Seguridad Personal Como Derecho Colectivo Seguridad Personal Como Derecho Individual
Seguridad Personal Como Derecho Colectivo Seguridad Personal Como Derecho Individual
Seguridad Personal Como Derecho Colectivo Seguridad Personal Como Derecho Individual
Existen hechos reales que, de por sí, implican la alteración del uso pacífico del
derecho a la tranquilidad y que hacen suponer que la integridad o la libertad de la
persona corren verdadero peligro. En efecto, la amenaza de daño conlleva el
inicio de la alteración y la merma del goce pacífico de los derechos
fundamentales, debido al miedo razonable que produce visualizar el inicio de la
destrucción definitiva del derecho. Por eso, a partir de este nivel, el riesgo se
convierte en amenaza. Dependiendo de su intensidad, este nivel se divide en dos
categorías: a) amenaza ordinaria: Para saber cuándo se está en presencia de
esta categoría, el funcionario debe hacer un ejercicio de valoración de la
situación concreta y determinar si ésta presenta las siguientes características: i.
existencia de un peligro específico e individualizable. Es decir, preciso,
determinado y sin vaguedades; ii. existencia de un peligro cierto, esto es, con
elementos objetivos que permitan inferir que existe una probabilidad razonable de
que el inicio de la lesión del derecho se convierta en destrucción definitiva del
mismo. De allí que no pueda tratarse de un peligro remoto o eventual.; iii. tiene
que ser importante, es decir que debe amenazar bienes o intereses jurídicos
valiosos para el sujeto como, por ejemplo, el derecho a la libertad; iv. tiene que
ser excepcional, pues no debe ser un riesgo que deba ser tolerado por la
generalidad de las personas y. finalmente, v. deber ser desproporcionado frente a
los beneficios que deriva la persona de la situación por la cual se genera el
riesgo. Cuando concurran todas estas características, el sujeto podrá invocar su
derecho fundamental a la seguridad personal para recibir protección por parte
del Estado, pues en este nivel, se presenta el inicio de la lesión del derecho
fundamental y, en esta medida, se presenta un perjuicio cierto que, además, puede
o no agravarse. Por estos motivos, la persona tiene derecho a que el Estado
intervenga para hacer cesar las causas de la alteración del goce pacífico del
derecho o, al menos, para evitar que el inicio de la lesión se vuelva violación
definitiva del derecho. b) amenaza extrema: una persona se encuentra en este
nivel cuando está sometida a una amenaza que cumple con todas las
características señaladas anteriormente y además, el derecho que está en peligro
es el de la vida o la integridad personal. De allí que, en este nivel, el individuo
pueda exigir la protección directa de sus derechos a la vida y a la integridad
personal y, en consecuencia, no tendrá que invocar el derecho a la seguridad
como título jurídico para exigir protección por parte de las autoridades. Por lo
tanto, en el nivel de amenaza extrema, no sólo el derecho a la seguridad personal
está siendo violado sino que, además, también se presenta la amenaza cierta que
muestra la inminencia del inicio de la lesión consumada de los derechos
fundamentales a la vida y a la integridad personal. De allí que, cuando la persona
esté en este nivel, tiene el derecho a que el Estado le brinde protección
especializada.
Magistrada Ponente:
GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
A. Hechos y pretensiones
1
Fol. 172, cuaderno 1.
2
Esta Sala fue integrada por los magistrados Diana Fajardo Rivera y Alberto Rojas Ríos.
adelante CUT)3. Así mismo, es miembro de distintos comités y subcomisiones del
Ministerio del Trabajo en ese departamento.
3
Fol. 44, cuaderno 1.
4
Fol. 8, cuaderno 1.
5
Fol. 12, cuaderno 1. La amenaza decía textualmente lo siguiente: “SEÑORES HÉCTOR GARCÍA Y JUAN CARLOS
CARDONA PERROS HPS, SE LES AVISO GERRILLEROS (SIC) HIJUEPUTAS QUE DEJARAN DE MARIQUEAR
Y DE DENUNCIAR PERROS HPS, COMO NO NOS CREYERON Y PENSARON QUE ESTABAMOS JUGANDO
CON USTEDES, ESTO ES Y SERÁ UNA LECCIÓN PARA LOS OTROS GERRILLEROS HPS QUE ENTREN A
REEMPLAZARLOS A MARIQUEAR A ESE SINDICATO DE MIERDA, USTEDES YA ESTÁN MUERTOS Y NO LO
SOBEN, (SIC) NUESTRA ORGANIZACIÓN NO NOS TOLERA MÁS TETRAHIJUEPUTAS TANTO A USTEDES
COMO A OTROS QUE ENTREN A GUEVONIAR CON NOSOSTROS Y A DENUENCIAR COSAS QUE A
USTEDES NO LES IMPORTA SAPOS HPS. SERÁN DESAPARECIDOS. YA ES UN HECHO QUE SUS MUERTES
SERÁN UN ESCARMIENTO PARA LOS OTROS HPS QUE LES GUSTE METERSEN CON NOSOTROS
TETRAHIJUEPUTAS GERRILLEROS. (SIC)”
6
Fol. 8, cuaderno 1.
7
Fol. 11-12, cuaderno 1.
8
Fol. 13, cuaderno 1. En esta ocasión la amenaza decía lo siguiente: “PERROS HPS, USTEDES SON LOS PERROS
GONORREAS QUE SE METIERON CON LO QUE NO DEBIERON METERCEN (SIC) GONORREAS HP, DEJEN
LA MARICADA Y SALGANSEN DE ESTA MKDA PERROS HPS, USTEDS YA SON NUESTRO OBJETIVO
GONORREAS HPS LE DAMOS UN PLAZO PARA QUE SE LARGUEN HPS ASÍ TENGAN GUARDAESPALDAS
LE BAMOS (SIC)A DAR EN LA CABESA GONORREAS USTEDES NO SABEN CON QUIENES SE METIERON.
