004 Boletín Histórico

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REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY

AÑO I - MONTEVIDEO, SETIEMBRE DE 1930 - N.° 4

ESTADO MAYOR DEL EJERCITO

BOLETÍN DE INFORMACIONES

/^"IMPRENTA,MIUTAR SN
VL-125oEHA'mg73-MotfirvinEO|-^ '
SUMARIO

Pag.
a debida proporcionalidad entre los
planes estratégicos y los medios
tácticos de acción recíproca . . . I
.os servicios del Xmo. ejército duran-
te las ofensivas de 1916 en la
Somme 9
hartes y Proclamas Militares (Guerra
de la Independencia) 15
.a organización del terreno y sus
consecuencias 43
_eyes, Decretos, Resoluciones y Dis-
posiciones de carácter general . . 63
indicador MUitar 79
Bajas y Altas de los cuadros activos 89
Sumario de Revistas Extranjeras . . . . 91
La debida proporcionalidad entre los planes estratégicos
y los medios tácticos de acción recíproca
Transcríbese del "Memorial de Infantería" (Revista Militar
editada en España) correspondiente al mes de Mayo de 1930, este
interesante estudio del Coronel de infantería don MÁXIMO VER-
GARA, en el que descubre la importancia de algunos aspectos de
los planes estratégicos del Gran Estado Mayor Alemán, relacionados
con los medios tácticos disponibles en los ejércitos franceses y ale-
manes, durante tas operaciones realizadas en los primeros meses de
la Gran Guerra.
Este estudio también encara una cuestión particularmente in-
teresante, referida a la proporcionalidad de las artillerías en la do-
tación orgánica de las grandes unidades de los ejércitos Alemán y
Francés, cuya lectura meditada recomiéndase a los cantaradas es-
tudiosos y especialmente a los oficiales de artillería e Idóneos de
Estado Mayor.
Tic. Cnel. O. V. L.

Para juzgar de cómo las grandes concepciones estratégicas pueden fallar


por definiciones de proporcionalidad con los medios tácticos, nada como el
ejemplo de la batalla del Mame por la cercanía del acontecimiento. Nos vamos
a referir al principio de la Guerra Mundial que asoló a Europa durante cuatro
años desde el verano de 1914 al otoño de 1918-
Conocidísimo, a posteriori, el plan del Gran Estado Mayor alemán, era,
desde los tiempos de su jefe Schlieffen, la gran envoltura del Ejército francés
por su flanco izquierdo, de modo que efectuando el alemán una gran conversión
hacia el N. O. que tenia por eie a Metz, aplastando y atravesando a Bélgica,
con su ala derecha muy reforzada, debería de abatirse sobre la espalda del
E'jcrcito francés que habría de terminar encerrado contra el Rhin o el Jura
Suizo, con su aniquilamiento completo.
A decir verdad, lo expuesto fue más bien la idea de Schlieffen; lo que 5e
hizo o se pretendió hacer por Moltke el joven es algo menos conocido. Proba-
blemente: influido por las ideas dominantes enj*rfSL?Stm*Ü£\Q feld mariscal.

27 1
Boletín de Informaciones

conde de Moltke., modificó a última hora el plan de Schlieffen, restando fuerzas


a la derecha alemana en favor de su Ejército de Lorena, coi) vistas a una con-
vexión ele menor envergadura; que diera por resultado la obtención de un éxito
parcial hacia esa misma Lcrena, para aprovechar luego una acción más con-
junta y de aislamiento de-Farís. "
La idea de Schlieffen eran grandiosa y fue por su autor mantenida con
tales energías que se infiltró en el espíritu de todo el G. E. M. alemán, en tér-
minos de que, para modificarla, hubiera sido preciso en el nuevo jefe, otro tem-
peramento mucho más entero que el del Moltke e! joven. Y, sin embargo, y
no obstante ía creencia, muy difundida entre los alemanes, de que la batalla deí
Marne fue la consecuencia natural de la alteración de los planes de Schlieffen,
tan genial idea tenía gravísimos inconvenientes. Desde luego, se le puede se-
ñalar una muy seria dentro del orden de la estrategia y era que, dada la longitud
del radio de conversión, en el que había de quedar envuelto el mismo París con
todo su gran campo atrincherado, la línea de operaciones alargaba por modo
extraordinario, de no aplastar completamente durante ¡a marcha, el ala izquierda
francesa; más como de haber realizado el plan primitivo en toda su integridad,
hubiera habido menos fuerzas alemanas frente a Lorena, el Ejército francés,
que ya era de por sí muy fuerte, hubiera podido avanzar sobre la retaguardia
alemana, poniendo en grave peligro sus comunicaciones y paralizando, proba-
blemente, el movimiento de conversión.
Se partía, a nuestro modesto entender, de un error inicial, cual era consi-
derar al Ejército francés en 1914, constituido con un cuadro de mando, organi-
zación y armamento parecidos, proporcionalmente, al de 1370 con relación al
poder alemán, lo que no tenía tanto de particular en los tiempos en que empezó
a madurarse el plan Schlieffen (1899) ; pero que, tratar de ponerlo en vigor
hacia 1^14, era un desprecio poco menos que absoluto de los nuevos valores del
Eíército francés, quien disponía de la ventaja de poder operar por líneas inte-
riore?, con una red de vías férreas muy modificada y apropiada a estas necesi-
dades, y con un E. M. de gran valía en comparación de! de 1870, como demostró
plenamente en toda la campaña.
No es nuestro objeto, sin embargo, señalar y puntualizar esta clase de erro-
res, que, después de todo, no fue posible que resaltaran por entero, pues que, no
habiéndose llevado a cabo el plan de Schlieffen con pureza, se originó una si-
iuación menos grave, pero que sirve para demostrar la desproporción de los
medios tácticos empleados para lograr una concepción estratégica de envoltura,
sí no tan amplia, por lo menos lo suficiente para poderla calificar de gran radio.
Esa envoltura había de hacerla el grupo principal de Ejércitos compuesto
de! 1." al 5 " (56 Divisiones de Infantería agrupadas en 21 Cuerpos, y 7 Divi-
Boletín de Informaciones

siones de Caballería), marchando en conversión hacia el O., girando alrededor


de Netz - Thionville, mientras que un grupo secundario, Ejércitos 6." y 7.9 (con
16 Divisiones en S Cuerpos y 3 Divisiones de Caballería) se encargaría de
avanzar por el Meurthe y Mosela, fijando a su frente las fuerzas francesas.
Este plan entrañaba la reforma del de Schlieffen, a cuyo grupo principal
se restaban 11 Divisiones que habían ido a reforzar los efectivos de los grupos
secundarios de Alsacia - Lorena, y de Prusia Oriental. Con esa reforma se in-
vade Bélgica y a su través se hacen las marchas de aproximación del grupo
principal de Ejércitos de maniobra sobre el ala izquierda francesa, mientras la
ofensiva de esta nación se paraliza ante los ó.1' y 7" alemanes convenientemente
reforzados por seis Divisiones y media. Estos poseen mejor armamento y oca-
sionan un desengaño a la ofensiva francesa, a toda costa, que servirá como una
primera experiencia no caída en saco roto.
Otras pugnas parciales del Ejército francés, más al N. O., contribuyen en
crescendo al descrédito de las ofensivas faltas de preparación de fuegos, y ha-
llándose la Infantería francesa en evidente inferioridad de armamento respecto
a su contraria, la vuelve más cauta en procedimientos tácticos, circulándose ins-
trucciones con modificaciones importantes, ante la gran batalla del Mame que
pronto se ven forzado? a librar, al retroceder bajo el empuja de una superiori-
dad numérica y de armamento, en general y aparentemente, por lo menos, in-
cuestionablemente.
Asi termina las batallas de frontera y se emprende por ios alemanes una
persecución hasta el Mame, que, si bien implica para ellos satisfactorios resul-
tados parciales, no les dá ninguna ventaja decisiva y pone de manifiesto lo difí-
cil del aplastamiento del ala izquierda francesa, que, no es consecuencia de que
la masa de maniobra alemana esté ligeramente reducida, sino de que tan grandes
efectivos, marchando de flanco de paso que combaten al costado interior, se ven
embarazados en su marcha, tanto más cuanto más numerosos sean, y tanto más
aún, cuanto mayor sea su recorrido por efecto de una mayor conversión (y
menos mal que no se desarrollaba en su totalidad el plan Schlieffen), con lo
que supone en les modernos tiempos el transporte de un material inmenso.
Durante 3a conversión se ven obligados los alemanes a combatir cada vez
más al flanco interior, y como consecuencia natural, a reducir el radio de con-
versión y a dejar fuera de ella a París, que debe quedar vigilado por el primero
alemán (Yon Kluck), en escalón retrasado respecto al 2.'' por ser el guarda
flanco exterior, respecto al campo atrincherado de París. Pero el incumpli-
miento de esta orden por Von Kluck, que estima deber continuar el movimiento
en vez de detenerse, dá lugar a que dejando al campo vigilado insuficientemente
por un Cuerpo de Ejército, caiga sobre su flanco derecho, en marcha, el 6."
4 Boletín de Informaciones
Ejército francés el día 5 de setiembre, empezando así la célebre batalla del Mar-
ne, y en la que, de París a Verdún, se combate en un frente desigual; pero
donde quedan empeñadas seriamente y a la vez todas las principales fuerzas
aliadas y alemanas.
Del lado francés se ha producido un claro entre los 4" y 5.f Ejércitos, que
os llenado por e! destamento Foch (después 9." Ejército), a duras penas, y a
fuerza de un derroche de energía de este general, que pone a prueba todo su in-
menso valer al luchar sólo con casi todo el 2" alemán, muy superior, y aún con-
tra parte del 3.''.
Mientras los restantes Ejércitos franceses se sostienen difícilmente, el 5.''
francés y las fuerzas inglesas consignen avanzar por entre el 1." y 2" alemanes,
donde se ha producido un hueco y por él llegan a cruzar el Marne. gracias al
retroceso de Van Bulow. del que se echa buena parte "de la culpa al pesimismo
en apreciar la situación relativa del teniente coronel delegado del E. M. de
Moltke. cosa que obliga al repliegue sobre el Aisne de los 1." y 2.^ alemanes, v
sucesivamente detrás del Vesle de sus demás Ejércitos. Disposiciones que se
completan el 1!) de setiembre y siguientes del cumplimiento del repliegue gene-
ral alemán, hasta que a partir del 17 de setiembre se sigue la "carrera al mar",
con que se terminará la guerra de movimiento.
Durante esos días, repetimos, combatieron todas las fuerzas aliadas (Ejér-
citos franceses, principalmente), contra lo más importante del Ejército ale-
mán, incluyendo los efectivos de Lorena, 1." y 2" franceses contra el Príncipe
de Baviera, 6." y /."'alemanes.
Si recordamos que la Infantería y Caballería alemanas eran más numero"
=as y estaban mejor armadas en ametralladoras, que las francesas, y que igual su-
perioridad se encontraba en la Artillería, parece algo inexplicable el resultado
logrado en este encuentro, y se ha de notar que había de sobrevenir una situa-
ción de choque general algo semejante, lo mismo si se hubiera emprendido la
conversión con el ala de maniobra más o menos reforzada, porque aplastar el
ala izquierda francesa fuera difícil, y casos,repetidos se dieron durante la con-
versión en que las iniciativas de sus mandos subordinados supieron sustraerse
a encerronas tácticas entre fuerzas alemanas superiores, sin que ello fuera obs-
táculo para que también supieran empeñarse a fondo esas fracciones, cuando
llegó la acción de conjunto en la batalla del Marne.
Pero esta incuestionable aptitud dei Mando francés no lo explica todo,
puesto que le cierto es que se llegó al choque de las dos masas convenientemente
desplegadas y el lapsus de Von Kluck, adelantándose con su primer Ejército y
dejaudo insuficientemente cubierto el flanco derecho alemán, no es causa bas-
tante (no obstante su indudable influencia), para que, con superioridad nu-
Boletín de Informaciones
mérica y de armamento explique el retroceso alemán, ya que la situación táctica
dd 1.' alemán el día 9 se había restablecido, quizás con alguna ventaja sobre
sus contrincantes.
Tampoco explica el caso suficientemente la aparente precipitación de la
orden de repliegue de Bulow a su 2" Ejército imbuido por el pesimismo del
teniente coronel enviado por Von Moltke.
Es indudable hi presión furiosa a que se 'Hallaron sujetos tocios los Eiéjcilos
franceses y más particularmente los 9', 4.'' y 3." durante aquellos días; pero no
es menos cierto, a nuestro modesto entender, que el daño recibido por los Ejér-
citos alemanes durante e! mismo tiempo era muy superior a lo que se ha pre-
tendido describir por cuantos nos relataron aquella batalla, y la razón hay qus
buscarla con otros argumentos que no figuran completamente en claro en tales
descripciones.
Para ello hay que tener presente que lo variado de !a guerra engendra si-
tuaciones que son realmente difíciles de prever.
liemos dicho que el Ejercito alemán estaba mejor armado que el francés,
en su Infantería, Caballería y Artillería; pero por lo que respecta a esta última
arma había alge paradójico antes y aún después de la guerra de movimiento.
Existía, es cierto, una superioridad numérica considerable de cañones ais-
manes de campaña. Véanse cifras al estallar la guerra.
ALEMANIA. — 5.000 cañones de 77. — 2.000 obuses pesados, morteros
y cañones ligeros. — 1.500 obuses ligeros.
FRANCIA. — 4.000 cañones de 75. — 300 cañones Artillería pesada de
campaña.
Pero..-. En el Cuerpo de Ejército francés de dos Divisiones había 120
cañones de 75 repartidos en dos Regimientos divisionarios a nueve baterías de
cuatro piezas, o sean 36 piezas por División, más 12 baterías de cuatro piezas
de Cuerpo de Ejército, o sean 48, que suman las 120 piezas de Campaña de
75 m/m.
En el Cuerpo alemán no había más de 108 piezas de 77, repartidas en nueve
baterías de seis piezas, con lo que el cañón ligero de campaña, en la suma de
los dos Regimientos está en inferioridad de número en el alemán. Y todavía más
en el de baterías, uues que teniendo 30 en el francés sólo hay 18 en el alemán.
Como la batería francesa de cuatro piezas casi equivale en tiro a la alemana
porque el 75 es cañón más preciso en alcance y dirección, de servicio más fácil,
de mayor alcance y bastante mejor municionado, pues se debe de tener presente
que a! llevar cada batería consigo su primer y segundo escalón, más los parques
proporcionados, resulta mucho más dotada la pieza francesa que la alemana, y
todavía podría añadirse la pericia del personal, más técnico el francés durante
6 Boletín de Informaciones

este período de la campaña. Así tuvieron ios franceses superioridad en ia Ar-


tillería ligera.
Indudablemente, en contra de semejante abundancia de Artillería ligera,
cada División francesa no contaba absolutamente con nada de Artillería pesada,
mientras que la alemana tenia 18 obuses ligeros de 105 m/m, de material muy
moderno, y a esto hay que agregar que el Cuerpo de Ejército contaba con 16
obuses pesados de 150 m/m. también de excelente material, sin contar con la
Artillería pesada de Ejército (cañones largos de calibre y alcances variables) ;
pero, descontando la Artillería semipesada, en la guerra de movimiento, la pe-
sada quedaba generalmente atrás, no llegando a tiempo casi nunca Jas piezas, y
puede decirse que nunca las municiones, y aún de la semipesada hay que decir
algo parecido, pues no se debe de olvidar que, asi como el carro del cañón del
75 lleva 96 disparos, los del obús de 105 no suelen llevar más de 42 (menos de
la mitad), y los 155, no pasan de 24, y como en la guerra de movimiento, ade-
más de tirar con precisión es necesario tirar mucho, y generalmente en esas
batallas campales la fortificación entraba por poco, resulta que la excelente
Artillería semipesada de obuses de 105 tiene un rendimiento de movilidad de
munición escaso comparado con el del cañón 75.
Falta tratar de comparar ia munición. Entre dos proyectiles dé acero de
pequeña diferencia de calibres, rinde más el de mayor carga explosiva, a igual
de calidad, en mayor cociente de peso de carga por peso de proyectil.
Pesando 5,2 Ug. el de 75, y 0,65 su carga, el rendimiento o cociente era,
aproximadamente, 0,13; y pesando 6,8 kg-. el 77 alemán y su carga 0,16, el
rendimiento o cociente era 0,025, aproximadamente, muy inferior al francés.
Si a esto agregamos que el 75 tenía una mayor velocidad remanente del
proyectil y de los balines, con mayor poder para vulnerar, como consecuencia
de pesar 12 gramos cada uno y el alemán 10, y aún mayor profundidad del haz
(mayor espacio batido), se comprenderá que tratándose de la batalla hasta la
del Marne inclusive, donde se consumió de una y otra parte toda la munición
de Artillería fabricada en la paz para la guerra, resultaba Alemania en una infe-
rioridad práctica y total de su Artillería de campaña muy sensible.
La doctrina táctica de ambos contendientes estaba inspirada en una ofen-
siva decidida, disculpable del lado alemán que creía hallarse amparado por una
. superioridad "considerable de fuegos, cuando realmente debióle pasar lo con-
trario. Del 70 al 80 por 100 de las pérdidas fueron allí ocasionadas por la Ar-
tillería que segaba, materialmente, los batallones, escuadrones y baterías, bas-
tando, en muchas'ocasiones, breves minutos de fuego para reducir Regimientos
enteros a la impotencia.
Es sólo con estas consideraciones cómo puede explicarse el fracaso alemán
:<h la batalla del.'Marne, en !a que encontraron grave quebranto, por insuficien-
Boletín de Informaciones
cía de medios adecuados en su misma.constitución.orgánica, y también como
consecuencia del plan estratégico de amplia conversión y larga línea de opera-
ciones expuesta al retraso de los transportes.
La primera gran batalla del primer ciclo de la guerra fue un terrible duelo
de las Artillerías ligeras en e¡ que probablemente llevó la mejor parte el 75.
Véase cómo muchas veces se desprecian cosas que parecen de una evidente in-
ferioridad, cuando han de resultar decisivamente mejores. La influencia de los
medios puestos en práctica para la consecución de un fin obliga a estudiarlos
con el mayor cuidado.
A partir del 17 de setiembre, consumidas las existencias de municiones, se
busca desbordar al contrario y se llega al mar para enterrarse en posiciones
defensivas y paralelas. La ventaja de los obuses alemanes es una amenaza para
Francia; ésta cuenta, providencialmente con un completo sistema de cañones
de reserva, llamados Bange (más de 7.000 de variados calibres), además de
los 75. Esta Artillería llamada de sitio era de un modelo un poco anticuado,
pero de excelente acero y bien municionada. No tenía cureñas apropiadas para
el movimiento, ni para el tiro curvo; más poco a poco se modificará su afuste
y pasará actuar gran parte de ella como obuses largos. Ella fue la salvación
de Francia, aunque despectivamente, era llamada hasta entonces ''del Viejo
Sistema".
i Oh poder de las palabras! No se convence a una colectividad lo mismo
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Los servicios del Xmo. ejército durante las ofensivas
de 1916 en la Somme
POR EL

THEVENET
(TRADUCCIÓN DEL TTE. CNEL. G. B.)

Durante las grandes ofensivas de 1916 en la Somme, el Xmo. ejército, co-


mandado por el general Micheler, tenía su Cuartel General sobre el Avre, en
Moreuil, y su zona de operaciones se extendía hacia adelante desde Herleville,
en la vecindad inmediata de la gran ruta Amiens - Villers Bretonneux - Foucau-
court, hasta Marquég-lise, un poco al sur de Ressons sur Matz. A su izquierda
el VI ejército operaba a caballo sobre la Somme, frente a Peronne. ,A su dere-
cha, e! III ejército, que no tomaba parte en las ofensivas, ocupaba la región de
Compiegne.
Kacia mediados del otoño, cuando disminuyó la actividad de las operaciones,
el VI ejército fue retirado del frente. Su estado mayor fue enviado en descanso
a Breteuil; las tropas de este ejército que quedaron aún en el frente, asi como
también sus servicios y sus hospitales se afectaron al Xmo. ejército, el que, per
su costado norte, se halló en contacto inmediato con los ingleses. El Xmo.
ejército, que durante el verano había contado con una media de seis cuerpos ele
ejército, tuvo desde entonces diez, y el efectivo de las personas y animales a
racionar, se elevó a la enorme suma de 720.000 hombres y 260.000 caballos,
comprendiendo en ellos las tropas de etapas y los servicios.
El cuidado en satisfacer las necesidades de esta gran aglomeración de tropas
reunidas en un espacio relativamente reducido, quedaba a cargo de la Dirección
de Etapas y Servicios, que funcionaba en Moreuil, al lado del estado mayor del
ejército y en estrecha relación con él. La misión reglamentaria de esta direc-
ción era-elpreveer y asegurar los abastecimientos y evacuaciones, el de mante-
ner el enlace entre los servicios de Etapas y los servicios que iban con las tropas
de operaciones y el de ejercer el comando territorial en la zona de Etapas. De
hecho, como si la competencia de la Dirección de Etapas y Servicios fuera un¡-
10 Boletín de Informaciones

versal, es a ella que recurrían constantemente los cuerpos de ejército para re-
solver lo? problemas diarios nacidos de la misma prolongación de la guerra y
para "satisfacer todas las necesidades que ella imponía.
El general de división, Director de Etapas y Servicios, estaba con respecto
al general comandante del ejército en las mismas condiciones que los generales
comandantes de cuerpo de ejército; y, le daba las instrucciones, le comunicaba
laí órdenes de operaciones y lo tenia al corriente de los movimientos proyecta-
dos. Secundado por un estado mayor de una veintena de oficiales, tenía a sus
órdenes inmediatas los jefes de todos los servicios del ejército, como también
todas las tropas de Etapas; además, dependían de él los quince batallones de
instrucción de la clase de 1916 acantonados a retaguardia del frente.
El Estado Mayor de la Dirección de Etapas y Servicios estaba dividido en
cinco secciones.
La 1.* sección estaba encargada del registro, de la clasificación y de la ex-
pedición de ¡.oda la correspondencia; además se ocupaba de todo lo que se rela-
cionaba con la administración del Cuartel General, del personal, de la Justicia
Militar y de la reglamentación de la circulación.
La 2* sección se ocupaba del servicio de la Artillería y más particularmente
de los aprovisionamientos, reparaciones del material, arneses, etc.
La 3." sección,, encargada del servicio de Ingenieros, se ocupaba de los
aprovisionamientos de material, de los servicios de aguas y caminos y de la
construcción de barracas.
La 4.* sección, afectada más especialmente a los servicios de Intendencia,
se ocupaba de los aprovisionamientos en víveres, hombres y caballos, transportes
automóviles y de !a organización de las tropas de Etapas.
La 5/ sección, encargada de todo lo que se relacionaba con el servicio de
Sanidad, se ocupaba accesoriamente del vestuario, de los prisioneros de guerra,
del servicio veterinario, etc.
En fin, una subsección especial estaba encargada de la inspección de los de-
pósitos de caballos enfermos.
Los jefes.de los grandes servicios, colocados a órdenes del genera! Director
de Etapas y Servicios, eran el Intendente en jefe, el Médico en jefe, los Directo-
res de la Artillería y de los Ingenieros de Etapas, los jefes de la Gendarmería,
de la Telegrafía Militar, del Servicio Veterinario y del Servicio de la Tesore-
ría y de Correo. Estos Jefes de Servicios ejercían su acción sobre todos los
servicios del ejército, tanto en las formaciones de la zona avanzada como en los
¡servicios de Etapas, con excepción de los servicios de la Artillería y de Ingenie-
ros de la zona avanzada y del servicio Telegráfico de 1.* línea.
Boletín de Informaciones 11.

I.as tropas de Etapas estaban encargadas en asegurar, en una zona que iba
desde el frente hasta la extrema retaguardia, los servicios más diversos: cons-
trucción y conservación de los caminos, descargas y demás operaciones en las
estaciones, manutenciones en los depósitos de municiones, reparación y conser-
vación del material, transporte de heridos, construcción de barracas, servicio
de aguas, servicio de los depósitos de caballos enfermos, servicio de guar-
dia, etc.
La importancia de estos servicios era tal, que absorvían un total de 1.200
Oficiales y 40.000 individuos de tropa. Su diversidad, unida a la naturaleza a
menudo temporaria de los trabajos a efectuar en puntos determinados, obligaba
a ias tropas de Etapas a frecuentes desplazamientos y obligaba a cada instante
agrupamientos reglados por la Dirección de Etapas y Servicios. Estos agrupa-
mientos estaban afectados, según las necesidades y a efecto de la ejecución de sus
misiones, a órganos de comando colocados bajo las órdenes de comandantes de
Etapas. Mayores de Zonas, Mayores de acantonamientos, o Mayores de esta-
ción. El vaivén continuo de las tropas de Etapas, sus relevos y las mutaciones
que se realizaban constantemente en sus unidades hacían muy difícil y compli-
cada ia administración de estas tropas.
No entra<en el cuadro muy limitado de este estudio el pasar revista al fun-
cionamiento de todos los órganos de la D. E. S. Nos concretaremos a exponer,
en lineas generales, los correspondientes a los transportes y a los servicies de la
Artillería, de Ingenieros, de Abastecimientos v de Evacuaciones.

