La Guía Completa de La Nutrición Del Deportista
La Guía Completa de La Nutrición Del Deportista
La Guía Completa de La Nutrición Del Deportista
LA NUTRICIÓN DEL
DEPORTISTA
Anita Bean
5a edición
revisada y ampliada
11
1. ENERGÍA
Para lograr mejoras en el rendimiento y poder mantener una buena salud, es vital
que los deportistas cubran sus necesidades energéticas (calorías) durante los
períodos intensos de entrenamiento. No llegar a consumir una cantidad suficiente
de energía puede dar lugar a pérdidas musculares, un peor rendimiento, una recu-
peración lenta, la interrupción de la función hormonal (en mujeres) y un mayor
riesgo de sufrir fatiga, lesiones y enfermedad. Recientemente, los investigadores
han identificado el concepto de disponibilidad energética, definido como la ingesta
dietética menos el gasto de energía durante el ejercicio, o la cantidad de energía
disponible para que el organismo realice todas las otras funciones después de
restar el gasto correspondiente al entrenamiento. Se ha recomendado que el nivel
inferior de disponibilidad energética en mujeres debe ser de 30 kcal/kg de masa
muscular magra (la masa magra incluye los músculos, los órganos, los líquidos y
los huesos).
Tus necesidades calóricas diarias dependerán de la genética, la edad, el peso, la
composición corporal, la actividad diaria y el programa de entrenamiento. A
partir del peso corporal y el nivel diario de actividad física, es posible calcular la
cantidad de calorías que necesitas cada día.
La actividad física incluye todas las actividades, desde las tareas del hogar
hasta caminar o entrenar en el gimnasio. La cantidad de calorías que
quemamos en cualquier actividad depende del peso, el tipo de actividad
y la duración de esa actividad.
2. HIDRATOS DE CARBONO
Los hidratos de carbono son un combustible importante para la actividad física. Se
acumulan en forma de glucógeno en el hígado y los músculos, y deben reponerse
cada día. En el hígado pueden almacenarse aproximadamente 100 gramos de
glucógeno (el equivalente a 400 kilocalorías), y hasta 400 gramos (el equivalente a
1600 kilocalorías) en las células musculares. La función del glucógeno hepático es
mantener estables los niveles de azúcar en sangre. Cuando la glucosa en sangre
3. PROTEÍNA
Los aminoácidos de las proteínas son los bloques constituyentes de los nuevos
tejidos y sirven para reparar las células del organismo. También se utilizan para
fabricar enzimas, hormonas y anticuerpos. Las proteínas también suponen una
(pequeña) fuente de energía para los músculos.
4. GRASA
Consumir un poco de grasa es esencial porque forma parte de la estructura de todas
las membranas celulares, del tejido cerebral, de las vainas neuronales, de la médula
ósea, y porque sirve para proteger a los órganos. La grasa de los alimentos aporta
ácidos grasos esenciales y las vitaminas liposolubles A, D y E, y es una fuente de
energía importante para la actividad deportiva. El COI no ofrece recomendaciones
específicas para la grasa, pero el Colegio Estadounidense de Medicina Deportiva
(ACSM) y la Asociación Dietética Estadounidense recomiendan que la grasa
5. HIDRATACIÓN
Deberíamos asegurarnos de estar bien hidratados antes de comenzar a entrenar o
competir, e intentar minimizar la deshidratación durante la actividad física. La
deshidratación grave puede dar como resultado menor resistencia y fuerza, así
como enfermedades relacionadas con el calor. El COI y ACSM/ADA/DC reco-
miendan adaptar, en la medida de lo posible, el consumo de líquidos a lo que
perdemos, además de limitar la deshidratación a no más del 2 por ciento del peso
corporal (es decir, una pérdida de peso corporal de no más de 1,5 kilogramos para
una persona de 75 kilogramos).
Además, otros organismos deportivos previenen contra la hiperhidratación
antes y durante el ejercicio, en especial en los eventos que duren más de cuatro
horas. Beber agua de manera constante puede diluir la sangre, y con ello caer los
niveles de sodio. Aunque esto es poco frecuente, es potencialmente fatal. El
Colegio Estadounidense de Medicina Deportiva y la Federación Estadounidense
de Atletismo recomiendan beber cuando tenemos sed o sólo hasta el punto en que
mantengamos nuestro peso, no ganando peso.
