03 - Hablar en Público Curso
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03 - Hablar en Público Curso
Hablar En Público.
Preparado por:
Equipo de Apoyo
Diciembre 2021
Hablar En Público
MÓDULOS
La respiración y articulación
MÉTODOS DE PRESENTACIÓN
COMUNICACIÓN Y SU IMPACTO
Impacto de la comunicación
Barreras de la comunicación
MUESTRA DE DISCURSOS
Ayudas audiovisuales
OBJETIVO DEL CURSO-TALLER
Aprender cómo hacer uso de las reglas para hablar bien en público, poniendo en práctica las formas para
enseñar, motivar, informar, crear confianza y vender sus ideas, productos y/o servicios.
BENEFICIOS:
Contar con elementos que permitirán introducir un conjunto de principios, técnicas y procedimientos para
conocer, dominar y aplicar en forma objetiva la práctica de hablar en público.
Los propósitos: dominar el miedo y la timidez, hablar con claridad y facilidad, elaborar y exponer nuestros
discursos.
Incluye: prácticas dinámicas, materiales, videos para medir el desempeño de los participantes y con ello
contar con una retroalimentación positiva.
INTRODUCCIÓN
La Habilidad de Hablar en Público
Una de las actividades que actualmente son más beneficiosas dentro del mundo de los negocios es la
habilidad para hablar en público.
Al utilizar las técnicas y consejos que se impartirán se verá desarrollada la habilidad para comunicarse y
dar a entender mejor su mensaje, además de seducir a las personas que lo escuchan.
Una de las primeras habilidades que se nos enseñan en los primeros años de nuestra vida es la de
HABLAR.
Lo primero que hace un niño, entre otras cosas, es aprender a hablar. ¿Se acuerda?
El problema que tiene la mayoría de personas es que no obstante de que saben hablar, es decir, que saben
proferir palabras y sonidos no muchos entienden y aplican los conceptos para comunicarse eficazmente
con las personas que los oyen.
No todas las personas saben como captar la atención de quienes los están escuchando…
Cuatro consejos que van a mejorar todas sus habilidades; no sólo para transmitir si no para impactar
de mejor manera a las personas con las que hable
CONCER EL TEMA: Éste es un concepto primordial en la habilidad para hablar y darse a entender. Si se
conocen los conceptos y temas de los que se hablará será la mejor forma para darse a entender y tendrá la
seguridad que lo que va a decir será percibido.
NO IMPROVISAR: Siempre deberá preparar los puntos que va a exponer. Incluso, muchas personas
preparan “las bromas” que van a contar durante la conferencia; esto lo conectará rápidamente con su público y
aumentará la confianza que tiene con ellos.
MIRE AL PÚBLICO MIENTRAS HABLA: Si mira al público ganará su confianza, si no lo mira, ellos no
confiarán en usted y no los vas a cautivar. ¡MÍRELOS!
SEA REPETITIVO: Al igual que los grandes oradores, los artistas y personajes públicos preparan y repiten
su discurso varias veces antes de llevarlo a la práctica.
No memorice palabra por palabra, es mejor comprender el tema con el objetivo de ganar confianza y asegure
que compartirá información útil con los demás.
El 7 por ciento de las personas atienden a las palabras que se dicen, es decir, a la información que se
transmite.
El 38 por ciento atiende al tono con que se dice, la forma en la que se dice, es decir, la emoción con la que se
difunde un mensaje.
El 55 por ciento de la atención que las demás personas ponen en usted esta en los gestos y el lenguaje corporal
que transmite mientras habla.
“Al igual que los bosques mudan sus hojas cada año, pues caen las viejas, acaban la vida de las palabras ya
gastadas, y con vigor juvenil florecen y cobran fuerza las recién nacidas... Renacerán vocablos muertos y
morirán los que ahora están en boga, si así lo quiere el uso, árbitro, juez y dueño en cuestiones de la lengua”
Horacio, el gran poeta latino, Epístola ad Pisones, más conocida como Ars Poetica
La Oratoria, es uno de los elementos fundamentales en la unificación de criterios, la comprensión y el
estímulo de masas. La Oratoria ocupa un lugar especial, en la vida misma: es el poder del convencimiento.
Un orador debe demostrar sinceridad, debe ser sincero consigo mismo y con los demás. Estas cualidades sólo
son obtenidas por las experiencias objetivas de la vida.
Hoy, no se busca ser engañado sino comprendido, escuchado, valorado, orientado y legitimado.
Si la edad moderna comprende desde la toma de Constantinopla hasta la Revolución Francesa (Fines del siglo
XVIII), entonces diremos que la edad contemporánea corresponde a lo subsiguiente de la anterior hasta
nuestros días.
La oratoria es el arte de hablar con elocuencia; de deleitar y persuadir por medio de la palabra.
Para aclarar, diremos que por elocuencia debemos entender aquella facultad de hablar bien y de modo
convincente, gracias a la fuerza expresiva poseída por el
orador, en todos sus aspectos tanto internos como externos; ahora bien, debemos saber que, deleitar es causar
placer o agrado en el ánimo o los sentidos de los oyentes y que persuadir significa convencer con razones a
otra persona, es decir es el hecho de inducir a uno a creer o hacer algo.
En cuanto a estos aspectos diremos que la oratoria, como arte y la elocuencia como fuerza expresiva, van
juntas, ya que no se posee el arte si no se tiene la fuerza vital de esta. Referente al deleite y a la persuasión
ambos son consecuencias de las primeras, y es en estas donde estriba el éxito de los oradores. La causa es la
facultad del orador y el efecto es la atención, entendimiento, comprensión, convencimiento y los ánimos
conseguidos en los oyentes por parte del orador.
La oratoria se encuentra reflejada en el discurso, y el discurso en su conjunto ofrece una trilogía, la cual en el
presente periodo han sido tomados con más énfasis, ya que con ellos se pueden alcanzar los objetivos trazados
y los efectos deseados.
El discurso es el razonamiento extenso dirigido por una persona a otra u otras, es la exposición oral de alguna
extensión hecha generalmente con el fin de persuadir, y que ella como dijimos se encuentra conformada por
tres aspectos que son:
En primer lugar, tenemos el contenido del discurso, el cual debe ser tejido en el telar de las experiencias, debe
estar copado de detalles, ilustraciones, personificaciones, dramatismo y ejemplos en algunos casos; y todos
estos expresados con términos familiares y concisos los cuales den la comprensión y el entendimiento
adecuado, en donde lo que se quiere decir sea entendidos por todos.
Luego está el orador, el cual debe reunir los atributos adecuados (mentales, físicos y vocales), que
contribuyen a vigorizar el discurso. Para tal cometido debe elegir temas por los cuales se siente convencido.
Su atributo mental se refleja en copar toda la extensión de su disertación y saber limitarlo en los aspectos más
importantes y sobresalientes.
