No somos tan
fácilmente satisfechos con un encrespamiento de la superficie de las aguas, cuando es nuestro
privilegio esperar la profunda agitación del Espíritu de Dios. Al esperar poco, recibimos poco.
Todos debieran darse cuenta de la necesidad de la obra del Espíritu Santo. A menos que
sea aceptado y apreciado como representante de Cristo, cuya obra consiste en renovar y
santificar todo el ser, las trascendentales verdades que han sido confiadas a los seres humanas
perderán su poder sobre la mente. No es suficiente que tengamos un conocimiento de la verdad.
Debemos hablar y trabajar en amor, conformando nuestra voluntad a la de Dios. El Señor declara
acerca de aquellos que hacen esto: “Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón
las escribiré”. Hebreos 8:10. En esta obra de transformación Dios es el agente potente y
todopoderoso. Mediante su Espíritu Santo él escribe su ley en el corazón.
Es así como se renueva la relación divina entre Dios y el hombre. “Yo seré a ellos por
Dios”, dijo, “y ellos me serán por pueblo” véase Éxodo 6:7; Jeremías 31:33. “No hay atributo de
mi naturaleza que no daré libremente para que el hombre pueda revelar mi imagen”. Cuando
permitamos que Dios lleve a cabo su voluntad en nosotros, no abrigaremos ningún pecado. Toda
escoria se consumirá en el horno depurador.
Cuando el Espíritu Santo descendió el día de Pentecostés, fue como un viento fuerte y
poderoso. No vino en forma restringida, porque llenó todo el lugar donde los discípulos estaban.
Así también nos será otorgado cuando nuestros corazones estén preparados para recibirlo. —
The Review and Herald, 10 de junio de 1902.
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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PIDAMOS SU BENDICIÓN
CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Durante mucho tiempo podríamos haber seguido la senda angosta, pero no es seguro
tomar esto como prueba de que permaneceremos en ella hasta el fin. Si andamos con Dios y en
comunión con el Espíritu, es porque lo hemos buscado diariamente por fe. Se nos dio el aceite
dorado que fluye por los conductos de oro de los dos olivos. Pero los que no cultiven el espíritu
y el hábito de orar no podrán esperar recibir el aceite de la bondad, la paciencia, la longanimidad,
la mansedumbre, el amor.
Todos deben mantenerse separados del mundo, el cual está lleno de iniquidad. No
debemos caminar con Dios por un tiempo, y luego alejarnos de su compañía para andar a la luz
de las chispas que nosotros mismos encendimos. En los actos de fe debe haber una persistencia
firme y perseverante. Debemos alabar a Dios y manifestar su gloria mediante un carácter justo.
Ninguno de nosotros alcanzará la victoria sin un esfuerzo perseverante, incansable y
proporcional al valor del objetivo que anhelamos: la vida eterna.
La dispensación en la que vivimos ahora debe ser, para aquellos que la piden, la del
Espíritu Santo. Pida su bendición. Es tiempo de que seamos más intensos en nuestra devoción.
A nosotros se nos ha confiado la ardua, pero feliz y gloriosa tarea de revelar a Cristo a los que
están en tinieblas. Somos llamados a proclamar las verdades especiales para este tiempo. Para
todo esto es esencial el derramamiento del Espíritu. Debemos orar pidiéndolo. El Señor espera
que se lo pidamos. No hemos sido enérgicos en esta tarea.
¿Qué puedo decirles a mis hermanos en el nombre del Señor? ¿Qué proporción de
nuestros esfuerzos se hicieron de acuerdo con la luz que al Señor le ha agradado darnos? No
podemos depender de la forma o de la maquinaria externa. Lo que necesitamos es la influencia
vivificante del Santo Espíritu de Dios. “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha
dicho Jehová de los ejércitos”. Zacarías 4:6. Orad sin cesar, y vigilad actuando de acuerdo con
vuestras oraciones. Mientras, oren, crean y confíen en Dios. Es el tiempo de la lluvia tardía, en
el cual el Señor otorgará liberalmente su Espíritu. Sean fervientes en la oración y vigilantes en el
Espíritu. —The Review and Herald, 2 de marzo de 1897
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
Pongan los creyentes a un lado toda disensión y entréguense a Dios para la salvación de
los perdidos. Pidan con fe la prometida bendición y ella vendrá. —Testimonies for the Church
8:21.