Las bebidas deportivas que contienen sodio son beneficiosas cuando las
pérdidas de sudor son elevadas —por ejemplo, durante una actividad intensa de
más de 60-120 minutos de duración— porque su contenido en sodio promoverá
la retención de agua y servirá para prevenir la hiponatremia.
Después de hacer ejercicio, necesitamos reponer agua y sodio para restablecer
nuestra hidratación normal. Esto puede lograrse mediante las prácticas normales de
comida y bebida, si no hay una necesidad urgente de recuperación. Sin embargo,
para una recuperación rápida, o si sufrimos una deshidratación grave, se reco-
mienda beber entre 450 y 675 mililitros de líquido por cada 500 gramos de peso
corporal perdido durante la actividad física. El líquido y el sodio perdidos pueden
reponerse con bebidas de rehidratación, o con agua junto con alimentos salados.
7. LA DIETA DE PRECOMPETICIÓN
Lo que comamos y bebamos durante la semana anterior a la competición puede
marcar una gran diferencia en lo relativo al rendimiento, en especial en eventos y
competiciones de resistencia que duren más de 90 minutos. El objetivo del plan
alimentario de precompetición consiste en maximizar los depósitos de glucógeno
muscular y asegurarse una hidratación adecuada.
Esto puede conseguirse reduciendo el entrenamiento, a la vez que se mantiene
o incrementa el consumo de hidratos de carbono (7-10 gramos diarios por kilo-
gramo de peso corporal). Son mejores las comidas pequeñas y frecuentes que las
más copiosas. Debemos asegurarnos de beber al menos 2 litros al día. El día de la
competición, además de seguir un plan dietético del que ya conozcamos su
eficacia, hay que evitar los alimentos y las bebidas poco habituales.
Calorías discrecionales
Granos y patatas
Hortalizas Fruta
¿QUÉ ES LA ENERGÍA?
Aunque en realidad no podemos ver la energía, sí podemos ver y sentir sus efectos
en términos de calor y trabajo físico. Pero ¿qué es exactamente?
La energía se produce como resultado de la ruptura de un enlace químico en el
interior de una sustancia llamada trifosfato de adenosina (ATP). A menudo se la
llama la «moneda energética» del cuerpo. Se produce en todas las células del orga-
23
¿QUÉ ES EL ATP?
El ATP es una pequeña molécula formada por una «estructura» de adenosina a la
que se enlazan tres grupos fosfato.
Se libera energía cuando se separa uno de los grupos fosfato. Cuando el ATP
pierde uno de estos grupos fosfato, se convierte en difosfato de adenosina o ADP.
Parte de la energía se utiliza para efectuar trabajo (como, por ejemplo, las contrac-
ciones musculares), pero la mayor parte (aproximadamente tres cuartas partes) se
libera en forma de calor. Por eso cuando hacemos ejercicio notamos que aumenta
la temperatura corporal. Después de suceder esto, el ADP se vuelve a convertir en
ATP. Tiene lugar un ciclo continuo, en el que el ATP forma ADP, y éste, a su vez,
vuelve a transformarse en ATP.
A P
• hidratos de carbono,
• proteína,
• grasa,
• alcohol.
• 1 kcal = 4,2 kJ
• 10 kcal = 42 kJ
Para convertir kilojulios en kilocalorías, dividimos entre 4,2. Por ejemplo, si 100 g
de comida aportan 400 kJ, y queremos saber cuántas kilocalorías son, dividimos
400 entre 4,2 para obtener el número equivalente de kilocalorías:
¿Qué es el metabolismo?
El metabolismo es la suma de todos los procesos bioquímicos que se
producen en el cuerpo. Hay dos direcciones: el anabolismo es la formación
de moléculas mayores; el catabolismo es la descomposición de las molé-
culas mayores en otras menores. El metabolismo aeróbico incluye el oxíge-
no en sus procesos; el metabolismo anaeróbico tiene lugar en ausencia de
oxígeno. Un metabolito es un producto del metabolismo. Esto conlleva
que cualquier cosa que se genere en el cuerpo es un metabolito.
