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Índice
Agradecimientos
Introducción
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Jaime Tomás Page Pliego
Capítulo 2. Cosmovisión
Consideraciones sobre religión
Mitos de origen y estructura del mundo su importancia en el campo médico
Entre mitos
Mito judeocristiano
Mito sustitutivo
Estructura del mundo
Cielo
Entre cielo y tierra
Tierra
K’atin’bak, infierno
Deidades
Deidades secundarias o dioses que residen en la tierra
Apóstoles, santos y vírgenes
Anjeletik
Deidades del mal
Pukujetik, demonios
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Lab en Oxchuc
La revelación del lab
Labetik que son fenómenos naturales
Labetik animales
Labetik dadores de enfermedad
Formas de actuar del lab y cómo se contrarresta
Cualidad del lab
Adquisición del lab
a. El lab inherente
b. Adjudicación por traspaso
c. Por petición al santo patrón o a los anjeletik
Los agentes portadores de labetik me’il’tatil y protectores
Tz’ilajwanej, mal echado
Congregación de labetik
Peligros para el lab dador de enfermedad
Pérdida de yu’el y enfermedad del portador de lab
Muerte por vejez del portador de lab
Asesinato
Lab, enfermedad y muerte
Neutralización del lab, curación
Neutralización de la acción del lab y su exterminio
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Jaime Tomás Page Pliego
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
J-poxtawanejetik
J-tamalal, partera
J-ak wamal, hierbatero
Ch’abajel, pulsador
El trabajo
Estrategias diagnósticas y terapéuticas
Interrogatorio
Observación
Sueño y pulsación
Yomel
Pago
Bibliografía
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Jaime Tomás Page Pliego
AGRADECIMIENTOS
Agradezco el apoyo brindado por el Concejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Conacyt,
Convenio 415461629; que de 2003 a 2006 brindó el flujo financiero para la realización del
proyecto de investigación denominado «Etnomedicina en Oxchuc», sin el cual este trabajo
no hubiera sido posible; enseguida, a los jpoxtavanejetik, los que ayudan a sanar, tanto de la
Organización de Terapeutas Indígenas Tseltales, A. C., Odetit, como de la Organización de
Médicos Indígenas del Estado de Chiapas, A. C., OMIECH, que amablemente nos abrieron
sus puertas y corazones para narrarnos sus historias; al personal de apoyo de la biblioteca,
cómputo académico y administrativos del Programa de Investigaciones Multidisciplinarias
de Mesoamérica y el Sureste, adscrito al Instituto de Investigaciones Antropológicas de la
Universidad Nacional Autónoma de México, Proimmse-IIA-UNAM, quienes ante cualquier
eventualidad estuvieron prestos, además de a los colegas del seminario permanente de
Antropología médica de Chiapas en cuyo seno se ha discutido en varios ocasiones el texto.
En cuanto a personas, agradezco a mi esposa, Andrea Knaf, quien con su amor y
comprensión fue y es de una ayuda insustituible para superar los momentos críticos, los del
trabajo y los de la vida, que no son pocos. Angelino Calvo Sánchez apoyó en la realización
y traducción de todas las entrevistas. Pablo Salmerón ha hecho que este trabajo sea un
documento algo más legible. Finalmente, agradezco a mis amigos Carlos Duque de Estrada,
Amalia Olalde, Shelbi Joseph y Gabriela Ortiz, el apoyo en todos los órdenes; su
inapreciable amistad y desenredo de los problemas de informática coadyuvaron en varias
ocasiones a resolver los vericuetos del ordenador, para ellos y ellas va más que un simple
agradecimiento.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
INTRODUCCIÓN
Asumo el abordaje de la cultura desde la Antropología, junto con Giménez (2005: 75),
Sobre esta base, sitúo los acontecimientos producidos a partir del segundo tercio del siglo
XX en México y Chiapas y su concreción en la región Altos como detonantes de los
rápidos y significativos cambios que de manera notoria han generado importantes
actualizaciones en las representaciones sociales y, concomitantemente, en las formas como
se vive en el mundo entre los tseltales del municipio de Oxchuc, Chiapas. Todo ello visto
desde la óptica de los procesos etnomédicos y aquello que los circunda, para lo cual
centraré la presentación por un lado en el contexto histórico y, por otro, en las formas de
cómo fue caracterizada la cosmovisión entre los tseltales de Oxchuc a partir de los reportes
etnográficos escritos de 1940 en adelante, así como su situación a inicios del siglo XXI.
En el proceso que se suscitó como resultado de la colonización, los «pueblos de
indios» de Los Altos de Chiapas fueron conformados con población de distintos orígenes.
Lo cual tuvo como meta romper los fundamentos socioculturales y organizativos
prehispánicos para con ello lograr el control social, vencer resistencias y facilitar la
expoliación de la población originaria.
Con esto, se quiere destacar que ante todo tenemos que entender la identidad social
de estos grupos desde el inicio de la Colonia hasta la actualidad como resultado de los
procesos de colonización externa e interna y no como procesos paralelos y autónomos que
hayan ido incorporando elementos ajenos a sus culturas de origen hasta conformar sistemas
sincréticos. Al respecto, Bonfil (1987: 50) señala:
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Jaime Tomás Page Pliego
y también ha provocado que se refuerce la identidad local en detrimento de la identidad social más
amplia que correspondía a la organización social de los pueblos antes de la invasión europea. De tal
manera que las identidades actuales deben entenderse como resultado del proceso de colonización y
no como la expresión de una diversidad de comunidades locales que formen, cada una de ellas, un
pueblo distinto.
Por otro lado, estas acciones no fueron suficientes para cancelar la cultura de los
colonizados pues, como bien señala el mismo autor (Bonfil 1987: 81), fue posible mantener
un control más o menos amplio de lo social, decidir sobre algunos aspectos de la
organización social y preservar elementos muy importantes del pensamiento de sus
antepasados prehispánicos. Esto debido a que los colonizadores situaron su poder y su
espacio en el ámbito urbano, donde se concentraba la producción del campo, en tanto que
este «fue el espacio del colonizado».
Ha sido documentado suficientemente que la mayoría de estos pueblos —San Juan
Chamula, Zinacantán, Chenalhó, San Andrés, Cancuc, Huixtán, Yajalón, etcétera—
lograron configurar organizaciones sociales y religiosas a través de las cuales se pudo
preservar un cúmulo considerable de elementos culturales prehispánicos, sobre todo en
aquellos cuyo devenir no estuvo marcado por la desenfrenada rapiña por la tierra, como fue
el caso de Chamula, en donde solo interesaba la fuerza de trabajo estacional; o como
Cancuc, que a base de resistencia beligerante logró permanecer libre de la presencia ladina
y que permaneció aislado (Arias 1975, Galinier 2001, Gossen 1975, Holland 1963, Page
2005, Rus 1995, Signorini y Lupo 1989).
Hasta la década de 1990, estos pueblos lograron conformar sistemas en los que la
mano colonial estuvo indirectamente entrometida y que hasta la fecha se han caracterizado
por un orden en que lo religioso predomina sobre lo civil.
En este sentido, el trabajo que se presenta pretende dar cuenta, desde la perspectiva
de la determinación histórica de los fenómenos sociales, del devenir de las formas
particulares de cosmovisión y etnomedicina que han estado presentes entre los tseltales de
Oxchuc, quienes a partir de la década de 1950 han formado parte de las huestes católicas,
donde algunos de cuyos j-poxtawanejetik conformaron la Organización de Terapeutas
Indígenas Tseltales, Odetit, A. C., y otros son socios de la Organización de Médicos
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Indígenas del Estado de Chiapas, OMIECH, A. C., ambas asociaciones a su vez forman
parte del Consejo de Organizaciones de Médicos y Parteras Indígenas Tradicionales del
Estado de Chiapas, COMPITCH, A. C.
Así, este libro es resultado de una propuesta de investigación encaminada a
documentar exhaustivamente los sistemas etnomédicos presentes entre los mayas de Los
Altos de Chiapas. Inicialmente se delineó un primer proyecto que se constituyó en tesis
doctoral, para ser llevado a cabo en los municipios de Chamula, Chenalhó y Oxchuc.
Debido a lo exhaustivo de la información y a la imposibilidad de cumplir con los
tiempos exigidos por el posgrado, se acotó el proyecto de doctorado a los municipios
tsotsiles de Chamula y Chenalhó, con el título: «Medicina tradicional entre los tsotsiles de
Chamula y Chenalhó, Chiapas, y procesos de formación, iniciación y de trabajo de sus
practicantes», que a la postre derivó en el libro titulado El Mandato de los Dioses.
Etnomedicina entre los Tsotsiles de Chamula y Chenalhó, Chiapas, publicado en 2005.
En 2003, fue reelaborado el proyecto correspondiente al municipio de Oxchuc y su
realización financiada por Conacyt bajo el Convenio 41546162.
Ambos estudios surgen a partir de una demanda explícita por parte de los
etnomédicos de OMIECH y Odetit en cumplimiento de uno de sus principales objetivos:
documentar exhaustivamente las etnomedicinas que se llevan a cabo en su seno con objeto
de generar memorias escritas y evitar con ello el olvido ante los profundos y rápidos
cambios que se vienen suscitando en dichos sistemas etnomédicos, y que eventualmente
podrían llevar a su desaparición.
En cuanto a la metodología, inicialmente se delineó una propuesta que fue llevada
primero a las mesas directivas de ambas organizaciones; una vez avalada se sometió a las
asambleas de socios correspondientes donde se seleccionaron, como colaboradores para
este proyecto, entre ambas organizaciones, a diez j-poxtavanej, los que ayudan a sanar, de
reconocido prestigio por su conocimiento y éxito, quienes amablemente nos proporcionaron
sus historias de vida.
El siguiente paso consistió en configurar detalladamente el proyecto de
investigación, siguió el diseño de una guía semiestructurada, misma que fue discutida con
la mesa directiva de OMIECH. Una vez acordada, se procedió a la capacitación de dos
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Jaime Tomás Page Pliego
técnicos académicos bilingües, para el caso de Oxchuc el tseltal Angelino Calvo Sánchez,
quien labora en el Instituto de Estudios Indígenas de la Universidad Autónoma de Chiapas;
alcanzado el objetivo se realizó una prueba piloto que consistió en entrevistar ante la mesa
directiva de OMIECH a un j-ilol, el que puede ver-sentir.
Las entrevistas fueron todas realizadas en tseltal y registradas en audio cinta, cuyas
traducciones, realizadas por el entrevistador, fueron de nueva cuenta registradas mediante
el mismo mecanismo, para luego ser trascritas y corregidas.
El material ya procesado se sistematizó en una base de datos diseñada ex profeso en
el programa Access de Microsoft. Con ello se escribió este libro, mismo que se ha
organizado de la siguiente manera… El primer capítulo aborda lo concerniente a geografía,
historia, economía y salud del municipio en cuestión. En donde se hace principalmente
referencia a hechos de importancia suscitados a partir de 1940, que en mi opinión
constituyen los determinantes más importantes de lo que hoy es Oxchuc. Asimismo, se
hace referencia a las condiciones de vida, servicios gubernamentales de atención a la salud-
enfermedad, morbi-mortalidad y atención etnomédica. El capítulo dos trata sobre los
aspectos centrales de la cosmovisión, se aborda lo relativo al mito de origen, estructura del
mundo y la importancia que esto tiene en el campo médico. A continuación, en el capítulo
tres, se analiza el imprescindible tema de la noción de persona, ya que ésta, más que otros
elementos, marca el deber ser de los sistemas etnomédicos. En el capítulo cuatro se tratan
las nociones que los jpoxtavanejetik de Oxchuc tienen sobre el proceso salud-enfermedad-
atención, así como los procesos de formación, iniciación y trabajo en que están inmersos.
Para terminar, en el capítulo cinco, se comparten algunas reflexiones sobre la temática
abordada.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Capítulo 1
GEOGRAFÍA, HISTORIA, ECONOMÍA Y SALUD EN OXCHUC
GEOGRAFÍA
La idea del presente apartado es presentar el contexto económico, social, histórico y de
salud, acaecido en el corto plazo —a partir del segundo tercio del siglo XX— en el
municipio maya-tseltal de Oxchuc, con el objetivo de resaltar su importancia en el proceso
de cambios y actualizaciones que se han ido dando en tanto las formas en que se representa
y se vive el mundo.
En primer término, la palabra tseltal «Oxchuc» significa «tres nudos» (Bautista
2002: 11). El municipio que lleva dicho nombre se ubica en la región II Altos del estado de
Chiapas, para el que en 1996 se calculó una extensión de 33,833 hectáreas (Moguel y Parra
1998: 73), con un rango de altura entre los 1,000 y 2,000 msnm (Siverts 1969: 52-53).
Colinda al norte con Cancuc y Ocosingo, al sur con Chanal y Huixtán, al oriente con
Altamirano y al poniente con Tenejapa. Lo atraviesan varios pequeños arroyos y cuatro
ríos: Yaxanal, fronterizo con Tenejapa; Jataté; Tzaconejá (CEEM 1988: 13), y Mesbilhá
(Siverts 1969: 52-53).
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
ECONOMÍA
Las actividades productivas se centran principalmente en la agricultura de subsistencia,
crianza de animales, principalmente aves de corral y cerdos; y en las partes bajas del
municipio café (Inegi 2005). Dado que la producción es insuficiente para obtener los
alimentos requeridos para el consumo anual y, mucho menos, excedentes, la población
precisa de contratarse fuera del lugar, antiguamente como jornaleros agrícolas y en la
actualidad preferentemente como trabajadores de la construcción en los polos de desarrollo
de estados aledaños como Villahermosa, Tabasco; Playa del Carmen y Cancún, en
Quintana Roo; en la extracción de petróleo o migrando hacia el norte de la República
mexicana o a Estados Unidos de Norteamérica, por lo que obviamente se tiene un alto
índice de migración.
HISTORIA
En cuanto a lo que en Oxchuc se considera como origen, dice la leyenda de fundación que
aún circula entre los oxchuqueros que los primeros pobladores fueron conducidos desde
Guatemala por el actual patrón del pueblo, Santo Tomás, quien orientado, no se sabe con
certeza si por un pajarito o una culebra, condujo a su pueblo hasta un manantial que tenía
por nombre Yaxnichil, lugar donde todos toman agua (ibídem, p. 11). Apuntando hacia
datos que refuerzan el anterior planteamiento, en el Popol Vuh (1961: 115) se señala que los
tsotsil-tseltales «tribu de la casa de los Zotzil», al igual que otros pueblos que poblaban el
centro de Guatemala, estaban sometidos a los cachiqueles, quienes al haber recibido el
fuego de los dioses tuvieron la posibilidad de proveerlo a los otros pueblos a cambio de
sujeción. La tribu de la casa de los Zotzil no dispuesta a someterse optó por hurtarlo, y ya
con éste en su poder emigraron hacia el norte del continente ocupando en su huida parte de
los llanos de Comitán, los valles orientales del Grijalva y lo que hoy son Los Altos, todos
lugares ubicados en el estado de Chiapas (García de León 1985: 28).
En el siglo XVI, las autoridades coloniales dan a Oxchuc el carácter oficial de
poblado, adscribiéndolo al departamento y partido de Chilón (Siverts 1969: 51). Según
refiere Viqueira (1987: 388), en el siglo XVII Oxchuc se adscribía a lo que dio en llamarse
Montañas Zendales, no por lo cual se caracterizaba por su unidad interna ya que estaba
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La terminación «etik» implica pluralización.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Cargos eclesiásticos
A. Cargos para Principales: son los cargos más importantes, y por lo mismo están por encima de todas las
demás autoridades del municipio.
C. Asistentes: Martoma
Martoma 8
Cargos del cabildo
?Alakal
Kornal
Siniko
?Eshtul
Fuente: Elaboración propia, con datos de Villa Rojas (1990: 30) y Siverts (1969: 153-170).
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Una de las funciones más importantes del Consejo Tribal consistía en la custodia del
Kahwaltik —«Nuestro Señor», Libro sagrado—, cuyo cuidado se alternaba cada año entre
un Kalpul y otro (Villa Rojas 1990: 29). Al respecto Siverts (1969: 149) refiere:
Durante su primer viaje de reconocimiento en 1938, Villa Rojas, después de muchos regalos, obtuvo
permiso de ver el libro que resultó ser una serie de órdenes de autoridades españolas de la Colonia,
fechado en 1647. El libro que consta de 12 páginas [folios] y forrado de piel de venado se guarda en
una caja de madera negra. Villa Rojas cuenta que antes y después de cambiar de lugar el libro de un
calpul al otro, se arrodillaban y rezaban a los Santos patrones mientras se quemaba incienso y se
disparaban cohetes. Esta ceremonia tiene lugar a fin de año en relación con el nombramiento del
nuevo personal en los diferentes cargos: durante 13 días, a partir del 31 de diciembre, todos los altos
funcionarios de ambos calpules permanecen en el cabildo sin contacto con el mundo exterior, entre
otras cosas deben mostrar abstinencia sexual. El Libro Sagrado se coloca en el centro de la mesa
junto con 13 cirios, 13 rosarios, 13 calabazas con pilico y 13 ollas con atole. Después de haber
rezado durante 13 días, los funcionarios llevan la caja con el libro en procesión solemne hasta la
choza situada al otro lado del límite del calpul, donde el funcionario correspondiente aceptará la
responsabilidad y la protección durante el año por venir. De esta manera la responsabilidad sobre el
símbolo de la tribu, quizá más importante, se reparte igualmente entre los dos calpules.
Los cargos de k’atinab o dzunubil eran considerados sagrados y los otros presentaban más
bien un carácter orientado hacia los aspectos civiles (Villa Rojas 1990: 34-35). Cada cargo
tenía funciones claramente delimitadas: así, quien ostentaba el de k’atinab, el de mayor
rango, solo podía ser ocupado por un «… “principal” de reconocida inclinación religiosa,
de altas dotes morales, de carácter enérgico, de habilidad especial como “pulseador” y de
palabra fácil y persuasiva» (Villa Rojas 1990: 36-37). El cargo tenía carácter vitalicio, y era
adjudicado a quien obtenía el mayor apoyo de entre los principales del Kalpul. Su función
era la de encabezar toda ceremonia importante y disponía de la última palabra en la
solución de conflictos que trascendían niveles de decisión inferiores a los de éste. Para
realizar su actividad era respaldado por el Okilk’ Abil K’atinab —pies y manos del
k’atinab—, personaje de cualidades semejantes a las del k’atinab, quien por lo general era
el sucesor a la muerte del primero. Este cargo también era vitalicio y honroso.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
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éste (Harman 1990, Villa Rojas 1990). Dichos ancianos también poseían uno o varios
labetik a través de los que ejercían el control.
Esta forma de control social y concomitantemente de las formas de organización
social empieza a deteriorarse hacia 1943, lo que se hizo evidente cuando la gente empezó a
negarse a aceptar cargos de principal. El Kalpul de la Trinidad no contaba con k’atinab
desde 1941, un año y medio antes del registro de los datos, en ambos faltaban capitanes y
chuycaletik y las fiestas empezaban a languidecer por la falta de interés en su realización
(Villa Rojas 1990: 40).
Al respecto, Favre (1973) reportó contar con suficientes elementos como para
afirmar que de 1900 a 1920 ningún k’atinab había muerto de muerte natural, todos
asesinados en el corto o mediano plazo después de acceder al cargo, y que a partir de 1920
ningún viejo de la comunidad se atrevió a aceptar cargo, señalando estas fechas como las de
la desaparición de la jerarquía religiosa en Oxchuc. Por su parte, Villa Rojas, como se
menciona al principio del párrafo anterior, remite esta situación a 1941 sin hacer mención
de las causas por las que los ancianos se negaban a aceptar los diferentes cargos. Sea como
fuere, son muchas las razones que indican los porqués del asesinato de las más altas
autoridades de Oxchuc, entre los que predominan la brujería y el abuso de poder.
Harman (1990: 28-29) señaló que los asesinatos, al menos hacia finales de la década
de 1930 y principios de la siguiente, podían tener como móvil una especie de rebelión de
los jóvenes contra el orden establecido.
El ejercicio del poder a través del miedo permite explicar, en parte, el exterminio
tanto de quienes formaban parte del Consejo Tribal como de infinidad de ancianos a los que
se responsabilizaba del uso de ak’chamel sobre sus coterráneos.
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Distingo entre mestizos y ladinos de la siguiente manera: mestizos son aquellas personas que llevan sangre
española e indígena pero que no viven en contacto cotidiano con población originaria, como es la mayoría de
la población mexicana; ladinos son aquellos mestizos que viven en regiones donde predomina la población
originaria, con la que interactúan cotidianamente.
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Para la década de 1940, no sin dificultades, estos se habían apropiado de la mayor parte de
los predios del Centro Ceremonial (Harman 1990: 74). Al respecto, Moguel y Parra (1998:
72-73) refieren que dicha ocupación del espacio ocurrió de manera centrífuga, es decir,
inició desde el centro ceremonial, donde establecieron actividad comercial de exacción,
para gradualmente, sobre la base del endeudamiento y consecuente «cobro», esto es
mediante el despojo, se fueron apoderando de grandes extensiones de tierra, mecanismo
que les permitió extenderse por el municipio mediante ranchos y fincas de manera ilícita,
dado que las 33,883 hectáreas que forman parte del municipio fueron integradas en una
«sola unidad comunal ejecutada».
EXACCIÓN
Tal como se hacía desde el inicio de la Colonia en Los Altos de Chiapas, desde que los
ladinos llegaron a Oxchuc fincaron su economía principalmente en la venta de aguardiente
y diferentes enseres, así como en la compra, acaparamiento y reventa de la producción;
reclutamiento, «enganchamiento», de trabajadores destinados a las fincas en sociedad con
importantes enganchadores de San Cristóbal de Las Casas, así como la cooptación de
familias tseltales para su explotación a través de relaciones de comadrazgo.
La situación antes descrita se prolongó hasta prácticamente la primera mitad del
siglo XX, destacando que el inicio de la aplicación tanto de las leyes como de la política
social federal de los gobiernos posrevolucionarios tuvo lugar en las zonas rurales aledañas a
las ciudades de Chiapas hasta la década de 1930, y por supuesto mucho más tarde en las
aisladas regiones habitadas por mayas y zoques. Retraso atribuido al efecto de las acciones
contrarrevolucionarias implementadas por la oligarquía chiapaneca que, entre otras cosas,
se encargó de sostener a toda costa todos los mecanismos de expoliación en que se fincaba
parte de su riqueza. Por ejemplo, se dejó sin efecto el decreto de ley de obreros o liberación
de mozos, mediante el cual se abolía la servidumbre por deudas, se prohibían las tiendas de
raya e incluso se estableció un salario mínimo, promulgado en 1914 (Favre 1973: 86). Es
decir, una dilación de una década y media para iniciar su aplicación.
En cuanto al contexto específico de Oxchuc, hay varios elementos a destacar: en
primer término, el escaso interés que por la posesión de la tierra han mostrado los sectores
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que han controlado la economía y la política en la entidad ya que, al igual que en Chamula,
se caracteriza por su baja productividad, centrándose el interés de estos sectores en la
explotación de la mano de obra. Segundo, lo quebrado de la orografía y la ausencia de vías
de comunicación hasta después de 1950 en que se construyó la carretera que pasa por la
cabecera municipal y que conecta a San Cristóbal de Las Casas con Ocosingo, así como la
red de caminos que fue construida después del levantamiento neo zapatista. Tercero, el
respaldo que el gobierno del estado y sectores privados brindaron a los ladinos,
principalmente para el «enganchamiento» y concomitante explotación de los pueblos
originarios facilitó sobre manera, para Oxchuc, que las actividades de exacción y despojo
se realizaran con dificultades mínimas hasta mediados de la década de 1950, esto es, cuatro
décadas después de emitida la Constitución Federal de 1917.
ENGANCHAMIENTO
Como se destaca en el párrafo anterior, uno de los aspectos más controvertidos giraba en
torno a la contratación de mano de obra para las fincas, actividad que dejaba sustanciosas
ganancias a distintos sectores de la sociedad. En este sentido, destaca que a pesar de que la
Constitución Federal de 1917 expresamente proscribió la injerencia del Estado en la
contratación y control de la mano de obra destinada a las fincas, distintas administraciones
gubernamentales continuaron no solo facilitándolo sino reforzándolo y sustentándolo a
través de los secretarios municipales, ladinos alfabetizados que más que fungir como tales
lo hacían como tutores de los gobiernos municipales encabezados por mayas.
Sobre los secretarios de los cabildos, Rus (1995: 254-255) nos dice:
Estos eran funcionarios ladinos asignados desde la aldea hispanohablante más cercana quienes
fungían como tutores de los gobiernos locales de los municipios indígenas, manteniendo sus
registros civiles, cobrando impuestos sobre contratos de trabajo y asesorándolos en materia de
legislación mexicana. De manera informal, pero cargada de consecuencias, también vendían bebidas
alcohólicas y servían de intermediarios a los enganchadores o contratistas —que organizaban
cuadrillas de trabajadores indígenas para las plantaciones—. No solamente otorgaban adelantos
salariales en nombre de los contratistas —a menudo bajo la forma de bebidas alcohólicas u otros
bienes vendidos a crédito—, sino que aprovechaban sus posiciones para seguir la pista de aquellos
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trabajadores de las comunidades que volvían a sus hogares antes de haber cancelado sus deudas. Si
bien los secretarios de los años 20 y 30 tal vez no tenían la misma autoridad legal que los jefes
políticos pre-revolucionarios para perseguir y detener a aquellos fugitivos, sí tenían para todos los
fines prácticos la misma facultad para subordinarlos haciendo que, en adelante, se les negaran
contratos de trabajo y otros créditos indispensables para su subsistencia.
Aunque se ha reportado que el sistema de enganche estuvo vigente en Chiapas hasta el año
1934, existe constancia de que en Oxchuc en el año 1943 fueron enganchados 1,512
oxchuqueros (Wasserstrom 1989: 196). En la labor de enganche también se reporta la
participación de maestros (Bautista 2002: 20).
En 1935 la Federación tomó cartas en el asunto; al respecto Rus (1995: 257-258)
comenta:
… la Comisión Federal del Trabajo daba a conocer la condición de «virtual esclavitud» de los
trabajadores indígenas chiapanecos, en que argüía, que toda vez que el gobierno conservador del
estado había demostrado ser incapaz de aplicar los códigos laborales en Chiapas, el gobierno federal
tenía la obligación de organizar la fuerza laboral indígena y asumir esta función.
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(1995: 251), a lo que se denominó «la segunda revolución», la «verdadera», «la Revolución
de los indios», periodo que abarcó de 1936 hasta los primeros años de la década de 1940,
pero que impactó en Oxchuc más tarde.
A los funcionarios de DASCPI les resultó sumamente difícil concretar los objetivos
antes delineados en Oxchuc, debido al aislamiento geográfico ya referido pero también al
poder político y económico que habían alcanzado los ladinos del municipio; tanto así que
todavía en 1942 todos los miembros del cabildo, a excepción del presidente municipal, eran
ladinos (Siverts 1969: 174). En la etnografía que Villa Rojas escribió (1990: 84) sobre
Yochib reportó el poder que disponía el secretario del cabildo de Oxchuc, el Sr. Tránsito
Burguete, quien todavía en el año 1944, es decir, nueve años después de las acciones de
dicha dirección seguía fungiendo en el cargo. Personaje que, además de apropiarse las
recaudaciones provenientes del pago de multas, recibía tres pesos de comisión por cada
oxchuquero que lograba enganchar para trabajar en las fincas, a eso se sumaba lo que
obtenía por resguardar el monopolio aguardentero.
El dominio que el Sr. Tránsito Burguete ejercía era tal que se narran hechos como el
que los tseltales eran capturados y obligados a llevar correo a San Cristóbal y a trasladar
enfermos en andas sin percibir ningún pago. De igual manera se señalan otras formas de
que se valía para explotar y humillar a los tseltales (Bautista 2002: 29).
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Se ha reportado que en los municipios con población originaria mayoritaria donde las
cabeceras municipales estaban habitadas por ladinos, se suscitaba que durante los días de
mercado o fiesta, cuando los hombres se resistían a contratarse, los enganchadores
esperaban a que estuvieran ebrios, y ya inconcientes se les confinaba en habitaciones donde
se les colocaba algún dinero en el bolso. Cuando las víctimas despertaban se les informaba
que voluntariamente se habían contratado para trabajar en las fincas, prueba de lo cual era
el dinero que portaban. Lo que constituía el pago por adelantado del trabajo que
desempeñarían en tierra caliente, del cual supuestamente se había descontado la mayor
parte, arguyendo un consumo desmedido de pox el día anterior (Holland 1963: 44-45).
Aquí cabe señalar que el potencial trabajador no caía precisamente en una trampa,
ya que la población se percataba del empleo de dichos métodos. Sino más bien que ya sobre
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la decisión de contratarse para las fincas, dicha persona «aprovechaba» la oportunidad para
embriagarse, a sabiendas de que al hacerlo su sino estaba claramente trazado.
En la década de 1930 el gobierno del estado emitió una norma mediante la que se
prohibía la venta de aguardiente. Sin embargo, dadas las condiciones arriba descritas, en
Oxchuc y otros municipios este siguió distribuyéndose libremente. Lo que se vio reforzado
por el Departamento de Protección Indígena, que había logrado suficiente poder
institucional por intercesión principalmente de las autoridades de Chamula; el
Departamento gestionó que se extendieran licencias de distribución y venta de aguardiente
a los nuevos líderes originarios y a las autoridades religiosas, a estas últimas bajo el
pretexto de que pudieran solventar los onerosos gastos que los cargos implicaban
—situando Bautista (2002: 29) estos acontecimientos en 1937, mientras que Wasserstrom
(1979: 177) y Eber (1995: 30) lo hicieron en 1942.
El permiso señalado solo facultaba la venta en ocasión del ceremonial religioso. El
argumento central para la emisión de esta norma fue la consideración de que la ingestión de
aguardiente constituía un elemento fundamental en la celebración de rituales y ceremonias
religiosas (Rus 1995: 262, 264-265, Bautista 2002: 32) y, como también afirmó
Wasserstrom (1979: 177), el permiso otorgado a las autoridades religiosas operaba como
compensación por la pérdida de poder que implicó la llegada de los jóvenes funcionarios
civiles.
Al recuperar los conservadores chiapanecos el poder político en la década de 1940,
se cancela la política del Estado dirigida a proteger a los grupos indígenas, lo que entre
otras cosas se concretó en la disolución del Sindicato de Trabajadores Indígenas y, en
consecuencia, el desentendimiento de la labor de protección de los derechos laborales de
los jornaleros agrícolas de temporal, lo que Rus denominó como «divorcio entre el
gobierno del estado y las comunidades indígenas» (Rus 1995: 266).
Otros factores que coadyuvaron a dicho retroceso provinieron de las repercusiones
que tuvo la Segunda Guerra Mundial en el estado, como fue, por un lado, la caída de los
precios internacionales de bienes de consumo, que llevó a la industria cafetalera a recesión,
lo que se solventó bajando los salarios de los jornaleros; y por otro, incautando las fincas
25
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
propiedad de alemanes, que pasaron a ser administradas por el Estado (Rus 1995: 266) y
que obviamente requerían de mano de obra.
A pesar del flujo y reflujo de medidas implementadas, encaminadas unas a proteger
o bien a retractarse, durante dicho periodo la política social no tuvo efecto alguno en
Oxchuc, retrasándose aún por más décadas los posibles «beneficios de la Revolución
mexicana».
Por otro lado, al interior del municipio se suscitaron eventos de tal envergadura que
generaron cambios profundos en la estructura organizativa y en la dinámica sociocultural.
Esto, como se verá enseguida, debido al trabajo proselitista religioso iniciado por la Iglesia
presbiteriana bajo los auspicios de Instituto Lingüístico de Verano, ILV.
PROSELITISMO RELIGIOSO
Antes de abordar el asunto de la incidencia de diferentes grupos religiosos en Oxchuc, y
con objeto de contar con mayores elementos para comprender su desempeño, hay que
precisar que la llegada de ILV y otras asociaciones religiosas no católicas a México se
debió a varias coyunturas. Por un lado, la necesidad del Estado mexicano de presentar una
ofensiva religiosa tendiente a neutralizar a la derecha clerical del país que a finales de los
veinte había conformado el amplio movimiento cristero que combatió contra el gobierno de
Plutarco Elías Calles y que aun durante la presidencia de Lázaro Cárdenas constituía una
amenaza más real que latente. Por otro, que la erradicación de la religiosidad «tradicional»
de los grupos indígenas de México era una de las principales metas de la política
indigenista, ya que se consideraba como condición necesaria para lograr la asimilación-
integración de estos a la nación mexicana, para lo que la presencia como funcionario en el
gobierno federal de Moisés Sáenz fue clave.
Moisés Sáenz, antropólogo y político liberal, presbiteriano que vio con muy buenos
ojos el trabajo que ILV realizaba desde principios de la década de 1920 con los cachiqueles
de Guatemala, fungía en la década de 1930 como subsecretario de Educación Pública en
México. En 1931, Sáenz propuso que se invitara a ILV y a otras asociaciones cristianas no
católicas para que realizaran su labor proselitista en el país como una posible estrategia para
26
Jaime Tomás Page Pliego
lograr la integración del indio a la nación, propuesta que algunos años después cristalizó
(Ochoa 1975: 52).