Los discípulos no pidieron una bendición para sí mismos. Se sentían abrumados con una
carga por las almas. El Evangelio había de ser llevado hasta los confines de la tierra, y ellos
reclamaban la investidura de poder que Cristo les había prometido. Fue entonces cuando se
derramó el Espíritu Santo y se convirtieron miles en un día. —Servicio Cristiano p313.
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
El Señor no permitirá que sus afligidos y probados hijos sean juguete de las tentaciones
de Satanás. Es nuestro privilegio confiar en Jesús. Los cielos están llenos de ricas bendiciones, y
es nuestro privilegio tener el gozo de Cristo para que nuestro gozo sea completo. No lo tenemos
porque no pedimos, o porque no oramos con fe, creyendo que seremos bendecidos con la
influencia especial del Espíritu Santo. Mediante la intercesión de Cristo, se le imparte al
auténtico investigador la bondadosa influencia del Espíritu Santo para que los que la reciben
puedan transmitir a otros el conocimiento de la verdad salvadora.
¿Por qué no creemos el sencillo “Así dice el Señor”? No cesen de orar bajo ninguna
circunstancia. El Espíritu puede estar dispuesto, pero la carne enferma. Sin embargo, Jesús lo
sabe todo. En su debilidad usted no debe estar ansioso, porque la ansiedad implica dudas y
desconfianza. Sencillamente tiene que creer que Cristo es capaz de salvar hasta lo sumo a todos
los que vienen a Dios por medio de él, siendo que vive siempre para interceder por nosotros.
¿Qué abarca la intercesión? Es la cadena de oro que une al creyente finito con el trono
del Dios infinito. El agente humano, por quien Cristo murió para salvarlo, importuna el trono de
Dios, y su petición es asumida por Jesús, quien lo compró con su propia sangre. Nuestro gran
Sumo Sacerdote coloca su justicia del lado del que implora con sinceridad, y la oración de Cristo
se une con la del suplicante humano.
Cristo insta a su pueblo a orar sin cesar. Esto no significa que siempre hemos de estar
sobre las rodillas, pero esa oración ha de ser como el aliento vital. Nuestros pedidos silenciosos,
dondequiera estemos, han de ascender a Dios, y Jesús nuestro Abogado, implorará en nuestro
favor, llevando con el incienso de su justicia nuestras súplicas al Padre.
El Señor Jesús ama a su pueblo, y, cuando éste confía y depende completa- mente de él,
lo fortalece. El vivirá en ellos, dándoles la inspiración de su Espíritu santificador, e impartiendo
a la existencia una transfusión vital de sí mismo. —Counsels on Sabbath School Work, 1 de
febrero de 1896.
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
Cristo declaró que la influencia divina del Espíritu había de acompañar a sus discípulos
hasta el fin. Pero la promesa no es apreciada como debiera serlo; por lo tanto, su cumplimiento
no se ve como debiera verse. La promesa del Espíritu es algo en lo cual se piensa poco; y el
resultado es tan sólo lo que podría esperarse: sequía, tinieblas, decadencia y muerte espirituales.
Los asuntos de menor importancia ocupan la atención y, aunque es ofrecido en su infinita
plenitud, falta el poder divino que es necesario para el crecimiento y la prosperidad de la iglesia
y que traería todas las otras bendiciones en su estela. —Joyas de los Testimonios 3:211.