El índice corporal de gasto de energía se llama índice metabólico. El índice
metabólico basal (IMB) es el número de calorías empleadas para mante-
ner durante el sueño procesos esenciales como la respiración y el funcio-
namiento de los órganos. No obstante, la mayoría de los procedimientos
miden el índice metabólico en reposo (IMR), que es el número de calorías
quemadas a lo largo de un período de 24 horas mientras estamos tumba-
dos, pero sin dormir.
L
os hidratos de carbono son necesarios para suministrar energía para casi
todos los tipos de actividad, y a la hora de hacer ejercicio la cantidad de
glucógeno almacenado en los músculos y el hígado tiene un efecto directo
sobre el rendimiento. Una alta concentración de glucógeno en los músculos
permitirá entrenarnos a una intensidad óptima para nosotros y obtener mayores
beneficios del entrenamiento. Por el contrario, una baja concentración de glucó-
geno en los músculos conllevará una temprana aparición de la fatiga, reducirá la
intensidad del entrenamiento y hará que el rendimiento no llegue a ser óptimo.
Por ello, es evidente que el glucógeno es la fuente de energía más importante y
valiosa para cualquier tipo de ejercicio. Este capítulo explica qué sucede cuando
no consumimos una cantidad suficiente de hidratos de carbono y se agotan las
reservas de glucógeno. Nos enseñará a calcular los requerimientos exactos de
hidratos de carbono y tendrá en cuenta los últimos estudios sobre la periodización
del consumo de hidratos de carbono en relación con el entrenamiento.
Cada tipo de hidratos de carbono genera una respuesta distinta en el cuerpo,
por lo que este capítulo ofrecerá consejos sobre qué tipos de alimentos con
hidratos de carbono debemos comer. Presenta abundante información sobre el
índice glucémico (IG), un elemento clave del arsenal nutricional de cualquier
deportista. Por último, repasará las ideas actuales sobre la carga de hidratos de
carbono antes de una competición.
47
1 HORA
55 MIN
60 MIN
2 HORAS
50 MIN
89
*
frecemos las iniciales inglesas porque también se los suele llamar así en nuestro idioma.
O
BCAA = branchied chain amino acido (aminoácidos de cadena ramificada). [N. del T.]
Reserva de Proteína
aminoácidos tisular
Orina
Sudor Energía
Glucosa o
ácidos grasos
Éstos después se reagrupan para formar nuevas proteínas que contienen cientos, o
incluso miles, de aminoácidos unidos.
PROTEÍNAS Y EJERCICIO
¿DE QUÉ FORMA INFLUYE EL EJERCICIO EN LOS
REQUISITOS PROTEICOS?
Numerosos estudios sobre el ejercicio de resistencia y de fuerza han demostrado
que en la actualidad la ingesta diaria recomendada de proteínas, de 0,75 g/kg de
peso corporal/día, es inadecuada para las personas que hacen ejercicio o practican
un deporte de manera habitual (COI, 2011; Phillips y Van Loon, 2011). Se nece-
sitan proteínas adicionales para compensar la mayor degradación de proteínas
durante e inmediatamente después de la actividad, además de para facilitar la
reparación y el crecimiento. El ejercicio desencadena la activación de una enzima
que oxida aminoácidos importantes de los músculos, los cuales se usan después
como combustible. Cuanto mayores sean la intensidad y la duración del ejercicio,
más proteínas se degradarán como fuente de energía.
Las necesidades exactas de proteínas dependen del tipo, intensidad y duración
del entrenamiento. Más abajo explicamos con detenimiento cómo estas necesi-
dades son distintas en los deportistas de resistencia que en los de fuerza y potencia.
105
Varios estudios han demostrado que muchos deportistas no obtienen con su dieta
un aporte suficiente de vitaminas y minerales (Short y Short, 1983; Steen y
McKinney, 1986; Bazzare et al., 1986). El bajo consumo de ciertas vitaminas y
minerales es más común en las mujeres deportistas que en los hombres. Un
estudio con 60 mujeres deportistas halló que su ingesta de calcio, hierro y zinc
estaba por debajo del ciento por ciento de las CDR (Cupisti et al., 2002).
