Manejo de Cadaveres en Situacion de Desastres Masivos

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MANEJO DE CADAVERES EN SITUACION DE

DESASTRES MASIVOS.
Recomendaciones
De acuerdo con estos hechos, el Área de Preparativos para Situaciones de Emergencia y Socorro
en Casos de Desastres de la Organización Panamericana de la Salud:

  El cadáver producto de un desastre no constituye un riesgo infeccioso.


  Nunca se debe enterrar a las víctimas en fosas comunes. Bajo ningún punto de vista
se debe proceder a cremar masivamente los cadáveres, en contra de las costumbres
culturales y normas religiosas de la población.

  Es necesario agotar todos los esfuerzos para lograr una identificación de los cuerpos.
 En última instancia, disponer o ubicar los cadáveres en nichos, trincheras o zanjas
individuales. Lo cual constituye un derecho humano básico de los familiares
sobrevivientes.

Manejo de fallecidos

Citlali Carrillo Montes


El manejo de los fallecidos comprende una serie de actividades que comienzan con la búsqueda
de los cuerpos. Su localización, identificación, traslado al centro escogido como morgue, entrega
a sus familiares y la ayuda que el Estado pueda brindar para su disposición final siguiendo sus
ritos y costumbres. El sector salud debe liderar la preocupación sanitaria respecto al supuesto
riesgo epidemiológico de los cuerpos. El proceso de la identificación y la ayuda médica a los
familiares de las víctimas.

El personal médico de la institución debe tomar el liderazgo y valerse de todos los recursos
disponibles para llevar a cabo estas funciones.

La evidencia científica disponible hasta el momento indica que la presencia de cadáveres


humanos y de animales representa un mínimo o nulo riesgo para la salud pública.

La sola presencia de cadáveres producidos por un desastre no constituye una causa para la
diseminación de enfermedades infecciosas.

protocolo
recomendaciones para un correcto manejo de cadáveres en Situaciones de Desastre:

 Definir dentro del Comité Local para Prevención y Atención de Desastres. La


institución responsable de coordinar todo el proceso de manejo de cadáveres en
situaciones de desastre.
 Determinar rápidamente (primeras 24 horas) la magnitud del hecho. Los recursos
disponibles y las necesidades más urgentes.
 Tener sólo un vocero oficial que proporcione información acerca de las labores de
rescate, identificación y localización de víctimas.
 Establecer una manera clara, ordenada e individualizada de realizar las notificaciones
de las muertes y desapariciones.
 Dar todas las facilidades para que la ciudadanía tenga acceso a los cuerpos. Así como
prestar la ayuda posible para su disposición final.
 Las inhumaciones deben hacerse de tal forma que permitan la recuperación posterior
de los cadáveres.
 Por lo tanto, es necesario evitar bajo cualquier circunstancia que los cuerpos sean
enterrados en fosas comunes o cremados en masa.
 El manejo de gran cantidad de cadáveres requiere un plan psicológico y físico de
acompañamiento. Ya que este proceso puede causar enorme impacto en la salud del
equipo de trabajo.
 Recalcar que, de manera general, no existe riesgo de epidemia por la presencia de
cadáveres. La clave para prevenir enfermedades es el mejoramiento de las condiciones
sanitarias y la educación a la población.
 Evitar someter al equipo de rescate y población en general a campañas masivas de
vacunación contra enfermedades que supuestamente transmiten los cadáveres.
 Tener en cuenta las creencias culturales y normas religiosas de las poblaciones
afectadas. Aunque no se conociere la identidad del fallecido, respetando la creencia
del lugar de la tragedia.
 La identificación de un gran número de cadáveres es una cuestión técnica que se lleva
a cabo independientemente de su número, si se obra conforme a los procedimientos.
 El no hacerlo de esta manera genera consecuencias jurídicas que se traducen en la
posibilidad de que los damnificados interpongan reclamaciones por daños materiales y
morales.

