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FACULTAD DE DERECHO

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE DERECHO

Tesina:

“Modificación legislativa del art. 368 del código penal peruano a efecto de
conseguir que se incorpore a dicha norma, la pena de inhabilitación conforme
al artículo 36 inciso 7.)”

Autor:

Elizabeth Marrufo Cotrina

Asesora:

Silvia Josefina Aguinaga V.

Línea de investigación:

Derecho Penal

CHICLAYO – PERÚ

2018
RESUMEN

El presente trabajo tuvo como objetivo general proponer la modificación


legislativa del art. 368 del código penal peruano a efecto de conseguir
que se incorpore a dicha norma, la inhabilitación conforme al artículo 36
inciso 7. La problemática se manifestó en la ausencia de la inhabilitación
como sanción, aplicable al delito de RDA, la muestra fue de diez jueces
de la CSJL, el tipo de investigación fue descriptivo propositivo y el
diseño no experimental: descriptivo-propositivo, se empleó el método
analítico, técnicas de gabinete, la encuesta e instrumentos como un
cuestionario a 10 jueces de la Corte Superior de Justicia de
Lambayeque donde se obtuvo como respuesta sobre la incorporación de
la pena de inhabilitación al delito de desobediencia o resistencia a la
autoridad si se sanciona tanto penal como administrativamente, el 90 %
estuvo de acuerdo, estos resultados se presentaron en gráficos, que han
sido enumerados y contribuyeron a comprobar la hipótesis la cual fue: El
proponer la incorporación de la pena de inhabilitación al delito de
resistencia o desobediencia a la autoridad ayuda que se sancione tanto
penal como administrativamente. Por último, Se concluyó que con la
propuesta de modificación legislativa del art. 368 del CPP, se estaría
sancionando administrativamente a través de la inhabilitación conforme
al art. 36 inciso 7.

PALABRAS CLAVES: resistencia, desobediencia a la autoridad,


inhabilitación, código penal, norma, modificación.
ABSTRACT

This research had as general objective to propose the legislative modification of


Peruvian penal code of 368 article in order to achieve that it is incorporated into
the regulation said; the disqualification accord with the 36 article 7 subsection.
The problem is manifested in the absence of the disqualification as sanction,
applicable to the ADR crime, the sample was of ten judges of the LJSC, the
type of the research was propositive-descriptive; the method was analytical,
techniques of office and the survey and instruments as a questionnaire to 10
judges of the Superior Court of Justice of Lambayeque in this is obtained as
response to the propose of incorporation of the disqualification punishment for
the ADR crime, that the 90 % of the total was agree, these results were
presented in graphics which have been numbered and contributed to verify the
hypothesis which was that before the propose of the legislative modification of
the article 368 of the penal code would be the these results were presented in
graphs, which have been listed, and contributed to verify the hypothesis which
was for the proposal of the legislative modification of the 368 article of the penal
code would be the possible incorporation of the disqualification, in order to
eliminate the imbalance in the regulation. Finally, it was concluded that the
propose for the legislative modification of art. 368 of the CPP, with the purpose
of incorporating the disqualification, is apt to eliminate the existent problematic
of insufficiency in the penal regulation and the praxis like reality.

KEY WORDS: resistance, disobedience to the authority, disqualification, penal


code, regulation.
INDICE
I. INTRODUCCIÓN

Se conoce que el código penal peruano ha sido modificado muchas veces,


debido a que algunas normas no encajan con la realidad problemática que
refleja nuestro país, es el caso de las personas que están autorizadas para
conducir un vehículo automotor de las cuales se les realiza intervenciones
policiales por actuar de manera negligente, ya sea a velocidad no permitida,
carga no autorizada, o por estar en presunto estado de ebriedad esta última
genera una problemática y muestra la deficiencia o el desacierto que existe en
el código penal en cuanto a las sanciones que se apliquen a las personas, por
un lado está el delito de conducción en estado de ebriedad tipificado en el Art.
274 del Código Penal, los mismos que al ser sometido al examen de dosaje
etílico, de resultar este positivo y superar el mínimo que establece la ley (0.5
gr/lt), configuraría el delito antes mencionado, en consecuencia serán
sancionados con pena privativa de la libertad y pena de inhabilitación, esto
último traería consigo el impedimento para conducir nuevamente vehículos por
un tiempo determinado, pero existen también situaciones en las que sujetos
intervenidos en esta misma condición se niegan a someterse al examen de
dosaje etílico, por lo que ante tal hecho son procesados por el delito de
desobediencia a la autoridad tipificado en el artículo 368 2do. Párrafo del
Código Penal y luego van a ser sancionados únicamente con pena privativa de
la libertad, el resultado de esto es que van a seguir conduciendo sus vehículos
sin mayor impedimento.

Esta situación ha generado una problemática entendida como la ausencia


de la inhabilitación como sanción (conforme al art 36. 7) aplicable al delito de
resistencia y desobediencia a la autoridad, problema que se define como la
inexistencia, no regulación e incorporación de la inhabilitación en el art. 368 del
código penal como medida de castigo accesorio con naturaleza administrativa
para sancionar el delito de resistencia y desobediencia a la autoridad.

La inhabilitación es un castigo que se le realiza a la persona quien tiene una


autorización (licencia) para conducir un vehículo automotor el cual será
suspendido por haber realizado una conducta antijurídica.44
Según el código penal peruano (2017) “la inhabilitación es la suspensión,
cancelación o incapacidad definitiva para obtener autorización para conducir
cualquier tipo de vehículo”. (p. 77).

Esta problemática presenta causas como: La falta de criterio del legislador


al crear una ley, discordancia en la legislación penal, falta de incorporación de
sanciones administrativas como la inhabilitación en el art. 368, negarse a pasar
la prueba de dosaje etílico como una modalidad del delito de desobediencia y
resistencia a la autoridad.

En cuanto a la falta de criterio del legislador al crear una ley se menciona


que para ser congresista solo se requiere ser peruano de nacimiento, haber
cumplido 25 años, gozar del derecho de sufragio y estar inscrito en el Registro
Nacional de Identificación y Estado Civil (art. 90, CPP), esto significa que ellos
no tienen preparación adecuada para que puedan desempeñarse y cumplir con
su labor legislativa que comprende el debate y la aprobación de reformas de la
Constitución, de leyes y resoluciones legislativas, así como su interpretación,
modificación y derogación, de acuerdo con los procedimientos establecidos por
la Constitución Política y el Reglamento del Congreso, según lo mencionado
vemos que los congresistas no tienen raciocinio al evaluar la realidad
problemática y consagrarlo como una norma de prevención, esto se refleja que
existen diferentes vacíos en los artículos del código penal peruano, para ello
los legisladores corrigen su errores con las múltiples modificaciones que les
vienen haciendo a las leyes de nuestro país. Esta situación se hace evidente
en Colombia siendo corroborada con lo manifestado por Olano (2017) quien
para el diario El Espectador: Indica que el 30% de las normas tramitadas cada
año en el Legislativo son “inútiles”, entre esas las leyes de honores. En los
últimos seis años se han aprobado cerca de 100 leyes de este tipo, que buscan
por lo general exaltar a ciertas personalidades. Aunque son poco importantes,
el abogado llama la atención sobre éstas porque generan un compromiso
económico, y obligan por ejemplo a la nación a realizar publicaciones o
construir monumentos. Además, añade el mencionado autor que la aprobación
del legislativo de cerca de estas 100 leyes se debe, en parte, a que  existe el
problema de medir a los congresistas por el número de proyectos de ley
presentados y la cantidad de iniciativas aprobadas, así estas no tengan
ninguna importancia o trascendencia. Este es resultado de medir al Congreso
por números y no por eficacia, situación absurda. Es evidente que los
congresistas no asumen un compromiso responsable para crear leyes eficaces
y en beneficio de la sociedad, puesto que no toman criterios adecuados y
ajustan las leyes en favor de ellos mismos.

Discordancia en la legislación penal, existe discordancia en la legislación


penal, porque muchas de las leyes van contra los derechos y otras que por el
contrario debido a su mala creación pueden ser utilizadas para favorecer a las
personas que cometen delitos, es el caso de aquellas quienes conducen un
vehículo automotor en presunto estado de ebriedad, las cuales al momento que
la autoridad les pide realizarse la prueba de dosaje etílico, estas se rehúsan a
hacerlo debido a que si lo hicieran no solo pierden su libertad, sino también se
les suspende definitivamente el permiso para conducir un vehículo automotor.
Esta consecuencia es evitada por los conductores prefiriendo cometer otro
delito el cual es: “Resistencia o desobediencia a la autoridad” estipulado en el
código penal, que también tiene como consecuencia la privación de la libertad,
pero en este caso No la inhabilitación definitiva de su licencia, como es claro el
resultado de ello es que las personas quienes conducen sus vehículos y
quienes tienen conocimiento de esta discordancia optaran por rehusarse a
pasar la prueba de dosaje etílico, sacando así una cierta ventaja de las
discordancias legislativas.

El problema se hace evidente con las disposiciones insuficientes en el


Código penal. (2017) Art.368.- Resistencia o desobediencia a la autoridad: El
que desobedece o resiste la orden legalmente impartida por un funcionario
público en el ejercicio de sus atribuciones, salvo que se trate de la propia
detención, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de seis
meses ni mayor de dos años. Cuando se desobedezca la orden de realizarse
un análisis de sangre o de otros fluidos corporales que tenga por finalidad
determinar el nivel, porcentaje o ingesta de alcohol, drogas tóxicas
estupefacientes, sustancias psicotrópicas o sintéticas, la pena privativa de la
libertad será no menor de seis meses ni mayor de cuatro años o prestación de
servicios comunitarios de setenta a ciento cuarenta jornadas. También en el
Art.274. Conducción en estado de ebriedad: El que encontrándose en estado
de ebriedad, con presencia de alcohol en la sangre en proporción mayor de 0.5
gramos-litro, o bajo el efecto de las drogas toxicas, estupefacientes, sustancias
psicotrópicas o sintéticas, conduce, opera o maniobra vehículo motorizado,
será reprimido con la pena privativa de la libertad no menor de seis meses ni
mayor de dos años o con prestación de servicios comunitarios de cincuenta y
dos a ciento cuatro jornadas en inhabilitación, conforme al art, 36 inciso 7.
Cuando el agente preste servicios de transporte público de pasajeros,
mercancías o carga general, encontrándose en estado de ebriedad, con
presencia del alcohol en la sangre en proporción superior de 0.25 gramos-litro
o bajo el efecto de drogas toxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas o
sintéticas, la pena privativa de libertad no será menor de uno ni mayor de tres
años o con prestación de servicios comunitarios de sesenta a ciento cuarenta
jornadas e inhabilitación conforme al artículo 36°, inciso 7). Situación que tiene
como causa la discordancia en la legislación penal, Existe discordancia en la
legislación penal, muchas leyes que van contra los derechos y otras que por el
contrario debido a su mala creación pueden ser utilizadas para favorecer a las
personas que cometen delitos, es el caso de aquellas quienes conducen un
vehículo automotor en presunto estado de ebriedad, las cuales al momento que
la autoridad les pide realizarse la prueba de dosaje etílico, estas se rehúsan a
hacerlo debido a que si lo hicieran no solo pierden su libertad, sino también se
les suspende definitivamente el permiso para conducir un vehículo automotor.
Esta consecuencia es evitada por los conductores prefiriendo cometer otro
delito el cual es: “Resistencia o desobediencia a la autoridad” estipulado en el
código penal, que también tiene como consecuencia la privación de la libertad,
pero en este caso No la inhabilitación definitiva de su licencia, como es claro el
resultado de ello es que las personas quienes conducen sus vehículos y
quienes tienen conocimiento de esta discordancia optaran por rehusarse a
pasar la prueba de dosaje etílico, sacando así una cierta ventaja de las
discordancias legislativas.

Otra causa es la Falta de incorporación de sanciones administrativas como


la inhabilitación en el art. 368. Como bien sabemos muchos artículos del código
penal son reforzados con sanciones administrativas, esto conlleva a que las
personas se repriman en cometer ciertos delitos, pero en este artículo no ha
sido considerado por el legislador, debido a que no ha evaluado la problemática
real que existe al no ser estipulado la inhabilitación en dicho artículo. La
inhabilitación es una medida de seguridad que restringe al autor del delito a
ciertos derechos que le corresponden por su mal accionar.

Academia de la Magistratura (2000). El condenado a una pena de


inhabilitación no puede ejercer los derechos o los cargos y facultades que el
Juez le precise en la sentencia. El artículo 36° del Código Penal detalla las
distintas limitaciones que genera la inhabilitación, y entre las que destacan la
incapacidad para desempeñar funciones públicas o determinadas profesiones u
ocupaciones, así como la suspensión para portar o hacer uso de arma de fuego
(p.21).

Situación que se evidencia en el Código penal. (2017) Art.368.- Resistencia


o desobediencia a la autoridad: El que desobedece o resiste la orden
legalmente impartida por un funcionario público en el ejercicio de sus
atribuciones, salvo que se trate de la propia detención, será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de seis meses ni mayor de dos años. Cuando se
desobedezca la orden de realizarse un análisis de sangre o de otros fluidos
corporales que tenga por finalidad determinar el nivel, porcentaje o ingesta de
alcohol, drogas tóxicas estupefacientes, sustancias psicotrópicas o sintéticas,
la pena privativa de la libertad será no menor de seis meses ni mayor de cuatro
años o prestación de servicios comunitarios de setenta a ciento cuarenta
jornadas.

Negarse a pasar la prueba de dosaje etílico como una modalidad del delito
de desobediencia y resistencia a la autoridad Las altas cifras relacionadas a los
accidentes ocasionados por vehículo automotor han generado en el contexto
nacional la necesidad de intervenir también conductas precedentes y
concurrentes en tales eventos fatales, pues algunos de estos comportamientos,
como lo es el negarse a pasar la prueba de dosaje etílico inciden de manera
directa o indirecta en este fenómeno criminológico causando un alto costo
social.