Investigadores estadounidenses también registraron un bajo consumo de vita-
mina E, calcio, hierro, magnesio, zinc y fósforo en las patinadoras artísticas de su
país (Ziegler, 1999). Esto estuvo relacionado con un consumo de cantidades infe-
riores a las recomendadas de frutas, hortalizas, productos lácteos y alimentos ricos
en proteínas. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de
Arizona con mujeres heptatletas de élite estadounidenses descubrió que, aunque
el consumo medio de nutrientes era superior al 67 por ciento de las CDR, el de
L
a forma más eficaz de desarrollar las capacidades deportivas y conseguir las
metas deportivas es con un buen entrenamiento combinado con una nutri-
ción óptima. Pero hay una amplia variedad de suplementos deportivos
dirigidos a los atletas, incluyendo píldoras, polvos, bebidas y barritas, los cuales
afirman aumentar la musculatura, la fuerza o quemar grasa. ¿Pueden estos
productos realmente acelerar nuestros progresos y suponer una ventaja a la hora
de competir?
Muchos deportistas creen que los suplementos son un componente esencial
para el éxito deportivo, y se estima que la mayoría de los deportistas de élite
utilizan alguna forma de ayuda ergogénica. Un estudio de una universidad
canadiense descubrió que el 99 por ciento toma suplementos (Kristiansen et al.,
2005). Un estudio estadounidense con deportistas universitarios halló que el
65 por ciento utiliza de manera habitual algún tipo de suplemento (Herbold et al.,
2004). Los suplementos más utilizados en los estudios fueron de vitaminas/
minerales, hidratos de carbono, creatina y proteínas. Según un estudio de la
Universidad de Long Island (Nueva York), la creatina y la efedra son más popu-
lares en culturistas que en otros deportistas (Morrison et al., 2004). La mayoría
123
2. ¿Cuán fiables son las pruebas que respaldan el uso del suplemento?
• ¿Se han extraído de testimonios o de estudios científicos?
• ¿Qué calidad tienen las pruebas? Comprueba las credenciales de los
investigadores (busca algún profesor universitario o independiente) y
la revista en que se publicó el estudio (solicita una revisión por pares).
¿Patrocina la elaboración el patrocinador?
• Lee el estudio para averiguar si cumplió con todos los requisitos cientí-
ficos. Comprueba si contiene frases como «placebo controlado por
doble ciego»; por ejemplo, que hubo un «grupo control» en el estudio
y que se utilizó una cantidad realista de la sustancia ergogénica.
• Los resultados deberían presentarse de forma imparcial con procedi-
mientos estadísticos adecuados. Comprueba que los resultados parez-
can factibles y que las conclusiones se deducen de los datos.
• E fedrina
• Estricnina
• Androstenediona
• Androstenediol
• Dehidroepiandrosterona (DHEA)
• 19-Norandrostenediona
• 19-Norandrostenediol
SUPLEMENTOS DE AMINOÁCIDOS
¿QUÉ SON?
Los suplementos de aminoácidos más conocidos son los de cadena ramificada
(BCAA): valina, leucina e isoleucina. Estos tres aminoácidos esenciales forman la
tercera parte de las proteínas musculares.
¿NECESITO TOMARLOS?
Seguramente no mejorarán tu resistencia, pero gracias a que reducen la degradación de
proteína muscular y los daños que aparecen tras el ejercicio, dosis de 6 a 15 gramos
pueden ayudar a mejorar la recuperación en períodos de entrenamiento intenso. Puesto
que muchas bebidas de recuperación contienen una mezcla de hidratos de carbono,
proteína y aminoácidos, no tiene mucho sentido tomar un suplemento con sólo BCAA.
SUPLEMENTOS DE ANTIOXIDANTES
¿QUÉ SON?
Los suplementos de antioxidantes contienen diversas combinaciones de nutrientes
antioxidantes y extractos de plantas, incluyendo betacaroteno, vitamina C, vitamina
E, zinc, magnesio, cobre, licopeno (un pigmento presente en los tomates), selenio,
coenzima Q10, catequinas (presentes en el té verde), metionina (un aminoácido) y
antocianidinas (pigmentos presentes en las frutas de color púrpura o rojo).
165
Cuanto más duro y prolongado sea el ejercicio, y más caliente y húmedo sea el
entorno, más líquido perderás. En el transcurso de una hora de ejercicio, una
persona promedio podría perder aproximadamente 1 litro de líquido, e incluso
más en condiciones de calor. Si practicas ejercicio más intenso en condiciones de
calor o humedad (p. ej. durante una maratón), podrías perder tanto como 2 litros
en una hora.