El Instituto Lingüístico de Verano, dependiente de la Iglesia Bautista del Sur de
Norteamérica, pero además una asociación de corte interdenominacional (García Méndez
2004: 307), apoyó a la Iglesia presbiteriana, que en 1938 inició entre los grupos indígenas
de Chiapas su labor proselitista (Rus y Wasserstrom 1979: 87).
En relación con Oxchuc, en abril de 1944 llegaron dos misioneras presbiterianas
pertenecientes al grupo del doctor Townsend —en aquel tiempo director general de ILV y
amigo personal de Moisés Sáenz—, Mariana Slocum y Ethel Wallis.
Mariana Slocum, quien venía al frente de la misión, tenía 22 años y ya había
realizado trabajo de proselitismo religioso en Tumbalá desde 1940 (Martínez 2006). Poco
antes, las religiosas habían intentado establecerse en Tenejapa, donde fueron rotundamente
rechazadas por los ladinos católicos. Su siguiente paso fue presentarse en Yochib y en
Oxchuc para solicitar al profesor Villa Rojas apoyo con el que conseguir alojamiento en la
localidad. Las «sufridas trabajadoras y simpáticas», como las adjetivó dicho autor, se
retiraron el mismo día después de presentarse ante los líderes de la comunidad. Mariana
Slocum regresó en junio del mismo año con el objetivo de fundar la misión.
Dos años después, en 1946, la enfermera Florence Gardel se unió al trabajo de
Slocum, ocupándose de brindar asistencia médica —otro anzuelo idóneo para atraerse
adeptos—, instando a los tseltales, por este medio, a dejar de lado sus prácticas de
«brujería» —como las denominaba Villa Rojas—. Para la impartición de este servicio
contaron con el apoyo del gobierno del estado (Harman 1990: 124).
El balance que arrojó el trabajo de cinco años por parte de la misión de Yochib fue
desalentador para las misioneras, que solo lograron un escaso número de conversos y
finalizó con su expulsión (Villa Rojas 1990: 136-137, Harman 1990: 26-28). Como refiere
este último autor, parece ser que fue mucho después de instalada la misión que la gente de
Yochib se percató de que el interés principal de aquélla no era el aprendizaje del tseltal sino
el de lograr conversos al presbiterianismo: «… una noche, el conflicto se tornó violento,
cuando un grupo de indios exigió, bajo amenazas la partida de la(s) misionera(s)» (ídem).
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
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Jaime Tomás Page Pliego
La actividad misionera, desde 1944 más o menos, consiguió que cerca de la mitad de la población de
la tribu en Oxchuc se convirtiera al protestantismo o se identificara con la iglesia presbiteriana de
Corralito —el 15 de enero de 1950 se instituyó formalmente la primera feligresía con 420 miembros
casi todos de Oxchuc—. En noviembre de 1953 había cerca de 100 feligresías locales con un total de
2,675 miembros, de los cuales 373 fueron bautizados y 1,000 estaban en la lista de candidatos. La
feligresía más grande se encuentra en Corralito, que también representa el centro para todos los
indígenas tzeltales protestantes.
Debido a la masiva conversión, el control social ejercido a través del tz’ilajwanej, «mal
echado», fue gradualmente puesto de lado, toda vez que al alejarse de la tradición los
conversos aparentemente quedaban a salvo de éste. Y no es, como bien plantea Fernández
Liria (1995), que la amenaza que subyace en lo tradicional desparezca cuando los
individuos optan por un cambio de adscripción religiosa, sino que el poder que representa
la nueva adscripción pone a los nuevos adherentes, en la mayoría de los casos, a resguardo
de la acción perniciosa, en este caso de los lab3 que detentan los ancianos y gente de poder.
Lo que en el particular de los oxchuqueros constituye sobrada razón para optar por una
adscripción religiosa diferente, y así estar en posibilidad de establecer distancia del
tz’ilajwanej y de los aspectos de todo orden que con esto conectan, como el evitar a toda
costa resaltar en el plano económico o verse forzados a agradar e invitar a personas que no
solo no les eran gratas, sino a las que también temían. Es decir, romper con todo aquello
que constituían las causas de vivir en el miedo.4
Cabe señalar que en el censo de 1990 realizado por Inegi se reportaron los
siguientes datos sobre religión para el municipio de Oxchuc: de 28,626 habitantes, 15,126
(52.84%) como católicos, sobre lo que hay que considerar que están incluidos
tradicionalistas5 y católicos, dato que desafortunadamente no es desglosable. El mismo año
3
Entidad anímica presente entre los tseltales, clasificable dentro del nagualismo, sobre la que en uno de los
capítulos de este libro nos extendemos exhaustivamente.
4
En otro trabajo (Page 1996: 185), se señala la decisión que tomaron los habitantes de una comunidad en
Simojovel, adscrita a la nueva Iglesia católica, de expresamente prohibir el ejercicio y uso de la medicina
tradicional con objeto de quedar libres de la influencia del mal echado, sobre todo en un momento en que se
requería cohesión de grupo.
5
El término «tradicionalista» ha sido adoptado por los pedranos y chamulas para distinguirse de católicos y
protestantes, y se definen como quienes viven y dan continuidad a las costumbres y religión legada por sus
antepasados. En este sentido es que es utilizado en el presente trabajo.
29
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
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Jaime Tomás Page Pliego
Los juegos de poder y la lucha por clientelas por parte de las tres instancias religiosas
remiten, a su vez y como ya se señaló, a acciones no solo religiosas sino también de
violencia social (Siverts 1969: 180).
INDIGENISMO
Entre otros sucesos importantes que impactaron las dinámicas sociales de Oxchuc en la
década de 1950 también destaca, primero, el repunte del precio internacional de bienes de
consumo, a partir de lo cual de nueva cuenta el gobierno federal institucionaliza estrategias
para abatir la explotación desmedida de los pueblos originarios y retoma el proyecto
Cardenista para su «integración a la nación». Hechos que se tradujeron en el repunte de la
demanda de fuerza de trabajo para el agro, que por factores de recomposición de la
producción y de su redistribución la derivó hacia las tierras bajas del interior: Simojovel,
Huitiupán y Ocosingo; como es obvio el destino natural de los oxchuqueros fue Ocosingo
(Rus 1995: 267).
Con la intención de integrar a los grupos originarios a la nación el gobierno
mexicano delineó la política indigenista y crea en 1949 el Instituto Nacional Indigenista,
INI (Favre 1973: 339), que en 1951 estableció su primer Centro Coordinador Indigenista,
CCI, en San Cristóbal de Las Casas.
Con objeto de impactar positivamente y prestigiar la acción institucional, las
autoridades de CCI contrataron como promotores a 46 de los escribanos formados por
Erasto Urbina en la DPI, algunos de los cuales fueron entrenados como profesores bilingües
y otros como «enfermeros» (Rus 1995: 268). Como parte de las primeras acciones en salud,
INI construyó clínicas en algunas cabeceras municipales y puestos médicos en otros tantos
31
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
parajes, uno de los cuales fue Yochib, que resultó seleccionado, entre otros, por la
importancia que tenía el mercado dominical que allí se instalaba, y al que llegaba gente de
Tenejapa, Cancuc, Chamula, Oxchuc y comerciantes de pueblos diversos (Harman 1990:
124).
De las acciones más cuestionadas pero coherentes con la visión del indigenismo
integrador, hay una que está bien documentada al menos para el municipio: el apoyo que en
materia de salud brindaron a la misión presbiteriana de Corralito tanto la Secretaría de
Educación Pública como el Instituto Nacional Indigenista (Bautista 2002: 47).
Bajo este escenario, y para la misma década de 1950, destaca en la dinámica
municipal de Oxchuc, durante la presidencia del Sr. Sebastián López Chic, y ya con el
apoyo del Instituto Nacional Indigenista, el logro, al igual que en muchos otros municipios,
de la sustitución de los secretarios municipales ladinos por originarios alfabetizados y
bilingües, hecho que en Oxchuc no resultó fácil.
En 1953 el Departamento de Asuntos Indígenas del Estado, en coordinación con el
INI, nombró para Oxchuc a un secretario mejor educado que su predecesor, y sobre todo
dispuesto a ayudar a los tseltales. Su posición ideológica no fue del agrado de los ladinos,
quienes lo expulsaron a pedradas de la cabecera, en cuyo evento resultó herido. Sin
embargo, mediante la intervención de las autoridades del estado, logró ser instalado en sus
funciones administrativas (Siverts 1969: 174).
Con el cambio señalado y otros hechos, para los ladinos se hizo evidente la pérdida
del respaldo que venían gozando por parte de las autoridades estatales, lo que no fue ajeno
a los tseltales y coadyuvó a alimentar la pretensión de expulsar a los ladinos del municipio.
Sobre el particular, en 1955 un numeroso grupo de tseltales se posicionó en las
inmediaciones del centro ceremonial para tomar la cabecera y expulsar a los ladinos.
Movilización que, se dice, fue abortada debido a un fuerte aguacero que se prolongó toda la
noche cuando se pretendía llevar a cabo dicha acción (Bautista 2002: 56-57).
Otro elemento que hizo evidente la pérdida de poder político que sufrieron los
ladinos fue la concreción, primero, del cambio instrumentado con apoyo de la autoridad
estatal del secretario ladino de la presidencia por un tseltal, perdiendo totalmente los apoyos
que recibían en otros tiempos en que los ladinos eran siempre los beneficiarios
32
Jaime Tomás Page Pliego
indistintamente de las circunstancias. Por otro, los tseltales ya no mostraban temor, más
bien manifestaban abiertamente su deseo de que salieran aquéllos del municipio, como
eventualmente sucedió más tarde.
CONFLICTIVIDAD RELIGIOSA
Asimismo, en esta década, en el marco de los atentados perpetrados contra tseltales
conversos, resultado de la resistencia de tradicionalistas y católicos al avance incontenible
del presbiterianismo, se aúna un hecho, no señalado anteriormente, que tuvo lugar entre
1950-1951, relativo a una emboscada destinada a los protestantes que fue perpetrada por el
Consejo Tribal y el presidente municipal (Siverts 1969: 181-183).
Para los efectos, los protestantes fueron citados en el centro ceremonial con objeto
de que defendieran su punto de vista religioso, en fecha y hora determinada. El aviso llegó
a Corralito el día en que tenían que presentarse, pero después de la hora prevista. Se dice
que Mariana Slocum sospechó la celada y conminó a los tseltales presbiterianos a
presentarse hasta el día siguiente a la junta. Algunos de los protestantes provenientes de
otros rumbos de Oxchuc, que se presentaron a la cita, fueron de inmediato encarcelados,
desde su confinamiento pudieron observar cómo acudían en masa tseltales y ladinos
armados. El plan era cercar a los presbiterianos, una vez logrado el objetivo, el presidente
los acusaría de pretender quemar a los Santos, lo que sería señal para masacrarles. El que
los convocados no se presentaran llevó a la gradual desmovilización de los agresores,
quienes no estuvieron presentes cuando los presbiterianos fueron en masa acompañados por
Mariana Slocum.
Durante el debate sostenido con las autoridades municipales, mostrando y dando
lectura al párrafo constitucional que garantiza el derecho a la libertad de culto en México
Mariana Slocum logró acuerdos con las autoridades para dar término a la violencia dirigida
hacia los conversos. De igual manera, en su argumentación se apoyó en algunos escritos de
la Biblia (Siverts 1969: 181-183). Los protestantes sacaron ventaja de esta circunstancia ya
que al plantearse el estudio de la Constitución y de las leyes obligó a las autoridades a
actuar conforme a derecho.
33
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
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… a la larga, [se] introdujo en realidad una forma más estrecha de dominación. Para aplicar sus
reformas, los cardenistas y sus sucesores se inmiscuyeron en las comunidades indígenas, no
solamente sustituyendo a sus líderes sino también reorganizando sus gobiernos, creando nuevos
puestos para tratar asuntos laborales y agrarios al mismo tiempo que se otorgaban novedosos y
grandes poderes a los encargados de mantener las relaciones armoniosas con el partido oficial y el
poder federal.
En cierta medida, el resultado de este proceso —la centralización del poder político y
económico dentro de las comunidades y la asociación de dicho poder con el Estado— se asemeja al
caciquismo que caracteriza a la sociedad rural mexicana en general. Sin embargo, entre los grupos
originarios, como los de Los Altos de Chiapas, pendientes de sus tradiciones con formas de
organización social y política inextricablemente ligadas a creencias religiosas locales, los cambios
introducidos por los cardenistas implicaban ajustes ideológicos y políticos que iban mucho más allá
de aquellos impuestos —y tal vez reconocidos— por los reformistas. Al paso del tiempo, lograron
subordinar no solamente a los dirigentes indígenas, que eran sus j-poxtawanejetik más directos, sino
también y de manera irónica cooptar las mismas estructuras comunitarias previamente identificadas
con una postura de resistencia a la intervención externa y la explotación, es decir, con la de
autogestión independiente, la estricta aplicación de medidas de solidaridad comunitaria y la
legitimación religiosa del poder político. A consecuencia de ello, hacia mediados de la década de
1950 aquello que los antropólogos apenas empezaban a describir como «comunidades corporativas
35
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Sobre este punto, pero respecto a Oxchuc, Bautista (2002: 62-63) concluye que:
Por otro lado, manteniéndonos en la dinámica del reajuste y de la distribución del poder
político en Oxchuc, en 1979 los profesores bilingües se vieron arrastrados hacia la escisión
que se produjo al interior de su sindicato, que resultó en la conformación de dos grupos
antagónicos: la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, CNTE, que
sostenía posiciones democráticas al interior de la organización gremial y estaba, en lo
político, ligada a posiciones de centro izquierda e izquierda; y el grupo denominado
Vanguardia Revolucionaria, ligado al Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación, abanderado por el Partido Revolucionario Institucional, PRI.
Esta escisión ocasionó serias confrontaciones en Oxchuc (Viqueira 1995: 229) cuyo
motivo fue una enconada lucha por obtener la presidencia municipal. Bajo tales
circunstancias, para el periodo 1983-1985 la presidencia municipal fue ocupada por el
profesor Domingo Santis López, afiliado a CNTE y de religión presbiteriana, quien durante
el periodo que administró el municipio resaltó por el fuerte liderazgo que logró al basar la
acción política en sus convicciones religiosas. Uno de los hechos que marcó su desempeño
fue el de prohibir la venta de alcohol y su consumo, con lo que se asestó uno de los golpes
definitivos a los pocos ladinos que aún habitaban Oxchuc, llevándolos con ello a la quiebra.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
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Lo anterior ocurre por diversas razones, la más importante, según expresan los
tseltales, estriba en que el sistema biomédico no da cuenta de muchas de las enfermedades
que se presentan en dichos contextos; no las entiende, no las acepta, en el mejor de los
casos las ha etiquetado como padecimientos psicosomáticos y desde la Antropología como
síndromes de filiación cultural, además de no ofrecer soluciones para ellas.
Otra de las razones de peso se apoya en las representaciones sociales en que la
biomedicina se fundamenta, no son coherentes con las formas de concebir y de vivir el
mundo de la mayor parte de esta población, por lo que los procedimientos a que recurre son
vistos con extrañeza y desconfianza.
Sin embargo, cuando debido a las circunstancias particulares de vida el sistema
biomédico se constituye como una opción, no es al médico o al personal ladino al que se
recurre, sino que se busca a los «loktores» o auxiliares en salud. Esto por dos razones: la
primera porque estos últimos hablan la lengua, barrera que enfrentan con el personal no
tseltal, y segundo porque la atención que estos brindan se da dentro de los esquemas de
formalidad propia de su cultura, en tanto que ante el personal ladino frecuentemente se
sienten maltratados y despreciados y, por lo mismo, consideran que sus problemas no son
abordados con la debida seriedad y delicadeza.
Los recursos etnomédicos en Oxchuc son variados. En la actualidad, todavía es
posible consultar a los pocos ch’abajeletik que quedan, y de no encontrárseles se recurre a
sus pares ya sea en Cancuc u Ocosingo. Por otro lado, hay una cantidad considerable de j-
ak’vomoletik o yerbateros, tamalaletik o parteras y j-sakbaketik o hueseros.
La situación actual de la etnomedicina dista bastante de la referida para antes de
1950, al respecto existen solo tres reportes vertidos en el contexto de etnografías extensas,
nos referimos a los trabajos de Siverts (1969), Harman (1990 [1974]) y Villa Rojas (1990),
quienes en síntesis refirieron que en el ámbito del tradicionalismo6 la única persona en
Oxchuc con capacidad para ayudar a los que caían en desgracia era el pik’ab’al, quien a
través de la pulsación era capaz de determinar si alguna persona era víctima de ak’chamel,
si su mal procedía del ch’ulelal, es decir «debilidad del ch’ulel», o bien de «xiwel», susto
6
Entre los diferentes pueblos originarios, en cuyo seno hemos realizado trabajo de investigación, se
autodesignan como «tradicionalistas» quienes consideran seguir las costumbres de sus antepasados,
distinguiéndose de católicos y, sobre todo, de protestantes.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
(Harman 1990). Según señaló el mismo autor, por lo general la persona que tenía esta
capacidad también disponía a voluntad de un lab del que se valía para dañar a otras
personas, capacidad que era principalmente propia de hombres.
Según señalaron Villa Rojas y Siverts, para el proceso de ayuda a los enfermos se
invitaba a varios pik’abaletik; cada uno pulsaba al enfermo y daba su opinión. Cuando
percibían que el problema provenía de tz’ilajwanej, mal echado, bastaba con mencionar el
nombre del que había puesto el mal para que al poco tiempo el enfermo recobrara la salud.
Pero si el nombre no era mencionado, es decir, si el culpable no era detectado, el mal
continuaba minando al enfermo, muchas veces con un desenlace fatal.
Los ’uuletik eran personas con mayor capacidad para enfrentar los casos de
ak’chamel. A las sesiones señaladas también concurrían dos o más de ellos. Si bien el
diagnóstico que establecían los pik’ab’al podía realizarse en cualquier espacio, la curación
necesariamente tenía lugar frente a la cruz de la casa del enfermo.
La sesión buscaba no solo identificar al j-ak’chamel, el que echa el mal, sino
también determinar el pecado u ofensa que había llevado a la persona a enfermar. Así, al
tomar el pulso el ‘uul hacía preguntas respecto a faltas de respeto a los (sus) mayores u
otras ofensas en que el enfermo hubiese incurrido. El pulsador determinaba que la respuesta
era positiva cuando el pulso del enfermo se aceleraba. Durante el proceso de diagnóstico y
curación se consumía una cantidad desmesurada de aguardiente, por supuesto que a costa
de la familia del enfermo.
Una vez determinada la o las ofensas y al autor del tz’ilajwanej, se procedía a azotar
al enfermo como forma de castigo y para conminarle a no reincidir en el delito (Harman
1990).
Cuando por efecto de un xiwel, susto, o algún traumatismo, la enfermedad era
consecuencia de la pérdida del ch’ulel, entonces se recurría a alguna persona que supiera
rezar o a los yahwal ch’ultatik, dueños de cajas parlantes; de estos últimos no había en
Oxchuc, para ello al menos los habitantes de Yochib preferían a los de Tenejapa (Harman
1990: 87-90). A la oración que se empleaba para recuperar el ch’ulel se le conoce como
B’ats’il ch’ab, oración verdadera (Harman 1990: 89).
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Jaime Tomás Page Pliego
Respecto del acceso a las distintas opciones terapéuticas, Harman (1990: 111)
reportó que los tradicionalistas podían recurrir a cualquier tipo de sistema médico, mientras
que católicos y protestantes tenían la prohibición de recurrir al sistema tradicional.
La prevención de la enfermedad ocupaba, como entre otros grupos de Los Altos de
Chiapas (cfr. Page 2005), una parte considerable del tiempo cotidiano, sin embargo hay que
destacar que dado que la causalidad era atribuida al ámbito de lo sobrenatural, ya fuera por
efecto de cuestiones accidentales que repercutieran sobre las entidades anímicas, castigo
divino o debido a la acción de un j-ak’chamel, las medidas que se tomaban estaban
encaminadas a evitar este tipo de vicisitudes; es decir, ante todo cumplir rigurosamente la
formalidad social, especialmente honrando a los mayores y a todo aquel de quien se
sospechara fuera poseedor de lab, ya guardando el debido respeto al toparse con ellos o
invitándoles a todo festejo o curación que se realizara en el seno familiar; rezar y ofrendar,
evitar a toda costa la acumulación material para no despertar la envidia del prójimo. Los
aspectos relativos a higiene y buena alimentación no fueron señalados por los autores
citados. Por ejemplo, como señala Harman (1990: 122):
Población
El censo realizado en 2005 reportó una población total para el municipio de Oxchuc de
41,423 habitantes, de la que 20,668 fueron mujeres, es decir 49.89%, y 20,775 hombres, o
sea 50.11%. De la población total 45.46% tenía menos de 14 años, mientras 49.25%
formaba parte del grupo de edad de entre 15 y 64 años, mientras que 3.61% lo constituyó el
grupo de 65 y más años.
41
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Grupo de edad
42
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Fuente: http://jweb.inegi.gob.mx/niveles/jsp/index.jsp?me=na&ly=00,07&la=07&t2=chiapas&at=
0&ne=es&nt=43 [consulta: 21 de enero de 2009].
Cuadro 3. Estratos de ventaja relativa correspondientes a la población de Oxchuc, Chiapas (Inegi 2000)
Orden descendente de estratos
de mayor a menor ventaja relativa
Total de
Nivel % Pob. Urb. Rur.
AGEBs
7 0.0 0 0 0
6 0.0 0 0 0
5 0.0 0 0 0
4 4.13 1 1 0
3 1.5 1 1 0
2 10.56 3 3 0
1 83.81 5 0 5
10 5 5
Fuente: http://jweb.inegi.gob.mx/niveles/jsp/index.jsp?me=na&ly=07,07a,00&la=07064&t2=OXCHUC,
%20CHIAPAS&at=0&ne=ag&nt=43 [consulta: 21 de enero de 2009].
Educación
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Jaime Tomás Page Pliego
Cuadro 4. Población de 15 y más años, y porcentaje de alfabetismo en el municipio de Oxchuc (Inegi 2005)
Fuente: http://www.inegi.gob.mx/est/contenidos/espanol/rutinas/ept.asp?t=mpob93&c=3839&e=07
[consulta: 21 de enero de 2009].
Derechohabiencia
En lo que toca a derechohabiencia (ver Cuadro 5), destaca que del total de la población del
año 2005 se reportó un total de 29,645 derechohabientes, es decir 71.5% de la población del
municipio. Sin embargo, de éstos en rigor solo 2,182 contaban con la derechohabiencia
real, al estar afiliados a los sistemas de salud para trabajadores gubernamentales, ISSSTE o
IMSS, es decir 5.27%; el mayor porcentaje, 33.0%, se adjudica al Seguro Popular, mientras
que 25% de la población se supone inscrito en otro tipo de seguros, entre los que
seguramente se incluye ISSTECH, subsistema de atención al cual están adscritos los
maestros que pertenecen a SEP Chiapas. Este reporte por supuesto que no se refleja, como
veremos, en las condiciones reales de salud-enfermedad de la población que nos ocupa ni
en la disponibilidad de servicios, sobre los que en 2004 se reporta (Cuadros 6 y 7) que para
un total de 127 comunidades, incluida la cabecera municipal, había 17 servicios de consulta
externa, de los cuales 7 estaban administrados por el sistema IMSS Oportunidades y 10 por
el Instituto de Salud del Estado de Chiapas SSA —información provista por Inegi—,
destaca la ausencia de servicios de hospitalización, estando los más cercanos en San
Cristóbal de Las Casas y Ocosingo, ambas localidades aproximadamente a una hora de
carretera de la cabecera municipal.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Cuadro 5. Población total por municipio y sexo, según derechohabiencia a servicios de salud (Inegi 2005)
Cuadro 6. Unidades médicas en servicio de instituciones públicas del sector salud en el municipio de Oxchuc,
Chiapas, y nivel de operación según régimen e institución, 31 de diciembre de 2004
Consulta ext. 17 0 0 0 7 10 10 0
Cuadro 7. Casas y técnicas en salud en Oxchuc, coordinadas por SSA, 31 de diciembre de 2004
En el mismo año 2004 se reportaron un total de 56,975 consultas médicas en los servicios
señalados (ver Cuadro 8).
El sistema de extensión de cobertura de ISA Oportunidades basa su operación en la
atención brindada por auxiliares de salud de habla tseltal, quienes atienden en Casas de
Salud en lo que se ha denominado Técnicas en Salud, ubicadas en las comunidades con
mayor población. Sobre el particular, en un estudio de caso realizado en la comunidad de
Cruzton se señala que los auxiliares de salud han sido formados como tales en diversos
cursos impartidos tanto por SSA como por las Iglesias que operan en la zona:
46
Jaime Tomás Page Pliego
La atención de las Casas de Salud corresponde a los Auxiliares de SSA, que son personas de la
comunidad con diferentes grados de experiencia como terapeutas … Don Agustín aprendió en
Tenejapa en los años 50 con los misioneros católicos, y desde entonces ha recibido diferentes cursos.
Además trabajó 11 años —hasta 1990— para el IMSS como promotor de salud en la Selva
Lacandona. Don Elías por su parte recibió un curso en San Cristóbal en 1980 y trabajó varios años
como enfermero en el Centro de Salud de Oxchuc
Los auxiliares reciben un apoyo de $300.00 bimestrales por parte de SSA. Aunque se
supone que deben contar con instrumentos como báscula, baumanómetro —para tomar la presión
arterial— y equipo básico para realizar curaciones —tijeras, pinzas, agujas—; varias de las Casas de
Salud no están debidamente equipadas. Durante mi estancia los auxiliares elaboraron una solicitud a
la Secretaría para obtener el equipo faltante. No obtuvieron respuesta (García Sosa 2005: 116).
Cuadro 8. Consultas externas otorgadas por las instituciones públicas del sector salud en Oxchuc, y tipo de
consulta según régimen e institución, año 2004
Por otro lado, no se cuenta con datos sobre el tipo de enfermedades por las que los
enfermos recurrieron con mayor frecuencia a consulta en el municipio, sin embargo el
perfil que ofrece el estado no puede estar muy lejos de lo que sucede en Oxchuc, ya que de
los diez principales diagnósticos ocho son de enfermedades infectocontagiosas (ver Cuadro
9). La lista es encabezada por infecciones respiratorias agudas, infecciones intestinales e
infecciones de vías urinarias, sin quedar fuera la amibiasis intestinal y las salmonelosis, que
claramente refiere a lo que se ha denominado perfil patológico de la pobreza.
47
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Cuadro 9. Casos nuevos de enfermedades en chiapas registrados en las instituciones públicas del sector salud
por los diez principales diagnósticos según régimen e institución, año 2006
Fuente: http://www.inegi.gob.mx/lib/buscador/busqueda.aspx?Page=3&e=&av=&textoBus=Mortalidad%20
general%20chiapas&tipo=&s=Inegi&seccionBus=docit&ordena=&busen=&mostrar=&formatoA=Ine
gi, est,geo,prod_serv,&pagesize=10&i [consulta: 25 de enero de 2009].
48
Jaime Tomás Page Pliego
Mortalidad general
El perfil de mortalidad general en el estado Chiapas está muy lejos de reflejar una similitud
con las enfermedades que se reportan como más frecuentemente atendidas en la consulta
externa. Aquí destacan las causas atribuibles a problemas crónico-degenerativos propios de
sociedades si no industrializadas sí con importante desarrollo urbano (ver Cuadros 9 y 10).
Y de ninguna manera muestra lo que en realidad sucede con los habitantes de los pueblos
originarios.
Por otro lado, si nos acercamos a la estadística elaborada con motivo de defunciones
hospitalarias en instituciones públicas (ver Cuadro 11) y específicamente en lo que toca a
aquellas que atienden a la población pobre, como son IMSS Oportunidades e ISA, en
dichos datos destaca que la primera causa de muerte entre éstos son las afecciones
originadas en el periodo perinatal, lo que refiere tanto a muerte materna como de neonatos.
Como segunda causa, se presentaría lo que en el Cuadro se denomina «ciertas
enfermedades infecciosas y parasitarias»; seguido en tercer lugar por las enfermedades del
sistema circulatorio, que a escala estatal ocupa la primera causa; en cuarto lugar están las
enfermedades endocrinas, nutricionales y metabólicas, que da cuenta, por un lado, del
creciente índice de diabetes mellitus que como sabemos es consecuencia del consumo
desorbitado de refrescos y alimentos chatarra —en la actualidad es parte de la dieta
cotidiana—, por otro, del histórico problema de la desnutrición; en quinto tenemos las
enfermedades del sistema digestivo en que por supuesto destacan las diarreas de todo tipo;
le sigue enfermedades del sistema respiratorio; en séptimo, causas externas de morbilidad y
mortalidad; y en octavo, tumores —neoplasias—, que no deja de ser un problema a tomar
seriamente en cuenta como consecuencia del uso de agroquímicos.
Como es posible notar, presentados los datos de esta manera nos brindan un
panorama muy diferente de lo que es la mortalidad en el estado de Chiapas, y en cierta
medida nos aclara cómo se vive en las comunidades originarias.
Independientemente de la condiciones en salud, en el contexto de los servicios de
salud el municipio de Oxchuc, por sus características socioculturales y religiosas, destaca
como uno de los que tiene mayor índice asistencial. Lo que no significa un demérito para
los sistemas etnomédicos, mismos que por efecto de los hechos señalados en el primer
49
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Cuadro 10. Mortalidad: Defunciones generales en Chiapas, diez principales causas de defunción, 2006
Causa Nacional Estructura (%) Entidad Estructura (%)
Total 494,471 100.00 18,287 100.00
Tumores 63,888 12.90 2,232 12.20
malignos
Enfermedades del 81,252 16.40 2,040 11.20
corazón
Diabetes mellitus 68,421 13.80 1,775 9.70
Accidentes 36,268 7.30 1,719 9.40
Enfermedades del 29,355 5.90 1,235 6.80
hígado
Enfermedades 27,376 5.50 793 4.30
cerebrovasculares
Influenza y 13,402 2.70 623 3.40
neumonía
Enfermedades 3,941 0.80 614 3.40
infecciosas
intestinales
Insuficiencia 10,580 2.10 560 3.10
renal
Agresiones 10,452 2.10 534 2.90
(homicidios)
Demás causas 149,536 30.20 6,162 33.70
Nota: Defunciones registradas según lugar de residencia
habitual del fallecido.
a
Excluye paro cardiaco.
b
Incluye tétanos neonatal.
Fuente: Inegi. Estadísticas de mortalidad, 2005.
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Jaime Tomás Page Pliego
Cuadro 11. Defunciones hospitalarias registradas en las instituciones públicas del sector salud por causa de
muerte según régimen e institución, 2006
Fuente: http://www.inegi.gob.mx/est/contenidos/espanol/sistemas/aee07/info/chs/c07_05.xls#'5.20'!A1
[consulta: 25 de enero de 2009].
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Capítulo 2
COSMOVISIÓN
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Jaime Tomás Page Pliego
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Cuando la tierra emergió de las profundidades no había nada sobre su superficie, «ni
plantas ni animales». Así que Dios Tatil poco a poco fue creándolo todo. Según los datos
aportados por una j-poxtawanej, antes de proceder a la creación del hombre, Dios Tatil
envió una paloma tsu’mut a corroborar si la tierra se había secado, y como prueba le pidió
una rama seca y un gusano.
En este punto, son rescatables dos comentarios, el primero en relación con la
contradicción existente entre una tierra vacía, sin nada, y la prueba material que Dios Tatil
pide a la paloma; en tanto que el segundo versa sobre la mezcla entre el mito del diluvio
judeo-cristiano y el mito de creación.
Dios primero se abocó a generar un entorno adecuado para ahí situar a la
humanidad, creando primero el árbol tz’umbalte, por eso forma parte de la materia sagrada
presente en los altares.
Adán, el primer ser humano creado, «fue hecho de lodo», desapareciendo la noción
de creación a partir del maíz, criatura específicamente abocada en un principio a cuidar
todo lo que había en la tierra: árboles, plantas y animales.
En una ocasión Dios se le reveló a Adán y le dijo:
«Mira, Adán, estoy viendo que no puedes vivir solo aquí en la tierra, te voy a buscar una tu
compañía que será una mujer. Esta mujer es para que te mantenga con tu comida y tú tienes que
trabajar para que tengan alimentos para los dos». Y Adán contestó: «Está bien, Dios Padre, lo
acepto».
Entonces, Dios dijo: «Bueno, si así lo quieres, nomás acuéstate boca arriba y yo voy a
agarrar tu cabeza».
Le extrajo una costilla con la que conformó a la primera mujer, Eva.
Adán y Eva no sostenían relaciones sexuales, su mandato era cuidar la tierra y sus
habitantes. Convivían con los animales de igual a igual, podían conversar con ellos y no existía
amenaza alguna, «ningún animal se comía a otro ni mordían».
Pero la tierra dejó de ser el «Paraíso», alterándose todos los órdenes de la naturaleza, a partir
del momento en que el «Diablo», valiéndose de engaños logró «dominar» a Eva y Adán, haciendo
que «les saliera la necesidad de tener sexo», con lo que empezaron a procrear hijos y poblar la tierra.
La argucia que el Diablo empleó para dominarlos fue la de aprovechar un momento en el
que al quedar Eva sola por estar Adán empeñado en sus deberes de cuidar el monte y estar con los
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Jaime Tomás Page Pliego
animales, fue la de presentarse ante ella en forma de culebra, enroscado precisamente en el manzanal
del que Dios prohibió a los «cuidadores» cortar frutos. Procedió a cortar una manzana y la mordió.
