Nutrición Deportiva
Nutrición Deportiva
Nutrición Deportiva
La nutrición deportiva cubre todos los ciclos del deporte: el descanso, la fase activa y la de recuperación. Es
cierto que el ejercicio aumenta las necesidades energéticas y nutricionales del cuerpo, una dieta deportiva
puede variar desde 110 kJ/kg/día (26 kcal/kg/día) en una mujer que practica el fisicoculturismo y
157 kJ/kg/día (38 kcal/kg/día) en una mujer que hace gimnasia de alto nivel hasta un hombre practicante de
triatlón que consume 272 kJ/kg/día (65 kcal/kg/día) y 347 kJ/kg/día (83 kcal/kg/día) en un ciclista del Tour
de Francia.
La nutrición es uno de los tres factores que marcan la práctica del deporte; los otros dos son los factores
genéticos particulares del atleta y el tipo de entrenamiento realizado. Los alimentos que se incluyen en una
dieta deportiva atienden a tres objetivos básicos: proporcionan energía, proporcionan material para el
fortalecimiento y reparación de los tejidos, mantienen y regulan el metabolismo. No existe una dieta general
para los deportistas, cada deporte tiene unas demandas especiales y una nutrición específica.
Ya en el año 1897 se realizó el primer maratón de Boston, y en él surgió la polémica acerca de los
alimentos y procedimientos de ingesta de los mismos. En ese maratón ya se discutía acerca de la
conveniencia de incluir ciertas cantidades de alcohol previas al ejercicio. En el año 1909, el sueco Fridtjof
Nansen estableció la importancia de los hidratos de carbono en la actividad física intensa. En el año 1911
Zuntz determinó que las grasas corporales proporcionaban energía además de los hidratos de carbono en la
actividad física. En 1939, debido a investigaciones realizadas por ciertos investigadores, se pudo determinar
que aquellas personas con dietas abundantes en hidratos de carbono mejoraban su resistencia. Uno de los
grandes avances de la ciencia fue la utilización de las biopsias musculares en 1967, lo que ayudó a
descubrir la importancia del glucógeno muscular. En el siglo xix Max Rubner hizo numerosas
contribuciones explicando procesos metabólicos en el organismo de los animales.1 En 1950 Kenneth H.
Cooper creó un sistema denominado aerobics para mantener el peso corporal dentro de ciertos límites y
publicó sus ideas en un libro titulado "Aerobics" (1968).
Los primeros estudios de la dieta deportiva se realizaron en los años veinte (1920) para investigar la
relación que existía en la resistencia: mantuvieron a los deportistas en una dieta rica en carbohidratos, frente
a otra rica en grasas.2 A lo largo de los años (1960) se realizaron diversos estudios acerca de la
compensación de glucógeno.3 Todos estos estudios revelan que el empleo adecuado de macronutrientes en
la nutrición deportiva mejora las prestaciones de los atletas, y viceversa: un uso no adecuado perjudica el
rendimiento del ejercicio.
No obstante, durante el periodo de mediados del siglo xx, durante la Guerra Fría, la Unión Soviética realizó
en secreto estudios nutricionales y dietéticos con el objetivo de lograr la "supremacía en el deporte" de sus
atletas, hecho que revelan en los sucesivos Juegos Olímpicos de aquella época. La nutrición deportiva se
comenzó a analizar desde un punto de vista científico a finales del siglo xx, esta nueva mentalidad alcanzó
su punto álgido en una reunión mantenida en las oficinas centrales del Comité Olímpico Internacional
(Lausanne, Suiza) en marzo de 1991, donde se estableció un consenso sobre las investigaciones en el área
de la nutrición deportiva.4
Índice
Metabolismo energético
Metabolismo anaeróbico
Abastecimiento de energía
Uso de los macronutrientes
Empleo de los glúcidos (hidratos de carbono)[12]
Metabolismo de glúcidos
Glúcidos en la dieta deportiva
Entrenamiento diario
Una semana antes del evento
Comida antes del ejercicio
Durante el ejercicio prolongado
Inmediatamente tras el ejercicio
Empleo de los lípidos
Almacenamiento de grasas