Algunas personas sudan muchísimo más que otras, aunque hagan el mismo
ejercicio en el mismo medio ambiente. Esto depende en parte del peso corporal y
del tamaño (un cuerpo más pequeño produce menos sudor), del nivel de condición
física (cuanto más adaptado y mejor aclimatado estés a las condiciones de calor, con
mayor facilidad sudarás debido a una mejor termorregulación) y de factores indivi-
duales (sencillamente, algunas personas sudan más que otras). En general, las
mujeres tienden a producir menos sudor que los hombres debido a que el tamaño
de su cuerpo es menor y a su mayor economía en la pérdida de líquidos. Cuanto
más sudes, más cuidado debes tener para evitar la deshidratación.
Puedes calcular las pérdidas de sudor y, por lo tanto, cuánto líquido debes
beber, pesándote antes y después de hacer ejercicio. Cada kilogramo menos en el
peso representa una pérdida de aproximadamente 1 litro de líquido.
Hidratación 167
alucinaciones
Hidratación 169
193
60
—= 21
1,7 x 1,7
Para un calculador rápido de IMC y tablas detalladas, véase la página web <www.
whathealth.com>.
Hombres 50-64
Mujeres 50-64
Riesgo relativo
IMC
Sin embargo, no es cierto que cuanto más bajo sea el IMC de una persona, mejor
(véase tabla 8.1, p. 195). Un IMC muy bajo tampoco es deseable; las personas con un
IMC menor de 20 tienen un riesgo mayor de padecer otros problemas de salud como
enfermedades respiratorias, ciertos tipos de cáncer y complicaciones metabólicas.
Tanto quienes tienen un IMC menor de 20 como quienes tienen uno mayor de
30 presentan un mayor riesgo de muerte prematura (véase fig. 8.1).
Sobrestimar
Las personas atléticas o que tienen bastante músculo pueden ser clasificadas como
«con sobrepeso». Puesto que el músculo pesa más que la grasa, los culturistas
serían clasificados como personas obesas o con sobrepeso.
Subestimar
La grasa corporal puede subestimarse en personas que tienen poco músculo o que
han perdido masa muscular. Esto suele ocurrir en personas mayores.
221
Equilibrio energético
Ingesta energética = Gasto energético
(Comida y bebida) (Metabolismo en reposo,
termogénesis dietética,
actividad física)
Para perder grasa corporal debemos gastar más energía (calorías) que la que
consumimos. En otras palabras, debemos conseguir un equilibrio energético
negativo (véase fig. 9.1).
Las investigaciones han demostrado que con una combinación de dieta y acti-
vidad física es más probable lograr nuestras metas que si sólo hacemos dieta o
practicamos ejercicio. Lamentablemente, no existen los milagros ni los atajos. Los
objetivos de una dieta saludable y de un programa de ejercicios son:
Adelgazamiento rápido
Para alcanzar un peso en vistas a una competición (p. ej., boxeo, culturis-
mo, judo), los deportistas pueden recurrir a métodos para perder peso
con rapidez, como ayunar, deshidratarse, hacer ejercicio con ropa no
transpirable, saunas, píldoras de dieta, laxantes, diuréticos o provocándo-
se el vómito. Son habituales pérdidas de peso de 4,5 kg en 3 días. En un
estudio realizado con 180 deportistas femeninas (Rosen et al., 1986), el 32
por ciento admitió haber usado más de uno de estos métodos. En otro
(Drummer et al., 1987), el 15 por ciento de las nadadoras jóvenes afirmó
que había probado uno de estos métodos.
Las dietas prolongadas pueden tener consecuencias más graves para la salud. En el
caso de las deportistas, un peso bajo y un nivel ínfimo de grasa corporal se han
relacionado con irregularidades de la menstruación, amenorrea y fracturas por
sobrecarga; en los deportistas varones, con una menor producción de testoste-
rona. También se ha sugerido que en algunos deportistas la combinación de entre-
namientos intensos, restricción de alimentos y presión psicológica por obtener
una delgadez extrema puede precipitar trastornos de la conducta alimentaria y
clínicos. Los científicos dicen que es más probable que desarrollen un trastorno de
la conducta alimentaria quienes intentan perder grasa corporal por mejorar su
aspecto que quienes lo controlan sólo para mejorar el rendimiento.