Como en ese tiempo los animales hablaban, a Eva no le pareció extraño que la culebra le hablara
invitándola a probar la manzana. La primera mujer al principio se negó, pero ante la insistencia de la
culebra, que exaltaba la exquisitez del fruto, no se pudo resistir y comió la mitad cuidándose de
guardar el resto para Adán.
Cuando la pareja primigenia se encontró, Eva de inmediato ofreció a Adán la
correspondiente mitad de la manzana. Este, alarmado, la recriminó por haberse atrevido a pasar sobre
la prohibición, pero Eva, valiéndose del encanto femenino recién adquirido, pronto le dominó
logrando su propósito.
Un trozo de la manzana quedó «trabado en la garganta» de Adán, de ahí es de donde viene
«la bola que todos los hombres tienen en el cuello».
En uno de los testimonios que aborda el mismo tema resalta de manera relevante el
concepto que sobre persona se tiene entre los oxchuqueros:
Pero qué va a ser, llegó Satanás, el Lucero, y encontró a Eva, y había un palo de manzana del que el
Lucero cortó una: «Ay, mujer, esto es un buen alimento, si quieres corto dos para que comas una y
yo otra». Entonces allí nomás de su cuerpo sacó su lab [animal], que es una culebra de chijilchan, y
la mandó arriba del árbol a cortar la manzana, por eso la culebra de chijilchan es lak’tawanej [corta
la vida], porque su dueño es Satanás. Según dicen, tiene patas pero solo los mudos las pueden ver.
Ellos ven todo y como no lo pueden contar por eso lo ven. Por eso cuando encontramos el chijilchan
durmiendo en medio del camino es que nos vamos a enfermar. Hasta puede uno llegar a morir, ya
que la culebra es lak’tawanej para toda la gente. Así fue que la culebra chijilchan bajó la manzana y
se la dio a su amo quien la comió primero, de allí se la pasó a Eva…
Después, el Diablo, valiéndose como ejemplo de lo que hacía una pareja de venados, los
indujo a pecar teniendo sexo:
Llegaron unos venados que le dijeron a Adán y Eva que hicieran lo que ellos mostraban. Al ver Adán
que después de eso los venados seguían existiendo, empezó a hacer igual con Eva y allí fue donde
cayeron en pecado los dos, allí fue donde Satanás, que era el jefe de los diablos que llegaron a
engañar a Adán y Eva, los dominó.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Además de caer en «delito» porque «les vino la gana de tener sexo», también empezaron a
sentir vergüenza por su desnudez, así que cubrieron «sus partes» con hojas y corteza de
árbol.
Aquí cabe resaltar cómo en esta particular narración se da la visión judeo-cristiana
de que la carne y sobre todo la sexualidad es causa de pecado y razón de castigo.
Por haber violado el mandato, Dios Tatil les envió primero un viento tan intenso que
los dejó temblando de frío, por lo que fueron a refugiarse bajo unos árboles, luego les dijo:
«Adán y Eva: ¿Pero por qué hicieron eso? ¿A poco no les dije que no obedecieran las palabras de los
diablos que hay a los alrededores?».
Entonces, Adán contesto: «Pues la verdad, fue Eva la que me dominó, Padre».
Y Dios Tatil dijo: «Bueno, ni modos, como de verdad ya pensaron bien en sus corazones de
ahora en adelante van a tener enemigos aquí en la tierra, sus enemigos van a ser algunos de los
animales y plantas que ahora están cuidando.
De aquí en adelante tú, Adán, y tú, Eva, están malditos porque desobedecieron mis órdenes.
Ahora van a tener un castigo que nunca van a olvidar, porque van a sufrir por siempre. Se van a
casar, serán esposo y esposa para que den hijos que crezcan en la tierra. Los dos van a sufrir, Eva se
va a embarazar y cuando nazcan sus niños sufrirá de dolor. Le será muy doloroso.
Ahora, Adán, tendrás que trabajar duro, cortarte en el trabajo y pisar espinas. Esto será para
que mantengan a los hijos que van a tener»7.
Una vez desarticulado el encanto que hacía de la tierra el paraíso, Adán intentó hablar con
los animales, pero estos solo emitían los sonidos que de ahí en adelante les serían
inherentes, sin llegar a articular palabra.
En el texto y cita precedentes podemos notar la importancia que se da al poder de
articulación de la palabra. Esto debido a que el habla se constituye como el vehículo
primordial para la adoración y evoca una mezcla entre el mito del paraíso terrenal judeo-
cristiano en que los animales se comunicaban con la primera pareja y con el
correspondiente mito proveniente del Popol Vuh en que los dioses creadores buscaban crear
7
En otro testimonio se dice: «Bueno, ni modos, Adán, ahora tú tendrás que sufrir mucho para conseguir tu
comida, porque no la vas a encontrar fácil. Tendrás que entrar a trabajar en el monte, donde haya muchas
espinas, tendrás que aguantar las picaduras de las espinas, también en cualquier momento se te pueden llegar
a lastimar tus manos o tus pies, te pueden picar las culebras que hay en el monte, y tienes que aguantar todo,
porque la verdad no quisiste obedecer mis mandatos».
56
Jaime Tomás Page Pliego
un ser que los sostuviera y mantuviera, capaz de articular las palabras necesarias para
evocarlos y dirigirse a ellos. Pero también en la estructura actual del mito, en cuya
reelaboración ciertamente predominan elementos religiosos impuestos, vemos aún que la
visión presente en el Popol Vuh se entremezcla con los elementos cristianos, tal como se
muestra en las siguientes citas.
Debido a que el primer hombre8 se sentía muy solo, se hincó frente a un enorme ijk’
al te’ [árbol que se caracteriza por su color negro], pidiendo a Kahwaltik te ay ta ch’ulchan
compañía. Al término de su petición el hombre se quedó dormido, y al despertar encontró
una mujer a su lado.
En relación con el diluvio Pulemal, contado por los chik’mamtik —antiguos
bisabuelos y abuelos—9 y descrito en la Biblia, se dice que «… la primera gente se acabó
porque no obedecían la palabra de Dios». Antes de que esto sucediera llegó un aviso del
cielo de que la gente debía de comerse a todos los animales, que tenían que aprovecharlos
porque ya venía el fin del mundo. Asimismo, Noé recibió la orden de construir el arca
«donde se salvaron los que habían obedecido el mandato de Dios», y en una recámara del
bote metió a los animales. La lluvia tuvo una duración de entre 40 y 60 días y noches hasta
que la tierra desapareció en su totalidad. En una versión se dice que todos los seres vivos
murieron, pero específicamente la gente que no había respetado el mandato divino. En otra,
que el diluvio no fue para matar sino para lograr el efecto de la trasmutación, de tal manera
que la gente que no respetó la palabra de Dios fuera castigada a través de su trasformación
en monos. Elemento que a su vez se desprende del mito plasmado en el Popol Vuh respecto
a la destrucción de la tercera humanidad hecha de madera, al no lograrse el propósito de la
divinidad de crear un ser capaz de adorarlos, sostenerlos y nutrirlos, por lo que después de
un diluvio de resina fueron trasformados en monos (Recinos 1961:103).
Pasado algún tiempo, después de que dejó de llover, Noé «mandó un pajarito» a
buscar tierra: «… pero el pajarito llegó a encontrar solo agua, con un palito midió para ver
si ya mero bajaba. Así llevó la noticia de que todavía faltaba un poco. Entonces pasaron
unos días más».
8
Curiosamente no se le designa con ningún nombre.
9
Aquí hay que destacar que se pone en voz de los abuelos lo que se aprendió mediante el proselitismo ya
evangélico ya católico.
57
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Se dice que el agua «desapareció por las cuevas», por lo mismo es que en éstas
siempre se encuentra agua. Dato que contrasta con lo que al principio de esta sección se
señala sobre la emersión de la tierra y su sostenimiento sobre cuatro pilares al momento de
la creación. Sin embargo, sobre este hecho no parecen presentarse contradicciones para el
narrador.
Cuando el nivel del agua bajó lo suficiente, el arca encalló, no obstante sus
tripulantes todavía tuvieron que permanecer durante seis meses viviendo ahí, hasta que la
tierra se secó y brotó nueva vegetación. Hecho que resulta de una lógica impresionante y
refleja la sabiduría proveniente de la experiencia obtenida al sobrevivir del entorno. Lo que
representa no contar con nutrimento en un medio que en principio resulta inhóspito.
Respecto a la conformación de los distintos pueblos e idiomas se presentan diversas
versiones, en las que vemos entremezclarse distintos pasajes bíblicos con la ideación,
también, de pormenores a partir de lógicas nada despreciables.
Así, por un lado se dice que cuando Noé desembarcó ya dejó los distintos idiomas
—tsotsil, tseltal, chol, tojolabal, etc.—. Por otro, que cuando la tierra ya estaba nuevamente
poblada, debido a «un problema» —no se especifica cuál— a partir de una lengua común
fueron creadas las distintas lenguas y los pueblos distinguidos unos de otros. Y la versión
que incluye aspectos de la Torre de Babel, mezclándolos con alguna desobediencia
atribuida a Noé, nos dice que los habitantes del arca eran dieciséis, ocho parejas, luego Dios
ordenó a Noé dividir la tierra en ocho partes para en cada una instalar una pareja. Noé
desobedeció, no se menciona ni se sabe por qué razón, y quiso construir una casa de ocho
pisos para alcanzar el cielo:
Pero Cristo le dijo que nunca lo iba a alcanzar, pero Noé dijo que sí y empezó a dar órdenes para que
le pasaran los palos. Algunos lo obedecieron, esos son los que son nuestros hermanos, que hablan la
misma lengua que nosotros, los que no hicieron caso se fueron a vivir a otro pueblo y hablan otra
lengua, esos no son nuestros hermanos. Los que no ayudaron están en otros pueblos como Tila, pero
quienes salvaron nuestra raza fueron dos personas que andaban con Noé: su acompañante Abraham y
nuestra madre Sara. Por eso les digo que solo estamos viviendo en un solo mundo, las luces que
vemos son del Sol que es nuestro padre k’oxito y la que vemos en la noche es la Luna nuestra madre
Virgen María, así estamos viviendo en el mundo.
58
Jaime Tomás Page Pliego
En esta cita nuevamente juntan aspectos del mito judeo-cristiano con el relativo a la
creación solar proveniente del Popol Vuh, cuyas actuales versiones se señalan más adelante.
Se dice que los tseltales de antaño, del principio, eran como los mayas, «…
poderosos, fuertes y altos, no igual como nosotros que somos muy chaparros, ellos tenían
huesos muy largos». Para los oxchuqueros la prueba física de estos datos yace en
osamentas gigantescas encontradas en cuevas —Cueva de Max, probablemente
pertenecientes a reptiles extinguidos—, de la que se dice fue la primera gente, la que murió
por el diluvio.
Respecto de Jesucristo, se comenta que este vino a la tierra porque la humanidad
cayó en el desorden y cometió múltiples pecados. Kahwaltik Dios lo mandó a través de la
Santísima Madre de Dios, esposa de San José —para otro, San Martín—. Tanto la Virgen
como quien fungiera como su padre sobre la tierra, ya José ya Martín —porque su
verdadero Padre fue Dios Tatil, Jehová—, no fueron pecadores, así que la Virgen tuvo a
Jesús «nomás así».
Jesucristo vino a cambiar la costumbre pecaminosa de la gente y a instituir el
bautismo, dijo que además del dios Sol existía el Padre de todas las cosas, Dios Tatil. Fue
entonces que la gente empezó a ofrendar. En aquel tiempo tanto las velas como el
chik’pom, copal, eran de cera de ocote.
Los judíos se hicieron enemigos de Jesús debido al poder de atracción e influencia
que ejercía sobre la gente. No veían bien que los aconsejara, ayudara a los pobres y curara a
los enfermos. Así que lo persiguieron hasta darle muerte crucificándolo. Se dice que eso
sucedió debido a los pecados cometidos por los hijos de Dios Tatil, por los que Jesús pagó
muriendo en la cruz para tres días más tarde resucitar e irse al cielo.
Durante los años que Jesús, Dios Nich’anil, vivió sobre la tierra, se distinguió por
favorecer a los pobres sobre los ricos, enseñarles cómo hacer producir la tierra, tanto la
milpa como los frutales, sobre su cosecha y venta para contar con algo de dinero.
Como se puede notar, en este último fragmento permean de manera destacada las
posturas de la nueva Iglesia católica.
59
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Mito sustitutivo
Ante la permanente amenaza de destrucción total que se cierne sobre la humanidad,
presente tanto en el mito judeo-cristiano como en el plasmado en el Popol Vuh, derivado
uno del juicio final y el otro del no cumplimiento del mandato divino de adorar, sostener y
nutrir a la divinidad; este fragmento mitológico establece que Dios Tatil se prepara para la
destrucción y sustitución de la humanidad, para ello está intentando crear gente con mejores
cualidades —empeñada en el cumplimiento de las obligaciones religiosas y de mejor
comportamiento social—. Sin embargo no lo ha logrado debido —y gracias— a que el
Señor Santo Tomás —Santo Patrón de Oxchuc—, que es más fuerte que Dios Tatil, protege
a la humanidad —los oxchuqueros.
Se dice que en una ocasión en que Santo Tomás salió de Oxchuc para visitar el cielo
encontró gente sentada en dos bancas. Antes de hablar, con su bastón empujó «un poquito»
las bancas y la gente ahí sentada al caer se rompió y murió. Luego ya en la plática con Dios
Tatil, se suscitó el siguiente diálogo:
« ¿Por qué estás haciendo otra gente a cambio de la vida de nuestros hijos, si la que tenemos está
bien, nos da de todo?». «Ah, pero es que apestan mucho la tierra y ya no podemos vivir así con
ellos» —contestó Dios Padre. El Señor Santo Tomás respondió:
« ¿Pero Tú, cómo lo sientes si estás hasta acá, ¿y cómo yo no me quejo? Y si estoy viviendo junto
con ellos, aguantando el olor que despiden y el mal que hacen, es porque nos dan bien de comer.
¿Si matas a tus hijos quién nos va a dar de comer? ¿Acaso nos van a dar de comer los que has hecho,
si no tienen manos ni pies cómo van a trabajar para sacar la comida? Esos no sirven para nada en la
tierra, ya ves que no se pueden sostenerse con un pie, pues menos trabajar. Mira cómo los moví un
poquito y todos cayeron muertos. Estos, Señor, no sirven para nada. Estos nada más nos van a matar
de hambre». Así le dijo al Dios Padre.
Argumentos los del Señor Santo Tomás respecto a los que Dios Tatil no pudo replicar. Sin
embargo, no por ello cejó en su propósito, aunque cada vez neutralizado por el apóstol,
hasta que los apóstoles en conjunto se declararon en contra de ello.
Dios Tatil, enojado, envió castigos a la tierra, intentando asustar a la gente «de
muerte»; para ello causó temblores, envió tormentas, oscureció el Sol —eclipses— e hizo
llover ceniza.
60
Jaime Tomás Page Pliego
También mi abuelo me contó de cuando pasó la ceniza, él mismo lo vio, cuando eso sucedió ya tenía
sus hijos. Dijo que tres hombres se fueron a trabajar en sus milpas, pero como sus terrenos quedaban
muy lejos tuvieron que caminar mucho, y ya que alcanzaron el Muk’ul Huitz o Muk’ul Ajab, que allí
llegaron a sentarse para descansar un rato, pero qué va a ser, allí nomás vieron que empezó a nortear
y nortear, entonces vieron que era puro polvito que llegaba a su cuerpo, empezaron a limpiarse y a
limpiarse, y mi difunto abuelo dijo: «Ay, pero si no es agua lo que está cayendo, ¿qué cosa será esto?
¡Ahora todos nos vamos a morir!».
Por su lado, mi abuela ya estaba llorando por sus hijos, pero a mi abuela su mamá le dijo
que no llorara porque mi abuelo pronto iba a regresar con su hijo, que no se iban a morir, ya que lo
que estaba cayendo era ceniza. Entonces dijeron que los estuvieron esperando hasta las diez de la
mañana y la ceniza seguía cayendo más y más. Ya cuando dieron las once de la mañana, el día se
oscureció. Pero como al mismo tiempo empezó a llover, por eso el mundo no ardió, porque el agua
acabó de borrar la ceniza.
Entre los tseltales de Oxchuc abundan historias sobre calamidades acaecidas al conjunto de
la humanidad, se habla de incendios que acabaron con los bosques, se habla de plagas de
langostas que acabaron con los sembradíos y de las consecuentes hambrunas, de epidemias
entre las que figuran una «tos caliente» por la que murió bastante gente… Sobre el
particular se nos dijo:
Mi padre, quien murió de noventa años, se llamaba Nicolás Morales Santis. Él me dejó su historia
contada, que dice así:
10
Se ha dado en dos ocasiones en los últimos cien años, debido a emisiones provenientes del volcán
Chichonal situado en el norte del estado de Chiapas; la última sucedió en marzo de 1992.
61
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
O sea que en aquel tiempo pasó un gran fuego que quemó las montañas. Después de eso se
criaron muchas verduras, aunque no estaban sembradas crecieron así nomás. Después vino la
enfermedad de tos y bastante gente murió. De su familia solo mi papá aguantó esa tos caliente, todos
sus hermanos se murieron.
Mi mamá también vio todo lo que pasó, el fuego y la tos caliente, y vio cómo pasó la plaga
del chapulín. Mi difunta madre me contó que los chapulines se comían todas las hojas de los árboles
y también las milpas. Contó que se salían a juntar los elotes por canasta y llegaban a dorar en el
comal para comerlo de inmediato; que esa plaga fue muy perniciosa porque se lo acabó todo: las
hojas de las milpas, las puntas de los frijoles, los elotes, todo. Ese fue un año de hambre, mucha
gente tuvo que espantar a los chapulines de sus milpas en cuanto llegaban, la gente estaba metida en
sus milpas hasta que la plaga salió huyendo por el cerro de Ajab’, porque de por sí de allí salió.
En el cerro de Ajab’ hay una cueva en la que al que pedía dinero se lo daba, porque dicen
que anteriormente había un cura que llegaba a sacar el dinero. Los mamtiketik de aquel tiempo tenían
la costumbre de pedir la riqueza a través de rezo, velas, copal, cohetes y música con bailes. En ese
cerro vive el mero Ajwalil que nos da la riqueza y cuando quiere dar castigo manda muchos animales
para acabar con nuestros sembradíos y nos deja con hambre, por eso tenemos que seguir
respetándolo como lo respetaban nuestros abuelos.
Entonces así fue que el cura iba a sacar el dinero, pero recibió su castigo, allí se quedó
trabada su mano, hasta ahora se ve que allí está un brazo del cura. Eso ya ha salido en muchos libros
de historias, y la verdad allí está un brazo del cura en el cerro de Ajab’. Nomás que, como según
dicen ahora los rezadores de los cerros, ya está cerrado.
Entonces, así fue que los chapulines salieron por la cueva del cerro de Ajab’ y por allí
mismo se metieron. Dicen que cuando venían se veía como nube en el cielo, entonces cuando la
gente vio que empezaban a juntarse los espantaban a gritos, para que así no cayeran en la tierra y
regresaran por donde salieron. Así poco a poco fueron desapareciendo esos chapulines. A lo mejor
era por orden de Dios que ya no quiso que molestaran a sus hijos y por eso los llevó a encerrar en la
misma cueva de donde salieron.
Pero hace poco que mi padre murió, dejó dicho que la plaga de chapulines va a volver a
salir en pocos años, tiene que venir a nuestras tierras como pasó anteriormente: «Ustedes van a ver
llegar la plaga como nosotros la vimos con tu abuelo, tiene que venir en poco tiempo. Y van a sufrir
de hambre porque va a acabar con toda la milpa, tienen que sufrir como nos pasó a nosotros». Era
cierto porque dicen que anteriormente el maíz estaba muy caro, a dos pesos por una mazorca, así si
compraban cincuenta pesos, regresaban con veinte mazorcas, sufrieron hasta que les dolió su corazón
por el hambre. Llegaban a conseguir el maíz hasta Monte Río, por la Selva, caminando hasta allá se
hacen tres días. Pero no se iban solos sino en grupo con sus mujeres, y no solo llegaban directo a
comprar sino que tuvieron que trabajar varios días o semanas para poder traer bastante maíz. El
62
Jaime Tomás Page Pliego
trabajo de la mujer era hacer la comida y les pagaban dos mazorcas por día, y a los hombres les
pagaban cuatro mazorcas. Los hombres abrían monte para sembrar el maíz. Pero el maíz que traían
les duraba veinte días nada más, y cuando se quedaban sin comida volvían otra vez a la Selva para
trabajar y traer más maíz para también poder hacer su trabajo. Así sufrieron nuestros padres en aquel
tiempo.
CIELO
El cielo está sostenido por la tierra. Los pik’abaletik —los que pueden ver a través de los
sueños— dicen que aunque desde la tierra se ve azul, arriba todo es verde, hay montañas,
inmensos bosques y también selva. Además hay mucha agua.
Con base en el criterio de azul-verde, los j-poxtawanejetik expresaron la duda sobre
si el verdor es real o no, lo cual lleva a que dicho concepto pase al plano de las creencias.
En otro testimonio se nos dijo que según lo que contaron «varias personas que
habían subido en sueños» en el cielo no hay agua, el piso es extremadamente blando, tanto
que los pies se hunden un poco al andar. Está comprobado que no hay agua pues los j-
poxtawanejetik que han llegado allá no la han encontrado. Lo cual se puede ver en los
libros que en la escuela les dan a los niños.
En torno a la creación del sol y de la luna, existe un mito que no solo aún circula de
manera importante entre los oxchuqueros, sino que se imbrica, como hemos visto, con
elementos provenientes del cristianismo. Al respecto se dice que antes de que existiera el
sol que ahora nos alumbra existía uno con menor luminosidad y calor, estático en el
firmamento y por tanto alumbraba todo el tiempo, por lo que no había oscuridad. Estas
cosas sucedieron antes de que Dios creara al primer hombre. En otra versión se dice que
eran dos soles y no uno. Como Dios vio que esto no era bueno para sus hijos, ordenó que se
hiciera la noche para que pudiesen descansar.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
En cuanto a la creación del sol actual se dice, en una versión, que la Jalametik
Maruch —Virgen María— tenía dos hijos, uno mayor y uno menor. En otra versión se
señala que eran dos de mayor edad, gemelos, imagen que evoca a los gemelos divinos del
Popol Vuh, Ixbalanqué y Xunahpú —en adelante me referiré a dos hermanos dado que en la
mayoría de los testimonios así se presentó—, y uno menor. Los mayores se encargaban de
«mantener» a la familia trabajando el campo, lo cual hacían bendiciendo las herramientas
diciendo: «Cham uizt, cham lelem», para que realizaran el trabajo sin mediar esfuerzo por
su parte. Así preparaban gran cantidad de terreno para sembrar su milpa.
El hermano menor, por su corta edad, solamente se aplicaba al juego y a molestar a
los demás, razón esta última por la que los gemelos lo despreciaban. Así, cuando la Virgen
no estaba presente aprovechaban para maltratarlo e incluso matarlo de diferentes formas, ya
golpeándolo ya atándolo o arrojándolo a cuevas o barrancos e incluso macheteándolo. Pero
como el menor, el Xut, tenía poderes, siempre era capaz de regresar a su casa indemne y no
profería queja alguna.
En la mayoría de las versiones se hace mención a que la Virgen no se enteraba del
hecho del maltrato, sin embargo en una se señala que la Virgen se percató del maltrato y
reclamó al hermano mayor, pero esto no trascendió en castigo ni en una mejora del trato
que el menor recibía, lo cual enojó a este último en demasía llevándolo a tramar la
venganza que a continuación se relata.
El Xut, cansado de todo lo que le hacían sus hermanos, le pidió a su madre, quien
era tejedora, un poco de algodón; fue a buscar un árbol muy grande y colocó la madeja en
lo más alto, lo bendijo y con ello lo trasformó en un chab sun —panal de abejas—. Dejó
pasar un día y en un momento en que los hermanos lo molestaban, les dijo:
«Hermanos, si no dejan de molestarme, no les voy a decir lo que he visto». Entonces los hermanos
contestaron: «A ver qué cosa es la que has visto, hermanito, dínoslo y ya no vamos a molestarte».
«Pues vi algo que está en un árbol bien grande, yo creo que es un chab». «Anda a mostrarnos,
hermanito, le vamos a sacar la miel». «Está bien, hermanos, mañana les voy a mostrar». «Bueno,
hermanito, pero nomás te advertimos que si es mentira allí nomás te vamos a matar de una vez».
«No, hermanos, es cierto lo que digo».
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Jaime Tomás Page Pliego
En otra versión se nos dijo que Xut consiguió una semilla de algodón en el camino al
trabajadero, con lo cual aprovechó para situarse detrás de los hermanos, aprovechando esta
situación arrojó la semilla a un árbol muy alto. Al regresar del trabajo, antes de llegar al
lugar donde habitualmente los hermanos lo maltrataban, les indicó dónde estaba el panal,
siguiendo la narración como a continuación se señala.
Al día siguiente Xut les mostró el chab sun a los hermanos, quienes presto se
subieron al árbol a comer la miel. Desde abajo Xut les pedía que le dieran algo de miel:
«Hermanos, ahora bájenme un poco de miel, también la quiero saborear, ya que yo fui el que vio ese
panal». Y como los hermanos mayores no escuchaban, él les volvió a pedir: «Ya, pues, hermanos,
bájenme un poco de miel, también la quiero probar». «Allí te va, hermanito». Así le contestaron, y le
arrojaron pura seda, y cada que el Xut pedía le arrojaban seda. «Pero ¿por qué me hacen eso,
hermanos?, me estás mandando pura seda, y yo también quiero miel». «Ahí espérala, que te la vamos
a mandar».
Previendo que eso era lo que iba a pasar, con la seda que le arrojaban el Xut se puso a
confeccionar tuzas que metió bajo el árbol para que comieran la raíz, los dientes se los puso
de carrizo. Hasta que metió bastantes abajo del árbol. Cuando las raíces habían sido
cortadas por las tuzas el árbol empezó a tronar y cayó, lo que dio como resultado la muerte
de los hermanos quienes por carecer de poderes no resucitaron:
Entonces, cuando Xut vio que sus hermanos habían muerto se regresó solito a casa. Cuando llegó se
sentó encima de una piedra, entonces su mamá salió y le preguntó: «¿Xut, dónde dejaste a tus
hermanos?». «Pues no sé dónde se quedaron porque se separaron de mí y no sé adónde se fueron». «
¿No será que mataste a tus hermanos, Xut?». «No, mamá, yo no les he hecho nada a mis hermanos».
«Pero ¿qué les pasó que no vienen? Ya es muy tarde» —dijo con tristeza la mamá. «Creo que ya
vienen por ahí, no te pongas triste» —todavía le dijo el Xut. Pero qué va a ser, se hizo noche y los
dos hermanos nunca llegaron.
En una de las versiones, se nos dijo que una vez que Xut vio que sus hermanos estaban
muertos, y esperó para cerciorarse si resucitaban, para no desaprovechar la carne de estos la
utilizó para crear diferentes animalitos del monte.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Los que estaban deshaciendo el trabajo eran el x’umam —tapacaminos— y el t’ul —conejo—. El
x’umam portaba el chijk’pom —copal— y el t’ul lo soplaba. El x’umam iba diciendo a todo el monte
que se levantara: «Levántate, árbol; levántate, bejuco». Y los árboles y bejucos se iban levantando.
Pero cuando llegó Xut agarró al conejo y con su machete le pateó la nariz, al x’uman lo agarró y le
golpeó la cabeza con un palo, es por eso que uno tiene la cabeza morada y el conejo la boquita
partida.
Así fue que los animales dejaron de molestar. Por eso nosotros tenemos que trabajar duro con todas
nuestras fuerzas para poder sacar las cosechas. Si no fuera que los animales molestaron el trabajo del
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Jaime Tomás Page Pliego
Xut a lo mejor no trabajáramos, podría ser que solo llegáramos a colocar las hachas, el luc o el
azadón, así como hizo el Xut. Pero como molestaron al Xut, pues así fue que quedó que tenemos que
trabajar para sobrevivir en el mundo.
Mientras tanto, la Virgen terminó de desgranar el maíz; al volver Xut del trabajadero, su
madre le entregó la bandeja, el hijo menor tomó la bandeja y esparció el maíz fuera de la
vivienda haciendo sonidos como llamando a las gallinas a comer: «puuuuur». Se
presentaron toda clase de animales, como tigres, leones, gatos de monte, tlacuaches,
coyotes, zorros, tepezcuintles, palomas, todos los animales que hay en la tierra. Xut le dijo
que esos eran sus hijos. Como respuesta inmediata la Virgen solo se quedó mirando. Un
momento más tarde, alarmada preguntó a Xut por qué había matado a sus hermanos, pero
no obtuvo respuesta. Entonces la Virgen le hizo saber que no estaba segura de que él fuera
capaz de sostenerla. Ante esto, Xut le dijo a su madre:
Si tú dices que no vas a poder comer, entonces voy a pensar bien adónde nos vamos y yo digo que tú,
mamá, te vas a ir a trabajar en un lugar bonito para ti, y cuando trabajes nunca te vas a perder, en
cambio yo voy a tener un trabajo muy pesado, porque tendré que trabajar sin descanso. En cambio tú
vas a trabajar poco durante cada mes.
Así fue que la Virgen subió y se trasformó en Luna, U, y Xut en Sol, K’aal, quienes fueron
los primeros dioses.
En otra versión se dice que Xut le dijo a la Virgen:
«¡Te ja’atej ja’ me ya t’um bael te ste’el ja’ wechjej!» [«Tú tienes que seguir con tu palo de hacha»].
«Te jo’onej ja’ ya jt’um bael luk te ste’el kaujte’e’» [«Yo me sigo para arriba con mi palo de
siembra»]. «Ja’ jich la yal te Jalametik».
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Bueno, el Sol es de puro fuego y nadie puede acercarse donde está y con sus rayos calienta todo el
Mundo, eso fue lo que me platicaron unos mis tíos pero no sé si es cierto, porque dicen que a las tres
de la mañana es cuando se siente el frío. Pero eso me lo han dicho otros viejitos que dicen que han
visto cuando a las tres de la mañana se cambia el calor del Sol, porque a esa hora se acaba su ropa. Y
cuando van a dar las cuatro de la mañana el frío empieza a cambiar porque el Sol ya se está poniendo
ropa nueva. Ya cuando van dando las cinco de la mañana de nuevo aumenta el calor de su ropa. A
las seis de la mañana peor, porque aumentan más las llamas del fuego de su cuerpo.
Pero otros dicen que el Sol y la Luna tienen tierra, pero no sé si es cierto, porque dicen que
el cielo también es de puro zacate y montañas, pero como vemos puro azul, otros dicen que es de
pura agua. Pero no sabemos bien cómo está la cosa ya que solo vemos que el cielo y las estrellas allí
están, que allí andan el Sol y la Luna. Pero en los libros de primaria vemos que viene la imagen de
todo el Mundo, vemos la tierra donde estamos viviendo y que estamos cargados por pura agua, que
el mar tiene cargada a la tierra. Por eso nuestros abuelos decían que si Diosito nos quiere matar, solo
tiene que soltar el mar encima de la tierra y allí nos acaba a todos, eso fue lo que me platicaron mis
tíos.
Por otro lado, muchos oxchuqueros, sobre todo los más jóvenes, sostienen que durante el
día el sol alumbra y por la noche la luna lo hace, que la tierra gira en torno al sol y que
además tiene su propio movimiento de rotación.
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Jaime Tomás Page Pliego
TIERRA
La tierra es «igual a una pelota», y junto con su entorno está considerada como un ser vivo.
Por lo mismo no se le debe golpear y al agua no se le debe regañar. A la tierra se le
alimenta con la carne de los muertos. Se hace mención especial de cerros-montañas, ojos de
agua-ríos-lagunas y cuevas como seres vivos, k’aj nichim k’inal vivos y sagrados porque en
estos habitan los anjeletik. Sobre las cuevas se nos dijo:
… por eso los cerros o cuevas, el viento, todo tiene dueño porque en las cuevas están los anjeletik, en
los cerros están otros anjeletik, por eso nos vamos a las cuevas a pedir por nuestras cosechas, y los
guardianes de la tierra que ahí están, si pedimos nuestro maíz y frijol nos dan porque allí lo tienen
todo. Los anjeletik platican directamente con los dioses, casi es igual como un gobierno que nos
cuida y nos da todo si le hablamos, todo viene de allí de las cuevas. También están los diablos y los
ángeles que hay en las cuevas.
Las cruces que siempre se encuentran en las cuevas representan tanto la presencia de
Jesucristo como de los anjeletik que ahí habitan.
Sobre la superficie de la tierra se encuentran la humanidad y la mayoría de los
animales, pero también a ésta llegan los anjeletik y los Pukujetik, demonios.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
K’ATIN’BAK, INFIERNO
En el tema de la estructura del mundo se dan diferentes versiones acerca de la ubicación de
k’atin’bak, sin embargo, debido sobre todo a que se sabe que el diablo habita sobre la
superficie de la tierra, entre la humanidad, lo cual requiere porque es ahí donde hace todo
su trabajo; sin embargo el concepto de k’atin’bak está más en relación con un lugar adonde
son enviados los ch’ulel-alma de las personas que en vida cometieron demasiados pecados.