En cuanto al factor físico, corresponde el hecho de dar mayor relevancia en la acentuación mediante los
gestos correctos, los cuales deben ser realmente sinceros y no fingidos.
La vocalización es otro atributo, correspondiendo ser este claro, seguro, vivaz, determinante y conciso.
Por último nos encontraremos con el auditorio, el objetivo al que se dirige el discurso y el árbitro decisivo del
éxito o el fracaso del orador.
Es necesario que el orador conozca a quienes tiene en frente, por tal motivo, a razón de ejemplo, debe
interrogarse ¿cómo es mi auditorio?; ¿el tema que deseo serles partícipes llegará a ellos y cómo lograr esto?,
dichas interrogantes deben ser respondidas por él mismo realizando una investigación cuidadosa al respecto,
pero no debiendo caer en una preocupación desmedida al respecto.
Oradores contemporáneos
Sería imposible hablar de todos, es por ello que sólo recordaremos a individuos que marcaron época y que
creían en su propia causa.
Hablaremos desde los comienzos de la Edad Contemporánea, fines del siglo XVIII, citaremos a Maximilien
François Marie Isidore de Robespierre Arras, posteriormente iremos a la India, donde encontramos la figura
de la no-violencia, "Mahatma o alma grande", que lleva por nombre característico Gandhi.
Después iremos a los Estados Unidos de América, para recoger de allí a un gran orador y Presidente, que supo
cumplir con su misión de dar libertad a los negros, y romper las cadenas de la esclavitud y del abuso, para
entonces.
Allí está Maximilien François Marie Isidore de Robespierre Arras, más conocido como "el Incorruptible",
abogado de profesión, nacido en Arras, 1758. Sufriría la guillotina dando fin a su existencia el 28 de julio de
1794.
Robespierre emergió de la oscuridad parlamentaria, estableció su preponderancia y habría de gobernar a
Francia por medio de la oratoria. Hablando de sí mismo, decía que él había sido hecho para la revolución, y
luchó por la revolución casi exclusivamente con palabras. "El amor a la justicia, a la humanidad, a la
libertad", dice, definiendo su natural inclinación revolucionaria, "es una pasión como cualquier otra. Cuando
nos domina, lo sacrificamos todo". Sus habilidades oratorias ya eran evidentes antes de la Revolución, lo
mismo que su uso de la oratoria como un instrumento de agitación popular. Durante los meses de excitación
prerrevolucionaria y actividades en Arras había habido quejas de
que Robespierre insultaba directamente a la oligarquía local, dirigiéndose a quienes estaban fuera de su esfera.
Y sus métodos de elección habían de suscitar el mismo cargo. Ya diputado, iba a ser acusado de Demagogia.
La revolución fue una gran época oratoria y Robespierre compartía con sus contemporáneos una excepcional
fe en las palabras.
Gozaba leyendo en voz alta a los clásicos franceses, una afición que revela el amor a la música de las palabras
y una mentalidad de carácter oratorio. De cuando en cuando se quejaba de que la oratoria formal a la cual eran
aficionados los diputados, y que imitaba conscientemente a los modelos romanos, especialmente Cicerón,
eran menos valiosas que las efusiones espontáneas que nacían de un corazón simple y sincero, pero él, por su
parte, era autor de esos discursos elaborados. Casi siempre leía un texto que ya estaba preparado.
La oratoria revolucionaria en Francia era el producto de modelos clásicos, que en un tiempo habían sido
modificados para adecuarlos a las necesidades del púlpito, el tribunal o el salón de conferencias, y que ahora
fueron modificados por la revolución. Demóstenes y Cicerón, los máximos oradores de la antigüedad, eran
estudiados minuciosamente, así como a los críticos y gramáticos que habían analizado y racionalizado lo que
era más esencial en la oratoria. Aparte de estas preocupaciones puramente técnicas, tanto Demóstenes como
Cicerón habían sido opositores a los tiranos, el primero a Felipe de Macedonia y el segundo a Julio César. Y
sus sentimientos y su pasión republicanos eran más apreciados por lo oradores revolucionarios. Ahora, por
primera vez en la historia francesa, los temas de la ciudadanía, el patriotismo y el deber de resistir al rey eran
predicados abiertamente. Cuando los revolucionarios volvían a las fuentes de la oratoria antigua, para
encontrar en ella inspiración e instrucción, lo hacían en un nuevo espíritu: la sustancia era por lo menos tan
importante como el estilo.
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La carrera de Robespierre era igualmente deudora de la oratoria y, aunque él distaba de ser uno de los grandes
oradores de su tiempo -sus contemporáneos Danton y Vergniaud, con temperamentos y carreras muy
distintas, compartía ese honor- era muy admirado por sus colegas y podía sostenerse que era el orador más
eficaz.
La forma y el fondo son inseparables. Aquí subrayo la forma, ya que el fondo de Robespierre es la base de
todo lo que sigue. Cuando el joven Robespierre dio los primeros pasos en la carrera legal, los críticos de la
oratoria tribunalicia distinguían dos clases de discursos: los de los abogados, que sacrificaban el estilo al
deseo de ganar una causa, y los de los literatos, que utilizaban el estilo para revelar principios básicos
racionales. Robespierre estaba dentro de estos últimos. Sus casos legales, por la forma en que los defendió,
eran ejemplos específicos de posiciones generales. El caso Pagés, que versaba sobre un dinero prestado, se
convirtió en una consideración sobre la usura; el caso de Mary Somerville, en torno a la herencia disputada, se
transformó en una exposición de los derechos de la mujer; el caso Déteuf, que tenía que ver con una falsa
acusación de robo, hecha por un monje que quería vengarse de una mujer que había resistido sus intento de
seducción, se convirtió en un análisis del lugar que debe ocupar el clero en la sociedad.
Como orador, Robespierre inició la revolución con ciertas desventajas técnicas. Hablaba con un fuerte acento
regional artesiano; su voz, demasiado aguda para ser naturalmente agradable, era débil de volumen y carecía
de variedad en los tonos. Su presencia física no era imponente: era un hombre bajo y delgado, con una cabeza
voluminosa. Su mala vista le exigía usar gafas. Los gestos que hacía en la tribuna eran breves, un poco
bruscos y crispados. En otras palabras no tenía la presencia de un orador importante y dominador, y estas
insuficiencias estaban agravadas por la costumbre de leer sus discursos, hundiendo la nariz en el texto escrito.
Robespierre era perfectamente consciente de sus falencias, de todos modos, su importancia no radicaba en la
perfección técnica de su oratoria, sino en lo que tenía que decir. Lo que no podía aprenderse era lo que más
importaba, "una elocuencia que brota del corazón y sin la cual nada es conveniente". Y esta elocuencia él la
poseía y se
explayaba en la revolución. Incluso era capaz de improvisar brillantemente, aunque lo hacía pocas veces,
prefiriendo no entregarse a las pasiones del momento, atento a obtener esa precisión que sólo la da la pluma.
