Memoria 12 Sensorial

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Apuntes de la asignatura MEMORIA | Tema 12 | Versión: 19/01/2022

12. Memoria sensorial


Como vimos en el Tema 1, los modelos de memoria más populares en los años 60 del siglo pa-
sado, cuyo máximo exponente es el modelo modal de memoria de Atkinson y Shiffrin (1968), con-
sideraban la existencia de tres estructuras: el registro sensorial, el almacén a corto plazo y el alma-
cén a largo plazo. En este último tema, vamos a considerar la primera de estas estructuras y el tipo
de memoria que esta estructura sustenta: la memora sensorial.

Memoria sensorial visual


Quizá haya pocas situaciones en las que resulte más evidente la existencia de la memoria sen-
sorial como la que tiene lugar cuando vemos una película en una sala de cine. Como sabemos, lo
que se está proyectando sobre la pantalla son una serie de imágenes separadas unas de otras por
breves intervalos durante los que la pantalla permanece en negro. ¿Por qué los espectadores no
son conscientes de este hecho? La respuesta a esta pregunta es que la memoria sensorial mantiene
la última imagen presentada durante unas décimas de segundo tras su presentación, de tal forma
que la experiencia subjetiva es que la imagen sigue estando presente. La situación que acabamos
de describir ejemplifica el funcionamiento de la memoria sensorial para la modalidad visual. Esta
forma de memoria sensorial se denomina MEMORIA ICÓNICA.

Memoria icónica y enmascaramiento visual


En el laboratorio, la existencia de la memoria sensorial visual o memoria icónica puede demos-
trarse utilizando procedimientos de ENMASCARAMIENTO VISUAL. Imaginemos que presentamos una pa-
labra en una pantalla de ordenador durante un periodo de tiempo muy breve, por ejemplo, 10 ms.
A pesar de la brevedad de la exposición, la mayoría de las personas no tendrán problema alguno
para reconocer la palabra presentada. ¿Podemos concluir entonces que 10 ms es tiempo suficiente
para que se completen los procesos que conducen a la percepción consciente de una palabra?

Figura 12.1: La técnica del enmascaramiento retroactivo impide identificar


estímulos presentados durante tiempos de exposición muy breves.

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Aunque parezca contradictorio, la respuesta a la pregunta anterior es no. En realidad, si la po-


demos percibir es porque la memoria sensorial ha permitido mantener la imagen de la palabra
durante algún tiempo extra más allá de la duración física de la estimulación, dando tiempo a que
se complete la identificación consciente. Esto lo podemos demostrar exponiendo la misma palabra
durante el mismo tiempo, pero presentando a continuación otro estímulo (por ejemplo, una fila de
símbolos de sostenido). Lo normal en esta situación es que ni siquiera se pueda advertir que se ha
presentado una palabra antes de los sostenidos (Figura 12.1). Una explicación para este fenómeno
es que la fila de sostenidos ha sobrescrito el contenido de la memoria icónica, impidiendo que la
palabra disfrute de ese tiempo extra que antes permitió su identificación consciente. En este con-
texto, decimos que los símbolos de sostenido han actuado como MÁSCARA RETROACTIVA (retroactiva
porque enmascara a un estímulo que ha aparecido con anterioridad).

Figura 12.2: Taquistoscopio de la Facultad de Psicología de la Universidad de


Murcia.

Los experimentos de Sperling (1960)


Al hablar de la memoria sensorial (y, en concreto, de la memoria icónica), es imposible no hacer
referencia al famoso estudio de Sperling (1960) que supuso el punto de partida de la investigación
en este terreno. El procedimiento básico en este estudio consistía en presentar brevemente con-
juntos de letras en un TAQUISTOSCOPIO (el instrumento utilizado en aquellos tiempos para presentar
estímulos visuales durante periodos de tiempo muy precisos –Figura 12.2) y pedir a los participan-
tes que trataran de identificar y comunicar al experimentador el mayor número de letras que fueran
capaces. Una presentación podría incluir, por ejemplo, 12 letras dispuestas en tres filas, con cuatro
letras en cada fila. En un primer experimento, las letras fueron presentadas durante 50 ms, y los
participantes pudieron informar correctamente de entre cuatro y cinco letras. ¿Podríamos concluir
que los participantes solo habían podido identificar entre cuatro y cinco letras porque la presenta-
ción había sido demasiado breve? La respuesta es no, según se pudo comprobar en un segundo
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experimento en el que las letras se presentaron durante periodos de tiempo comprendidos entre
15 ms y 500 ms. Los resultados en ese segundo experimento mostraron que los participantes se-
guían siendo capaces de informar de entre cuatro y cinco letras, sin que el tiempo de exposición
afectara mucho al rendimiento. La interpretación contemporánea a los resultados de estos dos pri-
meros experimentos sería que el hecho de que los participantes solo recordaran cuatro o cinco
letras fue consecuencia de la limitación de capacidad de la memoria a corto plazo, que es el sistema
de memoria responsable del mantenimiento las letras durante el tiempo suficiente como para que
los participantes pudieran comunicárselas al experimentador.

Figura 12.3: Procedimiento de informe parcial (Sperling, 1960).