Sobre éste, algunos presuponen que se encuentra sobre la superficie de la tierra, otros bajo
ella pero que sus puertas dan a la superficie. Lo que sí es de opinión general es que es un
lugar de oscuridad; el camino que lleva a sus puertas por el que transitan los ch’uleltik-
almas de los condenados es ancho debido a que la mayoría de los que mueren se dirigen
hacia allá, en tanto que el que lleva al cielo es muy angosto.
El calor presente en k’atin’bak proviene de huesos con los que se produce fuego,
idea que remite al concepto que sobre Mictlán tenían los nahuas (ver López Austin 1996:
94).
En un testimonio se narra el siguiente sueño:
Mi papá me contó lo que le pasó a una mujer, que cuando [ella] murió su ch’ulel-alma se fue
derechito al infierno, entonces el hombre se quedó solo y no dejaba de llorar porque él y su esposa se
querían mucho ya que era muy buena con su esposo, pero también era pecadora. Entonces dicen que
la mujer llegó al sueño del hombre y le dijo: «No te pongas triste, hombre; ven, te voy a llevar
adonde estoy viviendo». Y así se fue el hombre. Cuando iban por las cuevas, se asombró de ver que
allí había muchas cosas como: maíz negro, maíz colorado, maíz amarillo, maíz blanco, igual que
frijol de diferentes colores, pero solo el negro no se podía agarrar por ser como nuestros ojos, por lo
que la mujer le recomendó mucho que no fuera a agarrar el maíz negro, que podía agarrar el maíz
amarillo o el frijol colorado.
Entonces así fueron pasando hasta que llegaron al infierno. Allí vio el fuego del infierno.
Entonces, la mujer se convirtió en caballo, porque ya estaba con el Diablo, hasta le advirtió a su
marido que no la tocara cuando se convirtiera en animal, porque si no su alma allí iba a quedar de
una vez.
Entonces el hombre así vio todo donde estaba la mujer; luego la mujer le dijo: «Ahora te
voy a regresar pero no vas a tardar muchos días allá porque luego te vas a venir conmigo».
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Bueno, así regresó el alma del hombre y se acordaba bien como si no hubiera sido sueño.
Entonces les contó a sus familiares todo lo que existe en el infierno [K’atin’bak], por eso allí dijo que
no es bueno hacer muchos pecados en la tierra, porque el K’atin’bak existe.
Bueno, el K’atin’bak de verdad existe, porque dicen que el que comete pecados en la tierra ya no
está con Dios, sino que está haciendo el trabajo del Diablo. Anteriormente así le pasó a una familia:
la mujer de un señor se murió porque el hombre pecaba mucho con otras mujeres, por eso se murió
la mujer. Pero el hombre se arrepintió y le pidió a Dios que le regresara la vida a su mujer, pero Dios
por medio de su sueño lo llevó al cielo para que llegara a ver dónde estaba su mujer, porque ella no
cayó en pecado, allí vio que su mujer estaba tejiendo. Entonces el Tatilal le dio orden al hombre de
que le hablara a su mujer: «Si quieres, háblale a tu mujer, allí está tejiendo, y si quieres ver el otro
lado, allí está el castigo de los que cometen delitos». Era muy cierto, dice que en el otro lugar había
pura ceniza de hueso de gente, por eso es el K’atin’bak, que aunque nosotros no lo vemos está en la
palabra de Dios, hasta mis abuelos me dejaron contado todo de cómo es el infierno, por eso los que
creen en la palabra de Dios están contentos con Él, pero los que buscan delitos están sufriendo en el
infierno.
DEIDADES
Tanto tradicionalistas como católicos reconocen la presencia de deidades secundarias
habitando sobre la superficie de la tierra, personificadas en apóstoles, santos y anjeletik, en
tanto que los presbiterianos consideran esto falsedad e idolatría:
Nosotros, como somos gente católica respetamos a todos los Dioses y Santos que hay en la tierra ya
que manejamos un poco la palabra de Dios con una Biblia que siempre tengo guardada en mi altar.
Siempre le pedimos a Dios y los Santos. Siempre los estamos amando en nuestros corazones ya que
ellos nos escuchan cuando les pedimos que nos cuiden, que nos ayuden a amanecer bien, que no nos
entre la enfermedad; también que nos ayuden a proteger todo lo que nosotros estamos pidiendo para
ellos, pues siempre Dios nos ha ayudado mucho, porque siempre amanecemos tranquilos pensamos
bien nuestro trabajo.
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social y moralmente esperado y rinde culto a cualquier entidad que considere como deidad,
Dios Tatil eso lo ve con simpatía y le protege.
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También cada municipio tiene sus patronos. El patrono de Oxchuc es Santo Tomás, quien vino de
muy lejos. Los abuelos dijeron que vino caminando desde Comitán, que trajo cargando su campana
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como si no pesara mucho, la trajo cargando en su espalda, llegó hasta Ocosingo donde descansó
porque ya no aguantaba su peso y allí la dejó. Siguió su camino y vino a salir a Sib’akja’, pero allí no
quiso quedarse a vivir porque hay muchos zancudos, entonces siguió caminando y caminando hasta
que llegó a salir por el K’ankuk [Cancuc], pero tampoco ahí se quiso quedar a vivir, no le gustó. Otra
vez siguió caminando y se vino para Oxchuc donde encontró un lugar bonito para descansar, hasta se
quedó dormido porque no había zancudos que lo molestaran, por eso allí se quedó a descansar
tranquilo toda la noche.
Ahora, cuando amaneció se despertó, pero qué va a ser, en ese momento un pajarito se posó
encima de un arbolito y cantó «¡Yaxibil! ¡Yaxibil!», entonces el señor Santo Tomás pensó: «¿Pero
por qué el pajarito dice Yaxibil, a poco hay agua aquí abajo? Eso puede ser, que haya agua aquí
cerca». Entonces la empezó a buscar y a buscar hasta que la encontró bajo del cerro [Yalan Huitz].
Allí se quedó varios días. El lugar estaba muy tupido por el monte y solo era un pedacito donde él se
quedó. El lugar no era grande pero a él le gustó porque allí nomás estaba el agua. Entonces empezó a
componer para poder almacenar agua. Así fue que se quedó a vivir varios días.
Pero qué va a ser, Dios le ordenó no hablar con la gente, que si le hablan no contestara, que
de por sí nunca iba a llegar a platicar personalmente con sus hijos. Así fue que obedeció y cuando
venía gente solo se quedaba parado.
Uno de los días salió caminando más y más hasta que encontró la planada donde ahora está
la iglesia. Allí fue donde encontró su lugar definitivo, donde le construyeron su casa, que es la
iglesia; pero a la gente le costó mucho trabajo construirla porque la pared llevó pura piedra grande.
Esas enormes piedras las cargaron mis abuelos y mis padres, pero los albañiles fueron otras
personas que no son gente. Así me dijeron mis padres. Que ellos solo dejaban las piedras
amontonadas y bastante mezcla y al otro día llegaban a ver cómo ya estaban colocadas las piedras
con su mezcla y avanzadas las paredes. Pero nunca vieron quienes trabajaban en la noche. Además
no solo iban construyendo la iglesia sino que también a la vez iban construyendo la agencia y el
cabildo que hay ahora.
Después, cuando se terminó la construcción llegaron a saber quiénes construyeron las dos
obras, dicen que fueron los negritos [ijk’al].
Pero no solo los apóstoles trabajaron sino que también las vírgenes, principalmente
Jalametik Maruch, Nuestra Madre María, Madre de Cristo; y otras como la Virgen de
Guadalupe, Santa Lucía, Virgen de Santa Cecilia y la Virgen del Carmen.
En la tierra los humanos solo vemos las «imágenes» de los santos, pero sus
ch’uleltik están arriba en el cielo o en «medio del aire desde donde reflejan su luz para
iluminar nuestro camino».
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También, «con la luz de sus ojos» los dioses vigilan desde lejos el comportamiento
de la humanidad, por eso no es posible ocultarles nada, y cuando ven delito aplican un
castigo.
Entre las tareas asignadas a las deidades secundarias que Dios ubicó sobre la
superficie de la tierra, la que tiene mayor importancia es recoger las ofrendas que sus hijos
le han destinado para nutrirle, como velas, flores y copal, así también los mensajes que le
son dirigidos a Él y al Señor Jesucristo:
… porque es la comida que les dejamos en agradecimiento por todo lo que pedimos … pero como
muchos de sus hijos ya no obedecen sus mandatos, por eso está cambiando mucho la tierra. La
comida ya no tiene sabor, parece que es porque ya nos están castigando los dioses, porque ellos
tienen en sus manos la tierra, por eso es fácil que nos dejen sin comida para que así paguemos los
delitos que hacemos, así son los dioses que están en la tierra.
Otro de los propósitos de situar dioses sobre la faz de la tierra fue para que se encargaran de
cuidar de la humanidad, «… a la que deben de considerar como si se tratara de sus propios
hijos», principalmente ayudándoles a sanar de las enfermedades; también escuchar y juzgar
lo que las personas dicen, lo que no significa que estén atentos a diálogos, discusiones o
soliloquios, sino que el viento les lleva las palabras adonde ellos están y de esa manera se
enteran —a través del mismo vehículo, los santos mandan mensajes al cielo—; otra función
de extrema importancia y complementaria a todas las demás es la de proveer de agua y
alimentos a la gente, así como cuidar de la salud de los animales domésticos.
Tanto la salud como la enfermedad o los recursos que estas deidades proveen son
administrados dependiendo del comportamiento que guarden las personas, respecto al que
están permanentemente vigilantes. Si el comportamiento es adecuado en la familia habrá
salud y buenos alimentos; si este se desvía de lo establecido en la palabra de Dios se
traduce en enfermedad y pobreza.
Por otro lado, cada apóstol tiene a su cargo tareas determinadas: a Santo Tomás se
le pide maíz, frijol, alimentos en general, mientras que al Señor San Antonio animales,
como ganado y gallinas.
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Anjeletik
Dios mandó a los anjeletik a la faz de la tierra para que cuiden a sus hijos. Los anjeletik
están permanentemente al lado de las personas que respetan la palabra de Dios; brindan
protección en la milpa, en el camino, en la casa y velan el sueño. Pero si se es un pecador
los anjeletik no lo toman a uno cuenta, retiran la protección y se lo indican al Diablo para
que este los castigue. Entre los j-poxtawanejetik aún se hace referencia a los anjeletik ya
jlajinbatik como habitantes de cuevas y ojos de agua, aunque predomina la idea, como ya
se señaló, de que los atributos que estos en el pasado detentaban han pasado a formar parte
del quehacer y poder de apóstoles patronos. Aun así, grupos de familias se reúnen por lo
menos una vez al año, antes de la siembra, alrededor del 3 de mayo, para realizar rituales en
cuevas y ojos de agua en los que se ofrecen rezos, velas, alimentos y copal. Una parte del
alimento se deposita en el altar o se entierra y está destinada a nutrir tanto al lugar sagrado
y la tierra como a la deidad que es su dueña; el resto es compartido entre los asistentes.
La misma ceremonia se lleva a cabo a su vez en el centro de la parcela.
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Martín Lucero llegó a la tierra a dividir y separar a los hombres, se dice que
anteriormente solo había una religión, la católica, pero cuando este se separó de Dios Tatil
empezaron a aparecer personas de otras religiones, «… como los protestantes, los
evangélicos y otros que no creen en la palabra de Dios pero que se han ido metiendo en la
religión».
Otro concepto vertido sobre el «rey del infierno» es que es una persona muy negra,
y fue atado a la orilla del mar por los dioses —debido a que no obedeció los mandatos de
Dios Tatil—, desde donde exige a la humanidad que realice las maldades antes señaladas.
Los protegidos del Diablo nunca enferman, siempre se muestran fuertes, «alzados,
muy creídos y crecidos», mas sin embargo se considera que debido al excesivo daño que
inflingen seguramente después de la muerte su ch’ulel-alma tienen como destino eterno el
infierno.
El anticristo es otra de las deidades del mal. Se dice que antes de Jesucristo existió
otro dios que no era el verdadero hijo de Dios Padre, a este lo llamaron Antón Cristo
«Ajwalil de la muerte». Este Antón Cristo solo vino a matar a la gente con objeto de
sustituirla por una humanidad que él estaba creando. Dichos seres solo tenían un brazo, una
pierna y un ojo, y eran incapaces de nutrir a las deidades, por lo que su acción fue detenida
por las deidades celestiales. Se dice que mucha gente murió.
En un relato compartido por otro j-poxtawanej se nos dijo que hubo cierta mujer, de
la que no supo dar el nombre, que lo atajó emborrachándolo y, en colaboración con otras
personas, lo ataron a uno de los pilares del mundo.
Otra versión dice que «la Virgen María y nuestro Padre» celebraron una fiesta a la
que invitaron al Antón Cristo con objeto de atraparlo. Para los efectos prepararon varias
botellas de pox y chicha que le dieron a beber, emborrachándolo. Por eso dicen que cuando
el Antón Cristo se mueve la tierra tiembla, quien esto asegura cita como referencia el Viejo
Testamento. Por otro lado se dice que si Antón Cristo logra soltarse de sus amarras vendrá
el fin del mundo, porque saldrá a matar a todos los humanos.
Una versión más lo manifiesta como creencia, se refiere que son dos los cargadores
del mundo: K’ina winik y K’ina antz.
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Los tsotsiles conciben el mundo cuadrado; el cielo y la tierra están unidos en las esquinas. Los Kuch
Vinajel-Balumil son los dioses de las cuatro esquinas que sostienen el mundo en sus hombros. Su
más ligero movimiento produce temblores y aun terremotos … En conjunto, los dioses cargadores
del mundo y de los cuatro puntos cardinales se denominan los Vashak Men.
Pukujetik, demonios
Antes de la llegada de la noche, la gente debía recluirse en sus hogares y ahí permanecer en
silencio, especialmente los niños, pues los ijk’aletik rondaban amenazantes en torno a las
casas con la intención de atrapar el ch’ulel-alma de algún incauto para someterlo y hacerlo
trabajar a su servicio, especialmente si se trataba de mujeres, de las que abusaban
exageradamente además de violarlas; o peor, en el caso de los niños, comiéndoselos.
Entre todos los mayas alteños se identifica al ijk’al —ijk’al, entre los tsotsiles—,
como un hombre de muy corta estatura de origen africano, tez muy oscura, de extremada
fuerza y rapidez, con además capacidad para volar. Aunque es un demonio menor es muy
temido, ya que opera por cuenta propia, es decir, si bien forma parte de las huestes del
Diablo, tiene la libertad para tomar sus propias decisiones. Vive en cuevas profundas.
A partir de la conversión religiosa masiva, la figura del ijk’al, junto con todos los
demás demonios menores y la amenaza proveniente de los j-ak’chameletik, ha disminuido
considerablemente. Tanto así, considero que precisamente hechos como el citado
constituyen las razones más importantes para optar por la conversión.
Pajk’inte’-Sombrerón es un demonio dual femenino/masculino que se constituye
como un demonio con dos aspectos. Por lo general se presenta como una entidad
diferenciada e independiente, es decir como Pajk’inte’ o como Sombrerón; en Oxchuc, se
presenta como una entidad diferenciada por el sexo, más bien dentro de la categoría del
Sombrerón. Como todos los demonios, habita en cuevas. Durante la noche la hembra atrapa
a los hombres que deambulan fuera de sus casas y con artimañas los conduce hasta su
cueva donde los hace «su marido». En tanto el macho, el Sombrerón, hace lo mismo a las
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mujeres. Para poder engatusar con mayor facilidad a la víctima o bien la aborda cuando está
alcoholizada o le ofrece bebida para emborracharla, y así con engaños y seducción la va
conduciendo a sus habitáculos:
Una vez se iban a llevar a mi tío, que a esas horas venía medio borracho. Dice que la encontró ya
cerca de su casa. Él pensó que era su mujer, porque estaba vestida como su mujer, y que le dijo:
«¡Ay! ¿Ya viniste, hombre, pero me parece que vienes borracho? Dame tu mano para que yo te lleve
jalando a la casa». Pero mi tío contestó: «No, mujer, no vengo muy borracho». Entonces le dijo:
«Bueno, sígueme pues». Y mi tío siguió caminando por donde iba la mujer, pero llegó a reaccionar
porque miró que no llegaba a su casa, entonces la mujer se paró y lo siguió llamando: «Lame, lame
lexanix xk’ojotik bael te ta nae» [Vente, vente, ya casi vamos llegando a la casa], que le decía. Pero
no era la casa sino la cueva donde la sombrerona vivía.
Entonces mi tío luego pensó en un secreto que le había enseñado su papá. Se sacó la camisa,
la volteó y se la volvió a poner. En ese momento reaccionó y vio que no era el camino de su casa,
sino que ya se encontraba cerca de la cueva, entonces pensó: «Ay, tras que no era mi mujer la que
me trajo jalando, tras que era la pinche sombrerona de la que me había dicho mi papá. Ahora gracias
a Dios que estoy bien y tengo que regresar a mi casa».
Así buscando el camino regresó a su casa. Todos los sombrerones son muy malvados
porque trasforman sus cuerpos dándoles la forma de los nuestros.
También una vez lo encontré en la noche. Mi pobre papá estaba enfermo, muy grave, y yo
me fui a comprar medicina a la farmacia de Oxchuc. Pero como ya me fui tarde, pues al regresar me
agarró la noche a la salida del pueblo. Ya iba como a medio camino cuando mi cuerpo sintió miedo,
entonces vi que una mujer estaba parada esperándome como a cincuenta metros de distancia. Luego
me pregunté quién sería que vino a alcanzarme, si mis familiares no me dijeron nada. Luego pensé
que no era gente y mejor hice lo mismo que mi tío, entonces saqué mi camisa, la volteé y me la puse.
En ese momento desapareció la figura. Encendí un cigarro y con ese me seguí caminando rumbo a
mi casa. Cuando llegué todos mis familiares estaban preocupados y mi papá ya estaba bien grave, de
por sí murió al otro día. Así fue que lo encontré, pero a la mejor era por parte de la muerte de mi
padre.
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Capítulo 3
LA NOCIÓN DE PERSONA EN OXCHUC11
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La mayor parte relativa a la entidad lab,contenida en este capítulo, fue publicada en el número 4 de la
Revista Pueblos y fronteras digital bajo el título «Vivir en el miedo. La noción de lab en Oxchuc».
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Por otro lado, respecto del destino del ch’ulel después de la muerte de la persona, se registraron varias
versiones entre chamulas y pedranos: una es que de inmediato se van a otro dueño, a buscar alguna criatura
que esté en el vientre de su madre, así los «niñitos» sueñan que les hablan pidiéndoles que los acepten; si su
cuerpo anterior era de mujer tiene que buscar un hombre, o viceversa. En otra versión, se nos dice que
primero el ch’ulel va a pagar por los «delitos» que cometió, y luego se reubica en un recién nacido.
En Chenalhó se reportó que cuando la persona muere el ch’ulel va al reino de la muerte, donde pasa
un tiempo equivalente al que estuvo en la tierra, sujeto a un proceso de rejuvenecimiento hasta que todo
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llevan en el cielo y el infierno: «En el cielo» no hay sufrimiento, no hay tristeza, no hay
miedo, no hay lloradera y no hay muerte segura, en cambio donde está el Diablo, allí sufren
mucho, allí hay mucho castigo».
Los recién nacidos que mueren se van al cielo porque aún no han cometido
pecados y no pueden ser perseguidos por los diablos. Uno de los j-poxtawanejetik señaló
que solo van al cielo los niños que han sido bautizados, los que no «van a una casa oscura
porque no están reconocidos por Dios».
Es importante que cuando una persona muere se le entierre con todas sus
pertenencias, si no es así existe el riesgo de que regrese en forma de espíritu a reclamarlas y
con ello cause el deceso del familiar a quien se dirija:
Un ejemplo que pasó con una familia de aquí fue que la mamá se murió y sus familiares la llevaron a
enterrar. Pero qué va a ser, en pocos días la señora asomó en su casa, presentándose ante una de sus
hijas. Pero llegó escondida atrás de la casa, nunca mostró su rostro porque era un ch’ulel, y llegó a
hablar: «¿Estás allí, hija?». «Sí, aquí estoy» —contestó la hija—, «¿qué quieres?». «Mira, hija, solo
vine a pedir mis cosas, es mejor que las lleven donde estoy». Así dijo el ch’ulel de la muerta. Porque
dicen que cuando la fueron a enterrar no le llevaron todas las pertenencias que tenía guardadas, como
el tecomate para su pilico, collares, aretes y unas naguas, por eso llegó a traer todo. Por eso cuando
las personas mueren hay que poner todas sus pertenencias en el ataúd, porque si no regresan a
espantar o a llevarse más ch’uleltik.
Entonces, la hija le preguntó: «¿Pues, dónde estás?». «Bueno, estoy más allá, abajo de la
montaña» —contestó el ch’ulel—, «quiero que me lleven mis cosas pasado mañana». «Está bien»
—respondió la hija.
Entonces, cuando el papá llegó, le dijo: «¡Papá! Mi mamá vino a hablarme, nomás que no
salí a ver y no la pude distinguir. Solo me recomendó que le llevemos sus cosas pasado mañana». Y
el papá contestó: «Pero mira, hija, tu mamá ya tiene días que murió, ¿cómo será que otra vez
vestigio de su vida anterior desaparece; llegado a este punto puede ingresar a un nuevo cuerpo. Por lo mismo,
no existe ningún tipo de liga entre las diferentes reencarnaciones de un ch’ulel (Guiteras 1965: 241).
Entre los yajalontecos se dice que las personas de buen ch’ulel al morir se van al ch’ulchan, o el
estrato superior, toyol; los de las personas malas o las que cometieron faltas y pecados, mulil, se quedan en la
tierra atrapados en cuevas, ríos, lagunas, arboladas o en otros seres de la naturaleza, o el estrato intermedio
o’lil-lum; las peores se van a calentar al k’atinbak —lugar donde se queman los huesos— que se encuentra en
el estrato bajo o inferior, ye’tal, o en la profundidad del interior de la tierra (Sánchez 2007).
Entre chamulas y pedranos, anteriormente se extraía el cuerpo de los bebés de las mujeres que
morían durante el embarazo o el parto, de tal manera de permitir que el ch’ulel del no-nacido pudiera ir al
«árbol de los pechos» y ahí esperar hasta que le fuera asignado otro cuerpo (Guiteras 1965: 97).
87
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
regresó?». «No, papá, me dijo que cuando le lleve sus cosas pasado mañana, tengo que llegar
gritando en la bajada del cerro de la montaña».
O sea que el grito que iba a llegar dando era la lloradera de los familiares, porque la hija se
enfermó el mismo día en que el ch’ulel de la mamá llegó, al otro día se murió y a los tres días fue
enterrada.
Entonces, cuando la llevaron a enterrar tuvieron que mandar todas las pertenencias que
había dejado su mamá y las de ella también. Ya no dejaron nada de sus cosas, ya que sabían que por
esas cosas la hija murió.
Un dato importante, y común entre los pueblos mesoamericanos, es que los ch’uleltik de los
muertos regresan una vez cada año en Todos Santos a visitar a sus familiares, quienes les
obsequian los alimentos y bebidas que fueron de su gusto en vida; los niños, el primero, y
los adultos el dos de noviembre (Hermitte 1970: 56-57, Pozas 1977: 200). Se supone que
tan solo regresan los ch’uleltik hasta el punto en el que conservan cierta memoria de su vida
anterior, es decir, hasta antes de que se rompa el nexo con la persona que ya se fue.13
CUERPO
Como ya señalé en otro trabajo (Page 2005), el cuerpo humano se presenta como la entidad
en que reside la percepción inmediata y mediata del mundo, la conciencia, el principio
organizador de las relaciones sociales, y en torno a ello se definen los aspectos
fundamentales de la cosmovisión (López Austin 1996: 171-172); por lo que,
concomitantemente, en torno a esta se aglutinan y organizan las entidades anímicas que
conforman la persona. En este sentido, pero sobre todo porque en el cuerpo reside la
conciencia, aparece como el centro, responsable de la persona en su totalidad ante la
sociedad y las deidades.
Sin embargo, aquí cabe la consideración de que la noción de cuerpo no es
plenamente simbolizada ni experimentada por los tseltales que nos ocupan como una
entidad individualizada, con límites precisos demarcables entre lo natural y lo social:
13
Al respecto más adelante se hace referencia al proceso de involución que sufre el ch’ulel, que lo lleva del
anciano que se fue al morir hasta la situación de no nacido, que lo faculta para reencarnar. Dato que asimismo
ha sido reportado para los pedranos de Chenalhó por Guiteras (1965: 241) y para los pinoltecos por Hermitte
(1970: 56-57).
88
Jaime Tomás Page Pliego
… por fuera del cuerpo tenemos las siguientes partes: dos manos para agarrar toda clase de cosas y
para trabajar; dos ojos para ver el mundo y distinguir todo lo que hay a nuestro alrededor; los pies o
patas para caminar y para sostener todo el cuerpo y, también la carne que tenemos cubierta con
pantalones y camisas para protegerla.
Ahora, lo que tenemos adentro del cuerpo: Pues, primero, es nuestra vida, o sea la sangre
que circula por las venas y entre los músculos hasta que llega al corazón donde tiene fuerza para
respirar y latir con normalidad para vivir; luego están los órganos, como intestinos o tripas donde se
guarda el alimento; los riñones; los pulmones que nos ayudan para respirar; la boca y la lengua para
hablar; oídos para escuchar y otros más, nomás que ya no sé cómo se llaman. Por otra parte, allí está
nuestro cerebro que trabaja junto con nuestra mente. Eso es todo lo que tenemos para vivir en el
mundo.
Bueno, adentro está lo principal para la vida que es el corazón, allí está el lugar para nuestra comida,
como las tripas o intestinos, ya que nosotros no tenemos tzukum [panza] como los animales, nosotros
solo tenemos unos intestinos grandes donde se guarda la comida. También tenemos los riñones, los
sejk’ub, pulmones, la sangre que circula en todo el cuerpo, y las venas por donde corre nuestra
sangre grande para alimentar toda la carne. Eso es lo que tenemos adentro.
Ahora, lo que tenemos afuera del cuerpo, primero son nuestras piernas y pies que nos sirven
para caminar por todas partes, los brazos y manos que nos sirven para movernos y trabajar en el
campo, la cabeza y cerebro que nos sirve para pensar y grabar todo lo que nos dicen, también allí
89
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
está la mente que nos sirve mucho para memorizar el estudio. Bueno, en la misma cabeza están
nuestros ojos, las orejas que nos sirven para mirar y distinguir a las personas o cualquier cosa y
escuchar lo que dice o leer; también allí está la nariz con que podemos olfatear cualquier olor como
el que despide la comida que comemos con la boca. La boca nos sirve para comer y para hablar;
tenemos la voz con sonido pero es por la lengua que tenemos, ya que la lengua se mueve al hablar,
por eso sale el sonido, si no fuera por la lengua no podríamos hablar, hacer contacto con la otra
gente, por eso es muy importante que tengamos lengua, boca, oído y nariz, eso es lo que tenemos
todo en afuera.
La carne, que está pegada a los huesos por todo el cuerpo, está sostenida por estos, pero la
fuerza le viene de la sangre, que es impulsada por el corazón que de los órganos es el de
mayor importancia. La sangre circula por dos tipos de «venas»: por una, sangre roja y, por
la otra, sangre «medio verde». La pulsación se realiza sobre «las venas» como medio de
diagnóstico ante las enfermedades o infortunios, se lleva a cabo por las que circula sangre
roja. La sangre se nutre del alimento que se le provee al cuerpo.
Todas las descripciones del cuerpo están matizadas por las funciones que este tiene,
predominantemente las ligadas al trabajo en el campo. En tanto que las referencias a los
órganos se centran en el corazón por considerársele centro de la persona e impulsor de la
sangre, elemento que a su vez no solo es considerado corporal sino vehículo de la divinidad
y morada de las entidades anímicas, de las que se da cuenta más adelante, sin embargo
antes de eso hay que señalar dos factores de cohesión y poder de la persona que resultan
fundamentales para su conformación: majtanil y yu’el.
MAJTANIL, REGALO
Hemos encontrado que tanto entre los tseltales de Yajalón (Sánchez 2007: 22) como entre
los de Oxchuc se considera que toda persona al nacer trae su majtanil, regalo especial que
le concede Dios; pero dicho regalo se guarda en secreto, no se puede nombrar con palabras
o dialogar sobre él, lo que es cosa sagrada es innombrable, aunque no desconocida. En el
parto la chichil, partera, se da cuenta del tipo de ch’ulel y de las características, así como
del yu’el, poder, que porta el recién nacido, lo que se empieza a evidenciar desde cómo se
da el parto, así como de los adornos presentes en el cuerpo al nacer, chanul alal, en la
90
Jaime Tomás Page Pliego
LA NOCIÓN DE YU’EL
Sobre la noción de yu’el, poder, algunos oxchuqueros consideran que conforme se envejece
la persona se va debilitando, lo cual se hace evidente en la práctica porque los j-
poxtawanejetik según van envejeciendo pierden la capacidad para curar a los enfermos,
pues ya no pueden enfrentar al pukuj:
Hay un viejito que hace un año se murió por un ataque, pues ya no tuvo fuerza para salvarse, dicen
que cuando era joven era el mejor j-poxtawanej, viajó por todas partes a curar a los enfermos, ese
91
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
mamtik se llamaba Miguel Santis. Entonces, como la gente vio que ya no sanaba bien a sus
enfermos, dejaron de ir con él.
Sin embargo, es evidente que aún se teme a los ancianos, ejemplo de ello es el respeto que
se les rinde en toda situación social ante el temor de ofenderlos y con ello ser objeto de sus
maldiciones, mismas que el Diablo retoma para castigar a los infractores. Esto no
necesariamente representa ante los ojos de los oxchuqueros que los ancianos conservan o
incrementan su yu’el conforme envejecen, sino que la falta de respeto en sí misma al ser un
pecado importante es causal de castigo. El Demonio recoge los tristes reclamos de los
ancianos y castiga a quien ha cometido el delito:
Por ejemplo, cuando los encuentras en el camino [a los ancianos] y primero te hablan, si ven que tú
no contestas, que solo vienes chiflando como pájaro, y cuando te dice booonmej Tatil [adiós Tatil] y
tú le contestas va’ann [adiós] es falta de respeto para él. Así que cuando llega a su casa empieza a
hablar de ti y con eso te viene la enfermedad. Porque todo lo que dice el viejito, el Diablo lo está
escuchando. Por eso el Diablo es testigo de lo que hacemos. Por eso cuando te enfermas no te puedes
curar así nomás con la medicina, sino hasta que te vas con un ch’abajel. Allí te dicen que le faltaste
el respeto a tal mamtik.
Allí es donde llegamos a saber que ese mamtik es muy fuerte, que no podemos decirle nada
y allí lo empezamos a respetar porque ya nos demostró que tiene yu’el. Por eso dicen que son muy
fuertes y pueden dominar nuestras almas y mandarnos enfermedad. Hasta en la palabra de Dios nos
dicen eso: «si no respetas a tus padres habrá castigo para ti».
Pero no es como dicen los demás que los viejitos saben dar la enfermedad sino que es el
Diablo que todo lo ve, y si no respetas a los viejitos lo toma en cuenta y te manda la enfermedad.
¿Así que los viejitos qué culpa tienen de que no los respeten? Ellos se sienten tristes cuando no los
respetamos, y allí solos nos buscamos las enfermedades, así es lo que digo yo sobre el yu’el de los
viejitos o ancianos.
Aquí destaca una discusión importante en relación con el cambio del concepto de «a mayor
edad mayor poder» que creo se suscita posterior a la matanza de ancianos que se produjo en
Oxchuc, de lo que el primer antecedente, como ya se señaló en otro capítulo, fue la muerte
de los k’atinab entre 1900 y 1920 (Favre 1973: 249-250) y los asesinatos de ancianos que
92
Jaime Tomás Page Pliego
Un día mi papá nos contó que vio que estaban matando a muchos viejitos, pero a él no le pasaba
nada ya que él no le había hecho nada a la gente. Eso quiere decir que no tenía delito. Por eso nos
dijo a todos:
«Miren, hijos, están muriendo muchos de mis compañeros viejitos, si fuera que yo estuviera
haciendo lo que ellos hacen, pues yo creo que ya hubiera muerto. Les voy a decir claro: Mi lab es un
cometa que pasa en la noche. Yo cuido a la gente para que los Diablos no los dominen. Yo siempre
paseo en las casas para ver cómo duerme la gente, alumbro sus mentes para que no los amanecen las
enfermedades. Tengo un lab grande y con ese fácilmente domino a los Diablos, por eso quiero que se
porten bien como yo para que no tengan enemigos».
Era cierto porque toda la gente lo quería, hasta le decían que era muy buen curador, los
regalos que les daban ya no cabían. Donde quiera que se iba a curar a enfermos venía cargado de
regalos. Entonces llegó a morir ya bien viejito, y yo creo que fue por el lab grande que tuvo en su
poder.
14
Sobre los me’il’tatil, ver más adelante.
93
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
CH’ULEL-ALMA
La palabra ch’ulel proviene del vocablo ch’ul, sagrado.15 Respecto del ch’ulel, se puede
decir que el concepto que de este tienen en la actualidad los mayas de Los Altos de Chiapas
es producto de la presencia tanto de elementos de origen prehispánico como cristianos, de
donde retomo la noción ch’ulel-alma, que desde nuestro punto de vista es confusa debido a
que uno y otro término son utilizados individual e indistintamente como si su equivalencia
fuera solo cuestión de sentido común, cuando en rigor cada designación proviene de
paradigmas diferentes.