En sus manuscritos encontramos dos clases de correcciones. A veces con la pasión de la destrucción, tachaba
pasajes enteros "con una red de barras irregulares". En otras ocasiones sustituía una que otra palabra,
buscando cuidadosamente el vocablo justo.
Robespierre, poseía temores particulares, los cuales no lo incorporaba a su oratoria, y esto por razones obvias;
ya que unos de sus temores era previo ingreso a la tribuna, esto por su timidez, y así lo hace saber él mismo a
su amigo Etienne Dumont, pero "cuando empezaba a hablar" se veía libre de la angustia y "ya no era
consciente de sí mismo".
"La mente de Robespierre tendía a un modo dialéctico de pensamiento y expresión. El no buscaba el reposo y
la serenidad, aunque la forma de sus discursos expresa orden y equilibrio en un grado extremo. Buscaba el
vigor, el trueno de los anatemas, como cuando denunció al general Dumouriez o condenó al despotismo como
un mar sin orillas, que inunda al mundo y lo convierte en "el patrimonio del crimen". Este estilo tiene sus
peligros. Robespierre, como Rousseau antes de él, solía ser arrastrado por sus excesos retóricos, se entregaba
al tema rapsódico que él mismo componía, quedaba hechizado por los sonidos de las palabras, que rodaban
como olas sobre el tema, enterrando el sentido bajo el sonido. Robespierre, cuando pierde el control de su
verborrea, cuando se aleja de lo concreto y los detalles, flota patéticamente, acumulando imágenes y
abstracciones.
La voz única de Robespierre, tanto tiempo aislada y temida en la Constituyente, se convirtió en la voz de los
Jacobinos y después en la de Francia revolucionaria".
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Hablaremos en esta ocasión, de un célebre ser, el cual es recordado muy afectivamente en la India, con el
seudónimo "el Mahatma", es decir, el "Alma Grande".
Gandhi, tuvo una infancia tranquila, pero en la escuela su situación era tensa. La enseñanza en ingles desde la
promulgación de la ley Macaulay (1835), sembraba el desarrollo en el espíritu de los jóvenes. Se les inculcaba
el dogma de la superioridad absoluta de todo lo que procedía de Inglaterra, lo impregnaba de admiración por
la gloria de Inglaterra, por su alta civilización, sus conquistas científicas, su organización política, su
invencible poderío. En contrapartida, se trazaba el cuadro de todas las deficiencias pasadas y presentes de la
India. De forma que ignorando la grandeza de su país, aquellos adolescentes estaban persuadidos que no se
convertirían en hombres más que a condición de romper con sus tradiciones, creencias, costumbre, y copiando
civilmente a sus maestros.
Mohandas al igual que sus compatriotas soñaba con sacudir el yugo: Deseaba ser fuerte y audaz, y quería lo
mismo para sus compatriotas, a fin de poder vencer a Inglaterra y liberar a la India.
Cuando al acabar la High School de Rajkot, se inscribió en la Universidad de Bhavnagar descubrió que era
extraordinariamente inculto, y al sentirse incapaz de seguir los cursos, acudió descorazonado junto a su
madre.
Parecía que no tenía solución, ya que su padre ya había muerto; pero tuvo por fortuna un brahmán erudito y
amigo de la familia, quien sugirió que le enviasen a Londres a cursar los estudios de Derecho. Gandhi,
pensaba las maravillosas perspectivas, afirmando: "ver a Inglaterra, la tierra de los filósofos y los poetas, el
corazón mismo de la civilización" pensaba en ella todo el tiempo. A pesar de todas las prohibiciones, Gandhi
convenció a su madre, y con desbordante sentimiento embarcó el 4 de septiembre de 1888.
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Terminado su curso, en sus tres años de estadía en Londres; después de pasar la prueba final en la
Universidad, la cual fue muy difícil, teniendo por logro el dominio de la lengua inglesa. Partió de regreso a su
tierra natal. Pero allí se dio cuenta de su situación, una timidez enfermiza, unida a una ambición sin empleo le
paralizaba e incapacitaba para hablar en público e incluso para leer lo que había redactado. Además ¿qué es lo
que había adquirido en Londres? Unas vagas nociones de derecho inglés, mientras que carecía de cualquier
noción de Derecho indio o de la práctica procesal.
En África del sur, se había establecido una colonia India de cerca de 10.000 hombres, en virtud del llamado
de los residentes ingleses de Natal, como mano de obra barata, para el cultivo de caña de azúcar, té y
legumbres. Aquel lugar estaba colmado de racismo, haciendo estragos por doquier; eran considerados como
"la plaga negra", y otros como "la basura asiática". Los códigos los designaban como personas pertenecientes
a los pueblos salvajes, y las constituciones afirmaban que no serían admitidas ninguna igualdad civil frente a
hombres de color.
Por todas partes se aplicaba una segregación brutal: los indios, cualesquiera fuesen sus méritos o la situación
adquirida, no eran más que "collies" (criados, mozos de cuerda), un collie no es un hombre.
A Gandhi, se le previno lo dicho, pero no lo creía, pensaba que tenía una profesión, y que era un ciudadano
británico; pero nada más al llegar aprendió que sólo era un "abogado collie". Se encontró rechazado por todos,
"descubrió que por ser indio, no tenía ninguno de los derechos humanos". Con semejante golpe, Gandhi, se
puso firme, y estaba dispuesto a luchar contra el miedo. En Pretoria realizó su trabajo y al mismo tiempo se
cultivo del derecho procesal de su país. Cambiando su perspectiva, no soñaba más que en volver a la India.
No veía ningún futuro en África del Sur, en donde vivir le resultaba intolerable. "Pero el hombre propone y
Dios dispone", porque al leer un periódico local días antes de su regreso, leyó la noticia, de la creación de un
proyecto para suprimir el derecho que tenían ciertos indios de elegir representantes en la Asamblea legislativa
de Natal. A tal motivo envió información de guardia a los de su terruño, pero ellos le pidieron
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que él se hiciera cargo, ya que ellos eran iletrados para esos asuntos y tan sólo miraban el periódico para saber
las cotizaciones de la Bolsa.
Gandhi haciendo gala de una perspicacia se situó inmediatamente sobre el sólido terreno de los derechos y
deberes que conferían a los partidos la ciudadanía británica de los indios. Mediante una petición dirigida a
Lord Ripon, secretario de Estado para las colonias, para la cual, como demostración de su ascendiente recogió
en pocos días diez mil firmas, y con ello obtuvo la suspensión del proyecto.
Pero el gobierno de Natal por otros medios, buscaba sus fines. Los cuales también fueron truncados por la
intervención de Gandhi, ya que él aseguró y concretizó: asambleas, conferencias, debates, cursos nocturnos, la
creación de la Asociación de Indios del Cabo, Congreso Indio de Natal, Asociación Cultural de Indios
Originarios de la Colonia, etc. Por otra parte, como preludio a su intensa producción como periodista, Gandhi
alertaba a la opinión pública, desde el África del Sur hasta Inglaterra y la India, mediante la "Llamada a todos
los ingleses" y el "derecho al voto de los indios", dos folletos repletos de hechos, cifras y argumentos
escrupulosamente expuestos.