García (2015). La prueba de dosaje etílico es un procedimiento que


determina su nivel, es decir cuánto se ha consumido, si se sobrepasa el nivel
de alcoholemia, que en el Perú se ha fijado legalmente en 0,5 g-L (cinco
decigramos de alcohol por litro de sangre) se infringe la Ley. Ello le puede
ocasionar" en caso de provocar un accidente, la perdida de la licencia de
conducir y de los beneficios de un seguro. Pero sobre todo, podría perder su
libertad o afectar su salud y la de terceros gravemente. Ya las instituciones que
realizan estos exámenes cuentan con equipos de última tecnología" como son
los cromatografos de gases" los cuales son computarizados y pueden registrar
e imprimir reportes que pueden sustentar los resultados suscritos en los
dictámenes o certificados de dosaje etílicos, Pero es común que en ellos ni
siquiera se describen las características y signos de embriaguez puedan
concordar con los resultados (p.34).

Situación que a nivel local se evidencia con la jurisprudencia emitida por la


corte superior de justicia de Lambayeque (2008) En este caso el acusado
Deyvis Herrera Vásquez ha reconocido que el día 31 de octubre del 2015 a las
16:15 horas aproximadamente, en el frontis de la feria ganadera Fongal,
ubicada en la calle Sipán salida de la carretera Pomalca, personal policial de la
Comisaría de Campodónico intervino el vehículo de placa de rodaje M5L-894,
el cual era conducido por una persona de sexo masculino, quien previamente
en forma rauda y temeraria había ingresado a la feria antes indicada, donde el
personal de seguridad que se encontraba en la puerta de ingreso, incluso tuvo
que apartarse para no ser atropellados por el conductor, quien al parecer se
encontraba en estado etílico (aliento alcohólico), siendo que estando ya
adentro del local, al solicitarle su documentación correspondiente, manifestó no
tener documento alguno, y al solicitarle al intervenido que acompañe a los
efectivos policiales a la Comisaria de Campodónico para realizarse las
diligencias del caso, el sujeto intento darse a la fuga bajándose del vehículo, en
el cual se encontraban cuatro personas más, siendo que uno de ellos manifestó
ser hermano del intervenido, quienes además forcejearon con el personal
policial a fin de evitar la intervención del conductor. Estando ya en la comisaria
y al realizarse el registro personal al conductor se le encontró un DNI, logrando
identificarlo como Deyvis Herrera Vásquez, quien pese haber sido requerido e
informado por el personal policial para que pase el examen de dosaje etílico, se
negó rotundamente, dejándose constancia de dicha negativa con el Acta de
negatividad a pasar Dosaje etílico de fecha 31 de octubre del 2015, y el
Certificado de Dosaje Etílico N° 00230008500 de fecha 31 de octubre de 2015,
en el que se indica "Usuario se negó a pasar dosaje etílico presentando aliento
alcohólico". En consecuencia, los hechos expuestos se encuadran
perfectamente en el delito de Desobediencia y Resistencia a la Autoridad,
prescrito en el artículo 368° segundo párrafo del Código Penal, por cuanto el
imputado Deyvis Herrera Vásquez acepto haberse negado rotundamente a
pasar el examen de dosaje etílico el día 31 de octubre del 2015.

Frente a esta problemática cabe plantear la siguiente interrogante: ¿Cómo


se debe eliminar la ausencia de la inhabilitación como sanción en el delito de
resistencia o desobediencia a la autoridad tipificado en artículo 368 del código
penal peruano?

Para ello, la presente investigación, busca proponer la modificación


legislativa del art. 368 del código penal peruano a efecto de conseguir que se
incorpore a dicha norma, la pena de inhabilitación conforme al artículo 36 inciso
7 , y para tal fin se formularon los siguientes objetivos específicos: Explicar que
es la modificación legislativa, porque se realiza, y cuál es su importancia;
Analizar el delito de resistencia desobediencia a la autoridad regulado en el art.
368° del código penal y elementos que lo configuran, Conceptualizar al delito
de conducción en estado de ebriedad regulado en el art. 274 del código penal
peruano, sus elementos e identificar los delitos que pueden ser cometidos
como consecuencia de este; Comparar a las sanciones de los delitos de
conducción en estado de ebriedad y el de resistencia o desobediencia a la
autoridad, e identificar el desequilibrio legal que existe; Diseñar la propuesta
sobre la incorporación de la pena de inhabilitación conforme al artículo 36
inciso 7 del código penal peruano para el delito de resistencia y desobediencia
a la autoridad.

Dado el cumplimiento de los objetivos formulados se logra comprobar la


hipótesis: Que con la propuesta de la modificación legislativa del art. 368 del
código penal se daría la posible incorporación de la inhabilitación, con la
finalidad de eliminar el desequilibrio en la norma.
Los motivos que impulsan la realización del presente trabajo de
investigación son de carácter académico, personal y legal. Tiene un motivo
académico puesto que al encontrar como problema la ausencia de la
inhabilitación como sanción (conforme al art 36. 7) aplicable al delito de
resistencia y desobediencia a la autoridad resulta necesario abordar una
temática que ha tenido inobservancia dentro del derecho penal, por ende este
estudio ayudará a lograr análisis de esta ausencia y de la posible incorporación
de esta sanción al código penal.

También existe un motivo legal debido a que este problema tiene relevancia
dentro del campo del derecho penal sobre todo porque a través de la
investigación se va a contribuir a la incorporación de esta sanción de
inhabilitación en el código penal para combatir la impunidad y de este la
persona que cometió un delito sea sancionado con esta pena.

Las técnicas e instrumentos de recolección de datos de la presente


investigación, fueron las siguientes: la técnica de gabinete, empleando las
fichas bibliográficas, textuales, de resumen, comentario. Las fuentes de las que
se obtuvieron la información son fuentes secundarias, de las que sobresalen
sobre todo material bibliográfico, hemerográfico, así como libros y artículos de
revistas digitales que fueron accesibles a través del internet. Y entre las
técnicas de campo, se empleó la encuesta, respaldándose en el instrumento
cuestionario, los mismos que le dieron respaldo al trabajo investigativo.

El trabajo de investigación responde a un tipo de investigación no


experimental descriptivo propositivo porque de acuerdo por las características y
los objetivos formulados se ubica en el paradigma cuantitativo con el diseño
elegido para el proyecto de investigación es el No experimental: descriptivo
propositivo cuyo objetivo está orientado a describir la incidencia y las
manifestaciones de las variables para luego proponer una alternativa al
problema investigado. Su procedimiento consiste en medir en un grupo de
personas una o más variables y proporcionar su descripción.

La población está constituida por los jueces de la corte superior de justifica


de Lambayeque con una muestra de (10) jueces.
Los antecedentes que sirvieron de respaldo a la investigación fueron de
carácter internacional, nacional, regional y local. De este modo en la tesina se
consignaron los siguientes:

Ríos Villanueva, Jaime Alberto en Chile, en el año 2003 realizo una


investigación llamada “Alcoholemia y demás medios de prueba en delito de
conducción bajo la influencia del alcohol o estado de ebriedad”, la cual indica
que:

Existen diferentes medios de prueba para determinar que una persona


se encuentra conduciendo su vehículo en estado de ebriedad, como bien
se sabe la más conocida y utilizada es la prueba de alcoholemia, la cual
determina el grado de alcohol en la sangre, las que no son conocidas y
muchas de ellas no son utilizadas según el procedimiento inquisitivo son
las siguientes: la prueba pericial, la prueba testimonial, la prueba
instrumental. Las presunciones judiciales y la prueba confesional. (p.28)

En el Perú la alcoholemia es un medio de prueba que realiza la


autoridad competente a la persona que se encuentra en aparente estado de
ebriedad, con la finalidad de ser utilizado en el proceso realizado a la persona
negligente.

Asimismo Huamán Castellares, Daniel Osarim en Lima (Perú), en el año


2009 realizó una investigación denominada “La persecución y sanción múltiples
en las relaciones entre el Derecho penal y el Derecho Administrativo
Sancionador”, cuya investigación demuestra que:

La principal consecuencia de la actual configuración del ordenamiento


jurídico es la expansión del ius puniendi traducida en la sanción de
nuevas conductas y el adelantamiento de las barreras de punibilidad,
dándose este fenómeno tanto en el ámbito administrativo sancionador
como en el penal. Dicho avance trajo consigo la acertada sanción
inhabilitación de licencias de conducir a las personas que comenten el
delito de conducción en estado de ebriedad estipulado en el artículo 274°
del código penal peruano, dando a entender que las sanciones
administrativas están aptas para ser consignadas y tomadas en cuenta,
para darle mayor congruencia a la norma. (p. 69).
Según la especialista en ciencias penales Dra. Chumán Céspedes, Elena
Isabel en Lima (Perú) presentada en el año 2017 en su tesis “La pena de
inhabilitación en el delito de conducción de vehículos en estado de ebriedad”.
Expresó que siempre las penas privativas de la libertad deben ir enlazadas
conjuntamente con penas administrativas de forma accesoria, para que así
exista una armonía en la ley, asimismo indica que no solo se debe tomar en
cuenta para este delito, sino que, también para otros que no cuentan con esta
sanción administrativa. (p. 28)

Vera Vásquez, Veronika Marleni en Pimentel – Perú presentada en el año


2013, quien en su tesis llamada “La aplicación de la sanción penal ante el delito
de resistencia o desobediencia a la autoridad” da a conocer lo siguiente: que
existe una necesidad de darle rigidez a la sanción de delito de resistencia o
desobediencia a la autoridad, debido que por ser una sanción muy flexible
necesita ser cambiada. (p.19)
MARCO TEORICO

1.1. Modificación legislativa del art. 368 del código penal peruano

1.1.1. Definición de modificación legislativa.

La palabra modificar cuyo origen etimológico nos remite al latín modificāre,


el cual hace mención a cambiar o transformar algo, dar un nuevo modo de
existencia a una sustancia material o a limitar algo a cierto estado de manera
en que se distinga de otras cosas.

La real academia española (2018) nos dice que modificar es: “transformar o
cambiar algo mudando alguna de sus características”.

Podemos definir a la modificación legislativa que es un cambio, el cual se le


va a realizar a una ley, norma o un artículo que, por muchos factores (no
cumple con su fin, la alteración de la realidad social, no hubo criterio para su
creación, interpretación ambigua, etc.) y debe ser actualizada.

1.1.2. Tipos de modificación legislativa

El Congreso de la republica (2013) nos da a conocer estos tipos:

a) De nueva redacción o ley nueva: regulan una materia completa


anteriormente regulada, sustituye y deroga la ley anterior.
b) De adición: añaden disposiciones nuevas a una ley existente. Se pueden
generar por la insuficiencia de las leyes existentes y frente a esto la
adición de nuevas disposiciones puede ser un procedimiento adecuado
para “completar” la regulación.
c) De derogación parcial o total: derogan en forma parcial o total una o
varias leyes. Se generan cuando no procede la reforma de disposiciones
existentes, sino únicamente su supresión. Normalmente, las leyes puras
de derogación no son muy numerosas, sino que son disposiciones que
acompañan a otras leyes de modificación o de primera regulación.
d) De prórroga: su único contenido consiste en prorrogar la vigencia de
otras disposiciones. Van referidas a leyes temporales o a disposiciones
que establecen un plazo determinado (Ejemplo: autorizaciones, etc.).
De suspensión de vigencia: prorrogan o suspenden la vigencia dela ley.
Suspenden por un período de tiempo, más o menos determinado, la
vigencia de leyes o partes de las mismas.

De lo mencionado es claro que el tipo de modificación legislativa que encaja


en la propuesta del trabajo de investigación es la de adición, debido a que la
incorporación de esta nueva sanción se va presentar como un complemento de
la norma ya existente, le dará mayor estabilidad legal, y no tendrá que ser
derogada, ni cambiada en su totalidad. Por ello es conveniente mencionar las
diferentes formas existentes de la adición.

Según Salazar (2001) la adición cuenta con:

 Adición de uno o más párrafos al inicio del artículo, genera


reacomodo de los subsiguientes en cuanto a su identificación
numérica.
 Adición de un párrafo final de un artículo.
 Adición de dos o más párrafos al final de un artículo.
 Adición de uno o más párrafos entre los párrafos primero y final de un
artículo, genera reacomodo de los subsiguientes en cuanto a su
identificación numérica.
 Adición de una o más fracciones al inicio del artículo, genera
reacomodo de los subsiguientes en cuanto a su identificación
numérica.
 Adición de una fracción al final de un artículo.
 Adición de dos o más fracciones al final de un artículo.
 Adición de una o más fracciones entre las fracciones primeras y la
final de un artículo, genera reacomodo de los subsiguientes en
cuanto a su identificación numérica.
 Adición de una fracción utilizando el identificador numérico de una
fracción existente, pero se agrega un identificador (bis u otro), no
genera reacomodo de las subsiguientes fracciones.
 Adición de un artículo utilizando uno ya existente, pero utilizando un
identificador (bis, ter, Quater, ó 26-1, etc. –de hecho, en las
modificaciones constitucionales nunca se ha utilizado este método-).
 Adición de una división de la ley (libro, título, capítulo, sección), la
que puede hacerse mediante el sistema de identificar la nueva
división con un identificador diferente A, Bis, 1, I, de tal forma que al
insertarse no se modifiquen los identificadores numéricos que ya
tiene la ley (normalmente la inserción –adición- se da después de la
parte inicial, pero antes del final). El otro sistema es insertar la nueva
división al final, caso en el que se sigue la numeración progresiva
correspondiente.
 Adición de un enunciado jurídico puesto en los artículos transitorios
(situación recurrente en nuestro sistema jurídico, pero anómala a la
luz de las técnicas normativas) (p.89).

1.1.3. Características generales de la modificación legislativa y ejemplos

Para que exista una modificación legislativa, se toma en cuenta algunas


características o requisitos, porque no todas leyes necesitan de este cambio o
incorporación legal.

Para Barros (2003) implica tomar en cuenta las siguientes características:

 Cuando el objeto principal es la modificación debe indicar que se trata


de una ley de esta naturaleza, así como el título de la ley o leyes que se
están modificando.

Ejemplo: Ley que modifica la Ley 23456, Ley de las Horas Extras
 Para evitar complicaciones y no perder precisión, no es conveniente que
en el título figuren los artículos o partes de las disposiciones que se
están modificando.

Ejemplo: (x) Ley que modifica los artículos 34, 56, 67, 87 y 89; los
literales c) y f) del artículo 78 y la tercera disposición complementaria
final de la Ley 24567, Ley de los Días no Laborables

 No obstante, en algunas ocasiones resulta de utilidad incluir alguna


referencia al objeto de la modificación, sobre todo cuando se refiere a
aspectos concretos de la disposición modificada.