La noción que actualmente estructura esta entidad y sus diferencias entre los
distintos pueblos de Los Altos de Chiapas deriva de la entremezcla y resignificación de
ambos elementos, dando como resultado una entidad que por un lado corresponde al «soplo
de Dios», la presencia divina e inmortal en la persona, concepto esencialmente católico, y
por otra desde una noción prehispánica; se constituye a la vez por sí misma en una
diversidad de seres etéreos similares, es decir, varios ch’ulel-alma o compartimentados, es
decir fracciones de ch’ulel-alma, ambos casos presentes entre los tsotsiles de Chamula y
Chenalhó (Page 2005: 172). Lo cual, como ya se señaló, variará en función del pueblo de
que se trate, siendo siempre una entidad anímica con intencionalidad pero sin
responsabilidad; toda vez que reside en el cuerpo.
15
La raíz de la palabra «ch’ul» se traduce normalmente tanto de lengua tseltal como tsotsil por «santo» o
«sagrado» solo en un sentido muy estricto, es decir, ch’ul es más bien «lo otro» de algo. Se trata, pues, de una
noción puramente relativa; por ejemplo, la palabra tseltal para cielo, ch’ul-chan, significa «lo otro de la
Tierra», Tierra = chan. De modo que, en relación con el concepto de persona, el ch’ulel puede definirse como
aquello que es «lo otro del cuerpo».
94
Jaime Tomás Page Pliego
… se compone a su vez de tres seres: A) un minúsculo pájaro o «ave del corazón»; b) el ch’ulel, un
ser al cual, para distinguirlo del término más inclusivo, llamábamos corrientemente, por sugerencia
de Lorenzo Lot, batz’il ch’ulel, «genuino ch’ulel»; y c) los lab, un conjunto de seres de muy diversa
condición (Pitarch 1996a: 32).
En cuanto a su ubicación en el cuerpo, el ch’ulel-alma puede ser percibido por los j-iloletic
(tsotsil) y pich’awanej (tseltal), que han recibido el «regalo» —del tseltal majtanil— de
poder escuchar-sentir la sangre a través de la pulsación. Cuando se interroga a los
poxtawanejetik sobre la exacta ubicación del ch’ulel-alma no precisan con exactitud una
región corporal; sin embargo, en las oraciones terapéuticas, vertidas en lenguaje sagrado o
k’opontik Dios, se nos revela que en la geografía corporal el ch’ulel está presente en la
sangre.
La sangre, dicen, viene de la cabeza pero sale del corazón, emana desde el centro y
se distribuye por todo el cuerpo. Entonces, las oraciones del k’opontik Dios se pronuncian
95
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
con la finalidad de que penetren y se aniden en el centro del cuerpo de la persona, porque
allí reside preferentemente la fuerza del ch’ulel-alma, de la vida y de la inteligencia de la
persona. Por lo mismo, la sangre en sí misma es un elemento sagrado.
96
Jaime Tomás Page Pliego
16
Entre los wurunjeri, tribu australiana, y los karenes de Birmania, Frazer (1944: 223-224) reporta que la
salida del alma durante el estado de vigilia acarrea la locura o la muerte; algunas tribus del Congo atribuyen
la enfermedad al abandono del alma. Y así, una larga lista de pueblos en todo el orbe, donde este fenómeno ha
formado parte o está presente en la cosmovisión. El mismo autor (p. 230) también menciona la sombra y la
imagen reflejada en un espejo o en el agua como el equivalente del alma.
97
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
En casos especiales los ch’uleltik pueden abandonar el cuerpo durante el día, por
ejemplo en casi toda circunstancia que resulte de un susto, xiwel. Al respecto, en todos los
pueblos alteños cuando una persona se asusta al caer. Al desprenderse el ch’ulel-alma, si
esto tuvo lugar en el territorio de algún Ajaw o Anjel se corre el riesgo de que este sea
retenido por el dueño del lugar (Guiteras 1965: 45, 124; Pitarch 1996a: 45) —sitio al que en
ocasiones es preciso que llegue el j-ilol cuando no ha logrado recuperar el ch’ulel del
enfermo desde su casa—: manantial, río, vereda, o bien ante la presencia de un quibal,
nagual.
Cuando un ch’ulel está descuidado, es decir, sin la debida protección, la persona
correspondiente puede soñar que deambula por caminos, pasando ríos y poblados; o bien,
que es arrojado a una cueva, río o laguna; si no, que está preso, chuquel, lo cual es de lo
más frecuente; o es obligado a cargar leña o agua. También puede soñar que de un
momento a otro pasa de una comunidad o ciudad a otro lugar. Todo esto es interpretado
como que efectivamente alguno de los propios ch’uleltik lo hace, y cada una de estas
circunstancias implica riesgos y la posibilidad de que acarree enfermedades al cuerpo. Lo
anterior está ligado al hecho de que el ch’ulel que a través del sueño se percibe que
deambula, puede toparse con otro u otros ch’uleltik fuertes y «muy malos», a los que les
gusta maltratar a los que son débiles, o con anjeletik o Ajaw rojos o negros habitantes de
ríos u ojos de agua.
Riesgo similar se produce cuando en estado de vigilia la persona desprotegida
deambula cerca de un ojo de agua, un río o una cueva, y en caso de que los dueños
sobrenaturales de estos lugares sean anjeletik o Ajaw negros o rojos le suceda que le
provoquen una caída o la asusten para provocar que el ch’ulel sea soltado, para al esto
ocurrir ser atrapado por estas entidades para ponerlo a su servicio, torturarlo o venderlo,
provocando con ello enfermedad en el cuerpo.17
Otro riesgo significativo para la adquisición de enfermedades es que los ch’uleltik
gustan de buena comida, por lo mismo, a veces salen del cuerpo con el único propósito de
agenciarse un buen bocado. En este devenir pueden tratar de arrebatar los alimentos a otros
17
En este sentido, entre los cancuqueros de hoy se piensa que la segunda causa de peligros para el ch’ulel es
que este sea presa de los señores de las montañas (Pitarch 1996a: 48-49).
98
Jaime Tomás Page Pliego
RETENER EL CH’ULEL-ALMA
Un elemento relevante a alcanzar a través de la educación en la familia y el grupo social es
de lograr retener el ch’ulel, sin embargo las personas que más trabajos pasan son quienes
18
Frazer (1944: 228) reporta que en algunos pueblos africanos los brujos colocan trampas con alimentos para
atrapar o destruir a las almas errabundas y así, como entre los tsotsiles, cuando las víctimas sueñan olores a
comida o alimentos temen por su alma.
19
Al respecto, en el caso de Cancuc, se dice que al ser devorada el ave del corazón por un lab, el ch’ulel se va
al cielo (Pitarch 1996a: 73).
99
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
los tienen inquietos y que gustan de los viajes. Estas personas para pedir a Dios que guarde
a sus ch’uleltik que los esconda, que permanezcan dentro de su dueño, requieren de mayor
constancia, devoción y tiempo que el resto de sus congéneres.
Tanto en Chenalhó como Cancuc (Guiteras 1965: 125, Pitarch 1996a: 45) se reportó
la existencia de ch’ulelik que se niegan a regresar al cuerpo debido al gran placer que
experimentan fuera de éste, lo que implica grandes peligros para la persona y serias
dificultades, en términos de ceremonias complejas y prolongadas, para el j-poxtawanej que
busque retornarlo al continente.
Cuando el ch’ulel ha permanecido fuera del cuerpo más de cierto tiempo, que
variará para cada persona en función del yu’el personal, el cuerpo irremisiblemente
enfermará, y si esto se prolonga demasiado se producirá la desconexión entre ambos, con el
consecuente deceso de la persona (Guiteras 1965: 241, Pitarch 1996a: 45).
EL CH’ULEL-ALMA EN OXCHUC
Algunos de los j-poxtawanejetik consideraron como equivalente designar a la entidad
anímica ch’ulel como alma o espíritu. Sin embargo dos j-poxtawanej distinguen entre
ch’ulel-alma y espíritu, aduciendo que el espíritu solo abandona el cuerpo a la muerte de la
persona, mientras tanto siempre está ahí presente, en tanto que el ch’ulel-alma puede
abandonar a voluntad o por efecto de una situación traumática sufrida por la persona.
También, estos últimos señalaron que una vez que el espíritu abandona el cuerpo tanto el
ch’ulel como el cuerpo se debilitan y perecen, en tanto que el espíritu, por ser el soplo de
Dios, goza de vida eterna, por lo mismo según este criterio es en el espíritu donde yace la
fuerza de la persona.
Si la persona ha cumplido con la palabra de Dios, al morir el ch’ulel-alma se va al
cielo; el de los que no creen se va al infierno o k’atin’bak.
La fuerza de la persona proviene del ch’ulel-alma; cuando este sale del cuerpo
también la fuerza lo abandona, fuerza que le es otorgada por Dios Tatil.
Como ya se señaló, dado que el concepto ch’ulel-alma es el de una entidad
conformada por elementos entremezclados, aún pueden documentarse elementos
provenientes de los conceptos que se tenían antes de la escalada de católicos y
100
Jaime Tomás Page Pliego
presbiterianos, así un j-poxtawanej puede hacer mención de que esta entidad permanece en
el cuerpo hasta la muerte de la persona, que es cuando es liberada, y en otro momento
referirse a ésta como un ave, una gallina, al igual que en Cancuc.
Cuando se preguntó sobre las particiones del ch’ulel bajo la consideración de que
entre los tsotsiles de Chamula y Chenalhó existe una fracción en el cielo y otra en la
persona «a cada lado de nuestros brazos», una fracción mayor en el cielo y una menor en la
persona, tan solo un anciano j-poxtawanej lo describió de esta manera, el resto se refirió a
que cuando se es niño al ch’ulel se le denomina ch’in-ch’ulelal o ave pequeña y muk’ul-
ch’ulel cuando el ave ha madurado, alcanzando el estado de adulta, misma que puede
liberarse del cuerpo y ser atrapada por un lab.
Una opinión que deja ver las tendencias mediante las que se impone el pensamiento
dominante en el proceso de reconformación del concepto de ch’ulel-alma es que este no
tiene la capacidad de abandonar el cuerpo, que solo lo hace cuando la persona muere, por
cierto una opinión más cercana al concepto que sobre el alma difunden los cristianos.
101
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
… la creencia de que determinados individuos —los cuales a menudo ocupan puestos sociales
importantes— están investidos de poderes espirituales particulares, que les permiten transformarse
asumiendo a su gusto semblanzas animales —o también, en raras ocasiones, de fenómenos naturales
como rayos, viento, nubes, bolas de fuego, etc.— y realizar bajo tales «disfraces» acciones
prodigiosas.
En la actualidad, para los tseltales de Oxchuc, Cancuc (Pitarch 1996) y Yajalón (Sánchez
2007), el tema referente a la entidad anímica lab, en la modalidad dador de enfermedad, es
de suma importancia. Se constituye como una categoría central en torno a la construcción
del infortunio; la preservación de la salud y la tranquilidad quedan estrechamente
vinculadas al extermino de dicha entidad anímica.
Aunque la palabra «lab» enuncia la capacidad de los individuos que tienen yu’el,
poder, para trasformarse en distintos órdenes de seres y objetos, es preciso señalar que
102
Jaime Tomás Page Pliego
… animal sobrenatural que posee cada uno de ellos; es este animal que en sí mismo es invisible, para
no ser visto por sus víctimas o familiares, lo que no evita que se escuchen los sonidos que produce al
movilizarse o los que emite; el que envían —especialmente de noche— a casa de la víctima, con
instrucciones para causarle el mal que desean (Villa Rojas 1990: 340).
Más adelante:
… tiene poderes sobrenaturales para ejercer su maleficio y para hacerse invisible a voluntad. Cuando
amanece, el nagual regresa al cuerpo de su dueño y permanece dentro de él hasta que se le ordena
salir de nuevo a cumplir alguna misión (Villa Rojas 1990: 376).
… y por el ruido que hace al volar ha de ser del tamaño de un guajolote. Todas las noches, entre 9 y
10, se le oye llegar y posarse sobre el techo de la casa o en algún árbol cercano. Sin embargo, nadie
ha podido verla [al ave] no obstante que se la ha espiado con el propósito de matarla (Villa Rojas
1990: 372).
Siverts (1969: 157), también en el contexto de Oxchuc, nos dice que un individuo dotado
de poder es a la vez «… dueño de un auxiliar oculto efectivo, llamado lab en tseltal y
103
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
conocido en los círculos americanistas con la palabra “nagual”, derivada del náhuatl. Este
ser es su “yo” sobrenatural y su consejero».
Finalmente, Harman (1990: 80-81) sólo hace el símil con nahual, en el sentido de la
capacidad de trasformación en animal, y se refiere a la traducción del término como «…
mensajero de la enfermedad».
Desafortunadamente, estos autores no profundizaron más allá en lo que respecta a la
naturaleza de lab, lo cual es una lástima, puesto que para la época en que realizaron sus
investigaciones mayores datos hubieran resultado invaluables para el interés que sobre este
tema en particular se tiene en la actualidad.
Ahora bien, situándonos en las descripciones que sobre la naturaleza de lab se han
esbozado durante la última década en otros municipios tseltales, podemos ver que en alguna
medida divergen con lo que señalaron los oxchuqueros que colaboraron en este trabajo.
Así tenemos que en su estudio sobre los tseltales de Cancuc, Pitarch (1996: 55)
señala que se trata de un ser:
… instalado en el corazón [que] se conoce como lab. También existen desdoblados, copresentes: se
trata de criaturas «reales» —un animal, por ejemplo— que habitan en el mundo exterior, pero que
además están duplicados en el corazón humano, con el idéntico perfil del ser que habita afuera, solo
que aquí «gaseiformes». Los lab son de muy diversa condición y no existe una clasificación rigurosa
de sus tipos. De todos modos, las descripciones permiten reconocer ciertos criterios tácitos de
ordenación, de sentido común tseltal.
Por otro lado, Sánchez (2007: 6) ha documentado que los tseltales de Yajalón conciben el
lab como:
… una materia especial, ya que su esencia se trasforma en animal o entidad meteórica y en distintos
objetos de la naturaleza que se introducen en el cuerpo de las personas para enfermarlas … habita
tanto fuera como dentro de él [el cuerpo de la persona] en sus diferentes formas animales y
meteóricas.
104
Jaime Tomás Page Pliego
En ambos reportes podemos ver que un elemento que destaca es que lab aparece como
entidad desdoblada, es decir, habita tanto en el corazón de la persona como fuera, en la
naturaleza.
Lab en Oxchuc
Lo antes planteado resulta diferente en Oxchuc, donde hemos documentado que el lab es
yu’el —un poder— que reside en el corazón y faculta a las escasas poderosas personas que
lo poseen para trasformarse en animales, fenómenos meteóricos y naturales.
Se dice que lab y yu’el no son inherentes a la persona, sino que son introducidos en
un sentido como en la década de 1940 ilustró Villa Rojas (1990: 505-306 ), por Tatik Mukul
Ajaw o Santísima Trinidad —deidad considerada de género masculino, cuya figura está
situada en el altar mayor del templo de Santo Tomás en la cabecera de Oxchuc, encima de
la figura de Santo Tomás “Mayor” que ocupa la posición central, porta en el pecho la
paloma que simboliza al Espíritu Santo y que los oxchuqueros de aquel tiempo
consideraban era un zopilote, y además lab del Santo—. Deidad que a todas luces se
presenta para dicho tiempo bajo una connotación bipolar, en el contexto de poseer atributos
tanto del bien como del mal. Las otras entidades con capacidad para adjudicar lab, según
señalaron diferentes j-poxtawanejetik, son Santo Tomás y los anjeletik, dueños de cuevas,
también en su acepción dual.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
… Todos los brujos tienen su nagual; algunos tienen hasta dos. Se dice que Diego Gómez Ichilok, el
viejo que murió hace poco aquí cerca, tenía dos naguales; uno era gavilán y el otro era fuego.
Cuando se habla de lab, los más lo hacen a partir de hechos que tuvieron lugar en un
pasado no tan remoto, apelando a la memoria presente en la familia sobre hechos
observados por los ascendientes directos, como en el siguiente ejemplo:
Mi difunta abuela contó que su mamá tenía en su poder tres pájaros, cuando el último salió volando
de su cuerpo allí murió. Yo creo que de verdad tenía varios animales, que no es un cuento lo que
dejó dicho, sino que realmente vieron esos tres pájaros abandonando el cuerpo de su mamá, por eso
lo creemos, eso es lo que sé un poco.
O bien, aunque escasos, hay quienes hacen señalamientos sobre personas portadoras de lab
a las que conocen:
Este señor vive cerca de la Colonia Veinte, se llama Rubén y hasta ahora vive. Pero lo que pasa es
que no sé qué clase de animal tiene.
Hay otro mamtik que vive por la colonia El Niz, ese sí lo sé, porque cuando toma él mismo
platica que el animal que tiene en su poder es una paloma, lo dice claro. Y este viejito sigue
viviendo, a lo mejor no le han matado su animal, por eso no se ha muerto.
Hay muchos de los viejitos que tienen animales en su poder, ya que ellos mismos lo dicen
en sus borracheras, y yo creo que es cierto porque nunca se enferman y nunca tienen miedo de la
gente, allí es donde nos damos cuenta que a lo mejor es cierto que tienen sus poderes, por eso
siempre los respetamos para no llegar a caer en sus manos.
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Jaime Tomás Page Pliego
Las formas que adopta el lab son múltiples, a partir de lo que nos señalaron los j-
poxtawanejetik adelantamos que se pueden clasificar en meteoros, animales y dadores de
enfermedad.
«¡Los rayos tienen dueño!». Eso dice un señor allá en Cancuc. Lo dijo porque en ese lugar está
programado construir una presa que no sabemos para qué va a servir, pero los ingenieros ya llegaron
a ver dónde se va empezar a hacer. Dicen que hasta Chacte’, que es una cañada bien grande con ríos
grandes que allí se juntan. Por eso los trabajadores del gobierno lo quieren aprovechar, pero los
cancuqueros no la quieren porque dicen que van a perder muchísimas hectáreas y la riqueza que
tienen, como las milpas, los cultivos de café y muchas frutas, ya que se va a inundar hasta medio
cerro.
Por eso dicen: «Si lo hacen que lo hagan, y cuando terminen de hacerlo nosotros lo vamos a
tumbar con puros rayos».
Es cierto, porque con eso ocuparían muchas tierras y acabarían con muchas casas que están
allí cerca y, además, ¿adónde se va a ir esa gente?, por eso dicen que los van a chingar cuando se
cierre esa presa. Por eso allí fue donde llegamos a saber que esa gente de Cancuc tiene rayo y viento.
Por lo que toca al viento, como expresión de lab, se presenta una narración que por su
riqueza y elocuencia se trascribe completa:
Escuchamos que por el municipio de Ocosingo había una muchacha muy buena y preciosa, que tenía
su pelo bien largo hasta la cadera y vestía buenas ropas. Que todos los jóvenes la querían. Todos
estaban enamorados de ella.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
De estos había uno que ya no se aguantaba y mandaba a sus padres a pedir a la muchacha.
Fueron varias veces a pedirla pero no se la concedían, hasta que los padres del muchacho se cansaron
y le dijeron así: «Ya no hay remedio de entrar, hijo, ya nos cansamos de tanto rogarle a los padres de
esa muchacha [para] que den el permiso, pero no la quieren dar».
Entonces, el hijo le dijo al mamtik: «¿Pero, papá, por qué no haces otro esfuerzo y llegamos
a rogarles otra vez? ¡Que sea la última!». «Bueno, vamos a intentar por última vez y que nos diga de
verdad por qué no quiere dar a su hija». Así contestó el padre del muchacho. Entonces, prepararon
las cosas de nuevo y se fueron a la casa de la muchacha.
Cuando llegaron los pasaron adentro de la casa, pero la noticia no fue buena, los padres de
la muchacha dijeron: «Bueno, mamtik, ahora les voy a decir la verdad para que así se olviden de mi
hija en su corazón y esto se acabe. Es que mi hija no vive normalmente».
—No le hace, yo la quiero para mi mujer —así dijo el muchacho.
—Bueno, está bien, si la quieres te la doy, total que ya les dije cómo está, así que después no se
vayan a arrepentir —así contestó el padre de la muchacha.
—No me importa, lo que quiero es casarme con ella —contestó el muchacho.
Entonces, fue la boda, y cuando llegaron a vivir juntos la muchacha le advirtió a su marido:
—Bueno, ya que estamos juntos tienes que aguantar todo lo que haga, te lo digo claro.
—¿Por qué? —contestó el marido.
— Es que yo estoy así, a veces me salgo durante unos días.
—Pues te quiero mucho y tengo que aguantar lo que dices —así contestó el esposo, ya que era una
muchacha bien bonita, por eso la quería mucho.
Y es que ella era «tormenta de aire».
Antes de salir a hacer su fechoría la mujer le dijo a su esposo:
—Oye, esposo, te voy a pedir algo.
—Qué.
—Falta una semana para que yo te deje hecha tu comida.
—Pero ¿por qué, mi esposa?, ¿acaso te he hecho algo? —dijo el esposo.
—No, no me has hecho nada, solo que no quiero que veas cómo voy a sufrir.
—Pero ¿qué cosa es el sufrimiento que vas a tener, mi esposa?
—Pues es lo mismo que ya te he dicho —dijo la mujer.
—Bueno —contestó así el esposo, ya que ya sabía de qué se trataba y ya no hizo caso.
Entonces, la mujer preparó la comida y cuando la terminó le dijo a su esposo:
—Esto es lo que vas a comer durante la semana, y cuando yo llegue vas a tender mí vestido atrás de
la casa porque allí voy a llegar directo a tirarme.
—Está bien.
Entonces el hombre pensó:
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Sobre el lab viento, Villa Rojas (1990: 355) documentó que independientemente de la
forma que los naguales tengan son de viento y nadie los ve. Por esto es que los brujos saben
casi todo, porque los labetik pueden entrar de noche a las casas y averiguar lo que pasa en
ellas. Sin embargo, más adelante dicho argumento se contradice al señalarse en un
testimonio que el sujeto, a sabiendas de que alguien quería dañarlo, se mantuvo vigilante
durante varias noches, en las que pudo detectar y ver tanto a una lechuza, uch, como a un
pare (ibíd., p. 386).
Otro tipo de fenómeno natural que ha sido reportado para Oxchuc como lab es el
fuego, así dice el autor:
Este nagual de fuego es como una bola de fuego que va flotando por los aires. Hay tres clases de
fuego: uno rojo, uno amarillo y otro verde. El de color rojo es el más malo. El que tiene nagual de
color verde, su milpa está siempre verde. El que tiene nagual de color rojo o amarillo, su milpa está
siempre amarillenta (1990: 386).
… no «comen» almas, pues no tienen necesidad de alimentarse. Estos son los naguales de los que
saben «pulsear» bien, pero que no saben echar enfermedad (ibíd., p. 424).
Labetik animales
Entre los labetik animales o uxlametik más poderosos, se mencionan:
De las aves, el xijk’, águila; y xoch’, lechuza, animal de los más temidos y
frecuentemente mencionado por su indiscutible malignidad, que en el plano de la naturaleza
es reconocido como feroz predador nocturno.
De los silvestres cho’j, puma; wax, gato de monte; ok’il, coyote; uch’, tlacuache;
tzemem, rata; elefante; venado; chijilchan, culebras, y pojk’ok’, sapo.
De los domésticos rabena, perro, al que uno de los j-poxtawanejetik sitúa como el
labetik más poderoso, aduciendo como razón el hecho de que nunca deja entrar a la casa a
otros labetik, y el gato.
De corral, caballo, considerado junto con el toro de los más poderosos y peligrosos.
Además, burro y ten’zum, chivo, sobre el que se dice que en realidad es el Diablo por los
«cachos», cuernos, y por lo luminoso de sus ojos. Kuch o chitam, cerdo; mut, paloma, y
tuluc, guajolote.
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Bueno, los más fuertes son los que tienen en su poder caballos, porque a una persona que tenía en su
poder uno le pasó lo siguiente: Iban por el camino y se toparon con el Diablo, a quien le gusta pelear
con cualquier persona o animal. Entonces, dicen que el caballo habló diciéndole al amo que no se
metiera a pelear con el Diablo, que él iba a resolver el problema y, entonces, se dio el cambio de
hombre a animal.
El Diablo lo estaba esperando con fuego del infierno tan caliente que en su forma humana
no hubiera podido pasar. El caballo le aconsejó que por ningún motivo fuera a regresar a la forma
humana, porque podía caer en el fuego del infierno. Entonces, el amo así lo hizo, el caballo brincó
por encima del fuego y así se salvaron de la muerte. Los que no pudieron brincar, allí quedaron
muertos calcinados.
Por eso, los que tienen en su poder caballos, mulas, wakax —toro— y burros, son los más
fuertes de todos. Los que son menos fuertes son los tentzunetik —chivos—, coyotes y otros animales
chicos.
Entre los tsotsiles de Chamula y Chenalhó, tanto el caballo como el toro si no aparecen
como los más poderosos sí resultan ser los quibaltik con los que con mayor frecuencia se
topan las víctimas en la noche (Page 2005: 206).
Es oportuno recordar que prácticamente todas estas «almas históricas» son lab del grupo ak’chamel
—los dadores de enfermedad—, una categoría de por sí extraña pues su común denominador no es,
como en el caso de otras categorías de lab —animales, meteoros, seres fluviales— la ecología, sino
la facultad del lenguaje.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Entre los oxchuqueros, se dice que esta categoría de lab dadores de enfermedad es más bien
de naturaleza sutil pero indeterminada. Entre otras manifestaciones de este tipo de lab, así
como en Cancuc, se hizo especial mención de la palabra como entidad «lab», misma que
actúa bajo la voluntad del dueño, penetrando al cuerpo de las víctimas en forma de
«palabras mal habladas», enfermándola. Sobre esto, los ch’abajel —los que pueden
escuchar-sentir— señalan que efectivamente escuchan palabras en el pulso de algunos de
sus pacientes, lo cual es neutralizado arrojando éstas fuera de la sangre con rezos que
constituyen palabras más fuertes. Hecho también reportado por Sánchez (2007) entre los
tseltales de Yajalón.
Una forma muy frecuente en Cancuc, pero no mencionada por ninguno de los
entrevistados de Oxchuc, son los labetik dadores de enfermedad humaniformes con atuendo
de sacerdote, sobre los que Pitarch (1996a: 63) señala:
El más destacado de estos personajes se conoce como pale, del español «padre», también nombrado
en los pareados de los ensalmos como klerico, «clérigo». Miden aproximadamente un metro de
estatura, son muy gordos, calvos, con una vestidura que los cubre hasta el piso y calzan zapatos. No
cabe duda de que son sacerdotes católicos, con los que abiertamente se comparan.
… Horas más tarde escuchó ruidos sospechosos y salió de nuevo; entonces descubrió que se trataba
de otro nagual, de forma humana y corta estatura, que presuroso se escapó entre la maleza. Mi
informante añadió que esta clase de nagual recibe el nombre de pare [probable corrupción de
«padre» o «cura»] que tiene apariencia de ladino, de medio metro de altura; fuera de esto, no pudo
darme detalles más concretos sobre su indumentaria (Villa Rojas 1990: 386).
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Hablando sobre la técnica de embrujar, Juan me contó que cuando se quiere «echar» brujería con un
frijol o cualquier otra semilla, el brujo ha de rezarle a ésta para que vaya en ella su nagual que ha de
causar daño.
Otra manera, asimismo reportada por este autor en un estudio distinto (Villa Rojas 1995a:
531) es la capacidad que tiene el lab para penetrar en el cuerpo de sus víctimas y
lentamente comer su ch’ulel-alma. Proceso que puede durar días, semanas o meses,
dependiendo de la fuerza de la víctima.
En una referencia más, el interlocutor de Villa Rojas hace mención a la capacidad
que tiene el lab de enviar daño desde una distancia corta, sin penetrar en la casa de la
víctima pero teniéndola a la vista, señalándose que no conoce el mecanismo pero se
sospecha que pueda ser que «escupa» o a través de, en ese caso, «el canto del ave», que era
el lab (Villa Rojas 1990: 375-376).
Otra forma posible de acción se suscita en la dimensión del «mundo otro», donde el
lab dador de enfermedad acecha los ch’ulel-alma que andan vagando.
Con objeto de despistar al lab, cuando se considera que una persona ha enfermado a
causa de tz’ilajwanej se le esconde cambiándola de casa, en la de algún pariente o vecino, o
de plano en otro paraje (Villa Rojas 1990: 340).
Lo anterior, ciertamente sitúa la acción del lab en el plano de «este mundo», en
contraposición con «el mundo otro» y, por lo mismo, las limitaciones inherentes a su
naturaleza para ubicar a la víctima en el plano sobrenatural. Es decir, precisa de saber la
locación física de la víctima para estar en posibilidad de infligir daño.
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Jaime Tomás Page Pliego
relevante presente en otros grupos de la región (Villa Rojas 1990: 355, Page 2005: 26, 138),
«… blanco, amarillo, rojo, negro y pinto». Asimismo, la distinción de color a su vez dota
de mayor o menor yu’el al animal o fenómeno correspondiente. Así, amarillo y blanco del
lado del bien; rojo y negro del lado del mal. Mayor poder a blanco y rojo, respectivamente;
mientras que pinto haría referencia a una cualidad dual. Toda manifestación de lab, a
excepción específicamente de los labetik dadores de enfermedad, tiene la capacidad a
voluntad de proteger o dañar.
Por otro lado, la acción de lab no se limita a la dimensión humana sobre el colectivo
o individual, también actúa en los planos meteórico, natural silvestre y natural modificado
por la mano del hombre. Dependiendo de su naturaleza, el lab tendrá preferencia por
acciones en un plano determinado, aunque cuando le es necesario lo puede hacer en
cualquier otro.
Los labetik cometa, detentados por humanos más que privilegiados, vigilan desde el
cielo que la acción de los labetik dadores de enfermedad o de los mal intencionados no
afecte a los miembros de sus comunidades. Los labetik torbellino están obligados a arrasar
con bosques y sembradíos, o generar polvaredas que molesten a gente y animales. Como se
puede dilucidar del testimonio sobre la hermosa mujer de larga cabellera, la necesidad de
trasformación llega a ser inaplazable, pero predecible para este tipo de personas. Asimismo,
los labetik rayo, actuando a voluntad, dependiendo de su color, dañarán o irán en defensa
de sus protegidos.
Los labetik animales de naturaleza predadora actuarían diezmando y devorando los
rebaños y a otros animales domésticos, asustando a las personas que se aventuren por la
noche para atrapar sus ch’ulel, si no penetrando en las casas de los oxchuqueros.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
a. El lab inherente
Al nacer, la niña o el niño ya «trae» su yu’el; el lab le es dotado in útero, al nacer ya se
porta. Sin embargo, los j-poxtawanejetik que se inclinaron por esta opción no pudieron
explicar cómo es que se posiciona. Lo cual hace evidente que a partir de los profundos
cambios religiosos acaecidos en Oxchuc a partir de la década de 1940, el conocimiento de
hechos de la tradición, sobre todo de aquellos ligados a las causas que los motivaron, como
el tz’ilajwanej, mal echado, al que está estrechamente vinculada la forma maligna de lab, se
presentan conforme pasa el tiempo con menor frecuencia.
Así cuando los niños van creciendo ya tienen el animal en su poder. Y como de ocho años se
empiezan a poner muy malcriados, muy malos con la gente, haciendo todos los perjuicios que
quieren. Además, nunca tienen miedo porque tienen cómo mandar al animal. Aunque estos niños
estén chiquitos, ya saben ordenar a sus animales para que hagan muchas cosas. Desde que nacen
no están con Dios sino con el Diablo.
2. Traspaso del lab por «herencia», es decir, que el poseedor del lab antes de
morir determina a cuál de sus descendientes lo traspasará:
… la persona que tiene su animal lo traspasa a otro familiar, dice claro con su boca a quién le va a
dejar su lab, hasta dice el nombre de la persona a la que se lo va a dejar. Así dicen. Y si el que lo
hereda lo llega a saber, dicen que llora mucho porque no quiere tenerlo, ya que es muy duro
tenerlo, porque dicen que se queda como ch’ulel, por eso lloran cuando se los dejan. Así dejó
contado mi difunta abuela, pero no sabemos en qué parte carga a su lab, porque nunca se ve
cuando sale volando del cuerpo.
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Jaime Tomás Page Pliego
Bueno, hay algunos que dicen que se les deja a los hijos. Así me pasó una vez con mi suegro,
cuando todavía vivía una vez me dijo así: «¡Oye, yerno!». «¿Qué, papá?» —le dije. «Jiiii, ¿no sé si
quieres tener lo que te voy a regalar?». «Pero, ¿qué cosa es, suegro?» —le dije. «Mira, yerno, te
voy a decir la verdad, es que tengo cuatro animales en mi poder y quiero regalar dos para que
nomás me queden dos para mí».
Entonces, al escuchar eso empecé a pensar en mi corazón: «Pero ¿dónde voy a dejar ese animal?».
No sabía dónde lo iba a tener y para qué me iba a servir, así que no lo acepté. Además, no le pedí
ver cómo eran los animales que me iba a dar, ni siquiera pensé en pedírselo.
Así me sucedió con mi suegro. A lo mejor ya se había fastidiado de los cuatro que tenía y por eso
quería regalarlos. Pero cuando llegó a morir ya no supe dónde los dejó, si los vendió o los regaló
con otra persona. Eso nunca llegué a saberlo.