Las ofensivas francesas en el Somme fueron decididas, en principio, du-


rante el correr del mes de Marzo como respuesta a los ataques alemanes contra
Verdún. El plan de operaciones fue elaborado inmediatamente y el trabajo de
preparación del terreno de los futuros combates comenzó sin interrupción. Las
vías férreas existentes fueron arregladas, de manera de poder satisfacer un
tráfico intenso, se establecieron nuevas vías y, sobre unas y otras se construye-
ron desembacaderos. Se construyeron baterías con sus almacenes y abrigos;
se constituyeron depósitos de material largamente aprovisionados en municio-
nes,, en útiles, etc.; se instalaron parques y talleres de reparación para la Arti-
llería, Ingenieros y Aviación; se crearon o se arreglaron campos, acantona-
mientos y hospitales; se unieron los depósitos a las baterías por medio de vías
de 0 m 60, etc. Estos trabajos de arreglo ocuparon los meses de abril, mayo y
junio, y las operaciones comenzaron el 1." de julio, cuando dichos trabajos esta-
ban casi terminados.
12 Boletín de Informaciones

En el curso de las operaciones, el X Ejército disponía como línea principal


de comunicación la vía férrea París Crépy - en " Valois estrées - Saint - Derris
?\Tontdidi'er Moreui! y su estación reguladora se hallaba instalada en Bourget.
El VI Ejército disponía de la vía férrea Paris Creií Saint - Just - en - Chaussée
Amiens Villers - Bretonneux; su estación reguladora estaba instalada en Crie!
con anexo en Longueau. Cuando el VI Ejército fue retirado del frente en el
otoñe, el X Ejército tuvo a su disposición las dos lineas de comunicaciones:
París Amiens. y Paris Crépy Montdiclier, como también las dos estaciones re-
guladoras de Creíl y Le Bourget.
Fuera de las vías férreas existentes, fueron construidas por las tropas de
ferrocarrileros otras vías férreas normales simples, sólidamente establecidas con
débiles rampas, a objeto servir las partes del frente sobre las cuales estaban
previstas concentraciones de tropas de acuerdo con el plan de operaciones. Es-
tas vías especiales se unían en sus dos extremidades con las líneas de la red
permanente y formaban así circuitos en los cuales la circulación en un solo sen-
tido permitía realizar tráficos intensivos con trenes de 500 toneladas. Tales
eran, cerca de Montdidier, la línea de L^Ployron Piennes Faverolles y más ai
norte la linea Moreuil Méziéres Cayeux Wiencourt.
En estas líneas permanentes o improvisadas se unían todavía largos ten-
táculos destinados a servir puntos importantes situados fuera del circuito, como
Boulogne - la - Grasse Ligniéres Le Quesnel Cerisy - GaÜly Proyart, abriéndose
en ciertos lugares en forma de espiga, para el tiro de la artillería pesada sobre
vía férrea. Por último, el ferrocarril de trocha angosta de Montdidier a Han-
gesten - en .- Santerre había sido transformado en línea a trocha normal.
El conjunto del teatro de operaciones estaba pues servido por una red muy
completa de vías normales, prolongadas, ellas hacia muchos puntos por vías de
0 m 60 que se desarrollaban hasta la proximidad inmediata del frente ocupado
por las tropas de primera línea. Las estaciones de abastecimiento, los desem-
barcaderos, los grandes depósitos de aprovisionamientos y un cierto número de
hospitales estaban instalados sobre esta red.
Las des estaciones reguladoras de Crei! y Le Bourget servían a la vez de
estaciones de recepción para todo lo que venía del interior con destino a los
ejércitos, de estaciones de separación y de expedición para todo lo'que debía
ser reexpedido hacia los diferentes lugares del frente. Dsempeñaban un roí
análogo, pero a la inversa., para las expediciones de la zona avanzada hacia el
interior del país.
La estación de Le Bourget que sirvió al X Ejército durante el período
más activo de las operaciones, era sobre todo una estación de tránsito admira-
blemente equipada bajo el punto de vista ferroviario. Sus numerosos haces de
Boletín de Informaciones 13
separación y de garage permitían asegurar la recepción simultánea de envíos
de ¡oda naturaleza, su separación y la formación de numerosos trenes de abaste-
cimiento, como también la preparación de elementes improvisados rodantes para
llevar víveres y municiones. Por el contrario, los servicios que dependían de la
estación reguladora (Intendencia, Sanidad, Artillería, Ingenieros, Aviación)
estaban allí someramente organizados y no disponían de almacenes que permitie-
ran una acumulación grande de mercaderías. I.o inverso se producía en la esta-
ción de Creil que estaba provista largamente de aprovisionamientos de toda na-
turaleza, pero cuyos recursos de vías de ensanche dejaban mucho que desear.
Cada ejército tenía la libre disposición:de ciertos trenes que circulaban por
las líneas de comunicación. Le estaban atribuidos estos trenes, pero no podía
inmiscuirse el ejército en el funcionamiento del servicio de ferrocarriles. El
gráfico de marcha establecido para cada linea preveía a este efecto un cierto
número de viajes puestos a la disposición exclusiva del ejército. De estos via-
íes. unos eran utilizados por cada estación reguladora a objeto de organizar tre-
nes regulares que partían cada día a una hora fija como los trenes normales de
explotación. Los otros viajes estaban reservados para los trenes facultativos
que ¡as comisiones de estaciones hacían marchar mientras era necesario y que
les servían para realizar los transportes eventuales de grandes aprovisionamien-
tos, de grueso maíerial y municiones.
Un ejército de 30.000 hombres necesitaban 25 a 30 trenes por día a fin de
asegurar sus necesidades normales durante los periodos de actividad reducida
que separaban los momentos de actividad intensiva; pero la intensidad del trá-
fico aumentaba en proporciones enormes durante los períodos de operaciones.
El número de trenes alcanzaba a veces hasta el doble del número normal. Se
puede pues hacerse una idea de la importancia del tráfico que era necesario para
el abastecimiento del X Ejército, cuando hacia fines del año 1916, llegó a tener
más del doble de sus efectivos anteriores y que hubo que atribuirle dos lineas de
comunicaciones distintas y dos estaciones reguladoras.
El transporte entre las estaciones y las tropas o los depósitos se efectuaba,
con el concurso del ferrocarril a trocha angosta, por medio de carros a tracción
a sangre y tracción mecánica. Los primeros servían sobre todo para los apro-
visionamientos diarios en víveres cuando las estaciones estaban un poco distan-
tes de los acantonamientos; pero era necesario el concurso de camiones auto-
móviles, cuando las distancias se alargaban o cuando se trataba de transportar
rápidamente las cantidades enormes de municiones y de material pesado que
afluían a ciertas estaciones.
El servicio automóvil del Ejército disponía de coches de turismo más espe-
cialmente afectados a los Estados Mavores v a los diversos órganos del coman-
14 Boletín de Informaciones
de y ele camiones automóviles que podían cargar de 3 a 5 toneladas a la velocidad
de 12 a 15 kms. por hora. Los camiones estaban distribuidos en secciones de
transporte de 15 a 20, sirviendo unos para efectuar el abastecimiento de convo-
yes, parques de artillería y depósitos, como también las evacuaciones: mientras
fjne los otros efectuaban mi servicio ininterrumpido de "vaivén"' entre el frente
y los campos o acantonamientos de la Zona de Etapas a objeto de proceder al
relevo de las tropas, y llevar las que estaban en descanso a la primera línea.
El número de automóviles afectados al X Ejército era normalmente de
unos 2.000 y se aumentó hasta 4.000 durante ciertos períodos. I,a circulación
de estos vehículos en ciertas partes del frente era tan intensa que hubo necesidad
de reservar caminos especiales para el pasaje exclusivo de los automóviles y de
reglar los movimientos en estos caminos por una Comisión Reguladora. Tal era
el camino Amiens Villers ~ Bretonneux Foucaucourt, en el cual circulaba sin
interrupción una doble fila de vehículos que se sucedían en ambos sentidos.
Este enorme material en funcionamiento casi permanente necesitaba una
gran conservación y frecuentes reparaciones. El servicio automóvil disponía
a este efecto de secciones de parque que había instalado en Montdidier y en
Abbeville en usinas de construcciones mecánicas. Estas secciones bien provis-
tas de materiales y que disponían de un numeroso personal, estaban provistas
de almacenes, piezas de recambio, aprovisionamientos diversos y vehículos de
reemplazo.
Partes y Proclamas Militares
GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

Iniciamos, con este número la publicación de los partes de bata-


lla y de otras acciones militares libradas en la época de la Indepen-
dencia.
Dada la dificultad en poderlos transcribir, tomados directamente
del original, — puesto que solamente algunos de ellos se custodian
en el Archivo del Estado Mayor del Ejército, estando otros distri-
buidos en los demás archivos nacionales, y no pocos en los archivos
de la Nación Argentina, — recurrimos, para poder cumplir esta ini-
ciativa en la mejor forma posible, a tomarlos, indistintamente: de las
obras históricas en circulación, de los trabajos de investigación y
monografías históricas hechos por personas de notoria versación en
la materia, o de Institutos o asociaciones competentes, etc., etc. y
de los documentos existentes en el Archivo de este Estado Mayor;
re uniendo los en orden cronológico y haciendo al pié de cada uno.
expresa mención de origen.
Precederá a Cada parte o proclama una muy breve y sintética
exposición de la situación, en el momento en que se libraron las ac-
ciones de guerra, que serán conocidas, mediante los mencionados
partes.
Cuando hayamos terminado con la publicación de los partes, ha-
remos lo propio con las proclamas militares dirigidas a los Ejércitos
de la Patria, por los comandantes de las fuerzas patriotas o por los
directores de la Guerra de la Independencia Nacional.

Ttc. Cncl. O. V. L.

Sometimiento de la Villa de Santo Domingo de Soriano


De entre las varias versiones, más o menos coincindentes, ya que histórica-
mente no está aclarada la gestación del primer movimiento emancipador, toma-
mos la siguiente: El alférez de Blandenguez don Ramón (o Román) Fernán-
dez, se hallaba de guarnición en Mercedes, con 22 hombres de caballería, desde
el mes de Diciembre de 1810.
16 Boletín de Informaciones

Hl '¿A de Febrero de 1811. apercibió los primeros síntomas de la Revolución


en ciernes y convino con don Pedro Viera, el reclutamiento de los patriotas de
la región, con quienes iría a hacer causa común abandonando el servicio español.
El 28 de Febrero, reunido, en las costas del arroyo Ascencio un buen contingen-
te de paisanos adictos a la causa de la Revolución, se decidió iniciar las hostili-
dades contra los realistas, y fue Víera a quien Fernández había nombrado por
su segundo, el comisionado para intimar la rendición de la Villa de Santo Do-
mingo de Sonano, lo que cumplió, presentándose a las tres de la tarde de ese
día y haciendo llegar al Cabildo, la siguiente intimación:
"Hallándome con órdenes rigurosas para atacar y destruir los pueblos de
" esta Banda que no quieran seguir a la justa causa de Buenos Aires, y teniendo
" ya mi Cuartel General en la Capilla Nueva de Mercedes que se me entreg"ó
" la mañana del día de hoy, sin oposición alguna, en vista de asegurarle sus pro-
" piedades y vidas, pues no es partida de salteadores, como se ha divulgado por
" estos destinos, mediante lo cual se ha de servir V. S. franquear sin oposición
" alguna ese pueblo a imitación de éste, pues de lo contrario doy orden a mi
'' segundo don Pedro Viera, para que entre asolando y sin dar cuartel a nadie,
" como guerra formal, siendo ésta mi primera y última reconvención, a fin de
" obviar efusión de sangre, de lo que hago a V. S. desde ya responsable.
"Dios guarde a V. S. muchos años".

"Cuartel General en Mercedes, 28 de febrero de 1811".

RAMÓN FERNANDEZ.

"Señor Cabildo, Justicia y Regimiento del pueblo de Santo Domingo Soriano".

El Cabildo resolvió que ''habiendo tratado y consultado con el señor Co-


" mandante Militar de esta Villa, don Benito López de los Ríos, unísonos y con-
" formes, no teniendo fuerza con qué resistirnos, accedimos a que se posesionase
'"' de la Villa, don Pedro Viera, Comandante del Ejército que arriba expresa.
" con la condición de asegurarnos lo que en el oficio se contiene".

(Esta acta, con la transcripción de le intimación de


Fernandez figura inserta en el Libro Segundo de acuer-
dos del Cabildo de Soriano, existente en el Archivo Nar
ció nal).
Boletín de Informaciones 17

Msnsaje de Ramón Fernandez a un jefe patriota


Con igual fecha del 28 de Febrero de 1811, se dirigió Fernandez a don José
Artigas, entonces en Negoyá, jurisdicción de Santa Fé, Argentina, haciéndole
conocer los sucesos y pidiéndole auxilios de tropa.
El 1.* de Marzo, Fernandez se dirigió a la junta Revolucionaria de Bue-
nos Aires, pidiéndole también auxilios de tropa, armamento y municiones.
El 2 de Marzo despachó un chasque, con orden de entregar al primer jefe
patriota que encontrase, el siguiente mensaje:

" Hallándome en este pueblo de Mercedes, con un corto número de gente,


" que no lle^a a trescientos hombres de este vecindario, he sorprendido este pue-
" hlo y el de Santo Domingo Soriano. el día 28 del pasado febrero, y conside-
" rándome con pocas fuerzas para sostenerme a favor de la causa justa de Bue-
" nos Aires, suplico a cualesquiera de los jefes que se les presentare ésta, no
"' sólo me auxilien con la gente que prontamente puedan, sino es también que
" den este mismo parte al general de las tropas del Norte, el excelentísimo se-
" ñor don Manuel Belgrano Pérez, a fin de que determine el auxiliarme con la
"' prontitud que se requiere, por estar expuesto, medíante la corta distancia que
" media desde este punto a Montevideo, quedando confiado solamente en los
" prontos auxilios de vuestra merced para poder continuar y sostener con el
" tesón que me he propuesto, esta empresa".
"Dios guarde a vuestra merced muchos años".

"Cuartel General del pueblo de Mercedes y marzo 2 de 1811".

RAMÓN FERNANDEZ.

(Archivo General de la Nación Argentina). —


(Transcripto en la obra "Artigas" por Setembrino E.
Pereda. — Tomo I " pág. 148 — Edición 1930).

Este mensaje fue recibido por don Francisco Pedruelo, Comandante de la


Villa de Belén, el día 4 de Marzo; quien procedió de conformidad con el petito-
rio de Fernandez, dirigiéndose a marchas forzadas al encuentro de Ramón Fer-
nadez; a la vez que comunicaba lo acaecido al general Belgrano, quien en esos
momentos tenía su Cuartel General en la Candelaria, (márgenes del rio
Paraná).
18 Boletín de Informaciones

El Comandante Pedruelo, da parte a la Junta de Buenos


Aires, de que se dirige a marchas forzadas a
auxiliar a Ramón Fernandez
Dice el parte:

"Excelentísimo señor":
''Al momento que caminaba con todo este vecindario a reforzar el ejército
''' del excelentísimo señor clon Manuel Belgrano, recibo el oficio y carta que
*' en copia acompaño a V. E. y creyendo que esta necesidad es más urgente, me
" dirijo a marchas dobles a sostener esta empresa avisando a V. E. para su
" conocimiento".
"Dios Guarde a V. E. muchos años".

"Villa de Belén, 4 de Marzo de 1811".

FRANCISCO PEDRUELO.

Señor Presidente y Vocales de la Suprema Junta de Buenos Aires.

(Archivo de la Nación Argentina). — (Transcripto


en.la obra "Artigas" por Setembrino E. Pereda. — Tomo
1 -pág. 149 -Edición 1930). '

Rendición del Pueblo del Colla


El 9 de Abril de 1811. Artigas, de regreso de Buenos Aires, desembarcaba
en el Departamento de la Colonia, dirigiéndose a la Calera de la Huérfanas,
donde fue reconocido y proclamado "Primer Jefe de los Orientales".
Desde e?e momento, todas las fuerzas patriotas comenzaron a moverse y a
operar conforme a las órdenes de Artigas.
No obstante, el 20 de Abril, el comandante Venancio Benavidez, cabo que
fue de las Milicias de Soriano, asumiendo de por si una importancia fuera de
medida, opera sobre el Pueblo del Colla, departamento de Colonia y rinde a su
guarnición sin derramamiento de sangre, dando parte de ello al general Bel-
grano, ahora acampado en el arroyo de la China (parte occidental del Uru-
guay) a quien reconoce como general en jefe, y a Artigas, solo como segundo
General interino.
Boletín de Informaciones 19

Dice el parte:

'•' Habiendo salido del arroyo de San Juan el día 20 de este mes, con direc-
ción al pueblo del Colla, me presenté en sus orillas el mismo día, como a las
"' cinco de la tarde, con el fin de sujetarlo a las órdenes de esa superioridad. Mi
" gente estaba enteramente entusiasmada, deseando cuanto antes manifestar su
" valor y patriotismo; y aprovechando su disposición, intimé, sin demora si:
" rendición, según consta de los adjuntos parlamentos, la que se consiguió sin
'' sangre, no obstante la tenacidad que manifestaron al principio, entregando
" todos indistintamente sus armas.
" El alférez don Pablo Martínez, que hacia de Comandante Militar, vino an-
" tes de rendirse, y acercándose a mí, verbalmente me dijo: que él desde luego
'•' se entregaría si lo dejaba con sus honores y al mismo tiempo dejaba libres a
" sus soldados y europeos, a lo que contesté igualmente de palabra, que yo de
'"' ningún modo accedía, ni podía acceder a su petición indiscreta, y que en esa
'•' virtud se fuese inmediatamente a disponer su gente, porque yo pasaba luego a
" atacarla, y entonces, viendo que no se les andaba con contemplaciones, se en-
" tregaron a discreción.
" Los parlamentarios fueron el ayudante mayor don José Antonio Pereira
•' y su segundo don Juan Tesé Ferreira, mientras don León Díaz y el ayudante
'"' de órdenes don Tomás Torres se empleaban en disponer y preparar la tropa
'" del modo que convenia.
•' Los presos europeos y soldados prisioneros se los remití al segundo ge-
"' neral interino don José Artigas, con una lista de todos ellos, cuya copia man-
" tengo en mi poder para cuando la excelentísima Junta o V. E. ordene se la
" manifieste.
" Todo lo que hago presente a V. E., en virtud del mandato que ejerzo en
" nombre de la excelentísima Junta, aguardando al mismo tiempo disponga de
" mi en cuanto me juzgue útil y conveniente a la patria, pues deseo cooperar
" con mi propia vida al éxito de nuestra empresa.
" Dios guarde a V. E. muchos años.

•; Pueblo de Colla, abril 21 de 1811".

VENANCIO BENAVIDEZ.

'' Señor general en jefe don Manuel Belgrano".

(Transcripto en la obra "Artigas" por Sctcmbrino


E. Pereda. - Tomo I - Pág. 163, 164 - Edición 1930).
20 Boletín de Informaciones .

Comlbates del Paso del Rey y San José


Artigas, situado en ¡a Capilla Nueva de Mercedes y cumpliendo su plan de
cercar a los realistas en la plaza de Montevideo, puso a órdenes de su primo her-
mano Manuel Antonio., a las fuerzas reunidas por Bartolomé. Miguel y Ramón
Quintero y Marcos y Baltasar Vargas, con el fin de constituir un destacamento
de vanguardia que fuera despejando el camino hacia Montevideo. En cumpli-
miento de dicha misión, las fuerzas de Manuel Antonio Artigas se dirigieron
a ¡a Villa de San losé, entonces guarnecida por tropas realistas.
El 21 de Abril de 1811, los patriotas encuentran a los realistas en el Paso
del Rey (Rio San José) antes de llegar a la Villa, Libran empeñoso combate
y ios realistas se ven obligados a batirse en retirada buscando protección en el
pueblo, organizado apresuradamente para la defensa.
I.a noche interrumpió las actividades. Al día siguiente se ataca la Villa,
cayendo herido el comandante de las fuerzas patriotas, Manuel Antonio Artigas,
ocupando su puesto Bartolomé Quintero. Los realistas desalojan el pueblo,
cambatiendo en retirada. En estas circunstancias reciben refuerzos que les
llegan de Montevideo, contraatacan y los patriotas se ven forzados a abandonar
'a población, pero rodeándola, solicitan refuerzos y esperan, hostilizando de con-
tinuo al enemigo.
El 24 de Abril, por la tarde, llega Venancio Benavidez, se hace cargo de las
fuerzas patriotas sitiadoras, y el 25 a las 8 de la mañana, organiza un ataque
general "por los cuatro costados".
Del resultado de esta operación, dá parte Benavidez en la siguiente forma:
- Excmo. Sor. Habiendo dexado rendido el Pueblo del Colla segn , tengo
''manifestado a V. E. en mi anterior oficio en ul que le insinuó el número
;
de los presos Europeos, y Soldados prisioneros que remití bien custodiados
' a la Capilla nueva a ln disposición del 2o General Interino Dn José'f Arti-
;
gas; pasé con toda mi gente directamente a -Su. Joséf. con el fin de redu-
;
cirio, y sugetarlo, a las órdenes y bajo las disposiciones de ntro. sabio y
'Superior Gobierno llegué a dicho. Pueblo de Sn. Jph. el 24 del presente,
;
y puesto al frente de el, determiné según las acostumbradas formalidades
'mandar el adjunto Parlamento, habiendo sido su conductor mi Ayudante
;
de ordenes. Do Tomas Torres, quién hixo esta diligencia con el mayor
'empeño, valor y entereza, habiéndoseme contestado del modo qe. V. E. verá
' pr. el adjunto, quise positivamente en aquel acto atacarlos, pero me con-
' tuvo el motivo de reconocer que pronto nos iba a anochecer, y que estaba
' seguramte. espuesto a que se me frustasen mis proyectos; por fin viendo
"la tenacidad de esta gente, dimanada del corto refuerzo qe. el 24 les
t:
había llggado-di' jVIonte\K>. cuyo número era de 37 hombres: dispuse el
Boletín de Informaciones 21

'• 25 atacarlos pr. los cuatro costados : el fuego fue muy activo pues empezó
í:
a las ocho de la mañana, y cesó a las doce, habiendo sido este fuego tan
'•'• seguido, que no hubo en esta cuatro horas intermedio de tres minutos.
" de ntra. parte, no hubo ningún muerto, solo sí nueve heridos de estos
" nueve, uno de mucho peligro, de los contrarios hubo tres muertos, y diez
" heridos, de estos diez uno de grave peligro:; pr último viendo los con-
" trarios que no podían de ningún modo vencernos, y qe. mandé tocar ata-
" que, en el acto que Íbamos avalizando, intentaron ellos, o hicieron señal
" de parlamento, no hice caso ninguno de él, seguimos avanzando sin cesar
" eu este instante el fuego de una, y otra parte; avanzaron Sor. los nues:
" tros con tal valor, y orden, que <;n menos de ocho minutos, me apoderé de
"los principales puntos, qe. ellos ocupaban; ganamos primeramt0. las azoteas,
"y en seguida la Artillería, todo casi a un mismo tiempo, la artillería de
"Jos contrarios, constaba de un cañón de a 24, el que tenia colocado en una
"de las boca-calles de la Plaza y hacia el Norte, y al Sud tenían otro de
"a 4, que era lo que nos incomodaba bastantemente; pues si no hubiera
"sido esta fuerza tan superior, que tenían, mas pronto los hubiera derrotado,
"sin mas armas de nuestra parte que los Fusiles, pues es la única fuerza
" qe. tenemos hasta ahora qe. nos habilitamos.
"Después de derrotado los contrarios, y rendidos pr. fuerza del valor
" de mis Oficiales y soldados, pasé luego al reconocimiento del Pueblo-
"encontré la mayor parte de las boca calles sanjeadas, y en otras trincheras
"de carretas, que habían puesto para auxilio de su fortaleza: en la Iglesia
"tenían ellos su Cuartel, y sin respetar el lugar tan sagrado qe. es éste,
"observé que lita, carne tenían colgada en ella ni aun esto dejo de hacer
'•presente a V. E. para qe. vea hasta e¡ extremo qe. llega la irreligiosidad
"de estos picaros rebeldes.
"Los Sres. Oficiales qe. hta. el último ni o acompañaron y en su defensa
"y patriotismo manifestaron su grande valor fueron el Sor. Cap". Man1 .
'•Artigas, quién vino por comisión de Dn. Jpli. Artigas de Comaud'e. de
"División; le tocó a este Comanda16, una bala en un pié, no está de
" peligro, pero se halla bastante malo — Dn. Ignacio Barrios, Capitán de
c:
Milicias — el Ayudante Dn. Ramón Pérez, Alférez del Cuerpo del Blan-
" demR. Du. Francisco Reguello Thent6. de milicias Du. Baltasar Vargas.
" Cap n . de Milicias Dn. Bartolomé Quinteros Cap". id Frau co . Bicudo
"Cap", de id. Dn. Blas Uiloa Tente. Dn. Miguel Herrado Alférez, abande-
" railo — Alférez Dn. Maní. Basavilbaso — Cap11. Dn. Jph Martín de

Olivera — Dn. Juan Autlres Rodríguez — Alfz. Dn. Juan Ximenez —
" Tente. Du. Juau Ponce de León — Alférez Dn. Dionisio Camacho — Ca-
" pitan Dn. Diego Mansanti — Teute. Dn. Joaquín Fuentes Tente. Dn.
"Antonio Bove — Cap. Dn. Tomal Méndez — Tente. Salvador Méndez —
"Alférez Dn. Lorenzo Franco — Capn, j)Ut Basilio Cabral — Alfz. Dn.
Boletín de Informaciones

*'Tgn°. Nufiess — Cap". Dn. Jph. Gil Fernandez — Tente. Dan. Leonardo
í:
Fernandez — Alférez Dn. Josef. Ag n . Jíera — Alférez Dn. Melchor
''Rodríguez —• Capn. Dn. Jph. Acnsta — Tente. Dn. Manuel Camino —
"Alf z . Francisco Padrón — Capn . Dn. Teodoro Lezcano — Tente. Dn.
"Juan Salgado — Alférez Dn. Paulino Cabrera — Ayte. Maj'or Dn. Josuf.
"Antonio Ferreyra — Segdo. Dn. Juan Joséf Ferreyra — incluso ntro.
" Capellán Du. Manuel Antonio Fernandez, y ntro. Cirujano Dn. Gaspar
"González qe. nos siguieron y asistieron con la mayor eficacia.
"Por la adjunta Lista verá V. E. el número de Armas, soldados, pri-
sioneros, y presos Europeos qp- he remitido bien custodiados a la Capilla
"nueva a disposición del Sor. Gral. en Jefe Dn. Manuel. Belgrano. pa. q°. les
"dé el destino que corresponda, todo lo que hago presente a V. E. para
"que hecho cargo de lo obrado se sirva ordenarme lo qe. considere útil y
" convenga al servicio de la Patria y felicidad de nuestra empresa. "
Dios gue. a V. E. muchos años. "
."Pueblo de Su. José y. Abril 25 de 1811. Exmo. Sor. fdo. BENANCIO
"BENAVJDES.
" Exmo. Sor. Presidente, y princpl. representante, de la Exma. Junta
" de Bs. Ars."!
(Existente en copia en la División Historia y Arcih-
vo del Estado Mayor del Ejército) (Original cu el Ar-
chivo de la Nación Argentina).

Hay aquí una situación incongruente, que es la de Benavidez, dirigiéndose


a la Junta de Buenos Aires, cuando las fuerzas que sitiaban a San José, en e!
momento que llegó Benavidez. operaban por orden directa del Jefe de ios Orien-
tales.
En tan comprometida circunstancia, don Bartolomé Quintero, rindiendo
cuito al verdadero patriotismo, disciplina y subordinación que reclamaba la causa
de los Orientales,- cree de su deber, dar parte a Artigas, su único Jefe directo,
y lo hace en la siguiente forma:

" Señor .Comandante":

" Tengo tomado y ocupado hoy por segunda vez este pueblo de San José
por el rigor de las armas en varias ocasiones. El enemigo tenía en él dos pie-
zas de artillería, un cañón de a 18, montado en una especie de zorra y otro
de a 4, montado en su respectiva cureña, sus fosos y trincheras, y los solda-
rlos repartidos en ías azoteas del pueblo. Atrepellamos, sin embargo, al salir
el soi por el lado que mira al arroyo de San José, y destruida toda resistencia,
por un riguroso combate, entraron triunfantes las armas de la patria, s¡n más
Boletín de Informaciones 23

" desgracia de consideración, que haber sido herido gravemente en un pié el


'' capitán de America don Manuel Artigas.
" Luego que lo habíamos tomado, llegó un refuerzo considerable de Monte-
" vídeo al mando de dos tenientes coroneles, el edecán de don Javier Klío y el
" preboste, que formó un cuadro a pie con un cañón en medio, hasta que tomó
"' la villa, desalojada de antemano por nosotros, que salimos fuera, para sitiarlos
" Juego que entrasen y llegase a auxiliarnos don Venancio Benavídez.
" Así sucedió, y con su arribo, nuestra división, los blandengues y las tro-
'' pas voluntarias, atropellaron como leones a recuperar la pérdida y ganar, co-
'' mo lo hicieron, esta segunda batalla, que nos ha dejado quieta la posesicn de
Ll
este pueblo, y puede usted preguntar a esos mismos jefes que van prisioneros,
" la disposición. la energía y el valor con que los atacamos.
" No debo dejar de recomendar a los que se distinguieron en estas acciones,
" y le fueron el portaestandarte don Juan Gregorio Góngora, don Miguel Se-
" rrano, don José Pérez, don Marcelino Galván y don Isidoro Almirón, vecino
" de ésta, pues a pesar de que fue herido en el ombligo, luego que se le contuvo
" la herida con un pañuelo, atropello con más valor, sin que esto perjudique el
" conocido mérito de los demás sargentos, cabos y soldados que mandé, por-
'' que de ninguno tengo queja y se han portado todos con valor.
•' Concluido todo, ha tenido a bien el comandante don Venancio Benavidez,
" me hiciese cargo de los prisioneros de guerra, y asegurados en la iglesia de
" este pueblo, me hallo de guardia en ellos con la partida a mi mando.
"Dios guarde a V. E- muchos años".

"Pueblo de San José, 26 de abril de 1811",

BARTOLOMÉ QUINTERO-

" Señor comandante don José Artigas".

(Transcripto en la obra "Artigas" por Sctcmbrw.o


E. Pereda. - Tomo I - Pág. 174 - Edición 1930),

Los prisioneros realistas hechos en el combate


de San José
El General don Manuel Belgrano, quien de vuelta de su expedición militar
al Paraguay, se hallaba en Concepción del Uruguay, se trasladó el 21 de Abril
a la Capilla Nueva de Mercedes, manteniendo el cargo de General en Jefe de
las fuerzas que operaban en la Banda Oriental. . • .
24 Boletín de Informaciones

Pero el 2 de Mayo abandona este lugar, reclamado por la Junta de Buenos


Aires, a fin de que explicara ante ella, su conducta en la expedición al Paraguay.
Es en estas circunstancias que entra a ejercer interinamente el cargo de
General en Jefe, el coronel don José Rondeau., instalando su cuartel general en
Mercedes, en cuyo punto fecha las comunicaciones dirigidas a la Junta Guber-
nativa, enterándola de la marcha de la revolución en la Banda Oriental. Es
desde Mercedes que se dirige por oficio al Gobernador militar de Santa Fé
anunciándole la remisión de los prisioneros hechos en el Combate de San José,
que son los nominados en la siguiente,

"Lista de los prisioneros hechos por nuestras armas, en San José, con c.v-
" presión de clases, nombres y regimientos:

'• Comandantes: el teniente coronel don Joaquín Gayón y Bustamente.


"Urbanos: el teniente coronel graduado don Gaspar Sainpiere, el teniente
" coronel don Diego Herrera. Prófugos de Buenos Aires.
" Agregados a infantería: el teniente don Manuel Crespo, el ayudante don
*' Juan Cátala.
"De dicho Regimiento: .el sargento Esteban Rodríguez, el cabo I.'1 José
" Ramos.
" De Marina: el capellán don Gabriel Lóbrega.
" De voluntarios de Madrid: teniente don Miguel Bilches, sargento Fran-
" cisco Rodríguez, cabo Pedro Marul!, cadete don Rancisco Cea, soldados Juan
"' Elordi, Luis Rico, Cándido Arranti, José Yerey, Manuel Antonio Díaz. Al-
" berto Suárez, Andrés Leguate, Ventura Reguena, Tomás García, Antonio
" Moreno, León Saéz, Domingo Loizaga, Nicolás Iturralde. Andrés Delgado,
" Juan Rosas, Bernardo Alvarez, Antonio García, José I.indin. Con grillos,
" Pascual Sebredo, Juan Bautista Cortina, Martin Urriola, José María Lete,
" artillero Antonio Flores.
" Paisanos que por contrarios a la causa deben ser desterrados: Francisco
" Moreno, prófugo de Buenos Aires, Fernando Mayala, Juan Badillo, Andrés
'" Bierde, Manuel Martínez, Manuel Badiola, Antonio Tapia, José Mariscal.
" Otros que conviene destinarlos en las armas en los cuerpos de la Capital:
" José Baz, Ramón Ranülo, José Fernández, Miquel Guerrero, Cristóbal Sán-
41
chez, Benito Martínez, Antonio Flores, Bernardo Arria, Nicolás VallejQS,
" Gabriel Sierra, Domingo Castro, Tomás García, José Castañeda, Franco
" Larriera, Fernando Sellanes, José Sarasola, León Nicolás, Manuel Bergues,
" Luis González, José Arenas, Juan Igno Alcorta, Salvador Fons, José Fer-
" nández, Lorenzo Galdos, Agustín Zavala, Manuel Almandos, Juan Antonio
" Fígueroa, Felipe Iguarta, Pablo Herrera, José Garramendi, José Iyusqueta,
Boletín de Informaciones ' 25

" Franco, de Paula Muñoz, Antonio Arrichega, Franc. Luna, Juan Pereda,
" Dámaso Pereda, Mateo Pereda, Nicolás Mirses, Marcos Surdo y teniente
" cura de San José ir. Tomás Astrada.