Ejemplo: Ley que modifica la Ley 22435, Ley de la Elaboración de


Textos, Respecto de la Obligatoriedad del Control de Calidad

 Si se trata de leyes que prorrogan o suspenden vigencias, el título


deberá consignar explícitamente esta circunstancia (p.51).

Como apreciamos en los ejemplos anteriores existen muchas


modificaciones en los artículos de las leyes peruanas, esta evidencia nos
sirve para reflexionar en la posible incorporación de la inhabilitación al delito
de desobediencia o resistencia a la autoridad, teniendo en cuenta que esta
propuesta de modificación cumple con las características antes
mencionadas.

I.1.4 Importancia de la modificación legislativa del art. 368 del código


penal peruano:

Habiendo ya mencionado todo lo referente a la modificación legislativa,


podemos afirmar que el cambio o la incorporación de una ley, es importante
para que esta se acople a la realidad social, y con la modificación que se
realiza pueda darle mayor rigidez a la norma.

Parparcén (2009) Una importante porción de las actividades de un país


están regidas por las leyes vigentes en él., ellas establecen como deben
hacerse las cosas que los individuos diariamente practican, si no se
hace de acuerdo con lo prescrito por la ley, se incurre en delito y amerita
un castigo. Lo que le ley no contempla, no puede hacerse, de allí lo
importante que se revisen y actualicen las mismas cada cierto tiempo,
porque las actividades del ser humano también se van renovando y tanto
aparecen nuevas formas de actuar como desaparecen las antiguas
maneras de hacer las cosas. El poder legislativo es el llamado a esta
tarea de hacer, eliminar o modificar las leyes, de acuerdo a los
requerimientos de los momentos que se van viviendo. Según la
constitución, el ejecutivo, puede ser habilitado por el parlamento para
hacer leyes. La idea es ayudar al legislativo que generalmente está
copado de trabajo (p. 67).

En cuanto al delito de resistencia o desobediencia a la autoridad


estipulado en el artículo 368 del código penal peruano el cual nos interesa
resaltar, es importante que se modifique dicho artículo, en virtud a lo referente
líneas arriba, porque el comportamiento actual de las personas ante este delito
ha cambiado de una manera negativa, por lo que también debemos cambiar o
actualizar esta norma, para erradicar dicha problemática.

1.2. Generalidades del delito de Resistencia o desobediencia a la


autoridad.

Para poder entender este delito, son necesario estudiar los términos por
separado, con el objeto de aprender su significado.

1.2.1. Resistencia a la autoridad.

Resistir la orden emitida por el funcionario público es cuando el agente


se opone abiertamente para que no se ejecute materialmente la orden.

Juárez (2015) señala que la resistencia puede dar como consecuencia


que la orden no se ejecute o que esta se ejecute de manera distinta a la
que supone su materialización o que suponga un obstáculo con la
consecuente dilación en la ejecución de la orden. Cuando la orden no se
ejecuta debido a los actos de resistencia, el servidor que la ejecuta
termina por retirarse del lugar, sin lograr la ejecución de la orden,
momento en el que se perfecciona esta modalidad delictiva (p.35)

Tal como sucede en el supuesto de la desobediencia, se podría cometer


el delito de resistencia a la autoridad, siempre que la orden que se ejecuta sea
factible de ser oponible según los recursos con que cuente el agente opositor,
ya que, según creemos, no podríamos estar hablando de resistencia si la
acción del servidor que ejecuta la orden es avasalladora debido a la
intervención de un número considerable de miembros de la fuerza pública,
frente a un solo sujeto que se resiste a la ejecución, por ejemplo, cuando el
dueño de una tienda no deja que se lleve a cabo la clausura, pese a que existe
la orden de clausura expedida por la gerencia municipal, por no cumplir con
normas de salubridad y, pese a la negativa del destinatario de la orden, se lleva
a cabo su ejecución, ya que es imposible la obstaculización por la gran
cantidad de los servidores de la Municipalidad que la ejecutan.

Asimismo afirma Juárez (2015) En el delito de resistencia a la autoridad,


podemos diferenciar un sujeto pasivo del delito y otro sujeto pasivo de la
acción. El funcionario público que sufre los embates materiales del
sujeto activo es sujeto pasivo de la acción; sin embargo, este no es
sujeto pasivo del delito, pues no es quien emite la orden, siempre que no
concurran severa violencia o amenaza no justificadas por las
circunstancias contra esta última, lo que podría configurar otras figuras
penales. Por ejemplo, el sujeto pasivo del delito es la Municipalidad que
dispuso la orden de clausura de un local comercial y el sujeto pasivo de
la acción es el servidor que ejecuta la medida de clausura del negocio
(p.37).

Por su parte, la jurisprudencia nacional ha señalado que “es la rebeldía u


oposición abierta, hostil y maliciosa, acompañada de actos de contradicción,
decidida y resuelta al cumplimiento de una mandato u orden en curso de
ejecución, expreso y personal de la autoridad en el ejercicio de sus funciones”

1.2.2. Desobediencia.

Desobedecer quiere decir no hacer caso a un mandato o a una orden


impartida, ya sea para que el destinatario debidamente individualizado realice
una conducta positiva (hacer) o para que no la realice (no hacer). En este caso,
el agente dice: “Hagan lo que hagan, no voy a hacer caso a lo que se me pide,
así me lo rueguen”, configurando una conducta reacia.

La doctrina nacional cuando se refiere a esta modalidad delictiva, la


define como no aceptar, conducta omisiva, no acatar.
Por otra parte Barrientos (2015) señala:

Que no obedecer lo ordenado por la autoridad, pudiéndolo hacer (por


ejemplo cuando una Fiscalía Especializada en Corrupción de
Funcionarios, en una investigación preparatoria, seguida contra un
exalcalde, una Municipalidad, ordena al alcalde actual entregar la
documentación que sustenta la realización de una obra, dentro del plazo
de 5 días de notificado, poniéndole en conocimiento que en caso de no
entregar la documentación solicitada se procederá a denunciar por el
delito de desobediencia a la autoridad, y se configura el delito de
desobediencia a la autoridad cuando, pese al requerimiento de la
Fiscalía, la autoridad edil pudiendo hacerlo no cumple con remitir lo
solicitado). Además, la posibilidad de realización del mandato por parte
del agente (destinatario de la orden) implica también que este pueda
adoptar un comportamiento físicamente real de hacer algo o de no hacer
algo, esto es, que permita al agente realizar una acción positiva, como
realizar una acción negativa, esto es, dejar de hacer algo. Esto último,
necesariamente está vinculado al tipo de orden emitida por el funcionario
que se pretenda ejecutar; por ejemplo, cuando se exige que el agente se
retire de determinado lugar o que se le prohíba que pase por
determinado lugar. Sobre la posibilidad de cumplimiento frente a una
orden, el derecho jurisprudencial señala que “en cuanto al delito de
desobediencia si bien en el sub judice se cursó un mandato legítimo y
con las formalidades internas correspondientes, la desobediencia
presupone, de un lado, la posibilidad real de su cumplimiento y, de otro
lado, el conocimiento efectivo de la orden de parte de quien debe
obedecerla; que el mandato cursado por el juzgador no era de posible
cumplimiento porque el vehículo ya no estaba en el poder del imputado,
y, además no existe prueba que establezca que tal orden llegó a su
conocimiento efectivo pues el imputado ya había cambiado de domicilio,
que en todo caso, no está acreditado fehacientemente que recibió la
notificación o que conoció de dicho mandato” (p.46).

1.2.3. Tipificación

Para conocer sobre este delito debemos ubicarnos en la norma:


Este delito se encuentra regulado en la norma del Código Penal Peruano
(2018) que estipula:

Artículo 368°.- Resistencia o desobediencia a la autoridad El que


desobedece o resiste la orden legalmente impartida por un funcionario
público en el ejercicio de sus atribuciones, salvo que se trate de la propia
detención, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
seis meses ni mayor de dos año1}s. Cuando se desobedezca la orden
de realizarse un análisis de sangre o de otros fluidos corporales que
tenga por finalidad determinar el nivel, porcentaje o ingesta de alcohol,
drogas tóxicas estupefacientes, sustancias psicotrópicas o sintéticas, la
pena privativa de la libertad será no menor de seis meses ni mayor de
cuatro años o prestación de servicios comunitarios de setenta a ciento
cuarenta jornadas (p. 257).

1.2.4. Bien jurídico protegido en el delito de desobediencia y resistencia a


la autoridad

Pensamos que los tipos penales que reprimen los actos que afecten a la
administración pública protegen la correcta administración en las entidades del
Estado; y el tipo penal de desobediencia y resistencia a la autoridad, conforme
ya se ha expresado previamente, en concreto protege la ejecutabilidad de la
orden funcionarial, que es una parte de la actividad de la administración
pública. Existe una relación entre lo genérico y lo específico, ya que, al
vulnerarse los aspectos vinculados a la actividad funcionarial ejecutiva, tiene
una repercusión en el buen funcionamiento de la administración pública.

Lo importante es identificar el bien jurídico que subyace dentro de un


caso específico, pues este es el motivo de la imposición del reproche a
determinada conducta, de tal suerte que si la conducta no abate al bien jurídico
protegido o, en su caso, no lo amenaza, no encontraría justificación alguna el
imponerse una sanción. Por ejemplo, no podemos decir que se ha ocasionado
perjuicio al bien jurídico protegido penalmente por el artículo 368° del CP con la
actitud de una persona dueña de un local de expendio de productos de
limpieza de no acatar el requerimiento de colocar el precio a cada producto con
números de color rojo, sino que los exhibe en un pizarrón ubicado dentro de su
puesto de venta, para continuar con la venta. Resulta por tanto insignificante
para el derecho penal la desobediencia mostrada por el comerciante.

Como aquí no se ha afectado abiertamente el bien jurídico, la efectividad


en el cumplimiento de la orden funcionarial de autoridad, no se podría perseguir
a la persona que omitió cumplir la orden. En tanto no se ha vulnerado el bien
jurídico penalmente protegido, la acción del sujeto no perjudicó
sustancialmente la orden dada por la autoridad, en este caso la autoridad
podría requerir su cumplimiento otorgando un plazo razonable al sujeto,
teniendo en cuenta los costos y el tiempo que podría demorar etiquetar todos
los productos.

Sin embargo, se podría buscar otras alternativas penales menos


gravosas contra la conducta desobediente demostrada por el agente, la que
por su insignificancia bien podría corresponderse con una falta contra la
tranquilidad pública sancionada por el numeral 3 del artículo 452° del CP, en
cuanto señala que será ha reprimido con prestación de servicios comunitario de
veinte a cuarenta jornadas o con sesenta a noventa días-multa, el que
desobedece las órdenes que le dicte (la autoridad), siempre que no revista
mayor importancia.

Por ende, resulta de mucha importancia conocer e identificar el bien


jurídico que subyace en estos tipos de delitos, analizar si la conducta realizada
por el sujeto activo ha vulnerado o puesto en peligro de alguna manera; solo
así podríamos reprochar el comportamiento de las personas y colocarlas dentro
de la figura delictiva de la desobediencia y resistencia a la autoridad (art. 368
CP). Porque no cualquier acto que se diga desobediente o de resistencia
puede ser catalogado necesariamente como efecto indiscutible contra el
cumplimiento de una orden de autoridad. Los autores nacionales, bajo este
mismo temario utilizando versos muy parecidos, decantan este rol del derecho
penal en relación a los bienes jurídicos, hacia la actividad funcionarial
resolutiva, es decir, hacia la eficacia de los mandatos del funcionario.

Lo que se requiere es que la autoridad no encuentre obstáculos durante


su desenvolvimiento funcionarial, y los mandatos los podrá concretizar
debidamente. A nivel de resistencia, o sea, el comportamiento que linda con
colocar alguna actividad física por parte del agente opositor a la orden, el bien
jurídico protegido es puesto en tela de juicio de otra manera, por ejemplo,
cuando el agente ejecutor intenta colocar el aviso de clausura del local, el
sujeto activo se lo impide; si la oposición del agente fuere insignificante, pues
se ejerce una fuerza mínima o se recurre a los insultos y no es suficiente para
impedir que el agente cumpla con la ejecución de la orden, entonces no se
habría vulnerado el bien jurídico que protege el delito de resistencia a la
autoridad, empero, las acciones que paralizan la ejecución, que también
pueden llegar al extremo de los golpes, insultos o amenazas recibidos por el
servidor ejecutor de la orden, constituyen otro delito (Navarro, 2014).

1.2.5. Sujetos intervinientes


a. Sujeto activo

Puede ser cualquier persona, un particular, otro funcionario público o


servidor público contra quien vaya dirigida la orden y esté obligado a cumplirla,
también un colegiado o colectivo de personas.15 Puede cometer el delito
cualquier persona, siempre que sea el destinatario de la orden y que esté
legalmente obligado a cumplirla.16 Por ejemplo, cuando existe una sentencia
ordenando al representante de la Oficina de Normalización Previsional el pago
de derecho de jubilación, al incumplirse dicha orden, el sujeto activo será el jefe
de la ONP (funcionario público). La acción del sujeto activo ataca directamente
la orden aun cuando muchas veces su mensajero resulte con algún tipo de
perjuicio, inclusive el físico; es ella la que se ve neutralizada, no el agente
encargado de hacer cumplir, quien solo es su vocero, su repetidor; por eso en
el caso del delito de desobediencia o resistencia a la autoridad el objeto
material del delito no es la autoridad, como según parece, sino, la orden que
este emite. La orden es pues el centro del andamiaje típico, ya que su
existencia clara, expresa, exigible dentro de un plazo, y su consecuente
desobediencia o resistencia, determinan la comisión del delito. En este caso, el
sujeto activo no desea que la orden legalmente impartida llegue a
materializarse o, lo que es lo mismo, a ejecutarse; por lo tanto, el agente tiene
el pleno dominio sobre el acontecer de la acción opositora.

b. Sujeto pasivo
En lo que se refiere al sujeto pasivo diremos que como este delito
protege el cumplimiento y acatamiento de las órdenes de los entes,
instituciones y organismos estatales que tienen entre sus funciones la de
emitir una orden, al ponerse en peligro o vulnerarse dichas órdenes
funcionariales se infringe el bien jurídico protegido cuyo titular es el Estado;
por lo tanto, en el delito de desobediencia o resistencia a la autoridad, el
sujeto pasivo no es el funcionario público que goza de mandato, sino el
Estado, representado por el sector correspondiente. Por ejemplo, cuando se
desobedece una orden dada por el policía de tránsito en ejercicio de sus
atribuciones, el agraviado es el Estado; sin embargo, para este supuesto el
afectado es exclusivamente la Policía Nacional del Perú.