Además, en todos los casos, independientemente de contar con una constitución ad hoc,
quienes respetan y siguen la palabra de Dios quedan fuera como posibles candidatos. El
cambio de adscripción religiosa marca la migración a un espacio fronterizo difícil de
traspasar la constitución de «… un nuevo espacio en el que la sociabilidad sea posible sin
enfermedad» (Fernández Liria 1995: 240). Así, cuando el lab heredado no es aceptado
queda libre, recurriendo a la búsqueda de un cuerpo que tenga las características adecuadas
como para que lo acepte y «aguante», o bien, se refugia en alguna cueva en espera de ser
adjudicado, como se expone en el siguiente apartado, por un Anjel a algún peticionario.
Por otro lado, cuando se inquirió sobre la forma en que el lab penetra en el cuerpo
de la persona que lo hereda, una de las respuestas fue que por donde entra es la boca, y el
mecanismo lo constituye la herencia direccionada.
Lo antes planteado lleva a la conclusión de que la expresión del lab, sobre todo del
que se hereda, siempre será la misma y no puede ser cambiada.
117
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
… hay un señor que vive allá en Yan witz, abajo del cerro, cerca de la colonia San Fernando, que
se llama Uvencio López, del que dicen que directamente llegó a pedir su lab con el Señor Santo
Tomás, y que este le concedió un xoch’, lechuza, y con eso empezó a curar enfermos. Esta
actividad la realiza escondido, porque la forma de trabajar de este bankilal —hermano mayor— es
traspasando la enfermedad de sus pacientes a personas débiles, aunque sean familiares del enfermo.
Esto ya lo sabe toda la gente de San Fernando y de San Pedro pero no hacen nada porque le tienen
miedo debido a que saben que tiene un xoch’ en su poder. Pero lo que también le ayuda es que en
su carácter demuestra que es buena gente, por eso la gente lo respeta para que no les haga daño a
sus familiares. Así vive ahora ese señor.
Cuando los labetik son pedidos a los anjeletik de la tierra, el solicitante tiene que demostrar
que cuenta con suficiente yu’el como para aguantar el lab, por lo que tiene que someterse a
tres pruebas, de las cuales la única que se nos mencionó es que el candidato debe alcanzar a
brincar de un lado a otro de una carretera ancha.
En este sentido, Villa Rojas (1995b: 545) reportó:
Al morir los ancianos, el nagual pasa a residir en alguna cueva en espera de alcanzar algún otro
«dueño» que se pueda hacer cargo de él. Por el rumbo de Yochib [paraje de Oxchuc] donde tuve mi
campamento, había dos cuevas reputadas como refugio de naguales: una llamada Chen-chulit
[cueva de las golondrinas] y otra Chen xoch [cueva de las lechuzas].
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Jaime Tomás Page Pliego
Hay un cuento que me contó mi abuelo, que un grupo de mujeres tz’ilajwanejetik se encontraba
reunido, se querían despachar el ch’ulel de una persona que todavía no estaba muerta y aún lo
estaban preparando. Así que el dueño del ch’ulel estaba sufriendo. Pero dicen que el me’il’tatil, el
que protege los ch’uleltik, llegó a tiempo a salvarlo; que cuando ya estaban para comérselo
sorpresivamente tumbó la mesa: «¡Épale!», gritaron las tz’ilajwanejetik, y con eso ya no se comieron
el ch’ulel porque salieron huyendo. Así se salvó el ch’ulel de la persona. Si se lo hubieran comido
pues la persona se hubiera muerto, pero fue salvada por el me’il’tatil.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Los me’il’tatiletik son las personas que saben curar, que nos salvan, que protegen nuestra
vida para que no nos maten.
El tz’ilajwanej lo hace la gente que tiene en su poder un animal que le permite echar enfermedad y
ese es su trabajo. Pero cuando la gente descubre lo que hace, pues se lo tiene que llevar la chingada.
Supongamos que le dices alguna cosa que no le gusta y ya con eso te echa la enfermedad: si lo
maltrataste te echa calentura; si le agarraste algunas frutas será diarrea lo que te echa; si mataste
alguno de sus animales como caballo, perro o cochinito, tienes que pagar igual como murió ese
animal, si murió retorciéndose del cuerpo así te manda a morir, pero si llegas a pedirle perdón y a
pagarle el animal que mataste, entonces, se abstiene de echar lak’tawanej [cortar la vida], ya que le
agradeciste. Así son los tz’ilajwanej.
Ya sea que se nazca siendo tz’ilajwanej o el lab dador de enfermedad sea heredado por un
familiar, a los 18 años se sabe pulsar y a los 22 cómo hacer laj’tawanej, cortar la vida, lo
que «les viene así nomás en su corazón».
Actualmente en Oxchuc, y creo que desde mucho antes, tomando como base los
reportes de Villa Rojas y Siverts, se considera que los ch’abajeletik tienen la capacidad
dual de «ayudar a curar-poner enfermedad», lo que les inclinará hacia uno u otro lado serán
los éxitos o fracasos que obtengan en su trabajo. Cuando los enfermos que buscan aliviarse
con ellos empiezan a morir, indica con claridad «… que no es un buen curador, y dicen que
ya no puede curar porque ya se metió al grupo de los comelones de ch’uleltik». O bien, que
a la par que curan otros mueren, en cuyo caso se les acusa de derivar el mal de sus
enfermos hacia otras personas.
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Jaime Tomás Page Pliego
En Oxchuc conocemos a una persona que se llama Antonio; ese mamtik sabe quitar la vela y sabe
responder y matar a los enemigos. El mamtik tiene muchos pacientes, ya que es muy conocido por la
gente, pero cobra demasiado porque, según dice, es duro para quitar las velas, ya que por medio de
rezos y velas tiene que cortar lo que los otros tz’ilajwanejetik usaron. Cobra hasta mil o dos mil
pesos, y si quieres que tu enemigo de una vez se muera es más caro, ahora si solo quieres que te corte
las velas cobra menos.
CONGREGACIÓN DE LABETIK
Los labetik dadores de enfermedad están obligados a pertenecer a una especie de
confraternidad regida por estrictas normas. Cada lab, valiéndose de su capacidad para
cortar la vida, lak’tawanej, tiene que aportar periódicamente un ch’ulel, una víctima
sacrificial. Se dice que el lab en turno no tiene miramientos e incluso, a falta de otra
víctima, puede llegar a ofrecer a alguien de su propia familia, hasta un hijo. Pero en
121
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
principio opta por algún pecador u ofensor de su persona y ya como último recurso un
familiar.
Cuando el lab no tiene una víctima que ofrecer, debido a que los posibles candidatos
se encuentran bien resguardados en la «Palabra de Dios», tiene que ofrecerse a sí mismo,
con lo cual tendrá término la persona de que forma parte.
Se dice que los tz’ilajwanejetik hombres se sientan alrededor de una mesa a comer
lo que han preparado las tz’ilajwanejetik mujeres, de quienes también se dice que son
«chupa huesos».
En la documentación etnográfica realizada por Villa Rojas, destaca el hecho de que
el ch’ulel-alma «… que se come el nagual es como pollito si es de niño; como una gallina si
es de mujer, y como un gallo si es de hombre» (1990: 355). Aspecto sobre el que si bien
Pitarch es enfático, no es mencionado entre los conceptos sobre ch’ulel-alma que vertieron
los j-poxtawanejetik de Oxchuc. En dicho sentido, este autor señala:
El «ave de nuestro corazón» es verdaderamente un ave; es un gallo en los hombres y una gallina en
las mujeres; otras veces me dijeron que era una paloma, paloma mut, y una sola persona afirmó que
era un zanate —empleo precisamente la palabra mexicana «zanate», que al parecer a su vez proviene
del nahua teozanatl, y no su equivalente tseltal que es posiblemente jot mut—. En cualquier caso, es
un pájaro diminuto, puesto que vive dentro del corazón de los cancuqueros. Es una criatura
asustadiza y atolondrada, responsable de las palpitaciones del corazón, porque ante un peligro o
después de un esfuerzo físico se agita y aletea. El ave del corazón puede salir del cuerpo —lo hace al
parecer por la boca y, según una versión, por la coronilla de la cabeza—, pero su ausencia provoca
inmediatamente enfermedad y al cabo de poco tiempo la muerte de la persona (1996b: 68).
Los tz’ilajwanejetik no solo se encargan de atrapar los ch’ulel-alma para comerlos junto
con sus semejantes, sino que cuando no se tiene el compromiso de aportar uno para la cena,
estos pueden ser vendidos ya sea entre labetik o bien a algún demonio menor que no tenga
la capacidad para atrapar uno.
Se dice que en la actualidad en Oxchuc quedan pocos tz’ilajwanejetik debido a que
a partir de la década de 1920 han sido sistemáticamente asesinados y que, por lo mismo, los
que subsisten no se muestran por temor. Otra razón es que los lab dadores de enfermedad
122
Jaime Tomás Page Pliego
Pues tiene que llegar el momento en que también se enferme, porque llega el día en que ya no
encuentra huesos de personas inocentes que saborear; cuando eso pasa ellos mismos tienen que
llegar a entregarse sus ch’uleltik, porque ya no encuentra otro que entregar a sus compañeros cuando
se adeudan comidas, porque dicen que saben el tz'ilajwanej —echar mal con sus labetik— se asocian
entre varios, pero no sé si es cierto. Dicen que tienen sus días para juntarse a comer los ch’uleltik de
las personas que tienen que morir por enfermedad de mal echado debido a los delitos que tienen.
Entonces cuando uno da el otro y los demás se quedan adeudando para la próxima comida, y si ya no
encuentra a quien mandar a la muerte, pues dicen que entrega el ch’ulel de uno de sus propios
familiares, pero si la familia tiene su defensa con un médico que es bueno y poderoso, pues el mismo
comelón de hueso se entrega con sus compañeros y es allí donde el dueño se enferma y así llega a
morir esa gente mala. Por eso yo digo que el lab siempre se tiene que enfermar y también se van
hasta la muerte. Así son los que tienen su lab, pero no sé si todavía existen, porque yo no he visto y
escuchado eso.
123
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Aquel mamtik llegó saludando y me dijo: «¿Estás allí, mamtik?». «Aquí estoy». Y charlamos un rato.
Me trajo dos litros de trago que dejó a mis pies para que aceptara curarlo. De allí pulsé al enfermo y
le dije: «Ay, esto que tienes está muy grave. Pero te voy a decir la verdad, tú también sabes curar
nomás que no quieres ayudarte». «Ay, mamtik, es que me caí en un delito y no sé cuál trabajo hice
mal, así que haz el favor de ayudarme». Así me dijo el mamtik enfermo, pero tenía su lab y allí
estaba pidiendo favor y, todavía, con miedo. Hasta dijo que si lo que tenía era por envidia que no le
importaba, que nomás quería la salvación de su vida. Ese mamtik llegó a salvar su vida.
Por eso, allí fue donde vi que cuando a los que tienen sus labetik les toca el castigo se
enferman y sufren.
ASESINATO
Otra forma de deceso se suscita cuando en el ámbito social hay «plena» identificación del
portador de lab, ya que particularmente las personas que poseen el productor de
enfermedad se caracterizan por ser arrogantes y pendencieras. Hacen su voluntad sin
importarles nada y amenazan a diestra y siniestra porque tienen el poder del Diablo. Y lo
que dicen lo pone el lab en su boca «dándole fuerza desde el corazón: “… dame a tu
hermana, dame a tu hija”. Y por temor la gente les da lo que piden, si no lo obtienen hacen
124
Jaime Tomás Page Pliego
En el municipio de Tenejapa, por Kotolté, una persona se convertía en venado y nunca le podían
capturar ni matar ya que se escondía o se convertía en persona. Sin embargo, al final lo mataron pero
ya convertido en otro animal que es el tlacuache. Lo despedazaron y le cortaron la cabeza, que
enterraron separada del cuerpo, pero al otro día esa persona apareció de nuevo, pues había revivido.
La gente se organizó y otra vez le mataron, volviendo a despedazarlo. El cuerpo lo aventaron al río y
la cabeza la enterraron. Solo así le llegó su verdadero fin.
En otros casos se dice que la única forma en que fue posible dar término a la existencia del
lab es incinerando el cuerpo en la forma que se le encuentre, después de machetearlo.
Como en la siguiente narración, que resulta de singular interés:
Yo supe que mataron a uno por la colonia San Fernando. Salieron a buscar un coyote que llegaba a
robar gallinas. No muy lejos encontraron que tenía su cueva cerca de la orilla del río grande. Lo
trataron de tirotear con sus escopetas, pero no tronaron porque el coyote al verlas enfrió las balas.
Cuando eso pasa dicen que el lab está con los diablos, por eso sabe cómo enfriar las escopetas.
Entonces, como eran bastantes los que estaban esperando al otro lado del río, se escondieron
en los matorrales para que el coyote no los viera. Entonces, dicen que vieron que estaba paseando
cerca de la orilla del río y le dispararon varias veces. Allí nomás cayó al río, ya no se salvó porque no
vio de dónde le dispararon. Entonces la gente se metió al río a sacarlo y lo llevaron al centro de la
colonia, la gente juntó bastante leña y en medio pusieron el cuerpo y le prendieron fuego. Quemando
al coyote acabó su vida.
A los dos días apareció la noticia en el mero municipio de Chanal de que se murió una
viejita, que no llevó muchas horas para morirse. Dicen que había salido a traer su agua como a las
diez de la mañana y al regresar a su casa allí nomás se empezó a retorcer, porque al mismo tiempo
estaban quemando al coyote.
Ya cuando se terminó de quemar el cuerpo del coyote el cuerpo de la pobre viejita quedó
bien negro. Los familiares de la viejita no sabían qué le había pasado, hasta que supieron que habían
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
matado a ese animal, allí se dieron cuenta de que el coyote tenía su amo. Por eso no tenía miedo de
entrar a robar las gallinas en la noche.
Me parece que esto pasó hace ya como veintiséis años, ya que anteriormente había muchos
coyotes por ese rumbo, pero después fueron acabados por la gente de la comunidad que los cazaba.
Además ya no existen muchas montañas, por eso ya no tienen donde ocultarse.
Cabe advertir que cuando ocurren asesinatos de esta clase participan en ellos varios resentidos que se
organizan en emboscada; el brujo es muerto a balazos y luego despedazado y decapitado con objeto
de hacer imposible que resucite, como ha ocurrido en otros casos, según cuentan las consejas. Por lo
general el crimen queda impune, pues jamás se llega a hacer luz en el asunto.
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Jaime Tomás Page Pliego
Entonces, el ch’abajel se puso muy bravo diciendo: «¿Quién será que está metido en este cuerpo? Si
lo supiera tendría que chicotearlo, porque no deja en paz a este cuerpo. Si ahorita no se calma lo voy
a ver con él, aquí nadie se mete conmigo, que me dejen curar en paz a este pobre hijo de Dios».
Cuando los tz’ilajwanej llegan a atacar a una persona «… que no tiene delito y siempre está
con Dios» se observan dos desenlaces: en lo que respecta a la víctima, esta no enferma
porque su cuerpo no puede ser penetrado por lo «… que le ha sido enviado» debido a que
Dios le protege. En lo que respecta al tz’ilajwanej, se dice que cuando esto sucede es que
trabaja por su propia cuenta sin permiso del Diablo. La consecuencia es que este último le
127
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
retira el poder y al quedar sin protección de uno y otro a su vez se convierte en una víctima
fácil, que en el corto tiempo es ultimada por quienes fueron sus compinches.
No obstante, aunque la persona no esté bajo la protección de Dios tampoco puede
ser atacada por el lab dador de enfermedad sino hasta que recibe la autorización de su
«jefe», o bien, la orden de actuar sobre una persona específica con la que el lab no guarda
relación. Estos datos resultan un tanto contradictorios con la modalidad de tz’ilajwanej
puesto por encargo, pero si recordamos que siempre que se trata de envidia, enojo y otras
pasiones, el Diablo las percibe y «se mete», podemos fácilmente concluir que no hay tal.
Por lo demás, cuando el tz’ilajwanej pretende dañar a alguien, antes de iniciar el trabajo
pide permiso.
Una de las condiciones que acarrean tz’ilajwanej o tz'ilawil que más ha sido
mencionada y aún resalta es la falta de respeto a los ancianos, lo cual, como ya se comentó,
está considerado «delito» grave, que autoriza a quien posee un lab a utilizarlo en contra de
quien ha violentado dicho mandato, que necesariamente lo lleva a perder la protección
divina y otorga el permiso del Diablo para actuar. La forma de curar cuando es la causa de
la enfermedad se da al pedir perdón al ofendido. Al respecto también existe la posibilidad
de que el mal sea puesto sin conocimiento del poseedor del lab, como en el siguiente caso:
Así nos pasó una vez, supimos quién dio el tz'ilawil, y fue porque mi mujer no respetó a un mamtik
de aquí, así que nos fuimos a verlo: «¿Está allí, mamtik?». «Aquí estoy. ¿De qué se trata su visita,
mamtik?». «Pues, mamtik, es que mi mujer está muy enferma» —le dije. «Pero ¿por qué me vienes a
decir eso, qué tengo que ver con tu mujer, yo no tengo que meterme en su vida?». «Pues no, mamtik,
es que me dijo que te faltó al respeto en el camino». «¿A poco solo por eso se enfermó la yametik?
Ahora, pásamela, en su sangre voy a sentir si es cierto lo que me dices».
Pasé a mi mujer, la pulsó en la mano y en la sangre sintió que sí era cierto lo que le dijimos,
hasta se puso muy bravo: «¿Pero por qué a mí? A mí qué me importa eso, ya que es puro chisme. Yo
no quiero que vengan a matarme o me vengan a dar de plomazos. Quiero que se vaya el mal de la
enferma, que deje en paz a esta yametik, que se calme, yo no quiero tener problema» —así dijo con
coraje todavía.
Entonces lo que dijo era muy cierto, porque al rato, poco a poco se empezó a calmar la
enfermedad y allí fue que mi mujer se levantó; así se le quitó la enfermedad.
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Jaime Tomás Page Pliego
Por otro lado, frecuentemente se suscita el enfrentamiento entre portadores de lab por
motivo siempre de «envidia», lo que implica enojo, como en el siguiente caso:
Pues son los que tienen problema vecinal o familiar, o sea que hay alguien que regaña sobre uno por
detrás, que maltrata por detrás, alguien que ya no nos quiere ver en nuestras casas. Esos son los
envidiosos, la gente mala, porque se creen mucho y no tienen miedo de decirnos ya que tienen sus
labetik. La enfermedad que dan con sus labetik es de calentura o frío, o da algo en el estómago,
según lo que sepan dar.
Así me pasó a mí, ya que tengo muchos enemigos; me agarró en la comida, o sea que en la
mañana antes de irme a Tila comí, ya como a las dos de la tarde volví a comer, pero en Tila, pero qué
va a ser, cuando regresé me agarró un dolor de estómago que ya no lo aguantaba, pero me agarró tan
rápido porque comí contento, no sentía nada cuando comí.
Eso pasó una vez que me fui a un curso sobre las plantas medicinales. Pero como antes
estaba yo con el mamtik Mariano Ni’mail y no cumplí lo que me pidió, es decir, que no me metiera
con un enfermo que estaba con él, y como lo hice se enojó conmigo, hasta dijo: «Si lo sabe curar que
se lo lleve a curar a su casa, que lo lleve allá a curar, yo no lo quiero ver aquí». Eso sucedió porque
el enfermo me preguntó qué medicina le podía curar su enfermedad, y como le dije que conozco
unas plantas para esa tal enfermedad que le iba a buscar las plantas, lo cual el mamtik Mariano
escuchó y eso no le gustó, y por eso me maltrató.
Así me salí ya sin decirle nada, mejor me retiré de una vez y ya no volví a juntarme con él,
por eso me dio la enfermedad, por abandonar la visita en su casa que queda por el paraje el Ch’olol,
además porque no soy su juguete ya que ambos somos viejitos, aunque es mayor que yo, pero si me
falta al respeto yo tampoco lo respeto. Pero lo malo es que sabe echar un poco de enfermedad, pero
no le tengo miedo, ya que un compañero de los que estamos unidos me ayudó a curarme.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
perdón y que deje de hacer el mal. Dicha petición hay que acompañarla de algún regalo,
que generalmente es pox —aguardiente de caña— y/o alimentos. En ocasiones,
generalmente el poseedor del lab acepta el obsequio y retira su lab, lo que es evidente con
la sensible mejora del enfermo en un corto plazo; en otras, ya bien que niegue que está
afectando a la persona o se muestre sumamente ofendido sin posible resarcimiento. En
estos casos se requiere de la participación de uno o varios ch’abajeletik de bastante yu’el
para que lo enfrenten. De otra manera la persona muere. En estos casos, y por supuesto con
la fuerte influencia de los grupos religiosos de corte cristiano que pululan en Oxchuc, se
nos dijo que lo fundamental para la recuperación del paciente es encomendarlo,
específicamente «… pedirle a Dios vivir con Él», encendiéndole sus velas y dándole copal,
flores y hierbas olorosas. Cuando se ha rogado lo suficiente, Dios extiende un velo sobre
los ojos del tz’ilajwanej, con lo que «se tapa la enfermedad y hace que los pukujetik
[demonios] se retiren», en caso de que aún no estén en posesión del ch’ulel-alma; o bien,
que la liberen y estar en posibilidad de atraerla de nueva cuenta al cuerpo y con ello lograr
el restablecimiento del enfermo.
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Capítulo 4
NOCIONES SOBRE SALUD-ENFERMEDAD-ATENCIÓN
Y PROCESOS DE FORMACIÓN Y DE TRABAJO DE LOS J-POXTAVANEJETIK
SALUD
La siguiente cita sintetiza la manera en que los poxtawanejetik católicos de Oxchuc
conciben la salud:
Pues una persona bien sana no siente nada en su cuerpo porque está bien alimentada, trabaja duro
para que no le falte nada y tiene toda su ropa limpia. Con sus familiares vive bien limpio, adentro de
su casa están sin problemas. Se ven bien contentos.
Pues yo creo que así debemos de ser todos para estar sanos con nuestros familiares, yo la
verdad estoy tratando de hacerlo porque no quiero que mis hijos se enfermen y yo quiero estar
contenta como ahora. Eso es lo que digo yo.
Entre la población de Oxchuc que se adscribe como católica, el concepto de salud que en la
actualidad se tiene está estructurado tanto con elementos postulados por la biomedicina,
como de algunos remanentes de las representaciones que detentaba el grupo antes de su
conversión del tradicionalismo al catolicismo en la década de 1940. Por otro lado, tal como
sucede en otros pueblos de campesinos, dicho concepto está estrechamente ligado a la
energía y disposición que se requiere para realizar el trabajo cotidiano, tanto el doméstico
como el del campo; por lo mismo, todo aquello que resulte en su demérito es visto como
causal de o como enfermedad.
Se considera que niños y niñas están sanos cuando comen bien, juegan, tienen ganas
de ir a la escuela, así como que ayuden en las labores de la parcela y la casa.
Para la conservación de la salud y concomitantemente la fuerza para trabajar, en
primer lugar es preciso cumplir con el mandato de adorar, nutrir y sostener a las deidades,
lo cual se logra encomendándose cotidianamente, ofrendando constantemente velas, pom,
flores y bebidas, cooperando económicamente y con trabajo para la realización de la fiesta
patronal y todas las fiestas religiosas que tienen lugar a lo largo del año, aceptando y
cumpliendo los cargos que la comunidad propone.
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Por el lado de las prácticas para la conservación de la salud se requiere de una buena
alimentación, tal que aporte la energía requerida para la recuperación de la fuerza para
trabajar. Idealmente se busca que los alimentos además de ser nutritivos, de acuerdo con la
disponibilidad y con el poder adquisitivo que se tenga, deben estar bien preparados, lo que
significa higiénicamente manejados y bien cocinados.
El logro de una buena alimentación es algo difícil de lograr, tres son los
impedimentos para alcanzar este ideal: la baja productividad de la tierra, dado que el
terreno en general es pedregoso y muy seco, aunado a la carencia de agua superficial; la
pobreza, debido a que la población de Oxchuc, como quedó señalado más arriba, se ubica
en el nivel de ventaja relativa 1, es decir, el del extremo, afectando éste a 83.31% de la
población del municipio que, entre otras cosas, se traduce en bajo poder adquisitivo y, por
último, el bajo precio, desenfrenada publicidad y oferta de los productos denominados
«chatarra», que debido a su alto aporte calórico y la producción de una rápida sensación de
llenado han coadyuvado a que varios de estos hayan pasado a formar parte de la dieta
cotidiana.
De los alimentos chatarra el más importante, como se señaló en otro capítulo, es lo
que en México se ha denominado refresco —agua, colorantes, azúcares en abundancia y
saborizantes—, que entre otros problemas ha llevado a que la diabetes despunte entre las
enfermedades que afectan a esta población, sin dejar de lado el aumento del índice de
obesos.
Relevante para la salud también es lo relativo a la higiene, a la que en general se
otorga un papel primordial para la conservación y la recuperación de la salud. Los
oxchuqueros claramente distinguen sus ámbitos: higiene alimentaria, corporal, lavado de la
ropa, limpieza de la vivienda y el solar. Además, se asocia la limpieza como un importante
factor entre los elementos que se requieren para facilitar el trabajo.
Se considera que una persona es limpia cuando por lo menos se baña cada dos días
y realiza un cambio de ropa una vez por semana. Cabe señalar que debido a la compleja
problemática que afecta a Oxchuc en torno a la disposición de agua y su consumo, por su
carencia, la alternativa para la higiene corporal por el considerable ahorro de agua que
representa es el pus —conocido entre los nahuas como temascal:
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
El pus [temascal] es un pequeño cuarto rectangular como de un metro y medio de altura. En el fondo
tiene un pequeño nicho con piedras. Debajo de éstas se enciende fuego y frente a él se coloca una
cubeta con agua. El suelo es una tarima de tablas que permite que el agua se vaya durante el baño.
Cuando se considera que las piedras y el agua están suficientemente calientes, las personas entran a
bañarse. Generalmente se entra por grupos; puede entrar toda la familia, o se puede invitar a los
amigos para compartir el momento (García Sosa 2005: 100).
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
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caliente, evitando lo frío. Además de las medidas e higiene que requiere el manejo y
preparación de alimentos. Entre las cosas que se recomienda evitar en la alimentación está
el chile, el agua fría y el aceite.
Los niños hasta la edad de un año deben ser preferentemente alimentados con el
seno materno, ya que se considera es el alimento con mejores nutrientes para ellos. Motivo
por el cual, cuando una madre carece del preciado néctar se le administran diferentes
remedios para subsanar el problema. Uno de ellos, muy utilizado como receta por un
jpoxtawanej con motivo de un problema familiar, es el siguiente:
Ingredientes:
- media taza de arroz.
- tres cucharaditas de semilla de cilantro.
- tres granos de cacao.
Si se quiere conservar la salud también se precisa tener el permiso y la seguridad que brinda
la casa que se habita, a ésta y la porción de terreno donde está construida hay que tenerlos
«contentos». Para ello, cada nueva casa requiere de una celebración; de no hacerse resulta
en que entre la casa y la tierra se comen los ch’uleltik de la familia inquilina. La tierra exige
un regalo para dar el permiso con el que la gente pueda vivir segura y con tranquilidad. El
regalo consiste en hacer un canto-rezo con velas, copal, tortillas, frijol y sacrificio de
gallinas que luego son cocinadas. Alimentos de los que una parte son enterrados para
alimentar a la tierra y la casa y el resto compartido con los asistentes.
ENFERMEDAD Y ATENCIÓN
Igual que en la noción de salud, en la de enfermedad coexisten elementos provenientes de
lo que en la actualidad es el catolicismo, lógicamente hilvanados con los de procedencia
biomédica. En primer término salta a la vista ante todo que la enfermedad es producto del
incumplimiento a cabalidad del mandato primordial de adorar, nutrir y sostener a la deidad
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
celestial y a las deidades secundarias del panteón católico. En este sentido se dice que Dios
no puede disponer de la vida de quien cumple.
Pues Dios no nos puede matar así nomás si estamos cumpliendo su palabra y respetando nuestra
religión católica. Pero hay otra gente que son católicos, pero hay veces que son matones y esos
encuentran su castigo con enfermedades que no tienen solución ni aunque traten de curarse con
medicina de las farmacias. No se quita porque es mandato de Dios, solo hasta que el pecador pida
perdón ante el Dios Padre, para ver si lo perdona por el delito. Así nos puede pasar a todos si no
sabemos utilizar o cuidar nuestra religión. Por eso nos dicen que nos puede matar o dañar y es claro
que es cierto, porque nosotros mismos lo hemos comprobado en nuestros cuerpos, ya que nos ha
pasado así por ser muy alzados o creídos.
Hay que resaltar que lo anterior es considerado solo en el caso de que la enfermedad se
agrave, en tanto esto no suceda, se toma como natural.
La enfermedad es concebida como un proceso que va de lo simple a lo complejo, a
partir de lo cual se clasifica en dos grandes grupos, a saber: enfermedades naturales, y
sobrenaturales. Las segundas, a su vez, se subdividen en enfermedades puestas por Dios,
enfermedades puestas por las deidades secundarias, y enfermedades puestas por las
personas.
20
Proyecto de bioprospección denominado ICBG-MAYA (International Cooperation Biodiversity Groups)
realizado entre 1998 y el año 2002, a través de un convenio trilateral establecido entre la Universidad de
Georgia (UG) de Estados Unidos (EU); el Laboratorio Molecular Nature Limited (MNL) del Reino Unido
(Inglaterra), empresa biotecnológica de Gales y El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) de México, que entre
otras cosas tenía como objetivos: 1) el descubrimiento de medicinas y desarrollo farmacéutico
(descubrimientos para patentar); 2) Etnobiología Médica (estudio de los seres vivos entre las comunidades
humanas) e inventario de la biodiversidad; y 3) Conservación, Agricultura Sustentable y Crecimiento
Económico (Araya 2008: 77-80).
La ejecución de dicho proyecto cuyo perfil cabe claramente dentro de los focos de alarma encendidos
por ONG Internacionales dedicadas al combate de la biopiratería generó tal nivel de atención entre las
organizaciones de médicos indígenas que integran Compitch, que les llevaron a movilizarse hasta lograr que
el proyecto fuera cancelado por México y Ecosur, iniciativa que incluso coadyuvó a la suspensión del ICBG
de desierto que se realizaba con la participación del Instituto de Biología de la UNAM.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Bueno, lo más sencillo que curo son los siguientes; la disentería, smew' winik (alteración). Sé curar
cuando sale el top en el culo, el vómito, inflamación del corazón, tuberculosis, tosferina, tos fuerte y
calentura. Sé curar el calcio. Sé curar el que se enfría su caca, o sea que no puede cagar y eso le
causa la muerte. Sé curar el sequic, diarrea, angina, pudrición de la piel, cólico, inflación del
estómago, hinchazón del cuerpo, granos en el cuerpo y tumores. Estas son las veinte enfermedades
que tengo apuntadas que he curado, y tengo plantas que son muy efectivas para esas veinte
enfermedades.
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ENFERMEDADES FRÍAS
Las enfermedades frías que aparecen como de mayor importancia para los j-poxtawanejetik
son: «hinchazón del cuerpo», resfriado común y fiebre, a las que se suman otras que
también vemos a continuación:
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Fiebre
La temperatura corporal elevada, vista como una entidad nosológica, puede ser fría o
caliente; se distinguen una de otra en que la fiebre —nijk'el chamel o sikil k'aj chamel—, en
su variedad fría, se caracteriza por «temblor» —escalofrío— e hiperventilación; las manos
no se sienten calientes sino frías porque la temperatura se eleva dentro, en el corazón.
Para el caso anterior, y cuando entra frío al cuerpo a consecuencia de mojarse bajo
la lluvia, se baña al enfermo en el pus con una planta conocida como te’ajk’, que es muy
caliente.
También el j-poxtawanej Marcos, en relación con las enfermedades frías señaló:
Si se trata de calentura, para eso tenemos varias plantas. El dolor de cabeza se cura con una planta
que se llama xpum, que es muy fuerte, con una infusión bañamos la cabeza del enfermo y se quita el
dolor, pero esto tiene una seña: cuando el remedio llega a dar resultado el enfermo grita, porque la
medicina llega a chocar con el dolor; con eso también se cura el dolor de muelas, la disentería, el
dolor de estómago.
Antes de aplicarle el tratamiento de plantas al enfermo, tengo que pedir la autorización de sus padres.
Entonces revuelvo cinco hojas del ajaté con seis puntas de ajan wamal. Este ajan wamal crece donde
quiera en el monte o en el campo. Todo lo pongo a hervir en un litro de agua y ya cuando está cocido
se lo doy a tomar a mi paciente, entonces al rato empieza a funcionar su pulmón y a circular la
sangre. Pero eso hasta que toma el preparado dos veces.
Ya que la sangre está circulando vuelvo a pulsar para saber que otra clase de curaciones
quiere el cuerpo del enfermo. Yo hago todo eso y siempre logro salvar, porque siempre busco la
manera de hacer reaccionar la sangre y los pulmones. Ese es el trabajo que hago con los pacientes
cuando ya llegan muy graves.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Bronquitis
La bronquitis es manejada con presteza debido a que es causa importante de muerte entre
niñas y niños, es una enfermedad fría, ligada a la lluvia y al frío. Uno de los j-poxtawanej
señaló que cuando la ropa se moja y no se hace un cambio seco, la suciedad penetra en el
cuerpo causando calentura y bronquitis.
