Sindrome Hemolitico Uremico
Sindrome Hemolitico Uremico
Sindrome Hemolitico Uremico
Fisiopatología
Los dos grupos principales de Stx son la Stx1 y la Stx2 (codificados por los genes
Stx1 y Stx2), formado cada uno de ellos por varios subtipos. Los diferentes
subtipos van a determinar la infección en humanos o no y su virulencia, siendo
diferentes subtipos de la Stx2 los más frecuentemente asociados a colitis
enterohemorrágica y SHU [14]. La determinación de las toxinas en heces se
realiza mediante técnicas de PCR (del inglés polymerase chain reaction), mientras
que E. coli se aisla en coprocultivo [15].
El papel del complemento en el SHU asociado a Stx no es del todo claro. Se sabe
que la P-selectina, molécula de adhesión celular cuya expresión está aumentada
por la acción de la Stx, es capaz de fijar y activar C3 de la vía alternativa del
complemento. El C3a resultante de la hidrólisis de la mólecula de C3 por la acción
de la C3 convertasa reduce la expresión de trombomodulina favoreciendo la
formación de microtrombos [19]. Además, se ha demostrado in vitro que Stx puede
fijar FH (factor H) disminuyendo su capacidad de unión a superficies celulares,
dando lugar a la formación del complejo de ataque de membrana (CAM) [20]. En
distintas series de casos, sobre todo en niños, se ha demostrado un aumento de
los niveles séricos de Bb (fracción B del Factor B) y C5b-9 sérico (complejo de
ataque de membrana en su forma soluble) [21], niveles también elevados de C3a
y C5b-9 sérico [22], así como niveles reducidos de C3 séricos, reflejo de la
hiperactividad de la vía alternativa del complemento [23].
Manifestaciones clínicas
Tratamiento
Fisiopatología
En el SHU atípico secundario la causa del daño endotelial también puede estar
mediada por el complemento, como en las formas asociadas a
embarazo/postparto [60][61][62], formas asociadas a enfermedades autoinmunes
como lupus o síndrome antifosfolípido [63][64], formas asociadas a fármacos [65],
tumores [66][67] o las relacionadas con el trasplante de médula ósea [68][69] o
trasplante de órgano sólido [70]. Si bien en algunas de estas entidades no es del
todo conocido el mecanismo por el cual se produce el daño endotelial, la
respuesta positiva a bloqueantes de C5 (eculizumab) apoya que una
desregulación de la vía alternativa del complemento esté mediando dicho
daño [60][61][63][64][65][68][69][71]. Se trataría de una activación secundaria del
complemento que amplificaría el daño endotelial inicial producido por la etiología
específica del SHU atípico secundario [72], porque se ha observado que en estos
casos no existe una mayor prevalencia de anomalías genéticas del complemento
que en la población normal [73].
Sin embargo, también existen formas de SHU atípico secundario en las que no
hay ninguna participación del complemento como en el asociado a mutaciones en
el gen MMACHC (methylmalonic aciduria and homcystinuria) [74], que da lugar a
SHU asociado a hipertensión pulmonar, o mutaciones en el gen DGKε
(diacilglicerol kinasa epsilon), que ocasiona SHU muy precoces, generalmente en
< 1 año [75]. En estos casos el uso de bloqueantes del complemento no estaría
justificado. Existe también un grupo de SHU atípico secundario en el que el
complemento sí parece estar implicado, pero el uso de bloqueantes del
complemento podría ser peligroso: SHU atípico secundario a S. pneumoniae. El S.
pneumoniae es una bacteria encapsulada, por lo que el complemento es
fundamental para lisar y eliminar dicho patógeno. De hecho, la vacuna frente al
neumococo (13v y 23v) están indicadas como profilaxis en pacientes sometidos a
bloqueantes del complemento. No obstante, ya hay un caso publicado de
tratamiento con eculizumab en un paciente con SHU atípico devastador
secundario a una infección por neumococo [76]. En este caso, eculizumab se
inició en el 6º día de tratamiento antibiótico, cuando la clínica presentada por el
paciente era probablemente debida al SHU (necrosis cutánea, fallo cardiaco, bajo
nivel de conciencia) y la infección por el neumococo ya estaba controlada.
La clínica común a todas las MAT es una anemia hemolítica microangiopática con
daño isquémico de algún órgano, generalmente, el cerebro y/o el riñón. Es
importante resaltar que hasta en el 20% de los casos no hallamos trombopenia, y
una haptoglobina normal o la ausencia de esquistocitos no descartan la
enfermedad, dado que en ocasiones el paciente consulta cuando el daño
hematológico ya se ha resuelto y el daño renal se ha establecido (fase crónica). La
afectación cerebral en forma de convulsiones, bajo nivel de conciencia, ictus
isquémico/hemorrágico cerebral o más levemente en forma de cefalea o visión
borrosa, clásicamente se ha asociado a la PTT. Sin embargo, es una afectación
extrarrenal relativamente frecuente en el SHU atípico, presente en el 10-30% de
los casos [71][77][78]. En cuanto a la afectación renal, prácticamente exclusiva del
SHU, la manifestación más frecuente es el deterioro de función renal, requiriendo
diálisis aguda en un alto porcentaje de los casos [71][79], con diferentes grados de
proteinuria aunque generalmente por debajo del rango nefrótico, y microhematuria.
Otra manifestación asociada a la afectación renal y todavía no muy ampliamente
descrita es la hipertensión arterial, que puede llegar a ser muy severa [80][81][82]
[83], y que por nuestra experiencia clínica es prácticamente constante (presente
en el 89% de los casos) [84]. Existen otras afectaciones extrarrenales menos
frecuentes y que igualmente pueden poner en riesgo la vida del paciente, descritas
mayoritariamente en niños.