Dilema Etico

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Tratamiento de pacientes con cáncer/Bioética

Adoptar decisiones médicas en pacientes oncológicos, máxime si presentan


condiciones críticas, plantea indisolublemente problemas clínicos y éticos.
Obviamente no existe acto médico de ninguna clase y en cualquier especialidad, sin
componente ético; pero "los dilemas éticos que surgen en la atención de cualquier
paciente, se intensifican con el diagnóstico de cáncer" (1). La consulta y la
vinculación con el cirujano, aun el aquellos que por razones histopatológicas o
estadio tendrán buen pronóstico, requiere una actitud médica que transmita
confianza y esperanza.
En el tratamiento quirúrgico de enfermos oncológicos es muy importaste la
personalidad el médico. En su vinculación con el enfermo, el médico debe mostrar una
actitud madura, segura, firme, a la vez afectuosa y cálida, que inspira confianza de por
sí, y por la solidez de sus conocimientos actualizados. "La ética es una parte integral
del manejo completo del enfermo con cáncer", dice Con ley (4), y continúa "Ella tiene
que ver con el carácter del médico, su formación, su entrenamiento su sensibilidad
para apreciar lo que es correcto en el manejo de los problemas potencialmente
fatales". Carácter, formación, entrenamiento, sensibilidad. Estas cuatro palabras del
gran cirujano citado fijan las coordenadas del tema. La formación y el entrenamiento
son esenciales para adoptar decisiones correctas, a lo cual debe sumarse la
actualización del estado de conocimiento. La sensibilidad es fundamental para la
fraterna vinculación, y una afectuosa comunicación.
El manejo del dolor con frecuencia ocasiona conflictos entre los equipos médicos, ya
que el oncólogo en general, no se siente cómodo con la prescripción de dosis altas de
narcóticos, incluso en pacientes terminales. La posibilidad de que el uso de estos
medicamentos deprima el centro respiratorio, es considerada por muchos como una
forma de eutanasia. Sin embargo, incluso si la administración de narcóticos pudiera
ocasionar la muerte del paciente, si el propósito de estos es aliviar el sufrimiento, es
éticamente aceptable administrar el tratamiento. Este es un ejemplo del principio ético
del doble efecto.
Los pacientes, familiares y médicos se enfrentan a distintos dilemas éticos al final de
la vida. Estos con frecuencia pueden ser evitados a través de una buena
comunicación y voluntad anticipada. El principio de autonomía del paciente es crítico
en el final de la vida; sin embargo, el papel del médico como agente moral no debe
olvidarse. Suspender o no iniciar tratamiento al final de la vida, son moralmente
equivalentes y aceptables cuando son congruentes con los deseos del paciente y el
principio de doble efecto proporciona las bases para un manejo digno al final de la
vida.

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