Sak’oval, tuberculosis
Por otro lado, se piensa que la tuberculosis proviene de tos mal tratada y recurrente y se
experimenta como de muy difícil curación. Se sospecha de un cuadro de tuberculosis
precisamente por la tos crónica, se produce la expectoración sanguinolenta: «vomita sangre,
porque de tanto toser se revientan los pulmones». Este j-poxtawanej utiliza ajenclo
—ajenjo— para tratar dicho padecimiento.
ENFERMEDADES CALIENTES
K'ajk'al chamel, calentura
En la polaridad caliente, la calentura —k'ajk'al chamel— se caracteriza porque la
temperatura elevada puede ser percibida en todo el cuerpo «o sea, que hay adentro y
afuera», «tienen la cara colorada», además de que el pulso se acelera; el enfermo siente
mucho calor —k'ixin chamel— y «hasta nos pone a hablar como locos, porque nuestra
cabeza se ataranta por el calor que hay en el cuerpo».
Para el tratamiento de estos problemas, una j-poxtawanej utiliza una planta que
denomina paitaj, que es consumida como verdura, misma que tiene que ser cocinada
durante mucho tiempo hasta que pierde el sabor amargo.
Para el tratamiento de todas las enfermedades calientes, la misma j-poxtawanej
mencionó dos plantas, a saber, pajk’in y chijil’te —saúco—. En ambos casos la planta
posee el atributo opuesto al padecimiento.
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Resfriado grave
Se considera resfriado grave cuando aunado a los signos de rinorrea y tos se agrega
«calentura» elevada, lo que sitúa a esta entidad en la polaridad caliente. El tratamiento se
hace fundamentalmente a base de plantas. Se da a tomar pimil huamal, que es una planta
muy fría, y chijilté. Con una infusión de esta misma planta se baña al enfermo para bajarle
la temperatura.
ENFERMEDADES FRÍAS-CALIENTES
En el caso de que el enfermo presente datos clínicos en que se entremezcla frío y caliente,
en el preparado se hierven tanto las plantas frías como calientes que estén indicadas para el
padecimiento que se sufre. Por ejemplo, hinojo, ruda, verbena y manzanilla.
Pero si no hace caso entonces las voy a arrancar de pura raíz, las revuelvo con chile seco y pongo
unas cucharaditas de azúcar, unas cuantas pimientas y un puño de canela, con eso llega a sanar la
enfermedad de frío y caliente.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
iniciarse las maniobras de acomodo, de tal manera que al momento del parto esté en la
posición adecuada.
Cuando se da el caso de que están en mal posición, además de las maniobras se usan
tomas de plantas medicinales y baños de pus, temascal.
Durante el parto y posparto lo que más se teme son las hemorragias y la fiebre,
problemas que en tanto no se considere que son causados por ajk’bil chamelal —mal
echado— es posible resolver. Las parteras señalan que conocen plantas con las que pueden
detener las hemorragias vaginales. Una vez que logran controlarlas vigilan de cerca el
posparto y administran plantas para «quitar el mareo» que queda después de la hemorragia.
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Para el manejo del sarampión, que en este medio puede ser mortal, se utiliza pepita
de calabaza blanca, sakil mayil, molida, la cual se da a tomar cruda diluida en agua.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Una de las culebras más temidas, conocida como yax ik’ox, se describe como
poseedora de una lengua verde y puede llegar a medir un metro de largo. Para que el
encuentro tenga efecto no es preciso que la culebra esté en movimiento, basta con verla. Se
dice que la yax ik’ox es lak’tawanej porque la persona que la topa no es la que
necesariamente muere, sino que el daño recae en algún miembro de su familia. Asimismo,
si la persona que la topa siente miedo también llega a morir, pues ahí mismo cede su
ch’ulel-alma.
El tamaño de la culebra guarda una relación recíproca con el tamaño de la persona
que será la afectada; si la culebra es pequeña, quien puede morir será algún niño o niña.
La culebra conocida como chijilchan, descrita como de color blanco y negro,
también es considerada como muy peligrosa y ha sido utilizada por los ak’chameletik para
espantar en los caminos. Para neutralizar el mal que esta culebra puede producir, al toparla
hay que escupir tres veces, lo que resulta en que el ak’chamel no puede tocar a la persona y
en que el ch’ulel-alma se domina y no abandona su continente. Una vez hecho esto, lo que
procede es matar al animal, si no el mal seguirá a la persona, y ésta o algún miembro de su
familia puede morir.
Para la curación del espanto, por lo general los ch’abajeletik de Oxchuc, como en
toda América (Bolton, 1980, 1981; Goebel, 1973; Logan, 1979; O’Nell y Rubel, 1976;
Rubel 1964), tienen que precisar el lugar exacto donde sucedió el percance. Si no se logra
determinar, el enfermo puede padecer largamente y hasta morir. El ch’abajel se traslada al
lugar en que sucedió la caída, acompañado del enfermo, en caso de que se trate de un
espanto sencillo, ya en el lugar se conmina al ch’ulel-alma a regresar a su recinto humano,
luego se barre —limpia— al paciente con hierbas.
En caso de que el enfermo de xiwel no se pueda trasladar al lugar donde sucedió el
percance debido a su estado de gravedad, se procede a recoger algunas piedras del lugar
mismas que son trasladadas a la casa del enfermo, donde son limpiadas con hierbas y un
huevo de rancho y luego bañadas, una vez realizado este paso son depositadas en el altar de
la casa.
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Hay quienes señalan que cuando el espanto cursa con fiebre, al procedimiento antes
señalado puede agregarse un tratamiento basado en hierbas, de las cuales una se toma y con
la otra se realiza un barrido sobre el cuerpo.
Cuando se determina que la causa de una diarrea «muy grave» es espanto jajch'ut
xiwel, se prepara un altar adornado con tz’umbalte te' —semillas diversas—, velas grandes,
una gallina para sacrificar y copal; además se riega el piso con juncia, desde este espacio
sagrado se hace el llamado —ijk'el xiwel— del ch’ulel-alma.
Al terminar el llamamiento se administra al enfermo una poción de una mezcla de
plantas, una de las cuales es la verbena, con lo que se le va quitando la calentura y la
diarrea.
La persona que se espanta lejos de su comunidad, como por ejemplo en las fincas o
en una ciudad lejana adonde se llega a trabajar por algunos meses, es muy difícil de curar,
por lo mismo el enfermo debe recibir ayuda de una persona avezada en el asunto.
Los ch’abajeletik hacen la distinción entre bik'it ch’ulelal —enfermedad del ch’ulel
pequeño o de los niños— y muk'ul ch’ulelal —enfermedad del ch’ulel grande o de los
adultos—, dicha precisión es necesaria para la conformación del altar, en que de tratarse del
primer caso habrá siempre velas pequeñas, en tanto que el segundo velas grandes, es decir,
el tamaño de las velas será acorde con el tamaño de la persona. En ambos casos se colocan
trece velas y trece ramas.
K’atinab
Quien padece k’atinab se caracteriza por un comportamiento rebelde, irreverente y
arrogante. No respeta los mandatos de la comunidad ni a las mujeres, «les levanta el
149
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
vestido». Se sospecha fuertemente que este tipo de personas en ocasiones pueden ser
tz’ilajwanej. Por lo mismo generalmente mueren por efecto de violencia.
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Jaime Tomás Page Pliego
caso el tratamiento que se postula es la ofrenda con velas y el canto-rezo, realizado por un
ch’abajel.
Los pukujetik aprovechan cualquier oportunidad para intervenir en la vida de los
humanos, merodean en torno a las casas y cuando perciben que en alguna hay
desavenencias familiares lo aprovechan para inducir a los ch’uleltik de esas personas a que
provoquen que se sigan «portando mal» para que al final de la vida de la persona estos
transiten por el «camino ancho» —hacia el infierno.
En todas las enfermedades en que las deidades celestiales y secundarias intervienen,
incluyendo aquí al tz’ilajwanej, es preciso realizar una ceremonia en la que el canto-rezo es
esencial. En este sentido, el rezador se constituye como intermediario entre el enfermo y las
deidades, a las que solicita que perdonen al enfermo por sus pecados y restablezcan la
protección de que precisa con objeto de restaurar y preservar su salud. Además se les pide
que den fuerza a los tratamientos herbolarios que se emplean.
Por otro lado, algunos j-poxtawanejetik refieren que en el caso de las enfermedades
que son castigo de Dios puede suceder que una vez que ha sido aceptada la ofrenda y el
rezo la deidad, a través de la revelación onírica, haga entrega de la materia médica que se
requiere para la recuperación de la salud, generalmente plantas medicinales.
… una señora vino a mi sueño y me trajo una mano de flores, pero esa flor era medicina, y nunca la
olvidé, hasta me llegué a recordar al día siguiente. Entonces le dije a Dios: «Ay, Dios mío. ¿Será que
me quiere mucho la Virgencita que me dejó soñar esas florecitas?». Pues eso fue lo único que le dije,
porque no sabía que más decirle.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Desprecio
En la categoría de las enfermedades provocadas por personas tenemos el desprecio o
rechazo a los hijos. Es una entidad que afecta predominantemente a niños y niñas, más a
éstas, toda vez que generalmente las familias prefieren varones que hembras. En estos casos
casi siempre los progenitores son los que causan la enfermedad, y cuando se trata de ayudar
a sanar al menor, estos no colaboran de buena gana para la curación del enfermo, lo que se
dificulta aún más cuando el que resiste es el padre, quien por lo general, además de quejarse
de lo caro de los implementos requeridos, puede incluso llegar a negarse a proporcionar los
recursos económicos y en especie necesarios.
El problema no estriba sólo en que uno o ambos progenitores se nieguen a colaborar
en lo material, sino que en el plano espiritual estas personas están «en dos corazones», es
decir, por un lado buscan ayuda pero en el fondo el rechazo hacia la criatura no disminuye,
la causa de la enfermedad no desaparece total o parcialmente, lo que no permite que la
enferma o el enfermo sane, con un pronóstico desalentador.
Envidia
La enfermedad que viene por envidia ocurre cuando unos desean lo que otros tienen, en el
plano de lo material y en el de la salud y el bienestar emocional, motivo por el cual
frecuentemente la gente enferma. La envidia en Oxchuc tiene lugar cuando se observa que
una familia se alimenta bien, tiene buena ropa, buena casa, están contentos, se vive en
armonía y se tiene éxito en el trabajo, sea en la agricultura, en el comercio o como
funcionario. La causalidad señalada es similar a la que se ha documentado en la etnografía
realizada en Los Altos de Chiapas. Al respecto resalta que al parecer, a diferencia de lo que
sucedía en el pasado, en la actualidad es posible contrarrestarla y disfrutar lo que se tiene
sin tanto temor, siempre y cuando se cuente con la protección que pueden brindar las
deidades de la Iglesia de pertenencia.
El que envidia vive precisamente en condiciones opuestas, carece de todo. El que
envidia generalmente no se esfuerza por salir adelante y «hablan mucho y nos desean mal»,
de ahí es que viene dicha enfermedad.
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Jaime Tomás Page Pliego
Cuando el problema no es muy grave es posible curarlo con hierbas, pero por lo
general precisa de la intervención de un ch’abajel.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Entonces, el ch’abajel se puso muy bravo diciendo: «¿Quién será que está metido en este cuerpo? Si
lo supiera tendría que chicotearlo, porque no deja en paz a este cuerpo. Si ahorita no se calma me
voy a ver con él, aquí nadie se mete conmigo, que me dejen curar en paz a este pobre hijo de Dios».
Era cierto de lo que dijo, porque al rato se calmó la enfermedad ya cuando pulsó su mano
sintió que ya se estaba quitando la enfermedad. Era muy cierto porque ahí mismo estábamos viendo
que el enfermo se puso contento y empezó a comer. Así hacen la curación cuando es mal echado, ese
es el trabajo del ch’abajel.
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Jaime Tomás Page Pliego
LA FORMACIÓN Y EL TRABAJO
FORMACIÓN E INICIO DEL TRABAJO
Formación en el seno familiar
Por lo general el aprendizaje del arte de ayudar a curar es directo, con algún familiar, ya sea
el padre, la madre, algún abuelo, compadre o padrino, conocedores de la materia médica y
de estrategias diagnósticas y terapéuticas; conlleva años de observación, ayudantía y
práctica asistida. En este proceso de formación, digamos formal, también participan otros j-
poxtawanejetik de la zona, en general a través de específicamente recomendar una planta o
procedimientos para el tratamiento de distintas enfermedades:
… pero nadie conocía esa medicina, solamente un viejito que vive un poco lejos de aquí, suegro de
mi tío mayor que se llama Ramiro. Mi tío Ramiro aprendió a usar la planta con él y luego él me
enseñó a mí, diciéndome así: «Mira esto, hermano, yo tomé esta planta, mi suegro me enseñó que es
medicina, es muy buena para esa enfermedad».
Una vez que mi difunto papá se salió a cortar hongos amarillos, de esos que se llaman k'antsu que
crecen encima de los troncos de los árboles muertos; según contó, él estaba cortando el k’antsu y allí
sobre el tronco estaba la culebra y le mordió la mano. De eso por poco muere mi papá, yo creo que a
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
él le tocó más fuerte que a mí, o tal vez fue que lo mordió en la mano del lado del corazón y la
medicina que conocemos no le hizo efecto, por eso por poco se muere. Tuvimos que llevarlo más
abajo, cerca de Cancuc. Allí le llegamos a hablar a un viejito. El mamtik nos dijo: «Ja, esa es muy
peligrosa, pero lo vamos a curar». Y se fue a cortar las plantas. Nos enseñó cómo se preparan y con
eso fue que mi difunto padre llegó a sanar. Entonces de allí es que conocemos esa otra clase de
planta que sirve mucho para curar diferentes clases de mordeduras de culebras. Hay: jil te', k'anal
tz'ik, yaxal tz'ik y k'ixin ja'bal, estas son las medicinas que sabemos que sirven para curar la
mordedura de culebras.
Bueno, cuando todavía estaba yo chico, mi mamá y mi papá siempre me decían que yo mirara cómo
curaban a sus enfermos. También me dijeron que conociera bien las plantas o hierbas que usaban
para curar las diferentes clases de enfermedades que atacan tanto a la gente grande como a los niños.
Por otro lado, algunos jóvenes cuya vocación los inclinó hacia la práctica médica, pero
carecían del recurso del aprendizaje en el seno familiar, aprendieron las artes del
diagnóstico y el tratamiento a la manera biomédica, en cursos expresamente impartidos ya
por diferentes grupos religiosos, instituciones gubernamentales u organizaciones no
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Jaime Tomás Page Pliego
Bueno, yo aprendí de curar hasta que me casé con mi mujer, creo que tenía como 25 años cuando
empecé y ahora ya tengo 64 años, y ahora como mis padres murieron y como me enseñaron antes de
que se murieran, o sea si hay calentura, fuego en la boca de los niños y otras más que curaba mi
difunto papá, entonces allí lo vi todo, y cuando se murieron yo mismo empecé a hacer la prueba de
curar y los enfermos sanaron, allí seguí curando a los enfermos, y así poco a poco fui aprendiendo
más, ya que estamos en una organización. Allí llegamos a aprender más porque hay mucho
intercambio de experiencia. También participamos en los cursos que imparten algunas instituciones
de San Cristóbal o en otros lugares, allí llegamos a conocer más plantas medicinales y cómo tratar
más enfermedades. Ahorita mi esposa, que es yerbatera y sabe curar toda clase de enfermedades,
atiende a los enfermos cuando no estoy, no es necesario que yo esté.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
general estos preparados son producidos en las organizaciones y distribuidos entre sus
socios.
La edad promedio en que los j-poxtawanejetik inician su trabajo etnomédico es
entre veinte y treinta años, que es cuando ya se cuenta con suficiente conocimiento. Al
considerar estas edades de inicio y los comentarios al respecto, el promedio de años de
aprendizaje al interior de la familia varía entre cinco y diez años.
Formación onírica
Los procesos de formación e iniciación onírica característicos de los mayas de Los Altos de
Chiapas se presentan en mucho menor medida entre los tseltales del municipio de Oxchuc y
también de manera muy diferente, siendo pocos los ch’abajeletik y los poxtawanejetik que
pasan por dicho proceso.
Las razones de la disminución de la revelación onírica como parte de la formación y
de la revelación divina estriban por un lado en las características arriba señaladas de la
etnomedicina en Oxchuc y, por otro, de mayor relevancia en la actualidad, la feroz
satanización de que ha sido objeto por más de medio siglo, sobre todo por los que se han
adscrito al protestantismo, bajo la idea de que «quien pone los sueños es el Diablo». Sin
embargo, los que reconocen que sueñan también exponen argumentos tendientes a
desvanecer dichas aseveraciones.
A diferencia de lo que sucede en otros municipios a través de la revelación onírica,
los j-poxtawanejetik solo reciben plantas medicinales, no se les revelan cantos-rezos ni se
les lleva a hacer recorridos por la geografía del mundo otro, como aún sucede entre los
tsotsiles de Chamula y Chenalhó (Page 2005: 305). Los rezos y diversos ensalmos en todo
caso se aprenden escuchando a los familiares que los realizan:
Bueno, la señal que recibí son las hierbas que ahora doy: «Estas son las plantas que te van a servir
para curar». Así me llegó a decir un viejito en mi sueño. Entonces, le di a un enfermo para probar si
era cierto lo que me dijeron en mi sueño y sí lo era porque al enfermo se le quitó la enfermedad. Allí
comprobé que es cierto lo que me viene a decir, porque cuando sueño es como que estoy despierto
cortando las plantas junto con la persona que me está enseñando. Por eso cuando al otro día despierto
bien que recuerdo y es cierto que veo las plantas que me mostró por todo el campo.
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Jaime Tomás Page Pliego
Así fui aprendiendo más. Pero no sé si es Dios el que se nos presenta en nuestros sueños,
eso es lo que no sé de esa persona.
Otra característica es que la revelación onírica solo se presenta en aquellos que dedican un
tiempo considerable a la oración. Como se verá más adelante, en las narraciones destaca
cómo la deidad reconoce la dedicación religiosa del soñante y constituye la razón más
importante para la revelación.
La cantidad de sueños que se reciben como parte de la formación es variable. El
promedio es tres o cuatro sueños.
Pero solo me faltaba que yo le pidiera a Dios para que me diera fuerza y para que también yo tuviera
el valor de curar. Ya era yo grande cuando llegué a rezar ante Dios, y le pedí así:
«Dios! Será que me puedes ayudar, darle valor a mi corazón para que yo entre a curar a mis
hermanos que tanto están sufriendo por la enfermedad, ya que yo tengo muchas ganas de curar como
lo hacen mis padres. Por eso, Dios mío, yo quiero que me des la voluntad y la fuerza para que yo
tenga la fuerza y el valor de curar con las plantas que he aprendido por mis padres. Y también te pido
un gran favor, que me des una gran bendición cuando use las plantas, ya que Tú las has mandado a la
tierra para nosotros, Tú las has sembrado para que nos sirvan y para salvar nuestros ch’uleltik». Así
le pedí a Diosito.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
algún enfermo, pero lo más frecuente es iniciar el trabajo administrando tratamiento a algún
familiar: esposa, hijos, padres.
Invariablemente lo que apuntala a quien se inicia en el trabajo etnomédico es el
éxito acumulado en las distintas intervenciones, por lo que en la mayoría de los casos la
consolidación como terapeuta lleva varios años.
J-POXTAWANEJETIK
J-TAM’ALAL, PARTERA
Entre las j-tam’alaletik la forma de aprender varía de una a otra, hay quienes han recibido
el mandato a través de la revelación onírica, o lo han aprendido acompañando a la madre o
a la abuela que han fungido como parteras en la familia y la comunidad. También las hay
que han aprendido en cursos impartidos por las instituciones biomédicas. Incluso hay
quienes han tenido que atender un parto de urgencia por no encontrarse nadie capacitado
para hacerlo y a partir de eso han iniciado su labor como parteras.
El mecanismo más favorecido para darse a conocer como partera es el de vigilar el
propio embarazo así como atenderse del parto sin ayuda, proceso que a la vez le sirve a la
futura j-tam’alal para corroborar lo que de «teoría» ha aprendido a través de la observación
y de escuchar a sus mentoras. Así, durante el primer embarazo y antes del parto se tocan y
acomodan a su bebé:
Pues aprendí cuando tuve mi primer hijo, o sea que yo misma me atendí, yo no busqué partera
durante mi embarazo, yo sentía cómo estaba colocado mi bebito adentro de mi cuerpo. Cuando
cumplí los 9 meses de embarazo preparé todo lo que iba yo a necesitar para mi alivio y con la ayuda
de mi esposo me alivié sin problema. Allí vi que era fácil atender los partos. Claro que antes vi cómo
los atendía mi mamá, pero nunca me ocupé de practicarlo, ni siquiera toqué a alguna mujer
embarazada, aunque mi mamá me decía que lo aprendiera pero no quise. Mi mamá era buena partera
y seguido le estaba llegando visita para los partos.
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Jaime Tomás Page Pliego
terapeutas responde, entre otras cosas, al amplio rechazo de que son objeto los ch’abajeletik
por parte de algunos católicos, y en general por los protestantes, y otra de gran peso y de
continua mención de parte de los j-poxtawanejetik es que las plantas además de que no
tienen ningún costo, en comparación con lo oprobioso y por lo mismo inaccesible de los
medicamentos de farmacia, son más efectivas que estos y suficientes para resolver la mayor
parte de los problemas que aquejan a sus pueblos.
Es decir, el j-ak wamal y las plantas que ofrece se constituyen en la solución por
excelencia para los pobres. Razón de más para coadyuvar a la conservación de dichos
recursos, a la preservación e incremento del conocimiento respectivo y a la denodada lucha
que se realiza en contra de las compañías farmacéuticas que pretenden apropiarse de los
recursos y los conocimientos a través de la bioprospección.
A todo aquel que solicita aprender se le enseña, pero particularmente se intenta
traspasar el conocimiento de generación en generación en el seno familiar.
Indefectiblemente, cuando el hierbatero realiza su trabajo inicia con una petición a
la deidad celestial, en el sentido de pedir permiso y fuerza para lograr con eficacia la
curación del enfermo.
CH’ABAJEL, PULSADOR
El ch’abajel es el que puede ver-escuchar a través del pulso, tiene yu’el, poder, y conoce las
oraciones precisas para erradicar el ak’chamel, para apoyar a los enfermos cuya causa es el
castigo de las deidades celestiales y secundarias, y ayudar a obtener la protección divina
mediante la celebración del Yomel, ceremonia de protección sobre cuya descripción nos
extenderemos más adelante.
La presencia del ch’abajel en Oxchuc es relativamente baja, de los informantes de
este proyecto solo una mujer se declaró como tal. Su mínima incidencia se debe a la
persecución de que fueron objeto a partir de los años veinte del siglo pasado y al estigma
que desde el ámbito cristiano se cierne sobre ellos. Incluso, considero que varios de los j-
poxtawanejetik, sobre todo aquellos que han tenido acceso a la revelación onírica, no se
declaran como tales debido a la razón señalada, como en el siguiente caso:
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Debido a que estamos predicando la palabra de Dios de católicos, por eso ya no creemos en los
pulsos de los ch’abajeletik, solamente nos curamos con las plantas y por medio de la bendición que
le pedimos a Dios. Solamente mi compadre Pedro sigue con la costumbre de ch’abajel, pero nosotros
ya no creemos mucho, solamente cuando ya está muy dura la enfermedad en que ya no le hace caso a
nuestras plantas, entonces sí tenemos que salir a buscar a los que saben hacer el Yomel o el ik’ xiwel,
que son los únicos que pueden llegar a sanar al enfermo. Esto hay veces que nos pasa con nuestros
familiares, pero eso no me ha pasado todavía ni a mí ni a mis hijos. Además, hay veces que los
catequistas nos vienen a rezar para pedirle a Dios que sane a los enfermos. Eso es lo que pueden
hacer los hermanos.
Bueno, cuando empecé a atender mis pacientes, tenía yo como 25 años, ya era yo mujer grande, ya
que cuando llegaba a visitar a mi papá él me enseñaba cómo curaba a los enfermos. Me estuvo
enseñando como cinco años; ya cuando cumplí treinta años me dijo que fuera a hacer mi primera
prueba curando a un enfermo:
—-Ahora, hija, anda a hacer tu primera prueba de curar. Encontré un enfermo por allá que ya está
muy grave y quiero que tú primero hagas la curación. Ahora, si no puedes, entonces me voy atrás de
ti —así me dijo mi papá. Entonces me fui a ver al enfermo, cuando llegué a revisarlo lo que primero
encontré fue la enfermedad del espanto que logré curar yo misma. Allí fue donde empecé a curar a
los enfermos, ya que con eso la gente supo de mí.
La segunda curación que hice fue porque mi papá tomó trago y ese mismo día tenía
compromiso de ir a hacer la curación del Yomel, entonces me volvió a decir que yo fuera a cubrir la
curación: —¡Anda, hija! Anda a hacer la curación de Yomel ya que yo no puedo ir, pero tú sí puedes
pues ya te enseñé. Entonces, allí me fui a hacer el Yomel, que era para un niño, y con eso se curó.
Así fue que aprendí a curar las dos clases de enfermedades que son muy difíciles de curar, y
fue gracias a la enseñanza de mi difunto padre.
También se señala que aunque los rezos no son entregados a través de la revelación onírica,
durante su ejecución, las palabras son puestas por Dios en la boca de los celebrantes:
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Jaime Tomás Page Pliego
Pues creo que es el mismo Dios que nos da en nuestra boca la forma de hablar, de rezar a los
enfermos, ya que el mismo Dios nos mandó del cielo nuestros ch’uleltik para vivir en la tierra y
también mandó gente que sean curadores para salvar la vida de los enfermos cuando sean atacados
por malos ch’uleltik o por el castigo de Dios de los que no obedecen el mandato de Dios. Por eso yo
creo que Dios así nos dio la fuerza en nuestra cabeza, para que seamos ch’abajeletik para salvar a
nuestros hermanos, ya que si así nomás queremos aprender los rezos que se hacen para curar a un
enfermo, no se puede aprender ya que no podemos captar todo lo que se reza a un enfermo muy
grave, porque cada enfermedad lleva rezos y curaciones diferentes. Por eso todos los compañeros
que saben curar se los han mandado los dioses desde el cielo, para que sean ch’abajeletik como yo
… yo aprendí las medicinas de mis padres, pero los rezos así nomás me vinieron a la mente. Claro
que escuché un poco como rezaba mi papá a sus pacientes, pero no podía aprender todo. Pero con la
ayuda Dios, aprendí solita.
Otro j-poxtawanej señala en el mismo sentido lo siguiente: «Y además tuve que aprender y
escuchar todo el rezo de mi papá, cuando les rezaba a los enfermos, hablándoles a los
dioses para pedirles que sanaran la enfermedad».
Contar con suficiente yu’el es fundamental para que los ch’abajeletik de Oxchuc
puedan realizar su trabajo con suficiencia. En el pasado se pensaba que conforme la
persona envejecía se iba haciendo portadora de mayor yu’el. En la actualidad, están
convencidos de que conforme se envejece la capacidad para ayudar a sanar decrece, lo cual
está indefectiblemente ligado a las limitaciones corporales que se van estableciendo, entre
las que destaca el que gradualmente se va instalando la dificultad para recorrer grandes
distancias ya sea en busca de materia médica o sagrada, trasladarse a las casas de los
enfermos y recordar los ensalmos a cabalidad.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Sinonimia tseltal:
Ak’huamal. Hierbatero
Ch’abajel. Pulsador-rezador
Jpoxtawanej. Médico
Jtsac’bak. Huesero.
Tam’alal. Partera (o)
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Jaime Tomás Page Pliego
EL TRABAJO
Quien está en dos corazones no puede ayudar, y si el j-poxtawanej está enfermo, tampoco.
La recuperación de la salud tiene que ver con un acto de contrición y entrega en el que no
hay cabida para la duda.
A mis pacientes los tengo que interrogar para que me digan todo que han hecho durante su vida,
cuáles son sus delitos, para que así yo se lo pase directo a Dios Padre y a todos los Santos.
Entonces, empieza a decirme todo lo que ha pasado en su vida, qué maltratos les ha hecho a
las personas que le pusieron la enfermedad. Ya que sé eso, entonces empiezo a rezar. Al primero que
le hablo es al señor Santo Tomás, porque él es el que ayuda a todos; también al Sol, que ve todo lo
que hacemos cada día; también a la Luna que es Virgen, y a ella le hablo porque nos ve y nos cuida
durante la noche. Así hago mi trabajo cuando la enfermedad viene por mal echado.
En segundo lugar están las preguntas relacionadas con lo que experimenta y siente el
paciente, lo que coadyuva a establecer el diagnóstico.
Observación
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Sueño y pulsación
Los que sueñan refirieron que las revelaciones oníricas que reciben al iniciar su labor de
ayudar a curar se les presentan con mayor frecuencia. Más adelante, solo las reciben cuando
se presentará un enfermo con algún problema ya complicado o sobre el que no han recibido
conocimiento previo:
Bueno, cuando empecé a aprender a curar con las plantas los sueños me venían una vez cada mes, en
donde me mostraban cuáles son las plantas para curar una enfermedad, eso es lo que me mostraban
en mi sueño. Además yo creo que Diosito me daba los sueños porque cada día me preguntaba por
qué veía que había muchas enfermedades en mi paraje, por eso soñaba yo seguido al año. Ahora ya
no sueño mucho de las plantas porque ya sé de todas las clases, ahora lo que sueño más es en los
pacientes que vienen a pedir la medicina, porque ya vieron en todas las comunidades que yo sé curar
diferentes enfermedades y las sano bien, por eso la gente me busca mucho. Así es mi trabajo como
médico tradicional.
Pues esto no todo el tiempo lo sueño sino que tiene horas y días, eso pasa cuando me va a
llegar algún enfermo bien grave. Además no hacía la curación yo solo, había alguien que me
ayudaba. Me decía: «No tengas miedo, mamtik, yo te voy a ayudar en todo». El mamtik se llama
Ch'ix naj, pero se fue a vivir por Ocosingo.
… fue cuando tenía un enfermo bien grave, pensaba mucho cuáles hierbas le iba a dar. Además, le
hablaba yo a Dios para que me diera la bendición para sanar al enfermo. Entonces, esa noche soñé,
vino un señor bien vestido que me dijo: «¡Ay, hijo! Vine a ver tu enfermo, porque vi que tanto te has
preocupado y me has recordado. Por eso vine a ver cómo está el enfermo para que ya no sigan
sufriendo sus padres. Mira, fíjate en esta hierba y vete a buscarla en el campo. Se la das a tomar y
con esa vas a ver que se le quita la enfermedad». Entonces, como en mi sueño me fijé bien cuál era la
planta, al otro día me levanté muy temprano, y sin platicarle a mi esposa qué cosa soñé me fui a
buscar la planta. Luego la encontré, y ya que no me olvidé de lo que me enseñaron en mi sueño.
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Así fue que la traje a hervir. Después, cuando ya estaba, primero probé si era amarga, pero
no estaba muy amarga, entonces le di a tomar a mi enfermo. Al otro día se empezó a levantar y así
llegó a vivir.
La sangre de nuestro cuerpo circula por dos tipos de venas, en la primera circula pura sangre roja, en
la segunda circula sangre medio verde. Donde tengo que pulsar es por donde circula la sangre roja,
para saber cómo está el movimiento y cómo está trabajando el corazón, porque si está circulando
muy rápido esto quiere decir que el paciente se está poniendo muy grave, con eso de inmediato me
pongo a trabajar y luego ya siento que sí podré sanar a ese enfermo. Ahora, cuando se siente que la
sangre ya no está circulando bien, entonces quiere decir que la persona ya está para morir, entonces
ya solo me pongo a hacer un acuerdo con los padres del paciente, les digo que todavía voy a tratar de
curar con mis hierbas, entonces los padres todavía lo piden como un gran favor.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
que siempre la narración remite a la ayuda o referencia de un tercero ya para librarse de los
ataques o para narrar eventos. Reconocer, en Oxchuc, que se es poseedor de lab, es atentar
contra la propia vida:
También siempre tengo enemigos que me quieren tumbar porque sé pulsar. ¿Pero qué voy hacer, si
yo no pulso la mano del enfermo cómo voy a saber qué clase de enfermedad es la que tiene? Claro
que no uso velas para la curación solamente puedo salvar a los enfermos con hierbas. Pero los
enemigos creen que soy malo y por eso siempre me están acechando para que me muera, pero ya no
tengo miedo porque tengo más amigos que enemigos.
Los j-poxtawanejetik no han perdido del todo su papel sacerdotal, ayudar a curar implica
estar bajo el poder de Dios, sea cual sea la forma de trabajar, es preciso encomendarse y
conminar a los enfermos y su familia a hacerlo. El j-poxtawanej Marcos lo hace de la
siguiente manera:
Así entonces empiezo a hablar, a pedirle perdón a Dios Padre: «Dios Padre, Tú eres el que nos guía
en nuestros caminos y nos cuidas en todo lo que hacemos, Dios mío, ahora yo quiero que me ayudes,
Dios Padre, quiero que me des tu poder, Dios Padre, para que juntos curemos a tus hijos Señor mío,
ya que siempre te estoy recordando. Dios Padre, porque si lo hago yo solo que tal si no sanó sin tu
poder, Dios mío. No hay otra cosa que decirte, solamente quiero que me ayudes a curar a este
enfermo, porque ya está llorando ante mi vista Señor mío, ya sus familiares están muy preocupados
porque no lo quieren perder, por eso me están pidiendo el gran favor de que lo salve, Dios mío. Pero
yo solo no lo puedo salvar porque yo también soy pecador en el mundo, pero si me das tu poder y la
bendición ante el enfermo yo lo voy curar con mis plantas medicinales, a ver si lo salvamos con eso
ya que ya está muy grave, Dios mío».
