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1.- Análisis de los fundamentos expresivos del sonido.

La incorporación del sonido a la banda sonora de las películas, vino a potenciar la


capacidad de las mismas para evocar emociones en el espectador. Primero, se incorporó
la música a través de los acompañamientos musicales que se interpretaban en vivo
durante la proyección. Más tarde, fue la voz de los actores sincronizada con las
imágenes, la que se incorporó a la banda sonora. Un mundo nuevo de posibilidades se
abría en ese momento.

Lo que vamos a estudiar en este punto, son las aportaciones expresivas del sonido en la
construcción de la banda sonora audiovisual. Podemos encontrar distintos elementos de
expresión, en la voz y en los instrumentos musicales que solemos utilizar en los
productos audiovisuales. Elementos como la intensidad, el tono y el timbre. Pero para
entender la importancia que el sonido ha tenido en la evolución del cine y con ello, en
todos los formatos audiovisuales, remontémonos al principio y veamos como aparece el
sonido en los albores de la historia del cinematógrafo.

1.1.- El paso del cine mudo al sonoro.

Los primeros intentos para que el cine reprodujera también el sonido son
coetáneos al origen mismo de la cinematografía. Ya Edison intentó sincronizar su
kinetoscopio con un invento suyo anterior, el fonógrafo , creando así en 1895 el
kinetófono . Pero las dificultades técnicas para sincronizar la película y el
reproductor de audio y el hecho de que no se había desarrollado todavía la
amplificación eléctrica y sólo se podía disponer de una amplificación mecánica que
permitía un volumen muy bajo retrasaron su nacimiento.

El cine continuará un par de décadas sin contar con un sistema adecuado de


reproducción del sonido, pero eso no quiere decir en absoluto que el cine “mudo”
era un medio silencioso. Los músicos en sala, con acompañamientos de orquesta,
van a acompañar las proyecciones cinematográficas proporcionando a la
audiencia una experiencia más completa. Además de llenar el silencio de la sala, la
música ambientaba y creaba efectos dramáticos sobre el filme proyectado.
Incluso era normal la presencia de narradores que relataban verbalmente la
historia.

Los avances técnicos en materia de sincronización y amplificación propiciaron la


llegada de un cine sonoro que inicialmente no fue recibido con entusiasmo por los
grandes estudios de producción, que veían en el invento la obligación de realizar
cuantiosas inversiones económicas, cuando creían que todavía no se había
explotado por completo el “mudo”.
Pese a todo, la evolución fue imparable, el paso del cine “mudo” a otro de
sincronización audiovisual no fue instantáneo y la transformación a nivel mundial
se produjo a diferente velocidad. Fue en EEUU donde la innovación se presentó en
sociedad un 6 de octubre de 1926, con un programa sonoro a cargo de los
hermanos Warner. Pero sería un año después, de la mano de Crosland, cuando se
realizó el primer filme hablado y cantado. El éxito arrollador de The Jazz Singer,
presentado el 27 de octubre de 1927.

Aunque durante los primeros años del sonoro hubo un período de convivencia en
el que se produjeron brillantes películas mudas, poco a poco fueron
consolidándose el lenguaje audiovisual y sus recursos expresivos en el panorama
cinematográfico mundial. La industria cinematográfica asumió la implantación
generalizada del sonoro, que requería el abandono de los discos sincronizados a
favor de la incorporación de una banda de sonido al lado de la película
cinematográfica. Fue así como se hizo realidad la banda sonora sincronizada en la
que se integraban voces, ruidos y música.

1.2.- Valores expresivos y funcionales de la intensidad, el tono y el timbre.

Los avances tecnológicos han ampliado exponencialmente las posibilidades de la


experiencia sonora en las últimas décadas. Marcaron un punto y aparte los
sistemas Dolby de reducción de ruido y reproducción multipistas que, a partir de
los años setenta del siglo pasado, se emplearon para mezclar las bandas sonoras,
dando paso a mayores y mejores gamas de frecuencia y dinámica y a timbres más
vívidos.

