El Dios de Jesús
El Dios de Jesús
El Dios de Jesús
Caravias sj
EL DIOS
DE
JESÚS
INDICE
Presentación
Introducción
I. LA FE DE JESÚS
1. La ciencia de Jesús
2. La fe de Jesús
3. Búsqueda constante de Dios y de su Reino
4. Jesús se siente enviado del Padre
5. Al Padre lo conoce sólo el Hijo
1. La oración de Jesús
2. Las enseñanzas de Jesús sobre la oración
3. Originalidad de la oración cristiana
VI PADRE NUESTRO
a. El testimonio de Pablo
b. El testimonio de Juan
Paulinas, Bogotá
Don Bosco, Quito
Vozes, Petrópolis
Paulinas, Buenos Aires
EDICAY, Cuenca, Ecuador
CEPAG, Asunción
Tierra Nueva, Quito
Presentación
El problema del hombre que escucha y vive la palabra de Dios es llegar a comprender
qué es lo que la Palabra pensaba de Dios, es decir, cómo se realizaba la constante y cada
vez más honda comunión de la Palabra encarnada con el Padre, que determinó su
encarnación y con el Espíritu, que alentó esa historia. Los hombres, comprometidos en
escribir lo que el Espíritu sugiere a sus mentes, mientras su corazón se hace comunitario,
nos han escrito mucho del Dios de Jesús.
Hacía falta que alguien uniera todos esos pensamientos sobre un solo lienzo, en el que se
marcara la huella de sangre del rostro de Cristo. Mi hermano José Luis Caravias s.j. lo ha
conseguido, mientras formaba comunidades, mientras recibía de ellas testimonios vivos
de la presencia de Cristo, mientras entregaba sus cruces a la inacabada obra del Señor.
Todo lo que vamos a leer y, estoy seguro que también a releer, en "el Dios de Jesús" es
lo vivido por muchos, lo escrito por algunos, lo esperado por todos.
Arzobispo de Cuenca
Introducción
Yo no soy teólogo, ni hijo de teólogo. En mis años "oficiales" de teología fui mal
estudiante. No tengo ninguna clase de títulos. Acabé los estudios trampeando lo antes
que pude. Mi único ideal era ser sacerdote campesino. Por ello, de vuelta al Paraguay,
junto con otros compañeros, compartí la vida campesina. Queríamos convertirnos en
campesinos "auténticos". Trabajábamos con nuestras manos la tierra. Pero aquellos
campesinos pacientemente nos fueron convenciendo de que lo que ellos querían de
nosotros era ante todo que les ayudáramos a fortalecer su organización naciente: las
Ligas Agrarias. Y así, a instancias de ellos, llegué a dedicarme completamente a cursillos
de formación.
Al comienzo los cursos eran de corte socioeconómico. Pero poco a poco fue saliendo a
superficie una realidad de hondas raíces: la fe campesina. Medellín explotó en Paraguay
como cohete alegre de fiesta. Los campesinos comenzaron a pedir que les ayudáramos a
caminar por un nuevo sendero que descubrían con gozo: la Biblia. Y así, suavemente,
ellos me forzaron a volver a los libros de teología. Pero esta vez con el corazón asentado
en un pueblo oprimido, pero creyente y en marcha.
Después de años de compartir con ellos el despertar de la fe, puedo llegar a afirmar que
jamás he quedado defraudado en un curso bíblico con campesinos. Todavía sigo con
capacidad de admiración frente a la fe creciente de este campesinado latinoamericano. En
su fidelidad creativa siempre hay algo que me sorprende con gozo. Vivo, cada vez más
profundamente, aquella alegría gratificante de Jesús ante el hecho de la revelación del
Padre "a la gente sencilla; sí, Padre, bendito seas por haberte parecido eso bien" (Mt
11,26).