1.2.6. Tipicidad subjetiva

Desobedecer o resistir no son palabras difíciles de conceptualizar,


mucho menos de entender; basta que el sujeto activo sea una persona de
cualquier nivel educacional para que lo sepa, ya que su definición obedece al
común conocimiento de cualquier persona. Esto es, no se requiere recurrir a
intrincadas fórmulas legales o discutibles interpretaciones para saber cuándo
estamos ante una desobediencia o frente a una resistencia. Para que se
externalice el supuesto de hecho contenido en el primer párrafo del artículo
368° del CP, no basta con la sola verificación de la materialización de los
elementos objetivos del tipo en comento, sino que también se exige como
condición necesaria la concurrencia de la conciencia y voluntad en el ámbito
subjetivo del agente. Es decir, el delito bajo comentario, en sus dos
modalidades, sea resistencia o desobediencia, requiere de dolo, esto es, el
conocimiento19 por parte del agente infractor respecto del contenido de la
orden emitida por un funcionario público que dispone que realice o deje de
realizar un comportamiento determinado y la voluntad de realizar la
desobediencia o la resistencia a dicha orden, o sea, el agente, conociendo la
orden, se resiste a la disposición funcionarial. Para que exista dolo, el agente
tiene que haber conocido plenamente la orden, con todos sus componentes (la
obligación a realizar, el plazo, que se encuentre plasmado de manera clara,
expresa y exigible).
Al respecto, el jurista Freyre (2015) sostiene que “una figura criminosa
así concebida solo resulta reprimible a título de dolo, con conciencia y voluntad
de realizar el tipo. El agente ha de saber que se está resistiendo o
desobedeciendo a cumplir una orden impartida legítimamente por un
funcionario público” (p. 20).

En esa línea de ideas la jurisprudencia precisa que al no existir certeza


de que el encausado haya sido notificado de manera oportuna de los
requerimientos oficiales, o que deliberadamente haya desobedecido o resistido
la orden impartida por el representante del Ministerio Público, no se ha
acreditado fehacientemente la comisión del delito imputado.

1.2.7. Consumación y tentativa.

El momento delictivo de la resistencia se demarca durante los actos


ejecutivos de la orden, pero no antes de su inicio ni mucho menos después de
que la orden se hubiere cumplido. Por otra parte, los actos materiales de la
resistencia se dan en el mismo lugar y momento en que se pretende ejecutar la
orden. Trae consecuencias directas contra el funcionario que ejecuta la orden.
En cambio, tratándose de los actos de desobediencia, el momento comisivo
parte desde el instante en que el destinatario toma conocimiento de su deber
de acatamiento hasta el vencimiento del plazo señalado para dar cumplimiento
a lo ordenado, incluidas las prórrogas del plazo debidamente ordenadas. Por
ende, se configura el delito de desobediencia cuando el sujeto activo no cumple
con la orden en el tiempo exigido para ello.

En ese sentido, se concluye que incurre en el delito de desobediencia a


la autoridad, quien cumple la orden impartida luego de vencido el plazo
otorgado. De igual modo, resistirse u oponerse a una orden que ya ha sido
ejecutada no constituye el delito de resistencia a la autoridad, pues ya no sería
posible la resistencia a la ejecución. Cuando hablamos de consumación
decimos que el hecho ha completado su círculo, y esto nada tiene que ver con
la afectación a la orden dada, sino en que si realmente el agente desobedeció
o se resistió, o sea, la consumación está en relación al desarrollo de tales
verbos por parte del sujeto activo; en ese sentido, se deberá analizar
detalladamente los pormenores de la conducta desarrollada por el agente y su
impacto en relación con la orden. En consecuencia, en ambas modalidades no
se requiere de un resultado, pues basta la mera actividad del sujeto activo para
su consumación, aunque en verdad la comisión del delito siempre se apreciará
en relación a que si lo mandado se cumplió o no. La resistencia se consuma
con la conducta opositora siempre que se haya generado una efectiva
obstaculización, por lo menos de la función de ejecución de la orden, y a lo
mucho, su impedimento.

La desobediencia se consuma en el momento en que el destinatario


incumple la orden dispuesta. Como se ha visto, la norma penal no exige nada
adicional para la consumación del delito, por tanto, no es necesario la
existencia de perjuicio o no, ni mucho menos que la orden hubiere sido
reiterada bajo apercibimiento de entablarse denuncia por el presente delito.

Sin embargo, como menciona Salinas (2003) que: “este último es un


requisito de procedibilidad que ha impuesto la jurisprudencia nacional que se
viene acatando de manera vinculante, pero que no es parte constitutiva del
delito, sino un requisito para ejercer la acción penal” (p. 26)

1.3. El delito de conducción en estado de ebriedad y delitos que pueden


ser cometidos como consecuencia de la acción.

1.3.1. Definición del delito de conducción en estado de ebriedad.

Rodríguez (2006) indica que: La conducción en estado de ebriedad


implica una disminución en el conductor de su capacidad para conducir
sin peligro. Esa es la razón para incriminar la conducta: la probabilidad
de que ante cualquier obstáculo en la vía pública el conductor tenga
disminuida la capacidad necesaria para superarlo (p.71).

En cuanto a la definición es un comportamiento atípico y de peligro


común que puede producir un daño a terceras personas este delito genera un
peligro pero para los bienes vida e integridad personal, conducir en estado de
ebriedad es una actitud irresponsable y negligente que influye negativamente
en la decisión de las personas al momento de estar frente al volante.

1.3.2. Tipicidad
El delito de conducción en estado de ebriedad se encuentra tipificado en
el título XII delitos contra la seguridad pública del código penal peruano, en su
artículo 274°.- Conducción en estado de ebriedad o drogadicción, El que
encontrándose en estado de ebriedad, con presencia de alcohol en la sangre
en proporción mayor de 0.5 gramos-litro, o bajo el efecto de drogas tóxicas,
estupefacientes, sustancias psicotrópicas o sintéticas, conduce, opera o
maniobra vehículo motorizado, será reprimido con pena privativa de la libertad
no menor de seis meses ni mayor de dos años o con prestación de servicios
comunitarios de cincuenta y dos a ciento cuatro jornadas e inhabilitación,
conforme al artículo 36° inciso 7). (p.216).

En cuanto al delito enunciado, como sostiene Bustamante (2016)


afirmando que:

Se estima necesario someter los hechos imputados al estricto rigor


jurídico que embarga la estructura funcional (realización de la tipicidad
objetiva y subjetiva), debiéndose verificar si los hechos atribuidos a la
persona del imputado, representa la conducta típica de conducción de
vehículo en estado de ebriedad, dentro de la teoría del delito, ya que
debido a la función de garantía que deben cumplir los tipos penales,
como consecuencia del principio de legalidad, se tiene que solo los
comportamientos que pueden subsumirse en la descripción típica
pueden ser objeto de sanción penal (p.98).

Se debe tener en cuenta que en la totalidad de casos de conductores


ebrios detenidos, se les halla casi generalmente con problemas de consumo de
alcohol mayormente entre los 0.5 a 2.5 gr de alcohol consumido por litro de
sangre, tipificado como estado de ebriedad inicial, básico y hasta relativa, lo
que es tipificable y sancionable con pena privativa suspendida de entre seis,
ocho meses y hasta con un año, mientras que en cuanto a los casos de
conductores ebrios a quienes se les haya encontrado con signos de ebriedad
mayores a 2.5 gr hasta los 3.5 gr se les aplicará también pena privativa
suspendida de entre 2 a 3 años; pero generalmente se llega a reducir dicha
sanción punitiva de privación de libertad suspendida, cuando los imputados se
someten al proceso inmediato penal y se adjudican al principio de oportunidad
como a otra ventajas procesales dadas por las últimas modificaciones
procesales – penales correspondientes, para eso nuestra norma prevé con la
sanción administrativa que se encuentra tipificada, nos referimos a la pena de
inhabilitación.

Trasciende así que una criminalización efectiva, drástica y disuasiva


sobre comportamientos delictivos imprudentes permiten la intervención del
derecho penal en momentos anteriores a la lesión de los bienes jurídicos (vida
e integridad personal), teniéndose así la aplicabilidad utilitaria de la norma
penal desde un aporte más preventivo sobre delitos imprudentes, a efectos de
disuadirse y reducirse la comisión de dichos ilícitos; resultando así en una
tipificación punitiva más eficaz y contundente al respecto, en reemplazo de la
limitada política criminal orientada al sistemático incremento de pena, que
resulta inefectiva sobre casos de delitos como el de conducción vehicular en
estado de ebriedad, cuando en sí ya se han lesionado irremediablemente los
bienes jurídicos señalados (Peña: 2013, p. 535).

De esta manera, acorde a lo señalado anteriormente se tiene que la


tipificación penal y sancionamiento punitivo sobre delitos imprudentes, tiene un
efecto eficaz de que al sancionarse drásticamente dichos ilícitos por cometerse
en modo de dolo eventual, y por haberse incumplido una determinada norma
de cuidado, en cuanto de no ingerirse bebidas alcohólicas antes de conducir;
se podrá así disuadir y concientizar a los conductores a no manejar ebrios, a fin
así de asegurarse una conducción vehicular segura y garantizada, sin riesgos,
y que asimismo se pueda reducir la incidencia negativa de conductores ebrios,
a efectos de que no lleguen a constituirse en un peligro crítico para la
seguridad vial del país.

1.3.3. El bien jurídico tutelado.

En el seno de la doctrina penalista se puede distinguir tres posiciones:

a) En primer lugar, los autores que consideran que se protege directamente


la vida, integridad física y salud de las personas que participan en el
transito viario.
b) En segundo lugar los que, contrariamente, sostienen que se protege la
seguridad en el tráfico diario en sí misma, esto es de forma autónoma
con respecto a los bienes jurídicos penales vida, integridad física y
salud.
c) Por último los autores que, a modo de solución intermedia, defienden
que se protege la seguridad en el tráfico rodado, pero no como un
interés en sí mismo, sino como un instrumento para tutelar la vida,
integridad física y salud de las personas que participan en este concreto
ámbito, configurando de esta manera los delitos contra la seguridad del
tráfico como un adelantamiento de la barrera de protección de estos
bienes jurídicos penales individuales.

La criminalización de estos comportamientos permite la intervención del


derecho penal, en momentos anteriores a la lesión de los bienes jurídicos vida
e integridad personal en el reemplazo de la política criminal orientada al
sistemático incremento de pena cuando se han lesionado irremediablemente
tales bienes.

En el fondo de estos delitos, enseña Muñoz Conde (2004), late la idea de


adelantar la intervención del derecho penal para poder emplearlo en el castigo
de conductas peligrosas que, cuando se dan en esos ámbitos, deben ser
castigadas por la gran trascendencia de los daños que pueden originar para
bienes jurídicos personales (vida integridad física, salud, patrimonio) y también
para bienes jurídicos sociales jurídicos sociales o universales y a la colectividad
en su conjunto. (p.601)

La mayoría de la doctrina, no obstante, coincide a la hora de configurar los


delitos contra la seguridad en el tráfico como delito de peligro en contraposición
a la categoría de delitos de lesión entre los que ha ocupado y sigue ocupando
un lugar preferente el delito de homicidio sobre el que se ha construido Ia parte
general del derecho penal.

Como es de inferirse, tanto en la doctrina nacional como en la extranjera no


hay opinión unánime sobre cuál es el bien jurídico que se estarla violando o
lesionando cuando se configura el delito, pero hay consenso que se estaría
afectando varios bienes jurídicos, es decir, sería un delito pluriofensivo.

De la interpretación del artículo 274° de la codificación penal nacional, se


aprecia que el legislador, ha considerado conveniente proteger con los
postulados del tipo penal, tanto la seguridad del tráfico (interés jurídico
colectivo) como la tutela que merecen las personas particulares en cuanto a su
vida e integridad física (bienes jurídicos particulares) ; dicho en otros términos:
la construcción normativa de un bien jurídico de orden supraindividual, como la
seguridad pública, encierra un cometido político criminal de trascendencia, para
la misión tutelar del Derecho penal, en cuanto reforzar la protección punitiva de
los bienes jurídicos fundamentales, en cuanto a la evidente vinculación que
existe entre las actividades del tráfico rodado intereses jurídicos que entran en
juego, la vida, el cuerpo o y la salud, que si bien no niega autonomía sustantiva
a este grupo de delitos, vemos que en realidad, es la necesidad por garantizar
en mayor medida la incolumidad de estos bienes, lo que determina la aparición
en el catálogo punitivo, de estos intereses colectivos, que se adscriben
perfectamente a una sociedad sumida en los riesgos, que han de ser
enfrentados mediando, los fines preventivos de la norma jurídico-penal.

En lo que corresponde a la seguridad del tráfico, para Benítez (2008), es


solo un segmento particular de la seguridad pública general y se encuentra
vinculada estrechamente al sentimiento de confianza de la población, en el
sentido de no verse expuesta a hechos de violencia física o a acciones
delictivas de otra índole en el transcurso de la vida cotidianas (p.562).

Por tales motivos, el delito comentado se ubica dentro de los delitos


contra la seguridad pública, en razón de la búsqueda de armonía y
bienestar de la colectividad.

Asimismo, Molina (2006) precisa que el objeto de salvaguarda del derecho


penal es el mantenimiento de la seguridad de tráfico como presupuesto de la
protección de la vida e integridad física de las personas que en él intervienen.

No obstante, se puede entender que el objeto de protección de la norma en


sentido específico es la Seguridad del Tráfico, entendido como una parte de la
seguridad colectiva o pública. Sin lugar a duda, la Seguridad del Tráfico no es
un fin en sí mismo, pues su protección es un mero instrumento para evitar
riesgos y ulteriores lesiones de bienes jurídicos más importantes (usualmente
más graves, verbigracia la vida, la integridad física, entre otros), que aun
siendo individuales se entiende su protección en sentido colectivo. (Bramont,
1997, p. 70).