LE DAMOS UN PLAZO DE UN MES HPS MALPARIDOS SI NO TRANQUILOS QUE UNA 9 LES VAN A
QUEDAR PEQUEÑAS HPS GONORREAS MÁS A USTED JUAN CARLOS Y TAMPOCO SE SALVA DON GARCÍA
Y SIGA ASI HP QUE ES MÁS FACÍL PEGARLE A UN BEBE GONORREAS. MUERTE, MUERTE GONORREAS.”
cuantía de dos (2) SMMLV, el cual tendrá una vigencia de tres (3) meses, a partir
de la fecha de implementación.”9
Por medio de auto del 9 de noviembre de 2017 12, el Juzgado Tercero de Ejecución
de Penas y Medidas de Seguridad admitió la acción de tutela y corrió traslado a la
UNP y al Ministerio del Interior como accionadas. Así mismo, negó la medida
provisional solicitada debido a que consideró que el CERREM hizo una valoración
adecuada de la situación de riesgo y no lo encontró dentro de un nivel
extraordinario.
Impugnación
A través de sentencia del 24 de enero de 2017 17, la Sala Penal del Tribunal
Superior de Pereira confirmó la providencia de primera instancia. A su juicio, la
solicitud de amparo no cumplió el requisito de subsidiariedad, debido a que la
UNP siguió los lineamientos del Decreto 1066 de 2015 a la hora de evaluar el
riesgo del peticionario.
15
Fol. 145, cuaderno 1.
16
Fol. 149, cuaderno 1.
17
Fol. 162-166, cuaderno 1.
18
Fol. 13-17, cuaderno de la Corte Constitucional.
19
Fol. 28-65, cuaderno de la Corte Constitucional.
En segundo lugar, relató que los avances institucionales en relación con su
protección han sido nulos, ya que las denuncias presentadas ante la Fiscalía con
motivo de las amenazas de las que ha sido víctima fueron archivadas porque no es
posible determinar el autor de la conducta. Por último, denunció que el 12 de julio
de 2018 encontró una amenaza bajo su puerta.20
En tercer lugar, señaló que Pereira (Risaralda) es una zona de bajo riesgo según la
evaluación de nivel de amenaza registrado por el Grupo de Análisis Estratégico
Poblacional – GAEP. Además, resaltó que según la unidad enlace de la Policía
Nacional, las estructuras que ejercen presión sobre los sindicatos en Risaralda se
encuentran en los municipios de Mistrató y Pueblo Rico, de manera que no hay
peligro significativo en los lugares en donde el accionante desempeña su labor
sindical.
En cuarto lugar, resaltó que según las estadísticas del GAEP, en el 2017 y en lo
que va del 2018 han sido asesinados 10 líderes sociales, los cuales están
distribuidos de la siguiente manera22:
Por último, hizo un recuento del proceso de evaluación del demandante. Informó
que en el 2012 realizó el primer estudio de nivel de riesgo del peticionario, y que
mediante la Resolución Nº 052 del 15 de agosto de ese año, validó la
recomendación del CERREM de ponderar el riesgo como ordinario, ya que tenía
una matriz de 46.66%. De este modo, narró que en esa ocasión no tomó ninguna
medida de protección a su favor.
Relató que en el 2015, el demandante volvió a ser evaluado, por lo que mediante la
Resolución Nº 0330 del 28 de diciembre ordenó “implementar un (1) medio de
comunicación y un (1) chaleco blindado, implementar apoyo de transporte en
cuantía de dos (2) SMMLV, el cual tendrá una vigencia de tres (3) meses, a partir
de la fecha de implementación.”23
Además, señaló que el actor nunca fue beneficiario directo de una medida de
protección consistente en un (1) vehículo y tres (3) hombres de protección como
consecuencia de una evaluación de riesgo, sino que esa protección se derivó de lo
ordenado por un juez de tutela, a través de una acción anterior, con fundamento en
lo siguiente:
Siendo así, el 16 de agosto de 2016, la UNP llevó a cabo una reevaluación del
riesgo del peticionario, en la que determinó que tenía una matriz de riesgo del
51.11%, por lo que decidió “ajustar las medidas de protección de la siguiente
manera: finalizar dos (2) hombres de protección y un (1) vehículo convencional
aprobados por jurídica. (Los cuales fueron implementados por orden judicial,
conforme a lo anteriormente manifestado), ratificar un (1) medio de comunicación
y un (1) chaleco blindado y un (1) hombre de protección.”25
Sobre este estudio, la UNP precisó que después de llevar a cabo el procedimiento
establecido en el artículo 2.4.1.2.40 del Decreto 1066 de 2015, el resultado de la
matriz de riesgo fue de 40.00%. Los soportes técnicos de esta evaluación de
riesgo fueron adjuntados a esta Sala de Revisión en un cuaderno aparte, el cual
tiene reserva legal según el artículo 24 de la Ley 1766 de 2015. En esa medida,
estos documentos serán evaluados por la Sala de Revisión y tendrán incidencia en
la decisión, pero su resumen o contenido no hará parte del cuerpo de esta
sentencia, por la ya referida reserva legal.
24
Fol. 95, cuaderno de la Corte Constitucional.
25
Fol. 95, cuaderno de la Corte Constitucional.
26
Fol. 53-54, cuaderno 1.
27
Fol. 161, cuaderno de la Corte Constitucional.
(trabajadoras sexuales, consumidores de estupefacientes, habitantes de calle,
entre otros).”28
Así mismo, señaló que efectivamente el señor Héctor García Ramírez interpuso
dos quejas por amenazas en su contra. La primera en el año 2015 y la segunda en
el 2017. La Defensoría manifestó que dio trámite a estas de manera oportuna, por
lo que requirió a la UNP, a la Dirección de Derechos Humanos de la Policía
Nacional y la Fiscalía General de la Nación para que implementaran las medidas
idóneas de protección.
