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FACULTAD DE CIENCIA Y HUMANIDADES

LICENCIATURA EN PSICOLOGIA

CATEDRADA: PSICOLOGIA DEL APRENDIZAJE

CATEDRATICA: NUBIA YESENIA BASTRES CAMPOS

ESTUDIANTES: KELY MELISSA MAJANO MARAVILLA


LO QUE CONSIDERO IMPORTANTE DE LA LINEA DE TIEMPO

Aristóteles (384-322 a.c.) estableció tres principios de la asociación: la


semejanza, el contraste y la frecuencia contigua de ideas; que se convirtieron en
la base de la teoría asociacionista clásica. Estas concepciones asociacionistas se
combinaron con los presupuestos empiristas que se desarrollaron en Inglaterra a
partir del siglo XVII. Los empiristas británicos defendían que la única fuente de
información acerca del mundo procede de la experiencia sensorial y que, en
consecuencia, la mente se va desarrollando a lo largo de la vida de las personas
René Descartes (1596-1650 Descartes había propuesto una distinción entre el
conocimiento racional o verdadero, innato, proveniente de Dios, y la estructura
mecánica prefigurada del movimiento biológico, que separaba el comportamiento
racional, exclusivo del hombre, del comportamiento irracional compartido
por los animales y el hombre. Conforme a esta distinción, mientras que la mente
debía ser estudiada mediante la introspección, el cuerpo podía ser estudiado por
el método de la ciencia natural; este dualismo permaneció en la base del corpus
filosófico hasta el surgimiento del movimiento conductista en Norteamérica que dio
carta de naturaleza a la psicología experimental y a la psicología del aprendizaje.
Descartes aportó también a la ciencia la noción de «arco reflejo
Iván P. Pavlov (1849-1936), fue finalmente responsable de que el concepto de
arco reflejo se incorporase de forma definitiva en la psicología experimental. Por
ejemplo, Sechenov (1866) afirmó que la causa inicial de toda conducta radica
siempre, no en el pensamiento, sino en la estimulación sensorial externa, sin la
cual el pensamiento no es posible (tomado de Herrnstein y Boring, 1981, p. 321).
La teoría sobre la adquisición de los reflejos.