En referencia específica al tráfico rodado o tránsito, la doctrina ha entendido


que no puede pensarse a este bien jurídico como algo a Io que pueda
lesionarse directamente, no pudiendo concretarse como un objeto material
determinado. Resulta pues que el legislador ha entendido que ante Ia
imposibilidad de lesionar el bien jurídico, éste puede ponerse en peligro, e
indirectamente generar la elevación del riesgo de que se produzcan daños a
bienes jurídicos determinados de manera mediata o indirecta (vida, integridad
corporal, etc.).

1.3.4. Tipicidad objetiva.

En la tipicidad objetiva tenemos a los sujetos intervinientes de este delito los


cuales son:
a) Sujeto activo.-
Al respecto Peña (2002) refiere: EI sujeto activo del injusto, puede ser
cualquier persona (la norma sustantiva no distingue si el conductor debe
estar legalmente autorizado para ejercer la manipulación del vehículo).
(p.358).
Se dice en la doctrina que se trata de un delito de «propia mano», donde la
realización de la conducta típica es una condición de la facilidad, que no puede
ser transmitida del hombre de adelante al hombre de atrás, pues sólo el
conductor es quien maneja un vehículo automotor en estado de ebriedad.
Construcción teórica conceptual que se deriva de la postura objetiva formal de
autoría, desde un punto de vista mecanicista de las cosas. Los delitos que
clásicamente han sido caracterizan dos como delitos de propia mano, son los
de violación, conducción en estado de ebriedad, bigamia y falso testimonio.
Para Hugo Benítez (2008), esta conducta puede realizarse directamente
sobre el volante o mecanismo normal de conducción del vehículo como por
comando a distancia (radiocontrol o similar). Debemos entender que el tipo
no admite la autoría mediata, es decir que solo puede ser autor quien
conduce el vehículo (p. 354).
El sujeto activo, tendrá que encontrarse en un estado de embriaguez-en
proporción mayor de 0. 5 gramos-litro o bajo los efectos de estupefacientes, de
ahí que se diga que este delito sea considerado de propia mano o de carácter
especial solo puede llevar adelante la conducta típica el conductor del vehículo,
sin admitir cualquier tipo de intermediación.
En dicho estado de embriaguez, debe estar conduciendo, operando o
maniobrando un vehículo motorizado, instrumento, herramienta u otro análogo
(este último componente típico debe entenderse como una interpretación
analógica).
Por conducir, debe entenderse como el traslado de un vehículo de un sitio a
otro, manejando sus mecanismos de impulso y dirección, y que el
desplazamiento se produzca gracias al impulso del motor. Con tal apreciación,
se deja sin relevancia penal el caso de empujar un vehículo malogrado.
Aunque no lo mencione textualmente el tipo pena en estudio, como exigencia,
se infiere que dicha conducción, habrá de realizarse por vía, camino o
superficie púbíblica, en todo caso, ello solo cobrará realidad normativa en la
circunstancia agravante
b) Sujeto pasivo.-

En este delito el sujeto pasivo seria la colectividad.

Por su parte Peña (2013), “Lo es la sociedad, por cuanto este tipo no prevé
lesión alguna de bien específico y concreto, conforme la naturaleza del bien
jurídico tutelado en la presente capitulación” (p. 538)

1.3.5. Consumación
En este caso lo consumación se daría cuando la persona negligente la
cual se encuentra en estado de ebriedad se sube a su vehículo automotor con
la intención de conducir, operar o maniobrarlo, configurándose concretamente
como un delito de peligro abstracto
Urquizo (2014) refiere que: La consumación del delito se produce
cuando un sujeto, bajo la influencia de los efectos de las bebidas
alcohólicas, drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas,
conduce un vehículo de motor y crea con su proceder un riesgo
potencial para la vida o la integridad de otras personas. Algún supuesto
bastante forzado de una eventual tentativa es imaginable, aunque no
acaba de convencer su punición, ejemplo: “un conductor sale de un bar,
donde ha efectuado abundantes libaciones, sube a su coche, arranca
tras circular unos cuantos metros, sin haber representado un riesgo para
nadie, es detenido por la policía”. (p. 862)

1.3.6. Elementos de la acción, formas de prueba y delitos que pueden ser


cometidos como consecuencia del delito de conducción en estado
de ebriedad o drogadicción.

En principio debemos mencionar que el delito de conducción en estado de


ebriedad se encuentra regulado por el artículo 274° del Código Penal Peruano,
componiéndose de dos elementos:

1. “Conducir, operar o maniobrar un vehículo motorizado. La acción típica


del delito requiere de uno de los tres comportamientos antes
mencionados, para lo cual es necesario conocer el concepto de cada
uno extraídos del Diccionario Manual de la Lengua Española” (Larousse,
2007, p.15).
 Conducir: El término procede del vocablo latino conductio y tiene
diversas aplicaciones y usos. Conducir significa llevar, transportar, guiar,
dirigir. Significa hacer funcionar de manera controlada un vehículo, ya
sea, con motor, tal como un barco, tren o automóvil, o sin motor, como
una bicicleta. Analizando el significado de conducir, podemos referir que
el tipo penal no exige que el actor se encuentre haciendo funcionar un
vehículo, siendo importante mencionar que debe ser “de manera
controlada”. De tal manera que así el actor se encuentre llevando un
vehículo de manera controlada, se toma en cuenta este primer elemento
para el análisis del tipo penal de conducción en estado de ebriedad.
 Operar: El concepto se encuentra directamente relacionado al concepto
de maniobrar. En este tema específico de maniobrar automóviles.
 Maniobrar: Significa realizar maniobras, especialmente para dirigir un
vehículo o una máquina. Movimiento u operación que se hace con una
máquina para dirigir su funcionamiento.
2. El tipo penal exige que una de las conductas sea maniobrar, es decir,
efectuar movimientos u operaciones se suponen con habilidad y astucia
para conseguir que se puede mover un vehículo motorizado. En el
derecho español este punto no ofrece mayor dificultad, expresando su
legislación que el que condujere un vehículo de motor bajo la influencia
de bebidas alcohólicas, drogas tóxicas o estupefacientes, se refiere al
verbo rector “conducir” y analizado dicho precepto por la doctrina de ese
país, se ha señalado que conducir, gramaticalmente significa llevar,
transportar, trasladar de un lugar a otro, guiar o dirigir hacia un sitio o
lugar; por tanto implica movimiento: es dirigir algo hacia algún sitio, por
lo que es necesario el transcurso de tiempo y un cambio de espacio; y
que no es posible apreciar este delito cuando el vehículo se desplaza un
corto espacio y durante un tiempo insignificante, pero además, al
equivaler a guiar o dirigir, es preciso que el desplazamiento se produzca
con los medios de dirección e impulsión del vehículo de motor.

“La conducta consistirá pues, en que un sujeto conduzca un vehículo de motor


que se mueve mediante sus mecanismos de dirección e impulsión, lo cual
implicaría un desplazamiento durante un cierto tiempo y espacio”. (Morales,
2006, p. 88).

1.3.6.1. Tipo Subjetivo:

El tipo penal del delito tipificado en el Art. 274 C. Penal exige


necesariamente la presencia de un acto de comportamiento doloso –
imprudente o que se haya perpetrado dicho ilícito en base al elemento subjetivo
doloso para la configuración del injusto penal correspondiente; lo que se llega a
basar en el conocimiento del autor de hecho de conducir tras haber ingerido las
sustancias legalmente relacionadas y de la influencia negativa de las mismas
sobre la conducción, actuando finalmente con su voluntad en esas condiciones,
de conducir ebrio y de generar riesgos al mismo tráfico vehicular como a los
peatones.

1.3.6.2. Antijuridicidad:

El ilícito debe ser contrario al Derecho y no presentar causas de


justificación al respecto, por lo que su perpetración debe configurarse como
totalmente delictivo y atentatorio contra la norma penal y bienes jurídicos
protegidos. En el presente caso, no se advierte la concurrencia de norma
permisiva que autorice la realización del acto en principio prohibido por el
derecho penal, teniendo en cuenta que está prohibido absolutamente conducir
en estado de ebriedad, tal como sanciona específicamente la norma penal
respectiva y que asimismo es sancionado por el Cuadro de Sanciones contra
infracciones de Tránsito del propio Código de Tránsito (modificado por el
Decreto Supremo N° 003-2014-MTC); teniéndose que el injusto penal sobre el
delito analizado al poder definirse como un acto lesivo de bienes jurídicos
desaprobados jurídicamente, o valorados negativamente, también se tipifica en
torno al acto de conducir en estado de ebriedad ya que se transgrede una
norma prohibitiva penal y se pone en riesgo a la seguridad del tráfico vial
público. En el análisis de la antijuridicidad, corresponde determinar si la
conducta es contraria al ordenamiento jurídico, o en su caso, concurre alguna
causa de justificación de las previstas y sancionadas en el artículo 20 del
Código Penal; por lo que en base a lo analizado pertinentemente, el delito
tratado es una conducta ilícita imputada totalmente contraria al ordenamiento
jurídico, y no se aprecia la concurrencia de alguna causa de justificación.

1.3.6.3. Culpabilidad:

Afirma Gomes (2003): “La culpabilidad como juicio de exigibilidad del


actuar correcto se formula cuando el autor estando en condiciones individuales
y sociales para auto determinarse conforme a derecho se decidió por el injusto”
(p. 507).
Se tiene así, que los autores del delito de conducción en estado de
ebriedad, tienen una alta culpabilidad, por cuanto que sabiendo que no deben
conducir, tras consumir bebidas alcohólicas, pero llegan a conducir
indebidamente e incumpliendo de esa manera las reglas de cuidado que
correspondan, y que más por la pérdida de consciencia que lleguen a tener por
efectos del alcohol consumido, estos conductores finalmente llegan a conducir
imprudentemente, y que desde antes de ingerir bebidas alcohólicas no asumen
responsabilidad alguna para evitar conducir posteriormente. Se trata así que la
culpabilidad es el reproche de la conducta típica y antijurídica, y de que el autor
delictivo no concurra en supuestos de exclusión de culpabilidad, como son la
inimputabilidad y la inexigibilidad de otra conducta; siendo que para el caso
tratado el imputado por delito de conducir ebrio, y acusado como tal, básica y
generalmente es una persona mayor de edad y que no sufre de alguna
anomalía psíquica, grave alteración de la conciencia o de percepción, que le
haga inimputable para conducir vehículos, ni se llega a presentar al respecto
caso de error de prohibición; por lo que estos sujetos de manera consciente
llegan a perpetrar su comportamiento antijurídico en modo voluntario, y no ha
realizado la conducta pertinente o esperada, sino que efectuó una conducta
diferente a la que realizó, tratándose de una conducta punitiva ilícita.

1.3.7. Medios probatorios para el delito de conducción en estado de


ebriedad (alcoholemia):

Entre los medios probatorios encontramos al Dosaje etílico.- “La prueba


de alcoholemia según la doctrina es una pericia técnica que no tiene valor
probatorio de auto inculpación y no puede considerarse lícitamente realizada si
no se le informa de este pedido al acusado” (Barranzuela, 2000, p.74)
1.3.7.1. La alcoholemia