Además, relató que la Defensoría del Pueblo Regional Risaralda informó que “ha
sistematizado treinta y seis (36) casos de líderes y lideresas que han sido víctimas
de homicidio en persona protegida y dos (2) casos de víctimas de amenazas,
hostigamientos y otros métodos para generar terror en la población civil.” 29 Sin
embargo, no especificó las fechas de estos hechos.
En segundo lugar, señaló que según su base de datos en el 2016, 2017 y hasta el 31
de julio de 2018, se han presentado 190 asesinatos de líderes sociales y de
derechos humanos. Específicamente, indicó que en ese periodo en el departamento
de Risaralda se han presentado 10 homicidios y 83 amenazas en contra de esta
población.
Por último, relató que los casos estadísticos de la Fiscalía General de la Nación son
los reportados por la Oficina para los Derechos Humanos de la ONU en Colombia.
28
Ibídem.
29
Fol. 162, cuaderno de la Corte Constitucional.
30
Fol. 179, cuaderno de la Corte Constitucional.
El Director Seccional de la Fiscalía General de la Nación en Risaralda radicó su
respuesta el 27 de agosto de 2017. En esta afirmó que no era la entidad competente
para emitir un concepto sobre el nivel de riesgo de un sector. Así mismo, afirmó
que desde enero de 2016 el accionante ha presentado 2 denuncias por amenazas.
No obstante, solo una de ellas está activa, ya que la otra fue archivada por la
imposibilidad de determinar al presunto sujeto activo del delito.
Competencia
El artículo 10º del Decreto 2591 de 1991 regula la legitimación para el ejercicio de
la acción de tutela, de manera que puede ser presentada: i) a nombre propio; ii) a
través de representante legal; iii) por medio de apoderado judicial; iv) mediante
agente oficioso cuando el interesado esté imposibilitado para promover su defensa;
o v) por el Defensor del Pueblo y los personeros municipales.
Subsidiariedad32
8. La aptitud del medio de defensa ordinario debe ser analizada en cada caso
concreto, con base en sus características procesales y el derecho fundamental
involucrado. Por lo tanto, la existencia de un mecanismo judicial que salvaguarde
de manera eficaz las prerrogativas superiores invocadas torna improcedente la
tutela.35
31
Ver sentencias T-1015 de 2006, M.P. Álvaro Tafur Galvis; T-780 de 2011, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; T-
373 de 2015 y T-098 de 2016 ambas con ponencia de la magistrada Gloria Stella Ortiz Delgado, entre otras.
32
Este acápite fue retomado parcialmente de la sentencia T-236 de 2018. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
33
En sentencia T-313 de 2005, M.P. Jaime Córdoba Triviño, se estableció: “En efecto, la Constitución y la ley
estipulan un dispositivo complejo de competencias y procesos judiciales que tienen como objetivo común garantizar
el ejercicio pleno de los derechos constitucionales, en consonancia con el cumplimiento de los demás fines del
Estado previstos en el artículo 2 Superior. Por tanto, una comprensión ampliada de la acción de tutela, que
desconozca el requisito de subsidiariedad, vacía el contenido de las mencionadas competencias y, en consecuencia,
es contraria a las disposiciones de la Carta Política que regulan los instrumentos de protección de los derechos
dispuestos al interior de cada una de las jurisdicciones.”
34
Sentencia T-705 de 2012, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
35
Ver sentencias T-441 de 1993, M.P. José Gregorio Hernández Galindo y T-594 de 2006, M.P. Clara Inés Vargas
Hernández.
9. En relación con las acciones judiciales para controvertir actos
administrativos (como las Resoluciones de la UNP), esta Corporación ha
determinado que el medio de control de nulidad y restablecimiento del derecho es
el mecanismo idóneo de protección de los derechos fundamentales vulnerados por
actos administrativos, pero que en ciertas circunstancias es necesaria la
intervención urgente del juez constitucional. En ese sentido, es imperativo que en
cada caso concreto se valore el objeto del instrumento procesal, la naturaleza del
debate que permite plantear, específicamente si es posible un análisis ius
fundamental y el resultado previsible.
En esa medida, si el juez considera que en el caso concreto el ese medio trae como
resultado el restablecimiento pleno y oportuno de los derechos fundamentales
vulnerados, la tutela es improcedente. En contraste, será procedente si advierte que
el mecanismo de defensa judicial aparentemente prevalente no permite la
protección eficaz reclamada.
Además del objeto del medio ordinario y el tipo de análisis que se realiza en el
mismo, la tutela puede desplazar a la acción de nulidad y restablecimiento del
derecho, por la incidencia del tiempo sobre los derechos fundamentales, pues
mientras que el juez administrativo se pronuncia sobre la validez de los actos
supuestamente transgresores de las garantías fundamentales del accionante, la falta
de protección efectiva y oportuna podría conllevar la afectación de los derechos.
La incidencia del tiempo en la idoneidad del mecanismo se manifiesta por alguna
de las siguientes circunstancias:
Inmediatez40
11. Esta Corporación ha reiterado que uno de los principios que rigen la
procedencia de la acción de tutela es la inmediatez. De este modo, si bien la
solicitud de amparo puede formularse en cualquier tiempo, es decir, no tiene
término de caducidad41, su interposición debe hacerse dentro un plazo razonable,
oportuno y justo42, bajo el entendido de que su razón de ser es la protección
inmediata y urgente de los derechos fundamentales vulnerados.
12. Por lo anterior, la Sala encontró acreditados en el presente asunto todos los
requisitos generales de procedencia de la acción de tutela y, en consecuencia,
pasará a formular el problema jurídico de fondo que subyace a la situación alegada
por el accionante.
39
Sentencia T-078 de 2013, M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.