En la edición de sonido cinematográfico se manipula constantemente la


intensidad , esto es, el volumen sonoro, ligado sobre todo a la distancia percibida,
ya que cuanto más fuerte es un ruido, más cercano piensa el espectador que está.
El tono será fundamental para conseguir que resalten los diferentes sonidos de
una banda sonora, pues es el que permite diferenciar a la música de los diálogos o
discriminar los distintos objetos. En cuanto al timbre, es una herramienta
altamente manipulada por los cineastas para articular las porciones de una banda
sonora y construir la atmósfera de la misma.

El sonido posee una serie de cualidades fundamentales que nuestro oído aprecia
como sensaciones: la intensidad, el tono y el timbre.
- La intensidad es el grado de fuerza con el que se manifiesta un agente natural o,
en general, cualquier magnitud física. Así, hablamos de la intensidad de un
terremoto cuando queremos hablar de la fuerza con la que ha sacudido la tierra.

¿De qué estamos hablando cuando en sonido nos referimos a la intensidad


sonora? Pues nos referimos a la potencia acústica, es decir, la energía emitida en
forma de ondas por una fuente determinada (como un instrumento, una persona
o un altavoz) por unidad de área. Esta intensidad va a depender de la amplitud de
la oscilación, de la potencia de la fuente, de la distancia a la misma y del medio
físico por el que se ha transmitido.

¿Qué utilizamos para medir la intensidad sonora? Usamos el decibelio, que es una
medida que nos permite reflejar con mayor facilidad la forma en que el oído
percibe el sonido, pues su sensibilidad se intensifica para sonidos débiles y
disminuye para los fuertes. Para tener un nivel de referencia utilizamos los
decibelios SPL (Sound Pressure Level) que se refieren a unidades de presión
sonora. Cuanto más fuerte sea un sonido mayor será el número de decibelios
(dB).

En la naturaleza no existen los tonos puros, cualquier sonido estaría producido


por una suma de tonos puros en distintas frecuencias. Una frecuencia sería la
fundamental, y el resto, son los armónicos. El conjunto de todos estos armónicos
es a lo que denominamos el timbre.

El timbre, de hecho, es lo que hace que diferenciemos dos instrumentos que


ejecutan la misma nota con la misma altura (tono) e igual intensidad, ya que
sonaría muy diferente si la toca una flauta que si la toca una trompeta. Son los
armónicos que produce cada instrumento al vibrar los que hacen que los
diferenciemos.
2.- Aplicación de las dimensiones espacio-temporales del sonido a la
construcción de bandas sonoras.

2.1.- Ritmo.

El ritmo se muestra como una organización en el tiempo de una sucesión de


elementos que se repiten estableciendo una alternancia entre sonidos largos y
cortos, débiles y fuertes, agudos o graves, que el oyente percibe como una
estructura. Los patrones rítmicos están íntimamente relacionados con los estados
de ánimo; ritmos rápidos combinados con melodías alegres, pueden evocar en
nosotros ese mismo estado de alegría y euforia. Pero un ritmo vivo y de fuertes
contrastes, también se puede utilizar para evocar incertidumbre o temor. De la
misma forma un ritmo lento y sosegado puede inspirarnos tranquilidad y sosiego,
o combinado con una melodía apagada, provocarnos melancolía y tristeza

Es esta capacidad evocadora de la música, la que la hace tan útil en las


producciones audiovisuales, al reforzar el significado de una determinada
secuencia.

Por otra parte el discurso audiovisual crea su propio ritmo, y lo hace mediante la
alternancia de planos en el montaje, los movimientos de cámara y los elementos
dentro del plano. La música siempre ha venido a cumplir una función de énfasis de
esta capacidad rítmica, antes incluso de la aparición del cine sonoro. También el
diálogo tiene un ritmo que, si bien será controlado en un primer momento por el
actor, también será manipulado durante la fase de montaje por el montador, así
como los efectos de sonido.