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Los hombres y mujeres decididos, que hayan hecho una entrega cabal del corazón a
Cristo, son los que permanecerán en pie. Cristo zarandeó a sus seguidores una y otra vez, hasta
que, por fin, quedaron sólo once hombres y algunas mujeres para echar el fundamento de la
iglesia cristiana. Hay quienes se quedan rezagados cuando hay que llevar cargas, pero cuando
toda la iglesia arde de celo, el entusiasmo se apodera también de ellos; cantan, vociferan y
quedan arrobados; pero observadlos. Cuando el fervor ha pasado, sólo unos pocos y fieles Calebs
se adelantan y exponen sus firmes principios. Son ellos cual la sal que conserva su sabor. Al
progresar la obra con dificultad, es cuando la iglesia descubre los fieles ayudantes. —Testimonies
for the Church 5:130
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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APRECIO VERDADERO
CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Así como la dotación divina—el poder del Espíritu Santo—le fue dada a los discípulos,
hoy también se le otorgará a los que la busquen acertadamente. Sólo este poder es capaz de
hacernos sabios para la salvación, a fin de adaptarnos para las cortes celestiales. Cristo desea
darnos una bendición que nos santificará. “Estas cosas os he hablado”, dice él, “para que mi gozo
esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido”. Juan 15:11. El gozo en el Espíritu Santo imparte
salud y vida. Al concedernos su Espíritu, Dios se da a sí mismo: una fuente de influencias divinas,
para dar salud y vida al mundo. —The Signs of the Times, 15 de marzo de 1910.
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
A menudo la vida cristiana está acosada de peligros, y se hace difícil cumplir el deber. La
imaginación concibe la ruina inminente delante, y la esclavitud o la muerte detrás. No obstante, la voz de
Dios dice claramente: “Avanza”. Debemos obedecer este mandato, aunque nuestros ojos no puedan
penetrar las tinieblas, y aunque sintamos las olas frías a nuestros pies. Los obstáculos que impiden
nuestro progreso no desaparecerán jamás ante un espíritu que se detiene y duda. Los que postergan la
obediencia hasta que toda sombra de incertidumbre desaparezca y no haya ningún riesgo de fracaso o
derrota no obedecerán nunca. La incredulidad nos susurra: “Esperemos que se quiten los obstáculos y
podamos ver claramente nuestro camino”; pero la fe nos impele valientemente a avanzar esperándolo
todo y creyéndolo todo. —Historia de los Patriarcas y Profetas, 294.
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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MÁS PREDICACIÓN
CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Precisamente antes que Jesús dejara a sus discípulos para ir a las mansiones celestiales,
los animó con la promesa del Espíritu Santo. Esta promesa nos pertenece a nosotros tanto como
a ellos y, sin embargo, ¡cuán raramente se presenta ante el pueblo o se habla de su recepción
en la iglesia!
Como consecuencia del silencio sobre este importantísimo asunto, ¿acerca de qué
promesa sabemos menos, por su cumplimiento real, que, de esta rica promesa del don del
Espíritu Santo, mediante el cual será eficaz toda nuestra labor espiritual? La promesa del Espíritu
Santo es mencionada por casualidad en nuestros discursos, es tocada en forma incidental, y eso
es todo. Las profecías han sido tratadas detenidamente, las doctrinas han sido expuestas; pero
lo que es esencial para la iglesia a fin de que crezca en fortaleza y eficiencia espiritual, para que
la predicación sea acompañada por la convicción, y las almas sean convertidas a Dios, ha sido
mayormente excluido del esfuerzo ministerial.
Este tema ha sido puesto a un lado, como si algún tiempo futuro hubiera sido reservado
para su consideración. Otras bendiciones y privilegios han sido presentados ante nuestro pueblo
hasta despertar en la iglesia el deseo de conseguir la bendición prometida por Dios; pero ha
quedado la impresión de que el don del Espíritu Santo no es para la iglesia ahora, sino que en
algún tiempo futuro sería necesario que la iglesia lo recibiera.
Esta bendición prometida, reclamada por la fe, traería todas las demás bendiciones en su
estela, y ha de ser dada liberalmente al pueblo de Dios. Por medio de los astutos artificios del
enemigo las mentes de los hijos de Dios parecen incapaces de comprender las promesas divinas
y de apropiarse de ellas... Recogerán una cosecha de gozo los que siembran la santa semilla de
la verdad. “Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con
regocijo, trayendo sus gavillas”. Salmos 126:6. —Testimonios para los Ministros, 174, 175.