40
Sentencias T-106 y T-471 de 2017, M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
41
Sentencia T-805 de 2012 M.P. Jorge Iván Palacio Palacio, entre otras.
42
Sentencia T-834 de 2005 M.P. Clara Inés Vargas Hernández, T-887 de 2009 M.P. Mauricio González Cuervo.
43
El recurso de reposición fue resuelto el 13 de octubre de 2017, mediante la Resolución No.6709 de 2017. Fol. 59-
77, cuaderno 1.
13. El señor Héctor García Ramírez interpuso acción de tutela contra la UNP
porque presuntamente le vulneró sus derechos fundamentales a la vida, a la
seguridad personal, a la igualdad y al debido proceso. Lo anterior, debido a que el
13 de octubre de 2017, esa entidad emitió la Resolución Nº 6709, a través de la
cual confirmó la Resolución Nº 5343 del 22 de agosto de 2017, que tomó las
siguientes medidas de seguridad sobre el peticionario: “finalizar un (1) hombre de
protección, y ratificar un (1) medio de comunicación y un (1) chaleco blindado
por un término de tres meses.”44
Cuando una persona pertenece a este nivel, no está facultada para exigir
del Estado medidas de protección especial, pues su derecho a la seguridad
personal no está siendo afectado, en la medida en la que el riesgo de daño
no es una lesión pero sí, en el mejor de los casos, un riesgo de lesión.
2) Nivel de amenaza: existen hechos reales que, de por sí, implican la
alteración del uso pacífico del derecho a la tranquilidad y que hacen
suponer que la integridad o la libertad de la persona corren verdadero
peligro. En efecto, la amenaza de daño conlleva el inicio de la alteración y
la merma del goce pacífico de los derechos fundamentales, debido al miedo
razonable que produce visualizar el inicio de la destrucción definitiva del
derecho. Por eso, a partir de este nivel, el riesgo se convierte en amenaza.
Dependiendo de su intensidad, este nivel se divide en dos categorías:
En segundo lugar, señala que los Estados deben promover y reconocer el trabajo
de las personas defensoras como una manera de prevenir la vulneración de sus
derechos. En ese sentido, corresponde a estos adoptar un marco legal que permita
que estas personas desarrollen su trabajo de manera libre, así como promover un
ambiente seguro en el cual puedan adelantar su trabajo sin represalias. Así mismo,
señala que los Estados deben mantener estadísticas veraces relacionadas con la
violencia contra defensores de derechos humanos, además de llevar a cabo
jornadas de educación y sensibilización que busquen prevenir la violencia contra
estos por parte de agentes gubernamentales.
En tercer lugar, la CIDH establece que los Estados tienen la obligación de proteger
y garantizar los derechos a la vida e integridad personal de personas defensoras de
48
Disponible en línea en: http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/Proteccion-Personas-Defensoras.pdf Publicado
el 29 de diciembre de 2017. Consultado por última vez el 14 de agosto de 2018.
49
Comisión Interamericana de Derechos Humanos. “Hacia una política integral de protección de personas
defensoras de Derechos Humanos”. Disponible en línea en: http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/Proteccion-
Personas-Defensoras.pdf Publicado el 29 de diciembre de 2017. Consultado por última vez el 14 de agosto de 2018.
Pág. 15.
50
Ibídem. Pág. 15.
derechos humanos cuando se encuentran en situación de riesgo. Esta obligación
implica la adopción de mecanismos especializados, legislación, políticas y medidas
urgentes. Sobre estas medidas precisó que:
En ese sentido, señaló que las personas defensoras de derechos humanos que
trabajan a nivel local, a menudo pueden enfrentar riesgos más elevados, por lo que
requieren atención y enfoque especial.
Por último resaltó que los Estados tienen la obligación de investigar, juzgar y
sancionar de manera diligente las violaciones a los derechos humanos de los
defensores combatiendo la impunidad. Lo anterior “incluye el establecimiento
como primera hipótesis de la investigación que el delito pueda estar vinculado con
las labores de defensa de los derechos humanos, así como garantizar
investigaciones y procesos independientes e imparciales.”52
Siendo así, la Corte concluyó que a pesar de que las autoridades públicas tengan un
cierto grado de discrecionalidad en la adopción de medidas de
protección, estas “deberán hacer cuanto esté a su alcance, con especial diligencia,
para proveer la seguridad requerida por estos sujetos de especial protección,
como manifestación de sus deberes constitucionales más básicos”.
26. En esa misma línea, en la sentencia T-924 de 201455, la Sala Sexta de Revisión
conoció el caso de un líder indígena de la Guajira que había solicitado a la UNP
que reformara las medidas de seguridad que le había impuesto, ya que estas no
cumplían con las necesidades de protección que requería para que se le protegiera
eficientemente sus derechos a la vida y a la seguridad personal.
De este modo, esta providencia subrayó el deber que tiene el Estado de proteger la
vida y la seguridad personal de quienes por sus actividades o funciones políticas,
públicas, sociales o humanitarias, se exponen a un nivel de riesgo o amenaza
mayor. Por lo anterior, señaló que las autoridades encargadas del estudio y de
implementar las medidas de seguridad deben tener en cuenta las condiciones
específicas del afectado y adoptar medidas de enfoque diferencial cuando se trate
de:
“i) líderes sindicales; ii) líderes campesinos y comunitarios; ii) líderes
indígenas y afrodescendientes; iv) operadoras y operadores de justicia; v)
mujeres defensoras de derechos humanos; vi) las defensoras y los
defensores del derecho al medio ambiente sano; y vii) las y los defensores
de las personas LGTBI (Lesbianas, Gays, Trans, Bisexuales e
Intersexuales). Ello, por la calidad de sujetos de especial protección
constitucional que tienen.”
27. En la sentencia T-124 de 201556, la Sala Tercera de Revisión conoció los casos
de una mujer afrodescendiente cabeza de familia y de un activista comunitario que
se dedicaban a defender los derechos de las personas desplazadas por la violencia.