Existe una fina línea divisoria entre las dietas y los comportamientos alimenta-
rios obsesivos, y muchas deportistas están sometidas a gran presión para estar
delgadas y mejorar el rendimiento. Los signos premonitorios y las consecuencias
para la salud se abordan en el capítulo 11.
253
Ejemplo:
• Si los requisitos calóricos de mantenimiento son 2700 kcal, habrá que comer
2700 x 1,2 = 3240 kcal.
2 HIDRATOS DE CARBONO
Para poder ganar músculo, debes entrenar con mucha intensidad, y eso requiere
mucha energía. El combustible clave para este tipo de ejercicio es, por supuesto, el
glucógeno muscular. Por lo tanto, hay que consumir suficientes hidratos de
carbono para lograr altos niveles de glucógeno muscular. Si entrenas con niveles
bajos de glucógeno en los músculos, corres el riesgo de que se descompongan
excesivas proteínas (músculo), lo contrario del objetivo que queremos alcanzar.
Durante los días de entrenamiento de intensidad baja o moderada, en un
período de 24 horas deberíamos tomar 5-7 g/kg de peso corporal. Durante el
entrenamiento con pesas de intensidad moderada o alta, se recomienda entre 7 y
10 g/kg. Dado que los requerimientos calóricos se incrementan en un 20 por
ciento, deberíamos hacer lo mismo con la ingesta habitual de hidratos de carbono.
En la práctica, debemos tomar unos 50-100 gramos extra de hidratos de carbono.
3 PROTEÍNAS
Lo recomendado para el entrenamiento de fuerza es 1,4-1,7 g/kg de peso corporal/
día (Tarnopolsky et al., 1992; Lemon et al., 1992). Este nivel de ingesta proteica
265
289
* Departamento de Salud, Dietary reference values for food energy and nutrients for the United Kingdom,
Londres: HMSO (1991).
Departamento de Salud, Dietary reference values for food energy and nutrients for the United Kingdom,
Londres: HMSO (1991).
321
Se sabe que el cuerpo cuenta con una reserva de aminoácidos, de forma que si una
comida es deficiente en uno de ellos, éste puede sintetizarse a partir de los depó-
sitos corporales. Debido a esto, siempre que la dieta sea variada y equilibrada, no
debemos preocuparnos por complementar los aminoácidos en todo momento.
Incluso los alimentos no considerados ricos en proteínas añaden algunos aminoá-
cidos a esta reserva.
L
a dieta previa a la competición tendrá un gran impacto sobre el rendi-
miento y puede aportarnos alguna ventaja extra. Además, lo que
comamos y bebamos el día del evento puede influir en la capacidad para
recuperarnos entre eliminatorias y en el rendimiento en cada una de ellas. Este
capítulo cubre todo el período de competición, incluyendo la semana anterior,
durante el evento y los días posteriores. Consolida gran parte de la información
ofrecida en capítulos anteriores, en especial lo expuesto en el capítulo 3 sobre la
ingesta de hidratos de carbono, y en el 7 sobre la ingesta de líquidos, y ofrece
pautas específicas para llegar bien hidratados y con las reservas de glucógeno
bien llenas a la competición. Ofrece una muestra de planificación de las comidas
previas a la competición, que podemos utilizar como base para crear nuestro
programa personal, con comidas y aperitivos adecuados para antes de la compe-
tición que podemos consumir entre eliminatorias y pruebas. Para los depor-
tistas que en su evento necesiten dar un peso concreto, este capítulo ofrece una
estrategia nutricional paso a paso que ayudará a perder grasa corporal de forma
segura y eficaz.
333
En todas las competiciones, la ingesta calórica total debe ser prácticamente igual
que la habitual durante la semana previa a la competición, pero variarán las
proporciones de hidratos de carbono, grasas y proteínas. Hay que consumir más
cantidad de alimentos y bebidas ricos en hidratos de carbono (p. ej., patatas, pan,
arroz, frutos secos), y menos cantidad de grasas y proteínas. Sin embargo, si
estamos efectuando una reducción de la actividad de una semana de duración, tal
vez debamos reducir ligeramente el número de calorías para adaptarnos a los
menores requisitos impuestos por el entrenamiento. Esto se consigue reduciendo
la ingesta de grasa; de lo contrario, podríamos ganar grasa corporal.