'" Cuartel General de Mercedes, 5 de mayo de 1811".

JOSÉ RONDEAU.

Toma de ios pueblos de Minas, San Carlos


y. Maldonado
A los triunfes ya conseguidos por las armas patriotas, se fueron agregando
otros, y el entusiasmo cundía por toda la campaña, que muy pronto estaría toda
ella dominada por las fuerzas artiguistas.
En los mismos días en que los realistas eran derrotados en San José, el her-
mano fte Artigas, don Manuel Francisco, con los hombres reunidos en Maldona-
do, se posesiona de los pueblos de Minas, San Carlos y Maldonado.
He aquí el parte del Comandante Artigas:

" Tengo el honor de participar a V. E-, que penetrado de los sentimientos


'" que inspira el amor a la patria, salí el día 23 del pasado del arroyo de Casupá.
" con dirección a la villa c3e-MinasJ_cuvo pueblo tomamos después de-haber par-
" lamentado, el día 24,del mismo.
" Luego que recogimos aquí algunas armas y juramentados sus vecinos, se-
'' güimos nuestra marcha a la villa de San Carlos, en cuyas i n mediaciones en-
" contramos al capitán don Juan Correa con algunos patriotas vecinos, con lo
" que y sin la menor resistencia fuimos dueños de ella el dia 28. Al día siguien-
•" te, mandé de parlamento a don Pedro Pérez a la ciudad de Maldonado, la que
'• se rindió bajo las condiciones que hoy, por la estrechez del tiempo, no puedo
" acompañar a V. E.. como ni el pormenor de mis operaciones y particnlares-
" servicios de mis compañeros de armas. En este mismo día sale una fuerza
" armada a ocupar la fortaleza de Santa Teresa, sobre cuyo punto espero tener
" la misma suerte que en los demás que quedan bajo mis órdenes.
" El señor Viana no puede seguir en el mando de esta plaza por las acha-
" cosas circunstancias de su salud y por lo mismo, sólo queda en calidad de in-
" termo, el patriota don Juan Correa, hasta la superior disposición de V. E.
" El pueblo de San Carlos queda sin oficial comandante, por haber sacado de
*' este destino ai expresado Correa, a quien, por su patriotismo, había puesto a
" ¡3 cabeza de dicho pueblo, en lo militar.
26 Boletín de Informaciones
'"' Tengo bajo mis órdenes cerca de 300 hombres armados, aunque con mu-
'' cha escasez municionados, pero dentro de poco debo contar con rnáy gente,
" por las muchas armas que se recogen, y por los auxilios que espero de, y. I?.
" El entusiasmo crece y la voz de la justa causa que defendemos, ha pene-
'" trado los corazones de toda la campaña;, todos desean unirse, y formaremos
" en un escuadrón respetable.
1
A la mayor brevedad salgo con el grueso de mis fuerzas a incorporarme
" con una partida que tengo en Solis, y unidos volaremos, hasta el Pando y a
" aquellos destinos que miremos interesantes, con el objeto de estrechar a Mon-
" tevideo, cortándole los víveres y los auxilios que puedan por casualidad Ir
" brarse de la vigilancia de algunas otras partidas pequeñas.
" Hallándome sin un título legítimo que acredite la realidad de IDÍ comisión,
" es indispensable se me habilite de él para que me caracterice en toda la digni-
"' dad y energía que deben tener las capitulaciones y demás providencias que he
'"' dado desde mi entrada al pueblo de Minas.
Li
Repito a V. E. que oportunamente le insinuaré con individualidad los su-
" cesos acaecidos desde mi salida, y haré presente los distinguidos servicios de
" los que me acompañan.
" Dios guarde a V. E. muchos años".

" Cuirteí Genera! de San Fernando de Maldonado, mayo 5 de. 1811".

MANUEL ARTIGAS

(Transcripto en la obra "Artigas" por Sctcmbrino


B. Pereda. — Tomo I - pág. 181 - Edición 1930).

BATALLA DE LAS PIEDRAS


.El 24 de Abril de 1811, el Jefe de los Orientales, deja su Cuartel General
de Capilla Nueva de Mercedes y emprende ¡a marcha rumbo a Montevideo, lle-
gando el 5 de Mayo siguiente a San José y el 10 a Santa Lucía.
Es en este lugar, que Artigas firma la respuesta al Virrey Elío; cuando este
empleó el infortunado recurso de pretender atraer al Jefe de los 'Orientales
ofreciéndole una ahuilada cantidad de dinero, e! grado de General y el Gobierno
Militar de toda la campaña oriental, aprovechando de intermediario a don Ma-
nuel Viliagrán, pariente de Artigas por parte de la esposa de éste.
He aquí la respuesta:
" El insulto que se le hace a mi persona y a los honrosos sentimientos que
" respiro con la comisión que ha tenido vuestra merced la avilantez de conferir
Boletín de Informaciones 27

" a don Manuel ViHagrán, es tan indigna del carácter suyo, como mi contesta-
" ción. Sólo aspiro al bien de mi patria en la justa causa que sigo, y si algún
" día los americanos del sur nos vimos reducidos ai abatimiento, hoy estamos re-
" sueltos a hacer valer los derechos que los tiranos mandones nos tenían usur-
•' pados.
" Vuestra merced sabe muy bien cuánto me he sacrificado en el servicio de
" Su Majestad; que ios bienes de todos los hacendados de la campaña me de-
" ben la mayor parte de su seguridad, y ¿cuál ha sido el premio de mis fatigas ?
" El que siempre ha estado destinado para nosotros. Así, pues, desprecie vues-
" tra merced la vil idea que ha concebido, seguro de que el premio de la niayor
" consideración, jamás será suficiente a doblar mi constancia, ni hacerme in-
" currir en tan horrendo crimen, como igualmente el hallarme siempre dis-
" puesto a despreciar las promesas extravagantes que por medio de su agente
'' me insinúa.
" Su comisionado don Manuel ViHagrán marcha hoy mismo a Buenos Aires,.
" con la seguridad correspondiente, a ser juagado por aquella excelentísima
" Junta, mientras que yo, a la cabeza de tres mil patriotas de linea, con más el
" numeroso vecindario de toda esta campaña, marcho a sostener nuestros dere-
"' ches, con todo el honor que exige la patria y mi decoro.
" Dios guarde a vuestra merced muchos años".

"Campamento de Santa Lucía, 10 de mayo de 1811".

JOSÉ ARTIGAS.
"Señor don Antonio Pereira".

(Ve ''Artigas" por Setcmbrino B. Pereda. — Ton/o


1 ^pág. 194 — Edición 1930).

El 12 de Mayo, Artigas acampa en las puntas del Canelón Chico, donde se


le incorporan ias emballenas de Maldonado al mando de Manuel Francisco Ar-
tigas.
Los preliminares de la Batalla de la Piedras y los detales de esta acción,
están consignados en los dos partes, que van a continuación:

" Habiéndome acampado en la villa de Canelones, con el objeto de molestar


u
a los enemigos, que se hallaban situados en Las Piedras, y privarles las intro-
"' ducciones de ganados y demás comestibles para Montevideo, y advirtiendo
" ter insuficientes todas las providencias y vigilancia de las partidas que con-
11
tinuamente destacaba a este fin, dispuse, con anuencia de los señores capita-
" nes, el atacarlos, en atención a que aún cuando las fuerzas enemigas ascendían
28 Boletín de Informaciones

" al número de 600 hombres, según las mismas noticias que por algunos pasa-
" dos había adquirido, contaba con mucha parte adicta a nosotros.
'" Pasé inmediatamente el correspondiente oficio a mi hermano don Manuel
" Artigas, indicándole el punto donde debía reunirse conmigo; y a las pocas
" ¡loras de haber marchado el chasqui, recibí oficio de dicho mi hermano, en
" que me avisaba hallarse atacado por los enemigos, pidiéndome 300 hombres de
" refuerzo. Con esto llegó la noticia de que otra columna enemiga se dirigía
"' a Canelones con el objeto de atacarme; al momento acordé con los señores
" oficiales que era conveniente dirigirnos al Sauce a dar auxilio a don Manuel
"' Francisco Artigas, con la idea de tomar a los enemigos entre dos fuegos, y
'' rendidos éstos, cortar la retirada a los que se habían dirigido a Canelones.
' : En efecto, dispuse mi salida a puesta del sol, y marché con e) abrigo de la
'' noche, pasando ?. la vista de los fogones enemigos. La noche se puso suma-
'' mente oscura y el día amaneció lloviendo, cuya lluvia continuó hasta el si-
' : guíente. Con ese mal tiempo se imposibilitó la marcha, y me acampé en las
" puntas del Canelón Chico, desde donde pasé orden a mi hermano para que se
"' reuniera en dicho punto; en virtud de haber sabido que la noche de mi salida
" había regresado la tropa enemiga al campamento de Las Piedras.
'" Mi hermano se incorporó en el citado destino la noche del 17, segunda de
" mi salida, y por la incapacidad del tiempo, no pude determinar el albazo que
" tenía proyectado. El tiempo mejoró y mis partidas de descubierta empezaron
'• .sus guerrillas con dos columnas que en el mejor orden marchaban para mi
" campamento. Al instante destaqué una partida de 200 hombres montados de
" la gente patriota voluntaria, para que los fueran sacando de su campamento,
" y mandé que la tropa tomara caballos para salir a batirlos. Los enemigos
" avanzaron sobre los de Caballería, y yo con el resto del ejército marché sobre
" ellos. De la gente armada de caballería saqué 150 hombres para reforzar la
" infantería: y ordené dos columnas de caballería, una al mando de don Juan
" León, que ocupaba el ala izquierda, y la otra al de don Antonio Pérez, que
" ocupaba la derecha. Con la demás gente de mi hermano don Manuel, formé
" otra columna (como de 250 homrbres), con el objeto de cortar la retirada
'' a los enemigos.
" En este orden avancé, y puesto al frente de los enemigos, desplegué en
" batalla con la infantería, y mandé a mi ayudante mayor don Ensebio Valde-
"' negro, pasase orden que la columna de caballería de la derecha avanzara ame-
" nazando picar la retaguardia enemiga; y echando pie a tierra, la infantería
"' hizo su demostración de avance con bastante rapidez, pero 3os enemigos apa-
" rentaron retirarse, sin hacer mayor fuego, siempre con el mayor orden. Esta
" aparente retirada ia-hicieron con el interés de situarse en una loma, lugar
Boletín de Informaciones 29

" dominante a todos cuatro frentes de su posición; y en ésta presentaron la


" batalla.
" La fuerza enemiga constaría de 400 a 500 hombres de infantería, con cua-
'" tro piezas de artillería, dos obuses de a 32 y 2 cañones de a 4 con 64 artileros
" buenos, de 16 hombres de dotación en cada cañón, y 450 que componían la
'' caballería.
" La fuerza de mi división se componía de 600 hombres de caballería- (mal
" armados) y 40 infantes con los dos cañoncitos de n dos.
'• El combate empezó a ¡as once y media de la mañana y terminó a las cua-
" 1ro de la tarde. A éste se dio principio en los términos antedichos; pero co-
'• rao la iropn estaba ansiosa de avanzar, sufrió un tiro de granada que
'' me llevó ó patricios, por hallarlos en pelotón: todo mi esfuerzo y el de mis
" oficiales no era bastante a contenerlos en avanzar, porque no sufrieran el
"' ventajoso fuego del enemigo, en un lugar donde el terreno era dominado por
" ellos, tanto como las municiones de artillería superaban a las nuestras.
" Los enemigos se resistieron vigorosamente en este punto; tanto que fue
" necesario todo el esfuerzo de nuestra heroica tropa para echarlos de allí; de
" donde salieron retirándose con el mejor orden. La tropa cargó vigorosamen-
" te sobre ellos, y aquí se les tomó un cañón; pero como los fuegos de artillería
" superaban a los nuestros, contenían sumamente nuestra tropa, que sólo su mu-
" cho valor podía resistirlos.
'' En su retirada conseguí situarme en mejor terreno, y de aquí hice avan-
" zar a la columna de caballería de la derecha, y mi ayudante mayor a la iz-
" quierda, mandando entrar por la retaguardia enemiga a la columna que man-
" daba mi hermano don Manuel Francisco Artigas. Aquí fue bastante activo
"' el fuego, que duraría una hora; y'con la energía que disputaba la acción
" nuestra tropa, se intimidaron los enemigos, y pusieron bandera parlamentaria,
" a que yo mismo en persona contesté se rindieran a discreción, librando la vida
" de todos: con lo que se rindieron y quedó por nosotros la victoria, y todo ei
" campamento de batalla, que era a distancia de un cuarto de legua de la Capilla
" de las Piedras.
"En la misma Capilla, donde tenían'su campamento, había quedado una
"guardia de 30 hombres (según declaración del ayudante mayor de órdenes,
" subteniente de caballería don Juan Rosales), con un cañón de a 4.
" La rendición de dicha guardia la encargué a mi ayudante mayor de órde-
" nes don Juan Rosales, que con el respeto de su tropa hiciera se rindieran a
" discreción, lo que así verificaron, y fueron prisioneros más de 100 hombres
30 Boletín de Informaciones
" que allí se habían replegado con disposición de defenderse, y ocupaban las
" azoteas bien provistos de cajones de municiones; y con 16 artilleros más
" en el cañón que tenían.
•' Entretanto disponía yo la reunión de la tropa y conducción segura de los
" prisioneros, pasó mi ayudante, el referido don Eusebio Valdenegro, a 3a ope-
'' ración antedicha, tomando el parque de artillería, que lo tenían bien provisto
" de municiones de todos los calibres indicados, y de todas clases,, las que con mi
" orden hizo extraer, con más tres carros capuchinos: y como llegó noticia de
'' que salía refuerzo de Montevideo, fué-necesario apostarme en lugar ventajoso
'' para esperar al enemigo, que hasta ahora (que son las 6 de la mañana) no
" se ha dejado ver .
'" Tengo varias partidas hacia los Migueletes, para que estén a la observa-
'" ción de los enemigos, y en todo caso de apuro, dispongo mi retirada a Ca-.
" nelones.
" E! ayudante mayor de órdenes don Juan Rosales me asegura haber de
•'fuerzas en la plaza de Montevideo de 500 a 600 hombres, incluso los que esta-
" ban en la Colonia, y que según éste, han regresado a Montevideo.
" Conviene, pues, que V. S., en vista de lo expuesto, acelere sus marchas
•' y me mande tropa a la mayor brevedad, entre la cual es indispensable venga
una dotación suficiente de artilleros para el manejo de las cinco piezas de arti-
" Hería que he tomado a los enemigos; mandándome bastantes piedras de chis-
pa, que las necesito mucho y no las había en el parque enemigo.
" La pérdida que hemos tenido en esta gloriosa acción, será como de unos
!8 a 20 hombres muertos, y unos 14 heridos. No tengo entero conocimiento
de esto, hasta después que noticiaré a V. S. con más propiedad. Los enemigos
•' muertos serán como 30, y según el primer conocimiento que tengo de los he-
" ridos, ascienden a 46 o 50, y prisioneros como 420, incluso 22 oficiales con el
" comandante general don José Posadas.
" No puedo ocultar a V. S. cuan dignos son todos los señores oficiales que
he-tenido el honor de tener a mis órdenes, en tan gloriosa acción; porque
todos, lodos-se han prestado con todo el honor y entusiasmo que los caracteri-
'•' za, y hace dignamente acreedores á la alta consideración de la Excma. Junta
y la eterna gratitud de sus compatriotas.
" Las tropas todas me merecen igual atención, y'estoy seguramente persua-
dido que, a no ser tanto su vaior, no era capaz de haberse conseguido una
acción con tantas ventajas sobre los enemigos, tan heroica para sus triunfado-
res, y que en todas partes justifica el honor de las armas de nuestra patria
Boletín de Informaciones 31

" En este momento acabo de recibir el adjunto parte, que da don Pedro Gar-
" cía Pérez, de lo que ha ocurrido en Santa Teresa, y'todo, todo está pronosti-
" cando el inmediato estrago y ruina de los tiranos, y la alta gloria de nuestra
" dulce patria, la que hará eterna la memoria de sus dignos hijos.
" Dios guarde a V. E. muchos años".

"Campamento en Las Piedras, 19 de mayo de 1811".

JOSÉ ARTIGAS.

" Señor general en jefe don José Rondeau".

'"Excelentísimo señor:

'"' Las ocupaciones que me ha ofrecido el honroso cargo que V. E. tuvo a


" bien confiarme, no me han permitido, desde mi salida de esa Capital, dar a
" V. E. una relación en detalle de los movimientos practicados y feliz suceso de
'"' las armas de la patria; pero he cuidado de avisarles respectivamente al señor
"' Belgrano y al coronel don José Rondeau, desde que fue nombrado jefe de
" este ejército, quienes creo, lo harían a V. E. en iguales términos. Aprovecho,
" sin embargo, estos momentos de elevar a su conocimiento las operaciones to-
"' das de la división de mi cargo.
" Con ella llegué e! 12 del corriente a Canelones, donde nos acampamos.
" destacando partidas de observación cerca de los insurgentes que ocupaban Las
" Piedras, punto el más interesante, así por su situación como por algunas for-
" tificaciones que empezaban a formar y por la numerosa artillería con que lo
" defendían. En la misma noche se experimentó una copiosa lluvia, que conti-
" nuó hasta las 10 de la mañana del 16, en cuyo día destacaron los enemigos
"' una gruesa columna a la estancia de mi padre, situada en el Sauce, a cuatro
" leguas de distancia de Las Piedras, con objeto de batir la división de volun-
•' tarios al mando de mi hermano don Manuel Francisco Artigas, que regresaba
i¿
de mi orden de Maldonado a incorporarse con mi división. Se hallaba acam-
'"' pado en Pando, y luego que sus avanzadas avistaron al enemigo, me dio el
" correspondiente aviso, pidiéndome 300 hombres de auxilio, en cuya conse-
'"' cuencia y de acuerdo con los señores capitanes,v'determiné marchar a cortar a
" los enemigos, contando a mis órdenes 346 infantes; a saber: 250 patricios
" y % blandengues, 350 caballos y dos piezas de a dos. Dividí la caballería en
" tres trozos, destinando una columna de 148 hombres, al mando de! capitán
" ion Antonio Pérez, a cubrir a la derecha, y otra de igual número, a cargo del
B2 Boletín de Informaciones
"' de igual clase don Juan León, a cubrir la izquierda, quedando para cuerpo de
" reserva la compañía al'cargo de don Tomás García de Zúñiga, compuesta de
*' 54 plazas.
'' Dispuesta asi la división de mi cargo, marché en columna, al ponerse el
" sol, en dirección al Sauce; hice alto en las puntas de Canelón Chico, donde
" cerró la noche: el 17 amaneció lloviendo copiosamente y dispuse acampar,
'• asi por dar algún descanso a la tropa, que en medio de su desnudez e insopor-
" table frío, había sufrido tres días y medio de continua lluvia, como por el
•' imprescindible interés de conservar las armas en buen uso. En la tarde del
" mismo día, se incorporó a mi división la del mando de mi hermano don Ma-
" nuei, compuesta de 304 voluntarios reunidos por él en la campaña, la mayor
" parte bien armados; de los cuales agregué a la infantería 54, que formaban
" la compañía de don Francisco Tesceda, y con los 96 blandengues indicados,
" que componían e! número de 150 de caballería agregados a la infantería, re*
" sultóme entonces la fuerza total de 400 infantes y 600 caballos, incluso el
" cuerpo de reserva.
'' La salida de los enemigos de sus posiciones se verificó el 16, pero se redu-
" jo a saquear completamente ¡a casa de mi padre y recoger sobre mil cabezas
" de ganado, que en la misma noche se introdujeron en la plaza.
"El 18 amaneció sereno; despaché algunas partidas de observación sobre
" eí campo enemigo, que distaba menos de dos leguas del mío, y a las nueve de
'' la mañana se me avisó que hacían movimiento con dirección a nosotros. Se
" Irabó el fuego con mis guerrillas y las contrarias; aumentando sucesivamente
" sus fuerzas, se reunieron en una loma, distante una legua de mi campamento.
" Inmediatamente mandé a don Antonio Pérez que con la caballería de su car»
"' go se presentase fuera de los fuegos de la artillería de los enemigos, con el
" objeto de llamarles la atención, y retirándose, hacerles saiir a más distancia
" de su campo, como se verificó, empeñándose ellos en su alcance.. En el mo-
'' mentó convoqué a Junta de Guerra, y todos fueron de parecer de atacar.
" Exhorté a las tropas, recordándoles los gloriosos tiempos que habian inmorta-
" lizado la memoria' de nuestras armas y el honor con que debían distinguirse
" los soldados de la patria, y todos unánimes proclamaron con entusiasmo, que
"• estaban dispuestos a morir en obsequio de ella. Emprendí entonces la marcha
" en el mismo orden indicado, encargando de la izquierda de la infantería y di-
'' reccióu de la columna de caballería a mi ayudante mayor el teniente de ejér-
'' cito don Eusebio Valdenegro. siguiendo yo con la del costado derecho y de-
" jando con las municiones al cuerpo de reserva fuera de los fuegos.
•' El cuerpo de caballería, al mando de mi hermano, fue destinado a cortar
" la retirada al enemigo. , Ellos seguían su marcha, y continuando el tiroteo
Boletín de Informaciones 33

"' con las avanzadas, cuando hallándome inmediato, mandé echar pie a tierra a
" roda la infantería. Los insurgentes hicieron una retirada aparente, accmpa-
" nada de algún fuego de cañón. Montó nuevamente la infantería y cargó so-
"' bre ellos. Es inexplicable, Excmo. Señor, el ardor y entusiasmo cómo mi tro-
"' pa se empeñó entonces en mezclarse con los enemigos; en términos que fue
"' necesario todo e! esfuerzo de los oficiales y mió, para contenerlos y evitar e!
ÍV
desorden. Los contrarios nos esperaban situados en la loma indicada arriba,
" guardando formación de batalla, con cuatro piezas de artillería, dos obuses de
" a treinta y dos colocados en el centro de su línea y un cañón en cada extremo,
" de a cuatro. En igual forma dispuse mi infantería con las dos piezas de a des
" y se trabó el fuego más activo. La situación más ventajosa de los enemigos:
" la superioridad de su artillería, así en el número como en el calibre y dotación
•' de 16 artilleros en cada una, y el exceso de su infantería sobre !a nuestra,.
" liac'.an la victoria muy difícil; pero mis tropas enardecidas se empeñaban
" más y más. y sus rostros serenos pronosticaban glorias de la patria, el tesón
" y orden de nuestros fuegos y arrojo de los soldados obligó a los insurgentes
" a salir de su posición, abandonando un cañón, que en el momento
" cayó en nuestro poder, con una carreta de municiones. Ellos se reple-
•' garon con el mejor orden sobre Las Piedras, sostenidos del incesante fuego
'•' de su artillería, y como era verosímil que en aquel frente hubiesen dejado al-
" guna fuerza cuya reunión era perjudicial, ordené que cargaran sobre las co-
" lumnas de caballería de los flancos y ]$. encargada de cortarles su retirada: de
" esa operación resultó, que los enemigos quedasen encerrados en un círculo
*'' bastante estrecho. Aquí se empezó la acción con la mayor viveza de ambas
;
' partes; pero después de una vigorosa resistencia, se rindieron los enntra-
•' rios, quedando el campo de batalla por nosotros. La tropa enardecida hubiera
'• pronto descargado su furor sobre las vidas de todos ellos, para vengar la ino-
" cente sangre de nuestros hermanos, acababa de verter para sostener la tira-
•' nía; pero ellos, al fin, participando de la generosidad que distingue a la gente
" americana, cedieron a los impulsos de nuestros oficiales, empeñados en salvar
" a ios rendidos.
" Informados por ellos de que en Las Piedras quedaba una gran guardia
" con un cañón de a cuatro, encargué a mi ayudante mayor don Eusebio Valde-
" negro, de ocupar aquel punto; quien para evitar la efusión de sangre, dispuso
" un parlamento, intimando la rendición por medio del ayudante de órdenes de
" los enemigos don Juan Rosales, como lo hicieron a discreción 140 hombres
"' que se habían reunido allí y ocupaban algunas azoteas, bien municionados y
" dispuestos a defenderse. Mi expresado ayudante mayor, se posesionó inme-
34 Boletín de Informaciones

" cuatimente del cañón de a cuatro y todo e! parque de artillería, haciendo ex-
" traer tedas las municoir.es que expresa el adjunto estado, por si ocurría algún
" nuevo movimiento, respecto a haber recibido noticia de que había salido de la
" plaza un cuerpo de 500 hombres para auxiliar a los vencidos. La acción tuvo
" principio a las 11 del dia y terminó al ponerse el sol. La fuerza enemiga as-
" cendía en todo, según los informes menos dudosos que he podido obtener, a
"' 1.230 individuos, entre ellos 600 infantes, 350 caballos y 64 artilleros. Su
" pérdida ha consistido próximamente en 97 muertos, 61 heridos, 482 ¡irisione-
'' ios. entre los cuales se hallan 186 que tomaron partido en los nuestros, por-
'' que hicieron constar su patriotismo y estaban forzados al servicio de los iir
" «urgentes, particularmente 14. que habían sido tomados de nuestros buques
" en San Nicolás de los Arroyos, y 296 que he remitido a V. E., inclusos 23
': oficiales, que son los siguientes: de marina, el capitán de fragata y coman-
" cíante en jefe, don José Posadas; los tenientes don Manuel Borras y don
" Pascual Cañizo, los alféreces de navio don José Argandoña, don Juan Mon-
"taño don Miguel Castillos, don José Soler; el oficial 4." de Ministerio don
'•' Ramón Vajón. Milicias de infantería: capitán don Jaime Illa, teniente don
" Jerónimo Olloniego, los subtenientes don Mateo Urcola. don José Materíago.
""' don Andrés Rollano, don Francisco Sierra, don Manuel Mont, don Francisco
'-' Fernández y don Jcsé Luis Breque. Milicias de caballería: capitán don Pe-
'••tlro Manuel García, teniente don Antonio Gobita, subteniente don Juan Sierra,
" ayudante de órdenes don Juan Rósale^. Urbanos: capitán don Justo Orte-
'.' ga. Del resto de los enemigos muchos eran vecinos de la campaña, que fu-
" garon y se retiraron a sus casas y algunos pocos se extraviaron y entraron
" en la plaza. Por nuestra parte hemos tenido ia pequeña, pero muy sens:ble
¿
' pérdida, de once muertos y veintiocho heridos. El hecho mismo demuestra
" bastantemente la gloria de nuestras armas en esta brillante empresa. La su-
'' perioridad e:: el todo de la fuerza de los enemigos, sus posiciones ventajosas,
" su fuerte artillería, y particularmente el estado de nuestra caballería, la raa-
" yor parte armada de palos con cuchillos enastados, hace ver indudablemente
" que las verdaderas ventajas que llevan nuestros soldados sobre los esclavos
" de los tiranos, estarán siempre selladas en sus corazones inflamados del fue^o'
". que produce eJ amor a la patria. Me juzgo, Excmo. Señor, en grandes apuros
',' cuando trato de hacer presente a V. E. el carácter que liar, demostrado todos
' ; los señores oficiales que he tenido el honor de mandar en esta acción. Eilos
u
se han disputado a porfía el celo,, actividad e intrepidez, distinguido valor y
"' todas ias virtudes que deben adornar a un verdadero militar; ellos me han
';. hecho, verter lágrimas de gozo, cuando he considerado la justicia con que
Boletín de Informaciones 35
" merecen el dulce título de beneméritos de la patria, y yo faltaría a mi deber,
" si no suplicase a V. E. les tuviese presente el premio a que les considere acree-
" dores. De todos ellos., pues, incluyo a V. E. lista, juzgando que han llenado
'' complejamente e! hueco de sus obligaciones y de mis deseos; pero particu-
" ¡ármente el teniente coronel y jefe de la compañía de patricios don Beniro
" Alvarez, el bravo capitán don Ventura Feijóo, que une a este mérito el de
" haberse distinguido en las acciones del Paraguay; el teniente don Raimundo
'' Rosas, que también se halló en aquellas acciones; el de igual clase don José
" Araus; el de la misma don Ignacio Prieto, que para facilitar la marcha de
'' la artillería en medio de la escasez de caballos que se experimentaba, en ei
" acto de la batalla, cargó a sus hombros el cajón de munición, conduciéndolo
" así no corta distancia, y el subteniente con grado de teniente don José Roa,
" todos del cuerpo de patricios; pero es singularmente recomendable el talento,
'"' activas disposiciones, determinado arrojo y valor dei intrépido teniente de
" ejército don Ensebio Vaklenegro, mi ayudante mayor, que no me ha dejado
'• un memento y rme ha hecho lucir sus virtudes militares en esta acción. Es
" también particular el mérito del sargento de costas Bartolomé Rivadeneira,
" empleado de la artillería, que se portó con un valor recomendable. Igualmen-
" le recomiendo a V. E. toda la infantería que ha obrado a mis órdenes y que
" ha dado una singular prueba de su valor y subordinación, arrostrando el pe-
" iigro con serena frente y avanzando en línea sobre el constante fuego de la
" artillería enemiga, con una loable determinación. También han llenado sus
" obligaciones les voluntarios de caballería y sus dignos jefes, siendo admirable,
" Excmo. S'íñor, la fuerza con que el patriotismo mas decidido ha electrizado
" a los habitantes todos de esta campaña, que después de sacrificar sus hacíen-
" rJas gustosamente en^ beneficio de! ejército, brindan todos con sus personas, en
•' término que podría decirse que son tantos los soldados con que puede contar
'• la patria, cuantos son los americanos que la habitan en esta parte de ella. No
'• me es fácil dar todo el valor que en sí tiene la general y absoluta fermenta-'
"' ción que ha penetrado a estos patriotas; pero como prueba nada equívoca de
" los rasgos singulares que hé observado con satisfacción, no olvidaré hacer
"' presente a V. E., los distinguidos servicios de los-presbíteros señor don José
'' Valentín Gómez y don Santiago Figueredo, curas vicarios/éste de la Florida,
;
' y aquél de Canelones. Ambos, no contentos con haber colectado con celo
" varios donativos patrióticos, con haber seguido las penosas marchas del ejér-
" cito, participando de las fatigas del soldado, con haber ejercido las funciones
'• de su sagrado ministerio en todas las ocasiones que fueron precisas, se con-
': virtieron en el acto de la batalla, en bravos campeones, siendo de los primeros
36 Boletín de Informaciones