Así le pido al Dios, por eso no estoy solo nada más para curar, sino que allí va a estar
también el poder de Dios Padre que está en el cielo y en la tierra.
Pero la verdad, los que nos llevan los mensaje son los santos que vemos en las imágenes,
ellos son las que traspasan todo de lo que pedimos.
Ahora, cuando el enfermo sana por efecto de mi curación, entonces tengo que darle las
gracias a los dioses, porque ya me ayudaron a sanar al enfermo, no solo así nomás dejo que salga el
enfermo de mi casa sino que otra vez tengo que hablar con los dioses, para que lo acompañen en su
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camino, porque los diablos siempre están rodando por todas partes. Por eso para que al enfermo no lo
dominen en medio del camino tengo que pedir.
YOMEL
Una de las ceremonias más importantes para la protección y cura de las enfermedades en
que intervienen deidades es el Yomel que, desde la tradición, se realiza para pedir en
primera instancia protección divina y también curación.
El primer Yomel se realiza aproximadamente a los tres meses de edad. El beneficio
que provee una ceremonia tiene una duración de entre dos y tres años, por lo que debe
realizarse periódicamente.
Durante la ceremonia de Yomel, de Yombil, «puesto su flor en el altar», un grupo de
ch’abajeletik hace peticiones para salvar-proteger a la persona por quien se realiza. El ritual
no se lleva a cabo por petición sino que el pulso del candidato o afectado indica el
momento en que es necesario que el ch’abajel proceda.
El Yomel está presidido por tres ch’abajeletik, acompañados en rigor por un grupo
de música tradicional. En la actualidad, debido a los altos costos, el grupo musical ha sido
sustituido por un aparato de música que reproduce una cinta o un disco con la música
requerida. Solo los que cuentan con el recurso económico hacen la contratación. Una vez
que termina el canto-rezo los asistentes bailan.
El Yomel es un ritual complejo que va más allá de un simple canto-rezo y ofrenda,
más bien se asemeja a una celebración en la que participa un grupo que excede a la familia
y que consta de cuatro etapas.
Primero se realiza un canto-rezo con ofrenda de velas grandes, flores y copal, en la
casa de la persona a la que la ceremonia está destinada. A dicho altar se agregan las plantas
medicinales que están destinadas a ser ingeridas en caso de que la ceremonia sea para
ayudar a sanar a un enfermo. El mismo proceso se repite en la ermita del paraje y en el
templo dedicado a Santo Tomás. Por último, el grupo regresa a la casa donde inició el
Yomel, donde se realiza una comida.
La complejidad de la ceremonia y la cantidad de personas que a esta asisten, aun sin
la contratación del grupo de música, representa un gasto oneroso que incluye gran cantidad
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Los que saben el Yomel presentan nuestro nombre con el Dios para que así nos tome en cuenta y nos
ayude para que no nos enfermemos. Entonces, nos rezan, queman velas y copal para que así nos
tomen en cuenta los dioses, esto quiere decir que van a entregar el ch’ulel directamente con el Dios
Padre. Lo entregan por medio de tu nombre para que así lo tomen en cuenta en las listas que los
dioses tienen. Así no te enfermas tan fácil, ni el Diablo ni los ak’chameletik te pueden dominar, ya
que el Dios te ayuda a salvar tu vida. Por eso es necesario que los ch’abajeletik hagan el Yomel, para
que Dios reconozca al espíritu y tengamos más larga nuestra vida. Por eso sirve de hacer eso.
Para que el Yomel surta efecto es preciso que todos los asistentes «estén en un solo
corazón», es decir, que no debe de haber desavenencias ni rencillas, «todos contentos».
Cuando es así, las velas se consumen al mismo tiempo y sin que caiga el pabilo. Cuando así
sucede, es signo de que la ceremonia rendirá el resultado esperado, lo que es posible
observar conforme avanza el evento.
PAGO
Por lo general los j-poxtawanejetik no acostumbran pedir dinero ni otra cosa como
retribución, sino que esto más bien queda a voluntad de la familia del enfermo, sin embargo
existe ya la tendencia, al decir de los j-poxtawanejetik, de cobrar incluso cantidades que
resultan exorbitantes.
En las tendencias, el pago con dinero empieza a predominar por sobre el pago en
especie —maíz, frijol, haba, refresco, pox o chicha—, considero que una de las razones
estriba en que en la actualidad en las formas de reproducción social predomina el trabajo
asalariado:
Hay algunos que sí piden directo como pago por la pérdida del día, piden de veinticinco hasta
cincuenta pesos, pero eso yo nunca lo he hecho, porque me duele mucho hacer eso con los hermanos
pobres, ya que las plantas no las tenemos compradas ni las tenemos sembradas, sino que la tierra lo
carga todo, por eso esas medicinas no se pueden vender porque nos puede castigar Dios, porque ellos
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directamente ven que lo usamos para ayudar a los hermanos y con eso nos dan más bendición a
nosotros como curadores.
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Capítulo 5
CONSIDERACIONES FINALES
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Dicho enfoque se trasformó radicalmente a partir del segundo tercio del siglo XX al
sustentarse por parte de la autoridad eclesiástica la modalidad «Nueva Iglesia» —u opción
por lo pobres—, que reivindica la resistencia étnica y la lucha por la recuperación de la
tierra, así como otros recursos y espacios de que han sido sistemáticamente despojados los
pueblos originarios. A lo anterior, se suma el inicio del intenso trabajo realizado por la
Iglesia presbiteriana.
La acción de ambas Iglesias generó en Oxchuc en el corto plazo cambios
significativos en la dinámica sociorreligiosa y organizativa a través de la imposición de
elementos culturales y religiosos, cuyo control es ajeno al grupo.
Así, debido a los radicales cambios que en materia de religiosidad se presentaron a
partir de la década de 1940 y a la particular historia del municipio, Oxchuc constituye en el
ámbito de Los Altos de Chiapa una excepción.
Creo que en ningún otro municipio con predominio de población originaria es
posible observar un impacto tan fuerte tanto en lo que corresponde a la dinámica
sociocultural como el ocurrido a la cosmovisión, misma que de por sí, en relación con la de
los otros grupos mayas de Los Altos, se muestra, como reportó Villa Rojas (1995a: 530),
muy lejos de la complejidad religiosa documentada, ya que se sustentaba en el control
social por coacción que ejercían algunos de sus miembros, aquellos que se supone
detentaban poder sobrenatural, yu’el.
174
Jaime Tomás Page Pliego
apunta hacia una reelaboración del mito judeocristiano y otro que retoma fragmentos del
Popol Vuh. Mismos que en algún punto se imbrican para dar coherencia al todo de la
cosmovisión que detentan los oxchuqueros católicos.
Es mi parecer que las reelaboraciones más amplias e importantes del mito de
creación entre los oxchuqueros, por su profundidad, datan del segundo tercio del siglo XX,
a partir de lo cual, al igual que entre otros pueblos originarios de Los Altos de Chiapas, han
ido sufriendo incesantes actualizaciones en respuesta a la constante trasformación
socioeconómica y religiosa a que se han visto sometidos. Hacemos referencia, entonces, a
un periodo aproximado de sesenta años, en el que el grueso de las actualizaciones se suscitó
durante los primeros diez, entre 1940 y 1950, es decir, después del inicio de la actividad
religiosa de presbiterianos y católicos pertenecientes a la corriente de la Nueva Iglesia. Y
señalo ambas vertientes religiosas porque a pesar de que el grupo con el que se ha trabajado
se adscribe al catolicismo, las dinámicas sociales que implican intercambios constantes
entre los grupos sociales llevan consigo el intercambio de mensajes y diálogos cuyas
tensiones se dirimen en la construcción del consenso; creación de cultura, diría Bonfil.
En el devenir señalado, necesariamente se han visto afectados la estructura y los
contenidos de las representaciones sobre el origen. Esto, visto desde la perspectiva de la
«hipótesis de núcleo central», que Abric (2005: 415) propone, retomando a Moscovici en el
sentido de que los elementos que lo constituyen dan «… su significación y sentido a la
representación» (Abric 2005: 414) y de que su «… transformación provoca un cambio
radical de la impresión» (Abric 2005: 417), ya que por ser la representación del origen la
evidencia primaria, la base sustentadora de la realidad, la realidad misma, su trasformación
genera una diferente categorización e interpretación de los elementos que se le subordinan
y a los que da sentido; lo que concomitantemente coadyuva a la trasformación de las
prácticas, al operar esta representación primaria como guía soberana de la acción en todos
los terrenos.
En un trabajo realizado entre los tsotsiles de Chamula y Chenalhó (ver Page 2005),
sostengo que el elemento más importante en la representación del origen entre los mayas de
Los Altos de Chiapas, lo cual aplica también para Oxchuc, está referido al hecho de que la
presencia humana es el único motivo de toda la creación, no por estar aquélla precisamente
175
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
constituida por una naturaleza excepcional, sino por el propósito específico de que se ocupe
principalmente de nutrir y adorar, mientras que todo lo que le circunda en la naturaleza
existe para proveer dicho nutrimento y el de la humanidad.
En su concreción, el incumplimiento de dicho mandato se traduce, dependiendo del
carácter de la falta o «delito», primero en diferentes formas de infortunio que van desde
afectar el patrimonio y la producción, a la salud del individuo y la familia, y de ahí a la
comunidad y a toda la humanidad. Y en segundo, el extremo, la muerte del individuo y la
apocalíptica idea de la destrucción de la humanidad.
Sin embargo, el resultado de los cambios que se suscitaron a principios de la década
de 1940 en la actualidad se traducen, en el caso de los católicos de Oxchuc, en el
surgimiento de una forma de ver y vivir el mundo en la que si bien están presentes
elementos de la cultura previa, gradualmente van predominando los que se les han ido
imponiendo a través de la doctrina religiosa,22 que a su vez se refleja en las prácticas
religiosas y sociales, para el caso las relacionadas con la etnomedicina.
Así, nos topamos por un lado con un mito de origen en el que predomina una
sacralidad judeocristiana sumamente reelaborada, entremezclada con elementos de origen
prehispánico, sobre todo en lo que toca a la noción de persona; así como elementos que son
comunes en la actualidad a otras cosmovisiones de la región, por ejemplo, la temporalidad
celestial referida a los días que «…está abierta o cerrada la puerta del cielo», y aspectos de
la estructura y dinámica celestial, como por ejemplo la entrega de ofrendas con motivo del
cumplimiento del mandato primordial que ordena nutrir y sostener a la deidades.
En éste se sitúa el origen de la tierra a partir de la orden divina de que surja del
fondo del mar para ser depositada sobre cuatro pilares, que en la representación social
operan más como soporte de la idea de que en el momento en que Dios se canse de la
22
Entre otros autores, Aramoni-Calderón hace hincapié, como se muestra en la siguiente cita, en los
permanentes intentos por parte de la Iglesia de desmembrar los cultos prehispánicos: «He mencionado en
páginas atrás que durante el proceso de conquista uno de los objetivos fue la aniquilación de la alta jerarquía
política y religiosa de los pueblos mesoamericanos, asimismo, ejemplifiqué cómo fueron perseguidos por los
religiosos aquellos sacerdotes indios que trataban de mantener vivos los antiguos cultos. Y si bien esto
sucedió sobre todo en las ciudades y pueblos grandes, he señalado también que en los pequeños poblados y en
aquellos alejados de los centros de control hispano, sobrevivieron los sacerdotes aldeanos, los especialistas
del ritual, quienes tuvieron mayores posibilidades de transmitir sus conocimientos a la comunidad (1992:
341).
176
Jaime Tomás Page Pliego
humanidad, a través del derrumbe de dichos pilares, puede hacer que la tierra se inunde
volviendo al fondo del mar. Razón de más para cumplir a cabalidad con los mandatos
divinos. Elemento claramente previo a la acción católica, sobre el cual no me atrevería a
afirmar un origen prehispánico, pero que ha sido referido por Holland (1963: 92) de la
siguiente manera:
Los tsotsiles conciben el mundo cuadrado; el cielo y la tierra están unidos en las esquinas. Los Kuch
Vinajel-Balumil son los dioses de las cuatro esquinas que sostienen el mundo en sus hombros. Su
más ligero movimiento produce temblores y aun terremotos.
En este sentido, se nos presenta lo que en el trabajo se designa como «mito alternativo»,
que hace referencia a una forma diferente si no de destrucción de la humanidad sí de su
desplazamiento del escenario terrestre, y concomitantemente de adoración y sostenimiento
de la deidad celestial, al hacerse mención de la creación de otra humanidad en el cielo,
misma que Santo Tomás se encarga de destruir, comprobando con ello su inutilidad para
sustituir a la que yace en la tierra. Fragmento en que se hace alusión a las primeras
humanidades plasmadas en el Popol Vuh, mismas que fueron destruidas por su incapacidad
para cumplir con el mandato divino primordial. Fragmento situado en el contexto de la
actual estructura celestial, de seres fácilmente exterminables franqueados por deidades del
panteón católico —Dios Tatil y Santo Tomás—, situación a través de la cual permea el
elemento nuclear prehispánico relativo a la capacidad corporal y volitiva para llevar a cabo
el mandato primigenio, pero inscrito en un elemento periférico. Sobre esto Abric (2005:
420) nos dice:
Los elementos periféricos se organizan alrededor del núcleo central. Están en relación directa con él,
es decir, su presencia, ponderación, valor y función, están determinados por el núcleo. Constituyen lo
esencial del contenido de la representación, su parte más accesible, pero también la más viva y
concreta. Abarcan informaciones retenidas, seleccionadas e interpretadas; juicios formulados a
propósito del objeto y su entorno y, en fin, estereotipos y creencias.
177
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
178
Jaime Tomás Page Pliego
sensualidad y la sexualidad. Este concepto del pecado original resurge más tarde cuando se
aborda lo correspondiente a la concepción de Cristo y los hábitos de vida de la Virgen
María y quien fuera su esposo —San José o San Martín—; se resalta que «no cayeron en
pecado» ya que lograron vivir en celibato.
De la misma manera está presente en ambos mitos de origen lo relativo a la
obligación que adquiere el hombre de trabajar, ya como castigo en el mito judeocristiano,
donde además dicha labor implica sufrimiento; mientras que en el mito del Popol Vuh, la
naturaleza representada por los animales que restauran el bosque después de la tala implica
que el orden natural no permite el uso de poderes sobrenaturales para dicha labor, sino solo
y exclusivamente el trabajo directo del hombre. De todas formas queda una especie de
nostalgia por lo que pudo haber sido.
Otro aspecto a considerar es la claridad con que denota la entremezcla de los mitos
cristiano y del Popol Vuh al ser abordada la vida de Cristo, dado que por un lado
constantemente resalta la dualidad Dios Sol-Cristo, Luna-Virgen. De esta manera, como es
narrada su vida, emula, como más arriba se señaló, tanto la acción evangelizadora como de
asistencia a la manera como ha sido llevada a cabo por los agentes de la Nueva Iglesia
católica.
La reelaboración del mito de vida de Cristo/Xun a partir de elementos de ambas
raíces culturales, además en franca descomposición y sustitución por la versión bíblica
impuesta desde el catolicismo, hace énfasis en la capacidad de resurrección inherente al
Xun, así como a su capacidad creativa en el sentido estricto de la palabra, de igual manera
se enfatiza la capacidad para dañar o beneficiar valiéndose de las fuerzas de la naturaleza; y
el principio de que a partir de la destrucción y el caos surge un orden diferente nuevo, que
culmina con el ascenso de éste y su madre al firmamento para establecerse como Cristo-Sol
y Virgen-Luna. Fragmento que es atribuido por algunos de los j-poxtawanejetik a su
intención de alejarse de la tierra debido al fétido olor que los humanos despiden, elemento
recurrente a lo largo de las narraciones míticas.
Un elemento más que destaca de la cosmovisión, ligado al mito de creación
prehispánico, que incorpora elementos de la concepción global sobre el universo, es que a
diferencia de los tsotsiles de Chamula y Chenalhó, que hablan de estratos entre cielo y
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YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
tierra, los oxchuqueros ubican a los habitantes de éstos en los diferentes planetas de nuestro
sistema solar. Las personas que los habitan, por un lado evocan a las humanidades que
fueron creadas antes del hombre de maíz, incapaces de cumplir con el mandato divino; por
otro, la presencia de «enanitos», lo que remite, como en el caso de los tsotsiles señalados, a
una humanidad que fue desplazada de la superficie de la tierra para colocar al ser humano,
con la amenaza velada de que ahí permanecen en caso de necesidad.
En la primera versión, sostenida por la mayoría de nuestros j-poxtawanejetik, se
piensa que la tierra tiene dos estratos: arriba, donde vivimos los humanos, los apóstoles, los
Anjeletic y los enemigos —el Diablo y sus ayudantes—; y abajo, donde viven personas
muy «chiquitas» de pies chuecos y con dioses diferentes a los de la humanidad que vive
sobre la superficie, región a la que los humanos no tienen acceso (Page 2005: 106)23.
Asimismo, en otro lugar de este trabajo señalo:
En Venustiano Carranza se habla de la existencia de enanos que viven bajo la superficie de la tierra,
a los que, como reporta Díaz Salas (1963: 259), se denominan koncave’etik; pixulum. Sobre el
particular se nos dice que el Sol y la Luna en su circuito pasan por esos lugares, pero tan cerca que la
gente va desnuda y tiene que usar sendos sombreros para no ser quemados. Por otro lado, Fabrega y
Silver (1973: 101-102), así como Köhler (1995: 1), señalan que los enanitos son demasiado débiles
para trabajar, se alimentan del olor de las comidas y en lugar de los sombreros que Fabrega
menciona, se cubren la cabeza y la nuca con lodo. Cuando el Sol se encuentra sobre el cenit de
Kolontik, en la superficie de la tierra será la media noche (Page 2005).
En lo que se refiere a la tierra como ser vivo, podemos ver que a través del intenso
proselitismo llevado a cabo los elementos al respecto se han trasformado más allá de lo que
se ha registrado para otros municipios de mayas alteños. El culto que los católicos rinden a
la tierra es de vital importancia. El temor y reverencia que especialmente motivan las
cuevas, como residencia tanto de deidades del bien o del mal, constituye un refuerzo y
recordatorio constante de su presencia, exigencia de ofrendas, necesarias para la buena
producción. Algo que resalta en la cosmovisión actual de los oxchuqueros es menor
presencia —en el discurso— de las deidades de la tierra, los antiguos ajawetik o anjeletik
23
Para Zinacantán, Fabrega y Silver (1973: 25); para San Pablo Chalchihuitán, Köhler (1995: 1).
180
Jaime Tomás Page Pliego
para los tsotsiles de Chamula y Chenalhó (Page 2005: 140-143), deidades cuya fisonomía,
antes de su sustitución por ángeles, era la de los antepasados, y cuya función evoca la de los
dueños de la tierra entre los grupos prehispánicos. Actualmente esta tarea en parte ha sido
retomada por los apóstoles y diferentes santos que habitan la parroquia de Oxchuc, ahora
son ellos dueños de varios elementos que anteriormente solo eran poseídos y controlados
por las deidades dueñas de cuevas y cerros, lo que constantemente se evoca a partir de
sucesos relevantes para la región acaecidos a vecinos de los lugares.
Las «deidades» de la tierra provenientes del panteón católico son apasionadas,
celosas de sus territorios y recursos, proclives a la envidia, por lo que constantemente se
atacan entre ellas ya para dañarse, ya para defender sus territorios y los recursos que son
para «sus hijos», «su rebaño». Sus armas, como las de las deidades prehispánicas, son los
fenómenos naturales: la lluvia y el viento hechos tormenta, plagas, calor y sequía; si no, las
granizadas o las heladas. Todo ello dependiendo de la época del año. Al respecto, los
humanos no permanecen pasivos, sino que obran ofrendando para agradar y apaciguar al
enemigo potencial de su patrono, así tratan de evitar los enfrentamientos, pero sobre todo
sus consecuencias.
También prevalece el hecho, a pesar de doctrinas, de que se llega a considerar,
como en otros pueblos, al patrón, en este caso Santo Tomás, como más poderoso que las
deidades celestiales, a las que confronta y veladamente reta y derrota, todo en aras de
proteger a sus hijos predilectos, los tseltales de Oxchuc. Como es el caso del intento de
sustitución de una humanidad por otra gestada en el cielo.
El entorno natural y orográfico remite a dinámicas cotidianas ritualizadas de larga
duración y constituye uno de los estamentos prehispánicos más firmemente instalado en la
cosmovisión de los oxchuqueros, mismo que se retroalimenta constantemente a partir del
intercambio que sobre el tema sostienen con los vecinos de otros pueblos, pero ya en su
caso, como ya se señaló, evocando deidades del panteón católico; un elemento más que
distingue el concepto que de estas deidades se tiene respecto a los otros pueblos
mencionados es que aún gozan de la capacidad para infligir castigo, que se aplica, como ya
se comentó, cuando no se ofrecen las correspondientes ofrendas, pero además, en la
181
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
actualidad, cuando se dejan de cumplir los preceptos que han sido impuestos a través de la
doctrina.
Un aspecto cercano al núcleo de la cosmovisión, por su importancia para determinar
la condición de servidumbre, de inferioridad, de subordinación, de relegamiento social y
marginación, no solamente presente en la cosmovisión de los oxchuqueros, sino también en
la de los demás pueblos mayas de Los Altos de Chiapas, es el racismo implícito y explícito
impuesto y que persiste desde la Colonia, que se deja ver a partir de la posición jerárquica y
diferenciada que se guarda entre población originaria, mestizos y blancos: las deidades,
tanto dioses como ángeles, tienen aspecto europeo, se adscriben a la denominada raza
blanca, son rubios, altos, fuertes, barbados, cuya simiente reside en la luz, los cuales
frecuentemente señalan los mayas «parecen gringos». En tanto que los oxchuqueros son
morenos, de corta estatura, de rasgos toscos, como niños —hijos, rebaño— y cuyo origen
es el barro, la tierra.
En su momento, las deidades principales ascienden al cielo, Cristo y Virgen, debido
a que no soportan el olor de la humanidad. Una muestra más de su papel subordinado y de
su existencia solo para atender las necesidades de éstas. Ello, por supuesto, por encima de
sus propias necesidades e intereses. Recursos ideológicos, entre otros, mediante los que se
ha estigmatizado a esta población y que han permeado en lo más hondo de su cosmovisión.
Otro elemento que coadyuva aún más al sometimiento de estos grupos es la
ideologización de infortunios y desastres naturales, sobre todo los que afectan la
producción, dando a estos el sentido de castigo resultado de no atender adecuadamente al
mandato primigenio y concomitantemente a la atención y servicio de los «no indios».
Un tema más que nos ocupa es lo correspondiente a la estructura del mundo, en este
el cielo refleja además de las condiciones de producción reproducción de la sociedad
dominante, abundancia de las cosas de que precisamente se carece. Por ejemplo, los
oxchuqueros hacen mención especial a enormes lagunas e innumerables ríos caudalosos,
reflejo de la gran carencia que padecen de este elemento.
También es posible percatarse de conceptos relacionados con el ideario católico que
evoca la iconografía plasmada en los templos, en sus representaciones se presenta el piso
del cielo como una mullida alfombra de nubes.
182
Jaime Tomás Page Pliego
Pero además resaltan las opiniones que expresan incredulidad sobre la existencia de
un espacio como el que se describe para el cielo, producto esto del acceso que en la
actualidad tienen muchos oxchuqueros a los conceptos que desde occidente vienen sobre el
espacio sideral. Sin embargo, quienes saben expresan que el cielo, entendido este desde el
sentido antropológico de «cielo otro», no es factible observarlo con los ojos, solo los que
pueden ver-sentir a través de la revelación onírica están en posibilidad de acceder a dichos
espacios.
En otro orden de cosas, y como ya se señaló, el municipio de Oxchuc constituye en
el ámbito de Los Altos de Chiapas una excepción, debido además de un devenir histórico
diferenciado a los radicales cambios que en materia de religiosidad se presentaron a partir
de la década de 1940. Si bien esto impactó de manera severa la cosmovisión previa, misma
que de por sí, en relación con la de los otros mayas de Los Altos, se muestra, como reportó
Villa Rojas (1995a: 530), muy lejos de la complejidad religiosa documentada, centrándose
en dinámicas y control social regidas por el poder sobrenatural de algunos de sus
miembros.
Una de las pérdidas más significativas que es posible entrever y que versa asimismo
con la naturaleza del lab —que a lo largo del trabajo han sido complementadas a partir de
los reportes etnográficos de Villa Rojas— encontramos lo específicamente relacionado con
las deidades que dotan de lab protector.
Se menciona que los que serán me’il’tatil son dotados de lab por meteoros, lo que
más bien refiere a la llegada de este como lab, sin explicarse cómo es que llega. Tampoco
se señala de qué manera se alimentan los que tienen lab ubicado del lado del bien o son
protectores, y de naturaleza fría, quienes a excepción de los labetik fuego, relámpago y
meteoro, que no requieren alimentarse por ser de naturaleza extremadamente caliente,
requieren allegarse calor como alimento.
En este sentido, la no diferenciación respecto de los labetik ubicados ya del lado del
bien o del mal, designados generalmente en el discurso como entidades demoniacas, es
producto de la marcada satanización de que han sido objeto lab, quibal y nagual desde la
ideología colonial y neocolonial.
183
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
Sin embargo, aunque en las narraciones no se explicita, salta a la luz que para los
tseltales de Oxchuc, fuera de los labetik dadores de enfermedad, las otras categorías lindan
entre lo perjuicioso y el don o mandato que obliga a la protección del prójimo. Al respecto,
Villa Rojas (1995a: 532) señala: «… Theoretically nagual-owners should use their powers
for the good of the community».
Las comparaciones que se han señalado respecto de la noción de persona tienen
como propósito remarcar la importancia de destacar la particularidad, en contraposición con
la generalización. La búsqueda de diferencias y similitudes en torno a la noción de la
persona entre tseltales y tsotsiles, pero más específicamente las existentes entre los tseltales
de diferentes municipios, resulta relevante a la hora de abordar las características
diferenciales observables en las correspondientes etnomedicinas. De ahí la necesidad de
descripciones exhaustivas no solo de la diversidad de la noción de persona en el área maya,
sino también de los pormenores de la cosmovisión.
EL EVANGELIO
En torno al control social, se emiten una serie de reglas contenidas en el Libro Sagrado y
documentos diversos que se difunden a través del proselitismo realizado por los agentes
religiosos tanto externos como internos —personas de la comunidad cooptadas para fungir
como pastores o catequistas, diáconos, etc.— que tienen por objeto imbuir en la grey no
solo formas de comportamiento social y moral sino también una forma de ver y de vivir el
mundo acorde con la visión dominante.
Respecto de este punto hay que resaltar que si bien se trata de modificar aspectos
fundamentales no se intenta que el indio deje de serlo, de ahí que se refuerza, por ejemplo,
la lengua, a través de textos religiosos traducidos; y se favorece el vestido que
tradicionalmente han utilizado las mujeres. Lo mismo aplica a las prácticas alimentarias
fundamentales, mismas que giran en torno a la milenaria cultura del maíz. Sin embargo,
tampoco se presenta ninguna oposición para la ladinización de los grupos.
Considero que esta estrategia logra aceptación por no pretender, por un lado, que el
grupo incida y de una vez por todas rechace los acercamientos del otro al pretender
despojarlo de su etnicidad, de su raíz. Por otro lado, específicamente crea un halo de
184
Jaime Tomás Page Pliego
Las nuevas comunidades protestantes podrían llegar a ser —contra los propósitos obvios de los
misioneros y pastores— un marco diferente para la continuidad de la civilización mesoamericana, si
quienes la integran se apropian de la nueva religión y la insertan, modificándola, en su propia matriz
cultural, como ocurrió hace siglos con el catolicismo. En este momento, al parecer, lo que predomina
es una actitud de renuncia total al pasado; pero no se puede hacer tabla rasa de la historia ni suplir la
cultura propia de un día para otro.
Otro elemento de resistencia que ha sido posible observar a través de los años es que la
conversión se da dentro de un ámbito de opciones que tienen semejanza, incluso con el
tradicionalismo, por estar presentes en sus representaciones como resultado de la
imposición de cultura y religión desde la Colonia. Por lo cual la adaptación se suscita de
alguna manera en unas cuantas décadas. Además, los elementos de nuevo cuño que son
incorporados, ya por asimilación y reformulación o imposición, no solo les llegan mediante
el discurso religioso, sino de igual manera desde diversos campos sociales como resultado
de las dinámicas propias de los procesos de dominación/subordinación.
Al final, sobre todo en el caso del protestantismo, pero también del nuevo
catolicismo, el cúmulo de elementos religiosos y culturales es controlado por miembros de
la sociedad dominante, aunque de hecho estos sean tseltales, fundamentalmente a través,
185
YOMBIL, «PUESTA SU FLOR EN EL ALTAR»
De este mare magnum se desentraña que es mediante mecanismos no tan complejos que el
colonizador, específicamente el agente religioso, logra el control de los espacios culturales,
decidiendo sobre los distintos aspectos de la religión y de cómo debe organizarse la vida
cotidiana. Esto lo hace deliberadamente sancionando positiva o negativamente los
elementos de mayor fuerza de la cultura a dominar, descalificando y satanizando aquellos
que específicamente chocan y contradicen los postulados en los que se basa la dominación,
y han impactado en el corto plazo elementos del núcleo de la cosmovisión, como fue el
caso de la dualidad bien-mal inherente a las deidades celestiales, que como he señalado en
otros trabajos, modifica toda la estructura en torno a la cual se organiza el servicio y las
prácticas que tiene en cuenta los dos grupos que se conforman como resultado de la
escisión de las deidades en un bando del bien y un bando del mal, prohibiendo toda práctica
social y religiosa que se considere retroalimente positivamente los aspectos que se
negativizan de la cultura a aniquilar, como es el sonado caso del uso ritual del alcohol y los
sacrificios de animales. Y por supuesto, como en Oxchuc, todo lo referente al tz’ilajwanej
—mal echado— o la brujería presente en el contexto mestizo.
Al final, transitaron los tseltales de Oxchuc desde una cosmovisión plagada de entes
que obligaban a la pobreza, por lo que esta no era experimentada como resultado de las
condiciones de vida, más bien lo era como una obligación para evitar el sino de la
enfermedad y la muerte, en que era preciso canalizar los escasos excedentes de la
producción —en el caso extremo en que se tuvieran— hacia el consumo festivo. Si no,
endeudarse engrosando las bolsas de quienes los expoliaban, todo en aras de cumplir con la
ofrenda que anualmente se hacía al santo patrono, hecho que indiscutiblemente repercutiría
«en beneficio de la comunidad» —al menos por lo que toca al desborde lúdico—, cuyo
186
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costo era muy elevado, y al final del cual no quedaba nada para nadie a no ser una resaca
espantosa —con la que sumar puntos para hacerse de una buena cirrosis hepática— y el
sabor de la diversión. Si no, la ilusión de deidades posiblemente satisfechas que proveerían
el nutrimento necesario para ese año. Si no era la fiesta del patrono, el Yomel, o el bautizo,
o la boda, o la celebración anual del Santo que regía la casa; quedaba disponer de la dote
para comprar mujer para los hijos con el correspondiente festejo que la boda requería.
Los oxchuqueros transitaron una cosmovisión resultado de la dinámica propia de la
opresión colonial en la que el aguardiente resaltaba como nutrimento de la deidad y que la
humanidad estaba obligada a compartir so pena de castigo divino, manteniendo al «indio»
ocupado y embrutecido en sus escasos momentos de ocio.
En ese episodio, sobre todo desde la etnografía realizada por los norteamericanos a
mediados del siglo XX, la Antropología coadyuvó a maquillar las circunstancias de vida a
que ha llevado la opresión, cuyo resultado, aun hoy, es una «criatura» atascada en el
tiempo, pero más que nada atascada por la misma sociedad que les impone ideologías que
además de que los fragmentan, les norman la vida de manera muy diferente a la que
tuvieron en el pasado, aunque esta para nada era envidiable, y sobre la que no tienen ningún
control en su producción y desarrollo. Donde los pocos sectores que quisieran verlos
existiendo en otras condiciones no somos capaces de ofrecer otra cosa que modelos
ideológicos que les son ajenos, que los desgastan y al final de sangre y vidas los reduce a
las mismas condiciones de vida o peores de las que se les quería desprender. No en vano ya
Bonfil (1987: 183) nos designó como «misioneros ateos».
Pero eso no es todo con el asunto de la cosmovisión, porque por el lado de lo
positivo ha coadyuvado a la cohesión y sobrevivencia en un mundo con fuertes tendencias
etnocidas. Han sido capaces de articular elementos de esas particulares formas de realidad
para generar estrategias que les han brindado la posibilidad de disfrutar en medio de su
extrema pobreza, en la medida de sus escasos recursos, combatir la enfermedad y la muerte,
logrando mantener si no un estado óptimo de salud sí la fuerza suficiente para preservarse,
desarrollando sistemas médicos coherentes con sus formas de concebir y vivir en el mundo
en las que han incorporado, preservado y sistematizado, a su manera, el profundo
conocimiento que han obtenido del entorno natural, y con ello han logrado curarse y
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