Cine y Adolescencia
Cine y Adolescencia
Cine y Adolescencia
2 Adolescentes en el cine
La innata capacidad del cine para reflejar los problemas sociales o para crear formas y modelos de com
portamiento social se ve muy reforzada cuando se trata de fotografiar y mostrar la adolescencia, una eta
pa tan conflictiva en la vida como apasionante y rica. Esa edad indefinida que delimita la adolescencia y
que marca un momento decisivo en el camino de la iniciación a la vida de cualquier persona se convierte
en un argumento muy versátil para guionistas y directores de la ficción cinematográfica (como antes lo
había sido para la literatura). El cine que ven los adolescentes, las películas sobre la relación del docente
con el discente, las tramas basadas en las peligrosas relaciones sexuales entre adolescentes y adultos o
la mirada adolescente sobre importantes momentos de la historia de la humanidad son los caminos de
análisis que este artículo utiliza para diseccionar algunos de los múltiples problemas de ese estado de
ánimo que llamamos adolescencia en sus reflejos cinematográficos.
Por su parte, la célebre (se podría decir que mítica) película de François Tru
ffaut, Los 400 golpes, se centra en un preadolescente conflictivo, un golfillo
desarraigado, mentiroso compulsivo y lleno de patologías derivadas de sus
problemas familiares y sociales, que se enfrenta al mundo y quiere encontrar
su libertad y su propia identidad en su frenética huida. Es el debut del perso
naje de Antoine Doinel, creado a modo de alter ego por el cineasta francés
con gran sinceridad y ternura: un ladronzuelo adolescente que palpita entre
un París de ensueño que le agobia y una esperanzada mirada (¡la primera¡)
desde la playa al mar de la libertad y del encuentro con la propia identidad.
Pero poco a poco, y sobre todo a partir de los años ochenta, esa tendencia se
va infantilizando con rapidez. Las películas que tratan sobre asuntos nimios
de la colectividad estudiantil (amoríos, novatadas, chistes fáciles…) sustituyen
con celeridad a otras que se analizan en apartados posteriores de este trabajo,
constituyéndose en un “género” específico dirigido a los públicos adoles
centes y que la industria aprovecha con avidez para no sólo vender muchas
entradas, sino también (y quizá consiguiendo mayores beneficios) vender
muchas palomitas y refrescos. Este cine “para adolescentes” (subgénero “pa
lomitero” o del “palomitón” si se me permite jugar con las palabras) confluirá
(2)
en las pantallas con determinación en títulos tan expresivos como Porky´s,
Como manifestaba el cantante Todo en un día, De pelo en pecho, Admiradora secreta, No puedes comprar
Sting con crudeza en una de mi amor, Una maravilla con clase, La mujer explosiva, Chico celestial, Aquel
sus visitas a España: “Yo he sido
también profesor y creo que
excitante curso, Loco por ti, Desmadre a la americana o Loca academia de
no hay ninguna diferencia entre policía, por citar sólo algunos más representativos. Un tipo de cine que segui
dar clases y estar encima del rá presente en los años noventa y aún en la cartelera actual con películas de
escenario cantando. En ambos
casos, se trata sólo de entrete
gran éxito comercial como A por todas, American Pie, Nunca me han besado,
ner a delincuentes en potencia” Quiero probarlo, Kevin&Perry, Hoy mojamos, Dos caraduras y un plan, Chicas
(El País Semanal, entrevista, al ataque, Ingenuas y peligrosas, etc. Esas películas de “hormonas desatadas”,
02.11.1986).
“camisetas ajustadas, falditas cortas y pompones desbordados” -tal como
(3) las define Jesús Villegas en un artículo consultado en internet (Misión Joven
La saga cinematográfica tan Digital, s. f.)- y que “remiten al despertar sexual”, sin intentar profundizar en el
de moda Crepúsculo, pese a específico conflicto social que supone la aceptación de la sexualidad no pa
su origen literario y televisivo,
puede tener su más remoto rece que sean los ejemplos más válidos para la reflexión que aquí se plantea;
origen en una famosa película como tampoco los son otras sagas o tendencias muy comerciales (Star Wars,
de 1987 titulada Jóvenes Harry Potter, Crepúsculo (3) y otras) que marcan las tendencias actuales y que
ocultos en la que ya se plateaba
la idea de enamoramientos definen los títulos que el público adolescente -más mayoritario- “ve” o “quiere
juveniles entre vampiros. ver” habitualmente en las pantallas comerciales.