También se puede utilizar como recurso expresivo la disparidad rítmica entre


sonidos, montaje e imagen, algo frecuente en aquellas escenas dialogadas que
«van contra» los ritmos naturales de una conversación.

2.2.- Fidelidad.

En este caso, no se debe entender por fidelidad la calidad en una grabación


sonora, sino que el término alude al grado en el que el sonido es fiel a la fuente
que imagina el espectador. En este sentido, la fidelidad tampoco tiene nada que
ver con el elemento o artefacto que genere originalmente el sonido durante la
producción, ya que el sonido es manipulado independientemente de la imagen.

Lo importante es que el espectador considere que el sonido procede de una


fuente incluida en el mundo diegético de la película, porque entonces será fiel, sea
cual sea la fuente real en la producción. Así, la fidelidad es un requisito mediante
el cual se cumplen las expectativas de la audiencia, incluso cuando se crean
sonidos nuevos para objetos puramente ficcionales.

2.3.- Sincronismo.

El sonido también permite representar el tiempo de diferentes modos, ya que el


tiempo que representa la banda sonora puede ser o no el mismo de la imagen. El
proceso más evidente se da en la sincronización de sonido e imagen, cuya unión
durante la proyección da lugar al sonido sincrónico, es decir, que se oye al mismo
tiempo que se ve la fuente de la que procede.

La sincronía es especialmente importante en el caso de los diálogos. Con todo,


algunos creadores han procurado juegos imaginativos, principalmente
humorísticos, al hacer que el sonido sea asincrónico.

La sincronía no solo tiene que ver con la duración en pantalla, sino también con el
tiempo narrativo; con el argumento y la historia de la película. Cuando el sonido se
produce al mismo tiempo que la imagen en términos de la historia, se trata de un
sonido simultáneo, que es lo habitual. Sin embargo, también es posible que el
sonido se produzca antes o después en la historia que los hechos que se visualizan
en la imagen, perdiendo esa simultaneidad. Sucede cuando un personaje en
pantalla, en el presente, escucha la voz de un personaje de una escena anterior,
produciéndose un flashback sonoro.

2.4.- Sonido diegético y no diegético.

Todo sonido tiene una dimensión espacial, ya que procede de una fuente. Si esa
fuente pertenece al espacio de la historia de la película, se trata de un sonido
diegético. Así, serán diegéticos los sonidos procedentes de objetos de la historia,
las voces de los personajes o la música interpretada con instrumentos que
aparecen en escena. Por el contrario, el sonido no diegético es el que procede de
una fuente externa al espacio de la historia, como por ejemplo la música que se
añade para realzar la acción o la voz del narrador omnisciente que no se
corresponde con ningún personaje de la película. En todo caso, esta distinción no
depende de la fuente real del sonido en el proceso de producción, sino de la
comprensión que el espectador tiene de las convenciones de la visión
cinematográfica.

El sonido diegético, dependiendo de si la fuente está dentro o fuera de campo,


puede ser en pantalla o en off . Está distinción es muy importante, pues el sonido
en off llegado del fuera de campo sugiere espacios más allá de la acción visible,
generando un recurso expresivo muy rico (y barato).

Otra posibilidad es que el sonido sea empleado para representar lo que está
pensando un personaje. Este recurso de penetrar en la mente de un personaje
hace necesaria la distinción entre sonido diegético interno y externo. El sonido
diegético externo («objetivo») es el que el espectador considera que tiene una
fuente física en la escena, mientras que el sonido diegético interno («subjetivo»)
proviene de dentro de la mente de un personaje.

3.- Técnicas de construcción de la banda sonora.

La banda sonora la conforma el conjunto de todo lo que se oye en un producto


audiovisual. Está conformada por sonidos que provienen de tres grandes fuentes
diferentes.