" que avanzaron sobre las filas enemigas con desprecio del peligro y como ver-
" daderos militares.
" En la noche de! 18 me acampé en las inmediaciones de Las Piedras, hacia
" Montevideo, en la situación más ventajosa y cómoda para oponerme a alguna
" tentativa del enemigo, que se esperaba' según las noticias adquiridas, pero él
" no hizo movimiento. El 19 mandé algunas partidas de caballería en observa-
" ción hasta el Arroyo Seco y extramuros de la plaza, a donde llegaron sin opo-
" sición. En la tarde recibí oficio del gobernador de Montevideo, solicitando
" el canje de los prisioneros, de cuyos resultados hice el convenio que consta
" de las copias que acompaño. El 20 recibí oficio del señor Elío, solicitando !a
" suspensión de hostilidades. De él y de mi contestación, incluyo a V. E. copia
" con el número 2.
" Aprovechándome de las ventajas que me ofrecía mi situación, dirigí par-
" lamento a la plaza, intimando su rendición al señor Elio, con fecha del 21,
" según consta de la copia número 3, y con la misma recordé a aquel Cabildo
" sus obligaciones sobre el mismo objeto, según el número 4; pero ambos, sor-
" dos a la voz de la humanidad, justicia, y, sobre todo, la necesidad, desprecia-
" ron mis avisos, contestando Elío verbalmente que no se rendían, y ordenando
" al oficial parlamentario se retirase inmediatamente. Por las mismas copias,
'; advertirá V. E. que trasladé mi campamento al Cerrito a que da nombre la
" plaza, para tenerla en estado de sitio riguroso.
'• Nuestras partidas continuaban internándose hasta las inmediaciones de
'" la ciudad, a cuyo recinto se hallaban reducidos los enemigos.
" El 24 fueron ignominiosamente arrojadas de la plaza por su tiránico
*' gobierno, varias familias vecinas y eclesiásticas, sobre cuyo violento incidente
"' hablo a V. E. en otro papel. En su consecuencia, y teniendo noticias funda-
" das de que mi oficio del 21 no había llegado a manos del Cabildo, aproveché
" esta ocasión de entablar nueva comunicación, dirigiéndole otro con fecha 25,
" como verá V. E. por la copia número 5, en que solicitando los equipajes de
" los confinados, pedía un diputado de aquel cuerpo que hablase con mi enviado,
" quien debía entregarle otro oficio en que le trasladaba el del 21; pero el se-
" ñor Elío, conservando siempre su despótico carácter, contestó verbalmente
" negando los equipajes y exponiendo que debía entenderse sólo con él y no cun
" el Cabildo, quien, según exposición de la oficina parlamentaria de los ene-
''• migos. había convenido en esta determinación.
" Un proceder tan extraordinario, así por parte del Gobierno como por la
" del Cabildo, que quería llevar a un extremo doloroso el comprometimiento a
Boletín de Informaciones 37

" que se ve reducido el desgraciado pueblo de Montevideo, me movió a cortar


'" toda clase de inteligencia con aquellas autoridades corrompidas. En los días
" sucesivos han tenido los enemigos el bárbaro placer de hacer algunas snlidas
'' bajo los fuegos de la batería de la plaza, cuyo fruto ha sido saquear las casas
" indistintamente. Estos han sido los movimientos de la división que he tenido
" el honor de mandar; y estos, Excmo. señor, son los momentos en que me
" considero elevado por la fortuna al grado de felicidad más alta, si las armas
" de mi mando han podido contribuir a perfeccionar la grande obra de libertad
" de mi amada patria y dar a V. E., que la representa, un día tan glorioso como
" aciago y temible para los indignes mandones que desde su humillada situación
lt
intentan en vano oprimirla.
'"' Dios guarde a V. E. muchos años".

" Campamento del Cerrito de Montevideo, a 30 de mayo de 1811".

"Excnio. señor''.
JOSÉ G. ARTIGAS-

"Excma, Junta Gubernativa de las Provincias del Rio de la Plata".

(Publicado en la "Gaceta" de la época, en Buenos


Aires. — Transcripto en "Compendio Historia de la R.
O. del U. por Isidoro de María — Tomo II — apéndice
de la cuarta edición — 1893).

El triunfo de Las Piedras fue. celebrado con gran entusiasmo y tuvo la vir-
tud de levantar el espíritu; — un tanto alicaído con el contraste sufrido por
Belgrano en el Paraguay, — de los hombres' que sostenían los principies de la
Revolución de Mayo.
El 21 de Mayo, Artigas se presenta victorioso a las puertas de Montevideo
y establece su Cuartel General, en el Cerrito.
En este lugar'firma el segundo parte de la batalla,, transcripto anteriormente
y dá cuenta también, del armamento tomado al enemigo, citando a la vez los
cficiales que tomaron parte en esa acción. .
He aquí las' referidas nominas': ''
38 Boletín de Informaciones

Relación y estado de la artillería, municiones y demás per-


trechos de guerra que se tomaron a los enemigos en la
acción de Las Piedras el 18 de mayo de 1811
.2 §
*> -5 s

Cañones de bronce del calibre de a 4 1


Cureñas ídem ídem 1
Armones para ídem 1
Obuses de a G pulgadas 2
Cureñas de ídem .' 2
Armones para ídem 2
Carritos de municiones 8
Carretillas de campaña 2
Atacadores con escobillón de a 4 con manubrio 2
Tdem, con escobillón para obús 2 1
ídem con ídem para cañón de a 2, montaña 2 1
Escobillón sin atacador para ídem 1
Cucharas con sus eatragios de ídem ... 1
Sacanabos.. J
Cuchara de obús de a (i 2
Palancas de dirección 3
ídem de carga 2
Granadas reales cargadas - 78 .
Tarros de metralla para obús de a G 52
Cartuchos con pólvora, y metralla de a 4 3 5
ídem con ídem y bala para ídem '. 8
Cartuchos.con pólvora para obús de a 0 137 3
ídem con ídem y bala para fusil y carabina 4000
Un Ho de cuerdas para tiros . . . : 1
Tirantes ocuerdas , 12 3
Cartuchos con pólvora y'bala de a 2 62
ídem con ídem y metralla de ídem .' 26
Lanzafuegos 10
Bota la nzaf liegos . _ 3
Botafuegos ;
1
Cebadores de asta . " 1 •
Eston'neras i
Estoíineras do a 4 350
Baydenas para oídos de caflón 2
Morrones ' 2
Punzones con tapafogones 2
Llaves para las tuercas de los carruajes .' 1
Macetas : :.. • '.- ' 2
Fusiles de composición e inútiles 12-
Carabinas 1
Chuzas enastadas .' 15
Campamento del Cerrito, mayo 29 de 1811. —JOSÉ ARTIGAS.
Boletín de Informaciones 39

Lista de los Sres. oficiales, tanto de patriotas voluntarios


de caballería reunidos en esta campaña; y presentados a
servir en el ejército, todos los cuales se hallaron en la glo-
riosa acción de Las Piedras, el 18 de mayo.
REAL CUERPO DE ARTILLERÍA

Teniente don Juan Santiago Warcalde, comandante de las dos piezas.


Sargento Bartolomé Rivadeneira.

DIVISIÓN DE PATRICIOS

Comandante de dicha división el teniente coronel graduado don Benito


Alvarez.
Ayudante don Julián Astengo.
ídem segundo del comandante el subteniente don José Navarro.
Capitán don Ventura Vázquez.
Otro don Juan José Quesada.
Tenientes: don Raymundo Rosas, don José Prieto, don José Aranis, don
Francisco Peres.
Subtenientes: don José Roa graduado de teniente, don Modesto Sánchez,
don Pedro Cuelli, don Nemesio Sierra, cadetes con funciones de abanderado
don Bernardino Cuas.

DE BLANDENGUES

Capitán don Ramón Fernández.


Alférez don Pedro Pablo Romano.
Otro dicho don Ramón Pérez.
Otro dicho don Francisco Mar.silla.

VOLUNTARIOS DE CABALLERÍA

División de don Manuel Francisco Artigas, Comandante: el teniente coro-


nel don Manuel Francisco Artigas.
Comandante: el teniente coronel don Manuel Artigas.
Capitanes: don Manuel Figueredo, don Faustino Tejera, don Manuei
Cabi-al.
Tenientes: don Pedro Chiribau, don Manuel Sierra, don Francisco Cañete.
40 Boletín de Informaciones

DIVISIÓN DE DON ANTONIO PÉREZ, COLUMNA DE LA DERECHA

Comandnte : don Antonio Pérez.


Ayudante: don Juan José Ferreira, subteniente agregado al cuerpo de
patricios.
Capitanes: den Pablo Alemán, don Domingo Díaz.
Tenientes: don Francisco de Meló, don Pedro Casco, don Pedro Burgués.
Subtenientes: don Ramón Oviedo, don Julián Mercadaria, don Juan Reye?.

COMPAÑÍA DE VOLUNTARIOS DE TACUAREMBÓ

Capitán: don Baltasar Ojeda.


Teniente: don José Hilario Pintos.

COMPAÑÍA DE VOLUNTARIOS DE CABALLERÍA Y COLUMNA


• DE LA IZQUIERDA

Capitán comandante de la derecha: don Juan León.


Ayudante: don Juan Antonio Ferreira, subteniente agregado a los patricios.
Teniente: don Francisco Fernández.

COMPAÑÍA DE VOLUNTARIOS DE PORONGOS


Capitán : don Baltasar Vargas.
Teniente: don Miguel Sánchez.
Subteniente: don Marcos Vargas, herido en la acción.

COMPAÑÍA DE VOLUNTARIOS DISTINGUIDOS DE LA FLORIDA

Capitán: don Tomás García de Zúñiga,


Teniente: don José Antonio Ramírez.
Capellán: don Santiago Figúeredo.

OFICIALES QUE HAN COMANDADO VARIAS PARTIDAS


SUELTAS DE VOLUNTARIOS

Capitanes: don José Llupes, don Felipe Duarte. don Fernando Otorgues.
Tenientes: don Manuel Pintos Cameiro, éste tiene la recomendación de
haberse hallado en la acción de San José, y tanto en ésta como en la gloriosa
del 18 de mayo, se ha comportado con todo valor y distinguido honor, teniendo
Boletín de Informaciones 41

a más el recomendable mérito de haberse presentado con 30 hombres, reunidos


por él.
Don Andrés Barcia (éste tiene el particular mérito de haber concurrido a
la entrada del Arroyo de la China).
Subteniente : don Gregorio Mons.

CUERPO DE SARGENTOS PATRICIOS


Primeros: don Santos Aivarez (graduado de alférez), don Manuel dé la
Peña, don Andrés Cardozo.
Segundos: don Manuel Pérez, don Pedro Orona, don Agustín Rodríguez,
don Bernardo López, don Juan Puche (hijo), don Pedro Guevara (herido), don
Ramón Bello, don Mariano Martínez, don Andrés Gómez.

BLANDENGUES

Don Jiun Silva, don Juan Martínez, don Dionisio Sierra, don Toribio
González (herido en la acción), don Juan Eernández, don José García, don
Manuel Fernández, don Clemente Fernández.

TOSE ARTIGAS.
La organización del terreno
y sus consecuencias
Tomamos del estudio publicado por el coronel Chauvl-
neau, en la"Revue militalre francaise" bajo el título "L'
orgaulsatlón du terrain et ses cotisequences" lo que a con-
tinuación puede leerse, convencido de que las originales
apreciaciones que el citado autor hace sobre las formas de
entender la organización del terreno, han de ser de especial
interés para los enmaradas en general y particularmente
para los profesores y alumnos de los cursos militares donde
se dicta esta importante materia.
La amplitud del concepto expuesto por el coronel Chau-
vlneau sobre la necesidad y manera de emplear la fortifica-
ción, dá al trabajo que he traducido un carácter de novedad,
entre nosotros, ya que en él se transparente la idea de rom-
per abiertamente con el prejuicio, un tanto extendido, de tt"
mar las prescripciones y modelos reglamentarios como mol"
des rígidos e invariables en los que obligatoriamente tienen
que vaciarse todos los casos de empleo de organización del
terreno.
Ttc. Cncl. O. V. L.

El combatiente actual, aún en el caso de prepararse para atacar, está obli-


gado, a hundirse en el terreno, procurando asi sustraerse a los efectos de ios
proyectiles, cada vez más mortíferos y más abundantes.
Pero este hundimiento en el terreno, solo nos muestra la fortificación en
el sentido de obra individual. Representémonos al combatiente., para explicar-
nos mejor, deteniéndose en el terreno, en un punto favorable para el em-
pleo de su arma y cavando allí su pozo.
Esta concepción de la organización del terreno, tiene el mérito de ser sim-
ple, sobre todo para el comando, quien no'tiene porqué preocuparse, ya que de
esta manera, los frentes fortificados aparecen espontáneamente.
Encarada bajo este aspecto, la construcción de las posiciones, estaría re-
suelta sin mayores esfuerzos, merced ai conjunto de esas iniciativas individuales.
Pero la realidad, es muy otra.
44 Boletín de Informaciones

Nuestro mayor cuidado tenderá pues a mostrar que la buena fortificación


es la que se concibe y construye en todas sus partes según los deseos del coman-
do, y que la otra, la fortificación individual, especie de creación súbita, es solo
un mal necesario, y que por lo mismo, es deber de todos los jefes, el vigilar su
aparición, de modo de evitar lo más posible, su nocivos efectos.
Será suficiente, para lograr este objeto, presentar sucesivamente las ven-
tajas y después los inconvenientes de la fortificación del campo de batalla, que
constituye la esencia misma de la organización del terreno.

1. — LAS VENTAJAS DE LA FORTIFICACIÓN

Cuando ha terminado el movimiento y el fuego enemigo continúa el soldado


se proteje, por si mismo, cavando el terreno.
De que esto es cierto lo prueban las enseñanzas de todas las guerras y muy
particularmente las de la última. Es en ésta que el comando se encontró, sobre
todo a partir del mes de Octubre de 1914, en presencia de una fortificación, en
la que no había tenido, felizmente, ninguna intervención.
Esta aparición espontánea de la fortificación en el campo de batalla, dá
motivos para hacer pensar a aquellos que no creen en la necesidad de la organi-
zación del terreno, só pretexto de que la fortificación atrae los fuegos del ene-
migo; y a quienes habría que preguntar: ¿porqué los combatientes, aún los
más reacios a la fortificación, llegado el caso cavan su trinchera?
Dicha pregunta tiene una excelente respuesta, basada en las estadísticas de
las pérdidas.
Antes de 1914, más del 60 % de las pérdidas eran imputables al fusil, el
15 %, más o menos, a la artillería. Estas cifras no varían en todo el transcurso
del siglo XIX (salvo en Crimea durante el sitio de Sabastopol, en el que las
condiciones en que se desarrolló, pueden igualarse a las de la última guerra).
En la guerra 1914 - 18, las pérdidas debidas al cañón se elevan a 75 % du-
rante el período de estabilización, para descender a 55 % en 1918.
Paralelamente, el fusil y la ametralladora, no ocasionan más que el 15 %
d« pérdidas, al principio de la campaña, elevándose al 30 %, en 1918. En una
palabra: en la última guerra, el porcentaje de las pérdidas se ha invertido
completamente,, acusando el mayor porcentaje, a la artillería.
Examinando estas cifras, causará sorpresa a muchos, el hecho de que a
mayor abundancia de municiones de artillería, menos pérdidas. (Las pérdidas
debidas al cañón, son, en efecto menores en 1918, es decir, en la época en que
la abundancia de municiones de artillería, era mayor).
Boletín de Informaciones 45

¿ Porqué, se dice, en la guerra actual, se asignan tantas pérdidas a la arti-


llería, siendo antes tan reducidas ? ¿ Esta arma se ha vuelto la reina de las ba-
tallas? ;_Y porqué la ametralladora, tan temida del infante, ha producido tan
poco efecto?
Pues Ijieri; es precisamente, porque colocando entre el combatiente y el pro-
yectil de su enemigo un montón de tierra protectora, el infante, que casi no podía
librarse de los gruesos proyectiles de artillería, se había decidido, por lo menos,
a protejerse de los pequeños.
La artillería, debe también a la fortificación una parte de la consideración
en que se la tiene actualmente.
Ahí está, el porqué la fortificación es tan necesaria para el soldado.
¿Pero, entonces, porqué se pretende negarla?
Sabemos que en un ataque, la artillería tiene casi siempre principal parti-
cipación, y que, para atacar un frente fortificado, es necesario disponer de más
cañones y municiones que si se atacara un frente no organizado: Esto es ia
evidencia misma.
Supongamos un ataque, en una extensión X de un frente no organizado. Se
íiíin concentrado una cimtidad X de cañones y municiones. En el caso de ataque
a un frente organizado, esa misma cantidad X de cañones y municiones hay que
destinarla solo a la tercera parte de la extensión X del frente no organizado.
En este caso el soldado que sufre un bombardeo tres veces más intenso, aprecia
en muy poco el honor que te tocó de recibir más fuegos que los otros del frente
no organizado, por el hecho de estar emplazado en un frente fortificado, que ha
obligado a que el enemigo restrinja los límites extensivos del esfuerzo necesario,
para concentrarlo sobre su cabeza.
Pero si esto piensa el soldado, no sucede lo mismo en lo que respecta al co-
mando, quien teme menos los resultados del ataque cuanto más restringido es
el frente atacado.
No hay porque asombrarse, entonces, de que ciertos ejecutantes, se mues-
tren reacios a la fortificación, porque ésta, como se ha dicho antes, atrae ios
fuegos enemigos. •
En semejante caso, el comando, convencido de su procedimiento, no puede
responder sino con exhortaciones a la paciencia o con afirmaciones cabales y,
simples sobre la excelencia de la fortificación. Por esto, escribía Ludendorff,
el 22 de Julio de 1918.
•' Desde hace algún tiempo, se ha juzgado innecesario el reforzar la defen-
" ta con obras de fortificación. En algunos casos, se ha llegado a pretender
" que el ataque a una posición no fortificada, era más difícil que el ataque a
" una posición reforzada, con obras de fortificación y alambradas. No obstan-
" te, se admitía el valor de los abrigos. Son estas, ideas que es preciso comba-
46 Boletín de Informaciones

" tir con energía. Evidentemente, los abrigos tienen capital importancia. Pero,
'• no son nunca bastantes las trincheras, ni igualmente las alambradas, cuando
" se está en vísperas de librar una batalla defensiva".
Señalaremos la diferencia existente entre los puntos de vista de Ludendoríf
-y sus combatientes "bombardeados".

La fortificación no tiene únicamente por objeto el obligar al enemigo a ha-


cer esfuerzos, que puedan llegar a ser superiores, durante un tiempo más o me-
nos iargo, a 'os medios de que disponga, sino que también tiene una notable y
única propiedad: .marca en el terreno donde se ha de cumplir d "deber" según
?a hermosa fórmula de! General Normand.
Al comienzo de I:i guerra, frente a la tenacidad sin ejemplo puesta a prueba
ñor los combatientes de las trincheras, se pudo creer que el hombre había cam-
biado y habíase vuelto más valeroso.
Nosotros creíamos más bien que la fortificación alentaba sus desfalleci-
mientos, al poner estos claramente de relieve. Cuando la orden de sostenerse
estaba concretada por una trinchera, el cumplimiento de tal deber no teníí
elasticidad.
Sí agregamos que durante el combate los desplazamientos en terreno des-
cubierto eran peligrosísimos, podemos comprender como el combatiente de las
fincheras, permaneciendo en su puesto de trinchera, cuidaba a la vez su repu-
tación y su vida.

II. — LOS INCONVENIENTES DE LA FORTIFICACIÓN

Hacia el fin del año 1917, se vio que los ataques contra los frentes fortifi-
cados, podían hacerse sin preparación, y esto provoca ciertas reflexiones, que
leí minan con la experimentación de nuevos métodos de ataque, sin preparación.
Las preparaciones que anteriormente necesitaban algunos días, se reduje-
ion a hacerlas en algunas horas, en las cuales se ensayaba, gracias al acreci-
miento de la artillería, enviar en ese tiempo casi tantos proyectiles como antes,
sin preocuparse mucho de la precisión del tiro. El resultado obtenido fue tan
sorprendente como difícil de explicar. Se vio que la ausencia de preparador
ayudaba a conseguir la sorpresa sobre el comando enemigo, lo que podía per-
mitir una fructuosa explotación del éxito inicial. Pero este éxito, constituí;!
un enigma, porque el defensor menos bombardeado, quedaba finalmente más
entero.
Boletín de • Informaciones 47
Esto tenía una causa suplementaria que iba a agregarse a los efectos del
fuego de una artillería cada vez más abundante en minuciones y con un enlace
infantería - artillería cada vez más ajustado.
Esta causa era la disminución progresiva de los efectivos en infantería
en todos los ejércitos. En Francia, esta cantidad habíase reducido de 1.500.000
a 800.000 en 1918.
Los infantes como menos numerosos, estaban más diseminados, y sentían
menos la acción de sus jefes.
Se creyó que la ametralladora supliría ampliamente la debilidad de las líneas
de fuego y que dicha arma reemplazaría ventajosamente la escasez de infantes.
Esta opinión, muy difundida después de la guerra, es falsa.
Supongamos una ametralladora destinada a flanquear un intervalo en el
que ambos adversarios han llegado al cuerpo a cuerpo, combatiendo entre las
trincheras, dentro de los pozos abiertos por los obuses, detrás de los accidentes
naturales del suelo, etc., etc.
¿ Podrá el ametrallador ver bien lo que sucede en aquel intervalo, donde IOÍ
combatientes.al amparo de los cubiertos solo se muestran por momentos muy
fugitivos? ¿ Podrá el ametrallador, distinguir en esta iucha cuerpo a cuerpo,
quienes son los compañeros y quienes los enemigos? ¿Su arma de tiro tendido
podrá intervenir siempre con eficacia, para contener la infiltración, sobre un
terreno removido ?
Estas preguntas solo tienen una respuesta negativa.
Después de pasado un tiempo, emplazado en el mismo lugar, el pico y la
pala, al arreglar o crear un cubierto como protección de los fuegos enemigos;
crean, sin quererlo, un obstáculo para los fuegos amigos.
El "bombardeo" hace aumentar los cubiertos protectores y al finai, la
ametralladora pierde poco a poco lo mejor de su eficacia, a medida que el te-
rreno se vá transformando.
Durante la guerra se creyó haber resuelto este problema apelando a las ar-
mas de tiro curvo con las que se podían alcanzar los interiores de las excava-
ciones y por consiguiente batir al personal abrigado. En tal circunstancia, se
pusieron en servicio, las granadas de mano, las granadas de fusil, etc., etc.
Todas estas armas, demasiado rudimentarios, tenían un serio defecto:
su escaso rendimiento y a la inversa de la ametralladora necesitaban efectivos
importantes. Aunque es bien sabido que frente al caso de la infiltración, er
terreno removido, no hay más que un solo remedio eficaz: poner delante de
cada infante enemigo un infante amigo, aunque se vuelva al codo a codo del
combate antiguo.
Cuando los combatientes se aterran al terreno, su manera de combatir y
hasta sus armas, cambian con el tiempo. Al principio, cuando el terreno estaba
48 Boletín de Informaciones
libre de remociones, eran suficientes para defenderlo, escasos efectivos de in-
fantería, pero para vivir, fue necesario hundirse en el terreno, obligando así
a prever una permanencia más rigurosa y más costosa.
Después de transcurridas algunas semanas en las que ambos adversario-
permanecen frente a frente, se apela al empleo de las armas cortas, más que a
las ametralladoras; período de combate aproximado, que exige una infantería
numéricamente mayor.
En 1918, por la escasez de infantería, los frentes estaban estabilizados,
pero atacados con medios cada vez más potentes, concluyeron por ceder.
En resumen, cuanto más organizado está el terreno, tanto más disminuye
el rendimiento de las ametralladoras, más necesario se hace el empleo de U
granada y se necesitan más efectivos.
Pero cuanto más tiempo transcurre en esta situación, mayor es la organi-
zación del terreno y menores los efectivos de infantería.
En los frentes en vías de- estabilización, fue preciso aumentar periódica-
mente la cantidad de infantes. Como esta cantidad disminuyó inevitablemente
a causa de las pérdidas, se vio que el problema se resolvía esperando, pues aouí
está la razón de los frentes fortificados.
La conclusión es que en 1917, para preparar la ofensiva, se enviaron hom-
bres a la zona del interior para fabricar municiones, se pasaron infantes a h
artillería y a los carros de asalto, perdiéndose asi algo de la aptitud defensiva.
En estas condiciones cuando los ejércitos atacaban se hacían temibles, pero
si, contrariamente, eran atacados, quedaban expuestos a un trance peligroso.
Sin infantería, la fortificación pierde toda razón de ser y el año 1918, nc
ha registrado sino una sola falla: la de la defensiva sin defensores.
Pero volvamos a los inconvenientes de fortificación. Hemos dicho que
esta facilita la infiltración. Este defecto alcanza su máximo en las posiciones
estabilizadas por mucho tiempo, en las cuales el defensor ha excavado el terre-
no a diestra y siniestra, por todas partes.
Aquí es donde aparece claro el grave inconveniente de la iniciativa in li-
vidual, en materia de trabajos de defensa.
Si cada soldado posee la libertad de remover el terreno a su antojo, se pue-
de estar seguro de que las armas automáticas tendrán restringidos sus campos
de tiro, cada vez más y a medida que aumenta la actividad de los trabajos que
íealizan por propia inspiración, las tropas vecinas al emplazamiento del arma
automática.
En la fortificación permanente, se dispone siempre, que los terrenos pró-
ximos a las fortificaciones no pueden ser transformados en lo. más mínimo, sin
antes mediar una autorización especial, precaución esta que debiera regir para
los campos de batalla. Pero esta prescripción, es en la realidad, de muy difícil
Boletín de Informaciones 49 .

aplicación; cuando se está bajo el fuego y en contacto con el enemigo, la forti-


ficación es necesariamente individual. Pero esto no es organización del terre-
no, es simplemente construir una protección contra los proyectiles, enseguida
•en detrimento del rendimiento de ias armas, consideradas bajo el punto de vista
de la organización de los fuegos.
He aquí un argumento del que se puede echar mano para negarle valor a
las posiciones que surgen y se amplían por si solas.
No hay nada que necesite mas coordinación, que la organización del terreno,
sin lo cual, resulta un arma de doble filo.
Si los ejecutantes se han mostrado alguna vez quejosos de la fortificación
•es porqué ellos mismos han construido sin orden ni precauciones; es porque
no ha habido un director severo que hiciera respetar el campo de tiro de las
firmas automáticas. Resultando así, para este caso, que los propios causante
deí mal se lamentaban de su propia obra.
¿Ya que la profusión de obras mal coordinadas es perjudicial, puédese
esperar entonces que las posiciones organizadas sumariamente sean de algún
provecho? Xo. En este caso, el empleo de las armas no será dificultado, pero
estas estarán expuestas a ser destruidas.
Cuando, una tropa se conforma con solo ocultar las armas automáticas co-
lectivas, en un terreno descubierto, facilita la acción .del enemigo. Con los
modernos instrumentos de óptica y los recursos de la fotografía aérea, es en
vano buscar la invisibilidad de un arma, y sobre todo la del grupo de hombres
que ia sirve, en un terreno libre de cubiertos, donde cualquier forma distinta
.al medio, se puede apercibir a simple vista a una distancia de 3 kilómetros.
Entonces, o no se hace ningún trabajo aparente, lo que no es posible sino
cuando se encuentran cubiertos naturales bien colocados, o no se utiliza la po-
sición sino cuando los trabajos de fortificación estén en una faz conveniente
de amplitud. Extensas trincheras continuos, paralelas y comunicaciones hacia
•el frente, tienen, en este orden de ideas, la ventaja del secreto de la ocupación.
Hay pues, un mínimun de organización, por debajo del cual no es permitido
construir.
Consecuencia: se debe esperar, antes de "inaugurar" una posición que esta
tenga las obras necesarias e indispensables; de igual manera que un comercian-
te por mucho apuro que tuviera en abrir un negocio, ha de esperar a tener poi
lo menos cuatro paredes y. un techo, donde instalarse. Las posiciones se ase-
mejan al periodo de la adolescencia en las personas: en este periodo de creci-
miento, es cuando la salud está más expuesta a perderse.
Podría creerse que para evitar los inconvenientes de la fortificación, lo
mejor sería no construir, y hasta algunos hechos de guerra parecen dar razón
:a esta idea.
50, Boletín de Informaciones