En unos pocos meses bajo el peso de la responsabilidad, el futuro jefe de la India es revelaba como maestro de
sus excepcionales dones: jurista tan sutil en el manejo de las leyes como consciente de la importancia de los
hechos, orador de palabra clara, convincente (se acabó la timidez balbuciente de otros tiempos), hábil en el
manejo de los hombres, trabajador infatigable, eficaz en el presente al tiempo que preparaba el porvenir con
un coraje que ninguna vejación disminuía.
¡Qué lejos estaban sus primeros días en África del Sur! El pequeño empleado de Abdulla se convirtió en un
político influyente y en un abogado extraordinariamente capaz y que las firmas importantes musulmanas le
gratificaban ampliamente sus servicios. En Durban ya ganaba la considerable suma de 2.000 libras al año; en
Johannesburgo sus ganancias alcanzaron el triple. Siendo para él un resultado no esperado, pero por supuesto
bien
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recibido.
De aquí en adelante será el artífice de la independencia de la India que se propuso conseguir pacíficamente de
Gran Bretaña, gracias a su formula "la no- violencia"; sería arrestado y perseguido; fue el artífice del boicot a
los productos importados de Gran Bretaña, huelga de hambre, etc. Enemigo de la división de castas; tuvo
muchos atentados contra su integridad física, hasta que fue asesinado por un fanático, en Nueva Delhi, el 30
de enero de 1948.
Al hablar de los Estados Unidos de América no existe duda de nombrar a su gran exponente de todos los
tiempos, Abraham Lincoln Hanks. Los primeros años de su niñez estuvo inmerso en la vida del campo, ya que
provenía de una familia que poseía como fuente de ingreso la labranza.
Se cultivó de muchos dones gracias a su gran apego a la lectura de libros. Alrededor de los doce años de edad,
presentó su primer discurso, en una pequeña parcela, la cual atrajo a una gran multitud a quienes cautivó con
sus palabras colmadas de veracidad y énfasis.
El contenido del discurso expuesto era una repetición de un texto que había leído en sus momentos de
descanso, en donde se comentaba el sitio fundamental del campesino en la sociedad, quién no dudo en hacerlo
público, explicar con palabras entendibles para su corta edad, con lo cual no existió oyente alguno que no
entendiera.
Acabados sus años de estudios básicos se decidió ingresar en la profesión de la abogacía. Dolido por el
maltrato que recibían los esclavos negros, quienes eran considerados en una escala de valores reducidísima,
inclusive llegando a la absurdez de confundirlos con animales.
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Es así que Abraham Lincoln Hanks, posterior a su egreso profesional, comienza a defender las causas
antiesclavistas. En el año 1856, se adhiere al Partido Republicano. Constituyendo su elección la detonante de
la guerra de Secesión, culminado durante el año 1863 con la abolición total de la esclavitud.
Abraham Lincoln, fue conocido por todos los de su época, como un individuo sincero, sencillo, correcto y
dotado de claridad en su expresión. Ciertamente, el poseía el don de la persuasión, es decir, obtener acción
por parte de su auditorio, así como lo consiguió en los años de su juventud en aquel primer auditorio
constituido por labradores.
En algunos discursos él comentaba a su auditorio sus propias experiencias, junto con otras ajenas, nombrando
primero al sujeto que recordaba en ese momento, para luego dar inicio al comentario de él mismo. De esta
manera informaba, convencía e impresionaba, todo ello como consecuencia a las reales verdades y sinceras
palabras que emergían de su interior, ya que él vivía el momento de su discurso como si fuese un pobre,
esclavo, negro, campesino o industrial, dependiendo las circunstancias en que se encontraba.
Así nos lo demuestra, en su declaración: "Mi modo de comenzar un alegato y conseguir el triunfo, consiste,
primeramente, en hallar un punto de coincidencia".
"El Espejo", nombre del periódico neutral, realizó una crónica a una de las charlas de Lincoln: "sus oponentes
no podían estar en desacuerdo con ninguna de sus palabras. Desde allí comenzó a conducirlos, poco a poco,
apartándose hasta dar la impresión de que habría logrado convertirlos a todos en sus partidarios". De esta
manera Lincoln, al comenzar su discurso, no mencionaba o trazaba los desacuerdos de las partes, sino que
buscaba la unidad entre ellas y el fin que se deseaba alcanzar. Si sus discursos fueran a atacar y destruir, no
tendría sentido el consenso al que deseaba llegar.
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Lincoln, ante los jurados, trataba de obtener decisiones favorables. En sus discursos políticos, trataba de
obtener votos. Su propósito por consiguiente se dirigía a obtener acción.
Muchos oradores no logran coordinar sus propósitos con el de las personas que concurren a escucharlos. Se
equivocan y se afligen profundamente.
Al comprender esto Lincoln, se abocó más a los asuntos de dominio propio, a los cuales tenía pasión y sentía
convencimiento por ellos ya que constituían el futuro de su Nación.
Otras de las cualidades que poseía, era su uso frecuente de términos familiares y concisos que creaban
imágenes.
Cuando se aburría de ver llegar extensos y complicados expedientes a su despacho de La Casa Blanca, los
rechazaba, no con una descolorida fraseología, sino con una pintoresca expresión que es imposible olvidar
para un norteamericano lector: “cuando envío a alguien a comprar caballo, no quiero que me diga cuántas
crines tiene su cola; sólo me interesan sus características esenciales".
Lincoln dibujaba cuadros mentales que se distinguían con tanta claridad y precisión, que sus discursos, eran
comprensibles tanto para un letrado famoso como para un campesino que lo alcanzaba a escuchar.
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Concluiremos diciendo que Lincoln tuvo el reconocimiento de sus tiempos y de hoy en día, gracias a que supo
dominar los detalles, con los cuales fue amoldando sus ideas a su gran finalidad colectiva, que nació en él, en
virtud de las experiencias vividas, que fueron cimiento para su inquebrantable ayuda humanitaria.
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Ésta es la gran diferencia que existe entre un orador profesional y uno recién iniciado: el primero es lógico
entre lo que dice y lo que su cuerpo, sus gestos y su voz transmiten. Esto, que puede parecer complicado aún
si no se sabe cómo dar un discurso, se logra con muy poco tiempo de práctica.
Es evidente que mientras más nerviosa/o esté y más miedo tenga, menos podrá "organizar" lo que dice e
interactuar con sus oyentes de modo eficiente. Ya sea que se manifieste a nivel físico (como con sequedad en
la garganta, transpiración, corazón acelerado, etc.) o no, los demás notarán que hay algo que no anda bien,
que su lenguaje corporal está enviando señales de alerta que dicen "no estoy diciendo todo lo que siento".