Metabolismo de los lípidos
Lípidos en la dieta deportiva
Empleo de las proteínas
Reserva de proteínas
Proteínas en la Dieta Deportiva
Suplementos proteínicos
Uso de los micronutrientes
Uso de minerales
Uso de vitaminas
Uso de líquidos
Empleo del agua en los músculos
Ingesta de líquidos
Nutrición en los deportes aeróbicos
Nutrición en los deportes anaeróbicos
Efectos ergogénicos
Referencias
Véase también
Metabolismo energético
Si no consideramos al cuerpo humano como un sistema, se puede ver que existe una cierta cantidad de
mecanismos para almacenar energía en él. Estos mecanismos proporcionan al cuerpo libertad para
demandar continuamente energía desde diferentes fuentes y poder mantener la homeostasis (equilibrio). Los
macronutrientes (vistos desde una perspectiva de química alimentaria) existentes en los alimentos contienen
su energía en los enlaces químicos que se ceden al cuerpo en las actividades metabólicas. Tras su digestión
y absorción, la energía se almacena como enlaces químicos de fácil disponibilidad en los lípidos (es decir
en la 'grasa') y en el glucógeno hepático. Esta energía de los enlaces químicos es almacenada y constituye
la única fuente de energía que emplea el cuerpo humano durante la ejecución del deporte (o de una
actividad en general). Bajo este aspecto el metabolismo del cuerpo humano actúa como un motor de
combustión interna y emplea la energía almacenada (comida en el cuerpo o gasolina en el motor) de
acuerdo con la demanda de trabajo requerida.
La energía metabólica se cuantifica en unidades de energía kilocalorías (kcal, 1000 calorías) o calorías (en
mayúscula) y kilojulios (kJ, 1000 julios) o megajulios (MJ, 1000 kJ). La cantidad de O2 que consume una
persona media sedentaria adulta es de 0.2 litros por minuto, lo que supone -a nivel energético- de 1 a 1,8
kcal/min o lo que es lo mismo de unas 1440 kcal/día hasta unas 2592 kcal/día y el entrenamiento y la
competición deportiva puede hacer que se llegue a producir un incremento de 500 hasta 1000 kcal/h,
dependiendo del ejercicio físico, la duración y la intensidad con la que se practique.5 Esta es la razón por
la que debe haber una dieta específica para cada tipo de deportista. Un corredor de maratón consume
aproximadamente entre 2500 y 3000 kcal.6 Dependiendo del tiempo que le lleve su ejecución se puede
decir que un atleta amateur consume 750 kcal/hora, y uno profesional, casi 1500 kcal/hora (se realiza una
sesión de maratón entre 2 y 2.5 horas), de la misma forma un ciclista que corre la Vuelta Ciclista a España
puede llegar a consumir 6500 kcal/día, pudiendo llegar en las etapas de montaña a 9000 kcal/día.7 En tales
circunstancias, el ritmo de ingesta normal de alimentos sólidos es difícil y, por esta razón, se llega a reducir
entre un 30% a un 50% y requiere además el uso de 'alimentos especiales' que proporcionen energía a
intervalos de tiempo, como las barritas energéticas u otro suplemento dietético en forma de snacks o
bebidas deportivas, todos ellos de rápida liberación energética.
Metabolismo anaeróbico
Existen diversos canales de energía desde los sistemas de almacenamiento a los músculos, que por regla
general se subdividen en dos: los que requieren de oxígeno (aeróbicos) y los que no necesitan de él
(anaeróbicos). El objetivo final de esta operación es convertir la energía de los enlaces químicos de los
macronutrientes como el adenosín trifosfato (ATP) en los músculos, la única forma junto con la
fosfocreatina (CP) que posee el cuerpo humano de transformar energía en trabajo muscular. Debido a que
el almacenamiento de ATP en los músculos es muy limitado (preparado tan solo para proporcionar energía
durante apenas unos minutos, el almacenamiento de ATP se agota y se renueva aproximadamente durante
unas 5000 veces al día,8 no obstante existen otros canales que se activan rápidamente dependiendo de la
demanda de trabajo a la que se someta al organismo.