Según mi parecer, tres son los temas bíblicos principales en los que se centra el despertar
campesino: la hermandad, la tierra y Jesús. El primer impacto es el descubrimiento de la
hermandad como exigencia de la fe. En segundo lugar, con frecuencia reciben un ánimo
profundo muy gozoso cuando descubren que la Biblia tiene mucho que decirles sobre su
realidad campesina. Sobre esta doble plataforma resulta mucho más profundo el
encuentro personal y comunitario con Jesús. Conocer y seguir a Jesús es su meta. Se trata
de un encuentro sencillo, gozoso, cuestionante, entre viejos amigos por largo tiempo
distanciados. A partir de estas experiencias se va construyendo un nuevo modo de ser
Iglesia y una nueva espiritualidad.
Acompañando este caminar a lo largo de los años me he visto forzado por ellos a
devolverles sistematizado lo mucho que voy aprendiendo de ellos. Su deseo de
hermandad me llevó a escribir "Vivir como Hermanos". La exigencia de respeto de su
religiosidad me obligó a investigar y escribir "Religiosidad campesina y Liberación". El
gozo de encontrar su realidad campesina en la Biblia produjo "Luchar por la Tierra". El
descubrimiento de un Dios distinto se plasmó en "Dios es bueno". El encuentro con Jesús
se ha ido jalonando en tres pasos: "Cristo es Esperanza", "Cristo Compañero" y ahora
"El Dios de Jesús". Todos son libros salidos e inspirados en la fe campesina. Los
problemas y el espíritu que todo este despertar suscita en los agentes de pastoral intento
llevarlo a la oración en "Consagrados a Cristo en los Pobres". Por último, he sentido
también la necesidad de historiar parte de este proceso; así han nacido "Liberación
Campesina: Las Ligas Agrarias del Paraguay" y "En busca de la Tierra sin Mal:
Movimientos campesinos en el Paraguay, 1960-1980".
Pero este libro que presento, "El Dios de Jesús", tiene un nacimiento distinto. Ahora no
parto tanto de la base, sino de los teólogos. Queriendo ayudar a este deseo creciente de
encuentro entre Jesús y su pueblo, se me ocurrió organizar una "minga" de teólogos. Las
dos grandes culturas sudamericanas, la quichua y la guaraní, saben organizar mingas para
resolver sus problemas. Se trata de trabajos comunitarios, en los que todos juntan su
fuerza, con alegría, gratis, al servicio de la comunidad. Algo así he querido hacer con los
teólogos.
En los veinte últimos años se ha escrito mucho y muy lindo sobre Jesucristo. La mayoría
de estos teólogos tienen sus ojos puestos en los pobres, pero su lenguaje no es el de los
pobres. Por eso muchos de sus hermosos y caros libros no les sirven a los pobres, aunque
cada vez los necesitan más. Fue así como se me ocurrió servir de puente entre la buena
voluntad de unos y el hambre de los otros. Hacer como de traductor. Y para ello me he
puesto a leer, resumir, simplificar, coordinar las muchas ideas lindas de tantos hermanos
teólogos. Los he puesto a trabajar juntos, con la alegre libertad de las mingas.
El presente libro, pues, no tiene nada de original. Todo está copiado. Es puro plagio, con
el mayor descaro. Se unen y se entremezclan unas citas con otras; se cambian sin
empacho las palabras complicadas; otras veces se copia al pie de la letra. No se respetan
los derechos de autor. Es que se trata de una minga de teólogos: todos juntos, trabajando
gratis, alegremente, al servicio de la fe de este pueblo, de lo mejor de este pueblo: los
animadores bíblicos de las Comunidades Cristianas. ¡Gracias, hermanos!
En estos nueve años el presente libro ha sido editado en diversos países. He recibido
muchos agradecimientos porque estas páginas han ayudado a muchas personas a conocer,
amar y seguir más de cerca a Jesús. Mucho le doy gracias a Dios por ello. Ahora presento
una nueva edición popular paraguaya, en la que he suprimido las notas. Las personas que
quieran consultarlas las pueden encontrar con facilidad en las otras ediciones: Paulinas de
Colombia y Argentina, EDICAY de Ecuador, CRT de México y VOZES del Brasil.
JOSE L. CARAVIAS