Referencia única (obligatoria)


Asígnele a cada cuerpo o segmento corporal un número único de referencia, en forma secuencial.
Los números de referencia no se deben asignar en dos ocasiones diferentes.
Etiqueta (obligatoria)
Anote el número único de referencia en una etiqueta que sea resistente a la humedad (por
ejemplo, papel en una bolsa plástica sellada) y, luego, adhiérala al cuerpo o al segmento
corporal.
Una etiqueta resistente a la humedad, con el mismo número de referencia único, se debe adherir
a la bolsa que contiene el cuerpo o el segmento corporal, sin importar el elemento utilizado para
empacar el cadáver, es decir, bolsa para cadáveres, sábana de recubrimiento o bolsa para el
segmento corporal.
Médico legal
Debe aspirarse, al menos, a disponer de un número, aunque sea reducido, de médicos que puedan
dirigir la tarea, preferiblemente que hayan recibido la capacitación teórica adecuada y un mínimo
de entrenamiento. Deben además saber integrarse en sus acciones con las demás fuerzas
participantes, como el cuerpo de bomberos, el personal de rescate de diferente procedencia,
policías, criminalistas y demás personal involucrado en esta actividad. Pero aun en las peores
circunstancias, un médico no entrenado que use su sentido común y cumpla los principios
básicos o elementales que aquí se presentan, puede intentar cumplir la misión con cierto grado de
éxito, y éste es precisamente nuestro objetivo fundamental al escribir el presente trabajo. En
ausencia de expertos forenses e, incluso, de médicos y estomatólogos (odontólogos), puede
valerse el actuante de otros profesionales afines como enfermeros, veterinarios, biólogos,
químicos farmacéuticos, agentes funerarios y hasta sepultureros. Estos últimos, a pesar de tener
casi siempre un bajo nivel cultural, poseen la suficiente preparación psicológica para llevar a
cabo la tarea, siempre que reciban la orientación y la conducción oportuna, pues en más de una
ocasión hemos visto a profesionales, inclusos médicos, quedar bloqueados ante la magnitud del
desastre y no poder así colaborar en las tareas previstas, sobre todo en el levantamientos de los
cuerpos y sus restos o fragmentos e, incluso, en el examen mínimo de éstos para buscar la
información adecuada para la identificación. La existencia de un apoyo para desarrollar las tareas
de identificación, que cuente con antropólogos o el uso de los laboratorios existentes en la región
para realizar las pruebas requeridas, como las de hemogenética forense y de toxicología forense
o tan sencillas como la fotografía y la radiografía, favorece notablemente la labor de los médicos
actuantes, pero su ausencia no puede convertirse en motivo para no actuar. Cuando el número de
cadáveres es muy grande y, sobre todo, cuando éstos tengan distintas nacionalidades como es
muy frecuente en el caso de los accidentes de aviación, es recomendable la solicitud de ayuda
externa, tanto nacional como internacional, para que grupos de expertos forenses existentes en
distintos lugares colaboren en estas diligencias, al menos uno que sea capaz de dirigir y organizar
las labores. En cualquier circunstancia, en esos casos es necesaria la cooperación externa en la
búsqueda de información para poder realizar la identificación, lo que se facilita si se hace con la
participación de los peritos existentes en otros países. Debe tenerse en cuenta que la búsqueda y
el rescate se inician desde el mismo momento de ocurrido el evento, pues se asocian con la
propia búsqueda de supervivientes, por lo que la solicitud de ayuda externa no se convierte para
nada en una justificación para no asumir desde el mismo inicio la contingencia y es ahí donde el
médico que se enfrenta inicialmente al desastre debe hacer valer sus conocimientos y habilidades
o, al menos, su inteligencia. Policías, bomberos y otras fuerzas especiales Entre las fuerzas que,
sin duda, participan en cualquier desastre, no importa el lugar o país, están la policía y los
bomberos, los que generalmente tienen un entrenamiento y una organización especiales para
estas situaciones.
Criminalística
Al relacionarla con los desastres son muchas sus posibles aplicaciones, las que van desde la
documentación y el estudio del lugar del suceso, la investigación de los vehículos vinculados al
desastre, sobre todo las aeronaves y otros tipos de transportes implicados en hechos masivos,
