Perspectiva

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UNIVERSIDAD TÉCNICA DE COTOPAXI

FACULTAD: CIENCIAS ADMINISTRATIVAS

CARRERA: ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS

CUARTO CICLO

INTEGRANTES:

• ARIAS BACILIO FLOR DAYERLI


• CHAVEZ CORO LETICIA MILEYDI
• SEGOVIA ALMEIDA ADAMARIS MABEL
• QUINTANILLA VALLE KENGY PAOLA
• TIGRERO NUÑEZ AAMANDA NICOLE

DOCENTE:

ING.ADOLFO BASANTES

ASIGNATURA:

IDENTIDAD CULTURAL

TEMA:

PERSPECTIVA DE LA IDENTIDAD CULTURAL EN EL SIGLO 21

La Maná

2023-2024
INTRODUCCIÓN

Este documento pretende aportar a la discusión sobre desarrollo territorial con identidad
cultural, a través de un breve recorrido sobre la evolución de los conceptos de cultura,
identidad y patrimonio cultural, producto de debates internacionales que permiten
establecer un lenguaje y prácticas universales consensuadas, para identificar un hecho
cultural y darle una especificidad que lo hace único, distinto y lo convierte en un aporte
al conjunto de la humanidad.

El tema cultural es tratado desde varios aspectos: el económico, donde la cultura se


vincula al mercado y al consumo y se manifiesta en las llamadas industrias culturales
(empresas editoras, casas de música, televisión, cine, etc.); el humano, donde la cultura
juega un papel de cohesión social, de autoestima, creatividad, memoria histórica, etc.; el
patrimonial, en el cual se encuentran las actividades y políticas públicas orientadas a la
conservación, restauración, puesta en valor, uso social de los bienes patrimoniales, etc.

El concepto de identidad cultural se comprende a través de las definiciones de cultura y


de su evolución en el tiempo. Como se puede apreciar en las secciones 1 y 2 de este
artículo, estos conceptos, que se originan en los siglos XVIII y XIX, son relativamente
nuevos. A través de los términos: cultura, patrimonio cultural y su relación con el
territorio iremos encontrando el de identidad territorial.

Que un producto, un bien patrimonial o un servicio sea reconocido como particular, a


veces como único en el mundo y en su más alto grado como patrimonio nacional o de la
humanidad supone un largo recorrido de pasos, procesos y cumplimiento de normativas.
Si bien la amplitud de este proceso evita toda tentación de abordarlo en detalle, en la
sección 3, se explicitan las diversas convenciones y procedimientos que se aplican para
diferentes tipos de patrimonio, apoyándose básicamente en la normativa de la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO), que permite avanzar en los complejos temas de la cultura en un mundo
contemporáneo que tiene la tendencia a convertirlo todo en mercancía y a acreditar sólo
aquello que tiene un valor comercial.
OBJETIVOS.

OBJETIVO GENERAL

• Identidad cultural y desarrollo territorial

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

• Los fundamentos de la identidad cultural


• Intercultural y Educación.
• Cultura e edentidad colectiva
MARCO CONCEPTUAL

IDENTIDAD CULTURAL EN EL SIGLO 21

La cultura juega un papel importante en el desarrollo de un territorio, a tal punto que


muchos pueblos y lugares en Europa y en América Latina han apostado

por una revalorización de lo cultural, de lo identitario (recreando incluso nuevas


identidades culturales) y patrimonial como eje de su propio desarrollo.

El desarrollo local se ha convertido en el nuevo activador de las políticas de


patrimonialización. Mientras la sociedad de los lugares se convierte en la sociedad de los
flujos, parece como si los lugares se hayan involucrado en una obra de construcción
identitaria, que privilegia la dimensión local o ciudadana por encima de las nacionales,
estatales y globales. La identidad es el viejo territorio del patrimonio y no es de extrañar
que entre los objetivos reconocidos por la mayor parte de actuaciones patrimoniales que
se realizan en estos ámbitos, figure la (re) construcción de las identidades locales.

Esta recreación o potenciación identitaria, no sólo puede revivir, volver a poblar áreas
rurales, despertar interés en una población apática, lograr cohesión social, sino que
además puede desencadenar actividades económicas y con ello mejorar los ingresos y la
calidad de vida de la colectividad. Usualmente estos ingresos están relacionados con la
oferta de productos, bienes y servicios, que se colocan oportunamente en el mercado, que
van desde lo agropecuario hasta actividades orientadas al turismo.