•Se sabe que durante las ofensivas de la gran guerra, el asaltante ha conse-
guido franquear sin mayores pérdidas,(auxiliado de medios poderosos, una pri-
mera posición sólidamente organizada, y que enseguida, este mismo asaltante SÍ
lia encontrado, casi siempre después de haber pasado las crestas, frente a un
terreno no fortificado sobre el cual lia sido detenido.
En esa emergencia, sus numerosos cañones de nada le servían para apoyar
ía continuación del avance, porque no se sabia con precisión donde estaba é.
enemigo; porque se ignoraban los emplazamientos de sus ametralladoras.
Agreguemos que, sobre este nuevo terreno libre de excavaciones, no habís
posibilidad de poder avanzar a cubierto y evitar los fuegos, y estaremos incli-
nados a admitir, que una posición no fortificada es superior a una posición
fortificada.
Sin embargo es conveniente saber que se entiende por posición no fortifi-
cada. En realidad, esto quiere decir: posición en la que no se vé la fortifica-
ción; pues el defensor forzosamente tiene que cavar ei terreno. Quedando a
merced de las balas y cascos de las explosiones que surcan el aire en todas di-
recciones, cava e! terreno detrás de los breñales, entre los huertos, etc.
Si el terreno es completamente pelado, el defensor será visto y si no caví
su protección, será muerto, lo que permite afirmar que la defensiva invisible:
no existe sino para los terrenos cubiertos.
Todo lo cual autoriza llegar a estas dos conclusiones:
1." — En regiones descubiertas, la fortificación es inevitable.
Aunque el comando no lo quisiera, la fortificación aparecería.
No le queda otra solución que organizar lo que no puede impedir, de modc
de aprovechar las ventajas de la fortificación espontánea, evitando así !o má;
posible, los inconvenientes de tal fortificación.
2." — En los terrenos que tengan cubiertos bien colocados, una fortificación
sumaria, limitada únicamente a los puntos donde pueda quedar disimulada,
dará excelente resultado y contendrá al enemigo, tan bien o quizá mejor, que
con una fortificación más abundante en obras pero también más visible.
Sin embargo, hay que preguntarse: ;• Durante cuanto tiempo, esta posi-
ción disimulada, podrá detener al enemigo?
Durante el tiempo necesario para que los elementos adelantados por este
enemigo tomen contacto, se dispongan cerca de las ametralladoras que les han
impedido seguir adelante, reconozcan su posición, organicen los enlaces con
la artillería, etc.
Este tiempo puede ser muy largo. Pero aún cuando el asaltante estuviera
obligado a quedar detenido ocho días,-quince días si se quiere, al cabo de ellos
estará seguro, de conseguir su objeto. Cuando hubiera hecho un buen recono-
cimiento (no hay que olvidar los golpes de mano que proporcionan prisioneros,
Boletín de Informaciones 51
quienes podrán dar interesantes noticias) ; cuando hubiera instalado sus co-
municaciones telefónicas; hubiera puesto en acción sus observatorios; em-
plazado sus baterías; y dado la orden de ataque; todo saltará sin grandes sa-
crificios, porque los objetivos estarán referidos, limitados y tendrán una resis-
tencia precaria.
CONCLUSIÓN: Una posición aparentemente no organizada podrá gc-
•ncralmcntc detener una ofensiva, pero la eficacia de esta posición será efímera.
En tai circunstancia el defensor obtendrá ventajas, si en el momento en
que se dá cuenta que ha sido reconocido., en todas partes, que los secretos de
las resistencias han sido descubiertos, y en fin, que todo su sistema de defensa
Ya a ser anclado, — hace aparecer sobre el terreno, tal como un diablo de una
caja de sorpresa, una fortificación en pleno período de transformación.
Sabemos que la maniobra sobre posiciones sucesivas, bajo un punto de
vista más particular, y los cambios de efectivos que pueda realizar un jefe hábil,
aprovechando la ignorancia del enemigo, entre una posición de resistencia y sus
puestos avanzados, permiten justamente llegar a este desenlace.
Es conveniente recordar e insistir, a este respecto, sobre este punto prin-
cipal: Las posiciones sucesÍ7Jas deben estar fortificadas.
La maniobra sobre posiciones no fortificadas corre el riesgo de transfor-
marse en una retirada por escalones, porque el asaltante, teniendo la iniciativa
de ¡as operaciones, sorprenderá nueve veces en diez al defensor atareado en esos
momentos en instalarse sobre e! terreno, operación esta de cierta lentitud, en el
curso de la cual. — ya lo hemos dicho — su capacidad de resistencia resulta
muy precaria.
La fortificación solo dará a este último, el tiempo indispensable para afe-
rrarse a sus posiciones de retaguardia, en caso de sufrir una sorpresa delante
de ellas.
Ejemplo: Después que un asaltante llega a trasponer una primera posición,
con el esfuerzo del primer impulso, se encuentra en contacto con una segunda
posición.
Sabido es que nunca se dispondrá de bastantes efectivos para poder ocupar
integramente las posiciones sucesivas. El asaltante vá pues a enfrentarse con
t/iiaruiciones de seguridad bastante débiles y con un dispositivo lineal de ame-
tralladoras, cuyos fuegos podrán ser más o menos eficaces.
Pero si estos fuegos se refuerzan y organizan en una red sólida y espesa,
si las ametralladoras principales se amparan en abrigos, allí donde el terreno !o
permita, si se dispone de buenas protecciones para sus sirvientes junto mismo
a los emplazamientos de tiro.. — entonces la artillería del asaltante, poco o nada
podrá hacer con sus bombardeos y se tomará un plazo de dos o más días para
instalarse en los nuevos emplazamientos necesarios, desde ios cuales sea posible
52 Boletín de Informaciones

abrir brecha en las organizaciones de la defensa y destruirle las armas prin-


cipales.
He aquí el plazo de tiempo buscado, pues, durante estos dos días de rela-
tiva tregua, las reservas del defensor tendrán tiempo para acudir, aplicándose
asi el plan de reforzamiento previsto.
En definitiva: la fortificación se impone en todas las situaciones, pero
esta imposición no es siempre de la misma manera ni se aplica bajo las mismas
formas.

De lo anteriormente dicho sobre las ventajas e inconvenientes de la forti-


ficación, se deducen infinidad de enseñanzas.
La más Importante, es que el soldado no quiere ser herido ni muerto y por
consiguiente cava en el terreno un hoyo protector, con tanto más ardor cuanto
más nutrido es el fuego enemigo.
La cantidad de proyectiles disparados en un tiempo dado, fue aumentando
dia a día en la última guerra y se presume que este aumento continúe en las
futuras guerras; lo que obliga a pensar que el campo de batalla de la guerra
íutura no se conservará libre de remociones por más de cinco minutos.
Esta obstinación del combatiente en querer proteger su vida, es lógica y
beneficiosa, pues la guerra no se hace con muertos.
Es de todo punto tan imposible ordenar actualmente al soldado que no se
construya un abrigo, como ordenarle que no coma. Aún más: con la abun-
dancia de proyectiles que caracteriza la guerra moderna, el combatiente viviría
mucho más, privándolo del alimento que del abrigo protector.
Finalmente, como los inconvenientes de la fortificación se deben a la in-
coherencia de las iniciativas personales o de grupo, es decir a la ausencia de
una acción coordinada y armónica de los jefes, la conveniencia estará en que el
comando se decida a dirigir la organización del terreno, antes de que ésta le sea
impuesta.
La defensiva organizada es de una singular complejidad. La táctica, la
topografía, la astucia, la técnica, la organización del trabajo, se confunden en
un block indisociable. Este block no significa gran cosa para una buena can-
tidad de militares, quienes después de !a guerra, se han propuesto hacerle el
vacío. Generalmente se contentan con tomar en cuenta las decisiones de orden
táctico, despreciando todas las demás circunstancias, sin las cuales la táctica no
seria más que una falsedad.
Boletín de Informaciones 53

III. — LA FORTIFICACIÓN EN 1918


Hay un período de la gran guerra que presenta, bajo el punto de vista que
nos ocupa, un considerable interés; y es el período que sigue al 15 de Julio
de 1918. .
Durante este, que fue el avance del ejército aliado, se hizo poco uso de ia
fortificación. I,os zapadores, casi todos ellos ocupados en la reparación de las
vías de comunicación., no pudieron intervenir en aquel. Los infantes, de ejecti-
TOS bástame reducidos, solo proporcionaron una mano de obra muy insuficiente,
para construir nuevas posiciones.
El infante, librado a si mismo, cavó trincheras individuales por instinto
de conservación; carecía de medios para hacer otra cosa.
De esto resultó un entrevero de obras sumarias y aisladas, porque se cavaba
solamente .en los lugares donde había que emplazar armas. Y de este modo se
divulgaba un principio esencial (el camouflagc).
Se sabe que esto no es peligroso sino al cabo de cierta cantidad de días,
cuando el enemigo haya reunido una artillería bastante potente y bastante mu-
niciones para batir y tornar insostenible esta fortificación. Según esto, el de-
fensor poco se preocupa en emplear sus obuses contra las trincheras del asaltan-
te; prefiere reservarlos para contener un ataque, pues nunca se considera con
bastante artillería.
No se destruye metódicamente la fortificación sino cuando se tiene inten-
ciones de atacarla. Quien vá progresando como victorioso, tiene pues el dere-
cho de no organizar el terreno sino en forma sumaria, y además', le seria im-
posible hacerlo de otro modo, no solamente por la falta de tiempo y de brazos,
sin que también proque la buena fortificación es más propia, sobre todo, de las
posiciones de retaguardia del campo de batalla, ya que las necesidades de la pro-
gresión atraen toda la atención y todos los medios adelante.
Los combatientes franceses de 1918, no deben pues cometer el error de
considerar como excelente para la defensiva, la fortificación informe que em-
plearon en el curso de su avance.
De parte de los combatientes alemanes, por el contrario, hubiera sido, des-
pués del 15 de Julio, muy indicado el aferrarse vigorosamente a! terreno, va-
liéndose de todos los recursos del arte de la fortificación.
Pero los alemanes, entonces, no tenían bastantes brazos para construir nue-
vas posiciones, en los cortos respiros que les dejaban los atacantes, ni bastante
infantería para ocuparlas.
En presencia de adversarios dotados de una formidable artillería, las her-
mosas cualidades de zapador del soldado alemán, resultaron impotentes para
compensar tantos factores contrarios. Aliada a la desmoralización, que se iba
54 Boletín de Informaciones

apoderando dei ejército alemán, la fortificación deja de ser un auxiliar de la


resistencia, síntoma que delata la proximidad del fin de la guerra.
La guerra de 1918 no dá enseñanzas para un comienzo. Es para un final,
caracterizado en ambos campos, por:

— un enorme material
— una infantería disminuida.

Basta transportarse con el pensamiento al mes de Agosto de 1914 y a 191?


para constatar que las condiciones de la guerra eran exactamentse opuestas.
Tomando como modelo la campaña del verano de 1918, solo se conseguirán
enseñanzas para aplicarlas en el final de una guerra futura; es más prudente,
tomar las enseñanzas que convengan para aplicarlas al comienzo de una guerra
futura.
Al comienzo de una nueva guerra, ambos adversarios, advertidos por las
experiencias del año 1914, buscarán evitar la estabilización que es el comienzo
de la ruina para los dos; pero desde que uno de los adversarios sienta soplar el
viento de la derrota (entendiéndose que haya un vencedor y un vencido) no
pensará más que en hundirse en el terreno y aceptará con todo entusiasmo lo
que antes rechazaba y condenaba.
La trinchera de uno de ellos tratará de imponerse sobre la del otro.

IV. — ¿QUIEN ORGANIZARA LAS POSICIONES?

Ya que el infante en la actualidad, parece condenado a actuar en la defen-


siva, cinco días en cada seis, se está obligado a reglamentar con presición la
organización de las posiciones.
Aún cuando los reglamentos han considerado perfectamente la importancia
de la fortificación, no han dado respecto a ella sino algunas vagas directivas,
que por lo mismo han dado ocasión a la crítica. Por ejemplo: la instrucción
sobre el empleo táctico de las Grandes Unidades, parece admitir que esta orga-
nización es casi vínicamente del resorte de la infantería. No acepta la interven-
ción de los ingenieros sino para '•realizar ciertos trabajos especiales". Los
ingenieros, dice en otra parte, "tienen por misión esencial, construir, arreglar
y restablecer las comunicaciones".
Sí la guerra futura se hace a semejanza de la de 1918, a partir del 15 de
Julio, nada más lógico.
Pero en 1914-15-16 y 17, los ingenieros fueron empleados de distinta
manera. Sabemos que cuando la defensiva se prolonga, las comunicaciones ab-
sorven poco personal y solo demandan un poco de esfuerzo destinado a la con-
Boletín de Informaciones 55

sevvación. Si en la defensiva, los zapadores no tuvieran esta misión que llenar,


estarían en su mayor parte, desocupados.
Interroguemos a este respecto a los oficiales que han mandado a las tropas
de ingenieros divisionarios durantes los tres primeros años de la guerra y res-
ponderán que elios casi no han hecho más nada que fortificación.
; Porqué este desacuerdo entre la práctica y la teoría, que ha venido
después ?
Puédeme invocar muchas razones, si no para justificarla al menos para
explicarla.
Primeramente está la influencia todavía fresca de los aconteacimienlos de
3918. Y la idea de que la infantería se ha revelado capaz de hacer por sí sola
la mayor parte de los trabajos de organización del terreno. En efecto, en 1916
y 1917, los regimientos de infantería habían concluido por adquirir en el traba-
jo en el terreno, una competencia suficiente como para responder, en cierta
parte, a sus propias necesidades. Dos años de guerra de trinchera constituyen
sin duda, una excelente escuela. Pero al principio, estos mismos regimientos.,
crearon una fortificación tan informe y caótica que se hizo necesario la inter-
vención de los ingenieros.
Luego, como se debe preparar el principio de una guerra y no el final, no
hay porqué tener en cuenta la facultad que evidentemente tiene todo militar de
transformarse en un buen zapador al cabo de varios meses de trabajo intensivo
de organización del terreno.
Un tercer argumento derívase de los escasos efectivos que orgánicamente
tienen los ingenieros. ¿Cómo es posible, se dirá, que con tan pocos hombres,
puedan encararse trabajos de tal amplitud? Negar a los ingenieros la facultad
de encarar grandes trabajos,' es como desconocer su organización.
Esta arma ha sido constituida de manera de poder encuadrar un número
considerable de trabajadores. Puede hasta considerarse como un cuadro en e!
que existe todo lo necesario para dirigir los trabajos, y muy poco de lo necesa-
rio para ejecutarlo. Sus soldados son obreros especialistas.
Los clases son contramaestres. Pero los ingenieros no poseen la verdadera
mano de obra, la masa que produce; y el comando debe formarla, en cada caso,
confiándoles momentáneamente las unidades de trabajadores auxiliares. Sin
estos auxiliares, los ingenieros no estarían completos, serían como una máquina
úe arar que marchara sin rejas sobre el terreno que ha de labrarse.
Estas constataciones se acentúan aún con otros argumentos.
La infantería actual ya no podrá proporcionar como antes tanta mano
de obra.
56 Boletín de Informaciones
En 1914, la división de infantería tenía 12.000 infantes no especializados.
Sin práctica en las cuestiones de fortificación, estos 12.000 hombres pudieron
hacer en 1914 y 1915 algunos trabajos en los que la cantidad suplía a la calidad.
Hoy, los oficiales de infantería dicen que no tendrán más que 300 traba-
jadores disponibles por batallón, porque los efectivos de la compañía han sido
disminuidos en 70 a 80 plazas y porqué todos los infantes están ahora espe-
cializados.
Ciertamente que la infantería francesa está muy disminuida como cantidad.
Vero no es menos cierto que la ametralladora, el fusil ametralladora, los morte-
ros Stokes, etc. le absorverán mucho tiempo dedicado a la atención de estas
armas y los jefes tenderán, a llenar las necesidades del servicio y de la instruc-
ción, ensayando de dispensar al personal que sirve a las armas especialistas de
todo otro trabajo en el terreno que no sea el necesario para la instalación de
sus armas y la protección de sus sirvientes.
Pertenecerá al comando el reaccionar contra esta tendencia e inculcar la
idea, que todo infante es al mismo tiempo, un combatiente y un trabajado}'.
Más adelante veremos como una porción de trabajos de interés local, perte-
necen obligatoriamente a la infantería. Esta arma tiene pues que intervenir en
el campo de batalla con todos sus medios de trabajo.
Pero de ahí a creer que la infantería sería capaz por si sola de construir
•las posiciones, hay bastante distancia.
Ya en 1915, los estados mayores se lamentaban por la lentitud de los traba-
jos de organización. ¿Qué sucedería con la infantería de 1929?
Mostremos hasta que punto se equivocan los que consideran al infante como
único trabajador en la fortificación de campaña.
Primeramente hay que reconocer que la mano de obra provista por la in-
fantería, está insuficientemente instruida y en tiempo de paz muy poco lia tra-
bajado en fortificación; tiene muchas dificultades para llevar esta instrucción
a ia altura conveniente. Escasez de instructores; terrenos disponibles medio-
cres ; tiempo para dedicarse exclusivamente a ella, muy limitado. Y por sobre
todas esas dificultades, está talvez, la de faltarle convicción. Y en consecuencia,
no admitir que el infante en el campo de batalla, tendrá necesariamente que
consagrar las tres cuartas partes del tiempo, para construir sus obras de fortifi-
cación, es cerrar los ojos para no querer ver.
Además, se tiene tendencia a considerar los trabajos ordinarios del campo
de batalla como de ejecución simple y que casi no hay necesidad de estar prepa-
rados especialmente para esos trabajos. Esa es una vaga idea de los tiempos
en que el fuego no tenía comparación con la potencia que actualmente se le
conoce.
Boletín de Informaciones 57

Esta opinión ha costado muy cara; y cada uno de los participantes en la últi-
ma guerra, podrán citar muchísimos casos de camaradas muertos en un abrigo
mal emplazado y peor construirlo. Reunir una cantidad de hombres bajo un te-
clio cuya resistencia ha sido mal calculada o la simulación imperfecta, es ofrecer
a ios proyectiles, víctimas por montones. Para eso, mejor sería no construir
abrigos.
Una trinchera será deshecha prestamente, si no está sólidamente revestida y
si no se le ha ideado un buen desagüe.
Cuando como el 1870, les combates duraban un medio día, se podía aceptar
la construcción de trincheras sumarias ejecutadas por zapadores improvisados.
Pero ahora, esta fortificación demasiado pasajera, tiene muy graves incon-
venientes.
Obligados a abandonarlas periódicamente, sus ocupantes cavan otras en sus
proximidades y concluyen por cubrir el terreno de excavaciones.
Al fin del año 1915, había en Artois, más de veinte trincheras sucesivas, de
las cuales, tres cuartas partes, abandonadas. Un terreno en estas condiciones
obliga a su defensor a hacer un empleo considerable de infantería, a la vez que
•el adversario halla en él, muchas facilidades para el ataque.
Hoy, cuando se hace una trinchera, hay que cuidar que sirva; y no servirá,
si no se construye por quienes sepan construirla.
Es mucho más difícil de lo que se cree, organizar un frente, donde la sim-
plicidad de construcción satisfaga todas las necesidades de empleo y bastante
sólida para resistir lo más posible de los estragos de la intemperie. Confiar,
también la dirección de los trabajos de fortificación, exclusivamente a los cua-
dros de ía infantería, cuya competencia técnica, generalmente es deficiente, es
desconocer, a la vez que las exigencias del combate moderno, los beneficios in-
herentes a la especialización.
Otro argumento en contra del empleo de los ingenieros, es que los infantes,
teniendo la responsabilidad de la defensa de las posiciones, difícilmente acepta-
rán las organizaciones hechas por otros. Esta objeción no tiene valor, pues no
es de ningún militar razonable, el disponer que se organice una posición, por
otros que no sean sus propios defensores. Quien es dueño de hacerse una casa
¡a manda construir a su gusto, y sin embargo no es el quien realizará los traba-
ios. Encarga para ello a un arquitecto y a un constructor. Pero les dice lo que
quiere y como lo quiere.
Imaginemos que al iniciarse una organización defensiva el Comandante de
ingenieros de una división destaca para un sub-sector a una de sus compañías
a ¡;Í que el comando, obedeciendo las prescripciones reglamentarias, habrá con-
íiado un batallón de trabajadores auxiliares.
Í¡8 Boletín de Informaciones

El comandante de esta compañía de ingenieros, vá pues a llevar al coronel


de infantería, comandante del sub-sector, su concurso y el de unos 1.000 trabaja-
dores; es decir, medios, talvez superiores a los que el corone! podría obtener
en el total de todas sus unidades de infantería.
La consecuencia inevitable, es que a este zapador va a encargársele de rea-
lizar casi la mitad de los trabajos correspondientes al sub-sector. De aquí surge
también la razón dei porqué no sea posible cumplir integramente el reglamento
pertinente, en la parte que limita la ¡área de los ingenieros., únicamente a los
trabajos especiales.
En una posición defensiva, hay alambradas, trincheras, zapas, abrigos.
Todas las alambradas tienen que tener continuidad; otro tanto resulta para
las paralelas y las trincheras de comunicación. En cuanto a los abrigos, para un
terreno dado, se reducen a dos o tres tipos ya conocidos. (Estos ya no son, en-
tonces, considerados trabajos especiales, aunque por su mayor dificultad de
construcción con respecto a las demás obras, sean generalmente los ingenieros
los llamados a construirlos o por lo menos a dirigirlos).
Los trabajos especiales (hormigón, por ejemplo) soio aparecen después
de largo tiempo de estabilización, cuando está ésta en su máximo, es decir, en el
momento que se hace posible el transporte de esa grande cantidad de materiales
que necesitan emplearse en esas clases de obras.
Pero al principio, cuando hay urgencia en sumar ventajas en contra del
enemigo, el trabajo se hace en serie ; entonces los trabajos especiales solo cons-
tituyen un motivo imaginario sin más objeto que el de mantener la peculiaridad
del arma.
¿Cuáles son entonces los trabajos especiales en un sub-sector ?
Existe en fortificación un sinnúmero de obras que por sus características
locales y por su diseminación escapan a todo proyecto de conjunto. Estas son
generalmente los observatorios de los comandos subalternos, la instalación de las
armas (infantería y artillería), los abrigos individuales, las alambradas par-
ticulares de cada obra (alambradas Brun, alambradas bajas, etc.) las trincheras
de comunicación, particulares de cada grupo de obras, etc., etc.
El General de la División debe dejarlas a la iniciativa de los jefes subal-
ternos (comandante de un cuartel y de un sub-sector). Pero como estos trabajos
constituyen por su totalidad una gran tarea, debe, al principio de la instalación,
dejar a la infantería, durante algunos días, con la mayor parte de sus hombres.
El programa del comandante de la división no mencionará, pues, más que
'os trabajos de conjunto, o de interés general (observatorios de comando);
alumbradas común al conjunto de las obras; paralelas; trincheras de comunica-
rían principales, etc., etc. . . . ,
Boletín de Informaciones 59

Además, reglará la ejecución de los abrigos ligeros (a prueba de cañón


77 y eventualmente de 105) y de los abrigos a prueba de los calibres 150 y 210,
que son^ia mayor parte del tiempo, de interés particular pero cuya construcción
no puede hacerse con la infantería solamente, pues esos trabajos de conjunto
forman la parte esencial de la organización; algo así como lo son los cimientos
para un edificio.
Las paralelas continuas, las principales trincheras de comunicación, las
alambradas principales, son dentro de la posición,, los puntos primordiales. Es
entre ellas y por ellas que las instalaciones locales pueden existir. Por ellas se
mantiene la armonía y la coordinación de las obras hechas por las iniciativas
individuales
Por eso. esos trabajos de conjunto, tienen para el comando más importan-
cia capital, a la vez que exigen medios considerables en lo que se refiere a per-
sonal y material.
Su realización solamente por la Infantería entraña, además de las dificulta-
des ya examinadas, estas otras:
I_a infantería, ante todo, está destinada a defender el terreno, que no es la
misma cosa que organizario.
Su escalonamiento en profundidad no se hace en la medida deseada por el
comando, sencillamente porque no hay allí mucha infantería y porque cuando se
iian sacado los efectivos, necesarios para ocupar la línea principal de resistencia,
no restan nunca bastantes para ocupar la línea de reductos y las organizaciones
intermedias.
Por cuya razón no se dejan detrás de la posición sino algunas ligeras guar-
niciones de seguridad, sin más personal que el justamente necesario para obli-
gar al atacante a hacer un tiempo de detención, el suficiente .nada más, para que
lleguen :!os refuerzos.
Como consecuencia, el infante no aceptará de buen grado eso de trabajar
en cualquier parte, porqué por su misión de combate y por las necesidades de!
pian de defensa, se siente obligado a hacerlo en una porción de terreno de la
que no puede alejarse sin -dificultades, aún cuando el enemigo que tenga^ al fren-
te se muestre poco activo.
Como hemos visto que la retaguardia de una posición estará generalmente
ílebilmenre ocupada por la infantería, se llega a la conclusión de que la fortifi-
cación tiene forzosamente que realizarse con un auxilio de mano de obra.
Los ingenieros -(y s u s auxiliares, batallones de trabajadores) constituyen
el único recurso de¡ que puede disponer el General de División y los comandan-
tes de sub-sectores para construir las obras de fortificación y hacer, principal-
mente los trabajos de conjunto, cuya importancia hemos visto, — en todas
60 Boletín de Informaciones

aquellas partes de la posición donde por diversos inconvenientes, no puede ir a


trabajar la infantería.
Esta mano de obra, no siendo distraída en su tarea por otras misiones de
combate, puede ser llevada a las zonas donde la situación reclame un gran es-
fuerzo. Gracias a ella, se podrá organizar el terreno, dentro de un lógico orden
de urgencia, cuestión esta irrealizable, con !a infantería sola.
Los ingenieros y sus auxiliares trabajarán hoy aquí, mañana allá, según lo
determine un plan de acción concebido de antemano.
Su acción se desarrollará, tanto en unión con la infantería, como aislada-
mente.
Pero para que todo esto marche bien, se necesita competencia en todas fas
partes. El comando, ios ingenieros, la infantería, la artillería, etc., deberán saber
¡o conveniente, en lo relativo a la organización de las posiciones, y lo que a cada
uno corresponde hacer en su esfera de acción.
Necesitamos reglamentos que digan claramente como se organizan las po-
siciones, pues los que existen son muy ambiguos a este respecto.
Necesitamos zapadores e infantes que se ejerciten en fortificación en tiem-
po de paz, pues actualmente se hace poca instrucción en ese sentido.
Por otra parte, si en realidad, los combatientes que se instalen sobre un
frente, frente al enemigo, pueden despreciar la ayuda de una mano de obra
habituada al trabajo y construir completamente por sí mismos las obras destina-
das a apoyar su resistencia y a'protejerlos, no se vé muy claro que. sin los in-
genieros se puedan construir las segundas, terceras, etc., posiciones tan utili-
zadas durante la guerra y a las que los reglamentos consideran siempre como
la base de la maniobra defensiva.
No olvidemos que esas posiciones, no están ocupadas, generalmente, y que
la infantería de por si escasa, obligada a estar adelante, no podrá al mismo tiem-
po estar atrás.
Fueron también los ingenieros de los ejércitos, los que en el curso de la
gran guerra, se encargaron de la construcción de dichas posiciones y esto acen-
túa el contraste entre la práctica de la guerra y las directivas estipuladas en los
reglamentos actuales, en lo que concierne al rol de los ingenieros en la organi-
zación del terreno.
Podría ser que solo se tratase de mantener vivo el espíritu ofensivo, como
reacción a la influencia peligrosa ejercida por la estabilización.
Hay quienes piensan que es necesario evitar a cualquier precio estas clases
de guerra agotadoras, sin detenerse a medir la diferencia que existe entre que-
rer y poder.
• •: Hasta hay partidarios de una doctrina de guerra que sacrifica'deliberada-
mente la defensiva. Constatando que es bien difícil (sobre todo en países de
Boletín de Informaciones 6Í

nimia densidad de población) poder tener a la vez una poderosa artillería,


abundancia de municiones, que son elementos indispensables para atacar, y una
infantería calificada, particularmente necesaria para defenderse, optan al hacer-
lo en algún sentido., por los medios ofensivos.
Los militares que defienden esta doctrina, declaran, principalmente en In-
glaterra, que la infantería combatiendo a pie es un arma ya caída en desuso,
porque seria incapaz de moverse bajo el fuego y al efecto la acorazan motori-
zándola.
Estos criterios demasiado absolutos parecen ignorar una verdad fundamen-
tal: que la ofensiva y la defensiva no son dos métodos de guerra entre los cua-
les pueda hacerse una elección. Son dos modos de acción que se emplean impe-
rativamente al mismo tiempo.
Mientras que el material defensivo (armas de pequeño calibre) es rela-
tivamente poco costoso, el material ofensivo, por lo contrario, cuesta muy caro.
Hoy es imposible pensar en tener en tiempo de paz, y reemplazarlos, a medida
que se gasten, los enormes aprovisionamientos (cañones, municiones, carros
de asalto, materia! de vías de comunicación, etc.) necesarios para dotar, desde
el comienzo mismo de una guerra, a los grandes ejércitos modernos, de los me-
dios materiales de ataque, en consonancia con sus recursos en personal. Todas
las naciones están obligadas a fabricar la mayor parte de dichos aprovisiona-
mientos en el momento en que se declara la guerra.
Aún en 1918, después de tres años de fabricación intensiva, no se podía,
por falta de material, atacar sino sobre estrechas porciones de la extensión total
del frente.
Constatemos finalmente que si la infantería motorizada, que-las fabrica-
ciones de guerra permitan organizar al cabo de un tiempo más o menos largo,
insulta útil para la ofensiva, la infantería no motorizada es la necesariamente
indispensable para defenderse. Y al comenzarse una guerra esta última forma,
y por algunos meses después será la obligada.
Pues no hay defensiva con poca infantería. A pesar de tener los alemanes
una artillería más potente que las artillerías francesa e inglesa, reunidas, debie-
ron aquellos deponer las armas, impotentes no solo para crear frentes sino que
también para conservarlos. No resulta juicioso que con el pretexto de procu-
rarse medios ofensivos, se disminuyan los necesarios para la defensiva; y nun-
ca será demasiado repetir, el comprender que la guerra no consiste solamente
en batir al enemigo, sino que también en no ser batido por él. Lo razonable
es disponer de medios para poder realizar a la vez una y otra, estas dos condi-
ciones.
L,a prudencia es la compañera necesaria de la audacia.
62 Boletín de Informaciones