Hablar en público, implica la posibilidad de quedar en ridículo frente a los demás, nos exponemos
voluntariamente a recibir críticas que, podrían ser, negativas y nadie quiere que esto suceda.
Entendiendo la raíz del miedo, somos capaces de "reprogramar" nuestra mente para que:
Lo que se tiene que hacer es, CONTROLAR EL TEMOR para evitar que nos paralice y nos impida
expresarnos y ese será el desafío, la prueba que se tiene que pasar, sin la cual no hay logro.
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A lo dicho por el matemático Descartes “Pienso, luego existo”, usted va a decir: “Hablo, luego vivo”, porque
“hablando, la gente se entiende”, exprese sus pensamientos, muestre su sensibilidad y gánese el respeto de la
gente.
Conocido el diagnóstico o la situación, vea qué debe hacer para vencer el temor.
Lo primero que hay que hacer es tener conciencia de que el miedo existe y que hay que controlarlo. Cultivar
la serenidad.
La mayoría de oradores han fracasado en sus inicios, este fracaso inicial fue un aliciente para que siguieran
perseverando en su deseo de expresarse en público.
Cuando esté hablando en público y por allí cometa algún error, por ejemplo, olvidó alguna parte del tema;
improvise, no se quede callado o avergonzado; siga con otra parte del discurso, póngale coraje a su
intervención. El coraje consiste en persistir un poco más.
Mejore su autoestima
La autoestima es la nota que nos ponemos, es la valoración que tenemos de nosotros mismos, el motor que
nos impulsa a lo largo de nuestra vida.
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Si nos aceptamos tal como somos y estamos conscientes de nuestras capacidades, mejoramos en nuestra
autoestima y, como consecuencia, en nuestro amor propio; el resultado se verá reflejado en nuestra imagen
personal, aspiraciones, el trato con los demás, etc.
No siempre las cosas funcionan bien delante del público, hay auditorios que son opacos, otros hostiles. Tiene
que estar preparado para combatirlos.
“El aficionado piensa mientras la oportunidad pasa, el profesional acepta la oportunidad y piensa en ella
después”. La gran diferencia entre los estancados y los exitosos está en que los primeros pierden
oportunidades pues demoran en tomar la decisión, mientras que los segundos, actúan oportunamente. No es
cuestión de suerte, la suerte no es más que una oportunidad bien aprovechada.
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Tiene que ganarte el derecho de hablar preparando el tema con interés. Hay que digerirlo y exponerlo tantas
veces como sea necesario. Con cada exposición reajuste el discurso, quite lo que está de más y pula el
lenguaje.
Cuando ya forme parte de usted, podrá presentar el discurso ante cualquier auditorio.
Por último, un modelo a seguir sería el caso de Demóstenes, considerado el más grande orador de la
antigüedad, sufría un impedimento del habla; con esfuerzo constante y persistencia logró corregir esta
anomalía. Se dice que practicaba en la orilla del mar, poniéndose piedrecillas en la boca, compitiendo con el
ruido de las olas.
Tome el ejemplo de Demóstenes, pero en vez de utilizar piedritas, póngase un lápiz entre los dientes y hable o
recite en voz alta. El objetivo es mantener la boca abierta para mejorar la pronunciación de modo que todas
las sílabas de las palabras sean bien pronunciadas.
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La respiración y articulación
La materia prima de la voz es el aire, si el mismo se agota, se corta la fonación, de allí la importancia de
trabajar la coordinación fono-respiratoria, que permite al que habla la toma de conciencia de que debe
recuperar aire antes de proseguir.
Los matices, brillo y entonación permiten que el discurso no sea monótono, ni monocorde, palabras que
aluden a un mismo tono o acorde en la jerga musical, pero se aplican perfectamente para las características del
habla.
La aceleración del pulso, taquicardia, sudoración, son síntomas neurovegetativos que dispara el sistema
nervioso central cuando se siente miedo, angustia y desolación; quien aprende a dominarse a través de la
respiración, una de las herramientas a utilizar durante un discurso, ya tiene ganada la batalla del temor a
enfrentarse al público o auditorio.
La relajación y respiración, como así también la postura de quien habla, son fundamentales para evitar una
sobrecarga de los músculos cercanos a la zona de garganta y cuello. Descansar descargando la tensión
muscular hacia la zona de los pies da una sensación de apoyo que permite mantener el resto de los grupos
musculares sin contractura.
La flexibilidad en la emisión de la voz está dada por la práctica de ejercicios con los labios, lengua y
articulación de silabas que van de simple a mayor complejidad, para agilizar la destreza en la emisión oral del
discurso.
Las pausas respiratorias son necesarias para retomar aire cuando aún no se agoto el de reserva, motivo
fundamental de quienes expresan “me quedo sin aire” es, que no hacen pequeñas pausas imperceptibles para
recuperar con una bocanada de aire, la cantidad
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suficiente y necesaria para emitir algunas palabras, y retomar con más riqueza la palabra.
Aparato respiratorio: comprende nariz, boca, laringe, tráquea, bronquios y pulmones. Su función es
almacenar el aire y hacer que éste circule de afuera hacia adentro y viceversa.
Aparato resonador: está formado por laringe, dientes, paladar, lengua, mejillas y labios. Su función es
amplificar y dar sonoridad.
Para que sea posible el funcionamiento de estos tres aparatos en la producción de la voz es necesario conocer
las técnicas vocales que toda persona debe ejercitar para mejorar su expresión verbal, usando la técnica de la
respiración y la articulación de la voz.
Para realizar la técnica de la respiración, es necesario colocarse de pie con las piernas algo separadas y los
pies fijos en el suelo. Los hombros caídos y el cuerpo relajado; las manos en el vientre de forma que las
puntas de los dedos de ambas manos se toquen, entonces se realiza la técnica de respiración:
Inspiración: entrada de aire por la nariz en forma silenciosa y profunda.
Bloqueo: retención del aire en los pulmones durante unos cinco segundos.
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La respiración y articulación
Consiste en pronunciar las palabras en forma clara y distintiva, tomando en cuenta los movimientos de boca y
mandíbula al realizar la pronunciación, pero sin exagerar en la gesticulación. Para trabajar esta técnica se
recomienda como ejercicios recitar trabalenguas y articular la letra de una canción. Al hacer este ejercicio, se
debe tener presente lo siguiente:
Pronunciar correctamente cada una de las letras que constituyen las palabras.
3- Pepe Peña pela papa, pica piña, pita un pito, pica piña, pela papa, Pepe Peña.
4- Como poco coco como, poco coco compro.
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8- Por desenredar el enredo que ayer enredé. Hoy enredo el desenredo que desenredé ayer.
9- La sucesión sucesiva de sucesos sucede sucesivamente con la sucesión del tiempo.