La otra vía que posee el organismo es el metabolismo de carbohidratos, a lo que se denomina glicólisis, que
abastece a las células a través del torrente sanguíneo de glucógeno. La vía de la glicólisis es una cadena de
reacciones que básicamente tiene como misión obtener ATP por fosforilación a nivel de sustrato mediante la
hidrólisis de un compuesto de seis carbonos, la glucosa, produciéndose dos moléculas de 3-carbonos,
denominadas piruvato. El piruvato tiene varios potenciales: puede ser oxidado en la propia célula que
realizó la glucólisis o exportado a otras células musculares para su oxidación, o dirigido al hígado para ser
transformado en glucosa de nuevo. La glicólisis es relativamente rápida si se compara con la respiración
aeróbica. Proporciona una gran cantidad de energía durante los primeros minutos del ejercicio y durante
actividades de baja intensidad prolongadas en el tiempo. Investigaciones realizadas sobre el ácido láctico
hacen ver, que a pesar de ser restos de la glicólisis, estos participan también en la mejora oxidativa de los
músculos vecinos actuando además como síntesis de nueva glucosa en el hígado.9 Los textos de
bioquímica que explican los canales de la glucólisis mencionan siempre como el piruvato entra en el ciclo
de los ácidos tricarboxílicos (conocido también como Ciclo de Krebs). A pesar de esto, algunos autores
creen que la formación de ácido láctico durante el ejercicio es debido a una falta de oxígeno (anaerobiosis),
el punto de vista prevaleciente indica que la producción del ácido sea iniciada cuando la velocidad de
generación de glucólisis excede a la velocidad de la fosforilación oxidativa. Este punto de vista ha sido re-
examinado a la luz de evidencias en el uso del ácido láctico en los orgánulos intracelulares.10 Durante el
ejercicio prolongado, especialmente cuando las reservas de glucógeno son bajas, las contribuciones de
aminoácidos al abastecimiento de energía puede llegar a exceder un 10%. Los carbohidratos se almacenan
junto con un contenido de agua como glucógeno en el hígado y en los músculos. Estos dos almacenes de
glucógeno poseen dos propósitos diferentes: el glucógeno del músculo inyecta combustible vía el ácido
láctico.
Abastecimiento de energía
Según el tiempo de duración del ejercicio que se realice, es con el abastecimiento de energía que se contará.
Si la demanda es de unos segundos (máximo 30 seg) el ATP de los músculos es el mayor contribuyente, sin
embargo para mayores intervalos de tiempo la energía depende del transporte de oxígeno y el factor VO2
max (denominado también capacidad aeróbica).
Los hidratos de carbono digestibles contienen de media una densidad energética de 17,6 kJ/g (4,2 kcal/g),
esto hace dos mol de ATP aproximadamente lo que significa que se almacena un mol de glucosa o de
glucógeno, debe recordarse que en esta proporción se emplean 2,7 g de agua por gramo de glucógeno. Los
lípidos (triglicéridos) contienen 39,3 kJ/g (9,4 kcal/g), no existe coste energético debido al almacenaje de
ATP y los triglicéridos al ser hidrófobos, se puede decir que los tejidos grasos del cuerpo son casi en un
90% lípidos puros. En total la energía almacenada en forma de glucógeno es casi 4,2 kJ/g (1 kcal/g)
mientras que la energía almacenada en forma de grasa es de aproximadamente 33,6 kJ/g (8 kcal/g).11
Los alimentos que contienen estos macronutrientes son abundantes en las dietas normales, no obstante se
aconseja una dieta equilibrada en la que se debe alimentarse con tres principios: variedad (cuanto más
variedad más oportunidades se tiene de absorber los macronutrientes), moderación (evitar la ingesta
excesiva de alimentos) y equilibrio (responder a las necesidades del cuerpo antes, durante y tras la
realización del ejercicio). A veces se hace mención a la pirámide nutricional con el objeto de mostrar
gráficamente como debe repartirse la proporción de alimentos en relación con los macronutrientes.
(Se utiliza incorrectamente el término hidratos de carbono o carbohidratos para referirse a los
glúcidos, que es la forma correcta de denominarlos.)
Los carbohidratos son los principales nutrientes que proporcionan energía en los deportes de resistencia. La
grasa es la principal fuente de energía durante el intervalo de descanso y de actividad de baja intensidad.
Los carbohidratos son también la fuente de energía más importante para las actividades repetitivas de alta
intensidad, así como las actividades anabólicas que emplean sistemas glucolíticos de energía. La fatiga
suele estar asociada a este "mal uso" de los almacenes de energía durante el ejercicio prolongado. Uno de
los problemas que puede aparecer en un deportista por uso inadecuado de carbohidratos en la dieta es la
cetosis.