He aquí porque se quisiera ver a los infantes y a los zapadores ,trabajar


en fortificación de campana
Indudablemente, los ingenieros se preparan muy bien en este momento para
las misiones ofensivas. ¿Pero que hacen para ayudar a los cuaíro infantes so-
bre cinco que estarán a la defensiva? Hasta ahora, muy poca cosa. Es cierto
que hay excusa: que los reglamentos no precisan claramente su rol para este,
último caso. He aquí una laguna que necesita urgentemente colmarse.
En cuanto a creer que la próxima guerra entre naciones equipadas a la
moderna, no sería una guerra tan de trincheras, como vulgarmente se ha dado
en llamarle a la guerra de 1914, es una peligrosa ilusión.
La acción se iguala a la reacción. En el combate, la acción es el fuego;
ia leacción es la fortificación.
¿Quién puede creer que los efectos de las armas van a disminuir ? En Ma-
rruecos, contra un fuego que nada tiene de comparable con el que se soportará
mañana en una nueva guerra, se ha visto el terreno, — que aún con ser ingrato
para la construcción, — cubierto de trincheras y abrigos.
No hay pues, más que un temor; y es: que la fortificación, esa que suele
aparecer por todas partes, sumaria e incoherente, que tan poderosamente • con-
tribuyó u dificultar la mayor parte de las acciones, llegue, la próxima vez, a
impedirlas por completo.
Leyes, Decretos, Resoluciones y
Disposiciones de Carácter General
Sobre competencia de los Jueces Su mar i tintes de las Unidades:

Minirterio de Guerra y Marina. — Montevideo, Julio 31 de 1930. — Vistos:


l.T — La consulta de! Estado Mayor del Ejército respecto al procedimiento a
seguirse con la actuación de los Jueces Sumariantes en la instrucción de suma-
rios a la clase de tropa perteneciente a otras unidades que les están afectadas
por razones de servicio. — 2.'1 — Que el Consejo Supremo de Guerra y Marina
hace suya la opinión del señor Fiscal Militar de 2.'' Turno, que luce a fojas 3 y
vía. — Considerando: Que en las unidades de la Armada Nacional debe tam-
bién seguirse el mismo procedimiento sobre jurisdicción de Jueces sumariantes
en casos análogos al presente. — El Presidente de la República, Resuelve: 1."—
Declarar evacuada la consulta formulada por el Estado Mayor del Ejército, en
el sentido de que compete a los Jueces Sumariantes de las Unidades y Reparti-
ciones del Ejército y fa Armada donde figure personal de ropa agregado que
incurra en delito, h formación de los sumarios correspondientes — 2" — Que
se comunique al Consejo Supremo de Guerra y Marina y Dirección de la Ar-
mada y se devuelva al Estado Mayor del Ejército, previa inserción. — CAM-
PJSTEGUY. — Gral. de Hrig. Manuel Dubra. — Bol. E-/164 Agosto 5/930.
Modificación de! Art. S.o del Reglamento para la calificación de Oficiales:

Ministerio de Guerra y Marina. — Montevideo, Julio 31 de 1930. — Visto


ei Oficio del Estado Mayor del Ejército, solicitando se modifique el artículo 5."
del Reglamento para la calificación de Oficiales, y se amplíen los procedimientos
para calificar las aptitudes enumeradas en el cuadro i), en la forma que propo-
ne, con el fin de subsanar los inconvenientesv que en la práctica se presentan poí-
no ser bien explícito el referido artículo 5. y establecer la forma como deben
llenarse algunos cuadros del Informe anual de calificación. El Presidente de
la República, Resuelve: I.'1 — Modificar el artículo 5.° del Reglamento para
la calificación de Oficiales en la siguiente forma: "La apreciación de cada
una de las cualidades se graduará numéricamente con arreglo a la escala de
valores siguientes : de 1 a 3.50.... Malo. — De 3.51 a 6.50.... Regular. — De
Ó.M a 8.50 Bueno. — De 8.51 a 10 Muy bueno. — Para merecer un
Oficial hs netas de 8 a 8.50. es necesario que los asientos hechos en las Libretas
de Anotaciones Personales lo justifiquen, debiéndose siempre tener en cuenta
que esta calificación debe otorgarse a aquellos Oficiales que, sin tener hechos
extraordinarios, se destaquen del conjunto normal de los demás Onciales cali-
ficados desde 6.51 a 7.99. — Para e! caso de que un superior se considere en el
deber de clasificar a su subalterno con notas de 8.51 o superiores, deberá expli-
car en forma amplia, por oficio separado, las razones que le han asistido para
¿lio _ En su exposición deberá, primeramente, plantear en todos sus términos
64 Boletín de Informaciones
la cuestión que ha dado motivo a la clasificación susodicha y después, entrar
al relato o estudio de todos los aspectos con que aquellos han sido encarados yv las
conclusiones a que ha arribado el Oficial, objeto de la clasificación". — 2. —
Aprobar los procedimientos propuestos por el Estado Mayor del Ejército para
llenar algunos de los9 cuadros del Informe anual de calificación, que figura en
los numerados K N. 246960 vta., K N.? 246266 y vta., y K N.'? 246265 y vta. —
3.'-' _ Oue se inserte y devuelva. — CAMPIST EGUY. — Gral. de Brig. Ma-
nuel Dubra. — Bol. É/166 Agosto 7/930.
Se aprueban programas para los Cursos de Mayores, Capitanes y Tenientes:

Ministerio de Guerra y Marina. — Montevideo, Agosto 26 de 1930. —- Vis-


to el Oficio del Estado Mayor del Ejército, solicitando se aprueben los progra-
mas que eleva, confeccionados para los Cursos de I>ayores, Capitanes y Tenien-
tes, por la Dirección de la Escuela Militar de Aplicación, de acuerdo con la nue-
va reglamentación de esos Cursos aprobada por resolución de fecha 18 de Fe-
brero de 1930. — Atento: a que el referido Estado Mayor, manifiesta que con-
viene incluir entre dichos programas, uno particular de Educación Física para
los Tenientes de Caballería y Artillería y aumentar el de los Tenientes de In-
fantería, en virtud de la gran importancia que tiene la mencionada materia en
la preparación del soldado. — El Presidente de la República, Resuelve: 1.* —
Aprobar los programas confeccionados por la Dirección de la Escuela Militar
de Aplicación para los Cursos de Mayores, Capitanes y Tenientes. — 2.v —
Que el Estado Mayor del Ejército disponga se confeccione por la Dirección de
ia citada Escuela y el Señor Director de Esgrima y Gimnasia, un programa de
Educación Física para los Tenientes de Caballería y Artillería y se aumente el
de los Tenientes de Infantería, debiendo elevarlo para su aprobación . —3. 9 —
Que vuelva al Estado Mayor del Ejército, previa inserción. — CAMPISTE-
GUY. — Gral. de Brig, Manuel Dubra. — Bol. E./176 Setiembre 2/930.

Se aprueban anexos a reglamentos:

Ministerio de Guerra y Marina — Montevideo, Setiembre 2 de 1930. —


Visto el Oficio del Estado Mayor del Ejército adjuntando para su aprobación
el proyecto de "Anexo al Reglamento de Maniobras" "Instrucción individual a
pié común para todas las Armas" confeccionado por el mismo, con el fin de
unificar y acortar la instrucción a pié en las Unidades del Ejército, facilitando
la preparación de los Soldados que ingresen por pase de Cuerpos, de un Arma
a otra. — Atento: va los fundamentos expuestos. — El Presidente de la Repú-
blica, Resuelve: l. — Aprobar el "Anexo al Reglamento de Maniobras",
"Instrucción individual a pié común para todas las armas", confeccionado por
el Estado Mayor del Ejército. — 2." — Pase a la Imprenta Militar para qut ,
pruceda a la impresión de mil quinientos ejemplares del referido Anexo, los
que una vez impresos remitirá conjuntamente con estos antecedentes al Estadc
Mayor del Ejército, para su distribución entre los Oficiales y Clases del Ejérci-
to — 3.'-' — Que se'comunique e inserte. — CAMPISTEGUY. — Gral. de Brig.
Manuel Dubra- — Bol 11/177 Setiembre 5/930.

Referente a matrícula del ganado:

Atento a que en la práctica, se ha constatado inconvenientes en la matrícula


a fuego que se aplica en la tabla del pescuezo del ganado del Ejército — que se
había iniciado en algunas Unidades y Campo Militar núm. 1 (Cerrillos), como
vía de ensayo — se dispone quede sin efecto este procedimiento y que continúe
Boletín de Informaciones 65
en vigencia, con carácter general, lo que establecen al respecto los incisos h) e i)
de la resolución inserta en el Art. 1.'-' de la Orden General núm. 1714 del 26 de
Octubre ele 1915, que se transcribe:
h) — Los caballos se marcarán a fuego en el casco del remo anterior iz-
quierdo, durante los primeros seis meses del año: y las yeguas en la misma for-
ma en el casco del remo anterior derecho con los números de matricula corres-
pondientes. Si durante este tiempo, las marcas a fuego se borrasen o desapa-
reciesen, se repetirá la operación de marcarlos. Esta numeración pasará, en
igual disposición, a los remos posteriores durante los últimos seis meses del año.
Los padrillos estarán marcados en ambos remos, con su número de matricula
respectivo. El tiempo de duración de estas marcas y sus cambios en los remos
se efectuarán en igual forma a los demás equinos, en las épocas señaladas.
i) — La numeración de hierro que se utilice tendrá dos centímetros de lar-
go por uno y medio de ancho. — Bol. E/150 Junio 21/930.
Referente al uso do algunas prendas de vestir, reglamentarias;

En las "Disposiciones Generales" del Reglamento de Uniformes en vigen-


cia, se establecen ciertos detalles para el uso de algunas de las prendas de vestir,
que parece no han sido suficientemente advertidos, por lo cual se recomienda a
los señores Jefes y Oficiales, para su mejor cumplimiento, las prescripciones
señaladas, en particular, Pág. 9 letra g) ; Pág. 15 letra j) : Pág. 18 letra b),
numeral 2; Pág. 19 letra c) ; Pág. 20 letra d), numerales 1 y 2; y Pág. 23
letra a). — Bol. E/154 Julio 2/930.
Referente a honores de la Guardia del Palacio de Gobierno:

A los efectos correspondientes y a fin de aclarar una consulta con respecto


al servicio de la Guardia del Palacio de Gobierno y los honores que debe reali-
zar, se hace saber, que de acuerdo con lo que establece el Art. 566 del Código
Militar, dicha guardia mientras permanezca con el uniforme especial que la
caracteriza como "Guardia de Honor" solamente rendirá honores a las perso-
nas determinadas en ei citado articulo, con excepción del Viático por haber
quedado suprimido los referidos honores en la Constitución vigente. — Bol. E-
157 Julio 9/930.
Forma que diben remitirse relaciones quincenales:

Habiéndose observado que las relaciones quincenales remitidas por algunas


Unidades del Ejército, no vienen correlacionadas, como lo establecen los nu-
merales III, XII y XX de¡ Folleto de Instrucciones para el prontuariado del
personal de tropa del Ejército, pe dispone: que toda la documentación que con-
tiene las referidas resoluciones quincenales debe formar un solo legajo iniciado
por el oficio de elevación siguiendo por su orden, las Nóminas y Notas corres-
pondientes a cada una de ellas. — Bo!. E/157 Julio 9/930.
Se dispone supresión de palabras en los telegramas:

Con el fin de ajustarse aún más a los términos del Artículo 5.1' del Decreto
de fecha 17 de Octubre de 1916, inserto en la Orden General núm. 1882, este
Comando dispone que, en los telegramas oficiales que se expidan por las depen-
dencias de este Estado Mayor, se suprima de la dirección la palabra "señor",
debiendo quedar éstos redactados en la forma siguiente "Jefe Estado Mayor
Ejército''. "Jefe Zona Militar 1", "Tefe Batallón Infantería 1", etc. — Bol.
E/158 julio 11/930.
66 Boletín de Informaciones
Relacionado con ¡as comunicaciones de carácter urgente:

Con el fin de poder tomar, entre las Oficinas de este Estado Mayor, las
disposiciones pertinentes para el rápido despacho de los asuntos que tengan ca-
rácter de urgente, se hace necesario que las Reparticiones y Unidades Militares
pongan la palabra mencionada, no sólo en el sobre, sino también en el oficio o
expediente que reclame pronta solución. — Bo!. E/159-Julio 23/930.
Disposición referente al lavado lie ropas en las Enfermerías:

Atendiendo una gestión de la Dirección General del Servicio de Sanidad


del Ejército y la Armada que el suscrito considera justificada, desde que la Ley
no asigna rubro para atender el lavado de las ropas de cama que se utilizan er.
las Enfermerías del Ejército, y considerando, que el personal de tropa que pase
en asistencia a las Enfermerías de sus Unidades, mientras se encuentren en ellas,
no aplican ni hacen uso de la ropa que reglamentariamente les corresponde tener
en sus camas en buen estado de conservación y limpieza, de donde resultaría
que no tendría que gastar en el lavado de las mismas, se resuelve:
Que los Jefes de Unidades traten de encomendar a una lavandera el lavado
de las sábanas, fundas de almohadas, toballas y también las frazadas cuando así
lo requieran, pertenecientes a las Enfermerías de cada Cuartel y ajustarán su
pago con el descuento proporcional que dispondrán se haga a cada uno de los
que en el mes hayan sido asistidos en las Enfermerías—Bo!. E/159 Julio 23/930.
Felicitación a las tropas que formaron el 18 de Julio:

La formación y desfile del 18 de Julio, por las tropas de la guarnición, ha


dado motivos a elogiosas ponderaciones por parte del pueblo, que he tenido opor-
tunidad de oir, coincidentes con la mejor impresión que personalmente he reci-
bido y que salvo pequeños detalles, no ha disminuido el brillo y lucimiento con
que se ha evidenciado el orden, disciplina e instrucción del Ejército y su entu-
siasmo para rendir el homenaje de su adhesión al acontecimiento de la Patria
que se celebraba.
He podido comprobar, con verdadera satisfacción, que no obstante las di-
ficultades que se nos presentan tanto en el orden técnico, como económico para
solucionar nuestras adquisiciones en armonía con las exigencias modernas, — el
materia!, ganado y vestuario que disponemos, se ha exhibido con gran esmero
en su conservación demostrándose la preocupación constante y el celo de nues-
tros deberes para subsanar deficiencias que no se nos pueden atribuir y que se
convierten, por los inconvenientes invocados, en méritos mayores ante la con-
sideración pública que apreciará el interés y entusiasmo con que se atienden
nuestras actividades profesionales.
Nuestros afanes y desvelos, si bien requerirían medios y elementos más
propicios para que resultaran con la eficacia necesaria de los esfuezos puestos
rt! servicio de la noble misión de nuestra función, al no disponer de élios, por
las circunstancias expuestas, quedan subsanados con la abnegación del espíritu
que nos anima para servir a la Patria, siempre resueltos para entregarle el tri-
buto de nuestra lealtad y admiración.
El Tefe del Estado Mayor del Ejército tiene la persuación que sus estimados
camaradas Jefes, Oficiales y tropa, bien compenetrados del cumplimiento de
sus deberes, tratarán de superar siempre más el concepto que he podido formar-
me de la destacada actuación que cada uno, en su esfera de acción, ha compro-
bado, .para prestigiar al Ejército en el desfile mencionado.
Me complazco, pues, en presentar a los Jefes, Oficiales, Asimilados y tropa
que tomaron participación en la formación del 18 de Julio, mis más vivas y sen-
tidas felicitaciones, que hago extensivas a la dirección y personal del Arsenal
de Guerra e Intendencia General del Ejército y la Armada, por haber sido estos
Boletín de Informaciones 67

organismos, factores importantes en la preparación del material y demás apro-


visionamientos para el personal, proporcionando con su intervención oportuna,
los medios y recursos disponibles para llegar al éxito obtenido, presentándonos
al pueblo con el decoro que constituye nuestro orgullo de soldados.
Merece también, mis plácemes, muy sinceros, la correctísima presentación
de la Escuela Militar, de las fuerzas de Marina y las de la Guardia Republicana,
que tomando parte en el mismo desfile, contribuyeron, eficazmente, al realce
de la formación militar que me cupo el honor de comandar. — Bol. E/160
Julio 24/930.

Referente al uso de la fusta, por Oficiales superiores:

En virtud de que el Reglamento de Uniformes no está aún totalmente im-


preso, por lo cual no se conoce en todas sus partes, se hace saber que los Gene-
rales y Coroneles podrán usar la fusta en paseos a pié, cuando vistan uniforme
üe cazadora con pantalón de montar y espuelas en el calzado. — Bol. E/162
Agosto 1.7930.

Sección de Ametralladoras de las Unidades:

Átenlo, a que este Comando ha observado que algunas veces no se ha in-


terpretado en su verdadera finalidad lo dispuesto por Resolución de Boletín
n¡'un. 3096, y que. debido a ello, con frecuencia se introducen cambios en el per-
sonal de tropa, destinado al servicio de la sección de ametralladoras de las Uni-
-dades; teniendo en cuenta, que esos cambios, que solo se justifica por necesida-
des de mayor importancia, perjudican no solo la regularidad de la instrucción,
sino también la conservación y cuidado de esas armas, puesto que el personal
nuevo no se encontrará en condiciones de dedicarse a ésta última tarea hasta
umto no se haya familiarizado por completo con las operaciones necesarias para
ello, y, en el interés de regularizar los procedimientos a seguir, se dispone:
í;1 — En cada Unidad de ametralladoras, habrá designados permanente-
mente de su cuadro, dos Oficiales; uno como comandante efectivo de la sec-
ción de ametralladoras, el otro como su reemplazante, para los casos de ausen-
cia. Estas designaciones no eximen a esos Oficiales de ninguna de sus obliga-
ciones del servicio, como ser: guardias, semana, etc. Solo en lo que respecta
a la instrucción, designación y reemplazo del personal y conservación del ma-
terial, estiran directamente a ó"rdenes del 2.v Jefe, y dependerán del Comandante
de la Compañía en lo relativo a la disciplina, servicio y administración.
2:> — Cada sub-unidad, designará proporcionalmente una parte de los clases
y soldados, también con carácter permanente, para el servicio de las piezas, y
otro personal, para su reemplazo. Como los Oficiales, ese personal no estará
eximido de ninguno de los trabajos o servicios que le corresponda como ele-
mentos de la compañía o escuadrón.
3.'-' _ La instrucción especial correspondiente al servicio de las ametralla-
doras será dada al personal designado, por el Comandante de la sección o en su
defecto por su reemplazante.
4/.1 _ La sección de ametralladoras formará con el Batallón siempre que
éste se reúna con fines de instrucción y también en los casos de alarma, a ese
fin, la ll'ive del parque de las ametralladoras debe encontrarse en un sitio de la
Mayoría, de donde puede retirarla con facilidad el Comandante de la Sección.
En'todos los casos la sección formará con su comandante y personal efectivo y,
en su defecto, con sus reemplazantes.
5 •• El cuidado y conservación de las ametralladoras estará a cargo del
oersonal designado por'cada Compañía, bajo la dirección del Comandante de la
sección o su reemplazante. Para mayor facilidad y mejor contralor, es conve-
niente que a cada pelotón se le haya asignado, como en propiedad, una de las
68 Boletín de Informaciones
armas con !a que deberá recibir su instrucción, y cuya conservación y cuidado
le estará encomendada.
6.'' — Al personal de reemplazo no se le dará instrucción con la misma in-
tensidad que al efectivo, bastando con que se le haga concurrir a algunas
de ellas.
7" — Las muías que se necesiten en los días que se haga instrucción con
las muías arnesadas, en las Unidades de la guarnición, se pedirán, con antici-
pación prudencial, directamente a la Inspección de Remonta, cuyo jefe dispon-
drá su entrega a la Unidad, de acuerdo con la Resolución del Boletín núm. 3049.
Las unidades destacadas en campaña, harán uso de las que poseen para el
arrastre de la jardinera, si es posible., completando el número necesario con al-
gunas que puedan conseguir.
8." — Queda sin efecto !o dispuesto en la Resolución del Boletín núm. 3096.
— Bol. E/162 Agosto 1.7930.
Se da a conocer una nota de la Jefatura de Policía de la Capital:
Jefatura de Policía de Montevideo. — Montevideo, Junio 31 de 1930. —
Si". Jefe del Estado Mayor del Ejército, General de División don Francisco
Eorques:
La Jefatura de Policía cumple con el deber de expresar al señor Jefe de!
Estado Mayor del Ejercito, su reconocimiento por la importante y eficaz coo-
peración prestada a! organismo policial para el mantenimiento del orden en el
"Stadium"' Centenario donde se disputó el Campeonato Mundial de Football.
Se complace asimismo la Jefatura1 de Policía, en expresar que todo el per-
sonal de! Ejército que concurrió de servicio, supo cumplir las órdenes que se le
trasmitieran, en forma que se merece ser destacada, es así que la policía halló en
é! un colaborador eficiente que le permitió mantener el orden y la normalidad, en
los encuentros realizados por la disputa del trofeo mundial.
Al dejar establecido el agradecimiento del instituto policial, me complazco
en saludar al señor Jefe del Estado Mayor del Ejército, con la consideración
más distinguida. — P. Quintana. — Bol". E/163 Agosto 4/930.
Felicitación del Jefe del Estado .Mayor ¿el Ejército:
Cumplo con un grato deber al aprovechar esta oportunidad para unir mis
calurosas felicitaciones, a las expresadas por el Señor Jefe de Policía, pues he
podido comprobar personalmente, que todo el personal de tropa que ha prestado
servicios en el "Estadio Centenario", ha observado una conducta y actitud co-
rrectísima, digna de ponderación, por la especialidad del cometido desempeñado,
contribuyendo, en colaboración eficaz con la policía, a la conservación del orden
público. — Es necesario reconocer que, a pesar de haber concurrido 1.125 hom-
bres de tropa al partido de football realizado el último día del Campeonato, du-
rante su servicio, no se registró ningún hecho contrario al orden y disciplina
con que las fuerzas del Ejército deben cumplir sus deberes.
Siento, pues, uña verdadera satisfacción expresarlo a mis subordinados;
puesto que, así como observo y castigo las faltas cuando se ponen en evidencia,
es justo también reconocer publicamente las buenas acciones y premiarlas como
corresponde al halago que servirá de estimulo para proceder siempre bien en
cualquier actividad de nuestras funciones.
El procedimiento del personal de tropa, en armónica concordancia con su
lioble misión, traduce para los Jefes y Oficiales de quienes dependen, el mejor
concepto de la labor realizada para imponer a sus subordinados la comprensión
exacta de sus deberes, haciéndose aquellos, también, acreedores al mismo elogio
de ponderación que me complazco en manifestar, reiterando mis felicitaciones
Boletín de Informaciones 69
a los Jefes. Oficiales y tropa que en una u otra forma prestaron su concurso
en el caso referido.
Los jefes de Unidades dispondrán se dé lectura al personal de tropa, en
formación, de las manifestaciones expuestas. — Bol. E/163 Agosto 4/930.

ki-ferente a cambio de comando de compañía, batería, escuadrón o Plana Mayor y registros


de existencias correspondientes:

Los cambios de comando de compañía, batería o escuadrón, así como los


de la Plana Mayor., originar, una entrega y recepción de existencias por parte
de los Comandantes saliente y entrante, que debe realizarse con la mayor mi-
nuciosidad, contraloreando los libros del Detal! y Contabilidad de las mismas,
¡islas, etc., documentándose por escrito en forma clara !a cantidad de las exis-
tencias de cada uno de los distintos efectos, a fin de deslindar toda responsabili-
dad. — A este efecto, ¡as respectivas Sub-unidades y Planas Mayores, sin per-
juicio de cumplir con lo que al respecto establece el Código Militar y Regla-
mentos correspondientes, llevarán en forma minuciosa y al día el libro de e>ñs-
iencías generales, asentándose en éste, así que se produzca, todo movimiento de
alia y baja, con especificación de la causa que lo motiva, {por ejemplo; Alta
del Almacén del Cuerpo, tales efectos en reposición de los llevados por el deser-
tor N. N., pedidos con cargo o sin cargo en tal fecha. — Baja de tales efectos
llevados por el desertor N. N. según parte de tal fecha o entregados al Almacén
del Cuerpo según comprobante número o recibo de tal fecha, etc.) de modo que
en cualquier momento, pueda apreciarse la verdadera existencia de tales o cuales
efectos. — En el momento del cambio de comando, se confeccionará un inven-
tario que. desde luego, tendrá que arrojar una existencia general igual a la del
libro mencionado; se hará por triplicado, haciéndose constar de cuantas fojas
se compone. El original, en papel simple numerado, se pasará a la Mayoría
de la Unidad, para su "archivo y servir de base para las inspecciones que realicen
los jefes, — el duplicado y triplicado, en papel florete, quedarán, uno, en poder
cki Capitán entrante como documento comprobatorio de lo que ha recibido y el
otro, a* disposición del Capitán saliente. Este inventario será firmado por los
Comandantes saliente y entrante, conformado por el Segundo Jefe, previa ve-
rificación o recuento q'ue considere del caso efectuar, quien a su vez, lo llevará
a la firma del Primer Jefe para ser visado.
El libro de existencias generales se cerrará cada cuatro meses, en cuya
oportunidad será conformado por el Segundo Jefe, llevando también el Visto
Rueño del Primer Jefe, de acuerdo con el siguiente procedimiento: se pasa
raya en la línea del renglón de la última anotación y en el siguiente se suman
las entradas registradas desde el cierre anterior o desde la apertura de! libro
si no lo ha habido. En la hoja de salidas, de igual modo, se suman las habidas
desde el cierre anterior o en su defecto desde la apertura del libro. En la línea
de este renglón, se pasa doble raya. Estas cantidades se pasan a los casilleros
correspondientes de la hoja de entradas en el renglón siguiente al de la suma de
éstas Se pasa doble raya y en el renglón siguiente se asienta la fecha y las
cantidades que resulten de lá resta de los totales de entradas y salidas, que evi-
dencian en consecuencia, la existencia de cada uno de los efectos contenidos en
el libro en ese momento. Debajo se pone lugar y fecha y se firma por quienes
está dispuesto. .,
Se abre el libro en las hojas subsiguientes poniendo en entradas las canti-
dades en los casilleros correspondientes, arrojadas en el cierre anterior, hacien-
do constar de que folio proceden. Igualmente en las hojas de cierre se hace
constar a que folios pasan respectivamente. Cuando la anotación de las exis-
tencias abarque varias hojas, se cerrarán todas estas en la forma que queda
explicada.
70 Boletín de Informaciones
Cuando un Comandante de Sub unidad deje definitivamente de mandarla
por cualquier causa, (cambio de destino, ascenso, etc.) antes de retirarse dei
puesto, hará entrega de la referida Sub-unidad en la forma explicada, al reem-
plazante y en caso de no haber sido designado éste, al Oficial que nombre el
Jefe de la Unidad. En consecuencia, la responsabilidad inherente a su comando,
reden cesa una vez concluida la entrega, conforme a lo que queda dispuesto.
En igual forma e idénticos requisitos, se llevará el Libro de Existencias
del Depósito General del Batallón o Regimiento, con la cuenta corriente de cada
una de Ja? Sub-unidades y Plana Mayor. — Bol. E/165 Agosto 6/930.
Implicaciones rara llenar algunos de los cuadros del informe anual Ae calificación (Modelo B),
a que su' refiere el Inciso 2.o de la precedente resolución:
Para calificar las aptitudes (Cuadro i) deben tenerse a la vista, las Libretas
de Anotaciones Personales (llevadas en la forma establecida en el Art. 3.'' de la
reglamentación para la calificación de Oficiales), Libro de anotaciones de
enfermedades, Libros de arrestos de Oficiales y todo otro documento que pueda
iiustrar para hacer una más justa y acertada calificación.
Luego se toman en consideración cada una de las cualidades correspondien-
tes a cada aptitud y se califican aquellas que el Oficial ha demostrado poseer en
mayor o menor grado, con la nota que corresponda, de acuerdo con lo cjue re-
sulte del estudio de los documentos a que se ha hecho referencia. Las cualida-
des sobre las cuales el Oficial no haya demostrado en que grado las posee, por
no haberse presentado ocasión, se calificarán con la nota de 7.
Efectuado ésto, se suman las notas parciales de las cualidades comprendidas
en cada aptitud; esa suma se divide por el número de cualidades y el resultado
de esa operación será la nota que corresponda a la aptitud calificada. De esta
manera ¡a aptitud puede resultar calificada con un número entero o decimal.
Ejemplo: seis son las cualidades de la aptitud física y en el supuesto de que
se califiquen dos de ellas con S. una con 6, y que sobre las tres restantes no haya
elementes de juicio., y deban en consecuencia calificarse con 7, la suma de esas
notas será 43. Dividida esa suma por 6 dará un cociente de 7 17, que será la
nota correspondiente a dicha aptitud.
Otro: catorce son las cualidades de instrucción y suponiendo que tres de
ellas hayan sido calificadas con 9, dos con 8, dos con 6 y que sobre las siete
restantes no se posean elementos de juicio, en cuyo caso les corresponde 7; la
suma de esas notas será 104. Dividida por catorce dá 7.43. que será la nota
numérica que le corresponda a esa aptitud.
La competencia en el mando corresponde calificarla a todos los Oficiales
que lo ejercen. La competencia en el gobierno y en la administración, sólo de
Capitán para arriba, debiendo., no obstante, calificárseles a los Tenientes, 2.os
Teniente- y Alféreces, cuando demuestren poseerlas: la de gobierno en el co-
mando de destacamento o dirección de servicios independientes; y, la de admi-
nistración si lo prueban en comisiones de carácter administrativo (Habilita-
ción. Jefes de Almacenes, Oficial de Mayoría en el manejo del Detall y Conta-
bilidad, etc.).
Ha de tenerse muy presente que las calificaciones de las aptitudes enume-
radas en el cuadro i) deben estar en intima correspondencia con la clasificación
sintética Metra k) y con la contestación a la pregunta: ¿ Se le supone apto para
desempeñar el empleo inmediato superior? (letra 3).
En consecuencia, siempre que la suma de las notas correspondientes a las
aptitudes calificadas , divididas por el número de éstas, dé un promedio que no-
sobrepase a 3.50, la clasificación sintética será "Malo" y la contestación aja
pregunta ¿"Se le supone apto para desempeñar'el empleo inmediato superior"?
será "no", para todas las jerarquías.
Boletín de Informaciones 71
Cuando el promedio de las notas de aptitudes, sea superior a 3.50 y no so-
brepase a 6.50. la clasificación sintética será "regular" y la contestación a hx
pregunta ;"Se !e supone apto para desempeñar el empleo inmediato superior"?
"si", par? Alféreces y 2.os Tenientes, siempre que se les considere capaces de
mejorar, y "no", para Tenientes, Capitanes, etc.
Cuando el promedio de las notas de las aptitudes, sea superior a 6.50 y no
sobrepase 8.50, la clasificación sintética será "bueno"; si es superior a 8.50,
será "muy bueno". En uno y otro caso la contestación a la pregunta .; "Se le su-
pone apto para desempeñar el empleo inmediato superior''? será "si" para
todas las jerarquías.
En el casillero de referencias del cuadro i) se indicará la libreta o docu-
mento en que se funda la calificación.
En püego separado deben transcribirse para cada informe de calificación,
los asientos que de ¡as Libretas de Anotaciones Personales o documento, se han
tomado como elementos de juicio.
Teniendo en cuenta que solamente en casos excepcionales podrán discernirse
¡as notas máximas de 8.M a 10. es necesario que cuando un superior se consi-
dere en e! deber de hacerlo, explique ampliamente, por oficio separado, las razo-
nes que ha tenido para ello, en la forma expresamente determinada en el último
párrafo del artículo 5." de la Reglamentación para la Calificación de Oficiales.