Estos acusaron a la UNP de vulnerar sus derechos a la vida y a la seguridad
personal, ya que no autorizó la implementación de medidas de protección
oportunas, eficaces, idóneas y con enfoque diferencial para prevenir la
materialización de distintas situaciones de riesgo.
55
M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
56
M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez.
De esta manera, en este caso la Sala resaltó que las evaluaciones de seguridad
deben “ser examinadas en relación con los principios de eficacia, pertinencia,
idoneidad, oportunidad y enfoque diferencial”. Sobre este último, señaló que
consiste en observar las “especificidades y vulnerabilidades por pertenencia
étnica, perfil etario, género, discapacidad, orientación sexual
y procedencia urbana o rural de quienes son objeto del programa de
protección”, debido a que estos aspectos profundizan el riesgo de sufrir actos de
violencia relacionados con el conflicto armado interno.
“para determinar cuáles son [los niveles de riesgo de una persona], debe
confluir un análisis de las características de especial vulnerabilidad del
sujeto que solicita la protección, puesto que hay grupos que históricamente
han sufrido amenazas a su seguridad personal, tales como los defensores de
derechos humanos, los desplazados y los sindicalistas.”
Siendo así, más adelante determinó que las personas que ejercen la función
sindical están sometidas a un riesgo constante en virtud de su oficio, de manera
que cuando existan amenazas sobre su vida, estás deben ser analizadas de manera
preferente por las entidades correspondientes.
32. Ahora bien, el artículo 2.4.1.2.2 el Decreto 1066 de 2015 establece los
principios que rigen los programas de prevención y protección, además de los
constitucionales y legales que orientan la función administrativa.
Así mismo, otro principio que rige este tipo de actuaciones es el de idoneidad al
señalar que “[l]as medidas de prevención y protección serán adecuadas a la
situación de riesgo y procurarán adaptarse a las condiciones particulares de los
protegidos”. Así, la valoración y definición de las medidas de seguridad deben
corresponder directamente a la situación de riesgo de la persona interesada en el
servicio de protección o en su cargo, por lo que los fundamentos de las decisiones
siempre deben tener como soporte algún estudio técnico previo.
58
“por la cual se consagran unos instrumentos para la búsqueda de la convivencia, la eficacia de la justicia y se
dictan otras disposiciones”
59
“Por medio del cual se expide el Decreto Único Reglamentario del Sector Administrativo del Interior”
técnicos especializados que motiven la decisión de otorgar, modificar o finalizar
medidas de seguridad.
En tal virtud, las decisiones que asignen medidas de seguridad deben estar
debidamente justificadas por estudios técnicos que se encarguen de analizar la
situación particular del sujeto que requiere la protección.
Caso concreto
37. Según los argumentos presentados por el accionante y la UNP, las medidas de
seguridad tomadas en la Resolución Nº 5343 de 2017, fueron consecuencia de la
última valoración de riesgo del peticionario. Esta fue presentada el 8 de agosto de
201763, por el Cuerpo Técnico de Recopilación y Análisis de Información de la
entidad (en adelante CTRAI) y arrojó como resultado una matriz de riesgo de
40,00%, de manera que el riesgo del demandante fue ponderado como ordinario.
En ese sentido, el mencionado informe de riesgo llevó al Grupo Interinstitucional
de Valoración Preliminar (en adelante GVP) a que recomendara las medidas de
protección que más adelante serían confirmadas por el Comité de Evaluación de
Riesgo y Recomendación de Medidas (en adelante CERREM) y que son
cuestionadas en esta acción de tutela.
Siendo así, para esta Sala de Revisión es imperioso advertir que su análisis recaerá
sobre el proceso de evaluación llevado a cabo por la UNP y los demás comités
correspondientes, ya que esta entidad es las que, de conformidad con la ley y la
regulación, tiene la pericia y el conocimiento técnico para determinar cuáles son
las medidas de seguridad apropiadas para el accionante. Es evidente que la Corte
no puede hacer la revisión constitucional sobre los referidos conocimientos
62
Fol. 53-54, cuaderno 1.
63
Folio 95, cuaderno de la Corte Constitucional.
técnicos, sino respecto del procedimiento y de la forma en que se sustentó la
decisión acusada de vulnerar los derechos fundamentales.
38. El artículo 2.4.1.2.40 del Decreto 1066 de 2015 establece que el procedimiento
ordinario del programa de protección es el siguiente:
Ahora bien, en sede de revisión la UNP precisó de mejor manera y paso a paso
cómo es el proceso de evaluación de riesgo. Estos ítems fueron evaluados por la
Sala de Revisión, sin embargo, como se indicó ut supra los mismos no serán
determinados en el cuerpo de esta sentencia, ya que al ser documentos
relacionados con protocolos de seguridad tienen reserva legal, según el artículo 24
de la Ley 1766 de 2015.
De esta manera, esta Sala de Revisión verificará que los distintos órganos
administrativos hayan llevado a cabo las etapas señaladas anteriormente de
conformidad con el debido proceso y los demás principios que rigen este tipo de
actuaciones.
39. En primer lugar, debe señalarse que el proceso inició en el marco de una
reevaluación del riesgo por temporalidad. Es decir, una vez vencida la vigencia de
las medidas de seguridad de las que gozaba el accionante, la UNP cumplió con las
obligaciones legales de reevaluarlas. Las últimas medidas adoptadas en el caso del
accionante fueron las del 16 de agosto de 2016, cuando la valoración técnica
arrojó como resultado una matriz del 51.11%, por lo que la UNP decidió
“ajustar las medidas de protección de la siguiente manera: finalizar dos (2)
hombres de protección y un (1) vehículo convencional aprobados por jurídica.