Las diferentes versiones de la famosa novela de James Hilton, Adiós, Mr. Chips
apuestan también una determinada manera de reivindicación de la figura del
docente frente a la incomprensión inicial de sus estudiantes adolescentes.
Tres son las adaptaciones cinematográficas de esa novela: la dirigida por
Sam Wood en 1939, con Robert Donat -como el tímido y joven profesor que
llegará a mediados del siglo XIX al internado de Brookfield, en el que perma
necerá hasta el estallido de la primera guerra mundial-; la de 1969, dirigida
por Herbert Ross e interpretada por Peter O’Toole -en la que con la ayuda de
la música de John Williams se consiguió hacer derramar ríos de lágrimas a
los espectadores de todo el mundo-; y la menos significativa y que pasó sin
pena ni gloria por las pantallas televisivas en 2002, dirigida por Stuart Orme y
con Martin Clumes en el papel de Chips. Una tragicomedia en tres tiempos y
para tres tipos de espectadores diferentes que subrayaba el protagonismo del
docente y su decisiva importancia en la vida futura de los adolescentes a los
que trataba de educar. Y en este periplo de docentes que marcan la vida de
personas adolescentes, no podemos olvidar a una profesora de baile excep
cional, la señora Wilkinson de la película de Stephen Daldry Billy Elliot (2000)
capaz de estrujar el alma y el cuerpo del desarraigado Billy y -venciendo la
dura oposición paterna y social- convertir al adolescente protagonista en un
magnífico bailarín clásico. Una gran propuesta narrativa que plantea con rigor
(6) cómo enfocar las dudas de la adolescencia y logra describir de una manera
El sistema de Orquestas muy física en la pantalla un duro camino iniciático hacia la vida adulta.
Juveniles e Infantiles de
Venezuela tiene apoyos de la
ONU y de otras instituciones Mucho más juego ha dado en la pantalla, como antes señalaba, la cara más
mundiales para el desarrollo. oscura de la relación tutor-adolescente. Con el referente antes comentado de
Semilla de Maldad, se inaugura una interesante tendencia del cine más contem
(7)
Bulman (2002, 251-276) poráneo sobre la “violencia” en las aulas y el papel del docente para domeñar
propone la denominación esos grupos de adolescentes “perdidos” para la sociedad. Casi un género cine
Urban-high-school para matográfico (7) con cierta autonomía, los films de este tipo resultan imposibles
definir esta tendencia
cinematográfica. Ver también de citar por su amplitud, pero algunos han cuajado en el imaginario colectivo
Obiols Suari (2011, 9) con mayor fuerza. Por ejemplo las dos versiones de Rebelión en las aulas, am-
Relaciones peligrosas
La belleza juvenil es una de las tentaciones más diabólicas para el adulto. Lo
mismo que la madurez y la sabiduría del adulto (quizá su seguridad vital) se
convierten a su vez en uno de los atractivos más tentadores para las personas
adolescentes. Pero esa atracción mutua, ese juego de tentaciones cruzadas,
esas inmensas posibilidades de “ser iniciado” o “iniciar” en terrenos descono
cidos no se queda siempre en la vinculación entre el mentor o mentora y el
iniciado o iniciada. En ocasiones, la pasión nostálgica por la infancia perdida,
por la pureza del ángel; o la tentación de dejarse llevar en el difícil camino de
la vida por las expertas manos de la persona adulta, estalla en pasiones des
controladas y perniciosas. Las irrefrenables pasiones carnales pueden llevar
la relación adulto-adolescente por caminos tan peligrosos socialmente como
atractivos para argumentos de ficción cinematográfica.
Dos pueden ser los modelos en los que se reflejan las diversas posibilidades
de cine para narrar estas situaciones. Uno de ellos de origen fundamentalmen
te literario: Lolita de Vladimir Nabokov. El otro, aunque lejanamente basado
en una novela de Charles Webb, podemos denominarlo como más cinemato
gráfico y musical, pues fue la película El graduado (Mike Nichols, 1967) y una
mítica canción (Mrs. Robinson de Simon&Garfunkel) las que otorgan consis
tencia y celebridad a la trama.