La Real Academia de la Lengua Española (2006) indica: “La alcoholemia es la


presencia de alcohol en la sangre especialmente cuando excede de lo normal”
(p. 62).
Para su determinación, se deben aplicar métodos específicos de control,
tanto el de la prueba de alcoholímetro en forma directa y práctica sobre los
conductores de vehículos, cuando sean sometidos a la prueba de toma de aire
que exhalen los conductores, y que por medio del dispositivo electrónico de
alcoholímetro se pueda determinar finalmente al respecto el nivel de alcohol
consumido por el sujeto intervenido, en función de la cantidad de alcohol que
hay en la sangre, conforme se determine del aire que el intervenido llegue a
exhalar.
Si se requiere de una prueba de alcoholemia más precisa, para una
determinación exacta del grado de alcohol consumido por el conductor, se
puede efectuar de manera más especializada la prueba de sangre en un
laboratorio; y de esa manera poder hallarse con ejecución de un procedimiento
científico - técnico en cuanto a calcularse con alto grado de exactitud la
cantidad específica de alcohol puro consumido por cierta cantidad delimitada
de centímetros cúbicos de sangre del sujeto intervenido.
En nuestro país, se conocen y emplean principalmente, en modo generalmente
aceptado, dos métodos con la finalidad de determinar el grado alcohólico que
se encuentra en la sangre de alguna persona, tras ser intervenida por
aparentemente estar conduciendo vehículo en estado de ebriedad. Dichas
pruebas son las siguientes:
a) Prueba Sanguínea: Denominada también como "examen de
intoxicación
alcohólica en la sangre”; constituye una prueba de laboratorio, en que la prueba
tiene como propósito determinante en cuanto a medir la cantidad de alcohol
puro existente en cada 100 centímetros cúbicos de sangre de la persona
sometida a prueba.
Se ejecuta al respecto, el procedimiento técnico de medición en gramos
del alcohol consumido por cantidad delimitada de sangre, contándose
propiamente con la respectiva muestra sanguínea; y asimismo para el
desarrollo ejecutable de dicha prueba de laboratorio se requiere de un
ambiente y personal especializado en laboratorio, ya que se constituye en un
método muy preciso.
b) Prueba de aire o Alcotest: Este tipo de examen, si bien no es del todo
preciso absolutamente, pero trasciende por ser considerada en una prueba de
alcoholemia práctica y efectiva que permite determinar in situ, sobre el mismo
conductor intervenido, en cuanto al nivel de alcohol que haya consumido o
ingerido de bebidas alcohólicas, ello en base a la toma de muestra del aire
expelido por la persona examinada la que sopla a través de un tubo a un
recipiente que contiene algunas sales (aplicación del instrumento -
alcoholímetro), las mismas que ante la presencia del alcohol en el aliento,
reacciona cambiando de color; pudiéndose así identificar de manera concreta
con el cambio de colores sobre si el conductor intervenido se encuentra en
estado de ebriedad o no; ya que al tornarse de color violeta las sustancias
químicas que contiene el recipiente se torna incolora, lo que constituye un
índice cualitativo de descarte; es decir, se puede presumir ante un resultado
positivo, que el examinado ha ingerido alcohol, pero se ignora en qué cantidad
o proporción se encuentra en la sangre, aunque por criterios de experiencia, se
puede tener un reconocimiento básico cuando al conducir presente niveles de
ebriedad desde los más básicos y detectables al poseer un grado de
alcoholemia mayor al aproximado a los 0.5 gr por l/sangre, y en relación a los
niveles críticos de ebriedad avanzada que puedan presentar otros conductores
en total estado de ebriedad. En otros casos, cuando el cambio de color que se
presente en el alcoholímetro, no sea tan radical como en el ejemplo señalado
anteriormente; sino que, de conformidad al contenido alcohólico en el aliento, la
muestra química va adquiriendo diferentes tonalidades, pudiendo predecirse un
posible contenido alcohólico en la sangre, aunque se ha comprobado de
manera práctica que puede distar mucho de la realidad, y que en sí no se tenga
algún estado de ebriedad en el conductor que resulte intervenido por algún
operativo preventivo de control de alcoholemia (Ortiz, 2000, p. 78).
De manera complementaria, se puede indicar que existen otras pruebas,
tales como las de orina y saliva pero debido a sus altos márgenes de error
resultan de aplicación poca práctica en los países latinoamericanos y
propiamente que no se llegan a aplicar en el Perú, donde ante la alta y
constante incidencia de conductores que manejan vehículos en estado de
ebriedad, se requiere de la aplicabilidad de pruebas más efectivas y
contundentes de alcoholemia, aplicándose esencialmente la prueba de aire
exhalado de los conductores, medido con uso del instrumento alcoholímetro.
Lo cierto es que la prueba de alcoholemia referida deberá ser realizada
oportunamente, toda vez que el alcohol es una sustancia que el organismo
ingiere y expulsa progresivamente, desarrollando una serie de efectos que
influyen en la actividad normal de quien lo consume, ya que el alcohol cuando
se va consumiendo cada vez más en dosis mayores y excesivas, va afectando
o mermando el normal funcionamiento psico-fisiológico orgánico de los
conductores, estando estos cada vez más tendientes a cometer accidentes de
tránsito. En todo caso, es importante mencionar que: "Todos estos exámenes
tendientes a poner de manifiesto la influencia real del alcohol sobre el
organismo del conductor deben realizarse del modo más rápido posible, ya
que, aunque con lentitud, el alcohol se va eliminando paulatinamente, y, en
consecuencia, pueden desaparecer sus efectos (Gómez , 1993, p. 22);
constituyéndose en un grave peligro latente cuando el conductor ebrio no haya
sido intervenido y siga conduciendo por la vía pública poniendo en grave riesgo
a los transeúntes o peatones.
De esta manera, cabe resaltar en modo efectivo, que todas las pruebas
de alcoholemia son muy valiosas pero trasciende de entre ellas, la prueba con
aplicación del alcoholímetro por ser más precisa y efectiva, dada su utilidad y
efectividad porque debe ser tomada casi al instante o en la intervención in situ
en que se le aplica dicha prueba personalmente al mismo conductor, y en el
menor tiempo posible con respecto al evento realizado, toda vez que la
presencia de alcohol en el organismo no es permanente, sino, temporal; y que
al darse el uso frecuente de dicho dispositivo técnico en los operativos de
control de tránsito y de prevención de accidentes, se ha podido detectar y evitar
que conductores ebrios sigan manejando vehículos, dado que estos malos
conductores sabiendo que no deben consumir bebidas alcohólicas antes de
conducir, pero lo hacen de manera temeraria, imprudente y muy irresponsable,
y que siendo intervenidos tratan a la vez de reducir el nivel de alcohol
consumido, ingiriendo agua y tratando de no someterse a la prueba de
alcoholímetro, a fin de evitar la responsabilidad penal y/o administrativa que
corresponda en base a las sanciones que se les deba imponer al respecto.
En base a las pruebas de alcoholemia que se deben llegar a aplicar,
generalmente en cuanto a la prueba de aire exhalado con medición en base al
alcoholímetro, y alternativamente se realiza la prueba de sangre por alcohol
consumido para fines de adjuntar mayor material probatorio en la
determinación del nivel de ebriedad del conductor intervenido; se puede
verificar a la vez sobre cómo el consumo de alcohol ha disminuido las
capacidades de reflejo y de sobriedad de los conductores de vehículos, ello a
causa de que su consumo afecta de manera progresiva en el sistema nervioso,
dicho consumo va alterando de menor a mayor grado las funciones normales
de nuestro organismo. De esta forma, el alcohol es una de las sustancias que
mayormente ocasiona estragos en el cuerpo humano y de manera más grave
en el caso de quien se dispone a conducir un vehículo, ya que experimenta una
reducción crítica de sus capacidades de reflejo, de concentración, estabilidad
física y en su conducta/ comportamiento, teniendo como consecuencia una
diversidad de accidentes, poniendo en riesgo la propia vida del conductor y de
quienes circulan por la vía pública. Por su parte, el Reglamento Nacional de
Tránsito (DS N°016-2009-MTC), en su artículo segundo, define la alcoholemia
como aquel: "Examen o prueba para detectar presencia de alcohol en la sangre
de una persona (Dosaje etílico)"; teniéndose un concepto reglamentario
básicamente aplicable y adaptable a la ejecución de la prueba con uso del
alcoholímetro al respecto. Al tenerse en concreto, que la prueba de alcoholemia
va a determinar específicamente sobre la cantidad de alcohol existente en el
organismo por cada 100 centímetros cúbicos de sangre; ello implica determinar
previamente sobre el nivel de alcohol consumido por el conductor y de los
efectos somnolientes y de disminución de la capacidad de reflejos que llegue a
presentar en sí, durante la actividad de manejo antes y durante de su
intervención por la autoridad de tránsito.
Sostiene Ortiz (2016) que: No es otra cosa que la intoxicación de la
persona debido a la ingestión de las bebidas alcohólicas, la misma que es
susceptible de ser medida por medio de un procedimiento químico, cuyos
resultados se expresan en partes por millar; esto es, en gramos de alcohol por
litro de sangre (p. 51).
Siendo lo más determinante en cuanto a que se pueda efectuar dicha
prueba de alcoholemia en modo inmediato y efectivo, a efectos de poderse
determinar sobre el nivel de alcohol consumido por el conductor intervenido, y
evitarse asimismo cualquier acto indebido de aquel en tratar de reducir el nivel
de alcohol que ha consumido, ya que en sí, estaría resistiéndose a la autoridad
y al procedimiento de intervención respectivo.
De esta manera, sobre el grado de alcoholemia se le puede definir
finalmente como la cantidad de alcohol contenida en la sangre. El grado de
alcohol o de alcoholemia, reiteramos se mide en gramos de alcohol en relación
con cada litro de sangre y la correspondiente prueba se realiza mediante un
análisis de sangre; constituyéndose así en la denominada prueba de sangre,
que se caracteriza por ser una prueba de alcoholemia de laboratorio más
precisa y que diligencialmente también es necesaria para corroborar y analizar
exhaustivamente el estado crítico de ebriedad que llegue a presentar el
conductor que haya sido intervenido. "Dentro de este contexto, se debe
también señalar el Ritmo de Absorción; que contiene:
1) La cantidad de alcohol absorbido y que la alcoholemia indica que será
proporcionar no sólo a la cantidad, sino a la mayor o menor concentración de
alcohol que contenga cada tipo de bebida. Por otro lado, se debe también
manifestar.
2) El momento de la absorción en que una misma cantidad de alcohol
puede dar lugar a alcoholemias muy diferentes, incluso en la misma persona;
esto se debe a que la ingestión de licor se haga en ayunas o durante una
comida, rápidamente (aceleradamente) o a intervalos. Naturalmente la
alcoholemia más elevada se produce en el bebedor de grandes cantidades.
(Ortiz, 2000, p. 77); siendo muy importante la consideración de estas
características para llegarse a precisar sobre la responsabilidad punitiva que
llegue a tener todo aquel conductor en la incurrencia de delito culposo de
conducir en estado de ebriedad.

1.3.7.2. Delitos que pueden ser cometidos como consecuencia del


delito de conducción en estado de ebriedad o drogadicción.
En las afirmaciones anteriores se encuentra que el estado de ebriedad
hace que la persona quien se encuentra conduciendo o manipulando su
vehículo automotor disminuya la capacidad de percibir la realidad situacional,
por eso en consecuencia a ello, se pueden cometer otros delitos que
encontramos dentro del catálogo de delitos penales peruanos.
Por su parte el Ministerio de justicia (2017) indica: Como consecuencia
pueden ser cometidos los delitos siguientes: Homicidio culposo, lesiones
culposas y finalmente la resistencia o desobediencia a la autoridad.

1.3.7.2.1. Homicidio Culposo:


Resulta importante citar que se sanciona la conducción en estado de
ebriedad que tiene como consecuencia la muerta de una persona, dentro del
tipo penal de homicidio culposo regulado por el artículo 111° del Código Penal,
modificado en su segundo párrafo por la Ley N° 29439 de la siguiente manera:
"La pena privativa de la libertad será no menor de cuatro años ni mayor de
ocho años e inhabilitación, según corresponda, conforme al artículo 36 incisos
4), 6) y 7), si la muerte se comete utilizando vehículo motorizado o arma de
fuego, estando el agente bajo el efecto de drogas tóxicas, estupefacientes,
sustancias psicotrópicas o sintéticas, o con presencia de alcohol en la sangre
en proporción mayor de 0.5 gramos-litro, en el caso de transporte particular, o
mayor de 0.25 gramos litro en el caso de transporte público de pasajeros,
mercancías o carga en general, o cuando el delito resulte de la inobservancia
de reglas técnicas de tránsito."
En concreto el delito más grave que puede cometerse como
consecuencia de la realización del delito de conducción en estado de ebriedad
es el homicidio culposo conforme lo previsto en el código penal peruano. Este
ilícito penal sanciona al que, por culpa, ocasiona la muerte de una persona; en
el que se prevé una pena privativa de libertad de 4 a 8 años si la muerte se
comete utilizando vehículo motorizado

1.3.7.2.2. Lesiones culposas:

Así también, se sanciona penalmente las lesiones culposas que se


causa por motivo de encontrarse conduciendo un vehículo en estado de
ebriedad.
El artículo 124° del Código Penal en el último párrafo se refiere a las
lesiones culposas producidas por un actor que se encuentra bajo los estragos
del alcohol, de conformidad con el Artículo 1 de la Ley N° 29439, cuyo texto es
el siguiente:
"La pena privativa de la libertad será no menor de cuatro años ni mayor
de seis años e inhabilitación, según corresponda, conforme al artículo 36
incisos 4), 6) y 7); si la lesión se comete utilizando vehículo motorizado o arma
de fuego, estando el agente bajo el efecto de drogas tóxicas, estupefacientes,
sustancias psicotrópicas o sintéticas, o con presencia de alcohol en la sangre
en proporción mayor de 0.5 gramos-litro, en el caso de transporte particular, o
mayor de 0.25 gramos litro en el caso de transporte público de pasajeros,
mercancías o carga en general, o cuando el delito resulte de la inobservancia
de reglas técnicas de tránsito."
Otro delito que puede ser cometido es el de lesiones culposas previstas
en el cuarto párrafo del artículo 124. En él se prevé que el que por culpa causa
a otro un daño en el cuerpo o en la salud, será reprimido, por acción privada,
con una pena privativa de la libertad será no menor de cuatro años ni mayor de
seis años si la lesión se comete utilizando vehículo motorizado con presencia
de alcohol en la sangre. La pena de inhabilitación es igual a la prevista para el
homicidio culposo.

1.3.7.2.3. Desobediencia o resistencia a la autoridad

Por último y más importante, ya que, en este delito se ha enfocado uno


de los objetivos de la presente investigación.
De modo que, el otro delito que puede cometerse es el previsto en el
segundo párrafo del artículo 368° del Código penal que sanciona a quien
desobedezca la orden o se resiste la orden legalmente impartida por un
funcionario público en el ejercicio de sus atribuciones, salvo que se trate de la
propia detención debe realizarse un análisis de sangre o de otros fluidos
corporales que tenga por finalidad determinar el nivel, porcentaje o ingesta de
alcohol. La pena privativa de la libertad será de 6 meses a 4 años o prestación
de servicios comunitarios de 70 a 140 jornadas.
El Código Penal (2018) tipifica lo siguiente:

Artículo 368°.- Resistencia o desobediencia a la autoridad El que


desobedece o resiste la orden legalmente impartida por un funcionario
público en el ejercicio de sus atribuciones, salvo que se trate de la propia
detención, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
seis meses ni mayor de dos años. Cuando se desobedezca la orden de
realizarse un análisis de sangre o de otros fluidos corporales que tenga
por finalidad determinar el nivel, porcentaje o ingesta de alcohol, drogas
tóxicas estupefacientes, sustancias psicotrópicas o sintéticas, la pena
privativa de la libertad será no menor de seis meses ni mayor de cuatro
años o prestación de servicios comunitarios de setenta a ciento cuarenta
jornadas (p. 257).
Incorporación de la pena de inhabilitación para el delito de resistencia o
desobediencia a la autoridad, y estudio de las sanciones estipuladas en el
código penal peruano de los delitos de CEE y RDA e identificación del
desequilibrio legal que existente.

1.4. Incorporación de la pena de inhabilitación para el delito de


resistencia o desobediencia a la autoridad

1.4.1. Concepto y regulación de la Inhabilitación.

Según el autor mexicano Lara Lagunas (2011), la inhabilitación, puede


ser entendida como la sanción por virtud de la cual se declara al
sancionado como no apto o incapaz de ejercer ciertos derechos, y que
como pena de inhabilitación viene a ser toda medida de suspensión
temporal o de inhabilitación que se puede llegar a aplicar
accesoriamente con otras penas de acuerdo a lo que se tipifique en el
ordenamiento jurídico - penal respectivo sobre una infracción
administrativa que se llega a tipificar y sancionar como delito a la vez
(p.43).
La inhabilitación consiste en la privación de derecho o en la suspensión
de su ejercicio, a raíz de la comisión de un hecho antijurídico que la ley califica
como delito. Puede ser absoluta, en cuyo caso se observa el resabio del
sentido infamante que tenía en épocas remotas; o especial, en que se impone
como castigo por haber hecho abuso, ejercido mal o sin las necesarias
aptitudes, los derechos vinculados con determinados empleos, cargos o
actividades que requieren una destreza especial.