10- Si yo como como como, y tú comes como comes. ¿Cómo comes como como? Si yo como como
como.
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MÉTODOS DE PRESENTACIÓN
Las presentaciones orales son una de las cosas que más causan terror en algunas personas. Es algo cierto que
casi todos nos veremos obligados alguna vez en la vida a tomar la palabra en público.
Si usted sufre de timidez o tiene que tomar la palabra regularmente, aquí le presento algunos consejos para
realizar esas exposiciones con éxito:
I. Domine el tema
II. Prepárese
Domine el Tema:
Si habla sobre un tema, lo deseable por parte del público es que usted domine ese tema. Para ello no basta con
una sencilla búsqueda de información, ya que la información recopilada puede ser errónea, debemos pues
asegurarnos de que la fuente de esa información sea creíble.
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No se quede con la información de una sola fuente, busque varias y nútrase de ellas. Igualmente debe
asegurarse de que la información recabada sea actualizada.
Prepárese:
No basta con dominar el tema, hace falta también preparar lo que va a decir para que no parezca que su
disertación no tiene ni pies ni cabeza.
Use láminas:
Quizás haya escuchado la expresión: “Una imagen vale por o más de mil palabras”. Lo mismo se aplica a las
exposiciones. Si muestra fotos, gráficos, mapas y esquemas, su exposición llegará con más fuerza al público,
convencerá, será mejor entendida y de seguro será mas interesante.
No haga dormir a su audiencia, no haga una exposición aburrida. De cómo encamine su exposición va a
depender el éxito de ésta.
Para hablar con pasión debe sentir entusiasmo por el tema, si acaso se ve obligado a hablar de un tema que no
le gusta por lo menos haga el intento de transmitirlo con emoción.
Convenza, persuada. Trate con dinamismo su exposición. No todas las exposiciones pueden ser dinámicas
pero sí puede usarse un tono enérgico para hablar en casi todos los temas.
Si quiere hablar con pasión debe estar relajado y tener seguridad en usted mismo, trate de hablar con soltura,
eso lo da el dominio del tema y la práctica de la exposición que
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haya hecho. Si usted no está relajado al principio de su alocución, no se preocupe porque a medida que vaya
hablando puede ir adquiriendo confianza.
Sea ordenado:
La exposición de sus ideas debe tener un orden lógico que sea entendible. Para ello es recomendable
mostrarle al publico un esquema de lo que se va a exponer y seguir ese orden.
Ponga ejemplos:
Los ejemplos ayudan a clarificar su exposición, ayudan a que las ideas lleguen mas claramente, sea cuidadoso
en poner el ejemplo adecuado, de manera que ayude y no que cause confusión.
Evite errores:
Gráficos: Si va a usar gráficos trate que la escala sea la adecuada. Los gráficos deben ser sencillos y fáciles de
entender, recuerde que los usa para dar apoyo a sus palabras, no para confundir al público.
Exceso de Texto: No debe emplearse mucho texto ni en las láminas ni en los gráficos. El público no va a leer
todo eso.
Base sus argumentos en datos reales: Es desagradable entrar con entusiasmo a una conferencia y luego
comprobar que lo que dice un expositor es incorrecto.
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Las muletillas son expresiones más o menos estereotipadas que se utilizan de manera automática al hablar
para lograr determinados fines que no suelen ser conscientes, como:
c) darse el hablante lapsos de tiempo o ánimos para recuperarse de las dificultades que experimenta
al expresarse, establecer pequeñas pausas para pensar en medio del discurso
d) controlar el estatus social/cultural desde el que pretende uno manifestarse ante los demás
f) subrayar, matizar o dar un significado especial a ciertas palabras dichas o por decir
Y finalmente, podremos decir que es un error muy común al hablar y consiste en que repetimos una palabra o
frase muy a menudo en la exposición, las más comunes son: “estee”, “bueno”, “realmente”, “ira por mira” y
otras. Si se practica la exposición se supera este defecto.
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La regla 10-20-30: Esta regla declara que una presentación de power point no debe tener más de 10
diapositivas, durar más de 20 minutos y no tener ningún texto con menos de 30 de tamaño. En resumen lo que
se tiene que hacer es explicar detalladamente las partes importantes en unos minutos, un par de diapositivas y
pocas palabras por diapositiva.
Y Diviértase: ¿Suena imposible? Pues, con un poco de práctica puede inyectarle algo de su afición, a los
temas de sus presentaciones. El entusiasmo es contagioso.
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El estilo de la oratoria actual se puede describir como una conversación extendida. Aunque pueda parecer
extraño, es necesario practicar la naturalidad. La premisa es precisamente que no se note la preparación en
oratoria.
El buen orador debe esforzarse por ser natural, espontáneo, como si conversara de la misma forma, con el
mismo idioma y con los mismos gestos que en un diálogo con amigos. Sólo hablará más alto para que todos lo
escuchen y se ampliaran los gestos para que todos lo vean.
Pero no hay motivo alguno para cambiar la personalidad por estar hablando en público o a través de un
micrófono. No debe buscar que lo admiren, sino que lo escuchen. No hay nada más distinto de un actor, que
un orador. No estoy actuando un personaje. Soy yo.
La mirada y el silencio, tan importantes en una tribuna, son sólo armas de los que dispone un orador. No debe
usarlas si no es imprescindible. Mire si es posible a cada uno de los que le escuchan, pero no en forma
ostensible o artificial como si estuviera actuando. La mirada será la misma que usa al hablar con sus amigos,
que eso y no otra cosa pretendemos que sea el auditorio.
El silencio puede ser muy útil al comienzo para atraer la atención del público, pero si ya cuenta con la
atención no tiene razón de ser. Lo mismo ocurre con las frases y premisas, que para resaltarlas es común
ponerlas entre silencios. La mayoría de las veces para destacarlas basta con disminuir la velocidad de nuestra
palabra, de manera muy poco perceptible.
Y por último al referirme a la naturalidad, quisiera que el orador le quedara muy claro: Nada está prohibido si
favorece la comunicación con el auditorio.
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COMUNICACIÓN Y SU IMPACTO
Antes de introducirlo al tema del impacto de la comunicación, debe usted tener presente lo siguiente a la hora
de hablar y desde luego, no olvide estos puntos fundamentales; no está por demás que yo sea muy repetitivo
en ello:
1. Requiera de todo tipo de ayudas que hagan comprender mejor la exposición que realizará:
proyectores, ordenadores, diapositivas, gráficos y cualquier tipo de documentación que usted
pueda facilitar a los oyentes.
2. Coloque el micrófono a la altura correcta y compruebe que el sonido llega a toda la sala.
4. En la medida de lo posible, interactúe con los oyentes, para hacerlo más ameno.
5. Hable como si se dirigiera sólo a una persona.
Le recomiendo que use el modelo SPAM para una correcta presentación. Este nos da 4 puntos básicos:
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El método a utilizar es de gran importancia para el éxito de la charla. Tenemos como principales métodos:
I. Informativo. Lo que se expone es nuevo para la audiencia, y se expone de forma clara y precisa,
para que la información expuesta sea de utilidad al público asistente.