La adolescente literaria del escritor ruso es tratada en el cine -por las propias
características de ese medio- con mayor fisicidad y sensualidad que en la no
vela. Tanto la Lolita (Sue Lyon) de Stanley Kubrick (1962) como la de Adrian
Lyne (1997), Dominique Swan, representan la carnalidad en flor que “tienta” de
manera desenfrenada e irresistible al “equilibrado y prestigioso” adulto profesor
Humbert, que no duda en sacrificar su libertad y su carrera por la sexualidad de
Pero el cine trata estas historias de formas muy diversas. En Escándalo en las
aulas de Peter Glenville es el profesor alcohólico interpretado por Laurence
Olivier el que rechaza sexualmente a su pupila adolescente enamorada (Sarah
Milles) exponiéndose a la calumnia de la alumna, que sin medir sus consecuen
cias y amparada en la venganza juvenil denuncia al adulto por acoso sexual.
Muy distinto es el caso planteado en El hombre del cráneo rasurado. La tene
brosa película del belga André Delvaux plantea la historia del enamoramiento
obsesivo de un profesor de peluquería por su estudiante, una fascinante y sen
sual Beata Tyszkiewicz. Cuando las propuestas sexuales del adulto son recha
zadas por la joven, el profesor entra en una estado de enajenación mental muy
peligroso. A medio camino entre la experimentalidad cinematográfica y el cine
de género fantástico y de terror, la película se mueve por territorios quizá más
agobiantes y peligrosos que los simples amores prohibidos. Particularmente
-pese a la impresión que me causaron en mi adolescencia estas dos películas
citadas- en la actualidad prefiero destacar tres propuestas españolas de adulto
fascinado por jovencita. Me refiero a la ya clásica película de Jaime de Armiñán,
El nido, en la que con gran virtuosismo el director plantea la historia de un di
rector de orquesta jubilado y ya viudo que descubre la felicidad en su enamo
(9) ramiento tardío de una preadolescente de 14 años. Toda una irrefrenable pasión
Recuérdese por ejemplo,
entre otras muchas, El ángel de adulto aferrado a la vida, en la que Don Alejandro (Héctor Alterio) un per
azul (Joseph Von Stenberg, sonaje culto, con muchas aficiones y con la vida resuelta se aferra a la juventud
1929) en la que la joven y bella y a la pureza de Goyita (Ana Torrent) una “lolita” española muy sensual pero
cabaretera interpretada por
Marlene Dietrich hace “caer” al quizá más niña que la que presentaba Nabokov. La pureza y la limpieza de la
tímido y prestigioso profesor relación de amistad no oculta la pasión sexual latente y le sirve al director para
Rath desde la cumbre social satirizar la maledicencia y los prejuicios sociales. También me atraen de manera
hasta la perdición total.
desmedida otras dos “lolitas” hispanas. Ambas interpretadas (no es casual) por
(10) María Valverde, que aparece en el cine español del siglo XXI con una inmensa
Podría también haber traído carga sensual de adolescente diabólica. Se trata en primer lugar de La flaqueza
a colación películas como L’
Amant (Jean-Jacques Annaud, del bolchevique, basada en una novela de Lorenzo Silva y dirigida por Martín
1992), Lila dit ça (Ziad Doueiri, Cuenca, en la que se narra la historia de un adulto que conoce por casualidad
2005), Eban and Charley a la hermana adolescente de una pija con la que ha tenido un encontronazo
(James Bolton, 2000) o Il
sapore del grano (Gianni Da tras un accidente de tráfico. La nínfula Rosana, llena de pureza y de luz, pero al
Campo, 1986), pero como en mismo tiempo de sexualidad naciente, cambiará para siempre la vida y la forma
apartados anteriores se abriría de pensar de ese utópico hombre de izquierdas, obsesionado con encontrar al
demasiado el campo de análisis
y me obligaría a un artículo de supuesto bolchevique que asesinó a la zarina en 1917. Y, por supuesto, me gusta
disparatado tamaño. ría reivindicar aquí una película extraordinaria pero poco conocida: Madrid 1987,
La inolvidable película de Jean Renoir Esa tierra es mía narra los supuestos
hechos acaecidos en la escuela francesa de un pequeño pueblo durante la
ocupación alemana. El profesor Lory (inmenso, en todos los sentidos, Charles
Laughton) es un tímido y apocado docente, refugiado en el hogar materno y
superprotegido. En el juicio al que es sometido por un asesinato que no ha co
metido -y pensando sobre todo en sus pupilos adolescentes y en su propia dig
nidad- el profesor Lory hará un discurso demoledor contra quienes favorecen
la ocupación alemana y en defensa de la libertad del pueblo francés convirtién
dose así en un héroe no sólo para su compañera y amiga (Maureen O’Hara) sino
para el amplio grupo de adolescentes a través de cuyos ojos se contempla un
micro episodio histórico que se convierte en metáfora premonitoria de lo que
será la resistencia francesa y su importancia en la derrota del fascismo europeo.