(Los cuales fueron implementados por orden judicial, conforme a lo anteriormente
manifestado), Ratificar un (1) medio de comunicación y un (1) chaleco blindado y
un (1) hombre de protección.”64
Ahora bien, como se indicó, la UNP el 25 de mayo de 2017 inició este proceso de
reevaluación de las medidas65. En esta etapa, comprobó que el señor Héctor García
Ramírez es un líder sindical que ha sido víctima de distintas amenazas y ataques
contra su vida. Así mismo, comprobó que los mencionados hostigamientos fueron
llevados a cabo en virtud de su oficio, por lo que evidenció un nexo de causalidad
entre el riesgo y la actividad que desarrolla.
Así mismo, en esa fecha el analista de riesgo adscrito al CTRAI realizó otra
entrevista a la persona que fue designada para la protección del evaluado en el
estudio de riesgo del 2016. El informe realizado indica que “al momento de
consultarle si tenía conocimiento sobre presuntas amenazas contra el protegido,
indicó que desconoce amenazas contra el evaluado.”68
41. Una vez recibida la información, el CTRAI verificó en las plataformas del
grupo de análisis poblacional de la UNP el nivel de riesgo territorial en el que se
encuentra el demandante. Siendo así, evidenció que no existen antecedentes
recientes en los que se registren “amenazas y/o agresiones contra dirigentes
70
Ibídem.
71
Ibídem.
72
Ibídem.
sindicales en la ciudad de Pereira. Así mismo no se encontraron estadísticas que
hagan referencia a la población que ostenta el evaluado.”73
43. El 22 de agosto de 2017, el CERREM validó los resultados del nivel de riesgo
del señor Héctor García Ramírez conforme a la ponderación hecha por el GVP. En
ese sentido, después de valorar su condición de dirigente sindical, la información
suministrada en la entrevista, los informes realizados por las autoridades, los
testimonios de terceros, la situación de seguridad de su contexto y el análisis de las
amenazas, emitió un nuevo concepto sobre la situación del peticionario y calificó
el nivel de riesgo como ordinario. Por lo anterior, recomendó “finalizar un (1)
hombre de protección, y ratificar un (1) medio de comunicación y un (1) chaleco
blindado por un término de tres meses.”75
44. En suma, la Sala de Revisión tiene que en mayo de 2017 la UNP inició la
reevaluación del nivel de riesgo del señor Héctor García Ramírez para determinar
si mantenía o ajustaba su esquema de seguridad. En ese sentido, inició el
procedimiento establecido en el artículo 2.4.1.2.40 del Decreto 1066 de 2015, de
manera que el CTRAI realizó las entrevistas, solicitudes de información y
testimonios para posteriormente analizar el conjunto de datos. Siendo así, después
de este análisis técnico ese cuerpo de recopilación de información, redactó un
informe en el que tuvo en cuenta todas las variables presentadas y concluyó que el
riesgo del demandante era ordinario ya que tenía una matriz del 40,00%.
73
Fol. 98, cuaderno de la Corte Constitucional.
74
Ibídem.
75
Fol. 53-54, cuaderno 1.
Este concepto posteriormente fue avalado tanto por la GVP y el CERREM, de
manera que el 22 de agosto de 2017, el Director General de la UNP acogió las
recomendaciones con la expedición de la Resolución Nº 5343 de 2017.
45. Después de analizar y recapitular las actuaciones realizadas por el CTRAI, esta
Sala de Revisión concluye que se llevó a cabo de conformidad con los principios y
normas aplicables al caso. En ese sentido, se tiene que en la entrevista el
peticionario tuvo la oportunidad de narrar los hechos que vulneraban su derecho a
la seguridad personal y de presentar las pruebas correspondientes para sustentar
sus afirmaciones.
Así mismo que con fundamento en lo anterior, el Comité técnico señaló que la
mayoría de estos hechos ya habían sido evaluados de manera previa, por lo cual, si
bien no se desconocían las amenazas, las mismas ya habían sido tenidas en cuenta.
Además se pudo determinar por los expertos en el análisis de este tipo de amenazas
que muy probablemente los hechos nuevos no habían sido realizados por el grupo
al margen de la ley al que se les atribuía (según se estableció a través del informe
presentado por la UNP que tienen carácter reservado), sino que podrían
corresponder a otro tipo de intereses intimidatorios o de delincuencia común. Lo
que no significa que el riesgo haya desaparecido, sino que, según el informe
presentado por la Subdirección de Evaluación del Riesgo de la UNP, el nivel de la
amenaza disminuye sustancialmente si obedece a este tipo de actuaciones, por lo
que el peligro que representan tiene una extensión menor que corresponde a la
categoría de riesgo ordinario.
En esa misma línea, tanto de la entrevista llevada a cabo con la persona que se
encargaba de la escolta personal del actor, como del informe allegado por la
Dirección de Derechos Humanos y Solidaridad de la CUT, no se deduce la
necesidad de elevar la calificación del riesgo del actor de ordinaria a
extraordinaria.
46. Debido a lo recapitulado, la Sala encuentra que se evaluaron todos los factores
pertinentes en el caso del accionante, se presentaron los estudios técnicos
individualizados y específicos de los niveles de riesgo del actor y los hechos
fueron analizados en congruencia con los principios de causalidad e idoneidad
exigidos tanto por la Ley como por la jurisprudencia. De manera tal, que no puede
llegar la Corte a la conclusión que pretende el actor, pues contrario a lo afirmado
por él mismo, la UNP ha evaluado periódicamente sus niveles de riesgo por la
actividad sindical que ejerce y otorga las medidas correspondientes a las referidas
evaluaciones técnicas.