En primer lugar se encuentran los diálogos, tanto grabados en el rodaje, tomados


en sonido directo, como los diálogos doblados que reconstruimos en estudio. En
segundo lugar se encuentran los sonidos de ambientación que recreamos en
posproducción, unos pueden provenir de librerías de efectos sonoros y otros los
crean especialistas expresamente para nuestro producto audiovisual, que
llamamos efectos sala. Y en tercer lugar se encuentra la música que acompaña y
ambienta la producción.

3.1.- la música en el cine.

Las bandas sonoras suelen tener un tema musical de entrada que también se
suele denominar de inicio o de cabecera. Después una serie de composiciones
musicales forman el grueso de la ambientación musical y le llamamos música de
fondo o incidental. Y al final del producto audiovisual suele haber un tema final,
también denominado de salida o de cierre.

La música de la banda sonora de un film se articula por bloques que a su vez se


pueden subdividir en temas. Normalmente la música se incorpora a la película en
la fase de postproducción, con las imágenes ya montadas, de forma que se sitúa
en función de las imágenes, pero ocasionalmente también puede detentar un
papel protagonista, en este caso las imágenes se sitúan en función de la música.

En segundo lugar se establece si la música está justificada dentro del relato, si es,
como ya hemos visto, diegética o si se trata de música incidental. La música
puede tener una utilidad exclusivamente sintáctica, separando partes de la
película, o lo que es más habitual, aportar algún significado adicional a las
imágenes, como por ejemplo enfatizar los movimientos de los actores o la acción
de la secuencia ( a esto le llamamos convergencia física), o puede resaltar el
estado emocional de los personajes (convergencia anímica) o puede servir para
ubicar, ya sea de forma local o cronológicamente; a esto le llamamos
convergencia cultural.

4.- Técnicas de realización de programas de radio.

4.1.- Géneros radiofónicos.

La clasificación de géneros se puede realizar por criterios distintos, pero los


solemos agrupar fundamentalmente por contenido: Informativos, musicales, de
ficción, de variedades, etc.

4.2.- Signos de puntuación en la radio: sintonía, cortina, ráfaga, golpe musical.

- Sintonía: Se trata de un fragmento musical, de entre 15 y 30 segundos de


duración, que aparece siempre al inicio y al final de un programa radiofónico. La
principal función de la sintonía es identificar a dicho programa, diferenciándolo
del resto de espacios que componen la oferta de una emisora.
- Cortina: Se trata de un fragmento musical de unos 10-15 segundos de duración
que se utiliza para separar contenidos en un mismo programa. En ocasiones, la
cortina es un conjunto de frases musicales extraídas de la sintonía.
- Ráfaga: Al igual que la cortina, sirve también para separar contenidos o bloques
temáticos dentro un mismo programa. Sin embargo, dada su menor duración
(unos 5 segundos), marca una transición más corta y dinámica, por lo que suele
utilizarse asiduamente en los informativos radiofónicos. Al igual que en el caso
anterior, es habitual que las ráfagas se extraigan también de la sintonía.
- Golpe musical: Se trata de un fragmento extremadamente corto (entre 2 y 3
segundos) que se utiliza para llamar la atención del oyente en un momento
determinado o para separar fragmentos sonoros verbales que están enlazados
por un/a mismo/a locutor/a.

5.- El guión de radio y la escaleta.


El guión es el medio por el que se transmite la información que se precisa para desarrollar
el programa. Va dirigido a los dos equipos que lo ejecutan, los que están a un lado y otro
del micrófono: locución (el presentador o conductor del programa, o los actores de una
ficción) y Técnica (los técnicos de sonido que, desde el CONTROL, se encargan de
introducir las músicas y efectos, suben y bajan el sonido, abren paso a otras conexiones
etc.)

El guión incluye instrucciones para esas personas, qué se tiene que hacer, quién y cuándo
lo hace; e incorpora los textos de lectura; denominados parlamentos.

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