La mayoría de los alimentos contienen carbohidratos, Los hidratos de carbono o carbohidratos son
esenciales para el organismo, ya que aportan energía. Una enzima llamada amilasa ayuda a descomponer
los carbohidratos en glucosa, que es el combustible necesario para la actividad física y metabólica, que
además se consume sin dejar residuos. La glucosa es la
principal fuente de energía de las células, tejidos y órganos. El
cuerpo puede utilizarla inmediatamente o depositarla en el
hígado y en los músculos para cuando sea necesario.
Metabolismo de glúcidos
Los carbohidratos pueden ser caracterizados por su estructura y por el número de moléculas de azúcar que
posean, de esta forma se tienen los monosacáridos (ejemplos son la glucosa, fructosa, galactosa), los
disacáridos (la sacarosa o azúcar común de mesa, la lactosa y la maltosa) o polisacáridos. Los carbohidratos
monosacáridos y disacáridos son denominados desde el punto de vista nutricional como carbohidratos
simples. Los carbohidratos polisacáridos son considerados por el contrario carbohidratos complejos, tales
son el almidón, la dextrina, etc. La digestión y absorción de los carbohidratos dependerá de muchos
factores, como por ejemplo del tipo de carbohidrato a considerar: simple o complejo, la forma y
procedimiento de preparación o cocinado del alimento, naturaleza del alimento.14 Los carbohidratos
simples se asimilan más rápidamente en la digestión que los complejos, aunque la asimilación se mide
científicamente con el índice glucémico.
La digestión de los carbohidratos empieza en la boca, la saliva empieza a romper enlaces químicos de
carbohidratos complejos como los almidones y las dextrinas (posee unos enzimas denominados amilasas
hacen tal trabajo). La masticación es también parte del proceso de digestión de carbohidratos, ya que reduce
los alimentos a pequeños pedazos más asimilables, los movimientos mecánicos del estómago continúan con
este proceso de disminución de tamaño. La mayoría de los carbohidratos se absorben en el intestino
delgado y ya en él los monosacáridos como la glucosa, fructosa y la galactosa se absorben directamente a la
sangre gracias a los capilares existentes en la pared intestinal. Los disacáridos (sucrosa, lactosa y maltosa)
se 'rompen' en sus monosacáridos constituyentes gracias a enzimas denominadas disacaridasas para ser
absorbidos directamente en sangre. Los carbohidratos complejos actúan gracias a la amilasa proveniente del
páncreas reduciendo los polisacáridos en monosacáridos, siendo absorbidos finalmente tal y como se ha
descrito anteriormente.
Los monosacáridos absorbidos por la circulación intestinal se transportan al hígado vía la vena porta
hepática. A partir de este punto los carbohidratos son empleados por el cuerpo como glucosa como empleo
'inmediato', o como su 'almacén' en glucógeno. No todos los carbohidratos existentes en los alimentos
consumidos se digieren y absorben. Depende de factores como el tipo de almidón, la cantidad de fibra
presente, el tamaño del alimento. Los carbohidratos no digeridos pasan al intestino grueso donde pueden
ser digeridos por las bacterias del colon o ser excretado en las heces. Una gran cantidad de carbohidratos no
digeridos, o una ingesta excesiva de azúcares simples, produce gases, molestias intestinales e incluso
diarrea. El papel de la fibra (no digerible por el cuerpo humano) hace que exista un adecuado tránsito
intestinal y puede influir en la respuesta glicémica de los alimentos consumidos.
Entrenamiento diario
Los carbohidratos deben ser la fuente de alimentación primordial, los alimentos deben de ser cereales,
verduras y frutas. Se aconseja reducir el consumo de productos con azúcar como pueden ser refrescos
azucarados o snacks con fuerte contenido en azúcar.18 19
Se debe vigilar la proporción de 55–60% o más
haciendo énfaef> Si se superan estos coue contenga cada día una cantidad de por encima de 10 g de
carbohidrato por kg de cuerpo con el objeto de poder reponer el glucógeno de los músculos.20 Los
deportistas con una menor actividad pueden llegar a los 7 [[gramo|g
La modificación de la dieta (en lo que a carbohidratos se refiere) y del nivel de entrenamiento alrededor una
semana antes de ocurrir un evento deportivo de competición ha mostrado niveles supranormales de
glucógeno, lo que mejora la oxidación de carbohidratos y mejora la capacidad de resistencia en actividades
prolongadas como puede ser correr maratones o en carreras de ciclismo.21 22 Esta estrategia se denomina
"carga de carbohidratos" o "Supercompesación glucógena de los músculos", la mayoría de los estudios
realizados muestran un período mayor para agotar el músculo en los ejercicios realizados a intensidad
medio o moderada.