hasta llegar al estudio directo de los cuerpos y sus secreciones o material biológico con interés
para la identificación. Lo primero de gran interés es la documentación del lugar del hecho,
incluso en casos de desastres naturales, pues siempre tendrá importancia el estudio de lo
acontecido; de ahí que desde el punto de vista criminalístico se debe llevar a cabo de inmediato,
para lo cual podemos valernos de las cámaras fotográficas clásicas o las digitales de nuestra
generación, con similar empleo de las cámaras de vídeo.
Levantamiento de cadáveres
Los cadáveres y los restos deben estar bien embalados en bolsas con su correspondiente
identificación, y deben ser transportadas en camiones o furgonetas, preferiblemente cerradas y, si
existen las condiciones, refrigeradas. En este último caso, se sugiere que la temperatura de
conservación sea de 4ºC. Se advierte que no se debe incurrir en el error de proceder a la
congelación de los cuerpos, pues dificultará las tareas que de inmediato deben cumplirse,
relativas a la descripción detallada de los mismos para poder hacer su identificación y también
interfiere en los casos en que se solicite una autopsia, aunque esto sea sólo en parte de las
víctimas levantadas, según los intereses existentes para cada caso en particular.
No debe realizarse el traslado de los cadáveres o sus restos de forma individual, ni en
ambulancias o carros de transporte sanitario, pues si bien esto último es inadecuado en
circunstancias normales, resulta prohibitivo en situaciones de desastre. En cualquier caso, a pesar
de que los cuerpos estén colocados en el interior de bolsas herméticamente cerradas, es
aconsejable proteger el piso del vehículo con alguna cubierta que evite la posible contaminación
con líquidos que puedan destilar dichas bolsas, sobre todo cuando se trate de cuerpos desechos o
amasijos, o peor aún cuando ya se ha iniciado el proceso de putrefacción. Igualmente, se tratará
de enmascarar la identificación de los vehículos que se estén usando para el almacenamiento de
los cadáveres y sus restos, tal y como se explicó en el punto correspondiente al transporte, para
evitar situaciones posteriores.
Identificación de cadáveres
La identificación de los cadáveres se hace cotejando la información que se tenga sobre la persona
fallecida (características físicas, vestimenta, etc.) con la información disponible de las personas
desaparecidas o presumiblemente muertas.
La movilización de los recursos forenses necesarios para completar este proceso puede tomar
varios días. Esto implica la posible pérdida de la oportunidad para la pronta identificación de los
cadáveres debido a su descomposición natural.
La forma más sencilla de identificación es la identificación visual por medio de fotografías
recientes de los cadáveres y puede maximizar el proceso de la pronta identificación no forense.
Los procedimientos forenses (autopsias, huellas digitales, examen dental, ADN) se pueden
utilizar después de que se torne imposible la identificación visual de los cuerpos o de las
fotografías.
El trabajo inicial de las personas que no son especialistas determinará en gran parte el éxito de
las futuras identificaciones por parte de los especialistas forenses.
El formato de identificación de los cadáveres, se puede usar para la recolección de información
básica invaluable que más tarde apoyará los procesos de identificación forense.
Por presentación para reconocimiento Una vez realizado el levantamiento del cadáver se procede
al resto de los estudios, dentro de los cuales siempre está el examen del exterior del cadáver y su
vestuario, pues, aunque haya existido una presunta identidad durante el levantamiento, se debe
confirmar y legalizar en este momento después del examen exhaustivo que se practica. Después
de dicho examen se procede a la clasificación de los cuerpos según los intereses de cada caso,
casi siempre al menos por sexo, edad y color de la piel y, si es necesario, hasta por su longitud
(aproximación a la talla o estatura), si es que tienen un grado de integridad que así lo permita.
Otro dato que puede resultar importante para la clasificación es el color y la longitud del cabello;
luego, aspectos específicos propios de cada situación como son cicatrices, prótesis de cualquier
tipo, lunares, incluso hasta datos del vestuario y las prendas, entre otros.

