Asiria

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— El Job sumerio. Con este título me refiero a una proverbios, fábulas, etc.

Las literaturas y culturas del


serie de tablillas desenterradas en Nippur y pertenecien- Medio Oriente, incluida la bíblica, son deudoras a la ci-
tes a un poema que plantea ya el problema que consti- vilización sumeria. En el orden religioso, en el mundo
tuirá siglos más tarde el tema del libro de Job. del derecho, en el aspecto socio-económico y político, en
— La lista de reyes sumerios. Merece notarse el pa- la concepción sobre los orígenes del mundo y del hom-
ralelismo entre la lista de reyes sumerios prediluvianos y bre, sobre la existencia humana, sobre la vida de ultra-
las generaciones que se extienden entre Adam y Noé, tumba, etc., las ideas sumerias dejaron sentir su fuerte
según Gen 5. influencia en todo el antiguo Medio Oriente. Concreta-
— La Crónica de Sargón, en la que el Carlomagno mente con relación a la Biblia, la literatura sumeria ofre-
acádico describe sus orígenes en términos muy similares ce una serie significativa de paralelismos: las tradiciones
a los empleados por el Éxodo cuando habla de Moisés: sobre el paraíso y el diluvio; las aguas primordiales, la
separación del cielo y la tierra, la arcilla con que fue ama-
Yo soy Sargón, el rey poderoso, el rey de Acadia... sada la criatura humana; las leyes morales y cívicas; la
Mi madre me concibió y me engendró en secreto; concepción sobre el seol; la experiencia y reflexiones so-
me puso en una cesta de'"¡uncosy con pez selló la bre el dolor y el sufrimiento, etc., etc.
[tapa;
me echó al río, que no me sumergió. II. ASIRÍA.
El río me sostuvo y me llevó a Akki, el aguador;
éste me sacó cuando metió su cubo, 1. Historia.
me crió como a su hijo,
me hizo su jardinero.
La historia de Asiría suele dividirse en tres grandes
Siendo yo jardinero, la diosa Ishtar se enamoró períodos, que reciben los nombres de imperio antiguo,
[de mí. medio y nuevo. El que más interesa a nuestro propósito,
por ser el que más contactos tiene con el Antiguo Tes-
— Los cilindros de Gudea, rey de Lagash. Entre los tamento, es el último, que es, a su vez, el mejor conocido.
descubrimientos llevados a cabo por los excavadores fran-
ceses en Tello (la antigua Lagash) a partir de 1877, me- a) Imperio Asirlo antiguo. Asiría entra en la Histo-
recen atención especial los cilindros de Gudea, que alu- ria como potencia independiente a comienzos del segun-
den al sueño como medio normal por el que las instruc- do milenio. Las listas registran como primer rey a Iri-
ciones divinas eran comunicadas a los hombres (cf. 1 Sam sum (1949-1901 a. J. C ) . El imperio de Asiría durante
28, 6), y testimonian un fenómeno repetido en todas las el siglo XIX no es tanto político cuanto comercial, se-
religiones orientales, según el cual en el comienzo de los gún lo prueban las llamadas «tablillas de Capadocia», en-
santuarios suele estar una teofanía o revelación divina contradas recientemente en Kultepe, la antigua Kanis,
(cf. 1 Re 3, 5; 9, 2-9); etc. que hablan de una red de colonias comerciales asirías
Vemos, pues, que un buen milenio antes de que los extendidas hasta Anatolia.
hebreos escribiesen su Biblia y los griegos su Iliada y su Asiría pasa por un período de debilitamiento y de
Odisea, los sumerios poseían ya una floreciente literatura, nuevo recupera su categoría imperial bajo Samsi-Adad I
compuesta de mitos, epopeyas, himnos, lamentaciones, (1814-1782). Pero la hegemonía asiría se plegó pronto

