PENSAMIENTO Y P-WPS Office
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En síntesis, Vygotsky sostiene que el lenguaje es el instrumento más importante del pensamiento y
puede determinar el desarrollo de éste; él defiende la existencia de estadios de desarrollo del habla pre-
intelectual, así como también la existencia de estadios de desarrollo del pensamiento pre-lingüístico e
inteligencia pre-lingüística; plantea que el desarrollo evolutivo del niño es el resultado de cambios en las
conexiones mutuas entre las dos funciones, más que de cambios entre sí; es decir, en un momento
determinado "dichas líneas se encuentran, por lo que el pensamiento se hace verbal, y el habla,
racional" (Vygotsky, 1998). Para él, el lenguaje es en definitiva el instrumento mediador que le permite
al ser humano comunicarse en sociedad, exteriorizar sus pensamientos, y conocer el mundo.
Jerome Seymour Bruner (1915 – 2016) psicólogo y pedagogo estadounidense, estudió cómo maduraba
el pensamiento en el niño; para Bruner pensamiento y lenguaje son dos formas de comportamiento
interrelacionados, distintos en su origen y diferentes en su desarrollo; Bruner sostiene que el
pensamiento se acomoda al lenguaje, que es necesario un nivel mínimo de desarrollo mental en el niño
previo al lenguaje, que la instrucción en la escuela es muy importante tanto en el desarrollo del lenguaje
como en el desarrollo cognitivo, "debido a que en la escuela el niño debe aprender a usar el lenguaje en
ausencia de contextos inmediatos". (Hernandez Piña, 1980, p. 88).
Bruner plantea que el lenguaje es agente del desarrollo cognitivo y que en su evolución el niño
desarrolla tres habilidades o formas de representación que, según Piaget, equivalen a tres etapas de
desarrollo: representación enactiva (etapa pre-operativa), representación icónica (etapa de operaciones
concretas) y representación simbólica (etapa de operaciones formales).
Bruner manifiesta que las tres habilidades de representación mencionadas anteriormente dependen de
la edad, la educación, la habilidad y la cultura; la representación enactiva, según Bruner, involucra al
comportamiento en términos motrices, aquí el niño tiene la necesidad de relacionar su acción con su
campo visual. Por su parte, la representación icónica se da cuando el niño ya es capaz de remplazar sus
acciones con imágenes o esquemas espaciales; es decir, recurre a una imagen mental para guiar su
acción, pero no puede aún formar conceptos. En cambio, en la representación simbólica el niño ha
pasado del hacer a través del ver hasta llegar a la simbolización; es decir, puede categorizar y
jerarquizar, puede transformar y combinar; puesto que el lenguaje es la forma más importante de
simbolización, ésta es la fase de desarrollo del niño más adaptable, más flexible y más avanzada.
Alexander Romanovich Luria (1902 – 1977); neuropsicólogo especializado en fisiología cerebral y
trastornos del lenguaje y de la memoria, pedagogo, médico soviético, trabajó junto a Vygotsky por
varios años). Luria destaca que el pensamiento discursivo o lógico verbal es la forma más elevada de la
actividad del hombre; a través del "pensamiento y basándose en los códigos del lenguaje el hombre es
capaz de rebasar los marcos de la percepción sensorial directa del mundo exterior, reflejar nexos y
relaciones complejas, formar conceptos, elaborar conclusiones y resolver problemas teóricos
complicados". (Palanco López, 2009)
Luria sostiene que el pensamiento permite delimitar los elementos más esenciales de la realidad gracias
al lenguaje, que el lenguaje además de ser un medio de generación del pensamiento, es también la
fuente de éste; en otras palabras, el lenguaje tiene una función regulativa y puede coordinar, establecer
y facilitar otras formas de comportamiento. En la primera etapa del uso del lenguaje, en la que el habla
forma parte de una serie de acciones, el habla es incomprensible para el niño cuando no está
acompañada de la acción; sin embargo, gradualmente el niño va internalizando las instrucciones del
adulto para poder guiar su actividad.
Sobre lo mencionado anteriormente, Luria realizó una serie de experimentos hasta demostrar que "la
palabra poco a poco y de forma lenta va consiguiendo su independencia, hasta alcanzar finalmente un
dominio frente a la dinámica general que engloba al niño y a la situación". (Hernández Piña, 1980, pp.
82-83)
Esta serie de experimentos le ayudaron a Luria a puntualizar que el habla influye directamente en la
formación de la actividad compleja humana; "que el lenguaje introduce un nuevo principio de actividad
nerviosa, la abstracción, y con ello la generalización de las señales precedentes, elevando los procesos
mentales hasta un nuevo nivel". (Hernández Piña, 1980, p.)
Luria sostiene que el lenguaje es de gran importancia en la creación de una dimensión psicológica del
individuo social; todas las cosas visibles y no visibles llegan a tener un registro y una denominación
debido al lenguaje. El lenguaje según Luria, es definitivamente un instrumento de comunicación, un
transmisor de experiencias propias y ajenas, mediante el lenguaje el hombre adquiere una nueva
dimensión de su conciencia, que le permite formar imágenes subjetivas del mundo objetivo, es capaz de
abstraer y concecuentemente de pensar.