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
Pablo llevaba consigo la atmósfera del cielo. Todos los que se asociaban con él sentían la
influencia de su unión con Cristo. El hecho de que su propia vida ejemplificara la verdad que él
proclamaba, daba poder convincente a su predicación. En esto reside la fuerza de la verdad. La influencia
natural e inconsciente de una vida santa es el sermón más convincente que pueda predicarse en favor
del cristianismo. Los argumentos, aun cuando sean incontestables, pueden provocar tan sólo oposición;
mientras que un ejemplo piadoso tiene un poder al cual es imposible resistir completamente. —Obreros
Evangélicos, 60
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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MÁS DEDICACIÓN
CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Se aproxima el fin de todas las cosas. Dios actúa en cada mente que se abre para recibir
las impresiones de su Santo Espíritu. Está enviando mensajeros con la misión de amonestar cada
lugar. Dios está poniendo a prueba la devoción de sus iglesias, y su disposición a obedecer las
indicaciones del Espíritu. Aumentará el conocimiento. Se verá a los mensajeros del cielo que
correrán de aquí para allá, tratando por todos los medios posibles de advertir a la gente respecto
al juicio venidero, y de presentar las alegres nuevas de salvación por medio de nuestro Señor
Jesucristo. Se exaltará la norma de justicia.
El Espíritu de Dios se acercará a los corazones de los hombres, y los que respondan a su
influencia se convertirán en luces para el mundo. Por todas partes se los verá ir de un lado a otro
para trasmitir a los demás la luz que recibieron, tal como ocurrió después del derramamiento
del Espíritu Santo en el día de Pentecostés. Al dejar brillar su luz, recibirán cada vez más poder
del Espíritu. La tierra se iluminará con la gloria de Dios.
Pero, ¡oh triste cuadro! Los que no se sometan a la influencia del Espíritu Santo pronto
perderán las bendiciones que recibieron al reconocer la verdad como procedente del cielo.
Caerán en una formalidad fría e insípida y perderán su interés en las personas que se pierden. Al
dejar su primer amor Cristo les dice: “Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete,
y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no
te hubieres arrepentido”. Apocalipsis 2:5. El quitará el Espíritu Santo de la iglesia, y lo dará a
otros que lo apreciarán.
La mayor evidencia de que los que han recibido gran luz no la aprecian, es que no
permiten que ella brille sobre los que están en tinieblas, y cuando dedican su tiempo y energía
en celebrar formas y ceremonias. —The Review and Herald, 16 de julio de 1895.
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
La obra de Dios ha de ser llevada a su consumación por la cooperación de los agentes divinos y
humanos. Los que manifiestan suficiencia propia pueden ser aparentemente activos en la obra de Dios;
pero si efectúan su obra sin oración, su actividad de nada aprovecha. Si pudieran contemplar el incensario
del ángel que está en el altar de oro, delante del trono circuido por el arco iris, verían que los méritos de
Jesús han de ser mezclados con nuestros esfuerzos y oraciones, o de otra manera éstos resultan inútiles
como lo fue la ofrenda de Caín. Si pudiéramos contemplar toda la actividad de los agentes humanos tal
como aparece delante de Dios, veríamos que sólo la obra efectuada con mucha oración, santificada con
el mérito de Cristo, soportará la prueba del juicio. Cuando se verifique el gran examen, entonces miraréis
y discerniréis la diferencia entre el que sirve a Dios y el que no le sirve. —Servicio Cristiano 325.
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Mañana tras mañana, cuando los heraldos del Evangelio se arrodillan delante del Señor
y renuevan sus votos de consagración, él les concede la presencia de su Espíritu con su poder
vivificante y santificador, y al salir para dedicarse a los deberes diarios, tienen la seguridad de
que el agente invisible del Espíritu Santo los capacita para ser colaboradores juntamente con
Dios. —Los Hechos de los Apóstoles, 46.
Vivimos en el tiempo del poder del Espíritu Santo. El está procurando difundirse por
medio de los instrumentos humanos, y está acrecentando de este modo su influencia en el
mundo. —Servicio Cristiano p312.