No obstante se ha optado por técnicas mixtas en las que se comienza con una dieta baja en carbohidratos
(por debajo del 50%) al comenzar la semana y por el contrario alta en grasas y proteínas, a lo largo de la
semana se mantiene este ritmo hasta que tres días antes ("fase de carga") se cambia repentinamente a una
con un 70% de carbohidratos de esta forma el cuerpo se estimula a almacenar glucógeno.22
La ingesta de carbohidratos antes del ejercicio o del entrenamiento deben hacerse con la idea de maximizar
el almacenamiento de energía en el cuerpo, así como mejora del rendimiento. Se ha demostrado que el
ayuno antes de los ejercicios de larga duración tienden a disminuir el rendimiento del atleta , por esta razón
se aconseja hacer una comida rica en carbohidratos (1-2 g de hidratos de carbono por kg de deportista) una
hora antes del ejercicio de resistencia y de larga duración.23 Se debe tener en cuenta este tiempo para que
se eliminen los jugos gástricos y la actividad digestiva y de absorción. Es todavía un área de discusión el
nivel de carga glicémica e índice glicémico que deben tener los carbohidratos consumidos antes del
ejercicio.
Durante la realización del ejercicio se va consumiendo la energía en forma de glucógeno que el hígado
proporciona, existen evidencias que mantienen que el consumo de carbohidratos durante la práctica
deportiva prolongada mejora la resistencia a la fatiga.24 Su consumo mantiene los niveles de glucosa en
sangre. La ingesta de carbohidratos se realiza mediante bebidas o batidos con contenido bajo de
carbohidratos (0,5 a 1 g/kg de deportista) que se suele ingerir con una periodicidad de una hora. La mayoría
de estas bebidas contienen azúcares simples como maltodextrinas que se han mostrado eficaces frente a
otros azúcares de menor índice glucémico como la fructosa.25 Se ha demostrado que el empleo de estas
bebidas no sólo disminuye el consumo de glicógeno, sino que además permite su reconstrucción durante el
ejercicio, para ejercicios de más de 45 min se recomienda que al menos se ingiera 20 g/h, siendo óptimo 60
g/h en una solución acuosa durante el ejercicio.26 El consumo de bebidas deportivas es muy común
durante la práctica de ejercicios prolongados, mientras que el consumo de alimentos sólidos es poco
tolerado en actividades como correr, mientras que posee una aceptación mayor en el ciclismo. Las bebidas
tienen la ventaja de ofrecer líquido necesario para renovar la temperatura corporal. Las marcas más
populares de bebidas deportivas contienen entre un 6% y un 8% de carbohidratos y esta cantidad es
suficiente para mejorar la resistencia a la fatiga. Los estudios de nutrición deportiva se centran ahora en
investigar las proporciones de monosacáridos y disacáridos ofrecen mayores rendimientos durante el
consumo de carbohidratos en la práctica de deportes de larga resistencia.
La renovación de los almacenes de glucógeno es un buen objetivo nutricional para cualquier tipo de atleta,
aunque la necesidad dependerá del tipo de ejercicio. Un atleta que corre un maratón una vez cada trimestre,
tras el ejercicio no necesita 'urgentemente' de tal reposición de energía, pero un jugador de fútbol que
desarrolla ejercicio cada fin de semana necesita reponer casi 'instantáneamente', un retraso de casi dos horas
tras el ejercicio puede resultar en una síntesis de glucógeno menor.27 La forma en que se ingiera el
carbohidrato tras el ejercicio puede influir en la renovación de glucógeno, por ejemplo los carbohidratos
con alto índice glucémico tienen respuestas mejores a la renovación, siendo preferible que se reparta en
diversas ingestas tras el ejercicio en lugar de una sola.28
Almacenamiento de grasas
La grasa es una fuente de energía que posee ventajas sobre los hidratos de carbono ya que posee una
densidad de energía mayor (37,5 kJ/g vs. 16,9 kJ/g) lo que le convierte en una forma ideal de
almacenamiento de energía ya que necesita menos masa. Los hidratos de carbono almacenados en forma de
enlaces químicos de glucógeno necesitan aproximadamente 2 g de agua por gramo de glucógeno
almacenado. Esto significa que cambios en el glucógeno de los músculos provocan cambios sustanciales en
su volumen. Como resultado, la capacidad de almacenamiento de glucógeno en músculos e hígado parece
alcanzar cantidades de 450 g en un varón sano, mientras que la capacidad de grasas parece ser casi
ilimitada. En sujetos sanos no-entrenados el contenido de grasa suele estar en un rango de 20 a 35% en
mujeres y en un 10 hasta un 20% en varones. El almacenamiento de lípidos se encuentra en casi todos los
tejidos corporales bajo la piel, se encarga de este almacenamiento una célula denominada adipocito y una
pequeña parte en forma de triglicéricos se almacena en los propios músculos.