En ese sentido, se tiene que las medidas sugeridas por el Comité fueron tomadas de
conformidad a los criterios técnicos establecidos en la ley. Igualmente, estas se
ajustan a los principios de causalidad e idoneidad que rigen este tipo de
actuaciones. Lo anterior, debido a que corresponden directamente a la situación de
riesgo que evaluó la entidad, ya que se fundamentan en una serie de estudios
técnicos que examinaron tanto su contexto como su situación particular, de manera
que en este caso no es posible afirmar que las medidas sugeridas obedecieron a una
actuación arbitraria o contradictoria de la entidad. Por lo tanto, esta Sala de
Revisión encuentra que en este caso no se desvirtuó la seriedad y credibilidad de
los estudios técnicos que evaluaron el riego del accionante y, en ese sentido, a
pesar de la presunción de riesgo que este tiene a su favor, la Sala debe dar
credibilidad a lo consignado por las autoridades en dichos estudios.
47. Conforme a lo expuesto, para esta Sala de Revisión no se probó una situación
que implique una violación al derecho a la seguridad personal y al debido proceso
del actor, ya que el procedimiento se adelantó de conformidad con las reglas
constitucionales y legales. En ese sentido, la UNP sustentó debidamente su
decisión y cumplió con los principios que orientan el servicio de protección a
personas, ya que la Resolución que decidió las medidas de seguridad fue proferida
con base en un estudio técnico especializado que respetó las garantías del debido
proceso y otorgó las medidas correspondientes al nivel de riesgo acreditado.
Conclusiones
En segundo lugar, indicó que los defensores de derechos humanos son sujetos de
especial protección constitucional. En ese sentido, manifestó que gozan de una
presunción de riesgo que obliga a las autoridades competentes a ejecutar los
medios idóneos para su protección, los cuales estarán vigentes hasta que se haya
adelantado el estudio de seguridad correspondiente.
50. En el análisis del caso concreto, la Sala estableció que la UNP no vulneró los
derechos fundamentales a la igualdad, al debido proceso y a la seguridad personal
del peticionario, porque la decisión de reducir su esquema de protección se
fundamentó en un concepto técnico, razonable y creíble que evaluó sus
condiciones particulares y contextuales. En ese sentido, la entidad cumplió con la
obligación constitucional de tomar sus decisiones a partir de estudios técnicos
calificados y especializados, en aras de respetar los derechos a la seguridad
personal y el debido proceso del solicitante en desarrollo de los principios de
causalidad e idoneidad que orientan la prestación del servicio de protección.
IV. DECISIÓN
Con fundamento en lo expuesto, la Sala Sexta de Revisión de la Corte
Constitucional, administrando justicia en nombre del pueblo, y por mandato de la
Constitución Política,
RESUELVE
Con el respeto acostumbrado por las decisiones de la Corte me permito expresar las
razones que me llevan a apartarme de la posición adoptada por la mayoría en la
sentencia T-399 de 26 de septiembre de 2018 (M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado).
Sostuvo el accionante que es un dirigente sindical 76 y que desde el año 2010 ha sido
víctima de amenazas de muerte y actos intimidatorios. Explicó que en el año 2015,
la Unidad Nacional de Protección –UNP-, en concordancia con su nivel de riesgo
extraordinario, adoptó una medida de protección a su favor consistente en la
entrega de un medio de comunicación, un chaleco blindado y apoyo de transporte
en cuantía de 2 smmlv;77 sin embargo, debido a su inconformidad con la misma, en
el mes de abril de 2016 interpuso una acción de tutela en contra de la UNP; 78 el
juez constitucional a quien correspondió dicha petición accedió a las pretensiones
del actor, disponiendo implementar la medida de un vehículo convencional y tres
hombres de protección, con efectos hasta que la UNP adelantara una nueva
valoración del riesgo.
Indicó que en el mes de agosto de 2017 y tras una nueva evaluación se calificó su
nivel de riesgo como ordinario por lo que la UNP a través de la Resolución nº.
5343 de 22 de agosto de 2017, 80 prosiguió con el desmonte paulatino de la medida
ordenada por el juez de tutela, finalizando el último hombre de protección y
ratificando por el término de 3 meses el chaleco blindado y el medio de
comunicación.
Con fundamento en los señalados argumentos coligió que la UNP no vulneró los
derechos fundamentales invocados por el actor, porque la determinación de reducir
su esquema de protección se fundamentó en un concepto técnico, razonable y
creíble que evaluó las condiciones particulares y contextuales del actor. En ese
sentido, determinó que la entidad accionada al disponer a través de la Resolución
nº. 5343 de 2017 reducir las medidas de seguridad a favor del actor, cumplió con la
obligación de tomar sus decisiones a partir de estudios técnicos calificados y
especializados.
4. Quiero expresar mi desacuerdo con la sentencia T-399 de 2018, toda vez que
considero que la misma omitió principalmente valorar los nuevos elementos de
juicio introducidos en sede de revisión, esto es, la nueva amenaza de que ha sido
objeto el accionante y la circunstancia de que en la actualidad no cuenta con
medida de protección alguna.86
84
Por la cual se consagran unos instrumentos para la búsqueda de la convivencia, la eficacia de la justicia y se dictan
otras disposiciones.
85
Por medio del cual se expide el Decreto Único Reglamentario del Sector Administrativo del Interior.
86
Debe anotarse que solamente lo concerniente a la expedición de la Resolución n°. 5343 de 2017 por la UNP no se
aprecia que hubiere desconocido el derecho al debido proceso, pues esta únicamente se limitó a acoger las
recomendaciones del CERREM basadas a su vez en el estudio de riesgo realizado antes de la presentación de la
acción de tutela. No obstante,
87
Sentencia T-591 de 2013.