Aparte del método elegido para su conferencia, charla o exposición, deberá tener en cuenta ciertos puntos
básicos a cualquier tipo de charla:
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Impacto de la comunicación
La comunicación es una virtud que tenemos los seres humanos desde el inicio de nuestros días, muy
importante en el desarrollo de un país de una sociedad, importante para definir una cultura, importante para
expresar lo que realmente se desea, se siente y piensa.
En un mundo globalizado en que nos encontramos podemos darnos cuenta que la comunicación ha tenido una
evolución en sus medios y lenguaje, desde el lenguaje oral, escrito y mímico hasta por los medios televisivos,
de radio y escritos. El mundo evoluciona diariamente junto con ello la comunicación, aquello desemboca un
impacto positivo para unos y negativo para otros.
La comunicación cumple diversas funciones, las cuales se pueden sintetizar en que ésta actúa para controlar el
comportamiento de los miembros de un grupo, fomenta la motivación al aclarar a los trabajadores lo que se
debe hacer, lo bien que lo está desarrollando y lo que se puede hacer para mejorar el desempeño.
Es además, una fuente básica de interacción social para la satisfacción de necesidades sociales, y finalmente,
proporciona la información que los individuos y grupos necesitan para tomar decisiones y evaluar opciones
alternativas.
En este contexto, se puede señalar que los seres humanos son seres comunicantes que dependen críticamente
de su capacidad para comunicar con el fin de afrontar las demandas de la vida en una sociedad compleja.
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Es interactuar: sus efectos dependen del que comunica y del que recibe e interpreta
Lo central del proceso es que tiene un efecto o influencia sobre la otra persona.
Barreras de la comunicación
Durante el proceso de comunicación pueden presentarse ciertos obstáculos que la dificultan y que es necesario
detectar para evitarlos y lograr una comunicación eficiente; a dichos obstáculos se les denomina como
barreras de comunicación y se clasifican en:
Semánticas: Es la parte de la lingüística que se encarga de estudiar el significado de las palabras; muchas de
ellas tienen oficialmente varios significados. El emisor puede emplear las palabras con determinados
significados, pero el receptor, por diversos factores, puede interpretarlas de manera distinta o no entenderlas,
lo cual influye en una deformación o deficiencia del mensaje.
Barreras físicas: Son las circunstancias que se presentan no en las personas, sino en el medio ambiente y que
impiden una buena comunicación: ruidos, iluminación, distancia, falla o deficiencia de los medios que se
utilizan para transmitir un mensaje: teléfono, micrófono, grabadora y/o televisión.
Fisiológicas: Son las deficiencias que se encuentran en las personas, ya sea del emisor (voz débil,
pronunciación defectuosa) o del receptor (sordera, problemas visuales, etc.) que son factores frecuentes que
entorpecen o deforman la comunicación.
En el aspecto administrativo, las barreras pueden ser por la falta de planeación, supuestos no aclarados,
distorsiones semánticas, expresión deficiente, pérdida en la transmisión y mala retención, escuchar mal y
evaluación prematura, comunicación impersonal, desconfianza, amenaza y temor; periodo insuficiente para
ajustarse al cambio; o sobrecarga de información.
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La Comunicación Humana
En términos generales, comunicación es el proceso de trasmisión y recepción de ideas, información y
mensajes.
Comunicación verbal: Es aquella comunicación codificada en torno a un lenguaje, conocido por emisor y
receptor, y articulado mediante sonidos.
Básicamente, un emisor codifica un mensaje, que envía a uno o más receptores, quienes lo decodifican,
devolviendo información de esa recepción y decodificación mediante la retroalimentación (en inglés
feedback), todo ello, dentro de un medio o contexto.
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Hay comunicación tanto intrapersonal como interpersonal; con la primera hacemos una interiorización a
nuestros pensamientos; con la segunda, nos comunicamos con quienes están a nuestro alrededor y se divide en
escrita y oral.
Con el desarrollo de la investigación en comunicación aparece: la intercultural, la gráfica, la no verbal, en
grupos pequeños y la de masas, entre otras.
Para comunicarnos no basta escribir o hablar. Es pertinente considerar los aspectos culturales de los pueblos y
sociedades, las características personales de los individuos, hasta el lugar donde viven y su naturaleza étnica,
sin olvidar la estratificación social.
En términos individuales, el hombre se comunica con sus actitudes, con los movimientos de su cuerpo, de sus
manos o movimientos de los ojos, la expresión de su cara.
Lo anterior nos lleva a concluir que, aunque la comunicación adopta múltiples formas, las más importantes
son la comunicación verbal y la comunicación no verbal.
La comunicación verbal
Oral: A través de signos orales y palabras habladas o escrita: por medio de la representación gráfica de
signos.
Hay múltiples formas de comunicación oral. Los gritos, silbidos, llantos y risas pueden expresar diferentes
situaciones anímicas y son una de las formas más primarias de la comunicación.
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La forma más evolucionada de comunicación oral es el lenguaje articulado, los sonidos estructurados que dan
lugar a las sílabas, palabras y oraciones con las que nos comunicamos con los demás.
Las formas de comunicación escrita también son muy variadas y numerosas (ideogramas, jeroglíficos,
alfabetos, siglas, grafiti, logotipos, etc.). Desde la escritura primitiva ideográfica y jeroglífica, tan difíciles de
entender por nosotros; hasta la fonética silábica y alfabética, más conocida, hay una evolución importante.
Para interpretar correctamente los mensajes escritos es necesario conocer el código, que ha de ser común al
emisor y al receptor del mensaje.
La comunicación no verbal
Se dice que una imagen vale más que mil palabras. En nuestro tiempo cada vez tienen más importancia los
sistemas de comunicación no verbal.
Cuando hablamos con alguien, sólo una pequeña parte de la información que obtenemos de esa persona
procede de sus palabras. Los investigadores han estimado que entre el sesenta y el setenta por ciento de lo que
comunicamos lo hacemos mediante el lenguaje no verbal; es decir, gestos, apariencia, postura, mirada y
expresión.
La comunicación no verbal se realiza a través de multitud de signos de gran variedad: imágenes sensoriales
(visuales, auditivas y olfativas), sonidos, gestos, movimientos corporales, etc.
• Mantiene una relación con la comunicación verbal, pues suelen emplearse juntas.
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• En muchas ocasiones actúa como reguladora del proceso de comunicación, contribuyendo a ampliar o reducir
el significado del mensaje.
• Generalmente, cumple mayor número de funciones que el verbal, pues lo acompaña, completa, modifica o
sustituye en ocasiones.
El lenguaje corporal. Nuestros gestos, movimientos, el tono de voz, nuestra ropa e incluso nuestro olor
corporal también forman parte de los mensajes cuando nos comunicamos con los demás.