En el músculo relajado, o con muy baja actividad, la energía procede fundamentalmente de la oxidación de
los ácidos grasos, sin embargo si se aumenta el nivel de ejercicio y su intensidad aumenta el consumo de
energía se cambia a reservas de glucógeno (generalmente ocurre esto a intensidades por encima de 70-80%
de VO2 max). El metabolismo de los lípidos puede generar entre un 60-80% de la energía de la actividad
física moderada o de baja intensidad durante un período que suele ser desde las 4 a las 6 horas de duración.
Los requerimientos de energía en la actividad deportiva hacen que circule triacilglicerol plasmático
(Abreviados como TG) y ácidos grasos libres en el torrente sanguíneo. Los triacilgliceroles son moléculas
no-polares insolubles en agua y compuestas de tres moléculas de ácidos grasos esterificados en una
molécula de glicerol, los triacilglicerol representan un almacenamiento energético de carácter no-iónico
procedente de los ácidos grasos libres. Los triacilgliceroles exógenos rompen sus enlaces en dos moléculas
de ácidos grasos libres y una de 2-monoacilglicerol. Debido a su naturaleza no polar de los TG's estos se
pueden almacenar compactamente como gotas de grasa en los adipocitos de las células de los músculos. El
metabolismo de los lípidos se realiza principalmente por la enzima denominada lipasa, la longitud de las
cadenas de las moléculas de los ácidos grasos influye radicalmente en la forma de metabolizar los lípidos
que posee el organismo. El transporte a las células de esta energía se realiza mediante la carnitina.
El balance de proteína en el cuerpo es una función entre la ingesta de proteínas y la pérdida de las misma
debido a la excreción corporal de compuestos nitrogenados: la orina, el sudor, las heces y el pelo. Las
proteínas corporales están en constante flujo equilibrado: degradación de proteínas y síntesis. Por regla
general la ingesta de proteínas iguala a la pérdida de las mismas. Si la síntesis de proteína (anabolismo) es
mayor que la degradación de las mismas (catabolismo), entonces el resultado final es un incremento neto de
la proteína en el cuerpo. Si la degradación proteica es mayor que la síntesis de proteínas el resultado es una
catabólisis con un descenso de las proteínas en el cuerpo. Para comprobar este ritmo se suelen tomar
medidas de orina y ver el contenido de compuestos nitrogeneados en contraste con un consumo regular, si
ese ratio es negativo, se sospecha que existe una deaminación (los aminoácidos son empleados como fuente
de energía).
Reserva de proteínas
El cuerpo humano no posee un almacén de proteínas tan grande como el que posee de grasas en los tejidos
adiposos, toda la proteína del cuerpo posee una funcionalidad (y entre ellas no existe la de ser 'reserva') de
ser estructura, de participar en los procesos metabólicos, de transportar nutrientes. Las proteínas no
empleadas el cuerpo humano las oxida en aminoácidos y nitrógeno y las excreta principalmente por la
orina. De forma alternativa los aminoácidos pueden ser metabólicamente convertidos en glucosa o ácidos
grasos para ser almacenados en sus correspondientes almacenes metabólicos. En condiciones deficitarias de
energía los aminoácidos se pueden emplear como energía y ser resintetizados a ATP.36 Las reservas
funcionales de proteína del cuerpo humano son: Las proteínas plasmáticas y los aminoácidos del plasma,
las proteínas musculares, las proteínas de las vísceras.