5. En cuanto al derecho individual a la seguridad personal, ha sostenido que
“faculta a las personas para recibir protección adecuada por parte de las
autoridades, cuandoquiera que estén expuestas a riesgos excepcionales que no
tienen el deber jurídico de tolerar, por rebasar éstos los niveles soportables de
peligro implícitos en la vida en sociedad (…)”. 88 Sin embargo, la posibilidad de
invocar este derecho con el fin de recibir protección por el Estado se encuentra
enlazada a la presencia de situaciones reales que permitan visualizar el inicio de la
destrucción del mismo, es decir, suponer la amenaza o el peligro cierto, entre
otros, sobre los derechos a la vida o la integridad de la persona.89
No se olvida que las referidas circunstancias no eran conocidas por el actor ni por
la entidad accionada al momento de interponer la acción; sin embargo, este
Tribunal ha señalado que el juez de tutela goza de unas facultades extra y ultra
petita, además de las oficiosas, las cuales posibilitan que su labor no se circunscriba
únicamente a las pretensiones de la demanda, sino también en la garantía de “la
vigencia y efectividad de los preceptos constitucionales relativos al amparo
inmediato y necesario de los derechos fundamentales”,96 máxime cuando se trata
de la amenaza o vulneración de los derechos de un líder sindical, sujeto de especial
protección constitucional, que merece que el Estado, a través de sus autoridades,
despliegue todas las acciones positivas tendientes a asegurar la protección especial
de sus prerrogativas.
15. En tal sentido, se reiteró que existe un compromiso de las autoridades públicas
encaminado a i) garantizar la labor de las personas que defienden y difunden los
derechos humanos y a ii) promover los espacios de interlocución “en atención a la
situación de conflicto en el país y al papel que juegan (…) en la formación de la
opinión pública y en la promoción y denuncia de las violaciones a los mismos, y
dada la incidencia de su labor como componente básico de la vida política de
Colombia”;98 compromiso que a su vez requiere la adopción de medidas positivas y
96
Sentencia T-311 de 2018.
97
Sentencia C-555 de 2017.
98
Citando la sentencia T-1191 de 2004.
negativas: las primeras,99 en cuanto a que las autoridades actúen con diligencia para
prevenir, investigar y sancionar todo tipo de violación, mientras que las segundas
propenderán por evitar que el mismo Estado incurra en violaciones de derechos
humanos.
16. Ahora bien, pese a que es claro que las autoridades estatales tienen el deber de
desplegar las acciones tendientes a amparar los derechos de los líderes, lideresas y
representantes de los derechos de las comunidades y de evitar la concreción de la
amenaza o peligro que se cierne sobre sus vidas; es diáfano que en nuestro país
dicha obligación constitucional aún se encuentra lejos de ser cumplida
integralmente. Muestra de ello son las aproximadamente 343 muertes violentas de
activistas sociales que se han presentado desde enero del año 2016 a la fecha; 100
solo en lo corrido de este año 123 tuvieron ocurrencia.101
17. Cabe destacar que en el último informe de la CIDH sobre la situación de las
personas defensoras de derechos humanos en las Américas,102 se enfatizó que la
defensa de derechos ha sido y continúa siendo una actividad extremadamente
peligrosa, pues se ha incrementado la violencia, amenazas e intimidación en contra
de los defensores, así como la inefectividad de las medidas de protección.103
18. En informes pasados,105 la CIDH había destacado que los Estados debían
otorgar especial protección a ciertos grupos de defensores de derechos, como es el
caso de los líderes sindicales, toda vez que su vida e integridad se encuentran más
expuestas al menoscabo. De hecho, es necesario destacar que como consecuencia
del alto número de ataques en contra de los activistas sindicales, así como la
altísima tasa de impunidad, Colombia se encuentra entre los 10 países del mundo
más inseguros para ejercer el sindicalismo.106
20. Es claro entonces que dada la actual condición de vulnerabilidad del señor
García Ramírez, profundizada por el contexto de violencia en contra de defensores
y líderes comunitarios que aqueja al país, la Corte como juez constitucional y
garante de la supremacía y vigencia de la Constitución, tiene la obligación de
adoptar medidas que impidan concreción de la amenaza o violación sobre sus
derechos a la vida o a la integridad personal.
21. Como se afirmó, existe un compromiso del Estado, a través de sus autoridades
públicas, de garantizar la labor que cumplen las personas defensoras de derechos
humanos, para lo cual se deberán implementar los mecanismos que tiendan tanto a
la prevención, investigación y sanción de los actos violatorios de sus prerrogativas,
como a evitar que los mismos agentes estatales incurran en vulneraciones.
23. Se reitera que en el presente asunto concurren los elementos objetivos para
advertir la amenaza de los derechos del accionante a la seguridad personal, la vida
y la integridad física, toda vez que los actos intimidatorios ejercidos en su contra no
obedecen a un hecho aislado sino a una conducta que ha permanecido en el
tiempo.112 En tal sentido, atendiendo la ausencia de políticas públicas claras,
coherentes y serias de protección de los líderes sociales; la infectividad de las
medias de prevención y protección de sus derechos desplegadas por el Estado; el
110
Cfr. https://www.fiscalia.gov.co/colombia/noticias.
111
Cfr. http://ail.ens.org.co/wp-content/uploads/sites/3/2018/02/Violencia-antisindical-impunidad-y-protecci
%C3%B3n-a-sindicalistas-en-Colombia-1.pdf.
112
Las amenazas datan del 2010 y han sido de presentación sucesiva, por tanto, la recientemente presentada debía ser
observada no como un hecho aislado, sino examinada en el contexto integral.
incremento progresivo de la violencia en contra de los mismos; y el mayor ámbito
de protección que requieren en el marco del proceso de tránsito a la paz, considero
que en el caso bajo estudio existe para el Estado un deber perenne y acentuado de
protección de los defensores de derechos humanos y líderes sociales.
Obligación que se refuerza aún más tratándose de un Tribunal que tiene a cargo la
protección efectiva de derechos fundamentales como la Corte Constitucional
(artículo 241 Superior); así pues, era indefectible que se adoptara al menos la
protección transitoria del peticionario con el fin de evitar un perjuicio irremediable.
Fecha ut supra,