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ante el poderoso Hammurabi de Babilonia (1792-1750 cesivas campañas hacia el Oeste somete y exige tributo
antes de J. C ) . de los pequeños reinos de Siria-Palestina, entre ellos de
Israel: en la primera campaña (año 853) derrota en
b) Imperio asirlo medio. Derrotada primero por
Qarqar al rey de Damasco y a sus aliados, entre los cua-
Hammurabi y dominada luego por los hurritas, Asiria
les estaba Ajab, de Israel; en la cuarta campaña (año
pasa unos siglos eclipsada totalmente. Hacia mediados
841) exige fuertes tributos de los reyezuelos de Cilicia,
del siglo XIV recobra la independencia por obra de
Siria y de Jehú de Israel.
Asurubalit I (1365-1360), pero sus aspiraciones expan-
— Teglatfalasar III (745-727 a. J. C ) . La primera
sionistas se ven frenadas por Babilonia y, sobre todo,
mitad del siglo VIII a. J. C. se caracteriza por un debi-
por los hititas, que son la gran potencia del momento en
litamiento de Asiria, que aprovechan los pequeños reinos
el Medio Oriente. Los dos momentos de mayor expan-
de Siria-Palestina para su propio crecimiento y desarrollo.
sión asiria durante el imperio medio corresponden a los
Concretamente, los reinos de Israel y de Judá conocen
reinados de Tukulti-Ninurta I (1244-1208) y Teglatfala-
unos decenios de gran prosperidad material bajo los rei-
sar I (1115-1070). El primero extiende sus dominios hacia
nados de Jeroboam II (783-743) y Ocias (781-740), res-
el noroeste con la victoria sobre Karkemis, y hacia el
pectivamente. Con la subida de Teglatfalasar III al trono
Sur con la conquista de Babilonia. El segundo recupera
se rehace el imperio asirio, que alcanza su máximo es-
en Mesopotamia las posiciones perdidas por los sucesores
plendor durante su reinado y el de sus sucesores, Salma-
de Tukulti-Ninurta; por el Norte lleva sus campañas has-
nasar V, Sargón II y Senaquerib.
ta el lago Van, y por el Oeste llega hasta el Mediterrá-
neo, del que toma posesión mediante un paseo simbóli- — Salmanasar V (727-722). Enterado Salamanasar de
co en barca. Del tiempo de Teglatfalasar I data la com- que los reyezuelos de Siria-Palestina, entre los que se
pilación de las llamadas «Leyes asirias», desenterradas en cuenta el de Israel, quieren sacudirse el yugo asirio para
Asur. Bajo la presión de distintas tribus, principalmente inclinarse hacia Egipto, organiza una campaña que culmi-
arameas, Asiria entra con los sucesores de Teglatfalasar nará con la toma de Samaría y deportación de una buena
en un período de decadencia. parte de sus habitantes, después de tres años de asedio
(año 722). El reino de Judá supo conservar la neutrali-
c) Imperio asirio nuevo. Asiria se convierte en la dad, lo cual le permitió sobrevivir siglo y medio más.
primera potencia medio-oriental. Le va a estar sometida — Sargón II (721-705 a. J. C ) . Es la figura cum-
toda Mesopotamia, incluida Babilonia, y por el Oeste su bre del imperio asirio de todos los tiempos. Sofoca una
hegemonía se hace sentir hasta Anatolia, Siria, Palestina insurrección en Siria-Palestina y deporta más de 27.000
e incluso Egipto, que sufre pasajeramente su dominio. habitantes de Samaría (año 720). Acaba con el reino de
Ante la imposibilidad de reseñar aquí detalladamente Urartu en el Norte (año 714) y después de sufrir una
toda la apretada lista de acontecimientos que jalonan la derrota estrepitosa (año 720), logra someter a Babilonia
historia del imperio asirio nuevo, me voy a limitar a enu- en el 710. A ninguno de los reyes asirios le conviene
merar casi telegráficamente aquellos que guardan alguna como a Sargón II el título de «Rey de la Totalidad». Sus
relación con el Antiguo Testamento: dominios se extendían desde el golfo pérsico hasta Urar-
tu, Capadocia, Cilicia y Chipre; y desde Elam y parte de
— Salmanasar III (858-824 a. J. C ) , uno de los Media hasta el Mediterráneo y el sur de Palestina, con
más célebres conquistadores de la antigüedad, en sus su- derivaciones hacia Arabia.