Charles Darwin (1809-1882) fue el aglutinador más creativo del pensamiento


evolucionista de su época y desarrolló una explicación sobre la evolución de las
especies animales basada en la selección natural Darwin (1871) Este tipo de
reflexiones de Darwin estuvieron presentes en los pioneros de la ciencia del aprendizaje,
la motivación y la cognición animal. El interés fundamental de Pavlov fue explicar el
condicionamiento en términos de la actividad del sistema nervioso central. Thorndike
estuvo principalmente interesado en la ontogenia y filogenia del aprendizaje, y sus
estudios ayudaron a estimular un análisis comparativo del aprendizaje. La segunda
generación del estudio científico de la conducta se produjo en los años treinta, cuarenta y
cincuenta del siglo XX,
Skinner (1938) hacía de nuevo hincapié en el ambiente, ahora como factor
determinante de la conducta. Tanto la evolución biológica como conductual están
controladas por las demandas del entorno, pudiéndose establecer un paralelismo
entre la selección natural y la selección de la conducta por sus consecuencias
Smith, (1986). Este parecido entre el pensamiento de Darwin y el de Skinner,
alejan a este último de las explicaciones ofrecidas por sus contemporáneos a los
problemas del aprendizaje y la conducta. La defensa de la selección por sus
consecuencias, y el paralelismo entre el condicionamiento operante y la selección
natural, separan en gran medida a Skinner del asociacionismo heredado de la
epistemología de los empiristas británicos.
La teoría de la evolución también fue fundamental en el desarrollo del
funcionalismo. Entre las ideas básicas que manejó Darwin se encontraba el
concepto de función, por el que las estructuras y procesos moldeados por la
evolución realizan alguna función útil para el organismo.
William James (1842-1910) William James (1890) amplió este concepto de
función a la mente consciente. Según este autor, la consciencia se da sin
interrupción, sin ruptura, sin división, es como una corriente que fluye, y la función
de la mente consciente, moldeada a través de la filogenia
Edward L. Thorndike (1874-1949) supuso un alejamiento del conexionismo
simple. Según esta ley, la fuerza de la asociación E-R (o percepción de la
situación e impulso motor, en el lenguaje de Thorndike) no depende de los
principios asociacionistas clásicos, más bien dichas asociaciones dependen de la
propia consecuencia de la acción. A pesar de que su formulación se hizo en
términos de contigüidad entre los estímulos, las respuestas y las consecuencias,
los efectos «placenteros» o «displacenteros» introdujeron un nuevo cambio,
aunque sutil, en el papel del tiempo, porque las consecuencias actuaban hacia
atrás para fortalecer lo que las había producido. El efecto de una acción, pensó
Thorndike, actúa retroactivamente para sellar la asociación que conduce a tal
efecto. Ésta es la base del condicionamiento instrumental (u operante).
John B. Watson (1878-1958), formado en la escuela funcionalista de Chicago, es,
desde un punto de vista histórico, el fundador del conductismo. Watson fue
invitado a comienzos de 1913 a impartir una serie de conferencias en la
Universidad de Columbia, oportunidad que aprovechó para exponer sus puntos de
vista sobre la situación de la psicología norteamericana de entonces. Su
conferencia inaugural apareció posteriormente publicada bajo el título «La
psicología como la ve el conductista» (Watson, 1913), trabajo conocido también
como el «manifiesto conductista» donde se propone un cambio en el objeto de
estudio tradicional de la psicología .
Clark L. Hull (884-1952) utilizó los principios de la asociación E-R para explicar el
comportamiento. La consecución de un evento positivo, según Hull, refuerza la
formación de una asociación E-R debido a una reducción del impulso,
introduciendo así el concepto de motivación en la teoría de la conducta. La teoría
de Hull (1952), en su posterior contrastación experimental, sufrió importantes
modificaciones. Introdujo el concepto de incentivo para dar cuenta de algunos
resultados experimentales imposibles de explicar con su teoría anterior. La
consecución del reforzador, según Hull, reduce las necesidades del organismo
Edward C. Tolman (1886- 1959) comparte con Hull la defensa del método
hipotético deductivo, pero se diferencia de sus contemporáneos en su concepción
sobre la función de los reforzadores. Para Tolman (1932), los reforzadores no
actúan directamente para establecer o fortalecer una conexión E-R, como
pensaba Hull, sino que la conducta está determinada por eventos internos como
las expectativas y las demandas,
eventos que no son directamente observables, sino que se infieren a través de los
cambios en la conducta. Afirmó que el objeto de estudio de la psicología es la
conducta propositiva, que se manifiesta objetivamente a través de la conducta
observable. El concepto de propósito constituye un constructo hipotético, algo que
Tolman postula para poder explicar los cambios en la conducta, y que en
psicología experimental se considera como variable intermedia por situarse entre
los estímulos y las respuesta
B. F. Skinner (1904-1990) es el último de los grandes clásicos de la psicología
experimental. Es, sin duda, un psicólogo controvertido y un temprano disidente de
la teoría E-R. El primer libro de Skinner se publicó en 1938 bajo el título «La
conducta de los organismos: un análisis experimental», donde el autor realiza un
estudio exhaustivo de los principios y las leyes generales que gobiernan la
conducta voluntaria de los organismos. Skinner (1938) definió la conducta
voluntaria por presentarse «sin la intervención de un estímulo antecedente
observable» (p. 20) y la denominó «operante libre», no manifestando un interés
tan pronunciado por el estudio de las conductas reflejas, de forma contraria a lo
que habían hecho anteriormente Pavlov y el sector más influyente del conductismo
norteamericano.
El concepto de operante libre incluye un aspecto muy importante de la psicología,
al resaltar que los organismos no tienen por qué depender de la aparición de un
estímulo para la realización de una respuesta. La emisión o no de la respuesta
depende del organismo y no de los estímulos ambientales antecedentes, aunque
éstos, denominados ahora estímulos discriminativos, actúan como moduladores
del momento adecuado para la realización de la respuesta. En este sentido,
Skinner

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