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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MAS CARIDAD
CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Consideren bien este asunto todos los que pretenden guardar los mandamientos de Dios,
y vean si no hay razones para no tener más de la efusión del Espíritu Santo. ¡Cuántos han elevado
sus corazones a la vanidad! Creen que son exaltados por el favor de Dios, pero descuidan a los
necesitados, hacen oídos sordos a los llamados de los oprimidos, y hablan palabras cortantes y
ásperas a quienes necesitan un tratamiento totalmente diferente. De este modo ofenden a Dios
con la dureza de su corazón. Estos afligidos tienen derecho a la simpatía y el interés de sus
semejantes. Tienen derecho a esperar ayuda, consuelo y amor semejante al de Cristo. Pero no
es esto lo que reciben.
Cada descuido de estos sufrientes de Dios está escrito en los libros del cielo como si
fueran hechos a Cristo mismo. Cada miembro de la iglesia debe examinar cuidadosamente su
corazón, e investigar su curso de acción para ver si éste está en armonía con el Espíritu y la obra
de Jesús; pues si no fuera así, ¿qué podrá decir cuando se encuentre ante el Juez de toda la
tierra? ¿Podrá el Señor decir de él: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado
para vosotros desde la fundación del mundo” Mateo 25:34?
Cristo ha identificado su interés con el de la sufriente humanidad; y mientras él es
descuidado en la persona de sus afligidos, todas nuestras asambleas, todas nuestras reuniones,
y toda la maquinaria puesta en marcha para hacer adelantar la causa de Dios, será de poco
beneficio. “Esto era necesario hacer, sin dejar aquello” Lucas 11:42. “Pesado has sido en balanza,
y fuiste hallado falto”. Daniel 5:27.
Todos los que serán santos en el cielo, primero lo serán sobre la tierra. No seguirán las
chispas de su propio fuego, no trabajarán por la alabanza, ni hablarán palabras de vanidad, ni
levantarán el dedo de condenación y opresión; sino seguirán la Luz de vida, y la difundirán,
consolarán, darán esperanza y ánimo precisamente a los que tengan necesidad, y no censurarán
ni reprenderán. —The Review and Herald, 4 de agosto de 1891.
Misión en Acción
¿Qué verdades reveló el Señor para mí?
Todo acto, toda obra de justicia, misericordia y benevolencia, produce música en el cielo.
El Padre mira desde su trono y cuenta a los que las ejecutan como sus más preciados tesoros. “Y
ellos me serán un tesoro especial, dice Jehová de los ejércitos, en aquel día que yo preparo.”
Toda acción de misericordia hecha a los necesitados o a los que sufren se considera como hecha
a Jesús. Todo el que socorre al pobre, simpatiza con los que están angustiados u oprimidos, o
acoge al huérfano, se coloca en una relación más íntima con Jesús. — Servicio Cristiano p330.
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
Lo que hará que nuestras iglesias sean vigorosas y tengan éxito en sus esfuerzos, no es la
obra bulliciosa, sino la silenciosa y humilde; no es la ostentación y la pompa, sino el esfuerzo
paciente, perseverante y acompañado de oración. —Testimonies for the Church 5:130
La vida cristiana no está constituida de actividad incesante ni de continua meditación.
Los cristianos deben trabajar fervorosamente por la salvación de los perdidos, pero también han
de tomarse tiempo para la meditación, la oración y el estudio de la Palabra de Dios. De nada
sirve estar siempre bajo la tensión del trabajo y la excitación, porque de esta manera se descuida
la piedad personal, y las facultades de la mente y el cuerpo sufren menoscabo. — Servicio
Cristiano p308.
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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CONOCIENDO
AL ESPÍRITU SANTO
¿No nos llaman las Escrituras a realizar una obra más pura y santa que la que hemos visto hasta
ahora? ... Dios llama a los que están dispuestos a ser dirigidos por su Espíritu Santo a encabezar una obra
de completa reforma. Veo una crisis delante de nosotros, y el Señor llama a sus obreros a entrar en la
liza. Cada alma debe ahora asumir una posición de más profunda y verdadera consagración a Dios que
en los años pasados. ... He sido profundamente impresionada por escenas que recientemente han pasado
delante de mí durante la noche. Parecía haber un gran movimiento—una obra de reavivamiento—que
se desarrollaba en muchos lugares. Nuestros hermanos acudían respondiendo al llamado de Dios. —
Servicio Cristiano p541
Primera Actividad:
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Segunda Actividad:
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