El experimento clave que permitió evidenciar la existencia de la memoria icónica fue el Experi-
mento 3, en el cual se utilizó una estrategia que Sperling denominó TÉCNICA DEL INFORME PARCIAL (Fi-
gura 12.3). En este experimento, las letras se presentaban durante 50 ms dispuestas en tres filas,
como en el primer experimento. Sin embargo, a los participantes no se les pidió que trataran de
informar de todas las letras presentadas, sino solo de parte de ellas (por eso el término informe
parcial). Para ello, un sonido presentado justo después de las letras indicaba a los participantes
cuáles eran las letras de interés en cada ensayo. Si el sonido era agudo, los participantes tenían que
informar de las letras presentadas en la fila superior; si era grave, de las letras de la fila inferior; y
si era un tono intermedio, de la fila central. Los resultados mostraron que, cuando la presentación
consistía en 12 letras dispuestas en tres filas de cuatro letras, los participantes eran capaces de
informar de tres letras por término medio. Para apreciar la importancia de este dato hay que tener
en cuenta que el sonido aparecía una vez que las letras ya no estaban físicamente presentes, y que
lo participantes no sabían de antemano cuál de las tres filas de letras iba a ser la fila clave. Si los
participantes podían informar de tres letras tras oír el sonido sea cual fuera ese sonido, se puede
concluir que, al menos, tres letras de cada fila estaban disponibles una vez finalizada la presentación
de las letras. En otras palabras, se podría estimar que al menos 9 (3 × 3) letras estaban disponibles,
el doble de las letras de las que los participantes habían sido capaces de informar en los dos prime-
ros experimentos. El almacén de memoria en el que se supone se mantenían esas letras es el que
luego se denominó memoria icónica.
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Memoria sensorial auditiva y los efectos de modalidad y de sufijo


Los defensores del modelo modal de memoria generalmente asumían la existencia de un regis-
tro sensorial para cada modalidad sensorial. Hasta ahora, hemos hablado de la memoria icónica,
que sería el resultado de la existencia de un registro sensorial para la modalidad visual. Otro tipo
importante de memoria sensorial es el correspondiente al registro sensorial para la modalidad au-
ditiva: la memoria sensorial auditiva o MEMORIA ECOICA.

La existencia de la memoria ecoica se puso de manifiesto, inicialmente, empleando la misma


estrategia de informe parcial utilizada por Sperling, pero adaptada a la modalidad auditiva (Darwin,
Turvey y Crowder, 1972). El procedimiento empleado en este caso implicaba presentar diferentes
secuencias de letras y números simultáneamente por diferentes canales que el participante inter-
pretaba como provenientes de diferentes localizaciones espaciales (izquierda, centro, derecha). En
la condición de informe total, los participantes debían tratar de recordar todos los ítems; en la con-
dición de informe parcial, sin embargo, los participantes debían recordar solo los estímulos presen-
tados a través de uno de los canales, el cual se indicaba con una señal visual tras la presentación de
las secuencias de letras y números. Los resultados en esta condición de informe parcial demostra-
ron que los participantes eran capaces de retener mucha más información de lo que podían demos-
trar en la condición de informe total.

Un aspecto interesante de la memoria ecoica es el papel que puede jugar en tareas de memoria
verbal a corto plazo. Por ejemplo, cuando pedimos el recuerdo serial inmediato de listas de pala-
bras, el recuerdo de las últimas palabras de la lista es mejor (el efecto de recencia es mayor) cuando
las palabras se presentan auditivamente en comparación con cuando la presentación es visual
(Crowder y Morton, 1969). Esta observación recibe el nombre de EFECTO DE MODALIDAD, y podría
explicarse por el hecho de que, cuando la presentación es auditiva, las últimas palabras de cada
lista pueden estar disponibles aún en la memoria sensorial en el momento del recuerdo, cosa que
no ocurre si la presentación es visual. Congruentemente con esta idea, numerosos estudios han
mostrado que el efecto de modalidad desaparece o se reduce en gran medida si, tras la presenta-
ción auditiva inicial, se añade algún estímulo verbal adicional irrelevante (denominado sufijo en
este contexto) que desplace las últimas palabras de la lista de la memoria ecoica. Esta eliminación
o reducción del efecto de modalidad como consecuencia de la presentación de un estímulo verbal
irrelevante tras la presentación del último ítem de la lista se denomina EFECTO DE SUFIJO (Watkins y
Watkins, 1980).

Referencias
Sperling, G. (1960). The information available in brief visual presentations. Psychological Mono-
graphs, 74, 1–29.

Darwin, C. J., Turvey, M. T. y Crowder, R. G. (1972). An auditory analogue of the Sperling partial
report procedure: Evidence for brief auditory storage. Cognitive Psychology, 3, 255-267.

Watkins, O. C. y Watkins, M. J. (1980). The modality effect and echoic persistence. Journal of Exper-
imental Psychology: General, 109, 251–278.
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Atkinson, R. C. y Shiffrin, R. M. (1968). Human memory: A proposed system and its control processes.
En K. W. Spence and J. T. Spence (Eds.), The Psychology of Learning and Motivation: Advances
in Research and Theory (Vol. 2, pp. 89-195). New York: Academic Press.

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