Las faltas que hayan sido penadas con arresto, los partes de enfermo, las
licencias, las comisiones y destinos, se anotarán en los libros correspondientes. —
sin que haya porque hacerlo en las libretas de Anotaciones Personales. — de
cuyos libres se extraerán los datos necesarios para llenar los cuadros b) c) y g)
del informe de calificación. — Boí. E/166 Agosto 5/1930.
T<ro de Fusil Ametralladora:

Este Comando ha tenido conocimiento de que en algunos ejercicios de tire-


de fusil ametralladora, realizados por -las Unidades, se han efectuado ráfagas
largas de un cardador o más.-
El Reglamento no establece esa clase de tiro, dado que es un tiro excepcio-
nal que sólo debe usarse en los momentos de crisis del combate, por indicación
expresa del Comando, durante muy corto tiempo y estando el enemigo muy pró-
ximo y amenazador, a causa del recalentamiento y desgaste que produce en el
arma, como lo establecen todos los reglamentos y las experiencias realizadas.
Por io expuesto, queda terminantemente prohibido realizar en los ejercicios
de tiro con los fusiles ametralladoras ráfagas mayores de 8 cartuchos. — Bol.
E/167 Agosto 8/930.
Disposición modificando y ampliando las Directivas Generales para la Instrucción:
A fin de; intensificar y perfeccionar la instrucción de compañía y escuadrón,
dado que a causa de las continuas lluvias no ha sido posible realizar esos ejerci-
cios con la regularidad debida y considerando, que la escuela de compañía y
escuadrón es Ja base de la de Batallón y Regimiento, se dispone:
I.9 — I,as Unidades del Ejército realizarán, de acuerdo con las Directivas
Generales para la Instrucción y la Instrucción para las Inspecciones, el período
de compañía, escuadrón o batería, tal como está dispuesto, continuando esa mis-
ma instrucción durante el periodo correspondiente a Batallón o Regimiento, sin
perjuicio de pasarse la inspección, establecida en los 10 primeros días de Oc-
tubre.
2" — En la 2." quincena del mes de Octubre, las unidades de Infantería y
Caballería realizarán un período de ejercicios de Combate, Servicio en Campa-
ña y Tiro de aplicación por compañías o escuadrones.
72 Boletín de Informaciones

Para ésto se completará una compañía o escuadrón con todo el personal


del Batallón o Regimiento, si es necesario, para darles el efectivo de pié de gue-
rra y dolarlos de todos sus elementos. (Sección de Ametralladoras, pelotón de
comando, agentes de enlaces, etc.).
Los señores Jefes de Unidad formularán los temas correspondientes, para
ser desarrollados por esas Comañías o Escuadrones y los elevarán a la aproba-
ción de los señores Jefes de Zona o de este Comando, según corresponda, antes
del 15 de Setiembre próximo.
Los ejercicios podrán durar hasta dos o tres días, bajo la dirección del Jefe,
alternándose los Capitanes y demás Oficiales subalternos, en forma que todos
puedan participar en ellos.
Estes ejercicios deben realizarse, de acuerdo con la situación que se plan-
tee, en terrenos apropiados, que serán conseguidos por los Jefes de Unidad.
Dentro de lo posible los señores Jefes de Zona e Inspectores de Armas es-
tarán presentes, participarán de las críticas y elevarán de cada uno, el informe
correspondiente.
3.'' — F.n los 10 primeros días de Noviembre se efectuarán algunos ejerci-
cios de cuadros de Batallón o Regimiento, a cargo de sus Jefes y bajo la direc-
ción de los señores Jefe? de Zona, Inspectores de Armas o de los Jefes que este.
Comando designe al efecto, según corresponda Los Temas para esos ejercicios
serán puestos per los señores Tefes de Zona o los señores Inspectores de Armas..
Dichos Temas deberán elevarse a este Comando, antes del 10 de Octubre, para
su aprobación.
4.'' — Los Regimientos de Artillería continuarán la instrucción de batería
hasta que se ordenen las Escuelas de Fuego. — Bol. E/169 Agosto 13/930.

Situación del personal de tropa del Ejército dado de baja


con nota de mala conducta
ESTADO MAYOR
DEL Circular núm. 18
EJERCITO „ ., A 1C , 1n,A
Montevideo, Agosto 15 de 1930.
La DIVISIÓN

A fin de regularizar el procedimiento que contemple la situación del per-


sonal de tropa dei Ejército dado de baja con nota de mala conducta, con las ne-
cesidades del reclutamiento, — se ha hecho de oportunidad pensar en la fórmula
que habilite el reingreso de aquellos, al servicio, sin perturbar las exigencias
disciplinarias que como norma fundamental, deben ajustarse todos los ciudada-
nos que ingresen al servicio de las armas.
La dificultad para el normal reclutamiento de los efectivos del personal de
tropa y la selección de los elementos que lo constituyen, ha sido y es de constante
preocupación de los Comandos. .
Boletín de Informaciones

Con el propósito de subsanar, en una mínima parte, ei inconveniente ex-


puesto, y teniendo en consideración que el personal que en su mayoría nutre las
filas del Ejército, se caracteriza, por su idiosincracia, a la predisposición en
cambiar con frecuencia ya sea de arma, o de Unidades dentro de la misma arma,
algunas veces atraído por otro camarada, otras, por creerse lesionado por el tra-
tamiento de los clases y las más de las veces, por simple novelería. — circunstan-
cias muy respetables para la libertad de cada uno en buscar el destino donde se
considere encontrarse mejor, — ha traído como consecuencia el movimiento
frecuente de bajas, que los individuos que la ocasionan, en muchos casos se ven
imposibilitados de reingresar al Ejército por haberse clasificado su conducta de
mala, teniéndose en cuenta, generalmente, la acumulación de faltas, que sin to-
mar el carácter de graves, han dado mérito a diversas sanciones disciplinarias
•durante el tiempo de los servicios prestados.
De ahí, que se busque una reparación, no sólo favorable ai reclutamiento,
•sino también para aquellos que su conducta no haya sido del todo correcta, de-
.séen volver al servicio, desde que es de esperar, por otra parte, que éstos corri-
jan o vayan corrijiendo su conducta, con la persistencia de la educación que se
les trasmite.
Por las consideraciones expuestas, se resuelve:
1.'-'—El personal de tropa que al vencer el tiempo de sus servicios haya sido dado
de baja con nota de "mala conducta", sin que ella afecte su moral por hechos
infamantes, podrá reingresar al Ejército a los dos meses de producida la
baja, en otra Unidad distinta a la que prestaba servicios, o en la misma,
sí su Jefe considera que no perjudica la moral, el orden y la disciplina del
Cuerpo. - En ambos casos deben reunir las aptitudes necesarias.
.2."—Cuando la frecuencia de las faltas o la índole de las mismas, haya motivado
anticipar la baja antes de vencer el término de la contrata, podrán reingre-
sar después de transcurrido un año. siempre que el ingreso no sea en la mis-
ma Unidad y previa solicitud que hará el interesado verbalmente al Jefe
de la Unidad, el cual la elevará con oficio al Jefe de Zona o al Estado Ma-
yor del Ejército, según corresponda, informando en la misma todos aque-
llos datos que puedan ilustrar al Superior para su resolución.
Si la anticipación de la baja, ha sido por otras causas, que no afecten la
disciplina, el reingreso podrá efectuarse, aún dentro la misma Unidad, des-
pués de transcurridos seis meses a contar de la fecha de su baja.
Quedan comprendidos en el caso a que se refiere el primer párrafo de este
inciso les que hayan sido dados de baja después de haber cumplido condena
por el delito de deserción y no se hubiera autorizado el continuar sus ser-
vicios hasta cumplir el tiempo que le faltaba para completar el contrato
realizado.
%v—En los casos de hechos infamantes, homicidio, robo, hurto, insubordinación,
etc., o por tendencias de carácter social contrarias al orden, la baja de
quienes la motivan, será definitiva, sin poder reingresar al Ejército y la
causa se clasificará de "pernicioso para la disciplina".
4,'-'—Las bajas producidas según correspondan a los incisos l.'\ 2,-^y 3;* se cla-
sificarán respectivamente, como sigue: 1.'' - "Por cumplido"; ''Por ha-
berla solicitado"; etc. —- 2." - "Por frecuentes faltas contra la disciplina";
'•Por haber incurrido en falta"; etc., o "Por inhabilidad para el servi-
cio", etc. (Conducta buena o mala) y 3.- - "Por pernicioso para la discipli-
na''. - "Conducta mala".
En el prontuario debe establecerse una nota que determine que no puede
reingresar más en ninguna Unidad del Ejército o no podrá reingresar
hasta tal fecha. - Esa nota se establecerá también en !a Hoja de Servicios
y Hechos y en el casillero de "Notas" del "Parte del día".
Boletín de Informaciones

Cuando el Servicio Fotográfico del Ejército aperciba que ha ingresado


alguno clasificado "Pernicioso para la disciplina" o que no ha transcurrido
el tiempo determinado en la presente reglamentación, lo comunicará inme-
diatamente ¡i la 1.* División de este Estado Mayor del Ejército.
El Jefe de! Estado Mayor del Ejército
GRAL. DE DIV. BORQUES

Contralor Je la asistencia a las Clases de Instrucción Primarle:


Consecuente con el patriótico deseo de la Superioridad y el propósito de
este Comando de favorecer e impulsar por todos los medios a su alcance la di-
fusión de la Instrucción Primaria, para combatir el analfabetismo en bien de la
Patria, del Ejército y del Soldado y con el fin de unificar procedimientos, se
dispone:
Diariamente, los Oficiales de semana de las Unidades presentarán al Co-
mandante de Servicio, al toque de Clase de Instrucción Primaria, una relación,
firmada por ello?, donde conste los que asisten a la clase y los que no concurren,
especificando las causas de la falta de estos últimos.
El Comandante de Servicio verificará si las causas anotadas son verdade-
ros impedimentos para ía concurrencia, debiendo, en los casos factibles, facili-
tar o disponer la asistencia, siendo responsable de no haber tomado medidas en
esos casos. - Terminada la clase, confrontará las listas que le han sido entrega-
das con la que le presentará el Maestro de Instrucción Primaria de acuerdo con
el párrafo tercero dei Art. 10, página 7, del R. E. I. P. E.
De todo ello, dará cuenta detallada al señor 2" jefe, a quien entregará las
listas para ser archivadas en la Mayoría hasta terminar el Curso. - El 2" Jefe,
a su vez, pondrá en conocimiento del señor l.er Jeíe, todo aquello que pueda ser
de interés.
Atento a la importancia que reviste la difusión de esa enseñanza, se reco-
mienda muy especialmente a los señores Jefes de Unidad continúen vigilando e
impulsando con el mismo tesón la concurrencia a las clases, no permitiendo que*
faite nadie sin una causa que haga verdaderamente imposible su asistencia, y a
los señores Tefes de Zona, Inspector de Escuelas y Cursos e Inspectores de Ar-
mas, que aprovechen todas las visitas que efectúen a las Unidades para inspec-
cionar el libro de asistencia que debe llevar el Maestro de Instrucción Primaria,
cambiar ideas con los señores Jefes de Unidad e informar a este Comando sobre
las necesidades o deficiencias que notaren. — Bol. E/170 Agosto 15/930.
Cuncurso hípico:
A fin de que puedan comenzar con tiempo su preparación los Oficiales qi¡e
deseen tomar parte,- se hace saber, que el día 25 de Octubre próximo se reali-
zará un Concurso Hípico para civiles y militares., en la sede del Montevideo
Polo Club, patrocinado por esta Institución y la Asociación Rural del Uruguay.
Los señores Oficiales que deseen tomar parte, podrán hacerlo en caballos
de su propiedad o del Estado.
El concurso constará de: 1 recorrido con obstáculos para civiles y milita-
res ; 1 recorrido por equipos, por la "Copa Asociación Rural del Uruguay", 2
steeple-chasse, uno de 3.000 metros, con 5 obstáculos, para caballos mestizos y
otro, de 5.000 metros, con 8 obstáculos, para caballos de pura sangre.
En oportunidad se darán a conocer los demás detalles. — Bol. E/171
Agosto 18/930.
Boletín de Informaciones 75
Remisión al Arsenal de Guerra de aparatos para tiro de fogueo (reforzadores de presión) de
Fus» Ametrallador Hotchkiás:

Los Tefes de Unidades o Reparticiones que tengan de dotación Fusiles


Ametralladores Hotchkiss, remitirán al Arsenal de Guerra los aparatos para
tiro de fogueo (reforzadores de presión) a fin de que en este Establecimiento
se proceda a su revisión.
Estos aparatos se darán de baja de las existencias.
Oportunamente, se dispondrá nueva distribución. — Bol. E/171 Agosto
13/930.
Prohibición de llevar espuelas a los motociclistas y ciclistas:

Los ordenanzas de los Institutos y Unidades montados, cuando desempeñen


comisionas en motocicleta o bicicleta, no llevarán espuelas. — Bol. E/172
Agosto 22/93(1.
Inspección de Odontólogos ai personal c!e las Unidades:

La Dirección del Servicio de Sanidad del Ejército y la Armada ha dis-


puesto que por la Sección Odontológica se practique una inspección de la boca
<lel personal del Ejército a fin de resolver el tratamiento que sea necesario.
Los Señores Jefes de Unidades de la guarnición tomarán las disposiciones
correspondientes para facilitar a los Señores Odontólogos el desempeño de su
cometido. — Bol. E/172 Agosto 22/930.
Inspección de compañía, escuadrón y batería:
Visto, que por el Boletín del Ejército núm. 169 se ha ordenado intensificar
la instrucción de compañía, escuadrón y batería, a causa de los inconvenientes
que han hecho que esa instrucción no se haya desarrollado con la regularidad
debida, y obligue el tener que continuarla durante el periodo que hubiera corres-
pondido a instrucción de Batallón. Regimiento y Grupo, y, teniendo en cuenta,
que la inspección correspondiente debe pasarse al terminar el periodo señalado,
se resuelve:
1." — La inspección de compañía, escuadrón o batería correspondiente al
actual período, se realizará en la primera quincena del mes de Noviembre, en lu-
gar de hacerlo en ios 10 primeros días de Octubre como está dispuesto.
2.'-' — Los señores Jefes de Unidad, al pasar esa inspección, tendrán en
cuenta las dificultades e inconvenientes habidos para el desarrollo de la instruc-
ción, de manera de formular los Partes de Inspección, en relación con esas di-
ficultades e inconvenientes. — Bol. E/173 Agosto 28/930.
Formularios y sobres, para informes, partes o memorias a emplearse en los ejercicios de Ser»
vicio en Campaña:
A fin de unificar procedimientos en los ejercicios de Servicio en Campaña.
y facilitar la interpretación de los informes, partes, memorias, etc., y reunti.
también, en un soto documento esos informes, partes, memorias, etc.. con los
croquis que deben acompañarlos, se han hecho imprimir cuadernillos de formu-
larios, que, conjuntamente con los sobres en que deben enviarse, se encuentran
en venta en la" Sección Cantinas de la Intendencia General del Ejército y la
Armada, al precio de quince centesimos los cuadernillos y de veinticuatro cen-
tesimos los cien sobres.
Esos1 formularios y sobres deben ser utilizados por los señores Jefes y Ofi-
ciales y por los clases'en los ejercicios de Servicio en Campaña: marchas, re-
conocimientos, ocupación de posiciones, informes, partes y memorias, de acuer-
76 Boletín de Informaciones

do con las disposiciones del Reglamento de Servicio en Campaña, e incluirse su


duplicado en las memorias e informes de esos ejercicios que se eleven al Estado
Mayor del' Ejército. — Bol. E/173 Agosto 28/930.
Servicios que han de prestar los Suboficiales en las Unidades:

Atento a la falta de Oficiales en el efectivo de algunos Cuadros de las Uni-


dades y la ausencia de otros por circunstancias distintas del servicio que ocasio-
na para los existentes un recargo en los Servicios de Guardia de Prevención y
de Semana, recargo que se hace más sensible por las múltiples tareas o cometi-
dos que éstos Oficiales deben desempeñar en las mismas Unidades, ya sea como
profesores o alumnos en los Cursos Regimentales, comisiones diversas del ser-
vicio o por enfermedades y licencias reglamentarias en que se hace más preca-
rio el número de ellos en determinados momentos, a fin de aliviar a los Oficia'
les en aquellas funciones, se alternarán con los Suboficiales, desde que éstos,
por su cometido, derivando del empleo y consideración jerárquica que invisten,
armonizan con las funciones que le determinan el artículo 119 y siguientes del
Reglamento Provisorio para el Servicio Interno de las Unidades del Ejército,
se resuelve:
i.'-' — Los Suboficiales alternarán con los Oficiales en el servicio de se-
mana, como también los Sargentos cuando los que desempeñen ese servicio no
alcancen a tener, por lo menos, dos semanas francas, sin tomarse en cuenta para
la interrupción de esos turnos, los encargues provisorios de la semana, siempre
que no excedan de 24 horas y lo requiera !as circunstancias del propio servicia
No obstante, se preferirá para el encargue de servicio de semana a un Oficial,
Suboficial o Sargento que pueda haber pasado quince días sin realizar el men-
cionado servicio.
2." — Cuando las Unidades de la guarnición cubran el servicio de Guardia
de Plaza, podrán designarse a los Suboficiales para Comandantes de la Guardia
de Prevención.
Los Jefes de Unidades podrán autorizar a los Oficiales o clases que estén
de servicio de semana, puedan salir dos horas por la mañana y dos por la noche •
para almorzar y cenar, cuando no se encuentre la Unidad de retén o no haya
impedimento justificado por razones del servicio y siempre después que el per^
sqnal de tropa haya salido con licencia y los servicios internos queden normali-
zados. — Bol. E/174 Agosto 24/930.
Referente al tratamiento ilel personal de tropa enfermo de "Sífilis":
Habiendo Ja Dirección General del Servicio de Sanidad del Ejército y la
Armada hecho notar a este-Comando las dificultades que encuentra para el tra-
tamiento regular y riguroso que deben seguir los enfermos atacados de "Sífilis"
pertenecientes al personal de tropa de las Unidades del Ejército debido a las
necesidades del servicio, y considerando que cen ello se persigue un beneficio
para la conservación de la salud de ese personal que es un deber atender, y que
l)ür otra parte redunda también en favor del mismo servicio, se dispone:
Que los señores Jefes de Unidad, contemplando las necesidades del servicio
con el tratamiento indicado para esos enfermos, den todas las facilidades nece-
sarias al personal que se encuentra en esas condiciones, a fin de que no sea in-
terrumpido el régimen de su asistencia médica. — Bol. E/175 Agosto 30/930.
Disposición referente a tablillas con inscripciones reglamentarias pare vehículos (Bol. E-
95 y M8):
Ampliando lo establecido en la respectiva resolución inserta en el Boletín
del Ejército núm. 148, se dispone que los Jefes de Unidades y Reparticiones de
Boletín de Informaciones 77

la Capital, hagan saber directamente al Arsenal de Guerra el número y clase


•Je vehículos que, provistos por la Intendencia General del Ejército y la Armada,
tienen en existencia.
Una vez construidas las correspondientes a cada Unidad, el Arsenal de
Guerra, lo hará saber al Jefe respectivo a fin de que éste haga remitir los ve-
hículos a aquel Establecimiento para la colocación de dichas tablillas. — Bol.
E/175 Agosto 30/930.
Reuniones periódicas entre los señores Jetes de Unidad e Inspectores de Armas y de fistos DI-
timos con el señor Jefe del Estado Mayor dei Ejército:

A objeto de unificar criterio en la aplicación de métodos y procedimientos


para dar cumplimiento a las Directivas Generales sobre la Instrucción y Re-
glamento de Servicio Interno, impartidas por este Estado Mayor del Eiércit<">
y que contribuyan a establecer la unidad de doctrina, tan necesaria en el Cuerpo
de Oficiales, se dispone:
1." — Los señores Inspectores de Amias realizarán reuniones periódicas
con los señores Tefes de Unidades, en la sede del Estado Mayor del Ejército,
debiendo comunicar a este Comando los días y horas de cada mes que cada uno
señale para dichas reuniones, a objeto de darlos a conocer en el Boletín del
Ejército.
2.'' — En esas reuniones se harán las observaciones y se presentarán las
iniciativas que en bien del servicio y de la instrucción les sugiera la aplicación
de ios distintos Reglamentos de! Arma y Reglamento de Servicio Interno, di-
rectivas y órdenes, tomándose nota de las mismas.
3." — En las reuniones que cada dos meses realizarán los señores lmpecio-
res de Armas con el suscrito, en fecha y hora que se determinará, presentaran
a su consideración dichas observaciones, cambiando ideas para subsanar las de-
ficiencias e inconvenientes que se hubieren notado.

De acuerdo con lo dispuesto anteriormente, el señor Inspector de Infante-


ría ha señalado el l.er y 3.er Sábado de cada mes, a las 16 y 30 horas fpara efec-
tuar ias reuniones mencionadas. A ese fin los señores jefes de las Unidades
de Infantería de la guarnición, se encontrarán en este Estado Mayor, en los
días y horas señalados. — Bol. E/176 Setiembre 2/930.
Ampliando resolución del Htiletín del Ejercito núm. 46:
Amplíase la resolución inserta en la 2." Parte del Boletín del Ejército núm.
46. en la siguiente torma: En las Listas de Revista se establecerá el número
de'prontuario correspondiente a todo el personal de tropa sin excepción. En
el caso de que alguno por su condición de clase, músico, tambor, etc.. no lo estu-
viera, se pondrá 'no prontuariado". — Bol. E/177 Setiembre 6/930.
Se reglamenta la Libreta de Tiro e Historial del material de Artillería:
A fin de unificar el modo de llevar las anotaciones correspondientes a las
piezas del material de artillería en servicio, se dispone el empleo de la Libreta
de Tiro e Historial del mismo.
A este efecto, se remiten a los Regimientos de Artillería Montada num. 1
y ?. Caballo núm.'l, doce libretas para las cuatro primeras piezas y doce para
los cuatro últimas (1 por cada pieza), el Montada núm. 2, doce y seis respec-
tivamente v a la Escuela Militar, dos de las primeras.
Las instrucciones y advertencias para llenar las referidas libretas, se en-
cuentran en las primeras hojas de las mismas. — Bol. E/178 Setiembre 8/930.
78 Boletín de Informaciones
Verificación do la existencia de palomas:

Los Jefes de Unidades que tengan afectados Palomares Militares, con ex-
cepción del Batallón de Ingenieros núm. 4 (Telegrafistas), harán efectuar
una prolija verificación de la existencia de palomas.
Esta existencia se hará constar en el Parte del Día, antes del 15 del co-
rriente. — Bol. E/178 Setiembre 8/930.
Reglamentación del trámite para los distintos asuntos con el Arsenal de Guerra:

Atento a que las fechas en que han sido dictadas las últimas disposiciones
que regulan el trámite de les asuntos con el Arsenal de Guerra, abarca un pe-
ríodo de muchos años — dificultando así su correcta aplicación por los respec-
tivos comandos — se pone en vigencia con carácter provisorio la "Reglamenta-
ción del trámite para los distintos asuntos con el Arsenal de Guerra".
Esta Reglamentación, impresa en forma de folleto, se remitirá a las Je-
faturas de Zona, Institutos y Unidades del Ejército, en !a cantidad de cinco a
cada uno.
Las Libretas talonarias con los formularios B. y C. que se mencionan, se-
rán provistas oportunamente por el Arsenal de Guerra. Mientras tanto, estos
formularios se rayarán a mano de acuerdo con la muestra que se adjunta a los
folletos.
Estos formularios constan de tres partes; cada una de estas partes tendrá
las dimensiones de una hoja de papel de oficio. La parte de la izquierda debe
quedar en la Unidad, como talón; la del centro (igual a la del talón) y la de
la derecha se remitirán al Arsenal de Guerra, Esta última será devuelta por
ese Establecimiento en calidad de recibo. — Bol. E/181 Setiembre 12/930.
El Jefe del Estado Mayor del Ejército
GRAL. DE DIV. BORQUES-
INDICADOR MILITAR
PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA—Casa de Gobierno.-P. Independencia
Presidente de la República — Dr. Juan Campisteguy.
Edecanes de la Presidencia — Coroneles: Bartolomé Herrera, Manuel A.
Lerena, Félix Etchepare, Raimundo Ibarra.

MINISTERIO DE GUERRA — 25 de Mayo 279 — Montevideo

Ministro — Gral. de Brigada Manuel Dubra.


5*1(6 Secretario — Cap. de Fragata Carlos Carbajal.
Director de Secciones — Tte. Cnel. Ado. Atilio Lombardi.
1.a Sección — Personal —- Jefe
2.a " Material — Jefe Mayor Ado. Germán R. Spangenberg.
3.* " Pensiones y Retiros — Jefe Mayor Ado. Juan Seré.
4.9 " Archivo — Jefe Mayor Ado. Pedro A. González.
5.' " Justicia — Jefe Mayor Ado. Enrique Espino.