1.4.2. Clases de inhabilitación Absoluta y Especial:

Asegura Orozco (2003) que: La inhabilitación puede ser absoluta en el


tanto por un plazo de seis meses a doce años se impone sobre el
condenado la pérdida de empleo, cargo o comisiones públicas que
ejerciere, inclusive el de elección popular; la incapacidad para obtener
los cargos, empleos o comisiones públicas mencionadas; la privación de
los derechos políticos activos y pasivos; la incapacidad para ejercer la
profesión, oficio, arte o actividad que desempeñe; y la incapacidad para
ejercer la patria potestad, tutela, curatela o administración judicial de
bienes. Cuando la inhabilitación es absoluta reviste carácter de pena
principal.
Además también indica que: La inhabilitación también puede ser
especial, cuando se priva al condenado de uno o más de los derechos o
funciones citadas; en este caso constituye una pena accesoria para los efectos
de punibilidad se reputa como funcionaria pública. El ilícito de Peculado se
encuentra incluido dentro del Código Penal, en el capítulo de delitos contra los
deberes de la función pública, existiendo una norma común a todas las
delincuencias cometidas por funcionarios públicos, entre las que se contemplan
precisamente aquellas ocurridas en daño de los deberes de la función pública –
artículo 356 del Código Penal– de aplicación facultativa para el juzgador,
consistente en la imposición adicional de la pena accesoria de inhabilitación
absoluta o especial, la que se aplicará conjuntamente con la pena principal en
cada caso, en el tanto que se estime pertinente, conforme a la gravedad del
hecho y dentro de los límites fijados para esta pena. En la causa que nos
ocupa, habiendo sido condenada la justiciable por el ilícito mencionado, habida
cuenta de su condición personal de funcionaria pública, adquirida por
comunicabilidad de las circunstancias, se encontraban facultados los
juzgadores para imponerle la pena accesoria permitida por ley, inclinándose por
la inhabilitación absoluta, cuyos efectos se determinan en el numeral 57 del
mismo cuerpo legal, produciendo para el condenado, entre otros, la
incapacidad para ejercer la profesión, oficio, arte o actividad que desempeñe –
inciso 5)– De allí que, la decisión del tribunal al decretar la incapacidad de la
imputada para ejercer la profesión de corredora de bolsa y actividades afines
bursátiles por un período de doce años, dados los graves daños sufridos por el
bien jurídico tutelado –los deberes de la función pública, el patrimonio y la
actividad bursátil, con la correspondiente pérdida de confianza para los
inversionistas, ver folio 448 del Tomo V– no resulta más que la aplicación de las
disposiciones del citado numeral 57 en conjunción con el 356 ibídem, por lo
que el reclamo formulado deviene en improcedente.
La principal diferencia entre las Inhabilitaciones y la Suspensión (la
suspensión solamente afecta a empleos o cargos públicos) es que en las
inhabilitaciones los efectos pueden ser con carácter definitivo (los empleos
públicos) o durante el cumplimiento de condena, mientras que en la
Suspensión solamente se pierden durante el cumplimiento de la condena, por
lo que no se pierde el empleo y una vez cumplida la condena vuelves a ocupar
tu puesto como si nada hubiera ocurrido.
La diferencia entre la Inhabilitación Absoluta y la Especial es que la
Absoluta pierde todos los empleos que tengan el penado y el Derecho de
Sufragio Pasivo y la Inhabilitación Especial solamente abarcará al derecho que
guarde relación con el delito. Los efectos son los mismos para ambas
Inhabilitaciones, tanto si se imponen como pena principal como accesoria.

1.4.3. Deber de Fundamentación de la Pena de Inhabilitación Absoluta

En el segundo aspecto del recurso se señala que el a quo no


fundamentó la pena de inhabilitación absoluta impuesta al imputado por un
plazo de cinco años, la que no guarda proporción con la pena principal
(establecida en dos años de prisión con ejecución condicional de la condena).
En efecto, le asiste razón en este extremo a la recurrente, ya que tal sanción
accesoria, aunque es facultativa para los tipos penales en que así se establece
(en este caso conforme al artículo 356 del Código Penal en relación con el 346
ibid que reprime el delito de Concusión y el 57 ibid que extiende la
inhabilitación absoluta de 6 meses a 12 años) debe estar debidamente
motivada, lo que se omitió por parte de los jueces. Siendo este aspecto
admisible, se acoge el recurso; se anula parcialmente el fallo y el debate
respectivo, ordenándose el reenvío para que el tribunal proceda, previa
audiencia oral y convocatoria de los interesados, a pronunciarse de nuevo
sobre el extremo de comentario, determinando si impone o no la pena
accesoria cuestionada, justificando de modo correcto su decisión."

1.4.4. Duración de la inhabilitación.


La pena de inhabilitación absoluta tendrá una duración de seis a 20
años; las de inhabilitación especial, de tres meses a 20 años, y la de
suspensión de empleo o cargo público, de tres meses a seis años. La
Inhabilitación absoluta siempre es pena grave, mientras que la Inhabilitación
Especial (para cargos públicos) puede ser pena grave (>5 años) o menos
grave, lo mismo que ocurre con la Suspensión. La duración de las penas de
inhabilitación y Suspensión sólo se aplican cuando es pena principal, ya que
cuando son accesorias su duración es la duración de la pena principal de
prisión.
o Definitivamente: solamente se pierden honores, empleos o cargos
públicos que en momento de la condena posea el penado en ambas
Inhabilitaciones.
o Durante el tiempo de la condena: En el resto de Inhabilitaciones y
en la Suspensión los correspondientes derechos se pierden temporalmente,
durante el cumplimiento de la condena.
La duración de las penas de inhabilitación y Suspensión sólo se aplican
cuando es pena principal, ya que cuando son accesorias su duración es la
duración de la pena principal de prisión.

1.4.5. Efectos de la pena de inhabilitación

Debemos de distinguir entre los derechos afectados: a) Honores,


empleos o cargos públicos (En ambas Inhabilitaciones y en la Suspensión); b)
otros empleos y derechos privados, solamente en la Inhabilitación especial
(como la tutela, la privación del permiso de conducir, la propicio de residir en
determinado lugar, etc.) y c) al derecho de sufragio pasivo (Solamente en las
Inhabilitaciones.
a) Honores, empleos o cargos públicos: En las Inhabilitaciones se
pierden definitivamente los que se tienen y no se puede acceder a ellos
(opositar) durante el tiempo de la condena. En la Suspensión el empleo o cargo
público se pierde solamente durante el cumplimiento de la condena.
b) Empleos y derechos privados: Solamente se pierden durante el
tiempo de condena en la Inhabilitación Especial.
c) Derecho de sufragio pasivo: Sólo existe en las dos Inhabilitaciones y
se refiere al periodo de cumplimiento.
No podemos identificar las causas de pérdida de la condición
funcionarial (Inhabilitación o Suspensión) con la sanción disciplinaria de
separación del servicio, pues las primeras tienen una naturaleza distinta, no
punitiva, mientras que la segunda se incluye dentro del régimen.
Efectivamente, la inhabilitación únicamente supone la PRIVACIÓN definitiva de
los honores, empleos y cargos públicos, pero no significa o no trae consigo la
pérdida de la CONDICIÓN de funcionario. Es decir, la pérdida de la condición
de funcionario no es una consecuencia mecánica más de la aplicación de la
pena, sino una consecuencia administrativa, regulada en las normas
administrativas aplicables a los funcionarios.
Así, pues, aunque el Estatuto Básico del Empleado Público recoge como
causa de pérdida de la condición de funcionario “la Pena principal o accesoria
de inhabilitación absoluta o especial para cargo público”, sin embargo también
recoge la posibilidad de la rehabilitación, a petición del interesado, de quien
hubiera perdido la condición de funcionario por haber sido condenado a la pena
principal o accesoria de inhabilitación. Por todo lo dicho, el personal de la
administración que haya sido condenado penalmente tiene la oportunidad de
obtener la rehabilitación y sin embargo el que haya sido sancionado
disciplinariamente a separación del servicio será expulsado de la
administración y no tendrá la oportunidad de solicitar y obtener la rehabilitación
para ningún puesto público.

1.5. Estudio de las sanciones de los delitos de CEE estipulado en el


artículo 274° y RDA estipulado en el artículo 368° del código penal
peruano e identificación el desequilibrio legal.

Para poder afirmar que existe un desequilibrio entre las sanciones de un


artículo y el otro, primero se debe estudiar a cada una ellas tomando en cuenta
nuestro propio código penal peruano, puesto es aquí es donde nace la
problemática, ya que, se estipulan las sanciones penales.
1.5.1. Sanciones del delito de conducción en estado de ebriedad o
drogadicción.

El delito de conducción en estado de ebriedad se encuentra tipificado en


el título XII delitos contra la seguridad pública del código penal peruano, en su
artículo 274°.- Conducción en estado de ebriedad o drogadicción, El que
encontrándose en estado de ebriedad, con presencia de alcohol en la sangre
en proporción mayor de 0.5 gramos-litro, o bajo el efecto de drogas tóxicas,
estupefacientes, sustancias psicotrópicas o sintéticas, conduce, opera o
maniobra vehículo motorizado, será reprimido con pena privativa de la libertad
no menor de seis meses ni mayor de dos años o con prestación de servicios
comunitarios de cincuenta y dos a ciento cuatro jornadas e inhabilitación,
conforme al artículo 36° inciso 7). (p.216).
Como es evidente en el código penal peruano existen dos tipos de
sanciones para este delito, que vienen hacer: la sanción penal y la sanción
administrativa.
 Sanción penal:
La conducción en estado de ebriedad, se encuentra en el artículo 274°
del Código Penal, que prevé una sanción con una pena privativa de la libertad
no menor de seis meses ni mayor de dos años o con prestación de servicios
comunitarios de 52 a 104 jornadas a quien encontrándose en estado de
ebriedad, conduce, opera o maniobra un vehículo motorizado.
Como referimos anteriormente, en el caso que el autor preste servicios
de transporte público de pasajeros, mercancías o carga en general la pena
será de 1 a 3 años o con prestación de servicios comunitarios de 60 a 140
jornadas.
 Sanción administrativa:
En la sanción administrativa encontramos a la pena de inhabilitación.
Según el autor mexicano Lagunas (2011), “la inhabilitación, puede ser
entendida como la sanción por virtud de la cual se declara al sancionado como
no apto o incapaz de ejercer ciertos derechos”, y que como pena de
inhabilitación viene a ser toda medida de suspensión temporal o de
inhabilitación que se puede llegar a aplicar accesoriamente con otras penas de
acuerdo a lo que se tipifique en el ordenamiento jurídico - penal respectivo
sobre una infracción administrativa que se llega a tipificar y sancionar como
delito a la vez.
Aunque se puede determinar que la Sanción Administrativa de
Inhabilitación también comprende tanto una sanción de suspensión temporal
como una sanción inhabilitadora definitiva, puede llegar a aplicarse de la misma
manera como pena o sanción punitiva del Código Penal, que pueden sancionar
una infracción administrativa que está tipificada al mismo tiempo como delito;
diferenciándose únicamente al respecto, en cuanto a la entidad que dictamina
la sanción correspondiente, ya que la pena de inhabilitación puede ser
impuesta por la autoridad judicial competente, mientras que la sanción punitiva
de inhabilitación es impuesta por la autoridad administrativa representante de la
Administración Pública
Según Delgado (2016), una sanción administrativa es aquella retribución
negativa prevista por el Ordenamiento Jurídico e impuesta por una
Administración Pública por la comisión de una infracción administrativa cuyos
elementos son la retribución negativa consistente en la privación o restricción
de derechos; su determinación por el Ordenamiento Jurídico; que venga
impuesta por una Administración Pública a un administrado, y que sea
consecuencia de haber sido considerado responsable de las consecuencias
derivadas de la comisión de una infracción administrativa en virtud del previo
procedimiento administrativo sancionador (p. 191).
El Texto Único Ordenado del Reglamento Nacional de Transito, el
artículo 88° establece que está prohibido conducir bajo la influencia de bebidas
alcohólicas, drogas, estimulantes o disolventes y de cualquier otro elemento
que reduzca la capacidad de reacción y buen manejo del conductor. Por su
parte el artículo 94° de la citada norma, señala que el conductor está obligado a
someterse a las pruebas que le solicite el efectivo de la Policía Nacional del
Perú, asignado al control del tránsito, para determinar su estado de intoxicación
por alcohol, drogas, estupefacientes u otros tóxicos, o su idoneidad, en ese
momento, para conducir. Su negativa establece la presunción legal en su
contra.
Luego, de conformidad con el artículo 328° La persona que
presuntamente se encuentre bajo los efectos del alcohol o de sustancias
estupefacientes y haya sido detectada conduciendo un vehículo será conducida
por el efectivo de la Policía Nacional Interviniente, para el examen etílico o
toxicológico, el cual se debe proceder de acuerdo a lo señalado en el
Reglamento para la aplicación de la sanción correspondiente En ese sentido, si
el resultado es menor de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre (g/l), el
agente policial sólo le dará una recomendación y lo dejará ir. La persona puede
irse a casa y regresar al día siguiente por los resultados, pero el auto y su
brevete se quedan a menos que un tercero vaya a conducir. Se le impone una
Multa General.

1.5.2. Sanciones del delito de desobediencia o resistencia a la autoridad


Según el código penal peruano (2018) estipula que:

Artículo 368°.- Resistencia o desobediencia a la autoridad El que desobedece o


resiste la orden legalmente impartida por un funcionario público en el ejercicio
de sus atribuciones, salvo que se trate de la propia detención, será reprimido
con pena privativa de libertad no menor de seis meses ni mayor de dos años.
Cuando se desobedezca la orden de realizarse un análisis de sangre o de otros
fluidos corporales que tenga por finalidad determinar el nivel, porcentaje o
ingesta de alcohol, drogas tóxicas estupefacientes, sustancias psicotrópicas o
sintéticas, la pena privativa de la libertad será no menor de seis meses ni
mayor de cuatro años o prestación de servicios comunitarios de setenta a
ciento cuarenta jornadas.
En este caso vemos claramente que solo existe una sanción penal, la
cual prevé solo con una pena privativa de la libertad no menor de seis meses ni
mayor de dos años.