El lenguaje icónico. En él se engloban muchas formas de comunicación no verbal: código Morse, códigos
universales (sirenas, Morse, Braille y el lenguaje de los sordomudos), códigos semiuniversales (el beso,
signos de luto o duelo), códigos particulares o secretos (señales de los árbitros deportivos).
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MUESTRA DE DISCURSOS
El discurso, según el ámbito en que toque disertarlo o el grupo al que esta dirigido, obedece a diferentes
esquemas o partes, pero, para efectos de un discurso de corte genérico podemos decir que consta de tres partes
bien definidas, cada una de ellas con sus propias características y ligadas intrínsecamente la una con la otra
para lograr el cometido esperado.
I. Introducción:
Es el inicio del discurso, sirve para motivar la atención del público hacía las palabras del orador y para dar a
conocer, brevemente, en que consistirá el tema a tratarse y los objetivos que se esperan alcanzar. Pueden
utilizarse hasta cinco formas diferentes de introducción, cada una de ellas según el público y la ocasión en que
toque pronunciarlas:
Fraseológico:
Puede iniciarse mencionando una frase célebre, un poema, las letras de una canción o un pasaje bíblico que
tenga relación con el tema a tratarse.
Anecdótico:
El público es un grupo de personas que siempre muestran curiosidad por conocer algo peculiar sobre el
expositor o sobre el tema que se esta presentando. Contar una anécdota de nuestra vida o sobre otra persona
suele cautivar la atención de los oyentes.
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Humorístico:
También es valido contar un chiste u ocurrencia graciosa que tenga relación con el tema. No siempre los
discursos tienen que ser serios o aburridos, la jocosidad le pone la chispa de vida a la exposición y evita que el
público se canse o se aburra.
Interrogativo:
Esta introducción consiste en hacer preguntas al público sobre el tema a abordarse, pero nunca esperar una
respuesta pues las preguntas son sólo de tipo referencial. El hacer preguntas sirve para demostrar al público
que nosotros sabemos algo que ellos no saben y que estamos ahí para instruirlos.
Teatralizado:
Es una forma efectiva de llamar la atención del público y comunicarle el tema que vamos a exponer. Se hace
uso de la mímica, expresividad corporal y mucho ingenio.
I. Desarrollo:
Es la parte medular del discurso, en ella el orador desarrolla su idea central de forma clara y detallada. En el
desarrollo se explican los argumentos en los que se basa nuestra teoría o hipótesis, también sirve para refutar
las ideas, ejemplificar una demostración y adoptar una posición académica especifica.
II. Conclusión:
La conclusión es la parte final del discurso, en ella el orador hace un breve resumen de lo tratado,
mencionando los puntos más importantes de la exposición o realizando recomendaciones que se desprenden
del tema central. La conclusión es un elemento estratégico pues lo que se dice queda sonando en los oídos del
público y tiene mayor probabilidad de quedar en la memoria. Para efectos de conclusión y/o despedida, se
recomiendan las siguientes cinco formulas:
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Fraseológico:
Se puede culminar mencionando una frase célebre o algunas palabras impactantes o motivadoras. Por
ejemplo: “Y ya para terminar permítanme decirles que, ‘el éxito esta compuesto de 1 % de inspiración y de 99
% de transpiración’, Muchas gracias."
Esta es una forma de conclusión que tiene por objeto dejar motivados a los oyentes a través de su
participación activa y “cantada”. Por ejemplo: "Y ya para terminar, queridos amigos: ¡Viva la oratoria!”
¡Viva! -contesta el público. “¡Viva el éxito!” ¡Viva! –vuelven a contestar los oyentes.
En esta modalidad el orador hace una serie de preguntas al auditorio para que le contesten a través de un “Si”
o un “No”. Las preguntas deben ser siempre de corte positivo. Por ejemplo: Señores, ¡¿somos los mejores?!
¡Si! ¡¿Somos triunfadores?! ¡Si!, contesta el auditorio.
Por agradecimiento:
El orador culmina su exposición agradeciendo a los organizadores, auspiciadores, público presente y algunas
veces a los oradores que lo antecedieron. Ejemplo: "Y para culminar quiero expresar mi agradecimiento al
Instituto Politécnico Nacional, a la Comisión Nacional del Agua por haber permitido mi presencia esta noche.
Hasta pronto"
Mixto:
Es una forma que combina indistintamente los diferentes tipos de conclusiones existentes. Pueden mezclarse
una forma fraseológica con una de agradecimiento. Ejemplo: “Para despedirme quiero expresar mi
agradecimiento a la Universidad por haberme permitido estar con ustedes y sobre todo reiterarles aquellas
palabras cristianas que dicen: ¡Sed
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De acuerdo al tipo de discurso, el fin perseguido y el estado del auditorio, puede utilizarse una serie de
métodos de eficacia comprobada en la construcción y exposición del discurso:
El Método Inductivo:
Método Deductivo:
Llamamos deducción a aquella forma de exposición en la que el orador empieza por el aspecto general de las
cosas para llegar luego, a lo particular; también, de los planteamientos y leyes generales hasta los
planteamientos y leyes específicas. Utilizamos este método cuando, por ejemplo, hablamos del arte de hablar
en público –general–, para luego llegar a la postura de hablar –específico–. Se inicia un discurso sobre un
planteamiento que ya conocíamos para arribar a conclusiones específicas que aún no conocíamos.
Método Analógico:
La analogía es la relación de semejanza entre cosas distintas. Es un razonamiento basado en la existencia de
atributos semejantes en seres o cosas diferentes. Con este método ayudamos al público a realizar el siguiente
razonamiento; “si dos fenómenos son similares,
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en uno o más sentidos, factiblemente serán similares también en otros sentidos”. Si quiero hablar de “la vida
humana” puedo hablar, por analogía, de “la vida de una flor”, compararla y explicar sus coincidencias, para
hacer más didáctica y amena mi disertación.
Desarrolle, bosqueje:
Ya sea para redactar su discurso personalmente o grabarlo en voz alta para que alguien lo mecanografíe, tenga
a mano el bosquejo de ideas y desarróllelo palabra por palabra.
Tenga en cuenta que 5 segundos, hablando a una velocidad normal, equivalen a una línea de texto
mecanografiado en formato normal de 12 puntos en Word aproximadamente, y que cada minuto equivale a 12
líneas de texto aproximadamente.
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Bibliografía:
Como Hablar en Publico Oratoria Motivacional (libro en pdf gratis) autor: cdlrv (carlos de la
rosa vidal) www.carlosdelarosavidal.tk Email: carlosdelarosavidal@gmail .com Libros PDF
GRATIS Cómo Hablar en Publico Oratoria Motivacional.
El Poder secreto de la oratoria, técnicas del discurso oral, gestual y visual, Patricia Lucia
Mingrone de Camarota. Editorial Bonum.