ESTADO MAYOR D E L E J E R C I T O — 18 de Julio 1717 — Montevideo

Jefe del Estado Mayor del Ejercito — Gral. de Div. Francisco Borques.
Sitb Jefe del Estado Mayor del Ejército — Coronel Pedro Onetti.
Secretario — Tte. Cnel. Guillermo Buadas.
Jefe de la I.9 División — Coronel Eduardo F . Chaves.
Jefe de la 2. División — Coronel Gregorio A. Lezama.
Jefe de la 3." División — Coronel Julio Herrero.
Jefe de la División Historia y Archivo — Tte. Cnel. Orosmán V. Ledesma.
Bibliotecario — Mavor Raúl Sánchez de la Fuente.
80 Boletín de Informaciones

INSTITUTO GEOGRÁFICO — Avenida 8 de Octubre 2597 — Montevideo


Jefe — Teniente Coronel José E. Trahal.
Jefe Sección Geodesia — Mayor Federico H. Aguiar.
Jefe Sección Topografía — Mayor Urbano García Moreno.
Jefe Calculista — Mayor Carlos Quiñones.
Jefe de Administración y Personal — Mayor Nicasio Laporta Giménez.

ZONA MILITAR N.« 1 — Salto.

Jefe ~ Coronel Manuel Troncoso.


Jefe de Estado Mayor — Tte. Cnel. Gualberto Bolaní.

ZONA MILITAR N." 2 — Meló (Cerro Largo)

Jefe — Grai. de Brigada Julio Núñez Brián.


Jefe de Estado Mayor -^ Teniente Coronel Felipe Pucheu.

ZONA MILITAR N.? 3 — Durazno

Jefe — Teniente General — Pabló Galarza.


Jefe de Estado Mayor — Coronel Isaac López Castillos.

ZONA MILITAR N.9 4 — Tacuarembó

Jefe — Coronel Juan A. Piran.


Jefe de Estado Mayor — Tte. Cnel. Artigas Velazco.

UNIDADES DEL EJERCITO


INFANTERÍA

Batallón "Florida" de Infantería N.9 1 — Agraciada 1690 — Montevideo

Jefe — Coronel Alberto Cortés.


2." Jefe — Mayor Rafael Ordoñez.
Boletín de Informaciones 81
Batallón de Infantería A\" 2 — Salto
Icfe — Tte. Cnel. Arturo Jesús Gomeza.
2.9 Jefe — Mayor Enrique Moreno.

Batallón de Infantería N° 5 — Agraciada 2544 — Montevideo


Jefe — Coronel Jacinto Cruz.
2." Jefe —

Batallón de Infantería N.9 4 — Dante y República — Montevideo


Jefe — Coronel Ulises Monegal.
2.9 Jefe — Mayor Francisco López.

Batallón de Infantería N.9 5 — Encina 1554 — Montevideo

Jefe — Teniente Coronel Elbio Almirati.


2." Jefe — Mayor Raúl A. Michelini.

Batallón de Infantería A7.9 ó — Trienta y Tres


Jefe — Coronel Germán D'Elia.
2." Tefe — Mayor Justino E. Olivera.

Batallón de Infantería N. 7 — Minas


Jefe — Coronel Juan Ventura.
2" Jefe — Mayor Osear Mattos.

Batallón de Infantería N° 8 — Castro 170 — Montevideo


Jefe — Teniente Coronel Justo Rufino Grana Olivera.
2.* Jefe — Mayor Marcelino Elgue.

Batallón de Infantería N° 9 — Florida


Jefe—
2.' Jefe — Mayor Manuel Prats.

Batallón de Infantería N." 10 — Santa Isabel (Tacuarembó)


Jefe — Tte. Cnel. Enrique Hiriart.
2." Jefe — Mayor Edmundo Legris.
82 Boletín de Informaciones

Batallón de Infantería A\ 11 — Colonia


Jefe — Teniente Coronel Mariano Hermosa.
2.9 Jefe — Mayor Pedro Midón.

Batallón de Infantería N" ¡2 — Mercedes (Soriano)


Jefe — Tte. Cnel. Elbio Monegal.
2." Jefe — Mayor Gervasio H. Galarza.

Batallón de Infantería JV." 13 — Paysandú


Jefe — Teniente Coronel Raymundo Perruchettí.
2." Jefe — Mayor Dámaso González.

Batallón de Infantería N.- 14 — San José.


Jefe — Tte. Cnel. Valentín Hernández,
2.v Jefe — Mayor Aníbal Semblar.

Batallón de Infantería N" 15 — 8 de Octubre 2540 — Montevideo


Jefe — Teniente Coronel Arturo Fernández.
2." Jefe — Mayor Pacífico Valdez.

Batalló); de Infantería .Y." 16 — Fray Bentos (Rio Negro)


Jefe —
2" Jefe — Mayor Casimiro1 Lucio Lando.

Batallón de Infantería iV." 17 — Batlle y Ordoñez.


Jefe — Tte. Cnel. Carlos D. Lapitz.
2" jefe — Mayor Carlos P. Macciá.

Batallón de Infantería A7."1 18 — Rocha.


Jefe — Tte. Cnel. Julián Francisco Pereyra.
2.9 Jefe — .Mayor Juan Prado.

Batallón de Infantería N" 19 — Montevideo.

Tefe — Teniente Coronel Baldomero Baudean.


2.° Jefe — Mayor Julián Más de Ayala.
Boletín de Informaciones 83

ARTILLERÍA

Regimiento de Artillería a Caballo N." 1 — Pantanoso — Montevideo


Jefe — Teniente Coronel Juan Almirati.
2." Jefe — Mayor Héctor J. Medina.
Jefe de Grupo — Mayor José Negrín.
Jefe de Grupo — Mayor Ricardo Bordoni.

Regimiento de Artillería Montada N" 1 — Montevideo


Jefe — Tte. Cnei. Pedro Sicco.
2" Jefe — Mayor José Montefiore.

Regimiento de Artilcría Montada N" 2 — Flores


Jefe — Tte. Cnel. "Roberto Machado.
2" Jefe —

CABALLERÍA
Regimiento "Blandengues de Artigas" Cab. N" 1—Cerrito—Montevideo
Jefe — Tte. Cnel. David M. Colombo.
2." Jefe — Mayor Ornar Buzó.

Regimiento de Caballería N" 2 — Durazno.


Jefe — Teniente Coronel Américo Aragón.
2" Jefe —- Mayor Lisandro Guíanze.

Regimiento de Caballería N." 3 — Rivera


Jefe — Teniente Coronel Horacio Gutiérrez Mendoza.
2.-> Jefe — Mayor Miguel Marcos Kroger.

Regimiento de Caballería N" 4 — Camino Mendoza — Montevideo


Jefe — Coronel Alfredo Lafone Gómez.
2.9 Jefe — Mayor Héctor Gamboa.

Regimiento de Caballería N.v 5 — Tacuarembó


Jefe — Tte. Cnel. Rufino ürrutia.
2r Tefe — Mayor Américo Irizarri.
84 Boletín de Informaciones
Regimiento "A. Suárez" de Caballería AV 6 — Artigas

Jefe — Tte. Cnel. Pantaleón Díaz.


2.9 Jefe — Carlos Goñi.

Regimiento de Caballería AV 7 — Olimar (Treinta y Tres)

Jefe — Teniente Coronel Norberto Sanguinetti.


2.° Jefe — Mayor Juan P. Ribas.

Regimiento de Caballería A7.9 S — Meló (Cerro Largo)


Jefe — Coronel Luis Gómez.
2" Jefe — Mayor Juan Rosas.

Regimiento de Caballería N.9 9 — Piedras Blancas — Montevideo


Jefe — Coronel Serafín Martínez.
2.* Jefe — Mayor Carlos Carvalho.

INGENIEROS

Batallón de Ingenieros N.° 1 (Zapadores) — Piedras Blancas—Montevideo

Jefe — Tte. Cnel. Salvador Gandolfo.


2" Jefe — Mayor José A. Papa.

Batallón de Ingenieros N." 2 (Pontoneros) — San Ramón (Canelones)

Jefe — Teniente Coronel Adolfo Pedemonte.


2.» Jefe — Mayor José'M.' Rivero.

Batallón Ingenieros N.° 3 (F. C.) — Plana Mayor — Peñarol.

Jefe— Tte. Cnei. Orosmán B. Vázquez Ledesma (en com. E. M. E-).


2.9 Jefe — Mayor José P. Lámela.

Batallón de Ingenieros N" 4 — (Telegrafistas) — Peñarol

Jefe — Teniente Coronel Adolfo S. Quintana.


2." Jefe — Mayor Edgardo Ubaldo J. Genta.
Boletín de Informaciones 85

ESCUELAS, INSTITUTOS Y OFICINAS


CURSO PREPARATORIO DE SERVICIO DE ESTADO MAYOR — Ca-
no Burgués N.9 200.
Director — Teniente Coronel Pedro Sicco.
Ayudante — Capitán Juan A. Fernández.
Sub-Ayudante — Alf. Ado. Norberto U. Sanguinetti.

ESCUELA MILITAR — Garibaldi 2313 — Montevideo


Director (Comandante) — Coronel Alfredo R. Campos.
Sub Director (2.* Cts.) — Mayor Eduardo Zubia.

ESCUELA MILITAR DE APLICACIÓN — Camino Maldonado (Manga),


Director — General de Brigada José Chiapara.
Sub Director — Mayor Manuel Carlos Tiscornia.
Sub Director (Interino) — Mayor Eduardo Montautti.
Jefe del Curso de Infantería — Mayor Arturo Silva.
Jefe del Curso de Artillería — Mayor Hugo Molins.
" " " — Mayor José Eduardo Aguirre.
Jefe del Curso de Caballería — Mayor Hilario A. Gadea.
Jefe de Administración y Personal — Tte. Coronel Gaspar S. Borches.
ESCUELA MILITAR DE AVIACIÓN — Camino Mendoza — Montevideo
Director — Teniente Coronel Cesáreo L. Berisso.
instructores — Mayor Rogelio Otero, Capitanes Joaquín S- Costa, Osear
D. Gestido y Felipe Gutiérrez.
CONSTRUCCIONES MILITARES — 25 de Mayo 279 — Montevideo
i

Jefe Arquitecto — Coronel Alfredo Baldomir.


2.9 Jefe — Capitán José Demicheli.

ARSENAL DE GUERRA — Avenida 8 de Octubre 2540 — Montevideo


jefe — Teniente Coronel Alberto Viola.
2? Jefe — Mayor Enrique Figuerido Lois.
Contador — Capitán Raúl Reyes.
Jefe Almacén de Artillería — Mayor Mario Aguirrezabala.
Jefe Almacén Armas portátiles — Mayor Pedro Buadas.
Jefe de Almacén explosivos— Mayor Germán A. Acosta.
86 • Boletín de Informaciones

ESCUELA DE ESGRIMA Y GIMNASTA — Escuela Militar: Garibaldi 2313

Director — Coronel Ado. Nicolás Revello.

SERVICIO VETERINARIO Y DE REMONTA Y DIRECCIÓN DE


LOS CAMPOS MILITARES — 25 de Mayo 273.
jefe — Coronel José C. Mertnot.
Jefe del Campo Militar N." 1 en Cerrillos (Canelones). — Tte. Cnel. Flo-
rentino Da Rosa.
Jefe de! Campo Militar N.° 2 en Zapará (Tacuarembó). — Mayor Juan
Pedro Rojas.
Jefe del Campo Militar N." 3—Montevideo—Tte. Cne!. Si señando Alvez.

COMISIÓN CALIFICADORA DE SERVICIOS MILITARES E INS-


PECCIÓN DE ARMAS. — Estado Mayor del Ejército.
Presidente — General de Brigada Luis Fabregat.
Vocales — General de Brigada Roberto P. Riverós; Coroneles: Alberto
Viña, Osear B. Viera, Juan Sicco. — Secretario: Coronel Julián B.
Meloño.

COMISIÓN MILITAR DE HISTORIA — 18 de Julio 1713

Presidente — General de Brigada Retirado José R. Usera.


Miembro — Coronel Retirado José L. Martínez.
Id. — Teniente Coronel Orosmán Vázquez Ledesrna.
Id Secretario — Alférez Retirado Ángel H. Vidal.

MIEMBROS MILITARES DE LA ALTA CORTE DE JUSTICIA — 25


de Mayo 616.

General de División Juiio Dufrechou.


General de División Eduardo Da Costa.

CONSEJO SUPREMO DE GUERRA Y MARINA — 25 de Mayo 285

Ministro — General de Brigada Julio C. Martínez.


id. — Coronel Marcos Viera.
Id. — Coronel José Perruchettt.
Id. — Coronel Domingo Mendivil.
Id. — Capitán de Navio Tomás Rodríguez Luis.
Boletín de Informaciones 87

CONSEJO DE GUERRA PERMANENTE — 25 de Mayo 285

Juez — Coronel Ángel Farías.


Id. — Coronel José María Gomeza.
Id. — Coronel-Faustino Laguarda .

JUZGADO MILITAR DE INSTRUCCIÓN — 25 de Mayo 285


Jue? — Coronel Héctor Marfetán.
id. — Mayor Eírain González Conzi.

FISCAL MILITAR

General de Brigada Jaime F. Bravo.


Coronel Enrique Patino.

SERVICIO DE SANIDAD DEL EJERCITO Y LA ARMADA. — Avenida


8 de Octubre 3020 — Montevideo.
Director General — Gral. de Brig. Ado. Dr. Alberto Anselmi-
Médico Principal — Coronel Ado. Dr. Eduardo Birabén.
Director del Hospital Militar Central — Cnel. Ado. Roberto Rivas Costas.

INTENDENCIA GENERAL DEL EJERCITO Y LA ARMADA — Pie-


dras 113. — Montevideo.

Intendente General — Coronel José Maria López Vidaur.


Sub Intendente — Coronel Ado. Átalo Lanza.
Secretario — Tte. Coronel Ado. Carlos Riviere Podestá.
Contador — Coronel Ado. Juan J. Scampini.
Tesorero — Tte. Coronel Ado. Pedro Viladecants.
Jefes de Sección — Mayores Asimilados: Apolo Ravaglio, Mariano Cla-
velli, Fructuoso Guarch., Raúl E- Baldomir.
Inspector General — Tte. Coronel Ado. Vicente Eguía.
Comisaría de Guerra — Jefe, Tte. Coronel Ado. José Luis Picardo.
Director de las Cantinas Militares — Tte. Cnel. Ado. Julio J. Lascano.
Inspectores de Zona — Ttes. Coroneles Ados.: Juan Compta, Germán Da
Costa, Leodoro Buquet, Humberto Levaggi.

IMPRENTA MILITAR — 25 de Mayo 273 — Montevideo

Jefe Director — Teniente Coronel Ado. César Alvarez Aguiar.


S8 Boletín de Informaciones

SERVICIO FOTOGRÁFICO DEL EJERCITO—25 Mayo 273-Montevideo


Director — Lorenzo A. Baselü.

DIRECCIÓN DEL SERVICIO DE RADIOCOMUNICACIONES — 25


He Mayo 273.
Jefe Director — Coronel Asimilado Gilberto Lasnier.

POLÍGONO DE TIRO — Punta Carretas


Jefe — Tte. Cnel. Elbio Quinteros.

COMISIÓN DE LIMITES - URUGUAY BRASIL — Reconquista 529


Ministro Plenipotenciario - Delegado Jefe — Virgilio Sampognaro.
Auxiliares Técnicos — Mayor Alfonso Montero Pérez, Mayor Carlos Vila
Seré, Mayor Hilario García Moreno, Mayor Agustín H. Creci y Ca-
pitán Julio Velazquez.

REVISTA MILITAR — 25 de Mayo 279 — Montevideo


Director de la Sección Ejército — Tte. Cnel. Carlos Iribar.
Director de la Sección Armada — Capitán de Fragata Héctor Luisi.

"REVISTA MILITAR ¡ALERTA! — Coronel Brandzen 1937


Director — Enrique Rodríguez Herrero.

CENTRO MILITAR — Convención 1332 — Montevideo.

CIRCULO MILITAR "ARTIGAS" — 18 de Julio 1726 — Montevideo.

-=ir=ii=Jr=Jr=Jr=ii
Oficiales de Actividad que han sido dados de Baja, a su pedido, por Pase
a Retiro o por fallecidos, en los meses de Julio, Agosto y Setiembre.
ARMA

I. Tte. Cnel. Carlos Leborgne. — Por pase a retiro.


I. Tte. Cnel. Francisco Bonomi. — Id. id.
I. Teniente Nicolás Tolentino Medina. — Id id.
Sumarios de las últimas revistas recibidas en la Biblioteca del Estado
Mayor del Ejército, las que están a disposición de los S.S. 0.0.

ESPAÑ A
'•LA GUERRA Y SU PREPARACIÓN".— (Mayo de 1930).
Estudio de Historia Aplicada. Las lecciones de la batalla de Bailen (Con-
tinuación). Psicotécnica militar. Biblio-psicologia. — Alemania. La caballería
Rusa en la Prusia Oriental. — Flotadores "Mowe" para el paso de cursos de
agua. — Cuba. Industria militar, — Francia. A utoamet rail adora francés con
propulsión sobre cadenas. — Italia. Las operaciones militares de 1928 en terri-
torio Libico. — Portugal. Organización del Ejército portugués.

(Junio de 1930).
El Pacto Keüog y el problema de la paz. —• Cuba. Industria militar (con-
tinuación). — Italia. La ocupación del Fezan llevada a cabo con exclusiva in-
tervención de fuerzas mebaristas y aéreas ( 1929 - 1930..— Suecia. Idea general
de la organización de su Ejército.

".MEMORIAL DE INFANTERÍA" — (Mayo de 1930).


La ametralladora es el arma principal de la Infantería (su empleo en el
combate). Guerra química (continuación). — La debida proporcionalidad en-
tre los planes estratégicos y los medios tácticos de acción reciproca (con un
croquis). — La electricidad y la constitución de la materia (conclusión). —
Organización militar de Polonia: Reclutamiento, Instrucción, Organización y
Armamento- -— El empleo de las ametralladoras (con un croquis).

"REVISTA DE LAS ESPAÑAS" — (Abril de 1930).


E! Hispanoamericanismo y el Rey. — Comprensión a acercamiento.—Elro-
manticismo en América. — Los poetas de la revolución. — La canción Mexica-
na. — j,a obra literaria de algunos escritores contemporáneos portugueses
(conclusión).

(Mayo de 1930).
Estampa de una ciudad colonial. — Panamá siempre Hispana. — Las exca-
vaciones arqueológicas en España. — El Brasil afirma su amistad con Jas na-
ciones hispanas. Obra constructora de su actual canciller. — La canción Me-
xicana (conclusión).
92 Boletín de Informaciones

(Junio de 1930).
Actividades inertes, por Juan Zorrilla de San Martin. — Un gran poeta
de lengua española : José María de Heredia. — Los pueblos Hispanoamericanos
y el cine oral. — Crónica de arte. — Aportación al estudio de la cultura espa-
ñola en las indias.

"ÁFRICA" REVISTA DE LAS TROPAS COLONIALES — (Abril


de 1930).
El Estrecho de Gihraltar. Episodios principales de una tragedia histórica.
— Las diferencias Franco-Italianas en el África Mediterránea. — Vista pública
del pleito Franco-Italiano. — Crónica mensual del Tánger. — Dos días en los
bosques de cedro Ketama. — Aproximación Cristiano-Musulmana. — Hagio-
grafía musulmana. — La campaña italiana en el Mediodía líbico. La ocupación
del Fesán. — Los Piratas Berberiscos. — Crónica mensual de Melilla. — Co-
municaciones.

(Mayo de 1930).
El "Estrecho de Gibraltar. Episodios principales de una tragedia histórica.
— La diferencias Franco-Italianas en el África Mediterránea. — La conquista
de la Libia. — Los Piratas Berberiscos. — Aproximación Cristiano-Mulsuma-
na. — Ciudades de la zona Francesa. -— Crónica mensual de Melilla. — El ré-
gimen municipal de Ceuta y Melilla. Qué han hecho !as Intervenciones Mili-
tares ?

"MEMORIAL DE INGENIEROS DEL EJERCITO1'*— (Abril de 1930).


Estudio de una organización de entramados para pisos o cubiertas. — Curso
de Información sobre la misión de las tropas de Ingenieros en el combate. —-
La distribución por válvulas en las locomotoras. — Procedimientos de aere-
náutica. — La distribución del trabajo en !a organización del terreno. — In-
fluencia del terreno sobre la guerra mecanizada. — Tres causas diferentes de
las descargas disruptivas. — Los metales alcalinos, térreos y ta corriente electró-
nica. — Comunicación telefónica entre un transatlántico y la tierra. — La
competencia por la Cinta Azul del Atlántico.

(Mayo de 1930).
Estudio de una organización de entramados para pisos o cubiertas (conti-
nuación). — Visita a España de los ingenieros civiles iberoamericanos. — Al-
gunos aspectos de la economía mundial en la post-guerra. — Los aeródromos
flotantes del Atlántico. — La cruzada del General Normad pro-fortificación.—
Previsiones inglesas sobre la fortificación permanente futura. — Cubiertas y
muros contra la acción aérea. El polvo de aluminio. — La célula fotoeléctrica
como indicador de gases. — Las células fotoeléctricas y sus aplicaciones.

"ARMAS Y DEPORTES" — (Mayo de 1930).


El "Match" de Tiro Latino. — El concurso de tiro de San Sebastián. —
El tiro con carabina calibre 22. — Suiza, La Maestra en tiro. — La tirada a 300
metros en Barcelona. — El "'Match" Latino de carabina y pistola 22.
Boletín de Informaciones 93

(Junio de 1930).

El comité Olímpico y el tiro nacional. — Tiro con armas calibre 22. — El


cartucho de 7 m/m para el tiro Nacional. — Tiradas a 300 metros en Barcelona.

(Julio de 1930).
El deporte del tiro en los juegos olímpicos. — El concurso Nacional e In-
ternacional de Granada. — Kl elemento civil en el Tiro Nacional. — Congreso
olímpico de Berlín en 1930. — Concursos de tiro en Eibar. — El tiro especta-
cular.

ARGENTINA
"TIRO NACIONAL ARGENTINO" — (Mayo de 1930).
Un bando de Buenos Aires colonial. — El tiro de stand como deporte. —
El fusil Suizo. — Nuevo fusil de carga automática. — El servicio militar y el
tiro. — La enseñanza preparatoria del tiro. — Por los stands. — Informaciones
útiles para instructores de tiro.
(Junio de 1930).
Pensiones a deudos de militares. — En el tiro federal de La Plata. — El
iusil Suizo. — Escenas de cuartel. — La infantería en combate en terreno ac-
cidentado. — Sana preocupación. — El tiro en Suiza. — Informaciones útiles
para los instructores de tiro.

C H I L E
"MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE'" — (Abril de 1930).
Calificación y eliminación. — Napoleón I. — El servicio meteorológico en
el Ejército. — Ideas sobre el aprovechamiento de los levantamientos' rápidos en
tiempo de paz y en tiempo de guerra. — Cualidades del Jefe. — Observación
de! tiro de artillería. — La Linea Troncal. — Conferencia sobre puentes col-
gantes. — El combate frontal desde el punto de vista militar. — La Paz y la
Guerra (Pensamiento de José Enrique Rodó).

(Mayo de 1930).
Vainilla metálica o saquete en los obuseros de campaña, 10,5. — El cono-
cimiento de los Ejércitos extranjeros, — Los proyectos de leyes orgánicas de
las fuerzas aéreas francesas. — La muerte de Ahnanzor. — Reconocimientos
o excursiones cordilleranas. — Algunas consideraciones sobre el libro "Sin no-
vedad en el Érente". — Las etapas del desarme naval. — Organización de uni-
dades de montaña. — Algo sobre la guerra de gases. — La estabilidad de la pól-
vora v de mixtos fulminantes en cartuchos bala P. — El Radio - Altímetro.
94 Boletín de Informaciones
(Junio de 1930).
Aspectos doctrinales. •—• Maniobras de la División de Caballería de Lunévi-
lle en 1929. — Ün procedimiento para el tiro indirecto de ametralladoras sin
ayuda de la carta. — Ejércitos modernos. — Reclutamiento de las tropas de
montaña. — La importancia de ía línea troncal. •— Casos interesantes del trabajo
de la policía secreta en campaña. — Modificaciones que convendría introducir
en nuestra contabilidad militar. — Conferencias sobre puentes colgantes. — El
servicio de Veterinaria.

-REVISTA DE INFANTERÍA" — (Junio de 1930).


El centenario de la muerte de Sucre. — Cuestiones de instrucción en los
cuerpos de tropa. — Materias para la instrucción individual. —- Algunos con-
cepto?, sobre la retirada. —- Proyecto de reglamento inglés para el combate de
los tanques y de los automóviles blindados. — Nociones de cálculo de probabi-
lidades, aplicadas al tiro de las armas portátiles (Continuación).

(Juíio de 1930).
¡9 y 10 de Julio! — Algunos ejemplos históricos de operaciones .nocturnas.
— Materia para la instrucción individual (continuación). — Proyecto de re-
glamento inglés para el combate de los tanques y automóviles blindados (conti-
nuación). — Tiro demostrativo.

C U B A

"BOLETÍN DEL EJERCITO" — (Abril de 1930).


Bolivia y la independencia de Cuba. — Una frase histórica. — B'l Maestro
Eléroe, Mayor General Honorario del Castillo. — Dyrrhachium. — Notas Mi-
1 iiaves del extraugero. El Ejército Norteamericano. — Relato de la muerte de
la Familia Afola y Mora en 1871. — Sin Novedad en el frente. Remarque y su
obra. — Crónicas de la Guerra de Cuba. — William Seaver Woods y la Guerra
Mundial. •— Prácticas de la misión militar de Cuba en la Yeguada de Jerez. —
Higiene y Sanidad en campaña. — Napoleón Jefe del Ejército. — Disertación
oficiosa sobre el uso de uniformes.

(Mayo de 1930).
El discurso del apóstol Marti el 26 de Noviembre de 1891. — Retrato del
Primer Teniente Alberto de Silva y Morales. — Fusilamiento del Coronel Mé-
dico del E. L. Dr. Antonio L. Luaces e Iraola. — Ignacio Agramonte. — Reiato
de la Muerte de la familia Mola y Mora en 18/1 (continuación). — Lista de
ios confinados en e! Morro 1895 - 1898. — Crónicas de la Guerra de Cuba
(continuación). — Administración Militar. — Un libro del Cap. José A. Men-
del Cuba. — Cirujía Torácica. — Napoleón, Jefe del Ejército (continuación).
— Higiene y Sanidad en campaña (continuación). — Informe sobre la cria
caballar en Europa. — William Seaver Woods y la Guerra Mundia] (conti-
nuación).
Boletín de Informaciones 95

M É X I C O
'•REVISTA DEL EJERCITO Y LA MARINA" — (Abril de 1930).
Educación e instrucción militares del soldado. — La Escuela Superior de
Guerra de París. — Los servicios que la Psicología Práctica debe prestar al
Ejército. — Trabajos a los que pueden dedicarse los Oficiales de Estado Mayor
de las Jefaturas de las operaciones. — La Defensa de Aoulai. — El problema
de los armamentos, especialmente el de la Infantería en los países de la América
Latina. — La exploración cercana por la Caballería Divisionaria. — Funciones
del Oficial Orientador. — La provisión de agua en Campaña. — Generalidades
de aeronáutica. — Proyecto de reglamento para el caso de accidentes. — Cuales
deben ser las responsabilidades de los vigilantes? — Reglamento para la Escuela
Superior de Guerra del Ejército Italiano.
(Mayo de 1930).
Ofrenda —- Honor a nuestra ijuinta arma (Aviación) — Sidar y Roviro-
sa. — Elsa. — El divino fracaso. — Sidai" y Rovírosa Lampado foros de la raza.
—- Homenaje a Sidar y Rovirosa. — La caída de Sidar y las previsiones de la
Meteorología. — Galería de Honor de la Aviación Militar Mexicana. — Como
se formaron nuestros primeros pilotos. — La apoteosis de ios aviadores Sidar y
Rovirosa. — La catástrofe relatada por un diario de Costa Rica. — La muerte
de Sidar y Rovirosa en el extranjero. -— Impresiones sentimentales.

GUATEMALA
•'REVISTA MILITAR" — (Abril de 1930).
La más alta distinción a los caballeros cadetes. — Armamento moderno de
la Infantería. — Instrucción General de Artillería. — Reglamento de Manio-
bras para la Artillería de Campaña. — Apuntes sobre caballería. — Fortifica-
ción de Campaña. — La Instrucción y educación militar obligatoria. — La Pa-
tria y el Ejército.
(Mayo de 1930).
Nuestras maniobras militares de primavera. — El avance bajo los fuegos
de Infantería. — Observaciones sobre nuestros reglamentos tácticos. — Regla-
mento provisional de maniobra de Artillería. — Apuntes sobre caballería (con-
tinuación). — Fortificación de campaña (continuación). — Arte y ciencia de
la Guerra.—Los elementos del caballista militar. — Cuidado y limpieza del fusil.

ESTADOS UNIDOS
"BOLETÍN DE LA UNION PANAMERICANA" — (Junio de 1930).
Homenaje a Sucre en el primer centenario de su muerte. — Sexto congreso
Panamericano del niño. — Progreso de la Aviación en la América Latina. —
La estación experimental de lancetilla. — La estadística y el pensamiento edu-
cativo moderno.
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TODA CORRESPONDENCIA
RELACIONADA CON ESTE
1
'BOLETÍN DE INFORMA
CIONES'\ DEBERÁ SER DI-
RLtflDA AL JEFE DE LA DI-
VISIÓN DE HISTORIA Y AR-
CHIVO, Tte. Coronel OROS-
MAN VÁZQUEZ LEDESMA..
ESTADO MAYOR DEL EJER-
CITO. 18 DE JULIO N.9 1717

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