LOS FUNDAMENTOS DE LA IDENTIDAD CULTURAL


En el terreno de las ciencias sociales, la identidad cultural se caracteriza por su
polisemia y su fluidez, lo que ha originado multitud de definiciones y de
reinterpretaciones. Su origen se sitúa en Estados Unidos de Norteamérica hacia los años
cuarenta del siglo XX y fue conceptualizada en los dominios de la psicología social, en
un intento de explicar y dar respuesta a los problemas de integración planteados por la
inmigración. Desde esta perspectiva, la identidad cultural era considerada como un
determinante, prácticamente estable, de la conducta de los individuos. Posteriormente
otras apreciaciones situaron la identidad en un terreno más flexible, sin convertirla en un
dato independiente del contexto relacional; pero ello no significa que la primigenia
orientación no haya tenido éxito, a pesar de sus evidentes limitaciones científicas y
explicativas.
Intercultural y Educación.
Frente a las posiciones y análisis confusionistas y cerrados como los de corte
culturalista, pensar en la formación en interculturalidad equivale a afirmar la posibilidad
de formarse en el conocimiento y la práctica de la propia cultura y de la cultura del otro,
entendidas como campos y percepciones en permanente transformación. No cabe duda
de que el otro, en la actualidad, se ha generalizado y aproximado. Formarse para
afrontar esta situación, con los intercambios y los conflictos que de estos encuentros se
deriva, es una tarea que afecta e implica progresivamente a más y más personas. En
efecto, cualquiera que sean sus motivos y sus formas, los encuentros interculturales son
y serán una parte creciente de nuestro entorno económico, político, religioso y de
información. La formación en lo intercultural es, por tanto, una dimensión irreductible
de las formaciones actuales y, sin embargo, sigue sin formar parte de las currículos
obligatorios, ni públicos ni privados.
CULTURA E EDENTIDAD CULTURAL COLECTIVA

En este sentido, pues, entiendo la cultura como un conjunto complejo de modelos de


comportamiento y de formas de expresión materiales e inmateriales que son aprendi- das
por los individuos que forman parte de una colectividad y que definen una forma de vivir,
un modo de estar en el mundo, una manera de ser personas, que caracteriza al conjunto
de esos individuos y los constituye como grupo, dotándole de identidad pro- pia. La
identidad es la que establece la diferencia cualitativa entre un mero conjunto o agregado
de individuos y un grupo o sociedad.

Las identidades colectivas se construyen a través de los valores, normas, pautas de com-
portamiento, símbolos, conocimientos, prácticas, creencias... En definitiva, del conjunto
de aspectos y dimensiones que constituyen cada cultura, compartidos en sus elementos
fundamentales por la mayoría de los miembros de un determinado grupo. A los ele-
mentos compartidos en torno a los cuales se construye la identidad de un colectivo es a
los que se denomina marcadores identitarios y son ellos, o mejor dicho a través de ellos,
los que dan lugar al sentimiento y sentido compartidos de pertenencia que son los que
sustentan el reconocimiento y la identificación de los individuos que lo conforman como
entidad social específica y diferenciada y les empujan a implicarse en y con ella.
CONCLUSIONES
• La cultura como conjunto simbólico que da sentido a los comportamientos
humanos marca necesariamente la forma de actuar de los niños. El maestro
debe entender que la cultura influye en la manera como los niños se
presentan a sí mismos, como interpretan sus experiencias, en el sentido de
sus diferentes gestos de comunicación y sobre todo en sus relaciones con
los mayores y con la autoridad que representan algunos de ellos, en
especial el maestro.
• La cultura andaluza, como cultura de resistencia, y muchos de los
elementos marca- dores que definen su especificidad (como puede ser la
tendencia a la personalización y humanización de todos los aspectos de la
vida social, la importancia de lo local como marco fundamental de
referencia, la centralidad del espacio público como ámbito para las
relaciones sociales y las expresiones colectivas, el espíritu festivo y lúdico,
el rechazo a las desigualdades y la no aceptación sumisa de la propia
inferioridad, el relativismo ideológico que sigue marcado la tendencia
mayoritaria a lo que se entiende o se presenta como la izquierda) ofrecen
un terreno fértil para el imprescindible enraizamiento del actual
movimiento cívico que reivindica una democracia real y radical. Ésto le
ofrece la oportunidad de renovación y revitalización que toda cultura
necesita para seguir proveyendo de sustento de la identidad colectiva de
los andaluces como pueblo.

BIBLIOGRAFIA
ABOU, S.; 1992; Cultures et droits de l’homme; París; Hachette.
BARTH, F.; 1995; Les groupes ethniques et leurs frontières, Ph. Pontiguat y J.
Streiff-Fenart; Théories de l’ethnicité; París; PUF
BAUGNET, L.; 1998; L’identité sociale; París; Dunod.

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