Por su parte, la polaca Agnieszka Holland narra también una preciosa historia
que parece construida exprofeso para continuar con las reflexiones que se
están planteando en este artículo. En Europa, se asiste a las peripecias de un
adolescente judío en plena segunda guerra mundial. Para poder sobrevivir el
joven deberá vivir durante un tiempo en un orfanato ruso, posteriormente se
tendrá que hacer pasar por alemán hasta convertirse en un héroe nazi ocul
tando sus creencias y su identidad y, por supuesto, sin desvelar esa escisión
física en su pene que le delata y acusa. El paralelismo entre las complicaciones
de cualquier adolescente para asumir su propia identidad con las de este judío
puesto siempre por la trágica contienda en situaciones límites y rocamboles
cas se traduce en una efectividad narrativa prodigiosa. Sally es un personaje
(11)
que se convierte casi en metáfora del cuestionamiento vital permanente al
Se quedan en el tintero no que está sometido cualquier persona adolescente, pero en este caso, cada
sólo películas interesantes sino momento de su vida (en la que está de modo casi onmnipresente su ausencia
también conflictos históricos
muy decisivos, locales o más
de prepucio como pesada espada de Damocles) se convierte en una compleja
internacionalizados, que me travesía por la cuerda floja de las identidades geográficas (polacos, rusos,
resulta imposible abarcar. Por alemanes…) y religiosas (judías, católicos, protestantes…). La directora polaca
citar solo acontecimientos
que nos son muy cercanos
logra transmitir toda la soledad de este joven “arribista por azar” que oculta
al menos por el idioma, se su “secreto” en un reflejo muy certero de la adolescencia como edad de la
me ocurre citar -a modo de indefinición, al mismo que maneja la micro historia de Sally para trazar una
ejemplo- la reciente historia
rica disección de los graves problemas de la humanidad y de la inutilidad de la
argentina a través de los ojos
de adolescentes en películas guerra. “A veces es más fácil representar un papel que ser fiel a uno mismo”,
como Kamchatka (Marcelo dice uno de los personajes del film. Y es cierto, para el adolescente (para Sally
Piñeyro, 2002) que “mira” la
y para todos lo que se enfrentan a ese complejo estado de ánimo) resulta mu
represión de la dictadura militar
de Videla a través de los ojos de cho menos exigente dejarse llevar por el grupo y representar el papel que en
un adolescente enamorado; o cada momento te otorga la sociedad que “encontrarse” realmente a sí mismo
Infancia clandestina (Benjamín y “vivir” su verdadera identidad.
Ávila, 2011) que narra la historia
de una familia de montoneros
que vive entre el exilio y la También me resulta especialmente atractiva en el mismo sentido la propuesta
clandestinidad vista a través del director francés Louis Malle en Au revoir les enfants. En ella la ocupación
de la mirada de un joven de 14
años que se inicia a la vida y alemana se narra desde los ojos de otro adolescente judío, oculto bajo nombre
descubre su identidad en un falso en un colegio y defendido por un valiente sacerdote católico de fuerte
ambiente atípico pero decisivo compromiso democrático. El padre Jean acoge a Bonnet y a otros adolescentes
para la historia de su país. O
también se queda olvidado judíos bajo la protección de los muros de la escuela, al tiempo que en sus ser
el caso Los juncos salvajes mones denuncia la pasividad de los padres de los estudiantes y su situación de
(2004) del francés André privilegio. Observar la realidad de ese drama de la ocupación y del holocausto
Techiné en el que se traza el
paralelismo entre los amores desde los ojos privilegiadas de ese grupo de adolescentes “varados” al mismo
cruzados de tres adolescentes tiempo en el internado que les protege y en las propias búsquedas de sus iden
(François, Maïté y Serge) con tidades permite a Louis Malle demostrar su inteligencia narrativa y su compro
los problemas de la Francia
gaullista durante la guerra de miso con la libertad.
Argelia.