1.5.3. Desequilibrio legal de las sanciones de conducción en estado de


ebriedad y desobediencia o resistencia a la autoridad estipuladas
en el código penal

El hallazgo del desequilibrio legal se encuentra en la sanción


administrativa que le hace falta al delito de desobediencia o resistencia a la
autoridad, puesto que se realizó las fundamentaciones expresadas líneas
arriba, la cual nos encuadra que, por un lado tenemos como situación real a la
aparente conducción en estado de ebriedad sin aun haberse dado la
configuración de esta, consecuentemente el autor se va a rehusar a pasar la
prueba de dosaje etílico, y ahí por otro lado si se configura el delito de
desobediencia o resistencia a la autoridad quien en estos casos es el personal
policial, ubicándonos en el proceso, solo sería sancionado con pena privativa
que en realidad no se (hace efectiva), no sería inhabilitado o suspendida su
licencia de conducir habiendo un notorio desnivel de sanción entre ambos
delitos.

1.6. Propuesta de incorporación de la pena de inhabilitación para el


delito de resistencia y desobediencia a la autoridad.

Habiendo identificado el desequilibrio existente en las sanciones penales


del delito de conducción en estado de ebriedad y el delito de resistencia y
desobediencia a la autoridad es apto el planteamiento de la propuesta que se
ha tomado en cuenta, debido a la importancia jurídica que desembocaría la
cual es:
Propuesta la modificación legislativa del art. 368 del código penal
peruano a efecto de conseguir que se incorpore a dicha norma, la pena de
inhabilitación conforme al artículo 36 inciso 7). Esta propuesta se ha realizo en
base con la finalidad de eliminar la problemática existente en la insuficiencia de
la norma penal y la praxis como realidad.
II. DESARROLLO

2.1. Resultados
GRAFICOS

Si, debido a que la sociedad cambia y es


importante actualizar las sanciones ante
el negativo comportamiento de las per-
20% sonas.

No, ya que los artículos están creados de


una manera eficiente para prevenir el
comportamiento negativo de las per-
sonas.
80%

Gráfico N° 1
Considera que debería realizarse modificaciones a algunos artículos del có-
digo penal peruano

FUENTE: Cuestionario sobre modificación legislativa del art. 368 del código
penal peruano a efecto de conseguir que se incorpore a dicha norma, la pena
de inhabilitación conforme al artículo 36 inciso 7.

10
9
8
7
6
5
SI
4
NO
3
2
1
0
Gráfico N° 2
El desequilibrio que existe entre las sanciones de los delitos de
resistencia o desobediencia a la autoridad y el delito de conduc-
ción en estado de ebriedad, es una ventaja para las personas
negligentes
FUENTE: Cuestionario sobre modificación legislativa del art. 368 del código penal peruano a efecto de
conseguir que se incorpore a dicha norma, la pena de inhabilitación conforme al artículo 36 inciso 7.
Eliminar el desequilibrio de la norma

Castigar tanto penalmente como


30% administrativamente

50%
Otorgarle mayor rigidez a la norma

20% Sancionar a las personas que se


rehúsan a realizarse la prueba de
dosaje etílico

GRÁFICO N° 3
Cuál sería la ventaja sobre la propuesta de incorporar la pena de inhabilitación
conforme al Art. 36 inc. 7

FUENTE: Cuestionario sobre modificación legislativa del art. 368 del código penal peruano a efecto de
conseguir que se incorpore a dicha norma, la pena de inhabilitación conforme al artículo 36 inciso 7.

10
9
8
7
6
5
4
3
Legales
2
Sociales
1
Económicas
0
DE 10 PERSONAS

GRÁFICO N° 4
Cuáles cree que son los motivos que justifiquen la propuesta de modificar el
art. 368 del código penal peruano a efecto de conseguir que se incorpore a
dicha norma, la pena de inhabilitación conforme al artículo 36 inciso 7

FUENTE: Cuestionario sobre modificación legislativa del art. 368 del código penal peruano a efecto de
conseguir que se incorpore a dicha norma, la pena de inhabilitación conforme al artículo 36 inciso 7.
10%

Si

No

90%

GRÁFICO N° 5
Con la incorporación de la pena de inhabilitación al delito de desobediencia o
resistencia a la autoridad se sanciona tanto penal como administrativamente

FUENTE: Cuestionario sobre modificación legislativa del art. 368 del código penal peruano a efecto de
conseguir que se incorpore a dicha norma, la pena de inhabilitación conforme al artículo 36 inciso 7.

2.2. DISCUSION

 Los resultados realmente confirman la hipótesis planteada respecto a


que la mayoría de jueces encuestados, señalan que si están de acuerdo
con la propuesta de la modificación legislativa del art. 368 del código
penal, se daría la posible incorporación de la inhabilitación, para
sancionar a las personas que se rehúsan a realizarse la prueba de
dosaje etílico.

 Se está de acuerdo con Paredes (2010) quien manifiesta que la


inhabilitación puede ser considerada como una pena mediante la cual se
priva, suspende o incapacita de uno o más derechos civiles, políticos,
económicos y/o profesionales a la persona que haya infringido o
desacatado ilegalmente un deber especial propio de su cargo, función,
profesión comercio, industria o relación familiar; o a quien ha utilizado su
posición de poder o de dominio para cometer un delito, el cual debe ser
considerado como refuerzo de una sanción penal.
 Se está en desacuerdo o se cuestiona el código penal peruano, el cual
ha omitido establecer la inhabilitación como sanción aplicable a quienes
cometen el delito de desobediencia o resistencia a la autoridad
estipulada en su artículo 368, porque no se toma en cuenta la
importancia de una sanción administrativa para este delito.

 Se comparte la idea de Manzanares (2013) quien a través de un estudio


determinó que la inhabilitación es importante debido a que se restringe
un derecho, a las personas que han violado la ley, en este caso seria la
desobedecía o resistencia a la autoridad, además estima que también se
debería aumentar condena, para así poder darle mayor respaldo a las
autoridades de Perú.

III. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

3.1. Conclusiones
 Se concluyó que con la propuesta de modificación legislativa del art. 368
del CPP, se estaría sancionando administrativamente a través de la
inhabilitación conforme al art. 36 inciso 7.
 Se concluye que la modificación legislativa es un cambio, que se le va a
realizar a una ley, norma o un artículo quien, por muchos factores, debe
ser actualizada, debido a que es importante que las tengan relación con
la praxis, y se pueda tener una correcta legislación de las normas.
 El delito de RDA, se da cuando se desobedece una orden dada por el
policía de tránsito en ejercicio de sus atribuciones, el agraviado es el
Estado; sin embargo, para este supuesto el afectado es exclusivamente
la Policía Nacional del Perú.
 Se concluye que conducir en estado de ebriedad es una actitud
irresponsable y negligente que influye negativamente en la decisión de
las personas, por lo tanto muchas veces optan por rehusarse a que la
autoridad competente le realice la prueba de dosaje etílico, la aceptación
de esta podría traer como consecuencia una sanción penal, y es ahí
donde entra a tallar el RDA.
 Como se ha podido comparar la sanción del delito de CEE y el RDA, en
ambos casos se estipula una sanción de pena privativa, pero en el caso
de este último delito, nos damos cuenta que existe un desequilibrio
legislativo entre ambas sanciones, debido a la notable ausencia de la
inhabilitación como sanción administrativa que presenta este el delito.
 Finalmente se ha establecido la propuesta para que exista una equidad
legislativa entre la sanción del delito de RDA y la sanción del delito CEE,
y este no acarree problemas en la praxis al momento que una persona
pueda cometer uno de estos dos delitos, es oportuna la propuesta de
incorporar la sanción de inhabilitación al delito de desobediencia o
resistencia a la autoridad tipificado en el art. 368 del código penal
peruano.

3.2. Recomendaciones
 Se recomienda a la universidad Cesar Vallejo – filial Chiclayo, en
estricto, a la escuela de derecho, para que realicen implementación, de
material bibliográfico en el centro de investigación, sobre temas de sanciones
administrativas, desobediencia o resistencia a la autoridad y conducción en
estado de ebriedad.

 Se recomienda igualmente a los estudiantes de Derecho, indistintamente


de las universidades las cuales pertenezcan que, se involucren y promuevan el
desarrollo de trabajos de investigación, que surjan a raíz de problemáticas que
se puedan evidenciar a través de la observación en el campo práctico.

 Se recomienda a los legisladores del Perú que presenten un


proyecto de la modificación legislativa del art. 368 del código penal
peruano con la finalidad de conseguir que se incorpore a dicha norma, la
pena de inhabilitación conforme al artículo 36 inciso 7, y así terminar con
esta problemática.

IV. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS


Barrientos, J. (2015). ¿Cuáles son los tipos de modificaciones penales?

Barros, E. (2003). Modificaciones legislativas desde el punto de vista actual,


Benítez, H. (2008) “Delito de desobediencia o resistencia a la autoridad en el
derecho penal”. Lima, Perú.

Código Penal Peruano. (2018). Lima, Perú. Jurista Editores

Freyre, C. (2015). “El delito de desobediencia o resistencia a la autoridad”


Arequipa, Perú.

Juárez, L. (2015). Análisis del delito de desobediencia o resistencia a la


autoridad, Lima, Perú.

Parparcén, C (2009) Derecho penal parte especial. 3era Edicion. Lima, Peru

Salazar, P. (2001). Estudio de las leyes, creación y extinción. 1ra Edición. Lima,
Perú. Recuperado el 21-06-2018. Disponible en:
http://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/cbd5a00045d5ef61bd8fdd6226b5e16/
SRSALP.pdf?MOD=AJPERES

Peña, R. (2002). Tratado de Derecho Penal: Estudio programático de la parte


general. Lima, Grijley S.A

Navarro, R. (2014). Estudio del delito de resistencia o desobediencia a la


autoridad, Barcelona, España.

Salinas, E. (2003). Manual de derecho penal. Gaceta Penal & Procesal Penal.
Lima, Perú.

Muñoz Conde (2004) Bustamante, G. (2016). Sentencia de proceso inmediato:


Conducción de vehículo en estado de ebriedad. Lima. Fuente:
http://legis.pe/sentenciaproceso-inmediato-conduccion-vehiculo-estado-
ebriedad/

Rodríguez, D. (2006) Derecho penal español. Parte especial. (pp. 71). España:
Servicio Editorial.

Morales, P. (2006). La Infracción del debido proceso. Lima: Revista


Publicaciones de la UNMSM.
Soto, J. (2013). Fundamento y límites de la potestad sancionadora
administrativa. Revista de derecho (Valparaíso) versión On-line ISSN 0718-
6851. Fuente consultada: http://dx.doi.org/10.4067/S0718-68512013000100013

Uturrigui, M (2005). Manual de derecho penal: parte general. Lima, Eddili S.A.

Valverde, D. (2013) “Estudio de las sanciones del delito de conducción en


estado de ebriedad”. Buenos Aires, Argentina.

Morales, P. (2006). La Infracción del debido proceso. Lima: Revista


Publicaciones de la UNMSM.

ANEXOS

UNIVERSIDAD CESAR VALLEJO


ESCUELA PROFESIONAL DE
DERECHO
ENCUESTA:

“MODIFICACIÓN LEGISLATIVA DEL ART. 368 DEL CÓDIGO PENAL


PERUANO A EFECTO DE CONSEGUIR QUE SE INCORPORE A DICHA
NORMA, LA PENA DE INHABILITACIÓN CONFORME AL ARTÍCULO 36
INCISO 7.”

I. INTRODUCCION E INDICACIONES

Estimado colaborador la presente encuesta es anónima (tampoco hay


respuestas erradas o correctas) y tiene como único fin, el de recopilar datos
sobre el tema denominado: “Modificación legislativa del art. 368 del código
penal peruano a efecto de conseguir que se incorpore a dicha norma, la pena
de inhabilitación conforme al artículo 36 inciso 7”.

Para ello, se solicita responder la siguiente encuesta, marcando con un aspa


(X) la alternativa que mejor te represente. Asimismo, debe seleccionar solo una
alternativa por cada pregunta o responder la interrogante de ser necesario.
Cabe resaltar que la información que proporcione es de vital importancia para
la presente investigación, por eso se agradece de ante mano su participación.

II. DATOS

EDAD: ………..…. SEXO: …………. OCUPACIÓN: ………………………

III. INTERROGANTES

1. ¿Considera que debería realizarse modificaciones a algunos


artículos del código penal peruano?
a) Si, debido a que la sociedad cambia y es importante actualizar las
sanciones ante el negativo comportamiento de las personas.
b) No, ya que los artículos están creados de una manera eficiente para
prevenir el comportamiento negativo de las personas.
2. ¿Considera que existe una alternativa para la persona que comete
el delito de desobediencia o resistencia a la autoridad en vez del
delito conducción en estado de ebriedad, debido a que en el
primero no acarrea sanción administrativa (inhabilitación)?
a) Totalmente de acuerdo
b) De acuerdo
c) Desacuerdo
3. ¿Si hablamos del delito de resistencia o desobediencia a la
autoridad, existe solo una sanción penal, cree usted que se debe
agregar una sanción administrativa?
a) No, puesto que solo es necesaria la aplicación de pena privativa de
la libertad, cuando se configure este delito.
b) Si, puesto que la sola aplicación de pena privativa de la libertad, no
es suficiente requiriéndose otro tipo de penas para sancionar este
delito, como la inhabilitación.
4. ¿El desequilibrio que existe entre las sanciones de los delitos de
resistencia o desobediencia a la autoridad y el delito de conducción
en estado de ebriedad, es una ventaja para las personas
negligentes?
a) Si, ya que los conductores optan por cometer el delito de
desobediencia o resistencia a la autoridad, por la ventaja de no ser
suspendido de su licencia de conducir.
b) No, ya que las sanciones están bien estipuladas.
5. ¿Cuál sería la ventaja sobre la propuesta de incorporar la pena de
inhabilitación conforme al Art. 36 inc. 7?
a) Eliminar el desequilibrio de la norma
b) Castigar tanto penalmente como administrativamente
c) Otorgarle mayor rigidez a la norma
d) Sancionar a las personas que se rehúsan a realizarse la prueba de
dosaje etílico.
6. ¿Cuáles cree que son los motivos que justifiquen la propuesta de
modificar el art. 368 del código penal peruano a efecto de conseguir
que se incorpore a dicha norma, la pena de inhabilitación conforme
al artículo 36 inciso 7?
a) Legales
b) Sociales
c) Económicos
7. ¿Con la incorporación de la pena de inhabilitación al delito de
desobediencia o resistencia a la autoridad se sanciona tanto penal
como administrativamente?
a) Si
b) No

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