Suplementos proteínicos
Existen suplementos proteínicos 'caseros' que pueden elaborarse fácilmente como reemplazo de algunas
comidas de contenido proteico que además suelen ser grasientas, uno de los más usados el que emplea las
proteínas de la leche hidrolizadas que se combinan con la proteína de la soja, elaborándose un polvo que
mezclado con agua permite la ingesta de proteínas 'sin grasa', sin ácido úrico y sin colesterol.44 El uso de
suplementos en los deportes ha dado lugar a las nutriciones ergogénicas.
Uso de minerales
Uso de vitaminas
Uso de líquidos
La importancia del agua es vital durante el ejercicio, los
humanos pueden vivir sin la ingesta de micro- y macro-
nutrientes durante un periodo relativamente grande, pero no es
posible hacerlo sin agua. El agua es fundamental para todos
los procesos metabólicos del cuerpo humano, así como
también para aquellos fenómenos de transporte y circulación
de sustancias nutritivas. El agua es el compuesto más
abundante en el cuerpo humano, alcanzando un porcentaje que
está entre el 45% y 70%, los músculos se componen de un
70% a un 75% de agua, mientras que los tejidos grasos del
cuerpo se componen de un 10% a un 15%.50 De esto se El agua es un elemento imprescindible en
puede deducir que el entrenamiento de deportistas con gran toda nutrición deportiva.
masa muscular necesita de grandes cantidades de agua. No
existen almacenes de agua en el cuerpo, los riñones excretan
toda el agua que pasa por ellos, este efecto hace pensar que los deportistas están sometidos a riesgos de
desequilibrio de agua en el cuerpo pudiendo llegar a sufrir la deshidratación. Es por esta razón que la
práctica del deporte necesita de un consumo elevado de líquidos. Con el objeto de evitar este efecto se
suelen fijar "protocolos" de ingesta de líquidos.
El agua se emplea principalmente en los procesos químicos intracelulares, del total de líquido un cuerpo
medio emplea cerca de 30 L en estos procesos (casi las 2/3 partes del total del agua). El agua permanece en
la célula gracias a fuerzas osmóticas causadas por los electrolitos (generalmente un balance entre el sodio y
el potasio) . El resultado de las contracciones musculares deja como resultado metabolitos dentro de las
células. Inicialmente estos metabolitos causan una presión osmótica de tal forma que se conduce agua
dentro de la célula. al mismo tiempo los procesos de transporte inician cambios en la membrana celular para
que se modifique la permeabilidad de la misma. Este proceso hace que los metabolitos y el potasio del
interior salga fuera de la célula, de esta forma el agua intersticial se hace más tónica (más concentrada)
comparada con la sangre lo que hace que sea reemplazada por otra nueva de los intersticios de las fibras
musculares. Esta es la razón por la que el volumen de músculo crece durante la práctica del ejercicio
anaeróbico de alta intensidad, lo que causa una producción de ácido láctico así como su acumulación.
La pérdida de agua interior debido al sudor que retira agua de los músculos durante sus contracciones hace
que sea peligroso si se produce a gran velocidad (más en los sitios donde se práctica deportes a grandes
alturas), la generación de agua del metabolismo humano no compensa esta pérdida debida al sudor.
Dependiendo de la intensidad del ejercicio y del entrenamiento, las circunstancias climáticas y del tamaño
corporal del atleta la pérdida de agua puede ir desde unos cuantos cientos de mililitros hasta más de dos
litros por hora. El efecto de esta pérdida es la eliminación del agua que hace de transporte eliminando los
metabolitos, así como el sistema de refrigeración de los músculos, todas causas tienen como efecto final
fatiga y un incremento de la temperatura corporal y colapso muscular.51
Ingesta de líquidos
La ingesta de líquidos está unida a la de alimentos (generalmente salados o picantes), sobre esta respuesta
condicionada se han realizado numerosos estudios. En general la cantidad de agua ingerida debería ser
igual a la cantidad de agua perdida, que en los adultos es de cerca del 4% de su peso corporal.39 La
pérdida de agua está influenciada por muchos efectos como puede ser, las condiciones de altura, el
metabolismo, condiciones físicas (diarreas), etc. En el caso de una persona sedentaria se suele aconsejar la
ingesta de un mililitro de agua por cada caloría consumida (1 ml/kcal).39 Este principio puede aplicarse por
igual a los atletas, por ejemplo un ciclista que corre en una etapa de montaña y que consume 6000 kcal/día
debe consumir al menos 6 litros de agua.7 Aunque es preferible la ingesta de agua, en algunas ocasiones se
aprovecha para incluir carbohidratos. Estudios realizados han demostrado que las bebidas deportivas no
deben ser en ningún caso hipertónicas.