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— Senaquerib (704-681 a. J. C ) . Dos centros recla- textos mitológicos cabe destacar copias de los poemas
man su atención: por un lado, Babilonia, que, apoyada Enuma Elis y Gilgamés, el Mito de Adapa, el Mito de
por Elam, trata de sacudirse el yugo asirio; por otro lado, Anzu, la Leyenda de Etana, el Descenso de Istar a los
los pequeños reinos de la franja siro-palestinense, soste- infiernos, etc. Interés especial tienen los monolitos, los
nidos y empujados secretamente por Egipto contra Asiría. obeliscos, las inscripciones y los bajorrelieves, que cubren
Con dirección a estos últimos organiza Senaquerib una miles de metros cuadrados sobre los amplios muros de
campaña en la que, una vez sometidos Tiro y Sidón, se los templos y palacios, porque en ellos se reseñan las
dirige hacia el reino de Judá. Ezequías, rey de Jerusalén, campañas y expediciones de los monarcas asirios. Los de
refuerza las murallas de Jerusalén, abre el canal que lleva Sargón II descubiertos en Dur Sarrukin, la actual Jorsa-
su nombre, y espera la llegada de Senaquerib lleno de bad, describen la toma de Samaría:
pavor. El rey de Asiría toma las plazas fuertes de Judá
y pone asedio a la ciudad santa. Ezequías se declara va- Al principio de mi reinado, sitié y conquisté la
sallo y entrega como tributo una buena cantidad de di- ciudad de los samaritanos... Me llevé como prisio-
nero (2 Re 18-19; Is 36-37). neros 27.290 habitantes y apresé 50 carros para mi
— Asarjadón (680-689 a. J. C.) concentra todos sus ejército real... Reconstruí la ciudad, mejorando la
esfuerzos contra Egipto: ocupa Menfis y se incauta de anterior y establecí allí pobladores de otros países
un inmenso botín. conquistados. Les puse por gobernador a uno de mis
— Asurbanipal (668-627 a. J. C ) . Organiza una ex- oficiales y les impuse tributos y tasas como a los asi-
pedición contra Egipto y llega hasta Tebas, que es des- rios.
truida y saqueada.
— Ruina de Asiria. A partir de la muerte de Asur- Este texto confirma la descripción bíblica del asedio
banipal, Asiría se precipita hacia su ruina. En el 614 y caída de Samaría, con la pequeña diferencia que el
Ciáxares el medo, aliado de Babilonia, conquista la ciu- 2 Re 18, 9-10 atribuye la toma de la ciudad a Salmana-
dad de Asur, y en el 612 cae Nínive. El príncipe Asuru- sar y no a Sargón. Los bajorrelieves del palacio de Sena-
balit huye hacia la región de Jarran, último baluarte del querib, en Nínive, reproducen la conquista de Laquis
imperio asirio, que sucumbirá finalmente en el 609 bajo por el caudillo asirio en el año 701-700 a. J. C. El pris-
la naciente potencia neobabilónica. ma Taylor y el del Instituto Oriental de Chicago confir-
man el asedio de Jerusalén en tiempos de Ezequías
(2 Re 18-19; 2 Cro 32; Is 36-37):
2. Literatura y religión.
En cuanto a Ezequías, rey de ]udá, no se había
Los asirios mostraron más competencia y afición por sometido todavía a mi yugo. Sitié 46 de sus forta-
el comercio y por las armas que por la ciencia y la cul- lezas rodeadas de murallas y también las pequeñas
tura. Con todo, su aportación literaria, especialmente du- aldeas que les estaban próximas, en número incalcu-
rante el período neoasirio, es abundantísima. Solamente lable, y me las apropié por medio de baluartes y
en Nínive, en la biblioteca de Asurbanipal, han sido recu- trincheras, ataques de arietes, combates de infan-
peradas más de 20.000 tablillas cuneiformes de conteni- tes, minas y socavaciones... A él {Ezequías) lo en-
do histórico, mitológico, epistolar y jurídico. Entre los cerré, como pájaro en jaula, en Jerusalén, su resi-

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