En la práctica, hay que hacer al menos 6 pequeñas comidas al día, evitar que
transcurran más de 3 horas entre ellas, y basar todas en alimentos con un IG
Vigilar:
• Asegurarse de rehidratarse por completo después del entrenamiento. Véanse
las páginas 171-179 para calcular cuánto líquido hay que consumir antes y
después de entrenar. Durante la semana previa a la competición, hay que
comprobar el estado de hidratación vigilando la frecuencia, el volumen y color
de la orina.
• Durante la semana previa a la competición, evitaremos cualquier comida,
alimento o combinación de alimentos nuevos o no comprobados.
• Si vamos a viajar o estaremos lejos de casa, hay que estar preparados para llevar
comida. Debemos averiguar previamente qué tipo de comida habrá disponible
en el lugar de la prueba y predecir cualquier falta de alimentos.
Almuerzo Almuerzo
• 1 patata grande (300 g) • 1 tazón grande (125 g, sin cocinar) de
• 3 cdas. sops. (90 g) de maíz y 1 cda. sop. ensalada de arroz con 60 g de pavo o 125 g
(50 g) de atún o requesón de judías y hortalizas
• 2 piezas de fruta • 2 rebanadas de pan
• 1 envase de queso fresco bajo en grasa • 2 piezas de fruta
Cena Cena
• 1 tazón de pasta (85 g sin cocinar) • 2 patatas grandes (2 × 300 g)
• 125 g de hortalizas sofritas • 1 envase (115 g) de requesón o queso fresco
• 60 g de pollo o tofu sofrito • Brécol u otra hortaliza
• 2 rebanadas de pan con mantequilla • 1 pieza de fruta fresca
• 1 fuente grande (200 g) de ensalada de frutas
Tentempié Tentempié
• 2 tostadas con miel • 1 envase (200 g) de budín de arroz bajo en
• 1 yogur bajo en grasa grasa
L
os científicos de la nutrición han elaborado una serie de pautas generales
en lo relativo a la proporción de nutrientes que deben consumir los depor-
tistas para mejorar el rendimiento. El siguiente paso es adaptar esta infor-
mación a las necesidades específicas de cada deportista. Los requisitos nutricionales
dependen de muchos factores, entre los que se incluyen el peso corporal, la
composición corporal, las demandas energéticas del programa de entrenamiento,
el nivel de actividad diaria, la salud y el metabolismo individual. En pocas pala-
bras, la dieta debe incluir:
Hidratos de carbono:
• 3-5 g/kg de peso corporal durante el entrenamiento de intensidad baja.
• 5-7 gramos por kilogramo de peso corporal durante el entrenamiento de
intensidad baja o moderada.
• 7-10 gramos por kilogramo de peso corporal durante el entrenamiento de
resistencia de intensidad moderada o fuerte, o cuando reponemos energía
para un evento de resistencia.
Proteína:
• 1,2-1,7 gramos por kilogramo de peso corporal.
349
PASO 2: CALCULAR LA
INGESTA DE HIDRATOS
DE CARBONO
Utilizando la tabla 3.1, página 51,
hay que calcular la cantidad nece-
saria de hidratos de acuerdo con el
nivel de actividad y el peso corporal.
En un período de 24 horas, en días
de entrenamiento de intensidad baja
o moderada, deberíamos consumir
5-7 g/kg de peso corporal. Durante el
entrenamiento de intensidad mode-
rada o fuerte, lo recomendable es
7-12 g/kg.
La tabla 15.2 muestra los cálculos para estimar los requisitos proteicos para
distintos objetivos.
La tabla 15.3 muestra los cálculos para estimar los requisitos de grasa para distintos
objetivos.
387
Información nutricional
(por ración):
Calorías = 250; proteína = 16 g;
hidratos de carbono = 12 g;
grasa = 15 g; fibra = 4,1 g
Información nutricional
(por ración):
Calorías = 347; proteína = 45 g;
hidratos de carbono = 20 g;
grasa = 10 g; fibra = 2,4 g
415