Algunas técnicas específicas de este tipo de deporte son las "cargas de carbohidratos" realizadas días antes
de la competición (generalmente fructosa), que tienen por objeto expandir los almacenes de energía en el
cuerpo. En algunos casos se emplean ayudas ergogénicas previas al ejercicio que estimulan el esfuerzo
como puede ser la cafeína, el glicerol, los aminoácidos de cadena libre, compuestos que mejoran el
almacenamiento como pueda ser el bicarbonato sódico (aumentan el pH en la sangre), etc. Durante el
ejercicio de tipo aeróbico es muy importante la ingesta de líquidos para restablecer los niveles hídricos del
organismo, es muy frecuente incorporar hidratos de carbono de alto índice glucémico en tales bebidas
(bebidas deportivas con glucosa) con el objeto de proporcionar calorías a la actividad deportiva. Es
frecuente la frase de "tener que beber sin sed" para evitar la fatiga debido a una descompensación de sales
minerales en los músculos, para esto se establecen rutinas de ingesta de líquidos cada 20 o 30 minutos. Tras
el esfuerzo aeróbico es necesario reponer los almacenes de glucógeno en los músculos, es por esta razón
por la que un alimento en forma líquida con una proporción 4:1 entre carbohidratos y proteínas es
aconsejable para obtener una recuperación óptima.
Efectos ergogénicos
Otro efecto de ciertos aspectos de la nutrición Interna (https://web.archive.org/web/20141101021637/http://
www.comprarherbal.com.ni/12-nutricion-interna) es la búsqueda de efectos ergogénicos (por etimología:
tiende a incrementar el trabajo) que permitan favorecer el desarrollo tanto de la fuerza muscular como de la
potencia necesaria para la actividad física al más alto nivel, es decir, de incrementar el rendimiento físico del
deportista. La frontera entre lo que es efecto ergogénico y el dopaje a veces es confuso en los terrenos de la
nutrición deportiva. La mayoría de los suplementos dietéticos poseen efectos ergogénicos (no se debe sólo
restringir a substancias de dietética, por ejemplo la música puede tener también estos efectos) capaces de
mejorar el rendimiento de los atletas en la competición. Sea como sea los efectos ergogénicos se buscan en
substancias fuera de la dieta equilibrada, en la mayoría de los casos se trata de suplementos dietéticos
especiales. Existen numerosos criterios que deben tenerse en cuenta para saber si se debe incorporar una
ayuda ergogénica a un atleta: conocer si es legal su uso y poder delimitar claramente la frontera entre lo que
se define como dopaje y ayuda, saber si le causará efectos secundarios, si afectará negativamente a su
salud, si es efectiva en el atleta particular. Las ayudas se pueden analizar desde un punto de vista
nutricional, fisiológico, farmacológicas, estimulante, narcóticos, esteroides anabólicos, beta bloqueadores,
diuréticos, hormonas pépticas y análogas. Aunque pueden extenderse sus conceptos hasta las psicológicas,
biomecánicas, mecánicas, etc. En algunas ocasiones existe un mercado específico legal que ofrece estas
ayudas a los deportistas.
En los deportistas de alta intensidad como pueden ser los culturistas o los practicantes de halterofília se
desea un aumento de la masa muscular (hipertrofia muscular) mediante una dieta rica en proteínas y
vitaminas, o mediante prácticas de ingesta de carbohidratos durante el ejercicio.,53 otros por ejemplo
necesitan ampliar sus capacidades aeróbicas y prolongar los esfuerzos durante un mayor tiempo. Algunas
de estas substancias no están prohibidas, pero su uso suscita problemas éticos en el desarrollo de las
competiciones. No obstante las substancias aprobadas y prohibidas se encuentran publicadas en las listas
del Comité Olímpico Internacional.
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Véase también
Nutrición
Bebida isotónica
Suplemento dietético
Dopaje
Cineantropometría
Dietista/nutricionista
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