Siempre debe establecerse la identidad absoluta, con certeza de que es quien buscamos, aunque
en nuestras acciones sólo comprobemos identidades relativas, edad, sexo, raza, estatura, pero que
éstas sean suficientes para lograr identificar la presunta víctima del desastre. Un esquema
general, casi similar para el vivo y el cadáver reciente, comprende: u interrogatorio intencionado
a los que aportan información;

u estudios somatoscópicos (incluye biotipo, cicatrices, tatuajes y estigmas);

u desarrollo y características del cabello (incluye longitud, color y aspecto); u aspecto y


desarrollo genital (definición de genitales externos);

u evolución e información dentaria (dentigrama y antropología dental);

u desarrollo e información ósea (desde puntos de osificación hasta fracturas); u


estudio somatométrico (desde el tamaño del pie hasta la estatura), y u posibles estudios por
comparación imaginológica.

Para el caso de la esqueletización, se recomienda seguir un esquema de trabajo que se resume a


continuación: u confección de una ficha previa para comparación;

u preparar el material biológico para su estudio, en particular, las osamentas; u realizar


maniobras que permitan las observaciones óseas (osteoscopia);

u ubicar los traumatismos pre, peri y post mortem de interés para la identificación; u buscar
enfermedades y anomalías óseas referidas o sospechadas;

u realizar las mediciones (osteometría) y comparaciones necesarias; u estudios imaginológicos


corporales y de senos craneales;

u estudios odontológicos y estomatológicos, incluida la antropología dental; u realizar la


superposición craneofotográfica, si procediere; u valorar la reconstrucción escultórica, si
procediere, y u otras pruebas posibles según el caso.

Estas pruebas apoyan o excluyen la identidad y en muchos casos una sola puede ser ya
excluyente, pero, en general, para afirmar la identidad se practican varias de ellas y el hecho de
que todas sean coincidentes puede permitirnos establecer de forma categórica la identidad, lo que
debe aparecer consignado en el dictamen, el cual puede ser complementado con otros aportes.

riesgos de la manipulación de cadáveres


Los individuos que manipulan restos humanos corren un riesgo pequeño de adquirir las
infecciones que se mencionan a continuación puesto que pueden entrar en contacto con sangre y
heces de los cadáveres (con frecuencia, después de la muerte hay salida de materia fecal de los
cuerpos); entre ellas están: las hepatitis B y C, el VIH, la tuberculosis y las enfermedades
diarreicas.
Los equipos de recuperación de cuerpos generalmente trabajan en ambientes peligrosos (por
ejemplo, en edificios derrumbados y entre escombros) y, por lo tanto, pueden correr el riesgo de
sufrir heridas e infectarse con tétanos el cual se transmite a través de la tierra del suelo.
Precaución de seguridad
La higiene básica es la mejor protección con que cuentan los trabajadores para evitar la
exposición a enfermedades que se transmiten por la sangre y por el contacto con ciertos fluidos
corporales. Deben observar las siguientes precauciones:
Usar guantes y botas, si se encuentran disponibles.
Lavarse las manos con agua y jabón después de la manipulación de los cuerpos y antes de
consumir cualquier alimento.
Evitar limpiarse o frotarse la cara o la boca con las manos.
Lavar y desinfectar todos los equipos, vestimentas y vehículos utilizados para el transporte de los
cuerpos.
No es necesario el uso de máscaras faciales, pero se le deben suministrar a quien las solicite para
evitarle la ansiedad.
La recuperación de cadáveres de los espacios cerrados y sin ventilación debe realzarse con
mucha precaución pues después de varios días de descomposición se pueden encontrar gases
tóxicos potencialmente peligrosos. Se debe permitir que transcurra el tiempo necesario para
ventilar con aire fresco los espacios cerrados. (Recuperación de los cadáveres) para las
recomendaciones sobre el uso de bolsas para los cuerpos.
Referencias
la gestión de cadáveres en situaciones de desastre; guía práctica para equipos de respuesta.

Manejo de cadáveres en situaciones de desastre.

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