Por otro lado, y de otra manera, José Luis Cuerda narra también un episodio
de los años finales de la segunda república y el estadillo del conflicto bélico
español en un pequeño pueblecito. La lengua de las mariposas se centrará en
la historia de un fascinante maestro republicano (magnífico Fernán Gómez
como paradigma de todo el cuerpo docente español de aquella época) y su
pupilo, un adolescente que descubre en la ciencia y en el conocimiento que
la transmite su profesor un camino para salir de la podredumbre rural a la que
está abocado. En un final estremecedor -pero muy tierno al mismo tiempo- el
espectador asistirá a la traición del joven a su “querido” maestro. La cómoda
pertenencia al grupo, la dificultad de encontrar y asumir su propia identidad,
la indefinición en suma del adolescente que grita e insulta al único hombre
que de verdad “quiere y respeta” es un reflejo casi especular del aconteci
miento histórico que en ese momento está viviendo España: la traición a esa
joven república -culta y dinámica- agredida e insultada por la adocenada
masa rebelde que la asesinará definitivamente tres años después.
Por su parte, la película de dirigida por Tony Kaye e interpretada por Adrien
Brody retoma como la anterior la reflexión sobre la violencia en las aulas y el
papel del profesor en su encauzamiento; pero en este caso, además de hurgar
con dureza en la visión de la adolescente conflictiva “salvada” por el adulto,
Kaye disecciona la conciencia del profesor, que evita comprometerse en la
situación, que desempeña su profesión intentando mantener frialdad y distan
cia y que huye de su posible implicación moral en el problema que debe vivir.
Dos más que interesantes “reformulaciones” de los casos que ya he comenta
do anteriormente.
En primer lugar porque películas como Historias del Kronen (Montxo Arme
dáriz, 1995), El bola (Achero Mañas, 2000), Martin Hache (Adolfo Aristaraín,
1997), Héctor (Gracia Querejeta (14), 2004), Barrio (Fernando León de Ara
noa, 1998) o la muy modesta Blog (Elena Trapé, 2010), son -además de exce
lentes films- evidentes muestras de las mejores y más interesantes reflexiones
sobre algunas cuestiones ya mencionadas: la irresponsabilidad del adoles
cente, la delincuencia juvenil, la búsqueda del padre o la madre perdidos, la
marginalización del adolescente por la pobreza física o cultural; o -en el caso
de la última- la visión de la cotidianeidad de la vida de un grupo de chicas
adolescentes narrada con el propio lenguaje usado en sus íntimas confesiones
grabadas con las webcam. Pero también por otra razón muy personal y de
justicia. Este artículo está basado primigeniamente en mis reflexiones sobre
una reciente película de Patricia Ferreira: Los niños salvajes (2012). Fue pre
cisamente cuando se presentó esta película al público menorquín del Ateneo
de Mahón, cuando me planteé por primera vez la reflexión sobre el reflejo
cinematográfico de la adolescencia. Por ello -y a modo de pequeño homenaje
de agradecimiento a su directora, que tuvo la generosidad de viajar allí para
participar en una mesa redonda sobre estos temas- es por lo que me gustaría
cerrar esta larga lista de propuestas con un breve análisis de ese film por su
decisiva contribución al debate planteado.
Coda
Como otros muchos adolescentes que han ido apareciendo en estas páginas,
los tres jóvenes ideados por Patricia Ferreira son reflejos de ficción de la ma
yoría de las personas que transitan desprotegidos por esa etapa vital. En este
caso, Oki se rebela frente a la autoridad paterna que confunde privilegios eco
nómicos con cariño; Alex ve como sus sueños se desvanecen y su futuro se pre
senta amargo y desilusionante en una familia desestructurada por la situación
económica y social; y Gabi asiste atónito a su propia cobardía sintiéndose como
un muñeco articulado en las manos de su padre, que es al mismo tiempo su
entrenador de kickboxing. Acertadas metáforas que ponen el dedo en la llaga
de los múltiples problemas de la adolescencia. Problemas familiares y sociales
de educación y cultura; enfrentamientos entre el incomprensible mundo adulto
y el incomprendido mundo adolescente; choques violentos entre los sueños vi
tales de la juventud y la terrible realidad de los adultos que han dejado de soñar.
Todo un universo de circunstancias cotidianas convertidas en su reflejo cine
matográfico en estilizadas propuestas llenas de pasión y poesía, que se podría
resumir en una sola: la búsqueda de una identidad. Como el adolescente argen
tino de la película con la que he comenzado este artículo, que frente a la tumba
de su mentor en su complejo proceso de maduración vital y política se lamenta
de la dificultad de encontrar ese lugar al sol: “Me gustaría que me dijeras como
se hace para saber cual es mi lugar en el mundo. Supongo que me voy a dar
cuenta cuando esté en un lugar y ya no me pueda ir más. Supongo que es así.
Supongo que va a aparecer. Todavía tengo tiempo de encontrarlo”.
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